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Privación de libertad y exclusión

social

Documento técnico sobre la situación social y


penitenciaria en el Paraguay

José Galeano Monti


cochigaleano@gmail.com
jose.galeano@mnp.gov.py
 
Agosto de 2017
 
 
 

Galeano Monti, José (2017). Privación de libertad y exclusión social. Documento técnico sobre
la situación social y penitenciaria en el Paraguay. Salamanca-Asunción.

 
 

La superpoblación carcelaria, masificación humana, la mezcolanza de


preventivos y condenados, de jóvenes y adultos, de enfermos y sanos,
de primarios y reincidentes, de presos por deudas o por infracción
penal, de pena corta o pena larga, etc., en Tacumbú, supera con creces
lo aconsejable. La penitenciaría Nacional de Tacumbú no viene a ser,
sino que es el depósito de seres humanos de toda la república que han
caído en infracción o de los que hay indicios de que así es…
La construcción de cárceles en lugares remotos y aislados es hacer
campos de concentración y no tratar de resocializar al interno…
Lo que se pretende no es exigir el cumplimiento de los plazos
procesales, sino aumentar las cárceles, es decir, tener más locales, más
depósitos para poder encerrar más gente. Y esas cárceles nuevas
construirlas en lugares remotos y lejanos de los Tribunales de Justicia
en las que una insignificante parte de los internos serían condenados y
la casi totalidad serían indiciados y preventivos, es decir, todavía
inocentes con la agravante, como hemos visto y seguiremos insistiendo,
de hacer cada vez la justicia más lenta y cara debido a la distancia,
aumentando así más y más la injusticia, y continuando
lamentablemente siendo el Paraguay uno de los campeones del mundo
con el mayor número de presos sin condena…
La prisión actúa como un gueto que hay que romper, siendo el mejor
antídoto los regímenes abiertos y el fomento de todas las relaciones
entre la prisión y la sociedad circundante.

Extractos del artículo “Situación de las prisiones en Paraguay”, del


capellán penitenciario S.J. Juan Antonio de la Vega, 1993
 
Índice

Introducción .................................................................................................................... 7 

1. Panorama del Paraguay de desprotección social ..................................................... 9 


1.1. Contexto socioeconómico ...................................................................................... 9 
Pobreza ...................................................................................................................... 9 
Empleo y desempleo ............................................................................................... 10 
Salud ........................................................................................................................ 11 
Educación ................................................................................................................ 12 
Vivienda .................................................................................................................. 13 
1.2. La situación carcelaria ......................................................................................... 14 
Crecimiento sostenido de la población privada de libertad .................................... 16 
Principales falencias del sistema carcelario paraguayo en clave de derechos
humanos .................................................................................................................. 16 
La propuesta actual en el Paraguay: construcciones de cárceles ............................ 23 

2. Revisión crítica de la medida de privación de libertad y del modelo carcelario 29 


2.1. El encarcelamiento masivo, el control y la persecución selectiva ....................... 30 
2.2. Fracaso del sistema penitenciario ........................................................................ 32 
Funciones de la cárcel ............................................................................................. 34 
Efectos de la cárcel.................................................................................................. 36 

3. Propuestas y alternativas a la privación de libertad ............................................. 38 


3.1. Experiencias internacionales y nacionales ........................................................... 39 
Caso 1. Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero, Ecuador ....................... 39 
Caso 2. Casa Escuela Santiago Uno - Salamanca, España ..................................... 41 
Caso 3. Servicios de Gestión de Penas y Medidas Alternativas, España ................ 42 
Caso 4. Instituto de Justicia Vera, Estados Unidos ................................................. 43 
Caso 5. La Justicia Penal Restaurativa en el Juzgado de la Adolescencia de
Lambaré, Paraguay. ................................................................................................. 44 
3.2. Hacia la construcción de las alternativas a la prisión en el Paraguay .................. 45 
4. Reflexiones finales .................................................................................................... 50 
Es importante considerar la estructura económica y social del Paraguay para el diseño
de las políticas públicas, programas y servicios sociales ............................................ 50 
El encarcelamiento masivo es selectivo y afecta negativamente ................................ 50 
El necesario sistema de medidas alternativas para la descongestión carcelaria ......... 51 
La dirección de la inversión del Estado ...................................................................... 52 
Proyectos sin criterios basados en las personas ni estándares internacionales ........... 54 
Futuras líneas de investigación ................................................................................... 55 

Bibliografía .................................................................................................................... 58 

Anexo 1. Tablas informativas de las cárceles paraguayas ........................................ 67 

Anexo 2. Bibliografía sugerida de medidas alternativas a la prisión y de trabajo en


beneficio de la comunidad............................................................................................ 71 
Introducción
Este documento técnico es el producto de una estancia de investigación financiada por el
CONACYT a través del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación
(FEEI), desde su “Programa de Vinculación de Científicos y Tecnólogos” del
Componente II “Fortalecimiento del Capital Humano para I+D”.
Dicha estancia se realizó en el Departamento de Sociología y Comunicación de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca (España) y tuvo el objetivo
de generar información científica sobre uno de los aspectos de la realidad nacional más
invisibilizados: la situación de encierro y afectación de libertad de las personas privadas
de libertad.
En la actualidad la política de seguridad del Paraguay consiste en encerrar como regla,
siendo que debería ser la excepción, a las personas que son acusadas de cometer delitos
(Carranza 2012; CIDH, 2013; MNP, 2016k; MNP, 2017b). Una prueba objetiva es que el
Paraguay se encuentra entre los países con mayor privación de libertad sin condena en la
región y en el mundo.
Las personas privadas de libertad se corresponden con aquellas personas que provienen
de los territorios más excluidos, por lo que la justicia en el Paraguay afecta casi
exclusivamente a las personas más empobrecidas, y el Estado paraguayo en la actualidad
en vez de intervenir acertadamente hacia las causas que generan la desigualdad
(educativa, de oportunidades laborales, de acceso a la tierra y a la vivienda), ataca
erróneamente las consecuencias de dicha desigualdad encerrando, encarcelando,
maltratando y torturando a la población que más sufre en el Paraguay.
De esta manera se agrandan aún más las brechas de la desigualdad, ya que las personas
salen con el estigma de haber sido privadas de libertad, sin capacidades técnicas ni
laborales (que supuestamente deberían haber adquirido durante la reclusión).
En el Paraguay existe una sensación ciudadana y una prensa mediática que hace creer que
el encierro de las personas que se encuentran excluidas del mercado laboral, en la
informalidad y en la marginalidad, solucionaría los problemas sociales y de las personas
en el Paraguay. Frente a esta situación resulta necesario contar con una revisión crítica y
exhaustiva de políticas destinadas para la población carcelaria y en exclusión de manera
a generar un debate crítico acerca de la problemática del encierro, exclusión social y
privación de libertad.
Recientemente el Ministerio de Justicia informó que se encuentra construyendo cárceles,
de magnitudes que desde el diseño incumplen normativas y estándares internacionales de
derechos humanos.
Los resultados de esta estancia de investigación pretenden aportar, contribuir con la teoría
crítica internacional del fracaso del modelo que se quiere replicar en el país en la
actualidad, y las políticas públicas y experiencias internacionales acerca de los distintos
modelos y alternativas de privación de libertad.

7
El alcance de este documento es el de establecer líneas de discusión y sentar una base
para el análisis de la realidad del sistema penitenciario, y por la naturaleza de haberse
elaborado en tres meses, quedan elementos que deben ser reforzados, debatidos y en su
efecto rebatidos. Está sujeto a críticas y si existieren se agradece que las mismas puedan
ser presentadas al autor, de manera a generar puntos de discusión.
En las reflexiones finales se incluyen futuras líneas de investigación que fueron
abriéndose durante la redacción el documento, pero que por alejarse en alguna medida
del objetivo general y por limitaciones de tiempo, no pudieron ser desarrollados
plenamente.
Se espera con este documento hacer un aporte, desde lo sociológico, de la reflexión de la
situación penal en el Paraguay, en el que se aborda lo penal, pero no trata ni se centra
exclusivamente en este campo.

8
1. Panorama del Paraguay de desprotección social
La disminución de la pobreza fue considerada la estrategia prioritaria de los distintos
gobiernos en la última década y media en el Paraguay. A pesar de haberse disminuido la
pobreza en los últimos años, sigue siendo notoria la presencia de la misma, enfatizada en
sectores que se encuentran particularmente vulnerables, debido a factores adscritos como
el ciclo de vida correspondiente a la niñez, adolescencia y juventud, el sexo como el caso
de las mujeres, la raza como el caso de la población indígena, y aspectos territoriales
como el caso de la población rural o pertenecientes a los nuevos asentamientos urbanos
y periurbanos. Así, existen territorios con poblaciones en las que se desarrollan pocas o
nulas capacidades para el desarrollo pleno de la vida de las mismas (estudio, asistencia
médica y sanitaria, desempleo, entre otros).

1.1. Contexto socioeconómico


Pobreza
La política social impactó de manera importante en la pobreza total, pero de manera
menos importante en la reducción de la pobreza relativa y en la población total del sector
rural del país.
En el Paraguay la pobreza se redujo entre el 2006 y el 2016 de 48,85% a 28,86%,
notándose una reducción heterogénea según el área de referencia de la población,
encontrándose en situación de mayor vulnerabilidad la población rural del Paraguay
(Tabla Nº 1).
Tabla N° 1. Evolución de la pobreza total y extrema, según área de
referencia, por año en porcentajes
Pobreza extrema Pobreza total
Año
País Urbana Rural País Urbana Rural
2006 15,18 7,24 25,50 48,85 40,91 59,16
2007 13,93 6,24 24,12 45,33 37,92 55,14
2008 10,47 3,81 19,47 43,19 35,67 53,36
2009 11,27 3,99 21,30 41,62 31,47 55,60
2010 11,77 3,79 22,95 38,96 28,20 54,03
2011 11,76 4,86 21,64 37,03 28,19 49,68
2012 7,38 1,74 15,62 31,37 20,09 47,83
2013 5,69 2,20 10,86 28,00 21,32 37,90
2014 5,47 2,00 10,72 27,18 20,67 37,03
2015 5,42 1,64 11,24 26,58 19,35 37,71
2016 5,73 1,63 12,17 28,86 21,94 39,72
Fuente: Elaboración propia con base en “Principales Resultados de Pobreza y Distribución del Ingreso
2016” (DGEEC, 2017a).

Según la Encuesta Permanente de Hogares 2016, la pobreza total en las áreas rurales
alcanzó prácticamente al doble de las urbanas (39,72% y 21,94% respectivamente), y la

9
pobreza extrema al séptuble (12,17% y 1,63% respectivamente), corroborándose que la
pobreza continúa siendo una realidad esencialmente rural.
Un dato llamativo que da cuenta a la situación socioeconómica actual en el Paraguay es
el aumento de la pobreza extrema y total en el último año. Centrando el fenómeno de la
pobreza reciente, solamente en la capital y el departamento Central, se observa que del
2015 al 2016, se tienen 49.076 nuevas personas en situación de pobreza (37.989 en el
departamento Central y 11.087 en la capital), de los cuales 14.900 se corresponden con
personas en situación de pobreza extrema (12.826 en el departamento Central y 2.074 en
la capital)1.
Es importante puntualizar que una situación de desventaja social, causada por la mala
distribución de la riqueza (como ocurre en el caso paraguayo), es uno de los principales
motores y causales de los actos delictivos, relacionados principalmente al tráfico de
drogas y delitos contra la propiedad de las personas (Arnoso Martínez, 2005; Lázaro
González y Mora Prato, 2012; Yugueros García, 2013; Giacomello, 2013; Giacomello
2014).

Empleo y desempleo
De acuerdo a la DGEEC (2016a), el 6% de la población se encuentra en situación de
desempleo, 13% se encuentra subocupada invisiblemente, y el 6,3% subocupada
visiblemente, lo que implica que el 26% del total de la población está en situación de
empleo vulnerable, exclusión del empleo o empleo de exclusión. Esta situación afecta de
manera más intensa en las mujeres.
La población juvenil es una de las que se encuentra en mayor situación de desventaja ya
que la tasa de desempleo asciende a 10,6% en las personas que tienen entre 15 y 29 años,
y se nota una diferencia significativa entre los varones desempleados que representa al
8% y las mujeres desempleadas que representa al 14,4% (DGEEC, 2014a). Si además se
tiene en cuenta que 25% de la población juvenil está subocupada, entonces se obtiene que
35% de los y las jóvenes (mujeres con mayor frecuencia) se encuentra en esta situación
de vulnerabilidad y exclusión laboral.
Resulta importante enfatizar esto, en la misma línea del apartado de “pobreza”, ya que
entre los factores de riesgo que deriva a la comisión de actos delictivos se encuentra el
vivir en un contexto de nulo o bajo desarrollo económico y social (Arnoso Martínez,
2005; Lázaro González y Mora Prato, 2012; Yugueros García, 2013; Giacomello, 2013;
Giacomello 2014).
La situación de empleo en Paraguay se agrava desde el paradigma de la OIT, que mide la
informalidad del empleo, ya que el Paraguay tiene una de las mayores tasas de
informalidad de la región, con el 71% del empleo total no agropecuario (Robles, 2012).

1
Cfr. el documento “Incidencia de pobreza y pobreza extrema por departamento 1997 al 2016”. En
http://www.dgeec.gov.py/Publicaciones/Biblioteca/pobreza_extrema/DATOS%20DE%20POBREZA%20POR
%20DEPARTAMENTO.pdf (consulta 01/08/2017).

10
Salud
A diferencia de países de la región, en el Paraguay de manera generalizada su población
no tiene acceso gratuito a los servicios de salud, ya que el gobierno no invierte lo
suficiente para el cumplimiento de este derecho, lo que desemboca en gastos privados y
en la deficiente cobertura del servicio de salud pública (tabla N° 2). Al respecto, señala
Serafini que el “Paraguay invierte un tercio del promedio latinoamericano” (Serafini,
2016: p. 20).
Tabla N° 2. Gastos en salud de los países del Cono Sur de América, en
porcentajes, al 2011Gráfico 1
Gasto privado en Gasto del gobierno general
Gasto del gobierno general
salud como % del en salud como % del gasto
País en salud como % del gasto
gasto total en salud. total del gobierno. Año
total en salud. Año 2011.
Año 2011. 2011.
Paraguay 38,6 61,4 11,2
Argentina 66,5 33,5 21,7
Bolivia 70,8 29,2 7,9
Brasil 45,7 54,3 8,7
Chile 48,4 51,6 14,8
Fuente: Elaboración propia con base en el “Salud y derechos humanos” de la OMS, 2014.

Para el año 2015 el 71% de los paraguayos y paraguayas no se encontraban asegurados


ni con el seguro médico del Instituto de Previsión Social (IPS), ni con otro tipo de seguro
médico (gráfico Nº 1).
Gráfico N° 1. Tenencia de seguro médico de la población paraguaya,
2015.
Otro tipo
de seguro
8%

IPS
21%

No tiene
seguro
médico
71%

Fuente: Elaboración propia con base en DGEEC (2016b).

El acceso a la salud, al igual que la educación, se efectiviza en menor medida en las


familias que se encuentran en situación de pobreza y en los territorios más desfavorecidos.
En vista a la ausencia del acceso a la salud pública en el Paraguay, las familias para
acceder a los servicios sanitarios recurren a sus propios recursos para enfrentar las
condiciones que requieran atención. Serafini señala que en los últimos años se puede
observar un aumento de los gastos familiares en salud: “la disminución del gasto público

11
en salud repercute de manera directa en las familias de menores ingresos… mientras el
quintil más rico destina solo el 2,5%” (Serafini, 2014: 8).
Gráfico Nº 2. Evolución del gasto del MSPBS y del gasto familiar en
salud (en valores reales)

Ejecutado MSPBS Gasto de familia

25.000.000 400.000

20.000.000
300.000
15.000.000
200.000
10.000.000
100.000
5.000.000

0 0
2004 2006 2007 2008 2009 2010 2012 2013

Fuente: Elaborado por Verónica Serafini (2014).

Educación
El informe comparativo regional de educación TERCE2 de 2015, en el que participaron
15 países latinoamericanos, coloca al Paraguay entre los más bajos resultados en todas
las áreas estudiadas3: (i) en lectura tiene el puntaje más bajo en estudiantes de 3º grado, y
el segundo puntaje más bajo en estudiantes de 6º grado; (ii) en matemática tiene el
segundo puntaje más bajo en estudiantes de 3º grado, y el puntaje más bajo en estudiantes
de 6º grado; (iii) en ciencias naturales tiene el segundo puntaje más bajo en estudiantes
de 6º grado; y (iv) en escritura tiene el segundo puntaje más bajo en estudiantes de 3º
grado (UNESCO, 2015a).
El mismo estudio señala que:

Paraguay es uno de los países con mayor dispersión de resultados (más


desiguales). Esto implica un desafío para los sistemas educativos de la región, es
decir, se requiere mejorar el aprendizaje promedio y al mismo tiempo avanzar
hacia una distribución más equitativa de dichos aprendizajes (UNESCO, 2015b:
4).

Comparando con la región, el Paraguay tiene la menor tasa de matriculación neta en


secundaria: mientras que Argentina y Brasil tienen tasas por encima del 80%, en el
Paraguay menos del 50% de los adolescentes de 15 a 17 años están matriculados (Robles,
2012).

2
El TERCE es el estudio de logro de aprendizaje a gran escala más importante de la región, ya que comprende
15 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay). Se valúa el desempeño escolar en tercer y sexto
grado de la escuela primaria, y tiene el objetivo de aportar información sobre la calidad de la educación en la
región así como orientar la toma de decisiones en políticas públicas educativas.
3
Entre los países que están por debajo del promedio de los países evaluados en el TERCE se ubican Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y República Dominicana.

12
Los motivos por los cuales los niños, niñas y adolescentes dejan de estudiar se deben en
una gran mayoría por no tener recursos en el hogar, por la necesidad de trabajar, por
motivos familiares y porque no quieren estudiar, siendo mayores estos porcentajes en los
hogares que se encuentran en situación de pobreza (Tabla Nº 2).
Tabla N° 3. Razones de no asistencia escolar, en porcentajes
Motivos 6-14 años 15-17 años
no pobre pobre no pobre pobre
Sin recursos en el hogar 29.2 43.1 22.3 48.4
Necesidad de trabajar 14.0 2.2 22.5 11.5
No existe institución cerca 5.3 7.7 3.3 9.3
Por enfermedad 5.0 11.6 2.3 1.9
Motivos familiares 2.5 7.0 17.4 7.0
No quiere estudiar 23.8 14.9 21.1 15.5
Fuente: Elaborado por Marcos Robles con base en datos de la EPH 2011.

Vivienda
Castells ya en 1986 señala que en América Latina “la aceleración del proceso de
urbanización, lejos de incrementar las posibilidades de desarrollo económico, acumula
actividades improductivas, acentúa la segregación espacial y polariza las oposiciones de
clase” (p. 119). De esta manera se fueron generando espacios y territorios excluidos,
alejados y separados de la ciudad, en los que predominan viviendas en malas condiciones.
La vivienda puede constituirse en un factor protector o de riesgo para las personas (Lázaro
González y Mora Prato, 2012; Lorenzo Gilsanz, 2012; Sanmartín 2013; González, 2015;
Anaut Bravo, Laparra y García, 2015; Martínez Virto, 2015).

