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TOPOLOGIA

DE
ESPACIOS METRICOS

IGNACIO L. llliARIEN T.
Din:ciDr de la Diviai6n de
Cienciu Fiaica1 y Malelláticu
Univetlidad Simón BoUvv, Caracaa.

LIMUSA
MÉXICO, Venezuela, Colombia, Espa"a, Guatemala
2:>4 p. :1:: 2J a 15 S cm.
ISBN: I3; 978-968-18-0659~.
RÜ$1oca.
1 . Topo~

Dewey: 514122 t l717t

TOPOlOGIA DE ESPACIOS MÉTRICOS

SON PAOPIEOAO Oa EOtTOA. NINGUNA PARTE DE ESTA


OIIRA PUEDE SEA AEPAOOUCIOA O TIWISWI'flOA.
1o1EDW1TE NINGÚN ~ o LIETooo. aECTROHICO
O JoEc.4Hico (INQ.UYEHOO El FOTOCOP1ADO, LA GRA·
BAClON O CUALOVIER SISTEMA CE RfCUPEAACION Y
At.MACENüMENTO 0E IHFOA....ClON). SIN CONSEN·
TMENTO POR ESCIVTO OEL EDITOR.

C 2008. EDITORIAL LIMOSA. SA DE C.V.


GRUPO NORIEGA EDITORES
8aldaru 95, Wxíco, D.F.
CP. 06040
m (5) 5130-07-QO

(S) 5512·29-03
~ Ononega..A:Om.m•

-noneoa.com.m·
CANIEM Núm. 121

HECHO EN MExtCO
ISBN 13: 978-9!>8-18-0659-0

<4 .1

ESTA OBRA SE REALIZO EN IMPRESION SAJO DEMANDA.


EN EL MES DE ENERO DE 2008

LA EOICION. CONPOSICION. DISEÑO E IW'RESION DE ESTA OBRA FUERON REALIZAOOS


BAJO LA SUPERVISION OE GRUPO NORIEGA EDITORES
ISALOERAS.S. COL. Ct:.NTRO MEXICO. O F C P . ~O
02594620001 080P!n3540E
.•

Prólog o

El concepto abstracto de espacio métrico fue introducido inicialmente


por el matemático francés M. Fréchet en 1906 y desarrollado JDáa tarde por
el famoso topólogo F. Hausdorff en su "Mengenlehre".
De-.1pué! ~ 1920, la topología métrica es objeto de exhaustivas investi-
gaciones que logran su pleno desarrollo y ponen de manifiesto au extraordi-
nario poder unificador de toda una variedad de teoríaa, hasta entoncca diJ.
penas y aparentemente independientes.
Su importancia inicial se atribuye, en parte, a que fuera rec:onocida
como una interesante generalización de la teoría de espacios normados y
las aplicaciones de éstos en el naciente análisis funcional, desarrollada por
Stephan Banach y sus seguidores.
A su vez, la escuela de Moscú realizaba importantes descubrimient<lf
sobre propiedades de Jos espacios métricos, con impresionante despliegue:
de actividad investigadora durante la década 1920-30. Su principal objetiv<f
consistía en obtener condiciones neceaari~U y suficiente$ para que un espacio
topológico fuese metrizable. ·
En la actualidad, la topología métrica constituye una rama de la topo-
logía gener~J y los espacios métricos un caso particular de los topológicos.
Todas las obras de topología general dedican uno o dos capítulos al trata·
miento de los espacios métricos. No obstante, estos últimos admiten y
merecen un estudio independiente por dos razone!. Primero, pueden ser
desarrollados en forma de una hennosa teoría acabada, menos inclinada a
presentar fenómenos patológicos que la topología general, y, por tanto, más
asequible a nuestra intuición geométrica. Segundo, constituyen el funda-
mento indispensable y más inmediato para un estudio serio y riguroso del
análisis matemático, por no mencionar una profusión de teorías sofisticadas.
A pesar de todo, existe un sorprendente vacío de obras dedicadas al
desarrollo autónomo de la topología métrica y ello, acompañado de las
razones señaladas, nos animó a escribir un libro de esta especie.
Quién dirija su atención a la topología, con el propósito de adquirir las
bases necesarias y orientarse luego al aprendizaje riguroso del análisis, hallará
frente a sí un vasto y aternorizante cuerpo de doctrina. Para llegar a lo que
él requiere (casi exclusivamente espacios métricos y normados) , deberá atra·
5
6 PRÓLOGO

vesar un largo y dificultoso camino , pocas veces al alcance de la intuición


y erizado de sutilezas axiomáticas, contra- ejempl os y extraño s fenómenos.
En esta obra presentamos un desarrollo, bastant e exhaustivo, de la topo-
lota de espacios métricos, con absolut a indepe ndenci a de la topología ge-
neral. Vale decir, no suponemos ni apelam os a conoci miento alguno de
esta última.
Esperamos ademá s que el lector perciba y disfrute la belleza matem ática
de esta relevan te y depura da teoría como fm en sí, a la par que cimien to
esencial.
Este libro tuvo ru origen en cursos que, sobre la materia , el autor dictó
en la Faculta d de Ingenie ría de la Univen idad Centra l de Venezu ela; sus
propios apunte s fueron editado s intenta mente y, se cree, son utilizados hasta
el día de hoy en calidad de texto. Posteriormente, él mismo ha enseñado la
asignat ura de Topolo gía Métric a a estudia ntes del tercer año de la carrera
de Matem áticas en la Univer sidad Simón Bolivar. Tales experiencias, por
el transcurso de unos seis años, se plavna ron en la elabora ción de esta obra.
Desde un punto de vista formal, los únicos conocimientos previos, reque-
ridos para asimila r el contenido de este libro, son los brevem ente enunciados
en la Introdu cción. A saber, familia ridad y destreza con las nociones elemen-
tales de la teorla de conjun tos, incluyendo lo relativo a funciones, relaciones
de equivalencia y orden, excluyendo el axioma de elección y sus equiva lentes;
estruct uras numéri cas, princip io de inducc ión, conjun tos contab les (que se
consideró oportu no tratarlo s en dicha Introdu cción) y, muy particu larmen te,
el cuerpo de los número s reales con su propie dad del "sup" column a ver-
tebral de los espacios métricos. Finalm ente, y s6lo para el último capítul o,
los conocimientos más elementales de álgebra lineal.
Realist a y pedagógicamente, seria deseable que el lector poseye ra cierta
madure z matem ática (indepe ndiente de la biológi ca), lograda , digamos,
despu& de haber perdido la inocencia en un primer curso de cálculo en una
y varias variables.
Sin embarg o, hemos tenido mucha s consideraciones con el lector, en
oca.üones a riesgo de aburrir a alguno más veteran o. Todo nuevo concep to
se acomp aña de motivaciones intuitivas, en un lengua je llano y ordinar io.
· Se ha procur ado siempre destacar la significaci6n y grado de trascen dencia
de cada teorem a, señalan do lo que se persigue e indican do el camino .
Al final de cada capítul o se ofrece una colección más o menos numero sa
de ejercicios, depend iendo de las posibilidades del tema. Sobre ellos conviene
~eclarar que son totalme nte indepe ndiente s del texto, en el sentido de que
Jamás se hace uso de alguno como parte integra l del desarrollo teórico ; a lo
más, se cita uno que otro en calidad de contra-ejemplo.
• Esto no debe servir de motivo , &in embarg o, para que el estudia nte pres-
cmda de ellos o interpr ete que no son import antes. Muy al contrar io, los
PRÓLOGO 1

ejercicios evidencian las posibilidades de la teorla y Ié confieren una mayor


significación. El lector puede medir su dominio del tema enfrentándose con
ellos. Algunos, por otra parte, apuntan hacia ramificaciones interesantes.
Consideramos que el libro puede adoptarse como texto y cubrirse total-
mente en un semestre. Podria constituir un primer curso de topologia des-
tinado a estudiantes de Matemáticas en la mitad de su carrera. Estamos
convencidos, no obstante, de que la obra se presta a ser utilizada también
y con provecho por alumnos de lngenieria, :t'isica u otras disciplinas afines.
en esclarecidos "pensa" de esas ciencias. Para eJios recomendamos el siguiente
plan de estudio simplificado, que no rompe la hilación lógica del desatrollo:

Capítulo I, secciones 1.1 y 1.4.


Capítulo II, secciones 2.1, 2.2, 2.3, 2.4 y 2.6.
Capítulo III,. secciones 3.1 y 3.5.
Capítulo IV, completo.
Capítulo V, secciones 5.1, 5.2, 5.4, 5.5 y 5.7.
Capítulo VI, secciones 6.1, 6.2, 6.3, 6.4, 6.6 y 6.8.
Capítulo VII, secciones 7.1 y 7.3.

Por último, y no por ello menos merecido, deseo manifestar mi sincero


agradecimiento a ·¡a señorita Reina V. Raven, quien con admirable des-
prendimiento y efidencia realiz6 la mecanografía. Mi sentimiento de grati•
tud para mi esposa por haber sufrido en silencio largos meses de reclusión
y a quien dedico la obra.

IoNACIO L. huBAluu!N
Universidad Sim6n Bolívar
Contenido

Prólogo
Introducc:ión 11
l. Espacios métricos 15
1.1 Definición y casos particulares importantes, '15
1
1.2 Distancia entre conjuntos, 24
1.3 Isometría, 27
1.4 Subespacios, 28
Ejercicios, 29

rr. Conjunios abiertos y conjuntos cerrados 33


2.1 Esferas abiertas, cerradas y superficie esférica, 33
2.2 Conjuntos abiertos, 34
2.3 Entornos y puntos de acumulación, 40
2.4 Conjuntos cerrados, 43
2.5 Frontera y borde, 53
2.6 Abiertos y cerrados en un subespacio, 55
2 .7 Conjuntos densos, fronterizos y nada-densos1 58
Ejercicios, 62

m. Conectividad 57
3. 1 Conjuntos conexos, 67
3 .2 Clausura y unión de conjuntos conexos, 70
3.3 Componentes de un conjunto, 72
3.4 Espacios localmente conexos, 74
3.5 Conectividad en la recta real, 76
Ejercicios, 79

IV. Compacidad 81
4.1 Conjuntos acotados. Diámetro, 81
4.2 Conjuntos precompactos y separables, 85
.9
10 CONTENIDO

4.3 Conjuntos compactos, 90


4. 4 Conjuntos relativamente compactos, 96
Ejercicios, 97

V. Límites y espacios completos 101


5.1 Límites de sucesiones, 101
5. 2 Sucesiones de Cauchy y espacios completos, 110
5. 3 Subespacios completos, 117
5.4 Completitud y precompacidad en R", 118
5.5 Resumen de resultados sobre compacidad, 127
5 .6 Teoremas de Can,tor y Baire, 129
5. 7 Vmites funcionales, 135
Ejercicios, 142

VI. Continuidad
149
6. 1 Continuidad en un punto, 149
6. 2 Continuidad en un conjunto, 155
6 .3 Continuidad en conjuntos compactos, 164
6 .4 Continuidad en conjuntos conexos, 169
·6. 5 Arco-conectividad, 173
6 .6 Continuidad uniforme, 180
6. 7 Completación de un espacio métrico, 189
6 .8 Contracciones y teorema del punto fijo, 195
Ejercicios, 199

209
VD. Espacios normados
7. 1 Fundamentos, 209
7 .2 Convexidad y poli-conectividad, 215
7. 3 Transformaciones lineales, 224
7 .4 Isomorfismo topol6gico: isotopía, 227
7. 5 Producto de dos espacios normados, 235
Ejercicios, 244
249
Bibliografía

Indice
251
lntrodu~~ión

Empecemos con un recuento breve (y en algunos casos algo más extenso)


de todos aquellos conocimientos que se supone posee el lector, ya que en el
transcurso de la obra serán utilizados con entera libertad, si.n citarlos expre-
samente. Para cualquier consulta al respecto, puede recurrirse a la biblio-
grafía recomendada.
Debemos aceptar que el lector está familiarizado con las nociones ele-
mentales de la teoría de conjuntos y que ha adquirido suficiente destreza
en su manejo. Para ser más concretos, se requieren conocimientos sobre
determinación de un conjunto, inclusión, unión en una familia cualquiera,
diferencia y complementación de conjuntos, intersección, distributividad
de esta última con respectó a la unión y viceversa; par ordenado y producto
cartesiano con sw propiedades fundamentales; relaciones binarias, y de
orden parcial y total; relaciones de equivalencia, propiedades de las ciases
de equivalencia y conjunto cociente. Es indispensable un dominio adecuado
del concepto de función; imágenes directas e inversas de un conjunto bajo
una función ; sobrtyección, inyección y biyección; función inversa; compo-
sición de funciones.
No hace falta haber hecho un estudio axiomático, riguroso, de tales
fundamentos, sólo se espera que el lector tenga un poco de práctica en su
manipulación y conceptos claros.
La notación conjuntista que se emplea en este libro, en todos Jos casos,
es la usada universalmente.
En vez de pro¡><>rcionar una especie de resumen pormenorizado de los
conocimientos mencionados, preferimos remitir al lector a algunos de los ex-
celentes textos existentes. Al respecto, puede consultar las siguientes obras:
(16)*, cuya exposición es informal y entretenida, y (29), si se desea un
estudio rigurosamente axiomático y extenso. Recomendamos particularmente
el libro (23) , de reciente aparición, por su elegancia y rigor.
En lo relativo a teoria de conjuntos y casi todos los otros requ~itos que
señalaremos, cabe citar de una vez la conocida obra (33), que presenta un
panorama mucho más amplio de los fundamentos de la Matemática.

• Los números entre par&\teaia JC refieren a obras de la bibliosrafla dad& al


f~ del libro.
11
INTROD UCCIÓN
12

Sobre los número s naturales, cuyo conjunt o designamos por N ""


{0, 1, 2, 3, ... } necesitamos propiedades globales más bien que de carácte r
aritmético. A saber, que N está bien ordenado; es decir, que todo conjunt o
de número s natural es tiene un mínimo. En especial, se usa frecuen temente
el principio de inducción completa y es preciso que el lector lo conozca
bien y lo sepa emplea r con soltura. El pequeñ o y muy didáctico libro (27)
se dedica exclusivamente a ello.
Convie ne precisar el siguiente concepto que utilizaremos en varias oca-
siones.
Decimos que un conjunt o no vacío X es contable si existe una .sobre-
yección 1: N ~ X.
Por ejemplo, el conjunt o N es contabl e trivialmente, donde la sobreyec-
ción es la función idéntica. Asimismo, si X es un conjunt o finito es fácil
compro bar que es contable. En efecto, podemos expresa r X= {x.o,x, . .. ,x.}
y definimos la sobreyección 1: N~ X tal que /(i) = X¡, para O < i < n, y
/ (i) = .x-o, para todo i > n.
Si el conjunt o Y no es vac:o, X es contable y existe una sobreyección
g : X~ Y, entonces Y es contable. Basta con saber que existe una sobre-
yección 1 : N ~ X , luego, la (unción compue sta g •1 : N ~ Y es sobreyec::tiva.
Como consecuencia, probamos con facilidad que, si A es un subconj unto
no vacío del conjunt o contable X , entonces A es contabl e. En efecto, la
func·ó ng: X ~A tal que V .rEA: g(x} = x, y x EX-A : g (x ) - a, don.
de a E A es un elemento fijo, es sobreyectiva.
Veamo s ahora que el conjunto N X N es contable.
E.s muy sencillo comprobar que la función 1 : N X N-+ N, tal que y m,
n EN:f(m , n ) ~ 2•·3", es inyectiva. Por otra parte, su rango M es contable,
debido a que M C N y lo establecido anterior mente. Luego, la función inversa
t • : M ~ N X N es sobreyectiva y N X N es contable.
Por último, sea F una familia contabl e de conjunt os contables. Deseamos
demost rar que
Y - UX
z•r
es contabl e.
Existe pues una sobreyección h : N ~ F y, como cada X E F es contable,
para todo n E N existe una sobreyecci6n /. : N ~ h ( n). Ahora bien, defi-
namos una función g: N X N ~ Y tal que vm, n EN: g(m, n) ~ f,..(n ).
Resulta entonces que g es sobreyectiva y Y es, por tanto, contable, ya
que lo es N X N. En efecto, si x E Y, ha de tenerse que x EX para algún
X EF; pero hes sobreyectiva, luego exhte un m En con h(m) =X y, como
también f,. es sobreyectiva, debe haber un n EN con x"" f,.(n) = g(m, n ).
De este resultado fundam ental se obtiene la contabilidad del conjunt o
Q de los números racionales como simple ejercicio
INT&ODUCCIÓN 13

Como se dijera en el Prólogo, eJ cuerpo de Jos números reales, cuyo


conjunto designamos por R, constituye la columna vertebral de la topología
de espacios métricos. ~ste puede construirse a partir de los números natu-
rales, por ampliaciones sucesivas, pasando por el conjunto Z de los enteros,
y por el cuerpo de los racionales. La construcción es hermosa e interesante,
pero laboriosa. Será instructivo para el lector consultarla en (4 ), donde
se trata exhaustiva:nente.
Sin embargo, debido a la importancia que tienen para nosotros, es opor-
tuno exponer sus propiedades fundamentales, de las cuales se deducen todas
las demás. Si se quiere, pueden tomarse como axiomas definitorios. En tal
sentido, es interesante destacar que esas propiedades que aqui enumeramos
constituyen lo que se llama un sistema axiomático categórico. Esto significa
que caracterizan al cuerpo de los números reales y que éste, e'encialrnente,
es único. Vale decir, cualquier otro ente que satisfaga todas esas propie-
dades es isomorfo con los reales.
El conjunto R está provisto de dos leyes de composición interna u
operaciones: + (suma) y · (producto).
La estructura (R, +) es un grupo conmutativo. Es decir, la suma es
asociativa y conmutativa; existe un elemento único O ER tal que V x ER :
x + O = x; a cada x E R corresponde un único elemento - x E R con
x+(-x) =O.
La estructura (R-{0}, ·) es también un grupo conmutativo. O sea
que el producto es asociativo y conmutativo; existe un elemento único
1 ER- {O} tal que V x ER (se prueba que también para x"" O) :x· 1 = x;
a cada x E R- {O} corresponde un único ~~ E R con x · x-• - l.
El producto es distributivo con respecto a la suma.
La estructura algebraica descrita (R, +, ·) es la denominada cuerpo.
Sobre R existe una relación de orden total <, que es c9rnpatible con
la suma y producto. Es decir, si para x, y ER se tiene x <' y, enton_ces
yz ER:x + z <y+ z; además, para todo z ER con O < z, xz < yz.
La estructura (R, +, ·, <) es ahora un cuerpo totalmente ordenado;
según la te.rrninología acostumbrada. Pero existen muchos cuerpos total-
mente ordenados que son distintos (no son isomorfos) al de los números
reales. Lo que distingue y caracteriza a este último es la llamada propiedad
del "sup" que explicamos en seguida.
Supongamos que A es un conjunto no vacío de números reales. Si existe
un x E R tal que v' a E A: a < x, decirnos que x es cota superior de A y que
A es un conjunto acotado superiormente. Ahora bien, la propiedad del
"sup" nos dice que existe un número real r. que es el mínimo de las cotas
superiores de A; es decir, z es cota superior y z < x, para toda cota superior
x de A. De otra manera, si y < z, entonces y no es cota superior. Es claro
que z es único y se denomina extremo superior de A; escribiéndose z - sup A.
14 INTRODUCCIÓN

En resumen, todo conj~mto de números reales acotado superiormrnte,


admite extremo superior. 1
Lo expuesto sobre el número real es lo que podríamos llamar el esque-
leto esencial. Repetimos que todas sus propiedades conocidas se deducen de
éstas y recordarnos ( 4), en caso de necesidad.
Conviene destacar dos atributos más de los números reales que, corno
di jirnos, se infieren de los señalados.
R es lo que suele llamarse un cuerpo arquirnediano. Esto quiere decir
que, si x, y ER, O< x <y, entonces existe un n EN tal que y< nx.
Por otra parte, considerando Q como subconjunto de R, si x, y E R,
x < y, entonces existe un q E Q tal que x < q < y. Esto se describe dicien-
do que "Q es denso en R".
Sólo para el último capítulo (VII) se requieren conocimientos previos
de álgebra lineal. Concretamente, concepto de espacio vectorial sobre R y
sus propiedades más elementales; dependencia e independencia lineal; di-
mensión finita y bases; isomorfismo entre espacios vectoriales; subespacios
y su dimensión; transformaciones lineales, núcleo y rango, su composición,
transformación inversa. En todo caso, la mayoría de las veces recordarnos
expresamente los conceptos al utilizarlos.
De nuevo preferirnos remitir al lector a las obras pertinentes. Entre la
abrumadora cantidad de textos de álgebra lineal seleccionamos ( 15) y ( 13),
ambos de bondad reconocida. El primero es asequible y elemental; en cuanto
al segundo, se trata de una excelente y ambiciosa obra que no aconsejarnos a
quien se enfrente con esa t~ría por vez primera.
CAPITULO 1

E8 pac io8
mé tric o8

1.1 . DEFINICION Y CASOS


PARTICULARES IMPORTANTES
Desde u~ punto de vista intuitivo, un espacio métrico es, simplemente,
un conjunto en donde podemos hablar de la "distancia" entre sus elementos.
Se trata de una e:ctraordinaria generalización del plano geométrico, como
veremos luego.
Se hace necesario pues definir lo que se entiende por distancia entre
dos elementos cuya ,naturaleza especifica desconocemos. Para ello debemos
descubrir aquellas propiedades esenciales que caracterizan la noción de dis-
tancia para luego defiñirla en abstracto como el ente poseedor de es33
propiedades. Pero aquí se pone de manifiesto un asunto por cuya diluci-
dación debemos comenzar: ¿qué clase de ente es una distancia?
Si al abstraer deseamos respetar aquello que es esencial a la idea, pode-
mos decir de irunt'rliato que la distancia entre dos elementos es un número
real positivo. Pero no basta a nuestros propósitos el considerar la distancia
entre dos elementos particulares sino para todo par de elementos del con-
junto en cuestión. Es decir, qué para dos elementos cualesquiera x, y, existe
un número re:ü positivo que podemos designar d (x, )1) y al cual llamarn
os
distancia de x a y. Se destaca que la distancia, a la cual preferiremos llamar
métrica, es más bien una función, según la cual, a todo par de elementos
asocia un número real positivo.
15
16 ESPACIO S HÉTBICO S

Procedemos a la definición matemática y precisa. El lector reconocerá


las propiedades de la métrica como características de la noción de distancia
que él conoce intuitivamente.
Como consecuencia del origen geométrico del concepto de espacio mé-
trico, la terminología empleada se toma de aquella disciplina. Esto tiene
la ventaja de apelar constantemente a una visión geométrica de las situa-
ciones, facilitando así el entendimiento y ofreciendo la posibilidad de pre-
sentir los resultados.
No entraremos a discutir las complejas razones por las cuales se eligen
precisamente esas cuatro propiedades para definir la métrica, ni porque ellas
resultan suficientes a nuestros propósitos. Baste decir que se trata de un
sistema axiomático defini torio de espacio métrico, de la misma forma que
un grupo se define mediante un conjunto de axiomas que atribuyen ciertas
propiedades a su ley de composición interna.
Sea E un conjunto cualquiera, no vacío, cuyos elementos llamarem os
punt05.
Una métrica en E es una función
d :EX E-+>R

que posee las siguientes propiedades:


l. yx,yEE : d(x,y) >O
2. Para x,yEE:d (x, y) =0 (-) x=y.
3. V x , y E E: d (x, y) - d(y, x ) {simetría).
4. vx,y,zE E:d(x,y ) < d(x,z) + d(y,z) (desigualdad triangul ar).
La expresión d(x,y) la leemos distancia entre los puntos x y y.
El par (E, d), constituido por el conjunto E y una métrica definida
sobre E, se denomina espacio métri&o.
Conviene destacar de una vez que sobre un mismo conjunto E pueden,
en general, definirse métricas distintas, las cuales dan origen a espacios
métricos diferentes. Esto se verá en Jos ejemplos y ejercicios.
Las cuatro propiedades que posee una métrica constituyen un sistema
de axiomas consistentes, aunque éstos no son independientes. Mediant e una
sencilla verificación se comprueba que 2 y 4 implican 1 y 3 {ver ejercicio 1,
al final del capítulo ).
Un modelo intuitivo natural de espacio métrico es el plano geométrico,
en el cual interpretamos con facilidad las propiedades de la distancia. La
primera n05 dice que la distancia entre dos puntos es siempre un número
real positivo o cero; la segunda establece que la distancia es ce.ro si y sólo
si los puntos coinciden. La tercera propiedad simétrica indica que la dis·
tanda de x a y es igual a la de y a x. Finalmente, la cuarta propied ad nos
DEFINICIÓN Y C.UOS PABTICtiLABBS 17

dice que un lado de un triángulo nunca tiene longitud mayor que la suma
de las longitudes de Jos otros dos lados; de allí el nombre de desigualdad
triangular.
Si debilitamos 1& propiedad 2, escribiendo solamente vx EE : d(x~ x) ""O,
estamos permitiendo la posibilidad de que existan x, y EE con x =F y,
d(x, y) =O. Naturalmente que d no es ya una métrica y recibe el nombre
de seudométrica o écart, del francés. Su importancia en Topologia es con-
siderable, pero su estudio escapa al ámbito de esta obra. Un écart induce
una métrica, a través de una relaci6n de equivalencia. Véase el Ejercicio 4.
En el lema siguiente se establecen desigualdades que resultarán de
mucha utilidad y que son consecuencia directa de los axiomas defmitorios
de una métrica.
Lema l. En un espacio métrico (E, d) se verifica

vx,y,z,tEE: ld(x,y)-d(z,t)l < -d(x,z) + d(y,t).


En particular:

Vx,y,z EE: !d(x,z) -d(y,z)l < d(x,y) .


DEMOSTRACIÓN. Aplicamos dos veces la desigualdad triangular:

d(x,y) ::;d(x,z) +d(y,z) <d(x,z) +d(y,t) +d(z,t)


de donde

d(x,y)-d(z,t) < d(x,z) + d(y,t) (1)

Procediendo de manera similar:

d(z,t) < tl(z,x) + d(t,x) < d(x,z) + d(y,t) + d(x,y),


de donde
-d(x,z)-d(y,t) <d(x,y) -d(z,t) (2)

Las desigualdades (1) y (2) equivalen a:

id(x,y)-d(z,t)l <d(x,z) +d(y,t).



Pasamos a mostrar una variedad de ejemplos de espacios métricos par-
ticulares. Muchos de éstos tienen importancia considerable por sí mismos y
todos, vistos en conjunto, ponen de manifiesto la gran generalidad del con-
cepto. Cuando demostramos una propiedad para un espacio métrico abs-
18 ESP ACtOS .MÉTRICOS

tracto, ésta queda establecida automáticamente para una extraordinaria di-


versidad de espacios.

Ejemplo l. Sea E un conjunto cualquiera, no vaclo.


Defmamos la función
d:EXE-+R
talque: vx,yEE:
d(x,y) = 1, si x :::¡éy; d(x,y) =O si x "" y.

Se deja al lector la fácil comprobación de que tal función es una mé-


trica para E.
Al espacio métrico re.-ultante (E, d) se le Uama discreto. Aunque carece
de mayor interés, dada su evidente trivialidad, nos indica que todo conjunto
no vacío puede proveerse de una métrica. Por otra parte, los espacios dis-
cretos se emplean con frecuencia como contra-ejemplos.

Ejemplo 2. Consideremos el conjunto R de los números reales y la función


d(x,y) = lx-yj, V x , 7 ER.
Mediante rencilla aplicación de las propiedades del valor absoluto se
compnaeba. que d es una métrica. Esta confiere a R estructura de espacio
métrico, el cual se Uama usualmente la "recta real".
Son mucluu y muy diversas las métricas que pueden definirse para R. No
obstante, a menos que se exprese lo contrario, cuando ~ considere a R
como espacio métrico, se entenderá que la distancia es 1a definida arriba.

EJemplo 3. Sea V un espacio vectorial definido sobre el cuerpo R de los


n4meros reales.
Una ftMm4 en V es una función de V en R que posee las propiedades
aipientel (adoptaremos la notación llxll para indicar la imagen del vector
x, y la llamaremos nonna de x) :

l. V x E V : llxll > O.
2. llxll - O( } x = 8; donde 8 es el vector nulo en V, o elemento neu-
tro respecto a la suma en V.
S. V x E V, VA ER: IIA%11 l.\lllxll.
=
4. V X, Y E V : llx+yll < llxll + IIYII·
(deaigualdad triangular de la norma).

Intuitivamente podemos interpretar la norma como la longitud de vec-


tores, particularmente si pensamos en los vectores del plano o del espacio.
DEFINICIÓN Y CASOS PARTICULAa.ES 19

A1 par (V, JI JI), es decir, a un espacio vectorial provisto de una norma,


se le llama espacio normado.
Como es de suponer, un mismo espacio vectorial V sobre R puede, en
general, proveerse de diversas normas, dando origen a distintos espacios
normados.
Demostraremos que todo espacio normado es,::!Jletrlza__hle, es decir, puede
definirsele una métrica inducida por la nomia y así considerársele un espa-
cio métrico.
Definamos la función
d:VXV-+R
tal que
yx,yEV: d(x,y) =- JJx-yll.
Veamos que des una métrica para V. En efecto, la propiedad 1 de una
métrica se cumple trivialmente como consecuencia de la primera propiedad
de una norma. Además, si x = y, entonces

d(x,y) = llx-yll = 11-BII =O;


recíprocamente, si d(x,y) =O, entonces x-y- fJ, lo que implica x =y.
Por otra parte,

d(x,y) = JJx-yll = JJ( -1) (y-x)IJ = J-1 Jlh -xJJ -IIy.-xJJ =


1 d(y,x).

Finalmente,
V x, y,z E V:

d(x,y) ~ JJx-yJJ = ll<x-z) + (z-y)ll < llx-zll + JJz-yJJ =


= d(x,z) + á(z,y).

O sea que todo espacio normado puede considerarse como un espacio


métrico con la métrica definida en base a la norma de la manera descrita.
De aquí en adelante y cuando sea necesario trataremos a los espacios nor-
mados como métricos, entendiendo siempre la distancia como la inducida
por la norma.

Ejemplo 4. Sea V un espacio vectorial definido sobre el cuerpo R de los


números reales.
Un pro.ducto interior en V es una función de V X V en R con las propie-
1 dades siguientes (adoptaremos la notación xoy para indicar la imagen del
par (x,y) EV X V):
ESPACIOS MÉTRICOS
20
1. x E V, x =F 9 ) x. x >O (positivo definido).
2. yx, yEV:x .y=y•x (simetría).
3. yx,y,zEV, Va,f3ER: (ax+/3y) ,z = a(x.z) + f3 ( y . z)
(linealidad por la izquierda) .

Al par (V,.), es decir, a un espacio vectorial V sobre R junto con un


producto interior en V, se le llama espacio euclldeo.
De los tres axiomas definitorios del producto interior se deducen inme-
diatamente las siguientes propiedades:

vxEV:IJ . x= (OIJ) . x=O(IJ.x) -o.


En particular: IJ. (} ~ O.

Esto nos permite ampliar 1:

VxEV:x.x>O;x.x=O( )x=8.

La simetría y la linealidad por la izquierda nos proporcionan la linealidad


por la derecha:
yx,y,zEV, Va,f3ER:
x - (ay+ ,8z) = (ay+ ~z) • x -= cr(y • x) + fJ(z. x) =
~ a(X•Y) + /l(XoZ).

Una propiedad menos evidente es la importantisima desigualdad de


Schwarz. · ·
yx,yEV: lx ·YI < ~ ~
La demostración es breve. En efecto, si y .. 8 ambos miembros de la
desigualdad son O y ésta se cumple trivialmente. Supongamos que y =F (1,
con lo cual y. y > O. Tenemos entonces

V>.. ER : (x+ >..y) • (x+>..y) >O.


Aplicando las propiedades de linealidad, podemos desarrollar el producto
interior:

pero tal desigualdad es cierta para todo valor real de_>.., en particular para

X•'Y
)..= - - :
'Y•'Y
DEFINICIÓN Y CASOS PARTICULARES, 21

de donde

( ~ • , ) 1 < (~ . .\') o (y • )1) '


-
y extrayendo raíz cuadrada positiva a ambos miembros obtenemos la des-
igualdad de Schwarz.
Nos proponemos mostrar que todo espacio euclídeo (V, o) puede consi-
derarse como normado, definiendo la norma mediante el producto interior.
Sea, en efecto:

V x EV : llxll == ....¡x:x; (1)

lo cual tiene senticb sabiendo que x o x ~O. Veamos que se trata en ve.rdad
de una norma.
Las propiedades 1 y 2 de una norma (ejemplo 3) quedan satisfechas
trivialmente. Además,

V x E V, V), ER : IIAxll = V(")o.x) • (Ax) - V>..•(x • ~) =


= 1>-1 ..[X7X = J>..l llxll.
Por otra parte, haciendo uso de la desigualdad de Schwarz :

V x,yEV:
llx+yll' Q (x+y) . (x+y) = llxW + 2(x o y) + ll:vll• <
< llxll' + 2llxllll:vll + I.IYII" = <11-~11 + IIYII>"•
de donde

De manera que la definición ( 1) efectivamente proporciona una norma


en V. Siempre que se considere un espacio euclídeo como normado se en-
tenderá que la norma es ( 1) .
Refiriéndonos al ejemplo 3, podemos afirmar que todo espacio euclídeo
(V, • ) puede considerarse como métrico, tomando la métrica inducida por
la norma, la cual es, a su vez, inducida por el producto interior. En resu~
men, la métrica natural de un espacio euclídeo es :

v x, yEV: d (x, y) = V(x-y ) .(x-y) .


22 ESPACIOS MÉTRICOS

Ejemplo 5. Consideremos el conjunto Rn de todas las n-adas ordenadas


de números reales. Este es un espacio vectorial respecto a la ley de com-
posición in ter-n a :

y la ley de composición externa de conjunto de operadores R:

R" es, además, un espacio euclídeo con respecto al producto interior:

Se deja al lector la sencilla comprobación de que se trata efectivamente


de un producto interior.
En virtud de lo establecido en el ejemplo 4, R• puede considerarse como
espacio métrico con respecto a la métrica siguiente; ·

x = (x1 , Xt, • . • , x.), y = (y"'"' ... , y,.),

entonces,

luego
..
(x - y).(x-y) = ~ (x,-y¡) 2 ,
iat

de donde

(2)

Muchas métricas diferentes pueden definirse para R ", pero, a menos


que se indique lo contrario, siempre que le consideremos como espacio mé-
trico entenderemos que la métrica empleada es (2).
Obsérvese que si n = 1, la métrica para R, definida por (2), es exac-
tamente la descrita en el ejemplo. 2.

Ejemplo 6 . Sea A un conjunto cualquiera, no vacío. Diremos que una


función /, de A en R, es acotada si existe algún número real M > Otal que

vxEA: lf(x) l <M.


DEFINICIÓN Y CASOS PARTICULARES 23

Designemos por B(A) al conjunto de todas esas funciones.

V f,gEB(A ) , definamos la función

tal que
V x EA : (/- g) (x) =·f(x)- g(x).
Si
V x EA : if(x) j <M, lg(x) 1 <N,
entonces
vxE.A: j/(x)-g(x)j < lf(x)l + jg(x)I .<M +N,

lo cual indica que


f-gEB(A).

Consideremos ahora la función

d: B(A) X B(A) ~R,

tal que
Vf,gEB(A) :d(f,g) =supj/(x)-g{x)j .
•••
Tal extremo superior existe, ya que, como se vio arriba,

!f(x) -g(x)!

es un conjunto de números reales acotado superiormente.


Demostraremos que la función des una métrica en B(A):

V f,gEB(A), vx EA: 1/(x) -g(x}l >O,

lo cual implica
d(f, g) = ~p lf(x) -g(x ) l'> O.

Para f,gEB(A), f- g es equivalente a que

V x EA: f(x) = g(x),


es decir
lf(x)- g(x) 1 = O,
ESPACIOS JIBTJUCOS

lo que a su ve2: equivale a


d(f,g) -o.
Como

se deduce de inmediato que

d(f, g) - d(g, f).

Finalmente, si f,g,hEB(~). se verifica.

vxEA:
lf(x) - g(x)! ... l(f(x) - h (x)) 1+ h(x) -g(x)) 1 < V(x) -h(x)l +
+ lh(x) -g(x) l,
de donde, utilizando la definici6n de extremo superior

tl(f, g) < tl(f, h) + d(h, g).


De manera que (B(A), d) es un espacio métrico. :&te constituye a6lo
un ejemplo de una "clase de espacios métricos que, por su naturaleza, se les
llama espacios funcionales. Su importancia en topologia y análisis modernos
es considerable.

1.2. DISTANCA ENTRE CONJUNTOS

Sea (E, d) un espacio métrico. Fijemos arbitrariamente un punto xil EE


y un conjunto no vacío ACE.
Designemos por {d ( xG, x) }n..t al conjunto de números reales constituido
por las distancias de x 0 a todos los puntos de A. Ese conjunto está acotado
inieriormente por O, lo cual implica que admite extremo inferior no menor
que O.
Adoptemos la notación

d(x0 , A ) = inf (d(x0 , x)}•• A

Al número real d(x0 , .4) >O se le llama, por definición~ distancia de x0 al


conjunto A.
Es evidente que si~ EA, entonces d(x0 , A) = O; pero el recíproco no es
en general cierto. Puede suceder que d(x0 , A) ... O y x 0 fA. Por ejemplo,
DISTANCIA ENTRE CONJUNTOS 25

consideremos d espacio métrico R, la recta real, y tomemos un intervalo


abierto A = (a, b); es muy sencillo demostrar que d (a, A) - O, y sin
embargo, ~~A. .
Esta cuestión quedará definitivamente dilucidada más adelante.
Por comodidad definimos d(A, x0 ) = d(xo, A).
Tomemos ahora dos puntos Xo, ~ EE y A CE no vacío. Tenemos:

de donde
( l)

De manera totalmente análoga



(2)

De (l) y (2) deducimos:

lo cual es equivalente a:

Esta desigualdad tendrá significación más adelante.


Tomemos ahora dos conjuntos no vacíos A,BCE. Designemos por
{d(x, y) }..., 4 , 11c.a al conjunto de números reales constituido por todas las
distancias entre un punto de A y uno de B. Está claro que tal conjunto está
acotado inferionne:lte por O, por lo cual debe admitir extremo inferior no
menor que O. Expresemos

d(A,B) = inf {d(x,y) } ..eA> v•B·

Al número real d(A, B) > O Jo llamaremos distancia entre Jos conjuntos


A y B.
Si AnB ::;6 cf>, es inmediato que d(A,B) =O; pero de nuevo el recíproco
no es en general cierto: la distancia puede ser cero aunque los conjuntos sean
disjuntos. Un ejemplo sencillo de esta situación resulta si tomamos números
reales a < b < e; los intervalos A = (a, b), B = ( b, e) son evidentemente
disjuntos y, sin embargo, d(A, B) = O, como puede comprobar el lector
fácilmente. Volveremos sobre esto más adelante.
Por la simetría de la métrica d(A, B) = d(B, A).
El lema que sigue es de frecuente utilidad e intuitivamente satisfactorio.
26 ESPACIOS MÉTRICOS

Lema 1. Si A y B son conjuntos no vacíos en un espacio métrico (E, d),


se tiene:

d(A, B) = inf {d(x,.B ) }&.... = inf {d(y, A ) } 11.s.

D EMOSTRACIÓN. Demostraremos únicamente que

d(A, B) = inf {d(x, B) }.,...,

ya que la otra igualdad se prueba análogamente.


Tomemos un x EA genérico. Por definición de d(A, B):

d(A,B) <d(x,y),VyEB,

lo cual indica que d(A, B) es cota inferior del conjunto

(d(x,y) }.,.s,

luego
d(A,B) < d(x,B)
y como x EA es arbitrario, esta última desigualdad indica que d(A, B ) es
cota inferior del conjunto

{d(x, B ) }.,.....

Veamos qué es el máximo de las cotas inferiores. Con tal fin, tomemos un
e> O real y arbitrario. En virtud de la definición de d(A,B), existe un
x EA y un y EB tales que

d(x,y) < d(A,B) + t;


pero
d(x,B) < d(x,y),
o sea
d(x, B) < d(A, B) + e
para al~ún x EA.
De manera que

d(A, B) = inf{ d(x, B) }...,,¡.



ISOM ETa iA. 27

Conviene destacar que no es en general cierto que exista un y. E A tal


que
d(x0 , )'o) = d(x0 , A);

análogamente, tampoco es de esperar que existan x., EA, )'o EB con


.
d(xo.Yo) = d(A.B).

Volveremos sobre esto posteriormente.

1.3. ISOMETRIA

Supongamos que se ha establecido una correspondencia biunív~ entre


los puntos de dos espacios métricos y resulta ser, además, que la distancia
entre cualquier par de puntos del primer espacio es igual a la distancia en-
tre sus homólogos en el segundo. ¿En qué pueden diferir estos espacios? Sin
duda que la naturaleza especifica de los puntos en uno y otro puede ser muy
distinta; pero en su comportamiento como espacios métricos no puede se.ña-
larse diferencia alguna. En efecto, si hacemos caso omiso de la naturaleza
particular de los puntos, los espacios resultan idénticos, isomorfos o, para
darles el nombre acostumbrado, isométricos.
Espacios isométricos son pues idénticos como espacios métricos, com-
panen la misma e!tructura. Es un concepto análogo al isomorfismo entre
espacios vectoriales, entre grupos o arullos, etc. .
Expresemos formalmente la definición :
Un espacio métrico (E, d) es isométrica al (E', d') si existe una biyec-
ción:

tal que
V x,yEE:d(x,y) = d'(f(x),f(y )).

La isometría es una relación de equivalencia en la clase de los espacios


métricos. En efecto:
Reflexividad: (E, d) es isométrico con~igo mismo bajo la biyección idén-
tica: E~ E (trivial).
Simetría: Supongamos que (E, d) es isométr-ico al (E', d') bajo la bi-
yección:
f: E~ E'.
ESPAC IOS IIÉTaJ COS
28

Entonces ¡-t : El-+ E es una biyecci.6n y


yt),
vx•,yt EP: d (t1(x1 ), f-•(y' )) - d1 (fU-1( x1)1,J rt1(y1 )]) ... dl(xt,

lo cual implica que (El, d ) es isométrico al (E, d).


1

Transitividad: Sea (E, d, ) isométrico al (F, ds), bajo la biyecc


i6n f, y
(F, da) isométrico al (G, da), bajo la biyecci6n g. Entonces

g.f:E -+ G

es una biyecci6n tal que V x, y EE:

d,(x, y) = ~(f(x), f(y)) - d, (g[f(x )1 cU(y) ]) -


= d.(g. f(x), g.f(y )).
O sea que (E, dt) es isométrico al ( G', da).
Como ejemplo ilustrativo considérese el conju nto C de los números com-
plejos. Se comp rueba fácilmente que

d 1 (r,w) -lz- wl, yz,w EC,


o.
es una métrica para C, de mane ra que (C, d,) es un espacio métric
Consideremos, por otra parte, al espacio métrico R•, tal como se cons-
truy6 en el ejemplo 5 de 1.1.
Es inmediato verificar que la función
f: R'-+ C, talqu eV (a,b) ER1
f(a,b) =a+ bi,

es una biyección que establece una isometría entre los espacios R• y


C.

1.4 . SUBESPACIOS

Sea (E, d) un espacio métrico y F un subconjunto cualquiera, no


vacío
de E.
De(inamos la función
d': F X F-+ R
tal que
V x,y EF: d'(x,y ) = d (x,y).

F.
De inmediato se comprueba que d es una métrica para el conjunto
1

A d' suele Jlamársele métrica inducida en F por d y, por sencill


ez, se acos-
BJBRCICIOS 29

tumbra designar también por d sin peligro de confusión. Nótese que tJ1 no
es otra cosa que la restricción de d a F X F.
De manera que (F, d) es, a su vez, un espacio métrico y se le llama
subespado de (E, d) .
Se destaca que Fes cualquier subconjunto no vacio de E.

EJEIQCIO~

l. E es un conjunto no vaclo y d: E X E~ R una función que posee las


propiedades siguientes:

a) d(x,y)- O(=)x - y, para x,yEE.


b) yx,y,z EE : d (x,y) < d(x,z) + d(y,z).
Demostrar que d es una métrica sobre E.

2. Sea duna métrica sobre el conjunto E. Si V x, y EE: ds(x, y) - nún


{1, d(x, y)}, demuestre que dt es también una métrica sobre E.

3. Tomemos un número natural i entre 1 y n.


Definamos para x ... (xs, Xt, ••• , x.), y - (y11 )11> • • ·, y.) en R",

¿Qué propiedades de una métrica posee d?

4. Sea p un écart sobre un conjunto F. Para x, y EF definimos

x""" y{ } p(x,y) ... O.

a) Demostrar que ,..J es una relación de equivalencia sobre F.


b) Sean x - y, z "" ... Compruébese que

p(x, z) ... p(y, •).

(Verifique que el Lema 1 de 1.1 es válido para kart.s y apllquelo.)


e) Sea E = FJ.-- (conjunto cociente respecto "").
Para t, "1 E E cualesquiera, tomemos X E e. ,
E"' y definamos

d(E, '1) - p(x, y).

Demuestre que d es una métrica sobre E.


30 ESPACIOS MÉTRICOS

5. Sean dlJ d2, ... , dn métricas sobre un conjunto E .


..
Demostrar que d = ~ d, es una métrica para E.
i:l
..
(d se define como d(x, y) - ~ d; (x, y)).
hl

6. Si d es una métrica sobre E, definimos para x, y E E:

d(x,y)
d'(x,y) = 1 + d(x,y)

Demuéstrese que d' es una métrica sobre E.

7. Sean (E,, d 1 ), (Ez, d.) espacios métricos.


DemoStrar que para x = (x" Xz), y = (yh y 2} en E 1 X E2,

d(x,y) = máx {d,(x,,yl), d.2(xz,yz) },


d1 (x,y) = d~(x1,y1 ) + dz(x.,,y.),
d' 1 (x, y) = y dt (x11 y,) 2 + d.(x-:?, Y•) 2 ,

definen métricas para E, X &.

8. Sea {d,.J una sucesión de métricas, todas ellas sobre el mismo conjunto

E y d,.(x,y) < 1, V n EN, V x,yEE.


..
Demostrar que d = ~ d.¡2n es una métrica sobre E.
n;O

9. Sea E e! conjunto de todas las sucesiones reales {x,.} acotadas (Jx,.¡ <k,
para algún k> O).
Demostrar que d({x,.}, {y,.}) = sup lx~ -ynl
n
define una métrica d sobre E.

10. Sea S el conjunto de todas las sucesiones reales.


Demostrar que d ( {x,. }, { y,. } ) = ~
.w
1 lxn- Ynl
n=o ni 1 + lx.,-y.,l
define una métrica sobre S.

11. Sea C [a, b] el conjunto de todas las funciones continuas en el intervalo


cerrado [a, b] y de valores reales.
!
EJERCICIOS 31
Definimos:

· J"
d(tg} = 1/(x)-g(xl l
~
• 1 + lf(x) -g(x) l
para ¡, g E e [a, b].
Demostrar quedes una métrica para C[a, bJ.

12. Sean (E, d), (E', d1 ) espacios métricos.


Supongamos que existe una función

tal que
yx,yEE : d(x,y) = dl(f(x)',f(y)) .

Demostrar que (E, d) es isométrico con un subespacio de (E\ d').

1.


CAPITULO 11
Conjuntos abiertos·
y conjuntos
cerrados

2.1 . ESFERAS ABIERTAS,


CERRADAS Y SUPERFICIE ESFERICA

Sea (E, d) un espacio métrico cualquiera. Definiremos ciertos subcon-


juntos important~ de E.
Tomemos un punto a EE y un número real r >O. Se llama esfera abierta
de centro a y radio r al conjunto:

N(a; r) = {x EE 1 d(x, a) < r}.


Esfera abierta reducida de centro a y radio r es el conjunto:

N 1 (a; r) ~ ·{x EE 1O< d(x,a) < r};


nótese que no es otra cosa que N(a; r)- {a}.
!f!fera c,errada de centro a y radio r es el conjunto·

N(a; r ) = {xEE 1 d(x,a) ::;; r}.

Superficie esfbica de centro a y radio res el conjunto:

S(a;r) = {.!EE !d(a,x) =r}.


33
CONJlll 'fTOS ABIERT OS T CON.Jli NTÓS CEBilAD ÓS

Obsérve ae que tanto una esfera abierta como cerrada no puede ser un
conjunt o vacío, ya que al menos el centro pertenece a él. Una esfera abierta
reducida o una wperfic ie esférica puede, por otra parte, resultar un conjunt o
vaclo.
Como con&eCUencia inmediata de las definiciones, se deduce :

O<r,< r,. implica que N(a ; r,)CN( a;r.) . N(a;r1 )CN(a;r~).


N(a; r) CN(a; r ) , S(a; r ) CN(a; r), N(a; r ) nS{a; r ) =- <f., N(a; r) =
N(4¡ r) US (a; r), N(a ; r) - N (a; r) - S(a ; r) .

En el espacio métrico la recta real (Ejemp lo 2 de 1.1) , una esfera abierta


de centro a y radio r >O es el conjunt o de número s reales (puntos ) x, tales
que lx-al < r, es decir; d intervalo abierto (a-r, a+r); la esfera cerrada
dd mismo ceiltro y radio resulta &er el intervalo cerrado [a- r, a+ r].
La superficie esférica es el conjunt o constituido <micamente por el par
de puntQs a- r,a+r.
En d espacio métrico R' con su métrica definida en el Ejemplo 5 de
l j , una eafera abierta de centro a y radio r >O, representada geométrica-
mente, no es más que un círculo de centro a y .radio r, excluida la circunf e-
rencia. La esfera cerrada será el circulo completo y la superficie esférica s6lo
la circunferencia.
Efectuando una representaci6n geométrica análoga en d caso del espacio
métrico R', observamos que las esferas cerradas resultan ser esferas; las
abiertas, esferas también, excluida la superficie, y las superficies esféricas
coinciden con las geométric:u dd ~o nañbre .

2.2. /_CONJUNTOS AIIBTOS

Sea {E, d) un espacio métrico cualqui era y A un subconjunto de E.


Se dice que x EA es un punto interior de A si existe un número real
r>Ota lque
N(x; r) CA.

Al conjunt o
A- {xEA 1 ~, ea interior de A}

se le Dama inurior del &onj•mt o A.


En COJliCCUencia de ia definici ón tenemos que Á C.A.
A puede muy bien ser vado sin que lo sea A. Tal situació n es de mucho
inta-& f 'Volveremos sobre eDa más adelante.
CONJUNTOS ..UJIB&TOS 35

Decimos que el conjunto A es abúrto si Á = A, es decir, si todo punto


de Á es interior.
El conjunto E es abierto trivialmente, lo mismo que el conjunto vacío
<f» (¿qué punto de <f» no es interior?).

Teorema J. Toda esfera abierta es un COBjunto abierto.


DEMOSTRACIÓN. Sea la esfera abierta N (a; f) y x EN (a; r) un punto cual-
quiera de eUa. Nos proponemos demostrar que x es interior a la caCera.
Consid~os el número real

r1 - r-d(a,x) >O
y la esfera abierta N(x; r.). DemOitremos que N(x; r.) CN(a; r ).

V y EN(x; r1) :d(x, y) < r11 es decir,

d(x, :y) < r-d(a, x),


o sea
d(x, y) + d(a, .~) < r,
pero
d(a,y) ~ d(x,y) + d(4,x),
de donde
d(o, y) < r,
lo cual implica
y EN(a;r).

Fipra l. Ilwtración en Ir de '- dem01trati6n del Teorema 1 de 2.2.


CON.J 11NTO S ABIE RTOS Y CONJ UNTO S CERR ADOS
36
.
or de B,
Sea .A CB. Es inme diato que todo punto interior de .A es interi
es decir,
. .
.ACB

inclusión, pre-
Esto nos permite toma r interioTes a ambos miembros de una
servándose el sentido de ésta.
to, es
Teor ema 2. Para todo conjunto .A en (E, d), A es un conju nto abier
decir A- A.

DEMO STRA CIÓN. Si A - 4>, sabem.os que es abierto. Supongamos que no


a A.
es vacío y tomemos un x EA; demostremos que x es interi or
x EA implica la existencia de un r >O tal que
N(x; r)CA ;
to, de mane ra
pero en virtu d del Teore ma 1, N(x; r) es un conju nto abier
obtenemos:
que, toma ndo interiores a ambos miembros de la inclusión,
N(x; r) CA;

o sea que x es punto interior de A y éste es un conju nto abier


to. e
Supongamos ahora que ec.A y e es abien o.
teniendo en
Toma ndo interiores a ambos miembros de esta inclusión y
e
cuent a qu.e coincide con su interior, obtenemos: .

ceA .
do que A
Este resultado lo podemos interp retar figurativamente dicien
es el "máx imo conju nto abierto contenido en .4".
cualquiera
Obtengamos otra caracterización del interi or de un conju nto
.A : Sea la familia
F = {BCA 1B es abierto}.

(F no es vacía, ya que al menos 4> EF).


Demostremos que
A= UB.
B•l'

En efecto,
V B EF : BCA y Bes abierto, lo cual implica
BCA ,
CONJUNTOS ABIERTOS 37

de donde

UBCA.

Reciprocamente, como A es abierto y está contenido en A, entonces


-
A EF; luego, A e UB.
B<P

En resumen, A es la unión de todos los conjuntos abiertos contenidos


en A.
Los dos teoremas siguientes, no obstante sus muy sencillas demostraciones,
son de extraordinaria trascendencia al permitirnos operar con abiertos en
forma conjuntista.

Teorema 3. La unión en una familia cualquiera de conjuntos abiertos es


un conjunto abierto.

DEMOSTRACIÓN. Sea F la familia de conjuntos abiertos y

S= UA.
A•F

Demostremos que S es abierto.


Si x ES, entonces x EA para algún A EF; pero A es abierto, luego existe
un número real r > O tal que

N(x; r) CA.

Por otra parte, A es, lo cual implica N(x; r) es, o sea que X es interior a
S y S es por tanto abierto. e
Teorema 4. La intersección de un número finito de conjuntos abiertos es
un conjunto abierto.

DEMOSTRACIÓN. Sea.n los conjuntos abiertos At, A1, ... , A,. y

T "
=nA~.
kol

Demostremos que T es abierto. Supongamos que T =1= <f>, ya que de Jo con-


trario el teorema estaría demostrado.
38

Si ;e ET, entonces ;e EA• (pa ra k= 1, 2,


.. ·, n) y como A,. es abierto,
'• tales que
existen núm ero . reales positivos rh rt, · · .,

N(x ; r,.) CA,. (pa ra k "" 1, 2, . . ., n) .

par a cad a k, lo cual implica


Sea r - min { r 11 r 2, ••• , r ,.} ; luego, r < r,,
, n.
N(x ; r) CN (;c; r,.) para 1:. - 1, 2, 3, ...
Pero entonces
N(x ; r) CA,. (k "" 1, 2, .. ., n),

de donde
N(; c; r) CT . •
de abiertos siempre resu ltan ser
El Teo rem a 3 nos indica que las uniones
Teo rem a 4- nos dice lo mismo con
conjuntos de abiertos. Por otra par te, el
ricción de que los intenecandos
respecto a intersecciones; pero con la rest
deben ser en núm ero finito.
de un número infinito de
No puede garantizarse que la intersección
la recta real (Eje mpl o 2 de 1.1)
abiertos 5ea un abierto. Por ejemplo, en
rto, ob5ervaci6n que vale la pena
todo intervalo abierto es un conjunto abie
mC!S el intervalo abierto (a, b).
destacar. En efecto, sea a < b y conaidere
El lector comprobará :

(a,b ) = (xE R! a< x< b}" " { xE Rt 1x - -2-


a+bl <b-2a} ;
es otra cosa que
pero el último conjunto de la derecha no

a+ b b-a)'
N( 2 ' 2

y sabemos que toda esfera abie rta


es un abierto. Per o volvamos a nuestro
ejemplo. Consideremos la familia de infinitos abiertos constituida por los

intervalos ( - ~·~)para todo n natu ral mayor que cero. La intersec


ción
l no es
en esa familia es el conjun to {O} constituido por un solo punto, el cua
abierto en R.
sucede al tom ar el interior de
El teorema que sigue nos indica lo que
una unión y el de una intersección.
5. Si A y B son con junt os cualesquier
a en un espacio métrico,
Teo rem G
entonces
CON,JONTOS A.BI&ATOS

.. • ..~
A UBCAUB, AnB -
~

An.B.

DeMosTRACIÓN. Tenemoe que ACA y BCB, de donde

iu.BcA.uB y ln.EicAnB;
pero en virtud de los Teoranu 3 y 4, ÁUB y ÁnB 100 abierto~, lo cual
implica:

. . •
..............
AUBCAUB y A n Bc.&nB
. . ...-....

(1)

Por otra parte, AnBCA y AnBcB, de donde tomando interiores

~
• . • .
AnBCA. y AnBCB;
.,....--...._,

luego,

.....-...
AnBcAnB,
. .
y, considerando esta última inclusión junto con la ( 1 ) , COilcluimoa:

.AnB.-. AnB..
.....-...

Ambos resultados establecidos en el teorema pn:cedente pueden, por
aupuesto, extenderse a un número fmito de conjuntos por inducción.
. . .
.....-...
A U B pueden muy bien no coincidir con A U B. Por ejemplo, conlidere-
mos en la recta n:alloa conjuntos

R-={x ER i x <O}, R•- (xERix~O};

ea evidente que .R-UR•- R, el cual es abierto y coincide por tanto con su


interior, es decir

Por otra parte, ae comprueba fácilmente que


40 CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CERRADOS

• •
R- - R- y R+ = {x ER 1x > 0},
de donde
• •
R-UR+ = R- {0}.

2 .3 . ENTORNOS Y PUNTOS DE ACUMULACION

Sea (E, d) un espacio métrico cualquiera y a EE.


