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EMOCIONAL (CE)
1. ¿Qué es la CE (inteligencia emocional)?
2. ¿Cuál es mi CE?
3. Desarrollo de la CE
o Identifica las emociones.
o Aprende a aceptar tus emociones.
o Desarrolla tu atención y conciencia emocional
Desde que Daniel Goleman publicase su libro Inteligencia Emocional ha habido un auténtico
despertar de nuestra sociedad a un nuevo concepto de inteligencia diferente a la inteligencia tradicional, la
que viene medida por el coeficiente de inteligencia o CI y que se refiere a la que utilizamos para resolver
los problemas de índole puramente lógica y racional (la que sirve para sacar buenas notas en los
exámenes). A esta nueva inteligencia que tiene que ver con nuestra capacidad para identificar nuestras
emociones y la de los demás, así como nuestra capacidad para saber manejar nuestras emociones le
llamamos inteligencia emocional (CE) y ésta a diferencia del CI, si tiene mucho que ver con nuestra
capacidad para alcanzar nuestras metas personales y triunfar en la vida, tanto en nuestras consecuciones
materiales como en nuestra realización personal.
En diferentes estudios se ha podido demostrar que no hay una correlación entre el coeficiente de
inteligencia (CI) y las consecuciones personales tanto en el campo profesional como el social o
sentimental, dándose la paradoja que personas con un muy elevando CI, tienen un vida desafortunada
tanto en lo profesional como en lo personal.
En las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro se ha podido comprobar que las personas
que han tenido que ser intervenidas y se les ha extirpado zonas del cerebro que tienen que ver con nuestra
capacidad de sentir las emociones, han podido conservar intacto sus capacidades cognitivas referidas al
razonamiento, el habla, el análisis o la comprensión lógica, es decir su nivel de inteligencia tradicional
(CI) pero han sido incapaces de tomar decisiones, relacionarse adecuadamente con los demás o trazar
planes de futuro, en definitiva de tener capacidad para triunfar en la vida (Damasio, 1994).
En términos de evolución de nuestro cerebro, las zonas que tienen que ver con las emociones son
mucho más antiguas que la parte pensadora del cerebro -el neocórtex- pero han evolucionado a la par
dándose el hecho que las emociones controlan más al pensamiento que éste a las emociones como se creía
hasta que a principio de los años 90 Josep Ledux de la universidad de Nueva York, descubrió que los
mensajes provenientes de los sentidos eran codificados por la memoria emocional de la amígdala del
cerebelo antes de pasar al neocórtex.
Por tanto, un CI que no vaya acompañado de un buen nivel de CE, nos puede permitir sacar un
sobresaliente en un examen, pero no nos permite triunfar en la vida. El CE tiene que ver con las
relaciones interpersonales, la autoestima, la consciencia de uno, y la sensibilidad y adaptabilidad social.
Nos permite elegir bien, con quién casarnos, que empleo aceptar y cómo mantener un equilibrio entre
nuestras necesidades y las de los demás.
Un CE bajo + CI bajo =
Pocas posibilidades para alcanzar objetivos satisfactorios en la
vida.
Un CE bajo + CI alto = Capacidad para los estudios pero dificultad para todo tipo de
relaciones personales además de incapacidad para disfrutar
emocionalmente de la vida.
2. ¿Cuál es mi CE?
Para tener una primera idea de tu nivel de inteligencia emocional puedes realizar el test de inteligencia
emocional. Es un test elemental que te puede dar una primera orientación de tu capacidad de manejo
emocional.
3. Desarrollo de la CE
El origen de la falta de desarrollo de la CE está en el miedo a sentir y éste suele ser el resultado de los
múltiples condicionamientos educativos recibidos. Se nos condiciona para que nos avergoncemos de
nuestros sentimientos. Escondemos la ira, el miedo, el desánimo o la aflicción. Se no enseña a "dominar"
y "controlar" nuestras emociones, y se nos refuerza o castiga para modelar los comportamientos y las
emociones, resaltando los buenos y negando los malos.
