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RECURSOS ADMINISTRATIVOS EN MATERIA TRIBUTARIA.

DERECHO TRIBUTARIO.

Para tales efectos cabe mencionar que las diferentes doctrinas relacionan al
Derecho Tributario como una rama jurídica derivada del Derecho Financiero.

En este sentido se advierte que existe un dilema en cuanto a confundir la rama del
derecho fiscal con el derecho tributario. Atendiendo a esto resulta necesario citar
algunos conceptos de derecho fiscal y derecho tributario para efectos de
determinar la determinación correcta.

De la Garza, citado por Raúl Rodríguez Lobato define al derecho fiscal como: “el
conjunto de normas jurídicas que se refieren al establecimiento de los tributos,
esto es, a los impuestos, derechos, contribuciones especiales, a las relaciones
jurídicas que se establecen entre la administración y los particulares con motivo de
su nacimiento, cumplimiento o incumplimiento, a los procedimientos oficiosos o
contenciosos que pueden surgir y a las sanciones establecidas por su violación”.

Por su parte, el autor Ignacio Blanco Ramos establece el derecho fiscal como: “la
regulación de la actividad financiera como medio de obtención de ingresos no sólo
tributarios sino también de los llamados de economía privada, pero quedando
fuera de su ámbito los principios que deben regir la actividad económica del ente
público, en lo que juegan consideraciones extrajurídicas, los cuales caben en el
campo más amplio del derecho Financiero. De igual manera Blanco Ramos,
citando a Rossy define el derecho fiscal como: “la mera legislación positiva de los
tributos demás medios de ingresos público.

Aunque hoy en día se debate si al derecho tributario se le puede denominar como


sinónimo de derecho financiero, la mayoría de estudiosos de esta rama establecen
que no es correcto hacer esta relación. La denominación del derecho tributario
como derecho financiero surge de la escuela jurídica francesa en el cual José
María Martín y Guillermo F. Rodríguez Use expresan: “el derecho fiscal tiene por
objeto todo aquello que concierne a los ingresos del fisco o del estado lo cual se
traduce a una generalidad del concepto de ingresos lo cual supera los tributos los
cuales forman el objeto del derecho tributario”.

En este sentido, José Zavala Ortiz manifiesta: “una de las etapas de esta actividad
financiera del estado lo es la obtención de ingresos o recursos, lo que se logra
entre otros conceptos, a través del establecimiento de los tributos y es
precisamente el cuerpo normativo que regula esta actividad lo que se pasa a
denominar Derecho tributario, existiendo entonces, entre éste último y el derecho
Financiero una relación de especia a género.”

Por otra parta para Héctor Jorge Damarco, citado por Pacci Cárdenas el derecho
tributario, como una definición clara y concisa: “es la ciencia jurídica que se ocupa
del estudio del conjunto de normas que regulan la obligación tributaria”. De igual
manera, lo establecido por el jurista diño Jarach, quien dice que el derecho
tributario es aquel: “conjunto de normas y principios del Derecho que atañe a los
tributos y, especialmente, a los impuestos”. En dicha obra igualemente se cita al
maestro Gaetano Liccardo, quien establece que el derecho tributario: “tiene por
objeto esencial las relaciones jurídicas que median entre una entidad pública,
titular del poder deber de imponer prestaciones pecuniarias coactivas, y los
sujetos obligados por la ley al sometimiento de las cargas públicas y a las
prestaciones de dar o de hacer, ya sean accesorias o instrumentales, o esenciales
o necesarias para llevar a cabo la tributación, y en cuando a tal relativa al
procedimiento de liquidación del año y el quantum debido, en los otros esquemas
de aplicación del tributo y en el procedimiento de recaudación de la deuda
tributaria”.

Como concepto propio en su obra, Pacci Cárdenas define el derecho tributario


como: “una rama del Derecho en general que se encarga del estudio de las
normas jurídicas, principios, instituciones y procedimientos que regulan las
relaciones jurídicas-tributarias entre el Estado y los particulares originada por los
tributos.”

Al respecto, Antonio Berliri, citado por Marco Altamirano Catalán, establece que el
Derecho Tributario es: “aquella rama del Derecho que regula los principios y las
normas relativas a la institución y aplicación de los impuestos y las tasas, como
también a la creación y a la observancia de algunos límites a la libertad de los
individuos en relación con los impuestos instituidos por el Estado con fines de
lucro.”

Por otra parte, en su obra, Juan Martín Queralt y otros se define esta rama del
derecho como: “la disciplina que tiene como objeto de estudio el conjunto de
normas que regulan el establecimiento y aplicación de los tributos.”

En la obra de Martín y Rodríguez Usé se aborda el presente tema estableciendo


que: “la parte del derecho financiero que se refiere a la imposición y a la
recaudación de los tributos, efectivamente, se distingue del resto de las
manifestaciones de la actividad financiera por tener objetos e institutos exclusivos,
es decir, no regulados por otra rama del derecho.” Asimismo Martín y Rodríguez
Usé perfeccionan un concepto propio del derecho tributario definiéndole: “el
derecho tributario puede ser definido como el conjunto de normas jurídicas que
regla la creación, recaudación y todos los demás aspectos relacionados con los
tributos, sean estos impuestos, tasas o contribuciones.”

Ante la confusión de aplicación de terminologías de las distintas ramas


anteriormente expuestas, es necesario resaltar las diferencias que distinguen a
cada una de las ramas, tanto como derecho fiscal como al derecho tributario. En
este sentido Martínez Genique, citado por Blanco Ramos los diferencia
expresando que: “el derecho tributario se refiere a los tributos, y el derecho fiscal
refiere a los demás recursos, a la organización y administración financiera, a los
presupuesto y a los gastos públicos. El derecho tributario es, por tanto, una parte
del derecho fiscal.”

Interpretando e integrando los conceptos anteriormente expuestos se puede decir


que el Derecho Tributario es la disciplina jurídica, derivada del Derecho
Financiero, que tiene por objeto regular la relación entre las personas y el Estado
en cuanto a las obligaciones que emanan de la actividad tributaria.

Cabe mencionar que los juristas o autores anteriormente citados coinciden en


determinar que el Derecho Tributario es una de las ramas que conforman el
derecho público en cuanto a que éste se ocupa de regular las relaciones,
actividades y procedimientos por los cuales el Estado capta recursos por medio de
la imposición de impuestos éste encargándose de manejar y distribuir fondos
públicos para satisfacer sus necesidades.