Se llama ,entorno del punt11 a a todo conjunto abierto que lo contenga.
Así, en particular, una esfera abierta de centro a y cualquiera radio r e¡
un entorno de a. Obsérve¡e, por otra parte, que todo entorno de a con-
tiene una esfera abierta de centro a, ya que a pertenece al entorno y es, por
tanto, punto interior de ~te.
Un conjunto abier!Q es un entorno de cualquiera de sus puntos.
Es consecuencia de los Teoremas 3 y 4 de 2.2 que la unión en una familia
cualquiera de entornos de un mismo punto es un entorno de ese punto; y
que la intersección de un número finito de entornos de un mismo punto
es también un entorno de éste.
El concepto de entorno está motivado por la idea intuitiva de cercanía
o proximidad al punto en cuestión.
Esa noción y, por consiguiente, su definición precisa como entorno,
constituye una de las ideas fundamentales sobre la cual se apoya el Análisis
y la Topología. Conceptos como el de limite, continuidad, derivada Y. otros
tienen allí su origen. No obstante la aparente sencillez de la definición de
entorno, su importancia no puede exagerarse; es la sintesis extraordinaria
de casi tres siglos de maduración y decantación realizadas por varias gene-
raciones- de matemáticos ilustres. La vaga noción del "infinitamente peque-
ño", de Newton y Leibnitz enOJentra su expresión racional y precisa.
Siguiendo la corriente de estas ideas pasamos a formular el concepto
crucial de punto de ,!lCU~~ de un conjunto. Como su nombre lo indica,
es3 n pun!o ;Ure~edor del cual ~ acUI~ulan, se concentr-ªJ!, los puntos...del
conjunto, de forma tal que, por "pequeño" que sea el entorno, siempre los
hallaremos en él. •
A es un conjunto en el espacio métrico (E, d) y x EE. Se dice que x es
un punto de acumulación del conjunto A. Si todo entorno de x contiene
puntos de A distintos de x. Es decir: Para todo entorno S de x se cumple

(S- {x}) nA =r!= ~-

{Al entorno S, desprovisto de x, suele llamarse entorno reducido.)


ENTORNOS Y PUNTOS DB ACUMULACIÓN 41

Puede muy bien suceder que el conjunto A no admita ningún punto


de acumulación, así como admitir muchos.
Nótese que no se exige, en la definición, que x EA, pero puede suceder.
Si x EA, pero no es punto de acumulación de A, recibe el nombre de
punto aislado de A. Esto quiere decir que existe algún entorno de x que
no contiene puntos de A, aparte de él mismo.
Se comprueba fácilmente que en la recta real el conjunto

{1, t. f, t . ... }

posee un único punto de acumulacjón que es el cero, el cual no pertenece


al conjunto. Todos los elementos del conjunto son aislados.
En el mismo espacio, todo x E R es punto de acumulación del conjunto
Q de los números racionales.
Si A es un conjunto en (E, d) y x EE es tal que para todo nú.mero real
r > 0:

entonces x es punto de acumulación de A. En efecto, sea S un entorno cual-


quiera de x. Como x ES y S es abierto, e,dste un r > O tal que

N(x; r) es,
lo cual implica
Nl(x¡r) eS-{x},
de donde
4> =1= AnN1 (x; r) e (S- {x}) nA
El recíproco de este resultado es, por supuesto, cierto, ya que una esfera
abierta de centro x es un entorno de x.
,..Al conjunto de todos los puntos de acumulación de un conjunto A se
llama ccmjunto derivado de A y se designa por A'.
En general, A' puede contener desde ninguno hasta inJinitos puntos y
su relación con A puede ser cualquiera: coincidir con él, contenerlo, estar
contenido en él, ser disjunto o ninguna de estas cosas. Algunos de estos casos
dan origen a diversos tipos de conjuntos de gran importancia, como veremos
más adelante.
El teorema que sigue es bastante evidente desde un punto de vista in-
tuitivo.
Teorema l. Sea x un punto de acumulación de un conjunto A. Si S es
un entorno cualquiera de ,'{, el conjunto
ADOS
CON .JUN TOS A.BIBBTOS Y CON .JUN TOS C&BB

(S-{ x}) nA
contiene infinitos punt os.

DEMO STIW JIÓN. Supongam03, al contl'ar!o, que

(S-{ x)) n..t - {x,,~, ... ,x.) .

Designemos por
'" .. d (x, xr.) > O (k- 1, 2, ... , n).

Por otra parte , como S es abierto y contiene a x, exist


e un r0 > O tal que

N(x; r 0 ) CS.

Sea ahor a
r ~ m.ín {1'0 , r11 r~, · · ., r.}.

Entonces
N 1 (x; r) n..t = .¡.,

ya que
N'(x ; r) CS- {x}

la bip6tesis de que x
y no contiene ning uno de los X¡. Pero esto contradice
es punt o de acumulación de .d.
e
teng a la posibili-
De este teorema se deduce que para que un conju nto
ito; dicho de otJa
dad de admi tir puntos de acumulación debe ser infin
ón, es infinito. Ex-
mane ra, si un..conjunto a¿mi te algún punt o de acumulaci
nto finito no admite
presado una vez más en form a equivalente, un conju
puntos de acumulación.
rarse que ad-
Recíprocamente, si un conju nto es infinito no puede asegu
N de los números
mita punt os de acumulación. Por ejemplo, el conju nto
ón en R . No obs-
naturales es infinito pero no admi te punt os de acumulaci
de dimensión finita,
tante, en R" o, más general, en todo espacio norm ado
adicional (acotados)
conju ntos infinitos que satisfagan una d~bil hipótesis
teorema de Bolzano.
si admiten puntos de acumulación. Este es el famoso
no es válido en un
Wcierstrass que ce verá más adela nte; desgraciadamente,
espacio métrico cualquiera.
d), conaidere-
Por último, volviendo a un espacio métrico general (E,
mos en él los conjunt03
COl'fJtJNTOS CBKBA.DOS

ACB.

Es evidente, teniendo en cuenta la definición, que todo punto de acumula-


ción de A lo es tambibl de B, es decir,

A.'CB'.

F.tte sencillo resultado nos permite tomar derivados a ambos miembros de


una inclusión, preservándose el sentido de ésta.

Sea (E, d) un espacio métrico cualquiera y A un subconjunto de E. Si

A' CA,

es decir, si A contiene todos IUI puntos de acumulación , decimos que A es


un conjunto cerrado. -
Si A no admite puntos de acumulación , es decir A.' - .¡,, A es cerrado,
ya que siempre A' CA. En particula.r, el conjunto vacío ., y cualquier con-
junto constituido por un número infinito de puntos son conjuntos cerrados.
El conjunto E es también cerrado trivialmente.
Nótese pues que tanto ., como E son conjuntos abier tos y cerrados a la
vez. Resulta oportuno llamar la atención del lector sobre el hecho de que
conjunto cerrado no se ha definido como ~uel que no es abierto, ni vice-
versa. Esto admite la posibilidad de que algún conjunto sea abierto y cerrado,
que sea una de las dos cosas o, como es el caso más frecuente, ni una ni
otra. La existencia de conjuntos abiertos y cerrados a la vez es particular-
mente interesante y será estudiada a fondo cuando tratemos conjuntos
conexos.
Puede suceder que A' ~ A, es decir, que A sea cerrado y que todos sus
puntos sean de acumulación. Un conjunto con esa propiedad se dice que es
perfecto. Poseen propiedades interesantes, pero son poco frecuentes. Un
ejemplo clásico de conjunto perfecto es un intervalo cerrado (de más de
un punto) en la recta real (veriñquese) , así como tambi~n todo el conjunto R.
Dado el conjunto A en un espacio métrico (E, d) , al conjunto

A- A UA'

o sea la uruon de A con todos sus puntos de acumulación , se le Uama


clausura de A y sus elementos reciben el nombre de puntos de adherencUr.
de A.
CONJUNTOS ABIERTOS Y CONJUNTOS CBIUlADÓS

En seguida se observa que

A'CA (=)A- AUA'- A.

es decir, un conjunto es cerrado si, y sólo si, coincide con su clausura.


En general tendremos que

ACA y A'CA,

en virtud de la definición de A.
Supongamos que se tiene
ACB,

sabemos que implica A'CB'; pero entonces, de ACB y A'CB' obtenemos:

ÁCB.

Este resultado nos permite "clausurar" ambos miembros de una inclusión,


preservándose su sentido. Puede darse el caso, no obstante, de que una in-
clusión propia se convierta en igualdad al clausurar. Por ejemplo,

(a, b) e [a, b)
en la recta real.
Teorema 1. Para todo conjunto A en un espacio métrico se verifica:

(A)'= A'.

DEMOSTRAct6N . Sabemos que A CA, y como al tomar derivados se pre~


serva el sentido de la inclusión :

A'C (A)'. (1)

Podemos suponer que (A)' ::f: .¡., ya que de lo contrario, la tesis del teorema
sería cierta trivialmente. Tomemos entonces un x E (A)' cualquiera y veamos
que x EA'. En efecto, sea S un entorno de x. S contiene infinitos puntos de
A (Teorema 1 de 2.3), es decir, infinitos puntos de AUA', y por cada

yESnA',

S es también un entorno de y, pero y E A', de manera que S contiene infi-


nitos puntos de A'.
CONJ'liNTOS CERRADOS 45

En resumen, S contiene infinitos puntos de Á en todo caso, lo cual


implica que x EA'.
Hemos demostrado que
(.A)'CA',

que tomado junto con ( 1) demuestra el teorema.



Corolario 1'. Para todo conjunto A en un espacio métrico,

A' y A son conju~tos cerrados.

DEMOSTRACIÓN. Aplicando el teorema tenémos:

(.A)' = A' CA,


o sea que A es cerrado.
Tomando derivados a ambos miembros de la inclusión

A' CA

y aplicando de nuevo el teorema:

(A')' C(.A)' = A'

indicando que A' es cerrado.



Supongamos que A CB y B es un conjunto cerrado. Clausurando ambos
miembros de esta inclusión y teniendo en cuenta que B coincide con su clau-
sura, obtenemos:
.ACB.

Esto lo podemos interpretar figurativamente diciendo que "el mínimo con-


junto cerrado que contiene a A es su clausura".
Podemos obtener otra caracterización interesante de la clausura: Sea
la familia
F = (ACBIB es cerrado},

(F no es vacia, ya que al menos E E F).


Demostremos que
A ... nB.
B•r
CONSUNTOS A&IB&TOS T CON.JllNTOS CB&&ADÓS

En efecto,
y B E F : A C B y B es cerrado, lo cual implica
ÁCB,
de donde
ÁC n B,
..,
Por otra parte, Á es cerrado y A C Á, Juego Á EF, ·entonces

nBCÁ.
"''
En resumen, A es la intenección de todos los conjuntos cerrados que
contienen a ..t.
A los elementos de Á los hemos llamado puntos de adherencia de A. El
siguiente teorema nos pro~rciona dos útiles caracterizaciones de ellos.

Teorema 2. Para un conjunio A, de clausura no vacla, las siguientes pro-


posiciones son equivalentes :

a) x EA,
b} d (x,A ) -O,
e} Para t.odo en tomo S de X : sn A =fo .¡..
. .
DEJotOSTRACIÓN (a ) b) . Sea pues xEÁ - AUA'. Si xEA es evidente
que d(x,A ) =O. Supongamos que xEA' y tomemos un número real cual-
quiera a> O. Como N(x ; a} es un entorno de x, por def"mición' de punto
de acumulación se verifica

AnN' (x; •) #- 4>,

es decir, existe algún y EA con d(x, y) <


~. O sea que t >O no es cota
inferior del ronjunto {d(x,y) ),.". Necesariamente J(x, A ) - O.
(b=}c). Tenemos que J(x, A. ) .... O. Sea S un entorno cualquiera de
x. Como S es abierto y contiene a x, existe un número real r > O tal que

N(x¡ r) C S.

Pero r >O"" d(x,A. ), luego r no es cota inferior del conjunto .{d(x, y)}""'
lo cual implica que .d(x,y) < r, para algún y EA. Es decir, existe algún
,.. EA tal que y EN(x ; r) . O sea que
CON,JUNTOS CKaaADOS 4.7

+=;¡é:AnN(x ; r ) CSn..4
(&-}a ) Sn..4 :F+ para todo entorno S de x.
Si x EA, entonces x E .A. En caso de que x EA, la hipótesis implica que
x es punto de acumu.laci6n de .d, es decir x €.d~ y también en este caso
xE.A. e
No debe confundi~ la proposici6n (e) del teorema con la definición de
punto de acumulación. La diferencia esencial radica en que no se toma el
entorno reducido para intercectarlo con .d. Nótese que un punto aislado
de .d es también punto de adherencia.
El siguiente teorema establece una importantísima relación entre con-
juntos abiertos y cerrados: Si .d es abierto (cerrado) su complemento es
cerrado (abierto) . Puede vene como una caracterización de cerrados en
términos de abiertos, que muy bien ha podido tomarse como definici.ó n
de cerrado, tal como ae hace en topología general.

TeoremG 3. Un conjunto .den un espacio métrico (B,d) es cerrado si, ,y
sólo si E- .d es abierto. · ' · · .

DEwOsTIIACIÓN. Supongamos que .d es cerrado y demostremos que E- .d es


abierto. Si E-A. es vacío, sabemos que es abierto; consideremos pues que
E-.d=F+ y tomemos un xEE-A.. Como .d contiene todos sus puntos de
acumulaci6n por :;er cerrado, y x f.d, x no es punto de ac:utl\ulación de A .
Debe entonces existir algún r > O tal que

AnN(x; r) - .;,
'
lo cual implica CJ'Je N(x; r) CE-A, o. sea que x es punto interior de E - .d
y éste es abierto. ·
Reciprocamentc, supongamos que E- .d es abierto y demostremos que .d.
es cerrado. Si E - ..4 es vaclo resulta que .d - ~. que sabemos es cerrado.
Consideremos pues E - A + +' y tomemos un xEE- ..4. Existe .un r > O
tal que N (x ; r) CE- .d., lo cual implica que ..tnN(x ; r ) - .;. Esto quiere
decir que si un punto no pertenece a .d, entonces no es de acumulación de ..4,
o 1ea que ..4 debe contener todos sus puntos de acumulación (aunque no
exiatan) y es cerrado. e

Corolario ~- .d. ,es abierto si y t6lo si E- A es cerrado.

DBHOSTJI.AClÓN. Si .des abierto, como .d ""E- (E-A), entonces E-.d es


cerrado en virtud del teorema:. ·
CON .JUNTOS ABIERTOS Y CON.J1JNT OS CERRADOS

Reclprocam.ente, si E-A es cerrado, el teorema nos dice que

E- (E-A) .. A es abierto. •
El teorema siguiente nos indica qué sucede cuando se unen o se inter-
sectan conjuntos cerrados. Compárese con los teoremas 3 y 4 de 2.2.

Teorema 4 .
1) La unión de número finito de cerrado.s es un conjunto cerrado.
2) La intenecci6n en una fami1ia cualquiua de cerrados es un conjunto
cerrado.

D.&WOSTllACIÓN.

1) Sean los conjuntot cerrados Al> Áa, .. •, A. y designemos por


.
s- uA•.
hl

Demostremos que S es cerrado. Haciendo uso de las fórmulas de De Margan


podemos escribir
E-S ... n" (E-Aa,);
hl

pero E- A11 (k - 1, 2, . .. , n) es abierto por ser A 11 (k - 1, 2, ... , n) cena-


do (Teorema 3), lo cual implica, en virtud del Teorema 4 de 2.2, que la
intersección de todos ellas, es decir E-S, es conjunto abierto.
El teorema 3 nos dice que S es cerrado.
2) Sea F una familia de conjuntos cerrados y designemos por

T ~nA.
A..,

Demostremos que T es cerrado. Aplicando de nuevo las fórmulas de De


Morgan, expresamos:
E - T- U(E-A) .
,..,
Pero los E-A, V A EF, comtituyen una familia de conjuntos abiertos (Teo-
rema 3), lo cual implica, por el Teorema 3 de 2.2, que la unión de todos
ellos, es decir E-T, es un conjunto abierto. Una vez más el T eorema 3 nos
indica que T es cerrado. e
Corolario 4'. Sean loa conjuntos A y B en el espacio ~ (E, d). Se
verifica:

A abierto y B cerrado ) A-B abierto,


A cerrado y B abierto ) A-B cerrado.

DEKOSTRACIÓN. A-B- (E-B) nA. •


Veamoa que una eafera cerrada, al igual que la abierta, DO CODtradice
su nombre.

Teorema S. Toda esfera cerrada, ul como toda IUperficie esf&ica, es un


conjunto cerrado.

I>EKosTRACIÓN. Sea la esfera cerrada N(a; r) en un apac:io métrico (E. d)


y demoatrem~ que el coojunto

E-R(a;r)
ea abierto.
Tomemos un x EE-Ñ(a; r), lo cual es equivalente a que

,,d(a, .1) > r..


Sea r 1 - d (a, .1) -r >O y veamoe que
N(x; r 1 ) cE-R(a; r) .

En efecto, si
)' EN(x; r~),
entonces

ea decir,
(1)
Por otra parte, , r
(2)
Sumando (1) y (2 ) :
d(a,y) > r,
50 CON .JUNT OS A.BO:R TOS Y CON .JUNT OS CBRRA .OOS

lo que equivale a
)' fÑ(a ; r),
es decir
y EE-N (a;r) .
Tenemos pues que x es punto interior de E-Ñ (a; r) y ~e et abiert
o. En
virtud del Teore ma 3, N (a; r ) es cerrad o.
o,
Para demostrar que la supe:ficie esfúic a S (a; r ) es un conju nto cerrad
basta con aplicar el Corolario 4', sabiendo que

S (a; r) - N (a; r) -N( a; r). •

FJcwa 2. Uuatraci6n en R' de la demottraci6n del Teorema 5.

r)
En un espacio métrico (E, d) consideremos Wlll esfera abierta N (a;
'f la cerrada del lllÍimo ~lltJO y radio Ñ (a; r) . Sabemot que

N (a ; r) CÑ(a ; r).
a que
ClaUIW'aDdo amboa miembros de esa inclllli6n y teniendo en cuent
emos:
la clausura de la esfera cerrada cai.ncide con &ta por ser cerrad a, obten

N(a; r) CÑ(a ; r).

decir, la
Convi ene deatacat que, en general, esa inclusión es propi a; es
cerrad a
clausura de la esfera abierta no es neasa riame nte igual a la esfera
ele mbmo centro y radio. Por ejemplo, .ea (E, d) un espacio métrico dis-
creto (Ejem plo 1 de 1.1 ) de más de un punto y tomemos
x EE. Tenemos
que
CON.JllNTOS CEil&.\DOS 51

de donde
N(x; 1) = {x},
en cambio
N(x; 1) ... E.

No obstante, en muchos espacios particulares la clausura de la esfera


abierta si coincide con la cerrada. Demuestre el lector que esto sucede
siempre en R•.
El siguiente reaultado nos indica lo que sucede al clausurar una uni6n
y una intersección. Compárese con el Teorema 5 de 2.2.

~eorema 6. Si A y B son conjuntoS cualesquiera en un espacio m6trico,


entonces

ACA y BCB
implican
AnBcin.B y .A UBcluii;

pero teniendo en cuenta que las clausuras son conjuntos cerrados (Coro-
lario 1') y el Teorema 4, los conjuntos An.B y .lu.B son cerrados; de ma-
nera que, clau.Nrando ambos miembros de las inclusio.nes anteriores, ob-
tenemos:
AnBc..in.B, .AUBCAUB (.t)

Por otra parte, clausurando en

.ACAUB y BCAUB,
resulta

de donde

que, junto con ( 1) implica


COI'f.JVMTGe ül&llTGe Y COI'f.J1JI'fToe C:U••WO'I

La clausura de la intenecci6n no a igual, en general, a la intenecci6n


de lu claUIW'al. Por ejemplo, en la recta real consideremos Jos intervalos
abiertos .A - (a, 6), B - (b, t:), para 4 < b < e. Se comprueba con faci-
lidad que
..tnB- ~ y ins .. {b}.
Ambas relaeiooes establecida en el Teo%Clla 6 pueden extendone, apli-
eaado el priDcipio de inducción, a cualquier número finito de conjuntos.
Son muy 6tila b resu1tados que establece el próximo teorema, adernáa
de relacionat, en forma interesante, al interior y la clausura.
.
T4!9,PJIIG 1. Para todo conjunto .A de un etpacio ~trico eualquiera
(E, d) 1e w.rifica:

...--..
E- .A- E-.1, E-A- E-.A.

DuloaTRAOIÓN. Tomando complementos a ambcw. miembros de las inclu-

.tiCA, ÁCÁ

E-ACE-A, E-ACE-A;
.
pero E-~ a cerrado (Corolario 8') y E-A es abierto (Teorema S), de
menen que. tomando interioru en la tegunda incluai6n y clausurando la
ptlwra, readta;

B-ACE-A, E-ACE-Jt. ---



(1)

Por otra parte, tenemoa

---

E - .ACE-.A, E-.ACE-.A,

y tomando complemento en amhu,


...--..
E- (E-.A) CA, .A CE- (E- .A);

- •
.....--.. .
pero E- (E-A) es abierto y E- (E-A) es ~o, o sea que á tomamos
interiores en la primera incl~6n y clausuramos la segunda, obtenemos


E- (B-A) C.d,
....-...

A cE- (E-A),

y complementando de nuevo
.
_.......
E-JfCE-A, E-ACE-A,

laa cuales, junto coo ( 1), coocluyen la dCUJo:~traclón.



2.5. FIIOHTEIA Y 10101

Procedemos a definir un coooepto de gJ'lUl utilidad y que facilita nota-


b~ente la visi6n intuitiva de muchu situaciones.
Sea A un conjunto cualquiera en un espacio ~Mtrico (E, 4) _ T.Jamamos
fronurtt de A al conjunto

p(.t) - AO(E-A).

Antes de aventurar interpretaciones intuitivas sobre esta n11eva nod6n, con-


viene listar un conjunto de propiedades de Ja froDiera que se derivan de
manera más o menos inmediata de la definición.

F1) ,S (A ) a un conjunto cerrado.(~ del Corolario 1' y los


Teoremas 4 y 3 de 2.4.)
F,) /3_{.4.) - /3 (-E- A) .
P.) Si f3(A ) ::p.,las tres propiedades siguientes IOD eq\&Ívalentes (Teo-
rema 2 de 2.4):

a) x EP(A),
b) d(x,A)- d(x,E-.4.) -o,
e) S nA =F+.
sn (E-A) :p.¡,, para todo entomo S de X

F,) f3 (A) = A-.d. Aplicando el Teorema 7 de 2.4 :

An(E-A} -An(E-Jf ) ... A-A

F1 ) A= AU,B(..t). En efecto, .teA y p(A ) CA implican AU,B(.A) C.l.


Por otra parte, por F,:

A - AU(A- Jf) - .AU/3(A)C.AU/3(A) .


CONJUNT~ ABIERTOS l' CONJUNTOS CE~

F.) A cerrado (=} fJ(A) CA. fJ(A) CA como consecuencia de la de-


finición de frontera, Juego, si A es cerrado, entonces A = A. R.ec:í-
procamente si fJ(A}CA, entonces, por F.: A - AUfJ(A) =A.
F,) .A abierto(: ) .Anp(A) = t/1. Sí A es abierto, entonces A= A~. f01
cual implica, por F,, An{J(A} =An(A-A} ... tf>.
Reclprocamente, si .Anp(A) ""t/>, entonces An(A-A) =<J>, Jo cuaJ,
implica A CA, es decir A - A y A es abierto.

La frontera de un conjunto no vacío puede muy bien resultar vacla. Por


ejemplo, sea (E, d) un espacio métrico discreto (Ejemplo 1 de 1.1} y tome-·
mos x EE. Se comprueba fácilmente que el conjunto {x} y.su complemento.
son cerrados, Jo cual implica

W "" {.z}, E- {.z} =E- {x},

de donde fJ ( {x}) = +· Este mismo espacio descarta la posibiliGad de qua::


la superficie esférica sea siempre la frontera de la abierta y la ~Qa dd
mismo centro y radio. En efecto, N(x; 1} - {x}, cuya ÍfOII.-tera es ~ vacla,
como hemos visto. Sin embargo, S(x; 1} ... E-{x}.
La existencia de conjuntos de frontera vada quedará dilucidada más
adelante, cuando tratemos conectividad.
Nótese que, en cualquier espacio métrico (E, d) :

fJ (t/l) = t/1, fJ(E) = .p.


También puede suceder que la frontera de wÍ subconjunto propio del
espacio sea todo el espacio. Por ejemplo, si Q es el conjunto de los números.
racionales en la recta real fJ(Q) = R.
A pesar de estos ejemplos patológicos, nos atrevemos a dar algunas inter-
pretaciones intuitivas, con b. poca confiabilidad que ellas merecen; pero
contando con la benevolencia del lecto.r .
Podemos pensar que cualquier conjunto de un espacio métrico esta limi-
tado (de su complemento) por una concha o cáscara que C!J'I frontera. Lo
que se encuentra dentro de la cáscara es el interior del conjunto (F4 }; y el
conjunto con toda la cáscara es la clausura (Fa). Si el conjunto no incluye
nada de la frontera es abierto (F,), y si la incluye toda es cerrado (Fe). En
caso de incluir sólo una parte de la concha, el conjunto no es abierto ni
cerrado.
Debemos insistir en que tales interpretaciones son excesivamente sim-
plistas. El concepto de espacio métrico es de una extraordinaria generalidad
e incluye una abrumadora variedad de espacios, algunos de Jos cuales son
muy extraños, sucediendo en ellos cosas que desconciertan nuestra modesta
55
intuición que no pasa de R 1 • Por otra parte, aun en R' y hasta en la recta,
pueden cooaiderane conjuntos tao complejoa que deaafian nuestro sentido
común.
Debe, pues, el lector tomar las interpretacione¡ intuitivas en esta teoria
abstracta con toda la desconfianza que merecen y a gui1a de mea orien-
tación.
Llamaremos borde de un conjunto A en un espacio m~trico {E, 4), a la
p:u-tc de N frontera que le pcrtc:necc, a decir, al conjwliO

b(A) - An,B(A.).

Obtenemos de illimd.iato las siguientes propiedades:

B1) A curado ( ) b{A) - ,B(A ). (F.) ,


~) A abierto ( ) b(A) ... +·
(F,),
B,) b (A ) - A-.A. Aplicando F. :
Arl,B(A) - .A n( A-A) •...tn.An(E-..4 ) -An(E-.l) - A-..4.
B.) b (E-.A) .. ,B(.A) -b(.A) . (Se deja como ejercic:io.)

2.6. AIIEITOS Y CEilADOS EN UN SUBESP.ACIO

Sea (E, d) un espacio métrico y F un tuDcoojunto no vaclo de E. Por


1.4 sabemos que F da origen a un espacio métrico (F, ti) oon respecto a la
métrica inducida por d.
N01 pro~ averiguar QÓmo 10n l01 conjuntos abiertos y cerradoa
en el subespacio (F, d) y qué relación guardan con los abiertos y cerra-
dos en (E, d ) . .
Antes que nada, conviene precisar c6mo son las esferu abiertas en ( F, d),
·punto de partida para todo. Tomemos un a EF y un nó.mero real r O. De>
acuerdo a la definición dada en 2.1, una esfera abierta de centro a y radio r
en (F, d) es el conjunto

pero esto no es otra cosa que FnN{a ; r ) , donde N{a; r) es la eafera abier-
ta de eentro il y r.a4io r m (&,4), Raulta, pues, que ka eafau abiatu en
(F, d) no aon más que las intenccciones de las esferu abiertas en (E. d)
con F.
COJU1JN'I'08 A.aJSaTOS Y CON.J1JNTOS a:aa.tDOa

reo,....... l. Un conjunto BCF es abierto en el IUbespacio (F, d) de


(B,d) Ji y ..Slo Ji emte un conjunto .A abierto en (E, J), tal que

B- AnP.

lli~o~osTaAoiÓN. Supongamos que .A es abierto en (E, d) y B ... .AnF. Si


B - +, +
ea abierto en (F, d). Comideremos que B =f:. y tomemos un x E B.
Pero entonces ~e EA y .4 es ableno en (E, d), luego existe un r >O tal que

N(x; r ) CA,
pero esto implica
FnN(~e; r) c.AnF- B.

Ea decir, existe una esfera abierta de centro x en (F, d) contenida en B y


&te es abierto en (F, d ).
Reclprocamente, aupongamos que B ea abierto en (F, d). Luego, para
cada x EB, existe un número real r. > O tal que

FnN(x; r.) CB.


Pero esto implica que

-
B = U [F nN(x; r.)].

Pos- otra parte, empleando la propiedad distributiva de la intenección con


rapccto a la uni6n, teuemos:

...
U .[FnN(x; r.)]- Fn [UN(x; r.)].
...
...
Pero el conjunto .A - UN(x; r.) es abierto en (E, d), en virtud del Tco-

rema 3 de 2.2, aiendo


J - Fn.A.

De manera, pues, que los abiertos en (F, d) no son otros que las trazas de
loa abiertos en (E, d) con F.
Pasemos a averiguar c6mo sen los cerrados en ( F, d) . Antes recordare-
mos la definición de cerrado en cualquier espacio métrico. El conjunto ea
cerrado si contiene todos aquellos puntos del espacio que son sus puntos de
acumulación. Particularizando, decimos que el conjunto BCF es cerrado en
(F, d ) si todo punto de F, que sea de acumulación de B, pertenece a B.
A.BIBilTOS T CEIUL\DOS EN UN SUBESPA.CIO 57
Dicho de manera equivalente, B es c:errado en F ai todo punto de acumula-
ción de B que esté en F, pertenece a B. Nótese que esto no excluye la posi-
bilidad de que existan en E puntos de acumulación de B que no peJ'tenezcan
a B ni a F. Por ejemplo, aean a< e< 6 en la recta real y F - (a,6},
y
B - (a, e]. Es sencillo verificar que B es cerrado ~ F, sin embargo, no
contiene a au punto de acumulación a, el cual, por supuesto, no pertenece
a F.
Cabe destacar que Fes siempre abierto y cerrado en (F, d}; aunque no
sea ninguno de los dos en (E, d}.

Teorema 2. Un conjunto BeFes cerrado en elaubespacio (F,d) de


(E, d) ai y sólo si existe un conjunto e cerrado en (E, d), tal que

B- enF.

DEMOSTRACIÓN. Supongamos que e es cerrado en (E, d) y que B = en F.


Entonces Bee, y tomando derivados a ambos miembros B'eC', pero C
es cerrado, o sea, C' e e; de donde B' e e,
luego
FnB'eenF - B.

Pero FnB' es precisamente el conjunto de puntos de acumulación de B que


están en F.
Reclprocamente, supongamos que B es cerrado en (F, d). Esto quiere
decir que
B'flFeB ( 1)
Nótese, además, que
B()F- B, . (2)
ya que BCF.
Ahora bien, el conjunto B es cerrado en (E, d), y teniendo en cuenta
( 1) y (2) , podemos escribir:

BnF = (BUB') nF = (BnF) U (B'nF) =BU (B'nF) =B. e

Supongamos que F es abierto en (E, d); luego todo conjunto B abierto


en (F, d) es tal que B - A nF, siendo A abierto en (E, d), de acuerdo al
Teorema 1; pero ato implica que B es abierto en (E, d) (Teorema 4 de
2.2) .
Recíprocamente, si todo conjunto abierto en (F, d) es abierto en (E, d),
entonces F, que es abierto en (F, d), será abierto en (E, d).
S8 CON.JUifTOS A.aiBBTOS 'Y CON .JUNTOS CBJULU)()S

En resumen: Es coadición necesaria y suficiente para que todo conjunto


abierto en (F. d) lo sea tambi~n en (E, d), que F sea tm conjunto abierto
en (E. d).
Esta conclusión, así como el razonamiento que la precede, es válida,
palabra por palabra; cambiando abierto por cenado.

2.7. CONJUNTOS DENSOS,


FIONTEIIZOS Y NADA-DENSOS

Se dice que un conjunto Á es un espacio m~trioo (E, d) es denso ai

A=E.
El conjunto E es denso trivialmente; es, por cierto, el único conjunto
cerrado y denso, ya que si Á fuese denso y cerrado, entonces .Á - A - E .
Pero existen subconjuntos prop.i01 que 100 densos; por ejemplo, el conjunto
Q de loa racionales en la recta real es denso y constituye el ejemplo clá.aico.
Asimismo, el conjunto de los irracionales es tambim denso en R .
Como aplicación directa del Teorema 2 de 2.4, podemos afinnar que las.
tres proposiciones siguientes aon equivalentes:
l. es denso.
Á
2. y x EE:d(x, Á) -O.
3. Sn.d=Ft/J, para todo conjunto abierto y no vacío S. Conaecuencia
de .la aimple observación de que todo punto del espacio es de adheren-
cia de Á.
El lema siguiente proporciona ejemplos generales de conjuntos densos
en cualquier espacio métrico y además nos terá útil más adelante.

ÚlmG l. Si Á es un conjunto cualquiera en (E,d ),


(E-A) UA, (E-A) UA
son densos.

D ENOSTilA.CIÓN. Aplicando el Teorema 6 de 2.4:

E ... (E-A) UAC(E-A) UA .. (E-A) U.d.

Aplicando los Teoremas 7 y 6 de. 2.4:

E- ~E-A) UA- (E-'A) UAC(B-A) uJ-


... (E-.d) u :A.
CON'.J"UI'WW DBNSOS, FRONT~ Y NADA.•DBNS05 59
Decimos que el conjunto ..4 del espacio métriéo (E, ti) es fronterizo, ti su
complemento E- ..4 es denso.
Decimos que ..4 es 11ado-denso, ai el complemento de~ clausura E-.A
es denso.
Intuitivamexrte, podemos imaginamos Jos fronterizos y nada-densos como
los conjuntos "más fLu:os'' del espacio, aqueDos que '"carecen de espesor", las
"láminas" y ••alamlJre!"_ Veremos en· seguida que 1e caracterizan por tener
UD interior vacío. Bn amtraste, los conjuntos abiertos pueden vene como
fos gaminamrnte "gordas": cada uno de IUS·puntol es centro de una esfera
abierta que queda. m!J:ramente dentro del conjunto
P.roc:edemos a llitar a1«unas propiedades de conjuntos fronterizos y nada-
densos en un espacio cnalquiera (E, d) que se derivan inmediatamente de
sur definiciones:

Pl) .p es (ronterizo y nada-denso.


P:a) E no es fronterizo ni nada-denso.
Pa) A es nada-denso ( ) .A es íronte.rizo.
P.) ..4 es cerrado y fronterizo ) A es nada-denso.
P 1 ) ..4 es nada-denso ) ..4 es fronterizo.

tEn efecto: A cA implica E-.4.CE-..4, de donde


~~
E = E-AcE-.A, o sea E-..4 = E.

Pe) ..4 es fr.11Dterizo ( )A - +·


En efecto.: aplicando el Teorema 7 de 2.4, ..4 fronterizo equivale a

lf= E-..4 = E - A,

lo cual a: equivalente a que A ... .p.

P,) ..4 es abierto y fraDterizo = ) A - +·


Ya que. por P., A= 4;, pero A .,. .A por ser abierto.

P1 ) A es nada-d~=) A = +·
Consecuencia. directa de P• y P•·
P,) Si ..4 CB y B es fronterizo o nada-denso, entonces ..4 es fronterizo o
nada-denso respectivamente.
60 COJfllJHTOS UIIIRTOS '1' COJf~lJHTOS e••• .&.DOS
En efecto:
• • .!. !.
ACB=).dCB y .dCB.

A pesar del nombre, la frontera de un conjunto arbitrario no es


siempre un conjunto fronterizo, o lo que es lo mismo, nada-denso,
ya que la frontera es cerrada (P.). Tenemos el caso del conjunto Q
de los racionales en la recta real, cuy& frontera jl(Q) - R eviden-
temente no-frooterizo (Ps).
No obstante, podemoa establecer lo aiguiente:

Teorema l. Si A es un conjunto abierto o cerrado en un e~pacio (E, d),


entonces /1(.4.) es nada-demo.

D.sxosnw::JÓN. Como fl(A ) es curado, buta demoatrar que es fronterizo


(P.) . Tenemos:

E-fl(A) - E - [An (.f=:i)) - (E-A) U(E- (l=J')).

Si A es abierto, E - A e1 cerrildo (Corolario 3' de.2.4) y es igual a su clau-


sura, por tanto
E-fl(.d) ~ (E-A) UA,

que es denso por el Lema l .


Si .d es cerrado coincide con su clausura, y designando

B•E-A
obtenemos:
E-fl(A ) - BU (E-B),

que tambibl es denso por el Lema l.



Afortunadament e, el borde de todo conjunto es fronteriw.

Deorerna 2. Para todo conjunto A en un espacio (E, d), b(..t ) es fron-


terizo.

D EMOSTRACIÓN_ En virtud de la propiedad B1 del borde de un conjunto


(2.5)

b(A ) - A-.A =- An(E- .A).


61

Tomando complcmentol :

E-b (A ) - E-[An(E-.d) ] - (B-A ) U..f

conjunto que ea denso en virtud del Lema l.



Es importante conocer Ja naturaleza de un conjunto que es )a unión de
nada..denl09. VeaJTIOII primero el cuo de la uni6n de un número finito
de &tos.

TeorfllfiG 3. Si .dt, As. . . . , 4. IQil conjuntos nada..demos en un espacio


m~trico

(E, d ), entonces U A• ea nada-denso.
'-1

DaxosTBACIÓN. Buta con probar que si A y B IOil conjuntos nada-densos,


AUB ea nada-denso, ya que, por inducción, podemos extender el resultado.
a cualquier número fmito.
Designemoa por

e- AUB ·
'
pero entonces
CCAUB,
y mmo

(Teorema 6 de 2.4),

cclu.B
lo cual implica

en (E-B) CA.
.
Pero en (E- B) ea abierto y .i - • por ser nada-denso (Pe) ' luego

e n (E-.8) - .¡.,
de donde

.
.
CCB·
'
Pero también B- ~ y e ea abierto, entonces e - • y A u B ea nada-deruo
~) .
.62 CCU(.JIJN TOS ABIBBTO I .. .CON.JUNTOS CBBWA .,_

Si los .& 1 constituyen Wlla familia infinita y coa.table de nada-densos,


aada puede asegurarse, en p.eral, acerca de su uni6m,. la cual puede no ser
áq.uiera fronteriza. Para que 1o sea se requiere uoa propieda d adiciona l
dd ~o (complet itud), y elle resultado e! el flllDOIO teorema de Baire
que tteremos más adelante .
Ptw -ejemplo, sea el espacio métrico ( Q. d), donde Q .es el conjunto de
los nC10rros racionales y d es la métrica inducida por Ja de la recta real
(wr U}. Es fácil comprob ar que todo conjunto en (Q. d) coastitui do por
un solo ¡lllfDto es nada-den so; la familia de todos ellos es contable , por serlo
Q. y au Wlión es Q. el cual no es fronterizo en (Q. d) (P1 ).
y
El lema siguiente es de carácter puramen te auxiliar nos servirá para
demostta r el Teorema de Bain.

Lema 2. .4. y B 80n conjuto s en un espacio (E, d), tales que Bes nada-
denso y .4.- B es fronterizo, en\onces Á es fronterizo.

DE,O:S1'J\I\efÓN. Teniendo en cuenta que A - B es fronterizo y aplicand o


los Teorema s 6 y 7 de 2.4:

E ... E-(A- B) - E-[AO (E-B)] .., (E -A) UB •


= (E- Á) UB ... (E-A) UB,
. .- .¡, en virtud de P.,.
lo cual implica que A CB, de donde A CB; pero B
Luego A ~ .¡, y A es fronterizo (P, ). •

EJERCICIOS

~ Para cualquie r par de puntos x- (xlJ Xs, .. . , x,.), )' ... ()1¡1 )'a, .. ·, y,.)
en R•, definimos:


d, (x, y) = l: lx1 -y¡l,
fat

a) Demostr ar que d, y ds son métricas paraR".


b) En los casos n ... 2, n = 3, describir la representación geométrica
de las esferas abiertas respecto a d, y da.
BSBRCICIOS

2. Demostrar que un conjunto no vaclo en un .espacio m~trico cualquiera


es abierto si y a6lo si es la unión de una familia de esferas abiertas.

3. Sea A un conjunto no vacío de números reales y .acotado superiormente.


Desipemos por >. = sup A. Demostrar:

4. Demostrar que todo conjunto abierto y no vacío en R contiene números


racionales e irracionales.

5. Demostrar que todo conjunto cerrado en R es intersección en una


familia contable de abiertos.

·6. Sea A un conjunto de números reales abierto, no vacío y acotado supe-


rior e inferiormente.
Desipemos por « = inf A, fJ - sup A·.
nemuéstre.se que «t. A, p t,A. .

7. Demostrar que, en R", la clausura de una esfera abierta es la cerrada


del minno centro y radio y su frontera es la su~icie esférica corres-
pondiente.

8. Si A y B son conjuntos en un espacio métrico (E, d), demuéstrese que

(AnB)'C A'nB', (AUB)'- A'UB'.

Póngase un ejemplo en el cual la primera relación es una inclusión


propia.

9. A es abierto y B cualquiera en un espacio (E, d) . Demuéstrese que

•'
10. Si A es abierto y B cualquiera en un espacio (E, d), compruébese

AnB- 4>{ }AnB- .;.

11. Demostrar que, en un espacio métrico discr~w, todo conjunto es abierto


y cerrado a la vez.

·ID Demuéstrese directamente que d(x,A) =0-)xE;A.


~NJ'IJNTOS ABIBaTOS T CON ,JUNTOS CBallADOS

13. En un espacio métrico (E, 4) tomamos di EE y r > O. Probar que


{x EE 1d(x, a) > r} es abierto y
{x EE 1d(x, 11) ~ r} es cerrado.

14. .& es un conjunto cualquiera, no vaclo, en un espacio métrico (E, d).


Demostrar las siguientes equivalencias:

...-....
xEE-.&{ )d(x,.&)>O,
x EA ( ) d(x,E-.A.) >O,

(se supone que A o# E) .

15. ..4 y B 110n conjuntos no vacíos en (E, d). Probar:

d(.&,B) = a(l,B). ·
16. Verificar que para cualquier conjunto de ..4 en (E, d):

A - AU/l(..4).
17. Probar que, ai ..4 y B son conjuntos cualesquiera en (E, d) ,

/3(.A.UB) C/3(..4) U/3(B).

Demostrar que si l n.B - .¡., la inclusión ae tramlopna en igualdad.


Proporcionar un ej~plo en el cual la inclusión sea propia.

18. Demuéstrete el Teorema 2 de 2.6 aplicando el Teomna 1 de 2.6 y el


Teorema 3 de 2.4. ·

19. Sea (F, d) un subespacio de (E, d) y .A. CF; designemos por A' y A'
al interior y la clausura de A en (F, d), respectivamente. Probar que

A'=- (E-F-.&) nF, A'- AnF.

20. Si .& es un abierto y B es denso en (E, d), demostrar que

A7iB =l.
21. Si S es un conjunto en (E,d), demu&trese la equivalencia
_....
S denso ( ) E-S = .¡..
E,JERCJCJOS

22. Demostrar que si S y T son abiertos y densos en (E, d ), entonces S n T


es también denso.
(Sugerencia: Aplíquese el Teorema S de 2.7.)

23. Si A es un conjunto en (E, d), demuéstrese la doble implicación:

A cerrado y fronterizo ( } p(A) - A

24. Proporcionar un ejemplo de conjunto fronterizo que no sea nada-denso.

25. Dar un ejemplo de conjunto fronterizo y denso.

26. Demostrar que si A y B son conjuntos en (E,d), tales que AUB es


denso y Bes nada-denso, entonces A es denso.

27. Proporcionar un ejemplo de una familia infinita y contable de conjuntos


densos cuya intersección no sea densa.

28. Demostrar que un conjunto A en (E, d) es nada-denso si y sólo si pala


todo abierto B, existe un abierto S (ambos no vados) con SCB y
snA- .¡..
29. Sean A y B conjuntos en (E, d). Demostrar la implicaci6n

' P(A) np(B) - .¡.



.....--...
} AUB- AUB.
. .
30. (F, d) es un subespacio de (E, d) y B es abierto en (F, d). Demostrar
la equivalencia

B abierto en (E, d) ( } Bnb(F) - .¡..


31. (F, d) es un subespacio de (E, d) y B es cerrado en (F, d). Demostrar
la equivalencia
B cerrado en (E, d) ( } BCF.

32. .Á es un conjunto no vaclo en un espacio (E, d ). Probar que


CAmULO 111

3.1. CONJUNTOS CONEXOS

La idea intuitiva que motiva d eoncepto de coojunto coocxo ca la de


1tr ..deuna sola pii!Z&" que no está "c:onstituido por dos partes .eparadas''.
Tales conjuntos 1011 de gran importancia por ser muy ricos en propiedades.
Partiremos de la liguiente definición formal:
Sea A un conjunto no vaclo en un eSPacio m~trico (E, d). Decimos que
los conjuntos S, T son una disr:onexi6n de A li 11011 no vaclol, disjuntos,
abiertos en el subespacio (.A, d) y .4 - SUT. Si tales conjuntos existen de-
cimos que Á admite una d.ilconexi6n. En general, si .4 admite una dilcon~
xi6n, &ta puede no aer ú.aica.
Decimos que el conjunto A es diseoniJUI si. admite alguna diJconexión.
Decimos que el conjunto .4 es conexo si. no es cllicooc:xo, es deck', si. no
admite disconexi6n.
N6teae que si S y T 1011 una d.ilconexi6n de A, S y T 10n tambiú cerra-
dos en (.A, d). En efecto, como S n T - .¡;, entonces

S- .4-T, T-= .A-S,

y aplicamos el Teorema 3 de 2.4. O aea que S y T aon ambol abiertot; y


cerrados en (A, d) .
6'1
68 CON'ECTJVlDA.D

Supongamos de nuevo que A es disconexo y que S y T son una discone-


xi6n de A. S no es vaclo y tampoco coincide con A, ya que T = A -S no
es vacío; además, S es abierto y cerrado en (A, d). Recíprocamente, supon-
gamos que existe un subconjunto propio {no vacío y no coincidente con A)
S de A que es abierto y cerrado en (A, d). Consideremos entonces T = A-S.
T no es vacio porque S no coincide con A, y es abierto en (A, d) por ser S
cerrado en (A, d). Por otra parte, es evidente que

SnT = </> yA = SUT.

De manera que S y T son una disconexi6n de A y éste es disconexo.


En resumen, hemos demostrado que A es disconexo si y sólo si existe un
subconjunto propio de ·A que es abierto y cerrado en (A, d).
\" Dicho de manera equivalente: A es conexo si y sólo si los únicos con-
~untQs abiertos y cerrados en (A, d) son el conjunto vacío </> y A .
Es muy fácil proporcionar ejemplos de conjuntos conexos y disconexos
en un espacio métrico cualquiera. El caso más sencillo: un conjunto cons-
tituido por un solo punto es siempre conexo trivialmente. Un conjunto
constituido por dos esferas abiertas y disjuntas es siempre disconexo. Una
esfera abierta no es, en general, un conjunto conexo, pero volveremos sobre
esto m.ás adelante.
Decimos que el espacio métrico {~, d) es conexo (disconexo), si el con-
junto E es conexo ( disconexo) .
Por ejemplo, un espacio m.étrico discreto de más de un punto es siempre
disconexo. Veremos más adelante que R, R,. y, en general, todo espacio
normado son espacios conexos.
Veamos una sencilla caracterización de espacios conexos en términos de
fronteras (2.5) . Supongamos que A es un subconjunto propi~ en un espacio
métrico (E, d) y que p(A.) =.p. Entonces A-A=.¡,, lo cual implica que

A=A=A
'
es decir, que A es abierto y cerrado. en (E, d) . O sea que E es disconexo,
lo mismo que (E, d). Recíprocamente, supongamos que (E, d) o, lo que es
igual, E es disconexo. Existe entonces un subconjunto propio A de E abierto
y cerrado, es decir,

A= A= A,
lo cual implica:

P(A) = .p.
COM.JIJMTOS CONBXOS 69

En resumen, v.n espacio m~trico es conexo ai y aólo Ji todo subconjunto


propio tiene frontera no vacía.
A prop6eito ele fronteras, su pongamos que un conjunto A intenecta a
otro B y también al complemento de B. Es intuitivamente evidente que ai
A es "de una aola pieza" (conexo) • A intersectari fonosamente la "concha"
(frontera ) de B. Esto resulta 1er cierto en cualquier espacio m~. como
se establece en el siguiente teorema de frecuente utilidad.

Teoretru~ l . A y B aon conjuntos en (E, d) tales que' A es conexo,

.&nB :¡é:lf> y An (E -B) :¡é:lfo;


entonces

A np(B) :¡é: 1/J.

D EMOSTRACIÓN.

Supongamos que Anp(B) - 4>; entonces, aplicando propiedades de la


frontera ( 2.5),

A n B = (AnB) U{Anp(B) ] - An[BUP(B)]-


. .
- A n B .. .&n[BUJl(B)]- :.4nB.
.
Es decir,

.&nB - Anjj- .&na.

O sea que .&nB=I=+ es abierto y cerrado en (.&,d), en virtud de los~


remas 1 y 2 de 2.6. Pero A es conexo, luego AnB - .A, de donde ACB, lo
cual implica An (E-B) .., + que contradice' la hipótesis. ·
No podemos, pues, suponer que A np(B) - +· e

3.2. CLAUSURA Y UNION DE CONEXOS

Nos proponemos determinar lo que sucede al clausurar o unir conjuntos


_conexos, si se preserva o no la conectividad.

TeÓremo l . Si A y B aon conjuntos en (E, d ) tales que A es conexo y

ACBC.A,
entonces B es conexo.
'70

l>&xOiftACI6M. Supongamos que S, T aon conjuntos abiertos en (E, d)


tales que

B- (SnB) U(TnB ) y (SnB) n(TnB ) -+.


Como ACB, ,.....,.... :

pero A ea conexo y, por Jo tanto¡ no admite diaconexión, o sea que

SnA -+
(o bien T nA - 4>, Jo cual conduc irla a resulta cb anüogw ) .
Si x Elns, entonce~ S es un entorno de ~:EA y aplican do el Teorem a
2 de U, resulta.ria S nA + +·
De manera que
snA- +;
pero B C .d, Juego SnB- t#J y B es conexo por no admitir diaconexión

_)t Corol«rio 1'. Si A es un conjunt o conexo, entonces A es conexo.
.
lliKOST MCIÓN . ACAC Ay apllqueae el teorema anterior ,

Es intuitiv amente evidente que la unión de conjunt os conexos puede no
ser conexa. Por ejemplo, la unión de dos conjuntos conexos y disjuntos pue-
de, aunque no aiempre (véase el Ejercicio 9) rmútar disconexa. Sin em-
bargo, si la intersecci6n en la familia no es vacía, entonces la uni6n es
conexa, ·pero podemos demost rar algo máa general.

TCJOrema 2. Sea F una familia de conjuntos cooexos (E, d ). Si existe un


A., EF tal que V A EF, AnA.,-:::/= f/1, entonces B ... UA es conexo.
"''
:Duloa' JtiC16N . Sean S y T conjuntos abiertos en (E, d) tales que

B- (S nB) U (TnB) y (SnB) n (TnB) = f/1.

Tomem os un Á EF cualqui era. Como ACB tenemos:

A- (Sn..t) U (TnA) y (S nA) n (Tn.4) - 4>;


~118liU Y lll'fi6N DB COl'fBXOS 71

pero A es conexo y, por lo tanto, no admite clisconexi6o, o rea que

Tn;d- .;.

(e> bien SnA "".y las consecuenciaa eeóan an&lqr¡a). de doo.de

A - SnA (6 A ... TnA)

AcS (6 .tCT).

En particular, supongamos que

Si para algún

AEF ~ACT,

entonces

lo cual cootradice la hip6tesis. De manera que

V AEP·: .tes
lo cual implica BCS, es decir B !"'" Br:tS, de donde BnT- +y B es co-
nexo por no admitir disconexión. e
Corolorio 2'. Si Fes una familia de conjuntos c:onexoa de (E. d) tal que

entonces U A es conexo•
...,
Si se trata de s6lo dos conjuntos conexos A y B podemos obtener un
resultado más general. En efecto, basta con que l nB o A n jj DO sea vaclo
para que A U B sea conexo, aun cuando A n B = ~ (es el Ejercicio 9) .
72 CONBCTIYmAD

3.3. COMPONENTES Di UN CONJUNTO

Un conjunto no vacío contiene siempre conjuntos conexos, por ejemplo,


cualquier subconjunto constituido por un aolo punto. Nos proponemos de-
terminar los "máximos" conjuntos conexos contenidos en él. Estos se deno-
minan componentes del conjunto y su número y "tamaño" nos darán una
idea ucl gmuo eu que dicho conjunto se aproxima a ser conexo. Visto de
otra manera, nos proponemos deacomponer un conjunto cualquiera en sus
"mbimu" partes de "una. 10la pieza".
Sea Á un conjunto no vaclo de una espacio m6trico (E, d). Tomemos
un Jt E.d y consideremos la familia de todos los conjuntos conexos conte-
nidos en A y que contienen a x. Es evidente que esta familia no es vacla,
ya que { x} pertenece a ella. Por otra parte, la intenecci6n de todos sus
miembros contiene a x y es, por tanto, no vacía. En virtud del Corolario 2'
de 3.2, deducimos que la unión de todos los conjuntos de la familia es un
conjunto conexo que indicarnos por C(x) y lo llamamos componente de A .
....
Es consecuencia inmediata de su construcción que C{x) es el "máximo"
conjunto conexo contenido en A y que contiene a x. Es decir, si B es conexo,
xEB y BCÁ, entonces Bes miembro de la familia cuya unión es C(x),
luego BCC(x).
Puede muy bien suceder que C(x) - {x}. Por ejemplo, el conjunto Q
de los números racionales como subconjunto de la recta real es tal que
C (x)- {x}, VxEQ.
Si vx EA, C(x) -= {x}, decimos que Á es totalmente disconexo.
IJamamos componentes del espacio a los componentes del conjunto E.
Asimismo, decimos que el espacio (E; d ) es totalmente disconexo si lo es
~ conjunto E. Por ejemplo, un espacio métrico discreto es totalmente dis-
::onexo.
Si Á es un conjunto no vacío .de (E, d ), es evidente que

A - UC(x) .
....
Por otra parte, los componentes de A son disjuntos dos a dos. En efecto, sean
~.' E A y supongamos que

C(x) nC(y) =F+·

Pero entoncea, aplicando el Corolario 2' de 3.2, el conjunto

C(~) UC(y)
COKPONENTBS DE l1N CONJ'l1NTO 73

ea conexo y contiene 1u; luego e(.~) U e(y) ce(K) y, como siempre


e(x) ce(x) Ue(y), resulta e(x) - e(¡c) Ue(y). Pero esto último im·
plica que e (y) CC(¡c) .
De manera totalmente análoga concluiríamos:

e(x) CC(y). O .ea que e(x) ... C(y).

En resumen, hemos dPJnn.•trarlo que dos componentes cualesquiera son


dUjuntos o coincidentea.
Los componentes de Á constituyen. pues, una partició.n de Á : Sl>n dis-
juntos dos a dos y la unión de todos. ellos es A. Esta partición de Á deter-
mina una relación de equivalencia que designaremos por ,...., sobre .d, según
la cual, si x, y E.d, x,...., y, significa que x y y pertenecen al mismo compo-
nente, es decir, que e (x) - e(y}. Las clases de equivalencia respecto a,....,
son precisamente los componentes. Nótese, ain embargo, que basta con que
x, y estén contenidos ambos en algún conjunto conexo B, a su vez contenido
en A, para que x-y. En efecto, necesariamente BCC(x), BCC(y), lo
cual implica que Bce(x) nC(y), siendo B no vacío. Luego, por lo est~­
blecido arriba, e(x) ... C(y); de donde x,..., y.
Como la unión de todos los componentes de Á es igual a A, si existe
sólo un componente e e
tendremos que .A ~ y, por lo tanto, Á es conexo.
Recíprocamente, si Á es conexo, es inmediato que .d - C(x), V x EA; o
sea que existe sólo un componente.
En resumen, Á es corie:xo si y s6lo si admite un único componente.
En particular, si aplicamos estas conclusiones al conjunto E, deducimos
que el espacio (E, d) es conexo si y sólo si todo par de puntos está contenido
en un conjunto conexo. En efecto, si E es conexo la afirmación es trivial
· ya que todo par de puntos está contenido en E. Recíprocamente, si V x, y EE,
existe un conexo que los contiene, entonces x ,..., y, o sea que todos los puntos
de E pertenecen a un mismo componente, lo cual nos dice que existe un
solo componente y E es conexo.
Por ejemplo, un espacio métrico en el cual topa esfera abierta es conexa,
es conexo, ya que cualquier par de puntos del espacio siempre se puede
encern.r en una esfera abierta. Tal es el caso de un espacio normado, como
se verá más adelante.

TeorelfUJ l. Si .A es un conjunto no vació de (E,,d) sus componentes son


cerrados en el subespacio (A, d). '

Dr.wosTilA.Cl6N. Sea C un componente de.T. Teniendo en cuenta que

CeA,
74 C:ON&CTIYIDAD

tenemos:

cccn. &cc,

lo cual implica, en virtud del Teorema 1 de 3.2, siendo e conexo, que en.&
es conexo; pero, como Ces el m4ximo conjunt o conexo que contiene cual-
quiera de rus puntos, resulta

e- en.&.
O sea que por el Teorem a 2 de 2.6, C es cerrado en el subespacio (.&, d) •

En particular, los componentes del espacio son conjuntos cerrados.



No es cierto, en general, que los componentes de Á sean abiertos en
{Á, d). Por ejemplo, hemos visto que los componentes de Q en la rttta
real son conjuntos constituidos por un solo punto, que no son abiertos en Q.
Sin embargo, si el número de componentes de Á es fmito, ellos son también
abiertos en (A, d) (aplíquese el Teorem a 4 y el Corolario S' de 2.4).

3.4. ESPACOS LOCALMENTE CONEXOS

Decimos que un espacio m~trico (E, d ) es localnunte conexo si para


todo punto x (E y todo en~omo S de x, existe un entorno T de x tal qur
ÚTes y T es conexo.
O sea que, si tenemos un entorno de un punto, siempre podemos hallar
un entorno más pequeño que es un -conjunto conexo.
Los espacios localmente conexos son importantes por la riqueza de sus
propiedades.
F.s necesario destacar que conectividad y conectividad local son con-
ceptos independientes. Es decir, un espacio m~trico puede ser conexo sin
serlo localmente; asi mismo puede ser localmente conexo sin ser conexo.
Existen espacios que son ambas cosas y otros que no son ningun a de las dos.
Por ejemplo, veremos más adelant e que la recta real es un espacio conexo
y localmente conexo, lo que, eventualmente, generali.zaremos a todo espacio
normado. Un espacio métrico discreto de más de un punto es localmente
conexo pero no conexo. El espacio constituido por el conjun to de los nú-
meros racionales con la métrica inducid a por la de la recta real, no es conexo
ni localmente conexo. Existen también espacios métricos conexos que no ion
IUPÁCIO$ L0CÁLlUINT8 CONSXOS 75

Joealmente conexos; pero su comtrucción ea generalmente muy elabomda


y exige conocimientos que no hemos desanollado en eate momento.
El siguiente resultado ea de fm:uente utilidad.