El entorno en el que se reside y transita es un elemento que afecta al bienestar


personal y colectivo. Los espacios públicos y privados (vivienda) constituyen el
escenario físico y relacional en el que se desenvuelve la vida cotidiana. Sus
características les convierte en factores de riesgo de exclusión social o en factores
de promoción de la inclusión social (Anaut Bravo, Laparra y García, 2015: pp.
199-200).

Fuentes oficiales de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Habitat – SENAVITAT,


establecen que para el año 2014 aproximadamente 1.270.000 familias tienen problemas
en sus viviendas: “el déficit habitacional es de tipo cuantitativo (demanda de “nuevas
viviendas”) y de carácter cualitativo (demanda de “ampliación” y/o de
“mejoramiento”)… El 87% corresponde al tipo cualitativo mientras que el 13% al
cuantitativo” (SENAVITAT, 2013: 19).
Esta cantidad de viviendas que no se encuentran en condiciones habitables, y que
representan circunstancias precarias para el desarrollo digno y pleno de las personas,

13
representa al 73% de las viviendas4 del Paraguay, lo que alcanzaría a aproximadamente
el 9,5% de las viviendas que necesitan ser construidas completamente, y al 63,5% de las
viviendas que necesitan algún mejoramiento o ampliación para vivir con los mínimos
estándares de habitabilidad.

La infravivienda o la vivienda en estado precario son habituales entre los hogares


que se encuentran en situación o riesgo de exclusión. Esto conlleva múltiples
consecuencias sobre los menores que residen en su interior: sobre el estado de
salud (humedades, temperatura...), sobre el desarrollo psicológico (hacinamiento,
falta de seguridad...) y sobre las propias relaciones familiares (falta de intimidad,
visualización de conflictos) (Lorenzo Gilsanz, 2012: p. 35).

Los cambios demográficos y la generación de nuevos asentamientos informales merecen


una atención especial en la actualidad (que se suma a los bañados y barrios populares
estigmatizados), ya que en los mismos se constituyen viviendas de malas calidad y
entornos excluidos y en riesgos (Galeano Monti, 2016). En el departamento Central se
encuentran más del 50% del total de estos asentamientos.
No debería sorprender si las personas privadas de libertad provienen de dichos sectores y
especialmente del departamento Central y de la periferia de la capital, fruto de la
desatención y producto de la autogestión de una población históricamente relegada
(proveniente del campo en gran medida).

1.2. La situación carcelaria


Müller señala que en “América Latina, la prisión se ha convertido en la principal
institución estatal encargada de albergar a la marginalidad urbana” (Müller, 2012: p. 416),
y que los Estados Latinoamericanos gobiernan la cuestión social desde un enfoque
punitivo, y poniendo

foco exclusivo de este proceso en estrategias de encarcelamiento y no en la


implementación de workfare regimes [regímenes laborales]. Ya que estos
procesos se desarrollan dentro de un contexto marcado por la ausencia de un
Estado de derecho, los Estados penales que están surgiendo en América Latina
refuerzan las tendencias altamente excluyentes de las sociedades
latinoamericanas dentro del sistema penitenciario (Müller, 2012: p. 402).

Hablar de la situación carcelaria significa hablar de todo el sistema gubernamental que


atiende tanto a la “cuestión penal” como a la “cuestión social”, y en ese sentido resulta
importante la intervención del Estado.
En el caso paraguayo, implica a los tres poderes del Estado, y observando el actuar de
cada uno de ellos, en al menos los últimos años, se encuentra que el Poder Ejecutivo:
- En los 4 años del actual gobierno existieron 3 ministro/as de Justicia: Sheyla
Abed, Carla Bacigalupo y Ever Martínez, respectivamente. Esto en la práctica
implica cambios en la lógica de administración, cambios dentro de los cargos del
ministerio, creación de nuevos proyectos.

4
El total de viviendas para el año 2014 es de 1.746.449 y la población total es de 6.818.180 (DGEEC, 2014a).

14
- En la actualidad se encuentra un proyecto de construcción de 6 cárceles en dos
complejos, en los distritos de Emboscada y Minga Guasú.
- Desde el propio Ministerio de Justicia se señalan actos administrativos corruptos
en las cárceles5. Esto apoya a las denuncias que desde el MNP se vienen
realizando a partir de las auditorías realizadas en el marco del monitoreo a las
cárceles6.
En el Poder Legislativo resaltan los cambios en las normativas en los últimos años, que
en la práctica se constituyen en una disminución de garantías procesales para las
potenciales personas privadas de libertad7.
En cuanto al poder Judicial se observa que:
- Se encarcela y se priva de libertad a un número cada vez mayor de personas,
llegando a picos históricos cada año, y aumentando anualmente en promedio de
1.000 personas en privación de libertad8.
- Es selectivo, encierra especialmente al sector más vulnerado9, y somete a malos
tratos y torturas desde la aprehensión hasta la privación de su libertad en las
cárceles.
- Aplica la prisión preventiva como regla, (siendo que debería ser la última
medida/última ratio y por tanto debería darse de manera excepcional), y acarrea
consecuencias negativas10.
- A tal punto se abusa de la prisión preventiva que, en la actualidad, según un
informe del 2017 del Instituto de Investigación en Política Criminal de la
Universidad de Londres11 es el cuarto país en el mundo con mayor tasa de presos
sin condena12, y el primero en América Latina.
Un detalle no menor es la teórica independencia que debería existir entre cada uno de los
poderes, pero que en la práctica no se materializa.

5
Cfr. la denuncia en el artículo “Ministro denuncia ‘millonario esquema’ de estafa”
http://www.ultimahora.com/ministro-denuncia-millonario-esquema-estafa-n1098772.html (consulta
03/08/2017).
6
Son expuestas de manera detallada en el apartado “principales falencias del sistema carcelario paraguayo…”.
7
Cfr. el capítulo de María Angelina Luna “Efectos nocivos de las normas en el proceso de criminalización
secundaria. Propuestas de modificación legislativa” en el libro del MNP “El derecho a tener derechos” (2015),
Asunción, MNP.
8
Para obtener un panorama de la prisión preventiva en el Paraguay cfr. “Documento de Trabajo Nº 02/2015 -
El aumento del hacinamiento en las cárceles y algunas de las causas del encarcelamiento en Paraguay” (MNP,
2015k).
9
Aplicado al caso del perfil de los y las adolescentes en privación de libertad, cfr. Mecanismo Nacional de
Prevención de la Tortura (2015j) “Abriendo puertas al encierro. Realidad de adolescentes en privación de
libertad en Paraguay”.
10
Cfr. Contreras, Ruíz y Battilana (2016) “Aplicación de la Prisión Preventiva en la República del Paraguay”,
Asunción, ICED-NED.
11
Cfr. en http://www.paraguay.com/judiciales-policiales/paraguay-cuarto-en-el-mundo-en-proporcion-de-
presos-sin-condena-165167 (consulta 01/08/2017).
12
Cfr. los capítulos de Orrego, Cáceres, Galeano, López y Valiente “Abuso por falta de fundamentación y
control de la prisión preventiva. El caso de los adolescentes privados de libertad en los “Centros Educativos”, y
el de Martens “La prisión preventiva: Análisis de su aplicación en Asunción, Central y Ciudad del Este” en el
libro del MNP “El derecho a tener derechos” (2015), Asunción, MNP.

15
Crecimiento sostenido de la población privada de libertad
La población carcelaria en el Paraguay en los últimos 10 años viene aumentando
ininterrumpidamente (ver gráfico N° 3). Se observa que en los últimos 5 años se dio el
mayor crecimiento: siendo que del 2007 al 2012 creció en 36%; del 2012 al 2017 creció
en 71,4%. Y de manera absoluta, del 2007 al 2017 se creció en 233%.
Gráfico Nº 3. Crecimiento de la población privada de libertad en el
Paraguay, de 2007 a 2017

13181 13646
12423
10450
9233
7916
7161
5820 5867 6101 6197

2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

Fuente: elaboración propia con datos de Carranza (2012), y partes diarios del Ministerio de Justicia.

En el año 2007 la tasa penitenciaria por 100.000 habitantes era de 97, y para el año 2017
aumentó a 196, lo que significa que se duplicó la población privada de libertad en relación
al crecimiento poblacional a nivel nacional.
Este crecimiento que se enmarca también dentro de las tendencias mundiales y de los
países de la región13, se debe a un tipo de gestión y modelo de administración y
gerenciamiento de la cuestión social, que se caracteriza por ser de tipo punitivo, represivo,
y en muchas de las ocasiones violatorio de los derechos humanos más básicos de las
personas privadas de libertad, por las condiciones en las que se encierra.

Principales falencias del sistema carcelario paraguayo en clave de derechos


humanos
Los informes de la sociedad civil, particularmente los de la CODEHUPY14, y los informes
estatales de las inspecciones de monitoreo y seguimiento, y las investigaciones del
Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), dan cuenta de la falta de
garantías y de la violación de los derechos humanos básicos de las personas privadas de
libertad relacionados a la salud, la educación y cultura, condiciones de alojamiento y
habitabilidad, recreación, deportes y tiempo libre, entre otros.

13
Para obtener un panorama de la tendencia latinoamericana, cfr. Carranza (2015), “Las cárceles en América
Latina y el Caribe. ¿Qué hacer?, ¿qué no hay que hacer?”, ILANUD.
14
Cfr. los informes anuales de Derechos Humanos en http://codehupy.org.py/.

16
A continuación, se realiza una descripción de las principales falencias encontradas en las
cárceles, desde la revisión de los informes del MNP correspondientes a los años 2015 al
2017 que se encuentran en la página web del MNP15.

Hacinamiento e infraestructura
Uno de los puntos neurálgicos que ocasionan pésimas condiciones de vida para las
personas privadas de libertad es el alto nivel de sobrepoblación y hacinamiento existente
en las cárceles del Paraguay.
Tabla N° 4. Capacidad, población e índice ocupacional, por
penitenciarías.
Índice
Penitenciarías Capacidad Población
ocupacional
Nacional 1.530 3.304 216%
Esperanza 288 283 98%
Emboscada 408 1.439 353%
Padre Juan de la Vega 720 1.320 183%
Encarnación 939 983 105%
Misiones 920 892 97%
Concepción 889 689 78%
Coronel Oviedo 960 1.185 123%
San Pedro 296 336 114%
Villarrica 290 340 117%
Pedro Juan Caballero 920 847 92%
Ciudad del Este 636 1.368 215%
Buen Pastor 470 492 105%
Juana María de Lara 102 82 80%
Granja Ita Pora 48 7 15%
Granja Ko’e Pyahu 13 19 146%
Serafina Dávalos 62 56 90%
Nueva Oportunidad 20 4 20%
Total 9.511 13.646 -
Fuente: elaboración propia con base al parte diario del 4 de agosto de 2017 del Ministerio de Justicia.
Observación. Las celdas sombreadas en rojo implican sobrepoblación crítica, y las celdas sombreadas en
amarillo implican una situación de sobrepoblación.

El MNP viene describiendo este fenómeno en prácticamente todas las inspecciones que
realiza, en el que de manera generalizada (a excepción de la penitenciaría “La
Esperanza”) existe una mayoría de la población encarcelada sin condena, así como ciertos
pabellones en los que existen mayor sobrepoblación que en otros pabellones16.

15
Por cuestiones de espacio y optimización del tiempo se decidió no incluir en el presente informe aquellos
correspondientes al 2013 y 2014.
16
Cfr. Informes de: Seguimiento de la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento de la
Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Seguimiento de la Penitenciaria de Pedro Juan
Caballero (2016e), Preliminar de Visita - Penitenciaria Regional de Concepción (2016g), Seguimiento de la
Penitenciaría de Concepción – Pabellón Mujeres (2016h), Seguimiento de la Penitenciaría Nacional de
Tacumbú (2016i), Monitoreo de la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo – Adultos mujeres y varones
(2015b), Monitoreo de la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultas Mujeres (2015c), Monitoreo de la
Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultos Varones (2015d), Monitoreo de la Penitenciaría Regional de
Misiones (2015e), Monitoreo del Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f), Seguimiento de la

17
Según el parte diario del 4 de agosto de 2017 del Ministerio de Justicia, el 63,3% de la
población estructural se encuentra con sobrepoblación crítica17, 15,8% con
sobrepoblación, y 20,9% sin sobrepoblación (ver tabla Nº 4). Es importante hacer la
aclaración que existen sectores o pabellones sin sobrepoblación en las cárceles con
sobrepoblación crítica (como son los sectores VIP), o bien pabellones con sobrepoblación
crítica en las cárceles que no tienen sobrepoblación (como son los pabellones más
carenciados de Encarnación, Pedro Juan Caballero, Misiones o Concepción).
Las seis áreas de mujeres que se encuentran en el mismo predio que las cárceles de los
varones se constituyen en factores de riesgo que ocasionan malas condiciones de
habitabilidad para las mujeres, ya que los espacios en los que se encuentran no fueron
diseñados para este efecto y por lo general carecen de los elementos más básicos para el
ejercicio pleno de sus derechos durante la privación de libertad18. En algunas cárceles, el
MNP encontró un esquema de prostitución como método de subsistencia de las mujeres19.

Equipamiento y servicios básicos


La sobrepoblación y el hacinamiento en las cárceles conllevan como principal efecto, que
repercute negativamente en las personas privadas de libertad, a la nula o escasa provisión
de los insumos más elementales para el desarrollo de sus vidas dentro de las cárceles:
- Falta de sábanas y frazadas20.
- Falta de colchones y camas21, encontrándose en algunos pabellones que hasta el
90% no contaba con este insumo básico, o que los mismos estaban en mal estado.

Penitenciaria Regional de Alto Paraná (2015g), Monitoreo de la Penitenciaria Regional de Villarrica – Pabellón
de Mujeres (2015h), Monitoreo de la Penitenciaria Regional de Villarrica – Varones (2015i).
17
De acuerdo a la definición utilizada por el Comité Europeo para los problemas criminales, la sobrepoblación
crítica se da cuando la densidad penitenciaria es de 120% o más. Cfr. Comité Européen pour les Problèmes
Criminels (1999). Draft report on prison overcrowding and overuse of imprisonment.
18
Cfr. Informes de: Penitenciaría Regional de Itapúa – pabellón de mujeres (2017a), Seguimiento de la
Penitenciaria Regional de Pedro Juan Caballero – Pabellón Mujeres (2016f), Seguimiento de la Penitenciaría de
Concepción – Pabellón Mujeres (2016h), Monitoreo de la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo – Adultos
mujeres y varones (2015b), Monitoreo de la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultas Mujeres (2015c).
19
Cfr. Informes Preliminar de Visita - Penitenciaria Regional de Concepción (2016g) y Monitoreo de la
Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultas Mujeres (2015c). Cfr. prensa: «Presa relata cómo se prostituyó
dentro de la cárcel al no tener dinero ni visitas», Diario Última Hora (2016); «Tras denuncias de prostitución,
intervienen cárcel de Misiones», Diario ADN paraguayo (2017).
20
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Seguimiento a
la Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Seguimiento a la Penitenciaría de Concepción – Pabellón
Mujeres (2016h), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de (2016i), Seguimiento a la Penitenciaría de la
Antigua Emboscada (2015a), Monitoreo de la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo – Adultos mujeres y
varones (2015b), Monitoreo de la Penitenciaría Regional de Misiones (2015e).
21
Cfr. Informes de: Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Itapúa – pabellón de mujeres (2017a),
Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la Penitenciaría Regional de
Concepción – Varones (2016c), Seguimiento a la Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Seguimiento
a la Penitenciaria Regional de Pedro Juan Caballero – Pabellón Mujeres (2016f), Preliminar de Visita -
Penitenciaria Regional de Concepción (2016g), Seguimiento a la Penitenciaría de Concepción – Pabellón
Mujeres (2016h), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i), Seguimiento a la Penitenciaría
Antigua Emboscada (2015a), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo – Adultos mujeres y
varones (2015b), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultas Mujeres (2015c), Monitoreo a
la Penitenciaría Regional de Misiones (2015e), Monitoreo del Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f),
Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Pabellón de Mujeres (2015h).

18
- De manera generalizada no existe agua caliente en las cárceles22.
Resultan ilustrativos dos casos que se encuentran en los informes del MNP,
correspondientes a la penitenciaría de San Pedro (2015c) y a la inspección realizada en el
2017 en el Centro Educativo de Itauguá, en el que se comprobó que los directores de
dichas instituciones, tenían en depósitos centenas de colchones que no se proveía a la
población privada de libertad que no contaba con el mismo.

Salud e higiene
Las cárceles no se encuentran preparadas para brindar una atención sanitaria de calidad
de las personas privadas de libertad, lo cual se constituye en un factor de riesgo muy
importante23. No existe un número suficiente de profesionales médicos y de la salud
mental, ni medicamentos24, existe una generalizada y extremada falta de higiene25, hay
infecciones que se propagan fácilmente por las condiciones de hacinamiento extremo
como son referenciadas por las personas privadas de libertad26.
Desde la administración de las cárceles no se proveen insumos de higiene, y son los
familiares de las personas privadas de libertad quienes costean los mismos27.
En el caso de la salud específica y de los cuidados que requieren las mujeres privadas de
libertad se encontró como principales deficiencias28:

22
Cfr. Informes de: Penitenciaría Regional de Itapúa – pabellón de mujeres (2017a), Seguimiento a la
Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la Penitenciaria de Pedro Juan Caballero
(2016e), Seguimiento a la Penitenciaría de Concepción – Pabellón Mujeres (2016h), Seguimiento a la
Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i), Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Varones
(2015i).
23
Cfr. con “Resumen Investigación - Derecho a la salud en ámbitos de intervención del MNP” (MNP, 2017c).
La versión extensa de la investigación se encuentra en etapa de diseño e impresión.
24
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la
Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Preliminar de la Penitenciaria Regional de Pedro
Juan Caballero – Sector Varones (2016d), Seguimiento a la Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e),
Seguimiento a la Penitenciaria Regional de Pedro Juan Caballero – Pabellón Mujeres (2016f), Seguimiento a la
Penitenciaría de Concepción – Pabellón Mujeres (2016h), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú
(2016i), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i), Seguimiento a la Penitenciaría de la
Antigua Emboscada (2015a), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultas Mujeres (2015c),
Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultos Varones (2015d), Monitoreo a la Penitenciaría
Regional de Misiones (2015e), Monitoreo al Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f), Seguimiento a la
Penitenciaria Regional de Alto Paraná (2015g), Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Pabellón
de Mujeres (2015h), Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Varones (2015i).
25
Cfr. Informes de: Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo – Adultos mujeres y varones
(2015b), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Misiones (2015e), Monitoreo del Penal de Mujeres Casa del
Buen Pastor (2015f).
26
Cfr. Informe de Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a).
27
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la
Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Seguimiento a la Penitenciaria de Pedro Juan
Caballero (2016e), Seguimiento a la Penitenciaria Regional de Pedro Juan Caballero – Pabellón Mujeres
(2016f), Preliminar de Visita - Penitenciaria Regional de Concepción (2016g), Seguimiento a la Penitenciaría
de Concepción – Pabellón Mujeres (2016h), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i),
Seguimiento a la Penitenciaría de la Antigua Emboscada (2015a), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de
Coronel Oviedo – Adultos mujeres y varones (2015b), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro -
Adultos Varones (2015d), Monitoreo del Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f).
28
Cfr. con el Censo de Mujeres Privadas de Libertad 2015 del MNP (2016j); y con los informes de: Monitoreo
a la Penitenciaría Regional de Itapúa – pabellón de mujeres (2017a), Seguimiento a la Penitenciaria Regional

19
- 89% no recibió atención psiquiátrica.
- 57,8% no accede a las atenciones ginecológicas.
- 57,8% no consultó con profesionales de psicología en los últimos meses.
- 30,2% se realizó estudios de mamografía.
Y en relación a las madres que viven con sus hijos, tampoco se brinda atención pediátrica
ni controles necesarios para el pleno desarrollo de los niños y niñas29.

