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I) FILIACION
1. FILIACION MATRIMONIAL
1
BAQUERO VEGA IRMA, La Filiación a la luz del Derecho Colombiano, Chileno, Argentino,
Venezolano y Peruano, Lima 2011.
2.1. TEORIA MIXTA
La fórmula del artículo 361 del código civil es un beneficio del hijo, sin embargo es
necesario, como ya lo hemos manifestado, abrir la posibilidad de que el marido que no
se crea padre del hijo que alumbro su mujer pueda negarlo. Pero cuales serían sus
argumentos para impugnar al hijo, obviamente estos deberán estar referidos a la
negativa de él, de haber tenido trato intimo con su mujer y en articular en el periodo
de la concepción. Pues bien estas exigencias nos llevan a considerar el plazo de
gestación, dentro del cual debe comprenderse la concepción y el alumbramiento;
sobre el particular no es posible establecer un plazo único de gestación, pues ello
dependerá del organismo de la mujer, sin embargo resulta necesario fijar un plazo
mínimo y máximo y así lo ha entendido el derecho, estableciendo pazos de 180 días y
300 como mínimo y máximo de gestación.
Desde roma nos llega esta presunción iuris tantum, conocida como pater is quen
nuptiae demostrant y que etimológicamente significa padre es quien las nupcias
demuestran, y que se traduce en el hecho de que si una mujer casada alumbra un hijo,
se tiene como padre de este a su marido, y ello en función de las obligaciones que
impone el matrimonio, principalmente la cohabitación y la fidelidad que se deben los
cónyuges, sin embargo, el hecho de que una mujer casada conciba o alumbre un hijo
no significa necesariamente que ese hijo sea de su marido, sobre el particular veamos
dos hipótesis de trabajo:
Nacimiento se produce antes de cumplir los 180 días de la celebración del matrimonio
o después de los 300 días de disuelto o anulado el matrimonio. Aquí la concepción ha
ocurrido fuera del matrimonio, por lo tanto el hijo no goza de la presunción pater is,
pues las relaciones extramatrimoniales no pueden presumirse, ahora bien. Quedará en
poder del marido que no se sienta padre de esa criatura negar esa paternidad, pero si
él se considera padre, por otro lado, tratándose del hijo que nace después de los 3000
días de haber terminado el matrimonio, no hay mayor problema en reconocer que ese
hijo será extramatrimonial aun cuando el padre sea el marido de su ex mujer.
El estado de familia es inherente a la persona. Se dice que una persona tiene un padre,
una madree, en tato que se encuentre debidamente acreditando el vínculo paterno o
materno filial, vinculo que tiene dos componentes: uno de hecho natural, que alude a
la procreación, y otro jurídico. En este último componente, se habla de título de estado
como instrumento que prueba el estado de familia de una persona, así en el caso de lo
matrimoniales, el titulo lo presenta la partida de nacimiento y la de matrimonio de sus
padres, y en el caso de lo extramatrimoniales el titulo está representado por el
reconocimiento o por la declaración judicial de paternidad. Ahora bien, quien no se
encuentre emplazado en el estado de familia que le corresponde tiene a su alcance la
acción de estado. Por ejemplo, el hijo que se considera como tal respecto de un
matrimonio, entonces demandara a sus presuntos padres matrimoniales para asumir
la condición del estado de familia de determinada persona por no coincidid con la
realidad; por ejemplo el marido de la mujer que alumbró a un hijo y considera que no
es suyo, puede accionar para hacer desaparecer ese estado de familia de hijo de su
mujer, que por la presunción legal estaría gozando de la calidad de hijo matrimonial.
4. CONTESTACIÓN DE LA PATERNIDAD
En doctrina se distingue la negación o desconociendo de la paternidad, de la
impugnación. La primera ocurre cuando el hijo tenido por mujer casada no está
amparado por la presunción pater is, de modo que el marido se limita a expresar que
no es suyo el hijo de su mujer, y que es a la madre y al hijo probar lo contrario. La
impugnación corresponde al marido cuando el hijo tenido, por su mujer y a quien no
considera suyo, está amparado por la presunción pater is, recayendo la carga de la
prueba en el marido. La diferencia está dada por quien soporta la prueba. En nuestra
legislación se usa el término negación.