Teore11UJ l . Si en {E, d) toda esfera abierta es un conjunto conexo, en-


tonces (E, d i es un espacio conexo y localmente conexo.

DEMOSTRACIÓN. Sea x EE y S un entorno cualquiera de x. Como S es abier-


to y x ES, eáste un r >O tal que N(x; r) CS; pero N(x; r ) es un entorno
de :e -y, por hipótesis, conexo. (E, el) es pues localmente conexo.
Para demostrar que E ea conexo. tnmrroos un x. E E cualquiera. FA
inmediato que

...
E- U N (Xo; n ),

donde N es el conjunto de los números naturales (excluimos el O). Ahora


bien, cada una de laa.N(Xoi n) ea conexa y la intersección de todas ellas no
es vacía, )' d. que x0 está en todas. Concluimos que su unión, o sea E ea cone~
(Corolario 2' de 3.2). e
Existe una especie de reciproco de este teom:na, pero no lo demostrare·
mos aquí
Finalmente, éaracterizamos los espacios localmente conexos en· términos
de comp..menteS de conjuntos abiertos.

Teorem l 2 . Un espacio métrico (E, d) es localmente conexo si y sólo si


los componentes de todo conjunto abierto son abiertos.

DEMOs~ RACIÓN. Supongamos que Jos componentes de todo conjunto abiertos


.son abiertos. Sea x EE y S un entorno cualquiera de x. Designemos por T al
componente de S que contiene a :c. Entonces T es conexo, T CS y T es un
entorno
., de x por ser abierto en virtud de Ja hip6teais. O sea que (E, d)
el!. lócalmente conexo.
Recíprocamente, supongamos que (E, d) es localmente conexo y sea .d
e
un conjunto abierto: Consideremos un componente de A y deniostn:mos
que es abierto.
Tomemos un xEe, de donde x EA y por ser A abierto, A es un entamo
de x. Pero entonces existe un entorno conexo S de x tal que SCA, lo cual
implica, por ser e un componente, que se e. Ahora bien, e es evidente-
mente la uni6n de todos estos conjuntos abiertos S correspondientes a cada
uno de sus punt<». e es, pues, un conjunto abierto por ser la unión de
al>iertos. •
76 CONECTIVIDAD

En particular, para un espacio localmente conexo, los componentes del


espacio son conjuntos abiertos y cenados. Esto implica, de paso, que si
el espacio es disconexo, cualquier componente y su complemento constituyen
una disconexión. Lo mismo puede suceder si el espacio no es localmente
conexo.

3.5. CONECTIVIDAD EN LA RECTA REAL

Por su particular importancia, nos proponemos caracterizar los conjuntos


conexos en el espacio métrico constituido por el conjunto R de Jos números
reales, junto con la métrica usual, inducida por el valor absoluto. La relación
de orden total de que está provisto R juega un papel decisivo en descubrir
la naturaleza de los conjuntos conexos.
Antes que nada, conviene precisar el concepto de intervalo. Sea A un
conjunto no vacío de números reales, decimos que Á es un intervalo, si para
todo par de puntos :x, z EÁ se cuny>le que para todo )' E R con :x < )' < z,
entonces y E Á.
Expresado de manera equivalente, Á es un intervalo si Á contiene todos
los puntos comprendidos entre cualquier par de sus puntos.
Asi pues, de acuerdo con esta definición R es un intervalo, lo mismo
que un conjunto constituido por un solo punto.
También son intervalos los siguientes conjuntos, con seguridad conoci-
dos previamente como tales por el lector. La comprobación de que satisfacen
nuestra definición es inmediata; en todo caso, a, b E R y a < b:

(a,b)- (xERia<x<b},
(a,b] ={xERia< ·x<b},
[a,b) ={xERia<x<b},
[a,b] ={xERla<x<b}.

Si e ER, también son intervalos los conjuntos:

(e,+ oo) = {x ER 1e< x},


[e, +oo) ... {xER 1e< x},
(-oo,e) ... (xERlx< C},
(-oo, C] = {x ER 1:x < C}.

Preferimos no dar la interpretación intuitiva alguna a los símbolos + oo,


- oo. Debe tomarse· simplemente como parte del símbolo elegido para de-
signar el conjunto definido a la derecha.
CONEC TJVWA D Elf LA RECTA REAL
77
Geomét ricamen te ea claro que Jos cuatro primero s intervalos son segmen-
tos de la recta en los cuales se incluye n o excluyen los extremos. En cuanto
a los cuatro últimos, se trata de semirrectas desde C.
Dejarnos al lector la fácil tarea de compro bar que un intervalo es R
o un conjunt o constituido por un solo punto, o uno de los ocho tipos que
definimos antes. Todo se reduce a conside rar los casos en que está acotado
superio r o inferior mente.
Estamo.' ahora en condici ones de demost rar el resultad o fundam ental .

.peore ma l. Los únicos conjunt os conexos en la recta real son los in-
tervalos.

DEMOSTRACIÓN. Primero debemos demost rar que todo interva lo 1 es conexo.


Si 1 contien e sólo un punto, ya sabemos que es conexo.
Supong amos que 1 contien e más de un punto y que es disconexo. Sea
pues, 1 = S U T, donde S y T son abiertos en el subespacio 1, ambos no
vacios y sn T = .p.
Tomemos x ES, z ET; como necesariamente x ::f::. z, supongamos que
x < z y consideremos el conjunt o

e "" [x, z]ns.


X Ee,
o sea e ::f::. ~· Por otra parte, e está ·acotado superiormente por z;
sea pues

y = supe,

entonces x <y < z, lo cual implica que y El por ser 1 un intervalo.


Como consecuencia de la definición de extremo superior, y EC. Pero
ces, y
de donde CCS; o sea que ES; pero entonce s y.ESn i.
Ahora bien, S es también cerrado en el subespacio I, lo cual implica
de manera fácilmente compro bable que

s = sni.
Tenemo s pues que y ES. Luego, debe ser y< z; pero S es abierto en I,
entonces existe un r > O tal que

(y-r,,. +r) n1cS.

(Nótese que (y -r, y+r) ni- N(y; r} ni es una esfera abierta en I ).


78 CONECTIVIDAD

Tomemos un tER tal que ,.. < t < m1n {z,y+r}. Entonces tE (y-r,
y+r). y como )' < t < z, resulta que tEl. Tenemos pues que 1 ES, pero
< <
x t z, de donde t E C. Esto contradice la definición de y.
En definitiva, no podemos suponer que 1 sea discone:xo.
Reclprocamente, .sea A un conjunto no vacio de números reales y conexo.
Si A contiene scSlo un punto es un intervalo. Supongamos que A contiene
más de un punto. Tomemos x, z. EA con x < z y consideremos que para
algún)' ER tal que x <y< z sucede que y fA.
Es muy sencillo comprobar que los conjuntos (- oo y) (y, + oo) son
abiertos; entonces ( - oo, y) nA, (y, + oo ) n .A son abiertos en A y, lo que
es más, constituyen una discone:xión de A. En efecto, no son vacíos, ya que
el primero contiene a x y el segundo a z; su unión es claramente .A y son
disjuntos por serlo ( - oo, y), (y, + oo ) .
b sea que A resulta ser disconexo. Tenemos pues que para todo y E R
con x <)! < z, necesariamente yE.A. A es entonces un intervalo. e

En particular, Res conexo; pero podemos establecer algo más pod~.

i' Corolllrlo 1'. La recta real es un espacio conexo y localmente conexo.

DEKoSTRACIÓN. Una esfera_abierta es un intervalo y, en virtud del teorema


anterior, un conjunto conexo. Se aplica entonces el Teorema 1 de 3.4. e
El Teorema 1, junto con su Corolario 1' nos permiten describir la es-
tructura de los conjuntos abiertos de la recta real. Según el Ejercicio 2 del
Capítulo 11 un conjunto abierto en cualquier espacio métrico es la unión
de esferas abiertas, en este caso seria de intervalos abiertos; pero podemos
decir mucho más como establece el siguiente resultado de particular interés.

Teorema 2. Todo conjunto abierto y no vacío de la recta real es la unión


en una familia contable de intervalos abiertos· disjuntos dos a dos.

DEMOSTRACIÓN. Sea A un conjunto abierto y no vacío de la recta real.


ConSideremos la familia de los componentes de A; sabemos que éstos son dis-
juntos dos a dos y que su unión es A. Por otra parte como los componentes
son conjuntos conexos, se trata de intervalos por el Teorema 1 ; pero en vir-
tud del Corolario 1', la recta real es· un espacio localmente conexo, o sea
que por el Teorema 2 de 3.4-, los componentes de .A son abiertos, o sea pues,
que aon intervalos abiertos.
S6lo falta demostrar que estos intervalos abiertos constituyen una familia
F contable.
BJ'DCICIO S
79
· Cada 1 EF contiene infuiitos oúmen. racionales. Elijamos uno de e1b
r El. Defmamo s entonces una función f : F ~(¿,donde Q ea el conjunto
de los racionales, tal que V 1 EF: f(1) - T. Resulta que fes inyectiva; en
efecto, tomemos 1, 1' EF con 1 ::1= 1'. Eato implica que 1 (1 1' - .¡,, o tea que
f(1) ::1= / (1'). F ea, pues, contable. e

IUROOO S

1. Proporcio nar un ejemplo que ~ que el interior de un conjunto ~


nexo no es, en general, conexo. ·
1

_;_ A y B .On conjuntos cerrados y no vados de un espacio (E, d) . Demos-


trar que· a A U B y A n B son C()llexol, entonces A y B son couexoe.

3. A y B son conexos y A CB. Si C es abierto y cerrado en el IUbelpacio


B-A, demostrar que lfUC es conexo.

!. Si A y B son conjuntos de (E, d) tales que .InB- .¡,y ..tnJJ- .¡,,se


dioe que Á y B e.tm s,pariUJos.

Demostrar que ai A nB - 4> y son am~ abiertos o ambos cerradoe,


entonces están separados. ·

5. Supóngase que Á y B están Jep&rados. Demostrar:

.A U B abierto · } .A y B son abiertos,


A U B cerrado ) Á y B son cerrados.

6, Demostrar que li d {A, B) > O, entonces A y B están ~eparados.


- Proporcio nar \Dl ejemplo que revele que el redproco no es, en general,
cierto.

- .
7( Demostrar que un espacio {E, d) es diiCOileXO li y ...Slo ai es la unión
de dos 'eonjuntos separados.

a: Si Á y B son conjuntoe conexos de {E, J ) y no e.tm separadoe, demu&-


- trese :que Á u·B es conexo. .

9. Si A y B aon conjuntos conexos de {E, d) y A nB ::1= .¡,, demu&trese que


AUB es conexo.
80 CONECTIVIDAD

10. Sean A¡, A2 , A,. conjuntos conexos y A, nA,+l=F .¡, (i = 1, 2, · · ·,


••• ,
..
que U A es conexo.
n- 1). Demostrar 1
lot

11 . Demostrar que un espacio métrico discreto, de más de un punto, es


totalmente disconexo y localmente conexo.

12. Demostrar que el conjunto Q de los números racionales es totalmente


disconexo en la recta real.

13. Sea A un conjunto conexo, abierto y cerrado en (E, d). Demostrar que
- A es un componente de E.

14. Sean A y B conjuntos conexos y ACB. Si e es un componente de


B-A, demuéstrese que B -C es conexo.

15. Sea e un componente de un conjunto abierto A de un espacio local-


. mente conexo (E, d) . Probar que A n ,B ( C) "" .¡,.

16. Sea eun componente de un conjunto A de un espacio localmente


conexo (E, d). Demostrar:
• •
a) e= en.&.
b) {J(C) C,B(A).
e) Si A es cerrado, entonces,B(C) - Cn{J(A).

17. Se dice que un espacio (E, d) es ~ncadenaJ.o, si para todo • > O y


V x, y EE, existen puntos x., x1, · · ·, x,. EE oon Xo = x, x,. = y, tales
que
d(x 1,x,+1 ) <• (para i=0,1, ... ,n-1).

Demostrar que si (E, d) es conexo, entonces es encadenado.

18. Demostrar que el conjunto de puntos de R' con, al menos, una coorde·
nada irracional es conexo.

19. Sea C un conjunto no vacío, cerrado y acotado superior e. inferior-


mente en la recta real. Probar que C es un intervalo cerrado o bien
puede obtenerse de un intervalo cerrado removiendo una iamilia con-
table de intervalos abiertos, disjuntos dos a dos, cuyos extremos están
todos en C. (
CAPrrtJLO IV
Compaeida d

4.1. CONJUNTOS ACOTADOS. DIAMETIO

El lector conoc:.e el concepto de conjunto de númexo. realea acotado su-


perior e inferiormente, pero tal noción está ligada a la relación de orden
en R, y como un espacio m~trico no está, en general, provisto de una rehl-
ción de orden, no podemos extender la idea directamente. No obstante, Ji
pensamos en conjuntos del plano y del espacio, sin duda i.maginamos, de
manera intuitiva, lo que se pretende indicar al decir que el conjunto está
acotado: cuando "no ae extiende indefinidamente", cuando ae mantiene
"dentro de ciertos límites". Si tal es el caso, puede suponene que !u distan-
cias entre los puntos del conjunto no exceden una cierta cantidad. Esta ob-
servación n011 conduce a la defmició.n precisa, aplicable a cualquier espacio
m~trico. -
Sea Á un conjunto no vaclo en un espacio m~trico (B, d ). Decimos que
A es ocotado, si existe algún número real k > O tal que

V x,-y E..t : d(x,-y) <k.

Es consecuencia inmediata de esta definición que todo aubconjunto no


vacío de un conjunto acotado es tambi~ acotado.
1
Veamos lo que significa este concepto en la recta n:al.
81
82 COIIP ACIDA.D

Sea A un conjunto no vado de números reales y acotado según esta nueva


defmici6n. Existe, pues, un k > O tal que

V x,yEA : d (x,,) -lx-,¡~ k.


Tomemos un x 1 EA fijo ; tenemos entonces

pero esta daiguaJdad es equivalente a

vxEA : X¡-k ~X < x, + "·


es decir que A está acotado superior e inferionnente.
Recíprocamente, supongamos que A es un conjunto no vacío de núme ros
reales y acotado superior e inferionnente. Si a es una cota inferior y b una
cota superior, se tiene que
A C(a, bj,
de donde
V x,yEA : x,yE[a,b),
lo cual implica

o ea que A está acotado según la nueva definición.

En resumen, que un conjunto en la recta real sea acotado es equivalente


a decir que está acotado superior e inferionnente.
Sea A un conjunto no vacío en un espacio (E, d) . De acuerdo con la
dclinición, decir que A es acotado es equivalente a que el conjunto de nll-
aaeroa r:eaJes

{d(x,y) }, para todo par x,y EA,

ati acotado auperionnente. Tiene, pues, lellÚdo considerar su extremo supe-


rior, al cual designamos por

.,..
3(A)- sup{d(x,y) }
.,.,

y lo JlamamiJI düímetro dd conjunto A . Reclprocamente, ai existe tal extremo


superior, es decir ai el conjunto A tiene diámetro, A atá acotado.
CONJ'UNTOS ACOTADOS. DÚ.K&TaÓ

Si el conjunto A no es acotado preferimot decir que c:an:ce de diámetro.


Como la distancia entre dos puntOI es·siempre un número real mayor o
igual que cero, resulta que

I(A) >o.
Si el conjunto A contiene sólo un punto, el conjunto (d(x, y)} está cons-
tituido únicament~ por O, de dolldc 8(A) - O. Rl:clprocamente, al A no es
vacío y I (A) -o, entonces V x, y EA : O < ! (x, y) <O, es decir, d{x,y) -o,
o sea que x - y, Jo que indica que A es" constituido por un 10lo punto.
Conviene adwnir que si A es acotado, pueden no existir pwttoa x, 1 E A
tales que d (x, y) - a (A). Por ejemplo, es fácil comprobar que el d.Wnetro
del inte.rvalo abierto (o, h) (para o < h ), en la recta real, es h - o, y sin
embargo, la distancia entre cualquier par de puntos es siempre estrictamente
menor que h-a. Existen, no obstante, ciertos conjuntos (compactoa) para
los cuales se pueden hallar tales puntos, como se verá más adelante.
Será ya evidente al lector la interpretación intuitiva del concepto de
diámetro. Es algo as{ como la "mbima" distancia que se puede "medir."
dentro del conjunto.
La alusi6n geom~trica producida al poner el nombre de diámetro es
evidente y sugestiva.
Si Á es acotado y B no es vado, es consecuencia inmediata de la definí.
ción de diámetro que

B C A =) 8(8 ) < I (A).


Salta a la vista que la implicación contraria no es, en general, cierta, Con-
sid~rese. por ejemplo, el calO en que B con.t iene sólo un punto, el cual no
pertenece a A. Por otra parte, la inclusión propia no necesariamente implica
la desigualdad estricta. Es decir, B puede ser un subconjunto propio de Á ,
y, sin embargo, dane el caso a (B) -a(A). Consid~rese el ejemplo B- (o, b).
A = [a, b] en la recta real o, mü espectaculalmente, B constituido sola·
mente por los puntos o y b.
Sea ahora N (o; r ) una esfera abierta cualquiera en un espacio métrico
• (E, d) . Tenemos

V:t,y EN (o ; r ) : d (:c,y) < d (x,a) + d(y,a) < 2r.


Resulta pues, que la esfera abierta es un conjunto acotado y au diámetro

8(N(4; r)) < 2r.


COIIP.ACID.AD

Procediendo de manera id~tica, deducimos que la esfera cerrada N(a; r)


y la superficie esf~rica S (a; r ) son también acotadas y el diámetro de cada
una no excede 2r.
Por chocante que sea a la intuición, no podemos asegurar que, en gene-
ral, el diámetro de una esfera abierta (o la cerrada o la superficie esférica)
sea igual a dos veces su radio. Si, por ejemplo (E, d) es un espacio métrico
discreto y a EE, la esfera N (a; 1) contiene sólo a y su diámetro es, por
tantO, cero.
En todo espacio normado, por el contrario, el diámetro de una esfera es
siempre igual a dos veces su radio (Ejercicio 3).
El teorema siguiente, cuya interpretació n intuitiva hace parecerlo obvio,
es de muy frecuente utilidad.

Teorerru~ l. Sea Á un conjunto no vacío en un espacio métrico (E, d ). Á


es acotado si y sólo si esú. contenido en una esfera abierta. cuyo centro puede
ser cualquier punto del espacio.

DEwoSTBAClÓN. Si Á está contenido en una esfera abierta entonces Á es


acotado por ser subconjunto de un conjunto acotado.
Recíprocamente, supongamos que .A ea acotado y sea 3 (.A) su diámetro.
Tomemos un punto cualquiera a EE y construyamos una esfera abierta de
centro a y que contenga A. Eu efecto, como A no es vacío, elegimos arbitra-
riamente un Xt EA y con radio r- d(a, x 1) + 3(Á) + 1, consideramos la
esfera abierta N(a; r) . Tenemos

Vx,)'EÁ : d (x,a ) < d (a, x, ) + d(x ; x, ) < d( a,x , ) + 3(Á) <


< d(a,x1 ) + I(A) + 1, es decir xEN(a;r) . e
Tambi~ el siguiente resultado es intuitivamen te evidente y será de apre-
ciable utilidad.

úrru~ l. Si A es un conjunto acotado en (E, d) , entonces


1

3(A) • 8{Á).

DsxosTaACIÓ N. Tomemos un número real • > O arbitrario.


Para .x, y EA cualesquiera, en virtud del Teorema 2 de 2.4, existen pun-
tos p, q E Á tales que

/1 EN(x ¡ •¡,), q EN(y ; "la) .


COl'fSUKTOS PllECOJIPACTOS Y IBPAJlAIILES 85
Entx>nces

d(x, y) ~ d(;e, p) + d(y, p) ~ d(x, p) + d(y, q) + d(p, q) < 3(.d) + •·


De esta deaigualdad se deduce que A es acotado y que

3(A} < 3(.d) +a;


pero, como e es atbitrario
8 (A) < 3(.d). (1)

Por otra parte, de A CA y sabiendo que A es acotado, obtenemos:

3(A) < 3(A),


lo cual, junto con ( 1 ) demuestra el lema.

~"'Corolario 1'. Un conjunto es acotado si y sólo ai es acotada au clausura.



· Lamentablemente, no existe relación entre un conjunto y·su interior en
cuanto a sus diámetros o el mismo hecho de ser acotado. (Ejercicios 2 y 4.)

4.2. CONJUNTOS PIECOMPACTOS Y SEPARAIW


>

Un concepto nuevo, de gran importancia y utilidad, es el de conjunto


precompacto. Es una propiedad algo más restrictiva que la de ser acotado,
como 'veremos en seguida. Su motivación e interpretación intuitivas no IOJl
claras y antes que correr el riesgo de confun.d ir en lugar de aclarar, prefe-
rimos abstenernos de hacer especulaciones. Procedemos, pues, a la definición
precisa y formal cti:rectamente. -
Sea A un conjunto no vacío en un espacio (E, d) .
DecimOs que .d es prtcompacto si a cualquier número real a > O corres-
ponde un conjunto finito de puntos x 1 , x,., .. ., x,.
EÁ tales que
• N(x~o ; t ) .
...,
.de u

Se observa de inmediato que si A es finito, entonces A es precompacto:


basia con tomar a todos los puntos de Á como centros de las esferas. El reci-
proco es también cierto en un espacio métrico cliscreto (Ejercicio 5), pero
no en cualquier espacio; por ejemplo, no es dificil comprobar que un inter-
valo acotado de infinitos puntos en la recta real es precompacto.
~ Teonuna l. En un espacio m~co cualquiera, todo conjunt o precom ·
pacto es acotado.

DzwosTRA.CJÓN. Sea. A un conjunto precompacto en un espacio (E, d). To-


mando • • 1, existe un conjunto finito de puntpa %1.1 x,, · · ·, "'• EA tales que

..
AC U N(xt; 1). (1)
a. a

Sea h e1 máximo de todas las distancias tl(x1, .x1), para i-1, . . . ,n, j-J, . .. ,n.
Tomemoe ahora x, 'Y EA cualesquiera. En virtud de ( 1)

xEN(x ,; 1), yEN(x J; 1);


Juego

o 1ea que

d(x,)l) <2 +h
y A es acotado.

El reciproco de este teorema no es, en general, cierto.



Sea, por ejemplo, (E, d ) UD espacio métrico disCreto de infinitos puntal.
El conjunt o E es acotado, de hecho B(E) - 1; pero no es precompacto por
1er infinito (Ejercicio 5) . No ot:.tant.e, veremos mucho má., adelant
e que
en UD espacio nonnad o de dimemi6n finita (y sólo en tales espacios nor-
madoe) todo conjun to acotado es precompacto. Ello sucede, en particu lar,
en la recta real y en R•.
El lliguient.e resultado es de f~uente utilidad .

Teorem G 2. Si A es un conjunto precompacto de un espacio (E, d ), todo


aubconjunto no vacío de A es precompacto.

D&KoaTitAClÓN. Sea B un conjunto no vacío con BCA y demostremos que


B es precompacto.
Dado e > O, existe un conjunto finito de puntos z., z,, ... , .r• EA tales
que

••
..,
AC UN(~;'/•); . .
COllfJUl'ITOII PRECONPACTOS Y UPAR.AaLU

de donde

para un n < p,.lucgo de haber dew:hado las esfer&l que no contienen pmtoa
de B y haber _reordenado Ju .ta. si es preciso.
Por cada le =- 1, .. . , n tomemos un punto

y consideremos la esfera abierta N(XJ.; e).


Luego,

V )'EN(.r¡,; '/a):

d()!, xa) ~ d()l, z•) + d(xt. za) < r,


'
r~ decir

para cada
k - .1, 2, . . , n.
De alli que

..,

Be U N(x,; a)

para x,, x 2 , •• • , x,. EB y Bes pruompacto.

Conviene hacer del conocimiento del lector que en la literatura mate-



mática se emplea con frecuencia el nombre de conjWJto "totalmente aco-
tado" en lugar de precompacto. Hemos preferido este último por ser más
b~e. ·
Pasamos a defmir el concepto de separabilidad. Esta es una propiedad
de considerable importancia en topología general; pero en nuestro c:uo es de
un carieter puramente auxilia- en nuestro estudio de compacidad. De la
única propiedad de conjuntos eeparablea qne haremos uso es la establecida
en el Teorema 3.
88 COHPACJDAD

Algunas de las muchas e in~tes propiedades de separabilidad pue-


den vene en Jos ejercicios al final de este capítulo.
'-Se dice que un conjunto no vacío Á de un espacio métrico (E, d) es
separable si existe un conjunto contable S con S CA, tal que A cS.
Se deduce de inmediato que .l - S.
Se dice que el espacio (E, d) es separable, si el conjunto E es separable.
En este caso la definición se reduce a que existe un conjunto denso y con-
table.
· La recta real~ el ejemplo clásico de espacio separable, ya que el conjunto
Q de los n6meros racionales es denso y contable.
Es evidente que todo conjunto contable (lo cual incluye los finitos) es
separable.
. ~ Sea A un conjunto del espacio métrico (E, d). Una familia F de con-
juntos de (E, d) tal que
AC UB
..,
recibe el nombre de ct?ll.erlura de A; se dice también que F cubre a A. Una
subcobertura de F es una subfamilia de F que también cubre a .d.
Decimos que F es una cobenura 4bürrla de A, si F cubre a A y todos
los conjuntos de F son abiertos.
Las coberturas abiertas juegan un papel importante en topología, espe-
cialmente en lo relativo a compacidad, como se verá más , adelante.
El siguiente resultado establece una propiedad de conjuntos separables
relacionada con coberturas y de la cual haremos uso.

1'>:~" Teoremtl S. Si A es un conjunto separable de (E,d), toda cobertura


abierta de A admite una subcobertura contable.

DBKOSTII.ACIÓN. Sea F una cobertura abierta de .d.


Como A es aeparable, existe un conjunto contable S tal que

SCA y AcS.
Designemos
S - {xlJxs, ···}.

Sea G· la· fami1ia contable de todas las esferas abiertas de la forma


N{x.; '/.), para x. ES y m ~ 1 es un número natural.
Designemos G- (N,,.N,,.... ).
Tomemos un N 11 EG. Si existe alguno o algunO& B €F con N 11 CB., selec-
cionamos uno de ellos y lo llamamos S. .. Construimos de esta manera una
subfamilia contable F1 de F : F1 = {B¡; Bt, . .. }.
CON.JtiNT OI PBEC:OIIPA .CTOS Y SBPA.IlA.BLBII 89
Demostremos que F 1 cubre a .d.
Tomemos un xE.d. Como Fes una cobertura de .d, existe algún B EF
con x E B; pero como B es abierto, exüte un r > O tal que

N(x; r) CB.

Elijamos un número natural m ~ 1 con

Ahora bien, X ES, ya que A es, y esto implica en virtud del Teorema 2
de 2.4, teniendo en cuenta que N(x; 1/ ..) es un entorno de x, que existe
algún x,. ES con x, EN(x; '/.. ); pero entonces

Por otra parte, si

d (x,y) :=;d(x,x,.) +d(y,x.) <•J.<r,


o sea

)1 EN(x; r ),
es decir

N(x,.; •¡..) CN(x; r),


entonces

pero, sabiendo que

la eoostrucción de F 1 n01 dice que


De all1 que x E~, es decir ..te U B, y Ft conatitllye una aubcobertu ra
-'-1
contable de F.

90 COIIP.ACIDAD

Interesa a nuestros propósitos establecer que los conjuntoc precompactos


poseen lt. propiedad enunciada en el .teorema anterior. Ello se debe a que
todo conjunto precompacto es separable,. hecho importante por si mismo.

'· Teoremo 4 . En un espacio métrico todo conjunto precompacto es sepa·


~ · rabie.

D E W OBTRACIÓ N . Sea A u n ~njunto pr=.ompacto de u n e:spacio (E, d ).


Para todo número natural m > 1 existe un conjunto finito de puntos

x,.,,, x.,., · · ·,..-.... EA


tales q ue

A C U N(x,.,1 ; 1/ ..)
1:1

{evidentemente que, en general, n depende de m).


Sea S el conjunto contable de todos los x ..,, para todo númer~ natural
m> l. Tenemos que S C A y, si demostramos que A C S, entonces A es
separable.
Haremos uso del Teo rema 2 de 2.4.
T omemos un x E A cualquiera y sea e > Ó un número real. Elijamos
un número natural m tal que

o<.,.. < t .
En virtud de la definición de S, existe un x-,1 ES con x EN (x ..,¡ ; '/.. ) ,
es decir, d (x, x.,,1 ) < '/.. < e¡ pero como e > O es arbitrario, esto implica
que
d (x,S) - o,
de d onde x ES. O sea que ACS.

El recíproco de este teorema no es, en general, cierto, ya que un conjunto
separable puede no ser acotado, en cuyo caso deja de ser precompacto por
el Teorema l. Ejemplo de esto es el conjunto R en la recta real.

4.3. CONJUNTOS COM,ACTOS

Sea A un conjunto no vado en un espacio métrico.


Decimos que A es compacto si toda cobertura abierta de A admite una
subcobertura finita.
CON.J1 JNTOS COMPA CTOS
91
Es difícil interpr etar intuitivamente el concepto de conjun to compacto
o motiva r su delimción. No obstante, puede decirse que se trata de una
generalización topológica de conjun to finito. En efecto, todo conjunto-finito
es compacto, como se compr ueba de inmed iato, y a pesar do que ciertamente
existen conjun tos compa ctos infinitos, veremos que sus propiedades topoló-
gicas los hacen muy semejantes a los finitos.
Históricamente, la idea de conjun to compacto tuvo su origen en el
famoso teorema de Heine-Borel. en el espacio R•, el cual veremos en el capí-
tulo siguiente. Allí se establece que todo conjun to cerrad o y acotado posee
la propiedad que hemos adopta do para definir compacto. Ocurrió, p.ues,
darle nombre propio a tales conjuntos y considerarlos en cualqu ier espacio
.
La importancia ele los conjun tos compactos en topología métrica o general
es fundamental. La riqueza de sus propiedades y facilidad de su manejo los
hace desempeñar un papel primordial.
Sea A un conjun to no vacío en un espacio métrico.
Decimos que A posee la propiedad de Bolzano-WeitrslrGSS, ai todo~
unto infmito T de .A admite un punto de acumulación en A, es decir,
=1= .¡.. Para abreviar, a tales conjuntos los llamaremos BW.
Si A es un conjun to finito, es BW. En efecto, ¿qué subconjunto infinito
de A no admite p\U\tOS de acumulación en A ?
Nuestro propósito en lo que sigue es el de de$CUbrir las propiedades
fundamentales de lo$ conjun tos compactos. Entre ellos se destaca que com-
pacida d y BW aon la misma cosa en un espacio métrico.
Finalmente y para hacer qt~e la definición de compacto aparezca menos
rebuscada, observemos que en el Teorem a 3 de 'J.2 se est:lbleció que toda
cobe.r tura abierta de un conjuqto separable admite una subcobertura con-
table. Más aún, el recíproco es también cierto (v~ase el Ejercicio 9); o sea
que tal propie dad caracteriza a los conjuntos separables en un espacio mé-
trieo y ha podido adopta ne como definición de éstos. Esta consideración
conduce, de maner a natural, a d efinir conjuntos para los cuales toda cober-
tura abierta se reduce una subcobcrtura finita.
El lema siguiente establece una sencilla propiedad, obvia desde un punto
de vista intuitivo, pero de utilidad muy frecuente en este y otros capítulos.

Y.temG l. Si x, 'Y aon puntos de un espacio (E. d), tales que x .P y, existe
un entorn o S de :r: y un entorn o T. de 'Y con S() T "" .¡..

DEwosTRACIÓN. Nótese que, como x =1= y, d(x. y) >O. Sea entonces

r - jd(x, y)

y consideremos las esferas abiertas


92 COMPACIDA D

S - N(x;r), T-N()I;r) ,

que son entornos de x y y, respectivamente.


Para demostrar que SnT - </1, basta con tomar z ES genérico y probar
que z i_T.
En efecto:

2r-d(x, y) <d(z, x ) +d(z,:JI) <r+d(z,y ),

de donde d(z,y) > r, es decir z i_T. •


El teorema que sigue, si se compara con el lema precedente, asemeja un
conjunto compacto a un punto, lo cual refuerza lo que para nosotros sugiere
el vocablo "compacto" .

.;'l"eorema l. Sea A un conjunto compacto y x un punto, ambos en un es-


pacio métrico.. Si x f:A, existe un entorno S de x y un conjunto abierto T
con ACT tales que SnT =</J.

D EXOSTllAClÓ N. Si y EA, necesariamen te x =f=y, ya que x fA.


De acuerdo con el lema precedente, existe un entorno S ()l) de x y un
entorno T(y) de y con S(y) nT(y) - </J.
La familia de entornos T(y) para todo yE.A. es una cobertura abierta
de .A.. Como éste es compacto, existe una cobertura finita

{T(y1 ), T (~), ... , T (y,.) }.

Estos entornos se corresponden con entornos de x {S(y.), S(y,) , .. . ,


S(y,.)}, ·taJes que S(Yrc) nT(») - </1 para k ... 1, 2, ... , n.
Designemos
• •
S- nS()')), T - UT()Il).
.... kl

En virtud de los teoremas 3 y 4- de 2.2, S es un entorno de x y T es un


conjunto abierto.
Tenemos que .A.CT.
Para probar que S n T = </J, basta con tomar un z ET genérico y com-
probar que z t. S. En efecto, 1! E·T (y~) para algún k ~ 1, ... , n ; pero ~mo
S(») nT(») - </1, z f:S()'l), lo cual implica que z f:S. e

.-Corolario 1'. Todo conjunto compacto en un espacio métrico es cerrado.


CONJtlNTOll COJIPAc:TOll 93
DEMOSTRACIÓN. Sea .d un conjunto compacto en (E, d). Si .d ""E, sabe-
mos que A es cerrado. Supongamos que A es subconjunto propio de E y
tomemos un xEA, es decir xEE-A.
Aplicando el teorema anterior, existe un entorno S de x y un conjunto
abierto T con A e T tales que S() T - .¡,. Pero entonces S() A - .¡,, lo cual
implica, por el Teorema 2 de 2.4, que x EA.
Hemos demostrado que (E-.d) nA-</>; de donde .JeA, es decir
A - .l. Á es pues cermdo. e
Veremos Juego que el redproco no es cierto en general.

f" TeoremD 2. Todo conjunto compacto en un espacio métrico es precom-


pacto.

DEMOSTRACIÓN. Sea A compacto y • >O un número real.


La familia de esfens abiertas N (x; •) para todo x EA es, evidentemente,
una cobertura abierta de A.
Existe entonces una subcobertura finita.

{N(x.; •), N(x.; e). ... , N(x,.; e)},

es decir
..
A e U N(r,; e}, donde x., xo, . .. , x,. EA.
l• l •
YCorolm-io 2'. Todo conjunto compacto en un espacio métrico es aco-
tado.

DEMOSTRACIÓN. Aplicamos el teorema anterior junto con el Teorema 1


de~2. •

Vemos ahora que un conjunto cerrado no es necesariamente compacto,


ya que puede no ser acotado. Análogamente, un conjunto acotado o pre-
compacto no es, en gellCCal, compacto, ya que puede no ser cerrado.
Más grave aún, un conjunto cerrado y acotado tampoco es, en general,
compacto. Sea, por ejemplo, (E, d) un espacio métrico discreto de infinitos
puntos. El conjunto E es cerrado y acotado, pero no compacto por no ser
precompacto (véase el Ejercicio 5). Nn obstante, en el capitulo siguiente
demostraremos que todo conjunto cerrado y acotado en R" es compacto
(Heine-Borel), y más adelante veremos que esa propiedad caracteriza a los
espacios normados de dimensión finita. Tal resultado nos indica que, en
COiiPACJDAD

un espacio normado de dimensión infinita, ha de existir algún conjunto


cerrado y acotado que no es compacto.
Si examinamos el contra-ejemplo dado arriba sobre el espacio discretó,
notamos que el conjunto cerrado y acotado deja de ser compacto poi' no
ser precompacto. Cabe preguntarse si, quizá, un conjunto precompacto y
cerrado es siempre compacto. Lamtntabl.emente, esto tampoco es cierto, .en
general. Veremos, sin embargo, en el capítulo siguiente, que la respuesta
es afirmativa en espacios métricos completos y, lo que t'S más, los caracteriza.
La muestra de un ejemplo de conjunto precompacto y cerrado que no
sea compacto, preferimos dejarla para el próximo capítulo, donde podremos
hacerlo con toda facilidad.
Emprendema; ahora la tarea de demostrar la equivalencia entre c:onjWl-
tos compactos y BW. Comenzama; con el lema siguiente, de carácter pllfll-
mente auxiliar.

,\1 ÚmG 2. Todo conjunto BW en un espacio métric:c> es precompacto.


1•
DEMOSTRACIÓN. Sea A un conjunto BW en un espacio (E, d).
Supongamos que A no es precompacto. Debe entonces existir algún
número real c1 > O tal que no existe secuencia finita de puntos de A, de
forma que las esferas abiertas de centro esos puntos y radio e1 cubre A.
Esto nos permite construir una sucesión infinita de puntos de A que
designaremos T = (x,, .q., . .• } de la siguiente manera :·
Tomamos arbitrariamente x, EA. En virtud de nuestra hipótesis, A no
puede estar contenido en N(x,; e1 ) ; elegimos entoaca "• EA- N(x,; e1 ) .
Suponiendo construidos x., .-c1 , ••• , x••., notamos que .A no puede estar coo-
•-t ft•l
tenido en UN{x;;c 1 ) y tomama;x,.EA -UN(x¡¡c,) .
I:J h1
Hemos formado a,í, por inducción, al conjunto infinito T con TCA.
En virtud de su construcción posee la propiedad :

Dado que A es BW, existe un punto x EA que es de acwnulación de T .


Ello implica que el entorno N(x; '•/2 ) de x contiene infinitos puntos de T y
podemos tCimar x 1, .T1 ETnN(x; ' •h) con i:Fj; entonces '

lo cual contradice ( l ) . ..
A debe ser. precompacto.

CO'If3VKTOI COMPACTOS 95
~'>&
~ Teorema 3. En un espacio métrico un conjunto es compacto si y sólo si
es BW.

DEMOSTRACIÓN. Sea A un conjunto compacto. Si A no es BW, existe un


conjunto infinito T con TCA, y tal que T'rlA = +·
Esto implica que para
cada x EA, x f_T', o sea que existe un entorno S(x) de x tal que TnS(x)
es vado o contiene sólo a x, si x ET.
Es evidente que la familia de tales entornos S(x) para todo x EA es una
cobertura abierta de A, y como éste es compacto, admite una subcobtttura
finita:
~

AC U S(x,),
laJ


pero entonces TC U S(x1 ). Teniendo en cuenta que, por construcción,
¡,¡
cada S(x 1) contiene, a lo más un punto de T (si x 1 ET), la última inclusión
indica que T no contiene más de n puntos, contradiciendo la infinitud
de T.
Recíprocamente, supongamos que A es BW y sea F una cobertura abier-
ta de A.
En virtud del Lema 2, Á es precompacto y, por el Teorema 4 de 4.2,
A es separable. Aplicando entonces el Teorema 3 de 4.2, existe una sub-
familia contahle F 1 de F que también cubre A.
Designemos F, - {B1, B., ... }.
~

Supongamos ahora que para todo número natural n > 1, A f U B, y


hl

veamos que nos conduce a una contradicción. En efecto, tal suposición nos
permite construir un conjunto infinito T = {x., ~ •. .. } con TCA, de la
siguiente manera:

To~amos x, EA y V n > 1,

Ahora bien, como A es BW, existe un punto x EA de acumulaci.6 n de T,


y como F, cubre A, x EB~o para algún k natural.
Pero entonces B. es un entorno de x, ya que es abierto, luego B,. contiene
infinitos puntós de T .
Fo~·ñte, debe existir algún x,. ETnB,. con n >k; pero esto con-
tradice la conltrucción de T, la cual hace que x,. fB• sin > k.
96 COMPACIDAD

De manera que para algún número natural n > 1:



AC U B1•
•=•
y ..4 es compacto.

En resumen, hem011 e:~U.Lic:ciJo ucdirecta o indirecta que todo
maner~&
conjunto compacto es prccompacto, acotado, separable, cerrado y BW. De
ésto~ sólo la propiedad BW implica compacidad en el caso general.
Más adelante se establecerá bajo qué hip6tesis adicionales una o varias
de las otras propiedades implican compacidad y, una vez resueltas todas las
posibles interrogantes, se proporcionará un cuadro de implicaciones como
útil referencia.
Es fácil da.ue cuenta de que no todo subconjunto de un compacto es
compacto; sin embargo, ai el subconjunto es cerrado, ello basta para asegurar
su compacidad. Esto se demuestra en el teorema siguiente, el cual pone de
manifiesto la utilidad del Teorema 3, aunque puede dem.o strane directa-
mente de la definición de compacto (véase el Ejercicio 23).

{l'eoremlJ 4. Si B es un subconjunto no vacío y cerrado de un conjunto


compacto ..,(, entonces B es compacto.

DIIMOSTRAC!ÓN. Si B es finito, es compacto. De lo contrario, sea T un sub-


conjunto infinito de B. Como BCA, T es un subconjunto infinito de A y
como este último es BW (Teorema 3), existe un punto x ET'nA. Pero todo
punto de acumulación de T lo es de B, ya que TCB, y, como Bes cerrado,
pertenece a B, es decir, x ETnB.

Resulta, pues, que Bes BW o sea compacto (Teorema 3). •


4 .4 . CONJUNTOS RELATIVAMENTE COMPACTOS

El lector habrá podido notar que la compacidad es una propiedad muy


exigente y, por lo tanto, restrictiva.
Conviene introducir un concepto un poco más débil que es el de compa-
cidad relativa, el cual, sin embargo, es algo más fuerte en general que la
precompacidad, como yeremos más adelante.
Decimos que un conjunto no vacío en un espacio métrico es relativamente
compacto si su clausu.r a es compacta. ¡
Considerando que todo conjunto compacto es cerrado, se deduce inme-
diatamente de la definición que un conjunto compacto es relativamente
IUBBCJCJOS

compacto. También es trivial que un coojunto Idativamente compacto y


cerrado es compacto.
El siguiente resultado es, en realidad, un corolario dd Teorema. • de •.3.

, Teorelll4 l. Si B es un subconjunto no vado de un conjunto relativa-


mente compacto .A, entonces B es relativamente compacto.

DI!.'MOsTRAcx6N. DeBCA obtenemoc que BCA; pero 1 e. compacto y B


es un subconjunto no vaclo y cerndo ele A.
En virtud dd Teorema • de 4.3, jj es entonces compacto y B es relativa-
mente compacto. e
Es comecuencia imnediata dd teorema precedente que todo subconjunto
no vacío de un compacto es relativamente compacto.
Todo conjunto relativamente compacto es acotado, ya que es un Rlb-
conjunto de su clausura, la cual es acotada por ser compactl!-. Pero podemos
establecer un resultado más poderoso con igual facilidad.

1 TeoreiiUI z. Todo conjunto relativamente compacto en un capacio ~trico


es precompacto.

DEMOSTRACIÓN. Sea .A un conjunto relativamente compacto.


Su clausura A es precompacta por ser COWJ*Cta (Teorema 2 de •.3 ) ;
pero A es un subconjunto no vacío de A, entonces Á es pl'eCOII!paáo por el
Teorema 2 ele 4.2. e
Cabe preguntane si el reciproco de este teotema es cierto, lo cual equi-
vale a considerar si un conjunto precompacto y cerrado es compacto (v6ue
el Ejercicio 6) .
Pero esta cuesti6n fue tratada en 4.3, luego del Corolario 2', afinnán-
dose qu~ la proposición no es verdadera en d caso general e indicando que
el asunto quedará dih.lcidado en el pr6:ximo capitulo.

EJEIQCJOS

l. Probar que la unión de un número ftnito de conjunto~ ICOtadoa es


..- acotada.

j. Dar un ejemplo de conjunto no acotado cuyo interior aea acotado.

-ª.,_ Demostrar que el diámetro de una esfera abierta en un espacio nor-


mado es igual a doe veces su radio.
98 COHP.4.CIDA D

--
4. Revelar, mediante un ejemplo, que el diámetro de un conjunto no ea
siempre igual al de su interior.

5. Demostrar que, en un espacio m~co discreto, un conjunto es pre-


- compacto ai y 16lo si es fmito.

!· ~bar que si un conjunto es precompacto su clausura también lo es.

7. Sea Á un conjunto no vaclo en un espacio métrico.


Supongamos que para todo a > O existe una familia finita de conjuntos
.dl> .A,, ••. , .A. que cubre A y tal que

3(-AII') <a, para k- 1,2, . . ., n.

-8. Demostrar que el espacio R•, con su métrica usual, es separable.

9. Sea .d un conjunto no vaclo en un espacio métrico. Probar que si


toda cobertura abierta de A admite una subcobertura contable, A es
teparable.

10. Probar que, en un espacio métrico separable, todo conjunto no vacío


es .eparable.

11. Sea .d un conjunto no vacío en un espacio métrico separable. Demos-


trar que .d -.d' (puntos aislados de .A) es contable {se supone n o vacío ).

12. Demostrar que, en un espacio métrico separable, toda familia de con-


juntos abiertos y disjuntos dos a dos es contable.

J 5. Sea .A un conjunto no vacío en un espacio métrico sep arable, con la


propiedad de que a cada x EA conesponde un entorno S (x) tal q ue
.d n S (x) contable. Probar que .A es contable.

14. Se dice que un punto x es de condensación de un conjunto .A si, para


todo ~o S de x, el conjunto Sn.d no es contable.
Demostrar que ai .A es un conjunto no contable en un espacio mé-
a:ico ~ entonces existe algún punto de condensación de .d que
- ' eiJ ..d.

~ Sra ..d un conjunto no contable~ un espacio métrico separable ,y C el


-¡.aro de sus puntos de condensación. Demostrar:
B.JDCICIOS 99

a) .A-e es contable.
b) .A ne no es contable.
e) e es perfecto.
d) Si A es, ademú, cerrado: A- SUT, S perfecto, T contable.

16.,... Demostrar que un espacio (E, d) es compacto si y sólo si toda familia


___...,
de conjuntos cerrados de intersección vacía admite una aubfamilia fi-
nita de intenección vacía.
1
>
17. Probar que un conjunto no vacío A es compacto, si toda cobertura de
A por esferas abiertas admite una subcobertura finita.

U1. Demostrar que la uni6n de dos conjuntos compactos es compacta.


19. Proporcionar un ejemplo de dos conjuntos no compactos cuya unión
e intersección sean compactas.

20/ Sea (E, d) un espacio compacto (E es compacto) y {..4.11 A., ... } una
.--- familia contable de conjuntos cerrados no vados tal que A,..t CA~,
vn >l.
Demostrar que

nA,.
. .1
es cerrado y no vado.

.3.!-:- Si A no es vacío y B es compacto, demuéstrese la equivalencia

d(A,B) - O (=) .JnB=f=.¡..

22. A es compacto, B es abierto y A CB. Probar que existe un conjunto


cerrado e con A.cecB.

23. Demostrar el Teorema 4 de 4.3 aplicando directamente la definición


de compacidad.

24t' Sea (E, d) un espacio en el cual toda esfera cerrada es compacta.


--- Pro~ que todo conjunto acotado es relativamente compacto.

25. Sea t. la familia de todos los conjuntos relativamente compactos de un


espacio (E, d).
Definamos, para S, TE t.:
S,... T (=}S= T.
100 COMPACIDAD

Comprobar que ,., ea una relaci6n de equivalencia sobre A.


Designemos por X al conjunto cociente 6 / - y definamos

p:XXX-tR

tal que, ai l, '1 EX, tomamoe S EE, T E'J, y entonces

p(~, '1) = d(S, T).


Demuéstrtae que p eltá bien defmido (aplíquese el Ejercicio 1.5 del
Capitulo II) y que (X, p) es un espacio m&rico.

26. Á es un conjunto no vaclo en un espacio (E, 4). Probar que Á es pre-


compacto si y a6lo ai a cada e > O corresponde un conjunto fmito F
de puntee de E tal que

yx EA : d(x,F) < •·
"'~--,
-
~
' -.)
CAPIIULO V
Lí•itea y

espae•o•
eompleto•

5.1 UMITES DE SUQSIONES


Estudiaremos detenidamente en este capitulo el coocepto de limite y aus
consecuencias fundamentales. Se trata de um. de. Jaa ideaa centrales de )a
Topología: teoría de la convergencia. Pw otra parte, puede decirse que
es el pílar sobre el cual se apoya el Análisis Matemático, cuyo desarrollo
riguteso depende, en mucho, de la claridad y prec:Wón con que se establezca
aquél.
La idea de convergencia, "el paso al límite", se halla presente, de una
manera rudimentaria, en las obr.u de Arquímedes. Luego la Matemática ae
orientó en otras direcciones por varios cientos de años, hasta que, en la
segunda mitad del siglo xvu, la idea de limite welve a aparecer como
elemento central en la creación del Cálculo Infinitesimal de Newton y
Leibnitz. Allí también se muestra en una forma un tanto impllcita y alta-
mente intuitiva. Fue en el siglo pasado, una vez que Dedekind proporcion6
la prime.r a construcción rigurosa del cuerpo de los números reales, que el
concepto de límite adquiere su fo.nnulación precisa y matemáticamente acep-
table. De entonces a la actualidad ha sufrido un proceso de depuración y
generalización progresivas, incorporándose al ámbito de la Topología.
De los diversos procesos de convergencia que suelen a~ en Allálisis
y Topología, el más simple es el de limite de una auce$ión, que procedemoe a
tratar en seguida. Conviene hacer del conocimiento del lector que existe uua
101
102 LiMITES Y &SPA.CIOS COHPLBTOS

teoria general de convergencia de reciente creación que abarca todas las de-
más como casos particulares. Es la teoría de Filtros, cuyo ambiente natural
es la Topología General y escapa, por tanto, a las limitaciones de esta obra.
Antes que nada, conviene precisar el concepto de. sucesión. Sea X un
conjunto cualquiera no vacío y N el conjunto de Jos números naturales.
Una sucesión en X es una función f : N -+ X. Resulta pues que, para
todo n E N, f ( n) E X y emplearemos la notación

x. = f(n),

pudiendo, según el caso, substituir la x por cualquier otra letra o Símbolo,


conservando el subíndice n para poner de manifiesto que se trata del ele-
mento de X que es imagen de n bajo f.
Los elementos x," llamados 'términos de la sucesión, suelen escribine en
forma de "lista" ordenada en sentido creciente del submdice:

{Xo, XtJ ,\1.s, • • •, x., •· •) 1 (1)

expresión que se abrevia como :

{x,.}.

Usualmente, no se hace referencia explicita a la función f, sino que,


abusando del lenguaje, se habla de la sucesión {x,.} (nótese que se trata
de ( 1) ) . No obstante, obSérvese que ( 1) determina unívocamente a la fun-
ción f.
No debe confundirse la expresión (1) con el rango f(N) de f . Por. ejem-
plo, sea f: N-+ Runa sucesión en R tal que V n EN: f(n) = ( - 1)•. Es
evidente que el rango de 1 es el conjunto { -1, 1}, en cambio la expresión
(1) es, en este caso, · ·

{1, -1, 1, -1, ... , ( -1)•, .. . ).

Volviendo a la situación general de la sucesión {x,.} o bien f :N -+.X.


cabe destacar que la función 1 puede no ser inyectiva y por tanto suceder
que x.- x•. para n=l=n'. Más aún, puede dane el caso en que f sea una
función constante y entonces resultan iguales todos los términos de la suce-
sión, llamándose mct~sión constantt~. El rango de f será un conjunto cons-
tituido por un solo elemento.
Con frecuencia ocurre que existe un "EN tal que vn > V : x,. - x.,, y
a tales sucesiones las llamaremos st~mi~ndan.tt~s. Es evidente que incluyen a
las constantes como caso particular donde v "" O.
Lfllrrl U DE SVCKS IONU
lOS
El rango de una sucesión lelllÍ-<lOnatante es un conjun to finito:
{x.,, x., · · . , x.}; aunqu e no toda sucesión cuyo rango le& finito ea aemi-
conrtante, como indica el ejemp lo anterio r.
En cualqu ier caso, el rango de una sucesión es un conjun to contable.
Una sucesión en un espacio métric o (E, á) es una sucesión en el con-
iunto E.
Sea pues {x,.} una sucesión en (E, d}. Decimos que un punto .x EE ea
límite de {x.}, si a cada entorn o S de x conep onde un "EN tal quoe
V n >": x. ES. Tambi én se expresa diciendo que {x.} COfUJer1• a x o
que tiene limite x o que tiende a x. Así pues, si una aucesi6n tiene límite,
ae
dice que es ccmvngente. La notaci ón que emplearemos indisti ntamen te eeri
lim x. - x 6 x,.~x.
En breve demostiaremos que una sucesión convergente admite un limite
único.
Record ando la intezpretación intuiti va de entorn o dada en 2.3, como
proximidad o cercanl.a al punto en cuestión, podemos imaginar a1 limite de
la rucesión COIJIO un punto alrede dor del cual se aglome ran los términos de )a
sucesión, en fonna tal que, fijad() el entorn o, todos ellos, a partir de uno
en adelan te, se encuen tran dentro de ese entorn o. No se escapa la .emejanza
con el concepto de punto de acumu lación ¡ pero nótese que. con límite o sin
S, de acuerd o al Teorem a 1 ,de 2.3, no podemos hablar de punto de acumu
-
lac;Wn del rango de la sucesión si éste no es un conjun to infinit o. Si
el
rango es infinito, se deduce inmed iatame nte de la definición que el límite
es punto d~ aéúmu laci6n de aquél. Más aún, es el único punto de atumu
·
!ación del rango. En efecto, suponi endo {x.} de rango infinit o y x. ~
x,
consideremos un punto cualquier.} y E E con y =F x. Apüca ndo el lema
1
de ~.3, tomemos entornos S, T, de x, y, reapectivamente, con SnT - ;. En
virtud de-la definición de limite, existe UD ~EN tal que vn " : ~
de maner a que T cootiene, a lo más, el númer o finito Xo, x ••• , x,~ de
x. ES¡
11
puntos del rango. El Teorem a 1 de 2.3 nos indica que y no puede aer punto
de acumu lación del rango. Result a pues que x es el único, ya que ninguo
o
distinto de él lo es.
El reciproco no es cierto: el rango de la. sucesión puede admitir un
único punto de a.cumulaci6n y carece r de limite. Por ejemplo, el I'llDCO de
la siguiente sucesi6n en la recta real

{1, .¡, 2, t. 3, *· ...}


admite a O como único punto de acumulación y, sin embargo, es f6cil com-
probar au falta de límite. Es posible añadir condicionca adicionales que
garant icen la convergencia¡ en tal sentido, véase el Ejercicio 7 y el Coro-
lario 1' de 5.2.
Lfllrra:s Y UPACIOS COJDUTQS

Sea {x.} uua (E, d) y a > O un número real cualquiera.


I'JCHÍÓn ea
Supongamca que x,.-+ x para algún ~ EE. De acuerdo con la definición,
existe un vEN tal que Vn ~ v: x,. EN(x; a) es decir:

vn>v : d (x,., x) <•·


R.eclpiOCamellte, auponpmoa que, a cada • > O corresponde un r €N
tal que

vn>v:d(x..,x) <•.
Sea S un entorno de x ; existe entonces un r > O tal que

N(x; r) CS.

Según la hipótesis, a r >O corresponde un vEN tal que

o lo que es Jo mismo x,. EN(x; r); es decir¡

Bn reaumen, hemos deducido la siguiente defmici6n equivalente: x,.-+ x


si y aólo si a cada a > O conuponde un " E N tal que

vn >V : d(x., xl <a.


En adelante, empleamnCI cualquiera de las dos definidones regún con-
YeDga en las circumtancias.
Si el espacio m6trico en cueati6n es un espacio normado con la métrica
inducida por la oorma (ejemplo 3 de 1.1), la segunda defmici6n adopta la
forma : x,.-+ x si y sólo ai a cada a > O corresponde un v EN tal que

6 D::luye a la recta real como caso particular, donde la norma es el valor


1 .....
Ama de proporcionar algunos ejemplos de sucesiones convergentes, con-
...._ _.bJecer de una va la unicidad del lluúte.

~ 1. El llmite de una aucaión convergente en un d(>*:ÍO métrico


-5 -
..
LfiiiTJU DK SUC&SIONJU lOS
DEMOSTRACI ÓN. Supongamos que x11 -+ x, x,. -+ •y. x =1= y; es decir, ambos
puntos x,y aatisfacen la definición de Umite de la sucesión {x,.}.
Aplicando el Lema 1 de 4.3, exiaten entomoa S, T de x, 'Y respectivamente,
con SnT ... .¡..
Al entomo S corresponde un • 1 E N tal que

Vn > v,: x,.ES;


al entorno T corresponde un ., EN tal que

Vn ~ "•: x,.ET.

Luego, si tomamos un m EN con m~ má.x {v.1,v1 }, es decir, no menor


que v1 ni 112, resulta que

x.. ESnT,

lo cual contradice que S n T = .¡..


No podemos pues suponer la existencia de más de un límite. e
Procedemos a considerar algunos ejemplos de sucesiones convergentes.
Posiblemente el c:aso más sencillo es el de una sucesión semiconstante (o en
particular, constante) {x,.} en un espacio cualquiera (E, d); es decir, .existe
un punto X EE tal que x,. ... x, vn > v, donde V es :algún número natural.
La comprobació n de que x,. -+ x es trivial.
Sea aho.ra {x,.} una sucesión en la recta real. Decimos que ésta es cre-
ciente ai Vrt EN : Xo < X...í y, anilogamente, la llamamos decrecúnte st
V n EN : %,. > %. .1.

