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EL DEPORTE
La práctica de deporte es uno de los pilares para una vida saludable a cualquier edad. Ya sea saliendo a correr o jugando un partido de fútbol con
los amigos, practicar algún deporte te hará estar más sano y más feliz gracias a los beneficios de la actividad física. En este artículo explicaremos
la importancia del deporte para una vida saludable.
En la sociedad contemporánea los trabajos que exigen una actividad física son cada vez más escasos, por eso el deporte cobra una importancia
cada vez mayor. Un nivel adecuado de actividad:
Reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer de mama y colon y
depresión.
Es determinante para el gasto energético y, por tanto, ayuda a tener equilibrio calórico y un peso saludable.
Basta con 30 minutos de actividad física moderada al día para asegurarse estos beneficios, por lo que es algo que cualquier persona puede
practicar.
Los beneficios del deporte no son solo físicos, sino que también afectan a la salud mental, reduciendo la aparición de depresión y el estrés,
mejorando la autoestima e, incluso, las relaciones sociales, cuando se practican deportes de equipo. En definitiva, ¡el deporte te hace sentir bien!
¿Sabes cómo afectan las gafas o lentillas a la práctica deportiva? Descúbrelo solicitando este estudio
realizado a deportistas de élite como Pol Espargaró o Fernando Alonso
El deporte y la vista
La práctica del deporte requiere de una buena salud visual; la percepción de las distancias y de la velocidad o percepción espacial son habilidades
imprescindibles para tener una buena respuesta a la hora de practicar deporte. El equilibrio, tan importante para los deportes, también depende en
gran parte de la vista. Los deportes – sobre todo deportes de equipo como el fútbol o el baloncesto- además, exigen desarrollar ciertas habilidades
visuales, como la visión periférica, que permite controlar lo que ocurre en el campo de juego.
Finalmente, es importante proteger adecuadamente nuestra vista cuando practicamos deporte. Recuerda proteger tus ojos del sol y los impactos o
de los productos químicos – estos últimos se encuentran en las piscinas y por tanto afectan a quienes practican deportes acuáticos.
Es importante, por tanto, ver bien para practicar deporte. Si tienes algún problema refractivo y quieres practicar deporte sin ataduras, la cirugía
láser te ofrece la posibilidad de corregir los problemas de refracción, como miopía, hipermetropía o astigmatismo.
El deporte y sus beneficios en la salud física y mental y psicológica.
El ejercicio físico mejora la función mental, la autonomía, la memoria, la rapidez, la “imagen corporal” y la sensación de
bienestar, se produce una estabilidad en la personalidad caracterizada por el optimismo, la euforia y la flexibilidad mental.
Los programas de actividad física deben proporcionar relajación, resistencia, fortaleza muscular y flexibilidad. En la interacción
del cuerpo con el espacio y el tiempo a través del movimiento, se construyen numerosos aprendizajes del ser humano. Esta
construcción se realiza a través de una sucesión de experiencias educativas que se promueven mediante la exploración, la
práctica y la interiorización, estructurando así el llamado esquema corporal
En el V Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria se ha destacado la importancia de la realización de
actividades deportivas para el desarrollo físico, psíquico y social. Además, el deporte tiene una gran influencia en la prevención
de muchas enfermedades como la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
Se estima que entre un 9 a un 16 por ciento de las muertes producidas en los países desarrollados pueden ser atribuidas a un
estilo de vida sedentario. En el estado de salud de una persona este es un factor fundamental que se combina con otros
determinantes importantes como la dotación genética, la edad, la situación nutricional, la higiene, salubridad, estrés y tabaco.
5.1. Beneficios de del Deporte sobre la Salud Física y Mental de los Individuos:
Sobre el corazón
Disminuye la frecuencia cardiaca de reposo y, cuando se hace un esfuerzo, aumenta la cantidad de sangre que expulsa el corazón en cada latido.
De esta manera la eficiencia cardiaca es mayor “gastando” menos energía para trabajar.
Estimula la circulación dentro del músculo cardiaco favoreciendo la “alimentación” del corazón. Sobre el sistema circulatorio:
Contribuye a la reducción de la presión arterial.
Aumenta la circulación en todos los músculos.
Disminuye la formación de coágulos dentro de las arterias con lo que se previene la aparición de infartos y de trombosis cerebrales.
Actúa sobre el endotelio, que es la capa de células que tapiza por dentro a las arterias segregando sustancias de suma importancia para su
correcto funcionamiento, mejorando su actividad y manteniéndolo sano y vigoroso. Todo esto por una acción directa ya través de hormonas que se
liberan con el ejercicio.
Mejora el funcionamiento venoso previniendo la aparición de varices.
Sobre el metabolismo:
Aumenta la capacidad de aprovechamiento del oxígeno que le llega al organismo por la circulación.
Aumenta la actividad de las enzimas musculares, elementos que permiten un mejor metabolismo del músculo y por ende una menor necesidad de
exigencia de trabajo cardíaco.
Aumenta el consumo de grasas durante la actividad con lo que contribuye a la pérdida de peso.
Colabora en la disminución del colesterol total y del colesterol LDL (“malo”) con aumento del colesterol HDL (“bueno”).
