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Aproximaciones interdisciplinarias
a la Antigüedad griega y latina
vi jornadas
filológicas
Aproximaciones interdisciplinarias
a la Antigüedad griega y latina
Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Laura Almandós Mora
Ronald Forero Álvarez
Editores
Homenaje
El profesor Enrique Barajas Niño . . . . . . . . 17
Noel Olaya Perdomo
Universidad Nacional de Colombia
Grecia
Prometeo filantrópico o la crisis
del humanismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
David García Pérez
Centro de Estudios Clásicos,
Universidad Nacional Autónoma de México
¿Contradiciendo la contradicción?
Protágoras, la antilógica
y la proto-filosofía política . . . . . . . . . . 57
Dimitrios Iordanoglou
Uppsala Universitet, Suecia
La puesta en escena de las pasiones.
(Re)presentación de las emociones
en las comedias de Aristófanes . . . . . . . . . . 85
Claudia Fernández
Universidad Nacional de La Plata /
Conicet, Argentina
Phantasia y movimiento
animal en Aristóteles . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Catalina López
Universidad Nacional de Colombia
La akrasía en Aristóteles
y la posibilidad de cura . . . . . . . . . . . . . . 185
Lina Vanessa Rueda Osorio
Universidad del Valle, Colombia
Roma
Estrategias retórico-argumentativas
en el Pro Murena de Cicerón . . . . . . . . . . . . 289
Ligia Ochoa
Universidad Nacional de Colombia
Evolución de la estrategia
de fronteras en el noroccidente
del Imperio Romano . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
Daniel Raisbeck
Universidad del Rosario, Colombia
Recepción
Teodoro Pródromo en el jardín de Epicuro . . 369
Eric Cullhed
Uppsala Universitet, Suecia
1
Noel Olaya Perdomo*
universidad nacional de colombia
* noel@olaya.net
16 Noel Olaya Perdomo
*
En primer lugar, me referiré a su curso de etimologías grie-
gas, que dictó en la carrera de Biología desde el año de 1975, en
que una reforma curricular lo incluyó, hasta el año de 1989, en
que una nueva reforma lo excluyó del programa. Fruto de este
curso y de las investigaciones que exigió es su obra en dos tomos
titulada Curso de etimologías griegas especializado en terminología
biológica y médica1. Lo importante o característico de esta obra, y
del curso, no es lo que indica el título (etimologías griegas), sino el
subtítulo (terminología biológica y médica), como paso a exponer.
Las etimologías, o las raíces griegas y latinas, estuvieron de
moda en Colombia, en el siglo pasado, especialmente en la prime-
ra mitad. Según se dice, formaban parte del programa oficial de
castellano. Sin embargo, tengo la impresión de que en el hecho de
que se pusieran de moda influyó el Padre Félix Restrepo, jesuita,
que fue director, el primero, del Instituto Caro y Cuervo, rector
de la Universidad Javeriana y director de la Academia Colombia-
na de la Lengua. Lo cierto es que varias obras suyas versan sobre
filología clásica y castellana, y las etimologías ocupan en ellas un
amplio espacio. En su primera obra, Llave del griego, la sección de
lexicología presenta “unas 3.000 palabras castellanas derivadas del
griego explicadas detalladamente”. En La cultura popular griega a
3 Y por eso, aunque una reseña “echó de menos” estos títulos en la bibliogra-
fía del profesor Barajas, él hizo bien en no incluirlos en ella, porque no eran
pertinentes para su propósito.
El profesor Enrique Barajas Niño 19
*
En segundo lugar, me referiré a una obra inédita, relacionada
quizá con los cursos de autores griegos, en que tuvo que trabajar
las obras de Homero, y relacionada, en todo caso, con un tema
de su interés, el de la poesía y la poética. La obra se titula justa-
mente La Ilíada. Introducción poética. Tiene como fecha el año
de 1997, en el que tuve la oportunidad de leerla por primera vez.
Como es sabido, la Ilíada narra unos episodios de la guerra
de Troya que giran alrededor de la ira de Aquiles al sentir su ho-
nor mancillado por una acción de Agamenón, el jefe del ejército
aqueo. En consecuencia, el profesor Barajas interpreta el poema a
la luz de lo que llama una “poética de la guerra”, desarrollada,
a su vez, a la luz de la poética del trabajo propuesta por Gaston
20 Noel Olaya Perdomo
Artista anónimo griego. Vasija en forma de astrágalo, que muestra una figura
masculina, quizás Eolo en la entrada de su cueva dirigiendo la danza de las
nubes. 450-400 a. C.
Prometeo filantrópico
o la crisis del humanismo
1
David García Pérez*
centro de estudios clásicos,
universidad nacional autónoma de méxico
* hyperion0z@yahoo.com
30 David García Pérez
1 La reflexión sobre la evolución técnica del hombre fue una idea propia de la
época clásica, pues pueden verse otros ejemplos sobre este mismo tenor en
Soph., Ant., vv. 332 y ss. y en Pl., Prot. 314e y ss.
Prometeo filantrópico o la crisis del humanismo 31
Prometeo filantrópico
A falta de un término como el de humanitas, que tanto abu-
so ha sufrido en Occidente, los antiguos griegos contaron con
conceptos que, de alguna manera, indicaron el mismo sentido,
con sus correspondientes matices: areté, kalokagathía, paideia.
Sin embargo, poco se ha puesto atención en el término filantro-
pía que bien puede contener las distintas significaciones de una
formación del ser humano a partir de la idea de progreso, según
hemos planteado en líneas anteriores. En este sentido, la figura de
Prometeo resulta esencial para comprender qué es el filántropo
y cómo resulta ser un precedente de la idea de humanismo. En
efecto, en el Prometeo encadenado de Esquilo se despliega una dis-
puta en torno al destino de la humanidad entre el Titán, dador del
fuego, y Zeus, enemigo de los hombres. Entre otros elementos de
acusación, en la querella del Cronida se halla la imputación contra
Prometeo de comportarse de acuerdo con un ethos filantrópico:
Tales cosas has obtenido con tu hábito filantrópico,
pues eres un dios que, sin temer la ira de los otros dioses,
a los humanos diste honras fuera de la justicia.
Por estas razones, tristemente serás el guardia de esta roca,
de pie, insomne, sin doblar la rodilla. (Aesch. Pr. 28-32)2
por Cratos (el poder) y Bía (la violencia), de suerte que, si estos
dos personajes son los representantes de Zeus en el castigo im-
puesto a Prometeo, entonces, el padre de los dioses sería visto
como detentador del poder violento. Desde la perspectiva de la
relectura del tema de Prometeo, se pone en evidencia la fricción
entre el tiempo del mito, que concierne a la asunción del Cronida
al poder supremo sobre dioses y hombres, según describe la tra-
gedia de Esquilo, y el tiempo de la política, en el que se habría de
enmarcar al Prometeo encadenado (c. 458-454 a. C.)4, que alude al
peligro de tener como gobernante al Cronida, quien se convirtió
veladamente en un tirano que impuso su voluntad por la fuerza:
Coro
Pues nuevos timoneles gobiernan el Olimpo,
y, además, con renovadas leyes,
Zeus ilícitamente rige,
y los antiguos poderosos ahora son aniquilados. (Aesch.,
Pr. 149-152)5
Prometeo tecnológico
Se ha visto que con el fuego se originó prácticamente todo
avance tecnológico y que este regalo / descubrimiento iba acom-
pañado de la reflexión que otorga el pensamiento racional, de ahí
que el Prometeo encadenado de Esquilo influyera, en este sentido,
en la creación de otros personajes con sus particulares tramas lite-
rarias en Occidente. Un ejemplo de ello es la confrontación entre
“humanismo” o filantropía en oposición a la tecnología. En 1818
la escritora inglesa Mary Shelley publicó su novela Frankenstein
o el moderno Prometeo, cuya recepción y proyección obedece, de
modo directo, al mito griego sobre el Titán redentor. No obstante,
no deben soslayarse los múltiples afluentes que alimentan a esta
novela y que responden, principalmente, a la tradición judía (el
mito del Gólem), a la mitología griega (además de Prometeo, hay
ecos de los mitos de Medea, Edipo y Narciso) y a la visión cristiana
(la Biblia, que a su vez fue punto de partida del Paradise Lost de
Milton, obra que inspiró también a Shelley).12 El contexto de esta
obra fue el ingrediente esencial que modificó sustancialmente los
mitemas que orbitan alrededor de la figura del Titán. El cambio
socio-histórico dispuesto por la Revolución francesa y la idea de
progreso, que arrinconó la visión mítica del universo, se conju-
15 “Todo lo que él dijo con fuerza envió a la sombra a Cornelio Agripa, Alberto
Magno y a Paracelso, los dueños de mi imaginación”.
16 Según se lee en Pr. 437-506, Prometeo puede ser considerado el creador de
toda techne básica en el progreso del género humano.
Prometeo filantrópico o la crisis del humanismo 43
Para Esquilo fue claro que las ataduras que oprimían a Pro-
meteo eran concretas: grilletes, cadenas, clavos. Gide, por su par-
te, se burla de esto: “Quand du haut du Caucase, Prométhée eut
bien épouré que les chaînes, tenons, camisoles, parapets et autres
scrupules. Somme toute, l´ankylosaient, pour changer de pose il
se va souleva du côte gauche [...]” (13). La técnica de Gide para
crear su parodia consiste en ir a los extremos de lo que propone el
texto esquileo, como lo demuestra el encadenamiento de Prome-
teo. Para el autor francés, las ataduras que menciona Esquilo son
“scrupules” que atan al ser humano, quien al “changer de pose”,
es decir, al liberarse de sus ataduras da lugar al nacimiento de su
conciencia. “D´ailleurs nous en avons tous un (aigle)” (Gide 63),
dice Prometeo, un águila que al ser alimentada hace infeliz al
hombre, según la lectura y la propuesta de Gide.
Tanto para Esquilo como para Gide, el causante de que Pro-
meteo sea encadenado es Zeus. El héroe esquileo dirige todo su
rencor hacia esta deidad, convirtiéndose así en símbolo de rebel-
día, pues no cejó en sus actos ni se arrepintió de ellos, aunque el
castigo era muy duro y, a su modo de ver, injusto (cf. Aesch., Pr.
88-103). La rebelión significa, por otra parte, un tímido intento por
liberar al hombre de la tiranía religiosa, representada por Zeus, al
abrirles los ojos con el progreso que conlleva el fuego. Incluso, es
posible apreciar cómo en el Prometeo encadenado se pone en tela
de juicio la validez de un sistema religioso, según la visión tradi-
cional que se remonta a Hesíodo y que es síntoma de la Dike que
encarna al Cronida. La misma situación se observa en el texto de
Gide: el dios judeo-cristiano, llamado Zeus, es evidenciado por
la doble moral que se practica en la ideología que detenta. Así, el
Prometeo esquileo es un héroe para los hombres. El Prometeo de
Gide, en cambio, al desconocer a Zeus no necesita salvar a nadie;
sufre gratuitamente con el águila que este le envía, pero se arre-
piente de ello porque a partir de este suceso descubrió que tenía
un águila, esto es, le nació la conciencia y “ce jour je m´aperçois
46 David García Pérez
22 Obsérvese el eco judaico en esta parte del texto de Gide acerca de la culpa y
del pecado. Un tópico que, por supuesto, no tiene lugar en la obra de Esquilo,
específicamente, la historia de Adán y Eva. Como en el caso del Frankenstein
de Shelley, el Prometeo de Gide es el resultado de la conjunción de la tradi-
ción clásica grecolatina y el judeo-cristianismo. Cf. Gen. 3, 7: “Entonces se
les abrieron los ojos a entrambos (sc. Adán y Eva) y se dieron cuenta de que
estaban desnudos”.
23 Nótese la relación paródica de las cerillas “ilegales” con el fuego robado por
el Prometeo esquileo.
Prometeo filantrópico o la crisis del humanismo 47
Conclusión
El mito de Prometeo en la tragedia de Esquilo es una de las
raíces de lo que la civilización occidental irá decantando sobre
la idea de humanismo. El Titán que amó desinteresadamente a
los hombres y que demostró su heroísmo robando el fuego para
darlo a estos, constituye la imagen del filántropo que trascendió
en diversos modelos literarios que han venido reflexionando di-
versos autores desde Esquilo hasta nuestros días. El concepto de
una filantropía o de un humanismo asociado con la idea de pro-
greso es una constante en el pensamiento occidental en razón
de un anhelado equilibrio entre el ethos humanístico y los fines
pragmáticos de la técnica. El equilibrio de estos dos componentes
54 David García Pérez
2
Dimitrios Iordanoglou**
uppsala universitet, suecia
6 Para la relación entre Grote y los sofistas, véase Guthrie (11-12). Sobre Nietzsche
y los sofistas, véase Consigny (1994). Para la recepción británica de los sofistas
antes de Grote, véase Whedbee (2008).
7 Según Guthrie (10), el movimiento para rehabilitar a los sofistas empezó en
la década de1930. Para la recepción moderna y temprana de Protágoras es-
pecíficamente, véase Schiappa (2003 7-12).
8 Respectivamente, Crowley (46) y Neel (205).
9 Blackburn 2005; Rosengren 2011; Jarratt 1991.
60 Dimitrios Iordanoglou
13 Por ejemplo, Kerferd (34) contra Murray (1994). Véase también Kurke (31)
para la posibilidad de antecedentes en Esopo.
¿Contradiciendo la contradicción? Protágoras... 65
26 “It seems reasonable to suppose that Protagoras’ analysis of poetic texts ul-
timately serves the goal of analysing and testing political and juridical dis-
course” (Rademaker 98-99, 103).
27 Véase también Gagarin (2002 26-28).
74 Dimitrios Iordanoglou
que ouk estin antilegein forma una (por no decir la) antilogía a
su propia afirmación de que sí hay dos argumentos opuestos en
cada asunto. La cuestión es si y hasta qué punto Protágoras usó
esta frase de manera filosófica o profunda. Podríamos tratar de
convertir a nuestro sofista en un filósofo pseudoefesio, quien al
afirmar y negar la contradicción trata de mostrar su unidad. Pero
me inclino mucho más a la proposición de H. D. Rankin, según la
cual Protágoras usó la divisa para acabar con sus adversarios en
discusiones, como arma erística, “which no well equipped eristic
or dialectician could afford not to have”(26).
Tengo que admitir que la solución no es muy fascinante.
Al afirmar que ouk estin antilegein fue “poco más” que un arti-
ficio retórico corremos el riesgo de decepcionar tanto a los filó-
sofos como a los neo-sofistas: a los primeros porque, de alguna
manera, estamos renunciando a algo que puede convertirse en
un problema filosófico y, a los segundos, tal vez por perpetuar
la imagen injusta y negativa de los sofistas como intelectuales
perezosos y deshonestos. Pero para un lector con inclinaciones
históricas, lo atractivo de esta solución es que nos salva los fenó-
menos a un costo bastante razonable. Mantiene la característica
pre-disciplinaria y semisistematizada de las técnicas sofísticas de
argumentación y nos hace resistir a la tentación de escribir una
historia retrospectiva. La ironía de la antilógica de este eslogan es
que ha sido interpretada tanto como una violación del principio
de no contradicción como el antecedente de este mismo princi-
pio (Schiappa 2003 138). Pero no hay necesidad de ir a ninguno
de estos dos extremos y atribuir a Protágoras el nacimiento o de
la protológica o del relativismo profundo.35 Lo que sí hay en el
Protágoras que estamos manejando es una cierta dinámica o tal
vez una tensión entre antilógica y ortoepía, entre la producción
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La puesta en escena de las pasiones.