Refiere el artículo 363 de Código Civil modificado por la ley 27048, que el
marido que no se crea padre del hijo de su mujer puede negarlo en los siguientes
casos:
1.- Cuando el hijo nace antes de los 180 días siguiente a la celebración del
matrimonio. Obviamente aquí la concepción se ha dado antes del matrimonio, por lo
que ese hijo no goza de la presunción pater is, por cuanto, como ya lo hemos
señalado, la ley no puede presumir relaciones extramatrimoniales, por lo tanto el
marido solo probará la fecha del matrimonio y la del nacimiento del hijo (artículo 370),
recayendo la carga de la prueba sobre la madre y el hijo, y además porque no resulta
lógico acreditar que no se upo algo o que no ocurrió algo, esto es, la denominada
probanza diabólica.
Sin embargo por excepción se limita esta acción, y son los casos del artículo 366
del C.C. así, si antes del matrimonio el marido ha tenido conocimiento del embarazo,
porque si ello fuera así, entonces su conducta traducida en la celebración del
matrimonio con esa mujer, revela que él se considera responsable del embarazo o
admite expresa o tácitamente que es su hijo. Se permite igualmente accionar aun
tratándose de un hijo muerto. Si existe interés legítimo de esclarecer la relación
paterno filial, es evidente que se trataría de un defecto sustancial que haga
insoportable la vida en común.
2.- cuando sea manifiestamente imposible, dadas las circunstancias, que haya
cohabitado con su mujer en los 121 primeros días de los 300 anteriores al del
nacimiento del hijo. Esta causal está referida a los plazos mínimo y máximo de
gestación, y en particular a la concepción. Entonces, cuando el marido acredite que fue
imposible tener trato intimo con su mujer en el periodo de la concepción, podrá
resultar victorioso.
3.- Cuando esté judicialmente separado los primero 121 días de los 300
anteriores al del nacimiento del hijo. Recordemos que según el artículo 332 del C.C., la
separación judicial suspende el deber de cohabitación, por lo tanto el hombre y la
mujer ya no tienen obligación de tener trato íntimo. Al marido le basta con probar la
resolución judicial de separación y la partida de nacimiento del pretendido hijo, con la
cual estará acreditando que la concepción se dio cuando ya estaba separado
judicialmente de su mujer. Si la mujer alegara que no obstante la separación judicial,
cohabitaron durante el periodo de la concepción, o que los cónyuges se reconciliaron
después de la resolución de separación, sobre ella recaerá la obligación de probar
dicho hechos.
4.- Cuando adolezca impotencia absoluta. Debió estar comprendido dentro del
segundo inciso, sin embargo se ha considerado pertinente regularlo por separado.
Aquí la impotencia que se regula es la coeundi, esto es, la imposibilidad de realizar
coito. Esta impotencia absoluta debe haber existido durante el periodo de la
concepción. La carga de la prueba recae en el marido.
Importante resulta señalar que el artículo 364 del C.C., parte del supuesto de la
acción de negación de paternidad del marido, cuando su cónyuge alumbró un hijo y el
considera que no es de él, esto es, para que funcione el artículo 364 de haber existido
un parto respecto de la cónyuge, pues si no lo hubiera, entones no cabe computar
plazo alguno, y este sería el caso de una pareja de casados que se encuentra don una
partida de nacimiento de un hijo quien aparece como tal respecto de esa pareja
matrimonial, sin que esta tenga conocimiento de tal hijo. En ese supuesto, no cabe
aplicar el plazo del artículo 364, ni mucho menos los supuestos del artículo 363 del
C.C., pues todos ellos están referidos al hijo biológico de la mujer casada.
