Você está na página 1de 18

Ediciones del Cifrado

Dirección Editorial: Leonor Fefer


P a b l o F r i d ma n
Orfilia Polemann ÍNDICE
Úrsula Seibert

Título original: Conferéncias de Alain Badiou no Brasil


Auténtica, Belo Horizonte
O 1999 by Alain Badiou

Traducción: Jorge Luiz Lima Capparelli

Diseño de portada: Daniel Iglesias


Presentación, Célio Garcia ................................................. 9
a
l edición: julio de 2000
2 edición: junio de 2006 Ética y política................................................................. ........ 27
O 2000, de la presente edición Ediciones del Cifrado
La Pampa 2875 - 1° "A" Ética y psiquiatría ........................................................... ........ 37
(1428) Buenos Aires - Argentina
Tel.: 4786-4679 Lacan y la filosofía .................................................................... 45
Tel./Fax: 4783-6174
e-mail: delcifrado@sinectis.com.ar
http://www.delcifrado.com Lacan y lo real ........................................................................... 57

Hecho el depósito que marca la ley 11.723 ¿Quién es Nietzsche? ............................................................... 67


Impreso en la Argentina

ISBN-10: 987-95837-5-2 Qué es pensar filosóficamente la política .................... ....... 79


ISBN-13: 978-987-95837-5-3

Badiou, Alain San Pablo: un contemporáneo ................................................ 87


Conferencias en Brasil : ética, política, globalización -
la ed. la reimp. - Buenos Aires : Del Cifrado, 2006. ¿Qué piensa el teatro? ..................................................... ........ 101
128 p. ; 20x14 cm.
ISBN 987-95837-5-2
Teatro y filosofía........................................................................ 109
1. Etica de las Relaciones Internacionales. I. Título
CDD 172.4
Posfacio, Célio Garcia ......................................................... 115
Fecha de catalogación: 06/07/2006

Las opiniones vertidas en este libro son responsabilidad exclusiva del autor; su publi-
cación no implica que Ediciones del Cifrado coincida con ellas.
Derechos reservados
Prohibida su reproduccción total o parcial
LACAN Y LA FILOSOFÍA

Llamemos antifilosofía a todo dispositivo de pensamiento


que oponga la singularidad de su acto a la categoría filosófica
de la verdad. Identificamos de inmediato tres grandes antifiló-
sofos de la modernidad: Nietzche, Wittgenstein y Lacan.
Se trata de establecer en qué sentido Lacan es antifilósofo,
de describir la singularidad de la antifilosofía lacaniana.
Lacan utiliza esta palabra y se declara explícitamente antifi-
lósofo. Llegó a decir "Yo me rebelo contra la filosofía", y anunció
satisfecho el éxito de esa insurrección. Es que en. la antifilosofía,
por razones esenciales, existe un tratamiento subjetivo recurrente
de la certidumbre anticipada de la victoria. Nietzche, Ecce horno:
"Un día mi filosofía vencerá". Wittgens tein, Prefacio del
Tractatus: "La verdad de los pensamientos comunicados aquí me
parece intocable y definitiva". Lacan, L'étourdit: "No soy yo
quien vencerá, sino el discurso al que sirvo".
¿De qué está hecha esta certidumbre? No es una pretensión,
sino claramente una voluntad de servir que al mismo tiempo
compromete al sujeto de modo radical. Nietzche, por ejemplo,
debe producirse a sí mismo en la escena de su acto. Es honesto
y sincero cuando declara: "No es imposible que yo sea el primer
filósofo de nuestra época, o aún un poco más que esto... algo
decisivo y fatal que se yergue entre dos milenios".
En ese punto donde algo se yergue, con independencia de la
pequeñez del yo, se crea la certidumbre anticipada de la victoria.
Porque esta certidumbre es del orden del acto, y del acto solo
se puede estar seguro por sus efectos.
¿Cuál es el núcleo duro de la certidumbre anticipada para
46 ALAIN BADIOU LACAN Y LA FILOSOFÍA 47

Lacan? El acto es, evidentemente, el acto analítico. Tratemos de ¿Lacan es un hombre del mediodía o de la medianoche? A
identificarlo como principio del acto antifilosófico. Si existe acto, él no lo guía la metáfora, sino la conexión, la palabra-valija o
¿de qué modo este acto puede ser la garantía de una certidumbre materna. Comprobamos que para él la verdad solo puede ser
victoriosa? medio-dicha. Leemos en L'étourdit: "De la verdad hay solamentmdio-ch".DquparLcnhymd
El acto en sí no es una acción de la verdad. Al garantizar la decir/ medio-día de la verdad.
certidumbre victoriosa no es del orden de la verdad, como en ¿Será necesario afirmar que la verdad filosófica es nociva,
el caso de la Filosofía, que en efecto busca la verdad. que, noctívaga, es nociva, como suele serlo la medianoche?
Lo que hay de convincente en el acto tiene que ver con su ¿Hay una medianoche nociva de la filosofia?' Esta era por cier-
recurso último de saber. Se advierte entonces un litigio con la to la convicción de un gran antifilósofo clásico, Pascal, razón
filosofía. JLacan opone lo que el acto analítico constituye en el por la cual creía a Descartes inútil e impreciso. Pascal también
saber, a la pretensión filosófica de la verdad. La cuestión de la se rebelaba contra la filosofía, contra el Dios de los filósofos,
relación/no relación en el par verdad/saber ocupa en la estrategia un Dios destituido de toda la eficacia subjetiva, un Dios sin
de Lacan una posición comparable a la de la pareja verdad / real.
sentido en Wittgenstein. Citemos la última frase del discurso Lo que la antifilosofía propone es desacreditar la verdad, no
de cierre en la fündación de la Escuela Freudiana (1970): "La refutarla. Una antifilosofía no es una crítica sino una terapéuti-
verdad puede no convencer, el saber pasa en acto". ca: es preciso curar al hombre de la enfermedad filosófica.
Precisamente porque en el acto pasa el saber, el movimiento En Wittgenstein la destitución de la verdad es clara desde el
general de la antifilosofia incluye una destitución de la categoría Tractatus. La verdad metafísica, la de los filósofos, está ligada
filosófica de la verdad. al sin-sentido; por lo tanto es nociva. Pero aunque desliguemos
¿Qué hace, por ejemplo, Nietzsche en El crepúsculo de los o aislemos la legitimidad lógica de las proposiciones científicas,
ídolos? Ese texto vincula la abolición de la verdad con la afirma- no se consigue mucho, pues lo esencial es del orden del acto y
ción dionisíaca en la cual se resuelve el acto: "El mundo-verdad no de la proposición verdadera. Lo esencial es el elemento místico,
ha sido abolido por nosotros. ¿Qué mundo nos quedó? El que es silencioso.
mundo de las apariencias. Pero con el mundo-verdad también Para Lacan el problema es mucho más complicado.
abolimos el mundo de las apariencias. Mediodía, el momento en Lacan refundó la categoría de la verdad. En esta fundación
que la sombra es más corta..." Hay un pensamiento antifilosófico se destituye la categoría filosófica de la verdad, pero al mismo
de mediodía, pues, como dice Hegel, la filosofía viene "des- tiempo se plantea que es preciso atravesarla. Hubo en Lacan un
pués", en el crepúsculo. La antifilosofía no quiere atrasarse en largo y tortuoso coqueteo con la categoría de la verdad.
relación con lo real, quiere ser contemporánea de su acto. Me- Yo intentaría establecer que, a partir de los arios 70, un mo-
diodía, para Nietzche, es la verticalidad solar, el momento en vimiento sin duda inacabado procedió a la destitución de la
que el pensamiento afirma su potencia. Mediodía es el nombre
del acontecimiento real, de la aguja de la balanza de la vida. El
mediodía es la imposibilidad de la interrupción, la creación de 1. Los términos nuitmi-nuit y mi-ditimidi, que conservamos, vincu-
lo irreversible, pero también la eternidad constante de la potencia lan las ideas de "noche" (nuit) y de "ser nocivo" (nuir), así com la de
vital, pues a cada día le llega el mediodía en su momento. El ‘`medio-dicho" (mi-dit) y la de "mediodía" (midi).
mediodía alía la voluntad de poder con el eterno retorno.
48 ALAIN BADIOU LACAN Y LA FILOSOFÍA 49