Mejora la tolerancia a la glucosa favoreciendo el tratamiento de la diabetes.
Incrementa la secreción y trabajo de diferentes hormonas que contribuyen a la mejoría de las funciones del organismo.
Colabora en el mantenimiento de una vida sexual plena.
Mejora la respuesta inmunológica ante infecciones o agresiones de distinto tipo.
Fortalecimiento de estructuras (huesos, cartílagos, ligamentos, tendones) y mejoramiento de la función del sistema músculo esquelético
contribuyendo efectivamente en la calidad de vida y grado de independencia especialmente entre las personas de edad.
Disminuye síntomas gástricos y el riesgo de cáncer de colon
Sobre el tabaquismo:
Los individuos que realizan entrenamiento físico dejan el hábito de fumar con mayor facilidad y hay una relación inversa entre
ejercicio físico y tabaquismo.
Sobre los aspectos psicológicos:
Aumenta la sensación de bienestar y disminuye el estrés mental. Se produce liberación de endorfinas, sustancias del propio organismo con
estructura química similar a morfina, que favorecen el ” sentirse bien” después del ejercicio.
Disminuye el grado de agresividad, ira, ansiedad, angustia y depresión.
Disminuye la sensación de fatiga. Le da más energía y capacidad de trabajo.
Sobre el aparato locomotor
Aumenta la elasticidad muscular y articular.
Incrementa la fuerza y resistencia de los músculos.
Previene la aparición de osteoporosis.
Previene el deterioro muscular producido por los años.
Facilita los movimientos de la vida diaria.
Contribuye a la mayor independencia de las personas mayores.
Mejora el sueño.
A la hora de elaborar un texto argumentativo es muy importante tener en cuenta qué
argumentos vamos a utilizar en la tesis a tratar. En textos argumentativos con una tesis suele
ser frecuente elaborar argumentos a favor y en contra, pero junto con los argumentos a favor y
en contra también hay que tener en cuenta otros argumentos que ayudan y refuerzan la tesis y
que, por supuesto, enriquecen enormemente el texto.
En este artículo tengo la intención de enseñaros cómo incorporar cinco tipos de argumentos
independientemente de los argumentos a favor y en contra que desarrollemos a lo largo de la
argumentación. Tipos de argumentos hay muchos y están relacionados con las emociones, lo
racional… En este sentido yo he elegido cinco argumentos que creo que no suponen mucha
dificultad y que seremos capaces de incorporar a un texto sin tener unos grandes
conocimientos del mismo.
Los argumentos que voy a incluir en un texto argumentativo serán los siguientes:
Argumento de la mayoría
Argumento de autoridad
Argumento de causa-efecto
Argumento por ejemplo o experiencia personal
Argumento lógico y razonable
Para la distribución de los cinco tipos de argumentos podemos llevar a cabo el siguiente
procedimiento:
Tesis: El deporte
Introducción:
Argumento de la mayoría: sociedad globalizada y competitiva (azul)
Argumento de autoridad: frase de Heywwod Hale (gris). A la hora de buscar una frase
célebre de un autor podemos recurrir a internet y copiar una frase que nos guste y
guarde relación con la tesis.
Argumentación:
Argumento de causa-efecto: si practicas deporte, te encontrarás mejor (naranja)
Argumento por ejemplo: practicar natación reduce el dolor de espalda (marrón)
Argumentos a favor: hacer amigos, valores de disciplina, esfuerzo y cooperación
(verde)
Argumentos en contra: violencia, dopaje (rojo)
Conclusión:
Argumento lógico y razonable: practicar deporte de forma responsable repercute en
nuestro beneficio y calidad de vida (amarillo)
Una vez sabemos qué tipos de argumentos vamos a utilizar y qué argumentos a favor y en
contra del deporte usaremos en la argumentación es momento de iniciar la redacción del texto
argumentativo. Sobre el proceso de elaboración os recomiendo la lectura del artículo Ejemplo
de texto argumentativo. Proceso de creación. En este sentido cabe recordar que previamente a
la redacción de cualquier texto hay tener claro todos los argumentos que hay que insertar en el
texto, y qué lugar ocuparán en el mismo.
A continuación os marco con colores los cinco tipos de argumentos, junto con los
argumentos a favor y en contra:
¡CONTENIDO EXCLUSIVO!
Para ver el contenido deberás realizar una acción social. Sólo tienes que dar un ¡ME GUSTA! Gracias.
Si leéis con atención el texto os habréis dado cuenta de que se trata de un texto argumentativo
dividido claramente en las tres partes que he comentado al inicio del artículo: introducción,
desarrollo y conclusión. También es importante que os deis cuenta de que los argumentos
forman parte del texto, pero no de una forma excesivamente forzada Por último quiero que os
fijéis que tal y como he dicho, se han repartido los cinco tipos de argumentos a lo largo de todo
el texto para que este quede más compensado.
La elaboración y redacción de textos tiene su dificultad, pero cuantos más aspectos tengamos
definidos previamente, más se simplificará su elaboración. De lo que se trata es de asimilar la
técnica para poder ser creativos y brillantes con el tiempo. Y no olvidéis que
Quema calorías en vez de almacenarlas como grasa en el cuerpo. Ayuda a mantener un peso saludable y reduce el riesgo de sobrepeso u
obesidad.