Requisitos de los Recursos Tributarios.

En el presente apartado se exponen los diferentes elementos y requisitos formales


y fundamentales con los que debe de tomar en cuenta para presentar todo escrito
de interposición de recursos tributarios. Cabe mencionar que tomando en cuenta
que la presente investigación busca trascender y aportar conocimientos a la
doctrina y legislación tributaria guatemalteca, dichos requisitos son desarrollados,
en un principio, de conformidad con los parámetros y particularidades que se
establecen dentro de las leyes de la República de Guatemala relacionadas con
dicha materia. Asimismo, para efectos de ilustrar, se procede a desarrollar el tema
de acuerdo con las distintas doctrinas jurídicas latinoamericanas.

Para tal efecto es cabe resaltar la perspectiva del jurista Margáin Manautou quien
aborda el presente tema denominándole como “Requisitos de Admisión del
Recurso Administrativo” diciendo que: “Los requisitos para la admisión del recurso
administrativo que se haga valer, se clasifican en esenciales y formales” En cuanto
a los Requisitos esenciales el autor referido añade que éstos son indispensables
ya que: “para la admisión del recurso deben estar consignados en el ordenamiento
legal y su incumplimiento por parte del reclamante dará origen a que se tenga por
no presentada la inconformidad.” En cuanto a los requisitos formales, dicho autor
menciona: “Son aquellos que aun cuando no se satisfagan por el interesado no
traen consigo el desechamiento de la inconformidad, pero sí pueden ocasionar
que la resolución administrativa que recaiga sea desfavorable a sus intereses por
no haber estado la autoridad revisora en condiciones de analizar debidamente el
problema.”

Por otra parte, se considera importante tomar en cuenta la opinión del autor Héctor
Jorge Escola quien se manifiesta explicando que: “Con un criterio restringido, se
entiende por requisitos de los recursos administrativos aquellos recaudos que
deben darse, necesariamente, para que puedan ser consideradas, por la autoridad
competente, las cuestiones que en ellos se aduzcan.”
Asimismo agrega que: “De tal modo, cuando se habla de los requisitos de esos
recursos, el estudio debe centrarse en lo ateniente a los elementos condiciones de
los recursos administrativos, entendiendo por elementos aquellos que deben
darse, indispensablemente, para que se acepte, en general, que un recurso existe
como tal, y por condiciones aquellas que deben reunirse para que se ponga en
movimiento el recurso articulado, y las que deben concurrir para la admisión de la
sustancia del recurso.”

Iniciando con los requisitos formales, de acuerdo con lo establecido en el Código


Tributario guatemalteco, en el artículo 154 y 158 hacen mención sobre los
requisitos que debe de cumplir el memorial de interposición de recurso. En cuanto
al artículo 154 de dicho cuerpo normativo el cual establece que: “El memorial de
interposición del recurso deberá llenar los requisitos establecidos en el artículo
122 de éste código.” En cuanto al artículo 158 de dicha norma tributaria se
establece: “se tramitará dentro de los plazos y en la forma establecida para el
recurso de revocatoria en lo que fuere aplicable.”

En este sentido se puede interpretar que ambos artículos nos refieren al artículo
122 del Código Tributario del Código tributario relativo al contenido de una primera
solicitud o escrito, el cual en el conducente estipula que: “La primera solicitud que
se presente ante la Administración Tributaria deberá contener: 1. Designación de
la autoridad, funcionario o dependencia a que se dirija. Si la solicitud se dirigió a
funcionario, autoridad o dependencia que no tiene competencia para conocer del
asunto planteado, de oficio y a la mayor brevedad posible la cursará a donde
corresponda, bajo su responsabilidad. 2. Nombres y apellidos completos del
solicitante, indicación de ser mayor de edad, estado civil, nacionalidad, profesión u
oficio y lugar para recibir notificaciones. Cuando el solicitante no actúe en nombre
propio deberá acreditar su personería. 3. Relación de los hechos a que se refiere
la petición. 4. Peticiones que se formulen. 5. Lugar y fecha. 6. Firma del
solicitante.”

Al respecto, el autor Castillo González manifiesta que: “En la práctica, la exigencia


de formalidades, depende del funcionario y empleado. El funcionario y el
empleado pueden abusar del legalismo y rechazar con prepotencia la posibilidad
de subsanar los errores o deficiencias, o puede impulsar la informalidad,
corrigiendo los errores inmediatamente, con tal de que el trámite sea rápido,
económico y efectivo. La conducta del funcionario y empleado depende de la
vocación de servicio.”

En función de lo aseverado por el autor anteriormente citado, se puede establecer


que si bien es cierto que el ente o funcionario público encargado de darle trámite
al recurso tributario interpuesto va a depender de la naturaleza de dicho medio de
control, en la práctica puede suceder que éste funcionario público incurra en el
error de aplicar un criterio propio y por lo mismo entrar a conocer dicho recurso
cuando en realidad lo que le corresponde es únicamente rechazar el trámite del
mismo, en caso que el escrito no cumpla con los requisitos de forma, o bien darle
el trámite para que sea conocido por el órgano facultado.
De acuerdo con la legislación argentina, comentada por Gordillo, los requisitos
formales del escrito de interposición del recurso son: “requisitos formales: Los
requisitos formales exigidos por los artículos 15 y siguientes de la reglamentación
nacional argentina son numerosos: Estar escritos a máquina – o manuscritos en
tinta en forma legible - , -salvándose toda testadura, enmienda o palabras
interlineadas-. a) Estar redactados en idioma nacional. b) Llevar en su parte
superior un resumen de lo que se peticiona. c) Indicar en el encabezamiento el
número de expediente a que corresponde, salvo que sea el escrito que inicie un
expediente. d) Indicación de nombre, apellido, documento de identidad, domicilio
real, domicilio constituido del interesado. e) Si actúa en representación, -
indicación precisa- de la misma y, en su caso, acreditación de ella. f) Relación de
los hechos. No exige como requisito formal la sustentación en derecho. g)
Ofrecimiento y/o acompañamiento de prueba. h) Firma del Interesado o su
representante legal o apoderado.”

Por otra parte Aberastury y Cilurzo manifiestan que: “Formalidades requeridas


para su admisión: La interposición de estos remedios procedimentales
administrativos no requiere de términos sacramentales. Bastará la mención
concreta del objeto de la impugnación y, por aplicación del principio de
informalismo a favor del administrado, deberá entenderse que se encuentra
interpuesto en la medida que se encuentren cumplidos los requisitos mínimos
idóneos formales requeridos para su presentación.”