verdad, al distanciamiento respecto de ella. Está articulado con sencia sin ninguna posibilidad de matematización, una ausencia
dos enunciados de 1973 (Seminario XX): sin ninguna inscripción.
15 de mayo de 1973: "Hay relación de ser que no se puede Existe lo real, hay lo que de lo real se enseña (lo rnatemati-
saber". zable), hay el materna como atolladero de lo matematizable. Es
20 de marzo de 1973: Lo propio del análisis es que él "se ahí que se muestra la vocación arquicientífica del acto (en el
pueda constituir un saber sobre la verdad" sentido de Lacan). Pues si el acto se encuentra en el punto del
La tensión que establecen esos dos enunciados es la siguien- matema (del saber transmisible), subsiste el hecho de que el
te: por un lado, la verdad es suprema mientras no es sabida; por materna hace real (o atolladero) de lo real enseriable (o mate-
el otro, la finalidad del análisis es suscitar un saber de lo no-sa- matizable). El acto es pues el materna, mas allá del matemático.
bido. A fin de cuentas el acto analítico va a basarse en el saber. El acto puede surgir como lo que fija un real de lo real. Un
La clave de ese enigma tiene un nombre, materna, escogido real, susceptible de inscribirse, de lo real enseriado. El materna
por Lacan para lo que permite pensar al mismo tiempo, y a través es lo que se inscribe, como atolladero; lo real de aquello que de
de una escritura, que hay una relación de ser que no se puede lo real se enseña.
saber, y con todo un saber sobre la verdad, es decir sobre lo no El materna, que es la clave del acto como pase de un saber,
sabido. será exactamente el nombre de la dimensión arquicientífica del
De este punto de vista, solo el materna da sentido a un tercer acto, y está en el punto de atolladero de la ciencia. El materna
enunciado, que se puede formular sintéticamente: "El saber hace solamente es capaz de inscribir lo real de lo que es decible de lo
la verdad de nuestro discurso". real.
El acto analítico, en tanto pase del saber, es simultáneamen- El acto antifilosófico requiere siempre esta torsión. Exige
te caída de un saber supuesto al sujeto y asunción de un saber una doble acepción de lo real. El materna es arquicientífico
que debe ser un saber no supuesto, pero transmisible, si es po- porque no es matemático, por más que concierna a lo real de la
sible íntegralmente. Un saber que ya no es cautivo de la singu- matemática.
laridad de un sujeto. Si el acto es el entre-dos de dos saberes, la Falta establecer la reciprocidad del acto y el materna.
verdad no se encuentra sino en el eclipse de dos identificacio- Esa elaboración pasa por la tesis de que el deseo del analista
nes del saber, de las cuales una es subjetiva, e incluye lo imagi- es el deseo del materna. Para que haya acto, como entre-dos del
nario, y la otra es impersonal. saber supuesto y del saber transmisible, es preciso el deseo del
Finalmente, es necesario situar en Lacan la triangulación analista. El materna debe ocupar la posición de objeto causa del
filosofía/psicoanálisis/materna para comprender su dimensión deseo.
antifilosófica. El punto fundamental es entonces el siguiente: para que
Partamos de un fragmento de L'étourdit: "Es en lo que los exista deseo del materna, es preciso curarse del deseo del Uno;
maternas con los cuales se formula a pesar de todo el atolladero es necesario dejar de suspirar por el Uno, lo que constituye la
de lo matermatizable, y que deben definirse como lo que de lo desconstrucción heideggeriana de la metafísica.
real se enseña, donde pueden ellos coordinarse con esta ausencia Podemos basarnos en un fragmento de Radiophorzie (1970).
tomada de lo real". Lacan trata de determinar las incidencias de la lingüística sobre
¿Qué significa la "ausencia tomada de lo real"? Es evidentemente la la teoría general de lo simbólico.
ausencia de la relación sexual, y singularmente la au
50 ALAIN BADIOU LACAN Y LA FILOSOFÍA 51

a) "Se piensa extender este suceso a toda red de lo simbólico sano formular lo siguiente: del sentido, bajo el ideal de la cien-
al no admitir sentido sino en lo que la red responde de ese sen- cia, se puede obtener alguna verdad, pero con una operación
tido y de la incidencia de un efecto, de un no contenido." metafísica substractiva, un hecho de des-ser, una exclusión.
El sentido es pensable como efecto de lo simbólico. Este Finalmente, ¿cuál sería la posición de Lacan ante la definición
enunciado pone ya en escena la cuestión del sentido, y sabemos aristotélica de la metafísica?
que la cuestión de la antifilosofia es sin duda la cuestión de la
pareja sentido/verdad. — La física no agota lo pensable, ni siquiera en lo que dice con
b) "El significado será o no será científicamente pensable se- respecto a lo pensable cientzficamente. Lo que de la natura-
gún tenga o no un campo de significantes que por su propio leza adviene al pensamiento científico, a la física, no agota lo
material se distingue de todo campo físico por la ciencia obte- pensable; entonces, para la completud de lo pensable, se ne-
nida." cesita algo metafísico. En este punto hay acuerdo con Aris-
De la red se pasa al campo de significantes que, si tiene con- tóteles.
sistencia hace que el significado se pueda pensar científicamente. — Pero esta metafísica no es de modo alguno una ciencia del
Pero ese campo se distingue de todo campo físico: por lo tanto, ser en cuanto ser, al que hay que excluir expresamente. No
se va en dirección a la metafísica. Existe la ciencia, o lo es del lado del ser donde se va a encontrar lo que del sentido
científicamente pensable, cuya condición, la consistencia del es pensable, sino del lado del "des-ser" (dés-étre), de una
campo de significantes, no es física en el sentido de la ciencia. exclusión del ser. Es impresionante que sea esta operación
Entonces, es sin duda física en el sentido etimológico, que es el substractiva lo que Lacan llama metafísica. Ella está ligada a
de Aristóteles: metafísica. la convicción de que el sentido no es pensable como conte-
c) «Esto implica una exclusión metafísica que hay que tomar nido, porque es del orden del efecto. A partir de allí, Lacan
como hecho de "desierto/cles-ser"(désert/des-étre).2 Ya no se se separa de Aristóteles.
considerará que ninguna significación deriva de ella misma."
La metafisica aparece como desierta de significación. La sig- Desde esa separación podemos retomar el hilo de nuestro
nificación no tiene una consistencia propia. En consecuencia, primer interrogante: ¿hay una proximidad entre Lacan y Hei-
para que la significación sea pensable es preciso sustraerle el degger en lo que concierne al repudio de la metafísica en el
ser. Existe una condición de lo pensable según lo que la pensa- sentido aristotélico del término? Se podría contestar rápida-
bi1idad3 diga respecto del sentido. Se podrá decir que esa pen- mente que no, pues para Heidegger la ciencia moderna es pres-
sabilidad es productora de una verdad del sentido, y será nece- cripta por la metafísica como historia del ser, mientras que para
Lacan se trata de promover una ciencia del sentido al asumir una
2. La semejanza fonética en francés de désert ("desierto") y des-étre operación metafísica. Vayamos más lentamente.
("der-ser") le permite al autor asociar ambos términos, sugiriendo una ¿Cuál es, para Heidegger, el "rasgo distintivo de la metafísi-
proximidad semántico-filosófica. Así, al hablarnos del ser, la oración "el ca"? Es que la poética normativa del Uno oblitera o subyuga la
ser conoce y recorre desiertos" suscita una intensa sugerencia de desam- verdad, la aletheia como eclosión, como plenitud inicial del ser.
paro (Hilflosigheit, dice Freud acerca de esta misma cuestión). (Véase acerca de este punto el texto titulado "Proyectos para la
3. Optamos por el neologismo "pensabilidad" para traducir el término historia del ser en tanto metafísica", incluido como nota al final
francés pensabilité forjado por Badiou. del tomo II de Nietzsche.
52 ALAIN BADIOU
LACAN Y LA FILOSOFÍA 53
Para Heidegger, las operaciones de la metafísica son las si-
guientes: por empezar la operación platónica, que es el someti- derecho, con el agravante de que este lugar es el lugar del
miento de la aletheia por la idea. Lo que se daba en inmanencia semblant", el lugar donde ellos s'oupirent y son llevados al
próxima como eclosión va ser puesto bajo el yugo del recorte Uno. Es claro que Lacan relaciona el Uno con una especie
de descubrimiento de lo real obturado por el semblant.
de la idea. El ente asegura su supremacía sobre el movimiento
propio del ser. El "lo que es" (ti estin) tomado en esta subyuga- — "Una mujer no s'oupire por el Uno, es del Otro."
ción va a hacer del ser una posición normativa. Pero eso advie- El Uno parece esta vez correlacionado con el dominio uni-
ne mientras la idea es contada por uno. versal del pensamiento masculino, del cual una mujer es la
Algo viene a cuenta. Es el ser como quididad, como razón ruptura. Una mujer es siempre del Otro allí donde los hom-
normativa del quid del ente. "La preemencia de la quididad lleva bres s'oupirent por el Uno. El texto de Lacan apunta a un
cada vez a 4a preemencia del propio ente en aquello que él es; blanco, pues dice que "otros s'oupirent". La ventaja del pensa-
la premencia del ser fija el ser en tanto koinon a partir del miento consiste en que no se deja llevar al Uno, y siempre una
Uno." mujer carga al menos con esta gloria. Lo que equivale a decir
El rasgo distintivo de la metafísica es pues que el Uno, en que una mujer no hace nunca metafísica (en el sentido de Aris-
cuanto unidad unificante se convierte en normativo para la de- tóteles).
terminación ulterior del ser. En última instancia, el rasgo dis- Se podría decir: que lo que Lacan llama metafísica en el sen-
tido subtractivo, la operación metafísica del des-ser que sola-
tintivo de la metafísica es el abordaje y el enredamiento del ser
por el Uno. mente autoriza una verdad del sentido, es por cierto una crítica
¿Qué decir del pensamiento del Uno en Lacan? ¿Decide de la metafísica en el sentido heideggeriano. Por ello puede de-
clarar: "Yo no hacía pensamiento del Uno, pero a partir de de-
una posición normativa referente al ser? ¿Es el Uno finalmente
cir que hay de lo Uno yo iba al término que demuestra su uso
pensable como figura clave de la disposición metafísica? para hacer metafísica con él".
Vale la pena consultar sobre ese punto el resumen del semi-
nario "Ou pire" Así Lacan opone la mala metafísica, la que s'oupire y se
arroga ser un pensamiento del Uno, a la buena metafísica, que
— El Uno es justamente aquello por lo cual on s'oupire.4 "Lo
es la determinación subtractiva de una operación del Uno.
que yo llamo s'oupirer, eso los lleva al Uno". En efecto, en Esa distinción es a mi juicio fundamental. Según la tesis de
el Uno hay un toque de imaginario normativo . Se es llevado Lacan, si interrogamos el Uno acerca de su ser, si hacemos pen-
al Uno. El s'oupirer es evidentemente una dimensión de samiento del Uno, estaremos en la mala metafísica, la que lleva
empeorarse. ("No s'oupirer es mi punto de honor"). al Uno. ¡Nos quedaremos en el suspiro!
— "Los analistas no pueden aplicarse a ser promovidos como El s'oupire es la metafísica de Aristóteles. El punto de honor
abyección en el lugar definido de lo que el Uno ocupa por para el analista es no sucumbir a ella. Pero se puede pensar el
Uno según su des-ser, según los términos demostrados por su
uso, o sea, pensar en sus operaciones, en la susp iración que
4. La expresión on s'oupire vincula en un juego de palabras el verbo
‘`suspirar" (soupirer) y la expresión ou pire ("o peor"), que da título a este consiste en contar el objeto. Eso no nos compromete a s'oupirer,
seminario de Lacan. a la potencia normativa del Uno. Distinción entre un pensamiento
del tipo "El Uno es", que es el s'oupire metafísico, y
54 ALAIN BADIOU LACAN Y LA FILOSOFÍA 55