-
Una sucesi6n .e denomina morw$1ona si es creciente o decreciente.
Supongamos que (x,.} es creciente y que su rango esti acotado superior-
mente. Sea x ER el extremo superior del rango y • > O un número real
cualquiera. Como x-a< x, x-a no puede aer cota superior del rango de la
sucesi6o; debe, pues, existir un término x. con

x-e< x. < x.
Dado que la sucesión es creciente, resulta que

vn > ": "" ~ x. < x ;


o sea que
vn >V; X-e< X,.< X+ a,
106 LfHITES T ESPACIOS COldPLBTOS

desigualdades que son equivalentes a:

lx.-xl < •·
Tenemos entonces que x,.-+ x.
Por otra parte, si {x,.} es una sucesión decreciente cuyo rango está aco-
tado inferionnente y x ER es el extremo inferio.r de éste, se demuestra de
mane~ totalmente análoga que xa ~ x.
Las sucesiones mon6tonas en la recta real son particularmente impor-
tantes, no sólo por su frecuente aparici6n, sino por la facilidad con que
se establece la existencia del límite, según se vio anteriormente.
El siguiente teorema, de gran utilidad, señala que un punto de acumu-
laci6n de un conjunto es siempre el límite de sucesiones en el conjunto.

' Teorema 2. Si x es un punto de acumulación de un conjunto A en un


espacio (E, á), existe una sucesi6n {x,.} en A, cuyos términos son distintos
dos a dos y x,. -+ x.

DEAIOSTRAOIÓN. Como x es punto de acumulación de A, toda esfera abierta


de centro x contendrá infinitos puntos (distintos de x) de A. Apoyánd.:>nos
en esta afinnaci6n procedemos a construir, por inducci6n, la requerida
sucesi6n {x,.} en A.
Tomemos una sucesión de términos reales (r,.} tal que r,.-+ O y
V n EN : r,. > O. Por ejemplo,

la cual es decreciente y se comprueba fácilmente que converge a O.


Elegimos arbitrariamente un X4 EAnN(x; ro).
Supongamos que se han tomado ya los términos x0 , x., ... , x,..1, dis-
tintos dos a dos y tales que

x, EA nN(x¡ r,), para i- O, 1, ... , n-l.

Elegimos ahora un x,.EAnN(x¡r,.) con x.=/=x., para i ... 0,1, ... ,n-1.,
Queda pues determinada, por inducción, una sucesi6n {x.} en A, cuyos
términos son distintos dos a dos y, en virtud de su construcción,

Dado e > O, como r,.-+ O, existe un vEN tal que Vn >" : r,. < a
(se prescinde del valor absoluto, ya que r,. >O). Resulta entonces que

Vn > v: d(x.,x) <e, es decir, x,.-+x.



a.fiOTB S DE SUCESI ONES
107
Basta un ligero examen de la demostración del teorema precedente
para percata rse de que, en general, existirán muchas sucesiones diferentes
que cumple n los requisitos exigidos. Por otra parte, el n:clproco es también
cierto y se deja al lector. Aprovechamos el teorema para proporcionar,
median te sucesiones, una importa nte caracterización de lo.s puntos de ad-
herencia d e un oonjunt o: son precisamente aquellos que son límite de
sucesiones en el conjunt o.

Corolario 2'. Sea A un conjunt o no vacío en un espacio métrico.


x EA_si y sólo si existe una sucesión {x.} en A oon x.,-+ x.

DEMOST RACIÓN . Sabiendo q~.Je A = A UA', supongamos que x EA. Si x E.A'


el Teorem a 2 nos asegura la existen.c ia de una sucesión en .A que conver-
ge a x.
Si x E.A, basta con tomar la sucesión constante {x,.}, tal que vn EN:
x,. - x, que está en .A y x,. -+ x trivialmente.
Reclpro cament t, supongamos que {x,.} es una sucesión en A con
x,. ~ x. Demostraremos que x E A apJican!lo el Teorem a' 2 de 2.4:
Sea S un entorno de x; existe entonces un V EN tal que vn > v' :
x,. ES. Pero, como la sucesión está en A, también x., EA, es decir, x,. ESn A.
O sea SnA =F•I>Y xEA. . e
Pasamos ahora a definir el importa nte y útil concepto de sucesión
parcial de una dada.
Sea {x.} una sucesión en un conjunt o no vacío X. Si {y,.} es otra
sucesión en X, la idea, al decir que es parcial de la {x,.}, es la de indicar
que todos sus términos son términos de {x,.}. Lo que -sücede si adoptamos
esa defmición, es que caemos en casos muy triviales. Por ejemplo, Ja suce-
sión corutan te {y,.} tal que vn EN: y,. ""'x~, sería parcial de la (x,.}.
Si pretend emos que el concepto sea fructífero debemos descart ar tales
casos imponi endo restricciones que los eviten. La manera de hacerlo es
impedir que un mismo término x,. se tome más de una vez para constituir
la sucesión parcial. Acogiendo esta idea obtenemos la defmición satisfac-
toria y precisa.
• Sea f : N~ X una sucesión y g : N-+ N una inyección (función in-
yectiva). Decimos entonces que f • g: N-+ X es una succaión parcial de f.
Emplea ndo la notación acostum brada, Vn EN: /(n) - x,., resulta que,
si designamos por {y,.) a Ja sucesión parcial, Vn EN:,... (/. g } (n) ..
/{g(n) ]- ..-,1,.¡. O aea que, ciertamente, los y,. son todos términos de la
{x.}. Por otra parte, si n :;6 m entonces g(n) :;6g(m ), por ser g inyectiva,
de manera que y,., :Y• no son el mismo término de {x,.}.
Conviene notar que los "" puede que no ·aparezc an en el mismo orden
relativo que tienen como términos de {x.}.
108 LfliiiTBS Y UPA.CIOS COIII'L&TQS

Podemos expresar la definición de manera equivalente: Se dice que


la sucesi6n (y,.} es parcial de la {x,.}, si existe una inyección g: N-+ N
tal que Vn EN:,_- x,<•l·
Obsérvese que, como no se exige que g tea sobreyectiva, pueden existir
x,. que no figuran en {y,.}.
Es evidente que toda suceaión ea parcial de si misma. En ese caso la
.inyección g es la función idéntica (biyectiva) N-+ N.
Supongamos que {z..} es una sucesión parcial de (y,.}, bajo una inyec-
ción g 1 : N-+ N, es decir, Vn EN: z.- y,~<•>· Aceptemos tambim que
(y,.} es una sucesión parcial de (x,.}, bajo una .inyección g 1 : N-+ N, es
decir, Vn EN :y,.- x,,<•>· Sabiendo que el compuesto de dos inyecciones
ea otra inyección y escribiendo VnEN: Z. ""y11 (tol- X 12 r, <•>J = x, , <•h
1 20 1
deducimos que (z,.} es una sucesión parcial de {x,.}. Podemos decir que la
"parcialidad " es transitiva.
Si suprimimos de {x,.} un conjunto arbitrario y fmito de términos y
conservamos los restantes en su mismo orden relativo obtenemos una su-
cesión parcial de (x,.}. (Véase el Ejercicio 1).
Dada una sucesión {x,.}, se dice que la (y,.} proviene de ella mediante
una reordenación de sus términos, si existe una biyección g : N-+ N tal
que yn E N : y,. - x,c,.1•
Es evidente que (y,.} es una sucesión parcial de {x,.}, ya que toda
biyecci6n es inyectiva. Por otra parte, esta definición traduce fielmente
nuestra idea intuitiva de "reordenar" o "alterar el orden" de los términos
de una sucesión. Nótese que tambi6n {x,.} proviene de {y,.} mediante una
reordenación de sus términos, ya que Vn EN: x,. - x,,,-•<•>1 == Yr'<•>·
Proporcionar ejemplos de sucesiones parciales de una dada equivale a
construir inyecciones de N-+ N.
Cuando se trata de sucesiones en un espacio métrico, muchas de aus
propiedades son heredadas por sus sucesiones parciales. Veremos en seguida
que ello sucede con la convergencia, más aún, se conserva el mismo limite.
Con objeto de facilitar la demostración del teorema que sigue; conviene
hacer una observación evidente: Sea {¡;,} una sucesión en un espacio
(E, J) y z EE, entonces z.-+ z si y sólo si, para todo entorno S de z, el
conjunto {n EN 1 z,. ~S} es finito.
\ Teorema 3. Si {x,.} es una sucesión convergente en un espacio m~trico,
entonces toda sucesión parcial de ella converge al mismo llmite.
DEwosTIIACIÓN. Sea x - lím x. e {)',.} una sucesión parcial de {x.} bajo
una inyecci6n g : N~ N, es decir, yn EN : >'• - Xgf•l·
Sea S un entorno cualquiera de x . Luego, el conjunto

N, ... {nEN i x.íS}


LbiiTB S DE 91/CJ!SIONU
109
es finito, lo cual implic a que el conjun to

es tambié n finito, ya que, por ser g inyectiva, contiene, a lo má.J, igual


númer o de elementos que N ,.
Resulta pues que y,.-+ x. e
Es fácil advert ir que el reciproco del teorema precedente no es, en
general, cierto: una sucesión no convergente puede admiti r sucesiones par-
ciales convergentes. Sea, por ejemplo, la su.cesión { ( - 1 ) •} en la recta real,
es decir, { l, -1, 1, - 1, . .. , ( - 1) ", ... }. Es inmed iato compr obar
que
carece de límite. Sin embarg o, la sucesión consta nte { 1, 1, ... , 1, ... } es
parcial de ella bajo la inyecci6n g(n) = 2n y es, por supuesto, convergente.
Con hip6tesis adicionales podemos lograr que el recíproco funcione. En
tal sentido, véase más adelan te el Lema 1 en 5.2.
Apelan do a consideraciones anteriores y hacien do uso del Teorem a 3,
podemos decir que toda reorde nación de los términos de una sucesión con-
vergente o la supresión de un conjun to finito de sus términos origina suce-
ciones que convergen al mismo límite.
Es interes ante ob3ervar qu e si el r ango de una sucesión es un conjunto
finito, ésta admite una sucesión parcia l consta nte. En efecto, necesariamen
te
ha de existir algún elemento x del rango que se repite infmitas veces en la
~ucesión {x,.}, es decir, existe un conjun to infinito N de númer
1 os naturales
tal que vn EN, : %,. = X.
Podemos entonces construir, por inducción, una biyección g : N-+ N
1
o aea una inyección g : N-+ N. Luego , la sucesión parcial {:y,.} tal que
V n E N : " • - x1 <•l es consta nte.
Nos proponemos ahora caracterizar a los conjun tos compactos median -
te sucesiones. Comenzaremos por introd ucir un nuevo tipo de compa cidad.
Sea A un conjun to no vacío en un espacio métrico. Decimos que A es
s1cuencialmente comptJcto si toda sucesión en A admite una sucesión parcial
convergente iln A.
Abreviamos diciendo que A es Se.
Si A es un conjun to finito, toda sucesión en A tiene rango finito y, por
la observaci6n hecha anteriormente, admite 'Una sucesi6n parcial constante
y por lo tanto convergente, o sea que A ea se.
Demos trarem os ahora que, en un espacio métrico, las propiedades de
·compa cidad y se son equiva lentes.

Teore'IIIIJ 4 . En un espacio métrico, un conjun to es SC si y sólo si es


BW.
110 ÚIO.TES Y ESPACIOS COIIPLBTO$

DEMOSTllACIÓN. Supongamos que A es BW y sea {x,.} una sucesión en A..


Si el rango de {x,.} es finito, sabemos que (x,.} admite una sucesión parcial
constante y por tanto convergente, o sea que A. es se.
Consideremos, pues, que el rango de {x.} es infinito; es entonces un
subconjunto infinito de Á que, por ser BW, admite un punto de acumu-
lación x EA.. Aplicando el Teorema 2, existe una sucesión parcial de {x.}
que converge a x.
Recíprocamente, supongamos que A es .se. l:ii A. es finito, es BW. De
lo contrario, sea T un subconjunto inflnito de A.. Podemos construir, por
inducción, un subconjunto infinito y contable de T, cuyos puntos sean
distintos dos a dos, es decir, una sucesión {x,.} en T, cuyos términos son dis-
tintos dos a dos, o sea que su rango es infinito. Como (x,.} está en A. y éste
es se, aquella adnúte una sucesión parcial {y.} con límite X E.d. ?ero
como los t&minos de {x.} son todos distintos, serán diferentes dos a dos
los términos de {y.}, lo cual implica que el rango de esta última es infinito¡
designémoslo por B. Resulta entonces que X EB' j pero Be T, luego X ET'
y, como también x EA., A. es BW. e
En el Teorema 3 de 4.3 se estableció que compacidad y BW son pro-
piedades equivalentes. En virtud del teorema precedente, podemos ahora
afirmar que, en un espacio métrico, compacidad, BW y se son conceptos
equivalentes.

~") SUCESIONES DE CAUCHY Y ESPACIOS COMPU:TOS

En la familia de todas las sucesiones en un espacio métrico, conviene


distinguir aquellas, que llamaremos de Cauchy, que poseen la propiedad
d e que sus términos se van acercando unos a otros tanto como se desee con
s61o tomarlos lo suficientemente avanzados. Tales sucesiones son algo más
generales, pero estrechamente relacionadas con las convergentes, como ve-
remos en seguida. .
Antes, por supuesto, se hace necesario definirlas con precisión.
§ea {x,.} una sucesión en un espacio (E, d). Se dice que {x,.} es una
sucesión de eauchy, si a cada número real • > O corresponde un vEN tal
que para todo par de números naturales n, n', no menores que v (abrevia-
damente: Vn, n' > v), se verifica que

d(x.,x.· ) <e.
O sea pues que, fijada cualquier cercanía (1!), por pequeña que ésta
sea, siempre podemos haUar un lugar ( v) en la sucesión a partir del cual
todos los términos están más próximos unos de otros, que la cercanía fijada.
!ti CESIONES DB CA11CBY Y ESPACIOS CO.IIU"LIITOS 111
Si la sucesión tiene límite x, sabemos que intuitivamente lignifica que
sus términos se aprCJI<iman a x tanto como se desee. Parece razonable espe-
rar que esto traiga como consecuencia que los ténninoa se acerquen unoa
a otros tanto como Je quiera, es decir, la sucesión debe ser de Cauchy. Esta
intuición es coiTecta, como demuestra el teorema que sigue.

Teorema l. En un espacio métrico toda sucesión convergente es de


Cauchy.

DEMOSTRACIÓN. Supongamoa que {x,.) es un sucesión en un espacio (E, d)


y que tiene límite x EE.
Sea"> O; como K,.-+ K, existe un, EN tal que vn > 11 : d(x., x) < •¡•.
Vn, n' > v resulta pues que d (x,.,x) < •¡. y d(x,..;x) < •¡,, de donde

d(x,..x,.•) <d(x,.,x) +d(x,.•,x) <a,


o sea que {x.} es de Cauchy.

Como consecuencia, cualquier sucesión convergente constituye un ejem-
plo de sucesión de Cauchy. También se usa d Teorema 1, en ocasiones,
para comprobar que una sucesión no converge, verificando que no es de
Cauchy.
Cabe preguntarse si el recíproco del Teorema 1 es cierto, es decir, si toda
sucesión de Cauchy converge. Intuitivamente, si las ténninos de la sucesión
se aproximan unos a otros tanto como se desee, parece razonable sospechar
que ello se debe a qu: se están acercando a algo, o sea al límite. No obstante,
aquí la intuición falla. El reciproco no es, en general, cierto. Existen suce-
siones de Cauchy no convergentes.
Estu consideraciones motivan una clasificación de los espacios métricos.
Se dice que un espacio métrico es completo si toda sucesión de Cauchy
en él es convergente. Un espacio mét.ricó es incompleto si no es completo.
Se entiende pues que, en un espacio completo, las sucesiones de Cauchy
y las convergentes son las mismas, es decir, una sucesión converge si y sólo
si es de Cauchy. Análogamente, en un espacio incompleto deben exUtir
sucesiones de Cauchy no convergentes. O sea que la existencia o ejemplo de
alguna de dlas depende de la existencia de espacios incompletos.
Las construcciones y ejemplos de espacios completos e incompletos se
efectuarán en adelante de manera directa e indirecta. Los resultados que
se establecerán en 5.3 nos permitirán mostrar tales ejemplos con gran faci-
lidad. También los ejercicios, al final del capítulo, señalan casos interesantes.
Para averiguar si una sucesión es convergen.tc en un espacio complelo,
basta con verificar si es de Cauchy. La ventaja que esto ofrece es que no se
requiere conocer previamente ningún punto como posible limite, cuya deter-
112 LJ~liTES Y ESPACIOS COIIPLBTOS

minación puede ser muy difícil y, en ocasiones innecesaria, cuando sólo se


desea demostrar la convergencia.
Seguidamente demostraremos tres lemas y un par de corolarios que re-
sultarán muy útiles en lo sucesivo; por otra parte, ellos proporcionarán una
visión más profunda de las sucesiones de Cauchy, dando una medida de la
fuerza del concepto.
Este primer lema puede interpretarse como un recíproco parcial del Teo-
rema 3 de 5.1. Nos indica que la hipótesis adicional de que la sucesión en
cuestión sea de Cauchy es suficiente para garantizar su convergencia cuando
una sucesión parcial tiene límite.

Lema 1. Si una sucesión de Cauchy {x,.} en un espacio (E, d) admite


una sucesión parcial convergente, entonces {x,.} es convergente y ambas
tienen el mismo límite.

DEMOSTRACIÓN. Sea {y,.} una sucesión parcial de {x,.}; o sea que existe
una inyección g: N-+ N tal que vn EN: y,. = Xg(IO)•
Supongamos que y,.-+ x.
Dado e> O, como (x,.} es de Cauchy, existe un 111 EN tal que

(1)

Por otra parte, existe un "• E N tal que

vn > Vz : d(y,., X) < 'la. (2)

Ahora bien, el conjunto M - (!"1 {0, 1, . .. , v1 -l} es finito por ser g


inyectiva.
Sea pues
p.- máxM.

Tomemos un número natural que sea mayor que p. y que ~'2i designé-
maslo por m.
Luego, como m> vz aplicando (2) resulta:

d(y., x) < •¡•. ' (3)

Pero también m > lo cual implica que m f. M, de manera que, nece-


p.,
sariamente, g(m) > v1 y, como y.,"" x, 1,.1 se aplica (1), resultando:'

(4)
SlJCZSIONU DB CAUCIIY Y JUP.t.CIOS COJIPLBTOI 113
Aplicando ahoJa la dcaigualdad triangular y en tcgUida (S) y (4) obteo
nemas

o Jea que x. -+ x.
CorolGrio 1'. Si {x.} es una sucesión de Cauchy cuyo rango admite al-

gún punto de acumulac:ión x, cntoncca x. - ;r;,

DEMOSTRACIÓN. En virtud del Teorema 2 de 5.1, existe una aucesi6n pa.r--


cial de {x,.} que converge a x. Aplicando ahora el Lema 1, concluimos
que x.-+x. e
Es muy sencillo demostrar que el rango de una auceai6n convergente es
UD conjunto ma.tivamente compacto (Ejercicio 6). Veamos ahora cuál
es la naturaleza del rango de una sucesión de Cauchy.

Lema 2. El rango de una sucesión de Cauchy es UD conjunto precom-


pacto.

Demo#Tad6n. Sea {x.} una sucesión de Cauchy en el espacio (E, d),


Dado pues un a> O, eJii.ate un ,. EN tal que Vn, n' ~" : tl(x., ..-,..) <.;
de donde Vn > v:d(x.,x.) <•, es decir, Vn>• : x.€N(x,;e) .

Se deduce entonces que U N (x,; •) contiene todos los términos de la
,,.
sucesión y, por tanto, al rango. Además Jos centros xo, xl, • • . , x, pertenecen,
por :supuesto, al rango. e
Antes de formular pregunta. sobre la validez del reciproco, obtengamos
este corolario inmediato.

Corolario 2'. El rango de una sucesión de Cauchy es UD conjunto aco-


tado.

DEMOSTRACIÓN. El rango de una sucesión de Cauchy es un conjunto pre-


oompacto, de acuerdo con el Lema 2, y, en virtud del Teonma 1 de 4.2,
acotado. e
El recíproco del Lema 2 no es, en general, cierto. Por ejemplo, el rango
de la sucesión {( -1) •}, en la recta real, es precompacto por ser fm.ito;
ain embargo, se ve claramente que la sucesión no es de Cauchy. Dado que
·todo conjunto precompacto es acotado, el reciproco del corolario 2' tam·
poco es cierto.
114 LfJOTE.!I Y ESPACIOS COMPLETOS

No obstante, el lema aiguiente nos proporciona un reclpfO!:O "débil"


del Lema 2 y veremos luego que tiene implicaciones de mucha trascen-
dencia.

LenuJ 3. Si el rango de una sucesión es un conjunto precompacto, ésta


admite una sucesión parcial de Cauchy.

DEMOSTRACIÓN. Si el rango de la sucesión es un conjunto finito, sabemos


que ésta adnúte una sucesión parcial constante y, por lo tanto, de Cauchy.
Consideremos, pues, una sucesión

S1 - ( x',
1
x',

... , x'.., ... }

(la raz6n de esta notación se verá claramente en lo que sigue) cuyo rango
sea un conjunto precompacto e infinito.
En el transcurso de la demostración utilizaremos la notación N, para
designar una esfera abierta de radio r > Oy centro algún punto d el espacio.
Indiquemos por R 1 al rango de S,.
Por hlpótesis, R. está contenido en la unión de un número finito de
esferas abiertas de radio t· Al menos una de ellas contendrá infinitos pun-
tos de R 1 y éstos constituyen, respetando el orden relativo con que figuran
en S 11 una sucesión parcial

S, ... {xl,1 x•, ... , x•,


..
... }
2

des~, cuyo rango R 2 es infinito y R,CR,, R.CN 1•


Razonando análogamente, R, está contenido en la unión de un número
finito de esferas abiertas de radio J. Al menos una de ellas contendrá infinitos
puntos de R 1 y éstos constituyen, respetando el orden relativo con que figu-
ran como términos en Ss, una sucesión parcial

S1 "" {x1, x', ... , x', · · ·}


1 2 "

de S 1 y S,, cuyo rango R 1 es infmito y RaCRsCR11 R aCN¡.


Procediendo por inducción, supongamos construidas hasta la sucesión

.. ..
SIM.- {xl'-', xl'-', ... , xl'-', ... }

tales que ca.la una sea parcial de todas las anteriores, sus rangos son infini-
tos y cumplen las relaciones RH CRIMC · .. C R 11 R, CN111 (i-1, ... ,k-1).
SUCESION ES DE C4VCHY Y ESPACIOS COMPLET OS
115
Ahora bien, ft. 1 está contenido en la unión de un número finito de
esferas abiertas de radio 1/t• Al menos una de ella.s contendrá infinitos pun-
tos de Rt-1 y éstos constituyen, respetando el orden relativo con que figuran
como ténninos en s._,, una sucesión parcial

S¡,- {~, ~•... , x".. ... }


1 t

de S~o,.y, por lo tanto, de S ¡,.o~, ••• , .SU. cuyo nmgo R. ea infinito y


R~cCR._1 C ... cR,, R~oCN,11c.
De esta manera hemos construido una familia {S., S.,., ... } de suce-
siones tal que S,. es una sucesión parcial de todas las anteriores y ro rango
R., está contenido en una esfera N 11"
La sucesión
{x',
1
x•,.. .. ·, x", ... }
..

es parcial de S,. Demostremos que es de Cauchy.


Sea e > .0 y tomemos un vEN tal que O< '/• < e.
Ahora bien, V n, n' > v, los puntos X:• x:; pertenecen a los rangos R,.,
R •. respectivamente y R,.CR,, R..·CR.,, R,CNJJY. Se deduce que x•,x"'
EN,,v; pero t>l diámetro 3(Nvv) < "fv, lo cual implica .. "'

d(x" ;e"') < •¡. < a.


" •' - •
Como aplicación del Lema 3 daremos respuesta a una pregunta que se
suscitara en 4.4 con motivo de lo establecido por el Teorema 2 de esa SC(;
ción. En efecto, allí se demostró que todo conjunto relativamente compacto
es precompac to en cualquier espacio métrico, y se planteó la posible vera-
cidad del reciproco. Este no es, en general, cierto; pero veremos en seguida
que la hipótesis adicional de completitu d del espacio sí lo garantiza.
Antes se hace necesario referirnos al Ejercicio 6 del Capitulo IV, ya
que haremos uso de él en la demostración que sigue. En un espacio métrico,
la clausura de un conjunto p:recompacto A es precompac ta. En efecto,
dado e > O, tomen:os O < e' < e. Ent.onces


AC UN(x,;e ')C UÑ(x,;e '),

. ;1 hl

donde x,, ... , x,. E .A. Pero el conjunto de la derecha es cerrado, luego


A e U Ñ(x¡; e').
,.,.
116 ÚIDTB S Y B.Sl'.AQOS COKPL BTOS

N6tae que
Ñ(x,; •') CN(x, ; a) para i - 1, 2, · · ., n.

Entonc es


AC UN(x, ;e),
,111
ademu , X1J ••• , x. EA.

Teore11111 2. Todo conjunt o precómpacto en un espacio métrico completo
ea relativa mente compac to.

D&KosTRACIIÓN. Sea .d un conjunt o precom pacto y demostremos que su


clausur a A ea se.
Sea {x.} una sucesión en A. En virtud del Teorem a 2 de 4.2, el rango
de la sucesión es precom pacto por aerun subcon junto del del precom pacto A.
Aplicando entonce s el Lema 3, {x.} admite una sucesión parcial de Cauchy
{y.}; pero como el espacio ea completo, {y.} converge a un punto y. Por
otra parte, la sucesión {y.} está también en A; luego, por el Corolar io 2'
de 5.1, 'Y pertene ce a la clausur a de A, o a.ea a A, y éste ea se,
por lo tanto,
compacto.
De manera que .d es relativamente compacto. e
Se origina una nueva pregun ta: ¿Será el teorem a precede nte válido
en espacios completos solame nte?
La respuesta ea afumat iva. Tal propied ad caracte riza a los espacios
completos. El reciproco del Teorem a 2 es cierto.

Teore11111 3. Un espacio métrico, en el cual todo conjunt o precompacto


es relativamente compac to, ea completo•

. DEKosTüCIÓN. Sea {x.} una sucesión de Cauchy. Su rango .d, por el


Lema 2, es precom pacto. Luego, en virtud de la hipótesis, .d es relativa mente
compacto, ea decir, A es compac to y, por lo tanto se.
Pero {x.} es una sucesión en A, entonces admite una sucesión parcial
convergente, lo cual implica, por el Lema 1, que {x,.} converge. El espacio
es pues completo. e
De los Teorem as 2 y 3 extraemos la consecuencia de que en un espacio
m&rico inCOJDpleto, deben existir nc:cesariamente conjunt os precompactos
que no son relativamente compactos.
1178&1PACIOS COif PL&T OI
117

$'l. SUIESPAQOS COMPLITOS


'
En U .e vio que ai (E, tl) ea un eapacio ~trico y P
es un eooju nto
cualq uiera no vacío en aqué l, enton cel (F, tl) ea un espac
io métrico, dond e
á es la mfui ca induc ida, que Jlamamoe subeapacio de
(E, tl).
En esta recci6n deter mina remo l qué condiciones 1011 IUfic
ienta y cui-
les necesarias para que (F, ll) - completo. Vc:rcmoa
que todo depe nde
de la natur aleza del conju nto P en (E, d ).
Antes que nada, vale la pena destacar la ligui ente oblervacil
m, que te
deriv a del hech o ele que la métr ica es la mjpn a en
amlvw espacios y que
la defmici6n de sucesión de Cauc hy depe nde 161o de la
métr ica:
Una sucesión de Caue hy en (E, d) que esté en F, es una
sucesión de Caue hy
en (F, d ). .Reclprccamente, una sucesi6n de Cauc hy
en (F, d) tamb ién
lo es en (E, d).
Por otra parte, una sucesión conv ergen te en (F, ti)
tamb ién conva¡e
al mismo limit e como aucesi6n de (E, ti) • Por el eootr
ario, una IUC'ai6n
conv ergen te en {E, d) que esté en F, converse en
limite perte nece a F. ·
(F, ti) a
y l6lo á m
,,.
qpmo consecuencia de estas consideraciones podemtw decir
que (F, d)
es comp leto ai y 16lo ai toda rucel i6n de Cauehy en
(E, ti) que esté en F,
tiene limit e en F.
Veremos que los resultados que procedemoa a Cltablccer,
at!cm4• de su
impo rtanc ia intrlnseca, nos prop orcio narin un méto
do leJlcillo para cons-
truir apac ios completos e incompletos.

Teor eiiiG l. Si Fes comp acto, entoncea (F, d ) es comp leto.

DulosTRACX6N. Sea {xa} una sucesión de Cauc hy en


(F, tl). Fea SC por
ser comp acto, Juego la sucesión {x.} que esú. en F,
admi te una aucesi6n
parcial convergente cuyo límite x EF; pero en virtud del Lema
1 de 5.2,
-x.-+ x. (F, tl) es pues, completo.
e
El recip roco del teore ma prece dente no es, en general,
cierto . Por ejem -
plo, un espac io métrico discr eto (E, d) es comp leto
(Ejer cicio 24) y si E
tiene infin itos puntGS, E no es comp acto; n6tes e que
(E, d) es un subes-
pacio de &Í mismo. Se obser va pues que el Teor ema
1 establece una con-
dición suficiente pero no neces aria para la comp letitu d
delau bespa cio.
El teore ma siguiente, por el contr ario, seiía la una cood
ici6n necesaria,
pero no aulic ieote .

Teor ema 2. Si (F, d ) es comp leto, enton cea F es cerra do.


118 LÍMITES T ESPACIOS COMPLETOS

DEMOSTRACIÓN. Tomemos un x EF. En virtud del Corolario 2' de 5.1,


existe una sucesión {x,.} en F con x,.-+ x. Luego, {x,.} es una sucesión
convergente en (E, d) y, por lo tanto, de Cauchy (Teorema 1 de 5.2); pero
como está en F, { x,.} es una sucesión de Cauchy en ( F, d), lo cual implica
que tiene límite en F, ya que ese espacio es completo por hipótesis. O sea que
xEF.
Tenemos pues que FCF, es decir, F =F.
Este teorema nos permite construir espacios incompletos con toda faci-

lidad. Basta, en efecto, con tomar un conjunto F en (E, d) que no sea
cerrado y el espacio (F, d) es incompleto. En éste d~ben eXistir sucesiones
de Cauchy no convergentes y conjuntos precompa~tos que no son relativa-
mente compactos.
La existencia de espacios incompletos nos indica que el recíproco del
Teorema 2 no es, en general, cierto. De hecho, un espacio incompleto
(E, d) siempre puede considerarse como subespacio incompleto de sí mismo.
No obstante, E es cerrado en (E, d).
Podemos, sin embargo, establecer un reciproco parcial del Teorema 2,
añadiendo la hipótesis de completitud del espacio "grande".

Teor ema 3. Si (E, d) es completo y F es cerrado, entonces (F, d) es


completo.

DEMOSTRACIÓN. Sea {x,.} una sucesión de Cauchy en (F,d) . Luego {x;j


es una sucesión de Cauchy en (E, d) y como éste es completo, {x,.} es
convergente a un punto x EE. Pero {x,.} está en F, lo cual implica, por el
Corolario 2' de 5.1, que x EF, o sea que x E F, ya que F es cerrado.
En resumen, {x,.} tiene límite en F, es decir, es convergente en (F, d) .

Consideran4o ambos teoremas 2 y 3 obtenemos el siguiente corolario.



Corolario 3'. En un espacio completo (E, d) , el subespacio ( F, d) es com-
pleto sí y sólo si F es cerrado.
Además de la importancia i.ntrínseca de los teoremas de esta sección,
destacamos que ellos nos permiten, a partir de un espacio métrico dado,
construir espacios completos e incompletos con mucha facilidad.

5.4. COMPLETITUD Y PRECOMPACIDAD EN R"

Particularizamos ahora nuestro estudio a la recta real y al espacio R"


en lo referente a completitud y precompacidad. Se recomienda al lector
repasar los Ejemplos 3, <l y 5 de 1.1.
COilPLBTlTVD Y P llBCOHP.4CIDAD BN 8 10 119
Naturalmente que todo lo establecido para espacios mEtricot en general
se aplica a R•. No obstante, tratándose de un caao muy concreto (e im-
portante), es de esperar que posea ciertas propiedades topológicas que no
se cumplen para un espacio mEtrico cualquiera. En esta aección nos pro-
ponemos establecer tales propiedades distintivas. Ellas son esencialmente dos:
completitud y el que todo conjunto acotado es precompaeto. La combina-
ción de ambas trae consecuencias de mucho alcance; entre éstas 106 famosos
teoremas de Bohano-Weientrau y Heine-Borel.
Veremos más adelante que todos estos atributos de R• ae generalizan a
espacios normados de dimensión fmita y, lo que es más, los caracterizan.
Primero_demO!traremOS la completitud de la recta real y de allí obten-
dremos la de R•.

TeorenuJ l. La recta real es un espacio métrico completo.

DEMOSTRACIÓN. Sea {x.., xlJ .•• , x,., .•• } una sucesión de Cauchy en la rec-
ta ~ y designemos por Ro su rango. En virtud del Corolario 2', de 5.2,
Ro es un conjunto acotado. Sabemos que esto equivale, en la recta real, a
decir que Ro está acotado superior e inferiormente. Sean pues a, b ER cotas
inferior y superior de Ro, respectivamente. Tenemos entonces,

Vn EN : a < x,. < b.


P2ra cada n EN, designemos por R,. al rango de la .ucesión {x.. .c..1 ,· • ·}
y construyamos la sucesión {Jo, Yt> ••• , y.., •.. } tal que

yn EN: y,. - supR,..

Nótese que yn EN : R,...1 CR,., lo cual implica )'....s <y,., o sea que
la sucesión (y,.) es decreciente.
Por otra parte, se deduce de inmediato que a<,..., Vn EN; es decir,
el rango de {y,.} está acotado inferiormente. Sabemos entonces que Y• .-.T.,
donde z es el extremo inferior del rango de {)',.}.
Nos proponemos demostrar que x,. .-. z.
Dado t! >O, existe un l'1 EN tal que yn, n' > Yt:

lx,.-x,.•l < •fa. (1)

Ademas, como z < z + •1., resulta que z + •1• no puede Jer cota inferior
del rango de (:)¡,.}.Debe pues exútir algún ""• con

z !5: Y.., < z + •¡•.


120 LfxrrBS Y IUPA.CIOS COKPLBTOS

Sea ahora p. • mix { v11 v1 } . Como p. ~ 111 y {y.} ea decreciente,

de donde

z- •¡. < "" < z + •¡•.


Pero teniendo en cuenta que 11'- mp R,.. z - '/1 DO puede aer cota
auperior de R,.. Debe pues, existir algún te, ER,., para lo cual..,~ p. con

ea decir,

z - .,. < x. < z + •¡•. (2)

Ahora bien, como " ~ "•• resulta que vn > v, ambos n, " >v
1 y se
aplica (1):

lx..-x•l < •¡.,


lo cual equivale a:

Pero haciendo uso de (2), obtenemO&:

z-c < x,- •¡,, x. + •f, < z +a;


de donde

vn > V : z- 1 < X. < Z + a,


desigualdades equivalentes a:

lx.-z! < •.
Observamos, de paso, aplicando el Corolario 3' de 5.3 que el subespacio

de la recta real costituido por el conjunto Q de los números racionales
no es completo, ya que Q DO es cerrado por no coincidir con su clausura
que es R.
Conviene destacar que el Teorema 1 demuestra la completitud de la
recta real como consecuencia de la propiedad del cuerpo de los números
reales, según la cual todo conjunto acotado superiormente admite extremo
auperior.
COIIPLETITUD Y PBEC::OIIPACID.&.D EN R" 121
Pasamos ahora a considerar el espacio R" y de nuevo referimos al lector
al Ejemplo 5 de 1.1.
En todo lo que sigue de esta aección preferimos Ja notación R", a fin
de evitar confusión al emplear sucesiones.
Dejamos al lector Ja sencillisima tarea de demostrar las desigualdades
que expresamos a continuación y de las cuales' haremos frecuente uso.
Para todo punto (o, si se quiere vector) a = (o., a¡., .. . , a.) de R" se
verifican )as siguientes desigualdades:

a) ¡a,¡< llall
, (i - 1, 2, .. . ,k).
b) llall < ~ 1411·
¡,.¡,

Sea {x,.} una sucesión en R-; para cada n EN, x. ER" y, por tanto,
x,. - (x~., x-., .. · ,~). Se observa pues que {x.} detennina k sucesiones
reales {x¡,.} (i = 1, ·· .,k) que denominaremos sucesiones coorde11adas de
{x,.}. Veremos en feguida queJa sucesión dada y sus sucesiones coordenadas
comparten las mismas propiedades.
Podemos definir, de manera quizás más precisa, las sucesiones cooroe-
nadas mediante la introducción de las /JTO')'flcciones pr, : Rt-+ R (i - 1,
2, ... ,k) tales que, para todo a- (a~~.... ,e~¡¡) de R",
pr1 (a) -a1•
Ahora bien, si f : N-+ Rrc es una sucesión en R•, las sucesiones coordenadas
son pr¡ • f : N -+ R ( i .. 1, 2, · · ·, k) .

lAma l . Una sucesión {x,.} en Rrc es convergente si y sólo si son conver-


gentes todas sus sucesiones coordenadas {x1,.} (i- 1, 2, ... , k).
En tal caso, ai x1,.-+ x 1 (i - 1, ... , k), entonces x,.-+ (x.1, ... , x.), y
recíprocamente.

DEMOSTRACIÓN. Supongamos que x,.-+ (x1 , . . . , X¡,) y sea e > O.


Existe un vEN tal que yn >
v: llx,. - xll <e,
donde

Pero

luego, aplicando la desigualdad (a):

lx,,.-x,¡ < l!x.. -xll (i = 1, 2, ... , k).


122 LflliiiTE.!I Y ESPACIOS COHPLBT OS

Tenemos entonces que vn > V y para cada i - 1, ... , k:

o sea que x 1,.-+ x 1 (i = 1, ... , k).


Recíprocamente, supongamos que X¡,.-+ x ; (i = 1,. ·.,k}. Luego, SI
• > o, existen V¡ EN tales que vn > 11¡ :
lx¡,.-x,¡ < •¡l,
donde i - 1, 2, ... , k.

Sea v - máx {v11 ••• , v~c}, entonces yn > v se verifican:

Aplicando ahora la desigualdad (b)' vn > V :

llx,.-xll < ,~• ¡x,,.-x,¡ < z;


..
donde, de nuevo, x = (x1 , ••• , x.~;). O sea que x,. -+ x.

Estamos ahora en condiciones de demostrar la completitud de Rl< con
toda facilidad .

Teorema 2. Rlc es un espacio completo.

DEMOSTRA CIÓN. Sea {x,.} una sucesión de Cauchy en Rlc y {x1,.} (i = 1,


. .. , k) sus sucesiones coordenadas.
Dado e> O, existe un vEN tal que yn, n' > v :

llx,.-x,.•ll < e.
Pero

y aplicando la desigualdad (a),

yn,n' >.,:

¡x,,.-x;,.•l511x,.-x.•ll <e (i ~ 1,2, ... ,k).


COMPLETITUD T PBECOMPACIDA D EN a• 123

O sea que las $ucesiones coordenadas de {x.} son de Cauchy, lo cual


implica, por ser la recta real un espacio completo, que son todas conver-
gen tes. En virtud del Lema 1, {x,.} es convergente. e
Procedemos ahora a estudiar la precompacidad en Rl<. Para ello hare-
mos uso transitorio de ciertos conjuntos auxiliares que definimos en seguida.
Tomemos un niunero real a > O. T.!amamos blcqtu c1ntrado y cerrado
en R" al conjunto

donde
J,-[-a,a] (i=l, ... ,k).

Expresado de manera equivalente:

]4 - {(.~l, Xz, ... , x,) 1 -a< x, <a, i - 1, ... , k}.

Si se trata de la recta real (k - 1), J,. no es otra cos'i que el intervalo


cerrado [-a,a]. En R 2 (véase la ilustración) ]. es, geométricamente, un
cuadrado de lado 2a, cuyo centro coincide con el punto (0, O) . En R 1, ],.
es un "bloque" rectangular de lados o aristas todos iguales a 2a y cuyo
centro es el punto (O, O, O) .

j
y

1
a

o
l a
.. X

Ficura S. I hu traci6n geomEtrica de un bloque centrado y cenado en R'


124 ÚIIITBS Y BSPA.CIOS COKPLBTOS

Aun cuando un bloque ·centrado y cerrado posee propiedades mucho


mú poderosas, la única que necesitamos ahora es la siguiente (v&se el
Ejercicio Sl).

Lema 2. Todo bloque centrado y cerrado en R" es precompacto.

IJBMOSTRAOIÓN. Comideremos eJ bloque ]a y sea a> O. T?memos un


m EN tal que
2d
-<•·
m
(1)

Tenemos que la - l1 X 11 X · ·· X la, donde I, -


[-a, a1 i ... 1, 2, . ••, k.
Ahora bien, cada intervalo I, dividámoslo en m partes iguales, es decir,
fijemos los puntos

2a 2a 2a
-aJ -a+-, -a+ 2·- , ..., -a+ m·-= a
m m m

en cada I ., obteniendo así tma partici6n de I, en los m. intervalos cerrados:

I,-
1 [ .2a -a+ (J+
-a+ ';;;• . l );;
2a] J-
. 0,1, ... ,m-1.

Formamos ahora Jos mi productos cartesianos :

Jll X ]1• X • . . X ¡ lt
1 1 ••

donde cada j¡ toma los valores O, 1, ... , m- l. La unión de todos estos


conjuntos es evidentemente ¡•.
En cada uno elegimos arbitrariamente un punto

X E Jll
1
X •• • X Jllt
,

y consideramos la esfera abierta N (x; •) .


x - (x11 ••• , ;e,) y tomemos un x' - (x~, · · ·, x~ ) de ] 11 X . • • X [llt
1 11
cualquiera.
Para cada i - 1, · ·.,k:
COKPLBTlT1lD Y PBBCOHPA.CJDAD EN a" 125
lo cual implica que

Ahora bien, aplicando la desigualdad (b) y la ( 1),

r. . 2~
IIK -xll < l!
t..-t
J~; -~,J < -m < •·

O sea que x'EN(x;e), es decir, 1!1 X . . . X I!"CN(x;a) . De manera


que J., está contenido en la unión de las m" esferas N (x; e) y es precom-
pacto. e
Para lograr un mayor entendimiento de la demostración del teorema
precedente, la cual, no obstante, carece de dificultad conceptual alguna,
se recomienda al lector efectuarla gráficamente en R•. Nótese que todo se
limita a "cuadricular" a/.. con suficiente "finura", luego se encierra cada
"cuadrito" en una esfera cuyo centro es cualquiera de sus puntos y radio e.
Tales cuadritos son precisamente los productos ]1 1 X . • • X J I" y todos ellos
1 -
• 2a
son cuadrados de1 nusmo lado - .
m
Pasamos ahora a establecer la propiedad topológica resaltante de R";
es el reciproco del Teorema 1 de 4.2.

Teorema 3. Todo conjunto acotado en R" es precompacto.

DEMOSTRACIÓN. Sea A un conjunto acotado en R 11• Tomemos el pWlto


S= (0,0, ... ,O) ER" y aplicando el Teorema 1 de 4.1, existe un número
real a > O tal que ·
ACN(8;a) .

Consideremos el bloque centrado y cerrado J., y veamos que N(i ;a) CJ.,.
En efecto, tomemos un punto x = (x.,x2, .. . ,xa,) EN(i;a) cualquiera y
apliquemos la desigualdad (a):

Jx¡J < llxll ~ d(x, 8) <a (i = 1, 2,. ·.,k),

lo que equivale a:

-a<x,<a (i-1,2, ...,k).


126 LiMITES Y ESPACIOS COMPLETOS

O sea que
x Efe y N(O; a) C]m.

Se deduce que
A C]a;

pet·u po1· d Letua 2, J" c:.-1 p•·econ¡pacto y, en virtud del Teorema 2 de +.2,
A es también precompacto. e
En la demostración del teorema anterior, lo que se ha hecho es "circuns-
cribir" un bloque JG a la esfera N (8; a) •
Tomando el Teorema 3 junto con el Teorema 1 de 4.2, podemos decir
que, en Rlc, un conjunto es precompacto, si y sólo si es acotado o, lo que
es lo mismo, ser acotado y precompacto son propiedades equivalentes en
Rlc. Como se expresara anteriormente, este hecho será generalizado más
adelante a espacios normados de di.mensión finita y servirá además para
caracterizarlos.
Luego del Teorema 1 de 4.2 se dio un ejemplo de un esp:!cio métrico
discreto en el cual existía un conjunto acotado no precompacto. No obs-
tante, todo espacio discreto es completo, lo cual nos dice que la completitud
del espacio no basta para asegurar que todos sus conjuntos acotados sean
precompacto5.
Mediante la combinación de los Teoremas 2 y 3 ob~enemos varios resul-
tados topológicos de gran importancia.

Corolario 3'. Todo conjunto acotado en Rl< es relativamente compacto

DEMOSTRACIÓN. Según el Teorema 3, todo conjunto acotado en R" es pre-


compacto; pero Rk es un espacio completo, por el Teorema 2, lo cual im-
plica que todo conjunto precompacto es relativamente compacto (Teorema
2 de 5.2). e
Teniendo en cuenta que, en cualquier espacio métrico, todo conjunto
relativamente compacto es acotado, podemos decir que, en R" un conjunto
es relativamente compacto si y sólo si es acotado.

Corolario 3" (Heine-Borel). Todo conjunto cerrado y acotado en Rlc es


compacto. ' ·
Se trata de una consecuencia tan inmediata del Corolario 3' que sobra
toda demostración. Recordando los corolarios 1' y 2' de 4.3, válidos en todo
espacio métrico, podemos decir que un conjunto es compacto en R" si y
8 .E SUMEN DE RESULTA.DOS SOBU COMPACIDAD 127
sólo si e.s cerrado y acotado. Este resultado se dio a conocer antes de la
aparición de espacios métricos generales y se atribuye a varios matemáticos
ilustres de fines del siglo pasado y principios del actual, entre ellos, además
de Heine y Borel, a Lebesguc. Naturalmente que las primeras demostra-
ciones fueron directas, muy elaboradas y compleju, y no guardaban seme-
janza alguna con el camino que hemos seguido aqw.
También es muy famoso, importante y de la misma época el resultado
~ig¡ti~nte.

CorolDrio 3"' (Bolzano-Weierstrass). Todo conjunto infinito y acotado


en Rk admite algún punto de acumulación.

DEMOSTRACIÓN. Sea Á un conjunto iníuúto y acotado en R•. En virtud del


Corolario 3', A es relativamente compacto. Su clausura Á es pues compacta
y, por tanto, BW (Teorema 3 de 4.3). Pero A es un subconjunto infuúto
de A, luego admite algún punto de acumulación (en A). e
5.5. RESUMEN DE RESULTADOS SOBRE COMPACIDAD

Para este momento se ha establecido una variedad de resultados rela-


cionados directa o índirtttamente con el concepto fundamental de com-
pacidad. Algunos son válidos en todo espacio métrico, para otros se requiere
que el espacio sea compacto y algunas implicaciones sólo se verifican en
R•. Consideramos o,ponuno mostrar ahora un resumen de todos esos resul-
tados y de manera tal, que pueda servir de cómoda referencia.
Hemos elegido la modalidad de un cuadro de implicaciones. En la pri-
mera fila horizontal se listan diez propiedades que puede poseer un conjunm
en un espacio métrico y esa lista se repite, en el mismo orden, en la primera
columna vertical.
La manera de utilizar el cuadro es la siguiente: Supongamos que que-
remos averiguar si en un espacio métrico, todo conjunto con la propiedad
A posee la propiedad B, donde A y B figuxan entre los diez conceptos lis-
tados. Es decir, se desea saber si la posesión, por parte de un conjunto, de
la propiedad A impaca la posesión de la B. Localizamos A en la primera
fila horizontal y B en la primera columna vertical Luego hallamos el
cuadrado donde se intersectan la columna encabezada por Á con la f¡Ja que
comienza con B; es decir, el cuadrado de "coordenadas A, B". En C3C cua-
drado aparecerá uno de cuatro símbolo~:

V significa que .A =} B en todo espacio métrico.


C significa que .A ) B en todo espacio métrico ccnnpleto; pero la im-
plicación no es, en general, cierta en un espacio incompleto.
lZB LboTU T BSPA.CIOS COIIPUTOS

R" indica que ..4 ) B en R•; pero no es aiempre cierto en un espacio


cualquiera, aun liendo completo.
X significa que no todo conjunto con la propiedad ..4 posee la B, ni
aiquiua en R", mucho menos en un espacio cualquiera, aún siendo com-
pleto.
Así pues, utilizando la tabla de la manera descrita, observamos que todo
conjunto pn:c:ompacto es acotado en cualquier espacio métrico (Teorema 1
de +.2) . Análogamente, vemos que en un espacio completo todo conjunto
precompacto es telativamente compacto (Teorema 2 de 5.2) y, como con-
secuencia del Teorema S de 5.2, sabemos que ello no es cierto en espacio»
incompletos.
Notamos que, en R", todo conjunto acotado es precompacto (Teorema
3 de 5.4); pero conoccmoa un ejemplo de conjunto acotado no precom-
paeto en un espacio que por cierto, es completo.

a. Comp.
Jlelat. Prec. Cerrado
-v- Comp. BW se 1:
Cenado
Comp. a PtcOOIDp 1: Cerrado Acotado
Cerrado Acotado

Co.p. V V V V X e X R" X X

.IIW V V V V X e X R" X X

se V V V V X e X R" X X

Jl. Caalp.ll
Ccrndo V V V JI X e X R" X X

llclat.
Caalp. V V V V V e e R• X R"
Prec:. 1:
Cerndo V V V V X V X R• X X

Pncomp. V V V V V V V R" X R"

Ccrndoa
ho<ad<> V V V V X V X V X X

C.......to V V V V X .V X V V X

Acotedo V V V V V V V V X V
TEOJlBIIUS PE CA.N'r01l Y BAIIlB 129
Finalmente, para ilustrar el significado del shnbolo X, observam01 que
no todo conjunto acotado es cerrado. Es muy sencillo proporciour un
ejemplo en R•.
Se incita al lector, como ejercitación y repaso, a verificar la validez de
las cien implicaciones del cuadro. Según el caso, se hará referencia a
un teorema del texto o podrá deducirse ·de varios de ellos; c;on mayor fre-
cuencia será necesario mostrar contraejemplos adecuadoe.
:MÁS adelante veremos que R" puede eubstituirse por espacio normado de
dimensión finita.

~· TEOREMAS DE CANTOR Y BAIRE

En esta sección penetramos más prof:undamente en la naturaleza de loe


espacios métricos completos mediante la demostración de dos famosos teo-
remas, cuyas consecuencias son de largo alcance. Uno se atribuye a Cantor
y el otro a Baire.
El Teorema 1, frecuentemente llamado "Teorema de lntenecci6n de
Cantor", proporciona. una nueva caracterización de los espacios completos.
Con objeto de abreviar su enunciado, conviene introducir antes una defi-
nición.
. Se dice que un espacio métrico posee la propúdad de Canror, ai toda
familia contable de conjuntos {.<4, A 1 , • •• }, cada uno cerrado y no vaclo,
yn EN : ...t-~ C .d., e inf (8 (.d,.)} - O, tiene intersección no vacía.
Nótese primeramente que de A,..1C.A.,. deducimos 3(A,..1 ) < 3(.d,.), o
sea que la sucesión real

..n
es decreciepte, lo cual implica que 8(A,.)-. inf {3(..t.,)} =O.
Por otra parte, si designamos por A =
- .A.,., se tiene que A CA.,
V n EN, de d(!nde 8(A) < 3(.d,.), implicando 3(.d) < inf {3(.d,.)} -O;
pero como un diámetro no puede ser negativo, resulta 3(A) -O. Luego,
como A ~ tf>, A está constituido por un solo punto (~.1) .

Teorema 1 (Cantor). Un espacio métrico es completo si y s6lo si posee


la propiedad, de Cantor.

DEMOSTRACIÓN. Supongamos que el espacio (E, d) es completo y sea


{~, A1, .• • } una familia contable de conjuntos cerrados y no vacloe,

V n EN : .A..,..CA,. e inf {3(.A,.) } - O.


130 LfJDTU Y UP4COS COJIPUTOS

Construyamos una sucai6n {x,.} en (E, d ) tomando arbitrariamente un


punto "'-EA., para cada n EN, aprovechando que A,.::/=.;.
Veamos que {x.} es de Cauc:hy. En efecto, dado a> O, &te no puede
ser cota inferior del conjunto {I(A,.) }, lo cual implica que, para algún
Av, I (A.,) < •· Ahora bien, Vn, n' > 11, A,. C A., y A,.. CA.,, de donde
x., ..-•• EA.,, lo cual implica

11'(..-,.,x,.•) <I (Av) < e.

Como el espacio es completo, x,.-. ..-.


Tomemos un A. cualquiera. Por construcción, la sucesión (x.., x.,..t,· .. }
está en A. y es parcial de la (x,.), lo cual implica {Teorema 3 de 5.1) que
tambibl converge a x. Pero entcnces, en virtud del Corolario 2' de 5. 1, x
es punto de adbereDcia de A. y como &te es cenado, x EA..
De manera que X EA., vm EN, es decir X
..
E n A. y dicha intersec-
·~o

ci6n no es vacla.
Redprocamente, supongamos que el espacio posee la propiedad de Can-
tor y sea (x,.} una sucesioo de Oauchy.
Comideremos la familia contable de conjuntos {.do, A1, · ·. } tal que
vn EN : A,. es el rango de la sucesión {x,., x-.11 ••• } . Evidentemente
que ningún A,. es vecio y que A,..1 CA,., Vn E N. Además, dado • >O,
exiate un vEN tal que vn, n' > v : d (x,., A1t·) < •; pero, por construcción,
IÍ x,., x,.. EA. entonces n, n' ~ v, de donde d (x., x,..) < e, lo cual implica
3(A.,) < •· Se deduce pues que inf {I(A,.)} -O.
Tomemos ahora la familia contable de las clausuras {~,A., ... }. Re-
sulta entonces que cada A. es cenado y no vaclo, A,... CA,., vn EN y, como
B(A,.) - 3(A,.) (Lema 1 de 4.1), también inf (B (A,.)} =O.
Luego, por hip6tesis, existe un punto (ú.nico)


x E nA•.
.....
Ahora bien, dado e> O, debe existir A. con B(A.) <t. Pero x EA. y,
por cowtrucci6n, Vn ~ " : x. EA,. CA.; luego d (x., x) < B(A.,) < e.
O sea que x.-. x y (E, d ) es completo. e
Son muchas las útuaciones en las que conviene hacer uso del teorema
precedente. Por lo general se sabe que el espacio es completo y se emplea
la propiedad de Cantor para demostrar algunas tesia. Muy rara vez se uti-
liza la propiedad de Cantor para probar la completitud del espacio. No
obltante, lo hemos hecho aquí para poner de manifiesto que sólo los espa-
T&O. .M.U DE CA.NTOa Y a.AIII& 111
cios completos poeeen dicha propiedad y evitar ul laa interropntes lin
respuesta.
Una hennosa y profunda aplicaci6n del Teorema 1 la c001tituye el fa-
moso resultado de Baire, cuyaa OOI'liCCuencias son muy ricu y aparecen en
las teorías matemáticas más divenas y avamadas Tcoremu fundamentales
del Análiaia Funcional, tales como el de la transformación abierta, de Banach-
Steinhaus y otros, dependen del Teorema de Baire. Tambibl 1e aplica para
demostrar la existencia de funcionet continuas en un intervalo y que carecen
de derivada en todos sus puntos.
En el Teorema 3 de 2. 7 se estableci6 que la uni6n de un número finito de
conjuntos nada-demos es un conjunto nada-demo (por tanto, fronterizo, en
virtud de P, de 2.7) ; pero nada pudo aaeguraae si se trataba de un núme-
ro infinito de ellos. El teorema siguiente (Baire) responde pan:i.almeote la
pregunta. Antes conviene adoptar nueva terminologia que abrevie la cue.-
ti6n.
Se dice que un conjunto en un espacio métrico. es mtlf'O ( tllmbim
llamado de primera categorta), 1i ea la uni6n en una familia contable de
conjuntos nada-densos. Un conjunto que no es magro suele llamarse de
segunda categoría.
Es oportuno destacar que una esfera cerrada cualquiera Ñ(x; r ) no ea
un conjunto fronterizo, ya que siempre

N (x ; r) CÑ(x; r) ,

lo cual implica que x es un punto interior de Ñ (x; r) . El interior de la


esfera cerrada no es, puet, vaclo y ésta no puede ser fronteriza, por P.
de 2.7.
Conviene tener presente otro hecho. Sea A un conjunto no fronteri2o
y e > O, entonces emte una esfera cerrada de radio menor que e conte-
nida en A. En efecto, tomemos un x E A (Pe de 2.7), luego existe un r >O
tal que N (x ; r ) CA. Elijamos ahora un número real r., con O< r, < min
{r,e}; entonces, como r, < r,

Ñ(x ; r,) CN(x; r ) CA

y, además, '• < ~:.


Finalmente, sugerimos al lector mirar de nuevo el Lema 2 de 2.7 que
será utilizado reiteradamente en la demostraci6n que sigue.

TeoremtJ 2 (Baire). Todo conjunto magro en un espacio m~trico com-


pleto es fronterizo.
1S2 ÚMITIU Y UPACIOS COMPLETOS

D&KOSDACI ÓN. En el tranleurso de la prueba emplearemos la letra e para


designar una esfera cerrada, colocando subindices para distinguir una de
otra.
Sea Á un conjunto magro que supondremos no vacío, de lo contrario
es fronterizo trivialmente. Luego,
..
..,
..4. - U ..4.,.,

donde cada Á,. es na.da-denso.