El jurista Canosa contempla en su obra los requisitos formales que deben de


cumplir los recursos dentro del ordenamiento argentino tomando como base lo
establecido por Gordillo, estableciendo lo siguiente: “A mayor recepción del
informalismo, cabe preguntarse cuáles serán los requisitos mínimos
indispensables que resultan necesarios para considerar un escrito como recurso
administrativo. A) Que sea escrito, este firmado y se consignen el nombre, apellido
y domicilio del recurrente. B) Que surja clara la voluntad impugnatoria o al menos
la voluntad de que luego del dictado del acto administrativo se requiera un nuevo
pronunciamiento de la administración.”

Tomando en cuenta lo anterior, los requisitos formales que expone el maestro


Juan Carlos Casagne se encuadran dentro de la legislación argentina. Al respecto
expone: “La deducción de recursos administrativos hallase sometida a un conjunto
variado u abundante de formalidades y recursos exigido con miras a que la
administración pueda ejercitar adecuadamente sus poderes de control o
fiscalización. Pero no todos los requisitos son de carácter normal ni poseen la
misma trascendencia para la marcha del trámite administrativo.”

Los requisitos existenciales de los recursos administrativos, según Casagne son:


“a) la indicación del acto que se recurre u consecuentemente declaración precisa
de impugnarlo a fin de obtener el dictado de un acto de la administración que lo
revoque, modifique o derogue, según los casos” en este sentido se establece que
en Argentina los es necesario que la petición se concrete en términos claros y
precisos. b) Su redacción por escrito sin importar el medio empleado. En este
sentido, la legislación argentina permite el envío de escritos por medio del correo o
telegramas. c) La firma del recurrente o su apoderado indicando el nombre,
apellido y domicilio real del recurrente.”

De igual manera éste autor, anteriormente citado, refiere a que en caso de


suscitarse algún inconveniente formal para el recurrente: “existe un principio de
informalismo el cual determina que cuando alguna deficiencia o inexistencia formal
en el documento, se debe de intimar al recurrente para que éste la subsane.”

Respecto de los requisitos formales, Margáin Manautou dice que: “Son requisitos
formales para la admisión del recurso: a) Que el escrito de inconformidad sea
claro, es decir, que no sea oscuro, que permita a la autoridad entender claramente
lo que se manifiesta, b) Que el escrito no sea irregular, esto es, que consigne lo
siguiente: 1. Señalamiento de la autoridad responsable: quien emitió la resolución
que se impugna; 2. Qué es lo que se impugna: la cita de la resolución que se
reclama; 3. Exposición de los antecedentes que culminaron con la emisión de la
resolución: la relación de hechos; 4. Que se funde la pretensión: la cita del
derecho que apoya la reclamación, 5. Ofrecimiento de las pruebas que
demuestran la ilegalidad de la resolución, salvo que se trate de un punto de
derecho. De no exponerse correctamente estos señalamientos, puede dar origen a
que la autoridad revisora confirme la resolución impugnada, por falta de ellos para
juzgarla.”

En cuanto a la legislación española, para el maestro José Antonio Guilabert, en su


obra para la universidad de Alicante, los requisitos formales que deben de cumplir
los recursos administrativos expresa: “El art. 100 LRJ-PAC nos determina cuáles
son los pormenores que debe contener el escrito de interposición del recurso, y
estos son: a) El nombre y apellidos del recurrente, así como la identificación
personal del mismo. b) El acto que se recurre y la razón de su impugnación. c)
Lugar, fecha firma del recurrente, identificación del medio y, en su caso, del lugar
que se señale a efectos de notificaciones. d) Órgano, centro o unidad
administrativa al que se dirige. e) Las demás particularidades exigidas en su caso
por las disposiciones específicas.”

Tomando en cuenta lo referido por las doctrinas internacionales citadas, colegir


que si bien es cierto que los requisitos formales están estrictamente determinados
en la ley, en realidad dichos requisitos son los mismos ya que lo que se busca es
presentar un documento escrito de forma clara y precisa con el fin de expresar una
inconformidad ante el órgano público tributario. Asimismo es importante considerar
distintos aspectos destacados, a manera de recomendación para la persona
recurrente, como lo es el énfasis que se hace en que la manifestación de
inconformidad sea clara y precisa, lo relacionado a la aportación de prueba en
caso de ser necesario y la importancia de que dicha petición deba estar
legalmente fundamentada.
De Igual manera, se procede a desarrollar los requisitos, elementos o condiciones
esenciales de los recursos tributarios tomándose como referencia la explicación
del jurista Escola relacionada al inicio de este apartado.

En este sentido el autor argentino Gordillo hace la clasificación de los requisitos


sustanciales de los recursos administrativos aplicado a la materia tributaria, de la
siguiente manera: “a) La clara manifestación de voluntad: en cuanto a los
requisitos sustanciales, (…) ellos se reducen a una clara manifestación de
voluntad del interesado de obtener un nuevo pronunciamiento de la
administración, (…) Tiene que bastar, pues, que el recurrente exprese que no está
conforme con el acto administrativo y que insiste en su derecho. No existen, en
suma, fórmulas sacramentales para interponer el recurso, siendo suficiente, por
ejemplo, una notificación en disconformidad, o un escrito en el cual el interesado
insista en su derecho luego de emitido el acto. b) Fundamentación del recurso: No
se requiere que el recurso esté fundado en derecho ni tampoco que tenga una
fundamentación de hecho, siempre que sea ausencia de explicitación de los
hechos no atente contra la claridad de la pretensión: tendrá que tener, entonces,
solamente una descripción o relación de los hechos. En consecuencia, lo único
exigible es la claridad y concreción de la petición formulada.”

Marcelo Héctor Efron y José Valentín Efron establecen como requisitos


sustanciales que debe de cumplir el recurso administrativo los siguientes: “A) ser
interpuesto dentro del plazo perentorio fijado por la ley. B) Debe ser redactado por
escrito y firmado. C) Debe ofrecerse prueba en caso de recurrirse en contra de un
acto de oficio. D) Que el particular posea legitimación. E) Que se efectúe contra un
acto administrativo final interlocutorio o de mero trámite. F) Que no vaya dirigido
contra un acto que cause “estado”, pues contra el mismo solo caben las acciones
judiciales.”