la tesis "Hay Uno", que concierne a lo que se podría llamar Leamos Encore: "Que el pensamiento no opere en el sentido
una metafísica materialista. de una ciencia que se le debe suponer al pensamiento, o sea,
Allí se encuentra la línea divisoria entre la filosofía y la anti- que al ser se le suponga que piensa, es lo que funda la metafísica
filosofía. desde Parménides. Parménides se había engañado, y Heráclito
De modo que Lacan no critica un destino de la metafísica, tenía razón."
sino los efectos de un enunciado falaz. "El Uno es". La doctrina de la significación de Heráclito abre una vía al-
Se ve entonces que para Lacan, como para Heidegger, ha ha- ternativa a la vía del Uno, que es la del suspiro. Para Lacan no
bido un desvío filosófico del pensar. Pero este desvío está es-
hay una matriz originaria unificada, mientras que Heidegger
cindido desde el principio. Para Lacan no hay una historia del
ser como historia del pensamiento del Uno, sino una historia intenta demostrar que los movimientos de Heráclito y de Par-
intrincada, dividida, que atraviesa lo que Heidegger llama me- ménides son fundamentalmente idénticos.
tafísica. Para Lacan la historia de la filosofía es conjuntamente Lacan busca en una dirección totalmente distinta la unidad
la historia del ser y la del des-ser. Y como en realidad esa con- que se puede suponer a la filosofía: del lado del amor. "El amor,
junción es impensable, ella no construye realmente una histo- hace mucho tiempo que se habla de él. ¿Es necesario que yo su-
ria. De ello resulta que la relación de Lacan con la filosofía es braye que él está en el corazón del dispositivo filosófico?"
más compleja que la de Heidegger. La relación de Heidegger es El amor, en efecto, plantea dos interrogantes.
la de una historicidad. Lacan, por su lado, quiere someter la fi- 1. ¿Tiene sentido hacer Uno?
losofía a una prueba, la del acto analítico en sí. 2. ¿Se puede amar la verdad?
Citemos el seminario Encore: "El acto es cuando surge un Una vez más, Lacan pone bajo sospecha a la filosofía.
decir que no siempre alcanza el punto de poder existir en el nivel El punto clave de la antifilosofía lacaniana, referente a la
de lo dicho". El acto es un decir en el que insiste algo de lo idea filosófica de un amor a la verdad, es que para Lacan puede
dicho. "Allí está la prueba en la que se puede alcanzar un cierto haber amor al saber, pero de ningún modo deseo de saber.
real". Pero agrega: "Lo más terrible que vamos a hacer en el (Véase la introducción a la edición alemana de los Écrits: "No
seminario de este ario será someter a esta prueba un cierto nú-
existe la menor Wissentrieb, pulsión de saber".)
mero de dichos de la tradición filosófica."
Como se sabe, Lacan diferencia tres pasiones fundamentales:
La relación de Lacan con la filosofía no es teórica, sino una
relación de prueba. El utiliza la expresión "tradición filosófica". el amor, el odio y la ignorancia. Si la ignorancia es la pasión mas
Pienso que en última instancia para Lacan no había una grande, lo es precisamente porque no existe ningún deseo de
metafísica, en el sentido del destino del pensamiento, sino una saber. El amor es la verdadera correlación subjetiva del saber,
"tradición filosófica". Es terrible porque el origen de esa tradición pero él no lo sustenta ningún deseo.
no es simple, es doble, y es preciso demostrar esa duplicidad. El amor al saber condicionará las figuras del subjetivación
Ella se encuentra ya en Sócrates, que es por un lado tentado por del saber, que son figuras amorosas, y no figuras descantes.
el discurso del Amo, pero que también se deja identificar En términos de deseo, la absoluta pasión del ser humano es
como analista, al punto que Lacan se reconoce en él más de una la ignorancia.
vez. Con relación a esa pasión se somete a una ruda critica el tema
La duplicidad es también la de Parménides y de Heráclito. filosófico del amor a la verdad. La ignorancia es un desa-
56 ALAIN BADIOU