Alimentación
En la mayoría de las inspecciones realizadas en las cárceles por el MNP se encontró que
la calidad de la comida es mala30, y que gran parte de la población cocina su propia comida
para no ingerir la distribuida en la cárcel.
Otro de los problemas frecuentes en las cárceles es la falta de acceso al agua potable y
problemas permanentes con el suministro31. En el año 2015 en la cárcel de Coronel
Oviedo dos indígenas fallecieron a causa de deshidratación, por la falta de provisión de
agua potable:

Se pudo observar en la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo los siguientes


hechos: 5.1 Los internos no tienen acceso directo y permanente a agua potable.
5.2 El agua es traída desde otros pabellones y es transportada en bidones o
botellas, sin mínimas condiciones de higiene. 5.3 A lo anterior agréguese el
agravante de que los internos deben pagar dinero para obtener diariamente agua
para: a) beber; b) bañarse; c) hacer correr las aguas de los sanitarios que se
encuentran dentro de las celdas; d) limpiar sus celdas. 5.4 La suma aproximada
que los internos pagan diariamente para proveerse de agua es de
aproximadamente 10.000 guaraníes (MNP, 2015l: p. 18).

En lo que hace a la alimentación de los y las hijos de las mujeres privadas en libertad que
viven con sus madres en las cárceles, se encontró que “deben comprar y preparar el
alimento diario para sus hijos e hijas, ya que no está contemplada la alimentación de los
mismos, alimentación que pueda incluir frutas, yogurt o leche maternizada en los casos
necesarios” (MNP, 2017a: p.20).

de Pedro Juan Caballero – Pabellón Mujeres (2016f), Preliminar de Visita - Penitenciaria Regional de
Concepción (2016g), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo – Adultos mujeres y varones
(2015b), Monitoreo del Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f), Monitoreo a la Penitenciaria Regional
de Villarrica – Pabellón de Mujeres (2015h).
29
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaria Regional de Coronel Oviedo – Mujeres (2016b),
Seguimiento a la Penitenciaria Regional de Pedro Juan Caballero – Pabellón Mujeres (2016f), Seguimiento a la
Penitenciaría de Concepción – Pabellón Mujeres (2016h), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Misiones
(2015e).
30
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Seguimiento a
la Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Seguimiento a la Penitenciaria Regional de Pedro Juan
Caballero – Pabellón Mujeres (2016f), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i),
Seguimiento a la Penitenciaría de la Antigua Emboscada (2015a), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San
Pedro - Adultos Varones (2015d), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Misiones (2015e), Monitoreo al
Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f), Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Varones
(2015i).
31
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Seguimiento a
la Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro -
Adultos Varones (2015d), Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Varones (2015i).

20
Corrupción
Núñez Vega (2007) ofrece una explicación de cómo el sistema de los narcotraficantes fue
apropiándose y gobernando las cárceles:

la dinámica carcelaria… se estructura en función del «refile». El término expresa


una transacción material o simbólica entre uno o varios internos y uno o varios
guardias penitenciarios con el fin de otorgar a los presos un «derecho» no
autorizado a cambio de una contraprestación… Todo (un favor, un permiso, una
autorización, una comida, un poco de droga, una llamada, evitar una paliza, etc.)
puede resolverse refilando (pp. 106-107).

Los informes del MNP dan cuenta de un esquema de corrupción generalizado al interior
de las cárceles, en el que, lo que deberían ser derechos, son privilegios comprados con
dinero. Entre las cosas que se pueden comprar, en detrimento de la población general se
encuentran: las celdas y ubicación en pabellones32; el acceso a la salud o el paso de
portones para llegar a la sanidad penitenciaria33; agua potable cuando hay problemas en
el suministro34; liberarse de sanciones35; las comparecencias y traslados para trámites
judiciales36; bebidas alcohólicas37; drogas38; liberar la revisión de los familiares al
momento de su ingreso39; acceso a habitaciones privadas40, salidas de la cárcel sin
permiso judicial41.
Recientemente, incluso desde el propio Ministerio de Justicia, se señalan actos
administrativos corruptos en la provisión de alimentación en las cárceles42, lo que apoya
a las denuncias que desde el MNP se vienen realizando.

32
Cfr. Informes de: Penitenciaría Regional de Itapúa – pabellón de mujeres (2017a), Seguimiento a la
Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la Penitenciaria de Pedro Juan Caballero
(2016e), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i), Monitoreo a la Penitenciaría Regional
de Misiones (2015e), Seguimiento a la Penitenciaria Regional de Alto Paraná (2015g), Monitoreo a la
Penitenciaria Regional de Villarrica – Varones (2015i).
33
Cfr. Informe de Seguimiento Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a).
34
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Intervención a
la Penitenciaria Regional de Coronel Oviedo (2015l).
35
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la
Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo –
Adultos mujeres y varones (2015b).
36
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Monitoreo a la
Penitenciaría Regional de Misiones (2015e).
37
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la
Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e).
38
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la
Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Seguimiento a la Penitenciaría de la Antigua Emboscada
(2015a), Monitoreo al Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f).
39
Cfr. Informe de Seguimiento Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a).
40
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Monitoreo a la
Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultos Varones (2015d).
41
Cfr. Informe de Monitoreo de Penitenciaría Regional de Misiones (2015e).
42
Cfr. la denuncia en el artículo “Ministro denuncia ‘millonario esquema’ de estafa”, en
http://www.ultimahora.com/ministro-denuncia-millonario-esquema-estafa-n1098772.html (consulta
12/08/2017).

21
Malos tratos y tortura
De acuerdo a los censos del MNP se encontró que el 34% de los y las adolescentes
manifestó haber sido víctima de malos tratos y tortura en los Centros Educativos (MNP,
2015j: p. 78), y que el 20% de las mujeres manifestó haber sido víctima de tortura y malos
tratos en las cárceles (MNP, 2016j: p. 46). Además, el 70% del total de las personas que
fueron contactadas y entrevistadas en el marco de las inspecciones de monitoreo y
seguimiento del MNP durante el 2016 manifestó haber sido golpeada, maltratada o
insultada por agentes penitenciarios durante su privación de libertad (MNP, 2017b: p.
109).
Resulta preocupante que en todas las inspecciones realizadas en las cárceles43 y centros
educativos, como así en los dos censos del MNP del 2015, siguen siendo una realidad en
la actualidad la existencia de los malos tratos y la tortura, abusos y acciones excesivas de
los funcionarios penitenciarios.

Sistema de sanciones y aislamiento


Así como la existencia de la tortura, la aplicación arbitraria e irregular de las sanciones y
medidas de aislamiento como sistema de gobierno por parte de los guardias penitenciarios
viene siendo registrado por el MNP, entre las que se encuentran la privación y suspensión
de visitas por parte de guardias penitenciarios44; derivación a las celdas de aislamiento
sin cumplir las condiciones mínimas de cuidado45; traslados a otras penitenciarías46,
aislamientos en la propia celda47.

43
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría Regional de Concepción – Varones (2016c), Preliminar de
la Penitenciaria Regional de Pedro Juan Caballero – Sector Varones (2016d), Seguimiento a la Penitenciaria de
Pedro Juan Caballero (2016e), Preliminar de Visita - Penitenciaria Regional de Concepción (2016g),
Seguimiento a la Penitenciaría de la Antigua Emboscada (2015a), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de
Coronel Oviedo – Adultos mujeres y varones (2015b), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro -
Adultas Mujeres (2015c), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultos Varones (2015d),
Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Misiones (2015e), Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica
– Pabellón de Mujeres (2015h), Monitoreo a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Varones (2015i).
44
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la
Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Seguimiento a la Penitenciaría de Concepción – Pabellón
Mujeres (2016h), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i), Monitoreo a la Penitenciaría
Regional de San Pedro - Adultos Varones (2015d), Monitoreo del Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor
(2015f).
45
Cfr. Informes de: Seguimiento Penitenciaría de Ciudad del Este (MNP, 2016a), Seguimiento a la
Penitenciaria de Pedro Juan Caballero (2016e), Seguimiento a la Penitenciaria Regional de Pedro Juan
Caballero – Pabellón Mujeres (2016f), Seguimiento a la Penitenciaría de Concepción – Pabellón Mujeres
(2016h), Seguimiento a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i), Seguimiento a la Penitenciaría de la
Antigua Emboscada (2015a), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo – Adultos mujeres y
varones (2015b), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Misiones (2015e), Monitoreo a la Penitenciaria
Regional de Villarrica – Varones (2015i).
46
Cfr. Informes de: Seguimiento a la Penitenciaría de Concepción – Pabellón Mujeres (2016h), Seguimiento a
la Penitenciaría Nacional de Tacumbú (2016i), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo –
Adultos mujeres y varones (2015b), Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultos Varones
(2015d), Monitoreo al Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor (2015f).
47
Cfr. Informes de: Monitoreo a la Penitenciaría Regional de San Pedro - Adultos Varones (2015d), Monitoreo
a la Penitenciaria Regional de Villarrica – Pabellón de Mujeres (2015h).

22
La propuesta actual en el Paraguay: construcciones de cárceles
La directora General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, en la reciente
sesión del Comité contra la Tortura, llevado a cabo en julio de 2017, expuso que existen
más de 5.000 personas privadas de libertad que no tienen espacio dentro de las cárceles.
Frente a este problema, desde el Ministerio de Justicia se invirtió U$S 18.000.000
(dieciocho millones de dólares) “en la adecuación edilicia y creación de nuevos centros,
así como centros educativos”, y confirmó que actualmente se encuentran en construcción
los nuevos complejos penitenciarios en los distritos de Emboscada y en Minga Guasú48:

La nueva infraestructura penitenciaria cumpliría con los estándares


internacionales para albergar a 5.200 personas privadas de libertad, distribuidas
en 4 centros proyectados para la zona, lo que en un cierto plazo permitiría cerrar
la Penitenciaria Nacional de Tacumbú. Así también se prevé la construcción de
dos nuevos centros penitenciarios en Minga Guasú con la proyección de
reemplazar al Centro Penitenciario de Ciudad del Este, ambas penitenciarías con
los más altos índices de hacinamiento49.

Hasta diciembre de 2016, según los partes diarios del Ministerio de Justicia, la capacidad
de alojamiento del sistema penitenciario en el Paraguay era de 6.643 personas. Durante
el 2017 se fueron habilitando nuevos pabellones50 o aumentando la capacidad en las
cárceles ya existentes51, así como 1 nueva cárcel de mujeres52 y 1 nuevo establecimiento
semiabierto para mujeres53. Así, durante el 2017 se crearon 2.868 nuevas plazas en las
cárceles.
Llama la atención que la ampliación de capacidad de las cárceles de Misiones,
Concepción, Coronel Oviedo, Pedro Juan Caballero y Buen Pastor, no se enmarcan en las
recomendaciones de las normativas internacionales de derechos humanos que tienen
como estándar que las cárceles no sobrepasen las 500 personas.
En este sentido, bajo una misma administración del Ministerio de Justicia se estaría
ampliando la capacidad al doble o a más del doble de la capacidad anterior, y si ya era
dificultosa la administración en las cárceles, en este escenario se complica y complejiza
aún más la situación.

48
Recientemente también fue noticia en los medios de prensa escrita del Paraguay, que se pretende construir
más centros educativos para los adolescentes que se encuentran en conflicto con la ley penal. Cfr.
http://www.abc.com.py/nacionales/plantean-la-construccion-de-mas-correccionales-para-menores-
1607195.html (consulta 10/08/2017).
49
Exposición de María José Méndez, Directora General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, en
“Consideration of Paraguay (Cont'd) - 1549th Meeting 61st Session Committee Against Torture”, desde el
minuto 39.10 en adelante. En http://webtv.un.org/search/consideration-of-paraguay-contd-1549th-meeting-
61st-session-committee-against-torture/5524611730001/?term=&lan=english (consulta 18/08/2017).
50
Entre diciembre de 2016 y agosto de 2017: Misiones aumentó 475 plazas; Concepción aumentó 469 plazas;
Pedro Juan Caballero aumentó 404 plazas; Coronel Oviedo aumentó 364 plazas; Encarnación aumentó 297
plazas.
51
Entre diciembre de 2016 y agosto de 2017: Buen Pastor aumentó 270 plazas; Ciudad del Este aumentó 186
plazas; Juan Antonio de la Vega aumentó 180 plazas; Villarrica aumentó 102 plazas; Emboscada Antigua
aumentó 93 plazas; Juana María de Lara aumentó 52 plazas; la Granja Ita Pora aumentó 36 plazas; San Pedro
aumentó 15 plazas.
52
Penitenciaría Serafina Dávalos con capacidad de 62 plazas.
53
Penitenciaría “Nueva Oportunidad” con 20 plazas.

23
Además es importante señalar que el MNP se encuentra realizando una investigación en
la que se analiza la capacidad que realmente tienen las cárceles desde la perspectiva de
derechos humanos en el que se establece que el mínimo espacio para cada persona privada
de libertad es entre 10 y 7 mts2 (Kliksberg, 2008; Corte IDH54, 2006).

Los estándares internacionales de habitabilidad


Una de las principales carencias y deficiencias encontradas por el MNP y que fueron
presentados en el apartado anterior, son las pésimas condiciones de habitabilidad en la
que se encuentran las personas privadas de libertad. Si la propuesta desde el Ministerio
de Justicia es la construcción de más cárceles, entonces resulta necesario tener en cuenta
los estándares internacionales para el tratamiento de las personas privadas de libertad.
¿El Ministerio de Justicia, en el año 2017, tiene en cuenta a los estándares
internacionales?

En cuanto a la consulta de la proyección relativa a las instalaciones, quisiera


mencionar que el proyecto para la construcción del nuevo centro de rehabilitación
y reinserción en la ciudad de Emboscada. La nueva infraestructura penitenciaria
cumpliría con los estándares internacionales para albergar a 5.200 personas
privadas de libertad, distribuidas en 4 centros proyectados para la zona55.

La exposición de la Directora de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia entra en


contradicción con la normativa internacional, al señalar la nueva construcción de una
cárcel o un complejo carcelario, nunca antes construidas en el Paraguay, para albergar a
5.200, ya que la regla 89 de las “Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el
Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela)” en su inciso 3 señala como
deseable que el número de presos para cada cárcel no supere los 500, por lo que también
la plaza máxima debería ser esa56.
Kliksberg57 (2008) señala que el mínimo de espacio deseable por persona privada de libertad es
de 10 mts2, lo que se aleja de ser una realidad en las cárceles latinoamericanas. Según especialistas
en cárceles paraguayas, como lo fue el capellán penitenciario Juan Antonio de la Vega, sería
mejor un máximo de 350 plazas, si es que el fin fuera dar un tratamiento individualizado a los
presos58.

54
En el caso Montero Aranguren y otros (Retén de Catia) vs. Venezuela. Sentencia de 5 de julio de 2006, párr.
90, se estima 7 mts2 por cada persona privada de libertad.
55
Exposición de María José Méndez, Directora General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, en
“Consideration of Paraguay (Cont'd) - 1549th Meeting 61st Session Committee Against Torture”, desde el
minuto 39.10 en adelante. En http://webtv.un.org/search/consideration-of-paraguay-contd-1549th-meeting-
61st-session-committee-against-torture/5524611730001/?term=&lan=english (consulta 18/08/2017).
56
“Regla 89. Inc. 3. Es conveniente evitar que en los establecimientos penitenciarios de régimen cerrado el
número de reclusos sea tan elevado que llegue a constituir un obstáculo para la individualización del
tratamiento. En algunos países se considera que el número de reclusos en dichos establecimientos”.
57
Brinda datos que en Holanda el promedio es de 14 mts2 por persona privada de libertad, y que el mínimo
internacional establecido por el ILANUD es de 10 mts2.
58
“Las Reglas Mínimas para el tratamiento de los delincuentes y prevención del delito de las Naciones Unidas
ponen como cifra tope ideal para manejar bien a los internos y hacer con ellos una labor eficaz rehabilitadora
que en cada cárcel no haya más de 500 internos, y aún sería mejor 350” (De la Vega, 1993: p. 156).

24
Se vuelve a insistir con la pregunta que abre este apartado, ¿de qué estándares
internacionales se habla desde el Ministerio de Justicia en el año 2017? No por repetir
muchas veces o por el simple hecho que se nombre a los estándares internacionales se
estaría cumpliendo en la práctica con dicha normativa. El mismo De la Vega, cierra su
artículo con la reflexión que la administración y la gerencia penitenciaria es costosa “pero
hay que enfrentarla e ir haciéndola poco a poco” (De la Vega, 1993: p. 165).

La proyección de las nuevas cárceles


Se replica la misma pregunta de uno de los apartados del artículo del Padre Juan Antonio de la
Vega (1993): ¿dónde construir las cárceles?, ¿lejos o cerca de las ciudades? Los motivos
expuestos por él, específicamente para el caso paraguayo continúan siendo importantes en la
actualidad ya que continúan teniendo vigencia luego de más de dos décadas. “La construcción de
cárceles en lugares remotos y aislados es hacer campos de concentración y no tratar de resocializar
al interno” (De la Vega, 1993: p. 162).
De hecho, su planteamiento centrado en la humanización de las cárceles y la importancia del
bienestar de las personas privadas de libertad, son los que priman y son expuestos desde la
perspectiva técnica como de su experiencia de trabajo en cárceles, que le permitió tener
conocimientos empíricos acerca de los soportes que dan fuerza a las personas privadas de libertad
como aquellos factores que ocasionan conflictos personales e interpersonales en las cárceles.
Sus planteamientos resultan oportunos para el Ministerio de Justicia y sus proyectos de
construcción de más cárceles59.
Entre los efectos negativos más resaltantes que conlleva la construcción de las cárceles en
espacios alejados se encuentran los siguientes: (i) costos elevados para las visitas de los familiares,
(ii) costos elevados para las visitas de defensores o abogados de las personas privadas de libertad,
(iii) falta de visitas que genera “pensamientos angustiantes al interno que lo atormentan” y “crea
tensiones entre ellos y con los guarda-cárceles” (De la Vega, 1993: p. 162), (iv) genera desarraigo
en las personas privadas de libertad, (v) se presta a mayores abusos de autoridad, malos tratos y

59
Se recomienda la lectura del artículo de Juan Antonio De la Vega, y aquí se señalan aquellos aspectos que
continúan siendo importantes en la actualidad para que las cárceles no estén lejos de las principales ciudades.
“Al construir las cárceles en lugares solitarios bien lejos de las poblaciones vamos a contra marcha, caminamos
como el cangrejo y no nos alineamos con las tendencias actuales de la política criminal...
Para traer y llevar a los inculpados a las audiencias, por ejemplo, o para cualquier otra diligencia judicial se gasta
mucho tiempo. No sólo son los presos sino también los guarda-cárceles los que viajan…
Estando la cárcel en la ciudad se pueden tener hasta dos y tres viajes en la mañana, duplicando o triplicando el
número de presos atendidos por los diversos juzgados... Esta es una razón muy poderosa que nos debe hacer
reflexionar. Justicia que se demora no es justicia, sino injusticia...
Decimos que la finalidad de la pena principalmente es rehabilitar y resocializar al condenado para reinsertarlo en
la sociedad ya de nuevo recuperado. Sin embargo, para ello utilizamos el método de separarlo de todos aquellos
que pueden ayudarlo, especialmente del trato de la familia, del voluntariado visitador de cárceles que tanto le
pueden ayudar; y lo encerramos lejos, bien lejos de las poblaciones sin poder recibir visitas, viendo siempre las
mismas caras, los mismos muros, conviviendo con los mismos compañeros que tuvieron como él en un mal
momento... Decimos que queremos reeducarlo para la sociedad y lo separamos de ella lo más posible. Hacemos
todo lo contrario de lo que piden las Reglas internacionales...
La distancia geográfica y el aislamiento del centro penitenciario se presta más para el abuso de autoridad, para
las golpizas, para los malos tratos, para las celdas de castigo, para los aislamientos largos y en condiciones
inhumanas. Nadie va a ir a visitarlos, los presos se encuentran incomunicados, es propiamente un campo de
concentración… Tener las cárceles cerca de cada sede judicial, no cárceles grandes sino para 500 ó 350 presos
es lo ideal y recomendado… No hay que desarraigar al preso ni de su familia ni de su entorno natural” (De la
Vega, 1993: pp. 154-165).