Tomemos un conjunto cualquiera S abierto y no vacío. Existe una
e
esfera cerrada con ces.
Como A1 es nada..denso y C no es fronterizo, el Lema 2 de 2.7 implica
que C-A no es fronterizo ; luego existe una esfera cerrada C1 con
C1 CC-.d1, cuyo radio es menor que i , de donde II (C,) <l.
Procediendo por inducción, supongamos construidas las esferas cerradas
c., C2, • •• , C,._1, tales que para i - 1, 2, . . . , n- 2:

Aplicando de nuevo el Lema 2 de 2. 7, C..-1 - ..4,. no es fronterizo ; luego


exiate una esfera cerrada C,. con C,.CC,...1 - ..4,., cuyo radio es menor que
'/...,o aea que 3(C,.) < 1/,..
En virtud del principio de inducción hemos construido una familia con-
table {C.,C,, ···}de esferas cerradas tales que ynEN: C,.., CC,.-..4,.+••
de donde c... ce•.
Además, a(C,.) < 1/,., lo cual ae ve fácilmente que implica

inf {3(C,.)} =O.

Aplicando entonces el Teorema 1, sabiendo que el espacio es completo,


debe existir algún punto (único)

..
xE n e,.
""'
De aquí se deduce:

(1) X Ee, ce-..... e,


es decir, .rE o sea, X ES.
(2) yn EN: .r,. EC.cc,....- A., de donde .r f.d,., yn EN.
TBOBEM.U DE CANTOa Y BA.IaB 183

(1) y (2) implican que x ES'-..t, de manera que S no está contenido


en d. En resumen, ..t no contiene conjuntoe abiertos no vacíos, o .ea que
A = .¡.y ..t es fronterizo, por P. de 2.7. e

La colección de corolarios del Teorema 2 que enunciamos a continua-


ción no es otra cosa que maneras equivalentes de expresar el teorema de
Bain:. No obstante, conviene destacar todas las formu en que se aplica.

Corolarw l. Si el eapacio (E, d) ea completo, eoto.ncea E es de segunda


categoría (no ea magro) .

DEMOSTRACIÓN. Si ~ fuese magro, E sería fronterizo de acuerdo con el


Teorema 2, pero eso no ea posible, por P1 de 2.7. e
Podemos obtener un resultado más general aún, que incluye al Coro-
lario 1 como cuo particular.

Corolmio 2. Todo conjunto abierto y no vacío, en un espacio completo,


es de segunda categoria.

DEMOsTRACIÓN. Si el conjlinto abierto fuese magro, seria fronterizo por el


Teorema 2, pero ello implicaría, en virtud de P, de 2.7, que el conjunto es
vacío. e
..
Coroltuio 3.
algún n EN. -
Si (E, d) es completo y E -U A,., entoncea J.. ::1: .¡. para

DEMOSTRAOIÓN. 1,. = .¡.es equivalente a que A,. es nada-denso (Pa de 2.7}


y, si esto sucede para todo n·EN, E es magro, lo cual contradice lo esta~
'blecido en el Corolario l. e
Corolllrio 4. Si {A11 A1, ••• } es una familia contable de conjuntos nada~
densos en un espacio completo (E, d), entonces

..
DEMOSTRACIÓN. E- U A..
.. ..
=.¡. implica E - U A.., o sea que E es magro,


t&Dl a=1
contradiciendo lo establecido en el Corolario 1.
IM ÚJIITES Y ESPACIO S C:OIIU'LB TOS

Elle último Corolari o es de frecuente utilidad; nótese que generaliza


el Ejercicio 22 del Capitulo 11.

CDrol.no 5. Si (B,, /Js, ..• ) es una familia contable de conjunto s abie.rtos



v denaos en un espacio completo (E, d), entonces n B,. es denso.
""'
DutosnA CIÓN. ConsidereiDOila familia contable de conjunto s {A,,As,· ·.)
tal .que Vn EN : A.- E-B•.
Cada A. es entonces cerrado y fronterizo {su complem ento B,. es abierto
y denlo), lo cual implica ( P• de 2. 7) , que es nada-den so. Luego

..
U A.

es magro y, en virtud del Teorema 2, fronterizo.


Su complem ento
..
E- U A . ..
.
n (E-A. ) =
..
n B.

es, por lo tanto, denso. •


El siguiente rCsuttado constituye una hermosa aplicación del teorema
de Baire. Recuérdeae (2.4) que un conjunto perfecto es aquel que coin-
cide con su derivado , es decir que es cerrado y todos sus puntos son de
acumulación.

TeoreJna !J. Un conjunto perfecto Á en un espacio (E, d), tal que el


IUbespacio (..4, d) es completo, no es contable.

J:>Ea«osTRACIÓN. En virtud del Corolari o 1, Á es de segunda categorí a en


(Á, d) .
Tomemo s un punto x EA cualquie ra y consideremos el conjunto
B- {x} constitui do únicame nte por x. Nótese que x EA'- A; luego, para
todo número real r >O, Ar1N(x; r ) contiene infinitos puntos distintos de x
y es una esfera abierta en (.d, d) (2.6). De manera que no existe esfera
abierta (en (A, d) ) de centro x contenid a en B, es decir, x no es punto
interior de B, lo cual implica que B""'
<1> (en (A, d)), o sea que B es .fron-

te:!Uo. (P 4 de 2.7) y, además, cerrado, por contener un solo punto. Se


deduce que B es nada-den so (P• de 2. 7).
LfiiiTBS PVNCIONAL itS 135
En resumen, todo conjunto constituido por un aolo punto de A es nada-
denso en el espacio completo (A, d).
Ahora bien, siempre podemos expresar

...
A - U {.r},

o sea que si A es contable, A es magro. lo cual es una conttadicci6n. e


CorolGrio 3'. Un conjunto perfecto y compacto en cualquier espacio mé-
trico no es contable.

DEMOS'1'1lACIÓN. En virtud del Teorema 1 de 5.3, elsubespacio CODitituido


por el conjunto COIIlpacto es completo. e
Corolario 3". Un conjunto perfecto en un espacio métrico completo no
es contable.

DEMOST1lACIÓN. Como el conjunto es cerrado, por ser perfecto, comtituye


un subespacio completo, en virtud del Teorema 3 de 5.3. e
En particular, •i un espacio (E, d ) es completo y no cootieue puDtol
aislados, E no es contable. Tal es el caso de la recta real. como se com-
prueba fácilmente, de donde se deduce que el conjunto R de los númercll
reales no es contable. Existen diversa& dem011traciones ·de este hecho; la
más conocida se apoya en la repiesentaci6n decimal de loe númerot reales.
La dada aquí es, sin duda, particularme nte elegante, y a cx!l'lteCIH1'cia del
teorema de Baire, cuyo ~ter es decididamente topol6gico.
Más general, se verifica con facilidad que un intervalo cenado de ex-
tremos no coincidentes es un conjunto perfecto en la recta real, te coochqe
entonces, por el corolario 3", que no a contable.
Como consecuencia, cualquier intervalo de extrem01 no coincidentes
no es cootable, ya que contiene intervalos cemad01.

5.7. UMITES FUNCIONALES

Procedemos a establecer y detaJTOUar el importante concepto de límite


de una función en un punto. Preferimos presentar primero b definición
precisa y luego interpretarla intuitivamente.
Sean (E, d) y (P, d') espaci011 m6aicos cualesquiera (iguales o distin-
tos) y A un subconjunto de E. Con~ideremos una funcioo f : A CE-. F
y un punto a EE de acumulación de A, es decir, a E.d'.
136 LÍIOTES Y ESPACIOS COIIPLB'tOS

Se dice que un punto bEFes límite de f en a y se escribe

....
Umf(x) = b.

Si a todo entamo T de b correaponde un entorno S de a tal que

J1(S-{n}) n.d)CT.

ea decir, yx€(S-{a})nA :f(x) ET.


Tambim se dice que b es el límittt de f cuando x tiende a a.
Al punto a, que no tiene que pertenecer al dominio A de f, se le exige
q¡Je sea punto de acwnulación de A con objeto de que el conjunto
(S- {a}) nA no resulte vacío, cualquiera que sea el entorno S de a.
Pronto demostraremos que, de existir el límite b de f en el punto a,
&te es 6nico.

n.- ._ llutracicSo de la definici6n del llmit.e: las imA¡enea de todos los puntos
de la ~ IIO!IIIbreada eat6n en T, con la posible excepci6n de la imagen de a.

Nótese que, aun cuando a E.d, la imagen f(a) no interviene en la defi-


nición y puede muy bien diferir del límite b.
Recordemos que, intuitivamente, el concepto de entorno traduce la idea
de cercania o proximidad al punto en cuestión. Así pues, la definición de
que b es el límite de f en a significa que f (x) puede estar tan próximo a b
como se desee, con a6lo tomar x suficientemente cerca de a.
Quizás el ejemplo más sencillo que puede presentarse es el de una fun-
ción constante f: ACE~F, donde VxEA: f(x) =e, para un mismo
cEF fijo. En este caJO, para cualquier a EA', lím f {:c) ~c. En efec~, si
......
T es un entorno de e, tomemos cualquier entorno S de a. En virtud d¡: la
defmición de(, vxE (S-{a}) nA: f(x)- e ET. Se nota que cualquier
J.iMITEll FlJNCJONALBS 137
entorno S de a, da d resultado deseado, con independencia del entorno
T de c. En general, no es de esperar que esto suceda; S dependerá de T.
Volvamos al caao general de una funci6n f : .A. CE~ F y a E.A.'. Su-

....
pongamos que lím f(x) - b.
Ahora bien, dado un número real e> O, la esfera abierta N(b; •) es
un entorno de b. Existe entonces un entorno S de a tal que

![(S- {a}) n.A.]eN(b; e).

Pero existe un 3 >O tal que N(a; 3) es, de donde

.A.n.N'-(a; a) e (S-{a)) nA,


lo cual implica
![.A. nN•(a; 8))eN(b; e),
que es equivalente a

vx E..t con O< d(x, a) < 3: d'(f(;r), b) <e.

Redprocamente, supongamos que a cada a > O corresponde un a> O


tal que

vxE..t con O<d(x,a) <B =d'(f(x),b) <e. (1)

Sea T un entorno cualquiera de b. Debe existir un • > O tal que


N ( b; e) e T. Por hipótesis, a a conesponde un 3 > O, cumpliéndose la pro-
piedad ( 1) ; pero ésta equivale a

VxEAnN•(a;B): f(x) EN(b;c),

de donde se deduce
/(AnN1 (a; 8)JeT,

siendo N (a; 8) un entorno de a.

....
Resulta pues, que lim f(x) = b .
En resumen, hemos obtenido la siguiente definición equivalente qut:
tendrá apariencia más familiar para algunos lectores:

b es límite de f en el punto a E A', si a cada a > O corresponde un


I>Otai<Jue
138 LiMITES Y ESPACIOS COMPLETOS

vx EA con O< d(.r, a) < 8: d'(/(x) , b) <c.

_ En .adelante emplearemos una u otra definición según convenga.


Pasamos ahora a demostrar la unicidad del límite cuando éste exiate.
Es decir, ai b es límite de f en el punto a, no existe otro punto en el espacio
(F, d'), distinto de ó, que también satisfaga la definición.

TP.nrP.mn l. Sea f :ACR4 F y a E .A'. Si eYistP. nn punto h E F tal


.....
que Um f(x) = b, és~ es único .

DEMOSTRACIÓN. Supongamos que existe un b' EF con b' =1= b, que también
satisface la definición del limite de 1 en a.
Aplicando el Lema 1 de 4.3, existe un entorno T, de b y un entorno
T, de b' tales que
(1)

Ahora bien, a T 1 corresponde un entorno S 1 de a con

y a T 2 corresponde un entorno S, de a con

Por otraparte, S=s,ns. es un entorno de a (2.3) y (S-{a})nA


está contenido en ($1 - {a}) nA y en (S.- {a}) nA, lo cual implica

pero (S- {a}) nA =;o<=.¡., ya que a E A' y obtenemos una contradicción


de ( 1). e
El teorema que sigue es de gran importancia y haremos frecuente uso
de él. Establece una relación interesante, de doble implicación, entre el
límite de una función en un punto y sucesiones convergentes. Para enten-
derlo correctamente es p~;eciso tener presente el Teorema 2 de 5.1 junto
con la observación que sigue a :;u demostración.

Teorema 2. Sea 1: ACE 4 F y a EA'.

1. Si existe lim / (x) = b, entonces, para toda sucesión {x,.) en A, tal


......
que x,.-+ a, la sucesión {l(.r,.) ) converge a b
LfMITZS FUNCIONALES 139

2. Si para toda sucesión {x,.} en A, con x,. ~a, {l(x,.)} es convergente,


entonces todas ellas convergen al mismo punto b y el límite de f en
a existe y es igual a b.

DEMOSTRACIÓN.

l. Aplicando el Teorema 2 de 5.1, consideremos una sucesión {x,.} en ,


Á, cuyos términos sean todos distintos de a y x_ ~ a. Tomemos un

....
entorno cualquiera T de b. Como lím f(x) = b, existe un entorno
S de a tal que

vxE(S-{a})n...t :f(x) ET. (1)

Ahora bien, como x,. ~a, al eptomo S de a corresponde un 11 EN tal


que

vn>v:x,.ES;

pero ya que la sucesión está en A y todos sus términos son distintos de a,

vn >V: x.E.(S-{a}) nA,

lo cual implica, en virtud de ( 1) , que

vn >V: /(x.) ET,

o sea que f(x,.) ~ b.

2. Sean {x.}, (y,.} sucesiones en A, ambas convergentes al punto a.


Por hip6tesis existen lím f(x,.) = p, lím f(y,.) = q. Se desea demos-
trar que p = q. Con tal fin, consideremos la sucesión en A {x0 , y0 ,
xb "" • • ·} la cual, evidentemente, converge al punto a; ello implica,
de nuevo por hip6tesis, que la sucesión {f(x0 ),f()/(l),/(xt},/(y,), ... }
converge a algún punto z; pero las sucesiones {f(x,.) }, {/(y,.)} son
parciales de aquella y, por el Teorema 3 de 5.1, tienen el mismo
limite z. Luego, en virtud de la unicidad del límite de una sucesión
p=q=z.

Daignemos por b al límite común de todas las sucesiones {f(x,.) }, cu-


yos términos son las imágenes de los de sucesiones {x,.} en A con x,. ~a.

....
Supongamos que no es cierto que lím f(x) = b. Entonces debe existir
140 LiMITES Y ESPACIOS COMPLETOS

algún entorno T de b tal que para todo entorno S de a existe siempre un


punto
xE(S- {a} ) nA con f(x ) ~T.

Podemos construir una sucesión {x,.} en A tal que para cada número
natural n ~ 1 elegimos

Es inmediato que x,. ~a, ya que siempre d (x,.. a) <


1/ . ; pero no es

cierto que f (x,.) ~ b, contradiciendo Jo establecido anteriormente.


Concluimos que necesariamente llm f(x) - b. e
·~·
Si f: ACE~F, a EA' y llm / (x) = b, no podemos asegurar que b
pertenezca al rango /(A) de f,·~·
mucho menos que b - f(a) , aun cuando
a EA; pero si se puede afirmar que b "no está lejos de f(A)". En efecto
y de manera precisa, dado un entorno T de b, existe un entorno S de a
tal que
V X E (S-{a}) nA: f(x) ET

pero f(x) E/(A) trivialmente, luego Tnf(A ) =l=t;, lo cual implica, por el
Teorema 2 de 2.4, que
b E/(A)

y es equivalente, por el mismo teorema. citado, a d'(b,f(A)) .,. O.


Hemos visto que, intuitivamente, lím J(x) = b significa que f(x) pue·
·~ · con sólo tomar x suficientemente
de aproximarse tanto a b como se quiera
pr6ximo al punto a. Esto hace suponer que imágenes f(x), f(y) deben estar
muy cerca una de la otra, por estar ambas bastante pr6ximas a b, si x,,
se hallan adecuadamente cercanos de a. Tal intuici6n es correcta, como
veremos en seguida.

Teorenur 3. Si f : A CE~ F, a EA' y lim f(x) = b, entonces a cada


·~·
a > O corresponde un entorno S de a tal que

V x, 'Y E (S- {a}) nA : d' (f ( x), /(y) ) < e.


DEMOSTRAC16N. Dado e > O, consideremos la esfera abierta N (b; *!t) que
es un entorno de b. Existe entonces un entorno S de a tal que
LfJIITBS 1'11NCION~LBS 141

f[(S-{a}) n...t]CN(b; "/a).


Luego,
V x,y E (S- {a}) n...t : /(x),f(y} EN(b; e¡,),

lo cual implica

d'(f(x), f(y)} < d'(f(x), b) + d'(f(y) , b) <e. •


Ocurre preguntarse la validez del recíproco del teorema precedente. Si
las imágenes 1(x) , f (y) se acercan una a otra tanto como se quiera, con
sólo tomar x, y suficientemente próximos al punto a, cabe sospechar que
ello se debe a que se están aproximando a un cierto punto (el límite). La-
mentablemente, esta vez no sucede lo propio en el caso general. No obs-
tante, si se exige 9.ue el espacio co-dominio (F, d') sea completo, entonces
nuestra intuición es verificable. Estas consideraciones son muy similares a
las que se hicieron en 5.2, en torno a la convergencia de sucesiones de Cau-
chy, y la semejanza no es incidental, como podrá observarse en la demos-
tración del teorema siguiente.

Teorema 4. Sean 1 : A CE-+ F, (F, d') completo, a E A'.


Si a cada a > O corresponde un entorno S de a tal que

Vx.yE (S-{a}) n...t: d'(f(x),f(y)) <e,


entonces existe el límite de f en el punto a .
DEMOSTRACIÓN. Sea {x,.) una sucesión en A, cuyos términos son todos dis-
tintos de a y tal que x,. -+ a. Dado e > O, existe, por hipótesis, un entorno
S de a tal que

yx,yE(S-{a})rlA: d'(f(x),f(y)) <e. (1)

Ahora bien, como x,. -+ a, al entorno S de a corresponde un vE N tal


que yn > v: x,. ES; pero la sucesión {x,.} está en A y todos sus términos
son distintos del punto a, luego

Vn > v : x,.E(S-{a})nA.
De alli que
vn,n' >V; x,.,x•. E (S-{a}) n...t,

o sea que, por (1), d'(f(x,.), /(x,..)) < "·


142 LiMITES Y ESPACIOS COKPLIITOS

De manera que la sucesión {f(x,.)} es de Cauchy y, como el espacio


(F, d') es completo, converge.
En virtud de la proposición 2 del Teorema 2, existe el límite de 1 en el
~~a. e
La utilidad del teorema pcecedente, como el caso de sucesiones de
Cauchy en un espacio completo, reside en que permite determinar la exis-
tencia del límite sin conocerlo previamente.
Los Teoremas 3 y 4 admiten un enunciado conjunto que puede consi-
derarse como un criterio general de convergencia funcional; suele atribuirse
a Caucby.
Sean f : A CE--. F, (F, d') completo, a EA'. 1 tiene límite en a si y
s6lo si a cada e > O corresponde un entorno S de a tal que

yx,yE(S-{a}) nA : d'(/(x) , f (y)) <c.


Nótese que, haciendo uso del concepto de diámetro de un conjunto, la
condición puede expresarse más abreviadamente como

3(/[(S-{a}) nA])< 'i


aunque no puede decirse que gana en sencillez.

EJERCICIOS

l. Demostrar que si se suprime de la sucesión {x,.) un conjunto finito y
arbitrario de sus t~nninos y se conservan Jos restantes en el mismo
orden relativo, se obtiene una sucesión p~ de {x.}.

2. ¿Establece el concepto de sucesión parcial una relación de orden so-


bre el conjunto de todas las sucesiones en un conjunto no vacio X ?
Justiitquese la respuesta.
3. ¿Establece el concepto de reordenación de términos una relación de
equivalencia sobre el conjunto de todás las sucesiones en un conjunto
no vacío X?

4. (x.}, {y.} son sucesiones, en un espacio m~trico, tales que el conjunto


{n EN 1x.:;é,,.} es finito. Demostrar que ambas convergen al mismo
limite o ambas carecen de lím.ite.

5. Demostrar que, si x,.-+x y A es el rango de {x,.), el conjunto AU{x}


es compacto.
EJERCICIOS 143

(SugerencÜJ; Apllquense directamente las definiciones de compa-


cidad y límite.)

6. Demostrar que el rango de una sucesión convergente es relativamente


compacto.
Dar un contraejemplo que revele que el recíproco no es cierto.

7. Sea {x n) una auce3ión en un e5pacio cualquiera (E, d ) . Supongamos


que:

a) el rengo de {x.} es relativamente compacto y admite un único


Á
punto de acumulación z EE.
b) para cada x EA e! conjunto {n EN j x,. = x} es finito.

Demostrar que x,. ~ z.


Probar que si {x,.} es convergente y su,rango es infinito, se cumple (a} ..
Dar un ejemplo de sucesión {x.} en el cual se cumple (a) y no (b),
pero x,. ~ z, y otro ddnde {x,.} no converge.

_!!,_ Sea (x,} una rocesión real que tiene límite x.


Probar que si , <X, entonces existe un VEN tal que vn >V ;
, < x••
9. Sea {x,.} una S\'cesión real que tiene límite distinto de cero. Demos-
trar que existe un v EN tal que V n > v : x,. tiene el mismo signo que
el límite.

10. En la recta real, x, ~ x, y,.~ y, x < y. Demostrar que existe un vEN


tal que Vn >V ; X,< y,..

11. En la recta real, x,. ~ x, y,. ~ y, V n E N : x, < y,.. Probar que x < y
Dar un ejemplo en el cual x = y.

-
12. {x,.}, {y,.} son sucesiones en un espacio métrico.
Probar )as !iguientes implicaciones:

a) x .. ~x.d(x.,y.) ~0-)y,.~x.
·· b} x,.~x,y.. ~x=)d(x,.,y,) ~o.

13. Demostrar que todo número r.eal es el limite de una sucesión de ter-
,-- minos racionales.
(Sugerencia; Corolario 2' de 5.1.)
144 LfKITES Y ESPACIOS COKPLBTOS

14. Probar que una sucesión, cuyo rango es relativamente compacto, ad~
mite una sucesión parcial convergente.

15. {x,.}, (y,.}, {z,.} son sucesiones reales tales que:

a) yn EN: x,. <y,.< z,..


b) lím x,. = lím z,. - x.

Probar que {y,.} converge y su límite es x.


16. Se dice que una sucesión real (x,.} es divergente si a cada k ·>O co-
rreEponde un V EN tal que vn >V : lxnl > k. .
En s!mbolos: x,.-+ oo.

b) Pruébese que una sucesión divergente no puede ser convergente.


a) Proporciónese un ejemplo de sucesión real que no es convergente
ni divergente.

17. Probar que una sucesión real creciente, cuyo rango no está acotado
superiormente, es divergente.

18. Si Á es un conjunto no acotado en la recta real, demuéstrese que


existen sucesiones divergentes en Á.

19. Demostrar que una sucesión real, cuyo rango no es acotado, admite
una sucesión parcial divergente.

20. Demostrar que toda sucesión parcial de una sucesión divergente es


divergente.

21. Demostrar que, si toda esfera cerrada en un espacio métrico es com-


pacta, el espacio es completo.

~ Demostrar que toda sucesión parcial de una sucesión de Cauchy es


de Cauchy.

23. Demostrar que las únicas sucesiones de Cauchy en un espacio métrico


discreto son las semiconstantes.

31 Demostrar que todo espacio métrico discreto es completo.

25. Probar que una sucesión de Cauchy, cuyo rango es finito, es semi-
constante.
. s1saaaos 146
- jZ6. Demostrar que el eapacio m&ric:o del Ejercicio ' c:le1 C.pftulo 1 e1
completo.

.f@. Probar que el conjunto e de lu sucesiones realea convergentes el ce-


rrado en el espacio m~trico del Ejercicio 9 del Capitulo I.

28. Demostrar que el conjunto derivado (se supone DO vaclo) de UD


conjunto precompacto en un espacio completo, e1 compacto.

~~ Sd, S un conjunto dJso en el espacio (E, d) , tal que toda IUceiÍ6D


de Cauchy en S es convergente (no necesariamente en S). Demoltnr
que (E, d) es completo.
11
30. Probar que, si todo conjunto cerrado y acotado de (E,d) COIIItituye
un subespacio completo, entonces (E, d) es oompleto.

31. Demostrar que un bloque centrado y cerrado en R• es compacto.

· 32. Sea .(A.,, A1 , • • .'} una familia contable de conjuntoa no vados en R",
tal que Ao es acotado y V k EN: A• es cerrado y ...t-c...t..

Demostrar que n A• es cerrado y no vado.
.bo
(Sugerencia: Corolario 3"' de 5.4.)

33. Sea {x,.} una sucesión en la recta real cuyo rango Re es acotado.
Defmamos la familia contable. de conjuntos {Ro, R1, · •• } tal que
Vn EN : R,. es el rango de la sucesión (x.., x ..11 • • • }.
Construyamos un par de sucesiones reales {y.}, {z,} tales que

VnEN : Y• ... infR.,z. -aupR•.

Demuéstrese que ambas convergen.


Limites inferior y superiOT de osca1ación ú {x.} se definen y se ea:n'ben
respectivamente

Probar que {x,.} es convergente ai y sólo ai sus limites de CliCjJaciÓD


son iguales, en cuyo caso,~ es el limite de {x.}.
(Sugerencia: Examínese la demostración del TeoiaDa 1 de 5.4.)

34. Con el mismo planteamiento y notación del ejercicio anterior, demu&-


trese:
146 ÚIIITU T &SPA.CJOS Ca ... _ ,•


a) A -

- -
n R. oo es vado.
b) Jim ~e. - inf A, iiiñ x. - sup A.

35. Probar que teda IUCelióo en 1P cuyo rango tea acotado, admite una
•K •~n parcial CClllver¡mte.

36. El espacio (E, 11) ea tal que toda familia amtable de esferas cerradas

con '•-;. o y N(~e... ; '-•>


c11(x,; r,) , yn ~ 1, tiene intersección no
vacfL
Probar que (B#4l) a completo.

37. l'rabar que la UDi6n en ua familia c:ontable de amjuntas magros a


un coajuoto magro.

38. Sea f: ACE-t R, •EA' y ailte lím /(K) -h.


- Demoltrar que, li 6
....
< e, eotnoc:es existe un entomo S de a tal que

V x E (S- {a}) nA : / (x) <c.

f(~e)
39. Sea f : A cE-+ R, • EA' y emte lim
,.--,
Probar que, si b :¡F
..... - h.
O, existe un entorno S de tal que 11

V~tE(S-{a}) n..t: / (K)


tiene el mjgno llipo que b.

....
-tO. Sean /,K: A CE-+ R, 11 E.A' y existen lím /(K) - h,, Um t (x) - h1.
Demostrar:
....
a) Si 61 < q., aitte un entomo S de • tal que

V x E (S- {a}) n.A : f (x } < l (x).


b) Si para un entomo S de G 1e cumple que

vxE (S-{a}) nA : /(x) < g(x),


E.JERCICIOS 14.7

41. Sean f, g, h : .A CE~ R,


Probar que, si
.._. ·-·
a EA' y lim f(x) - lím h(x} - b.

vx EA : f(x} < g(x} < h(x) ,

.....
entonces existe .lím g(x) y es igual a b.

42. Sea f : .A C R -+ F, donde A no está acotado superiormente. Se dice

entorno T de /) corresponde un k > O taJ que


.....
que bEFes límite de f en + oo y se escribe lím f(x) - b si a cada

vxE.A con X> k : /(x} ET.


Adecúense a esta definición l01 enunciados de los Teoremas 1, 2, 3 y 4
de 5. 7 y demuéstreme.

43. · Interpretándose una sucesión {x.} en (E, d) como una función


f: NCR ~E, donde /(n) - x., Vn EN, demu&trese que ·
lím x • ... lím f(n ) .
·--··
(Téngase presente Ja definición del ejercicio anterior.)

H. Demostrar que todo subconjunto de un conjunto magro es magro.

45. Probar que, en la recta real, el conjunto de los números racionales


es magro y el de los irracionales es de segunda categoría.

46. A y B son conjuntos en un espacio mitrico cualquiera tales que A ea


abierto y AnB es magro. Demostrar que AnB es magro.
(SugerencÜJ: Teorema 1 de 2.7.)

- 47. A es abierto, C es compacto y CCA. Demostrar que exiSte un r >9


tal que V X E e: N(JC; r} C.A.
(Sugerencia: Reducción al absurdo.)
CAPRULO VI
Coadnu idad

6.1. CONTINUIDAD EN UN PUNTO

La idea de continuidad constituye, lin duda.. uno de lol c:oncepcos capi-


tales de la Topologfa y el AnáliJis. EJ .entido intuitivo del término lo po-
aeemos todos de una manera imp~aa y au aparición en el l.mbito de la
ciencia y la ftlosofia ee remonta a la q,oc& de lol griego~. Como suele
suceder con 1aa nociones más primitivu de la mente humana (número
natural, límite, tiempo, fuerza, etc.), el CICiarecimiento y fonnulaci6n pre-
cüa de la idea de continuidad, al menoa en la Matenñtica, tardó cientos
de años. Tan J6lo en la segunda mitad del aig1o puado 1e comienza a
vislumbrar una definición satisfactoria. De entonces al preaente, el concep-
to matemático ha adquirido la mú completa c¡laridad y depuración, acom-
pañadas de una gran abstracci6n y generalidad.
Iniciamos con la definición de continuidad de una función en un punto.
Este caso aparenta no tener mucha relaci6n con nuestra intuición sugerida.
por el vocablo, pero la correspondencia se hace más estrecha cuando ba-
tamos la continuidad de una función en un conjunto, particularmente á es
conexo.
Sean (E, d } y (F, d') espacios m~tricos cualesquiera y A un aubcon-
junto de E.
Consideremos una funci6n f : A CE-+ F.
149
150 CONTINUIDAD

Se dice que fes continua tn ti punto a EA si a todo entorno T de J(a)


corresponde un entorno S de a tal que

f(SnA)CT,
es decir,
V xESnA: f(x) ET.

Nótese que SnA =1=+, ya que al menos a ESnA.


Recordando la interpretación intuitiva de entorno, la definición indica
que f es continua en a EA si f(x) se acerca a f(a) tanto como se quiera,
con sólo tomar x lo bastante prózimo al punto a. Salta a la vista la seme-
janza con el concepto de límite de f en a y, en efecto, existe una relación
muy estrecha que será dilucidada en el Teorema l.
Quizá el ejemplo más sencillo es el de una función constante f : A CE-+F
tal que yx,'Y EA : f(x) - f(y,) .. b. Se comprueba de inmediato que fes
continua en todo punto a EA. En este caso cualquier entorno de a satisface
la definición, sin importar cuál sea el entorno de /(a) ~ b.
Consideremos la función idbttica j:A CE-+ E, tal que Vx E A :j(x} =x,
y tomemos un a EA cualquiera. Dado un entorno T de j(a) =a, tomamos
el entorno T de a y se verifica trivialmente

j(TnA) = TnACT.

De manera que j es continua en todo punto de A.


Volvamos al 'caso general de una función f : A CE-+ F y supongamos
que es continua en a EA.
Dado e> O, N(f(a); e) es un entorno de f(a}, luego existe un entorno
S de a tal que
f(SnA) CN(f(a}; e}, ( 1)

pero a ES y S es abierto, por tanto existe un 3 > O con

N (a; 3) es,

lo cual implica, en virtud de ( 1) , que

f{AnN(a;!)]CN(f(a); e), .

pero esto equivale a

yxEA con d(x,a) < 6: d'(/(x),f(a)) <e. (2)


OOll~ El'f lll'f .IJI.'fTO 151
Recíprocamente, aupongamos que a c:ad& • > O c:orrapoode UD a > O
tal que se verifica (2) y demostremos que f es continua en a. ED efecto,
dado un entorno T de /(4), existe UD • >O tal que '

N(f(4);c)CT,

pero, en virtud de nuestra suposición, a e corresponde UD 8 > 0 pal& eJ


cual se cumple (2). Por otra parte, aabemoe que (2) ea equivalcote a

f[N(4¡ 3} nA.]CN{f(4); •)

de donde
f[N(4¡ 11) nA.]CT

y, teniendo en cuenta que N(a; a) es un entorno de 4,'f es continua en 4.


En resumen, hemos obtenido una definición equivalente a la dada:
f: A CE-+ F ea continua en el punto a €4 si y IÓ)o si a c:ada • >O
corresponde un 8 -> O. tal que

yxEA con d (x,a) <.a : d'(f(x) , f(a)) <e.


En adelante emplearemos una u otra definición según convenga a cada
caso.
Ya hemos observado la analogia existente entre los conceptos de con-
tinuidad en un punto y límite de la función en ese punto. El siguiente
teorema revela, de manera precisa, ·la relación entre amboe.

Teorema l. Sea 1: Á CE-+ F y a EA.

l. Si a es punto aislado de Á (a EA-Á'), entonces 1es continua en 4-.


2. Si a ea punto de acumulación. de Á (a EAnA.'}, entonces 1 es-con·
....
ti,nua en a si y sólo si lim f (x) -J(a ) .

l . Como a EA-A', existe un entorno S1 de a tal que

s.nA. = {a}.

A todo entorno T de f(a) hacemos corresponder el entorno S, de a y se


verifica:
111

f el, pue1, caotinua en el pwaiD .,


2. Supoapmoa que f o cmtinua en el punto cE..tn..t'. Lueao, dado
UD entorno T de f(c), exilte un cotomo S de • tal que

f(SnA.) CT.

J[(S-(c)) nA.]CT,
es decir

....
Um /(x) - f(t~) .

Redproc:ameDte,
CODtiuua CD ti,
t1
....
EA. n...t' y lím f(x) - f(t~). Demoetremos que f
Dado un entomo T de f(c), existe un entorno S de • tal
e1

que

J[(S- {e)) n...t]CT,

pero f(•) ET, Jueao tambihlf(SnA.) CT y f es continua en el punto ti•


Como conwecuencia inmediata del teorema precedente observamos que
li (E, d) a un espado mWico discreto, entonces toda. función f : A CE-.F
( (F, d') e1 c:ualquiera) a coatinua en todo punto de A,. ya que cada punto
de E a aUiaclo.
Veamos ahora c:úno se relaciona la continuidad en un punto con ruce-
liooa CODverpnta.

r_,,..... 2. y
Sea 1 : A CE--. F e E.A. / a continua en el punto a si y
l6lo li para toda IUCeli6n {x.} en .A, con x.--. a,
f(x.) _. l(a).

Duloa'BACIÓN. Anta que nada nóteae que a EA, lo cual implica, por el
c:aro1ario 2' de 5.1, que existen sucesiones {~} en A con "'•--. a.
Supongamos que 1 es continua en el punto a y sea {x.} una sucesión
en A con "'• -. a.
lSS
Dado UD entorno T de f (a) , exilte UD entorno S de a tal que

/(Sn..4) CT. {1)

Pero al entorno S de a c:on."CSponde UD r EN tal que V ra > " : x. ES. Por


otra parte. como la aucai6n {x.} eaú en ..4, tambim x. EA. ED raumen,

Jo cual implica, en virtud de {1), que

el decir,
/{x.) -+/{a).

Recíprocamente, Nponpmos que para toda Nceaión {x.} en ..4, con


x.-+a, /{x.)-+ /{a) .
Si aE..4-..4', la proposición 1 del Teorema 1 nos dice que fea continua
en a y no hay mú nada que probar.
Comideremos puea que o E..4n..4'; entonces, por aplicación directa de

....
la proposición 2 del Teorema 2 de 5.7, la hipótesis implica que Um /(x) -
/(a) y fes continua en el punto 11 poc la proposición 2 del Teorema l. e
El resultado que sigue, cuya democtraci6n es inmediata, probad. ser
de mucha utilidad.

Teorema S. Sean (E,d), (F,d'), (G,d") espaciosm&ricoa,/: ..4CE-+F,


t : BCF-+G con /(..4) CB.

....
Si para a EA' existe 11m f(x) - b, b EB y 1 ea continua en b, entonces

....
lfm t•f(x)- g(b) .

DulosTltACIÓN. Se exige que /(..4) CB con objeto de poder conaiderar la


función compuesta
t•f : ...tCE-+G.

Tiene, pues, sentido pretender calcular el limite de g. f en a EA'.


Sea U UD entorno de g ( b) . Como g es continua en b E B, existe un
entorno T de b con
t(TnB) CU. (1)
154.

....
Por otra parte, lím f(x) - b, de manera que al entorno T de b correspon-
de un entorno S de a tal que

f{(S-{a}) nAJCT,

pero es evidente que

f{(S- {a}) nA]C/(A ) cB,


luego,
f{(S-{a}) nA]CTnB,

lo cual implica, teniendo en cuenta (1):

g. f[(S - "{a} ) nA] Cg(TnB) CU.

·-
De manera que, por definición, lím g•f(x)- g(b) .

Refiriéndon06 al enunciado dd teorema precedente y recordando lo
establecido en 5.7, sabemos que

bE/( A);

o sea que, si se adopta la hipótesis f ( A.) CB, quedan implicadas las condi-
ciones / (A) CB y b EB. No obstante, se restaría algo de generalidad.
Del Teorema 3 obtenemos una consecuencia tan sencilla como impor-
tante. Se puede describir de manera sugestiva diciendo que el compuesto
de funciones continuas es una función continua.

Teorema 4. Sean (E, d), (F, d'), (G, d") espacios métricos, f : A CE-+F,
g: BCF-+G con /(A.) CB.
Si f es continua en el punto o EA y g es continua en /(a), entonces
g • f es continua en a.

DurosTRACIÓN. La hipótesis /(A) CB nos permite considerar la función


compuesta

g • f : A. CE-+ G.

Si a es un punto aislado de A, la proposición 1 del Teorema 1 nos dice


que g •1 es continua en a.
CONTINUIDAD EN UN CON.JtJNTO 155
Supongamos que a EA n A', entonces, de acuerdo con la proposición 2
del Teorema 1 y la continuidad de f en a,

....
lím f(x) = f(a) .

Por hipótesis, i es continua en /(a) EB, luego, en virtud del Teorema 3,

....
lím g . f(x)- gff(a)] =g•f(a),

lo cual implica la continuidad de g • f en a por la proposición 2 dd Teo-


rema l. e

6.2. CONTIN,UIDAD EN UN CONJUNTO

Una propiedad de una {unción en un punto, tal como poseer límite


o ser continua en el sentido dado en la sección anterior, se denomina local o
puntual. Las propiedades más interesantes y, por lo general, más diflciles
y profundas son las que afectan a la función en todo un conjunto de pun-
tos; éstas se llaman globales.
Aquí estudiaremos el comportamiento de una función continua en todos
los puntos de su dominio. ~ adelante veremos lo que sucede al imponer
condiciones adicionales a ese dominio: compacto, conexo, etc. Se trata,
pues, del estudio de la continuidad global.
Sea f : Á CE-+ F. Decimos que f es conti11ua en el con junio Á si f es
continua en todo punto de Á.
Vimos en 6.1 que si f es constante en A, entonces f es continua en A.
También en 6.1 se estableció que la función idéntica j : A CE-+ E,
tal que yx EA : j(x) = x, es continua en A.
Consideremos el espacio métrico (E, d) y un punto cualquiera a EE.
Definamos la función

f : E-+R,
donde R es el conjunto de los números reales provisto de la métrica usual
(Ejemplo 2 de 1.1 ) , tal que

Vx EE :f(x) = d(a,x) .

Tomemos un x0 E E genérico y veamos que f es continua en x 0• En virtud


del Lema 1 de 1.1, resulta
156 CONTJ1'1fl11D4D

es decir,
Vx E.E: lf(x) -f(x.)l $ d(x,x.,).
De manera que, dado • > o, basta con tomar a - • y llf: verifica

O sea que f es continua en x., y, como ~e es un punto cualquiera de E,


f es continua en E.
MAs general, sea A un conjunto no vado en (E, d). DefillliJDQI la
función
g: E-+ R
tal que .
VxEE :g(x) ... d{x,A).

Tomemos un x. EE cualquiera y, segón lo establecido en 1.2,

Vx EE: ld(.r,A) -d(x.,,.A)I < d(.r,x.),


es decir,
Vx EE: lt(x) -g(x.,}l < d(x, x.).
O sea que, razonando de manera id6ntica al ejemplo anterior, concluimos
que g es continua en E.
Como consecuencia inmediata del Teorema 4 de 6.1 obtenemos el si-
guiente e importante.

Teorema l. Sean (E,d), (F,d'), (G,d") espacios métricos/: .ACE-+F,


g: BCF-+G con /(A) CB.
Si 1 es continua en Á y g es continua en 1(.4.), entonces g • f es con ti.
nua en .4..

DEMOSTR.ACIÓN, De acuerdo con el Teorema 4 de 6.1, si 1 es continua en


a EA y g es continua en 1(a), entonces la función compuesta g • f es con-
tinua en a. Pero, como, por hipótesis, esto sucede para todo punto de .A,
g •1 es continua en .A. e
Procede.mos ahora a establecer el resultado fundamental de esta secci6n,
cuyas consecuencias son de largo alcance. Nos proporciona tres propieda·
des, cada una de las cuales caracterua la continuidad global de la funci6n.
CONTI!f111DAD &N 11N CON.J11NTO 157

TeoremG 2. Sea J : .d CE~ F.


Las aiguientea propiedades aon equivalentes:

1. f es continua en A.
2. Si T es un conjunto abierto en (F, ti'), entonces ¡-1 (T) es abierto
en el mbespacio (A, d).
3. Si Tes un conjunto cerrado en (F,tl'), entonces t 1 (T) es cerrado
en el subespacio (.A, d) .
4. Para todo conjunto S con SCÁ se verifica

DEMosTRACIÓN. Estableceremos las equivalencias demostrando la cadena


de implicaciones:
1 )4 )3 }2 }1.

1 = ) 4) f es continua en .A y tomamos un S con SCA. Si S es vacío


también lo son .Ans, f(AnS) y f(S), y la inclusión en 4 se verifica tri-
vialmente.
Supongamos, pues, que S no es vacío y tomemos UD X E A ns cualquiera,
Debido a que x ES, existe una sucesión {x.} en S (por tanto en Á, ya
que SC.d) con x,--+x (corolario 2' de 5.1). Pero f es continua en
x ES nA,.lo cual implica, en virtud del Teorema 2 de 6.1, que f(x.)--+/(x} .
Ahora bien, la sucesión (x,.} está en S, luego la mcesi6n {f(x,.)} está
en f(S) y, de nuevo por el corolario 2' de 5.1,

En resumen,
Vx EAnS: /(x) €/(S),
lo cual equivale a
f{AnS) e f(S).

4 ) 3) ParatodoSconS C A:f(AnS) Cf(S) .


Sea T un conjunto cerrado en (F, d'). Se tiene entonces que t 1 (T) C.d
y, en virtud de la hipótesis,
,,
/(An¡-•(T))Cf(f4 (T))CT - T,
de donde
158 COl'f'l'lffUDM8

Pero
¡-•(T) - Anf-'( T ) c.A.nt'(T) ;
luego

y, por el Teorema 2 de 2.6, t 1 (T) tos ctorrado en d subespacio (.A., J) .


3 =) 2) La imagen inversa, bajo f, de todo conjunto cerrado en (F, d')
es cerrada en el subespacio (.A., d).
Sea T un conjunto abierto en (F, d'); luego F- T es cerrado en
(F, d') (corolario 3' de 2.4) y, en virtud de la hipétesis, t ' (F- T) es
cerrado en el subespacio (A, d) . Pero el lector comprobará con facilidad
que .
{-'(F - T ) - A-t'(T) ,

lo cual implica, de nuevo por el corolario 3' de 2.4, que t ' (T ) es abierto
en el subespacio (A, d) .
2 - ) 1) La imagen inversa, bajo f, de todo conjunto abierto en (F, d')
es abierta· en el subespacio (.A., d).
Tornemos un punto x EA cualquiera y sea T un entorno de f(x). Como
Tes abierto en (F,d'), t'(T) es abierto en el subespacio (.A.,d), por
hip6tesis. Luego, en virtud del Teore.m a 1 de 2.6, existe un conjunto S,
abierto en (E, d) con

t'(T) = Sn.A.,
de donde
f(SnA) CT

y S es un entorno de x, ya que, evidentemente, x Et'(T) - Sn.A..


Se concluye que f es, por definición, continua en el punto x y, corno
éste es cualquiera, f es continua en A. e
Es interesante obscervar que la inclusión que aparece en 4 del Teorema
precedente es equivalente a

(1)

En efecto, si se cumple ( 1) tenemos

f(.A.nS) Cf(.A.nS) ,., f (S) .


COfiiTII'fUIDAD Bl'f Ul'f C:OI'f.llJI'fTO
159
Por otra parte, como SeA,

S- AnSCAnS,
luego

f(S) Cf(A nS) C/(S),

suponiendo que se cumple la inclusión de 4, y clausurando obtenemos

lo cual implica ( 1) .
En cuanto a las propiedades 2 y 3, nótese que se refieren a imágenes
mVffSdS de abiertos y cerrad01. Es falso que la imagen directa, bajo una
función continua, de un conjunto abierto es abierta, en gmeral, y lo mismo
vale decir para conjuntos cerrados.
Sea, por ejemplo, la función , de la recta real en sí miuna tal que

y x ER : ,(x) - d(x, O) ... lxl-


Sabemos que ., es continua en R ¡ no obstante, la imagen, bajo .,, del
conjunto abierto ( - 1, 1), es el inteivalo (O, 1) que no es abierto.
Designemos por R, al espacio métrico c:oostituido por el conjunto de
loa números reala provúto de la métrica dDaeta. Ya abemos que toda
función cuyo dominio sea R 1 es continua en él, en particular la función
idéntica j : R, --. R, cuyo espacio ca-dominio es la recta real. Ahora bien,
todo conjunto de números reales es abierto y cerrado en R 1 ¡ tomemos uno
A que no tea cerrado en la recta real, entonces A es cerrado en R 1, pero
su imagen j(A) - A no es cerrada en R. Hemos podido razonar de manera
análoga en relación a conjunt01 abiertos.
Consideremos ahora la función idéntica h : R--. R 1• Es muy fácil com-
probar que h no es continua en ningún punto de R. No obstante, si A es
un conjunto abierto (cerrado) en R, su imagen Ja (A} - A es abierta (ce-
rrada ) en R,. O sea que tal propiedad no implica la continuidad de la
función.
Conviene destacar un par de consecuencias inmediatas del Teorema 2,
las cuales permiten caracterizar la continuidad de funciones en conjuntos
abiertos y cerrados.

Corolario 2'. Sea f : .de E-.F, donde .d es abierto. f es continua en .d


si y 16lo si para todo conjunto T, abierto en (F, d'), t' (T) es abierto en
(E, d ).
160 CONTIN1JIDAD

DEKOS'l1lACJ6N. Según el Teorema 2, fes continua en Á si y sólo si para


todo conjunto T, abierto en (F, rl'), t 1 (T) es abierto en el rubespacio
(A, d). Pero, como Á es abierto, resulta (véase 2.6) que un conjunto es
abierto en (Á, d) si y sólo si es abierto en (E. d) . e
Corolario 2''. Sea 1 : Á CE~ F, donde Á es cetTado. 1 es continua en
Á si y s61o si para todo conjunto'T, cerrado en (F,d'), t 1 (T) es cetTado
en (E, d).

DeMOSTRACIÓN. Idéntica al Corolario 2', substituyendo abierto por ce-


nado. e
Si f : E~ F es biyectiva y continua en E, no es necesariamente cierto
que la función inversa t• : F ~ E sea continua en F. Tal es el caso de las
funciones j, h definidas anteriormente: j es continua y biyectiva en R 1 en
tanto que su inversa h no es continua en punto alguno de R.
Si f : E~ F es biyectiva y continua en E con inversa t 1 continua en F,
decimos que f es un homeomorfismo y que el espacio (E, d) es homeo- .
m&rfico al (F, d').
Es rutinario demostrar que el bomeomorfismo, visto como relación bi-
naria en la clase de todos los espacios métricos, es una relación de equiva-
lencia. Se deja la comprobación al lector.
Considerando una biyección f : E~ F, la aplicación directa del Teo-
rema 2 a. f y t 1 nos indica que f es un homeomorfismo si y sólo si la imagen
(bajo f) de todo conjunto abierto .en E es abierta en F y la imagen inversa
de todo abierto en F es abierta en E. Criterio igualmente válido obtenemos
substituyendo el término abierto por cerrado.
Vemos, pues, que entre espacios homeomórficos existe una corresponden-
cia biunívoca entte los abiertos de uno y los abiertos del otro, ocurriendo
lo mismo para los cenados. Se deduce que toda propiedad de un espacio,
que pueda formularse únicamente en términos de conjuntos abiertos y ce-
rrados, es compartida por cualquier espacio homeom6rfico con él. Esta
consecuencia le confiere al homeomorflSmo una importancia fundamental
en Topología General.
~or el contrario, propiedades del espacio que dependan directamente
de la métrica, tales como conjunto acotado, sucesiones de Cauchy, etc., no
se corresponden en espacios homeom6rficos.
El Teorema 2 ( 4) proporciona una elegante caracterización de horoeo-
morfismo (véase el Ejercicio 19).
Espacios isométricos {1.3) son evidentemente homeom6rficos, como pue-
de verificarse de inmediato, pero es claro que lo contrario no es cierto, en
general. La isomettía es, pues, una relación de equivalencia más poderosa
161

que el homeomorfismo, auoque dtm•iado Rlb'idiva. Mú ..w..nte iDtzo.


duciremos una nueva equivalencia iDtermcdia CDtle •mNe y rh n-da a
espacios métricos.
Muchas situaciones en An4liaj• y Topologfa planteaD la nec:eliW M
"extender" una función continua a un dominio "m'- pade'' 'f c:aaviene
averiguar cómo y bajo qué condicione~ esto puede hacene. Preciwem01 el
concepto. Sea f : A CE-+ F continua en A y .4 CB; una utftS'i611 COIIIál..
d• fa B ea una f'unci6n g : B C E-+F continua en By que coincide con
f en .4, es decir, vx EA : g(x) - f (x). Se trata no 16Jo de determinat la
existencia de g sino también su unicidad.
Son muchos y, con frecuencia, difíciles los teoremas de ~ Aqut
nos ocuparemos de la extensión de una función continua. a la clauara de
su d ominio. Antes debemos establecer un par de Jemu.

Lema l. Sean f, g : .4 C E-+ F contiDuas en .4.


El conjunto
B- {xEA IJ(x) - g(x)}

es cerrado en el subcspacio (A, d) .

DulosntACJÓN. Defmamos una función amriliar la : .4 CE-+ R tal qll8

vxEA : h (x ) - d' (f (x),g(x ) ) .

Demostraremos que }¡ es conúnua én .4 comprobando su cootinuidad ea UD


punto cualquiera a EA.
Dado a > O, como f y 1 son continuas en a, podemos hallar un a > O
tal que

vx E A con d(x, a) <3 :


d'(f (x). f (a) ) < •¡., d' (g(x),g(a )) < 8
/ 1•

Aplicando ahora el lema 1 de 1.1, tenemos que Vx EA con d(x, a) <1:


lh (x ) -h(a)l - la" (f (x). g (x) ) -d'(f(a),l(a})l <
< d'(f( x ), f (a )) + d'(g (x), g (a) ) < •·
h es, pues, continua en A .
Por otra parte, podemos expresar

B - {x EA lla(x) - O} - la4{0),
162 CONTil'fmD.o\0

pero el conjunto {O} es cerrado en la recta real, luego, por el Teroema 2,


(3), Bes cerrado en elsubespacio (.A, d). e
IAJJUI z. Sif,g: ACE ~ Fson continuas en Ay coinciden en ..t_(yx EA :
f(:e) - g(:e)) entonces coinciden en A ( vx EA : f(x ) - g(x)).

DzxosTBACIÓN. En virtud del lema 1, el conjunto

· B- {x EA J f{x ) - g(x) }

ea cerrado en elsubeapecio (A, ti), pero como A es cerrado, entonces B es


cerrado en (E,tl) (véue 2.6) .
La hipótesis implica que .ACB, de donde ACB (sabiendo que Bes ce-
rrado), pero, en todo caso BCA. Tenemos pues que B ... A. e
Estamos ahora preparados para demostrar el siguiente e importante
teorema. En él se proporciona Wla condición necesaria y suficiente para la
existencia de la extensión de una funci6n continua a la clausura de su
dominio y la unicidad de la misma. Nótese que el teorema indica, además,
cómo construir la extensión continua. '

Teorema S. Sea f: .A CE~ F continua en ..t. Existe una función


g: ACE~F continua en A y Cloincidente con f en A ( Vx EA : g(x ) ~

....
f(x) ) ai y 16lo ai exiate 11m f (x), pata todo a € .d'•
La funci6n g, de existir, es única.

Dzxos'J1Wli6N. Supongamos que existe la función g del enunciado y ~ea


también h : A CE__. F continua en A y coincidente con f en ...t. Sucede
entonces que vx E .A : g(x) - h(x) ... f(x), es decir, g y h coinciden en
A, lo cual implica, de acuerdo con el lema 2, que coinciden en A. O sea
que g es única.
Consideremoa, por otra parte, la función idéntica j : A CE~ E, tal
que y ;e EA : j(x) - x. Podemos expresar f - g. j, ~demás, es evidente

....
que, si a EA', lbn j(x) -a y g es continua en a EA. Aplicando entonces el
Teorema 3 de 6.1, existe

......
11m f(x) - llin g • j(x) = g(a) .
... ..
~pmcamente, aupoopmos que

CUilltiUJIIIDOS la funci6o 1 : A CE~ F de la


.....
aiste lbn f(x), para todo a EA', y

siguiente manera. Para cual-


CONTINU IDAD BN VN CONJVN TO 161
quier punto tt EA- A UA'• li "EA : t(a) - / (a) ; Sl a EA' : t(•) •
....
lím /(x) .
Puede suceder que a EA n...t', pero ~tonc:et, como f es continua en 11,
la proposición 2 del Teorema 1 de 6.1 n01 dice que
/

....
f(a) • 1ím /(x) • t(a) .

De manera que 1 estA bien definida para todo punto de A. Resta probar
la continui dad de 1 en -~·
Tomemo s un • E A. Si a e1 punto aúlado de A, 1 es continua en 41,
por la proposici6n 1 del Teorema 1 de 6.1. Consideremos el caso en que
a E (A)'; de acuerdo con el Teorema 1 de 2.4, (A)' - ..t', o Jea que a EA'

....
y t(a) - lím f(x} .
Sea T un entorno cualquie ra de g (cs); existe una esfera etrrll44
C-= N(g(11); r) con CCT. Por definici6n de límite, al entorno N(t(a); r}
de g (a) corresponde un entorno S de • tal que

![(S- {41}) n.d]CN (g (a ); r } ce.

N6te~e que el conjunto B- S-{a} e1 abierto, por el corolario 4' de 2.4.


Podemos escribir la inclusión anterior

f(BnA) ce. (1)

Consideremos el conjunto BnA y tomemos un z EBnA. Si U es un


entorno cualquie ra de z tenemos Un(Bn A)- ( UnB)n A:F+ ya. que
UnB es un entorno de zEA (Teorem a 2 de 2.4), pero entonces, por el
mismo Teorema 2 de 2.4,

zEBnA - (Bn..t) U(Bn...t )'.

Si z EB n A, g (z) - f (z} Ef( BnA}, o tea que, por (1). t(z) EC.

-
Suponga mos que zE (Bn...t)' C.d'. Luego t (z) • lbn / (x ). Pero. por
el Teorema 2 de 5.1, existe una sucesi6n {z.} en BnA (y por tanto en A)
con z. -+ z, lo cual implica, en virtud de la proposición 1 del Teorema 2
de 5.7, que f(z.) -+ t(z) . Ahora, la aucai6n {f(z.)} ati en f(Bn..f.}, de
manera que

t(z) Et(BnA ),
por el CIOl"'lario 2' de 5.f y, taieado eD C:UCDta (1), lliJiendo que C.
cerrado, g(.r) EC.
En ptnmen,
V-' EBnA: z.(.r) EC,
lo que equivale a
I{(S- {a}) nA]CCCT,
el decir,

....
1ím g(K) - g(a) .

O ~ea qtae, por la proposición 2 del Teorema 1 de 6.1, g e1 continua ec


•E(A)'.
En definitiva, g ea continua en .l. e

6.$. CONTNIIDAD EN CONJUNTOS COMPACTOS

Aqu1 estudian:mos las propiedades de una función cuando ea continua


en 111 dtwninio y &te ea compacto. Como la compacidad es una propiedad
muy poderosa, es de esperar que taJes funciones tengan un comportamiento
significativo y, en efecto, ~ IUCCde. Veremos tambi~, por el resto de la
obra. que lu aplicacionn aon muchas e inten:antea.
Clunmzamos por establecer q~~.el rango de una función continua en un
0011junto compacto ca compacto. .Pro:P-O.rcionamos dos demostraciones diJ...
••
tintaa de ac importante resultado. Una se apoya en la defm.ici6n de com-
pacidad y el Tcuewa 2 de 6.2; la otra aplica el concepto de compacidad
leCW"Dcial (SC) . El lector podrá preferir cualquiera de las dos, aunque·
convieue advertir que la primera ca generaüzable textualmente a espacios
topol6sic:o1, en tanto que la otra no.

Teor- 1. Si f : ..4 CE.-. F es continua en el conjunto compacto ..4, en-


tonces su J'8D80 /(..4) a compacto.

1• Daxo.naaa6H. Sea G una cobertura abierta. del conjunto /(..4). Cada


conjunto B de G a pues abierto m (F,d') y, como fes continua en A,
f"l{B) ea abierto en el aubespacio (A, d) (Teorema 2 de 6.2). Luego,
f"l(B) • .Af'\S, doode S e1 abierto en (E, tl) (Teorema 1 de 2.6),

Ahora bieD, la famm. de todos est01 conjuntos abiertos S es una cober-


tura abierta de .A; ya que, li x E.A, /(x) Ef(A), por lo cual /(x) EB, para
aJcúo B E:G, pero entonoce~ x Et1 (B) - .Anscs.

AC U S,,

la cual ae corresponde, según la construcción, con una aubfamilia fmlta


{B., Ba, .• ·, B,.} de G. Resu1ta entonces que


t<A> e u B,;
lal

ya que si /(x) Ef(A), x EA y por tanto x ES¡, para algún i -= 1, 2,. · ., n,


luego xEAnS, ~ t'(B,), de donde f(x) EB1• {B.,B1, ••• ,B,.} es pues
una subcobertura fmita de f (A) . e
2• DEHOSTRACI6N. Probaremos que /(A) es compacto demostrando que es
se (véase el Teorema 4 de 5.1).
Sea {y.} una sucesión en f(A). Para cada n EN existe al menos un
punto x,. EA con f(x,.) -y,.; queda así determinada una sucesión (x,.}
en A. Pero A es se, por ser compacto, luego existe una sucesión {z,.}, par-
cial de la {x,.}, con z,. ~ z, z EA.
Ahora bien, como f es continua en z, f(z.) ~ f(z) (Teorema 2 de 6.1)
y /(z) E/(A). Por otra parte, {/(z,.)} es una sucesión parcial de {y.}.
En resumen, {y.} admite una sucesión parcial convergente en f(A) .

