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ÁMPARO; El juicio de amparo es un medio de control de constitucionalidad de los

actos emitidos con motivo del ejercicio de poder previsto por el jurídico mexicano,
el cual tiene por objetivo proteger los derechos humanos y derechos fundamentales
establecidos en la Constitución, así como en los Tratados Internacionales de los
que México sea parte, cuando estos son violados por normas generales, actos u
omisiones de autoridad o de particulares señalados en la ley.

El juicio de amparo mexicano se encuentra regulado por los artículos 103 y 107 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y su ley reglamentaria,
denominada la Ley de Amparo.

Características

De conformidad con el artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, ésta conjuntamente los tratados internacionales son la "Ley suprema de
toda Unión" y deben de prevalecer sobre cualquiera otra ley y sus disposiciones
referentes a los derechos fundamentales, deben ser norma limitativa de la actuación
de todas las autoridades, porque tales derechos son base imprescindible de la
convivencia social y, en consecuencia, su efectividad práctica debe ser reconocida
y aplicada por los órganos gubernativos a fin de que sus actividades se desarrollen
sin violación de ninguno de los derechos fundamentales. No obstante, lo anterior,
las violaciones a tales principios y derechos constitucionales son inevitables,
situación por la cual desde el año de 1840, en la Constitución de la República de
Yucatán, se creó el juicio de amparo.

El juicio de amparo es un medio de control constitucional a posterior del sistema


jurídico mexicano al igual que la acción de inconstitucionalidad y la controversia
constitucional. A diferencia de estos dos últimos, el juicio de amparo es promovido
por cualquier particular que considere que sus derechos humanos han sido
violentados por normas generales, actos de autoridad o de particulares señalados
en la ley.

Por ello es que se considera que el juicio de amparo es un control concreto de la


constitucionalidad, pues verifica la regularidad constitucional de un acto en
particular emitido en una situación en particular.
Los efectos generados por virtud de una sentencia de amparo son inter-partes, lo
cual es razonable al considerarse que el juicio de amparo no busca la protección de
la totalidad de los principios constitucionales, sino que únicamente analiza la
violación a derechos fundamentales de un acto de autoridad en concreto. Es por
esto que no es factible otorgar efectos generales a una resolución de amparo, pues
el análisis de regularidad constitucional se constriñe a un supuesto en específico,
por lo que no es dable generalizar el análisis hecho de un supuesto en particular.

Este juicio de amparo se extiende a un minucioso control de la


constitucionalidad y legalidad, el cual tiene la finalidad de evitar que los actos de
autoridades contravengan lo previsto por la constitución (control de
constitucionalidad) o las leyes que rigen en nuestra nación (control de legalidad),
limitándose a amparar a los afectados (quejosos) o no contra el acto de autoridad
que estimaron violatorio de sus derechos fundamentales. Cabe destacar que el
amparo se ha extendido de ser una herramienta de control constitucional a ser
también un juicio de control de legalidad toda vez que es un derecho fundamental
reconocido por la Constitución que las autoridades realicen una correcta aplicación
de la ley.

El referido medio de protección constitucional es un procedimiento judicial


propiamente dicho y entraña una verdadera contención entre la persona agraviada
que lo promueve y la autoridad que dicho promovente considera que ha afectado o
trata de afectar sus derechos garantizados en la Constitución, situación de derecho
que se explica mejor de la siguiente manera:

 El agraviado o "quejoso" asume el papel de actor en la controversia y la


autoridad designada como responsable interviene como demandada;
 La materia de la controversia es el acto concreto o la omisión de autoridad que
el interesado considera lesivo de sus derechos fundamentales;
 La decisión incumbe a los tribunales judiciales federales.

Principios del Juicio de Amparo


El juicio de amparo se rige, según la doctrina, la constitución y la ley, por los
siguientes principios:2

 Principio de instancia de parte.

 Principio de agravio personal y directo.

 Principio de definitividad.

 Principio de estricto derecho.

 Principio de relatividad de las sentencias de amparo.

Tales principios son los más importantes que deben observarse la tramitación de un
juicio de amparo, es importante recordar que los principios previamente señalados
no son absolutos y aceptan ciertas excepciones. Cabe destacar que ni la
constitución ni la ley señalan expresamente los principios que rigen al amparo, sino
que la denominación de los mismos ha sido otorgados por la doctrina; sin embargo,
ambos cuerpos normativos recogen tales principios al momento de reglamentar al
juicio de amparo.

Principio de instancia de parte Agraviada[editar]

El principio de instancia de parte agraviada se refiere a que el juicio de amparo


solamente podrá ser promovido por aquella persona que siente agraviada por el
acto reclamado. Es decir, si un determinado acto de una autoridad afecta los
derechos fundamentales de una determinada persona, solo esa persona podrá
acudir al juicio de amparo para el efecto de impugnarlo, siendo improcedente el
amparo que sea promovido por una persona diversa. Esto excluye la posibilidad que
el juicio de amparo inicie de oficio.