Mantiene los niveles de azúcar en sangre más equilibrados, dentro de límites normales. Esto es todavía más importante para los que
tienen diabetes o están en riesgo de padecerla.
Baja la presión arterial y los niveles de colesterol.
Fortalece los huesos y los músculos, y aumenta la fortaleza y la resistencia.
Alivia el estrés y mejora el sueño y la salud mental. Ayuda a combatir posibles crisis de ansiedad o dedepresión.
Aumenta la autoestima. Da seguridad respecto al cuerpo y su aspecto.
Eleva la capacidad de concentración y el rendimiento escolar.
Es socializador, favorece el compañerismo y reduce la agresividad.
¿Cuánto ejercicio necesita un adolescente?
Precisas como mínimo, 60 minutos de ejercicio al día. No es necesario realizarlo de una sola vez. Puede lograrse a lo largo del día, en tiempos de
actividad más breves.
Hay que evitar poner televisiones en los cuartos. En promedio, los jóvenes con televisión en su dormitorio la ven una hora y media más al día que
los que no la tienen.
Debe ser un modelo saludable a seguir por su hijo. Haga ejercicio. Manténgase activo físicamente en su vida diaria. Planifique salidas familiares
activas.
Ayude a que su hijo encuentre la actividad que le guste. Con un poco de prueba y error se podrá llegar a encontrar una actividad física apropiada.
Tenga en cuenta que la familia juega un gran papel en la estimulación de los adolescentes. A partir de los 12 años aumenta la carga de trabajo
escolar y la actividad física pasa a un segundo plano.
¿Y qué deportes son los más recomendables?
Lo importante es que seas constante. Que te impongas a ti mismo unos días y horas para hacerlo (3-4 veces por semana).
Si hace mucho tiempo que no practicas deporte, los primeros días serán los más duros, pero poco a poco te irás sintiendo mejor y cada vez más
contento al ver como tu forma física mejora.
Sea el deporte que sea, y para evitar lesiones, haz siempre precalentamiento.
Lo que conviene es no pasarse. Evita la extenuación. Si te agotas, tu cuerpo perderá fuerza y dejarás de hacer ejercicio.
Si tienes alguna enfermedad crónica o lesión previa (asma, corazón, riñones, etc.), te aconsejamos que consultes con tu pediatra o médico. Te dirá
sobre qué deportes son más recomendables en tu caso.
Por último, 4 precauciones que debes recordar:
Empieza a hacer ejercicio de forma moderada, para ir aumentando la intensidad.
Cuida la hidratación antes, durante y después del ejercicio.
No hagas deportes que requieran mucha fuerza física.
Habla con tu médico si ves cualquier problema o dificultad física.
DEPORTE Y SALUD
El concepto deporte expresa relación con una actividad física, ya sea como un juego
o competición subordinada a un conjunto de reglas. El deporte además se define
como una demostración de destreza física y mental; para muchos además es un
tiempo de recreación, placer y diversión. Existen numerosos beneficios al practicar
deporte.
Los beneficios de practicar deporte son enormes: permite controlar el peso
corporal, prevenir enfermedades cardiovasculares y proteger el sistema
inmunitario. Además, conocer los cambios metabólicos que suceden durante la
actividad física ayuda al desarrollo de nuevas terapias para enfermedades como la
obesidad o la diabetes.
Practicar deporte por ejemplo provoca variaciones en el metabolismo que favorecen
el sistema cardiovascular y protegen de numerosas enfermedades, por lo que es
beneficioso para nuestra salud. Se ha demostrado que solamente 10 minutos de
ejercicio intenso son suficientes para generar cambios beneficiosos en el organismo
que duran hasta una hora. Por lo tanto, practicar deporte es sano y no
necesariamente requiere mucho tiempo. En ocasiones, basta con salir a correr un
rato, pasear o dar una vuelta en bici.
Por otro lado, cuanto más en forma está una persona, más efecto tiene en su
organismo la práctica deportiva, ya que los cambios son más beneficiosos. A los
beneficios del deporte debería sumarse la estimulación del sistema inmunitario en
jóvenes y durante la edad infantil. También ayuda a desarrollar las defensas, el
número de glóbulos blancos y de células asesinas naturales, estas células cocidas
también como NK son un tipo de linfocito que pertenece al sistema inmunitario,
circulan en la sangre y defienden al organismo del desarrollo de células
cancerígenas y de infecciones.
Por todos estos motivos, es que el deporte cobra especial importancia en lasalud,
siempre ha estado presente, y siempre lo va a estar, dados los problemas
derivados del sedentarismo en la actualidad.
Realizar de forma regular y sistemática una actividad física ha demostrado ser una práctica muy beneficiosa en
la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de
decisiones en la vida cotidiana.
El ejercicio físico, ya sea de corta o larga duración, contribuye a establecer un bienestar mental, mejorando la
autonomía de la persona, la memoria, rapidez de ideas, etcétera, y promoviendo sensaciones como el
optimismo o la euforia, al tiempo que se mejora la autoestima de las personas, lo que produce beneficios en
diferentes enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o las crisis diabéticas.
Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física (por ejemplo, tras un período largo de inactividad),
deben realizarse de manera progresiva. Cada deportista debe analizar las demandas de su deporte de elección
antes de decidir su plan de entrenamiento.
La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la
condición física de cada persona.
Beneficios biológicos
Mejora la forma y resistencia física.
Regula las cifras de presión arterial.
Beneficios psicológicos
Aumenta la autoestima.
Mejora la autoimagen.
Ayuda a relajarte.
Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general y en especial de mortalidad por cardiopatía
isquémica en grado similar al de otros factores de riesgo como el tabaquismo.
Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).
Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, uno de los más frecuentes y sobre el que al parecer existe
mayor evidencia.
Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras
actividades físicas de la vida diaria.
Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones. La actividad física de intensidad moderada, como la recomendada
con el fin de obtener beneficios para la salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser beneficiosa para la artrosis.
La actividad física y de forma especial aquella en la que se soporta peso, es esencial para el desarrollo normal del hueso durante la
infancia y para alcanzar y mantener el pico de masa ósea en adultos jóvenes.
Mejora la imagen personal y permite compartir una actividad con la familia y amigos.
Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.
Ayuda a establecer unos hábitos de vida cardiosaludables en los niños y combatir los factores (obesidad, hipertensión,
hipercolesterolemia, etc.) que favorecen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas
asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma
independiente.
Ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas enfermedades crónicas (Cardiopatía isquémica,
Hipertensión arterial, Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Obesidad, Diabetes, Osteoporosis, etc.)
Disminuye la mortalidad tanto en adultos jóvenes como en los de mayor edad, siendo incluso menor en aquellos que tan sólo
mantienen un nivel de actividad física moderado que en los menos activos o sedentarios.
Por último, todos estos beneficios tendrán una repercusión final en la reducción del gasto sanitario. Este es un argumento de peso
para que tanto las administraciones públicas como privadas apoyen la promoción de la actividad física en todos los estamentos de
nuestra sociedad.
El organismo humano como consecuencia del entrenamiento físico regular, presenta en sus diferentes aparatos y sistemas modifi caciones
morfológicas y funcionales que denominamos adaptaciones, las cuales van a permitir por una parte prevenir ó retrasar la aparición de
determinadas enfermedades y por otra parte mejorar la capacidad de realizar un esfuerzo físico. Una persona entrenada físicamente será
capaz de correr a la parada del autobús sin cansarse demasiado, jugar con sus hijos con mayor vitalidad e incluso hacer algún alarde con
los amigos en un partido de fútbol.
Indudablemente el ejercicio físico regular nos permite desde el punto de vista psicológico afrontar la vida con mayor optimismo y mejor
disposición, a la vez que socialmente es un medio de integración en distintos grupos humanos.
La actividad física no es solo saludable a nivel físico, sino que a nivel mental es muy beneficiosa igualmente porque nos ayuda a liberar
endorfinas y a sentirnos mejor con nosotros mismos. Además si practicamos el deporte en un entorno bonito, ese beneficio mental
aumenta con creces.
Una excelente alternativa para conseguir esto último es recurrir a los divertidos deportes de multiaventura en la naturaleza. Actividades
multiaventura como senderismo, kayak, rafting o mountain bike puede ponernos en contacto con la naturaleza y aumentar los beneficios
que ya de por si tienen las actividades deportivas.
Entre los posibles problemas derivados de la práctica de actividad física, el más frecuente es el riesgo de lesiones musculoesqueléticas. Este
es fácil de evitar si no se cometen excesos y el nivel de actividad aumenta de forma lenta y progresiva hasta alcanzar el deseado. Por otro
lado, si bien es cierto que el ejercicio físico intenso aumenta considerablemente el riesgo de eventos cardiovasculares (infarto agudo de
miocardio o muerte súbita cardíaca), tanto en individuos previamente sedentarios como en aquellos que realizan actividad física de forma
regular, el riesgo global sigue siendo claramente inferior en estos últimos.
Para aquellos que tengan intención de empezar un programa de actividad física intensa y tengan algún tipo de enfermedad cróni ca
(Cardiopatía isquémica, Hipertensión arterial, Diabetes, etc.) o mayor riesgo de padecerlas, y para las mujeres de más de 50 años y
varones de más de 40 años, es aconsejable pasar un examen médico previo.
EN CONTRA DEL DEPORTE
Es posible que hacer ejercicio te parezca una fuente de motivación y de beneficios para la salud, pero si tiendes
a extralimitarte en tus entrenamientos semana tras semana, esos beneficios a corto plazo podrían tornarse en
perjuicios a largo plazo.
Mandich, que fue una de las expertas invitadas a la convención sobre vida sana The Green Living Show de
Toronto, celebrada el pasado mes de marzo, recomienda a los adultos que practiquen 150 minutos a la semana
de alguna actividad física aeróbica, de un nivel moderado a intenso.
Todos sabemos que el ejercicio es beneficioso para todo tu cuerpo, de la cabeza a los pies. Según apunta la
Clínica Mayo, la actividad física mejora tu estado de ánimo, tu nivel de energía en general y, por supuesto, te
ayuda a mantener controlado tu peso. Sin embargo, es contraproducente abusar de ésta, ya sea tratando de
levantar pesos que no se adaptan a tu masa muscular o alcanzando un nivel de fatiga excesivo. Ambos son
síntomas de entrenamiento compulsivo.