7. TITULARES DE LA ACCIÓN
Esta situación no fue regulada por el código de 1936. Hoy el Código Civil de
1984, en su artículo 371, sí se ocupa de ella, señalando que la maternidad puede ser
impugnada en los casos de parto supuesto (por ejemplo un matrimonio en el que el
cónyuge ha tennido con una mujer diferente a su consorte un hijo, y lo inscribe como
si fuera hijo de la sociedad conyugal. Entonces, aquí se está imputando falsamente un
hijo matrimonial mujer casada) o de suplantación de hijo. La acción debe interponerse,
dentro del plazo de 90 días, contados desde el día siguiente de descubierto el fraude
corresponde únicamente a la Supuesta madre. Los herederos y ascendientes de ésta
sólo pueden continuar el juicio si aquella iniciado, tal como es de verse del numeral
372 del Código Civil. La acción se ejercita contra el hijo y contra el varón que
apareciere como padre.
La ley 27048 posibilita usar como prueba dentro de este juicio el ADN u otra prueba de
validez científica.
La demanda de filiación puede ser planteada por el propio hijo y no caduca, tal cormo
lo señala el artículo 373 del Código Civil. Pero si el hijo muere antes de cumplir los 23
años sin haber interpuesto la demanda, o si devino incapaz antes de cumplir esa edad
y murió en el mismo estado, entonces la ley faculta a los herederos para reclamar la
filiación dentro del plazo de 2 años: Los herederos del hijo también pueden continuar
la acción, sí. Éste la dejó iniciada.
Inseminación artificial
Inseminación viene de inseminere que significa sembrar, fecundar. Se dice de la
inseminación artificial cuando se introduce el semen a la vagina por una vía distinta del
coito. Dentro de la inseminación artificial se conoce la homóloga, que es una técnica
dirigida al logro de una concepción mediante la transferencia a las vías genitales de
una mujer casada del semen previamente tomado de su marido; mientras que en la
heteróloga el semen no corresponde al marido de la mujer a quien se insemina, sino a
una tercera persona.
Fecundación in vitro
Procedimiento por el cual se extrae el líquido folicular (aquel que contiene la hormona
foliculina o estrona), para fusionar luego el óvulo con el espermatozoide
extracorporalmente (in vitro), procediéndose más tarde a la implantación del huevo en
el útero materno. La formación del huevo o cigoto con este procedimiento no se
produce en el seno materno sino en el tubo de ensayo o probeta, en donde se
encuentra el esperma eyaculado, y el óvulo que ha recibido artificialmente los
elementos nutricios que las trompas de falopio le hubieran proporcionado en el seno
materno en una fecundación natural. La fecundación in vitro homóloga corno
heteróloga se realiza extracorpóreamente, es decir la concepción se efectúa en un
tubo de ensayo o probeta. Ahora bien, surgen graves problemas por resolver de índole
no sólo legal, sino también de orden moral. Por ejemplo, el cigoto producido bajo esta
técnica constituiría vida, o sea que la vida comenzará cuando este cigoto se implante
en el útero materno. Hay consenso doctrinario, en cuanto a considerar que la vida
comienza con la concepción, así lo dice nuestro primer artículo Código Civil,
atreviéndonos a señalar que esta concepción a que alude el código, comprende no
sólo a la concepción natural si no también la artificial. Entonces la pregunta sigue
siendo cuando comienza la vida; sobre el particular. Para nosotros es caro que hay vida
desde el momento de la concepción, entendiéndose por ella la fusión del ovulo con el
espermatozoide pues desde ese momento existe un individuo genéticamente
individualizado, como dice la Instrucción Vaticana sobre problemas de bioetica "Desde
el momento en que el óvulo es fecundado se inaugura una nueva vida que no es la del
padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí
mismo. jamás llegar, a ser humano sino lo ha sido desde entonces".
Esta fecundación in vitro puede ser homóloga, y en este caso desde el punto vista legal
no ofrece mayores problemas, más si los ofrece cuando se trata de la heteróloga, en
donde se pueden dar varias posibilidades. Así, fecundación en laboratorio del óvulo de
una mujer con esperma de un hombre diferente de su cónyuge. O que el esperma
pertenezca al marido pero que el óvulo sea de una mujer que no es la cónyuge. O que
tanto el óvulo como el esperma pertenezcan a terceras personas ajenas. A la pareja
matrimonial, con lo cual estaríamos ante la denominada transferencia de embrión: En
todos estos supuestos podría plantearse el problema legal de si el donante de esperma
u óvulo, en el caso de que sea conocido, desea reclamar la paternidad o maternidad.