De igual forma, el principio de instancia de parte impone al quejoso la carga de dar


impulso procesal al juicio de amparo que haya interpuesto, pues solo él es quien se
encuentra interesado en salvaguardar sus derechos fundamentales. Una excepción
a esta característica sería cuando el quejoso se encuentre en uno de los supuestos
de suplencia de la queja, en los que el Juez de Amparo se encuentra constreñido a
recabar, incluso de oficio, pruebas que demuestren la procedencia de la acción
constitucional ejercida por el quejoso.

De la mano del presente principio va el de relatividad de las sentencias de amparo,


pues la sentencia que pudiere llegarse a dictar dentro de un juicio de amparo
solamente podrá afectar o beneficiar a la persona que haya pedido el amparo, es
decir, a quien lo promovió.

Principio de agravio personal y directo

Este principio impone que quien promueve el juicio de amparo debe ser aquella
persona que, en su concepto, sufre la violación a sus derechos fundamentales por
el acto de autoridad que impugna. De aquí se desprende la existencia de dos
conceptos un agravio, o perjuicio, que deriva en la existencia del interés jurídico o
legítimo, según sea el caso; es decir, el acto de autoridad que se estima violatorio
de derechos fundamentales de una determinada persona debe de incidir
directamente (interés jurídico) o indirectamente (interés legítimo) en su esfera
jurídica y perjudicar un derecho que se encuentra jurídicamente tutelado.

Una excepción al presente principio sería cuando nos encontramos ante alguno de
los actos que se encuentran prohibidos por el artículo 22 constitucional, exista
peligro de deportación, incorporación forzosa a las fuerzas armadas, destierro o el
quejoso ha sido incomunicado, ya que ante tales supuestos un tercero, incluyendo
menores de edad, pueden iniciar el juicio de amparo correspondiente. No obstante,
lo anterior, el quejoso se encontrará obligado a ratificar la demanda interpuesta por
el tercero.

CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL;

Una controversia constitucional es un proceso jurisdiccional seguido ante la


Suprema Corte de Justicia de la Nación como instancia única en la que se dirimen
conflictos de constitucionalidad o de legalidad surgidos a partir de
las distribuciones competenciales en los distintos órdenes jurídicos o derivados
del principio de división de poderes.
En este sentido, cabe hablar de tres categorías generales de conflictos[1]:

a) Los que se presentan entre los distintos órdenes jurídicos (federal, estatal, del
Distrito Federal y municipal) con motivo de la constitucionalidad o legalidad de
normas generales o individuales. Ejemplo: El Estado de Jalisco, a través de su
Gobernador, impugna la Norma Oficial Mexicana NOM -046 – SSA2 – 2005 emitida
por el Poder Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Salud por considerar,
entre otras cuestiones, que vulnera su ámbito competencial al obligar a todos los
hospitales del país a brindar la anticoncepción de emergencia en casos de violación.
La Corte resuelve que dicha NOM es constitucional en la controversia constitucional
54/2009.

b) Los que se presentan entre órganos de distintos órdenes jurídicos con motivo
de la constitucionalidad o legalidad de sus normas generales o individuales.
Ejemplo: La Asamblea Legislativa del Distrito Federal impugna la Ley Federal de
Seguridad Privada por considerar que invade su competencia exclusiva para
legislar sobre la materia. La Corte resuelve que la ley federal impugnada es
constitucional en la controversia constitucional 132/2006.

c) Los que se presentan entre órganos del mismo orden jurídico con motivo de
la constitucionalidad de sus normas generales o individuales. Ejemplo: El
Presidente de la República como titular del Poder Ejecutivo impugna la resolución
de la Cámara de Diputados que rechaza las observaciones presidenciales al
Presupuesto de Egresos de la Federación. En este caso, el Presidente argumenta
tener facultad de vetar dicho presupuesto. La Corte resuelve que sí procede el veto
presidencial al presupuesto en la controversia constitucional 109/2004.

El objeto de la controversia constitucional es asignar una competencia a favor de un


órgano. Así, en la sentencia se llegará a la conclusión de cuál fue el órgano que
actuó “indebidamente” y fuera de su esfera de atribuciones y, por lo tanto, se le
asignará dicha competencia al indicado.
De ser declarada una norma general como inválida o inconstitucional, los efectos
de dicha resolución se limitará a las partes en la controversia, a no ser que hubiere
sido aprobada por una mayoría de por lo menos ocho ministros. En este último caso,
su inconstitucionalidad tendrá efectos generales, es decir, la norma se expulsará
del ordenamiento.

El plazo para la presentación de la demanda es de 30 días tratándose de un acto o


norma general y únicamente pueden interponerla aquellos órganos legitimados para
hacerlo. En este sentido, los particulares no pueden promover una controversia
constitucional.

Cabe destacar que, según lo dispuesto en la Constitución, las controversias son


improcedentes en materia electoral. Sin embargo, el concepto de “materia electoral”
tiene límites difusos en la jurisprudencia. Asimismo, la misma Corte se ha
pronunciado en cuanto a la imposibilidad de impugnar reformas constitucionales a
través de esta vía.

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