(Re)presentación de las emociones
en las comedias de Aristófanes* 1
2
Claudia Fernández**
universidad nacional de la plata
/ conicet, argentina
2 “In recent years the emotions have migrated from the peripheries into the
center of attention of a number of fields of scholarship which had previously
scorned them as unscientific, ignored them as trivial, or repressed them as
perilous” (Braund & Most 2). Ahora bien, como señala Theodoropoulou (433):
“This interdisciplinary encounter is probably the strongest evidence of the
complexity of the nature of emotion”.
3 En el campo de los estudios clásicos, la tendencia parece inaugurarse en los
noventa con estudiosos de la talla de Martha Nussbaum (1992; 2001; 2004)
—se ocupa de las emociones modernas, pero con un sustento fuerte en el
mundo clásico—, Douglas Cairns (1993; 2003a; 2003b; 2008) y David Konstan
(2001; 2003; 2004; 2006; 2007), entre otros. El estudio de las emociones se
remonta a la filosofía griega antigua: Platón, Aristóteles, estoicos y epicúreos,
todos ellos reflexionaron sobre la incidencia —positiva o negativa— de las
emociones en la vida del hombre.
4 Otros estudiosos, como Damasio (1999), plantean una diferencia de senti-
do entre el “sentimiento”, entendido como privado (“feeling”), y la emoción
(“emotion”), considerada como pública.
La puesta en escena de las pasiones... 87
15 Todas las traducciones de los textos griegos son nuestras. Las ediciones uti-
lizadas figuran en la lista bibliográfica con el nombre del editor.
16 Uno de los últimos trabajos publicados al respecto es el de Munteanu (2012).
90 Claudia Fernández
21 La comedia política solo habría sido uno de los varios filones que presentaba
el género cómico en su primera época, instancia que podría leerse en la afir-
mación de Aristóteles de que Crates fue el primero en abandonar “la forma
yámbica” (Poet. 1449b8). Véase al respecto Henderson (1995).
22 Cf., entre otros pasajes, Acarnienses 500-1, 655-6, Caballeros 509-10 y Ranas
686-7. Un comentario de los versos en que el autor habla de su propia poética
puede leerse en Bremer (1993).
92 Claudia Fernández
De eso no se habla
El relevamiento léxico del campo semántico de las emocio-
nes nos enfrenta con la primera piedra en el camino: en conta-
das ocasiones los personajes de comedia otorgan un nombre a la
emoción que los afecta. En cambio, ellos resultan muy locuaces
a la hora de describir la sintomatología de lo que sienten.23 Un
ejemplo ilustrativo de lo que acabamos de decir lo constituye el
comienzo de Acarnienses, casualmente, la primera de las come-
dias conservadas de Aristófanes y, en muchos aspectos, una suer-
te de compendio de los que serán los intereses del autor. En ella,
Diceópolis —el protagonista, cuyo nombre significa “la ciudad
justa”—24 inaugura la pieza con la queja por la falta de participa-
ción política de sus conciudadanos que no acuden sino tarde y
bajo presión a la Asamblea, y se niegan, o simplemente ignoran, la
concertación de un tratado de paz con los lacedemonios, como el
que terminará finalmente conquistando para sí solo y su familia.
¡Cuántas veces he sido mordido en el corazón (δέδηγμαι
τὴν ἐμαυτοῦ καρδίαν)25 y pocas, muy pocas, me he alegrado
(ἥσθην): cuatro.26 Las veces que sufrí (ὠδυνήθην), en cambio,
[son incontables] como los granos de arena. Bien, veamos, ¿de
34 Starkie (en su edición de la obra de 1909) cree ver en los primeros cuarenta
versos de la comedia una parodia al Télefo de Eurípides —la cual, efectiva-
mente, se deja ver en otros versos de la comedia—; sin embargo, el material
fragmentario que de dicha tragedia nos ha llegado (cf. Fr. 696.8), según lo
expone Olson (64), mostraría que el personaje trágico no exponía ni detallaba
sus pesares.
35 Theodoropoulou (2012), siguiendo a Kövecses (2000), distingue entre expre-
siones metonímicas y expresiones metafóricas. En el primer caso, la reacción
fisiológica reemplaza a la emoción (por ejemplo, transpirar en lugar de temor,
o reír en lugar de alegría), la asociación es causal. En la metáfora, en cambio,
la conexión se establece entre dominios conceptuales separados y suele re-
saltar los elementos experienciales de la emoción, como la intensidad.
36 Habría una diferencia de registro entre kardía y kéar, que no hemos repro-
ducido en la traducción; kéar es ciertamente un término más poético (cf.
Handley 1956).
37 Olson (69) entiende este sacudón como “confusión”, “disgusto”.
La puesta en escena de las pasiones... 95
mordido en mis cejas por el jabón como ahora” (vv. 18-19).38 Las
cejas podrían aludir metonímicamente a los ojos, pero no hay
necesidad de ello, sabemos que entre los griegos las cejas tienen
un rol protagónico como sede de emociones.39 Cabe, entonces,
preguntarnos cuál es esa emoción que tan intensamente (“nun-
ca… como ahora”) acucia al héroe cómico al comienzo mismo
de la pieza.
44 Cf. Ética nicomáquea, en adelante EN, II 5, 1105b21-23, con un uso similar del
verbo hépesthai, en el sentido de “acompañar”.
45 El estudio de Konstan (2006) acerca de las emociones griegas sobre la base
de la Retórica de Aristóteles constituye, hasta el momento, la mejor investi-
gación de conjunto sobre el tema.
46 La mayoría de las emociones discutidas en Retórica están en las listas que
provee la EN: epithymía, orgé, phóbos, thársos, phthónos, khára, philía, mῖsos,
póthos, zêlos y éleos (1105b21-23); aidόs, aiskhyne, némesis, and epikhairekakía
(II 7, 1108a30-b6); véase también EN IV 9.
98 Claudia Fernández
47 Énfasis agregado.
48 Konstan (2006) la considera en su estudio a las emociones de los griegos y
explica las posibles causas de por qué Aristóteles no la incluye (cf. nota 42
del presente trabajo).
La puesta en escena de las pasiones... 99
53 Como Thiercy (1986), entre otros, que lo cataloga de protagonista “no heroi-
co” del tipo “bufón”. Sobre el mismo personaje opina Zimmermann (2014):
“Bdelycleon, who conceived the comic scheme and prevailed in the epirrhe-
matic agon, should therefore, according to the audience’s expectation, turn
out to be the comic hero who triumphs in the end. But he loses the role of
the protagonist in the scenes after the parabasis to his adversary Philocleon,
who triumphs in his place in the exodos”.
102 Claudia Fernández
54 Y aún más: “The job of law, it could even be said, was to determine how much
anger ought to be applied to particular types of wrongdoing” (Allen 77).
55 Filocleón se siente tan poderoso como un rey (Avispas 549), todos le suplican,
hasta los altos y fuertes, y hasta se burla de los poderosos (Avispas 574-575).
56 En Nubes (407-408), cuando uno de los discípulos de Sócrates le señala Atenas
en un mapa, Estrepsíades se extraña de no ver a los heliastas sentados en me-
dio de un juicio.
La puesta en escena de las pasiones... 103
59 Los esclavos han sido identificados como los generales Demóstenes y Nicias
(cf. Tammaro 1991).
La puesta en escena de las pasiones... 105
60 Cf. Ret. 1386b11 (para indignación), 1387b23 (para envidia) y 1388a32-33 (para
emulación).
61 Cf. Ret. 1387b24-29 y 1388a33-34.
106 Claudia Fernández
A modo de conclusión
En la comedia, la indignación convive con el odio, pero lo
supera en pos de una conciencia menos individual, más altruista
y atenta a los valores colectivos. Aristófanes reclama para sí, re-
cordemos, el rol de educador de su pueblo, precisamente, porque
la comedia sabe de justicia. Es este conocimiento el que, a nuestro
entender, hace de la indignación una forma de sensibilidad supe-
rior que eleva a un hombre común al estatus heroico.
No hay dudas de que las emociones son una manera de ver
el mundo que involucra una negociación sobre el significado de
los hechos, sobre los derechos, la moralidad y todas las cuestiones
relacionadas con la vida social. Nos informan sobre las relaciones
humanas, sus valores, las ideologías, y llegan incluso a sostener sis-
temas culturales enteros. Así, la jurisdicción cómica de la comedia,
a nuestro modo de ver, ha legitimado ciertas emociones sociales,
como la indignación —entre otras—66 y ha criminalizado otras más
individualistas, como la cólera. Acepta el odio, y hasta la malicia,
aunque no la envidia. Ajena, eso sí, a la indiferencia, interpela a
sus espectadores para que sus cejas también se pongan de punta.
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66 Otra emoción que puede considerarse característica del héroe cómico, sobre
la que proyectamos explayarnos en trabajos futuros, es la añoranza (póthos),
que, aunque no figura en el conjunto de pasiones que enumera la Retórica,
aparece en cambio mencionada en la Ética nicomáquea. Relacionada, a nuestro
modo de ver, con los apetitos, puede ser considerada una emoción más básica,
y, por ello, en Aristófanes, es típica de rústicos y de mujeres. Además, es una
emoción acorde con la visión conservadora de la comedia, que considera que
todo tiempo pasado fue mejor. Cf. Paz 579, 585; Lisístrata 763-764 y Ranas 53.
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112 Claudia Fernández
1
Giselle von der Walde*
universidad de los andes, colombia
* gvon@uniandes.edu.co
114 Giselle von der Walde
Una vez logra Sócrates que Fedro confiese que tiene escon-
dido bajo su manto el discurso escrito por Lisias, buscan un lugar
donde sentarse a leerlo y deciden ir caminando por la orilla del
río Iliso, refrescando sus pies, hasta llegar a la sombra de un plá-
tanos (228d-229b). Durante esta idílica caminata, Sócrates hace
su crítica a las interpretaciones alegóricas de los mitos y admite
no tener tiempo para esas maromas que intentan racionalizarlos,
dado que considera más importante dedicar su tiempo al manda-
to délfico de conocerse a sí mismo (cf. Carm. 164 d; Prot. 343b),
cometido que aún no ha logrado.
No es gratuito que en una discusión sobre lo desafortunado
del desmitologizar, Sócrates evoque el mandato del dios. Los mi-
tos son palabras divinas y deben ser correctamente escuchados
e interpretados. La inscripción délfica obviamente también es
palabra divina, y sabemos desde la Apología que está ligada a un
pronunciamiento del mismo oráculo de Delfos y a la forma en la
que Sócrates entiende la sabiduría como ignorancia.
En la línea 20e de la Apología, pone como testigo de su sa-
biduría al oráculo de Delfos y nos narra la anécdota de Quero-
fonte, quien preguntó a la Pitia si había alguien más sabio que
Sócrates y obtuvo como respuesta que nadie era más sabio que
él. Sócrates sabe que Apolo no puede mentir y es escuchando, de
manera especial y casi negativa, la revelación del oráculo, como
llega a la conclusión de que su sabiduría está en que él es capaz
de reconocer su ignorancia. Pero además, esa manera de escuchar
e interpretar al oráculo lo lleva a cambiar su vida, a dedicarse a
conocerse a sí mismo y a tomar la palabra de Apolo como una
misión divina que demanda que interrogue a los demás y los lleve
al autoconocimiento. Jean Humbert se refiere a las consecuencias
de la pregunta de Querofonte de la siguiente manera:
[Sócrates] Tuvo la revelación del sentido profundo que se
podía dar a la famosa sentencia escrita en el templo: “Co-
nócete a ti mismo”. Superando su significación real, que era
116 Giselle von der Walde
2 “Unlike his previous speech, which was inspired by deities outside him [...],
the need for and the determination of the content of this speech derives from
sources inside him”.
¿A quién escucha Sócrates? 121
3 “it is a sign (semeion) that comes to him, usually as a voice (phone) that gives
him a warning”.
122 Giselle von der Walde
Una vez muertas van ante las Musas y les anuncian quién de
este mundo les rinde honores y a cuál de ellas. A Terpsícore le
reportan sobre quienes la honran con danzas corales, a Erato en
asuntos del amor y así a cada una.
Pero a la mayor, Calíope, y a la que sigue, Urania, les anuncian
quiénes pasan su vida consagrados a la filosofía y honran el
tipo de música que ellas presiden, pues son ellas precisamente
las que, de entre las Musas, por ocuparse del cielo y de los dis-
cursos divinos y humanos, dejan oír la voz más bella. (259c-d)
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Anandria y refutación.
Reflexiones sobre el Gorgias de Platón
1
Laura Almandós*
universidad nacional de colombia
* lvalmandosm@unal.edu.co
128 Laura Almandós
1 “[…] de qué modo hay que vivir: si de este modo al que tú me exhortas, que
consiste en hacer lo que, según tú, corresponde a un hombre, es decir, hablar
ante el pueblo, ejercitar la retórica y gobernar del modo que vosotros gober-
náis ahora, o bien de este otro modo de vida dedicada a la filosofía, sabiendo
en qué este modo aventaja a aquél” (Gorgias 500c3-8). Las traducciones de
los pasajes griegos corresponden, según el caso, a las ediciones de la editorial
Gredos que se citan en la bibliografía.
130 Laura Almandós
6 {ΣΩ.} Πολλὴν ἄρα ἐγὼ τῷ παιδὶ χάριν ἕξω, ἴσην δὲ καὶ σοί, ἐάν με ἐλέγξῃς καὶ
ἀπαλλάξῃς φλυαρίας. ἀλλὰ μὴ κάμῃς φίλον ἄνδρα εὐεργετῶν, ἀλλ’ ἔλεγχε.
134 Laura Almandós
9 νῦν γὰρ εἴ τις σοῦ λαβόμενος ἢ ἄλλου ὁτουοῦν τῶν τοιούτων εἰς τὸ
δεσμωτήριον ἀπάγοι, φάσκων ἀδικεῖν μηδὲν ἀδικοῦντα, οἶσθ’ ὅτι οὐκ ἂν ἔχοις
ὅτι χρήσαιο σαυτῷ, ἀλλ’ ἰλιγγιῴης ἂν καὶ χασμῷο οὐκ ἔχων ὅτι εἴποις, καὶ
εἰς τὸ δικαστήριον ἀναβάς, κατηγόρου τυχὼν πάνυ φαύλου καὶ μοχθηροῦ,
ἀποθάνοις ἄν, εἰ βούλοιτο θανάτου σοι τιμᾶσθαι. καίτοι πῶς σοφὸν τοῦτό
ἐστιν, ὦ Σώκρατες, <ἥτις εὐφυῆ λαβοῦσα τέχνη φῶτα ἔθηκε χείρονα>, μήτε
αὐτὸν αὑτῷ δυνάμενον βοηθεῖν μηδ’ ἐκσῶσαι ἐκ τῶν μεγίστων κινδύνων
μήτε ἑαυτὸν μήτε ἄλλον μηδένα, ὑπὸ δὲ τῶν ἐχθρῶν περισυλᾶσθαι πᾶσαν
τὴν οὐσίαν, ἀτεχνῶς δὲ ἄτιμον ζῆν ἐν τῇ πόλει;
10 ζηλῶν οὐκ ἐλέγχοντας ἄνδρας τὰ μικρὰ ταῦτα, ἀλλ’ οἷς ἔστιν καὶ βίος καὶ
δόξα καὶ ἄλλα πολλὰ ἀγαθά.