La educación de los padres es decisiva y la sensibilidad que tengan éstos para captar y reconocer las
necesidades emocionales de su hijo y atender sus demandas hará que éste pueda por una parte reconocer
sus emociones y por otra aceptarlas, sin reprimirlas ni negarlas. Veamos un ejemplo.
Los prejuicios habituales sociales contra la expresión emocional suelen ser del tipo: "ser emocional es
igual a ser una persona débil, inmadura o enferma", "las emociones son peligrosas y si te dejas llevar por
ellas, puedes arruinar tu vida", "una persona responsable tiene que ser racional y controlar sus
sentimientos".
Las emociones evitadas por largo tiempo quedan "cronificadas" y dan lugar a una serie de problemas:
El primer paso para identificar nuestras emociones olvidadas es acudir al cuerpo y tomar consciencia
de cómo se sienten y se manifiestan en él.
Es muy probable que no hayas podido responder a estas preguntas ya que no conoces claramente en
qué puntos de tu cuerpo experimentas a cada emoción. Por eso vamos a realizar una serie de prácticas y
ejercicios para conocer e identificar como se manifiestan nuestras emociones en el cuerpo.
Indicaciones:
Además de este ejercicio y para mantenerte bien concienciado en tu nueva práctica de identificar tus
emociones y sensaciones físicas te proponemos que hagas esta otra práctica con carácter continuo:
Observa tus pensamientos y cuando descubras los habituales reproches o autocríticas: "¡cómo he
podido ser tan tonto!", "¡soy un inútil!", así como los ensayos imaginarios ante futuras
situaciones conflictivas que surgen a consecuencia del miedo a vivenciar determinadas
emociones, acostúmbrate a anotarlos con una marca en una libreta de bolsillo, o aún mejor,
utiliza un contador como el que utilizan los golfistas para contabilizar sus golpes. Puedes utilizar
esta autoobservación durante varios días hasta que te des cuenta de la cantidad de pensamientos
negativos y actitudes preventivas o evitativas que utilizas, y a partir de esta toma de conciencia
damos el siguiente paso: Cada vez que identifique una autocrítica o actitud preventiva o evitativa
me diré "¿qué emoción es la que estoy experimentando en este preciso instante?, ¿de qué
emoción estoy tratando de escaparme? ¿dónde siento en este instante y en mi cuerpo esta
emoción?Puede descubrir, la rabia, la vergüenza, la culpabilidad o cualquier otra emoción
negativa, así como la intensidad de ésta, a veces desproporcionada con referencia a lo que le
acontece. Y en el fondo de tus emociones es posible que descubras miedo, lo cual es muy
importante para tu autoconocimiento y el desarrollo de la inteligencia emocional.
Cuando hayas trabajado bien en esta concienciación de tus emociones podrás experimentar los
siguientes avances:
1. En las situaciones conflictivas de mi vida en las que antes acostumbraba a pensar y pensar,
ahora no le doy tantas vueltas a la cabeza, y si me permito sentir mis emociones y mis
sensaciones sin evitarlas.
2. Puedo focalizar mi consciencia en los sentimientos y en mi cuerpo con más nitidez. Distingo
con más claridad la cualidad de mis emociones y las características de las sensaciones
corporales en cuanto a localización, intensidad, superficialidad/profundidad, calida/fría,
abierta/cerrada, etc.
3. Mantengo mi consciencia en los sentimientos de manera cada vez más continua, me doy
cuenta del discurso de los pensamientos, y vuelvo una y otra vez a mis sentimientos.
Cuando puedas identificar estos avances es el momento de pasar a la siguiente fase (como hemos
dicho anteriormente el tiempo transcurrido es variable, en algunos casos con un mes será suficiente,
incluso en pocas semanas, pero en otros harán falta meses).