25
torturas, y desconocimiento de los mismos por su lejanía, (vi) mayores costos para la distribución
de los alimentos a las cárceles, (vii) costos elevados para el traslado de las personas privadas de
libertad a sus audiencias y juzgados, (viii) escasez de funcionarios penitenciarios para la
distribución de tareas relacionadas al traslado de las personas privadas de libertad, (ix) escasez de
recursos de movilidad para el traslado, (x) mayores costos de combustible, (xi) suspensiones de
audiencias por la inasistencia de las personas privadas de libertad debido a motivos de escasez de
recursos en las cárceles.
En suma, todos estos motivos expuestos por De la Vega (1993) en el contexto paraguayo
son importantes tener en cuenta al proyectar y administrar las cárceles60.

La ubicación física de los centros penitenciarios es un factor que contribuye al


abandono de los internos, estos centros por lo general están situados en la
periferia de las ciudades o en sitios más retirados, lo que dificulta su accesibilidad
y se refleja en una menor frecuencia de visitas (Galván, Romero, Rodríguez,
Durand, Colmenares, Saldivar, 2006: p. 74).

Resulta importante señalar que se produzco en el Paraguay un alejamiento progresivo de


las cárceles61 y por tanto una desvinculación de sus comunidades (ver tabla anexo Nº 2).
Sirven para graficar esta afirmación los casos de las cárceles de Misiones, Concepción
San Pedro, Coronel Oviedo y Pedro Juan Caballero (anteriormente en las delegaciones de
gobierno ubicadas en los centros de los respectivos distritos), y del CERESO de
Kambyreta (anteriormente en la delegación de gobierno ubicado en el centro de
Encarnación). Así como las construcciones nuevas de las cárceles de Juan Antonio de la
Vega en Emboscada, y de los centros educativos de Ciudad del Este, Cambyreta y Pedro
Juan Caballero que fueron construidos y diseñados en entornos alejados al centro de las
cabeceras distritales. A futuro, según el planteamiento de la Dirección de Derechos
Humanos del Ministerio de Justicia, las cárceles de Ciudad del Este y la de Tacumbú se
cerrarían, por lo que, de concretarse dicha afirmación, solamente las cárceles del Buen
Pastor, La Esperanza, Villarrica y Juana María de Lara, serían las que se encontrarán
insertas en las ciudades, y con el acceso y facilidades que esto implica.
A esta situación se agrega el hecho que además de la lejanía en muchas de las cárceles no
existen servicios públicos de transporte que le permitan llegar hasta la cárcel, lo cual se
constituye en un fuerte motivo de exclusión de las relaciones con sus familiares.
Desde el MNP se viene realizando análisis comparativos entre el lugar de los juzgados en
los que se encuentran las causas de las personas privadas de libertad y de la distancia con
las cárceles en las que se encuentran.

60
Por tomar un ejemplo, las cárceles de Emboscada son las más cercanas a la capital, pero resultan alejadas y
costosas para los familiares y funcionarios judiciales que tienen sede en otros distritos.
De hecho, De la Vega también plantea la experiencia de una jueza que en ese entonces se quejaba por la falta
de recursos para realizar visitas a Emboscada: “No hay combustible para que los jueces y otros funcionarios
hagan las tramitaciones mínimas… Esto para un viaje a Emboscada, ¿qué serán para un viaje que es
aproximadamente 10 veces más largo? ¿cuánto se ahorraría si la cárcel estuviera cerca de la ciudad y no en los
confines del Paraguay? Nos gusta complicar las cosas, pero no importa, lo pagarán los presos y los presos más
pobres que son los que irán a expiar sus condenas o sus prisiones preventivas a esos sitios” (1993: p. 156).
61
Este proceso de alejamiento tiene elementos de los procesos de gentrificación en las ciudades, que se
“limpia” las ciudades y los centros urbanos de aquellas personas, modelos de viviendas e instituciones que
“molestan” a la sociedad, y se da cabida al mercado como regulador de los espacios (Young, 2003).

26
En este sentido resalta que 52,66% del total de las personas privadas de libertad se
encuentran en cárceles ubicadas en distritos distintos a los de sus circunscripciones
judiciales (ver tabla Nº 4), situación que acarrea inmensos costos innecesarios para el
Ministerio de Justicia; desarraigo familiar por los altos gastos que implica una visita a
cárceles distantes; suspensiones de audiencias por la falta móviles. En suma, hechos
negativos que se suman a los problemas ya existentes en las cárceles.
El Ministerio de Justicia al diseñar y planificar sus proyectos debería tener presente, tanto
la regla 89 de las “Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los
Reclusos (Reglas Nelson Mandela)” de no construir cárceles mayores a 500 plazas; como
el arraigo familiar y judicial de las personas privadas de libertad, de manera a garantizar
los derechos de las personas privadas de libertad y dar mayor dignidad y trato humano.
La postura institucional del MNP, y también la personal del responsable de este
documento técnico, es que no se necesitan construir nuevas cárceles en el Paraguay, sino
que la causa a la que se debería apuntar es el abuso de la prisión preventiva. Si los y las
jueces no abusaran de esta medida que debería ser el último recurso, y brindaran medias
alternativas a la prisión, las cárceles en la actualidad podrían albergar sin hacinamiento a
las personas privadas de libertad.
Lo que se pretende en este apartado es analizar los criterios o la falta de criterios al
momento de diseñar nuevas construcciones de cárceles, ya que existen suficientes
indicios que muestran que no se cumplen con los estándares internacionales, lo que
impactará en la gobernabilidad futura de las cárceles, como así también en la mayor
exclusión de las presentes y futuras personas privadas de libertad.

27
Tabla Nº 5. Cantidad de personas privadas de libertad en cárceles, según circunscripción judicial de origen
Departamento Informes del MNP de cárceles
Coronel San Misiones VillarricaPedro Juan Itapúa Buen Concep- Tacumbú Embos- Juan A. de Ciudad Total
Oviedo Pedro (2015e) (2015i) Caballero (2014b) Pastor ción (2014) cada la Vega del Este
(2015b) (2015d) (2014a) (2015f) (2016c) (2015) (2015) (2015)
Asunción 27 62 74 16 24 21 142 76 1.527 371 326 3 2.669
Concepción 1 - - - 8 - - 413 14 - - - 436
San Pedro 157 176 - 1 2 - - 9 17 2 - 2 366
Cordillera 4 1 3 - 1 - 11 7 118 64 55 1 265
Guairá 16 - 3 107 - 1 155 - 7 - - 1 290
Caaguazú 382 2 5 6 3 - - 7 8 - 1 3 417
Caazapá 5 - - 70 - - - 1 5 2 - - 83
Itapúa 5 1 4 1 1 608 - 1 4 - 1 1 627
Misiones - 1 95 - - 1 - 1 4 - - 4 106
Paraguarí 1 1 117 16 2 2 5 4 166 7 6 - 327
Alto Paraná 134 14 9 6 7 16 1 24 11 1 1 1.108 1.332
Central 10 86 73 1 24 20 - 82 1.48562 40363 48464 - 2.668
Ñeembucú 3 - 83 - - - 2 - 5 1 - 1 95
Amambay 1 1 1 - 423 1 - 13 3 1 - - 444
Canindeyú 262 2 2 2 1 - - 2 7 - - 131 409
Pte. Hayes 2 1 1 - - - 5 30 57 27 44 - 167
Boquerón - - - - 3 - - 43 25 - - - 71
Alto Paraguay - - - - - - - - - - - - 0
Total 1.010 348 470 226 499 670 321 713 3.463 879 918 1.255 10.772
Fuente: Elaboración propia con base en informes de monitoreo y de seguimiento del MNP.
Observación 1. Las celdas sombreadas en se corresponden con el departamento en el que se encuentra la cárcel.
Observación. 2. Se excluyen los casos que no se cuentan con datos de sus circunscripciones.
Observación 3. Para las penitenciarías de Tacumbú, Emboscada, Juan A. de la Vega y Ciudad del Este, se procesaron las bases de datos proveídas por el área
judicial de dichas penitenciarías.

62
El departamento central incluye a 19 distritos. En Tacumbú se encuentran, a la fecha de la base de datos ofrecida por la cárcel: 528 personas de San Lorenzo, 304 de
Lambaré, 254 de Luque, 157 de Capiatá, 128 de J. Augusto Saldívar, 59 de Fernando de la Mora, y 50 de Limpio.
63
Del departamento central, en la penitenciaria Regional de Emboscada se encuentran, a la fecha de la base de datos ofrecida por la cárcel: 98 personas de San Lorenzo,
81 de Luque, 79 de Lambaré, 41 de Capiatá, 41 de Fernando de la Mora, 38 de J. Augusto Saldívar, y 25 de Limpio.
64
Del departamento central, en Juan Antonio de la Vega se encuentran, a la fecha de la base de datos ofrecida por la cárcel: 123 personas de Lambaré, 92 de Luque, 87 de
Capiatá, 80 de San Lorenzo, 45 de Fernando de la Mora, 30 de J. Augusto Saldívar, y 25 de Limpio.

28
2. Revisión crítica de la medida de privación de libertad y del
modelo carcelario
“La historia de la prisión es la historia de una crisis y un cuestionamiento casi
permanentes” (Brandariz, 2007: p. 154).
El aumento de la población penitenciaria, la consecuente falta de espacio, y las
vulnerabilidades a sus derechos básicos –como fue detallado en el apartado “principales
falencias del sistema carcelario paraguayo…”- a causa del hacinamiento en las cárceles,
es una realidad contemporánea en casi todo el mundo.
En el continente americano, es donde a nivel mundial se vienen produciendo las mayores
tasas de encarcelamiento, encabezado por los Estados Unidos.

Todos los países desde hace muchos años tienen tasas penitenciarias sumamente
altas comparativamente en el contexto internacional, siempre de tres dígitos, y de
varios cientos de personas presas por cada cien mil habitantes, que oscilan hacia
arriba y hacia abajo pero siempre dentro de un rango de un muy alto número de
personas presas, que en casi todos los casos excede a las de por sí altas tasas de
los países de su vecina subregión de América Latina (Carranza, 2012: p.36).

Existen muchas investigaciones y estudios que dan cuenta de lo desfasado que se


encuentra el sistema carcelario como mecanismo de control y solución de la cuestión
penal (y social). En este apartado se hace una revisión crítica a este modelo de privación
de libertad en las cárceles.

Los nuevos estados democráticos han tenido dificultades para hacer frente al
desafío de combatir la pobreza y la creciente brecha social. Se han priorizado, en
la mayoría de los casos, políticas criminales y policiales coercitivas y de
expansión de la red penal frente a políticas preventivas y de contención orientadas
a ampliar la red de servicios sociales (Benito Durá, 2009: p. 146).

Que en Latinoamérica continúe existiendo una preferencia, predominancia y confianza


en el sistema penal se debería, según Wacquant (2012), por un trabajo férreo realizado
históricamente por los gobiernos así como de instituciones de los Estados Unidos, que
proponen políticas de tolerancia cero hacia ciertos tipos de delitos –como ser el tráfico de
drogas–, e invierten en programas en esta línea, consiguiendo que los gobiernos
latinoamericanos, en su mayoría neoliberales65, decidan resolver los problemas causados
por los propios gobiernos que no ofrecen oportunidades a sus ciudadanos a través de la
penalización y la cárcel (Wacquant, 2012; Müller, 2012; Núñez Vega, 2007).

Estos políticos [latinoamericanos] están interesados en imponer la ley de manera


inflexible y expandir el encarcelamiento para proteger las calles y refrenar el
desorden que perturba sus ciudades, pese a la corrupción galopante de la policía,
la bancarrota procesal de los juzgados penales y cruel brutalidad de cárceles y
penitenciarías en sus países, lo cual asegura que las estrategias de mano dura se

65
Para Wacquant (2012: p. 226) el neoliberalismo propone una especificación sociológica densa del
neoliberalismo que articula cuatro lógicas institucionales: “mercantilización, programas asistenciales de trabajo
bajo vigilancia, un Estado penal proactivo y el tropo cultural de la responsabilidad individual”.

29
traduzcan de ordinario en un miedo cada vez más grande al delito (Wacquant,
2012: p. 215).

Así se produce una articulación entre “la policía, los tribunales y la prisión… capacidades
políticas fundamentales por cuyo conducto el Leviatán produce y administra a la vez la
desigualdad, la marginalidad y la identidad” (Wacquant, 2012: p. 227).
Carranza (2012) establece una relación entre la inequidad de la distribución de los
ingresos (la desigualdad en general) y el incremento de los delitos contra las personas y
los delitos contra la propiedad. Es decir, vivir en una sociedad desigual, donde no alcanza
el dinero que se genera, y sin un Estado que regule/medie, hace que las personas busquen
alternativas ligadas a actos delictivos.
En esta situación social, que tiene como causa una mala distribución de ingresos y
estructura económica de la desigualdad, para enfrentar esta problemática “las
importaciones más prominentes respecto a la vigilancia urbana han sido las políticas de
tolerancia cero, las cuales contribuyeron a la hegemonía de las agendas mano dura en
muchos países de la región” (Müller, 2012: p. 408).

2.1. El encarcelamiento masivo, el control y la persecución selectiva


El encarcelamiento masivo viene desarrollándose a nivel mundial. En los últimos
veinticinco años las poblaciones carcelarias se quintuplicaron, generándose
sobrepoblación crítica en las cárceles, y pésimas condiciones de vida durante el
cumplimiento de la pena (Wacquant, 2009).
De esa idea parte Wacquant, para asegurar que el sistema penal actual y las cárceles
afectan exclusivamente –con pocas excepciones- a las personas en situación de pobreza,
y enfatiza que el encarcelamiento de estas personas “sirve para neutralizar físicamente y
almacenar a las fracciones excedentes de la clase trabajadora y, en particular, de los
miembros desposeídos de grupos estigmatizados” (Wacquant, 2009: p. 20).
En el Paraguay se produce la tendencia mundial de encarcelamiento masivo, en total
convergencia con lo señalado por Wacquant en su análisis, incluso de manera aún más
acelerada, ya que...

En los últimos quince años se creció en 357%, lo que representa un crecimiento


de 3 veces y medio de la población penitenciaria… De continuar con este ritmo
de crecimiento para el año 2018 Paraguay quintuplicaría la población
penitenciaria tomando como referencia de inicio al año 2000. Este crecimiento se
dispara fundamentalmente en el segmento de los “presos sin condena”, las
personas privadas de libertad en virtud de una orden de prisión preventiva (un
79% de la población penal) (Galeano, Leguizamón y Valiente, 2015: p. 159).

Los medios de comunicación (ya en estos tiempos devenidos en empresas de


comunicación) y la clase política del país tienen roles fundamentales en el proceso de
criminalización de la pobreza. Esto ocasiona que la gran mayoría de la población
paraguaya cree que la delincuencia aumenta rápidamente. En un estudio de la Universidad
de Harvard se señala que existe una brecha entre la percepción de inseguridad que tienen

30
las personas y la inseguridad real existente en el Paraguay. En esta línea se analiza la
discrepancia entre la percepción y la realidad de la inseguridad:

El sensacionalismo mediático, que se enfoca en hechos punibles violentos y


sangrientos, ha distorsionado la percepción pública de la violencia y la seguridad.
Muchos políticos han aprovechado este temor para obtener apoyo político al
abogar por políticas duras contra la delincuencia. Esto, a su vez, ha distorsionado
la percepción pública más aún (Cavallaro y Villagra, 2007: xxi).

García y Ávila (2015) y Müller (2012) describen cómo en las sociedades actuales se fue
generando un hipersecuritismo a causa del miedo instalado en las personas, y cómo ese
mayor control y desplazamiento del dispositivo securitario fue desarrollándose de la
mano de las políticas públicas punitivas antes que políticas públicas sociales. “Estos
mecanismos penalizan principalmente estrategias de sobrevivencia de los segmentos
empobrecidos, enfocándose en los barrios marginalizados, los cuales se sospechaba que
eran áreas de concentración de drogas y crimen” (Müller, 2012: p. 409).
Contrariamente a lo que se podría pensar y a lo que generalmente la sociedad percibe en
relación a los “delitos” y “crímenes” que cometen las personas privadas de libertad, las
cárceles hoy en día albergan en su mayoría a personas que cometen delitos que se
encuentran relacionados a problemáticas socio-económicas, como la condición de
pobreza, y bajos porcentajes de criminales peligrosos y violentos66 (Arnoso Rodríguez,
2005; Benito Durá, 2009; Wacquant, 2010a, 2010b, González, 2012, González, 2015;
García y Ávila, 2015).

En el sistema penal y en la cárcel operan filtros de clase. No es coincidencia que


siempre y en todo lugar, la inmensa mayoría de cualquier población penitenciaria
esté compuesta principalmente por quienes tienen poco, por los pobres. No
únicamente en un aspecto económico, sino también en otros tipos de recursos
tales como educación, familia, prestigio, etc. La cárcel afecta principalmente a
quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad... En fin, cuanto menos
recursos se tienen, más probable es acabar en prisión cuando se delinque
(González, 2015: p. 273).

Arnoso Rodríguez explica que son las causas sociales las que ocasionan que las personas
más vulnerables sean las usuarias del sistema punitivo “dado que los estratos más bajos
se ven impedidos de alcanzar estas metas, debido a la falta de acceso a la estructura de
oportunidades (educación, ocupación) tenderán a mayores proporciones de conducta
desviada y delictual” (Arnoso Rodríguez, 2005: p. 33).
Este proceso de criminalización de la pobreza es generado, según Müller (2012,) por tres
aspectos interconectados que se refuerzan mutuamente y que son “(1) el impacto urbano
del neoliberalismo, (2) el crecimiento de la inseguridad y la aplicación de políticas
punitivas, y (3) la transnacionalización de la guerra contra las drogas” (p. 406).
Con el criterio de que son escasos los recursos del Estado, y que se debe priorizar la
focalización y optimización de los mismos, se decide concentrar el control policial y de

66
Para obtener un panorama de los delitos por los cuales se encarcela en el Paraguay, cfr. “Documento de
Trabajo Nº 02/2015 - El aumento del hacinamiento en las cárceles y algunas de las causas del encarcelamiento
en Paraguay” (MNP, 2015k).

