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ATENCION DE NIÑOS CON HABILIDADES ESPECIALES 1° Parte

Los niños con habilidades especiales necesitan de unos cuidados personalizados brindados por el
cuidador, para poder identificar esos cuidados tenemos que empezar por conocer estas
enfermedades. La escasa literatura identificada a nivel local y nacional, además del déficit de
programas educativos y centros especializados en esta área en el Perú, no nos limitaran para poder
aprender un poco más acerca de estas enfermedades, del rol importante que desempeñan los padres
de familia en el cuidado y estimulación temprana de sus niños y la necesidad del apoyo de un
equipo de salud multidisciplinario, conformado por Psicólogos, educadores, médicos y enfermeras.
En nuestro medio, las enfermeras pueden constituirse en piezas claves de apoyo por encontrarse en
los diversos programas y servicios de salud, tanto en instituciones públicas como privadas. Este
apoyo, básicamente, se orientaría a brindar información, consejería y educación continua a los
familiares y miembros de la comunidad, reconociendo su sensibilidad, capacidad cognoscitiva y de
relaciones interpersonales, además del lenguaje sencillo que suele utilizar cuando se trata de des-
tecnificar los términos clínico-patológicos. Empezaremos definiendo estas dos enfermedades:
Síndrome de Down
El síndrome de Down también se conoce como Trisomía 21, la condición donde un material
genético adicional ocasiona retrasos en la forma en la que un niño(a) se desarrolla mentalmente y
físicamente. Esta condición afecta a 1 de cada 800 bebés. Las características físicas y los problemas
mentales asociados con el síndrome de Down pueden variar entre los niños(as). Mientras que
algunos niños(as) con el síndrome de Down necesitan atención medica, otros llevan una vida muy
saludable. Aunque el síndrome de Down no puede prevenirse, puede ser detectado antes del
nacimiento. Los problemas de salud en los casos del síndrome de Down pueden ser tratados y
existen recursos comunitarios para ayudar a los niños(as) y a las familias que padecen esta
condición.
¿Qué causa el síndrome de Down?
Normalmente, en el momento de la concepción, un bebé hereda la información genética de sus
padres mediante 46 cromosomas: 23 provenientes de la madre y 23 del padre. En la mayoría de los
casos del síndrome de Down el niño(a) recibe una cromosoma 21 adicional sumando un total de 47
cromosomas en lugar de 46. Este material genético adicional ocasiona las características físicas y
los retrasos del desarrollo asociados al síndrome de Down. Aunque nadie sabe con certeza la razón
por la que el Síndrome de Down ocurre y aunque no hay forma de evitar el error de cromosomas
que lo ocasiona, los científicos saben que las mujeres que conciben a partir de los 35 años
aumentan significativamente su riesgo de tener un bebé con esta condición. A los 30 años, por
ejemplo, una mujer tiene una probabilidad de 1 en 900 casos de concebir un niño(a) con síndrome
de Down. Esta probabilidad incrementa a 1 en 350 a los 35 años. A los 40 años, el riesgo es de 1
caso entre 100.
Cómo afecta el síndrome de Down a los niños(as)
Los niños con síndrome de Down suelen compartir características faciales como el rostro plano, los
ojos orientados hacia arriba, orejas pequeñas y lengua más grande o sobresaliente.Tener un tono
muscular deficiente, conocido como hipotonía, también es un rasgo característico de los niños(as)
con el síndrome de Down. Los bebés en particular puede que parezcan más débiles en su
constitución física. Aunque esta característica tiende a mejorar con el tiempo, la mayoría de los
niños(as) que padecen del síndrome de Down típicamente alcanzan importantes avances en su
desarrollo - por ejemplo, sentarse, gatear y caminar -un poco más tarde que otros niños(as).En el
momento del nacimiento, los niños(as) con el síndrome de Down generalmente tienen un tamaño
promedio, pero suelen crecer a un ritmo más lento y permanecen con una estatura menor que la
de otros niños(as). En el caso de los infantes, el tener un tono muscular deficiente puede influir en
problemas que tengan que ver con la capacidad de chupar o de alimentarse, así como padecer de
estreñimiento y otros problemas digestivos. Los niños(as) un poco mayores pueden presentar
problemas con el habla y con la capacidad de cuidarse a sí mismos a la hora de alimentarse,
vestirse o ir al baño. El síndrome de Down afecta la habilidad de los niños(as) en diversas formas,
pero la mayoría presentan discapacidad intelectual de leve a moderada. Los niños(as) con
síndrome de Down pueden aprender y lo hacen, y son capaces de desarrollar habilidades a lo largo
de sus vidas. Ellos(as) simplemente alcanzan sus metas a un paso diferente— por eso es muy
importante no comparar a un niño(a) que padezca el síndrome de Down con otro niño(a) que no lo
padezca, y tampoco es bueno compararlo entre otros(as) niños(as) que padezcan la condición.