Creemos que desde el punto de vista legal ello no es viable en atención a la existencia
de la presunción pater is.
Convenio por el cual una mujer se compromete frente o alguien a gestar en su vientre
un embrión (óvulo fecundado en desarrollo, producto de la concepción hasta el tercer
mes) fecundado in vitro, producto de la fusión con esperma y un óvulo que puede o no
ser el suyo y a entregar a la criatura una vez nacida. También se le conoce como madre
subrogada, como aquella que ha cedido su útero para la gestación de un embrión. En
este caso, los problemas de orden legal que se pueden presentar son principalmente
derivados del ejercicio de la patria potestad respecto del hijo habido bajo este método.
Pues podríamos estar ante la madre biológica, la que gestó y alumbró; madre genética
la que cedió su óvulo; y madre legal la que se propone adoptar al niño. La dificultad
podría presentarse no tanto con la madre genética pues en estos casos el anonimato
es fundamental, mas sí con la madre biológica y la legal, cuando la primera se niegue a
entregar a la criatura entonces el juez tendrá que decidir a quién de ellas deberá
otorgar la patria potestad.
Es de verse en el citado artículo de la ley general de Salud , que no aborda todos los
problemas que se derivan de las Teras , por ello se hace urgente su regulación a
través de una ley especial , que proteja no solo los derechos de los usuarios sino
también de los concebidos . La inexistencia de una ley especial , crea confusión y
desazón en los magistrados , que al estar al frente de estos problemas no tienen
referencia legal que los ayude a resolverlos .
12.2. PROYECTO DE LEY SOBRE REPRODUCCIÓN ASISTIDA
Veamos, el Ministerio de Justicia, a través de una comisión designada, ha elaborado
un proyecto de ley conteniendo modificaciones a diversos libros del código civil ,
dentro de los cuales se encuentra el de familia , y las propuestas en este campo.
Veamos las sugerencias que nos trae el proyecto.
12.2.1. Filiación mediante fecundación medicamente asistida : Refiere el proyecto
que la filiación derivada de las técnicas de reproducción médicamente
asistidas se regulará por las normas vigentes , salvo las especiales
contenidas en este capítulo; así mismo no podrá hacerse referencia
acerca del tipo de reproducción en ningún documento personal ni en el
registro de estado civil ; sobre el particular señalamos que en la
actualidad , no hay normas que regulen esta materia , por otro lado nos
parece importante la protección del hijo nacido bajo estas técnicas , en
cuanto a la protección de su intimidad , dando solo información
adecuada en su registro de estado civil , de lo contrario se atentaría a
su condición y se discriminaría su forma de concepción.
12.2.2. Determinación de la filiación matrimonial: Refiere el proyecto que los hijos
se consideran matrimoniales cuando se utiliza material genético del
marido y con su debido asentimiento para la realización de la
reproducción médicamente asistida. Señala que los hijos son
matrimoniales cuando exista asentimiento del cónyuge, formalizando el
documento de fecha cierta, para la realización de reproducción
médicamente asistida con material genético de tercero. En casos de
reproducción médicamente asistida pos mortem con material genético
del marido , el hijo será matrimonial siempre que se realice dentro del
pazo máximo de seis meses de la muerte del marido. Obsérvese en
esta propuesta que se ubica en lo que se denomina fecundación
artificial homologa ( con semen del marido) , fecundación artificial
heteróloga ( con semen de tercero ) y fecundación artificial post
mortem,la fecundación homóloga no trae mayores problemas ; en
cuanto a la fecundación heteróloga , el proyecto requiere la
aceptación expresa del marido o de la mujer pues aquí hay uno que no
aporta su material genético , requiriendo de un tercero para dicho
procedimiento , en esta circunstancia se hace importante el
asentimiento , pues de no darlo posibilitaría la impugnación de la
paternidad o maternidad según normas del código civil .