Margáin Manautou manifiesta que: “Son requisitos esenciales para la admisión del
recurso que la inconformidad se presente por escrito, dentro del término legal y se
encuentre firmado el mismo por el interesado o su representante legal.”

Como bien en un principio el autor Escola explica el porqué de agregar a la


clasificación de los requisitos de los recursos tributario las condiciones del ejercicio
de un recurso, éste determina específicamente que dichas condiciones consisten
en: “la alegación de un derecho que de ser protegido, que constituye la pretensión
jurídica del recurrente; y el cumplimiento de los recaudos formales exigidos por la
ley aplicable.”

Asimismo es necesario aclarar que el órgano idóneo que conoce del ocurso, en
Guatemala, es el Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria,
de acuerdo con el artículo 7 del Decreto 1-98 del Congreso el cual determina que
“El Directorio es el órgano de dirección superior de la SAT. Le corresponde dirigir
la política de la Administración Tributaria y velar por el buen funcionamiento y la
gestión institucional de la SAT. Además, tendrá las funciones específicas
siguientes:… k) Resolver los recursos administrativos que le corresponda
conforme a la ley,”

Cabe resaltar que analizando los requisitos, elementos o condiciones esenciales


de los recursos tributarios expuestos anteriormente, se debe de agregar todo lo
relacionado a los presupuestos comunes de los recursos administrativos, los
cuales fueron expuestos anteriormente, como por ejemplo: los sujetos, las
resoluciones a imputar y la legitimación, dado que lo que buscan es poner en
movimiento el sistema de recursos tributarios.

Recurso Tributario de Revocatoria.

En la presente sección se procede a analizar profundamente el recurso tributario


de revocatoria para lo cual se desarrollan su conceptualización, objeto, otras
denominaciones, elementos, y características del mismo.

Para el Licenciado Escobar Menaldo el recurso de revocatoria “se interpone


regularmente en la administración centralizada contra las resoluciones definitivas
emitidas por las direcciones generales o aquellos órganos que no tienen esa
denominación pero que disponen de un superior jerárquico, quien tendrá su cargo
la revisión de la resolución impugnada.”

De acuerdo con Bielsa, citado por Casagne quien le denomina como recurso
jerárquico, lo define como “aquel que promueve el administrado ante el superior
jerárquico del órgano que dictó la resolución que se impugna.”

De acuerdo con Casagne el recurso de reposición, también llamado recurso de


reconsideración “es aquel que se decide ante la propia autoridad que ha dictado el
acto administrativo o reglamento a fin de que lo revoque, derogue o modifique,
según sea el caso, por contrario imperio.”

De acuerdo con el jurista argentino Gordillo: “en el sentido original del término, y
doctrinariamente correcto, el recurso de revocatoria sería aquel presentado ante el
mismo órgano que dictó un acto, para que lo revoque por contrario imperio: o sea,
el recurso es resuelto por el mismo órgano que dicto el acto impugnado.”

Por tanto, Escobar Menaldo establece que el objeto del recurso de revocatoria es
que: “procede contra resoluciones dictadas por autoridad administrativa que tenga
superior jerárquico dentro de un mismo ministerio o entidad descentralizada o
autónoma.”

Asimismo, Casagne dice que “de todos los recursos administrativos, el


denominado recurso jerárquico es sin duda, el de mayor trascendencia jurídica ya
que precisamente reposa en una combinación de fundamentos que tienden a
conjugar los principios de legitimidad y eficacia administrativa, con la unidad de
acción que debe presidir la actividad de la administración pública.”
De acuerdo a la doctrina mejicana de los autores Alejandro Paz López y José
Guadalupe Mesa Guerra: “El recurso administrativo de revocación en materia
fiscal federal es un medio legal de impugnación o defensa, establecido en el
código fiscal de la Federación, con el que cuentan los particulares que resulten
afectados en su esfera jurídica por actos y resoluciones administrativas-fiscales
definitivas de la autoridad fiscal y que se tramitan ante la misma a través de un
procedimiento administrativo, que tiene por objeto mediante una resolución
administrativa revocar o modificar dichos actos o resoluciones y con el fin de
establecer el orden jurídico violado y sobre todo la legalidad de la actividad
administrativa.”

Encuadrando los conceptos anteriormente citados dentro de un marco técnico


jurídico se puede definir el recurso de revocatoria en materia tributaria como el
medio de control directo el cual puede ejercer el contribuyente o administrado
interponiéndolo ante el mismo órgano administrativo que emitió la resolución
definitiva para efectos de que éste se ocupe únicamente de conceder o denegar el
trámite y así sea remitido ante su superior jerárquico para que lo resuelva.

La legislación guatemalteca regula este medio de impugnación tributario dentro del


título IV, capítulo VII del Código Tributario, Decreto Número 6-91 del Congreso de
la República de Guatemala. Es así que dicho cuerpo normativo le contempla en el
artículo 154 en el cual se explica que la revocatoria se da de dos maneras. La
primera consiste en que todas aquellas resoluciones de la administración tributaria
pueden ser revocadas de oficio. Esto significa que dichas resoluciones pueden ser
dejadas sin efecto por iniciativa directa del propio órgano administrativo que las
dicto pero se establece como presupuesto para dicha revocatoria que éstas
resoluciones no estén consentidas por los interesados.

Por otra parte, la misma norma, establece que el recurso tributario de revocatoria
también procede en contra de las resoluciones administrativas siendo promovido a
instancia de parte. Esto refiere a que en este caso, el recurso puede ser
interpuesto por el contribuyente, el responsable o bien por el representante legal.

Asimismo se establece que éste recurso se debe de interponer de forma escrita


por medio de un memorial que debe cumplir todos los requisitos establecidos en el
artículo 122 del mismo cuerpo normativo, o sea todos aquellos requerimientos de
un escrito de solicitud inicial.

Cabe resaltar que éste medio de impugnación en materia tributaria se caracteriza


por varias cuestiones propias, como lo es el órgano ante el cual se interpone. En
este sentido se establece que el recurso de revocatoria se interpone ante el mismo
funcionario público que dictó la resolución administrativa a impugnar.

Consecuentemente, toda vez interpuesto el recurso ante el órgano correcto, el


funcionario de la administración tributaria se debe limitar únicamente a conceder o
denegar el trámite del mismo ya que no le concierne entrar a conocer el fondo del
asunto impugnado.