Pruebas médicas asociadas con el síndrome de Down.


Pruebas prenatales y diagnóstico: Existen dos tipos de pruebas prenatales para detectar el
síndrome de Down en el feto: pruebas de evaluación y pruebas de diagnóstico. Las pruebas de
evaluación calculan el riesgo de que un feto tenga el síndrome de Down, las pruebas de
diagnóstico confirman si el feto padece la condición. Las pruebas de evaluación son las más
efectivas a nivel de costo y son fáciles de realizar. Pero debido a que no pueden confirmar
definitivamente si el niño(a) padecerá del síndrome de Down, estas pruebas ayudan a los padres a
decidir si las pruebas de diagnóstico son necesarias. Las pruebas de diagnostico tienen un 99 por
ciento de certeza para detectar la presencia del síndrome de Down y otras anomalías en los
cromosomas. Sin embargo, debido a que estas pruebas se realizan dentro del útero, están
asociadas con un mayor riesgo de abortos y otras complicaciones. Debido a esta razón, las pruebas
de diagnóstico invasivas solamente se recomiendan en los casos de las mujeres mayores de 35
años, aquellas con una historia familiar de defectos genéticos y las mujeres que han tenido
resultados anormales en las pruebas de evaluación.
1. Las pruebas de evaluación: incluyen:
Prueba de traslucencia nucal: Esta prueba, realizada entre las semanas 11 y 14 de embarazo,
utiliza el ultrasonido para medir el espacio que existe entre los pliegues de los tejidos detrás del
cuello en desarrollo del bebé. (Los bebés con síndrome de Down y otras deficiencias de los
cromosomas tienden a acumular líquido en esta área, este espacio parezca más grande). Esta
medida conjuntamente con la edad de la madre y la edad en gestación del bebé pueden utilizarse
para calcular las probabilidades que el bebé tiene de padecer el síndrome de Down. La prueba de
la traslucencia nucal suele realizarse conjuntamente con un examen de sangre para la maternidad.
La prueba triple o cuádruple (también llamada prueba del marcador múltiple). Estas pruebas
miden las cantidades de sustancias normales en la sangre de la madre. Tal y como su nombre
implica, las pruebas triple incluye tres marcadores y las cuádruple incluye un marcador adicional y
es más precisa. Estas pruebas generalmente se realizan entre la semana 15 y 18 de embarazo.
Prueba integrada. Esta prueba utiliza los resultados de las pruebas del primer trimestre (con o sin
la prueba de traslucencia nucal), los exámenes de sangre y la prueba cuádruple del segundo
trimestre para obtener resultados más precisos.
Ultrasonido genético. Un ultrasonido detallado se realiza generalmente entre la semana 18 ó 20,
conjuntamente con los análisis de sangre para analizar el feto y comprobar si existen anomalías
físicas asociadas al síndrome de Down.
2. Las pruebas de diagnóstico: incluyen:
Prueba del vello coriónico. La prueba del vello coriónico se obtiene una pequeña muestra de la
placenta, bien sea a través de la matriz o mediante una aguja insertada en el abdomen. La ventaja
de esta prueba es que puede realizarse durante el primer trimestre de embarazo, entre las semana
8 y 12 de gestación. La desventaja de la prueba es que conlleva un riesgo más elevado de aborto
espontáneo en comparación con la amniocentesis.
Amniocentesis. Esta prueba, realizada entre la semana 15 y 20 de embarazo, obtiene una pequeña
muestra del líquido amniótico a través de una aguja insertada en el abdomen. Las células pueden
analizarse para confirmar la presencia de anomalías en los cromosomas. La amniocentesis tiene un
pequeño riesgo de complicaciones como parto prematuro y aborto espontáneo.
Prueba de sangre percutánea del cordón umbilical (PUBS). Generalmente realizada después de las
20 semanas de embarazo, esta prueba utiliza una aguja para extraer una pequeña muestra de
sangre del cordón umbilical del bebé. La prueba tiene un mayor riesgo que los riesgos asociados
con la amniocentesis.