En cuanto a la fecundación post mortem, se toma una posición
afirmativa respecto a estas inseminaciones que no siempre son acogidas
por las legislaciones , sin embargo bajo los efectos de que ese hijo
nacido bajo esa práctica sea considerado matrimonial debe realizarse
dentro de los seis meses deceso del marido, en este caso el plazo
consignado modificaría el artículo 361 del código civil , sin embargo
repárese la propuesta de que tendría sucesión . El proyecto solo
contempla la posibilidad de la fecundación artificial post mortem con
gameto del marido, no habiéndose pronunciado por el gameto
femenino de la madre fallecida.
12.2.3. Impugnación de paternidad: Sostiene el proyecto que procede
impugnación cuando se realiza la reproducción médicamente asistida
de la mujer sin mediar el asentimiento expreso del marido cuando se
trata de material genético de tercero. En cambio , para el caso especial
de fecundación post mortem fuera del plazo de los seis meses , se
dispone m a fin de evitar una tutela indefinida con la presunción pater
is , así como para evitar la pendencia de la partición hereditaria , que se
podrá contestar la paternidad .
12.2.4. Determinación de la paternidad extramatrimonial :El proyecto también
considera normas referidas a la fecundación artificial respecto a
personas no casadas , y así nos señala que no mediando matrimonio
entre quienes recurren a una reproducción asistida , el asentimiento en
documento de fecha cierta o testamento para la utilización de material
genético , sostiene que equivale al reconocimiento de filiación , por otro
lado , se especifica que la utilización de material genético de un
cedente anónimo no dará lugar al establecimiento de una relación
paterno filial , y por último en la reproducción médicamente asistida
post mortem con material genético de quien convivía con la madre , el
hijo se presumirá de aquel siempre que se realice dentro del plazo
máximo de seis meses de la muerte del conviviente.
Obsérvese que el proyecto entra a formular propuestas legislativas respecto de la
unión de hecho de la pareja , que entendemos que alude al concubinato regular ,
estrictu sensus , esto es, el estable , permanente , singular , notorio y público , y no
aquellas uniones temporales e incluso fugaces , si fuera así , se estaría regulando
situaciones inestables e inseguras , con graves perjuicios para los hijos ; ahora bien , en
cuento al cedente anónimo , en el que no existe filiación , la propuesta resulta
congruente , en el que se considera que se trata de un fin altruista y solidario que lleva
a una persona ceder su material genético , y por lo tanto no lo puede comprometer
con los deberes de filiación.
II) LA ADOPCIÓN
1. CONCEPTO
Recibir como hijo al que no lo es naturalmente. Esta frase describe con precisión lo que
es la institución. En efecto, por la adopción se establece una relación paterna o
materna filial entre dos personas que no lo son por naturaleza, relación que genera los
mismos derechos y deberes recíprocos entre padres e hijos, como si se tratara de una
relación paterna o materna filial natural. Lo que natura no da, judicatura lo otorga con
la solemnidad señalada por la ley. El adoptado ingresa en calidad y con los derechos
del hijo matrimonial, por ello su regulación legal se encuentra en la filiación
matrimonial.
La voz castellana adopción tiene su origen del latín adoptio onem, derivado del verbo
adoptare, que se compone del prefijo ad y del verbo optare, y que significa desear.
La adopción es una institución social que viene a satisfacer, por un lado el anhelo de
paternidad en personas que por diversos motivos la naturaleza les ha negado la
responsabilidad de procrear, y por otro lado, otorga una familia a aquellas personas
que no la tienen, o que teniéndola no encuentran en ella el calor de una filiación digna
y solidaria. La adopción en el Perú ha pasado por etapas, en las que llegó a cumplir los
fines humanitarios que todos deseamos, pero hubo también épocas en las que la
legislación permisiva, en colusión con malas autoridades sirvió para que se utilice con
fines mercantilistas, en donde se puso precio a la adopción, sobre todo cuando ésta se
trataba de la adopción internacional, caracterizándose esta oscura etapa, por el precio
que se pagaba a las madres solteras por entregar a sus hijos a personas extranjeras,
quienes, con un trámite irregular y en breve término, conseguían de malos jueces, en
contubernio con malos fiscales y abogados que patrocinaban estas causas, expidieran
resoluciones de adopción sin mayor evaluación de los adoptantes. Y lo que es peor, sin
un posterior control adoptivo, lo que dio lugar en muchos casos a que niños y niñas
peruanas fueran llevados al extranjero, en donde no se convalidaba la adopción
peruana, y por lo tanto eran tenidos como servidumbre. En otros casos fueron víctimas
de delitos de lesiones, e incluso de homicidios por parte de los adoptantes que
resultaban con conductas violentas, no observadas en el proceso de adopción, por la
carencia de evaluaciones objetivas. Felizmente ello ha variado, y la legislación presente
impide que se utilice la adopción con fines comerciales, en tanto que ha puesto el
acento en la intervención de las autoridades en la evaluación de los adoptantes y
adoptados, e incluso fijando una etapa previa para intervención de los jueces de
familia, a fin de que investiguen al niño o niña por adoptar y a sus padres biológicos,
pues no se trata tampoco de que la adopción sea una vía para incumplir con los
sagrados deberes que impone la patria potestad.