31
los operativos de seguridad en determinados territorios, y en el contexto paraguayo y
regional por lo general, en los sectores más empobrecidos (Brandariz, 2007; Kliksberg,
2008; Wacquant, 2009, 2010a, 2010b, 2013; García y Ávila, 2015).

Son los espacios más marginales y los sujetos en posiciones más subordinadas
los que serán el objeto de dicha prevención: periferias, migrantes, pobres y
jóvenes —sobre todo cuando los mismos cuerpos encarnan las tres categorías en
determinados barrios— han sido producidos como el chivo expiatorio que
permite canalizar los miedos ante las incertidumbres biográficas neoliberales y
rehabilitar el orden social de desigualdad segregada a través de las múltiples y
cotidianas intervenciones policiales en los barrios de la ciudad (García y Ávila,
2015: pp. 26-27).

Ocurre así una correlación entre un mayor control en determinados sectores de la


población y el encarcelamiento y encierro de los mismos. Un dato que comprueba esto en
la actualidad paraguaya es el hecho que la presencia de las Fuerzas de Tareas Conjuntas
en la zona Norte ocasionó un aumento de la criminalidad en los departamentos de San
Pedro y Amambay (Martens y Orrego, 2016) durante los últimos años y los
correspondientes al actual gobierno.

En suma otro de los problemas de la postmodernidad es la cada vez más evidente


“selectividad de la justicia”, que por otra parte cumpliría una función acorde con
la realidad del poder en el orden social... el sistema penal administra de manera
diferencial los ilegalismos pero no por ignorancia o ineficiencia sino como
producto o resultado de una política de reproducción del orden social (Pegoraro,
2012: pp. 233-234).

2.2. Fracaso del sistema penitenciario


Si se analiza desde la perspectiva normativa, constitucional y jurídica, en el que la cárcel
debe servir para poder reinsertar socialmente a las personas, existen indicios para afirmar
que la cárcel no cumple con dicho objetivo, y por tanto resulta en una política pública
fracasada. “La cárcel aparece como una institución con la que no se sabe muy bien qué
hacer y que cuesta articular con otras políticas relacionadas” (González, 2015: p. 275).
En Europa se hizo notorio que la función de la cárcel como institución e instancia en el
que las personas deberían resocializarse, readaptarse, recrearse como ciudadanos al
margen de la ley, era imposible en la medida en que no existiesen programas sociales que
prestasen y propiciasen acciones y servicios para dichos fines. En la medida en que se
dejó de invertir en protección social, los Estados de Bienestar se fueron debilitando, y
como consecuencia las cárceles, fueron superpobladas y la población carcelaria fue
creciendo, sobre todo con las personas de menores recursos económicos y en mayor
situación de vulnerabilidad (Brandariz, 2007; Müller, 2012; Wacquant, 2009, 2010a,
2010b, 2013).

En muchos países, se ha respondido a los problemas derivados de la ilegalización


de ciertas sustancias con el sistema penal, centrando su actuación en las
consecuencias de la prohibición y no en las del consumo, que demandan
información y respuestas sanitarias (por ejemplo, ante el contagio de

32
enfermedades infecciosas muy graves). Es decir, un problema que se puede
reducir con políticas educativas y contener con políticas sanitarias, se agrava con
el uso del sistema penal: no reduce significativamente la iniciación; ignora a los
enfermos y propicia su deterioro al disponer de menores recursos económicos;
perjudica a terceras personas que son víctimas de robos; y consume recursos
públicos contratando policías y ocupando su tiempo en perseguir el pequeño
tráfico, construyendo cárceles que se llenan más rápido de lo que se construyen,
saturando los juzgados y ralentizando la solución de otros problemas (González,
2015: p. 271).

Es posible destacar la existencia de un consenso sobre la ineficacia de la pena de prisión.


Este consenso tiene como principales fundamentos:
i. La constatación de que el incremento del uso de la prisión no impidió el
incremento de la criminalidad (Olarte Hurtado, 2006; Benito Durá, 2009).
ii. Es un espacio en el que se “contagia” y se crea una carrera criminal
(Brandariz, 2002; Olarte Hurtado, 2006; Benito Durá, 2009).
iii. La pena afecta principalmente, pero no solamente, a la persona privada de
libertad, al excluirle durante su encarcelamiento y la exclusión posterior
(Brandariz, 2002; Olarte Hurtado, 2006; Benito Durá, 2009; Wacquant,
2010).
iv. Se constituye en un elemento desbaratador de la familia con efectos sobre el
desarrollo de los hijos y parejas (Brandariz, 2002; Benito Durá, 2009).
v. La dificultad que representa el hacinamiento y los bajos presupuestos,
generan una degradación de las condiciones del encarcelamiento (Olarte
Hurtado, 2006; Benito Durá, 2009; Brandariz, 2007).
vi. Es un foco de enfermedades, especialmente las infecto contagiosas (Benito
Durá, 2009).
vii. Los excesivos gastos que implica y que representa la pena de prisión en
Estados con crisis fiscal y falta de recursos (Olarte Hurtado, 2006; Benito
Durá, 2009; Brandariz, 2007).
viii. El contrasentido de la cárcel, entre reeducar/reinsertar y aislar/castigar
(Brandariz, 2002; Olarte Hurtado, 2006; Benito Durá, 2009; González, 2015).
Brandariz (2007) hace un llamado de atención

sobre el hecho de que en esta cooperación entre instancias de asistencia social y


sistema penal parece poder contrastarse una cierta división por sexos, de modo
que el sistema penal se sigue ocupando fundamentalmente de los hombres,
mientras que la asistencia social, en una época de feminización (y minorización)
de la pobreza, tiende a ocuparse de forma prioritaria de las mujeres (y de sus
hijos), a pesar del creciente protagonismo del género femenino en la clientela
penal (p. 52).

El Estado paraguayo, desde los distintos gobiernos, con el criterio de racionalidad


proyecta acciones y asistencias sociales en el que se brinda cobertura de una manera a las
mujeres (en el contexto paraguayo con las transferencias monetarias condicionadas) y de
otra manera a los varones (la cárcel principalmente, en vista a que no existen programas
sociales específicos para varones como beneficiarios).

33
Siempre con la lógica de optimización de las políticas públicas, cabe la reflexión de la
acertada hipótesis causal. Con el censo de adolescentes en privación de libertad del MNP
(2015j) se encontró que la mitad de adolescentes eran beneficiarios de algún programa de
pobreza o de situación de calle. Cuando ocurre que los programas no cumplen sus
objetivos, entonces es importante pensar cómo organizar un sistema de protección social.
Todo indica que en el caso paraguayo, invirtiendo en más cárceles, en más punición, es
desacertado y conlleva a gastos excesivos y sin retorno social.

Un problema que se puede reducir con políticas educativas y contener con


políticas sanitarias, se agrava con el uso del sistema penal: no reduce
significativamente la iniciación; ignora a los enfermos y propicia su deterioro al
disponer de menores recursos económicos; perjudica a terceras personas que son
víctimas de robos; y consume recursos públicos contratando policías y ocupando
su tiempo en perseguir el pequeño tráfico, construyendo cárceles que se llenan
más rápido de lo que se construyen, saturando los juzgados y ralentizando la
solución de otros problemas” (González, 2015: p. 271).

Funciones de la cárcel
Entre lo establecido en la normativa, los imaginarios colectivos, y lo que en la práctica
sucede, las cárceles cumplen y de ella se esperan diversas y antagónicas funciones. “La
cárcel es una institución compleja a la que se le piden cosas incompatibles” (González,
2015: p. 277).
La ley penitenciaria paraguaya (1970) en su primer capítulo de principios básicos del
régimen penitenciario establece que:

Artículo 1°. El Régimen Penitenciario tiene por objeto mantener privadas de su


libertad a las personas, en los casos prescriptos por las Leyes, mientras se
averigua y establece su supuesta participación en algún delito y, a las condenadas
a penas privativas de libertad.

Artículo 2°. La ejecución de estas medidas y penas restrictivas de la libertad,


tenderá en cuanto su duración lo permita, en promover la readaptación social.

Por otra parte, el código de ejecución penal (2016) en su artículo 45 estipula que la
naturaleza del régimen y el tratamiento penitenciario “consiste en el conjunto de
actividades directamente dirigidas a la reinserción social de los internos”, y que, para
conducir a este fin, en su artículo 41 se indica que se debe “asegurar y promover el
bienestar psicofísico, de los internos. Para ello, se implementarán medidas de prevención,
recuperación y rehabilitación de la salud, y se atenderán especialmente las condiciones
ambientales e higiénicas de los establecimientos”.
Así, en el contexto paraguayo, los fines de las cárceles y de la privación de libertad,
establecidos por ley, se direccionan a mantener privadas de libertad (separadas a las
personas) durante la pena o lo que dure la investigación, conducente a la readaptación
social (Ley 210/70), y la reinserción social (Ley 5162/14).

34
De la Vega (1993) plantea que la función que la sociedad espera de “la privación de
libertad, de la pena, del castigo [es] castigar a los delincuentes, proteger a la sociedad y
servir de amenaza disuasoria a los posibles y futuros infractores de la ley” (p. 154).
Brandariz realiza una crítica de la función rehabilitadora de la cárcel, y dice que se trata
de “una prisión que cada vez atiende menos a aquella lógica resocializadora... la prisión,
antaño como ahora, cumple una funcionalidad de custodia que resulta poder ser un fin en
sí mismo” (2007: p. 154).

La estructura social ha designado a la estructura carcelaria como árbitro para la


modificación de conductas, en el mejor de los casos, y la ocultación temporal de
ciertas estructuras peligrosas para la convivencia en un medio libre, en el peor de
ellos (Acevedo, 2003: p. 11).

González (2015) identifica al menos cuatro distintas funciones generales de las cárceles
que consisten en la retribución, rehabilitación, disuasión e incapacitación. También en la
manera de organizarse internamente la cárcel, indica que se trata de una estructuración
bipolar “que en el día a día se divide entre seguridad y tratamiento” (González, 2015: p.
277).
Gráfico Nº 4. Agrupación de funciones de inclusión y exclusión de las
cárceles, según distintos autores y normativas paraguayas.

Fuente: elaboración propia con base en distintas fuentes.

35
Luego de una síntesis de la revisión bibliográfica acerca de la función que cumpliría la
cárcel, en el gráfico Nº 4 se observa que las funciones de inclusión se encuentran en el
plano ideal/teórico/normativo.

Se busca por todos los medios proyectar una imagen exterior que atenúe los
aspectos más negativos y antidemocráticos del régimen carcelario para lo cual se
hablará de prisión o centro penitenciario en vez de cárcel; de interno, en lugar de
preso; de medios coercitivos en vez de torturas y malos tratos; de medidas
cautelares para no tener que hablar de celda de aislamiento.

Por el contrario, en su aspecto de exclusión se condice con lo observado, estudiado y


analizado de lo que ocurre en la práctica, en la cotidianeidad de la vida carcelaria.

Se genera una situación paradójica, una contradicción entre ley y realidad, dado
que como veremos, la Constitución, el Código Penal y el Reglamento
Penitenciario, le asignan a la prisión unas funciones de reinserción y
resocialización desde una estructura no adecuada para dichas funciones (Arnoso
Rodríguez, 2005: p. 46).

En resumen, desde la perspectiva excluyente, estaría dándose:

Un modelo de prisión... de incapacitación o neutralización del preso, protegiendo


al “publico” de sus posibles actos delictivos. Una prisión sin trabajo, sin
educación, sin religión, sin familia, sin observación, sin clasificación ni
tratamiento. Una prisión solo encierro y aislamiento, reglamentación, vigilancia
y sanción, una prisión segura, una prisión-jaula... modelo prisión-depósito
(Routier, 2015: p. 11).

González (2015) establece que es un error considerar que las cárceles son un fracaso, si
es que se tiene en cuenta que la cárcel nació para encerrar a las personas en situación de
pobreza. Desde esta perspectiva las cárceles son un éxito.

Efectos de la cárcel
De manera estructural se observa que las experiencias de encarcelamiento en
Latinoamérica se caracterizan por el aumento de la población penitenciaria, lo que incide
de negativamente por los excesivos gastos, en el que “tal incremento sostenido de
recursos se presenta como una alternativa difícil de articular, como puede estar
evidenciado la última evolución de la política criminal estadounidense, que parece
presentar una tendencia a la atenuación de su expansionismo” (Brandariz, 2007: p. 172),
y lo que genera pésimas condiciones en las que se encuentran las personas privadas de
libertad. En las cárceles existe “una degradación general de las condiciones de
encarcelamiento” (Brandariz, 2007: p. 174).
La cárcel tiene efectos negativos para la persona, siendo entonces el período de
permanencia en la cárcel un castigo antes que una mejora o adquisición de capacidades
que le sirva para el futuro a la persona presa.
En las cárceles, al existir una estructura de corrupción, en el que los privilegios se
compran, se dan malas condiciones de servicios, y no se brindan los bienes básicos, y se

36
generan entonces malas condiciones para una mayoría, que no se alimenta, ni duerme, ni
vive adecuadamente (como puede observarse en el contexto paraguayo en el apartado
“principales falencias del sistema carcelario paraguayo”).
Ñúñez Vega (2007) ofrece un marco explicativo de cómo a medida se dio un aumento de
la población carcelaria por delitos relacionados a las drogas, hizo que en las cárceles se
comparta el poder y la organización entre presos y funcionarios penitenciarios, y se
implementó un mecanismo de corrupción y autogobierno por parte de las personas
privadas de libertad. Esto se da, según el autor, por las características mismas que tienen
los narcotraficantes de arreglar, negociar, o “refilar” en términos del autor.

El aumento de los presos acusados de narcotráfico, producto de las políticas


antidrogas impulsadas por Estados Unidos, explica que este tipo de prácticas de
autogestión se haya institucionalizado y se haya convertido en el principio
organizador fundamental de la vida en las cárceles (Núñez Vega, 2007: p. 103).

Para Routier (2015), las cárceles se insertan dentro de la lógica estatal y societal de las
trayectorias de exclusión, lo que ella denomina como continuum carcelario, en el que se
conduce “a los individuos de unas a otras [instituciones], de la asistencia al orfanato, de
la casa de corrección a la penitenciaria, y de allí a la prisión de adultos” (p. 4).
Las condiciones inhumanas de las cárceles producen efectos negativos de
despersonalización, animalización del sujeto, estigma (Arnoso Rodríguez, 2005),
desocialización, mayor marginación y exclusión de las personas encarceladas (Olarte
Hurtado, 2006), deculturación y alejamiento de la realidad del mundo exterior (Brandariz,
2002).
Wacquant advierte de que las personas que son privadas de su libertad, al salir de las
cárceles quedan estigmatizadas por haber estado en tal situación, poniéndolas en creciente
riesgo de abuso laboral, y dejándolas en situación de mayor dependencia, sometidas a la
caridad del contratante, y bajo el constante control del Estado, oprimiéndolas al punto de,
finalmente, aceptar trabajos mal pagados y poco remunerados, además de colocarlos, no
sólo a ellos, sino a sus familias, sus amigos, y sus barrios bajo la lupa del sistema de
administración de justicia, y en franca criminalización de la miseria, a la que el mismo
sistema los someten, a través de las políticas de “tolerancia cero”, o de “mano dura” del
sistema penal (Wacquant, 2010).
Es verdaderamente difícil para las personas, luego de haberse encontrado en privación de
libertad, acceder a un empleo, y más aún a uno digno, en calificación, remuneración y
condiciones legales. De esa manera va creándose una espiral viciosa que luego genera
reingresos a las penitenciarías o reincidencias en la comisión de delitos, por defecto
mismo del sistema de protección penal y social. Se crean y se sostienen condiciones de
baja empleabilidad y remuneración para los sectores más marginados de la sociedad; los
cuales, en gran número volverían a ingresar debido a esa situación de desprotección social
(Wacquant, 2010).
Con el actuar paradójico del Estado, en el que se piensa rehabilitar desde el castigo y
privación en malas condiciones, se producen “trayectorias psicosociales dificultosas”
(Arnoso Rodríguez, 2005: p. 251).

37
3. Propuestas y alternativas a la privación de libertad
Para no quedarse solamente con la perspectiva pesimista del sistema penal, se analizan
por último en este apartado, algunas prácticas alternativas al modelo predominante del
universo del sistema penal carcelario.
Independientemente a los procesos que el Estado considere necesario continuar
realizando en materia de privación de libertad en el modelo clásico -hegemónico y
prácticamente el único en el Paraguay-, existen alternativas que, por su carácter más
idóneo para el desarrollo pleno de la vida de las personas, pueden ser desarrolladas: lo
que se denomina en el campo jurídico como medidas alternativas a la privación de
libertad.

La prisión debe dejar de ser considerada la pena central del sistema penal,
adecuada para sancionar todos o casi todos los ilícitos penales. Con este objetivo,
debe cambiarse el sistema penal en su conjunto, y limitarse el uso de la prisión a
sancionar los delitos más graves, mientras que las infracciones de gravedad leve
o media deben ser sancionadas mediante medidas alternativas. Así, se
materializaría el principio de proporcionalidad, y la cárcel únicamente sería
prevista para sancionar aquellos delitos frente a los cuales no cabe reaccionar de
forma eficaz a través de penas menos gravosas (Olarte Hurtado, 2006: p. 53).

Frente a esta situación de crisis del sistema penitenciario como única salida, surgen
experiencias que apuntan a alternativas que sí logren el bienestar de las personas que
hayan cometido faltas o delitos.
“Desde mitad de siglo, la reforma penal en el mundo occidental se dirige hacia el
horizonte del desencarcelamiento, como destino necesario y auspiciable” (Routier,
20115: p. 9). Existen investigaciones que demuestran que en los países europeos existe
un mayor apoyo hacia las medidas alternativas a la prisión, antes que el encierro.
Benito Durá (2009) dice que las ventajas de este modelo por sobre el encarcelamiento va
en la línea de los costos elevados de la pena de la prisión, de tipos económicos (para la
sociedad y el Estado), de tipos culturales (los efectos más graves tienen los delitos de
grandes actos de corrupción, sin embargo, el hurto sigue siendo visto como el peor).
Entre los tipos de penas alternativas a la prisión (Benito Durá, 2009), se encuentran los
siguientes:
 Sustitución por otra medida privativa de libertad
o Arresto de fin de semana.
o Arresto domiciliario.
 Sustitución por otras penas no privativas de libertad
o Pena de multa.
o El trabajo en beneficio de la comunidad.
o Penas privativas de derechos.
o Reparación a la víctima.
Para humanizar el sistema penal, pero más que nada para no deshumanizar a las personas
que son encerradas en las cárceles en las condiciones en las que se encuentran, y privarles,

38
además de su libertad, los derechos más básicos y fundamentales (la vida, la salud, la
educación, el trabajo, el deporte y la recreación) es importante adherirse a las experiencias
internacionales que demuestran tener mejores impactos en distintos niveles: ahorros de
recursos económicos, ruptura de la vida delictiva, no reinserción ni reingreso, y una
eventual inserción social.
En el contexto paraguayo viene siendo implementada la experiencia de la justicia
restaurativa, impulsado por el juzgado de adolescentes en Lambaré. La misma es un
camino a seguir y a replicar, que conlleva a capitalizar todos los recursos necesarios y las
implicancias que no son pocas, fundamentalmente: recursos económicos para el
desarrollo de programas y módulos, creación de espacios y proyectos, adherencia de
organizaciones de la sociedad civil, empresas e instituciones estatales en las que puedan
desarrollar actividades alternativas a la prisión, capacitación y sensibilización a
funcionarios judiciales, y la creación de un servicio de medidas alternativas67, entre otras.
Claramente es una decisión política establecer en el futuro que estas medidas no sigan
siendo la excepción y pocas, en comparación a la magnitud de casos que se derivan a
prisión preventiva, demostrando que esta medida es la regla en la actualidad.