Aquí hay nueve potenciales síntomas que has de vigilar si no quieres caer en la trampa de un entrenamiento
excesivo:
GTRES
A todo el mundo le ha dado ahora por hacer deporte. Los médicos de adultos recomiendan encarecidamente
hacer deporte, los pediatras insistimos en que los niños hagan deporte. Hasta el titular que he puesto a este
artículo chirría y seguro que me cae algún comentario resaltando mi desatino y poco juicio.
Pero desde el albor de la historia cuando los chamanes, brujos, galenos, barberos o cirujanos apreciaban en la
sociedad que algo era malo y se sostenía en el tiempo creaban una especialización de su sabiduría para poder
ahondar en el conocimiento, desligándose de los demás colegas. Así hemos asistido en los últimos años a todo
tipo de especializaciones; como los alergólogos que descubrieron que algunas personas interaccionaban mal
con su entorno, ginecólogos que descubrieron a la mujer y sus múltiples posibilidades de acojonarla para que se
hiciera pruebas de todo tipo, psicólogos y psiquiatras que vieron el poder y la debilidad de la mente humana,
etc. Una larga lista de la que me gustaría destacar dos actividades altamente peligrosas que llevaron, como no,
a su especialización médica y que son el trabajo y el deporte.
Que el trabajo es peligroso nos lo recuerdan a diario sindicatos y comités de empresa ante el gran número de
accidentes ocasionados durante el horario laboral e incluso durante los desplazamientos a tan preciada
actividad; surge la medicina de empresa.
Y el deporte, que ha generado múltiples subespecialidades, no solo la medicina deportiva, sino también
fisioterapeutas, osteópatas, masajistas, personal trainers, coach y de mi época el doctor Pirri y el doctor
Corbalán, compañeros de facultad. Es una actividad peligrosa en sí misma desde varios puntos de vista:
sobrecarga muscular, sobreesfuerzo de articulaciones, lesiones y fracturas de todo tipo por contacto, caída o
fatiga tisular, competitividad disfrazada con la manida frase de que lo importante es participar, frase que solo
repiten los que han perdido, fracasados que la utilizan para consolar su ineptitud y mediocridad.
Yo me pregunto cómo éticamente puedo recomendar hacer deporte a tiernos infantes con el pretexto de evitar
la obesidad o hacer una vida sana. Pues no, no es sano el deporte, no me atrevo a incitar a mis pequeños
pacientes a inmiscuirse en ese proceloso mundo deportivo, con riesgo para su futuro y daño para su integridad,
abocarlos a consultas con el especialista en medicina deportiva de turno porque no había meditado lo suficiente
sobre las cosas que siempre hacemos sin pensar.
¿Qué es lo realmente malo y penoso para la salud? ¿De qué debe huir la infancia para evitar la obesidad?
¿Qué es lo que fomenta su desarrollo saludable?
El gran mal de la infancia en nuestro días se llama sedentarismo. Genera obesidad, que unida a malos hábitos
alimentarios crearán en el futuro gordos con grasa y azúcar en las arterias, candidatos al infarto prematuro o a
la diabetes. Hoy día la calle no existe, los niños van del colegio a la consola o a hacer mil deberes en
interminables horas de estudio, horas de colegio que se prolongan con inútiles extraescolares diseñadas para
cubrir el tiempo que la no conciliación laboral y familiar de los padres impide. El juego de patio y calle, la
sociabilización en el parque, el ir y volver al colegio andando, el club social para los mayorcitos o los paseos
arriba y abajo en busca de algo en que pasar la tarde se convierten en sedentarios juegos de consola
compartiendo intereses con no se sabe quien puede estar al otro lado de la línea telefónica.
Hay que huir del sedentarismo, pero de ahí a lanzarlos al deporte hay una zona intermedia que tendríamos que
recuperar, reivindicar espacios seguros en las ciudades, otra forma de construir y diseñar nuestro entorno,
eliminar tareas escolares fuera de horario laboral igual que exigimos nosotros en nuestro trabajo. No a las
jornadas infantiles de 12 horas.
Sí a una conciliación laboral y familiar real, que nos permita jugar con nuestros hijos, no hacer los deberes con
ellos, no, jugar, visitar lugares, participar en actividades ciudadanas y de barrio, permitirles que aprendan con
nosotros, que desarrollen su capacidad intelectual y sus valores con nuestro ejemplo, que para eso son
nuestros hijos y nos propusimos un día criarlos en sabiduría y honestidad, no aborregarlos en actividades
repetitivas físicas y competitivas como el fútbol, donde prima más el músculo que el cerebro y que les abocará a
un futuro de desastre, a no ser que sean del Atleti #AupaAtleti.
La misma medicina que previene la diabetes, la obesidad, la hipertensión, el deterioro cognitivo, la depresión, incluso diversos
cánceres, sirve también para mejorar la salud del corazón y los huesos, aumentar la autonomía de los ancianos y alargar la vida. Se
llama actividad física y el principio activo es similar para todas ellas. Pero las presentaciones son muy variadas y cada persona tiene
que encontrar la que mejor se ajusta a sus necesidades y su forma de vida. ¿Contraindicaciones? “No las hay, siempre existen
precauciones. Pero no es como un fármaco: nadie tiene alergia al ejercicio”, afirma Alejandro Lucía, catedrático de Fisiología de la
Universidad Europea de Madrid.