1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:
La adopción es un instituto tan antiguo como la humanidad misma, y es así que en
código de hammurabi; sexto rey de la primera dinastía de babilonia, se reglamenta la
adopción como un medio de ingresar a una familia y también de crear un heredero.
Existía todavía otra forma especial, la del hijo natural o de una esclava a quienes se les
concedía por este medio el carácter de hijos legítimos, y si el padre adoptivo tenía
luego hijos legítimos y repudiaba al adoptivo, debía entregarle una tercera parte de los
bienes muebles que correspondía a un hijo.
Los hebreos conocieron la adopción, y es testimonio elocuente el Antiguo Testamento,
libro Génesis, en el que Efraín y Manasés, hijos de José, fueron adoptados por Jacob.
En Egipto, parece que estuvo regulado y una prueba de ello es que Trémula, la hija del
Faraón, adoptó a Moisés, luego de salvarlo de las aguas del río Nilo.
En el Derecho germano, figuró como un tipo especial y se realizaba solemnemente
ante la asamblea a través de varios ritos simbólicos, sin embargo sus efectos eran más
morales que jurídicos.
En Roma la adopción fue intensamente practicada como un mecanismo de preservar la
subsistencia de la familia, que cumplía importantes funciones políticas y religiosas. Era
especialmente importante por lo que significaba el status romano, pues debía tenerse
a quien dejar sus cargos, sus nombres, sus responsabilidades, debido a que la familia
romana solo podía continuar por la línea de los varones. La adopción impedía que la
familia se extinguiera por la esterilidad de las uniones, o por la descendencia
exclusivamente femenina, o por la mortandad a causa de guerras o de pestes. En las
adopciones mencionadas, sus motivaciones y fundamentos eran de carácter religioso y
político. Se conocía la adopción de menores como alienis juris y la de mayores como
sui jures. Esta última se denominaba arrogación o adrogación, y era la que permitía
que las familias que no podían tener hijos los tuvieran recurriendo a la adopción. Así
adquirían descendencia a través de esta vía. Las adopciones más famosas son las de
Octavio por Julio César y la de Nerón por el emperador Claudio, que permitió a los
adoptados acceder a privilegios de los que eran titulares sus adoptantes.
En la alta Edad Media se extendieron, por influjo de la iglesia, las formas de adopción
per scripturam, adoptiones in hereditatem que equivalían a verdaderos pactos
sucesorios, sobre todo la adoptio in hereditatem en la forma de affilatio o affractio
(por la que una persona era llamada como hija o como hermana a la sucesión de otra).
El desarrollo posterior de la sucesión testamentaria, que reemplazo ventajosamente
aquellas formas de adopción, hizo innecesario recurrir a la ficción que ésta implicaba y
que perdió importancia en la baja Edad Media.
En el Derecho francés, especialmente en el código de Napoleón, se reguló como un
contrato, por lo que era eminentemente consensual, en donde primaba la autonomía
de la voluntad.