Anandria y refutación. Reflexiones sobre el Gorgias de Platón 139
12 Καὶ μὴν περὶ μὲν ἀνθρώπους τὰ προσήκοντα πράττων δίκαι’ ἂν πράττοι, περὶ
δὲ θεοὺς ὅσια· τὸν δὲ τὰ δίκαια καὶ ὅσια πράττοντα ἀνάγκη δίκαιον καὶ ὅσιον
εἶναι. [...] Καὶ μὲν δὴ καὶ ἀνδρεῖόν γε ἀνάγκη· οὐ γὰρ δὴ σώφρονος ἀνδρός
ἐστιν οὔτε διώκειν οὔτε φεύγειν ἃ μὴ προσήκει, ἀλλ’ ἃ δεῖ καὶ πράγματα
καὶ ἀνθρώπους καὶ ἡδονὰς καὶ λύπας φεύγειν καὶ διώκειν, καὶ ὑπομένοντα
καρτερεῖν ὅπου δεῖ· ὥστε πολλὴ ἀνάγκη, ὦ Καλλίκλεις, τὸν σώφρονα, ὥσπερ
διήλθομεν, δίκαιον ὄντα καὶ ἀνδρεῖον καὶ ὅσιον ἀγαθὸν ἄνδρα εἶναι τελέως,
τὸν δὲ ἀγαθὸν εὖ τε καὶ καλῶς πράττειν ἃ ἂν πράττῃ, τὸν δ’ εὖ πράττοντα
μακάριόν τε καὶ εὐδαίμονα εἶναι, τὸν δὲ πονηρὸν καὶ κακῶς πράττοντα ἄθλιον·
οὗτος δ’ ἂν εἴη ὁ ἐναντίως ἔχων τῷ σώφρονι, ὁ ἀκόλαστος, ὃν σὺ ἐπῄνεις.
Anandria y refutación. Reflexiones sobre el Gorgias de Platón 141
14 ὅτι δεῖ τὸν ὀρθῶς βιωσόμενον τὰς μὲν ἐπιθυμίας τὰς ἑαυτοῦ ἐᾶν ὡς μεγίστας
εἶναι καὶ μὴ κολάζειν, ταύταις δὲ ὡς μεγίσταις οὔσαις ἱκανὸν εἶναι ὑπηρετεῖν
δι’ ἀνδρείαν καὶ φρόνησιν, καὶ ἀποπιμπλάναι ὧν ἂν ἀεὶ ἡ ἐπιθυμία γίγνηται.
15 {ΣΩ.} Εὖγε, ὦ βέλτιστε· διατέλει γὰρ ὥσπερ ἤρξω, καὶ ὅπως μὴ ἀπαισχυνῇ.
δεῖ δέ, ὡς ἔοικε, μηδ’ ἐμὲ ἀπαισχυνθῆναι. καὶ πρῶτον μὲν εἰπὲ εἰ καὶ ψωρῶντα
καὶ κνησιῶντα, ἀφθόνως ἔχοντα τοῦ κνῆσθαι, κνώμενον διατελοῦντα τὸν
βίον εὐδαιμόνως ἔστι ζῆν.
Anandria y refutación. Reflexiones sobre el Gorgias de Platón 143
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Entre Jonia e Italia: esbozos de la
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Crotona en la doxografía aristotélica 1
y el Anonymus Londinensis* *
2
Liliana Carolina Sánchez Castro**
universidad autónoma de colombia
peiras. grupo de investigación
en filosofía antigua y medieval
4 Contra Guthrie (362), quien ve esta rectificación como una evidencia de que
Hipón refutó a aquellos que pensaban que el alma era sangre, y, por tanto,
de que Hipón vivió después de Empédocles.
Entre Jonia e Italia: esbozos de la herencia intelectual... 151
5 En este caso, también, sigo la edición de Ross (1970). τὸ μέντοι πλῆθος καὶ
τὸ εἶδος τῆς τοιαύτης ἀρχῆς οὐ τὸ αὐτὸ πάντες λέγουσιν, ἀλλὰ Θαλῆς μὲν
ὁ τῆς τοιαύτης ἀρχηγὸς φιλοσοφίας ὕδωρ φησὶν εἶναι […], λαβὼν ἴσως τὴν
ὑπόληψιν ταύτην ἐκ τοῦ πάντων ὁρᾶν τὴν τροφὴν ὑγρὰν οὖσαν καὶ αὐτὸ
τὸ θερμὸν ἐκ τούτου γιγνόμενον καὶ τούτῳ ζῶν […] – διά τε δὴ τοῦτο τὴν
ὑπόληψιν λαβὼν ταύτην καὶ διὰ τὸ πάντων τὰ σπέρματα τὴν φύσιν ὑγρὰν
ἔχειν, τὸ δ’ ὕδωρ ἀρχὴν τῆς φύσεως εἶναι τοῖς ὑγροῖς. εἰσὶ δέ τινες οἳ καὶ τοὺς
παμπαλαίους καὶ πολὺ πρὸ τῆς νῦν γενέσεως καὶ πρώτους θεολογήσαντας
οὕτως οἴονται περὶ τῆς φύσεως ὑπολαβεῖν […] εἰ μὲν οὖν ἀρχαία τις αὕτη καὶ
παλαιὰ τετύχηκεν οὖσα περὶ τῆς φύσεως ἡ δόξα, τάχ’ ἂν ἄδηλον εἴη, Θαλῆς
μέντοι λέγεται οὕτως ἀποφήνασθαι περὶ τῆς πρώτης αἰτίας ( Ἵππωνα γὰρ οὐκ
ἄν τις ἀξιώσειε θεῖναι μετὰ τούτων διὰ τὴν εὐτέλειαν αὐτοῦ τῆς διανοίας)
152 Liliana Carolina Sánchez Castro
8 Así lo ve Maddalena (214), a quien se le puede objetar que los dos pensadores
no sostuvieron la misma opinión, sino que se podrían hacer identificables
dado el sustrato del razonamiento hiponiano. El problema de Aristóteles no
es con el semen qua semen, esto puede verificarse en la discusión que ofrece
él mismo en el libro segundo de Sobre la generación de los animales. Véase
también Timpanaro (367), Lloyd (102) y Manetti (1999 111).
9 Según Guthrie (363), el calificativo responde al hecho de que Hipón habría re-
cogido la doctrina más antigua de todas, que todo estaba compuesto de agua,
lo que supondría una suerte de “retroceso”. Véase también Longrigg (63).
154 Liliana Carolina Sánchez Castro
17 Sigo la edición Hayduck (1897). θάτερον τῶν ἐναντίων τίθεται Ἵππων καὶ
Ἡράκλειτος, ὁ μὲν τὸ θερμόν πῦρ γὰρ τὴν ἀρχὴν εἶναι ὁ δὲ τὸ ψυχρόν, ὕδωρ
τιθέμενος τὴν ἀρχήν. ἑκάτερος οὖν τούτων, φησί, καὶ ἐτυμολογεῖν ἐπιχειρεῖ
τὸ τῆς ψυχῆς ὄνομα πρὸς τὴν οἰκείαν δόξαν, ὁ μὲν λέγων διὰ τοῦτο ζῆν
λέγεσθαι τὰ ἔμψυχα παρὰ τὸ ζεῖν, τοῦτο δὲ τοῦ θερμοῦ, ὁ δὲ ψυχὴν κεκλῆσθαι
ἐκ τοῦ ψυχροῦ, ὅθεν ἔχει τὸ εἶναι, παρὰ τὸ αἰτίαν ἡμῖν γενέσθαι τῆς διὰ τῆς
ἀναπνοῆς ψύξεως. ἐπεὶ γὰρ ἡ μὲν ζωὴ ἐκ τῆς ψυχῆς ὑπάρχει, ἡ δὲ ψυχὴ ἐκ
ψυχροῦ (ἐξὕδατος γάρ), διὰ τοῦτο δεῖ τῆς ἀναπνοῆς κολαζούσης τῇ ψύξει τὸ
περικάρδιον θερμὸν καὶ οὐκ ἐώσης τῆς ψυχικῆς δυνάμεως ἐπικρατέστερον
γενέσθαι, λέγω δὴ τῆς ψυχρᾶς.
158 Liliana Carolina Sánchez Castro
18 ὅσοι δ’ ἐναντιώσεις ποιοῦσιν ἐν ταῖς ἀρχαῖς, καὶ τὴν ψυχὴν ἐκ τῶν ἐναντίων
συνιστᾶσιν οἱ δὲ θάτερον τῶν ἐναντίων, οἷον θερμὸν ἢ ψυχρὸν ἤ τι τοιοῦτον
ἄλλο, καὶ τὴν ψυχὴν ὁμοίως ἕν τι τούτων τιθέασιν. διὸ καὶ τοῖς ὀνόμασιν
ἀκολουθοῦσιν, οἱ μὲν τὸ θερμὸν λέγοντες, ὅτι διὰ τοῦτο καὶ τὸ ζῆν ὠνόμασται,
οἱ δὲ τὸ ψυχρόν, <διὰ τὸ> διὰ τὴν ἀναπνοὴν καὶ τὴν κατάψυξιν καλεῖσθαι
ψυχήν.
Entre Jonia e Italia: esbozos de la herencia intelectual... 159
19 Mouraviev (1999 140), si bien no incluye este preciso testimonio del Cratilo
como parte de su corpus heracliteum, sí tiene en cuenta el De Anima bajo la
consideración de que podría ser una etimología anterior a Heráclito (Mouraviev
2008 191). La prudencia de Mourvaiev es comprensible, aunque no lo es el
que considere el De Anima y no el Cratilo; dado el estado de la cuestión, no
hay una sola razón para excluir el testimonio platónico (a menos que la razón
sea doctrinal y, considerando que el testimonio del Cratilo se refiere a lo frío
y no a lo caliente —y, por extensión, al fuego heraclíteo—, se decida dejarlo
de lado). Tampoco queda claro si Mouraviev lee en Aristóteles la equivalen-
cia ζῆν: ζεῖν que no está en el texto y obedece, más bien, a interpretaciones
posteriores.
160 Liliana Carolina Sánchez Castro
Pues bien, para decirlo ahora mismo, creo que los que es-
tablecieron el nombre de “alma” [psyche] pensaron algo así
como que, cuando está presente en el cuerpo, es causa de la
vida para este, al proporcionarle la capacidad de respirar y
<al refrescarlo> [anapsychon]. Pero, a su vez, cuando parte lo
que refresca, el cuerpo perece y muere. Justamente de ahí me
parece que la llamaron “alma” [psyche]. (Cratylus 399d10-e3)22
22 Sigo la edición Burnet (1967). Ὡς μὲν τοίνυν ἐκ τοῦ παραχρῆμα λέγειν, οἶμαί
τι τοιοῦτον νοεῖν τοὺς τὴν ψυχὴν ὀνομάσαντας, ὡς τοῦτο ἄρα, ὅταν παρῇ
τῷ σώματι, αἴτιόν ἐστι τοῦ ζῆν αὐτῷ, τὴν τοῦ ἀναπνεῖν δύναμιν παρέχον καὶ
<ἀναψῦχον>, ἅμα δὲ ἐκλείποντος τοῦ ἀναψύχοντος τὸ σῶμα ἀπόλλυταί τε
καὶ τελευτᾷ ὅθεν δή μοι δοκοῦσιν αὐτὸ “ψυχὴν” καλέσαι.
23 Como dice Polansky (82), Aristóteles hace mención acá de las explicaciones que
usan la etimología, solo para completar el panorama de opiniones antiguas.
162 Liliana Carolina Sánchez Castro
27 Sigo la edición de Diels (1892), aunque reciente trabajo de Manetti tiene bas-
tantes mejoras (2011).
Entre Jonia e Italia: esbozos de la herencia intelectual... 165
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Phantasia y movimiento animal
en Aristóteles
1
Catalina López*
universidad nacional de colombia
* clopezgo@unal.edu.co
172 Catalina López
(De An. III , 3; De An. III , 10-11; De Motu. 6-7), en los cuales se
exponen los principios del movimiento local y se argumenta que
la imaginación cumple una función importante en este. Como
se examinará a lo largo del trabajo, la lectura inicial de dichos
pasajes genera dudas sobre la consistencia del planteamiento
aristotélico. En efecto, mientras en De Motu Aristóteles afirma
que la imaginación es una facultad del juicio, en De Anima aduce
exactamente lo contrario.
Mediante la exploración de esta contradicción, en un se-
gundo momento se ampliará la comprensión sobre el papel de
la imaginación en la psicología aristotélica, y en particular sobre
el movimiento animal, afirmando que es necesario entender la
imaginación en un doble sentido. Por un lado, resulta necesario
rescatar su vinculación con lo sensible mediante la llamada ima-
ginación sensitiva y, por el otro, debe considerarse la alternativa
deliberativa de la imaginación, la cual resulta vital en el ejercicio
del movimiento.
1 “[T]he form of a living thing is its soul, and Aristotle considers soul to be a
unified set of goal-oriented capacities —nutritive, reproductive, locomotive,
and cognitive”.
Phantasia y movimiento animal en Aristóteles 173
2 Vale la pena recordar que, en varios apartes, Aristóteles se refiere a estas fa-
cultades con el término de “partes” (cf. De An. II , 413b 13 y ss.). Sin embargo,
en la medida en que esta terminología invoca ideas como las de porciones o
secciones —que no son correctas en cuanto no se encuentran aisladas ni di-
vididas unas de otras al interior del alma— debe utilizarse con sumo cuidado.
3 Cabe anotar que, de acuerdo con Aristóteles, el sentido básico es el tacto.
De hecho, se presenta como condición necesaria de la existencia misma, en
cuanto que es imposible estar vivo si se carece de él.
174 Catalina López
de estar ausente, pueda ser recreado con una imagen que recoja
sus cualidades.6
Así, la phantasia es presentada en el libro III de De Anima
como un puente entre la sensación y el pensamiento. Tal y como
lo sostiene Aristóteles, es:
algo distinto de la sensación como del pensamiento. Es cierto
que de no haber sensación no hay imaginación y sin esta no
es posible la actividad de enjuiciar. Es evidente, sin embargo,
que la imaginación no consiste ni en inteligir ni en enjuiciar.
(De An. III , 427b 14 y ss.)
10 “In the theory of animal movement presented in De An. III , 10-11, phantasia
figures principally as analogous to or (in the end) a kind of practical thinking
or calculation which enable the animal to translate desire into behavior”.
11 Para rastrear esta distinción conviene revisar el pasaje 8, 702a 17 y ss. del
Movimiento de los animales, el cual va orientado en el mismo sentido.
180 Catalina López
Conclusión
A lo largo de este ensayo se ha venido examinando de forma
preliminar el papel que cumple la phantasia en el movimiento
animal. El punto de partida consistió en la observación según la
cual dicho papel es difícil de situar en la estructura anímica de
Aristóteles pues, a pesar de ser evidente que la phantasia no se
trata de lo mismo que el intelecto (nous asociado a lo verdadero
y al conocimiento, tal y como se presenta en la Ética a Nicómaco
VI y en De Anima III , 433a10), sí cabe hablar de ella en el marco
de la noesis —o el entendimiento—, como lo hace Aristóteles en
Motu Animalium 7, 701a7. Dicho término, al ser más amplio, aborda
tanto “lo que se piensa” y “lo que se imagina”, como objetos que
mueven. De ahí que en De Anima III , 427b 27 Aristóteles sostenga
que noein parece incluir la imaginación, afirmando que tanto la
imaginación como el razonamiento práctico (dianoia practiké),
pueden proponer un objeto de deseo. Así, es claro que al ser el
pensamiento (o entendimiento) un concepto al que se alude en
un sentido amplio en la propuesta aristotélica, se pueden distin-
guir distintos usos, unos más restringidos que otros.
