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Las aguas residuales se definen, como “aguas de composición variada provenientes de las
descargas de usos público urbano, doméstico, industrial, comercial, de servicios, agrícola,
pecuario, de las plantas de tratamiento y en general, de cualquier uso, así como la mezcla
de ellas”.
las aguas residuales municipales son la combinación de diversas corrientes de agua
descargada, una vez usada, a los sistemas de drenaje urbanos. Incorporan en su
composición una gran variedad de sustancias que la contaminan, provenientes de
residencias, instituciones, establecimientos comerciales e industriales. Con frecuencia,
esta corriente de agua de desecho se mezcla con aguas subterráneas infiltradas en la red,
o bien aguas superficiales o de lluvia en el caso de que los drenajes sean combinados.
Proteger la Salud Pública y el Medio Ambiente. Si las aguas residuales van a ser vertidas
a un cuerpo receptor natural (mar, ríos, lagos), será necesario realizar un tratamiento para
evitar enfermedades causadas por microorganismos patógenos en personas que entren en
contacto con esas aguas, así como para proteger el equilibrio ecológico y la conservación
de la fauna y flora presentes en el cuerpo receptor.
Para evitar lo anterior, es necesario instalar como parte del sistema de drenaje urbano,
plantas de tratamiento de aguas residuales, ya sea centralizadas “al final del tubo” o
distribuidas como plantas menores, ubicadas cerca de puntos de reutilización (riego de
áreas verdes, enfriamiento industrial, lavado de autos y calles etc.). En estos sistemas, los
contaminantes contenidos en el agua residual son removidos o transformados por diversos
procesos, dando por resultado un agua de mejor calidad, apta para descarga o para
reutilización, en función del tren de proceso que integra la planta de tratamiento. Los
residuos resultantes del tratamiento, principalmente material retenido en rejilla y
desarenador, así como los lodos de desecho, deben ser manejados adecuadamente para
evitar impactos ambientales y riesgos a la salud.
Uso del Agua Tratada. Existen actividades en las que no se requiere utilizar agua potable
estrictamente, donde el agua tratada puede ser empleada, sin ningún riesgo a la salud o
impacto negativo al objetivo del proceso que la utilice, tales como:
Por otro lado, los requerimientos de insumos, tales como energía eléctrica y reactivos
químicos, se darán en función de las tecnologías seleccionadas para integrar el sistema de
tratamiento, y por ende, el costo de operación dependerá también de ello.
Por otra parte, si este mismo sustrato se trata por vía anaerobia, el 90% de la energía
contenida en él se encuentra en la molécula de metano, gas combustible que puede ser
usado como fuente de energía para generar calor o electricidad, entre otros usos. Es de
resaltar que prácticamente no hay consumo de energía para la operación del sistema
anaerobio comparado con el sistema aerobio. Además, tan solo el 10% de la energía de
sustrato se transforma en lodo, lo cual representa una gran ventaja sobre los sistemas
aerobios pues hay hasta seis veces menos masa de lodos que tratar y disponer, lo que
reduce significativamente los costos asociados a estos requerimientos.
La ventaja que posee el sistema aerobio sobre el anaerobio, y por lo cual es utilizado
ampliamente, es que la calidad del agua tratada es superior al efluente anaerobio y permite
cumplir con regulaciones ambientales estrictas. Los efluentes anaerobios mantienen
materia orgánica disuelta (demanda química de oxígeno, DQO) y compuestos inorgánicos
en su forma reducida (amonio, sulfuro de hidrógeno), que generan mayores impactos al
medio receptor.
Si se deseara utilizar el sistema anaerobio para sacar ventaja de las características antes
mencionadas, este sistema debe ser seguido de un sistema aerobio de pulimento para
terminar de degradar la materia contenida en el efluente anaerobio y así cumplir con las
normas de descarga.
Una configuración del sistema de tratamiento de aguas residuales que considere en
primera instancia un sistema anaerobio y en segunda un sistema aerobio acarrea ventajas
económicas, sobre todo en lo referente a la operación y mantenimiento, sobre una opción
solamente aerobia. El sistema anaerobio removerá alrededor de un 65% de la materia
orgánica del agua residual sin requerimientos de energía para aireación; el resto de
materia orgánica lo terminará de remover el sistema aerobio, produciendo agua con
excelente calidad, y todo ello con una menor producción de lodos de desecho y un biogás
que podría ser utilizado en la misma planta.
TECNOLOGÍAS EXISTENTES
Como se ha visto, existe una gran variedad de operaciones y procesos unitarios para el
tratamiento de agua residual. Los componentes individuales de tratamiento se clasifican
en operaciones físicas unitarias, procesos químicos o biológicos unitarios. Estas
operaciones y procesos unitarios se combinan en los sistemas de depuración de aguas
residuales, dando lugar a un tren de tratamiento.