3.1. Experiencias internacionales y nacionales


Se seleccionan casos por su proximidad a diversos aspectos y problemáticas de la realidad
paraguaya. Ecuador por ser un país con cercanía geográfica al Paraguay; Estados Unidos
por ser el país con mayor población penitenciaria en el mundo y que en la actualidad está
empezando a decrecer; España por tener elementos particulares que podrían aproximarse
a la situación socioeconómica (es el país de la Unión Europea con mayor población
penitenciaria, y se encuentra en contexto de crisis y bajo presupuesto); y el caso
paraguayo de justicia restaurativa, que si bien se aplica en la actualidad exclusivamente
para adolescentes, y tiene potencial de replicarse para los jóvenes mayores de 18 años y
adultos.

Caso 1. Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero, Ecuador


En una visita realizada por el autor de este documento, el 28 de agosto de 2015 al Centro
de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero, se pudo conocer este establecimiento del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que es administrado por religiosos, en el que
se encuentran adolescentes en conflicto con la ley penal de Ecuador. En conversación con
el director, comentó que el grado de reingreso que tienen los adolescentes que pasan por
el Centro Educativo es de solamente 3%.

67
Cfr. como ejemplo los Servicios de penas y medidas alternativas disponibles en España:
http://www.institucionpenitenciaria.es/web/portal/PenasyMedidasAlternativas (consulta 06/08/2017).

39
El Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero68
Es una Institución del Estado Ecuatoriano (Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos)
dirigida por los Religiosos Terciarios Capuchinos que ofrece a los adolescentes varones (13-
18 años) en conflicto con la ley, mejorar su calidad de vida individual, familiar y social a través
del acompañamiento e intervención psico-socio-educativa y espiritual de forma integral.
Programas
1) Recepción especializada: por infracción flagrante de la ley o por orden del juez de
niñez y adolescencia (desde 24 horas hasta 90 días). Asesoría e intervención psico-
socio- educativa al adolescente y su familia.
2) Orientación juvenil: internamiento por orden judicial (hasta por 4 años). Formación en
valores, educación escolar, capacitación técnica y laboral, e intervención psico-social
profesional al adolescente y seguimiento a su familia.
3) Libertad asistida: atención psico-social, modalidad ambulatoria para el adolescente y
su familia.
Organización
Los jóvenes infractores cumplen actividades que les mantiene ocupados todo el día. En el
Centro de Orientación Virgilio Guerrero, donde están 75 jóvenes en conflicto con la Ley, se
respira un aire de mucha tranquilidad.
Aquí no hay televisiones plasma en algunas habitaciones, ni lujos propios que algunos internos
tienen en otros centros de rehabilitación. Aquí, para evitar conflictos, todos tienen lo mismo.
Todos, todo el tiempo, tienen algo que hacer. Desde que se levantan hasta que se acuestan.
Aquí van aprendiendo hábitos y adquiriendo responsabilidades. Aquí aprenden oficios:
cerámica, panadería, cerrajería, mecánica.
Apenas amanece, a las 06:30, todos se levantan, se asean, arreglan su cama y bajan, a desayunar
la leche y el pan, que ellos mismos hornearon en el taller de panadería. Además de los talleres
que reciben, los jóvenes tienen diariamente terapias que buscan sanar sus heridas. Al mediodía,
el almuerzo. Desde las 14:00 hasta las 16:00 reciben clases en el aula pedagógica, dependiendo
del nivel en el que estén. A las 16:00 reciben un refrigerio y hasta las 17:00 practican deporte.
A las 18:00, la merienda. Luego suben a sus cuartos. Nunca están solos.
Se observa que en este centro existe una organización diseñada para la etapa de desarrollo
en el que se encuentran69, y en el que los adolescentes viven en un entorno de comunidad:
existen habitaciones para que los familiares puedan dormir en el centro educativo70, las
habitaciones de los adolescentes son comunales, se encuentran separados los adolescentes
que recién ingresan; existen distintos oficios que desarrollan los adolescentes durante su
privación de libertad: “talleres de panadería, cerámica, carpintería, consultorio médico”
(MNPT-Defensoría del Pueblo de Ecuador, 2014: p. 3).

68
Toda la información fue extraída de: https://www.computrabajo.com.ec/empresas/ofertas-de-trabajo-de-
centro-de-orientacion-juvenil-virgilio-guerrero-B0D5AC8E80C54118, y
http://www.ultimasnoticias.com/noticias/8943-en-el-avirgilio-nace-la-segunda-oportunidad.html.
69
Cfr. informe del Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero del MNPT de Ecuador, disponible en
http://www.dpe.gob.ec/rc2014/CUMPLIMIENTO%20DE%20LA%20EJECUCION%20PROGRAM%C3%81
TICA%20Y%20PRESUPUESTARIA/18%20Centros%20de%20Privaci%C3%B3n%20de%20Libertad%20vis
itados/Febrero/CENTRO%20DE%20ORIENTACI%C3%93N%20JUVENIL%20VIRGILIO%20GUERRERO
%20%20-%20Febrero.pdf (consulta 03/08/2017).
70
“En el segundo piso cuentan con los dormitorios de los adolescentes y una habitación destinada al
alojamiento de sus familias cuando son de escasos recursos y vienen de otras provincias del Ecuador” (MNPT-
Defensoría del Pueblo de Ecuador, 2014: p. 3).

40
Durante la visita realizada en agosto de 2015 se observó que las habitaciones de los
adolescentes son para 10 personas, en el que cada uno cuenta con casillero propio para
sus pertenencias. Se informó que cada periodo de tiempo (de 15 a 30 días) realizan una
rotación de los adolescentes a otras habitaciones para no generar la apropiación de espacio
o arraigo a territorios individuales o de poder de los adolescentes.

Caso 2. Casa Escuela Santiago Uno - Salamanca, España


La Casa Escuela Santiago Uno se encuentra en el centro de la ciudad de Salamanca. Es
una entidad de servicios sociales de los Escolapios de la Provincia Betania que alberga a
adolescentes derivados del Servicio de Protección a la Infancia de la Junta de Castilla y
León.
La Casa Escuela Santiago Uno71
Está dedicada preferentemente a niños con alto riesgo de exclusión social por problemas de
conducta que externalizamos. Redefinimos sueños, intentamos recuperar la ternura y buscamos
alternativas para construirnos como personas felices y solidarias, cambiando las negativas
profecías autocumplidoras por la vocación de héroe de todo niño.
Nos educamos en la dimensión afectiva desde una convivencia intercultural con varias
nacionalidades y expresiones artísticas siendo mestizos. En la espiritual desde nuestra
ecuménica capilla-mezquita. En la cognitiva y de conducta adquirimos hábitos sanos de trabajo,
para no perder el rumbo; en hostelería, mecánica y medio ambiente con un Centro Integrado
de Formación Profesional; una Escuela de Circo, con pasacalles de cuentos, “El Patito Feo” y
“Don Circote de la Carpa”; una Comunidad Terapéutica, con Programa Drogas Cero,
planificación familiar; una Escuela Viajera abierta al mundo, con asambleas de los/las
propios/as chicos/as, publicaciones y programas de radio-televisión como medios de expresión-
participación; una Empresa de Inserción y el Proyecto de Infractores a Misioneros en el Sur de
Marruecos.
Estilo educativo
Como rasgo identificativo de nuestra labor educativa, pretendemos construir una casa abierta,
por este motivo invitamos a nuestros/as amigos/as y hacemos un hueco, siempre que es posible,
a quien lo necesita… Intentamos no enjuiciar y no tener prejuicios de admisión, buscando, eso
sí, responder a los/las chicos/as más desfavorecidos/as… Nuestro estilo educativo consiste en
sacar de cada persona lo mejor que lleve dentro, así, los/las educadores/as pretenden ampliar
lo que cada cual considera positivo de sí mismo/a… Se buscan soluciones a los problemas en
las asambleas diarias en las que participamos todos/as.
Modelo terapéutico
En la resolución de problemas seguimos las pautas del Modelo Sistémico Constructivista y
Centrado en Soluciones de Terapia Breve que implica: utilizar un tono adecuado a la situación
y a lo que se pretende transmitir… saber escuchar asintiendo, sin enjuiciar… aprender a hacer
externalizaciones… ante historias saturadas de problemas, saber deconstruir y redefinir.
Sistemas de evaluación
1) Negociación y planificación de objetivos.
2) Evaluación del ámbito personal a nivel psicológico y afectivo.
3) Evaluación del ámbito familiar.

71
Toda la información fue extraída de la página web de la institución: http://www.casaescuelasantiagouno.es/
(consulta 30/07/2017).

41
4) Evaluación del ámbito social.
5) Evaluación académica.
6) Evaluación de inserción laboral.
7) Seguimiento posterior a la estancia.

Durante la estancia de investigación (junio y agosto de 2017) se realizaron observaciones


desde el exterior de la institución, y se pudo notar que se trata de un modelo semi abierto,
en el que los y las adolescentes pueden salir fuera de la institución, y en el que diversos
profesionales ingresan para dar apoyos técnicos. En una entrevista mantenida con María
Ángeles Prieto, psicóloga especialista que tiene vínculos con adolescentes que se albergan
allí, comentó que los adolescentes tienen diversos tipos de actividades de recreación, ocio
y esparcimiento, como ser el salir por las noches a fiestas de adolescentes, o bien realizar
viajes al exterior. De hecho, cuando se quiso establecer contacto para conocer la Casa
Escuela, no fue posible porque los y las adolescentes realizaron un viaje a Marruecos.
Resulta interesante el abordaje integral que se realiza en Santiago Uno, y en el que se
busca tener éxito en diversas áreas del desarrollo de los y las adolescentes, como se
demuestra en su modelo de evaluación.
Es diferente querer que un adolescente, durante su privación de libertad adquiera
herramientas y mejore su capital humano, académico y social, a que se le prive de libertad
para encerrarle durante el tiempo que dure su pena.

Caso 3. Servicios de Gestión de Penas y Medidas Alternativas, España


La Subdirección General de Penas y Medidas Alternativas tiene encomendadas la
ejecución y cumplimiento de sanciones penales en las que el infractor permanece en su
medio comunitario, pero siendo sometido a ciertas restricciones, mediante la imposición
de condiciones/obligaciones.

Los Servicios de Gestión de Penas y Medidas Alternativas72


La Subdirección General de Penas y Medidas Alternativas pertenece a la Secretaría General de
Instituciones Penitenciarias que se encuentra adscrita a la Secretaría de Estado de Seguridad,
dependiente del Ministerio del Interior.
Las funciones que tiene encomendadas, son: la gestión, coordinación y seguimiento de la pena
de trabajo en beneficio de la comunidad, de la suspensión de la ejecución de penas privativas
de libertad y de la libertad condicional, elaborando los informes sobre estas competencias que
requieran las autoridades Judiciales.
Los Servicios de Gestión de Penas y Medidas Alternativas son unidades administrativas
multidisciplinares, dependientes de la Administración Penitenciaria que tienen encomendada
la tarea de gestión y ejecución de las medidas y penas alternativas a la privación de libertad.
Principales prestaciones de los servicios
• La coordinación y gestión de recursos para el cumplimiento de las penas y medidas
alternativas.

72
Toda la información fue extraída de la página web del Ministerio del Interior de España:
http://www.institucionpenitenciaria.es/web/portal/PenasyMedidasAlternativas, y
http://www.interior.gob.es/documents/642012/3672204/Carta.pdf/115b605b-53dc-4b19-9f66-df56e08fe7d6
(consulta 30/07/2017).

42
• La comprobación y seguimiento del cumplimiento efectivo de dichas penas.
• El desarrollo de programas/talleres para el cumplimiento de penas o reglas de conducta
impuestas de manera obligatoria.
El objetivo de los Subdirección General de Penas y Medidas Alternativas es, por tanto,
garantizar la ejecución de las penas y medidas alternativas a través de los siguientes
instrumentos: mediante sus propios profesionales en el desarrollo de programas de intervención
y talleres; mediante entidades colaboradoras.
En concreto, en relación con la pena de Trabajo en Beneficio de la Comuidad se establecen los
siguientes criterios:
• La tarea de utilidad pública asignada no atentará contra su dignidad.
• Podrá proponer una actividad/tarea concreta que será valorada por la administración
penitenciaria.
• La tarea a desarrollar será facilitada por la administración (estatal, autonómica o local).
• El penado gozará de la protección dispensada por la legislación penitenciaria en materia de
seguridad social.
• La tarea asignada no se supeditará al logro de intereses económicos.
La Subdirección General de Penas y Medidas Alternativas cuenta con 55 Servicios de
Gestión de Penas y Medidas Alternativas repartidos por todo el territorio nacional: 10 en
Andalucía, 3 en Aragón, 1 en Cantabria, 9 en Castilla León, 4 en Castilla La Mancha, 1
en Ceuta, 3 en la Comunidad de Madrid, 3 en la Comunidad Valenciana, 2 en
Extremadura, 4 en Galicia, 3 en Islas Baleares, 4 en Islas Canarias, 1 en La Rioja, 1 en
Melilla, 1 en Murcia, 1 en Navarra, 3 en País Vasco, y 1 en el Principado de Asturias.
Así en España, se pretende asegurar una cobertura descentralizada para el usufructo de
los servicios.
La existencia de los servicios de medidas alternativas en las distintas comunidades
autónomas (distritos) de España, es una propuesta estatal, una respuesta al problema del
encarcelamiento masivo, y una apuesta a las medidas alternativas como mejor vía de
solución de los problemas sociales, económicos y delictivos.

Caso 4. Instituto de Justicia Vera, Estados Unidos


Vera es una organización sin fines de lucro que actualmente trabaja en casi 60 proyectos
en 47 Estados de los Estados Unidos. Tiene como misión institucional impulsar el cambio,
construir y mejorar urgentemente los sistemas de justicia que garanticen la equidad,
promuevan la seguridad y fortalezcan las comunidades.
Vera Institute of Justice73
En colaboración con líderes del sector público, los proyectos impulsan el cambio mediante el
avance de nuevos conocimientos sobre la reforma de la justicia y la implementación de
soluciones sobre el terreno.
Vera trabaja en asociación con funcionarios del gobierno local, estatal y nacional para crear
cambios desde dentro:
 Estudia los problemas que impiden la dignidad humana y la justicia.
 Realiza soluciones piloto que son a la vez transformadores y realizables.

73
Toda la información fue extraída de la página web: https://www.vera.org/about, y de la página de los
proyectos: https://www.vera.org/projects/collaborating-local-governments-communities-reduce-jail-
populations, https://www.vera.org/projects/safety-and-justice-challenge (consulta 08/08/2017).

43
 Participa en debates informados en diversas comunidades.
 Aprovecha el poder de la evidencia para impulsar políticas y prácticas eficaces.
Uno de los principales objetivos institucionales de Vera es disminuir sustancialmente el número
de las personas encarceladas. En un informe histórico de 2015, Vera alertó a Estados Unidos
sobre el impacto negativo de la prisión preventiva: el costo social es alto; se interrumpe el
empleo, las relaciones familiares, las finanzas y la salud de la comunidad; existen personas
presuntamente inocentes pero detenidas porque no pueden pagar la fianza.
Frente a esto, Vera pretende revolucionar la comprensión de cómo las cárceles contribuyen al
encarcelamiento masivo. Está comprometida a reducir de forma agresiva la población
encarcelada en los Estados Unidos durante los próximos cinco años -en 15 ciudades principales
y en los principales condados- reduciendo el uso del dinero como determinante de la liberación,
aumentando el desvío del encarcelamiento por el uso de sustancias y los servicios de salud
mental, y la reducción de la dependencia excesiva de la policía en la detención.
Para llegar a esto, cuentan con 19 proyectos, que colaboraron en distintos aspectos:
 Examinar e identificar fortalezas y debilidades en la estructura de financiamiento de
justicia juvenil del Estado.
 Colaborar con el gobierno del condado en la aplicación de la ley, y con organizaciones
comunitarias para estudiar el uso de la cárcel y el crecimiento de la población y para
proporcionar recomendaciones y crear sistemas de justicia locales más justos y eficaces.
 Proporcionar asistencia técnica en sus esfuerzos de reforma carcelaria, y proporcionar
importantes publicaciones de investigación, políticas y narración que impulsan el debate
público sobre el uso indebido de las cárceles.
El trabajo de la organización Vera demuestra la importancia de realizar tanto proyectos
de acción concretos para la reducción del uso de la cárcel -en el país con más presos en
el mundo-, como también proyectos de investigación de análisis de la realidad como
manera de influir en la cultura del encierro existente tanto en la sociedad como en los
sistemas judiciales (principales agentes responsables del abuso del encarcelamiento).

Caso 5. La Justicia Penal Restaurativa en el Juzgado de la Adolescencia de


Lambaré, Paraguay.
La propuesta de Justicia Penal Restaurativa del Juez Penal de la Adolescencia de la ciudad
de Lambaré, en el que se encuentra el Juez Mario Camilo Torres, es oportuna y es la vía
que más se adecua en perspectiva de cumplimiento de los derechos humanos de los
adolescentes y de la privación de libertad.
La Justicia Penal Restaurativa para adolescentes en Paraguay74
Surge cada vez con mayor fuerza la utilización de una justicia restaurativa, que tiene como
pilar fundamental a la Mediación Penal y Penal Juvenil, que no es otra cosa que un medio
idóneo para evitar el proceso judicial y las consecuencias que traen aparejados los mismos,
siempre y cuando la infracción cometida no sea muy grave.
Nada favorece más el proceso de autoresponsabilización y socialización del adolescente
infractor, que el contacto con la víctima y el conocimiento directo de las consecuencias del
hecho delictivo, que son posibles a través del proceso mediador.
Características de la Justicia Restaurativa
La justicia restaurativa toma diferentes formas, pero todos los sistemas de la misma tienen un
rasgo en común y es que, según este enfoque, las víctimas de una infracción penal deben tener

74
Los datos del presente caso fueron extraídos de Torres (2016).

44
la oportunidad de expresar el impacto que la infracción ha tenido en sus vidas, y que pueden
participar o manifestar su opinión respecto del ámbito de la reparación de la infracción.
El enfoque de Justicia Restaurativa se basa en: la responsabilidad del joven infractor, la
participación de las víctimas, y la participación de la comunidad.
Protagonistas en la Justicia Restaurativa
1. En la Justicia Restaurativa o Justicia Reparadora las víctimas necesitan recuperar el
sentido del orden, la seguridad y recibir una restitución.
2. Los/as adolescentes infractores deben ser sometidos a un procedimiento por los daños
ocasionados por sus acciones.
3. La comunidad debe estar involucrada en el proceso de prevención, confrontación, en
los procesos de seguimiento y crear condiciones que permitan la resolución del
conflicto.
4. El gobierno y sus operadores de justicia y seguridad juegan un rol responsable positivo
y trabajan desde una visión comunitaria.
Con la Justicia restaurativa en el proceso penal juvenil, el adolescente afronta su
responsabilidad, confronta con las normas sociales, restaura a las víctimas, quienes adquieren
preponderancia en el proceso, y finalmente restaura bajo la participación de toda la sociedad,
su paz y convivencia armónica. Ve los actos delictivos de forma más amplia, en vez de percibir
el delito como simple trasgresión de las leyes, reconoce que los infractores dañan a las víctimas,
comunidades y aún a ellos mismos... En vez de medir cuanta pena se impuso al delincuente,
mide cuantos daños fueron reparados o prevenidos y en qué forma. El delito es un problema
complejo y pluriforme, que no puede abordarse con soluciones simplistas.