Una propiedad interesante, consecuencia inmediata del teorema prec;e.



dente, es que las imágenes de conjuntos cerrados, bajo una función con-
tinua en un conjunto compacto, son cerrados (recuérdense las considera-
ciones hechas luego del Teorema 2 de 6.2).

Corolario 1'. Sea f : A CE--+ F continua en el conjunto eompacto A.


Si S es un conjunto cerrado en (E, d) con SCA, entonces f(S) e&
cerrado en (F, d').

D:ulosTJtACIÓN. Si S "" +• tambi~n f(S) ... + que es cerrado en {F, d').


Si S no es vaclo, el Teorema 4 de 4.3 nos dice que S es compacto y,
como f es continua en S, f(S) es compacto, por el Teorema 1, lo cual
implica que f(S) es cerrado en (F, d') (corolario 1' de 4.5). e
Vale la pena destacar que el Teorema 1 afirma que las funcic:ma COD•
tinuas "transportan" compactos a compactos, ea decir, la compacidad ea
166 COMTJNIIIDAD

invariante con respecto a una transformaci6n continua; es lo que se llama


una propiedad topológica. Se deduce que, entre espacios homeomórficos,
Jos conjuntos compactos están en correspondencia biunívoca
El siguiente reJUltado, de gran utilidad, garantiza la continuidad de la
función inversa de una biyecci6n continua en un conjunto compacto.

Teorema 2. Si f; A CE-+ f(A) CF es una biyecci6n continua en el


conjunto compacto A, entonces t 1 es continua en f(A).

DEHOSTRAotÓN. Para probar la continuidad de la función inversa

f-1 :/(A) CF-+ E

aplicaremos el Teorema 2 (3) de 6.2.


Sea pues T un conjunto cerrado en (E, d), entonces

pero A n T es cerrado, por ser intenección de conjuntos cerrados, y


AnTCA; luego, por el corolario 1', f(AnT) o sea f(T) es cerrado en
(F,d') .
Ahora bien,
f(T} - f(T) nt{A),

lo cual implica (Teorema 2 de 2.6) que f(T} es cerrado en el subespacio


(/(Á), d'). •

La compacidad del dominio no es, por supuesto, una condición nece-


saria para la continuidad de la función inversa. Basta con tomar un con-
junto no compacto A, en un espacio (E, d), y considerar la función idén-
tica j : A -+ A, la cual es continua en A, así como su inversa j.
Como caso particular del Teorema 2 vemos que, si f : E-+ F es biyec-
tiva, continua en E y E es compacto, entonces f es un homeomorfismo.
Podemos agregar que F es también compacto, ya que F = /(E) (Teo-
rema 1).
Consideremos una función f : A CE-+ R, cuyo co-dominio es la recta
real. Decimos que f alcanza un máriTM absoluto rn el punto a EA si

yxEA: /(x) <f(a).

Análogamente, f alcanza un mínimo absoluto en el punto u. E A si

yx EA :/(a) < f(x}.


CONTUU11DA..D BN CONJIINTOe COMPACTOS 167

En general, decúuos que f akanuJ un e.dT6mO absol!tto "' a E.A li al-


canza, en ese punto, un m4ximo o mtnimo absoluto.
Es clara la razón por la cual exigimos que el codominio de f aea la
recta real, ya que hacemos uso de la relaci6n de orden sobre los números
reales para la defmición de extremos.
Nótese que alcanzar un extremo absoluto es una propiedad global de
una función; en ella intervienen todos los puntoa del dominio. Por otra
parte, es evidente que no toda funci6n alcanza c:xtn:moa abaolutoe; por
ejemplo, la función idéntica de la recta. real en aí mivn• no ••!cama nin-
guno de los dos.
Conviene destacar que, ai f : .A.CE-+R alca'IZ& un mbimo abeoluto
en a E.A, puede muy bien existir otro punto ti E .A, con ti =F •· donde f
también alcanza un máximo absoluto. En tal caso, es comecuencia de la
definición que / (ti)< f (a) y f(a ) ~ f(tl), lo cual implica /(a) • f(tl) .
Observamos que esto no puede suceder ai f es in-yectiva, en cuyo cuo el
punto a es único. Idénticas con.Uderaciones pueden hacene en relaci6n cao
el minimo absoluto.
Un ejemplo exagerado, que pone de manifiesto la aituaci6n aeñalada,
es el de una función constante. Alll, la función alcanza mbimo y mfnimo
absolutos en todo punto de au dominio.
En muchas cuestiones m atemáticas es importante determinar ai una fun-
ción alcanza extremos absolutos y existe una variedad de condiciones sufi.
cientes que garantizan la propiedad. En tal sentido demostraremos un im-
portante y famoso teorema, debido a Weiemrass, el cual establece que una
función continua en un conjunto compacto alcanza ambos extremos abso-
lutos. Las aplicaciones de este resultado son muy frecuentes e interesantes,
en ocasiones sorprendentes. Debe destacarse, no obstante, que ae trata de un
teorema de tipo existencial: nos asegura la existencia de los extremos, pero
no indica cómo hallar los puntos donde los alcanza, lo que a veces puede
resultar muy dificil en la prktica.
Antes, ae hace necesario probar un sencillísimo lema.

LemlJ 1. U n conjunto compacto A, en la recta. real, admite extremos in-


ferior y superior y ambos pertenecen a .A.

D&llllOSTBAClÓN. En virtud del corolario 2' de 4.3, el conjunto A es acotado


y, en la recta real, ello equivale a decir que está acotado inferior y supe-
riormente (véase 4-.1) . Existen pues cr - inf .A, fJ - aupA. Demostremos
que fJ E A ; que a E ..4 se establece de manera totalmente an&loga.
Tomemos un a> O cualquiera. Como p-e< p, p-a no puede aer
cota superior de .A.; existe, por lo tanto, algún x EA con {J - a < x ~{J.
de donde {J-a < x < fJ +e, lo cual es equivalente a lx-PI< a. Reaulta,
pae1, que DiDg6n D6mero real mayor que cero es cota inferior del conjunto
u~- pi}, para todo Jt EÁ. Se amc:luye que el extlemo inferior de ese COD•
jaoto ha de lel' cero (no puede lel' negativo), es decir (véase 1.2)
tl(JJ, Á) - O. Pero ato implic:a, en virtud del Teorema 2 de 2.4 que /lEA
y, camo A a cerrado por ter compacto (corolario 1' de 4.3) , A- A, o
-JIEÁ. •
Teorew• $. (Weíerll:nlls) . Si f: A.CE-+R es continua en el conjunto
compacto A, eatcmca f alcanv en A máximo y minimo absolutos.

Dulonuc:aóJf. De acuerdo con el Teorema 1, el conjunto / (A. ) , en la


1ec:ta real, a compacto y, por el lema 1, exilten

«- iDl f(Á ), p- sup /(.A.), a,/l€/(.A.) .


CGmo e, p perceu«:en al nngo de f, deben existir puntos a, b EA con
f(c) -a, f(b) -p.
Abola biea,
V.tE.A. : f(z) Ef(.A.),
de dorlde
f(c) 5. 'f(;c) < f(b),
o .a que f abDM en 4 un mlnimo absoluto y en b un máximo absoluto.

De la clenw•UW!i6D del tecrema pre«'dente se deduce que una función
1: Á CE-+ R •lcanza UD máximo absoluto en Á IÍ y sólo si existe
/1-tupf(Á) y /IE/(Á). Lo mismo vale decir para el mínimo. Lo que
hacen la hip6tesis de (XJD!pacidad y continuidad es provocar esa situación.
Ea calidad de ejercitación y como aplicación ilustrativa del Teorema 3
veamos algunos hec:hos interesantes.
Sea A un a.juato c:ompac;to en UD espacio (E, d ) y x. EE. Se observó
en 1.2 que, li Á es un conjunto cüalquiera, no es de esperarse que en
general exista un punto 4 EA con d(Ko, 4) ... d(Xo, A.) . Veremos, sin embar-
go, que al lel' .d compaeto úempre existe tal punto. En efecto, la función
1: .4CE-+ R, tal que VJt EA: f(Jt) - d(x., ;e), es continua en el conjunto
campadO Á (6.2); Juego, por el Teorema S, existe algún punto a E.d don·
de f alcanza un minimo allloluto. Es consecuencia inmediata de la defi·
Did6a de d(x.,A) (1.2) que

/(G) • d(Xo, G) - d (Ko, .d).


OOftTUfmD4 D BN CON.JUNTOS CON&XOS 169
Mú general, sea Á compacto y B un conjunto no vado, ambos en (E, d).
Defin•mm la funci6n 1: ÁCE~R, tal que AxEÁ: g(x)- d(x,B); a
continua en el conjunto compacto Á (véase 6.2) y, en virtud del Teore-
ma 3, existe algún punto a EÁ donde 1 alcanza un minimo absoluto. Se
deduce entonces del lema 1 de 1.2 que

g(a) - d(a,B) - d(A,B).

De esto último obtenemos las siguientes consecuencias interesantes:

l. Si B es compacto también, por lo establecido más arriba existe


algún bEB con d(a,b) - d(a,B), es decir,

d(a,b)- d(Á,B).

2. Supongamos que Bes cerrado (y no vacío) y que AnB .. ~; en-


tonces a f_B y, como B = JJ, tampoco a {ti, lo cual implica, por el
Teorema 2 de 2.4, que d (a, B) > O, es decir, d (A, B) > O.

Si B no se supone cerrado, puede suceder que a EB-B, en cuyo caio


d(A,B) .. d(a,B) - O, aun cuando AnB- .¡..
Así mismo, si Á y B son cerrados, pero ninguno compacto, y A nB - .,
es p<~Sible que d(A,B) -O.
Como ejemplo de ato véase el ejercicio 16.

6.4. CONTINUIDAD EN CONJUNTOS CONEXOS

Analicemos ahora el caso de una función continua en un conjunto co-


nexo. También aqw ae obtienen resultados significativos y de gran trascen-
dencia, no obstante la aencillez de las demostracio na. Se pondrá claramente
de manifK:sto que el desarrollo formal se corresponde estrechamente CXIIl
nuestra i~ intuitiva de los hechos y de la continuidad en particular.
Al igual que compacidad, comenzamos por establecer la propiedad fun-
damental de la cual obtendremos todas las demás: la conectividad es in-
variante con respecto a una transformaci6n continua, es decir, se nata de
una propiedad topol6gica. Así pues, entre espacios homeom6rficos, Jos coa-
juntos conexos están en correspondencia biunívoca.

TeoremtJ l. Si f :~CE ,~ F es continua en el coojunto conexo A, enton-


ces su rango /(Á) es coneXo.
170 CONTINUIDAD

DEMOSTRACIÓN. Supongamos que /(A) es disconexo. Esto equivale (v&le


1.3) a la eJcistencia de un conjunto no vacío S, con SC/(A), pero S :¡l:f(A),
que es abie.r to y cerrado en el subespacio (f (A), d').
En virtud de los Teore.mas 1 y 2 de 2.6, existe un conjunto Th abierto
en (F, d') y un conjunto T 1 cerrado en (F, cf) tales que

Ahora bien, como fes continua en .&, t•(T1 ) es abierto en el subespacio


(.&,d) y ¡~•(T2 ) es cerrado en (.A,d). Pero es claro que

o sea que t' (S) es abierto y cerr&do en el subespacio (A,d); no es vado,


ya que +-:f=SCf(A), y t.ampoco es igual a Á, porque S=t=f(A).
Resulta entonces que Á es disconexo, lo cual es una contradicción. e

Puede suceder, sin embargo, <pe f sea ~ntinua en un conjunto diaco-


nexo A y que f(A) sea conexo. Tal es el caso si fes una función constante;
/(A) es siempre conexo, por estar constituido por un solo punto, con inde-
pendencia de la naturaleza de A.
El teorema precedente junto con el Teorema 1 de 3.5, según el cual los
únicos conjuntos conexos en la recta real son los intervalos, origina toda
una cadena de consecuencias cuando hacemos intervenir la recta real. A
continuación presentamos una lista de tales proposiciones, omitiendo las
demostraciones cuando son inmediatamente evidentes y agregando consi-
deraciones pertinentes para casos significativos.
C,) Si f : Á CE...,.. R es continua en el conjunto conexo A, entonces
/(A) es un intervalo.
Cs) Si f:IC R...,..R es eontinua en el intervalo l, entonces f(l) es
un intervalo.
Esto se expresa, sugestivamente, diciendo que la imagen continua de un
intervalo es un intervalo. Es claro que se trata de un caso particular de C1 •
Ca) Si f : A CE...,.. R es continua en el conjunto conexo y compacto
A, entonces /(A) es un intervalo cerrado y acotado. '
Por C, sabemos que f(A) es un intervalo y, por el Teorema 1 de 6.3,
también compacto, por lo tanto cerrado y acotado (corolarios 1' y 2' de
4.3).
C. ) Si f: [a, b)CR...,.. Res continua en [a, b], su rango es un intervalo
cerrado y acotado.
Se trata evidentemente, de un caso particular de C1 , ya que [a, b] es
conexo y compacto.
C:ON'l1MUIDA.D lEN CON .JliNTOS CONIEXOS 171
Cs) Sea f : A CE-... R continua en el conjunto conexo A. Si para
a, b EA se tiene que /(a) <f(b) y e' es un número real con /(a) <e' <f(b),
entonces existe un e EA tal que /(e) - e'.
En efecto, por Ch /(A) es un intervalo y es claro que /(a),f(b) E/(A);
luego, en virtud de la definición de intervalo, e' E/( A), lo cual implica la
existencia de un e EA (no necesa.rio.mente único) con f(e) -e'.
Esta proposición Cs es particu.larmente importante y sugestiva; suele
llamarse "propiedad D" de las funciones continuaa, en honor 4 Dedekind,
a quien se atribuye la primera demostración rigurosa. Puede expresarse de
manera imprecisa, pero llamativa, diciendo que "una función continua pasa
de un valor a otro tomando todos los valores intermedios".
Se percibe que esta propiedad D refleja, con gran fidelidad, nuestra
idea intuitiva de "continuidad": el paso continuo, sin saltos, de un punto
a otro.
Cabe destacar, sin embargo, que existen funciones no continuas que
cumplen con la propiedad D, vale decir, cuyo rango es un intervalo. Signi-
fica esto que dicha propiedad no puede adoptarse como defmición de con-
tinuidad, por más que corresponda a la noción intuitiva del ténnino; eUo
explica, en parte, la dificultad y tiempo que tomó a los matemáticos para
arribar a la definición satisfactoria del concepto.
C,) Si f : A CE-... R es continua en el conjunto conexo Á y, para un
par de puntos a, b EA, f(a) y f(b) tiene.n signos opuestos (o sea /(a) ·
f(b) < 0), entonces existe un cEA con f(c) -O.
Es un caso trivialmente particular de C 5 , ya que la hip6tesi.s señala que
O está comprendido entre f(a) y f(b), no obstante, sus importantes apli-
caciones justifican destacarlo. Su utilidad tradicional ae presenta cuando,
particularizando más aún, el espacio (E, d) es también la recta real y .A.
es un intervalo (forzosamente, ya que ha de ser conexo). Esta ve.rsión suele
atribuirse a Bolzano; se aplica como fundamento para diseñar algoritmos
iterativos numéricos para resolver ecuaciones de la forma f(x) - O, donde
f es continua y x toma valores reales. Tales procedimientos de aproxima-
ciones sucesivas son muy rápidos y efectivos con el auxilio de modernas
máquinas de calcular que realicen, a gran velocidad, las tediosas opera-
ciones aritméticas necesarias. La consideración de estos temas invade el área
del Cálculo Numérico, la cual es ajena a los propósitos de esta obra. El
lector interesado puede consultar, entre la abundante literatura sobre la
rama, el excelente texto de P. Henrici, Elements of Numerieal Aa4l:yJis
(Wiley).
C,) Un conjunto conexo A constituido por más de un punto, en un
espacio (E, d), .no c:s contable.
En efecto, tomemos un punto a EA y definamos la función
f:ACE--.R, tal que yxEA:f(x) -d(x,a). Ahora bien, fes conti-
172 CONTINUIDAD

nua en el conjunto conexo A, lo cual implica (Cl) que su rango /(A) es


un intervalo. Además, como A consta de más de un punto, existe un b E A
con b =Fa, de donde

f(b) ... d(a,b) =FO -f(a) .

Esto indica que el intervalo f(A) consta de más de un punto, por lo cual
sw extremos no son coincidentes y f(A) no es contable (véase el párrafo
fanal de 5.6).
Se concluye que si A fuese cootable, también lo seria f (A) .
En particular, si un espacio (E, d) es conexo y contiene más de un pun-
to, E no es contable.
C 1 ) Ya hemos señalado en Ca que la "propiedad D" no caracteriza a
las funciones continuas, pero si proporciona una útil caracterización de los
conjuntos conexos: Concretamente:
Un conjunto A, en "UD espacio (E, d) es conexo si y sólo si el rango
de toda función f : A CE~ R, continua en A, es un intervalo.
En efecto, si A es conexo la propiedad no es otra que Ct. Reciproca-
mente, supongamos que A es disconexo y construyamos una función de A
en R, continua en A y cuyo rango no sea un intervalo.
Como A es disconexo, existen conjuntos no vacíos S, T, disjuntos, abier-
tos en el subespacio (A, d) y A = S U T. Definamos la función f : A CE~ R
tal que vx EA: f(x) '"'O, si x ES; f(x) - 1, si xET.
Haciendo uso del Teorema 2 de 6.2, sea U un conjunto abie.r to en la
recta real, entonces t 1 (U) será uno solo de los conjuntos +, S, T, A, según
U no contenga O ni 1, contenga a O y no a 1, a 1 y no a O 6 contenga a
O y 1, respectivamente. Observamos que, en todo caso, t 1 (U) es abierto
en (A, d) .
Resulta pues que 1 es continua en A y su rango es el conjunto {0, 1}
que no es un intervalo.
C,) Si 1: R ~ R es biyectiva y continua en R, entonces t 1 es tam-
bién continua en R (f es un homeomorfismo).
Primeramente,· veamos que la imagen de un intervalo abierto, bajo f,
es un intervalo abierto.
En efecto, tomemos un l = (a,b). En virtud de (C.}, l[a,b]- [m,M],
de donde, aprovechando la biyectividad de f,

f(l) - [m,M]-{f(a),f(b) };

pero f(J) es un intervalo (C2 ), o sea que, forzosamente,

f(l) - {m, M ).
~N&CTIYIDAD 173

Ahora bien, todo conjunto abierto A, en la recta real, es la unión en una


familia F de intervalos abiertos (Teorema 2 de 3.5) :

A- U/,
,.,
lo cual implica que /(A) - U f(l), donde cada f(I) es un intervalo abier-
J•r
to, por lo establecido anterionnente, y por lo tanto f(A) es un conjunto
abierto (Teorema 3 de 2.2) . El Teorema 2 de 6.2 n os dice entonces que
t"1 es continua en R .
Este interesante resultado es también cierto para el espacio R• en lugar
de la recta real, aunque allí la demostración es apreciablemente más so-
futicada y se realiza usualmente al estudiar Topología Algebraica; no esti-
mamos prudente incluirla aquí. La propiedad no es, por otra parte, gene-
ralizable a espacios métricos cualesquiera, aun exigiendo condiciones tales
como completitud; ello se debe a que se trata de una consecuencia de pe-
culillridades muy propias de R". No obstante, recordemos que si el espacio
es compacto la propiedad se cumple (Teorema 2 de 6.3).

6.5. ARCO-CONECTIVIDAD

PrócedemO$ a utudiar un nuevo tipo de conectividad algo má3 espe-


cializada que la empleada hasta ahora; su ubicación en este capítulo
obedece a que su defmición requiere el concepto de función con tinua. Le
daremos el nombre de arco-conectividad y veremos que, además de su in-
terés intrínseco, nos servirá para obtener resultados significativos en el
capítulo siguiente; por otra parte, su importancia en diversas ramas de la
Matemática es considerable.
El lector notará un claro paralelismo con el capitulo 111 sobre conec-
tividad, ya que hay lugar a la introducción de conceptos análogos.
Comenzamos con una defmición fundamental.
Un arco en un espacio métrico (E, d) es el rango de una función
1 : [0,1] CR ~E, continua en el intervalo [0, 1]. Puede expresarse, de ma-
nera impreciJa, diciendo que un arco es la imagen continua de un inter-
valo.
Intuitivamente es claro que la definición de arco traduce la idea que nos
representa la palabra.
Teniendo en cuenta que un intervalo cerrado es un conjunto conexo y
compacto y aplicando el Teorema 1 de 6.4 y el Teorema 1 de 6.3, conclui-
DJCil que un arco es úempns un conjunto conexo y compacto.
174 CONTINUID.t.D

El ejemplo más sencillo lo constituye un conjunto {a} de un solo punto


de (E, d). La función constante j : [0, 1]-+ E, tal que yt E[O, 1] : f(t) = a,
es evidentemente continua en (0, 1] y su rango es {a} que es, por lo tanto,
un arco.
En lo que sigue y en el capítulo próximo tendremos oportunidad de
considerar otros ejemplos.
Dada una función f : [0, 1]-+ E, continua en [O, 1], conviene, con fre-
cuencia, referirse al rango f(O,l) como el arco descrito por f, cuando se
desea distinguir la función que determina el arco, la cual, por cierto, no es
necesariamente única. A los puntos f(O), f(l) EE se les llama extremos
del arco; también se dice que dichos puntos están unidos por un arce.
Podemos ahora definir:
Se dice que un conjunto no vaclo A, en un espacio (E, d) es arco
conexc si para todo par de puntos x, y E A, x y y están unidos por un
arco contenido en A.
Cabe destacar que dos puntos de un espacio pueden estar unidos por
muchos arcos distintos (o por ninguno) .
Un ejemplo trivial de conjunto arco-conexo es ei constituido por un
solo punto; veremos muchos más en lo que sigue.
Resulta oportuno establecer de una vez que arco-conectividad es una
propiedad topológica, es decir, es invariante respecto a una transformación
continua. Dicho de otra manera, la imagen continua de un conjunto arco-
conexo es arco-conexa.

TeoremD. 1. Si f: ACE-+ Fes continua en el conjunto arco-conexo A,


entonces su rango f(A) es arco-conexo.

DEMOSTRACIÓN. Tomemos x', y E/(A). Deben existir x,y EA con f(x) -x',
f(y) =y.
Ahora bien, A es arco-conexo, luego existe una función g : [0,1]-+ E,
continua en [0, 1], cuyo rango (un arco) está contenido en A y con g(O) - x,
g(l) =y.
Definamos la función h : [0, 1]-+ F tal que h = f. g, lo cual es posible,
ya que el rango de g está contenido en el dominio A de f. En virtud del
Teorema 1 de 6.2, h es continua en (0, 1]. Por otra parte, el rango de h
está obviamente contenido en /(A) y h(O) = f(g(O)] = f(x) = x', h(1) ..
f[g(l)]=/(y) =y. .
En resumen, hemos hallado un arco (descrito por h), contenido en f(A)
y que une los puntos x', y. e
Ocurre de inmediato preguntarse qué relación existe entre conectividad
y arco-conectividad. Comenzamos por responder a la mitad de la pregunta.
AJICCM:ONBCTIVIJ)AD 175
Teorellfl4 2. En un espacio m~trico, todo conjunto arco-conexo es conexo.

DEMOSTIIACJÓN. Es CODJeCuencia del hecho de que un arco es un conjunto


conexo•
. $ea A un conjunto arco-con~ del espacio y tomemos un punto a EA.
Para todo punto x EA existe un arco S, de extremos a, x, de donde
a, x ES., y con s.cA.
E1 inmediato que

A -
...u s.;
además, Jos conjuntos s.
son conexos y su intenección no es vacía, ya que
a pertenece a tod01 ellos. Su unión, o sea A, es, pues, conexa, en virtud del
corolario 2' de 3.2. e
El teorema precedente es intuitivamente sensato al tener presente que
un arco es "de una sola pieza" (conexo) y que dos puntos cualesquiera
del conjunto son extremos de un arco. Si el .conjunto fuese disconexo po-
dríamos distinguirle dos partes "separadas" y resultaría imposible unir pun-
tos de una y otra mediante un arco sin "romperlo". Lo que quizá resulte
algo desconcertante es que el recíproco no es, en general, cierto y, proba·
blemente por eso, los contra-ejemplos son complicados (véase el ejercicio
36) . No obstante, más adelante veremos que, con imposición de hip6tcsia
adicionales, un conjunto conexo es arco-conexo. En todo caso, se ha puesto
de manif"Jesto que la arco-conectividad es una propiedad más fuerte, espe-
cializada y exigente que la conectividad.
Como de costumbre, diremos que el espacio métrico (E, d) es arco-
conexo si E es arco-conexo. Veamos, por ejemplo, que tal es el caso de la
recta real, tambiM con el propósito de investigar la arco-conectividad en
ese espacio. Primeramente, por definición de arco y por C 4 de 6.4, un arco
en la recta real es un intervalo cerrado y acotado.
Sean p, q ER y definamos la función f: R-+ R tal que Vt ER : f(t ) ...
f1t + q. Es inmediato que f es continua en R; basta con observar la igual-
dad : !f(t) -((t')l -IPI·It-t'l· De esto deducimos que dos puntos cuales·
quiera a, b ER están unidos por un arco descrito por f : (0, 1]-+ R, donde
VI E[O, 1] : f (t ) - a+ t (b - a ) , cúyo rango (el arco) ea el interyalo [a, b].
La recta real es pues, un espacio arco.:COnexo. Pero hemos establecido algo
mú : si un conjunto A, en la recta real, posee la propiedad de que
ya,bE.d: [a,b]CA, entonces A ea arco-conexo; pero esto lignifica que
todo intemlo es arco-conexo. Recíprocamente, por d Teorema 2, un con-
junto arco-conexo es conexo y, por tanto (Teorema 1 de 3.5), un intervalo.
176

En resumen, la recta real es. un espacio arco-conexo y sus úniros con-


juntos arco-conexos son los intervalos.. Se ve, pues, que en la recta real,
conectividad y arco-conectividad son una y la mi.una cosa. Esto trae como
consecuencia, considerando la definición de arco y el Teorema 1, que un
arco es un conjunto arco-conexo.
El lema siguiente probará ser de mucha utilidad.
Lema l. Sobre un conjunto no vacío .A. en un espacio (E, d). se defme
una relación binaria !. tal aue. para x, y E A, x ,t. y significa que x está
unido a y por un arco contenido en A. Entonces .!- es una relación de
equivalencia sobre A.
DEMOS'•'RA.CIÓN , La reflexividad y simetría de ,t. son evidentes.
Nótese que no hacemos distinción alguna entre los dos extremos de un
arco, aunque, en todo caso, es indiferente. En electo, supongamos que, para
un par x , y E A, x .!- y; existe pues una función f : [0, 1} ~ E, continua en
(0, 1}, cuyo rango (el arco que une x, y) está contenido en .A y con
/(0) = x, f( l ) ~y. Sabemos que la función g: [0, 1]-+R, tal que VI E
(0, 1] : g(l) = 1-t es continua en [O,!] y su rango es [0, 1]; entonces la
función f· g : fO, 1) ~E es continua en [0, 1] (Teorema 1 de 6.2) , su
rango (un arco) está contenido (coincide) en el de f y, por tanto, en A.,
obteniéndose f • g(O) = y, f • g( 1) = x .
Demostremos la transitividad de.!-. Sean x,y,zEA con x~y, y~z.
Lo que acaba de establecerse permite suponer la existencia de funciones
f, g : [0, 1]-+ E, ambas continuas en [0, 1], sus rangos contenidos en A y
/ (0) ~x, f(l) =y=g(O), g(1 ) =z.
La función ., : [1, 2]~ R, tal que VI E[l, 2] : <p(t) = t- 1, es conti-
nua en [ 1, 2] y su rango es claramente (0, 1J.
Definamos la función h : [0, 2) ~ E tal que V t E [0, 2], si t E [0, 1) :
h(t) = f(t) , si t E{l, 2] : h(t ) = g • .,(t). h está bien definida, ya que
h(l) =/(1} =c•<P(l) =g(O) ~y.
Demostrar que h es continua en [0, 2] requiere cierto cuidado. Tendre-
mos que considerar todos los casos.
Tomemos un lo E{O, 2) y probemos que h es continua en t 0 • Suponga-
mos primero que lo E[O, 1), entonces h(to) = f(to) . Dado e> O, como f
es continua en t 0 , existe un 8 > O tal que

vt E[O, 1] con lt-tol < 8 : d(f(t), f(to ) ) < e.


Elegimos un número real 8 1, con O < 31 < 1 - to ¡ entonces sea 8' = nún
(3,3.}. Luego, VtE[0,2) con jt - t..l<8' resulta que lt-tol<B y
t<tu+ 31 < l,de· donde tE[O, I ), y: d (h(t), h(to)) <e, ya que tam·
bién h(t) = f( t ). En resumen, hes continua en (0, 1) .
AaCOoCONEC Tl\'IDAD 177
Si l.o€(1, 2], h(t0 ) -l·f(l.o) y, COllliderando que,., es continua en
lo, un razonamiento totalmente anilogo establece que h es coo.t inua en ..
y por tanto, en ( 1, 2}.
Resta probar que h es continua en el punto 1, dooc:le

h(1) -/(1) - ,.,(1) -'Y·

Dado e > O, como f, g • ., 110n continua3 en 1, cxiatcn a1, a, >O tala


cp..te
yt E[O, 1) con lt - 11< 11 : d(/(t), y) < •
yt E[l, 2] con lt-·11 <a, : d(g. ,(t), y) < ~-

Ahora bien, si designamos a - mtn {al> l.a} y tenemos presente la defini·


ci6n de h, resulta

yt E[0,2] con lt-11 <a: d(A (t),y) < •

yh es continua en J.
En definitiva, h es continua en [0, 21 pero este intervalo es un conjunto
arc:o-c:onexo y, por el Teorema 1, el rango S de h es arco-c:onexo. Es claro
que SCA, en virtud de la definici6n de h. Por otra parte, :x,zES, ya que
h(O) - :x, h (2) - .z. Se deduce que x, z, están unidos por .un arco conte-
nido en S y, por consiguiente, en A, es decir, x .! z. e
Es natural proceder a considerar el conjunto cociente y demAs entes
determinado s por una relación de equivalencia, pero antes resulta mAs sen-
cillo y porductivo establecer UD teorema y SU corolario que SOQ los W}ogcl
del Teorema 2 y corolario 2' de 3.2. Por cierto que, al aludir a la aecci6n
3.2, cabe preguntarse si su Teorema 1 y corolario 1' también tienen NI
análogos en arco-conectividad. Desafortunad amente no es así y, en tal lm·
tido, véase el ejercicio 36.

Teorema 3. Sea F una familia de conjuntos arco-conexos de (E,d) .


Si existe un ..40 EF tal que

entonces
B-U .A

ea ataH:Onexo. "'"
lliMosTRACI6N. Tomemos un par de puntot cualetquiera x,zEB.
178 CONTINUmAD

Empleando la notación del lema 1, basta con demostrar que x ~ z.


Deben existir conjuntos A,, A 1 EF con x EA., z EA2. Ahora bien, ha-
ciendo uso de la hipótesis, existen puntos y 1 EA,nA0 , y 2 (A,nA 0 ; pero
entonces x, y, EA,, y., Y• EAo, z, :!la EA, y, como todos estos conjuntos son
arco-conexos, cada par está unido por un arco contenido en el conjunto
al cual pertenecen los puntos, pero A.,, A,, A2 CB, luego todos esos arcos
~~- conteru'dos en B. En def'JmtJva
QWUI .. • y,, y, ,...,
tenemos: x ,..., • y,, Yt ,...,
• t, 10
cual implica, por la transitividad de .!.- (lema 1) que x .!.- z. e
Corolario 3'. Si Fes una familia de conjuntos arco-conexos de (E, d) tal
que n A :fo 4>, entonces U A es arco-conexo.
A•r ~·r
Este corolario nos permite proseguir de manera análoga a 3.3 y definir
los componentes arco-conexos de un conjunto. Resultarán ser, como allá,
los "máximos" conjuntos arco-conexos.
Sea A un conjunto no vacío en un espacio (E, d). Tomemos un punto
x EA y consideremos la familia de todos los conjuntos arco-conexos que
contienen a x y están contenida~ en A. Dicha familia no es vacía, ya
que contiene al conjunto {x}, y !U intersección tampoco es vacla, sabien-
do que x pertenece a todos sus miembros. Se infiere pues, por el corolario
3', que la unión en esa familia es un conjunto arco-conexo a(x) que llama-
remos compont:nt~t arco-con~xo de A. Es claro que si B es un con'junto
arco-conexo con x EBCA, entonces B es miembro de la familia cuya uni6n
es a(x), lo cual implica que BCa(x). Esta propiedad revela la "maximali-
dad" de a(x).
Llamamos componentes arco-conexos del espacio a Jos componentes
arco-conexos del conjunto E.
En virtud del Teorema 2, todo componente arco-conexo a(x) de A es
un conjunto conexo, por lo cual se deduce (véase 3.3) que a(x) CC(x),
donde C(x) es el componente conexo de A que contiene a x.
Es evidente que
..{- U a(x)
.....
y, por un razonamiento idéntico al empleado en 3.3, los componentes arco-
conexos de .A son disjuntos doa a dos. Elloa constituyen, pues, una pa.r-tici6n
del conjunto .A, la cual detemúna una relaci6n de equivalencia tal que loa.
puntos x, y E .A están relacionados ai y s61o si pertenecen al mismo com-
ponente arcc:H)onexo y las clases de equivalencia son, por supuesto, los
componentes arco-conexos.
Supongamos que Jos puntos x, y E..{ pertenecen ambos al mismo com-
ponente arco-conexo e~(x) de A, entonces x,y están unidos por un arco
ARCOoCONECTIVJDU 179
contenido en a(x) y, por tanto, en A; luego x.! y, empleando la notación
del lema l. Reclprocamente, consideremos que para un par de puntos
x, y E A se tiene x ~'Y· Esto significa que x, y están unidos por un arco S
(de donde x, y E S) contenido en A, pero S es arco-conexo, lo cual implica
que SCa(x), o sea. x,yEa(x).
En resumen, dos puntos x, 'Y E A pertenecen al mismo componente arco-
conexo si y sólo si x ~ y. Dicho de otra manera, hemos establecido que la
relación de equivalencia determinada por la partición de Á en sus com-
ponentes arco-conexos no es otra cosa que ~. Esta conclusión completa
lo suscitado en el lema l.
Es inmediato (al igual que en 3.3) que A es arco-conexo si y sólo si
admite un único componente arco-conexo.
Al contrario de componentes conexos, Jos componentes arco-conexos de
A no son, en general, cerrados en el subespacio (A, d). Ello se debe a que
la clausura de un conjunto arco-conexo no es siempre arco-conexo.
ContinWU1do con el paralelismo al capítulo Ill, decimos que un espa-
cio métrico (E, d) es localmente arco-conexo si para todo punto x EE y
todo entorno S de x, existe un entorno T de x tal que T CS y T es arco-
conexo.
De nuevo (véase 3.4) , la arco-conectividad y arco-conectividad local
del espacio son conceptos lógicamente independientes.
Sabiendo, por el Teorema 2, que todo conjunto arco-conexo es conexo,
deducimos que un espacio localmente arco-conexo es localmente conexo. El
reciprocQ no es, en general, cierto.
Hemos visto qoe, en el caso muy particular de la recta real, un con-
junto es arco-conexo si y sólo si es conexo, lo cual equivale a ser un inter-
valo; es decir, que siendo la conectividad,_,,f arco-conectividad la misma
cosa, la recta real es un espacio arco-conexo y localmente arco-conexo. De
todas formas esto es consecuencia del siguiente teorema, cuya demostración
omitimos por ser idéntica a la del Teorema 1 de 3.4, substituyendo conexo
por arco-conexo.

Teorelllll 4. Si en (E, d) toda esfera abierta es un conjunto arco-conexo,


entonces (E, d) es un espacio arco-conexo y localmente arco-conexo.
Tal es el caso de un espacio normado, como veremos en el capítulo
siguiente.
El próximo teorema, idmtico en enunciado y demostración al Teore-
ma 2 de 3.4, substituyendo el ténnino conexo por arco-conexo, proporciona
una elegante y útil caracterización de la arco-conectividad local.

Teorelllll 5. Un espacio métrico (E,d) es localmente arco-conexo si y


&61o si Jos componentes arco-conexos de todo conjunto abierto 10n abiertos.
180 CONTJllfU IDAD

Este teorema da cabida a un reciproco parcial del Teorema 2, de gran


interés y utilidad. Nótese que las hipótesis adicionales requeridas para ga-
rantizar que un conjunto conexo sea arco-conexo son exigentes.

TeoremG 6. Si A es un conjunto abierto y conexo, en un espacio local-


mente arco-conexo (E, d), entonces A es U'CI>COnexo.

DEMOSTRA CIÓN. Sea eun componente arco-conexo de A. En virtud del


Teorema 5, Ces abieno en (E, á) y, como CCA, Ces abierto en el sub-
espacio (A, d) .
Tomemos ahora un X EA nc y sea a(x) el componen te arc()-COJlexO
de A que contiene a x. De nuevo por el Teorema 5, a(x) es un conjunto

de 2.4, cna(x) *•·


abierto y, por tanto, un entorno de J(. Pero X E e; luego, por el Teorema 2
lo cual implica que e .. a(x) , ya que loe compo-
nentes son disjuntos o coincidentes, de donde x E C.
Hemos establecido que A n C C C; pero también es cieno que
e- AnCcA nc. Luego e- .Anc, o sea que e es cerrado en el sub-
espacio (A, d) (Teorema 2 de 2.6) .
En resumen. el conjunto no vacio (por ser un componen te) e es abierto
y cerrado en el subespacio (A, d). Pero A es conexo, luego e - A (véase
3.1) y A es un conjunto arco-conexo. e
Laa condicioaea de que A I Q abierto y el espacio Jocalm.e nte arco-
conexo no son, evidentemente, necesarias, ya que, en cualquier espacio,
aiaten conjuntos arco-cooexos y por tanto conexos (Teorema 2) que no
IOD abierto&.

6.6- CONnNUIDAD UNIFORME

Introduciremos un nuevo e importante concepto que es algo más po-


deroso que la continuida d de una función en un conjunto.
Supongamos que una función j : A CE-. F es continua en el conjunto
A; o sea que, si tomamos un a E A cualquiera, f es continua en ese punto.
Luego, dado un e > O, existe un a > O tal que

yxEA con d (x,a) <3 : d'(f(x). f(a )) <e.

Ahora bien, es claro que 3 depende de e, pero también es cierto que, en


general, 3 depende del punto a. No tenemos derecho a suponer que el
mismo 3 (conservando e fijo) sirva para todos los puntos de A, en el sentido
CO!n'IKUID.A.D lJND'OIUU 181
dado arriba. Cuando eso ú sucede, es decir, a depende 16lo de • y a inde-
pendiente del punto en C1lestión, decimos que f es uniformemente cooti-
nua en ..t.
De manera más precisa:
Se dice que la función f : A CE -+ F es uniformnn•nll eontinsur "' el
conjunto A si a cada • >O corresponde un a >O tal que yx, )1 EA con
d (x, y) < a : d'(f(x), f(y)) < •. Es obvio que, • 1 es unlfonnemenle c:ml-
tinua en A, entonces f es conlinua en .d. El recíproco no es, en general,
cierto (véase el ejercicio 43), lo cual revela que la contimúdad unifmme
es una propiedad (¡global!) más poderosa que la continuidad en un con-
junto. Luego veremos bajo qu~ condiciones adicionales la continuidad JC
hace uniforme.
La defmición es fácilmente interpretada intuitivamente. El ejemplo más
sencillo es el de una función constante f: ACE-+F, donde yx,yE..t:
f(x) ""/(y), en cuyo caso d'(f(x),f(y)) - o siempre y cualquier 1>0
utisface la definición.
La función idéntica j: ACE-+E, tal que vxE..t : j(x)- x, es uni-
fonnemente continua en ..t; ya que vx, yEA: d(j(x),j(,•))- d(x,y),
de manera que, dado ' > o, basta con tomar a = •.
Más general que ambos ejemplos anteriores, se dice que la función
f : ..t CE-+ F satisface una t:ondit:i6n de Lipschitz en .d si ·existe un nú-
mero real k > O tal que

vx,yE..t: d'(f(x),/(y)) < kd(x,y).

Es inmediato que f es uniformemente continua en .d : dado ' > O touwnos


a - '/t-
No debe creerse, sin embargo, que toda función uniformemente continua
.satisface una condición de Lipschitz. Lo pondremos de manifiesto apli-
cando el siguiente ejemplo. Si (E, d) es un espacio m~trico discreto, ~ual­
quier func:ón f: ACE-+P e.s unifonnemente continua en A (no importa
cuál sea A). En efcclo, al tomar B"" 1 se verifica Vx, y EA con d(x, y) < a,
necesariamente x -y, de donde d'(f(x), f(y)) - O. Sin embargo, en estos
casos la función f no siempre satisface una condición de Lipschitz. Sea, por
ejemplo, la función idéntica j : E -+ F, donde (E, d) es el espacio métrico
constituido por el conjunto de los números reales y la métrica discreta y
(P, d') es la recta real; j es entonce.s uniformemente continua en E. Si
existe un k> O tal que vx, y EE : d'(j(x), j(y)) = lx-yl < kd (x, y), to-
memos x EE con x >k,)'- O; entonces x = ¡x-01 < kd(x, O) - k que es
una contradicción. O sea que j no satisface una condición de Lipschitz en
E. Este interesante ejemplo revela un hecho que conviene tener presente:
182 CONT1NlJJDAD

la imagen de un conjunto acotado, bajo una función uniformemente con-


tinua en él, no es, en geneial, acotada. Nótese que E es un conjunto ~
tado, pero j (E) - F no lo es. •
Consideremos ahora un espacio métrico cualquiera (E, d), tomemos un
punto " EE y definamos la funci6n f : E -+ R tal que

Vx EE: f (x ) - d (x, a).

Aplicando el lema 1 de 1.1 se verifica

Vx,yEE: Jf(x) -f(y) i -Jd(x,G) - d (y, a)J < d(x,:y),


o sea que f satisface una condición de Lipsch.itz en E (k = 1) y es, por
consiguiente, uniformemente continua en E.
Más general, tomando un conjunto no vacío Á de (E, d) definimos
g : E-+ R tal que

VxEE:g(x) -d(x,.A).

Empleando ahora lo establecido en 1.2,

Vx, y EE: lg(x ) - g (y) 1- ld(x, Á ) -d(y, Á )! < d(x, y),


y g es uniformemente continua en E por idéntica ramn a la del ejemplo
anterior.
El compuesto de funciones uniformemente continuas es una función
continua, tal como se infiere del Teorema 1 de 6.2, pero podemos asegu-
rar algo más.

TeoremG l. Sean (E, d) , (F, ti), (G, tr') espacios métricos, f : Á CE-+F,
g : BCF-+ G con / (Á ) CB.
Si f es uniformemente continua en Á, y g es uniformemente continua
en f(.A), entonces g • fes uniformemente continua en Á .

DEwosTMCIÓN. La hipótesis f(Á) CB nos permite considerar la función


compuesta g • f: Á CE-+ G.
Dado • >O, existe un 3' >O tal que

yx',yEf(.A) con d'(x,y') < 3' : d"(g (x'),g(y')) < • (1)

Ahora bien, a 8' > ocorresponde un a > o tal que


vx,,EÁ con d(x,y) <a: d'(f(x),f(,)) < 3',
CONTINUIDAD UNIFORME 183
de donde, sabiendo que f(x), f(y) Ef(A ) y aplicando (1), .obtenemos

d"(g•f(x), g•f(y)) < ~. •


Siendo la continuidad uniforme una propiedad global, ésta ae refiere
siempre a un conjunto, que puede aer el dominio de la función o un sub-
conjunto de él, y ello justifica el siguiente resultado, bastante obvio.

Corolario 1 '. Si f : A CE -'Jo F es uniformemente continua en A y B es


un conjunto no vacío con BCA, entonces fes uniformemente continua en B.

D.EMOSTRA.CtÓN. La función idéntica j : B CE -'Jo E, tal que

V-"' EB : j(x) .... x,

es uniformemente continua en B.
Por otra parte, la función f: BCE -'Jo F es formalmente f• j que es
uniformemente continua, por el Teorema 1, en el conjunto B. e
Es claro que toda propiedad de las funciones continuas se cumple (a
fortiori) para las uniformemente continuas, en particular, lo referente a
imágenes de conjuntos compactos y conexos. Pero, teniendo en cuenta que
la continuidad uniforme es más fuerte que la continuidad, es de esperar
que determinadM propiedades que no resultan invariantes con respecto a
una transformación continua sí lo sean cuando aquella es uniforme. Ya
hemos visto que la imagen uniformemente continua de un conjunto aco-
tado_ no es, en general, acotada; aunque para conjuntos precompactos su-
cede lo propio, como veremos en seguida. No ocurre así para una función
que es sólo continua (ejercicio 43).

Teore11UJ 2. Si f : A CE -'Jo F es uniformemente continua en el conjunto


precompacto A, entonces su rango /(A) es precompacto.

DEMOSTRACIÓN. Dado e> O, existe un 8 >O tal que

y ;e, y EA con á(x,y) < 8 : d'{f(;c) , f(y)) <c. (1)

Ahora bien, como A es precompacto, a 3 >O -corresponde un conjunto


finito de puntos x..;x., ... ,;e,. EA tales que

.AC U
• N(.~ii 8). (2)
la1
CONTINUIDAD

De all1 11e deduce que



/(A) C U N(f(x¡); a),
,,.,
o tea que /(A) ea precompacto. En efecto, para un punto cualquiera
yE/(A), existe un x EA con f(x) =y, pero, por (2), x EN(..~:,; 3), para
alg6n i - 1, 2, ... , n, lo cual implica que d(x, x 1) < a; luego, en virtud
de (1) d'(f(x),f(x1 )) <a, ea decir,

)' -f(x) EN(f(x¡) ;e).



No debe creene que la propiedad del teorema preceden~ caracteriza
las funciones uniformemente co.ntinuas. Más aún, f puede ser continua
en el conjunto precompacto A, con /(A) precompacto, sin ser uniforme-
mente continua en A, en tal sentido véase el ejercicio 44.
El teorema 2 de 6.1 nos dice que la imagen continua de una sucesión
convergente ea también convergente. Veamos ahora que tal propiedad se
~plica a las sucemonea de Cauchy si la continuidad es uniforme.

~ Si f: ACE_.F es unifonnemente continua en A y {x,.} es


una sucesión de Cauchy en A, entonces {f(x,.)) es una sucesión de Cauchy
en /(A).

Dalo~6H.. Dado • > o, existe un a > o tal que


yx,yEA con d(x,7) <a: d'(/(x),f(y)) <e. (1)

Ahora bien, a a> O corresponde un vEN tal que


Vn, n' > r : d(x,., X 11•) < a,
de donde, aplicando ( 1) , obtenemos d' (/(x,.), f(x,..)) < ~. siempre que
n, n' > v, y {f(x.)) es una sucesión de Cauchy. e
Nótese que no viene al caso si las sucesiones de Cauchy que intervienen
en el teorema precedente son convergentes o no. Por otra parte, es intere-
sante observar que, si el espacio (F, d') es completo, la función "transporta"
sucesiones de Cauchy a sucesiones convergentes.
Pasarnos ahora a demostrar un famoso e importantísimo teorema, atri-
buido a Heine. En esencia, establece que si a continuidad añadimos la ·
hipótesis de compacidad del dominio, ésta se hace uniforme.
COKTDftiiD. \0 UNIFO&IIB 185
~r:~"""""4J (Heine). Si f: .4.CE~F
es continua en el conjunto com-
paCto .4., entonces 1es unifonnemen te continua en .4..

DEMOSTRACI ÓN. Sea • > O. Para cada punto a E.4., como 1 es continua en
B, existe un r > O, que conuponde a •¡., tal que
vxEM1N(a ; r) : d'(/(x),f(a) ) < '/t· (1)

Ahora bien, la familia de esferas N(a; '}r,), para todo a E.4., es, eviden-
temente, una cobertura abierta del conjunto compacto .4.. Existen entonces
esferas N(a,; ''/t) , N (a.; '•/.), ... , N (a,.; '•/1 ) tales que


...
.4.C U N(a,; ''}r,). (2)

Resulta ahora que,


yx,yE.4. con d(x,y) <a,
debe tenerse que (por (2)) xEN(a¡; ''/z) (para algún i- 1,2, ... ,n) , de
donde

o sea que x, y E.4. n N (a1 ; r, ), lo cual implica, en virtud de ( 1), que

d'(l(;rc),f{a. )) < .,., d'(/(y),f(a¡ )) < •¡.,;


luego,

d'(/(x),/(y) ) < d'(f(x) ,f(a¡)) + d'(/(y), / (a. )) <e. e


Ciertamente que la compacidad del dominio no es una condición nece-
saria, y.a que existen funciones uniformemen te continuas en dominios cua-
lesquiera.
La hipótesis sobre el dominio puede hacerse menos restrictiva, pero a
costo de una nueva exigencia sobre la función con objeto de garantizar su
continuidad uniforme, tal como se plantea en el siguiente resultado.

~ Si f : A CE~
F es continua en el conjunto relativamente
coriiPacto Ay existe lím f(x), para todo a E A', entonces f es uniformemente
continua en A.
.....
186 CONTINUIDAD

DEMosTRACIÓN. Por aplicación directa del Teorema 3 de 6.2, existe una


función única g : Á CE-+ F, continua en A y tal que

vx EA: g(x) ""f(x).

Ahora bien, como el conjunto A es compacto, g es uniformemente con-


tinua en Á, en virtud del Teorema 4.
También la función idéntica j: A CE-+ E, tal que V Jr EA : j(Jr) "" Jt,
es uniformemente continua en A y es claro que f - g • j. Luego 1 es unifor-
memente continua en A (Teorema 1). e
El lema que sigue nos ayudará a demostrar el importante Teorema 5 y
constituye además una especie de recíproco del corolario anterior.
Lema l. Si 1: ACE-+F es uniformemente continua en A y el espacio
(F,d') es completo, entonces existe lim l(x), para todo a EA'.
......
DEMOSTRACIÓN. Tomemos un a EA' cualquiera y demostremos la existencia
del limite de f en a por aplicación del Teorema 4 de 5.7. Dado s >O existe
unB>Otalque · ·

vx,yEA con d(x,y) <8 :d'(f(x),f(y)) <e.


Ahora bien, S- N(a; ~/2 ) es un entorno del punto a y

V:c,y E (S- {a}) nA

se tiene que x, y EN(a; 4/2), de donde d(x, a) < 3/:, d(y, a) < ~/2, resul-
tando que d(x,y) < d(x,a) + d(y,a) < 3 y sabiendo que x,yEA, obte·
nemos d' (f(x), f(y)) < e.
Vemos, pues, que el Teorema 4 de 5.7 nos asegura la existencia de
lim f(x) en cualquier punto a EA'. , e
......
Estamos ahora en condiciones de establecer un elegante resultado sobre
extensión de una función uniformemente continua (compárese con el Teo-
rema 3 de 6.2), con la ventaja de que la continuidad de la extensión es
también uniforme. Sus aplicaciones son muchas.
Teorema 5. Si f : A CE-+ Fes uniformemente continua en A y el espacio
(F, d') es completo, entonces existe un'a función única g : A CE-+ F, uni-
formemente continua en Á y coincidente con f en A ( vx EA : g(x) = f(x)).
DEMOSTRACJÓN. La función 1 es continua en A y, en virtud del lema 1,

....
existe lím f(x), para todo a EA'. El Teorema 3 de 6.2 nos dice entonces
CO!fTINUIDAD UNJFOUUl 187
que existe una función única g : A CE--+ F continua en A y coincidente
con f en.&.
Sólo falta demostrar que g es uniformemente continua en A. Dado • > O,
existe un 8 > O tal que

yx,yEA con d(x,y) < B: d'(f(x),f(y)) < •¡.. (1)

Tomemos un par de puntos cualesquiera ·"• y €A con J (x, y) < a¡•.


Como g es continua en x y y, existen 8.,, Br > O tales que

V?: EA con d (z, x) <B.: d' (g (z ), g (x )) < '/ 1 (2)


yt EA con d(t, y) < Br : d'(g(t), g(y)) < •¡,. (3)

Sea ahora 11' - mín {'/., B., Br} y, aplicando el Teorema 2 de 2.4, ele-
gimos puntos
pEA nN(x; 11'), q EAnN(y; 3').

Luego, en virtud de (2) y (3) y la definición de 8',

d'(f(p), g(x)) < •¡3, d'(f (q) , g(y)) < •¡,.


Por otra parte, también debido a la definición de 8',
d (p,q ) < d (p,x ) + d (q, x ) < d(p, x) + d (q,y) + d (x,y) <

lo cual implica, por ( 1)

d'(f(p),f(q)) <e¡,.
Tenernos finalmente,

d'(g(x ), g(y))< d' (f(p), g (x)) + d'(f(p ),g(y)) <


< d'(f(p), g(x)) + tf(f(q).g(y)) + d'(f(p),f(q)) < •
siempre que
x,y EA, d (x,y) < 4/s· •
La continuidad unifonne nos pennite introducir una relación de equi-
valencia entre espacios métricos más adecuada al caso que el homeomor-
fiamo, en el sentido de mantener invariante propiedades que dependen di-
188 CONTINUIDAD

rectamente de la métrica y, a la vez, no es tan restrictiva como la iso-


metría.
Decimos que el espacio métrico (E, d) es uniiO'Imemenú homeomórfico
al espacio (F, d' ) si existe un biyecci6n 1 : E -+ F, uniformemente con-
tinua en E y tal que /"1 es uniformemente continua en F.
Es rutinario demostrar que el homeomoñwno uniforme es una relación
de equivalencia y lo dejamos en manos del lector, quien deberá hacer uso,
para probar la transitividad, del Teorema l.
& claro que espacios unifonnemente homeomórficos son homeomórfi-
cc:>s, de manera que se aplica todo lo dicho para estos últimos en 6.2. En
particular, que existe una correspondencia biunívoca entre los conjuntos
abiertOS de uno y otro y lo mismo vale para los cerrados. Lo que difíere
del simple homeomorfismo es que también los conjuntos precompactos, al
igual que las sucesiones de Cauchy, se corresponden uno a uno entre espa-
cios uniformemente homeom6rficos (Teoremas 2 y 3).
Una propiedad importante, que debe destacarse, es la siguiente; Su-
pongamos que los espacios (E, 4) y (F, d') son uniformemente homeo-
m6rficos y uno de ellos, por ejemplo (E, d), es completo, entonces ( F, d')
es también completo. O sea que la completitud es invariante con respecto
a esta relación de equivalencia, dicho de otra manera, dos espacios unifor-
lll.emente homeom6rficos son ambos completos o ambos incompJetos. En
J,t€fecto, sea {y.,} una sucesión de Cauchy en (F, d'); existe una biyecci6n
1 : E-+ F tal que f y 1·• ton uniformemente continuas en E y F respecti-
vamente. En virtud del Teorema 3, {t'(y.,)} es una sucesión de Cauchy
en E y, como éste es completo, existe un x EE con j-1 (y.,.) -+ x. Pero 1 es
continua en x, luego y.. - f[t1 (y.)]-+/(x) (Teorema 2 de 6.1), es decir,
{y..) es convergente y (F, d') es completo.
p ' Una condición suficiente (no necesaria, como veremos luego) , para que
espacios (E, d) , (F, d') sean uniformemente homeom6rficos es que exista
una sobreyecci6n 1 ; E -+ F y números reales a, fJ > O tales que

v.~. y EE: ad(x,y} < d'(f(x ), /(y) ) < /ld(x, y) .


Primer!lmente, 1 es inyectiva, ya que, si 1(x) = 1('Y) , la primera mitad
de la desigualdad implica que x = y. O sea que f es biyectiva y la segunda
mitad de la desigualdad indica que satisface una condici6n de Lipschltz en
E, luego es uniformemente continua en E. Por otra parte,_

vx',y'EF: d(t'(x'),j- 1 (y)) <'/..d' Urt'(x'}],/(t' (y)]) = 1/,.d'(x, y) .


De manera que j-1 es también uniformem.ente continua en F, por satisfacer
allí una condición de Lipschitz.
C:8MPLBTA.CIÓN DB UN ESPACIO IIIÉTiliCO 189
Puede ocurrir que un mismo conjunto E esté provisto de dos métricas,
dando origen a espacios métricos (E, d 1 ), (E, d2 ). Cabe preguntarse si son
uniformemente homeomórficos. En este caso, ya existe una biyección
i : E-+ E que es la idéntica (j(x) - x, vx EE) y, como aplicación de lo
establecido arriba, podemos decir que una condición suficiente (de nuevo
no necesaria) para el homeomorfismo uniforme de estos espacios es que
existan números reales a, fJ > O tales que

Consideremos el siguiente ejemplo: Sea N el conjunto de los números


naturales provisto de métricas d 11 d 21 donde d1 es la métrica inducida por la
de la recta real, y d 1 es la métrica discreta. Es muy sencillo comprobar que
los espacios (N, d1) y (N, d 2 ) son uniformemente homeom6ríicos bajo la
biyeeción idéntica. No obstante, obsérvese que N es acotado en (N, d,) pero
no en (N, d 1 ), lo e~ pone de manifiesto que la acotación no es invariante
con respecto al homeomorflsmo uniforme. Por otra parte, es trivialmente
cierto que vx, y EN.; d,.(x, y) < d 1 (x, y); pero, supongamos que existe un
a> O tal que yx,yEN; d1 (x,y) < ad1 (x,y). Tomemos un n EN con
n >a, entonces n = d 1 (n,O) <ad2 (n,O) =a, lo cual constituye una con-
tradicción y, por tanta, no existe tal a.