AUTISMO
El término "Autismo" - que proviene del griego y significa "sí mismo". El autismo es un síndrome que
estadísticamente afecta a 4 de cada 1,000 niños; a la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde
hace muchos años se le reconoce como un trastorno del desarrollo. El autismo es un trastorno en el cual los
niños pequeños son incapaces de entablar relaciones sociales normales, se comportan de manera compulsiva
y ritual, y a menudo no desarrollan una inteligencia normal.
Los indicios del autismo habitualmente aparecen en el primer año de vida, pero siempre antes de los 3 años.
El trastorno es de dos a cuatro veces más frecuente en el sexo masculino que en el femenino. El autismo es
una entidad distinta al retraso mental normal o a la lesión cerebral, aunque algunos niños autistas también
padecen estos trastornos (retraso mental, motriz, Síndrome de Down, etc.) o bien, pueden ser lo que se
conoce como el autista clásico o puro. Existe otro síndrome llamado Asperger, la diferencia principal entre
autismo y este síndrome es el nivel de inteligencia, así como su comunicación.
Causas
La causa es desconocida. Sin embargo, el autismo no es causado por la mala paternidad. Los estudios sobre
gemelos indican que el trastorno puede ser en parte genético, porque tiende a manifestarse en ambos si
ocurre en uno. Aunque en la mayoría de los casos no tiene causa obvia, algunos pueden relacionarse con una
infección vírica (por ejemplo, rubéola congénita o enfermedad de inclusión citomegálica), fenilcetonuria
(carencia hereditaria de enzimas), o el síndrome de X frágil (trastorno cromosómico), incluso se pensó que
el desencadenante del mismo en algunos casos podría ser por las inmunizaciones (vacunas).
Características
← Un niño autista prefiere estar solo: Evita las caricias, no abrazar, evita el contacto visual, se resiste al cambio,
se ata excesivamente a los objetos familiares, continuamente repite o ritualiza ciertos actos, generalmente
comienzan a hablar más tarde que otros niños, utilizando el lenguaje de manera peculiar, son incapaces de
hacerlo o se niegan. Cuando se le habla, el niño a menudo tiene dificultades de comprensión, ecolalia (repetir
palabras), Invierte el uso normal de los pronombres, particularmente usando tú y a ti en lugar de yo o a mí al
referirse a sí mismo, no responde a las voces u otros sonidos, se mueve hacia adelante y hacia atrás, le da
vueltas o golpes a la cabeza, mira fijamente las partes de un objeto tal como las ruedas de un carro de
juguete. No comprende los gestos con las manos o el lenguaje corporal, no juega juegos en que tenga que
pretender o hacer creer algo, le preocupa mucho el orden, la rutina o el ritual, tiene una cara inexpresiva o
usa un solo tono de voz, se hace daño a sí mismo o no tiene miedo del peligro.