En el contexto paraguayo resulta importante la observación que realiza Torres (2016) que
para la implementación de la justicia penal restaurativa no se requiere de ninguna reforma
o adecuación legal, y esto allana el camino para hacer extensiva la propuesta y apuesta a
la resolución y aplicación de medidas alternativas de la prisión, lo que conllevaría
significativos ahorros económicos, sociales y políticos al Estado paraguayo.
En la medida en que se implemente con mayor frecuencia la justicia restaurativa y alcance
a más distritos y circunscripciones judiciales del Paraguay, se estará evitando el encierro
temprano de adolescentes sin oportunidades, que mucho daño le hace tener contacto con
la cárcel, y se estaría a la vez evitando que la población penitenciaria siga aumentando.
Una de las hipótesis establecidas desde el MNP es que los centros educativos sirven como
la puerta de entrada a las cárceles. Esta hipótesis se elabora a partir de las inspecciones
realizadas en las cárceles, en las que cada día se establecen contacto y se reconoce a
jóvenes privados de libertad que se encuentran dentro de las cárceles de adultos y con los
que anteriormente se contactó en los centros educativos para adolescentes.
En este sentido Torres (2016) grafica la perspectiva ideal que se debe tener en cuenta,
pero que lastimosamente no todos y todos los jueces/zas del Paraguay tienen esta visión
garantista.

3.2. Hacia la construcción de las alternativas a la prisión en el Paraguay


Una vez que la persona llega a la comisión del hecho punible, y encontrándose que
además de haber cometido el delito presenta severas deficiencias, como ser el estar en
situación de pobreza, de violencia intrafamiliar, alcoholismo, drogodependencia, etc., es

45
importante tratar de responder la pregunta ¿cuáles son las ofertas que tiene el Estado
paraguayo para administrar la cuestión social? Si la respuesta es “solamente la cárcel”,
entonces hay que organizar y pensar mejores alternativas a futuro.

Cuando la familia no puede hacerse cargo de sus propios integrantes, aparecen


otras instituciones... Las instituciones sociales son un recurso, una alternativa que
la comunidad brinda. Su existencia nos permite salir de encierros contradictorios;
permitir la apertura de esta institución no es caer en encierros (Acevedo, 2003: p.
44).

Desde la experiencia de los community services orders británicos, en el contexto europeo


se empezó a implementar la pena de trabajos en beneficios de la comunidad, como una
alternativa a la privación de libertad y al encierro en las cárceles (Brandariz, 2002), en el
que la persona en conflicto con la ley penal tiene que realizar un determinado número de
horas de trabajo no retribuido para el interés general de una comunidad (Cid Moliné,
1997).

La introducción y aplicación de una verdadera pena de trabajos comunitarios es


un fenómeno que se desarrolla en los diferentes ordenamientos en los años 70 y
80 del siglo XX... Proyecto alternativo de CP alemán... la Criminal Justice Act
inglesa de 1972 (que introdujo esta pena para Inglaterra y Gales), diversos países
anglosajones, como varios estados australianos, Escocia, Estados Unidos, y
Alemania conocieron la introducción de esta pena en sus arsenales punitivos
durante la década de los 70. En los años 80 o a inicios de los 90 hicieron lo propio
países como Italia, Canadá, Irlanda, Francia, Portugal, Australia, Israel, Países
Bajos, Suiza, Suecia, Dinamarca, Noruega o Finlandia (Brandariz, 2002: p. 22).

Esta trayectoria de medidas alternativa hace 3 a 4 décadas, podría ser uno de los motivos
que generan la transición a la desaparición de la cárcel75 y la disminución de los delitos
en las sociedades.

Es necesario centrarse en la potencialidad que tiene la pena de trabajos en


beneficio de la comunidad para reducir el uso de la prisión y avanzar hacia un
sistema penal más acorde con las exigencias de un estado democrático. Por un
parte, como pena no privativa de libertad, respeta mejor el principio de
humanidad de las penas, el cual debe ser el criterio fundamental para la previsión
y aplicación de las sanciones alternativas (Olarte Hurtado, 2006: p. 55).

Los trabajos en beneficio de la comunidad se aplican principalmente para aquellas


personas que cometieron “delitos contra la propiedad (hurtos, robos con fuerza en las
cosas) y… delitos en que está presente una violencia moderada, cometidos, en ambos
casos, por personas con antecedentes” (Cid Moliné, 1997: p. 99).

El fin de las alternativas es la reducción del uso de la prisión… El trabajo en


beneficio de la comunidad es una sanción que, en el juicio relativo con la pena de
prisión, es una sanción humana que no impide que la persona desarrolle sus
planes de vida y que... puede tener virtudes que los autores ilustrados veían en la
privación de libertad (su igualdad y su consiguiente capacidad de operar como
mecanismo de tutela frente a todas las personas) (Cid Moliné, 1997: p. 118).

75
Fueron famosos y mediáticos titulares de noticias como: “Por falta de presos, Suecia cierra sus cárceles” o
“Holanda alquila sus cárceles a otros países ante la escasez de reclusos”.

46
El trabajo en beneficio de las comunidades, tiene una función resocializadora, en la que
se puede señalar a los siguientes elementos como claves:
- Cumplimiento dentro de la comunidad: “la relación entre la persona penada y la
sociedad se intensifica, en lugar de excluirse” (Olarte Hurtado, 2006: p. 80).
- Ejecución en un medio abierto: “no implica el encierro y la ruptura con sus relaciones
personales y sociales sino, por el contrario, la ampliación y diversificación de estas
relaciones con personas que dedican su tiempo libre a la realización de tareas de
colaboración social” (Olarte Hurtado, 2006: p. 81).
- Utilidad social del trabajo a realizar: “debe garantizarse que las actividades a realizar
tienen un verdadero contenido social y que suponen una implicación comunitaria”
(Olarte Hurtado, 2006: p. 84).
- Capacidad formativa del trabajo: “las actividades objeto de la pena de trabajos en
beneficio de la comunidad [tiene un] valor educativo” (Brandariz, 2002: pp. 81-82);
“hay que tener en cuenta el objetivo educativo que orienta la ejecución de esta
medida” (Olarte Hurtado, 2006: p. 239).
- Conexión entre el ilícito cometido y el trabajo: “es necesario que las actividades estén
diseñadas de forma que entienda aquello que se le pide y que tenga las capacidades
para realizarlas” (Olarte Hurtado, 2006: p. 229). “Contribuirá a quebrar el aislamiento
social del penado, facilitando su inserción en un ambiente social y axiológico distinto
del de procedencia y más positivo para su resocialización” (Brandariz, 2002: pp. 86-
87).
Y en cuanto a su función reparadora de la pena, Brandariz (2002) señala que:

La prestación de cooperación en que consisten los trabajos comunitarios se


caracteriza por ser tendente a servir de reparación para la comunidad perjudicada
por el ilícito penal... En concreto, como sanción reparadora contribuye al
restablecimiento de la paz jurídica y a la resolución del conflicto penal,
cumpliendo una función de prevención-integración (pp. 97-98).

Tanto el juez Torres (2016) como Olarte Hurtado (2006) hablan de la importancia de
contar con organizaciones, instituciones, miembros de la comunidad y del entorno de las
personas en conflicto con la ley penal, para el buen desarrollo de las medidas alternativas
a la prisión.

Las entidades colaboradoras donde se desempeñan los trabajos en cumplimiento


de esta medida representan el soporte básico de todo el servicio, sin el cual no
podría llevarse a cabo su ejecución efectiva. Durante los últimos años ha ido
aumentando el número de entidades en las cuales los y las menores pueden
realizar alguna prestación, y se han ido diversificando en función de las
necesidades y capacidades de estos menores. Así, a lo largo del año 2003 fueron
96 las entidades que colaboraron con el Servicio de Justicia Juvenil, ofreciendo
diferentes puestos de actividad (Olarte Hurtado, 2006: p. 238).

Algunas de las posibilidades de servicios, actividades y tareas (Olarte Hurtado, 2006;


Ministerio del Interior de España, s/f), que se realizan en España, y que pueden
desarrollarse en beneficio de la comunidad son las siguientes:

47
- Actividades dirigidas a la tercera edad: residencias de personas ancianas, centros de
día, programas de acompañamiento.
- Actividades con personas con discapacidad física y psíquica: programas de
acompañamiento.
- Actividades dirigidas a la infancia: clubs de tiempo libre, organización de actividades
para niños y niñas, etc.
- Programas de reparto de alimentos y ropas.
- Apoyo a personas dependientes y enfermos terminales.
- Apoyo en centros de día: programas de inserción sociolaboral, drogodependencias,
violencia de género o doméstica.
- Apoyo en programas de orientación y búsqueda de empleo.
- Apoyo en campañas de prevención y sensibilización ante el consumo de drogas y
alcohol.
- Apoyo en oficios varios: albañilería, carpintería, fontanería, electricidad, cocina.
- Tareas de mantenimiento, jardinería: gobiernos locales, centros escolares y de
menores, centros de iniciación profesional.
- Tareas administrativas: archivos, almacenes, atención telefónica, ofimática,
mensajería.
- Tareas relacionadas con la atención a personas.
- Tareas de limpieza y mantenimiento de espacios públicos.
- Tareas de almacén, de mantenimiento.
- Comedores sociales: indigentes y niños.
- Actividades formativas en alfabetización, en seguridad vial, programa formativo de
educación familiar.
- Colaboración y apoyo en actos públicos, cívicos o culturales, campañas solidarias.
- Cuidado de animales.
- Entidades de recuperación y reciclaje de residuos.
Conscientes de que no se realiza de manera automática un programa y un sistema de
medidas alternativas, Brandariz (2002) también explica que no basta con tener establecido
en la normativa el catálogo y la opción del trabajo como medida alternativa a la prisión.
Y pone como ejemplo a Estados Unidos “donde la sanción de trabajos en beneficio de la
comunidad ha sido infrautilizada” (Ibídem, p. 35); Italia, Portugal o Suiza “donde la
experiencia de aplicación de esta pena, con algunas docenas de casos habidos a lo largo
de varios lustros, ha venido siendo puramente testimonial” (Ibídem, p. 35).
Entre los factores que ocasionaron esta falta de aplicación de medidas alternativas a la
prisión se encuentran “la imagen de benignidad, por parte de los operadores jurídicos y
de la propia ciudadanía, en particular medios de comunicación y sujetos implicados en
relaciones laborales y en la articulación de las plazas de trabajo” (Ibídem, p. 36).
En síntesis, las medidas alternativas a la prisión, como son los trabajos en beneficio de la
comunidad, requieren de una organización (Cid Moliné, 1997), y los retos principales que
conllevan dichos trabajos consisten en (Brandariz, 2002):
- La consecución de una bolsa suficiente de plazas de trabajo.

48
- Las carencias infraestructurales de la Administración de Justicia.
- La favorable acogida por parte de los operadores jurídicos y de la opinión pública.
- La mejora técnica de la normativa reguladora de la pena de trabajos en beneficio de
la comunidad.

49
4. Reflexiones finales
En el modelo europeo, la cárcel se inserta en la lógica del Estado de Bienestar y de la
inclusión social, como paradigma dominante de dicho modelo de Estado: es en este
contexto que surgen ideales de reintegración social, rehabilitación, y proyectos tendientes
a éste fin, siempre con un respaldo al modelo inclusivo del sistema de protección.
En el caso paraguayo existe un vacío discursivo al momento de establecer la función
resocializadora a la cárcel, ya que hasta la fecha no se consolidó un sistema de protección
social, en el que durante el ciclo de vida de todas las personas se les brinde asistencia,
apoyo y soportes necesarios para el disfrute pleno y el desarrollo óptimo de éstas.

Es importante considerar la estructura económica y social del Paraguay


para el diseño de las políticas públicas, programas y servicios sociales
A nivel mundial, y particularmente en Latinoamérica existe un proceso de profundización
de desigualdad. Y la desigualdad genera mayor pobreza, se relaciona con la violencia y
ocasiona la privatización de derechos como son la salud y la educación (OXFAM, 2015).
“En la última década, las políticas neoliberales han aumentado el número de personas
que se encuentran en situación de precariedad o pobreza, ahora descrita como «de
riesgo»” (González, 2015: p. 274).
En el contexto paraguayo es importante considerar que del 2015 al 2016 aumentó la
pobreza, y solamente en Asunción y el departamento Central existen 50.000 nuevas
personas en situación de pobreza. Además, la pobreza en el Paraguay afecta de manera
especial a la juventud y la adolescencia.

En el marco de un modelo social plagado de incertidumbres, precariedades y


rivalidades, y desprovisto de los resortes clásicos de protección social (lazos
comunitarios, Estado del bienestar, etc.), la vida se torna peligrosa (García y
Ávila, 2015: p. 18).

Frente a todo esto no existe un sistema de protección social que atiende a las personas
que se encuentran en situación de vulnerabilidad, y por tanto no es posible hablar de la
reinserción social. Lo que queda para estas personas es la autogestión de sus problemas.

El encarcelamiento masivo es selectivo y afecta negativamente


La cárcel no es igualitaria ni democrática. No se encierra a todas las personas que
delinquen, ni se castiga penalmente a todos los delitos que existen en la realidad nacional.
Siendo que la cárcel sirve para encerrar, en su mayoría, a personas sin recursos, tienen
cabida las siguientes preguntas: ¿es el encierro, en condiciones inhumanas, y los malos
tratos, lo que mejor les serviría a las personas actualmente privadas de libertad?, ¿cuáles
son las otras políticas, que deberían crearse e implementarse en el Paraguay?, ¿es la
limitación de prisión a los jueces y juezas una alternativa en el Paraguay?

50
Así como ocurrió en otros países, en el Paraguay es necesario sincerarse con la realidad
penitenciaria, lo que ocurre en la vida cotidiana, la degradación de las personas durante
su privación de libertad, como punto de partida para lograr un cambio real que impacte
en la mejora de las personas que se encuentran privadas de libertad en las cárceles.
Si se sigue pensando que la cárcel cumple un fin de reinserción social -qué paradoja la de
reinsertar a personas excluidas- antes que re-excluir socialmente a las personas, entonces
se continuará malgastando e invirtiendo recursos incorrectamente. Y esto tiene costos
directos personales (para las personas privadas de libertad) e indirectos (para la sociedad
en general).

El necesario sistema de medidas alternativas para la descongestión


carcelaria
Las pésimas condiciones de vida encontradas en la actualidad en las cárceles paraguayas,
ocasionadas por factores que competen a los tres poderes del Estado, y que repercute y
responsabiliza en la práctica al Ministerio de Justicia, por ser la institución rectora de la
administración carcelaria, hace necesario pensar en la estructuración de nuevos proyectos
que sobrepasen a la construcción de nuevas cárceles.
En la actualidad se encuentra construyendo un complejo carcelario para más de 5.000
personas en el distrito de Emboscada, el cual no se encuentra ajustado a los estándares
internacionales para el tratamiento de la población privada de libertad, lo que daña
principalmente a las personas privadas de libertad, que lejos de poder conseguir la
reinserción social, se somete a mecanismos de exclusión más profundos que los que tenía
a su anterior privación de libertad.
Si se pensara ¿cuántas de las personas hoy encarceladas en el Paraguay podrían ser más
útiles en servicios comunitarios?, útiles en diversos sentidos: individuales para las propias
personas que se someterían a esquemas más humanos estando en libertad; sociales y con
un sentido de servir a otras personas; económicos tanto para las personas privadas de
libertad que no incurrirían en gastos dentro de las cárceles a la vez que no impediría
abandonar sus oficios que le reditúan ingresos que a su vez sirve para el sostén familiar;
para el Estado paraguayo que tiene en la actualidad un excesivo gasto para el
mantenimiento de las 18 penitenciarías.
¿Cuánto daño se estaría evitando para las personas hoy encarceladas con un sistema
alternativo a la prisión consistente en trabajos en beneficio de la comunidad?
Resulta oportuno sistematizar y capitalizar aquellas medidas que se vienen dando como
alternativas a la prisión en el Paraguay, de manera a establecer un sistema de servicios y
ofertas (como ocurre en España y Ecuador) que permita a los operadores judiciales tener
en cuenta para la aplicación de medidas que no requieran como la principal y -en muchas
ocasiones- la única medida al encierro en las cárceles.

51
La evidencia empírica demuestra que aquellas funciones dadas a la cárcel y solicitadas en
las leyes y normativas (las que se expresan como de inclusión en el Gráfico Nº 4), no son
cumplidas en la práctica, y si son cumplidas en los trabajos en beneficio de la comunidad.
González (2015) de hecho asevera que la función de la cárcel siempre fue la de servir de
espacio de exclusión para las personas en situación de pobreza. De ser así ambas
aseveraciones, lo más oportuno sería ir sustituyendo las medidas carcelarias por las
medidas alternativas, para llegar alguna vez a la desaparición de las cárceles, por tratarse
de instituciones que ocasionan muchos efectos negativos.

La dirección de la inversión del Estado


Mucho se viene produciendo en términos de análisis del gasto social y en inversión fiscal
del país. De manera general se encuentra que el Paraguay es uno de los países con menor
inversión en la región, que la política fiscal es desigual, y que éstos tienen impacto en el
malestar social76.
Serafini ofrece una mirada más específica de dónde, en qué y cómo se invierte en el
Paraguay. Encontró que del 2003 al 2012

el Poder Judicial aumentó su gasto por persona en 496,6% mientras que los de
seguridad nacional (principalmente Ministerio de Defensa) y seguridad interior
(Ministerio del Interior) lo hicieron en 276,6% y 315,9% respectivamente… que
el gasto dirigido a la lucha contra la pobreza (Secretaría de Acción Social o
Secretaría Nacional de la Niñez y Adolescencia) de manera directa apenas
aumentó 122,6% (Última Hora, 2013: s/p).