6.7. C::OMPLETAC::ION DE UN ESPACIO MElliCO

Ya nos hemos percatado de las ventajas y riqueza en propiedades que


ofrece UD espacio métrico completo. Para remediar la situación, cuando se
trata de un espacio incompleto, se ha ideado UD importante e in~nioso
artiflcio, mediante el cual se construye un espacio completo que contiene
al dado y de forma tal, que es "el más pequeño" con esa propiedad, siendo
además "único". Esta descripción, cuyo propósito es puramente orienta-
dor, será expuesta de manera precisa en lo que sigue. Podemos resumir el
contenido de esta sección en tres partes. Primero, definiremos formalmente
la completación de un espacio métrico; segundo, demostraremos que todo
espacio admite una completación; finalmente, probaremos que todo par
de completaciones de un mismo espacio son isométricas (unicidad).
En todo caso, las sucesiones desempeñan un papel fundamental y, antes
de entrar en materia, conviene establecer algunas propiedades adicionales
(muy sencillas) de éstas, en forma de lemas auxiliares.

Lema l. Si (x,.}, (y,.} son sucesiones de Cauchy en un espacio (E, á),


entonces la sucesión real {d ( x ., y,.) } es convergente.
190 CONTINUIDAD

DEMOSTRACIÓN. Dado a> O, podemos hallar un Y EN tal que

yn, n' > v : d(x,.,x,..) < "/2, d(y,., y,..) < "fz.
Ahora bien, aplicando el lema. 1 de 1.1, se verifica

yn, n' > " : ld(x,., y,.)- d(x,.., y,..) 1 < d(x,., x,..) + d(x,., y,..) < a.
O sea que la suceSión {d(x,.,y,.)} es de Cauchy y, como la recta real
es un espacio completo, es convergente. e
Lema 2. {x,.}, {y,.} son sucesiones en un espacio (E, d). Si (x,.} es de
Cauchy y d(x,.,y,.) ~O, entonces {y,.} es también de Cauchy.

DEMOSTRACIÓN. Dado 1! >O, podernos hallar un Y EN tal que

yn, n' > v : d(x,., x,..) < •¡,,


yn > Y: d(x,., y,.) < •¡,.

Se verifica entonces,
vn,n' >,: d(y,..y,..) < d(x,.,y,.) + d(x,.,y,..) <
< d(x,., y,.) + d(XfO•, y,..) + d(x,., x,..) <a. e
Lema 3. {x,.}, {y,.} son sucesiones en un espacio (E,d). Si x,.~x,
d(x,,y,.) ~o, entonces también y,.~x.

DEMOSTRACIÓN. Dado a> O, podemos hallar un "EN tal que

VIl>": d(x,.,x) < '/ 2, d(x,.,y..) < •¡•.


Luego,
vn > " : d(y.., x) < d(x.., x) + d(x,., y,.) <
Lema 4. Si x,. ~ x, y,.~ y, en un espacio (E, d), entonces d(x.., y,.) ~
f!.

d(x,y).

DEMOSTRACIÓN. Dado a> O, podemos hallar un Y EN tal que

vn > , : d(x,.,x) < ·¡~, d(y,., y) < •¡•.


Aplicando entonces el lema 1 de 1.1, se verifica

Vn >": Jd(x,.,y,.) -d(x,y)l =::; d(x..,x) + d(y,.,y) <a. e


COIIIl'I,ETAC JÓN DE UN ESPACI~ lltTRICO 191
Necesitaremos, además, algunos resultados de carácter muy elemental,
.obre sucesiones en la recta real. Los utilizaremos sin citar, pero conviene
establecerlos aunque sea escuetamente.
Sean pues {x,.}, {y..} sucesiones reales y supongamos que x,. ~ x, y,.~ y.
Es inmediato que x,. +y,.....-. x + y¡ basta con escribir l(x,. +y,.)- (x+-"')1
< jx,.- xl + jy.- yj y aplicar la definición de limite. Por otra parte, si
existe un "EN tal que vn .> V ; x,. <e (para algún e ER)' x,. <y... en-
tonoc:~ " < e, " < y. Su demostración es muy fácil y liC deja al lt:clor; c:n
todo caao, véanse los ejercicios 8, 11 del capítulo V.
Procedernos ahora a definir lo que hemos de entender por completa·
ción de u.n espacio.
Sea (E, d) un espacio métrico cualquiera. Se dice que el espacio
(F,_E) ·es una completación de (E, d) si satisface las siguientes condiciones :

l. (F, a) es un espacio métrico completo.


2. Existe un conjunto denso F 0 en (F, íl) tal que (E, d ) y el subespacio
( Fo, a) son isométricos.

Es evidente que el espacio (E, d) es una completación de si mismo


si y sólo si es completo, pero volveremos luego sobre este caso.
Pasamos a demostrar el teorema fundamental.

(Teore
' ,_
~ Todo espacio métrico admite una completación.
'

DEMOSTRACIÓN . Sea (E, d) un espacio métrico cualquiera y designemos por


S al conjunto de todas sus sucesiones de Cauchy.
Definamos una relación binaria ,..., en S tal que, para {x.}, {y.} ES,
{x.},.., {y,.} si y sólo si d(x,..y,.) -+0.
Es sencillo comprobar que iJ es una relación de equivalencia sobre S.
En efecto, V (x,.} ES : {x,.),.., {x,.}, ya que yn EN; d(x., x,) "'O; si
{x,.} -{y.} es una consecuencia trivial de la simetria de la métrica que
{y.},..., {x.}. Por último, si para (x,.}, {)'.}. {z.} ES se tiene {x,}- (y,.),
{y.},..., {z.}, entonces {x.} ,.., {z.}, ya que yn EN : O < d (x.., z.) <
d (x..,y,.) + d(y..,z.) y la suma de la derecha tiende a cero.
Sea F = •¡_, es decir, F es el conjunto de las clases de equivalencia
determinadas por ,... sobre S.
El próximo paso consiste en proveer a F de una métrica. En ese sen-
tido, defmamos una función o ; F X F ~ R tal que, para todo· par de ele-
mentos t- el {x.}, '1"- el {y,.} de F, él(t,'l) -límd(x,.,)' ,.).
Este límite siempre existe, en virtud del lema 1. Por otra parte, a esti
bien definida, ya que, si se toman {x.} E~. (Y,,.} E'l cualesquiera entonces
{x,.} - {x.}, {y'.} ,..., {y.} y, aplicando el lema 1 de 1.1, yn EN :
192 CONTINUIDAD

ld(x,.,y,) - d(x',.,y',.)l < d(x.,x',.) + d(y,.,y',.), pero, como el miembro


de la derecha tiende a cero, lo mismo sucede con el de la izquierda. Se
deduce, por el lema 3, que

lím d(x,.,y.) - 1ím d(x'..,y',).

Veamos que @ es una métrica para F.


Prirner~ente, es consecuencia inmediata de la definición de@ que

La propiedad simétrica de a se deduce en seguida de la simetría de d.


Es evidente que V~ EF: ~(~, ~) -O. Recíprocamente, supongamos
que, para ~ ... el {x,.}, r¡ - el {y,} en F, se tiene que a (E, r¡) .. llm
d(x, y,.) - O; esto implica {x.} .- {y,}. de donde ~ - r¡. Por último
tomando t =- el {x,.}, r¡ = el {)to}, C- el {z,} cualquiera en F, se verifica

vn EN : d(x,, ,,.) < d(x,., z,) + d(y,., z,)


y, pasando al límite de ambos miembros de la desigualdad, obtenemos

En resumen (F,él) es un espacio métrico.


Sea F0 el conjunto de todos los puntos EEF de la forma E= el{x}, ea
decir, que son clases de equivalencia de sucesiones constantes en (E, d).
Es interesante observar, aunque no haremos wo de ello y se deja al lector,
que podemos expresar

Fo- HEF 1E- el {x,.}, donde {x,.} es convergente}.


Es inmediato que la función f : E-+ Fo, tal que V x EE: /(x) -
el {x} EFo, es biyectiva. Además,

vx,yEE: d(x,y) •límd(x,y) = o(/(x),/{y)).

De manera que (E, d) y el subespacio (F0 , o) son isométricos bajo f. -


Sea {x,.} ES y consideremos la sucesión {f(x,.)} y el punto t = el {x,.),
ambos en F.
Dado t > O, existe un vEN tal que vn, n' > v,: d(x.. x,..) < •b. Con-
servemos n' fijo, pero con n' > v; entonces las sucesiones (x0 ,x, . . .,x,., ... },
{x,.•, x,•, ... , x,.·, ... } son de Cauc.hy en (E, d) y, aplicando el lema 1 y
las definiciones de a, f, obtenemos
COIIPLETACIÓN DE UN ESPACIO IIÉTJUCO 193

siempre que n' > v. Pero esto equivale a f(x.) ~ ~.


En retwnen. hemos demostrado que

(x,.) ES ) f(x,) ~el {x.}. (1)

Otra manera de expresar (1) es que, para todo f-&l{x.}EF,


f(x,.) ~f. Pero nótese que, como la sucesión (f(x,.)} estA en F 0, esto im-
plica que E€Fo, en virtud del corolario 2' de 5.1. Tenemos entonces
FCFo, de donde Fo ... F y F 0 es denso.
Finalmente, veamos que (F, a) es completo.
~a {~t> ~•.. . ,e... ·.. } una sucesión de Cauchy en (F,a). Construya-
mos una sucesión { ,,, f1 2 , • • • , ,,., • • • } en F0 por el siguiente procedimiento:
para cada n > 1, elegimos un .,,. EFo con a(~•• '1•) < '/.; esto es posible,
ya que, como Fo = F, entonces e. EFo y el conjun.t o N(e.; '/..) nFo no es
vacío (Teorema 2 de 2.4).
Es claro que la construcción de (,,.} implica que c(e,., ,,.) -..O. Luego,
por el lema 2, {'/,.} es una sucesión de Cauchy, de donde ft'('la)} ES
(obvio) . ,:\
Aplicando ahora (1) y designando por e=
cl{t'('1a)} €F, cibtenemos

Iím l[f-1 ( . , .) ] - lím .,,. - $.

El lema 3 nos dioe entonces que t.. ~ e.


En definitiva ( F, a) es una completación de ( EJ d) . e
En la práctica se suelen identificar los espacios (E, d) y (F 0 , a), no se
hace distinción entre ellos. En tal sentido, se considera (E, d) como un
subespacio de (F, o) y E denso.
Dirigimos ahora nuestra atenci6n sobre la cuestión de unicidad de la
completación.

En el Teorema 1 hemos construido, mediante un ingenioso y elaborado


procedimiento, la completación de un espacio métrico cualquiera, pero ello
no descarta Ja existencia de completaciones distintas o de otras maneras de
construirlas. Tiene, pues, sentido preguntane si acaso ae obtiene siempre,
en esencia, la misma cosa. La respuesta la proporciona el siguiente teo-
rema.

t!9remg_ 2. 1 Dos completaeiones de un mismo espacio m6trico 1011. iso-


métricas.
194 CONTINIJJDAD

DEMOSTRACIÓN. Sean (F, a)' (F', a') completaciones del mismo espacio
(E, d). Existen, pues, conjuntos densos F0, Fo' tales que (E, d) es isométrico
con los subespacios (Fo, a) y (F'o,o').
En virtud de la transitividad de la isometría (véase 1.3), los subespacios
(Fo, a) y (F0', iY) son isométricos bajo una cierta biyección f : Fo-Fo'·
Es evidente que la función f: F0 CF~F' es uniformemente continua
en Fo y, como (F', o') es completo, el Teorema 5 de 6.6, sabiendo que
F0 - F, nos dice que existe una función única g : F ~ F', uniformemente
continua en F y tal que vx EFo: g(x) - /(x).
Tomemos puntos x, y EF cualesquiera. Como F = F0 , existen sucesio-
nes {x.}, {y.} en Fo con x,. ~ x, y,.~ y (corolario 2' de 5.1.). Por otra
parte, g es continua en x, y, luego g(x,.) ~ g(x), g(y,.) ~ g(y) (Teorema
2 de 6.1).
Aplicando dos veces el lema 4-, obtenemos

a(x, y) - lím a(x.,y.) - lím a'(f(x,.), /(y.)) =


= límo'(g(x.),g(y,.)) - a'(g(x),g(y) ).

Esta igualdad, válida para todo par da puntos x, y EF, implica de inmedia-
to queg esinyectiva y que (F,a) es isométrico con el subespacio (g(F),o'),
el cual ha de ser completo como consecuencia de la completitud de (F, o).
Pero entonces g(F) es un conjunto cerrado en (F', o'), en virtud del Teo-
rema 2 de 5.3. Por otra parte, como F 0 CF, tenemos

g(Fo) = /(Fo) ... F'0 Cg(F) CF'


y. claUIUJ'aildo,
F' = F0 'Cg(F) CF'.
O sea que g(F) - F'.

Podemos ahora dilucidar del todo el caso en que el espacio dado sea
completo.

Corolario 2'. Un espacio completo es isométrico con cualquiera de sus


completaciones.

DEIIOSTRACIÓN. Sabemos que un espacio completo es una completaci6n de


sí mismo, luego, en virtud del Teorema 2, es isométrico con cualquiera
de sus completaciones. e
El corolario lo podemos expresar diciendo que si el espacio es com·
pleto, no se construye nada nuevo al completarlo.
CONTRAC CIONES T TEOREMA DEL P1JNTO PISO 195

6.1. CONTRACCIONES Y TEOIEMA DEL PUNTO FIJO

Consideremos un espacio métrico (E, d) y una función f : E-+ E. Se


dice que x EE es un punto fijo de f si /(x) - x; el nombre proviene de
que "/ deja a x fijo".
La existencia de ai(Ún punto fijo y la poábilidad de hallarlo son cues-
tiones de gran importanc ia para una variedad de situaciones en Topología,
Análisis, Cálculo Numérico, Ecuaciones Diferenciales y muchas otras ra-
mas. Diversas demostraciones y cálculos pueden plantearse de fonna tal
que se reduzcan a dete.n ninar la existencia de un punto fijo. En calidad
de ejemplo elemental, supongamos que el espacio (E, d) es la recta real y
queremos resolver la ecuación f( x) "" O; puea bien, cualquiera de sus ralees
es un punto fijo de la función g(x) - /(x) + x.
Los llamados teoremas del punto fijo aon aquellos que garantizan , bajo
ciertas condiciones, la existencia de algún punto fijo de una funcidn. Hay
varios y muy diferentes entre sí. Uno muy famoso es el de Brouwer, en
Topología General, cuya demostrac ión es bastante sofisticada. Un caso muy
particular de éste lo constituye el ejercicio 58, que se resuelve aplicando
adecuadam.e nte la proposición C, de 6.4 a una función construida al efecto.
No menos famoso e important e que d de Brouwer es ·el teorema dd
punto fijo que pre1entamos aquí, generalme nte atribuido a Banach. Sus
aplicaciones son notables.
Antes conviene establecer un hecho de carácter muy elemental. Comen-
cemos por lo siguiente: consideremos un número real mayor que uno, que
siempre podemos expresar como 1 + a, con a > O, y sea M > O cualquiera.
Corno el cuerpo de los números reales es arquimedi ano, existe un n EN
tal que n a > M -l. Ahora bien, aplicando la f6rmula del binomio dedu-
cimos en seguida que (1 +a )"> 1 +na, de donde (1+a)• >M. HemOI
probado que si k > 1 y M> O, existe un n EN con k-> M .
Sea ahora k un número real con O < k < l. Una aplicaci6n trivial dd
principio de inducci6n nos indica que la auce,i6n real {k"} es decreciente
y que O es cota inferior- de su rango. Sabemos entonces, por 5.1, que {k-}
es convergente y que su límite es igual al extremo inferior de su rango,
por tanto, mayor o igual que cero. Tomemos un e > O cualquiera . Ya que
1/,. > 1, en virtud de lo establecido arriba eJÓste algún n EN con ( 1/~r)•-

1/,.. > 1/&, de donde k" < •· O sea que ningún número real positivo es cota

inferior del r:mgo de {k"} en tanto que O s1 lo es. Inferimos que k"_,. O.
Superado este detalle de carácter auxiliar, volvemos a lo que nos ocupa.
Sea una (unción 1 : E-+ E, donde (E, d ) es un espacio métrica. Se
dice que f es una contracci6n o que es una funci6n conlrtfctil si exilie un
número real k, con O< k< J, tal que
OONTll'fUIDAD

yx,yEE: d(/(x), f(y)) < kd(x,y).


Ea claro que una contracci6n f : E-+ E es uniformemente continua en
E, ya que satisface alH una condición de Lipschitz.
Demostram01 ahora el resultado fundamental.

T4NWelnG J. (Banach). Si el espacio (E, d) es completo y f : E-+ E es


una función contráctil, entonces 1admite un punto fijo único.

Duioa'J"&ACCÓN. Existe un número real k, con O< k< 1, tal que

yx,y EE: d (/ (x),f()')) < kd(x,y).


Construyamos una sucesión {%o, xs, • · ·, x,., • · ·} en E de la siguiente
DWiera : Elegimos el punto x. EE arbitn.riamente y

yn EN: x... -J(x.).


As1 pues,

Nos proponemos demostrar que la sucesión {x.} es de Cauchy.


Primero, afirmamos que se cumple la propiedad

( 1)

En efecto, aplicando eJ principio de inducción, notamos que la desigual-


dad de ( 1) es trivialmente cierta para n - O. Supongamos que dicha
desigualdad se cumple para un n EN. Teniendo pt'e'Cnte la definición de
{x.} y que fes contráctil, se obtiene

o sea que la desigualdad es también cierta para n + 1 y concluimos que


.e verifica ( 1) .
Por otra parte, mediante simple aplicación reiterada de la desigualdad
triangular de la m~trica, obtenemas, para todo par n, p E N,

d(.a:,., ~) ~ ~ d(x-'-z- 1 )
l al

y haciendo uso de ( 1) en cada uno de los sumandos de la derecha


C::ONTIIlA.CCIONES T TEOREMA DEL PliNTO FUO 197

d(%to,x...) < d(xGox1 ) l:• k..1- 1 ;


hl

pero, observando que Jos términos de la mmatoria están én progresión


geométrica,

y rel\lha fituLlmente

(2)

(la desigualdad puede no ser estricta, ya que debemos contemplar la posi-


bilidad de que x.o ... Xt = f(x0), en cuyo caso x.o es el punto fijo) .
Sabiendo que k"-+0, es ya obvio, por (2), que la sucesión {x,.} es de
Cauchy y, como (E, d) es completo, x,. ~ x, para algún punto x EE.
Ahora bien, f es continua en x; luego, haciendo uso del Teorema 2
de 6.1, obtenemos
f(x) = lím f(x,.) - lím x,..1 - x.

Resulta pues que x es el punto fijo buscado. Su unicidad se establece


con facilidad. En efecto, supongamos que existe un )' EE con x =F y,
j(y) - y, entonces d(x, y) >O y se verifica

d(x,y) .. d(f(x),/()')) < kd(x,y),


de donde 1 < k que es una contradicción. En definitiva, f admite un punto
fijo Ílnico. e
La completitud del espacio es esencial para la validez del teorema pre-
cedente. Consideremos el caso en que (E, d) es el subespacio de la recta
real donde E= R-{0}. Tal espacio no es completo, ya que el conjunto E
no es cerrado (es abierto), según el corolario 3' de 5.3. Tomando O< k< 1.
def1nimos la función f : E-+ E tal que V x E E : f (x) - kx; f es claramente
contráctil y, sin embargo, no admite punto fijo alguno.
Es importante destacar el carácter constructivo del hennoso Teorema 1 ;
su demostración establece mucho más que la existencia del punto fijo, nos
enseña un procedimiento práctico para hallarlo con cualquier aproximacl6n
que se desee.
Entre las aplicaciones notables dd Teorema 1 se encuentr.m la mayoria
de Jos teoremas de existencia, tales como los de las funciones inveJSa e
implícita, soluciones de ecuaciones diferenciales e integrales de diversa es-
198 CONTil'fliiD.AD

pecie. En cálculo num~rico ae emplea frecuentemente como m~todo efectivo


para resolver ecuaciones. P"arece ser que el primero en usarlo 'de manera
listem~tica fue Picard, por lo cual se le llama con frecuencia teorema de
Picard. En los ejercicios podr~ verse algunas aplicaciones elementales.
Puede ocurrir que la función f: E~ E no sea contráctil, pero que, para
alg6n número natural 11 > 1, r sí sea una contracción, donde definimos
por inducción /" - f• ,.-•. Aquí f admite tambi~ un punto fijo, tal como
1e catablece en aeguida.

Corolario l • Sea la !unción f: E~ E, donde d espacio (E, d) es com-


pleto.
Si para aJsún número natural n > 1 la función r es contráctil, enton·
ces f admite un punto fijo único.

0.Bwos'l'IIACI6N. Designemos por 1 - r. Existe un -número real k, con


O<k<lytalq ue
yx,yEE: d(g(x),g(y)) ~ kd(x,y).

En virtud del Teorema 1, existe un único punto x EE con t(x) - Jt,


Por otra parte, n6tae que

1 ·1 - ,... - t • r~
de donde
f (x) - h(r)]- g(f(x)J.

Se verifica entonces
d(x,f(x)) - d(g(x),g[f(.x)]) 5. kd(x,f(x))
lo cual implica d(x,f(x)) - O, es decir x- f(x), ya que, de lo contrario,
tendríamos la contradicción 1 < k.
Tenemos pues que " es tamb~n punto fijo de f.
Si para algún y EE se tiene /(y) - y, necesariamente g (y) - y, de
donde y - x, por la unicidad del punto fijo de g. En defmitiva, f admite
un único punto fijo que es el mismo de g. e
Este corolario no s6lo generallza el Teorema 1 en la forma obvia, sino
que además deja de suponer la continuidad de f.

EJEIQOOS
l. Sea 1: E-+ F y 4 EE. Probar que 1es continua en el punto 4 1i y 16lo
_.....,

ai, para todo entomo T de f (a) se verifica que a E t' (T).
E.JEBCJCJOS 199
2. Sea f: Á CE--+ R continua en el conjunto .A, a EA y e es UD número
real con f(a) <c.
Demuéstrese que existe un entorno S de • tal que

vx E.Ans: f(x) <c.

3. Sea f :A CE--+ R continua en el conjunto Á y a EA. Supongamos que


para todo entorno S de a existen puntos x,yESn.A tales que f(x),
f(y) son de signos contrarios. Demuéstrese que /(a) -O.
(Sugerencia: Reducción al absurdo y ejercicio anterior.)

4. Considúese una función f : A CE--+ F cuyo rango es UD conjunto


acotado.
Si a E A, se defme oscilaci6n dts f en a como el número real positivo
(o cero):
•¡(a) ... ifú aucsn.A))

donde el inf se calcula conaiderando todos loa entornos S de 11.
Demuéstrense las siguientes propiedades:
a) f es continua en tJ EA si· y sólo si ..,(a) • O.
b) Si a ER, el conjunto B. "" {x EA ¡..,(x) < a} es abierto en el
subespacio (.A, d).
e) El conjunto D ... {x EA 1f ea cliscontinua en x} puede expresane
c.omo
..
D -= U (de Wli6D de coojuntos) D.,
-1

donde cada D. es cerrado en el subespacio (A, d).

5. Sea f : .A CE--+ F continua en el conjunto A y b EF es un punto


cualquiera. Probar que el conjunto B ... {xE.A lf(x) - b} es cerrado
en el subespacio (.A, 4) .

6. Sea f: R--+ R condnua en R. Demostrar que el conjunto de las ralea


de la ecuación /{%) .. O es cerrado.

7. Sea f :E--+ F continua en E, siendo el espacio (E, d) completo. Pro-


bar que, si {x.} es una sucesión de Cauchy en E, entonca U(x.)} es
una sucesión de Cauchy en F.

8. Sea f : E--+ R. Demostrar que f es continua en E si y 161o si, para


todo a E R. los conjuntos
COI'fftl'lfiJIDAD

son abiertos en (E, d).

9. Á y B son · conjuntos cerrados, no vados y disjuntos en el espacio


(E, d). Probar que existen conjuntos abiertos y disjuntos U, V tales
que ÁCU, BCV.
(Sugerencia: Considerar las funciones

f(x) - d(x,A.), g(x)- d(x,B)).

@Sea f :E-+ F continua en E, siendo el espacio (E, d) completo.


Definamos:

yx,'YEE: D(x,'Y)- d.("• 'Y) + t((f(x),f(y)).

- Demostrar que D es una m!trica sobfe E y que el espacio (E,D) es


comp!eto.
Deducir además que Jos espacios (E,d) y (E,D) son homeom6rficos
y que éste se hace unifonne si f es unifonnemente continua en E.
fl
.!,!, Sea f : E -+ F continua y sobreyectiva en E. Demostrar que, si S es un
conjunto denso de (E,d), entonces /(S) es denso en (F,d').

12. Demostrar que la función f : E -+ F es continua en E ai y sólo ai, para


todo conjunto B de (F, d'),

. •
............
t'(B) Cfl(B).

13. Demostrar que f : Á CE -+ F es continua en Á si y sólo si, para todo


conjunto S con SCF,

(Sug•1etUia: Ejercicio 19 del capitulo ll y el ejercicio anterior.)

14. Sean f: ÁCE-+ F, g: BCE-+ F continuas·en Á y B respectivamente.


Supongamos que

yxEÁnB: /(x) = g(x).


a.JDCICIOS 201
Definamos h : A U B CE-+ F tal que

v~EA : h(~) -/(~),


v~EB: h{x) ... ¡(x).
D.iscútase la continuidad de h en A U B y proporcl6nese un ejemplo
que indique que h puede no ser continua.
¿ Qu' hip6teW conviene añadir p&I"A AKguru la continuidad de ¡,
en AUB?

15. Probar que f : Á CE-+ Fes continua en A si y sólo si


VYE/(A), vr>O,
el conjunto t'[N(y;r)] es abierto en el subespacio (Á,d).

!§.. Consideremos los siguientes conjuntos del espacio R•:


A "'" {(x, y) ER'I x >O, xy - 1}, B ... ( (x,y) ER'I ~>O,)'- O}.
Demostnr que A y B son cerrados, disjuntos y d(Á, B) "" O.

!1: Demostnr que, si un espacio (E. d) es compacto y todos sus puntos son
aislados, entonces E es finito y (E, d) es homeom6rfico con un e&pacio
m~trico discreto.

18. Sea f: ACE-+F continua en el conjunto conexo A. Supongam01 que


para cada x EJ existe un entorno S de x tal que f es constante en
snA.
Probar que f es constante en A.
19. Sea f : E-+ F biyectiva. Demostrar que f es un homeomoñu mo si y
sólo si para todo conjunto ..t de (E, d ) se verifica

/(A) -/(A).

_22. Consideremos Wla función f : A CR -+ R, donde A es compacto, y el


conjunto G- { (x,f(~)) ER"I" EA}.
Probar que f es continua en Á si y 16lo si G ea compacto en el espa-
cio R 1 •

21. Sean f, g : Á CE-+ R continuas en el conjunto A. Demostrar que la


función h : A CE-+ R, tal que
202 C0J(TJNIJID4D

V~ €..4 : h(x) - mú {/(~), g(~)},

es continua en A.

22. Sean f, g : R ~R continuas en R. Probar que la función h : R 1 ~ R•


tal que
yx,y ER: h(x,y) - (f(.r),t('Y) )

es continua en R'.

~ Sean A, B conjuntos cerrados y disjuntos en (E, ti).


Demostrar que existe una función 1: E~ [0, 1], continua en E y tal
que
v~E.d: 1(~) -O;
vxEB:I(x) -1.
. . d(~, A)
(SutmnCUJ: Corwdúetef(x) - ).
tl(x, A) + d(x, B)

24. Probar que, si f : A CE~ F es continua en A y constante en A, en-


tonces 1 es constante en A.

~ Se dice que una fund6n 1: R ~ R ea pni/Jdka d• tmodo ; ER a


vxER: /(x+;)- l(x) .
Demostrar que, si tal funci6n es continua en R, entonces es uniforme-
mente continua en R.

26. Demostrar que, si 1 : A CE~ R ea continua en el conjunto compacto


A y V~ EA: f(x ) >O, entonces existe un k> O tal que
VxEA:f(x) ~k.

27. Probar que un conjunto no vacío A de (E, d) es compacto si y s6lo


ai toda funci6n f : A CE~ R, continua en A, alcanza un máximo
absoluto en A.

28. Sea f : [a, b] CR ~ R continua en [a, b]. Definase la funci6n


t : [a,b]~R tal que
Vx €[a, b] : g(x)

es el máximo absoluto de f en [a, x]. Demostrar que g es continua en


[a, b].
IEIUC ICJOS
203
29. Sí A es un conjun to compa cto de (E, d) , demuéstrese que siempre
existen puntos x,yEA con d (x,y) - 3(..4).

30. A todo conjun to A de (E, d) asociamos una funci6n 'fA : E-+ R tal
que
VxEA : f'A(x) .., 1;
VxEE -A: fA(x )- O.

""" se denom ina funci6n característica de A.


a ) Determ inar el conjunto donde '" es contin ua y el conjunto donde
no lo es.
b) Probar que E es conexo sí y a6lo si las únicas funciones caracte•
rúticas continuas en E son ,., , •.

31. Demu~trense los corolarios J' y 2' de 3.2 y el Teorem a 1 de 6.4 hacien-
do uso del ejercicio anterio r en ( b) .

32. Supongamos que (E, d) es un espacio métric o conexo y que no


es
acotad o. Demos trar que toda superficie esférica (de cualqu ier centro
y radio) es no vacía.

33. Probar que, si f : Á CE-+ F es contin ua y no constante en el conjun to


conexo A, entonces su rango / (A) no es contable.

34. Se dice que la funci6n f : A CR-+ R es crecUtlte sí

Vx,., EA con x <y: /(x) =::;/(y );

es creciente en Slelltido estricto si la última desigualdad es siempre


estricta. Funció n decreciente se define análogamente invirtiendo el sen·
tido de la última desigu aldad; así mismo, decreciente en sentido es-
tricto. Si una función es creciente o decreciente se denomina monótona.
N6tese que se trata de una propie dad global.
a) Demuéstrese que, sí 1: A CR-+ /(A) CR es creciente en ~entido
estricto, entonces 1 es biyectiva y t' : f (A) -+ A es tambié n cre-
ciente en sentido estricto.
b) Probar que, si f: [a, b]-+ R es contin ua e inyectiva en [a, 61 en-
tonces f y t 1 son ambas mon6tonas estrictas en el mismo sentido
en sus respectivos dominios y t 1 es contin ua en su dominio.

3~. Si f : A CE-+ F es contin ua en A y S es un arco contenido en A,


demuéstrese que /(S) es un arco.
2CM CONTINliiDAD

36. Consideremos el conjunto A- {(x, ") ER'I x E (0, 1], " ... sen 1/.} en
el espacio R 1•
Compruébese que A es conexo y arco-conexo.
Demuéstrese que A es conexo y no arco-conexo.

37. Si ACB, dedúzcase, empleando la notaci6n del lema 1 de 6.5, que


para

38. Las llamadas proyecciones se definen como funciones pr1 : R•-. R


(i = 1, 2, · • ., n) tal que si x -= (x,, Xt, • • • , x,.) ER": pr,(x) = X¡.
Compruébese que pr, es sobreyectiva y uniformemente continua., pero
no inyectiva, en R".
Se definen también b1 : R-. R 11 (i- 1, ... , n) tal que

donde
X¡ ... o (i=F=j), X¡ ... A.
Compruébese que b, es inyectiva y continua en R, pero no sobre-
yectiva.
Verifíquense además las siguientes relaciones:


pr1 • b1 = O (i =F i), pr, • b, - 1, l': b, . pr, = 1.
'""
39. Dada la funci6n f : A CE__. R", definirnos sus funciones coordenadas
como ¡, = pr,. f (i .. 1, ..., n). Verifiquense las siguientes propieda-
des:

a) vxEA: f(x) = (f,(x), ... ,f.(x))- c~b.-f, )<x).


b) f continua en a EA ( } f, (i = 1, · · ., n) continua en a.
e) 1 uniformemente continua en A ( ) f1 (i - 1, .. . , n) uniforme-
mente continua en .A..

40. Probar que, si 1 : A CE-. F es uniformemente continua en eJ con-


junto precompacto A y (F, d') es completo, entonces f(A) es relati-
vamente compacto.

·H. Probar que, si f : A cR•-. F es uniformemente continua en el con-


junto acotado A, entonces f (A) es precompacto.
JUUCICIOS 205

42. Demostrar que f : E-. F es uniformemente continua en E ai y aólo ai,


para todo par de conjuntos DO vacíos .4, B de (E, d), con

d(.4,B)- O: d'(/(.4),/(B))- O.

43. Sea f: (O, 1) CR-. R tal que

Vx€(01 1); f(x) - •¡•.


Demostrar que f es continua, pero no uniformemente continua, en
(0, 1 ) y que su rango no es precompacto.

44. Sea f: (0, 1) CR-. R tal que

Vx E (0, 1) : /(x) ~sen 1/ •.

Demostrar que f es continua, pero no uniformemente continua en


(0, 1)' y que su rango es precompacto.
(Sugerencia: Lema 1 de 6.6.)

45. Sea f : E-. F biyectiva y continua en el conjunto compacto E. De--


mostrar que los espacios (E, d) y (F, d') son uniformemente homeo-
m6rficos bajo f .

.S. Demostrar que todo espacio métrico es uniformemente bomeom6ñteo


con un espacio acotado.
(Sugerencia: Ejercicio 2 del capítulo 1.)

47. Sea f : A. CE.-. H, donde (H, 11 11> es un espacio normldo. Defina-


mos g: ACE-+R tal que

Vx E A. : g(x) "'" llf(x) 11·


Demostrar :

a) f continua en x EA ) g continua en x.
b) Constrúyase un ejemplo que indique que el reciproco de a) no es,
en general, cierto.
e) f uniformemente continua en A. ) g uniformemente continua en A..

48. Probar que, ai f : (a, b) C R .-. R es uniformemente continua en (a, b),


entonces existen los límites de f en a y en b.
206 CONTINIIIDAD

49. Sean f, g : A CE~ R uniformemente continuas en A. Demostrar que


f +g, f· g (se definen: (/+ g) (x) =f(x) + g(x), (f·g)(x) -=/{x) •g(x))
son uniformemente continuas en A.

50. Demostrar que, si f : A CE-+ F es continua en el conjunto precom-


pacto A, (E, d) es completo y existe lim f(x), Va EA', entonces 1 es
uniformemente continua en A.

51. Sl"a f : A CR'"-+ F continua en el conjunto acotado A y (F, d') com-


pleto. Demostrar que f es uniformemente continua en A 5i. y sólo si
existe lím f(x), va EA'.

52. (E, d1) y (E2, da) son espacios métricos. Definimos,

Vx "" (xlJ Xs), 'Y - (y., Yz) EE1 X Es ... E :

d(x,y) ~ máx{d1 (x11 y.),da(xz,y2 )}


d'(x, y) = d,(x, y1 ) + d,(x 2 ,y2 ) .,
d" (x, y) - Vdt (xh y.)' + d2(x,, :Vz) 2•

Probar que d, d', d" son métricas sobre E y que Jos espacios resultan-
tes son uniformemente homeomórficos. Esto significa que es indiferente
cuál de las tres métricas elegimos para E; en la práctica es más sen-
cillo trabajar con d.

53. Probar que, si A. y A2 son abiertos en (Eh dt) y (E2, ~) respectiva-


mente, entonces A 1 X As es abierto en el espacio producto Et X Ea,
con cualquiera de las métricas del ejercicio anterior.

M. Demostrar que el espacio producto E1 X E2 , con cualquiera de las mé-


tricas d, d', d", es completo si y sólo si son completos (Eh d:~) y (Et, c.4).

55. Demostrar que la métrica d: E X E-+ R, de un espacio (E, d), es


uniformemente continua en el espacio producto E X E.

56. Sea (F, a) una completaci6n de (E, d). Demuéstrese la equivalencia:


E es precompacto en (E, d) ( ) F es compacto en (F, a).

57. Probar que, si f : E-+ E es continua en E, el conjunto de los puntos


fijos de f es cerrado.
EJERCICIOS 207

58. Sea 1 : [a, bJ-+ [a, b] continua en [a, b].


Demostrar que f admite un punto fijo (no necesariamente único).
(Sugerencia: e~ de 6.4.)

59. Sea 1 ; R-+ R derivable en R y tal que V x ER : lf'(x) 1 < k, donde


O < k < l. Probar que f es contráctil en R.

60. Supongamos qae f ; R _,. R es derivable en R y que su fwn;iún der-i•


vada f' es continua en R y que f admite un punto fijo :e ER, donde
f'(~) -o.
Demootrar que existe un intervalo [a, bJ tal que toda suc~ión (x,.}
con X o E[a, b] y vn EN: x-.1 e= f(x.), converge a ~.
CAPITULO VIl
Et~paeio•

normado11

7.1. FUNDAMENTOS
Este capítulo debe interpretarse como una breve introducción a vastaJ
teorías matemáticas que tienen su origen en el eatucl.io de los espacios nor-
mados. Lo que tratamos aquí puede tomarse como punto de partida para
el Cálculo Diferencial en Espacios Nonnados, Espacios Vectoriales Top~>
lógicos, Teoría Espectral, Análisis Funcional y otras ramas de gran interés
y profundidad. Hemos tenido necesidad de reprimir tentaciones de desarro-
llar y ahondar en una variedad de cuestiones que conducen a resulwfos
de enonne trascendencia. No es el prop6sito de esta obra abarcar el ~
lisis Funcional. Se espera más bien que este capitulo abra el apetito inte-
lectual del lector y lo incite a disfrutar de las teodas que hemos mencionado.
Haremos uso de conocimientos muy elementales sobre espacios vecto-
riales y transfonnaciones lineales, con los cuales el lector debe estar fami•
liarizado. Aunque, la mayoría de las veces, reconlaremos brevemente los
conceptos.
Partimos de las ejemplos 3 y 4 de 1.1, donde ae definen la nonna y
producto interior de que puede estar provisto un espacio vectorial sobre
el cuerpo de los números reales. Alll se establece que un espacio normado
puede considerarse como un espacio métrico con respecto a la m~ in-
ducida por la norma y, al tratarlos como tales debe entenderse, sin excep-
ción, que nos referimos a esa métrica. As1 pues, todo lo establecido en Jos
209
210 ESPACIOS NORJIADOS

capítulos anteriores sobre espacios métricos es aplicable y válido para espa-


cios normados en particular. Aquí nos proponemos destacar aquellas pro-
piedades especificas de los espacios nonnados que no so.n generalizables a
espacios métricos cualesquiera. Es interesante hacer lo mismo con espacios
euclídeos, que son también normados y por tanto métricos (ejemplo 4
de 1.1), y se origina una fascinante teoría¡ pero no la desarrollaremos aquí.
Basta con saber que todo lo relativo a nonnados es válido para los eu-
clideos.
En un espacio normado se conjugan dos estructuras de naturaleza di-
versa, una algebraica, como espacio vectorial, y otra topológica en su
carácter de espacio métrico. De la combinación de ambas y la manera como
influyen entre sí se desarrolla una hermosa teoría de extraordinaria riqueza.
Tratadas independientemente constituyen la Topología Métrica, ya estu-
diada, y el Algebra Lineal. Ahora nos ocupamos de analizar su confluencia.
Entre otras cosas, se pondrá de manifiesto que los espacios normados son
menos susceptibles a la "patología" que los métricos; queremos decir que
hemos visto ejemplos de estos últimos que presentan propiedades muy ex-
trañas; los normados, por el contrario, se acercan mucho más a nuestra
intuición geométrica, en ellos suceden las cosas casi siempre como nosotros
esperaríamos sucediesen; resultan menos difíciles de imaginar.
Designaremos los espacios normados por letras H, K, C, . : . y sin pe-
ligro de confusión, notaremos la norma de todos ellos por 11 11, a menos
que sea preciso distingujr entre dos normas de un rojsmo espacio. Repre-
sentaremos por 9 al vector nulo de cualquier espacio y por x, :y, z, . . . los
vectores (también los llamaremos puntos), eligiendo letras griegas a, /3, ...
para los escalares u opeJ:"&dores reales.
Un espacio norrnado completo (como métrico, por supuesto) se deno-
mina espacio de Banach y uno euclídeo completo espacio tk Hilbert.
Si el espacio no1mado (o euclídeo) es el constituido únicamente por
el vector 6, decimos que es trivial. De una vez y para evitar el tenerlo que
advertir en cada caso, todos los espacios nonnados que consideraremos se-
rán no triviales. Cuando se trata de subespacios vectoriales si habrá nece-
sidad de hacer la salvedad.
Comenzamos por investigar la naturaleza de las esferas y las consecuen-
cias que ello trae.
Sean, pues, H un espacio normado, a EH y r >O. Veamos que la esfera
abierta N(a.¡ r) siempre contiene puntos distintos de a y que la superficie
esféñca S(a; r) no es vacía. En efecto, basta con mostrar un punto en cada
caso. Tomemos un x EH con x ;#: 9. Es inmediato comprobar que

r r
a + 2JJxll x EN(a; r), a + llxJJ x ES( a; r).
IFVNDAIIBNTOS 211
Podemos decir entonces que las esferas son "llenas" o, lo que es lo
mismo, que H carece de puntos aislados (contrástese con un espacio m6-
trico discreto} .
Esto implica quP., si A es un conjunto cualquiera de H, todo punto in-
terior de A es punto de acumulación de A (véase 2.3), es decir

ÁCA'.

El redproco no es, por supuesto, cierto.


De aquí extraemos una bonita consecuencia. Supongamos que A es un
conjunto abierto y no vacío de H. Entonces A - A y tenemos

ACA'·
'
clausurando y recordando que A' es cerrado (corolario 1' de 2.4),

.A CA'·•

pero, por el Teorema 1 de 2.4, A'= (Á)' y como siempre (A)'C.A, con-
cluimos que
A- (A)'.

Esto quiere decir, en resumen, que la clausura de todo conjunto abierto


no vacío es un conjunto perfecto (véase 2.4) .
Volvamos a considerar una esfera abierta N(a; r) en H. La inclusi6n
obvia N(a; r) CÑ(a; r) implica, clausurando, Nta; r) CN(a; r). Por otra
parte, Ñ(a; r) - N(a; r) US(a; r); tomemos un punto x ES(a; r), es de-
cir11.\'-al! - r y demostremos que es de. adherencia de N( a; r).
En efecto, dado e > O, se comprueba directamente que el punto

: - a+ (1 - •¡..) (~-a)
ea tal que
z EN(a; r) y llz-~11 < •·
Hemos deducido pues que

N(a; r) ""N(a; r).

Podemos agregar, en virtud de lo establecido antes, que una esfera


cerrada es un conjunto perfecto, por ser la clausura de un abierto. Ademh,
como
112 BSP.ACIOS NOIUI..\001

S(11; r) - N(11; r) -N(11; r},

obtenemos tambibl que la frontera

(\~&se F4 de 2.5), lo cual trae como consecuencia que S(a; r) es un con-


junto nada-denso, por ser la frontera de un abierto, según el Teorema 1
de 2.7.
F"malmente, veamos que el diámetro 3[N( 4; r)) = 2r. En efecto, sabe-
mos que 3(N(a; r)] < 2r; cualquier número menor que 2r puede rep~
sentarse como 2r- a, donde a > O. Tomemos un z EH con llzll ... 1 (basta
1
coo hacer z - llxll x, para un x::f= 8), entonces los puntos

x'"' 4 + (r-•f~)z, y- 4- (r-•j,)z

pertenecen ambos a N(11; r) y se verifica directamente que

!lx-yll "" 2r - /a > 2r - e.


1

En virtud del lema 1 de 4.1, tambim es 3[Ñ(4; r)]- 2r.


Se destaca claramente lo que habíamos anunciado sobre la predictibili-
dad intuitiva de los espacios nonnados.
El lema siguiente es un caso particular de resultados poderosos que
serán establecidos más adelante, no obstante, conviene introducirlo ahora
por razones tbicas.

Lema l. Si {x,.}, {y,.} son sucesiones en el espacio nonnado H, tales que


x,.-+ x, y. -+y, a, fJ ER, entonces a.x,. + fJy..-+ .rx + fJy.

DEKOSTRACIÓN. Si a = fJ = O, entonces a.x,. + fJy,. ... aX + fJy - IJ y la


tesis se cumple trivialmente.
Supongamos que al menos uno, a 6 fJ es distinto de cero, en cuyo caso
lal + LBI > o.
Dado e > O, podemos hallar un 11 E N tal que

luego,
I!UND.üiBNTOS 21S
Considerando al espacio normado H como mitrico, es claro que cualquier
subconjunto no vacío de H constituye un espacio m~trico de la manera acoe-
tumbrada ( 1.4), es decir, un subespacio m~trico de H, y, como tal, sabemos
manejarlo. Pero ahora nos interesan los subespacios normados de H; vale
decir, un subconjunto S de H que sea, a su vez, un espacio nonnado con
respecto a las mismas operaciones algebraicas y norma de H. Entonces S
debe ser un subespacio vectorial de H y con eso basta. ya que, evidentemente,
la norma de H, restrin¡ida a S, constituye una norma para S.
De aquí en adelante, a menos que ee diga expresamente lo contrario, al
hablar de subespacios de H, nos referimos aiempre a subespacios vectoriales
normados de H.
Recordemos el elemental pero 6til criterio, según el cual, un subcon-
junto no vado S de Hes un subespacio vectorial ai y a6lo ai

V:t,y€S,
Va./J ER : crJt + fJy ES.
Ejemplos triviales de subespacios de H son {6} y el propio H.
Se nota pues que los subespacios de H son conjuntos muy particulares
de ese espacio nonnado y cabe preguntarse acerca de su naturaleza topo-
lógica. A fin de dilucidarla, procedemos a demostrar un par de interesan-
tes teoremas y un lema que merecerá ciertos comentarios.

Teorema l. Si S es un aubespacio de H, entonces su clallliUI'a S es tam-


bién un subespacio.

DEMOSTRACIÓN. Tomemos x, 'Y ES, a, fJ ER cualesquiera.


En virtud del corolario 2' de 5.J, existen sucesiones {x.}, {y.} en S
tales que x,. -+ x, 'Y• -+'Y·
Ahora bien, como S es un aubespacio, la sucesión {crJt. + py.} estA en
S y, por el lema 1, crJt• + py.-+ crJt + py.
Aplicando de nuevo el corolario 2' de 5.1, concluimos que ax + fJy€S.

Teorema 2. Todo subespacio que no sea igual aH es un conjunto froo-
terizo.

DBxosTRACIÓN. Sea S un subespacio y supongamos que S=1= ~·


Tomando entonces un tll
• debe existir un r >O
ES, tal que

N( a; r) CS.
214 ESPACIOS NO&JIADOS

Sabemos que, necesariamente, 8 ES y si x EH es un pwllo cualquiera con


x =F 8, elijamos un t ER tal que

Se comprueba directamente que ~ ... a+ tx EN(a; r); o sea que z ES,


de donde se deduce, por 1er S un aubelpacio, que también

1
x - - (z-a) ES.
t


En resumen, hemos demostrado que, si S =f- ~. entonces S ... H. De ma-
nera que, si S es un subespac.io que no es igual a H, necesariamente S.. 4>,
lo que equivale a decir que S es un conjunto fronterizo (P. de 2.7). e
Como consecuencia del teorema precedente, observamos que, si S es un
IUbespacio que no coincide con JI, entonces S no puede ser abierto, ya que,
si lo fuese, tendríamos S ... 4> (P1 de 2.7) lo que es imposible porque siem-
pre 8 (S. Si puede suceder, en cambio, que S sea cerrado, en cuyo caso S
será un conjunto ·nada-denso {P, de 2.7). Veremos más adelante, por ejem-
plo, que si S es de dimensión finita, entonces es cerrado.
El lema siguiente puede rewltar algo desconcertante a primera vista, ya
que el resultado que establece no parece tener mayor significación. No
obstante, de él obtendrtmos, en 7.4, una conclusión que nos atrevemos a
calificar de espectacular y que CQDfien: a la teoría una armonía extra-
ordinaria.

Lemo 2. ( Riesz) . Si S es un $ubespacio cerrado que no coincide con H,


entonces, a cada a ER con O< a< 1, corresponde un z EH con llzll - 1
y tal que

Vx ES: llx-zll >a.


DENOSTJtAClÓN. Sea a ER con O< cz < l.
Como S no es igual a H, tomemos un punto x, EH-S. Ahora bien,
considerando que S es cerrado y que x, ,_S, el Teorema 2 b) de 2.4 nos
dice que
k ... d(x.,S} >O,

donde d es la métrica en H, induciiia por su norma.


CONVEXIDAD T POLJoCONECT!VJDA.D 215

Como O < cr < 1 se tiene que k < "/., de donde, por definición de
x. ES tal que
d(x.. S), debe existir un

Consideremos el punto z ... 'J,. (x1 -x0 ).


Se verifica entonces, para todo x ES, 1tx + Xo ES (por ser S un subes-
pacio), lo que implica

7.2. CONVEXIDAD Y POU.CONECTIVIDAD

Aprovechando la estructura algebraica de un espacio normado H, ~


demos considerar en él cierto tipo especial de arcos (véase 6.5) que resulta
muy útil· y relevante.
Tomemos un par de puntos x, 'Y EH cualesquiera y defsnamos la funci6n
f: (O,l]_.H tal que

Vl E[O,l]: f(t) - x + t (y-x).


Es inmediato que f es continua en [0, 11 ya que la relación

Vt,l' E[O, 1]: IV(t) -,1(1') 11 = IP.-xll·lt-t'l


indica que f satisface una condición de Lipschltz en (0, 1]. El rango de f
es pues un arco, cuyos extremos son claramente f(O) = x, f(l) • y, que
denominamos segTTUnto de extremos x, 'Y y designamos por

(x, y].

Estas consideraciones implican, de paso, que H es arco-conexo y, por


tanto, también conel(O (Teorema 2 de 6.5), pero adelante obtendremos
resultados más poderosos.
Todo segmento, por ser un arco, es un conjunto conexo, arco-conexo
y compacto.
En particular, si H es la recta real, es evidente que el segmento de
extremos x, y es precisamente el intervalo cerrado [x, y] (suponiendo x <y).
&1 pues. la notaci6n adoptada no da lugar a coníusi6n,
Geométricamente, el segmento [x, y] en R' 6 R' es claramente el seg-
mento de recta que une los puntos x, y.
216 BSPACIOS NOaMADOS

Definimos ahora una c1ue de conjuntos que desempeñan un papel im·


portante en la teoria.
Se dice que un conjunto no vaclo A, de un espacio normado H, es
eonvuo si
v..-,yEA: [..-,y]CA.

Se intuye que un conjunto convexo debe ser de "una sola pieza" >' ade·
mú "abombado", es decir, no tiene "hundidos".
Un conjunto constituido por un solo punto es obviamente convexo, ya
que [x,x]- {x}.
Otro ejemplo evidente es el de un subespacio S de H ; si x, y ES, enton-
ces x + t(y-x) =- (1-t)x + tyES, para todo 1 €[0,1], es decir, [x,y)CS
y S es convexo. En panicular, el espacio H es convexo.
Teniendo en cuenta que un segmento es un arco, observamos de inme·
diato que todo conjunto convexo es arco-conexo y, por tanto, conexo (Teo·
rema 2 de 6.5) . Ea fácil imaginane, sin embargo, conjuntos arco-conexos
que no 10n convexos¡ en tal~entido v&se el ejercicio 12.
Todo conjunto convexo en la recta real es un intervalo (por ser co-
nexo) y, reclprocament«; es obvio que un intervalo es convexo. Tenemos
pues que conectividad, arco-conectividad y convexidad son propiedades
equivalentes en la recta real y los únicos conjuntos que las poseen son los
intervaloJ.

ÜJrtiJ 1. Si Á es un conjunto convexo, en un espacio normado H, entonces


su interior A y su clausura A son convexos.

l>EKosTRACI6N. Tomemos x,yEA, t E[O, 11 cualesquiera.


En virtud del corolario 2' de 5.1, existen sucesiones {x.}, ()'.} en Á con
~ -. x, y. -.y, lo cual implica, por el lema 1 de 7.1, que

(1-t)x,. + ty,.-+ (1-t) x + ty ~ x + t (y-x) ¡

pero, como A es convexo, la suttSi6n { ( 1- t) "• + ty,.} está en A y, de


nuevo por el corolario 2' de 5.1, x + t(y-x) EA. ·
De manera que A es convexo.
Sean ahora x,yEA; nos proponemos demostrar que (x,y]CA.
Con tal fm, tomemos un z- x + t(y-x) E[x,y], para algún t E[O, 1]
cualquiera.
Podemos hallar un r >O tal que N(x; r) CA, N(y; r) CA. Luego, si
• EN(:; r), entonces 11~~~-zll < r y se comprueba directamente que
x 1 -x+•-zEN(x;r) , )11"")'+•-zEN(y;r), de donde X~tYaEA y,
como &te es convexo, (x1, )'J]CA,1o cual implica que • "'" Xa +t(yl-xa) €A.
COifYIEDDAD T POLH:ONBCTIYIDA.D 21'7

En resumen, N {z¡ r} C.d, o ~ea que z E .A, pero z es un punto cualquiera


de [x, y1luego [x, y] e .A y .A es convexo. e
ÚmG 2. Toda esfera abierta o cerrada, de un espacio normado H, es UD
conjunto convexo.

DEMOsTRAct6N. Sean a EH y r >O y consideremos la esfera abi~ta


N(•; r).
Tomemos x,y EN(a¡ r}. t E [O, 1] cualesquiera y se tiene

ll(x+t(y - x}} -all - 11 (1- t ) (x- a) +t(y-a} 11 < (1- t}llx-all + tll)l-all
< ( 1- t) r + tr - r,
o sea que
x + t(y-x} EN (a ; r),
es decir
[x,y]CN(a; r) y N(a;r)

es un conjunto convexo.
En cuanto a la esfera cerrada, sabemos que ea la clausura de la abierta
y, por el lema 1, es también convexa. e
De manera pues que, por ser convexa, toda esfera abierta de un espacio
normado es un conjunto conexo y arco-couexo. Esto implica, en virtud d el
Teorema 1 de 3.4, y del Teorema 4 de 6.5, UD resultado que merece des-
ta.cane:

Teorema l. Todo espacio normado es conexo, arco-coneXD, localmente


conexo y localmente arco-conexo.
En 6 .6 vimos que una función uniformemente continua no satisface,
necesariamente, una condición de Lipschitz. El interesante teorema que pre·
tentamos a continuación nos indica que, si la función es uniformemente
continua en un conjunto conveJOO, entonces "casi" satisface una condición
de Lipschitz.

Teor•mG 2. Hes un espacio normado y (E, d) es m~trico. Sea la función


f : A CH __.E, donde A es convexo. Entonces f ea uniformemente conti·
nua en Á si y s6lo si a cada. • > O corresponde un « > O tal que

V~t,'Y EA : d(f(x) , f('Y}) < « ll~t-'YII +e.


218 ESPACIOS NORJIA.DOS

DEMOSTRACIÓN. Probaremos primero que la propiedad expresada en el


enunciado implica la continuidad uniforme, para lo cual no hace falta que
A sea convexo.
Dado e > O, existe, por hipótesis, un cr > O tal que

Si hacemos a = ·¡~. se verifica entonces que y x, y E A con ll.x- ytj < 4 :


d (l (x) ,l(y) ) < c. O sea que 1 es uniformemente continua en 4f.
Recíprocamente, supongamos que 1 es unifonnemente continua en A y
sea • > O. Existe un 3 > O tal que

yx,yEA con llx-yll < 3 : d(/(x),/(y)) <c. (1)

Tomem<» x,yEA cualesquiera y sean el número natural que satis(aa!

(n-1) 3 < l!x-yll < nB (2)

(n es el minimo número natural que cumple n3 > llx-ylt>.


Ahora bien, como A es convexo, (x, y] CA, de man.e ra que todos los
puntos de la secuencia

pertenecen a A, por estar en [x, y).


Por otra parte, aplicando (2),

llx~-x¡,.,JJ ~ 1 /,. JJx-yJJ< 8 (k -1,2, . . . ,n).


lo cual implica, por ( 1), que

dU(xt),f(x._,) ) <e (k- 1, 2, · .• , n).

Luego, aplicando reiteradamente la desigualdad triangular de la ~


trica, resulta

.. .
d(/(x),/(y)) < '2, d (/(x¡,. ),/(X!c)) < ne;
1
1>1

pero, de la primera mitad de la desigualdad (2) se deduce que

n < '/• llx-yll + 1,


C:ONVBUDAD Y 2'01.1-CONEC nVJDAD 219
entonces

recordando que los puntos x, y EA son cualesquiera.

Se nota que el teorema precedente constituye una caracterización de



las funciones uniformemen te continuas en conjuntos convexos.
En 6.6 se puso de manilresto, mediante un ejemplo, que si 1: E _. F
es uniformemente continua en E, donde (E, d ) y (F, d') son espacios mé-
tric:oa y A es un conjunto acotado del dominio, no es, en general, cierto
que f(A.) es acotado. No obstante, como consecuencia del Teorema 2, ve-
remoa en seguida que si (E, d) es un espacio nonnado las imágenes de
conjuntos acotados s1 resultan acotadas.

Corolcrio 2'. H es un espacio no.r mado y (E, d) es métrico. Si 1: H _.E


es uniformemente continua en H y A es un conjunto acotado de H, enton-
ces f(A) es un conjunto acotado de (E, d).

DEwosTRAcx6N. Tomando a - 1 y aplicando el Teorema 2, existe un«> O


tal que
yx,yEH: d (f(x),/(y)) <allx-)'11 + 1,
ya que H ea convexo, En particular,

yx, )'EA : d (f(x), /()')) <a llx-yll + 1,


pero A es acotado, luego existe un k > O (véase 4.1) tal que

Se deduce entonces que

yx,)'EA : d(f(x),/(y) ) <ak + 1,


Jo que demuestra que /(A) es acotado.

El concepto de segmento nos permite introducir en un espacio normado
cualquiera la idea de "linea quebrada" que nos resulta familiar en geome-
trla elemental.
Dada una colección finita de puntos rq, Zt, • • ·, z. de \&11 espacio nor-
mado H, llamamos pol.igonal al conjunto
220 ESPACIOS NOBHADOS


,..,
[z0, zb .•. , z.] - U (de wü6n de conjUDtoa) [z,_l> z,];

los puntos z; reciben el nombre de vhticts de la poligonal y también deci-


mos que .r., y z. están unidos por la poligonal [.r.,, z,, .. ·, z,.].
En particular, un segmento es una poligonal.
La interpretaci6n geométrica de poligonal en R1 y R 1 es evidente (línea
quebrada) y, en R, una poligonal (.r., z~, .•. , z.] no es otra cosa que un
intervalo cerrado.
El nuevo concepto da origen a otro tipo de conectividad que es im-
portante en Análisis,
Decimos que un conjunto no vacío A, de un espacio norma.do H, es
poli-conexo si dos cualesquiera de sus puntos están uniáos por una poligonal
contenida en A. O sea que, si x, y EA, existe un conjunto fmito de puntos
r.o, z,, ... , z. EA tales que Zo - x, z. == y, [.r.,, z,, · .. , z.] CA.
Considerando que todo segmento es una poligonal, es claro que un con-
junto convexo es poli-conexo. Asl pues, el conjunto constituido por un solo
punto es poli-conexo, lo mismo que un subespacio, incluyendo, por supuesto,
aH.
Por el contrario, un conjunto poli-conexo no es, en general, convexo
(véase el ejercicio 12). De manera que la poli-conectividad es una propie-
dad menos restrictiva que la convexidad.
Veamos cómo se relaciona con la aroo-c:onectividad,

TeoreJrUJ 3. Todo conjunto poü-conexo es arco-conexo.