Identificar necesidades de atención de salud en niños con Síndrome de Down
Mientras que algunos niños(as) con el síndrome de Down no tienen problemas de salud significativos, otros
pueden padecer de trastornos médicos que requieren cuidado adicional. Por ejemplo, cerca de la mitad de los
niños(as) que nacen con el síndrome de Down nacen con un defecto congénito del corazón.
Los niños(as) con el síndrome de Down también tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión
pulmonar, una condición grave que puede ocasionar un daño irreversible en los pulmones. Todos los infantes
que padecen del síndrome de Down deben de ser evaluados por un cardiólogo pediatra.
Aproximadamente la mitad de los niños(as) con el síndrome de Down también tienen problemas con los
oídos y la vista. La pérdida de la audición puede estar relacionada con la acumulación de líquido en el oído
interno o con problemas estructurales en el oído. Los problemas de la vista generalmente incluyen ambliopía,
conocido como ojo flojo, miopía o hipermetropía y un mayor riesgo de cataratas. Tener consultas frecuentes
con un audiólogo o un oftalmólogo son necesarias para detectar y corregir problemas antes de que afecten al
lenguaje y las habilidades de aprendizaje.
Otras condiciones de salud que pueden ocurrir más frecuentemente en los niños(as) con el síndrome de
Down incluyen problemas con la tiroides, anomalías con los intestinos, trastornos con convulsiones,
problemas respiratorios, obesidad, un incremento en la vulnerabilidad frente a las infecciones y un riesgo
más alto de parecer leucemia infantil. Los trastornos en la parte superior del cuello suelen aparecer y deben
de ser evaluados por un doctor (los trastornos pueden ser detectados mediante rayos X de la espina dorsal-
cervical). Afortunadamente, muchas de estas condiciones pueden tratarse médicamente

Cuidados de enfermería en niños con síndrome de Down


Atención al recién nacido: Los cuidados durante el periodo inmediato al nacimiento no se deben centrar
únicamente en el recién nacido. Hay que atender correctamente a los padres y favorecer la formación de un
vínculo fuerte entre los padres y el recién nacido. Es importante que durante los primeros días se ponga a los
padres en contacto con otros padres que tengan hijos con el síndrome de Down y con las asociaciones de su
entorno. Estas personas dan información sobre los programas de atención temprana y su eficacia para
mejorar las habilidades del niño y facilitan la incorporación del niño a estos programas.
Lactancia materna: No debemos olvidar el aconsejar a los padres que elijan la lactancia materna como
forma de alimentación de su hijo y darles el apoyo suficiente para que esto sea posible.
El pecho no sólo aporta al niño el mejor alimento posible, también le ofrece cariño, consuelo y es una fuente
continua de estimulación. Además de la estimulación de los sentidos, los movimientos de succión al pecho
van a ayudar a fortalecer toda la musculatura facial, lo que va a repercutir favorablemente en la masticación
y en el habla. Algunos de los problemas con los que nos vamos a encontrar se derivan de la inseguridad y el
desconocimiento de las técnicas de la lactancia materna. Otros, de las características propias del recién
nacido con síndrome de Down: hipotonía y dificultades de succión y deglución.
He aquí una serie de consejos que pueden resultar útiles:
•  Despertar bien al niño antes de ponerle al pecho.
•  Mantener sin secreciones las vías respiratorias.
•  Mantener una postura correcta tanto del niño como de la madre.
•  Estimular la succión
•  Dejarle que mame el tiempo suficiente hasta que vacíe el pecho y se separe espontáneamente.
Pueden tardar más que otros niños (más de 10 minutos).
•  Darle de mamar frecuentemente, a demanda del niño, pero teniendo en cuenta que estos niños,
debido a su hipotonía, lloran y patalean menos y por lo tanto pueden reclamar el pecho de una forma
menos intensa que otros niños.