No existe el deporte perfecto, sino el más adecuado para cada uno. Debería ser, para empezar, uno que guste. Si no se disfruta,
probablemente no habrá adherencia. “Nadar es muy sano (si se sabe hacer bien), pero a mucha gente le aburre estar una hora viendo
la raya azul del suelo de la piscina. A la larga, si no lo pasas bien, lo dejarás”, dice el fisioterapeuta Eduardo Fondevilla. Más allá de
esta premisa, el entrenador personal Marcos Flórez, licenciado en INEF y promotor de la web estarenforma.com, explica que la
actividad física de cualquier persona debería incluir tres vértices: cardiovascular, fuerza y flexibilidad. “El primero puede ser nadar,
correr, montar en bicicleta, saltar a la comba, patinar... La fuerza consiste en trabajar los músculos contra una resistencia, que puede
ser lo que pesa el cuerpo, una banda elástica, mancuernas… Sirve para mejorar el tono muscular y ayuda al aparato locomotor. Por
último, la flexibilidad mejora la movilidad del eje músculo, tendón, articulación y hueso, ayuda a regenerarlo y contribuye a su
longitud máxima”, afirma Flórez.
Poco a poco. Esta es la precaución que todo el que comience a hacer alguna actividad física habría de observar. Empezar a realizar
ejercicio es tan importante para la salud como hacerlo sin prisas. También hay límites. Pero son difíciles de precisar, varían en
función de cada persona y la gran mayoría nunca llegará a ellos. En una población en la que un tercio de las personas adultas son
sedentarias, los especialistas prefieren poner el acento en la necesidad de comenzar a moverse que marcar el punto de cuándo parar.
“Debemos concienciar a la gente de que andar una hora es más sano que media. Y que dos son mejor que una. 450 minutos de
ejercicio a la semana tienen más beneficios para el cuerpo que 150”, subraya Lucía.
Estas recomendaciones son conservadoras, en opinión de Raquel Blasco, doctora en Medicina especializada en deporte. “A la OMS
le vale con que caminemos media hora al día, igual que recomiendan muchos médicos de cabecera porque en la carrera no nos
forman en actividad física. Pero esto no es suficiente. Lo mejor es una mezcla con entrenamiento de fuerza, que tradicionalmente se
decía que no era bueno para nadie porque se creían que nos íbamos a romper por todos los lados. Pero es el único entrenamiento que
fortalece la masa muscular, lo que provoca más tasa metabólica basal [más gasto energético y, por tanto, más calorías quemadas] y
mejora los factores de envejecimiento. Es adecuado que en las sesiones, por lo menos la tercera parte se dedique a fuerza. Se dice,
incluso, que la mitad”.
No rehuir de la intensidad, del cansancio, es algo que también recomienda el preparador físico David Marchante. “Cada vez hay más
tendencia a la alta intensidad, y de forma justificada. El trabajo aeróbico de alta intensidad está recomendado prácticamente para
todo el mundo. Lo que pasa es que se tiene que hacer de forma progresiva y adaptada por un profesional. Mucha gente piensa que
una persona obesa, por ejemplo, no debería hacer este tipo de ejercicio, pero es genial para reducir la grasa corporal y mantener la
masa muscular (entre otros beneficios para la salud), siempre y cuando, se ajuste y se haga de forma progresiva”, asegura
Marchante. Varias modalidades de estas actividades de alta intensidad están muy de moda en los gimnasios. El crossfit,un
entrenamiento de inspiración militar que pone el cuerpo cerca de sus límites durante entre 5 y 30 minutos con movimientos del día a
día lastrados con pesas, es hoy una de las modalidades más extendidas. Otra moda que crece es lo que en inglés llaman Seven
minutes workout (entrenamiento de siete minutos), que consiste en una serie de ejercicios intensos en la que, durante ese tiempo, se
trabaja principalmente con el peso del cuerpo. Marchante defiende sus beneficios: “Lo bueno de la alta intensidad es que se
consiguen resultados invirtiendo menos tiempo”.
Pero la mayoría de los especialistas consultados no creen que someter al cuerpo a estos periodos cortos de tanta intensidad sea lo
más adecuado para la población general. “El crossfit, por ejemplo, es divertido y te pone muy en forma, pero ha recuperado
movimientos que se habían desterrado por lesivos. Puede que haya a quien le vaya estupendamente, pero es fácil lesionarse”,
argumenta Flórez. Parecidos razonamientos da Fondevilla: “Forzar el cuerpo hasta ese punto suele traer consecuencias negativas. Es
positivo en tanto que trabajas la fuerza y quemas mucha grasa. Pero en estos tiempos no hay modas, hay neurosis, todo lo queremos
llevar al límite. Y eso mucha gente lo tolera bien y otra no. Yo veo muchos lesionados por culpa del crossfit, pero es cierto que
tengo un sesgo: quienes no tienen dolencias no vienen a que les trate, no he hecho un estudio sistemático. Cuando menos, antes de
poner al cuerpo en estos niveles de esfuerzo, sería recomendable adaptarlo con un año de entrenamiento si no se realizaba actividad
física previa”. Joan Monguillot, licenciado en INEF y entrenador de atletismo y triatlón, va en la misma línea que los dos anteriores:
“Si no tienes ningún problema físico, adelante. Lo malo es que te lo vendan como panacea. Con siete minutos, por ejemplo, no se
crean adaptaciones aeróbicas a largo plazo. Y los movimientos a máxima intensidad traen más riesgo de lesiones que cuando es baja
o moderada, eso es obvio”.