DEMOSTRACIÓN. Consideremos un conjunto poli-conexo A en un espacio


normado H. ·
Empleando la notación introducida en el lema 1 de 6.5, todo se reduce
a demostrar que

En efecto, tomemos dos puntos x, y E A cualesquiera. Como A es poli-


conexo, existe un conjunto finito de puntos .r.,, z,, ... , z,. EA tales que
r.o = x, z,. = ,,
(ro, z1 , . . ., z,.] C.A.

Ahora bien, sabiendo que un segmento es un arco, tenemos .r., .! z,, Zt ..!. ZJ,
~ z,., lo cual implica, en virtud de la transitivida.d de ~ (lema 1
••• , t,...1
..&
de 6.5} que .r.,,...., z,.. e
CONVBDDA.D T POLJ.CONECTJVIDAD 221
Tal como se intuye geométricamente, existen conjuntos arco-conexos
que no son poli-cooexos; por ejemplo, véase el ejercicio 17. No obstante,
proporcionaremos un recíproco parcial del Teorema 3 más adelante.
Por lo pronto, obtenemos un corolario inmediato.

CorolGTio 3'. Todo conjunto poli-conexo es conexo.

DEKoSTRAClÓN. :El teo.rema anterior junto con el Teorema 2 de 6.5. e


Antes de establecer bajo qué condiciones un conjunto arco-<onexo o
conexo es poli-conexo, requerimos un resultado auxiliar de cierto interés
propio. Para motivarlo, supongamos que tenemos conjuntos A, B, donde
BCA y A es abierto (pueden estar en un espacio métrico) ; a cada punto
x EB, como también x EA, corresponde un r >O tal que N(x; r) CA. Pero,
en general, r depende de x y no tenemos derecho a suponer que exista un
mismo r con N(x ; r) CA, vx E B. Sin embargo, tal cosa sucede si B es
compacto: ejercicio 47 del capítulo V. Aun cuando el resultado es válido
en un espacio métrico cualquiera, presentamos la demostración en un espa-
cio normado, pudiendo ésta transcribirse a un espacio métrico cuyas esferas
abiertas sean conexas.

Lema 3. Sean A y C conjuntos de un espacio normado H, tales que A es


abierto, e es compacto y e e A ; entonces existe un T > o tal que

VxEG: N(x;r) CA.

DEMOSTRACIÓN. Si A = H cualquier número real r >O satisface la condi-


ción. Supongamos, pues, que A es un subconjunto propio de H .
Como Hes conexo (Teorema 1), la frontera {J(A ) =1=4> (véase 3.1).
Por otra parte, f3 (A) es cerrado (F1 de 2.5), y siendo A abierto,
A np(A) = .¡. (F, de 2.5), lo que implica C np(A) -= .¡., ya que CCA.
En consecuencia, aplicando lo establecido al final de 6.3,

r = d(C,J3(A)) >O.

En virtud de la definición de r, es claro que, si

xEC,yEJ3(A) ,

entonces
222 ESPACIOS NOIUIA.DOS

Tomemos un X Ee cualquiera y probemos que

N(x; r) C.d.

En efecto, por la observación anterior, fJ(.d) nN(x; r) .. 4>; por otra


parte .d nN (x; r ) =F +,
ya que X EA nN (x; r ). Ahora bien, si

(H- A) nN(x; r) =F~,

entonces, como N(x; r ) es conexo, ello implicarlo

/J(A) nN(x; r) =F+


(Teorema 1 de 3.1) obteniéndose una contradicción. De manera que debe
ser (H - A ) nN(x; r) - 9, lo que equivale a N(x; r) CA. e
Teorema 4. En un espacio H, todo conjunto abierto y arco-conexo es
poli-conexo.

DEKOSTIIACIÓN. Consideremos un conjunto A abierto y arco-conexo en H .


Tomemos un par de puntos x, y EA cualesquiera y construyamos una
poligonal contenida en A que los una.
Como A es arco-conexo, existe una funci6n f : [0, 1]--+ H , continua en
ro, 1), con f(O) - x, f ( l ) .. y, cuyo rango e (el arco) es tal que CC.d.
Ahora bien, C es compacto, por ser un arco, y, en virtud del lema 3,
existe un r >O (aqui es donde se utiliza que A es abierto) tal que

vxE C: N(x;r)CA. ( 1)

Pero f es uniformemente continua en (0, 1] ('I eorema 4 de 6.6), luego


existe un a > o tal que

Vt, ( E{O, 1] con lt-t'l < 3: llf(t) -f(t')ll < r. (2)

Tomemos ahora un n EN con 1/ . <a y consideremos los siguientes pun-


tos de (0,1]:
o, lf...,., ...••,. - 1.

Ya que l'f,.-'-1/ ..1- 1/ . < 3 (i- 1, ... ,n), obtenemos, por (2) ,

IIH'/.) - f('-11·> 11 < , (i - 1, ... , n). (3)


CONV&DDAD Y P<ILI-CON&CTIVJDAD 223

Hemoe construido una fanu.1ia flnita de puntos

"• = f ('f,.) EC (i- O, 1, ... , n)


y (3) se traduce en

llz¡ -z•-•11 < r (i- 1, ... , n),

lo que equivale a

Z¡ EN(z1-.t.; r) (i- 1, ... , n);

pero, como toda esfera abiena es convexa (lema 2), se deduce que

de donde, por ( 1) ,

lo que implica
..U [z z,] -= [Zo, »:., .. ·, z.] CA,
1-1J
Ccl

sabiendo que
.t:o=/(0) -x, z,.=/(1) =y.

Un dibujo ilustrativo de la demostración anterior puede facilitar la com-
prensión del lector.

Corolario 4'. En un espacio normado H, todo conjunto abierto y conexo


es poli-conexo.

DEMOS'rRACIÓN. Como Hes localmente arco-conexo (Teorema 1), se aplica


el Teorema 6 de 6.5 seguido del Teorema precedente. e
En resumen, todo conjunto poli-conexo es arco-conexo y conexo. Recl-
procamente, un conjunto abierto y conexo es arco-conexo y poli-conexo.
O sea que, para un conjunto' abierto, la conectividad, arco y poli-conec-
tividad :10n propiedades equivalentes.
Finalmente, se ruscita la pregunta sobre si Ja imagen continua o unifor-
memente continua de un poli-conexo es poli-conexa. En general, la respuesta
es negativa en ambos casos (Wa.e el ejercicio 18)
ESPACIOS l'fOBKADOS

7.3. TRANSFORMAQONES UNEALES

Si H y K son espacios vectoriales (no necesariamente provistos de nor-


mas), se recuerda que una transformación lineal es una función T : H -+ K
que posee la propiedad de que
vx. 'Y EH.
ya,{J ER: T(a:x+{Jy) - aT(.:x) + {JT(y) .
El núcleo de T es el conjunto

Ker(T)- T-1 {11} ... {xEHIT(x) =8}

y se comprueba fácilmente que es un subespacio de H, al igual que el ran-


go T(H).
También resulta inmediato verificar quo T es inyectiva ai y sólo ai su
núcleo Ker(T) = {9}.
Si T es biyectiva se dice que es no-singular y, de lo contrario, se llama
singular. En caso de ser no-singular, se comprueba directamente que la
función inversa T- 1 : K -+ H es también una transformación lineal.
Si S : H-+ K es otra transformación lineal y a, fJ ER, la función
aT + {JS : H -+ K, definida

VxEH: (aT+,BS)(:x) ""aT(x) + {JS(x),

es una transformación lineal.


Si G e:' otro espacio vectorial y T : K .-+ G una transformación lineal,
no hay dificultad en verificar que la función compuesta T • T : H -+ G
es una transformación lineal.
Finalmente, designaremos siempre por I : H -+ H a la transformación
lineal idéntica ( vx EH: J(x) - x) y por e : H-+ K a la transforma..
ción lineal nula ( yx EH : e(x) - 9) cualesquiera sean los espacios H y
K, sin mayor peligro de confusión.
Todos estos hechos, que hemos listado como recordatorio, son de carác-
ter puramente algebraico. Aquí nos ocuparemos de propiedades topológicas
de las transformaciones lineales; concretamente, de su continuidad, para lo
cual los espacios que intervienen deben ser normados. Así pues, durante toda
esta sección, los espacios H y K son normados.
Comeil2alnos con un r~tado verdaderamente sorprendente.

Teorema 1. Si la transformación lineal T : H-+ K es continua en un


punto de H, entonces es uniformemente continua en H.
TllANIJ'OI UIACJOft' U UNB.U.EI

DEMOSTJlA ClÓN. Supongam os que Tes continua en d punto %o EH.


Luego, dado a > O, existe un a > O tal que

vxEH con llx-xoll <a: IIT(x)-T( %o)ll < •. (1)

Tomemos ahora un par de puntos :e, 'Y EH con llx-yll < 3. Tenemos
entonces que

de donde, aplicando ( 1) y el hecho de que T es una transforma ción lineal,

IIT(x } -T(y) 11- IIT(x-y+% o) - T(x.) 11 <e. e


Vemos, pues, que las transforma ciones lineales tienen un comportam ien-
to que podriamos calificar de extre.mi.sta: son uniformem ente continuas en
H o no son continuas en punto alguno de H . Debido a esto, de aquí en
adelante diremos simplemen te que una transforma ción lineal es cootinua,
sin que haga falta especificar dónde.
Como si esto fuera poco, demostram os en aeguida que toda transfor-
mación lineal continua satisface una condición de Lipschitz en su dominio,
lo cual sabemos no sucede a cualquier función uniformem ente continua.
Por comodidad , haremos uso del Teorema 2 de 7.2, aunque es aencillo
demostrarl o directame nte y se recomiend a al lector intentarlo.

Teorema 2. Una transforma ción lineal T : H-. K es continua si y 16lo


si existe un número real M> O tal que

V x EH : \IT(.x) \1 <M 1\.x\\·

DEMOSTRACIÓN. Si T satisface la propiedad en el enunciado entonces

y :(, y EH: IIT(x) -T(y)ll - IIT(x-y)l l <M llx-yll;


de manera que T es uniformem ente continua en H por satisfacer una con-
dición de Lipschltz en H .
Rectproca mente, supongam os que T es uniformem ente continua en H.
Como H es convexo, aplicamos el Teorema 2 de 7.2 con a - l . Existe
pues un a > O tal que

yx,yEH : IIT(x) -T()')II <a llx-,.11 + 1¡

luego, si tomamo s"- 8, con lo cual T(y) - 6, se verifica


&SP4CIOS NOUU.DOS

yx EH~ x =t= 6 : ll~ll IIT(x) 11 -11 T ( 11; 11 ) 11 < a + 1,

de donde, haciendo a +1- M > O, obtenemos

IIT(x) 11 <M llxll;


pero ai x- 6, ambos miembros de la desigualdad son cero y podemos
c:oocluir


El teorema que sigue nos proporciona otra caracterización de las trans-
formaciones lineales continuas como las únicas que "transportan" acotados
a acotados. Por esto 1e las 11aua frecuentemente transfonnaciooes aco-
tadaa.

Teorema S. Una transformación lineal T : H ~K es continua si y 116lo


ai, para todo conjunto acotado A de H, T(A) es acotado.

l>aMOSTaAClÓN. Si Tes uniformemente continua en H y A es un conjunto


acotado de H, entonces T(A) es ácotado, en virtud del corolario 2' de 7.2.
R.eciproc:amente, como la superficie esférica S(9; 1) es acotada, el con-
junto 7lS(8; 1)] es acotado y, por el Teorema l de 4.1, existe un M > O
talque
T[S(6; l )]CN(tl; M);

wle decir,

vx EH con llxll - 1: IIT(x) 11 <M.


Luego,

de donde

Vx EH : IIT(x) 11 ~M llxll
y T ea continua por el Teorema 2.

150JIOJ U'ISKO TOPOLÓ GICO 1 ISOTOP Ü

El Teorem a 2 nos ayuda a establecer un útil criterio 10bre la continui-


dad de la inversa de una transformación lineal nO-singular.

Teoremtl 4. Si T : H-+ K· es una transformación Jineal10breyectiva (no


necesariamente cc:ntinu a), entoneea T es n~lingular y T-' es cootinu a ai
y a6lo si existe un m > O tal que

D.I!.KOS DACIÓN . Supongamos que T es no-singular y que T-1 : K-+ H ea


continu a. Luego, en virtud del Teorem a 2, existe un M > O tal que

V'Y EK : 111'-l(y) 11 <M IIYII.


de donde

Recíprocamente, supongamos que existe un m > O tal que


Vx EH : m llxll < IIT(x) 11; (1)
luego, ai T(.r) "'" 6, obtenemos O <m ll%jl <O, de donde x - 8. O tea
que el núcleo de T está constituido únicam eote por 9, lo cual implica que
T es inyectiva y, como también es sobreyectiva por hip6teais, T es no-lin-
gular.
Por otra parte, aplic:ando ( l ) tenemo s

VY EK : IIT-1 (y) 11 ~ 1/·ll~(y) 111 - /-11111.


1

lo que nos dice que T-' es continu a (Teorem a 2) .



7 A. ISOMOIFISMO TOPOLOGICO: ISOTOPIA

Recordemos que dos espacios vectoriales H y K 10n iiOmorfoe a existe


una transformación lineal no-singular T : H-+ K . Desde un punto de vista
algebraico, estos espacios son indistinguibles, pudiend o a61o diferir en la
natural eza específica de sus elementos (vector es). El isomorfismo identi-
fica, por u decirlo, la estructu ra a)gebra ica de ambos. Si H y K son además
normad os, su equival encia natural como espacios mEtricos es el homeomor-
flSmo uniforme. Si pretendemos, pues, que sean indistinguibles, tanto alge-
braica como topológicamente, debemos .requerir que sean isomorfos y uni-
ESPACIOS NOBVADQI

fonnemente homeomórficos. La combinación de estas dos relaciones de


equivalencia da origen a la que mejor se ajusta a espacios normadoa.
Decimos que el espacio normado H es topológi&amlnte isomorfo con
el espacio normado K si existe una transformación lineal continua y no-
singular T : H ~ K cuya inversa ']'-1 es también continua.
Dejamos al lector la rutinaria y fácil tarea de comprobar que el ilo-
morfwno topológico es una relación de equivalencia entre espacios nor-
mados.
Con objeto de abreviar, cometeremos el abuso de lenguaje de llamar
al isomorfwno topol6gico isowpia; diremos pues que dos espacios nonnados
son isótopos, en lugar del aparatoso topol6gicamente isomorfos. Así mismo,
una transformación lineal continua y no-singular con inversa continua será
denominada brevemente una isotopía.
Se destaca de la definición que dos espacios isótopos son a la vez iso-
moños, como espacios vectoriales, y uniformemente homeomórficos como
espacios métricos.
Según se estableció en 6.6, si dos espacios métricos son uniformemente
homeomóñicos y uno de ellos es completo, entonces el otro también lo es.
En particular, si dos espacios nonnados son is6topos y uno de ellos es de
Banach (completo) el otro ha de serlo también. Vale decir, la isotopía
preserva la completitud.
Los resultados de 7.3 provocan una elegante caracterización de la
üotopfa.

TeorerntJ l. Dos espacios normados H y K son isótopos si y s6lo si existe


una transformación lineal sobreyectiva T : H ~K y números reales
m, M > O tales que

Vx EH : ml!xll < i!T (x) 11 <M Hxll. •


DEKOSTJW:IÓN . Teoremas 2 y 4 de 7.3.
Sucede con frecuencia que un mismo espacio vectorial H admite dos nor-
mas llllt, 11 11•• dando origen a espacios normados H1, H,. respectivamente
y, como caso particular del Teorema 1, podemos suministrar un criterio que
caracterice su isotopía. Tenemos a mano la transformación lineal idéntica
1: Ht ~ Ht, que es, por supuesto, no-singular; de manera que estos espa-
cios serán isótopos si y sólo si existen números reales m, M > O tales que

Vx EH: mllxlh < IJxj~ <M llxll..


Concentramos ahora nuestra atención en espacios nonnados de dimen-
sión finita. Para éstos la situación se presenta mucho IIW sencilla y vere-
~ que pe« w todas lu propiedades topológicaa establecidas para R-
en 5.4.
Recordemos primero que R• es isomorfo con cualquier eapacio vectorial H
de dimeusi6n finita n. En efecto, si elegimos una bale {•.., '•• • · .,-.} para
H, se comprueba con toda facilidad que T : R•-+ H, tal que

es una transformación lineal no-singular que establece dicho üomorflSIDO.


Teniendo en cuenta que el isomorfismo es una relación de equivalencia,
esto trae como couccuencia que dos espacios vectoriales de una misma
dimensión finita IClO áempre isomorfos.
Este resultado se euiende a la isotopta, pero su demostración requerid
el auxilio de un lema previo, que aprovechamos de probar con mayor
generalidad de la que haremos uso.

Umll l. Sean (E, d) un espacio métrico y H normado.


Si f : .A CE-+ H es continua en .A, entonces la función 11/11 : ..t CE-+ R,
tal que

vxE.A: 11/ll(x) -llf<x)ll,


es continua en .A.

DEWOSTltACIÓN. Designemos por d' a la métrica en H inducida por la nor-


ma. Sabemos que la función g : H-+ R, tal que

Vx EH: g(x) - d'(z, 6) - llxll,


es continua (uniformemente) en H y es claro que 11/11 • g •/; luego 11/11 es
continua en A por el Teorema 1 de 6.2. e
Teorema 2. Dos etpacios normados de una misma dimensión fmita wn
isótopos.

DEMOSTRACIÓN. Detcartemos el caso de dimensión cero, que es cierto tri-


vialmente.
Considerando que la isotopía es una relación de equivalencia (por tanto,
simétrica y transitiva), basta con demostrar que cualquier espacio normado
H, de dimensión finita n ~ 1, es isótopo con R•.
Eligiendo una baJe {es, ea,··., e.} para H, sabemos que la traosfor.
mación lineal T : R•-+ H, tal que
230 ESPACIOS .NORHADOS

es no-singular. De manera que probaremos la isotopia haciendo uso del


Teorema l.
Primeramente, sumando w desigualdades (o) de 5.4, obtenemos


y(x11 x 3, • •• ,x.) ER" : l: lx,¡
1:1
< n ll(x1Jx2, ···,x.)ll. (C)

Designando por k - máx {lle~ll. lle,ll, · ·., lle.ll}, es claro que k> Oy
.e verifica


V(x1 x., · · ·, x.) EN- : IIT(x11 x., · · ., x,.) 11 < i:ll: lx,llle,ll <k l:

lx,¡
1
1cl

de donde, aplicando (C), tenemos

V(xs,x2, ... ,x,.) ER": IIT(.x1,xa, ... ,x.)ll < (kn) ll(x~ox,, ...,x,.)ll· (1)

Aplicando el Teorema 2 de 7.3, (1) indica que T es continua.


Ahora bien, la superficie esférica S - S (S¡ 1) en R• es un conjunto
compacto (corolario 3'' de 5.4) y, en virtud del lema 1, la función
IITII: SCR·~R es continua en S. Luego, por el Teorema 3 de 6.3, IITII
alcanza un mínimo absoluto en algún punto a E S¡ o sea que, ai hacemos
m -IIT(a)ll >O, entonces

Vx ES : m < IIT(x) 11;


X
pero, ai tomamus un xE R• cualquiera, con x::/=S, se tiene que llxll E S,
de donde

De manera que

Vx ER• : m llxll ~ IIT(x) 11 (2)

(ya que la desigualdad de (2) es trivialmente válida para x- S también).


Por último, nótese que llall - 1, lo cual implica que 4 ::/=S y, como T
es no-singular, T(a) ::/=S., o sea que m - liT{a) 11 >O.
La no-singularidad de T y las desigualdades ( 1) y (2) demuestran, en
virtud del Teorema 1, que R• y H aon isótopos. e
UOIIOUP MO TOPOLÓG ICO: UOTOPÚ 2Sl

Consecuencia imned.iata de este teorema es que poco importa la oonna


que se elija para un espacio vectnrial de dimenaión finita; lo& espaci01 nor-
mados resultantes serán ia6topos. Esta ob.ervación ea de II.ÜJC:iente impor-
tancia paza destacarla.

Corolario 2'. Todos los espacioa normadoa que provienen de un mi!!IDO


espacio vectorial de dimensión finita 1011 U.Stopos en~ á.
Habiendo demostrado que cualquier espacio normado de dimensión fi-
nita n es ia6topo con R• y aabiendo que este último es completo (Teorema
2 de 5.4) sacamos una important e conclusión (recuérdenae laa coosidera-
ciones h.echas al principio de esta aeoci6n) que tambiál merece dcstacaJ"P.

TeorelrUI ~. Todo espacio normado de dirnrmión fmita es de Banacb


(completo) .

Corolt.io S'. Todo IUbespacio de dimensi6n finita de un apacio!IO'!D..do


es un conjunto cenado.

D&wosTRACUÓN. Bn virtud del Teorema S, un aubespacio de dimensi6n fr


nita es completo, lo cual implica, por el Teorema 2 de 5.3 que es un C:OO·
junto cerrado. e
Del corolario precedente se deduce, aplic.ando el Teorema 2 de 7.1, que
todo subeapacio de dimensión finita de un espacio normado H, que no
coincida con H , es un coojunto cerrado y fronterizo, o - , nada-dcm o
(P.. de 2.7). En particular, si Hes de dimensión fmita, entonces todaa IUI
subespacios son cenados y nada-demos. Recíprocamente, si H es un espacio
de Banach y todos sus subespacioa son cerrados, entonces H ea de cfunen.
si6n fmita, pero la demostración de este resultado no será dada aquí por.
requerir conocimielltoa que van más allá de la intención de este c:apltulo.
El teorema que sigue pone de manifiesto un h.echo importante.

Teorema 4. Si T : H --.K es una transformación lineal y H ea de dimen-


aión finita, entonces T ea continua.

Dutos'I'RA CIÓN.Sea { 4!~ 4., .. ., e.} una base para H .


Dado un vector cualquiera :e - x1e1 + :Ct4t + · ·. + :c.~. de H, defi-
nimos

llxll• - h1:l ¡:e,¡.
Ea inmediato comprobar que 11 11• ea una
norma para H y se deja al
lector. El espacio aonnado a que &ta da origen ea isótopo con H, por el
corolario 2', y, aplicando el criterio que le obtuvo en seguida del Teore-
ma 1, deben exiatir númcroa' IQ!es m, M > O tales que

(1 )

Ahora bieo,li T(•,) - 8 (i- 1, · .. , n), entoncea Tes la transfonna-


ci6n nula que es continua por ICI' constante. De lo contrario,

O< k - mú {liT(•.) 11, · · ·,liT(•.) 11}

y 1e verifica, para todo x - x,•1 + ... + x•'• de H,

de donde, haciendo uso de ( 1),

IIT(x) 11 < (!.) llxll,


Jo cual demuestra la continuidad de T, por el Teorema 2 de 7.3. e
Vemos, pues, que toda transformación lineal cuyo dominio sea un es-
pacio normado de dimensión finita ea automáúcam.ente continua, no im·
porta cuál sea el codominio.
El Teorema 3 de 5.-l, que constituye la propiedad topológica resaltante
de R- y Jo difeieDcia de espacios métricos completos cualesquiera, se gene-
raliza a espacios normados de dimensión fmita.

2'~ma 5. Todo conjunto acotado de un espacio normado de dimensión


fmita es precompacto.

DaxosTaACIÓN. Supongamos que Á es un conjunto acotado de un espacio


normado H de dimensión finita n.
En virtud del Teorema 2, H es isótopo con R• bajo una isotopta
T : R•-+H.
Ahora bien, como 74 : H -+ R- es una transformación lineal continua,
74(.A} es un conjunto acotado de R• (Teorema 3 de 7.3) y, por el Teo-
rema 3 de 5.4, 74(.A) es precompacto.
Por otra parte, T es uniformemente co.n tinua en R- (Teorema 1 de
7.3), lo cual implica que el conjunto A - T[T-'(A)] es precompacto, en
virtud del TeoJ'CDla 2 de 6.6. e
ISOIIoaft* IIO TOPOLÓC ICOIISOTO PfA

El teorema precedente, junto con el hecho de que un espacio normado


de dimensión fizúta es completo, provoca la genera1ización a tales espa.
cios de los corolarios 3', 3'' y 3"' de 5.4, con deDlOitraciones id&tticas y
que, por tanto, omitimos.

Corolario 5'. Todo conjunto acotado de un espacio nonnado de dimen-


sión fmita es ~tivamente compacto.

Corolario 5". (Heine-Borel). Todo conjunto cerrado y acotado en un


espacio normado de dimensión finita es compacto.

Corolario 5"'. (Bolzano.Weientra.ss). Todo conjunto infinito y acotado


en un espacio nonnado de dimensión finita admite algún punto de acumu-
lación.
No debe sorprende r demasiado el que resultados tan propios de R• sean
generalizables a e3paclos nonnados de dimensión finita. Todo ello es con-
secuencia directa del fundamen tal Teorema 2. Al descubrir que todo espacio
normado de dimerusión finita n es isótopo con R,. se adquiere la certeza de
que deberá poseer toda, la, propiedades algebraica, y topológicas de R",
ya que la isotopía identifica amblU estructuras.
Lo que si puede considera ne como poco menos que extraordinario y
10rprendente es que la propiedad enunciada en el Teorema 5 caracteriza
a los espacios normados de dimensión finita. Resulta casi misterioso, vis-
to intuitivamente, el que esa propiedad del carácter puramente topológico
pueda implicar un hecho evidentemente algebraico como lo es la finito--
dimensionalidad. :&to y otras coruecuencüu interesantes se infieren del lema
siguiente.

lAma 2. Si alguna esfera abierta en el espacio normado H es precom·


pacta, entonces H es de dimensión fmita.

DEli:OSTilAOJÓN. Supongamos que existe un punto a EH y un r >O tales


que la esfera abierta N(a; r) es un conjunto precompa cto; luego ru clau-
sura, que es la esfera cerrada N(11; r ), es tambiál precompac ta. Por último,
+=FS(G¡ r}CN (G; r), lo que nos dice que la supeñu:ie esf&ica S(a;r)
es precompac ta (Teorema 2 de 4.2).
Definamos la función f: S(a; r) CH ~H tal que

Vx ES(G¡ r} : f(x ) - 1
f. (x-11).
Nótese que

Vx, ,ES(a;r ): llf(x) -/(,)11- 1lrllx-,ll,


234 BSPACIOS NOillrADO S

de manera que fes wriformem ente continua en S(a ¡ r), por satisfacer alli
una condición de Lipschitz.
Por otra parte, vemos que

vx ES(a; r) : Jlf(x) 11 = 1,

Jo cual indica que el rango J[S(a;r)JC S{8¡ 1).


Pero, redprocam ente, ai z E S ( 9; 1 ) 1 ae comprueb a directame nte que
a+rz ES(a; r), f(ÍI+rz) - z.
En resumen, f es uniformem ente continua en S (a ¡ r) y su rango es
S(8 ; 1); luego, la superficie esférica S (8 ¡ 1) es precompa cta (Teorema 2
de 6.6).
Tomemos un número real cr co.n O cr < < 1; entonces existe un conjunto
finito de puntos x 11 x2, . .. , x., ES(8; 1) tales que


S(8; 1) e
,..
U (deuni611d ceonjuntos) N (x1 ;cr). (1)

Ahora bien, sea S el subespacio generado por los vectores x,, x., ··.,
x,.;
S es entonces de dimensión finita y, en virtud del corolario 3', es cerrado.
Si S no coincide co.n H, se aplica el lema 2 de 7.1 y existe un z EH coo
llzll -1, es decir, z ES( 8; l ) , tal que

Vx ES : llx-zll > c:r;


en particular ,
llx¡-zll >a (i- 1, 2, ... , n),
lo cual indica que

z fN (x¡¡ a ) {i- 1, 2, · · ·, n)

contradici endo ( 1) . De manera que S debe coincidir con H y H es de di-


meosión fuúta. e
Se deduce que, en un espacio normado H, todas las esferas abiertas 10n
precompac tas, lo que equivale a decir que H es de dimensión fuúta, o
bien ninguna esfera abierta es precompac ta y el espacio no es de dimeosi6n
fuüta.
Del lema 2 se extraen dos consecuencias directas que merecen desta-
carse. La primera es el hermoso reciproco del Teorema 5.

Coruecuenda l. Si en un espacio normado H todo conjunto acotado es


precompac to, entonces H es de dimensión fuúta.
PaODUCTO DB DOS ESPACIOS NOaJUDOS 235
DEwosTJIAClÓN. Cualquier esfera abierta de H es precompacta, por ser
acotada, y se aplica el lema 2. e
El pr6ximo resultado ea interesante y curioso.

Couecuencia 2. Si el espacio normado H no ea de dimensión finita, en·


tonces todos sus conjuntos precompactos son fronterizos.

Daxosnv.cróN. Supongamos que A es un conjunto precompacto.


Si A =1= </>,tomamos un a EA y debe existir un r >O tal que N(a; r) CA;
pero entonces N(a; r) es precompacta (Teorema 2 de 4.2), y H es de
dimensión finita, en 'irtud dd lema 2.
Luego, debe ser A .. .¡,, lo que equivale a decir que A es fronterizo
(Pe de 2.7). e
Por último, se observa que en el cuadro de 5.5, que resume los resul-
tados sobre compacidad, puede substituirse toda ve.z que aparece R" por
ENDF (espacio normado de dimensión finita), conservándose la v;¡lidez.
Más aún, podemos asegurar que, al menos con espacios normados, no es
posible generalizar.

7.5. PIODUCTO DE DOS ESPAQOS NOIMADOS

Se trata, esencialmente, de construir un nuevo espacio normado con


ayuda de otros dos. Algo muy similar ae realiza con espacios métricos y, en
tal sentido, véanse los ejercicios 52, 53, 54 y 55 del capítulo VI.
Son muchos e interesantes los resultados que pueden establecerse sobre
el espacio producto. Sin embargo, nos limitaremos aquí a un propósito muy
concreto; el de operar con límites de sucesiones y funcionales y con fun.
ciones continuas, aprovechando las ventajas que ofrece trabajar con formas
bilineales continuas.
Consideremos dos espacios normados H y K y formemos el producto
cartesiano H X K de ambos conjuntos. Nos proponemos conferir a H X K
estructura de espacio normado, de forma tal que ésta dependa de las es-
tructuras de H y K.
Comenzamos por convertir a H X K en espacio vectorial sobre el cuerpo
de los números reales, al igual que H y K.
Esto es sencillo; si {x11 y,), (x1 ,y,) EH X K, XER son cualesquiera,
definimos (X1,)'1 ) +(Xa,)'a)- (x1 +x1,)1t+)llt),A(X¡1 )1¡)- (.U¡1 A)'1 ).
Es rutinario y mecánico comprobar que H X K es un espacio vectorial
con respecto a esas leyes de composición y se deja al lector.
UPACJOS NORIU.DOI

Debemos ahora proveer al espacio vectorial H X K de una norma. Pro-


porcionamos tres. En efecto, para un vector genbico (x, y) EH X K, 1111
definen

11 (x, 'Y) 11 • máx { llxll, IIYII}


11 (x, 'Y) 11• "" llxll + IIYII
ll(x, y) lla- v'llxlls + 1 1~
De nuevo dejamos al lector la simple tarea de verificar que cada una
constituye un norma para H X K .
Se ve de inmediato que, para todo (x, y) EH X K, se cumple

lo cual implica, en virtud de la observación hecha en seguida del Teorema


1 de 7.4, que los espacios normados formados por H X K, con respecto a
cada una de esas tres normas, son is6topos entre sL Se deduce que podemoa
elegir con libertad cualquiera de ellos y los resultados que se establezcan para'
el favorecido serán automáticamente válidos para los otros dos. Por pro-
piciar las demostraciones más sencillas, escogemos la primera norma defi-
nida y, de aquí en adelante, al referimos al espaeio nomuulo producto
H X K, se entenderá que es con respecto a esa norma, sin necesidad de
expresarlo en cada caso.
Si H y K son ambos de dimensiones finitas, elijamos bases {e11 . . . , e,.},
U., · · ., ~,}, respectivarnentJ. Resulta trivial comprobar que el conjunto
{(e,, 8), . · ., (e., 8), (6, ~.). . •. , (8, E,.)} constituye una base para el es~­
cio H X K, cuya dimensión es, por lo tanto, finita e igual a la suma de las
dimensiones de H y K. Nótese además qüe las bases de H y K inducen, en
forma muy natural, una base para H X K.
Volviendo al caso general, donde H y K son espacios normados cuales-
quiera, procedemos a considerar ciertas transformaciones lineales de mucha
utilidad.
Las funciones pr. : H X K-+ H, prs : H X lG -+ K, que reciben el nom-
bre de proyecciones canónicas, se defmen de la siguiente manera¡ para todo

{x,y) EHXIG:pr,(x, 'J) -x,pr.(x,y) -y.

Es claro que ambas son transformadones lineales aobreyectivu, aunque no


inyectivas en general. Por otra parte, se ve de inmeiliato que

llfn'¡{x,y)ll < ll(x,y)ll (i- 1,2),


PRODUCTO DB DOS BSPA.CIOS NOIUIUDOS 237

lo cual implica la continuidad de las dos proyeccioneJ can6nicaa en virtud


del Teorema 2 de 7.3.
Otras funciones convenientes son las inyecciones c~Z~~6nicas

b1 : H-+ H X K, bs : K-+ H X K,
tales que
Vx EH : b,(x) - (x, 6),
VyEK: bz(y) ={O, y).

Salta a la vista que ambas son transformaciones lineales inyectivas y que


sus rangos respectivos son los subespaclos H X {8}, {8} X K. No son pues,
en gen.eral, sobreyectivas. También resulta obvio que

implicando la continuidad de b1 y b,, de nuevo por el Teorema 2 de 73.


Las proyecclone1 e inyecciones canónicas se relacionan mediante senci-
llas e interesantes expresiones que presentamos a continuación. Su vera-
cidad se comprueba directamente y queda en manos del lector.

a) pr~ • b, = 1, Jrrs • b, -= 1,
b) pr,. b, = 'pr• • h.¡_~ e,
e) b1 • pr, + b1 • pr2 - l.

Sea {z..} una sucesión en el espacio producto H X K. Ella detennina


una sucesión {x,.} = {Jrr1 (z,.)} en H y otra {y.} "" {pr2 (z..)} en K. La
fórmula e) nos indica que

Recíprocamente, una sucesión {x,.} en H y una {y,.} en K definen una


sucesión {z,.} en H X K tal que

y11 EN: z,.""' b,(x,.) +ba(y,.) = (.r,.,y,.).


Ahora bien, si 23 -+z = (x,y) EH X K, la continuidad de las proyec-.
clones y el Teorema 2 de 6.1 implican

Si {z,.} es de Cauchy, la continuidad uniforme de las proyecciones, junto


con el Teorema 3 de 6.6, nos dice que las sucesiones {x,.}, (y,.} son también
de Cauchy.
238 ESPACIOS NORliiA.DOS

Supongamos ahora que x,. ~ x en H, y,.~ y en K. Las sucesiones {x,.},


{y,.} determinan la sucesión {z.} = { (x,., y,.)} en H X K, lo que sabemos es
equivalente a z.. = b1 (x,.) + b,(y,.), V n E N. Conociendo la continuidad de
b11 b2 y aplicando de nuevo el Teorema 2 de 6.1, tenemos que

El lema 1 de 7.1 nos dice entonces que

Consideremos, por último, que {x,.}, {y,.} son sucesiones de Cauchy en


H y K respectivamente. Veamos que la sucesión {z,.} - { (x,., y,.)} también
resulta de Cauchy, aunque la comprobación deberá ser más directa. En efec-
to, dado e > O, podemos hallar un 11 E N tal que

yn, n' > 11: llx.-K..•il <e, ¡¡,,,.-y,.·ll <e,


de donde
vn, n' > 11 :

En resumen, z,. ... (x,., y,.) ~ z = (x, y) si y sólo si x,. ~ x, y..~ y. Así
mismo, es condición necesaria y suficiente para que {z,.} = {(x,.,y.)} sea
de Cauchy en H X K que ambas sucesiones {x,.}, {y,.} sean de Cauchy en
H y K respectivamente.
Estos hechos conducen, entre otras cosas, al siguiente teorema.

Teorema l. El espacio producto H X K es de Banach si '1 sólo si los espa-


cios H y K son de Banach.

DExosTRA.CIÓN. Supongamos que los espacios H y K son de Banach y sea


{z,.J - { (x,., y,.)} una sucesión de Cauchy en el espacio producto H X K.
Por lo establecido, las sucesiones (x,.}, (y,.} son ambas de Cauchy y, por
tanto, convergen, pero sabem~ que ello implica la convergencia de {z,.)
y H X K es un espacio de Banach.
Recíprocamente, H X K es un espacio de Banach y sean {x,.}, {y,.}
sucesiones de Cauchy en H y K respectivamente. La sucesión { (x,., y,.)} es
entonces de Cauchy en H X K y, por consiguiente, convergente; luego con·
vergen {x.,}, {y,.} y los espacios fl y K son de Bana<:h. e
Recordemos que la ley de composición interna "suma" en un espacio
normado cualquiera H es una función s : H X H ~ H tal que
PaGDUC TO DB DOS ZSPA.CIO S NORIIA.D OI 239

vx,y€H : s(.r,)') -X+ 'Y·

Los axiomas defmitorios de espacio vectorial le atribuyen a s un conjunto


de propiedades de carácter algebraico. Más aún, confiriendo a H X K la
estructur a de espacio vectorial en la forma que 1e ha descrito, se verifica
directam ente que s es una transformación lineal; topol6gicamente y consi-
derando a H X K como el espacio normado producto , observamos que

A (.r,)') EH XH : lls(.r,)')l l - nx+,.u< ll.rll + IIYII < 2ll (x,y)ll,


lo que nos dice que s es una transform ación lineal continua (Teorem a 2
de 7.3). Por otra parte, s es singular, ya que, claramen te, no es inyectiva.
Sea ahora (E, d ) UD espacio métrico y H , K normados. Consideremos
una función f : A CE~ H X K. Se origina un par de funciones

fs : ACE--+ H, f• : ACE~K

que denomin amos funciones coortúniJdtu de f y se definen como

/. - f!rs•/, f• - f!rs•f. (1)

Emplean do la fórmula e) podemos también reconstru ir f de sus funcio-


nes coordena das:

(2)

de donde se deduce que

VxEA : f (x ) - (ft(x),/. (x)).

En particular, de {1) y (2) se infiere claramen te que, ai (E,d) es UD


espacio nonnado también y A ,.. E, entonces f es una transfonnaci6n lineal
si y sólo si /s, /1 son ambas transformaciones lineales.
Volviendo al caso general plantead o, nótese que se cumple la propie-
dad siguiente,
yx,,.EA :
ll f (x ) -f(y)ll - máx{ll/s(x) -/s('Y>fl, IIM.r) -f,(y)ll }.

De alli se deducen en seguida, mediante razonamientos rutinarios que se


encomi -dan al lector, que en todo punto de A, dende sean continuas f,, f, a
la vez, es continua f y si /s. /t son uniformemente continuas en A tambibl
lo es f.
PRODUCTO DE DOS ESPACIOS l'fOBJUDOS 241

v(~+a'x', py+ {J'y') == aftv(x, y) +aft'v(x, y) +a'fJv(x', 'Y) +ti{J'v(x', y)

se denomina forma bilirual. Una manera más breve pero menos precisa de
enunciar la propiedad que caracteriza la forma bilineal es decir que r1 es una
"transformación lineal con respecto a cada variable cuando la otra se man-
tiene fija". Esto p t1ede r..omprobane haciP_ndo primP.ro fl - 1, P' ... O y
luego a - 1, a.' ~ O.
Conviene declarar, cuanto antes, que una forma bilineal no es una trans-
formación lineal de H X K en G.
Como ejemplo, consideremos el "producto por un escalar''. En un es-
pacio normado (basta con que sea vectorial) H, la función u : R X H-. H,
tal que
VaER, yxEH: u(a,x) = ax,

es una forma bilineal; simple observación de los axiomas definitorios de


espacio vectorial.
También inmediato de su propia deflnici6n, el producto interior

p: H X H-. R (p(x,y) - x·y),

en un espacio euclídeo H, es una forma bilineal.


Las !o.r mas bilineales son extraordinariamente ricas en propiedades al-
gebraicas, cuyo tratamiento estimamos fuera de lugar en esta obra. De sus
propiedades topológicas, también muy abundantes, sólo veremos la caracte-
rización de su continuidad.
Antes, nótese que, si v : H X K-. G es una forma bilineal, se infiere
directamente de la definición que

yx EH: v(x,8} = 8, yyEK: v(B,y) = 8.

Teorema z. Una fonna bilineal v : H X K-. G es continua en H X K


si y s6lo si existe un número real k > O tal que

y(.r,y) EH X K: llv(x,y)ll <K llxll·llyll.


DEMOSTRACIÓN. Supongamos que se cumple la desigualdad en el enunciado
y demostremos la continuidad de v en un punto genérico (x., y0 ) EH X K.
Dado a > O, tom.emos

O< 8 < nún {1, s/{1 + IJx.oll + II'Yol!>k}.


IUPACIOS KOIUIADOS

Luego,
y(x,)') EH X K c:on ll(x,y}-(xo,)'o}ll < 3:
llo(%,)') - v(x.,y0 )11 - llv(x-x.,.yo} + v(x,y-yo)ll <
~ 11«~ (x- .x., y.} 11 + llv (x, y-)'o) 11 < A: <ll.x- .x.II· IIYoll + llxll · lly-y.ll) <
~ k(llxll + IIYol!) •ll(x,y)- (.x.,y.)ll < ka(llxll + IIYoll>;

llxll <ll.x-.r.ll + ll.xoll ~ ll(x,)l}-(x.,)'o)ll + ll.r.ll < 1 + ll.r.ll

Recíprocamente, ves continua en HXK y, por tanto, en (ll, S) EHXK;


luego, dado • - 1 exiltc un a > o tal que

y(x,y) EH X K con ll(.x,y)ll < 3: llv(.x,y)ll <l.


Abara bieD, si

11 ''
2
(u;w 11~11) 11- '1• < a,
de donde

e1 decir

Desipaodo por k - •¡,. y oblcrvando que li z - S 6 y - S ambos Jniem.


brcl de la última desigualdad .e hacen cero, coucluim01 que

V (x, )') EH X K : llo(x, 7) 11 ~ lll.xii·IIYII· •


I'&ODVC'I'O DS DOI UPACIOS NOaM.ADOI

Aplicando el teorema precedente, ~ecem01 en .eguida la continui-


dad del "producto por UD ('ICI)ar'" u : R X H -+ H que coosideramos atrú
como ejemplo de forma bjljneal En efecto, es una de las propiedada en
la definición de norma que

Asi miSJD(), es continuo e1 producto inurior p : H X H - R, tambi4o


visto como ejemplo de forma bilineal, en el cuo de un espacio euc:lldeo H.
Aqul la continuidad equivale. según el Teorema 2, ni más ni menos que
a la <lesigualdad de Sc::hwartz (véase el ejemplo 4 de 1.1 } :

Coa los resultad01 establecidos en esta aecci6n pueden obteDene, con


economía de trabajo y elegancia, todas las llamadas operaciones con limites
de rucesiones, funcionales y funciones continuas.
Por ejemplo, considérense dos auc::esiones convergentes ~. -+ x, y,. -+ y,
en un espacio normado H y sucesiones reales cr,.-+ a, fJ,.-+ {3. Queremos
demostrar que «.X• + jl,.y,.-+~ + fJy. En efecto, como la funci6n {forma
bilineal} ..produc:10 por UD eacalar" u : R X H -+ H es continua y

(«to, ~} -+ (cr,x}, (P,.,y.) -+ (Jl, y} en R X H,


entonces

Ahora aplic:am01 la continuidad de la auma s : H X H -+ H y obtenem01

«a%• + fJ,.y,. • s(~P.,.} -+s(«X,fJy) • «X+ fl'Y·

Si H fuese euddeo demostrarlamos de mal'lf!R similar que ~ ''Y• -+ x •,,


haciendo uso de la continuidad del producto ill.terior.
Veamos otra aplic:aci6n iluatrativa. Sea (E, d} UD espacio m~trico y H
euclideo. Dadas tres funciones f, f, A : A CE-+ H, se desea probar la con-
tinuidad de ,. : A CE-+ H, tal que

Vx€.d: • {X) • (f{x } 'f{~)} A{~),

wponiendo continuas f,g, A en A.


La funci6n , : A CE-+ H X H, determinada por sus funciones coorde-
nadas f1 ... f, ,. • r, ea .continua en A; luego, tambi~ Jo es la función
IUP.ACIOS NOIUU.DOC

oompueat.a p •, : A CE_. R, donde p es el producto interior en H (Teo-


nma 1 de 6.2) y, en coruecuencia, la función .¡, : A CE_. R X H, cuyas
funcione• coordrnadas son t/lt - p • ,, .¡... - h, es continua en A, aaí como
la función compuesta u • .¡, : .d CE_. H, donde u es el "producto por un
escalar". Pero basta verificar que .. - u • .;.
Más aplicaciones pueden vene en los ejerciciot.

EJUCIQOS

l. Probar que el diámetro de una superficie esférica, en un espacio nor-


mado, es dos veces au radio.

2. Comprobar que un subespacio no trivial (contiene vectores distintos


de 8) de un espacio normado no es un conjunto acotado.

3. Sea S un subespacio del espacio nonnado H con S =¡1:::. H . Demostrar


que la frontera f3(S) es un aubespacio.

4. Dada una sucesión {o,.} en el espacio nonnado. H, se denomina s1Ñ


de ~rminos a. a la sucesión {s.} tal que

vn EN : s,. - a, + a1 + ... + e¡,..


La serie se dice convergente si converge {s,.} y su limite se llama suma
de la serie. Se emplea la notación ~a. para designar la serie.
Nótese que ~ da origen a la serie l:lla.ll en la recta real. Si esta
última converge, decimos que };a,. es absoltúam1nt1 convergmt•.
Demu~trense las liguientes implicaciones:

a) l:a. convergente ) a._. 8.


b) l:a. absolutamente convergente y H de Banach - ) ~ conver-
gente.

5. Sea H un espacio normado, A y B conjuntos no vaclos de H. Se


defme
A +B- {x+y 1x E.d, yEB}.

Probar las siguientes implicaciones:

1) .d abierto y B cualquiera ) A+ B abierto.


2) A y B compactos ) .d + B compacto.
UllBCICIOS

S) .d compacto y B cerrado } .d + B cerrado.


4) .A y .A+ B compactos· } B relativamente tiMiqw:to.

(Sugerencia: Compacidad.aecuencia en 2 ), S} y 4).)

6. Demostrar que, ai T : H-+ K es rma transfcmnaci6n lineal (no nece-


sariamente continua) y .d es un conjunto c:uaexo de B, entonces
T(A) c. convexo.

7. Demostrar que la intenecci6n en una familia cualquiera de conjuntos


convexos ea convexa.

8. Probar que todo conjunto no vado de un espacio nonnado está con-


tenido en un conjunto convexo "m!nimo", que se denomina su casco
conuexo.

9. Sea .A un conjunto convexo de un espacio nonnado H y x0 EH. De-


mostrar que x. +.A = {.\'o+ x 1x E A} es convexo.

10. Si .A y B son convexos, demuéstrese que, para a, fJ E R, el conjunto

a.A +f:JB- {crx+ f:JY! x EA, yEB}


ea convexo.

11. Empleando la notación del ejercicio anterior, donde a, f:J ER y A es un


.conjunto no vaclo en un espacio normado, compruébese que

(a+P).ACd.+fJ.A

y proporciónese un ejemplo en el cual la inclusión sea propia, aun


con a,{J >O.
Demuéstrese que, ai .A ea convexo y a, fJ > O, entonces

(a+fJ).A ""'aA+fJ.A .

12. Verificar que el conjunto [x, 9] U [9, y] en el espacio R•, donde

x- (1,0),,- (0,1)

ea arco-conexo y poli-conexo, pero no convexo.


1S. Dados tres puntoe Jt, '1• z EH, ~e denomina triAngulo de vútices .r, '1• z
al conjunto

T(.r, '1• z) - U (de unión ~conjunt.oe ) [.r, •]


.. c..•J

Demu&trese que todo triqulo ea convexo.

1+. Se dice que un conjunto no vacío A de un eapacio normado H es


lslrlll4do si existe un e EA (llamado untro d1 estrella) tal que

y.rEA: [c,.r]CA.

Demu&beae que todo conjunto convexo es estrellado y que todo estre-


llado ea poli-conexo.
Dense ejemplos que pongan de :manifiesto que los reciprocas no aoo,
en genera). ciertos.

15. Demostrar que la clausura de un conjunto estrellado ea eatrellada.

16. Sea f : ACH -+K uniformemente continua en el conjunto estrellado


A. DemOittar que existen números reales cr, fJ >O tales que

v.r EA : IV(.r} 11 < cx ll.rll + {J.


(Sur~rencia: Empl6ese la t~ca del Teorema 2 de 7.2.)

17. Probar que d conjunto A ... {(cost, aen t ) E.Rt 1t E[O, "/•]} es arco-
conexo y no poli-conexo.

18. Sea 1 : [0, •¡,]-+ R' tal que

Vt E[O, "/,] : f(t) .. (~en t, cos t}.

Demostrar que f es uniformemente continua en [O, "/2] y verificar que


su rango es arco-conexo, pero no poli-conexo.

19. Probar que una poligonal ea un conjunto poli-conexo.

20. Demostrar que la uni6n en una familia de conjuntos poli-conexos cuya


intersección no es vacla, ea poli-conexa.

21. Sea A un conjunto no vacío de un espacio normado. Demostrar que


cada x EA pertenece a un "máximo" conjunto poli-conexo contenido
en A, el cual llamaremos componente poli-conexo de A.
BJ'BilCICIOS 247
Probar que 1~ componentes poli~ncxos coostituyen una partic:i6D
de A.

22. Demostrar que los componentes poli-conexos de UD conjunto abierto


ron abiertos.

23. Demostrar que el núcleo de una transfonnaci6o lineal continua y no


nula es un conjunto nada-denao.

e
24. Sea T : H .... una transformación lineal continua y IUponganlO$ que
T - T 1 • T s donde T a : H __,. K es una transformaci6n lineal y
T 1 : K__,. G es también lineal, además de continua e inyec:tiva. X.
mostrar que T, es continua.

25. Supongamos que la función f: H __,.K posee lu propiedades (a)


vx." EH: f(x+y) - f(x) · + f('y); (b)J[N(S; l)J es un conjunto
acotado.
Demostrar que f es una transformación lineal continua.

26. Sea H un espacio normado de dimensión fmita y S un subespacio que


no coincide con H. Probar que existe UD z EH con llzll - 1 y
d(z,S) -l.

27. Demostrar que cada una de las propiedades enunciadas en los coro-
larios 5', 5", 5'" de 7.4 implica la finit()Jiimensionalidad del espacio.

28. Dos espacios normados H y K se dicen ~on¡nmllu si existe una ~


topía T : H __,.K tal que

vx EH : IIT(x} 11 - llxll. (1)

Compruébese que basta con que T sea una transformación lineal so-
breyectiva que satisface ( 1).
Verifíquese que la congruencia es una relación de equivalencia.
Se dice que el espacio nonnado K es una completación de H si: (a}
K es de Hanach; (b) existe un subespacio denso de K que es con-
gruente con H.
Demuéstrese:

l. Todo espacio normado admite una completación.


2. Dos completaciones de un mismo espacio normado son congruen-
tes.
IUPA.CIOS NOaxADOS

29. Probar que, si A y B son compactos en los espacios normados H y K


respectivamente, entonces A X B es compacto en el espacio producto
HXK.

30. Si S es un subespacio de H y T un subespacio de K, de:mu&trese que


S X Tes un subespacio de H X K.

31. Sean f,f : H -+K y se define h : H X H -+K tal que

yx,'YEH: ll(x,'Y) -f(x) + I('Y)·


Demostrar que, ai f y 1 son continuas en H, entonces h es continua
en H X H.

32. Sean f,g : H -+K, continuas en el espacio normad.o H y K es eucll-


deo. Probar que la función h : H X H -+ R tal que

V t , 'Y E H : h(x, y) ... f(x) · i(Y)

es continua en H X H .

33. Sean f, g : A CE-+ H, ,, +: A CE-+ R todas continuas en A (E ea


m~trico y H normado).
Demostrar que la función h : .d CE-+ H, tal que

yx EA : h(x) - ,(x)f(x) + f(x)g(x),


es continua en A.

M . Sean A y B conjuntoa compactos de un espacio normado H . Demos-


trar que el conjunto

C - U (de uni6D de conjuntos) (X, 'J)


,..
..A •

ea compacto.

(Suterrncia: C:Onsidérese el espacio producto H X H. )


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lndiee

poli-conexo, 220
pn!C101Dpacto, 85
An:o<onec:tividad local, 179 relativamente compacto, 96
lep&l'able, 88

BIIDacb, 195
"B" totalmente
Conjuntos
ditco-.
totalmente acotado, 87
72
Bloque centrado y c:erndo, 123 teparados, 79
Jloluno, 171 Continuidad,
Barde, 55 en conjuntos abiertos y curados, 159
Brouwu, 195 Continuidad de una funci6n en un pun-
BW, 91 to, 149
Contracci6n, 195
''O" Criterio general de conver¡encia funcio-
nal, 142
OuciO COilVCXO, 245
Cobertura, 88
Cobertura abierta, 88 "D"
Clausura, 4!1
Complecaci6n, 191 Diimeao, 82
Componente, 72 Diaoonexi6n, 67
CompoDeDte arco-conao, 178 Dedeltind, 171

CompoDeDta
178
uco-con-
Compcmente poli-conexo, {1) 246
del e.p~~do,
Deai¡ualdad de &hwaru, 20, 243

Componentes del apacio, 72 "E"


Ccmdici6n de Lipechit&, 181
Conjunto E.ntomo, 40
abierto, S5 Balera abierta, SS
acotado, 81 Balera abierta reducida, 99
araH:Onexo, 174 Eafera cerrada, 93
cerrado, 43 Espacio de Banach, 210
compacto, 90 Espacio de Hilbert, 21 O
c:onexo, 67 Espacio euclideo, 20
contable, 95 Etpacio ~trico, 16
convexo, 216 arco-conexo, 175
denso, 58 completo, 111
derivado, 41 conexo, 68
discone:m, 67 dilcreto, 18
estrellado, 246 encadenado, 80
fronterizo, 59 incompleto, 111
mqno, 191 localmente arco-c:oACXO, 179
nada-denso, 59 localmente conem, 74
perfecto, 49, 134 aeparable, 88
151
252 fNDIC&

Erpaeio normado , 19 "M"


Espacio normado ptOduc:to, 236
E.p.cio ptOduc:to, 206 Máximo abloluto , 166
&pacioc ilouXtrica., 27 Métrica, 16
Elpaci.os homeom6rficoa, 160 Mfnjmo abloluto , 166
Espacios nonnado l, 24 7
conpum tes, 247
Ell1ellsi6n continua , 161 "N"
Eztcmió n de UD& función unifomt emrn- Norma. 18
tc c:ouW.IU I, 106
Extremo abloluto , 167 "()"
Oscilac:i6n, 199
''F''

Forma bilineal, 241


Frontera, ~3
Funcihn, Picard, 198
creciente , 203 Primera categorla , 131
deaecien te, 203 Producto interior, 19
mon6too a, 203 Propieda d D, 171
peri6dic a, 203 Propieda d de Bolzano..Weienuaa, 91
IUiilormemente continua , 181 Propieda d de Cantor, 129
Función caracter istka, 203 Propieda d del "aup", 13
Funci6n continua en un conjunto c:ooe- Propieda d topol6cica, 166
xo, 169 Proyecciones, 121, 204
Función contrict il, 19~ Proyecciones canónicas, 236
Funcion es coordena daa, 204, 239 Punl:o,
collderuaci6n, 98
Punto aislado, 41
"H" Punto de acumulación, 40
Pun.to fijo, 195
Heine, 184 Punto interior, 34
H~IS1DO, 160 Puntos de adherencia. 43
HomrumoñiiiDOI unllormes, 188

"1" R", 22
Recta real, 18
Interior del conjunto , A. 34
Interval o, 76
Inyecciones canónicas, 237
IIOIDCII'Íimlo topo~, 228 se, 109
laotopla . 228 Secuenc i•lmmte compacto, 109
Secundom~trica o ~ 17
Segmento, 2 15
"L" Squnda categoria, 131
Serie,24 4
limite, JOS absoluta mente conver¡e nte, 244
limite de una funcl6n, 135 .Subespado, 29
limite inferior y superior de oec:ilacióa, Subespac ios vectoriales DGrlllldot, 215
145 Sucesj6n, 102
Lipachia , 181 COIIver¡e Dtes, J 03
Lebesgu e, 127 creciente , 105
Lema de, dei:reciente, 105
Reilz, 214 cliverJe nte,l44
fNDICB 253
monótou.a, 105 Banach, 196
reordenación de, 1C8 Bolzano..Weientrau, 42, 127, 233
semi-constantes, 102 Cantor, 129
Sucesión eonstante, 102 Heine, 185
Suceaión en coordenadas, 121 He~e, Borel, 91, 126, 233
Suceaión de Cauchy, 110 We~entrau, 168
Sucai6n parcial, 107 Teorema de intcne<:ción de Cantor 129
Superfu:ie esfáica. 33 Transformación, 224 '
no-singular, 224
Transformación lineal, 224
'T' Trarulormaci6n linMI idéntica, 22-t
Teorema, Transformación lineal nula, 224
Baire, 62, 131 Transformacionea acotadas, 226

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