Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Señaló cuatro puntos concretos del recorrido de los relaves en los que es
factible disminuir las pérdidas de agua.
TRASLADO EN TUBERÍAS
La meta de 218 litros por segundo podría ser elevada. El esfuerzo abriría
cauces para comenzar a devolver sus fuentes de agua natural a las
comunidades impactadas por la actividad minera en Tacna, como la de
Candarave, y muy probablemente allanaría el camino al proyecto de
Ampliación de la Southern.
CLAVES
Según este reporte, serían más de 1 mil 600 has. las afectadas por la contaminación minera de esta empresa
y durante los 31 años que Southern arrojó sus deposiciones mineras en la zona se habrían acumulado 2 millones
936 mil 165 toneladas de cobre, 175 mil 912 toneladas de plomo, 7 mil 368 toneladas de arsénico, 3 mil 292
toneladas de cromo, 1 mil 933 toneladas de cadmio, entre otros minerales que yacen debajo de la bahía de Ite
ocasionando pasivos ambientales que han desertificado la bahía en que ya no se aprecian ni valles ni presencia
de fauna.
“Esta información es alarmante porque esos minerales han ocasionado una verdadera intoxicación que
Southern no reconoce como pasivos ambientales, porque dice que ya ha hecho la remediación ambiental, pero
es falso. Lo único que ha hecho es colocar encima de las toneladas de relaves, tierra y una capa orgánica sobre
la carretera que nos lleva a la playa y encima colocar totora para decirnos que hay bofedales y humedales que
son importantes para la humanidad porque generan fauna y flora. Lo cierto es que nos han engañado”, indicó
Isique Calderón.
Según el profesional, estas metales pesados se podrían recuperar si la minera tuviera interés real en resarcir el
daño ecológico que generó en la región tal como lo hacen compañías a nivel mundial. Sin embargo aseguró
que ya el daño ecológico está hecho y que por más esfuerzos que haga Southern no podrá resarcir la pérdida
de ganados caprino y la desertificación de la zona por más de 31 años.
Pero esto no es lo único. El especialista indicó también que producto de la contaminación minera, la zona ha
visto una considerable reducción de sus hectáreas en las cuencas de Locumba y Moquegua que dejó en el
desierto a 1377 has. de cultivo. En tanto el Valle del Cinto y Cambaya se vio afectada en 357 has. con la
desaparición de actividad agrícola, pese a ser conocida mundialmente por la producción de frutas de excelente
calidad. En Curibaya y Candarave se perdieron 370 has. de cultivo y en Cairani y Huanuara 170 has. y 90 has.
en Locumba.