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La política educativa de este siglo, ha seguido las preocupaciones y líneas de

acción generales de las corrientes embarcadas que se han generado a lo largo del
tiempo en el mundo entero. Nuestra geografía, idiosincrasia y la falta de
suficientes lideres educativas y políticas, no ha permitido una mejor calidad en la
enseñanza, sino logros en los alumnos muy por debajo de lo esperado.
Indudablemente que la calidad educativa ha decaído notoriamente en la gran
mayoría delos centros educativos y en todos los niveles y modalidades, mientras
la tecnología general educativa avanza. Hoy nadie duda que la crisis más fuerte es
la Educación y que no estamos lo suficientemente preparados para tomar las
riendas de una educación liberal y autónoma, en donde se busque la necesidad
individual mas no colectiva, ya que la educación no podrá recuperarse ni
convertirse viable y con futuro, sin una verdadera superación de este gravísimo
problemas que por supuesto no compete exclusivamente al as Instituciones
Educativas, sino cada día se ve más que es un deber que le corresponde a la
familia, sociedad en general, en primera línea al gobierno ya que es el promotor
dela capacitación docente, y los medios de comunicación social. Es por ello, la
preocupación de nuestras amplia de docentes en general, que muchas veces
ignoran esos modelos, estrategias, medios y materiales educativas, etc. Además
habilita la forma de utilizar estos nuevos modelos y tecnologías educativas con el
fin de optimizar el proceso de Enseñanza- Aprendizaje en los alumnos. ¿Será
posible que las Políticas Educativas influyan en la capacitación docente y de esta
manera se impliquen en el proceso Enseñanza-Aprendizaje en los alumnos? De
una u otra manera influyen debido a que las políticas educativas van a determinar
los programas de capacitación docente de acuerdo a las necesidades que se
encuentren sujetas a su realidad. Pero a todo esto el maestro debe siempre estas
a la vanguardia de la actualización pedagógica, así que es un deber del profesor
que este continuamente en programas de capacitación, talleres que le ayuden a
mejorar en cuanto al uso de técnicas, estrategias adecuadas, para poder emplear
con mayor eficacia los medios y materiales educativos, porque son ellos las
personas indicadas para fomentar el desarrollo de nuestros alumnos.
Según el criterio de definición política, La política educativa es la serie de
lineamientos y directrices que organismos con competencia en materia de
educación emitida para dirigir las acciones que esta área desarrolla en un entorno
determinado. Por ejemplo, el Ministerio de Educación de cualquier país es el
responsable de emitir la política educativa de esa Nación. Una universidad
también desarrolla una política educativa. Los aspectos que debe contener una
política educativa son: La población, objetivo, finalidades que se persiguen con la
educación, entre otros. Es decir, una política educativa debe orientar sobre cómo
se va a desarrollar la educación, en basa a esta definición se integra de manera
sólida y argumentativa los aspectos naturales de la política y la educación como
tal, dichos aspectos son nombrados en las cumbres para las naciones unidas en
educación y que se nombran a continuación.
En sí misma, la política educativa no es más que un aspecto de la política general
y se integra, consecuentemente, en ella como un apéndice que se coordina con
otras perspectivas que conforman la política global de una sociedad determinada.
En este sentido, la política educativa se nos presenta como subsistema de la
política y como tal es fruto de acciones políticas previas, al mismo tiempo que
pretende en el futuro incidir sobre la realidad que entiende (la educación) para
asumir logros que se consideran pertinentes, siguiendo en ello el sentido moral
que sobre el bien común se tenga.

