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“La Llave de la Prosperidad: El Dar”

24 de Julio del 2011, Tema Especial para la Iglesia Tabernáculo Apostólico Cuenca

Texto: Lucas 6. 37-38: 37 »No


juzguen, y no
se les juzgará. No condenen, y no se les conde-
nará. Perdonen, y se les perdonará. 38 Den, y se
les dará: se les echará en el regazo una medida
llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque
con la medida que midan a otros, se les medirá
a ustedes.»

Introducción:
Presente de una manera u otra en todas las religiones y filoso-
fías del mundo la ley de dar es una de la más importante de las leyes
universales.
Pero pocas de las leyes universales, son tan difíciles de llevar
adelante por las personas, tan simple y tan perfecta, pero choca con
uno de los más destructivos defectos del ser humano, el egoísmo y
la avaricia personal.
Comprender el funcionamiento de la ley de dar y ponerla en
práctica en nuestra vida, significaría mucho más benéfica para el in-
dividuo que, el equivocado concepto de querer acaparar todo para sí,
ya sea dinero, reconocimiento, amor y todo lo que las personas pre-
tenden poseer en su breve y fugaz existencia.

La naturaleza toda es un continuo fluir, absolutamente todo está


al servicio del resto, en una continua y perfecta retroalimentación,
donde el más insignificante de los seres vivos, cumple una función en
beneficio del todo, nada funciona porque sí, la existencia misma, exis-
te con un propósito de continuidad, al servicio de la especie.
Piense por un momento que ocurriría si el dinero circulante de
todo el mundo, quedara estancado en el lugar donde está en este
momento, toda la economía mundial sería destruida; piense que ocu-
rriría si toda el agua del planeta dejara de fluir, la vida misma sería
destruida; entonces, no obstruya a la naturaleza, deje fluir todo lo que

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quiere recibir, deje fluir el amor, el respeto, el dinero, la simpatía, el
trabajo, la alegría, la felicidad, la comprensión, la amistad, el afecto,
disfrútelos pero compártalo con su semejantes, porque exactamente
con ese fin le fue dado.
La ley de dar, es tan simple y maravillosa como la naturaleza
misma, el no dar al otro todo lo que Ud. es capaz de dar, es tan ab-
surdo como dejar de respirar, por querer retener el oxígeno que ahora
está en sus pulmones.
Cuando la sangre deja de circular, empieza a coagularse y a es-
tancarse. En toda semilla está la promesa de miles de bosques.
Esa es una de las razones, por ejemplo, por las que el mar muer-
to (en Israel) está literalmente muerto. El Mar Muerto se encuentra a
398 metros debajo del nivel del mar, y el río Jordán entrega a este
mar más de 6 millones de metros cúbicos de agua por día. Sin em-
bargo, el Mar Muerto tiene un problema: solamente recibe agua, nun-
ca la da. El agua entonces se estanca, y con la evaporación que pro-
duce el sol del desierto, la concentración de sal aumenta.
La concentración normal de sal en el océano es de 2 a 3 %,
mientras la concentración de sal en el Mar Muerto es de 24 a 26 %,
además del magnesio y el calcio. No hay vida que aguante ese potaje
químico.
El Mar Muerto, con sus mil kilómetros cuadrados de superficie, es
grande, rico en minerales, y probablemente el mar más conocido del
mundo. Sin embargo, ha perdido la vida. Está vacío en su interior.

Desarrollo:
Existen varios principios importantes que tener en cuenta al mo-
mento de dar.

1. El Cristiano da, para honrar a Dios


 La costumbre de dar a Dios y a sus sacerdotes viene desde
épocas muy antiguas. Viene desde Abraham que dio a Melqui-
sedec (hace 4.000 años)
 Es interesante notar que el “diezmo” está antes de la Ley de
Moisés. El diezmo, entonces, es adoptado por el cristianismo
bajo la época de la gracia porque no se instauró con el fin de
salvar al hombre, sino porque muestra, básicamente, una acti-
tud del corazón.

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 Salomón dijo enseño: Honra a Jehová con tus bienes.

Proverbios 3. 9-10: 9 Honra al SEÑOR con tus riquezas y con los


primeros frutos de tus cosechas. 10 Así tus graneros se llenarán
a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.

2. Es un pacto Espiritual
 No podemos tomar estos principios desde un punto de vista
meramente humano, aunque, como hemos visto, es una ley
universal.
 Pero para nosotros, más que ser una ley universal, es una ley
espiritual, una ley sobrenatural.
Hebreos 6. 13-20: 13 Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía
a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo, 14 y dijo: «Te bendeciré
en gran manera y multiplicaré tu descendencia.» 15 Y así, después de esperar
con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido.
16
Los seres humanos juran por alguien superior a ellos mismos, y el juramen-
to, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda discusión. 17 Por
eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa
que su propósito es inmutable, la confirmó con un juramento. 18 Lo hizo así
para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmu-
tables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo po-
deroso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está de-
lante de nosotros. 19 Tenemos como firme y segura ancla del alma una espe-
ranza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, 20 hasta donde Je-
sús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para
siempre, según el orden de Melquisedec.

Deuteronomio 30. 15-20: 15 »Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte,


entre el bien y el mal. 16 Hoy te ordeno que ames al SEÑOR tu Dios, que andes
en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes. Así vi-
virás y te multiplicarás, y el SEÑOR tu Dios te bendecirá en la tierra de la que
vas a tomar posesión.
17
»Pero si tu corazón se rebela y no obedeces, sino que te desvías para ado-
rar y servir a otros dioses, 18 te advierto hoy que serás destruido sin remedio.
No vivirás mucho tiempo en el territorio que vas a poseer luego de cruzar el
Jordán.
19
»Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a
elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues,
la vida, para que vivan tú y tus descendientes. 20 Ama al SEÑOR tu Dios, obe-

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décelo y sé fiel a él, porque de él depende tu vida, y por él vivirás mucho
tiempo en el territorio que juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Ja-
cob.»

 No importa si lo que tienes es poco, lo que importa es que tie-


nes una experiencia con Jesús, tienes una historia íntima con
Él, y lo que es mejor, LO TIENES A ÉL, TIENES A JESÚS. Eso
es lo que cuenta.

3. Dar Vs. No Dar.


 Hay que poner en balanza las 2 desiciones, pero veamos cual
es la mejor opción.
1. Fluidez continua 1. Fluidez estancada
2. Bajo bendición Divina (Det. 28) 2. Bajo maldición Divina
3. Sentido de utilidad (Macedonios 3. Sentido de inutilidad
2 Cor. 9)
4. Promotor e impulsor de aviva- 4. Estancamiento del avivamiento
miento (Jesús Lc. 8. 3; Pablo Ro. 16)
5. Memorial perpetuo (María de 5. Nadie lo recordará
Betania Mt. 26. 6-13)
6. Da lo que tiene y vive (Viuda de 6. Retiene lo que tiene y muere
Sarepta 1 Re. 17. 7-24; Ananías
y Safira Hch. 5. 1-11)

4. Dar sin esperar nada a cambio


 Es simplemente dar por amor, no por interés. Romanos 11. 34-
36.
 Dar como un hijo que da a un padre algo por amor. Cuando lo
hacen por interés el padre sin duda se sentirá mal.

5. Donde Ud. “DA” ahí está su corazón


 Es Mt. 6. 19-24, nos enseña que donde estamos dando, ahí es-
tá nuestro corazón.

Conclusión:
 No use otra llave para su prosperidad. Solo use el DAR

Preparado y Presentado por el


Pastor Christian Chicaiza

“La Llaves de la Prosperidad: El Dar”


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