En este sentido se establece que dicho órgano administrativo, en caso de


conceder el trámite del recurso de revocatoria, no podrá seguir conociendo del
expediente y se concretara a elevar las actuaciones al Directorio de la
Superintendencia de la Administración Tributaria. Por otra parte, se establece que
en caso que el funcionario deniegue el trámite del recurso de revocatoria, éste
está obligado por la ley tributaria a razonar dicho rechazo.

Tomando en cuenta que el órgano facultado para conocer y resolver la


interposición del recurso de revocatoria es el órgano administrativo de mayor
jerarquía en materia tributaria, o sea el Directorio de la Superintendencia de
Administración Tributaria, se establece que dicho ente al conocer sobre éste
expediente le corresponde resolver confirmando, modificando, revocando o
anulando la resolución recurrida.

El Recurso Tributario de Ocurso.

Si bien es cierto que la excepción regulada en el artículo 17 bis de la Ley de lo


Contencioso Administrativo establece que en materia de Derecho Tributario los
procedimientos de los recursos administrativos deben de ser aplicado de acuerdo
a como lo establece la ley de dicha materia, es menester mencionar que la norma
tributaria va más allá de lo regulado por la ley contenciosa ya que provee al
particular de otro medio de impugnación como parte del procedimiento de
substanciación dichos recursos tributarios. En este sentido, el Código Tributario,
dentro del capítulo que regula las impugnaciones de las resoluciones
administrativas, establece el ocurso como otra modalidad por la cual el
contribuyente o el interesado pueda manifestar toda inconformidad que originaria
de dicha resolución.

Con el fin único de ilustrar al lector, se estima que por medio analogía se puede
presentar una idea general sobre el ocurso tomando como referencia lo
establecido en el Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto Ley 107 de
Guatemala. De esta manera el artículo 611 del cuerpo normativo referido
establece: “ARTICULO 611. Ocurso de Hecho. Cuando el juez inferior haya
negado el recurso de apelación, procediendo éste, la parte que se tenga por
agraviada, puede ocurrir de hecho al superior, dentro del término de tres días de
notificada la denegatoria, pidiendo se le conceda el recurso.”

Si bien es cierto que el artículo anteriormente referido hace alusión al recurso de


apelación dentro de la materia procesal civil y mercantil, se manifiesta que existe
una similitud en cuanto al procedimiento que surge con el ocurso en materia
tributaria. Esta similitud consiste en analizar que la parte agravada o lesionada
puede acudir directamente ante un órgano superior jerárquico en virtud que se le
ha denegado el trámite de un recurso previamente planteado ante un órgano ya
sea de administración de justicia o bien un órgano de administración pública. Cabe
mencionar que en ambos casos el órgano correcto para conocer del ocurso debe
de realizar los estudios necesarios para poder llegar a determinar la procedencia o
bien la improcedencia del recurso de revocatoria, siempre de forma razonada.

A pesar de estar contenida en la norma tributaria guatemalteca resulta significativo


abordar la doctrina internacional en la cual se manejan diferentes acepciones
sobre el ocurso. Por su parte, para el profesor Jaime Lara Márquez el ocurso o
recurso de queja en materia tributaria: “se trata de un instrumento para subsanar
defectos de tramitación dentro de un procedimiento que aún no ha concluido, por
lo que se le ha venido en denominar “remedio procesal” y que, en tanto tal, carece
de efectos revocatorios o anulatorios.”

Asimismo, el autor José Luis Vásquez Alfaro define el recurso de queja de la


siguiente manera: “Es el que interponen los tribunales contra la invasión de
atribuciones por autoridades administrativas y, en general, el que los interesados
promueven ante un tribunal o autoridad superior contra la resistencia de un inferior
a admitir una apelación u otro recurso.”

Vásquez Alfaro “El recurso de queja no es un proceso de impugnación de otro


proceso, sino que da lugar a un procedimiento administrativo contra una
resolución administrativa y no contra resoluciones judiciales.”

En tanto que en materia administrativa tributaria el autor guatemalteco Jorge Mario


Castillo González se refiere al ocurso determinando que: “La denegatoria del
trámite del recurso de revocatoria, es la base del ocurso. Tal denegatoria da lugar
al procedimiento descrito por la ley tributaria. La sanción al funcionario y
empleado, influye en que no se dé la denegatoria del recurso de revocatoria (…)
dependiendo de los intereses en juego. El ocurso que se basa en la denegatoria
de trámite, en el campo administrativo, carece de fundamento jurídico. Si el
interesado presenta recurso de revocatoria contra la resolución emitida por la
autoridad tributaria, no hay argumento jurídico para denegar el trámite y conocer el
recurso.”

De este modo se procede a citar lo establecido en el artículo 155 del Código


Tributario, norma que regula el tema en investigación: “OCURSO. Cuando la
Administración Tributaria deniegue el trámite del recurso de revocatoria, la parte
que se tenga por agraviada podrá ocurrir ante el Directorio de la Superintendencia
de Administración Tributaria, dentro del plazo de los tres (3) días hábiles
siguientes al de la notificación de la denegatoria, pidiendo se le conceda el trámite
del recurso de revocatoria. Si la Administración no resuelve concediendo o
denegando el recurso de revocatoria dentro de los quince (15) días hábiles
siguientes a su interposición, se tendrá por concedido éste y deberán elevarse las
actuaciones al Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria. El
funcionario o empleado público responsable del atraso, será sancionado de
conformidad con la normativa interna que para el efecto emita la Administración
Tributaria.”
La figura jurídica del ocurso de hecho lamentablemente no ha sido desarrollada o
estudiada con suficiencia por lo que resulta difícil encontrar fuentes doctrinales
que ofrezcan una idea general al respecto. Cabe destacar que únicamente son
autores guatemaltecos los que abordan el tema del ocurso como medio de
impugnación de resoluciones administrativas y éstos únicamente hacen una breve
conceptualización del mismo y describen el procedimiento establecido en la norma
tributaria.

Por tanto resulta necesario establecer que se puede definir el ocurso en materia
tributaria como el medio de impugnación por el cual el contribuyente interpone
como consecuencia de la denegación o rechazo razonado por parte de la
administración tributaria (Superintendencia de Administración Tributaria) sobre el
planteamiento de un recurso de revocatoria para efectos que sea conocido por el
órgano de mayor jerarquía (Directorio de la Superintendencia de Administración
Tributaria).

En este sentido es necesario establecer que el escrito de ocurso debe contener


todos los requisitos formales que contiene el documento del recurso de
revocatoria.