La mayoría de los especialistas consultados no creen que
someter al cuerpo a entrenamientos de alta intensidad como
el crossfit sea lo más adecuado para la población en general
Antes de iniciar este tipo de actividad tan intensa, la mayoría de los especialistas recomiendan una visita al médico para superar una
prueba de esfuerzo que mida la capacidad de respuesta del corazón a la actividad física. El cardiólogo Josep Brugada, jefe de unidad
de Barnaclínic, cree que es fundamental tanto para estos deportes como para quienes quieran participar en competiciones de fondo,
como maratones o triatlones: “Se trata de un examen en el que se va aumentando carga de esfuerzo con control electrocardiográfico.
Cuando se llega al 100% paramos la prueba, la persona se recupera y vemos cómo se adapta al incremento de frecuencias, si hay
arritmias, si tiene alguna dificultad, medimos la tensión arterial durante ejercicio y recuperación… También se hace una ecografía
para ver si presenta alguna irregularidad. Además, si alguien continúa con este deporte de resistencia, aconsejamos examen una vez
al año porque hay corazones que no aceptan bien el sobreesfuerzo y se dilatan”.
¿Qué sucede si no quiero competir ni llevar mi cuerpo al máximo? ¿Debería hacerme alguna prueba en caso de comenzar a hacer
ejercicio? Brugada recomienda un electrocardiograma, que es “simple y barato”. Si vemos algo anormal, lo que sucede entre un 3 y
un 5% de los casos, pedimos más exploraciones. La doctora Blasco, sin embargo, recomienda lo contrario: “Si la persona es sana y
joven, puede emprender la actividad física sin más. Estos exámenes pueden dar falsos positivos, como un soplo funcional, que no es
nada y va a retraer al individuo de hacer ejercicio, lo va a asustar”. Eso sí, para hombres con alguna patología a partir de 40 años o
sin ella a partir de 45 (a las mujeres habría que sumar cinco años en cada caso), Blasco también recomienda unas pruebas básicas
antes de comenzar a hacer ejercicio.
Esto no quiere decir que una patología impida la actividad física. Simplemente hay que adaptarla a la persona. Incluso en los casos
más extremos. El doctor Lucía, especialista en el tratamiento a personas con cáncer, explica que cuando se empezó a entrenar a estos
enfermos, a finales de los noventa, no se contemplaba el ejercicio. “Empezamos poco a poco y vimos grandes progresos”, asegura.
Una de las premisas iniciales es que es importante que la actividad se disfrute. Pero, ¿qué pueden hacer las personas a las que no les
gusta el deporte? “No debemos ser talibanes con los que no quieren hacer ejercicio. Hay que buscar la motivación, hacerlo atractivo.
No todo el mundo disfruta corriendo, puede ser un aburrimiento. Se puede hacer en casa, con bandas elásticas, mientras se ve la
televisión… Hay miles de maneras”, dice Blasco. Lucía apunta que cuando hablamos de actividad física no nos debemos limitar a
deporte: “Puede ser andar por el monte, subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, ir en bici a trabajar o aparcar más lejos el
coche para caminar más. Se puede cambiar nuestro estilo de vida sin practicar un deporte como tal con una incidencia brutal en la
salud”. Las posibilidades, pues, son muy variadas. Cualquiera antes que quedarse sentado.
Tanto si te inicias en la práctica deportiva como si lo que quieres es probar una nueva disciplina, seguro que te preguntarás si te decantas por
deportes individuales o por colectivos.
Déjanos darte alguna orientación al respecto para que elijas lo que elijas, te permita disfrutar al máximo de tu elección.
Ahora toca decidir el qué hacer, ya que si la elección no es la correcta volveremos marcha atrás sin haber dado solución a lo que nos está
mortificando. Y mientras tanto tu cuerpo seguirá pidiéndote a gritos que hagas algo.
Así que toca decidir qué hacemos. ¿Deporte colectivo? ¿O deporte individual? Ser o no ser… ¿Cuál es la opción que necesitas?
Si eres de los que les cuesta arrancar es una opción sumamente interesante, ya que el fijar una rutina (día, hora y lugar) para la práctica deportiva,
así como que haya una interdependencia con otras personas para el buen desarrollo de la actividad, puede ser el acicate para motivarnos a
ponernos las pilas.
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Cuando hablamos de deportes colectivos rápidamente nos vienen a la mente deportes como el fútbol o el baloncesto entre otros, deportes que sin
la participación de más gente sería imposible su práctica. Pero también podríamos incluir actividades como clases dirigidas en un gimnasio
(pilates, aerobic, body pump…), donde los horarios son preestablecidos, hay una programación y hay un monitor que nos guía a lo largo de toda
la sesión.