Descartar problemas médicos: Otro de los puntos importantes en este período es descartar las principales
malformaciones congénitas que se asocian al síndrome de Down para que, si existen, se solucionen lo antes
posible. Es por esta razón por la que al recién nacido, aunque se encuentre bien, se le debe someter a una
exploración general y a una serie de exámenes complementarios. Los principales problemas médicos a tener
en cuenta son:
Cardiopatía congénita
La cardiopatía congénita es una de las complicaciones más serias del niño con síndrome de Down. El
diagnóstico y el tratamiento precoz van a marcar una diferencia esencial en la calidad de vida.
La frecuencia de enfermedad cardiaca congénita en las personas con síndrome de Down es del 40 al 50%.
Las exploraciones para descartar cardiopatía congénita deben incluir electrocardiograma, radiografía de
tórax y ecocardiograma realizados por un cardiólogo infantil, si es posible. Se deben realizar en todos los
recién nacidos con síndrome de Down, aunque no presenten síntomas.
Una vez establecido el diagnóstico, se debe iniciar el tratamiento médico apropiado con fármacos (digital,
diuréticos, etc.). La decisión del tratamiento quirúrgico dependerá de la edad, el peso, la propia cardiopatía
congénita y otras condiciones de salud del niño. Las técnicas quirúrgicas han mejorado de tal modo que
actualmente casi todos lo niños pueden ser operados en los primeros 6 meses de vida. La cardiopatía
congénita no corregida perturba seriamente el crecimiento y desarrollo del niño, por lo que se recomienda
actuar cuanto antes. Una vez corregida, el desarrollo se recupera rápidamente.
· Malformaciones del aparato digestivo
Los niños con síndrome de Down presentan mayor frecuencia de anomalías congénitas del tracto intestinal
(10%). Entre ellas se encuentran la oclusión del esófago (atresia esofágica), la comunicación o fístula entre
esófago y tráquea, el estrechamiento de la salida del estómago (estenosis pilórica), la obstrucción del
intestino próximo al estómago (atresia duodenal), carencia del orificio anal (ano imperforado).
ATENCIÓN EN EL PRIMER AÑO DE VIDA
Programas de atención temprana y desarrollo psicomotor
Es en este primer año de vida en el que la estimulación intensiva puede provocar mayores diferencias en el
grado de funcionamiento posterior. Los programas de atención temprana deben comenzar por lo tanto lo antes
posible.
Nutrición y estado general
· Alimentación:
La lactancia materna sigue siendo la forma ideal de alimentar al niño durante el primer año de vida. Sin
embargo, a partir de los 6 meses de vida resulta insuficiente. Por ello, a partir de los 6 meses debemos
empezar a introducir la alimentación complementaria: cereales, frutas, verduras, carne, pescado, huevos, etc.
Muchos lactantes no van a tener ningún problema a la hora de introducir la alimentación complementaria.
Los padres suelen estar preocupados y temen que el niño se atragante o no pueda masticar por falta de
dientes, ya que éstos suelen aparecer algo más tarde que en otros niños. Además, algunos niños pueden tener
dificultades para masticar y para deglutir. Estos problemas no nos deben hacer desistir. Hacia los 9 meses
iremos aumentando la consistencia de los alimentos y después ofreciendo alimentos sólidos que se deshagan
fácilmente. El niño tiene que ir aprendiendo poco a poco a morder y masticar. Durante esta etapa
favoreceremos el uso de los dedos para coger los alimentos, comenzando con el pan, las galletas y después
iremos ofreciendo una gran variedad de alimentos con diferentes sabores, texturas y colores. Hay que
favorecer desde el principio la autonomía. Comer va a convertirse en una gran tarea educativa.
Un problema frecuente, que puede aparecer ya en el primer año de vida, es el estreñimiento. Debemos
intentar corregirlo mediante modificaciones en la alimentación, aumentando las frutas (naranja, pera y
mandarina) y las verduras. Si el estreñimiento es muy intenso, habrá que considerar la posibilidad de
descartar algunos problemas médicos como el hipotiroidismo, o la enfermedad de Hirschprung que se debe a
una falta de inervación de la pared del intestino grueso.
· Vitaminas: Sólo es necesario tomar vitamina D3 durante el primer año de vida y suplementos de flúor,
dependiendo del contenido del flúor del agua que se consuma. La antigua creencia de que los complejos
polivitamínicos y minerales podían mejorar el desarrollo de estos niños nunca ha podido probarse.
Programa de vacunación: El calendario de vacunación de los niños con síndrome de Down es semejante al
del resto de los niños salvo algunas recomendaciones especiales como la de vacunar anualmente contra la
gripe y la de vacunar contra el neumococo. La vacuna antigripal puede administrarse desde los 6 meses de
edad. Es preferible la utilización de vacunas con virus muertos fraccionados por presentar menos efectos
adversos.
Atención a las infecciones respiratorias
Es frecuente la presencia de rinorrea persistente, obstrucción nasal, laringitis, otitis media supurada y
sinusitis. También son frecuentes las bronquitis y las neumonías. Cuando hay sospecha de infección
bacteriana, el pediatra prescribirá antibióticos. Es importante seguir siempre las recomendaciones del
pediatra y no descuidar medidas como el aumento de la ingesta de líquidos, los lavados nasales y la
fisioterapia respiratoria. El lavado nasal es particularmente importante por su utilidad y la sencillez de
aplicación.
Órganos de los sentidos
· Visión: Es necesaria la valoración del lactante por un oftalmólogo pediatra en los primeros 6 meses de
vida. Se debe vigilar la posible aparición de estrabismo y nistagmus.
· Audición: Las exploraciones otorrinológicas deben comenzar también en los primeros meses de vida,
realizarse de forma rutinaria cada 6-12 meses y mantenerse durante toda la infancia. El tratamiento adecuado
de las otitis durante los primeros años de vida puede prevenir defectos de audición. Si es necesario, se debe
recurrir a técnicas especiales de amplificación auditiva.
Función tiroidea: Se debe analizar la función tiroidea a los 6 meses y al año de vida.