mor, y el correlato del saber es el amor. La ignorancia triunfa LACAN Y LO REAL


siempre sobre las ruinas de un amor.
La gran suposición filosófica es que no sólo es que hay un
amor a la verdad, sino que debe haberlo. "Es preciso amar la
verdad." Tal es el imperativo filosófico. Lacan se pregunta:
¿Qué es lo que, según la filosofía, es amable y amado en la ver-
dad?
Toda una parte del Seminario XVII, L'envers de la psycha-
nalyse, aborda este punto. "Es el amor a esa flaqueza cuyo velo Una tesis fundamental de Lacan es que lo real no se conoce.
levantamos, que la verdad esconde y que se llama castración." Pero según otra tesis suya lo real no es incognoscible.
Y también: I"La verdad: saber la impotencia." Dicho de otro Lacan no es Kant. Para Kant, la cosa-en-sí, el ser del cual el
modo, el amor a la verdad no podría ser, si fuese real (y no fenómeno es fenómeno, permanece inaccesible al entendimiento
imaginario), más que el amor a una impotencia. cognoscente. Este entendimiento no es sino una potencia le-
Ahora bien, si el amor a la verdad está en el centro de la fi- gislativa aplicada a eso que se nos aparece y no tiene relación
losofía, se comprueba que ella pretende amar la verdad como con lo que es en tanto que es. Podemos conocer los fenóme-
potencia y no como impotencia. Ese es el punto de su carácter nos, pero el ser permanece incognoscible. La tesis de Lacan es
ilusorio.
distinta. Por cierto, Lacan opone la realidad a lo real. Y como
Tal es el veredicto de la antifilosofía lacaniana: si se pretende
amar la verdad como potencia, si olvidamos que todo amor a la sostiene que conocemos la realidad, pero no lo real, por un
verdad no es sino la relación con una impotencia, entonces se- momento se podría creer que la realidad ocupa la posición del
remos impotentes en relación a la ignorancia. fenómeno de Kant, y lo real la posición de la cosa-en-sí. Pero
Para acceder al amor al saber, el único capaz de quebrar la no es así, pues si bien no conocemos lo real, ello no significa
que sea incognoscible. La posición de Lacan es la siguiente: lo
pasión de la ignorancia, es preciso renunciar a todo amor a la
real es extraño a la cuestión del conocimiento, tanto negativa-
verdad. Dicho de otro modo: es preciso renunciar a la filosofía.
mente (no se lo conoce), como positivamente (no es incognos-
cible). No es a partir de las vías del conocer o de lo incognosci-
ble como nos abrimos un acceso a lo real.
¿De qué procedimiento del pensamiento surge lo real, sino
del conocimiento? La fórmula de Lacan es al mismo tiempo
simple y difícil: lo real no se conoce, se demuestra.
Se podría imaginar erróneamente que el demostrar es como
un equivalente formal del conocimiento. Pero la demostración
de lo real lleva a pensar de inmediato en la singularidad del acto
analítico. Es esa dimensión del acto la que hace que lo real no
sea del orden del conocer.
Por lo tanto, la singularidad irreductible del acto funda la fi-
58 ALAIN BADIOU LAC AN Y LO RE AL 59

losofía lacaniana. En efecto, ¿qué es para Lacan la filosofía? hacer. En "Señor A" (texto dirigido a un filósofo, Althusser),
Ante todo, es la creencia de que lo real surge del conocer (posi- Lacan declara: "Reúnanse unos con otros el tiempo necesario
tiva o negativamente), y que, en consecuencia, surge de la ense- para que se haga alguna cosa y después disuélvanse para hacer
ñanza.
otra cosa".
El acto, por el contrario, es lo que aparta al psicoanálisis de
Se puede llamar "política" a la creencia de que un colectivo
cualquier intención educativa. Como dijo Lacan en el cierre del
Congreso de 1970: "lo que me salva de la enseñanza es el acto". puede pasar sin disolución de una cosa a otra. Ilusión filosófica.
También se podría decir: el acto es lo que me salva de la filo- La tesis de Lacan al respecto es, en ese sentido, que no hay po-
sofía. lítica real, pues lo único real de un colectivo es la brecha entre
A partir deJa existencia del acto analítico se percibe lo que dos acciones disímiles. Para Lacan, en el fondo, no hay política,
hay en la filosofía de profundamente negativo, o sea nocivo: hay solamente filosofía, y esta hace creer que puede haber polí-
ella compromete el pensamiento en la creencia sin salida de que tica; la filosofía procede así en detrimento de lo real, aquí defi-
fuera del acto se puede enseñar lo real. nido como "acción de disolución que interrumpe secuencias".
Esta creencia se da en tres grandes síntomas. La consecuencia de esa proposición se pudo comprobar en
1. El filósofo es "cerrado a la matemática", ciego y rebelde a la época de la Causa freudiana,1 cuando Lacan dijo: "Su tiempo
lo que hay de insensato en la potencia matemática de la letra. es lo temporario". En el corazón de lo temporario está el acto.
Cree que puede "fundar" la matemática, enraizarla en una lógi- El acto analítico es lo que se independiza frente a la pretensión
ca del sentido. Desconoce que el materna hace verdad de una fundante de la filosofía. Esta pretensión puede ser resumi-
imposibilidad del sentido, en cuanto el proceso analítico apun- da en tres puntos:
ta precisamente a elevar la impotencia sintomal a la imposibili- 1. La filosofía pretende que la literalidad (las letras adopta-
dad lógica, todo bajo el ideal de la formalización. das en los esquemas de los matemáticos cuando una letra vale
2. El filósofo se abandona al amor a la verdad. Ahora bien, por una variable que asume valores diversos) esté bajo la égida
el psicoanálisis no puede creer en ese amor, pues indica la di- de un sentido, y el cual se inviste en esas letritas.
mensión de la impotencia de la verdad, cuyo nombre teórico es 2. La filosofía pretende que la verdad es su proprio sentido,
castración. El filósofo cree en un amor a la verdad como po- y que entonces debemos amarla.
tencia, en un amor a la verdad sin castración. Sostiene una im- 3. La filosofía pretende que la política puede tener un sen-
postura.
3. El filósofo tapa el agujero de la política. Hace creer que la tido.
acción colectiva puede tener un sentido sólido, sueña indefini-
Estos son tres axiomas platónicos fundantes, que la antifilo-
damente con una política racional. Lacan tiene otra teoría del
sofía lacaniana aniquila, pues Lacan demuestra la impostura del
grupo. La tesis lacaniana final es que lo único que le conviene a
sentido. De hecho, "el sentido es siempre religioso", y la filoso-
un grupo es una breve secuencia medida o mensurada por un
fía permanece a la sombra de la religión.
trabajo explícito. Ningún colectivo, ningún grupo tiene legiti-
midad intrínseca; ni aún el proyecto de hacer alguna cosa lo le-
gitima. Es preciso diferenciar el proyeto-de-hacer y el propio 1. Primer grupo en torno de Lacan después de la Disolución en 1980.
LAC AN Y LO REAL 61
60 ALAIN BADIOU
¿De qué modo la angustia, como serial que no engaña en
Sobre este punto resulta esclarecedor comparar a Nietzche cuanto a la aparición en exceso de lo real, está ligada al proceso
con Lacan. de la cura y al acto analítico?
También para Nietzsche el enemigo oculto en la filosofía es Podemos resumir en tres enunciados la doctrina lacaniana
la religión y, más especialmente, la religión cristiana. La antifi- de la cura.
losofía nietzscheana está en la figura del Anticristo. Pero ese
1. La cura eleva la impotencia (sentido del síntoma) al nivel
movimiento no es en modo alguno el de Lacan, pues Nietzche
quiere restablecer el sentido contra la verdad, derrumbar la tiranía de lo imposible (demostración de lo real).
de la verdad para liberar el polimorfismo vital del sentido. 2. Lo hace mediante "una simbolización correcta".
Se podría decir que Lacan es un Anticristo insensato. Para 3. El acto vendrá en el momento del atolladero de esa sim-
Lacan la ruptura con la religión se hace en nombre de lo real bolización, y el afecto de la angustia es inseparable de esa ope-
como insensato. La obra de Lacan es una lucha contra el oscu- ración.
rantismo del sentido y en favor de la correlación entre una ver- Pero Lacan subraya que en la cura es preciso "dosificar" la
dad, aunque dicha a medias, y un fragmento de lo real. angustia "para no ser sumergido por ella", "dificultad correlativa
De ello resulta que Nietzsche y Lacan anuncian cosas ente- a la que hay en juntar el sujeto con lo real". Esa "dificultad",
r a m e n t e d i f e r e n t e s . ' N i e t z c h e a n u n c i a e l f i n d e l a r e l i g i ó n ; L a - can anotemos, es el desafío del acto analítico: demostrar lo
dirá que jamás se acabará con la religión, pues es una estructura real.
subjetiva fundamental. Uno y otro tienen la sensación de que la Es preciso comprender que el procedimiento de dosificación
filosofía se compromete cuando se alberga en la religión, pero de la angustia es simultáneo con el procedimiento de la
de esa observación extraen consecuencias opuestas. simbolización correcta. Pues la angustia, como ya dijimos, es
El acto de Nietzsche propone al sentido contra la verdad. El un bloqueo de la simbolización. Surge de lo que debe llamarse
acto analítico demuestra lo real contra el sentido.
contrasimbolización", bajo la coacción de un exceso de real.
Ese acto, sobre el cual reposa el gesto antifilosófico, ¿tiene
una garantía de verdad? Evidentemente no. Sin embargo, el Es preciso entonces manejar conjuntamente la simbolización
tiempo del acto, que demuestra lo real, exige una serial que no correcta (construcción del punto de atolladero de lo real) y
engañe. En psicoanálisis, como sabemos, esta serial es la an- medir con estrictez lo que la contraría (la contrasimbolización
gustia. angustiada). Este último requisito es indispensable en nuestro
¿Qué quiere decir que la angustia "no engaña", y sobre qué esquema, puesto que, en relación con la demostración de lo
no engaña? La angustia es definida como un "exceso de real" real, la angustia es serial que no engaña. Dosificar la angustia
en el momento en que al sujeto le parece que el Otro le hace quiere decir reconocer un tiempo de contrasimbolización, que
una pregunta o le dirige una demanda que él no consigue sim- no es idéntico al tiempo de la simbolización.
bolizar, ya que responder es imposible. El sujeto no dispone de La experiencia analítica es una simbolización correcta llevada
la libertad generada por la simbolización de la falta; se trata de hasta su punto de atolladero en el que adviene el acto que
una falta de la falta, como si lo real taponase la simbolización. demuestra un real. Pero "al mismo tiempo" es necesario llevar
Esto quiere decir que la angustia enraíza en un exceso de real. las riendas de la contrasimbolización como signo de lo que no
Lo único que no engaña sobre lo real es un exceso del propio engaña, incluso en relación con la simbolización.
real.
62 ALAIN BADIOU LACAN Y LO REAL 63