La aceptación de las emociones personales es algo tan importante como la aceptación de uno mismo,
ya que no se puede uno aceptar y a la vez rechazar las emociones que experimenta.
Aceptar las emociones no supone adoptar un estilo vital resignado, dispuesto a asumir lo doloroso o
desagradable de nuestros sentimientos, por el contrario, supone un acto de cierta valentía para ponerse en
contacto con todo aquello que está a la sombra de la consciencia y recuperarlo. Por ello, el proceso de
aceptación emocional supone de hecho una revitalización, un aumento de la energía vital que se
experimenta tanto en la personalidad como en el cuerpo. Como el rechazo a las emociones negadas es
inconsciente y construido en etapas tempranas de la vida, la aceptación de esas emociones supone un
reencuentro con el lado perdido de uno, una ampliación del ser y una ampliación de la consciencia.
Pero el proceso es difícil ya que hay que vencer las muchas resistencias emocionales generadas
durante años bajo un sentimiento fortalecido por el tiempo de miedo a lo rechazado o negado, sea el
miedo, la rabia, la culpabilidad, la tristeza o la vergüenza.
o si te puedes sentir triste pero raramente te enfureces, o al revés, si te irritas con facilidad pero nunca te
entristeces.
o si te puedes mostrar con facilidad enérgico y agresivo, pero difícilmente sacas los sentimientos de cariño
o ternura (o viceversa).
o si te sobreviene con frecuencia la vergüenza o el pudor, es posible que otras emociones que te resultan
inaceptables se oculten tras ellas, normalmente la ansiedad o la tristeza.
En cuanto a aquellos comportamientos que supone una actitud de no aceptación o evitación emocional
pueden ser:
Ahora puedes tener un buen material para comprobar el grado de aceptación o rechazo de tus
emociones.
En esta segunda fase de desarrollo de la inteligencia emocional en la que estamos desarrollando más
nuestra capacidad de aceptación e integración emocional hemos de subir más la intensidad de nuestras
emociones, el calor debe aumentar y con ello nuestra tolerancia y aceptación. Veamos el ejercicio de
aceptación emocional:
Ser capaz de concentrarte en tus sentimientos sean del tipo que sean,
positivos, indefinidos o negativos durante 12-20 minutos. Poder tolerar
Objetivo:
sentimientos intensos sin dejar de concienciarlos ni tomar actitudes
evitativas o huidizas.
1ª fase: Relájate.
Esta fase es idéntica a la descrita en el ejercicio de identificación de las
emociones.
Indicaciones:
La práctica asidua de este ejercicio te permite ir generando una actitud más abierta y tolerante de tus
vivencias emocionales rompiendo los mecanismos antiguos de evitación o huida consciente o
inconsciente de los eventos internos aversivos. Esto supone un nuevo "aire fresco" para tu vida con todo
un cambio de percepción de ti y de tu entorno.
Cuando te sobrevengan emociones muy intensas puedes "drenarlas" realizando las siguiente práctica:
1. Inspira lenta y profundamente mientras te dices: "Yo me siento irritado (apenado, temeroso,
avergonzado, etc.)".
2. Expira lenta y profundamente mientras te dices: "No pasa nada". Si lo deseas puedes generar una
imagen o recuerdo positivo.
Para entrenarte puedes repetirlo todas las veces que puedas al día, aunque no tengas afectación
emocional, permitiendo con ello ponerte en contacto con tu cuerpo y tus emociones aumentando
tu nivel de tolerancia y aceptación.
Para completar tu trabajo de casa con el trabajo de calle ten en cuenta los siguientes situaciones donde
pueden ocurrir conflictos de falta de aceptación:
1. Cuando trato de buscar un exceso de protagonismo en las relaciones con lo demás es posible que
sea por el temor a quedar disminuido, rechazado o que no se me preste la debida atención.
Trabaja en la aceptación de estos sentimientos de miedo al rechazo, al abandono o de sentimiento
de inferioridad.