ATENCIÓN DURANTE LA INFANCIA


Continuar con los programas educativos y controlar el desarrollo psicomotor
Se inicia la socialización. Los niños irán aprendiendo nuevas habilidades y adquiriendo cada vez mayor
autonomía. Para ello, es necesario que el niño se encuentre en un estado óptimo de salud, sin ningún
problema que pueda entorpecer su desarrollo y le ponga las cosas más difíciles.
Alimentación y estilo de vida
· Alimentación
-Es importante instaurar una alimentación sana, variada y equilibrada. Para ello recomendamos:
Introducir la alimentación dentro de los programas de formación. Así van a ser capaces de aprender los
diferentes tipos de alimentos y cuáles son los que tienen que limitar para prevenir la obesidad.
- Responsabilizar a los chicos del cuidado de su alimentación. Es necesario que sean ellos mismos los que se
impliquen en el control de la dieta y que la familia les ayude.
- Establecer una dieta con menor contenido calórico que para otro niño de su misma edad y talla.
- Favorecer el consumo de alimentos ricos en fibra, verduras, frutas y legumbres. La leche, el pescado y la
carne también son imprescindibles.
- Evitar los azúcares refinados, los alimentos industriales, los fritos, las grasas animales y las bebidas
azucaradas.
- No utilizar la comida como premio, no comer entre comidas y evitar el ayuno.
Otro aspecto importante, referente a la alimentación, es ir favoreciendo la autonomía.
El biberón debe abandonarse hacia los 18 meses. Durante el segundo año de vida deben comenzar a utilizar
la cuchara y el vaso. Después, aprenderán a utilizar el tenedor, el cuchillo, y todo el resto de utensilios
necesarios.
· Estilo de vida: Favoreceremos el desarrollo de diferentes actividades teniendo en cuenta las preferencias y
las cualidades de cada niño.
Las actividades de ocio para el tiempo libre son importantes porque ayudan a superar dificultades,
previenen trastornos de comportamiento, hace que lleven una vida más activa y sobre todo porque les
hace disfrutar enormemente. Así, la pintura, la música, la cerámica, etc, son actividades a las que se
han incorporado con éxito.
Fomentar el ejercicio físico: deporte en grupo, natación, senderismo, etc. Las actividades
deportivas deben comenzar pronto y mantenerse con regularidad.
Cuidados de higiene personal
- Educar para el control de esfínteres.
- Ducha o baño diario.
- Especial cuidado en la boca, los ojos y las manos.
Todo ello sin olvidarnos de favorecer la autonomía desde los primeros años.
-Durante la infancia recomendaremos la limpieza de los dientes al menos 2 veces al día. Comenzarán las
visitas regulares al dentista cada 6 meses para:
- Profilaxis dentaria (limpieza, sellado y flúor).
- Corrección de posibles anomalías mediante ortodoncia.
Crecimiento
Será importante valorar durante toda la infancia el crecimiento, contrastándolo en las tablas de crecimiento
para niños con síndrome de Down. Existen tablas de crecimiento. Cualquier desviación en el crecimiento
obliga a realizar un estudio para determinar la causa. Entre las posibles causas se encuentra la enfermedad
celíaca que consiste en una alteración de base inmunológica, por la cual aparece intolerancia al gluten que es
una proteína específica de la harina. Se observa en un 5-10% de niños y adolescentes. Su diagnóstico
requiere hacer una serie de pruebas: determinación de anticuerpos antigliadina, antiendomisio y
antitransglutaminasa a los 2-3 años, que debe realizarse a todos los niños con síndrome de Down hacia los 3
años.
Obesidad
La prevalencia de obesidad en las personas con síndrome de Down es más alta que en la población general,
lo cual es un motivo de gran preocupación. La obesidad, además de ser perjudicial para la salud, influye
negativamente en la forma en que nos ven los demás.