La pretensión del ensayo ha sido poner de manifiesto cómo
este asunto implica el examen de una tensión entre lo plan-
teado en De Anima y en De Motu Animalium sobre el carácter
Bibliografía
Versiones de las obras de Aristóteles, por orden cronológico de edición
Acerca del Alma:
Calvo Martínez, Tomás. Madrid: Gredos, 2003.
Bodéüs, Richard. Paris: GF - Flammarion, 1993.
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Sorabji, Richard. Animal minds & human morals. Ithaca: Cornell University
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La akrasía en Aristóteles
y la posibilidad de cura
1
Lina Vanessa Rueda Osorio*
universidad del valle, colombia
Introducción12
El objetivo de este trabajo es explicar el fenómeno de la akra-
sía desde la perspectiva aristotélica, con el objetivo de encontrar
una posible cura de este. Para cumplir con este propósito proce-
deré de la siguiente manera: 1) explicaré el fenómeno de la akra-
sía diferenciándolo de otros modos de ser como la intemperancia
(akolasia), la continencia (enkrateia) y la temperancia (sophrosy-
ne), y definiré los diferentes tipos de akrasía: la incontinencia dé-
bil (akrasía asthenés) y la incontinencia impetuosa o precipitada
(akrasía propetés); 2) propondré como cura de la akrasía la refor-
mación del carácter del agente a través de la paideia y el castigo
* livanessa128@hotmail.es
1 Todas las traducciones utilizadas en este trabajo no son propias de la autora
sino que son tomadas de las traducciones al español de la editorial Gredos.
Las abreviaturas de las obras clásicas generalmente son tomadas de Liddell
and Scott, en el A Greek-English Lexicon. Las traducciones de las obras clásicas
utilizadas en este trabajo pueden ser vistas en las referencias bibliográficas.
186 Lina Vanessa Rueda Osorio
3 Aristóteles afirma que en el hombre hay tres tipos de deseos (orexis): racio-
nal (boulesis), apetitivo (epithymia) y de honores o espíritu (thymos) (cf. De
An. 414b 3, MA 700b 22-23, EE 1223a 26). El deseo racional (boulesis) es un
deseo de lo bueno, ya sea del bien real o del aparente, que es propio de los
seres humanos ya que estos son los únicos que tienen percepción de tiempo,
lo que les da la posibilidad de reflexionar sobre el presente y el futuro. El de-
seo apetitivo (epithymia) es un deseo, que comparten tanto seres humanos
como animales, de satisfacer los placeres naturales tales como la comida y la
bebida (cf. De An. 433b 5-10). El thymos, traducido al español como impulso
o ira, es el deseo del que menos habla Aristóteles, pero puede ser definido
como el deseo que tienen los hombres de cobrar venganza cuando han sido
ultrajados (cf. EN 1149a 24-b23) o el deseo de obtener honores y ganancias.
La incontinencia en sentido absoluto es el conflicto que sufre el agente entre
el deseo de la parte racional del alma, la boulesis, y el de la parte irracional,
la epithymia (cf. EN 1147b 24-1148a 14).
4 La idea de que la incontinencia se da en el agente como un conflicto inter-
no entre las dos partes de su alma está presente en Salles (1997). Este autor
afirma que la explicación aristotélica de la incontinencia está inspirada en
el modelo que usa Platón para explicar fenómenos parecidos a la inconti-
nencia. Platón afirma que la incontinencia es posible debido a que el alma
de los seres humanos está dividida en tres partes autónomas: la racional, la
irracional y la irascible. Así pues, es posible que la parte irracional se revele
contra la racional y la venza, presentándose, de este modo, la incontinencia
(cf. Salles 51-87).
188 Lina Vanessa Rueda Osorio
5 Aristóteles afirma que el alma está divida en una parte racional y una irra-
cional, la cual es capaz de escuchar a la razón. A su vez, estas dos partes se
dividen en otras dos: la irracional se divide en una parte desiderativa, la cual
es capaz de escuchar a la razón, y en una nutritiva, que el hombre comparte
con las plantas y los animales. La racional se divide en una parte científica,
con la cual los seres humanos perciben las clases de entes cuyos principios no
pueden ser de otra manera, y una parte razonadora, con la cual los hombres
se ocupan de las cosas contingentes (cf. EN 1139a 3-15).
6 Algunos comentaristas sostienen que Aristóteles hereda la concepción del
alma platónica y la división tripartita que aquel hace de esta; pero es necesario
aclarar que hay muchas diferencias entre la concepción del alma de ambos
pensadores. Para Aristóteles, el alma es una sola y es separable solo por defi-
nición y no en la realidad (véase De An. II , 2, 413b 13-33), mientras que para
Platón el alma es separable en la realidad y por ello otorgaba a las partes del
alma una correspondencia específica en el cuerpo (véase Rep. IV 438d, VIII
548c y 550b, IX 580d).
La akrasía en Aristóteles y la posibilidad de cura 189
7 Aristóteles afirma que así como hay dos partes del alma también hay dos cla-
ses de virtudes: por un lado, las virtudes éticas (ethiké areté), pertenecientes a
la parte irracional del alma, las cuales consisten en un término medio entre
dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y que se adquieren por medio
de la habituación y la costumbre (cf. EN 1106b 37- 1107a 5). Por otro lado, se
encuentran las virtudes intelectuales (ethiké dianoetiké) pertenecientes a la
parte racional del alma, las cuales consisten en disposiciones que tienden a
buscar la verdad y que se adquieren por medio de la enseñanza y la instruc-
ción (cf. EN 1139b 11-18).
8 Muchos argumentan que en el virtuoso no están presentes las dos partes del
alma: la racional y la irracional porque en él no hay un conflicto interno. Sin
embargo, Aristóteles afirma que estas partes están presentes en todos los seres
humanos, sean estos viciosos, continentes, incontinentes, etc. La diferencia es
que en el caso del virtuoso y del vicioso estas partes están en armonía entre
sí, no hay un conflicto entre ellas porque lo que la parte racional manda la
irracional lo sigue y lo persigue.
190 Lina Vanessa Rueda Osorio
9 Aristóteles así como distingue varias tipos de virtudes —la valentía, la jus-
ticia, la magnanimidad, la prudencia, etc.—, también distingue varios tipos
de vicios, como: la cobardía, la injusticia, la pusilanimidad, la malicia. Entre
estos vicios está la intemperancia que es el que Aristóteles opone a la incon-
tinencia y al que le dedica más tiempo y explicación.
La akrasía en Aristóteles y la posibilidad de cura 191
10 Por su parte, Di Muzio afirma que cuando Aristóteles dice que el intempe-
rante es incurable lo que quiere decir es que es “incorregible” en el sentido
estricto del término. Para este autor algo es incorregible cuando no puede ser
reformado por causas externas, como la persuasión y el castigo, pero que sí
puede ser corregido por sí mismo. Desde su punto de vista, lo que Aristóteles
quiere decir en este punto no es que el carácter del intemperante sea incurable
e imposible de cambiar, sino que es imposible lograrlo por medios externos
como el castigo y la persuasión. Así pues, es el agente mismo el que decide
cambiar y emprender un nuevo camino de habituación con la ayuda de otro
(cf. Di Muzio 212).
192 Lina Vanessa Rueda Osorio
2. Cura de la incontinencia
En lo siguiente propondré una cura para la incontinencia a
través de la paideia y el castigo rectificador de tipo terapéutico.
Para tal fin, es necesario exponer y defender la siguiente hipótesis:
11 Esta definición de los dos tipos de incontinencia que presento está inspirada
en las definiciones que da Ricardo Salles (51-87) acerca de estas.
12 En este punto me surge un interrogante: ¿cómo es posible que haya un in-
continente que no delibera si la característica principal de este es actuar en
contra de lo que ya tiene deliberado? Para evitar una posible contradicción
en el pensamiento aristotélico me acojo a la interpretación que Irwin sostie-
ne en las notas de su traducción de la Ética nicomáquea con respecto al in-
continente precipitado. Este autor afirma que lo que sucede es que aunque el
incontinente precipitado no delibera en el momento preciso de la acción, sí
ha deliberado en un tiempo anterior sobre el modo de vida que quiere llevar
y las acciones que desea realizar. Así pues, es posible que un agente, habiendo
deliberado en un tiempo anterior sobre el modo de comportarse, en el mo-
mento preciso de la acción, lo olvide y llegue a hacer lo que él nunca pensó
que haría. Por ejemplo: un agente ha decidido llevar un modo de vida bueno
y nunca hacerle daño a nadie, pero puede suceder que, en un momento de ira
o intenso dolor, olvide su propósito y golpee a la persona que lo ha agredido
(cf. Irwin 265).
La akrasía en Aristóteles y la posibilidad de cura 193
V.D In. Se. In. Su. C Virtud C In. Su. In. Se. V.E
13 Una gráfica parecida es hecha por Alejandro Vigo (1999), la cual tiene for-
ma de pirámide: en la punta ubica a la temperancia, en el extremo inferior
izquierdo el vicio por exceso (la intemperancia), entre la temperancia y
la intemperancia, ubica la continencia y la incontinencia y, en el extre-
mo inferior izquierdo, se encuentra el vicio por defecto (la insensibilidad)
(Vigo 1999 103).
194 Lina Vanessa Rueda Osorio
14 Una lectura parecida es defendida por Furley quien afirma que en los seres
humanos podemos hablar de dos etapas de la educación moral antes y des-
pués de la formación del carácter. En la primera etapa como el agente no ha
formado un carácter puede elegir entre diferentes cursos de acción. En la se-
gunda, cuando el agente ya ha formado un carácter, no tiene la posibilidad
de elegir entre diferentes cursos de acción ya que este determina el modo en
el que elige y actúa. De lo anterior Furley concluye que una vez que se ha ad-
quirido un determinado carácter este es imposible de cambiar (cf. 50). Por
mi parte sostengo que el carácter de un agente no determina el modo en el
que elige y actúa, sino que solamente lo dispone a actuar de cierta manera,
ya que el agente, independientemente del carácter que tiene, puede elegir qué
acciones quiere realizar y puede desear cambiarlo. Así pues, no es imposible
La akrasía en Aristóteles y la posibilidad de cura 197
Conclusión
Vimos que Aristóteles define la incontinencia como un
modo de ser en el cual el agente actúa en contra de su mejor jui-
cio por causa de un deseo apetitivo que turba su razón y después
de realizar la acción siente arrepentimiento. Aristóteles establece
este último sentimiento como condición necesaria, más no su-
ficiente, para la posibilidad de cura de la incontinencia, porque
el arrepentimiento evidencia que aún se puede hacer algo por el
agente, pues no es completamente malo. De modo que, el hecho
de que un agente incontinente pueda curarse de su estado, pueda
reformar y modificar su carácter a través de un nuevo proceso
de habituación, implica que Aristóteles no defendía una postura
determinista en relación con la formación del carácter, pues, al
menos en el caso de la incontinencia, admite la posibilidad de
que un agente lo cambie, pero el tema del determinismo es ob-
jeto de otra discusión.
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204 Lina Vanessa Rueda Osorio
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Ἄγνοια y ἀκρασία
en la ética aristotélica* 1
2
Katherine Esponda Contreras**
universidad del valle, colombia
Akrasía
Propongo ahora una explicación detallada de la incontinencia
o akrasía en aras de establecer qué tipo de ignorancia acompaña
a este fenómeno. Aristóteles señala que el deseo tiene múltiples
expresiones y su objeto es variable: tal como lo ha afirmado, el
objeto de deseo es “específicamente uno” pero “numéricamente
múltiple”, ya que puede ser deseado en tres modos distintos, según
cualquiera de las expresiones que tiene la facultad desiderativa
(cf. De An. 433b 11, 434a 15). Teniendo en cuenta lo anterior, se
puede dar el caso en el que un agente tenga deseos encontrados:
puede desear lo bueno y elegirlo, y desear, al mismo tiempo, con
el apetito algo opuesto (cf. De An. 433b 5-6). Esto se debe, entre
otras cosas, a la capacidad que tenemos los seres humanos de
percibir el tiempo. La razón desea teniendo en cuenta el futuro,
y cuando razonamos el intelecto práctico percibe los medios con
vistas al fin ateniéndose al futuro, evaluando los medios en fun-
ción de las posibles consecuencias. Por su parte, el apetito desea
lo placentero ateniéndose a lo inmediato, pues esto se hace abso-
luto y se pierde de vista el deseo de lo bueno que trae un placer
en el futuro (cf. De An. 433b 5-10).6
6 Alejandro Vigo reconoce en el pasaje De An. 433b 5-10 un interés por parte
de Aristóteles en identificar esa relación entre el ámbito de la prâxis y el de la
temporalidad. El conflicto de deseos apetitivos y racionales se da en virtud de
la capacidad de percibir el tiempo. Es la capacidad intelectual práctica (noûs
práctico) la que abre la posibilidad a dicho encuentro de deseos, ya que le
permite al agente proyectarse más allá de lo inmediato y evaluar posibilida-
des futuras en relación con la representación general que tiene todo agente
de su propia vida. De este modo, “solo la referencia al horizonte de futuro y,
con ello, a fines o bienes de largo plazo permite relativizar la ponderación de
218 Katherine Esponda Contreras
los bienes a los que apuntan los deseos inmediatos, al integrar tales bienes y
deseos en una perspectiva más comprensiva, en la cual se apunta a la propia
vida, como una cierta totalidad temporalmente extendida, sujeta a la posibi-
lidad de una configuración de sentido” (Vigo 2006 286).
7 Estas disposiciones son distintas a la virtud y el vicio (cf. EN 1150a 11-14) dado
que estas últimas son firmes y estables y, por lo tanto, no tienen lugar cuando
hay deseos encontrados u opuestos a la razón.
8 Es importante precisar que un agente incontinente se define por ser la perso-
na que abandona el razonamiento recto, y no cualquier conclusión razonada,
así como el continente se atiene al razonamiento que es recto a pesar de tener
deseos contrarios (cf. EN 1151a 28-1151b 4).
Ἄγνοια y ἀκρασία en la ética aristotélica 219
que tiene el agente de las premisas particulares que rigen una ac-
ción determinada. No obstante, quiero defender la tesis según la
cual el pasaje aristotélico referido (cf. EN 1146b 8-1147b 18) pone
en evidencia lo que sería un segundo elemento relativo a la ig-
norancia, uno que ya no está relacionado con lo particular sino
con lo universal. Esta ignorancia tiene un carácter especial por-
que no lo es en el sentido de carecer de conocimiento (porque
si lo fuese estaríamos frente a una disposición viciosa), sino que
es una suerte de “desatención” momentánea o circunstancial de
la premisa universal. Por tanto, creo que existen dos maneras de
entender la ignorancia en la akrasía, esto es, dos formas de tener
el conocimiento de manera especial, los cuales encontramos en
los pasajes aristotélicos referidos a esta.9
De este modo, el fenómeno de la akrasía se explica porque
existe una ignorancia, en el sentido de tener el conocimiento de
forma especial, relacionada con tener el conocimiento de lo uni-
versal y no prestarle atención, todo ello debido a la vehemencia
de las pasiones que el agente incontinente experimenta. Para
ello, podemos remitirnos a la descripción que ofrece Aristóteles
acerca del razonamiento deliberativo que lleva a cabo un agente:
[PU] “Ningún dulce debe ser gustado” = Todo dulce no debe ser gustado
[PP] “Esto concreto es dulce”
Conclusión “Esto concreto dulce no debe ser gustado”
10 Asumo en este trabajo la tesis sostenida por Alejandro Vigo según la cual hay
muy buenas razones para distinguir entre “silogismo práctico” y “silogismo
deliberativo” en atención al lugar donde Aristóteles incluye descripciones y
ejemplos de cada uno de estos: el contexto de enunciación del silogismo práctico
es De Motu Animalium 7, “contexto de carácter descriptivo, que concierne espe-
cíficamente a la psicología del movimiento voluntario y la teoría de la acción”.