Esto significa que el acto estará, necesariamente en el punto pensamiento, lo que quiere decir una nueva presentación de las
de convergencia de la precipitación simbolizante y de alguna reglas de la cura que hiciese norma para la paradoja temporal de
cosa como retención del afecto. La angustia debe ser entonces su conducta. Pues es preciso reconocer que en la obra de Lacan
dosificada para no caer en el abismo del exceso de real, oscilación no hay nada que responda a estas inquietudes; no lo hay princi-
que por lo común equivale a un pasaje al acto. El pasaje al acto palmente en el texto, notable, sobre la dirección de la cura.
es exactamente lo contrario del acto como demostración del En los textos del maestro encontramos por cierto una medi-
real, de lo que se trata en el acto analítico. tación sobre la angustia, sobre el acto, sobre el protocolo del
El deseo del materna, que es el deseo del analista lacaniano, es pase (concebido como lo que puede demostrar a posteriori que
el deseo de que la simbolización vaya hasta el final, pero no puede hubo análisis). Pero, a pesar de las querellas laterales sobre la
realizarse sino como deseo contrariado por la temporalidad sesión breve, no hay nada que sea un pensamiento del tiempo
"lenta" de la Contrasimbolización. En caso contrario, alguien será
engañado. Allí reside lo esencial de la ética del psicoanálisis de de la cura.
orientación lacaniana: no ceder, no hacer concesiones cuando se A menudo Lacan se comparó con Lenín, caracterizándose
trata de contrariar el deseo, cada vez de manera especial. En esa como un Lenín que tenía a Freud como su Marx. La diferencia
particularidad consiste la singularidad de cada cura, pues son está en que él no escribió Qué hacer?2
siempre nuevas las maneras de contrariar el deseo, de viabilizar Lacan ha dejado que sus descendientes se ocupen caso por
el pasaje entre la simbolización y la contrasimbolización, entre el caso de la relación compleja entre el deseo del materna y el
camino formal del acto y la dosificación del afecto. tiempo de la contrasimbolización
En este punto, a mi modo de ver, la antifilosofía lacaniana A pesar de mi admiración por Lacan, debo sostener que, a
entra en colisión con su proprio real y, más precisamente, con fin de cuentas, él eludió la cuestión de "qué pensar", precisa-
el protocolo completo de su "demostrar". En efecto, el proble- mente en cuanto todo pensamiento efectivo es del orden del
ma es qué dispositivo de pensamiento representa la contrariedad hacer. Con ello, hay que decirlo, fue verdaderamente un antifi-
del proceso. ¿Cómo estará incluido el deseo del materna en la lósofo. Pues una antifilosofía es siempre una proclamación de
propia dosificación de la angustia? ¿Qué categorías permiten
la irreductibilidad del acto, y estigmatiza a la filosofía como
juzgar o al menos normativizar la conducta de la cura? ¿Se
puede pensar la singularidad del proceso analítico? pedagogía inerte. Pero esta proclamación se acompaña de una
La dificultad mayor, sin duda, es que en su principio el relativa indeterminación del pensamiento en relación con el
"tiempo" de la formalización, cristalizado en el acto de un corte, protocolo del acto. Y esto por una razón fundamental: si llega-
está tendencialmente fuera del tiempo, como lo indica su mos muy lejos en la determinación regulada del acto nos ve-
polaridad deseante que es el materna. El verdadero tiempo de la mos reconducidos a la filosofía. En efecto, toda la insistencia
cura es el de la contrasimbolización (de la dosificación de la an- en cuanto a la legitimación del acto desemboca en una pretensión
gustia), pues la simbolización correcta, o formalización, es cognitiva y pedagógica, de la cual la Internacional de Chicago da
esencialmente prematura, como lo observa Freud a propósito el modelo en psicoanálisis, y que no es sino una recaída en lo
de la interpretación. que Lacan llama "la canallada filosófica".
En este punto, entonces, recordando que un pensamiento no 2. Obra de Lenín, en la cual organiza la teoría, escrita en el exilio en
es teórico ni práctico, se esperaba un nuevo pensamiento del 1902.
64 ALAIN BADIOU LACAN Y LO REAL 65

Es útil, sobre ese punto, comparar a Lacan con dos grandes errático, equivaldría a reintroducir el dispositivo de la filosofía
antifilósofos clásicos: Pascal y Rousseau. de las Luces, creer en una pedagogía de la liberación o en una
Para Pascal el acto es la conversión del incrédulo. La estruc- definición práctica de la historicidad progresista. Pero Rous-
tura pensable es la apuesta que reserva un lugar para el acto. seau se constituyó en un antifilósofo de esa filosofía.
Pascal establece claramente que, si el incrédulo apuesta, tiene
En Lacan, el problema es su silencio sobre el contenido de
fuertes razones subjetivas para apostar a Dios. Pero ¿por qué el
incrédulo apostaría? ¿Qué hacer para que quiera apostar? la ética del psicoanálisis, a saber: una nominación renovada de
¿Cuál es la lógica del tiempo de apostar? Nada de eso está la conducta de la cura, centrada en lo que de la contrasimboli-
en Pascal. Cómo llevar a alguien a la apuesta no se infiere de la zación angustiada puede ser articulado en el tiempo con rumbo
propia apuesta. Si el incrédulo apuesta hay una posibilidad para a la precipitación formalizante. Al dispositivo normativo de la
el acto. Pero si el incrédulo no quiere apostar, no sucede nada. Escuela de Chicago, que él critica muy justamente, Lacan no
La dificultad está en que, si Pascal se comprometiera con este opone ninguna norma. No dice lo que hay que hacer. De allí
interrogante, tendría que demostrar que el incrédulo es infeliz derivan infinitas disputas, sin criterios sobre el vínculo entre la
en tanto incrédulo, y que la infelicidad organiza un momento teoría y la clínica, sobre el pase y sobre el tiempo de la cura.
de apostar como "salida" existencial. Ahora bien, la tesis de Es preciso tomar muy en serio el hecho de que el último
que quien engaña es infeliz es una tesis platónica fundamental, Lacan fue topólogo, de que intentó una oscilación del pensa-
ya resumida por la didáctica filosófica, pero Pascal no quiere
oír hablar de ella. De todo lo cual resulta que tampoco hay un miento en la vertiente del espacio. El pensamiento del propio
¿Qué hacer? pascaliano. acto solo es aprehensible con un paradigma espacial. Lo que
• hay de especial en el acto es qe es algo así como la esencia no
Para Rousseau el acto político es el Contrato, llamado "so-
cial", ya que la sociedad hace el papel de fantasma. De cual- temporal del tiempo.
quier manera es obvio que ese Contrato no se puede situar en La topología lacaniana presenta el acto como un corte ins-
el tiempo. Sencillamente no sucedió, como tendríamos que de- tantáneo, por lo tanto atemporal, en la configuración paradójica
cir de una referencia histórica, a pesar de que es precisamente de los espacios no orientados o de los nudos. El corte no es en
el acto que funda la historicidad de los Estados. Tampoco ac- modo alguno una temporalización. El corte produce el pen-
tual, pues para Rousseau todos los Estados existentes son lo samiento de un espacio paradójico, ni kantiano, ni euclidiano,
que él llama Estados "disueltos", en los que ya no sucede nada en el que ningún dominio se salva de que su verdad sea situable
bajo el signo de la voluntad general. Finalmente, el Contrato en otros lugares que no son su lugar aparente. Citemos Ra-
no es algo que podrá suceder. En efecto, resulta absurdo concebir diophonie: "Yo no articulé la topología que pone una frontera
el Contrato como un programa, pues su único sujeto posible entre la verdad y el saber sino para demostrar que esta frontera
sería una voluntad general, la cual a su vez presupone ese mismo está en todas partes y no fija dominios, a no ser el que nosotros
Contrato, de modo que este debería estar desde el principio. apreciamos y amamos, esto es, el que apunta a más allá de él
El acto político está pues fuera del tiempo, y por lo tanto no mismo". "Amar lo suyo que apunta al más allá" está de acuer-
podría haber un ¿Qué hacer? de Rousseau sobre este tema. Re-
do con la ética del silencio lacaniano. El viejo Lacan no hace
solver la cuestión de la localización del acto, ponerle fin a lo
más que mostrar nudos, o sea el espacio fuera del tiempo. Esa
topología generalizada es una estética transcendental sin el
tiempo.
Podríamos sostener que, para la antifilosofía, un corte en la
66 ALAIN BADIOU