Nuestro Código Civil de 1852 acogió la figura gobernándola en forma muy semejante a
la del código napoleónico, así solo adoptaban los mayores de 50 años que no habían
hecho voto de castidad y sin hijos. La adopción cesaba si el adoptante tenía hijos
legítimos o reconocía a hijos naturales. El código Civil de 1936 reguló la adopción en
sus dos matices, la adopción plena, en la que se establecía una relación paterno filial
auténtica, y también se reguló la adopción menos plena o semi plena, que se limitaba
a la obligación del adoptante de alimentar al adoptado, pudiendo adoptar solo los
mayores de 50 años sin descendencia con derecho a heredar, debiendo ser sancionada
judicialmente. El adoptante ejercía la patria potestad sin embargo el adoptado
mantenía los derechos y deberes con su familia natural. El Código de Menores, ley
13968, señalaba que en el caso de menores abandonados o en peligro moral, los
requisitos de edad y la falta de herederos podían ser dispensados por el juez. La
adopción recién se hacía plena después de un año de ser concedida y podía ser
revocada en cualquier momento por el juez. Esta ley fue modificada por el D. Ley
22209 que estableció la irrevocabilidad de la adopción, y se aceptó como plena la
adopción desde que la sentencia quedaba consentida sin tener que esperar un año.
5. CLASES DE ADOPCIÓN:
En legislaciones como la francesa existen varias clases de adopciones, como la
remunerativa que se da cuando el adoptado salva la vida del adoptante, o la
testamentaria que es la que deja el tutor a su pupilo cuando fallece, antes de que éste
cumpla la mayoría de edad, siempre que haya estado bajo tutela al menos cinco años.
En Chile existen aún la adopción plena, que crea la relación paterno filial entre
adoptante y adoptado y la menos plena, que solo da al adoptado derechos
alimentarios y confiere al adoptante la patria potestad, pero el adoptado sigue
manteniendo sus vínculos con la familia natural. Con el Código Civil del Perú de 1936
también tuvimos la adopción plena y semi plena, sin embargo en el presente, con el
Código Civil de 1984, y también el Código de los Niños y Adolescentes, solo existe una
adopción, la plena, que significa que el adoptante deja de pertenecer a su familia
natural y se establece una relación paterno filial entre adoptante y adoptado, con los
mismos derechos y deberes de la sociedad paterno filial natural.
6. REQUISITOS DE LA ADOPCIÓN:
La adopción, para que tenga validez y por lo tanto produzca efectos, debe cumplir con
requisitos sustantivos y formales.
REQUISITOS DE LA ADOPCIÓN:
Edad: Con respecto al adoptante ha variado; con el Código Civil de 1852 y el de 1936 se
exigía que debieran tener por lo menos 50 años de edad. Hoy no existe un mínimo, sin
embargo se exige que entre el adoptado y el adoptante exista una diferencia mínima
de 18 años de edad. Sobre el particular el artículo 378, inciso 2°, del código civil, refiere
que la edad del adoptante sea por lo menos igual a la suma de la mayoridad y la del
hijo por adoptar. En lo que atañe al adoptado, si bien en un inicio solo estaba
autorizado adoptar a mayores de 21 y 18 años (Código napoleónico), atendiendo a la
necesidad del consentimiento, actualmente se autoriza adoptar a menores de edad así
como a mayores de edad.
Consentimiento: Con respecto del adoptante, es un requisito indispensable, y debe
manifestarse en el petitorio y en la ratificación ante la autoridad que conoce el proceso
de adopción. Ahora bien, si el adoptante es casado, se exige el asentimiento de su
cónyuge, lo que no implica que tal asentimiento convierta igualmente al cónyuge del
adoptante en otro adoptante. En lo referente al adoptado, si es mayor de edad debe
ser expreso, y se es menor de edad, la doctrina señala que este consentimiento lo
prestan los representantes legales, no obstante se exige el consentimiento del menor
cuando sea mayor de diez años de edad, tal como expresamente lo manda el artículo
378, inciso 4° del Código Civil. Resulta interesante plantearse si esta exigencia del
consentimiento del representante legal juega solo con los padres que ejercen patria
potestad y no con aquellos que por diversos motivos no la ejercen. Sobre el particular
cabe precisar que si el padre o madre ha perdido (extinción) la patria potestad,
entonces no cabe solicitar consentimiento alguno, pues ya dejó de ser titular de la
institución, pero si el padre o madre ha sido suspendido en el ejercicio, sí es necesario
el consentimiento, pues estamos solo ante un cese temporal del ejercicio de la patria
potestad. Por otro lado, resulta obvio que respecto del hijo extramatrimonial cuyo
padre no lo ha reconocido, no cabe solicitar consentimiento alguno en virtud de que
legalmente no existe padre.