2. Si al levantarme tengo un sentimiento de malestar, ansiedad, pesadez o temor ante la expectativa
del nuevo día, deberé centrarme en estos sentimientos en mi práctica diaria hasta alcanzar su
aceptación.
3. Si durante el trabajo, los estudios o mi vida social experimento sentimientos aversivos de tipo
variado, aparte de trabajarlos en mi práctica diaria, será positivo en todas aquellas situaciones
que pueda (aunque sea utilizando el cuarto de baño) que haga el ejercicio de consciencia,
centramiento y aceptación de las emociones percibidas o el ejercicio de "drenaje emocional".
4. Al final del día, haz un repaso a todas las situaciones conflictivas experimentadas a lo largo del
día. En este repaso reconoce la distancia que ha habido entre tus estado emocionales internos y
tus comportamientos externos: ¿te has mostrado amable con un cliente hacia el que sentías rabia?
¿te has mostrado irritado hacia alguien para esconder tu culpa? Date cuenta de la no aceptación
de esas emociones e incluso la no concienciación de ellas. Trabaja en tu practica diaria con ellas.
5. Estate especialmente atento a tus actitudes de culpabilizar a otros ya que aquí tienes un buen
trabajo que realizar al descubrir las emociones que ocultas bajo el mecanismo defensivo de
culpar a otros.
6. Cuando descubras tu mecanismo defensivo ante la evitación emocional habitual, como puede ser
el volverte agresivo, pasota, huidizo o paralizado, actúa ahora a la inversa, si el impulso es
agredir, párate y reflexiona la emoción de la que huyes, si es de pasotismo, implícate para
descubrir la emoción negada o si te paralizas, trata de enfrentarte para descubrir esa emoción.
Trabaja en tu práctica diaria en estas emociones.
Cuando hayas trabajado bien en esta concienciación de tus emociones podrás experimentar los
siguientes avances:
1. Puedo darme cuenta que ya no me critico tanto como antes. Sé identificar mis actitudes
mentales negativas y en vez de quedarme en ellas voy a sentir las emociones y las sensaciones
físicas.
2. Experimento menos temor hacia mi, hacia los demás o hacia la vida.
3. Observo como mis emociones se expresan con más facilidad y a la vez no me arrastran tanto
como antes.
4. Tengo más sentido del humor.
Una vez que puedes identificar tus estados emocionales y sensoriales así como mantener una
conciencia de aceptación durante unos 20 minutos, hemos de ir trasladando esta atención al resto del día.
Tu capacidad de percepción física y emocional se ha de afinar para poder captar cada vez con más
claridad, los diferentes estados y matices emocionales así como las muy variadas y sutiles sensaciones
corporales correspondientes.
Haz de practicar esta sensibilización de manera continua hasta que se convierta en una actitud tan
simple y cotidiana como el ver televisión.
Cómo ejemplo de esta actitud de desarrollo de la atención consciente hazte la siguiente pregunta:
¿cuántos mensajes sensorio-emocionales puedes percibir en este instante? Observa y repasa tu cuerpo
para percibir los mensajes de:
Si repasas tu cuerpo con plena atención percibirás una gran cantidad de sensaciones que a pesar de ser
habituales pasan frecuentemente desapercibidas, fíjate detenidamente en cada una de ellas y respira
profundamente para centrar tu conciencia en la sensación.
Ser capaz de sentir algo, aunque sea difuso, sutil o leve, en cada parte
Objetivo: del cuerpo. Trasladar la conciencia activa en las sensaciones a las
actividades cotidianas fuera del ejercicio.
1ª fase: Relájate.
Esta fase es idéntica a la descrita en el ejercicio de identificación de
las emociones.
Indicaciones:
Si al cabo de los 28 días no eres capaz de identificar alguna sensación en la mayoría de las partes de tu
cuerpo en las que te has concentrado deberás seguir practicando.
Libros recomendados.