Ἄγνοια y ἀκρασία en la ética aristotélica 225
Parece que, por efecto del deseo apetitivo y la fuerza que este
tipo de deseo tiene en el agente, se tiene conocimiento de la pre-
misa universal (que representa el deseo racional) de forma defi-
ciente (como el que lo tiene y no lo tiene), lo que lleva al agente
a ignorar (en el sentido de desconocer o hacer caso omiso a la
elección). Me atrevería a decir incluso que ese “tener el conoci-
miento” como si no lo tuviese puede ser análogo al segundo tipo
de ignorancia que he mencionado líneas más atrás, a saber, tener
el conocimiento sin usarlo. Sin embargo, cabe resaltar que no se
trata de la ignorancia entendida en sentido pleno de no tener el
conocimiento, pues si se ignora lo universal hacemos referen-
cia al agente vicioso que desconoce lo que se debe hacer, y no al
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Aristóteles
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[De An.]. De Anima. Ed. W. David Ross. Oxford: Oxford University Press, 1979.
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228 Katherine Esponda Contreras
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La filosofía de la lógica
en Crisipo de Solos
1
César Hernández*
universidad de la sabana, colombia
Introducción
* cesarhg@unisabana.edu.co
230 César Hernández
(108) Ahora que hemos examinado las reglas que los dialécti-
cos afirman de las proposiciones simples, consideremos tam-
bién lo (dicho) sobre las no-simples. De las proposiciones que
son no-simples afirmamos anteriormente su composición (a
partir) de una proposición doble o dos proposiciones, (109)
también que están separadas por una o varias conectivas.
De las varias que hay entre estas tomemos la denominada
condicional. Esta se compone de una proposición doble o de
proposiciones que difieren a través de las conectivas “si” o “si
es que”, como en la proposición doble a partir de la conectiva
“si” se compone esta condicional: “si es de día, (110) es de día”,
y de dos proposiciones diferentes a través de la conectiva “si
es que” se obtiene esta: “si en verdad es de día, hay luz”. De
las proposiciones en condicional la que sigue a la conectiva
“si” o “si es que” se denomina antecedente y primera, a la otra
se denomina consecuente y segunda, aún cuando el condi-
cional entero tenga orden inverso, por ejemplo, “hay luz, ya
que es de día”; en esta se denomina consecuente a “hay luz”
aunque está ubicado primero, el antecedente es “es de día”
aunque se haya mencionado en segundo lugar, ya que sigue
a la conectiva “si es que”. (111) Así, entonces, la introducción
de la condicional, como se afirma brevemente, es esta: que
esta proposición parece anunciar que a la primera se sigue la
segunda, siendo el antecedente previo al consecuente. Así en
la observación de este enunciado, el consecuente se sigue en
el antecedente luego hay verdad también en el condicional,
(112) si no se sigue hay falsedad.
(124) Hay entre estos que hablan en general sobre las conjuntivas
y disyuntivas, y las formas restantes de las proposiciones no-
simples. La conjunción (nexo) debe estar unida a las simples,
no-simples o mixtas, a todas estas proposiciones es necesario
hablar primero (de sus dificultades). (125) También se afirma
que es razonable decir que la conjunción entera posee en sí
misma verdad (cuando ambas son verdad), por ejemplo, en
“es de día y hay luz”, mas es falsa cuando tiene una falsedad,
ellos mismos determinan (por leyes) esto en sentido contrario.
(128) De la misma forma, en el decir común, decimos que un
vestido está en su mayor parte bien aun si tiene un pequeño
orificio, pero no decimos que está bien por su mayor parte
en buen estado sino que está roto por su pequeño orificio. De
igual forma en la conjunción, cuando tiene algo falso y mucho
verdadero, se designará el todo a causa de una sola falsedad.
Sócrates y Euclides
Platón de Megara
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Sextus Empiricus. Against the logicians. Trad. R. G. Bury. Cambridge: Harvard
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El platonismo
matizado de Galeno
1
Liliana Molina González*
universidad de antioquia, colombia
* liliana.molina@udea.edu.co
1 Este trabajo se hizo con mayor detalle en mi investigación doctoral, especí-
ficamente en el capítulo 1: “El platonismo matizado de Galeno”, del que este
artículo es un breve extracto. Cf. Fisiología y ética. Los fundamentos fisiológi-
cos de la psicología moral de Platón, trabajo inédito disponible en la colección
digital de tesis doctorales de la biblioteca de la Universidad de Valladolid:
http://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/2052/1/TESIS252-130214.pdf
264 Liliana Molina González
2 Para explicar nuestra tesis sería preciso entrar en detalles respecto de trata-
dos como Que las facultades del alma siguen los temperamentos o mezclas del
cuerpo (QAM), Sobre las mezclas (Temp.), Sobre la mejor constitución (Opt.
Corp. Const.) y Sobre los humores (Hum.). En ellos encontramos las pistas
para afirmar que el médico defiende que las facultades del alma dependen
de las mezclas del cuerpo y equivalen a estas, pero también que las cuali-
dades morales de primer orden serían aquellas que dependen, aunque no
exclusivamente, de dichas mezclas, mientras que las de segundo orden, las
concernientes al conocimiento del bien y del mal, dependen de la educación
filosófica. Y en este sentido, es imposible llamarlo “materialista” en sentido
lato; una afirmación que tendría como consecuencia afirmar que el médico
pretende reemplazar la filosofía moral con la dietética y que la mortalidad
del alma es una cuestión demostrable empíricamente. Sobre este asunto nos
ocupamos en el capítulo tercero de la tesis doctoral, Filosofía moral y dietética,
disponible en el link antes indicado. En caso de ser necesario remitirnos a los
tratados mencionados con las abreviaturas de esta nota.
3 Cf., por ejemplo, República 614b-621d, Fedón 114c y Gorgias 526e y ss.
4 Las bases religiosas de esta idea se ven en los mitos en los que Platón insiste en
la trasmigración de las almas (cf. Fedro 248a-249d; Fedón 107c-114c; Gorgias
523a-526d; República X 614b-621d y Timeo 90e y ss). No obstante, la idea de
la inmortalidad del alma también tiene connotaciones epistemológicas que
aluden a un conocimiento al que solamente el alma accede cuando está des-
encarnada del cuerpo, como se ve en Menón 81a-d y en Fedro 250a y ss. Que
El platonismo matizado de Galeno 265
8 Hay una copiosa bibliografía sobre ambos diálogos y sobre sus diferencias y
semejanzas que no podemos reseñar ahora. De modo que, a riesgo de sim-
plificar en esta sección, no podemos, por razones obvias, entrar en los deta-
lles de un diálogo tan extenso como República ni en los de uno tan complejo
como Timeo.
9 Esta expresión es usada por Roochnik (2003) en “The Arithmetical” (10-50),
en su análisis del libro IV de la República. El mérito de su texto consiste en
que plantea las actuales interpretaciones que hay sobre ese libro. Podemos
diferenciarlas según tengan o no en cuenta los libros VIII -IX de República.
Ya que si solamente nos basamos en el libro IV podríamos decir que el mo-
delo tripartito es limitado y simplifica la psicología humana.
268 Liliana Molina González
una estructura donde cada parte cumple con una función propia
pero al servicio de la totalidad orgánica.
El primer rasgo distintivo del modelo tripartito del alma en
República es que la dificultad para el conocimiento y la práctica
de una vida virtuosa ya no depende de una relación de oposición
entre la aspiración cognitiva del alma, entendida como yo racio-
nal, y los deseos del cuerpo, sino que la causa reside en el alma
misma una vez que está unida con el cuerpo,10 debido a que en
ella hay diferentes tendencias a actuar que tendrían como su causa
dos facultades principales, la racional y la irracional. No obstan-
te, el diálogo conlleva el reconocimiento de una tercera fuente
de motivación para la acción que se expresa como facultad iras-
cible.11 En suma, el alma exhibe tres capacidades diferentes que
explican causalmente nuestras tendencias a actuar: la racional o
calculadora, la irascible y la apetitiva. Y entre ellas puede haber
un conflicto o bien una relación armoniosa que depende del co-
nocimiento del bien y de una adecuada educación12 que busca
modificar la concepción de los bienes y con ello la tendencia a
privilegiar la satisfacción de deseos no necesarios.13 Para Platón,
25 Véase, por ejemplo: Sobre la medicina antigua, Sobre la naturaleza del hom-
bre, Sobre la enfermedad sagrada y Aires, aguas y lugares, que son los trata-
dos más representativos de la escuela de Cos. Estos fueron publicados por
Gredos en: Tratados hipocráticos. Vol. I : Sobre la medicina antigua, Sobre la
enfermedad sagrada. Traducción de Carlos García Gual, Dolores Nava, López
Férez y Cabellos Álvarez. Madrid: Gredos, 1983; y Tratados hipocráticos. Vol
II : Sobre los aires, las aguas y los lugares. Traducción de López Férez y García
Novo. Madrid: Gredos, 1986.
274 Liliana Molina González
26 Los pasajes de este libro serán citados señalando: el libro, el capítulo y la sec-
ción con números arábicos. Lo hacemos así en el caso de PHP (De placitis, De
Lacy 2005) porque concuerda mejor con el texto griego. En el caso de los tra-
tados breves remitimos a la página en la edición de Kühn (K53, por ejemplo).
Pero para citar el tratado Prop. Plac. indicaremos la página de la traducción de
Martínez (2002) ya que el texto griego del que disponemos está incompleto,
pues ese tratado nos ha llegado partido en dos: una parte en griego y otra en
latín. Por eso nos toca conformarnos con señalar la página de la edición de
Gredos consultada. En el caso del resto de los tratados de Galeno consultados
indicaremos el volumen en la edición de Kühn y la página.
27 La teoría humoral de los tratados hipocráticos, la biología aristotélica y las
investigaciones de Herófilo y Erasistrato sobre los nervios senso-motores.
El platonismo matizado de Galeno 275
33 Como indica el texto griego, se trata de la filosofía como un hacer, más que
como una doctrina de conocimientos (cf. K63).
34 Este es el objeto principal de PHP 9, donde Galeno señala que Hipócrates y
Platón conocían y practicaban en su arte esta distinción.
35 Este aspecto remite a la distinción entre tipos de premisas que Galeno expone
justo antes de analizar las premisas con que Crisipo defiende que el corazón
es la sede del hêgemonikon o principio rector del alma (cf. PHP 2.8. 2-51).
El platonismo matizado de Galeno 279
36 Cf. Prop. Plac. 323-324 (Martínez 2002). El ámbito de lo probable que no po-
demos resolver por medio de un test empírico abarca cuestiones cosmológicas
como el origen y composición del universo, o si hay más de un universo; y
asuntos como la naturaleza o esencia de la divinidad y del alma. Sobre estos
nada puede decirse con certeza, pues se trata de hechos que no podemos
comprobar empíricamente.
280 Liliana Molina González
38 Cf. Prop. Plac. 337-339 (Martínez, 2002), en este pasaje Galeno insiste en que
lo que el médico debe saber para descubrir las virtudes del alma es que “hay
en nosotros tres principios para tres movimientos que son de diverso tipo. Y
se debe tener en cuenta esto en el tratamiento de las enfermedades que afec-
tan al alma” (ibíd. 338).
39 Estos argumentos se mencionan en Prop. Plac. 325, 330-333, 335-339 (Martínez,
2002).
40 Esta es la tarea de Loc. Aff.
El platonismo matizado de Galeno 283
41 Estos tratados, Temp. y Opt. Corp. Const. (Singer 1997) contribuyen a sus-
tentar la tesis de que las facultades del alma (racional) dependen del cuerpo
y pueden ser impedidas o ayudadas según la composición humoral de los
órganos en que tienen su sede en el cuerpo. Cf. QAM 767, 774, 775, 779, 780,
782, 785, 786, 787, 788, 821-822.
284 Liliana Molina González
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El platonismo matizado de Galeno 285
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1
Ligia Ochoa*
universidad nacional de colombia
Introducción
* lochoas@unal.edu.co
290 Ligia Ochoa
Planteamientos teóricos1
En este apartado se presentará un marco de referencia mí-
nimo que permita el análisis del discurso de Cicerón. Las consi-
deraciones teóricas están tomadas básicamente de Kroon (1995),
quien desarrolla una gramática dentro del ámbito de la gramática
funcional pero aplicada al discurso. Hemos escogido esta perspec-
tiva teórica porque da cuenta de unidades mayores a la oración.
Tipología discursiva
Un aspecto importante para analizar un discurso es el tipo
de texto de que se trate, de acuerdo con el criterio de monólogo
o diálogo. Para ello, es necesario hacer una distinción entre dis-
cursos “monologales” y “dialogales”, por un lado, y por otro, entre
discursos monológicos y dialógicos.
La primera distinción se basa en el número de hablantes o
participantes involucrados en el discurso. Un texto monologal
es producido por un solo hablante o escritor que tiene el control
estructural y temático de este. Un texto dialogal es parafraseado
por, al menos, dos hablantes, quienes comparten la responsabili-
dad de su producción. Tal es el caso de las conversaciones o de las
entrevistas donde al menos dos interlocutores son responsables
del acto comunicativo. Los discursos de Cicerón son monologa-
les en sentido estricto pero suelen aparecer en forma dialogal.
La segunda distinción tiene que ver con el estatus de un seg-
mento en la estructura discursiva. Un segmento discursivo dia-
lógico es propiamente un diálogo que consiste en movimientos
294 Ligia Ochoa
2 Un acto de habla consta de tres partes: el acto locutivo (expresión del acto),
el acto ilocutivo (intención comunicativa) y el acto perlocutivo (reacción o
efecto logrado en el receptor).
Estrategias retórico-argumentativas en el Pro Murena de Cicerón 301
Apariencia de diálogo
c) Los imperativos
Una parte importante de los imperativos se presenta en la
tercera parte de la refutación que, como hemos visto, se ocupa
de la acusación de corrupción electoral. Cicerón se dirige a los
acusadores a través de imperativos categóricos:
(29) Qua re doce ab L. Murena illa ese commissa 68. (Por tan-
to, demuéstrame, que Murena ha perpetrado tales hechos).
(30) Doce mercede; concedam ese crimen. 70. (Prueba que
eran pagados).
Conclusión
Hemos visto cómo a través de expresiones metadiscursivas
y de la explicitud del acto ilocutivo, Cicerón logra fortalecer su
ethos de autoridad, defender a Murena y dejar en la memoria del
receptor las ideas que le son útiles y favorables para la defensa.
De otra parte, Cicerón, a través de la exaltación de su ethos,
con la apariencia de dialogicidad, con el hábil manejo de las voces
y del tratamiento a oponentes y jueces, logra empoderarse ante los
jueces y el auditorio, focalizar sus planteamientos y, sobre todo,
descalificar a los acusadores.
Varios ejemplos en puntos álgidos de la defensa combinan
las expresiones metadiscursivas con la estrategia dialógica, de
manera que logran enfatizar el punto de discusión, porque re-
miten al mismo asunto o a las consecuencias derivadas de este.