Así contextualizada, la política educativa se nos presenta como la actividad del


poder público dirigida a solucionar los problemas sociales de la educación, por lo
que en el fondo se convierte en un conjunto de medidas de la política general cuyo
objetivo específico es en todas sus dimensiones el educativo.
Siendo más preciso, podemos decir que la Política Educativa es una ciencia
positiva que analiza las manifestaciones políticas del proceso educativo, las que
son, no las que debieran ser. Como tal ciencia positiva se encuentra en la
necesidad de rehuir dos tentaciones extremas, las que representan el ideologismo.
Como nombran algunos representantes especializados en el tema. Dichos
representantes, por supuesto hablan también de intereses para generar cambios
en la política educativa, en muchos medios educativos se advierte una creciente
inquietud en busca de nuevos paradigmas educativos que tengan la osadía y el
vigor suficientes para romper con todo cuanto represente un lastre de viejos
moldes, lo que en modo alguno quiere decir despreciar el pasado, que dificulta
una educación concebida para servir necesidades humanas esenciales, promover
la igualdad entre los hombres y contribuir a una estrategia de desarrollo sostenible
en la que pueda participar la comunidad. El compromiso con este tipo de
propuesta se basa en la esperanza y se ve alimentado por la creencia en la
capacidad de la humanidad de encontrar soluciones racionales y razonables a los
problemas que la afectan. Si perdiéramos esa fe se verían minados los propios
cimientos de la educación.
Los grupos de interés que representan al profesorado no enfrentan prácticamente
ninguna oposición a sus puntos de vista o designios. La economía política de la
educación reúne otras características importantes; no se rige por un principio
organizativo global. La educación carece de una definición básica que, una vez
formulada, confiera coherencia al conjunto del sistema. En eso difiere de ámbitos
de política como la seguridad social, por ejemplo, donde existe el concepto de
financiamiento mediante el sistema de reparto.
En la mayoría de los países de América Latina se vienen adelantando procesos de
desconcentración o descentralización de los sistemas educativos, como parte del
proceso más amplio de reestructuración del Estado y de replanteamiento de las
políticas públicas. La explicación más evidente sobre el origen de estos procesos
se encuentra, por una parte, en el cuestionamiento al excesivo centralismo del
modelo de desarrollo imperante en las últimas décadas, que acentuó los
desequilibrios regionales y sociales ya existentes y, por otra parte, en la crisis
económica, asociada al alto endeudamiento externo que, desde mediados de los
años 70, Impuso severas medidas de ajuste estructural y reformas institucionales
en la región. Esas medidas implicaron restricciones al gasto público afectando
principalmente el marco de la inversión social del Estado, con la consecuente
secuela del deterioro en los niveles de vida de la población y el incremento de los
conflictos sociales y políticos. Esta situación contribuyó a deteriorar aún más la
precaria credibilidad y legitimidad del Estado, cuestionando su capacidad para
hacer compatible el crecimiento económico con la equidad social.
Ejemplos claros encontramos en México, Argentina, Brasil y Chile. En el terreno
educativo, no obstante la diversidad de experiencias y las diferencias en los
alcances, contenidos y propósitos de las políticas de descentralización en la
región, se ha planteado que “aparecen al menos dos razones que incitan a
desconcentrar y/o descentralizar: una está asociada con la expectativa de mejorar
la eficiencia (interna) de la administración; la otra se relaciona con el deseo de
mejorar la eficacia (externa) del sistema. A estas dos razones normalmente se les
agrega una tercera que procura incentivar la participación de la comunidad y que
puede ser interpretada ya sea como un objetivo en sí mismo o bien como un
objetivo instrumental para las otras dos”.
Al respecto, entendemos por desconcentración una forma de organización
administrativa del sistema en la que el Estado central delega determinadas
funciones operativas a entidades no autónomas, regionales o locales, o a
funcionarios intermedios, pero manteniendo concentrada en su poder la torna de
decisiones; y por descentralización aquella situación en la que se trasladan
funciones del nivel central a las entidades regionales y locales, e incluso a ciertos
establecimientos públicos, los cuales poseen personería jurídica, y con grados
significativos de autonomía, definen las formas propias de organización,
administración y gestión de la educación pública en sus respectivas zonas
geográficas. En este sentido, se ha planteado que “la desconcentración refleja
procesos cuyo objetivo es el de asegurar la eficacia del poder central, mientras
que la descentralización es un proceso que busca asegurar la eficacia del poder
local”. Esta distinción es importante ya que, a menudo, los planteamientos de
descentralización y de desconcentración aparecen tan estrechamente unidos que
resulta difícil caracterizar de modo inequívoco si el modelo de organización
adoptado por un país responde a lo que estrictamente debe entenderse como
“descentralización” o bien se trata de un esquema organizativo centralizado con un
alto nivel de desconcentración, o de un esquema que presenta ciertas tendencias
hacia la descentralización. Por ello, la comprensión de estos procesos exige que
se les ubique siempre en la compleja red de tensiones existentes en el par
centralización y descentralización, donde aparecen como procesos instrumentales
orientados a resolver los diversos problemas que presentan los sistemas
educativos, y por tanto, a obtener logros en los ámbitos de lo político, lo
económico, lo administrativo y lo pedagógico.
Por último, y no menos importante, un gran desafío en la educación, se refiere a
promover el mayor uso de la información e indicadores por los países de la región
en la definición y evaluación de sus políticas educativas, tanto en función de los
compromisos internacionales contraídos en la Cumbre de las Américas, como en
otros ámbitos de acuerdos internacionales de la región. Se buscará estrategias de
difusión y de sensibilización de la importancia del análisis de los indicadores en
responsables técnicos y tomadores de decisiones en los países, así como la
capacitación de docentes para que pueda lograrse una educación de calidad.

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