torsión espacial dispensa de toda la regla del tiempo, y así, de ¿QUIÉN ES NIETZSCHE?
toda la didáctica filosófica.
La filosofía, en efecto, obedece desde sus orígenes, al impe-
rativo didáctico del "largo desvío" platónico. Vamos a decir
que el acto antifilosófico opone al filósofo que tiene todo su
tiempo, el espacio en sí mismo substraído a la presentación,
propiciadora de enseñanza: espacio de la torsión y del corte.
Hay en Lacan un lado "Yo fundo (solo como siempre lo es-
tuve)" que es filosófico, pues con él anuncia un tiempo. Toda ¿Cuál es el verdadero centro del pensamiento de Nietzche?
fundación es, efectivamente, una prescripción temporal. O incluso: ¿a qué llama Nietzsche filosofía?
En él hay también un "Yo disuelvo", que es antifilosófico, Considero esencial comprender que lo que Nietzsche llama
que hace un corte en el espacio aglomerado del grupo, que viene filosofía no es una interpretación, ni un análisis, ni una teoría.
a abolir toda la promesa temporal. Lacan es en sí mismo un lazo Cuando la filosofía es interpretación, análisis o teoría, no cons-
entre la fundación filosófica y la disolución antifilosófica. Un tituye más que una variante de la religión, y está dominada por
vínculo de la simbolización con el acto. Un vínculo entre el la figura nihilista del cura. En El anticristo, Nietzsche declara
espacio y el tiempo. que el filósofo es "el criminal de los criminales". Es preciso to-
En la publicación "Carta del Foro", del 26/1/81, dijo lo si- rnar esa declaración en serio.
guiente: "Hace un mes que corté con todo" (ahí está la antifilo- Nietzche no es un filósofo sino un antifilosófo, y esa expre-
sofía). En la misma publicación, el 11/3/81 escribió: "Mi fuerte sión tiene un sentido preciso: Nietzsche opone al nihilismo es-
es saber lo que quiere decir esperar" (buena definición de la fi- peculativo de la filosofía la necesidad totalmente afirmativa de
losofía). Corte y espera. Ahí está la cuestión. Corte y/o espera.
También reside ahí toda la cuestión del acto, y en definitiva un acto. El papel que Nietzche se atribuye no es el de sumar
la del enlace activo del pensamiento y lo real. Es preciso saber una filosofía a otras filosofías, sino el de anunciar y producir
esperar para que el acto haga corte. Pero es preciso saber cortar un acto sin precedentes, un acto que destruirá la filosofía.
para que la espera venga a verificar que la formalización ha sido Anunciar el acto es también producirlo: esto quiere decir
correcta. Lo real está en el punto de unión incalculable de lo que que el antifilósofo Nietzche está frente a sí mismo. Es exacta-
llega demasiado temprano y lo que llega demasiado tarde. Esta es mente lo que él dice en el canto de Zaratrusta que tiene por tí-
la razón por la cual es un lugar o un punto, y no un tiempo. tulo "De la virtud mezquina". Zaratrusta comparece como
Una conjunción activa, fuera del tiempo, del sujeto y de lo quien se precede a sí mismo. "Yo soy, entre esta gente, mi pro-
real: a partir de esto hay materna. Pero el materna es programa: pio precursor, mi propio canto del gallo por las calles oscuras."
anuncia la transmisión integral de un saber en el que el tiempo Así, lo que" viene" como filosofía es aquello de lo que el fi-
está abolido. Como decía Tucídides, una "adquisición para lósofo es testigo. O, más precisamente: el "acto" filosófico es el
siempre". que la filosofía, que no obstante coincide con él, no hace más
que anunciar.
Yo diría que estamos en el corazón del examen de las pro-
posiciones de Nietzsche, pues su singularidad reside entera-
¿QUIÉN ES NIETZSCHE? 69
68 ALAIN BADIOU

mente en la concepción que él tiene del acto filosófico. O, para hacer? Nos vemos reconducidos a la cuestión del acto. Es pre-
utilizar su lenguaje, del poder de la filosofía. Es decir, de la an- ciso preguntarse por empezar si ese hacer nietzscheano se re-
tifilosofía. presenta como un superar, en la forma metafísica del sujeto.
¿En qué consisten ese acto y esa potencia? El acto tiene por Me parece que hay aquí, por parte de Heidegger, una crítica
nombre común la "subversión de todos los valores", o transva- que hegelianiza a Nietzsche, antes de juzgarlo. Porque creo
loración de todos los valores. Pero la subversión de todos los que para Nietzsche el acto no es un superar. El acto es un
valores no tiene valor, y se sustrae, escapa a toda evaluación. acontecimiento.Y ese acontecimiento es una fractura absoluta,
Por cierto, es la vida contra la nada, como Nietzsche dirá en el de la cual Nietzsche es el nombre propio obscuro.
Crepúsculo de los ídolos, en un axioma decisivo: "El valor de la Es a esa ligadura entre un acto sin concepto ni programa y
vida no se puede evaluar." un nombre propio (nombre propio que casualmente es el suyo)
Entonces, para entrar en Nietzsche, es preciso detenerse en a la que hay que asignarle el título de Ecce homo. "¿Por qué
el punto en el que la calificación, los valores, el sentido, fallan soy un destino?", se preguntaría. Soy un destino de lo que, por
en la demostración del acto. casualidad, el nombre propio Nietzsche viene a vincular en su
En mi opinión, es esto lo que Heidegger no ve cuando piensa opacidad con una ruptura sin programa ni concepto.
que Nietzsche tiene como programa de pensamiento la ins- "Soy lo suficientemente fuerte como para dividir la historia
titución de nuevos valores. Nietzsche analiza los antiguos valo- de la humanidad en dos grandes ramas" (carta a Strindberg del
res como triunfo de la voluntad de nada. Existen en virtud de 8 de diciembre de 1888).
un principio que es, para Nietzsche, el principio supremo: el "Concibo la filosofía como un explosivo terrorífico que po-
hombre prefiere querer la nada a no querer nada. Para Heideg- ne al mundo entero en peligro" (Ecce horno).
ger, Nietzsche, al subvertir los valores antiguos, al proponer el El acto antifilosófico de Nietzsche, del cual Nietzsche es al
mediodía afirmativo contra la voluntad de nada, se propone en Yo diría que ese acto es arquipolítico, puesto que se propo-
realidad superar el nihilismo. Ahora bien, dirá Heidegger, en la ne revolucionar la humanidad en un nivel más radical que el de
voluntad de superarlo, el pensamiento de Nietzsche se separa los cálculos de la política. Retengamos aquí que "arquipolíti-
de la esencia del nihilismo, que no es voluntad de nada. Pues co" no designará el propósito filosófico tradicional de encon-
para Heidegger, si el nihilismo fuera voluntad de nada sería in- trar un fundamento de la política. La lógica, una vez más, es
teligible en su esencia a partir de la figura del sujeto. Pero, en una lógica de rivalidad, y no una lógica con pretensiones de
verdad, el nihilismo no es una figura del sujeto, sino la historia fundar nada. El propio acto filosófico es arquipolítico, ya que
del quedar-faltando del ser mismo, como historicidad. El nihi- su explosión histórica va a mostrar, retroactivamente, que la re-
lismo es una figura histórica del ser, y esto se encuentra oculto volución política propiamente dicha no fue verdadera o no fue
en el programa de pensamiento nietzscheano que consiste en auténtica.
superar el nihilismo. Heidegger dirá: "La voluntad de superar De allí que la palabra política, en la arquipolítica nietzschea-
el nihilismo [que él atribuye a Nietzsche] se desconoce a sí na, aparezca tanto retomada y validada, como despreciada, en
misma, porque se excluye de la evidencia de la esencia del nihi- una oscilación característica. En el borrador de una carta a
lismo, en tanto historia del quedar-faltando del ser, y se prohi- Brandes, de diciembre de 1888, Nietzsche escribe:
be así para siempre conocer su propio hacer."
¿Estaría Nietzsche realmente en la ignorancia de su propio
70 ALAIN BADIOU ¿QUIÉN ES NIETZSCHE? 71