Esto le hace concluir que el “aumento del gasto en áreas que poco contribuyen a erradicar
las causas de la desigualdad y la pobreza… podrían estar contribuyendo a empeorar la
situación de desigualdad” (Ídem). El titular de la notica es sugerente al hacer conocer que
“el Estado gasta 10 veces más en un reo que en la educación de un niño” (Ídem).
Existen interrogantes que deberían ser respondidas de manera a tener una comprensión
de la dirección de la inversión estatal77:
- ¿cuáles son los programas de promoción, asistencia familiar en el Paraguay?,
- ¿cuáles son los programas que tiene el Paraguay que apuntan a desarrollar la
comunidad, el barrio, la sociedad?,

76
Para tener un panorama de la inversión estatal y la política fiscal consultar: Borda (2009) Crecimiento,
inclusión social y gasto público, Asunción, CADEP; Rodríguez, José Carlos (2011) Análisis del sistema
tributario en el Paraguay y potencial de recaudación, Asunción, Proyecto Alianza Ciudadana para la
Transparencia y el Desarrollo Paraguay; Serafini, Verónica (2016) Paraguay. Inversión en protección social no
contributiva, Asunción, CADEP.
El CADEP viene produciendo de manera mensual análisis puntuales acerca de la situación social y económica
centrando en muchas ocasiones en la inversión y la manera en que se invierte. Cfr. hasta la fecha del informe,
los 50 números disponibles en: http://www.cadep.org.py/economia-y-sociedad/.
77
Algunas de éstas tienen su origen de reuniones, análisis institucionales, informes de resultados de
investigación provenientes del MNP.

52
- ¿cuál es el plantel de profesionales sociales que dispone el Paraguay, para poder
acompañar, trabajar, desarrollar, promocionar, asistir, a las familias y comunidades
golpeadas?,
- ¿cuál es el presupuesto que destina el Ministerio de la Defensa Pública o la Corte
Suprema de Justicia o el Ministerio de Justicia para conformar un equipo
multidisciplinario, que abarquen los aspectos ajenos a los jurídicos y que competen
exclusivamente al campo del derecho?
Si los 2 millones de dólares que gastó el Ministerio de Justicia para la construcción de los
nuevos pabellones del centro educativo de Itauguá78, se invirtieran en programas sociales
y de asistencia para los y las adolescentes y sus familias, y sus contextos inmediatos
(entendiendo que los principales delitos cometidos se podrían relacionar con situaciones
de precariedad laboral), antes que en la construcción de “nuevas cárceles.
Si los casi 20 millones de dólares que se está invirtiendo en la también construcción de
nuevas cárceles para adultos79, para aumentar las plazas, se destinaran a la prevención de
las situaciones conflictivas que demanda la sociedad, y que no son atendidas en lo que
debería ser el sistema de protección social.
Si se invirtiera en construir viviendas de calidad, en brindar educación, en desarrollar
económicamente a las comunidades más carenciadas, en desarrollar dispositivos de
reducción de daños del consumo problemático para usuarios de drogas, en revertir las
problemáticas sociales desde programas sociales, se estaría apuntando al necesario
sistema de protección social.
No se pretende establecer ningún tipo de dogma, ni simplismos metodológicos que
“salven” al Paraguay de la cuestión criminal y delictiva. Sí se espera poder poner en
discusión y crítica a las actuaciones de los últimos años de la gestión gubernamental que
lo único que hizo, y de seguir en esta misma tendencia hará: aumentar la población
penitenciaria, invirtiendo recursos exclusivamente hacia mayor encierro, y sus
consecuencias negativas en las personas privadas de libertad, sus familiares y entornos
inmediatos, sus comunidades, y al Paraguay.
Los gastos y la inversión, sumado a la falta de eficacia de los programas de pobreza, que
aumentan también la población en situación de vulnerabilidad, son piezas de un esquema
que da cuenta de un panorama desalentador, con mal diseño o implementación de
programas, erradas hipótesis causales en las políticas públicas, y mayores riesgos para
determinados sectores de la población paraguaya.
La experiencia internacional demuestra, y es importante tener en cuenta los aprendizajes,
que “el reciente énfasis en construir macrocárceles tiene repercusiones en una menor
capacidad rehabilitadora del sistema penitenciario” (González, 2015: p. 269).

78
Exposición de María José Méndez, Directora General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, en
“Consideration of Paraguay (Cont'd) - 1549th Meeting 61st Session Committee Against Torture”.
79
Exposición de María José Méndez, Directora General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, en
“Consideration of Paraguay (Cont'd) - 1549th Meeting 61st Session Committee Against Torture”.

53
Proyectos sin criterios basados en las personas ni estándares
internacionales
El Ministerio de Justicia lógicamente tiene un criterio al momento de decidir construir un
mega complejo carcelario en Emboscada y otro en Minga Guasú, con los que se pretende
solucionar los actuales niveles y problemas de hacinamiento que sufren y padecen las
personas privadas de libertad.
Lo que se deja entrever luego del análisis que se ofrece en el apartado “la propuesta actual
en el Paraguay: construcciones de cárceles”, es que dicha propuesta gubernamental, y la
respuesta al problema del hacinamiento no tiene presente criterios racionales económicos,
sociales ni políticos, además de que los mismos no se ajustan a la normativa internacional
que establece en 500 el cupo máximo de una cárcel.
Es importante que el Ministerio de Justicia, ente encargado de la administración y
gerencia de las cárceles, tenga presente dichos criterios, para que en la práctica no se
repliquen los problemas que actualmente existen. De esta manera se formulan algunas
interrogantes.
En términos económicos: ¿cómo se piensa dar solución a los recursos humanos, de
infraestructura y financieros, para el traslado de las personas privadas de libertad a sus
audiencias y juicios en circunscripciones judiciales lejanas?
En términos sociales: ¿qué alternativa se ofrece para las personas privadas de libertad, de
manera a garantizar el contacto permanente con sus familiares?, ¿cómo resolverá el
conflicto que se genera del malestar de las personas privadas de libertad que no reciben
visitas de sus familiares y que pierden el contacto por la lejanía de sus hogares y por los
excesivos costos que éstos acarrean?
En términos políticos: en vista a que actualmente la defensa pública y los funcionarios
judiciales no frecuentan a las cárceles con la regularidad establecida legalmente, ni
establecen contacto con las personas privadas de libertad con la cantidad ni calidad
necesaria, ¿cómo el Ministerio de Justicia con la construcción de estos dos nuevos
complejos carcelarios estaría solucionando esta situación? Es importante tener en cuenta
esto, ya que el Ministerio de Justicia es parte responsable y a la vez víctima del problema
del hacinamiento.
Frente a lo estipulado en la regla 89 de las reglas de Mandela, ¿cómo se explica la
construcción de nuevas cárceles con más de 500 plazas?, ¿cómo se explica que 8 de los
18 establecimientos carcelarios que existen en la actualidad tengan más de 500 plazas?
Así es importante retomar las reflexiones hechas hace 25 años por el capellán
penitenciario Juan Antonio de la Vega que decía que “esta ubicación carcelaria es costosa
económicamente, pero hay que enfrentarla e ir haciéndola poco a poco” (De la Vega,
1993: p. 165).
Es desde el Ministerio de Justicia donde se debe enfrentar y de manera responsable
proyectar, con todos los criterios expuestos y de acuerdo a los estándares internacionales,
la solución de los problemas a la cuestión penal y carcelaria.

54
Futuras líneas de investigación
A medida que se escribía este documento técnico se presentaron problemas, dilemas y
situaciones que deberían ser abordadas, y que por la limitación del tiempo de la estancia
de la investigación y del objetivo perseguido en la misma, no pudieron ser desarrolladas.
Sin embargo, se socializa, de manera a instar a las distintas instituciones públicas y
privadas, o investigadores/as interesados/as a que puedan ser investigadas.
1. Se podría realizar un estudio de casos de buenas prácticas de medidas alternativas
a la prisión, enfatizando la importancia de no utilizar como un dispositivo de
mayor control punitivo, en detrimento de su objetivo principal de disminuir la
población carcelaria. En esta misma línea, son importantes las instituciones
estatales -como los servicios de gestión de penas de medidas alternativas de
España- y organizaciones no gubernamentales -como el instituto de justicia Vera
de Estados Unidos-, que fortalecen una cultura de la libertad antes que el encierro,
y de una inserción en la comunidad antes que la exclusión a una cárcel. Una
normativa internacional fundamental en esta temática son las “Reglas mínimas de
las Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de libertad - Reglas de
Tokio”, aprobadas por la Asamblea General en diciembre de 1990.
2. Podría explorarse la relación existente entre los territorios marginalizados y el
mayor control policial y represivo hacia estos sectores, enfatizando en las
perspectivas de los propios funcionarios encargados y de las víctimas.
3. La Justicia Penal Restaurativa impulsada por el Juzgado Penal de la Adolescencia
de la ciudad de Lambaré viene produciendo un cambio del paradigma de
evaluación, aplicación y desarrollo de las penas, que necesitan capitalizarse desde
documentos técnicos de manera a servir como base para replicar en futuras
intervenciones, en la medida que se encuentren bondades y ventajas para los
individuos, la comunidad/sociedad y el Estado paraguayo.
4. La construcción de las nuevas cárceles, con diseños de mega instituciones también
es necesario abordar tanto desde las perspectivas de derechos humanos y los
estándares internacionales, así como su ubicación en territorios alejados a los
distritos donde viven las personas privadas de libertad, las jurisdicciones donde se
encuentran sus causas y sin acceso de los servicios de transporte80.
5. Los datos sociales y económicos de las personas privadas de libertad pueden
brindar mucha información acerca de cómo deberían organizarse las cárceles.
Desde el Ministerio de Justicia se cuenta con el sistema Tekove que permite
centralizar la información, pero en la actualidad no opera en todas las cárceles.
Una alternativa que viene realizando el MNP es compilar las bases de datos de
cada penitenciaría, de manera a unificar la información y generar datos como ser

80
Se cuentan con algunos datos en el Anexo 1.

55
composición familiar, distrito donde vive, oficios, nivel de escolarización, entre
otros.
6. Con miras a establecer un cupo máximo de penas, como se realiza en otros países,
con el acceso a las bases de datos de las penitenciarías, se podría conocer quiénes
son los jueces y establecer un ránking de aquellos que ordenan prisión preventiva.
7. En la línea de Benitó Durá que indica que la cuestión penal y la punitividad afecta
especialmente a los sectores más desfavorecidos por las dificultades económicas
y socioculturales de las familias, la educación de poca calidad, la exclusión del
mercado laboral, entre otros factores; y en vista a que todo esto asienta las bases
de la marginalidad, entonces sería importante continuar estudiando en la línea de
los “sucesivos espacios de socialización de los niños, niñas y adolescentes hacia
la vida adulta: la familia, la escuela y la sociedad/Estado” (2009: p. 152)
8. En la actualidad es conocido el fenómeno de la criminalización de la pobreza que
ocurre en el Paraguay. Sin embargo, para completar la línea analítica de Müller
(2012) se podrían profundizar en estudios nacionales que analicen el impacto
urbano del neoliberalismo, y la transnacionalización de la guerra contra las drogas.
9. Existe un debate en lo que respecta al origen de la criminalidad y las causas de la
acción delictiva, que Wacquant las grafica como “causas individuales” o “excusas
sociológicas”, en el que la primera se pone el acento en la persona como principal
responsable, mientras que en el segundo se contextualiza a la persona y su entorno.
Es por tanto importante tener claridad en el Paraguay a qué se deben estos delitos,
y por tanto resulta oportuno responder: ¿cómo se generan las trayectorias de
exclusión?, ¿quiénes generan estas vidas excluidas?, ¿cuáles son los factores que
ocasionan estas trayectorias de exclusión?, una vez ya generadas estas trayectorias
excluidas, ¿cuáles son las posibilidades y ofertas públicas para servir de soportes
y dar dignidad a sus vidas? Una hipótesis desde los casos recabados desde el MNP
podría ir en la línea que en un estado de desprotección social, la gente se gerencia
y se autogobierna; las personas actúan a su manera, en su marco normativo, con
sus reglas, usos y costumbres. García y Ávila (2015) indican que es importante
“hacer una lectura sugerente y compleja… acerca del gobierno de lo social en la
era neoliberal”, entendiendo al “neoliberalismo como modo de organización de la
vida que entiende la desigualdad y la competencia como los principales motores
de lo social” (p. 16).
10. Es notorio que más de la mitad de las mujeres encarceladas, y que 2 de cada 10
varones encarcelados se encuentren presos por delitos relacionados a las drogas.
En este sentido sería oportuno contar con estudios que, en la línea de lo propuesto
por Núñez Vega (2007), muestren cómo la política antidroga ocasionó este
encarcelamiento desproporcionado y si sucede que la normativa internacional
contra las drogas se acogió “sin guardar ninguna coherencia con la legislación
interna... [ocasionando así la] criminalización indiferenciada de consumidores,
«mulas» (gente que lleva pequeñas cantidades de droga en maletas o dentro de su
cuerpo), pequeños expendedores y traficantes” (p. 113).

56
11. En la línea de la sobrepoblación y los cupos de las cárceles, resulta oportuno
realizar estudios desde la mirada de la habitabilidad contrastando con el modelo
socioeducativo de los centros educativos. Si bien se podría señalar como un
aspecto positivo de la exposición de la Dirección de Derechos Humanos del
Ministerio de Justicia el manifestar que en los nuevos pabellones del Centro
Educativo de Itauguá, en cada celda estarán solamente 2 adolescentes, aún sigue
resultando preocupante esta situación, ya que dicho espacio no serviría según los
estándares internacionales ni para albergar a dos personas. En el Centro Educativo
de Itauguá, se estaría violando el inciso 1 de la regla 12 de las Reglas de Mandela,
que establecen que nunca es recomendable alojar a dos personas en una misma
celda. Además, esto rompe con los lineamientos y normativas del propio
Ministerio de Justicia que establece el SENAAI como el modelo socio
comunitario en el que se “desarrolla un modelo de atención y educación
alternativa al sistema carcelario, donde los/las adolescentes pueden ejercer sus
responsabilidades y sus derechos como ciudadanos, orientado hacia la integración
futura a la sociedad” (s/p). En este sentido resulta oportuna la reflexión si la
construcción del centro educativo de Itaugua, compuesto por dos bloques
(pabellones), en el que existen celdas (como en la cárcel de adultos), es realmente
un modelo alternativo al sistema carcelario antes que una adecuación al mismo.
Existen en la región experiencias socio comunitarios con abordajes adecuados a
la etapa evolutiva del adolescente, de cara a una reinserción social.

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66
Anexo 1. Tablas informativas de las cárceles paraguayas
Tabla Anexo Nº 1. Cupos en cárceles, diciembre de 2016 y agosto de
2017.
Capacidad Capacidad Diferencia
Penitenciarías
Diciembre 2016 Agosto 2017 2017-2016
Nacional 1.687 1.530 -157
Esperanza 288 288 0
Emboscada 315 408 93
Padre Juan de la Vega 540 720 180
Encarnación 642 939 297
Misiones 445 920 475
Concepción 420 889 469
Coronel Oviedo 596 960 364
San Pedro 281 296 15
Villarrica 188 290 102
Pedro Juan Caballero 516 920 404
Ciudad del Este 450 636 186
Buen Pastor 200 470 270
Juana María de Lara 50 102 52
Granja Ita Pora 12 48 36
Granja Ko`e Pyahu 13 13 0
Serafina Dávalos - 62 62
Nueva Oportunidad - 20 20
Total 6.643 9.511 2.868
Fuente: elaboración propia con base en partes diarios del Ministerio de Justicia.

67
Tabla Anexo Nº 2. Cárceles por lejanía al centro de la cabecera distrital.
Establecimiento Distrito Distancia a
la cabecera
distrital
Penitenciaría Nacional Tacumbú Asunción 3,1
Penal Industrial “Esperanza” Asunción 3,3
Penitenciaría Regional de Emboscada Emboscada 6,8
Penitenciaría Regional Padre Juan Antonio De La Emboscada 7,4
Vega
Penitenciaría Regional de Itapúa Cambyreta 9,9
Penitenciaría Regional de Misiones San Juan Bautista 7,2
Penitenciaría Regional de Concepción Concepción 6,5
Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo Coronel Oviedo 10,5
Correccional Serafina Dávalos Coronel Oviedo 10,5
Penitenciaría Regional de San Pedro San Pedro del Ykuamandyju 2
Penitenciaría Regional de Villarrica Villarrica 1,6
Penitenciaría Regional de Pedro Juan Caballero Pedro Juan Caballero 5,2
Penitenciaría Regional de Ciudad Del Este Ciudad del Este 1
Correccional de Mujeres del Buen Pastor Asunción 5,4
Correccional de Mujeres Juana María De Lara Ciudad del Este 1,4
Granja Ita Porã Emboscada 6,8
Granja Ko’e Pyahu Asunción 3,3
CE Virgen de Fátima Asunción 5,4
CE Itauguá Itauguá 2,9
CEI La Esperanza Itauguá 3,6
CE de Concepción Concepción 6
CE Sembrador Villarrica 1,6
CE de Ciudad del Este Ciudad del Este 10,8
CE de Itapúa Cambyretã 10,1
CE de Pedro Juan Caballero Pedro Juan Caballero 5,2
Fuente: Elaboración propia con base en referencias propias y mapas de Google Maps.

68
Tabla Anexo Nº 3. Población privada de libertad que se encuentra en las
cárceles de Tacumbú, Emboscada y Juan Antonio de la Vega, según
distritos de la circunscripción judicial del departamento Central.
Tacumbú Emboscada Juan A. de la
Distrito Total
(2014) (2015) Vega (2015)
San Lorenzo 528 98 80 706
Lambaré 304 79 123 506
Luque 254 81 92 427
Capiatá 157 41 87 285
J. Augusto Saldívar 128 38 30 196
Fernando de la Mora 59 41 45 145
Limpio 50 25 25 100
Total 1.480 403 482 2.365

Fuente: elaboración propia con base en las bases de datos proveídas por el área judicial de dichas
penitenciarías.

69
Tabla Anexo Nº 4. Funciones esperadas de la cárcel, según grupos o instituciones
Grupo o Institución Función Autor/ Fuente
Ley, Estado Readaptación social Ley 210/70
Sociedad Castigo Juan Antonio de la
Protección a la sociedad Vega (1993)
Servir de amenaza
Ley Rehabilitar y resocializar al condenado Juan Antonio de la
Vega (1993)
Ley, Estado Reinserción social Ley 5162/2014
Gobiernos neoliberales Encerrar a las personas en situación de pobreza González (2015)
Ley Custodia Brandariz (2007)
Sociedad Árbitro para la modificación de conductas Acevedo (2003)
Ocultación temporal de ciertas estructuras
peligrosas
Ley Rehabilitación: creación de espacio terapéutico González (2015)
Ley Incapacitación: que no se escape González (2015)
Estado Retributiva: puro castigo, condiciones dura González (2015)
Sociedad Disuasión: calmar el sentimiento de venganza de González (2015)
las víctimas
Estado Castigo Routier (2015)
Incapacitación o neutralización
Protección al público de los presos
Estado Depósito Sozzo (2007)
Estado Paradoja de la cárcel pensada para la rehabilitación Arnoso Rodríguez
social a partir del castigo y privación de libertad (2005)
Gobiernos Prisiones para pobres García y Ávila (2015)
Estado Incapacitar, segregar y controlar a los individuos Olarte Hurtado (2006)
calificados como peligrosos
Fuente: Elaboración propia.

70
Anexo 2. Bibliografía sugerida de medidas alternativas a la
prisión y de trabajo en beneficio de la comunidad81.
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5. ALBRECHT,H.-J./SCHÄDLER,W., Community Service: a new option in punishing offenders in
Europe, Max-Planck Institut, Freiburg, 1986.
6. ALBRECHT,H.-J./SCHÄDLER,W., "Community Service in Europe: Concluding Remarks", en
ALBRECHT,H.-J./SCHÄDLER,W., Community Service: a new option in punishing offenders in
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81
La bibliografía sugerida fue seleccionada y extraída de Olarte Hurtado (2006) y Brandariz García (2002).

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