La ventaja de esta opción es que es más fácil motivarte para practicarlos. El grupo ayuda a seguir. La desventaja es la dependencia de
terceros y la poca flexibilidad a nivel de horarios.
FÚTBOL
El fútbol está considerado el deporte de equipo más popular del mundo. Sin duda, es una opción idónea para perder calorías y tonificar los
músculos tanto en las piernas como en la zona abdominal.
También nos aporta innumerables beneficios cardiovasculares. Jugar de manera constante al futbol nos ayuda a mantener un control regular de
nuestro peso, así como combatir la acumulación de grasa en zonas como la espalda y los glúteos. Además al mantener un peso saludable
estamos reduciendo el riesgo de padecer diabetes o colesterol.
BALONCESTO
Se trata del segundo deporte más completo después de la práctica de la natación. ¿Por qué? Porque nos ayuda a trabajar todas las partes del
cuerpo debido a su técnica. ¿Qué otros beneficios nos aporta?
– Fomenta el desarrollo del aparato locomotor además de la concentración, el autocontrol y la rapidez de nuestro cuerpo.
– Fortalece en especial las piernas pero a la vez nos permite trabajar el resto de los músculos de todo el cuerpo.
– Aumenta nuestra resistencia física y contribuye a quemar grandes cantidades de calorías de forma saludable.
VOLEIBOL
La práctica de este deporte nos ayuda a reducir abdomen, tonificar las piernas y agilizar nuestra mente. Se trata de una opción muy completa por
lo que es muy recomendada entre las modalidades deportivas colectivas.
WATERPOLO
Al practicarse en el agua, el waterpolo nos aporta múltiples beneficios para nuestra salud y bienestar. Algunos de ellos son la mejoría en nuestra
resistencia cardiopulmonar, la estimulación de la circulación sanguínea así como el mantenimiento de una presión arterial estable además del
desarrollo de otras habilidades físicas y psíquicas.
Ventajas y desventajas en las modalidades
deportivas individuales
Cuando el factor tiempo es el que te condiciona dejándote sólo márgenes de tiempo a horas intempestivas y cuando programarte actividades en
grupo es imposible, seguramente la opción por la que te tendrás que decantar es la del deporte individual.
Seguro que cuando piensas en esta opción lo primero que te viene a la cabeza es el running. Pero hacer pesas en un gimnasio, montar en
bicicleta, nadar o simplemente caminar son algunas de las posibilidades que te puedes plantear.
Elegir tu franja horaria para su práctica, poder adaptarla a tus disponibilidades en cualquier momento, no depender de nadie y poder adaptar
el ritmo a tus necesidades y/o capacidades son algunas de las ventajas de este tipo de deportes. Las desventajas es que requerirás de mayor
autodisciplina y fuerza de voluntad para no abandonar.
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Además, el pertenecer a un colectivo de estas características hace que el deporte, tanto a nivel individual como colectivo, pase a una nueva
dimensión, donde encontrar gente con tus mismas inquietudes hace que con el tiempo acaben por convertirse en tu familia deportiva y
amistades que perdurarán en el tiempo.
RUNNING
Está en alza, pero… ¿por qué muchos deciden calzarse sus zapatillas deportivas y salir a correr habitualmente? Porque se trata de un deporte
que aporta muchísimos beneficios físicos y mentales. Hoy te apuntamos algunos de ellos:
– Favorece un mejor descanso durante las horas de sueño y ayuda a combatir el estrés y la ansiedad.
CICLISMO
Se trata de una actividad deportiva predominantemente aeróbica y de resistencia, la cual incide beneficiosamente sobre el sistema
cardiocirculatorio y respiratorio además de en las zonas musculares del cuerpo. Por ello, practicar ciclismo permite obtener los beneficios propios
de los deportes de resistencia: mayor eficiencia cardíaca y muscular además de mayor capacidad respiratoria.
NATACIÓN
¿Por qué nadar? Porque es un deporte muy completo que además se adapta muy bien a las necesidades individuales de cada persona.
La natación tiene unas características especiales distintas a otros ejercicios aeróbicos, algunas de ellas son:
– Nos permite trabajar la mayor parte de grupos musculares: al nadar, trabajamos más de dos tercios de todos nuestros músculos
SENDERISMO
Como ya hemos comentado en alguna otra ocasión, los ejercicios aeróbicos son los más adecuados para perder peso y reducir la posibilidad de
contraer enfermedades cardiovasculares. Una de las modalidades aeróbicas más atractivas y que pueden practicarse no solo de forma individual
sino en grupo es el senderismo: deporte y naturaleza en una misma actividad. ¿Te animas? Si lo practicas, obtendrás todos estos beneficios:
– Aumentarás la densidad ósea, algo que es especialmente recomendable para mujeres a partir de los 40 años
Todos estos cambios te harán disfrutar aun más de tu nuevo hobby y éste pasará a ser parte indisoluble de tu vida, de tu día a día. Como siempre,
esperamos que estas recomendaciones te ayuden a alcanzar ese bienestar a través del deporte.