Se puede decir que el fin que persigue el presentar un ocurso ante el Directorio de
la Superintendencia Tributaria es manifestarse en contra de una resolución que
emite el órgano público por el cual se afectan los intereses y derechos del
ocurrente al serle denegado previamente el trámite del recurso de revocatoria para
efectos que el órgano superior jerárquico del mismo, se ocupe de determinar
únicamente sobre la procedencia o improcedencia del mismo.

Recurso tributario de Reposición.

En el presente apartado, se procede a desarrollar todo lo relativo al Recurso


Tributario de Reposición con el fin de destacar todos aquellos aspectos necesarios
para comprender su razón, funcionamiento, características y particularidades.

Por consiguiente se procede a analizar la doctrina jurídica guatemalteca e


internacional que aborda lo concerniente a la reposición. A manera de presentar
como idea inicial sobre este medio de impugnación tributario, el maestro Escobar
Menaldo analiza el recurso de reposición estableciendo: “este recurso procede
contra las resoluciones dictadas por los ministerios y contra las dictadas por las
autoridades administrativas superiores, individuales o colegiadas, de las entidades
descentralizadas o autónomas.” De igual manera enfatiza que en Guatemala, la
ley excluye de la aplicación de este recurso las resoluciones del Presidente y del
Vicepresidente de la República. Esto se encuentra relacionado a la tendencia de
aplicación de los recursos administrativos como tal, por lo que si bien es cierto que
el presidente y el vicepresidente ocupan cargos administrativos jerárquicamente
elevados o superiores dentro de la Administración Pública, en materia tributaria se
debe de tomar como ente superior jerárquico al Directorio de la Superintendencia
de la Administración Tributaria. Además se hace alusión al artículo 7 de la Ley
Orgánica de la Superintendencia de Administración Tributaria Decreto 1-98 del
Congreso, anteriormente citado en otro apartado de la presente investigación en el
cual se establece que éste es el órgano de dirección superior de la
Superintendencia de Administración Tributaria toda vez que éste órgano
administrativo es de carácter descentralizado.

Por tanto, conceptualizando este medio de impugnación tributario, para el autor


español Fábregas del Pilar, citado por Eduardo González Páez, el recurso de
reposición es: “el derecho reconocido a los contribuyentes y a los interventores de
acudir al organismo o autoridad fiscal que ha dictado un acto administrativo que
les afecte en suplica de que lo revoque o modifique.”

Es este sentido se puede destacar que si bien es cierto que no existe una amplia
doctrina para sustentarse sobre el tema, el autor anteriormente citado expresa un
concepto general ya que no establece los aspectos que caracterizan a la
reposición en comparación con los demás recursos. Además se puede determinar
que ciertamente se le distingue como un recurso tributario pero de igual manera se
estima que éste carece de contenido al no manifestar ante quién se interpone y el
órgano encargado de resolver.

Por otra parte, de acuerdo con Jaime Orlando Santofimio O. la reposición


comprende: “la vía procesal a través de la cual se llega directamente ante el
funcionario que tomó la decisión administrativa con el fin de que la aclare (explique
o despeje puntos dudosos), modifique (retome el contenido del acto sustituyéndolo
en parte) o revoque (deje totalmente sin efectos la decisión reemplazándola o
derogándola), a través de escrito presentado en la diligencia de notificación
personal.”

Ahora, el profesor Guilabert, considerando la normativa española, define el


recurso de reposición como aquel que: “Puede interponerse con carácter
facultativo ante el mismo órgano que hubiere dictado el acto administrativo
impugnado, solicitando como en cualquier otro recurso su eliminación o
modificación (arts. 116 y 1171 0 LRJ-PAC)”

La definición que propone el jurista Escola versa que: “el recurso de reposición,
también llamado de “reconsideración”, “revocatoria”, u “oposición”, es el recurso
administrativo que se plantea ante el mismo órgano que dictó el acto que se
recurre, para que aquél, por contrario imperio, y en caso de que lo considere
procedente, lo revoque, lo reforme o lo sustituya por otro distinto, sobre la base de
las impugnaciones efectuadas por el recurrente y las demás constancias que
resulten delo actuado.”

Tomando en cuenta todos los conceptos expresados anteriormente, se puede


destacar que en ninguno de éstos se establece que el recurso de reposición
debiera de ser interpuesto ante el órgano supremo del ente administrativo, por lo
que se puede decir que en las legislaciones extranjeras no queda claro en contra
de que tipo de resoluciones ha de interponerse dicho recurso, no así como la
legislación guatemalteca que expone precisamente los casos en que procede y
ante quien se debe de interponer.

A pesar de lo anterior dichos conceptos resultan valederos y por lo tanto sirven


como fundamentos para poder crear una definición propia sobre el recurso
tributario de reposición. En este sentido, dicha definición se compone presentando
al recurso tributario de reposición como el medio de control directo el cual puede
ejercer el contribuyente o administrado interponiéndolo en contra de las
resoluciones emitidas por el órgano de dirección superior de la administración
tributaria (en Guatemala es el Directorio de la Superintendencia de Administración
Tributaria) con el fin de que éste lo conozca y resuelva emitiendo una nueva
resolución en la cual se confirme, revoque o modifique el fallo impugnado.

En cuanto al objeto, Escobar Menaldo establece que “a diferencia del recurso


jerárquico o de revocatoria, el recurso de reposición se interpone ante el propio
órgano que dictó la resolución, a quien además le corresponderá conocer y
resolver el recurso presentado.”

Si bien es cierto que la naturaleza jurídica de los recursos tributarios ha sido


previamente establecida, cabe considerar la doctrina del jurista español Eduardo
González Páez se deduce que la naturaleza jurídica de este recurso contempla los
siguientes aspectos:

A. Es un recurso administrativo en tanto que se da contra actos


administrativos y se interpone ante autoridades administrativas.

B. Es potestativo ya que los individuos pueden decidir si aplican dicho recurso


o bien pueden optar por acudir directamente al proceso contencioso
administrativo.

C. Su resolución se convierte en acuerdo impugnable cuando sobre el mismo


acto por que se interpuso se promueve a su vez se reclama el proceso
contencioso administrativo.

Por otra parte es oportuno destacar todas aquellas características que


individualizan a la reposición de los demás recursos tributarios. En este sentido
Guilabert agrega que “Sólo puede utilizarse contra aquellos actos que agotan la
vía administrativa, esto es, cuando no es posible interponer el recurso de alzada.
Su carácter potestativo deja en manos del afectado recurrir la decisión vía
administrativa o impugnar la decisión directamente ante los órganos
jurisdiccionales.”