"Acabamos de entrar en la gran política, incluso en la gran- nietzscheana de la Revolución en su sentido político. Esa crítica
dísima [...] preparo un acontecimiento que, según parece, va a afirma que, en lo esencial, la Revolución no sucedió. Esto es, no
dividir la historia en dos grandes ramas, al punto de que será sucedió como Revolución en el sentido arquipolítico del
necesario un nuevo almanaque, en el cual 1888 será el Ario I." término: no sucedió porque no dividió realmente en dos la his-
Aquí Nietzsche propone una imitación de la Revolución toria del mundo, y ha dejado intacto el dispositivo cristiano de
Francesa, y asume la palabra "política" como determinación los viejos valores. Además, la igualdad propuesta por la Revo-
fundamental de la filosofía. Esa imitación, por lo demás, llegará lución es la igualdad social, la igualdad como idea de ser igual a
hasta las imágenes del terror, que Nietzsche retorna sin vacilar. otro, y a esta igualdad, a los ojos de Nietzsche, siempre la dirige
Lo atestiguan numerosos textos. Citemos la nota a Franz el resentimiento.
Overbeck del 4 de enero de 1889, en la cual Nietzsche declara: En El Anticristo se puede leer lo siguiente: "La igualdad de
"Acabo de fusilar a todos los antisemitas." las almas ante Dios, esa falsedad, ese pretexto ofrecido a los
Por' otro lado, en la carta a Jean Bourdeau de 17 de diciem- rencores de todas las almas infames, esa noción explosiva que
bre de 1888, critica la palabra "política": "Mis obras son ricas finalmente se hizo revolución, idea moderna y principio de la
en una decisión respecto de la cual la brutal demostración de declinación de toda la organización social, es la dinamita cris-
cálculo de la política actual podría revelarse como un error de tiana."
cálculo." Nietzsche no pretende oponer una sabiduría a la dinamita
Y en un borrador de una carta a Guillermo II, Nietzsche es- cristiana. La lucha contra el cristianismo es entre artilleros o
cribe: "El concepto de política se disolvió totalmente en una entre terroristas. A Overbeck, en octubre de 1888, le escribe:
guerra entre espíritus, todas las imágenes del poder volaron en "Esta vez, como un viejo soldado, empuño mi artillería pesada.
pedazos, habrá guerras como no las hubo nunca". Temo hacer estallar en dos la historia de la humanidad."
El acto antifilosófico de Nietzsche, determinado como Lo arquipolítico es, pues, el descubrimiento de un explosivo
acontecimiento arquipolítco, a veces piensa lo histórico-político no cristiano.
en la figura de su imitación ampliada, a veces en la figura de su En este punto Nietzsche deberá pagar con su propia persona,
disolución integral. Es precisamente esta alternativa la que porque está claro que su acción va a ejercerse en el espacio del
legitima el acto como arquipolítico. atolladero radical de toda arquipolítica de ese tipo. Pero allí va
Si el acto es arquipolítico, el filosofo es un suprafilósofo. a aplicarse más profunda y sinceramente por haber definido la
Carta a Von Seydlitz de febrero de 1888: "No es imposible que arquipolítica, no como una lógica del fundamento, sino como la
yo sea el primer filósofo de nuestra época, aun quizás más que radicalidad del acto.
eso y, por así decirlo, algo decisivo y fatal que se levanta entre Todo esto se basa en la concepción que tiene Nietzsche del
dos milenios." acontecimiento arquipolítico, el acontecimiento con el que la
Nietzsche es en principio el nombre aleatorio de algo, algo antifilosofía quiebra en dos la historia del mundo, como él dice.
que es una retirada fatal, una retirada fatal arquipolítica, que se Ahora bien, es preciso decir que ese acontecimiento no se
sitúa entre dos milenios. Pero ¿cuál es entonces el medio de ese distingue de su anuncio, de su declaración. Lo que se declara
acto? ¿Cuál es su punto de aplicación? ¿Qué sería, finalmente, filosóficamente es que la posibilidad de su declaración prueba,
un acontecimiento antifilosófico de carácter arquipolítico ? por sí sola, que la historia del mundo está partida en dos. Por-
Para abordar este problema es preciso examinar la crítica que la verdad que opera en el acto arquipolítico es exactamen-
72 ALAIN BADIOU ¿QUIÉN ES NIETZSCHE? 73

te lo prohibido, y lo prohibido es la ley cristiana del mundo. lión, de la tormenta colectiva. Leamos un fragmento del diálogo
Que se haya ido más allá de esa prohibición, tal como la decla- con el Perro de Fuego:
ración lo demuestra, basta para hacer creer en una ruptura ab- Zaratustra dice:
soluta. "Libertad' es vuestro grito preferido, pero yo desaprendí a
"Un día mi filosofía vencerá, pues hasta aquí siempre se tener fe en los 'grandes acontecimientos', aún cuando en torno
prohibió la verdad, por principio (Ecce horno). de ellos haya mucho griterío y humo.
Pero como lo que Nietzsche declara es también el aconteci- "¡Y puedes creerme, amigo ruido infernal! Los más grandes
miento en sí, el filósofo, de un modo cada vez mas perceptible, acontecimientos — no son nuestras horas más ruidosas, sino las
queda atrapado en un círculo. Nietzsche decía: "Ya preparo un más silenciosas.
acontecimiento". Pero la declaración de que prepara el aconte- "No alrededor de nuevos ruidos: alrededor de los inventores
cimiento se vuelve progresivamente indiscernible del aconteci- de nuevos valores gira el mundo; gira inaudible.
miento mismo, oscilación característica de Nietzsche entre la "¡Y confiesa! Siempre poco era lo que había sucedido cuando
inminencia y lo remoto. La declaración va a quebrar el mundo, tu ruido y tu humo se disipaban. Qué importancia tiene que una
pero lo que declara es precisamente que va a quebrarlo: "Pre- ciudad se convierta en momia y que una estatua yazga en el
viendo que dentro de poco necesitaré dirigir a la humanidad el barro."
más grave desafío que ella haya recibido, me parece indispensable Aquí se oponen el desorden y el silencio. El desorden es lo
decir quien soy" (Ecce horno). que atestigua exteriormente el acontecimiento político. Pero el
"Este libro está reservado a un pequeño número de perso- silencio, el mundo que gira en silencio, es el nombre del carácter
nas. Es posible incluso que ninguna de ellas haya nacido todavía" no demostrado, sin prueba, del acontecimiento arquipolítico.
(El Anticristo). A la declaración arquipolítica le falta su real, porque lo real, para
De un lado, la inminencia radical que obliga, porque esa es una declaración, para toda declaración, es precisamente el
la única prueba, a decir "quién soy yo". Del otro, una gran dis- acontecimiento. En este punto exacto, en el punto de este real
tancia que deja en suspenso la cuestión de si algún testigo del que le falta y del que él no puede desprender la presencia y el
acto ya ha nacido o no. Pienso que ese círculo es el círculo de anuncio de la presencia, Nietzsche deberá presentarse él mis-
toda arquipolítica. Como ella no tiene el acontecimiento por mo. A esto se le llamará su l'ocura. La locura de Nietzsche con-
condición, como lo detiene —o pretende detenerlo— en el acto siste en que el mundo, en cuanto él lo declara en silencio, en el
del pensamiento, no puede discriminar entre la realidad del ac- momento en que nada prueba que esté hendido en dos, requie-
to y su anuncio. La totalidad del personaje de Zaratustra nombra re que él, Nietzsche, piense que es el creador de ese mundo que
ese círculo y da al libro su tonalidad de indecidibilidad extraña está de alguna manera en los dos márgenes; que es el nombre,
entre la cuestión de si Zaratustra está en la figura de la no solo de quien anuncia el acontecimiento, no solo el nombre
efectividad del acto o en la figura de su pura y simple profecía. de la ruptura, sino el propio nombre del mundo.
El episodio central es en tal sentido el canto titulado "De gran- El 4 de enero de 1889 Nietzsche se situó como "Nietzsche",
des acontecimientos". Ese canto es el diálogo entre Zaratustra como nombre: "Después [y es necesario que exista ese des-
el Perro de Fuego. Pero ¿quién es el Perro de Fuego? A pri- pués] que se confirmó como irrevocable que yo, propiamente
mera vista, parece que no fuera sino el portavoz, o el agente, o hablando, he creado el mundo".
el actor del acontecimiento revolucionario político, de la rebe La arquipolítica sincera desdobla locamente el fantasma del
74 ALAIN BADIOU ¿QUIÉN ES NIETZSCHE? 75