La explicitud en ambos planos del texto constituye así un
dispositivo retórico fundamental en la defensa de Murena y en la
solidez del orador. Este resulta completamente compatible con la
ausencia de hechos que mostrar y con la inclinación de Cicerón por
enseñar y aleccionar a otros, incluso a jueces, políticos y filósofos.
310 Ligia Ochoa
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Evolución de la estrategia
de fronteras en el noroccidente
del Imperio Romano
1
Daniel Raisbeck*
universidad del rosario, colombia
* daniel.raisbeck@urosario.edu.co
312 Daniel Raisbeck
1 “The wall in the Dobruja is a typical ‘scientific’ frontier and may have been
the first continuous perimeter of imperial times— if it was indeed built un-
der Domitian”. Cf. Luttwak (13). Para una definición de limes, véase Bechert
& Willems (9).
Evolución de la estrategia de fronteras en el noroccidente... 317
3 Cf. Eck 88; Tac. Germ. 28.4; Ann. XII .27.1; Heinrichs 1999. Gechter (2003 147)
argumenta que los ubios formaban parte de otra tribu germánica. La fecha
de la migración es cuestión de controversia. Véanse Wiegels (962) y Wolters
(1990 138). “[...] so scheint auch die allgemeine politische Lage eine Datierung
in die erste Statthalterschaft des Agrippa nahezulegen […]” (Wolters 2001
159).
4 La etnogénesis bátava es el tema principal de la obra de Roymans (2004).
5 Roymans sugiere que el nombre del dux Chariovalda indica que no pertene-
ció a la stirps regia, sino que era un cliens de la familia real (cf. Alföldy 13, 45;
Slofstra 2002; Tac. Ann. II .8-11; Hist. IV .12; Wolters 2001 165).
6 Wolters 1990 143-144; Plin. HN IV .101. “In Rheno autem ipso, prope in longi-
tudinem, nobilissima Batavorum insula et Cannenefatium […]” Tac. Germ.
29.1; Ann. II .6.3; Bechert & Willems 11-12.
7 Bechert 2007 49; Bogaers 76-79; Tac. Hist. V .19; 20; Tab. Peut., Segm. II 4:
“Noviomagi, al principio de la carretera hacia el sur a través de Batavia [...]”.
8 Ver también “Batavi” en Der Neue Pauly. Sobre el territorio de los bátavos,
véase César BG IV .10.12; Dio LIV .32.2; LV .24.7; Soesbergen 238 n. 1; Plin. HN
IV .101; IV .106; Plu. Oth. 12.4; Ptol. Geog. II .9; Tac. Ann. II .6.4-5; Germ. 29;
Hist. IV .12.2.
Evolución de la estrategia de fronteras en el noroccidente... 321
regiones habitadas por las tribus costeras (Wolters 1990 144; Tac.
Ann. II .6.3). Dado que, al principio del reino de Augusto todavía
no se habían completado las carreteras que conectarían al Rin con
el Mediterráneo (Gechter 2003 145), era necesario poblar la zona
del delta del Rin con una tribu aliada y hacer que su territorio
correspondiera a la frontera imperial (Haalebos & Willems 247
fig. 1). Pese a lo que escribe Tácito, los bátavos no se asentaron
en tierras del todo vacías, sino que aparentemente se mezclaron,
como clase dominante, con grupos restantes de los eburones por
medio del matrimonio y el servicio militar conjunto (Roymans
24, 65; Tac. Germ. 29.2; Hist. IV 12).
Los bátavos y los ubios no solo debían ocupar territorios
fronterizos y de tal manera “absorber” ataques dirigidos contra
la provincia romana de Galia, sino a la vez suministrar una can-
tidad considerable de tropas al ejército romano. Bajo Augusto, ya
operaban cohortes Ubiorum regulares comandados por praefecti
itálicos (Alföldy 74), aunque es posible que ciertos aristócratas
ubios hayan comandado algunas unidades y que, tras su servicio
militar, hayan obtenido la ciudadanía romana (Roymans 200).
Con esta relación, el ejército romano adquiría un suministro
constante de guerreros germánicos de alta calidad, mientras que
los ubios, aparte de obtener acceso al entrenamiento y al equi-
po romano (Alföldy 73; Heinrichs 289; Wolters 2001 160 n. 70),
adquirían un salario regular y, por ende, podían integrarse a la
economía imperial y beneficiarse de la prosperidad general de
la provincia de Galia (Wolters 2001 161). Por lo tanto, los líderes
ubios ayudaron a llevar a cabo “la urbanización más temprana de
la frontera germánica” (Roymans 200), lo cual ocurrió de acuerdo
al modelo romano de la civitas (Roymans 200; Wolters 2001, 165;
Rüger 1968 27 y ss.). Es evidente que, para el fin del reino de Au-
gusto y el principio de aquel de Tiberio, el asentamiento central
de los ubios, oppidum Ubiorum en Colonia, se había convertido
en una ciudad pequeña de importancia regional y del tipo que
322 Daniel Raisbeck
9 Otra interpretación del nombre de los bátavos se basa en esta habilidad. Véase
Dietz, “Batavi”, Der Neue Pauly 2, 491-492.
10 “As shock troops, all horse guards, German, Roman or Parthian, excelled in
contested river crossings. Once the shallows of the far bank were reached, the
fight might be first against enemy archers, hence the emperors’ horse guard
needed to take its own bowmen across in the first line […]” (Wolters 1990 144).
11 Cf. Bellen 19.
Evolución de la estrategia de fronteras en el noroccidente... 323
14 Véase también: Alföldy 47; Tac. Hist. IV .17 (militaris disciplina in castris
Romanorum).
15 “nam nec tributis contemnuntur, nec publicanus atterite” (Tac. Germ. 29).
16 “Nec opibus (rarum in societate validiorum) adtritis viros tantum armaque
imperio ministrant” (Tac. Hist. IV .12; cf. IV 17; V .25).
17 “[…] diu Germanicis bellis exerciti, mox aucta per Britanniam gloria, trans-
missis illuc cohortibus, quas vetere instituto nobilissimi popularium regebant”
(Tac. Hist. IV .12).
18 Véase: Dio LXIX .9.6; CIL III 3676; Strobel 290 y ss.
Evolución de la estrategia de fronteras en el noroccidente... 325
19 Sobre el lugar de Agripa, véase: Timpe 132 y ss.; Wolters 1990 140.
20 “Detachments of auxiliary troops were stationed at points of strategic impor-
tance. The Rhine, however, was lightly held- in the main by the militia of the
native tribes” (Syme 358; cf. Wolters 1990 148 n. 71).
21 Para la fecha de la clades Lolliana, véase Dio LIV .20; Obseq. 71; Vell. II .97;
Suet. Aug. 23; Schön 25 y ss. Wolters 1990, 156-157. “The date of 17 BC is to be
preferred to 16 B.C., that of Dio, who includes in one chapter the events of
several years” (Syme 1934). Sobre Lolio, véase: Hor. Od. IV .9.
326 Daniel Raisbeck
Ann. II .5, 15). En los años siguientes, fueron ocupados los puntos
estratégicos de Xanten (Castra Vetera), Moers-Asberg (Ascibur-
gium), Bonn (Bonna) y Mainz (Mogontiacum) (Bechert 1982 84;
Gechter 2003 149). De tal manera, se establecieron campamentos
de marcha en puntos donde el transporte fluvial —por medio de
los tributarios del Lippe, del Ruhr, del Sieg y del Meno— permi-
tían el movimiento de tropas en dirección oriente y norte hacia
el interior de Germania. También se podía acceder a Alemania
desde estos puntos por medio del Hellweg, la Nutscheidstraße y
el valle del Lippe (Gechter 2003 150). Pronto, los romanos cons-
truyeron las vías militares que conectaron estos campamentos y
que facilitaron el movimiento de tropas a lo largo del Bajo Rin
(Gechter 2003 153).
La ocupación inicial del Bajo Rin revela la meta original
de Augusto: la conquista total de Germania desde el Rin hasta
el Elba, ambición que comprueba la construcción de fortalezas
permanentes a lo largo del Lippe desde 12 a. C. (Bechert 1982
79).25 El sueño de imperium sine fine se vio frustrado en el año 9
d. C., cuando Publio Quintilio Varro sufrió una desastrosa de-
rrota al otro lado del Rin a manos de los Queruscos (Cherusci)
y sus aliados germánicos.26 Tres legiones enteras, junto con tres
alae y seis cohortes, fueron aniquiladas en el Bosque Teutónico,
y las consecuencias se sintieron a través del Imperio (Dio LVI .23;
Suet. Aug. 23). En la zona fronteriza, las fortalezas del Lippe fueron
abandonadas y el Rin fue ocupado y convertido en una línea de
defensa permanente (Gechter 2003 156; Lehmann 85 y ss.). En los
años siguientes, dos legiones fueron estacionadas en el oppidum
25 Der niedergermanische Limes 76ff, 106ff, 128ff, 139ff, 62ff, 196ff, 160ff, 114f,
116ff, 119f.; Gechter 1979 114 y ss.; Schnurbein 5 y ss.
26 Imperium sine fine: Verg. Aen. I.278-279. Clades variana: Dio LVI.18-22; Suet.
Aug. 23; Tac. Ann. I.60-62; Vell. II.117-119; Str. VII.1. Legiones destruidas: XVII,
XVIII y XIX. La primera había estado estacionada en Xanten / Vetera, las dos
últimas, posiblemente, en Neuss (cf. Bechert Gechter & Reichmann 42).
328 Daniel Raisbeck
27 Tac. Ann. I .31.3, I .37, 39 (apud aram Ubiorum). Las legiones: I Germanica y XX
Valeria Victrix, cada una apoyada por una ala). Véase: Alföldy 145; Bechert &
Gechter 35; Gechter 2003 153 n. 33; Precht Der Niedergermanische Limes, 160.
28 Tac. Ann. II .26: “se novies a divo Augusto in Germaniam missum plura consilio
quam vi perfecisse”.
29 Bechert y Willems (1995): Velsen, Vechten, Driel, Arnhem-Meinerswijk (Castra
Herculis?), Nijmegen, Burginatium (Altkalkar), Xanten (Vetera), Moers-Asberg
(Asciburgium), Neuss (Novaesium), Dormagen (Durnomagus), Cologne
(oppidum Ubiorum / Köln-Alteburg), y Bonn (Bonna).
30 “Finds support the earlier suggestion that the camp had already been abando-
ned before the first coins of the Lyon Altar type reached Nijmegen” (Haalebos
& Willems 247). Véase, por ejemplo, Schönberger (1969 151). La relación de
Tiberio con los bátavos ha debido ser buena, ya que, como Emperador, res-
tauró el reclutamiento de germanos del Bajo Rin para la guardia ecuestre
imperial, pues Augusto, sospechando la lealtad de los alemanes tras la clades
variana, había descontinuado esta práctica (cf. Speidel 18 n. 10 y 20).
Evolución de la estrategia de fronteras en el noroccidente... 329
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Los ejercicios escolares de Mons
Claudianus y sus modelos literarios
1
Ronald Forero Álvarez*
universidad de la sabana, colombia
*
Miembro del Grupo de Investigación Valor y Palabra de la Universidad de La
Sabana y de la Asociación Internacional de Papirólogos. Este trabajo se ha rea-
lizado en el marco del Proyecto de Investigación FFI2010-21125-Subprograma
FILO, financiado por el MICINN.
ronald.forero@outlook.com
338 Ronald Forero Álvarez
Alejandría
Cairo
Mons Claudianus
Lúxor
5 Estos son, a saber, μῦθος (fábula), διήγημα o διήγησις (narración), χρεία (anéc-
dota), γνώμη (máxima), ἀναcκευή (refutación), κατασκευή (confirmación),
τόπος o κοινὸς τόπος (tópico), ἐγκώμιον (encomio), ψόγος (vituperación),
σύγκρισις (comparación), ἠθοποιΐα o προσωποιΐα (etopeya o personificación),
ἔκφρασις (descripción), θέσις (tesis) y νόμος (ley). Este orden corresponde
al tratado de Aftonio; en los tratados de Teón, Hermógenes y Nicolao, el
orden varía; en el caso de ψόγος no se encuentra en el de Hermógenes (cf.
Kennedy 2003).
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 341
11 Huys y Schmidt (2005 216) mencionan que el contenido de estos dos óstraka
es el siguiente: inv. 5651: γραῦς, γρῦψ, Ζήν (ο ζῆν), ἦρ (?), θρίξ. (anciana,
grifo, Zeus (nom. o ac.) (o vivir), primavera (?), cabello); inv. 7773: Ζεύς (?),
κλείς, λύγξ, μῦς, μνᾶ, ῥοῦς, ῥεῖν, σάρξ, στράγξ, τρύξ. (Zeus, llave, lince, ra-
tón, mina, corriente, fluir, carne, gota, mosto).
3
12 LDAB 4632; MP 2679.11.
3
13 LDAB 793; MP 343.1.
3
14 LDAB 5812; MP 2714; Cribiore 1996 401.
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 343
Figura 2. O.Claud. 415 b (Cortesía del Institut français d’archéologie orientale - ifao).
344 Ronald Forero Álvarez
Figura 3. O.Claud. 415 a (Cortesía del Institut français d’archéologie orientale - ifao).
15 Col. ii: 11: πηχιc = πήχεις; 13: πειλα = πῖλα. Col. iii: 10: πεινειc = πίνεις. Col.
iv: 15: πνειγη = πνίγη.
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 345
3
17 LDAB 4627; MP 2657.01.
348 Ronald Forero Álvarez
βωμονογηψεθε
¯˘˘¯˘˘
οιcζαμενηδεπυ
¯˘˘¯˘˘
ροcκεχυτοφλοξ
¯˘˘¯¯
βωμὸν ὅ γ’ ἧψε θε|οῖc ζαμενὴ19 δὲ πυ|ρὸc κέχυτο φλόξ
Encendió el altar a los dioses y la llama del fuego
se esparció impetuosamente
3
18 LDAB 4620; MP 2750.01; Cribiore 1996 48.
19 Fournet (70) considera que se trata de un lapsus calami, pues en los demás
testimonios se lee ζαμενὴς. El editor princeps considera que se trata de una
variante rara de ζαμενὴς.
3
20 LDAB 5371; MP 2750.1; Cribiore 56.
3
21 LDAB 2413; MP 2707.
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 349
3
22 LDAB 146; MP 52.03.
23 Cf. la fábula 168 de Babrio.
24 La χρεία “es tal vez el progymnasma más susceptible de ser utilizado en los
diversos niveles de la enseñanza grecorromana, como ejercicio de escritura
en la clase del grammatistés, como ejercicio de declinación y conjugación en
la clase del grammatikós y como objeto de elaboración progimnasmática en
una ulterior fase” (Fernández Delgado 39).
3
25 LDAB 785; MP 1988; Cribiore 215.
3
26 LDAB 341; MP 1986.1 + 1988.1 (= Pack 2857) + 2085 + 2086.
350 Ronald Forero Álvarez
] . . · ci· . [
]a· . maian[
[ar]ma · virumque [cano Troiae qui primus ab oris]
Ita{ta}liam [fato profugus Laviniaque venit]
5 lito[ra
__________
184 18530
ω Φανια, μη προ ω Φαν[ια, μη προcεχε]
cεχε διαβοληc δι[αβοληc ματην]
⟦.....⟧
18631 187
[ω Φανια, μη προc]εχε διαβο- ].[
[ληc ματη]ν ατ .. ].ποχ[
]...