En cuanto al fundamento de este recurso, el autor anteriormente citado establece


que se destaca en tanto que: “Este recurso posibilita la reconsideración de la
decisión adoptada por el mismo órgano que la dictó en todos aquellos casos en
los actos proceden de órganos que carecen de superior jerárquico, en particular
en el ámbito local.” Esto refiere a que en tanto que el recurso de reposición debe
de ser resuelto por el mismo órgano que emitió la resolución impugnada, en la
práctica resulta difícil que el fallo sea modificado o revocado dado que el mismo
órgano estaría contradiciendo su criterio.

Por su parte, la obra del jurista Carrera Raya establece distintas características
que distinguen el recurso de reposición: “1. Es un recurso administrativo: Se
interpone en vía administrativa y contra un acto administrativo (…) 2. Es un
recurso previo y no simultaneable con la reclamación económico-administrativa:
Se trata de un recurso que se interpone previamente a la impugnación del acto en
vía económico-administrativa, de tal modo que su el interesado interpusiera el
recurso de reposición no podrá promover la reclamación económico-administrativa
hasta que aquél no se haya resuelto (…)3. Es un recurso potestativo: su carácter
potestativo implica que el interesado tiene la facultad de optar entre interponer el
recurso de reposición o bien acudir directamente a la vía económico-
administrativa. 4. Es un recurso no jerárquico: En el sentido de que la competencia
para conocer y resolver el recurso de reposición corresponde al órgano que haya
dictado el acto administrativo impugnado. 5. Es un recurso especial por razón de
la materia: Y ello porque el recurso de reposición debe versar sobre aquellas
cuestiones que son susceptibles de reclamación en vía económico-administrativa;
es decir, principal pero no exclusivamente sobre los actos de gestión tributaria.”

Asimismo, el maestro Jaime Orlando Santofimio O. establece: “El recurso de


reposicion no es obligatorio, significa que si utilización es meramente discrecional
por parte de la persona interesada… Ahora bien, si se interpone obliga al
funcionario a resolverlo y al sujeto pasivo a lo resuelto a través de él.” 173 De esta
característica, cabe resaltar que las doctrinas y normativas de otros países abren
la puerta para interponer cualquier recurso, ya sea el de revocatoria o el llamado
recurso contencioso administrativo.

Tomando en cuenta lo expuesto Carrera Raya, en el derecho español y Orlando


Santofimio, la diferencia con Guatemala se encuentra en que se establece que
esto no puede suceder dado que el recurso jurisdiccional de lo contencioso
administrativo procede en contra de las resoluciones emitidas por el Directorio de
la Superintendencia de Administración Tributaria resolviendo los recursos de
revocatoria y reposición siendo esto fundamentado por el artículo 161 del Código
Tributario, Decreto 6-91 del Congreso de Guatemala.

Tramitación de los recursos Administrativos en materia Tributaria.

En la presente unidad se procede a explicar asertivamente el trámite por el cual se


deben de interponer los recursos tributarios. Para tal efecto cabe hacer la
aclaración que este tema se desarrolla abordando los recursos tributarios de
revocatoria, ocurso y reposición respectivamente tomando como referencia
únicamente la doctrina y legislación guatemalteca. Asimismo es necesario
establecer que para efectos de la presente investigación, por trámite se entiende
todas las etapas necesarias para que un recurso tributario sea conformado,
tomando en cuenta desde la interposición hasta la resolución del mismo.
Como primera referencia se cita al jurista Hugo Rolando Escobar Menaldo ya que
en cuanto al trámite de los recursos en materia tributaria argumenta: “a pesar de lo
estipulado por la Ley de lo Contencioso Administrativo, decreto 119-96, los
recursos tributarios se aplican de conformidad con el Código Tributario de
Guatemala, decreto 6-91 del Congreso de la República.

La salvedad de lo anterior se encuentra estipulada en el artículo 17 bis de la Ley


de lo Contencioso Administrativo en la cual se indica: “Se exceptúa en materia
laboral y en materia tributaria la aplicación de los procedimientos regulados en la
presente ley, para la substanciación de los Recursos de Reposición y Revocatoria,
debiéndose aplicar los procedimientos establecidos por el Código de Trabajo y por
el Código Tributario, respectivamente.”

Trámite del Recurso de Revocatoria.

En cuanto al trámite del recurso de revocatoria, como primera etapa se puede


decir que este inicialmente se encuentra regulado en el artículo 154 del código
tributario ya que en su parte conducente establece que “el recurso se interpondrá
por escrito por el contribuyente o el responsable, o por su representante legal,
ante el funcionario que dictó la resolución (…) dentro del plazo de diez (10) días
hábiles, contados a partir del día siguiente al de la última notificación. Si no se
interpone el recurso dentro del plazo antes citado, la resolución quedará firme.”

Como segunda etapa, el mismo artículo citado, establece que el funcionario ante
quien se interponga el recurso de revocatoria, se debe de limitar únicamente a
conceder o denegar el trámite de este. De estas dos acciones se establece que en
caso de ser concedido el trámite, este ismo órgano no podrá seguir conociendo
del expediente ya que está obligado a elevar las actuaciones al Directorio de la
Superintendencia de la Administración Tributaria o al Ministerio de Finanzas
Públicas, en su caso, dentro del plazo de cinco (5) días hábiles. Por otra parte, en
caso que éste órgano lo denegare, éste deberá de razonar dicho rechazo.

Luego, conformando una tercera etapa de trámite, habiendo sido remitida la


revocatoria a la Secretaría del Directorio de la Superintendencia de Administración
Tributaria, se le corre audiencia por el plazo de treinta días hábiles para recabar
dictamen de la Asesoría Técnica de dicho órgano. Asimismo, el jurista Escobar
Menaldo, agrega parte del criterio que “una vez recibidos los antecedentes o
expediente, el órgano encargado de resolver el recurso debe de señalar audiencia
para: a) La dependencia a que éste acuerde para efectos de emitir los dictámenes
necesarios, los cuales deben de ser entregados en el plazo de quince días
hábiles; y b) A La Procuraduría General de la Nación, ya que por mandato legal,
se le debe de dar audiencia por quince días hábiles.”