es- mucho y muy difícil, con ser fiel a algunas posibilidades


mundo, porque es el proceso de la indecidibilidad entre la pro-
fecía y lo real. Imita como locura la indecidibilidad intrínseca nuevas.
del acontecimiento; ella es esa indecidibilidad girando sobre sí De la misma manera, la antifilosofía se desliza hacia la per-
misma en la figura de un sujeto. Esa declaración desgarradora manencia, hacia la resistencia de la filosofía. La filosofía que sabe
es la última carta, dirigida a Jakob Burckardt, del 6 de enero de que su acto, como acto de verdad, no tiene el poder de abolir
1889, después la cual no hubo nada más: "Finalmente, yo preferiría los valores del mundo. Y que el trabajo de lo negativo no puede
mucho más ser profesor en Basilea que Dios; pero no sé llevar disolverse en la gran afirmación dionisíaca.
mi egoísmo tan lejos como para que, por él, me descargue de la ¿Significa esto que la fuerza de Nietzsche, su sinceridad, su
creación del mundo". sacrificio, no han servido para nada? ¿La idea de un acto arqui-
Ese es el enunciado de la locura, pero de la locura que ad.. político es una vana locura? No lo creo, pues hay en Nietzsche
viene en el punto real de la falta cuando falla el anuncio. Hubo una indicación extremamente preciosa acerca de una cuestión
tres tiempos en ese caso: la ambición de la ruptura radical, de la decisiva para toda filosofía: la relación entre el sentido y la ver-
arquipolítica, es crear un mundo, crear el otro mundo, el mun- dad. Pienso que sobre esa cuestión existen tres posiciones pri-
do de la afirmación, el mundo que, en efecto, no es más el mordiales.
mundo, o el hombre que ya no es el hombre, y cuyo nombre es La primera de ellas sostiene la idea de una continuidad rigu-
‘`superhombre". Pero para crear ese mundo es preciso que el rosa entre la verdad y el sentido. A esa posición la llamo reli-
hombre-cualquiera sea tomado por su creación. Solo ese hom- giosa. Otra posición establece unilateralmente la supremacía
bre-cualquiera puede certificar la aparición del superhombre. Y del sentido e intenta destruir la posición religiosa. Ese es el
lo que se habría preferido, lo preferible, era que el profesor, de combate de Nietzsche. Un combate antireligioso y antifilosófico,
Basilea fuese tomado como tal y transportado por ese aconteci- porque religión y filosofía tienen en común la idea de la
miento indemostrado. Pero si eso no ocurre, pues esa preferencia verdad. Y, finalmente, la posición filosófica que está en ruptura
legitima no se verifica, entonces el héroe antifilosófico se ve con la antifilosofía, porque conserva y desarrolla, a través de
obligado a declarar que él va crear ese mundo. Que él va crear- una critica racional, la idea de la verdad. Pero también está en
lo, y no que él fue tomado por su aparición triunfal. Ese mun- ruptura con la religión, porque se niega a identificar la verdad
do es entonces un programa, en antedencia a sí mismo. Y en- con el sentido y declara de buen grado que en toda verdad hay
tonces se está cautivo del círculo. Para romper ese círculo se algo insensato.
necesita finalmente la ficción desinteresada de la creación integral, Pero lo que sucede históricamente es que la segu nda posición,
no solamente del nuevo mundo, sino también del mundo antiguo. la posición antifilosófica, es casi siempre la que le indica a su
En ese punto, no hay sino locura. propia modernidad la tercera posición, la posición filosófica.
De este modo, la arquipolítica se desliza ¿hacia qué? En la La antifilosofía es una advertencia para la filosofía. Le muestra
necesidad inevitable de la política. La política que impone una las trampas del sentido y el peligro dogmático de la verdad, le
paciencia; que sabe que es inútil anunciar el acontecimiento, enseña que la ruptura con la religión no es nunca definitiva, que es
que es preciso pensar y obrar con el azar y en circunstancias necesario recomenzar el trabajo, y que es preciso todavía y
que no se eligen. La política que tuvo que renunciar a la idea de siempre laicizar la verdad.
dividir en dos la historia del mundo, que se contenta, lo que ya Nietzsche tenía razón en pensar que su tarea primordial po-
día llamarse Anticristo. Tenía razón al llamarse a sí mismo An-
76 ALAIN BADIOU ¿QUIÉN ES NIETZSCHE? 77

ticristo y, como antifilósofo radical, le señaló a la filosofía el lu- Y es por cierto verdad, para todos nosotros, que la gran di-
gar de su tarea moderna. Debemos retener lo siguiente: Nietzs- ficultad, la que exige de nosotros una creación, no es descubrir
che le señaló su deber a la filosofía: restablecer la cuestión de la a Nietzsche y comprenderlo. La dificultad es saber, filosófica-
verdad en la ruptura con el sentido. Nietzsche nos previene mente, cómo perderlo.
contra la hermenéutica
Me parece entonces que Nietzsche es alguien a quien es pre-
ciso al mismo tiempo descubrir, encontrar y perder. Es preciso
descubrirlo en su verdad, en el deseo del acto. Es preciso en-
contrarlo como quien le plantea una nueva exigencia al tema de
la verdad, como lo que incita la posición quien obliga a la posi-
ción filosófica a inventar una nueva figura de la verdad, una
nueva ruptura con el sentido. Y finalmente, queda claro que es
preciso perderlo, pues el antifilósofo debe ser a fin de cuentas
perdido, o perdido de vista, cuando la filosofía establece su
propio espacio.
Este descubrimiento, este encuentro, esta pérdida, yo los
siento a menudo con todos los grandes antifilósofos de ese si-
glo, como Nietzsche, Wittgenstein y Lacan. Y los tres —el caso
de Nietzsche es, sin duda, el más dramático— me parece que se
sacrificaron por la filosofía. Hay en la antifilosofía un movi-
miento hacia la muerte de uno mismo o hacia el propio silencio
para legar algo imperativo a la filosofía. La antifilosofía es siempre
lo que, en su propio apogeo, enuncia el nuevo deber de la
filosofía o su nueva posibilidad en la figura de un nuevo deber.
Pienso en la locura de Nietzsche, pienso en el extraño laberinto
de Wittgenstein, en el mutismo final de Lacan. En los tres ca-
sos, la antifilosofía está en la dimensión de un legado. Lega algo
que está más allá de ella misma, al ser contemplados en esa he-
rencia aquellos a quienes ella combatió. La filosofía es siempre
la heredera de la antifilosofía.
Por eso soy tan sensible a una frase de Nietzsche, que se en-
cuentra en una de las últimas notas a Brandes, muy pascaliana
y que me habla de inmediato de la relación íntima y bastante
singular de los grandes antifilósofos del siglo: "Después de que
me descubrieras, no era muy complicado encontrarme: ahora
lo difícil es perderme".

Você também pode gostar