]⟦ποχ⟧
5 ]⟦..⟧
[ω Φανια] μη προ-
[cεχε] διαβοληc
[ματη]ν
3
29 184 (inv. 236): LDAB 2636; MP 2679.04; Cribiore 194. 185 (inv. 948): LDAB
3 3
2639; MP 2679.05; Cribiore 195. 186 (inv. 234): LDAB 2637; MP 2679.06;
3
Cribiore 196. 187 (inv. 80): LDAB 2638; MP 2679.07; Cribiore 197.
30 Posiblemente la misma mano de 184 (Cockle 1992 173).
31 Posiblemente la misma mano de 184 (Cockle 1992 173).
352 Ronald Forero Álvarez
3
32 LDAB 2446; MP 1584 + 1590; Cribiore 257 + 262.
3
33 LDAB 4143; MP 2951.01.
34 Otros documentos con pasajes virgilianos encontrados en contextos milita-
3
res son: P. Masada 721 (inv. 1039-210) (LDAB 4140; MP 2948.01): Aen. IV ,
3
9, (74/73 d. C.); P. Haw. 24 (LDAB 4141; MP 2947): Aen. II , 601, escrito siete
3
veces (I d. C.); P. Oxy. L 3554 (LDAB 4142; MP 2951.1): Aen. XI 371-372, es-
3
crito seis o siete veces (I d. C.); P. Tebt. II 686 (LDAB 4145; MP 2938 + 2998
+ 3015 + 3015.1 + 3015.2): G. IV , 1-2, escrito seis veces (II -IV d. C.).
3
35 LDAB 4623; MP 1982.01; Cribiore 277.
36 Otros documentos que conjugan fragmentos de comedia y tragedia combi-
3
nados son, por ejemplo: O. Berol. inv. 12319 (LDAB 3864; MP 1567; Cribiore
234): Ps.-Epich. CA 222-223 fr. 5-6; tres fragmentos cómicos CGFP 306; E.
El. 354-6 y Héc. 388-9; Thgn. 25, 26; Hom. Od. XVII , 79; Hes. Op. 287 y dos
3
máximas en prosa; O. Berol. inv. 12311 (LDAB 1058; MP 1575; Cribiore 236): E.
Aegeus, 11; la paráfrasis de una sentencia de Sócrates y dos fragmentos cómicos
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 353
μὴ διαcάφηcαι cὺ . [ τῶν]
˘¯
δεcποτῶν τυχὸν [×
¯ ˘ ¯ ×]
πᾶcι μυθεύειν ἁπλῶ[c × ]
¯ ¯
δοῦλον ὄντ’ οὐ γὰρ [πρέπει?]
5 τὰ δεcποτῶν ἀλγήμ[ατ’ αὖ? δου]
λουc φέρειν [
δεδ.ξοπληρη[..].α[ ἀ-]
πόμματον εκ..ρε[ κρη]
ναῖον γάνοc [
10 ὦ Ζεῦ, τὰ cεμνὰ [
νων κράτη ο
¯ ˘ ¯ θρό]
[..].[].cτρ[
(CGFP 318 1-2); P. Didot pp. 18-24 (P. Louvre inv. 7171 + 7172) (LDAB 1048;
3
MP 0031 + 0401 + 1319 + 1320 + 1435; Cribiore 244): 44 versos de comedia
nueva; E. Med. 5-12; A. Fr. 3, 99, 1-23; Men. I 145 Koerte. Véase: Pordomingo
3
(2013 183, 187, 258). P. Köln III 125 (inv. 7963) (LDAB 131; MP 2707.1; Cribiore
250): Hom. Il. X , 305-6; 3 trímetros; A. Fr. 273a. Vid. Pordomingo (2012 245).
3
37 LDAB 4625; MP 1982.02.
354 Ronald Forero Álvarez
1 [ θα]υμάcιον κεκράτηκέ cε [ ]
¯˘˘¯˘˘¯˘¯
1-2 φιλέφηβον cθε |[ ]ων Ἀλκείδηc καὶ ταχὺc Ἑρμῆc
˘ ˘ ¯ ¯ ˘ [ ]¯ ¯ ˘ ˘ ¯ ¯ ˘ ˘ ¯ ¯
3 [ ]cτάδιον κεκόπωκέ cε [ ]
˘˘¯˘˘¯˘¯?
3-4 φιλάεθλ’, ὡc | ]ενοc Πολυδεύκηc ποτε καὶ Πειλεύc
˘ ˘ ¯ ¯ ˘ [ ]¯ ¯ ˘ ˘ ¯ ¯ ˘ ˘ ¯ ¯
5 ]νεcιαιc πεπλάνηκέ cε ]
˘˘¯˘˘¯˘¯?
5-6 τοῖc Ἀγρίοιc| ]θαι Μελεάγροc cοβαρόc, Ἄδωνιc
¯ ˘ ˘ ¯ ]¯ ˘ ˘ ˘ ¯ ˘ ˘ ˘ ˘ ¯ ˘
7 ] πεποθημένε cύνγαμε, κῦμα λάβρον ]
˘˘¯˘˘¯˘˘¯˘¯¯
8 [πόντ]ου πεφόβηcαι, μένε, λίτομαι κινδυ| [ν- []
¯ ¯˘˘¯¯˘˘˘˘¯¯¯[
9 ]cαι. καὶ cτε(ῖ)ξον βραχὺ λιτανεύω παρά ]
¯¯¯¯˘˘˘˘¯¯¯˘
10-11 ]. ολωc cοι, φίλτατε, λύπην ἔκβαλε cῆc [ψυχῆc? ]
˘¯¯¯˘˘¯¯¯˘˘¯¯¯
11 ]καιρὸc γὰρ καλὸc αὕριον ἔcται ]
¯¯¯˘˘¯˘˘¯¯
12 τὰ καλὰ προ[ ]ταc, ἆ γαμέτα (?)
˘ ˘ ¯ ? [ ]˘ ¯ ˘ ˘ ˘ ⦀
13 ]. η ]
¯
13 δοῦναι βραχεῖαν cυνφοραῖc εὐψυχίαν (trímetro)
¯¯˘¯¯¯˘¯¯¯˘¯
…algo maravilloso te ha dominado, amante de los jóvenes,…
Alcides y el veloz Hermes… el estadio te ha agotado, amante
de los juegos, como… alguna vez Polideuces y Peleo… (5) te ha
extraviado. A los hijos de Agro… el impetuoso Meleagro, Ado-
nis… deseado esposo, la furiosa ola del mar temes, resiste, te
imploro que afrontes el peligro… Y avanza un poco, te lo im-
ploro,… (10) junto a ti, queridísimo, destierra la tristeza de tu
alma… pues una hermosa oportunidad… las cosas bellas… oh,
esposo,… procurar un breve respiro a las desgracias…
1 [ ].ι
1-2 ὡc ὀριφανῆ39 δὲ cαί |[ ].ωc,
2 ὦ πάτερ ποθούμενε |[
3 λάνθανε cτυγῶν
4 ]ι λυγράν [
3
38 LDAB 4626; MP 1982.03.
39 Con itacismo por ὀρειφανής.
3
40 LDAB 4628; MP 1982.04.
3
41 LDAB 2725; MP 1309.1.
42 El fragmento contendría parte de una escena en el que una joven poseída
entona un himno en honor a Cibeles e invita a los asistentes a preparar un
sacrificio para la diosa (Bastianini 101).
356 Ronald Forero Álvarez
3
43 LDAB 885; MP 1783.
3
44 LDAB 5778; MP 1783.1.
45 ενεκε en el original.
3
46 LDAB 4630; MP 1982.05.
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 357
47 l. 7: χιρεccιν; l. 10: ϊc; l. 16: φυγιν; l. 17: ι; l. 18: ιπερ, εθελιc; l. 21: μηδιc, Αργιων.
48 l. 1: δανων; l. 11: διδωαcιν; l. 15: επιτρεπαιον; l. 16: θηοc; l. 19: ερχοιο; l. 21:
Μυρμηδονων; l. 22: ορφνεην.
49 l. 9: δαcεcται; l. 16: υπολυξαι; l. 22: επεστω.
3
50 LDAB 1196; MP 517.1 (= Pack 0533b).
3
51 LDAB 571; MP 251.
358 Ronald Forero Álvarez
Otros textos copiados sin división entre ellos son los cuatro
dísticos elegiacos de 188 (inv. 4180).52 Según el análisis métrico,
el primer dístico está copiado en las líneas 1 a 3; el segundo, de la
4 a la 7; el tercero, de la 8 a la 10; y el cuarto, de la 11 a la 13.53 El
espacio en blanco antes de τρεῖc en la segunda línea sugiere que
separa el hexámetro del pentámetro y que, muy posiblemente,
más espacios en blanco hayan sido dispuestos para separar tanto
los dísticos, como sus partes. Las líneas 4 y 5 están rodeadas por
una línea y tachadas por una equis (κεχιασμένον) (Cockle 1992
188). Como en los anteriores ejercicios, el autor del texto es des-
conocido. La mano, en opinión de Cribiore (239), es competente,
con rápidas y claras ligaduras, que puede pertenecer a un profesor
o a un estudiante avanzado.
Νέcτορα τὸν τριγέροντα φρονεῖν, παῖ,
εὔλογον οὕτωc τρεῖc ἐτέων
γενεὰc ἐξανύcαντα βροτῶν.
⟦..........⟧
5 ⟦......τηc...ν cυνέχου ..cι.ccο⟧
⟦...δεγ......πλείοcι cυ...η⟧
⟦ .........χομενοc⟧
ν.........ον Ἀπολλώνιον
ἔξοχον..δ... Ζεὺc Κρονίδηc
10 κόcμου.....νι καλλοcύναc.
...νορα..ν μερόπων ηυ
[..]...θυμ... τὰc φρέναc
[ ˘ ˘ ]θει τοῦδε μένειν ὀρίcαc.
¯
(1-3) Niño, es lógico que Néstor, el muy viejo, razone con tan-
to fundamento, pues vivió tres generaciones de años mortales.
(4-7) … conserva… para la mayoría… (8-10)… de Apolo ex-
traordinario… Zeus, hijo de Cronos, del mundo… de la belleza.
3
52 LDAB 4619; MP 2679.08; Cribiore 278.
53 El segundo pentámetro comienza en πλειοcι (línea 6), el tercero en Ζευc
(línea 9) y el cuarto en ταc (línea 12) (Cockle 1992 174).
360 Ronald Forero Álvarez
3
54 LDAB 4622; MP 2679.09; Cribiore 279.
3
55 LDAB 4631; MP 2109.01.
56 De la misma época data una lista alfabética de isopsefismos que transmite el
3
verso P. Oxy. XLV 3239 (LDAB 4811; MP 2109.1). En este papiro, la lista de
los lemas está conformada en su mayoría por substantivos en nominativo
singular, sin la expresión de la cifra de la totalidad. Se conservan restos de 53
líneas. En el recto se encuentra una cuenta de grano (cf. Corcella 2000). Una
lista similar, junto con problemas aritméticos, se encuentra en la tablilla de
3
madera Brit. Mus. inv. Add. 41203 A del siglo V -VI d. C. (LDAB 6293; MP
2109 + 2316).
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 361
Κάλλιcτοc ωξα
ὁ εὐειδὴc ἀνήρ ωξα
Χαιρήμων ´Αχθ
ὁ εὐγενέcτατοc ´Αχθ
Cαραπίων⟦α⟧ ´Αcμ⟦γ⟧ β
\καὶ Ἀλεξανδρέων βοήθεια [´Αcμβ]/
φαμιλίαc καλήι πρόνοια [´Αcμβ]
Cαραπίωνα ´Αcμγ
αἰεὶ ὁ Cάραπιc φιλεῖ ´Αcμ[γ]
20+1+30+30+10+200+300+70+200 861
70+5+400+5+10+4+8+200+1+50+8+100 861
600+1+10+100+8+40+800+50 1609
70+5+400+3+5+50+5+200+300+1+300+70+200 1609
200+1+100+1+80+10+800+50 +⟦1⟧ 124⟦3⟧2
20+1+10+1+30+5+60+1+50+4+100+5+800+50+2+70+8
[1242]/
+9+5+10+1
500+1+40+10+30+10+1+200+20+1+30+8+10+80+100
[1242]
+70+50+70+10+1
200+1+100+1+80+10+800+50+1 1243
1+10+5+10+70+200+1+100+1+80+10+200+500+10+30+5+10 1243
Calisto 861
el hombre hermoso 861
Queremón 1609
el más noble 1609
⟦A⟧ Sarapión 124 ⟦3⟧ 2
y auxilio de los alejandrinos 1242
hermosa providencia de la familia 1242
A Sarapión 1243
a quien siempre ama Sarapis 1243
362 Ronald Forero Álvarez
57 LDAB 128695.
58 Según la reconstrucción propuesta por Lougovaya (201).
Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 363
59 A Nerón: VI, 321, IX, 349 (o a Vespasiano); a Agripina: VI, 329; a Popea: IX, 355.
60 Compuesta por Nicón, conocido como Nicodemos, padre de Galeno.
364 Ronald Forero Álvarez
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Los ejercicios escolares de Mons Claudianus y sus modelos literarios 365
2
Eric Cullhed**
uppsala universitet, suecia
10 Véase: Amaranto 3.9 = 84.46; Vendida de vidas 127.110; 127.111; 131. 210; 132.256
(ed. Migliorini 2010).
376 Eric Cullhed
punto tiene que ver con la ética del placer y su compatibilidad con
la filosofía antimaterialista. La primera cuestión está contemplada
ampliamente en el poema yámbico de Pródromo Versos de queja
contra la Providencia (ed. Migne [1864] 1333-1340).11 En este texto,
los atomistas son criticados por ser los opositores por excelencia
de la existencia de la Providencia:
Κἂν τὴν Ἐπικούριον ἀδολεσχίαν
λέληθε ταῦτα, καίπερ οὐ λαθεῖν δέον.
Eἰ γὰρ μία ναῦς, ἵππος εἷς φθορὰν πάθοι
χωρὶς χαλινῶν καὶ κυβερνήτου δίχα,
καὶ τὴν μὲν εἰσδέξαιτο πόντιος δράκων,
τὸν δὲ σφαλέντα θὴρ χαραδραῖος φάγοι·
πῶς ἂν ἀκυβέρνητον εἴποιμεν 12 μένειν
τὸ κοσμικὸν πλήρωμα τὴν πᾶσαν κτίσιν ; (43-50)
debemos adorar el oro, pero aun así tenemos que aceptar su va-
lor arbitrario, ya que sin los medios básicos para comprar libros
nunca podrá haber conocimiento, y sin este nunca podrá haber
sabiduría. El estado ideal es suficiencia (autarkeia). Esta idea se
encuentra frecuentemente en las obras de Pródromo. En la Venta
de vidas poéticas y políticas la falta de riquezas de Homero es pre-
sentada como una fuente de su virtud, pero su pobreza excesiva
fue también la razón de su muerte (véase n. 13 supra). Del mismo
modo, al escribir a sus patrones, Pródromo no pide mucho, pero
al menos necesita suficiente dinero para sobrevivir, si no morirá y
no habrá nadie que cante los elogios sobre ellos.17 Así, la retórica
de suficiencia claramente está diseñada para legitimar la depen-
dencia económica del intelectual de la aristocracia, pero escapa al
estigma de la venalidad. Esta posición también se tematiza en el
Amaranto, principalmente a través del notario Queremón que, el
narrador nos dice, “actuó como una persona triste” cuando pensó
que Estratocles estaba por morir (9.6-7 = 85.144: τὸν ἀνιώμενον
ὑπεκρίνετο ). Cuando llega a la casa cambia de máscara y agrada
a su patrón, llamándolo con nombres lisonjeros en el documento
de matrimonio que está contratado a escribir (12.1-17 = 86.187-
208). Asimismo, a los sabios huéspedes en el banquete les es di-
fícil contener sus risas y se burlan constantemente de Estratocles
(14-15 = 87.222-88.248). Sin embargo, participan en el banquete y
en sus panegíricos adulan al viejo y dicen lo que quiere oír (16 =
87.249-270 y 19 = 88.304-326).