Posteriormente, como cuarta etapa, es necesario que el expediente se considere


en estado de resolver para que transcurridos treinta días el Directorio de la
Superintendencia de Administración Tributaria resuelva el recurso, rechazando,
confirmando, revocando, modificando o anulando la resolución recurrida. Cabe
hacer la aclaración que se considera que el recurso se encuentra en estado de
resolver cuando transcurren treinta días, luego de finalizar el período señalado
para evacuar las audiencias conferidas, sin que se haya dictado una resolución.

Previo a emitir una resolución, el Directorio de la Administración Tributaria también


podrá acordar diligencias para mejor resolver, para lo cual procederá conforme a
lo que establece el artículo 144 de este Código. Esto significa que este órgano,
previo a dictar resolución final sobre el recurso de revocatoria, está facultado para
solicitar que se tenga a la vista cualquier documento que se crea conveniente; que
se practique cualquier diligencia que se considere necesaria o se amplíen las que
ya se hubiesen hecho; o bien que se tena a la vista cualquier actuación que sea
pertinente. Lo anterior tiene su razón en tanto que es un medio por el cual el
funcionario público pueda fundamentar y razonar la resolución que pronuncie
sobre la revocatoria.

Por otra parte, es oportuno manifestar que el Código Tributario contempla el caso
en el cual se agoten todos los plazos legales y aun así el Directorio de la
Administración Tributaria no se haya pronunciado para resolver la revocatoria.
Esto se encuentra fundamentado en el artículo 157 de este cuerpo normativo el
cual establece en su parte conducente que: “Transcurrido el plazo de treinta (30)
días hábiles contados a partir de la fecha en que las actuaciones se encuentren en
estado de resolver, sin que se dicte la resolución que corresponda, se tendrá por
agotada la instancia administrativa y por resuelto desfavorablemente el recurso de
revocatoria o de reposición, en su caso, para el solo efecto que el interesado
pueda interponer el recurso de lo contencioso administrativo.” Esto significa que
en caso que los treinta días hábiles establecidos para que el Directorio de la
Superintendencia de Administración Tributaria no emite la resolución del recurso
de revocatoria, éste se toma como desfavorable a los intereses del interesado por
lo que se puede decir que se agota la etapa administrativa abriendo la posibilidad
de iniciar el trámite del medio de control judicial del proceso contencioso
administrativo.

Trámite del Ocurso.

Previo a explicar el trámite o procedimiento por el cual se interpone el ocurso, es


menester recordar el origen o la razón por la cual se promueve este medio de
impugnación ya que éste surge como consecuencia de la inadmisión para trámite
del recurso de revocatoria por parte del órgano administrativo que ha emitido la
resolución impugnada.

En este sentido, se establece que cuando el órgano administrativo tributario


deniegue el trámite del recurso de revocatoria, la parte agraviada cuenta con el
plazo de tres días hábiles a partir de la notificación de dicha denegatoria para
ocurrir ante el Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria con
el fin de solicitar que se conceda trámite al recurso de revocatoria al cual se le
denegó el trámite en una primera solicitud.
Luego de interpuesto el ocurso, el Directorio de la Superintendencia de
Administración Tributaria le remite el ocurso al órgano que denegó el trámite de la
revocatoria para que éste emita un informe al respecto o bien envíe el expediente
original, en caso de ser necesario, dentro de cinco días hábiles perentorios.

Posteriormente, luego de haber recabado y analizado la información relacionada,


el Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria puede resolver el
ocurso de dos maneras. En caso de fallar declarando con lugar el ocurso se
deduce que procede cuando se considere improcedente la denegatorio de recurso
de revocatoria hecha por el órgano administrativo inferior, por lo que se entrará a
conocer del recurso interpuesto. Por otra parte, en caso que el Directorio declare
sin lugar el ocurso, al interesado o ocurrente se le debe de imponer una multa de
mil quetzales ordenando que se archive el expediente y por lo tanto, la resolución
impugnada quedará firme.

Como fundamento legal del presente trámite se precisa aclarar que éste se
encuentra regulado en los artículos 155 y 156 del Código Tributario, Decreto 6-91
del Congreso de la República de Guatemala.

Trámite del Recurso de Reposición.

Previo a desarrollar el trámite que se debe de seguir al interponer el recurso de


reposición en materia tributaria, es necesario manifestar las siguientes reflexiones:
preponderantemente que el recurso de reposición consiste en imputar una
resolución emitida por el órgano de mayor jerarquía de la Superintendencia de
Administración Tributaria, en cumplimiento de su función de ente encargado de la
administración y recaudación de tributos del estado.

Por otra parte se cita el artículo 158 del Código Tributario el cual expresa: “Contra
las resoluciones originarias del Directorio de la Superintendencia de
Administración Tributaria o del Ministro de Finanzas Públicas, puede interponerse
recurso de reposición, el que se tramitará dentro de los plazos y en la forma
establecida para el recurso de revocatoria, en lo que fuere aplicable.”

Tomando en cuenta lo anteriormente citado, se debe de entender que el recurso


de reposición en materia tributaria no tiene expresamente determinado un
procedimiento o tramite por lo que es necesario avocarse a lo estipulado en los
demás artículos del mismo capítulo analizado del Código Tributario.

Por tanto, en la práctica, el trámite de interposición del recurso de reposición


tributario se presenta por el contribuyente o por su representante legal ante el
Directorio de la Superintendencia de la Administración Tributaria, ya que éste
procede únicamente en contra de las resoluciones dictadas por el órgano
supremo, dentro del plazo de 10 días hábiles, siendo estos contados a partir del
día siguiente al de la última notificación.
Posteriormente, el Directorio de la Superintendencia de la Administración
Tributaria le debe de dar audiencia a cualquier dependencia a que éste acuerde
para efectos de emitir los dictámenes necesarios, los cuales deben de ser
entregados en el plazo de quince días hábiles. Asimismo le debe de correr
audiencia a la Procuraduría General de la Nación, ya que por mandato legal, se le
debe de dar audiencia por quince días hábiles.

Previamente a dictar una resolución final, es posible acordar cualquier tipo de


diligenciamiento para mejor resolver y emitir una efectiva declaración de voluntad
del órgano administrativo los cuales deberán de llevarse a cabo dentro de un plazo
no superior a quince días hábiles.

Concluidos las etapas anteriores y cualquier otro que el funcionario estime


necesario antes de dictaminar la resolución final, el ente administrativo deberá de
resolver dentro de los setenta y cinco días hábiles siguientes a la fecha en que el
recurso fue interpuesto.

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