La tendencia a la obesidad se produce en estos niños desde los 2-3 años y se acentúa en la etapa de la
adolescencia.
- Resulta muy útil: Ejercicio físico actividad física rutinaria: ir andando al colegio, no usar ascensores,
participar en juegos, etc. Actividad física programada: al menos 3 días a la semana durante 30 minutos.
Apoyo psicológico
- Mantener un elevado grado de comprensión, simpatía y palabras de aliento.
- Realizar controles de peso frecuentes sobre todo al principio.
- Marcar objetivos alcanzables.
- Mejorar la autoestima: informar y alabar siempre los progresos.
Visión
Los problemas oculares siguen siendo frecuentes durante toda la infancia por lo que habrá que continuar
visitando al oftalmólogo. Los más frecuentes son los siguientes: Estrabismo y Errores de refracción (70%):
miopía, hipermetropía y astigmatismo. Requieren el uso de gafas.
Función tiroidea: determinar anualmente las hormonas tiroideas ya que estas pueden traer problemas graves
de desarrollo.
Trastornos del sueño
La apnea obstructiva del sueño tiene lugar cuando se interrumpe el flujo de aire inspiratorio desde las vías
respiratorias superiores a los pulmones, generalmente durante diez segundos o más y durante la interrupción
del flujo de aire persiste el trabajo respiratorio.
Los síntomas ante los que hay que sospechar una apnea obstructiva del sueño son: ronquidos y pausas
respiratorias, posturas extrañas para dormir, tos crónica nocturna, cefalea, cambios en la conducta, retraso de
crecimiento y otros. Cuando se sospeche este problema, se deben realizar estudios de sueño y si es necesario
realizar tratamiento.
Trastornos convulsivos
Hasta un 8% de niños con síndrome de Down tienen algún tipo de crisis convulsiva. En los bebés de 5 a 10
meses de edad se ha observado un tipo especial de acceso llamado espasmos infantiles o síndrome de West.
En la actualidad la terapéutica farmacológica es muy eficaz.
Problemas de conducta durante la infancia
Clásicamente se ha creído que los chicos con síndrome de Down eran más manejables, amistosos,
encantadores y con poco riesgo de tener problemas de conducta. Actualmente, se sabe que los niños con
síndrome de Down presentan con frecuencia trastornos de la conducta y de ansiedad. Estos problemas se
deben detectar pronto y tratarse de forma adecuada. Además de estos trastornos, existen dos entidades que
están despertando actualmente gran interés: el trastorno de hiperactividad con déficit de atención y el
trastorno tipo autista.
El trastorno de hiperactividad con déficit de atención se da en las personas con síndrome de Down con
más frecuencia que en la población general (10%). Debe ser reconocido para poder tratarlo en caso necesario
pues responde bien a fármacos estimulantes como el metilfenidato. Los síntomas que caracterizan este
síndrome son: dificultad para concentrarse, poca tolerancia ante la frustración, nivel de actividad alto e
inestabilidad emocional. Son niños irritables, en general difíciles de tratar por los padres y profesores.
Otro trastorno más serio, el trastorno de espectro autista, también es más frecuente que en la población
general. Alrededor del 5-10% de los niños con síndrome de Down tiene asociado un trastorno de tipo autista.
Su diagnóstico es imprescindible para poder adoptar las medidas terapéuticas necesarias. Debemos
sospecharlo cuando aparecen rutinas repetitivas y dificultad para aceptar cambios en las rutinas, respuestas
sensoriales peculiares e inconstantes, repulsa a la comida, escasa comunicación o poco expresiva, conductas
desafiantes y destructivas, conducta autolesiva, regresión en el desarrollo y trastornos en la relación social
con poco contacto visual. Antes de valorar este diagnóstico es necesario descartar otros problemas médicos.