También en Refutación del proverbio “La pobreza adquiere
sabiduría”, Pródromo conecta el daño que hace el dinero con el
erotismo, a través del Fedro de Platón (cf. 232c), invocando el
argumento de Lisias de que el amante desearía que su amado
Bibliografía
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Teodoro Pródromo en el jardín de Epicuro 393
1
Jorge E. Rojas Otálora*
universidad nacional de colombia
Introducción
* jerojaso@unal.edu.co
396 Jorge E. Rojas Otálora
de los textos de los diversos autores. También hay una clara pra-
xis preceptiva a lo largo de la antología y, en especial, un brillan-
te ejercicio crítico en la obra en prosa de Domínguez Camargo.
Por todo lo anterior se hace indispensable revisar —aunque
sea muy generalmente, dadas las limitaciones de espacio— el con-
junto de las obras del Ramillete y en especial a las de Domínguez
Camargo. La sección séptima comprende las cinco composiciones
líricas del poeta neogranadino, precedidas de un prólogo en el
que Evia hace un sentido elogio cargado de erudición y galantería.
La última sección, la octava, bajo el título de Oraciones, recoge
trabajos en latín y en castellano del padre Bastidas y la Invectiva
apologética de Domínguez Camargo.
Letrados criollos
Tanto Sabat como Mayers aluden al criollismo como un valor
resultante de las condiciones sociales particulares en las que se en-
cuentran los denominados sabios criollos que no son reconocidos
ni como españoles ni como americanos a pesar del erudito conoci-
miento de la cultura europea que demuestran. Esta situación genera
“una suerte de epistemología colonial fronteriza que difiere tanto
del modelo de saber indígena como del modo de saber europeo
del colonizador” (Mayers 57). En consecuencia, surge un discurso
antihegemónico, en los términos de Rolena Adorno, por medio del
cual el sujeto colonial pretende superar su condición subalterna
diferenciándose de los modelos metropolitanos. En este contex-
to, se puede considerar que algunos de los poemas incluidos en el
Ramillete constituyen una clara expresión de ese discurso antihe-
gemónico por medio del cual el poeta reclama su lugar en la élite
cultural de una sociedad que no le reconoce sus méritos.
Para lo que aquí interesa es importante destacar que Domín-
guez Camargo fue jesuita entre 1621 y 1636; hizo votos en 1623,
fue enviado con otros novicios a Quito y parece que vivió algún
¿Una poética americana de la imitatio en Domínguez Camargo? 399
Los romances
Es en el romance A un salto por donde se despeña el arroyo
de Chillo (ver apéndice 4) en donde mejor se pueden verificar la
capacidad creativa de Domínguez, en la medida en que no parece
ser un ejercicio de imitación sino la elaboración de su estilo per-
sonal para exaltar la naturaleza americana. Sin embargo, Carilla
propone la hipótesis de que Domínguez elabora en su romance
un fragmento de la “Soledad segunda”, versos 314-336 (ver apén-
dice 3), en el cual Góngora describe un arroyo “en metáfora de
sierpe” y considera que “la relación Góngora-Domínguez Ca-
margo es uno de los casos más extraordinarios de parentesco o,
si se quiere, de adaptación poética, para lo cual cabe, sin reserva,
el nombre de ‘continuación’” (19). Otra polémica ha surgido por
el texto que sobre el mismo tema compuso el padre Antonio de
Bastidas con el título de Al mismo arroyo, en metáfora de un toro,
en el cual se hace evidente cuán lejos está el maestro de su aven-
tajado discípulo. Que Bastidas es amplio conocedor de la poesía
de Domínguez Camargo se hace evidente en su trabajo de edi-
ción del Poema heroico y en su aporte a las poesías del Ramillete.
El texto del santafereño está compuesto por 11 cuartetas octo-
sílabas que siguen el modelo del romance barroco español, según
ejemplos de Lope y del propio Góngora, evitando utilizar la silva
en que se organizan las Soledades de Góngora. Al igual que en el
402 Jorge E. Rojas Otálora
La Invectiva apologética
Si bien se publicó como apéndice del Ramillete, la única obra
en prosa de Domínguez Camargo fue terminada en 1657, por lo
cual no se puede considerar obra de juventud como los poemas
que aparecen en la parte séptima. Se trata de una obra satírica
en la cual su autor parodia al engorroso proceso editorial de la
¿Una poética americana de la imitatio en Domínguez Camargo? 405
Conclusiones
Hernando Domínguez Camargo pertenece a una élite cultural:
no solamente es un clérigo que desempeña cargos en la jerarquía
eclesiástica sino que es un letrado que ha logrado destacarse por
su producción literaria —se le considera el más significativo de
los seguidores de Góngora en América—. En este proceso se ha
apropiado plenamente del discurso de la cultura occidental, pero
su condición de criollo lo ubica en una situación periférica que
no le reconoce ni como indígena ni como europeo, con lo queda
en una situación marginal.
Su formación jesuita lo pone en contacto con el proceso de
imitación y emulación propio de la retórica ciceroniana, pero al
mismo tiempo lo hace tomar conciencia sobre los intereses de
los criollos frente a los demás estamentos coloniales. Utiliza en
su poesía una serie de procedimientos para lograr la superación
del modelo europeo y al mismo tiempo contrastar tanto la natu-
raleza como el saber americano. En los dos romances estudiados
se hace evidente la capacidad de Domínguez para opacar a los
autores españoles, al tiempo que exalta los valores autóctonos. Se
puede hablar, en este sentido, de una poética americana, de un
discurso antihegemónico que reafirma la conciencia criolla sin
anular la europea.
406 Jorge E. Rojas Otálora
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¿Una poética americana de la imitatio en Domínguez Camargo? 407
Apéndice 2
A la muerte de Adonis
Romance
En desmayada beldad
de una rosa, sol de flores,
con crepúsculos de sangre
se transmonta oriente joven.
5 Cortola un dentoso arado
que a no ser de hayal torpe,
por la púrpura que viste,
le juzgara marfil noble.
Cerdoso Júpiter vibra
10 rayos marfil sobre Adonis,
y al alma que trae de Venus
hiere más, mientras más rompe.
Espumoso coral vierte,
que en verde esmeralda corre,
15 mar de sangre, en quien a Venus
naufragio prepara Jove.
Verdugo monstruo ejecuta
de inflexible Dios rencores,
y siendo amor el vendado,
20 son cadalsos los montes.
¡Ay fiera sangrienta! Dice
si a segundar te dispones,
advierte, que en la de Venus
¿Una poética americana de la imitatio en Domínguez Camargo? 411
Apéndice 3
Soledad segunda
Luis de Góngora
Apéndice 4
A un salto por donde se despeña el arroyo de Chillo
Hernando Domínguez Camargo
1
Ricardo del Molino García*
universidad externado de colombia
Introducción
* ricardo.delmolino@uexternado.edu.co
1 Como bien observa Víctor Mínguez (2003), el Renacimiento y el Barroco
están repletos de referencias a héroes clásicos que sirven para ensalzar a las
familias reales europeas así como a nobles o representantes de la monarquía,
como los virreyes.
420 Ricardo del Molino García
12 El último tercio del siglo XVIII y la primera década del XIX debe considerarse
como un periodo previo al proceso emancipador de los territorios america-
nos y no como uno pre-emancipador. La diferencia entre las dos fórmulas
depende de conferir o no una finalidad teleológica a los sucesos acontecidos
en América durante este tiempo. Es cierto que en este periodo previo poco
a poco se van fraguando mentalidades, idearios, actitudes y predisposicio-
nes no dirigidos hacia la independencia desde el momento en el que hacen
aparición, pero sí útiles para cuando, gracias a elementos exógenos o contin-
gencias históricas, se necesite su presencia durante el proceso emancipador.
A este respecto puede consultarse Guerra (1995). Como testimonio de com-
paración del espacio americano con el de la antigüedad grecorromana, cabe
mencionar el ejemplo de Pedro Fermín de Vargas, cuando en la Memoria
sobre la población del Nuevo Reino de Granada de 1790 (ó 1794) ya ve en la
Nueva Granada una nueva Grecia (85-110).
13 Rodríguez, Manuel del Socorro. La Constitución Feliz. Periódico político y
económico de la Capital del Nuevo Reyno de Granada. Imprenta Real, 1810. 7.
Ricaurte es superior a Leónidas, Escévola y Régulo... 425
30 Estos encarnaban los mejores exempla del clasicismo cívico, además de cumplir
otras funciones. Es, por tanto, en este punto cuando no debe olvidarse que el
recurso a los héroes grecorromanos, además de ofrecer unos modelos correc-
tos y adecuados de conducta republicana (función educativa o doctrinaria),
también permitía mantener dentro del orden público a aquellos exaltados
o chisperos que querían, y podían, ir más allá en la transformación política
acontecida (función de control de la acción política de la plebe a través del
imaginario); y, al mismo tiempo, conseguía alentar al patriotismo y movilizar
a la plebe (función arengatoria). No en vano las alusiones a los héroes son
mayores en los primeros momentos de la emancipación y en los dos últimos
años de la Patria Boba, cuando el peligro español es inminente. Es obvio que
estas tres funciones confluirán en la creación de un cuerpo cívico nacional.
Este aspecto enlaza, por tanto, directamente con el incipiente nacionalismo
imaginado, en términos de B. Anderson, que obligará al procerato a la ruptura
pública con la Antigüedad grecorromana en el momento en que se construye
un héroe nacional
31 La laudatio publicada corresponde a un extracto del número 55 de la Gazeta
de Caracas, del lunes 4 de abril de 1814.
430 Ricardo del Molino García
33 El nombre del legendario rey de Esparta será uno de los frecuentes epítetos
que califiquen la acción heroica de los próceres neogranadinos durante la
Patria Boba. Junto con Licurgo es el espartano más mencionado, por sus vir-
tudes legisladoras, por su pericia militar y su patriotismo heroico. No es for-
tuito por tanto que el 30 de enero de 1814 en la marcha en honor del General
Nariño ordenada por el cuerpo cívico de Popayán se identifique al prócer con
el héroe espartano (y con el cartaginés Aníbal). Cabe destacar que la práctica
elegíaca de identificar a los grandes prohombres de la emancipación con el
espartano Leónidas también estuvo presente en otros territorios iberoameri-
canos, como en el caso de la vecina Venezuela donde la “Ley de la República
de Venezuela para honrar la memoria del coronel Atanasio Girardot” de 1813,
publicada en el número séptimo de la Gaceta de Caracas, expone la misma
identificación. “Ley de la República de Venezuela para honrar la memoria del
coronel Atanasio Girardot”. Gaceta de Caracas n.º 7, 1813 (7/10), comp. Luis
Horacio López Domínguez, A los colombianos: proclamas y discursos, 1812-
1840, Bogotá: Fundación Francisco de Paula Santander, 1988. 28-30.
34 La popularidad de Escévola en Nueva Granada, recogido por Tito Livio, Floro
y Dionisio de Halicarnaso, es acorde a su fama en el resto de Occidente, valga
mencionar que Rousseau en el primer libro de sus Confesiones narra cómo sus
tutores se aterrorizaron cuando le vieron dirigirse a la chimenea tras haber
leído a Plutarco. Lo cierto es que el acto heroico que le dio el sobrenombre
de Escévola está presente en el imaginario criollo, como lo atestiguan los dos
testimonios publicados en 1810 en el número 8 de Aviso al Público (Santafé de
Bogotá: s.n., n.º 8, noviembre de1810), y en 1811 en el número 15 de La Bagatela
(Santafé de Bogotá: Imprenta Real, n.º 15, 13 de octubre de 1811. 55).
35 Vencido y apresado por los cartagineses, el valiente y virtuoso Régulo no
aceptó el intercambio de prisioneros por el interés general de la República,
por lo que regresó a Cartago donde murió torturado. Su honrada y valiente
acción heroica no aparece en ninguno de los documentos publicados durante
la Patria Boba. Sin embargo, su nombre sí es mencionado como modelo dig-
no de imitar en varias ocasiones, junto a Curcio, Fabricio, Camilo, Cincinato
y Emilio, por ejemplo, en el discurso de Caldas ante los ingenieros militares
en Antioquia en 1814 (Caldas 1910).
432 Ricardo del Molino García
A modo de conclusión
En oposición a la heroización áulica virreinal y convertida la
Nueva Granada en un nuevo espacio de virtud republicana antigua,
por medio de una translatio virtutis que superaba las creencias
políticas derivadas del determinismo geográfico, los ilustrados
republicanos neogranadinos propusieron a la nueva ciudadanía
la imitación de algunos paradigmas heroicos grecorromanos
que encarnaban a la perfección los ideales republicanos y de pa-
triotismo. Sin embargo, esta propuesta política, que puso fin a la
simbología heroica española legitimadora del poder real, durará
poco tiempo ya que, a medida que el proceso de emancipación
se endurece, surgirán en las filas patriotas los primeros mártires
nacionales que sustituirán rápidamente a los lejanos ideales grie-
gos y romanos. De hecho, la presente investigación defiende que
la publicación de la laudatio de Antonio Ricaurte en 1814 mar-
ca el fin de los modelos heroicos clásicos en Nueva Granada, en
cuanto que el sacrificio del prócer superara en virtud y heroísmo
sacrificios, y entre vosotros , según me han dicho, se está tan lejos de hacer
sacrificios por la causa pública, que lo que quieren todos es ganancia, y sacar
partido personal de la transformación. ¿Será por este camino que llegaréis a
tener Cincinatos, Camilos, Fabios, Marcelos y Sipiones? No, no os engañéis,
el camino de la Gloria, y el de el interés son muy diversos [...]”, en Nariño,
Antonio. “Carta de una dama al Filósofo Sensible”. La Bagatela. Santafé de
Bogotá: Imprenta Real, n.º 20, 20 de octubre de 1811. 79. Finalmente, a finales
del mismo año, el 23 de diciembre de 1811, cuando Antonio Nariño se dirige al
Colegio Electoral de Cundinamarca para defender el centralismo y rechazar
el federalismo, a través de la explicación de las diferencias entre los sistemas
políticos imperantes en Norteamérica y en Hispanoamérica, comenta: “[...]
Detengámonos un momento a contemplar a Horacio Cocles sobre el puente
del Tíber peleando solo contra un ejército para impedirle el paso; y comparé-
moslo con uno de nuestros indios postrado de rodillas en el atrio del templo
recibiendo doce azotes en castigo de no haber pagado la demora o faltado
a misa; y dígaseme si unas mismas leyes pueden gobernar a estos dos hom-
bres”, en Nariño, Antonio. “Arenga que el excelentísimo señor Nariño, presi-
dente interino, produjo este día ante el serenísimo colegio electoral. Revisor
al tempo de su instalación”. Gazeta Ministerial de Cundinamarca. Santafé de
Bogotá: Imprenta Real, n.º 20, 2 de enero de 1812. 253-254.
434 Ricardo del Molino García
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438 Ricardo del Molino García