Identificación de necesidades de atención de salud en niños con autismo

-Para diagnosticar el autismo deben manifestarse un conjunto de trastornos relacionados con la


comunicación, la socialización y la conducta (bio-psico-social). Los primeros síntomas suelen ser:
 Perdida del habla, no mira a los ojos, parece que fuera sordo, se obsesiona con los objetos,
desinteresado en las relaciones sociales, en algunos caso puede confundirse con esquizofrenia
infantil.
 Acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los sentimientos de los demás.
 Ausencia de: Búsqueda de consuelo, capacidad de imitación, juego social, vías de comunicación.
 Marcada anormalidad en la comunicación no verbal y emisión del lenguaje con afecto.
 Ausencia de actividad imaginativa, movimientos corporales estereotipados, preocupación
persistente por parte de objetos, insiste en seguir rutinas, concentración en un interés particular.

PRIMER AÑO LACTANTE


 Bebe menos alerta en su entorno, permanece en la cuna por horas sin molestar, no responde al abrazo
de la madre, son difíciles de cargar, lloran sin motivo y por largo rato, no aparece la sonrisa social, rara
vez mira rostro materno, no diferencia a los familiares, los juegos le resultan indiferentes.
SEGUNDO Y TERCER AÑO
 Trastornos cada vez más evidentes: no se visten solos, no se relacionan con niños, prefieren jugar
solos, no presentan experiencias ni vivencias propias, el lenguaje es defectuoso, presentan ataques
violentos, agresivos y sin provocación alguna.
TRATAMIENTO
 La educación especial es el tratamiento específico y puede darse en una escuela especifica o bien en
forma individualizada.
 Se puede recurrir a la psicoterapia aunque los resultados son escasos, debido a que el déficit
cognitivo y de lenguaje dificultan la terapéutica.
 El apoyo familiar es de gran utilidad.
 Los padres deben de saber que la condición autista no es un trastorno relacionado a lo afectivo.
 Es recomendable tener contacto con asociaciones para padres de niños autistas
 Hay que considerar también el aspecto farmacológico indicado por el especialista.
 El autismo no tiene curación.

Cuidados de enfermería en niños con autismo

Los profesionales de la salud y padres que sospechan que su niño puede ser autista deben de consultar al
pediatra para que los refiera al psiquiatra de niños y adolescentes quien pueda diagnosticar con certeza el
autismo, el nivel de severidad y determinar las medidas educacionales apropiadas.
El autismo es una enfermedad y los niños autistas pueden tener una incapacidad seria toda su vida.
Sin embargo con el tratamiento adecuado el niño autista puede desarrollar ciertos aspectos de independencia
en sus vidas.
Los profesionales de la salud y los padres deben de alentara sus niños autistas para que desarrollen esas
destrezas que hacen uso de sus puntos fuertes de manera que se sientan bien consigo mismos.
El psiquiatra además de tratar al niño, puede ayudar a la familia a resolver el stress, por ejemplo puede
ayudar a los hermanitos, que se sienten ignorados por el cuidado especial que se le da al niño autista o que se
sienten abochornados si traen a un amiguito a casa, y orientar a toda la familia para que puedan crear un
ambiente favorable para el desarrollo y la enseñanza de un niño autista.

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