Irrevocabilidad: Implica que el adoptante no puede dejar sin efecto la adopción, lo que
no impide que el adoptado que llegue a la capacidad pueda solicitar que se deje sin
efecto la adopción, debiendo precisarse que en este último caso no se trata de una
excepción a la irrevocabilidad. Por otro lado, debe precisarse que al dejarse sin efecto
la adopción, recupera vigencia sin efecto retroactivo la filiación consanguínea y la
partida correspondiente.
Requisitos formales: Nos referimos al procedimiento para lograr la adopción y las
exigencias establecidas en cada uno de estos procesos. Sobre el particular,
señalaremos que, tratándose de menores de edad, se establecen dos vías: la del
proceso administrativo, según Ley 26981, incorporado al Código de los Niños y
Adolescentes, y en el que se exige, como requisito indispensable para su procedencia,
que el menor haya sido previamente declarado en estado judicial de abandono por el
juez de familia en lo tutelar.
Adopción administrativa: Por ley 26981 del 1 de octubre de 1998, reglamentada por
Decreto Supremo 001-99-Promudeh del 30 de enero de 1999, se encarga a la
Secretaría Nacional de Adopciones, la titularidad para llevar adelante el programa de
adopciones de menores de edad en estado de abandono (se llama programa de
adopciones al conjunto de actividades tendentes a brindar hogar definitivo a un niño o
adolescente). El procedimiento administrativo de adopción comprende tres etapas: la
evaluativa, a cargo de la oficina de evaluación integral y que emite informe sobre los
solicitantes nacionales y extranjeros así de los niños por adoptar. La etapa adoptiva, a
cargo de la oficina de verificación e integración familiar, que designa al niño por
adoptar y en donde se realizan las diligencias de empatía, esto es, presentación del
futuro adoptado con los adoptantes, la colocación familiar, que implica la externación
del niño y la convivencia con los adoptantes por siete días prorrogables a otros siete
días, y si es favorable el informe social, se procede a emitir resolución administrativa
de adopción. Entonces los padres adoptantes proceden a firmar el compromiso post-
adoptivo, y se oficia a la oficina del Registro Civil para que se deje sin efecto la partida
original y se extienda una nueva; y la etapa post adoptiva, a cargo de la oficina de
acompañamiento y control post-adoptivo, control que se realiza cada seis meses y por
un período de tres años en el caso de nacionales, y por un período de cuatro años en el
caso de extranjeros, excepto Italia y Canadá en cuyos convenios se establecen tres
años, controles que se realizan mediante visitas realizadas por profesionales de la
secretaría, y en el caso de los extranjeros por profesionales autorizados según los
convenios internacionales, cuyos informes son remitidos al país. En el presente,
existen 34 organismos acreditados y autorizados por la secretaría nacional de
adopciones para patrocinar solicitudes de adopciones de residentes en el exterior. A
saber: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Holanda, Italia, España,
Estados Unidos de Norteamérica. Además de estos países con organismos acreditados,
existen otros que usualmente cuentan con solicitantes para adopciones en Perú,
gracias al Convenio de la Haya (Convenio relativo a la protección del niño y a la
cooperación en materia de adopción internacional La Haya, suscrito por el Perú el 16
de noviembre de 1994, aprobado mediante resolución legislativa 26474 del 1 junio de
1995, ratificado el 14 de setiembre del mismo año), y que son Francia, Suecia, Suiza,
Andorra y Australia.
El proceso judicial de adopción ante el juzgado de familia funciona sin necesidad de
declaración judicial de abandono, pero solo para determinados casos, tal como lo
establece el artículo 128 del Código de los Niños y Adolescentes. Así, procede a favor
del que posea vínculo matrimonial con el padre o madre del niño o adolescente por
adoptar. En este caso el niño o adolescente mantiene los vínculos de filiación con el
padre o madre biológica. También procede para el caso del que posea vínculo de
parentesco hasta cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, con el niño o
adolescente pasible de adopción, y por último, procede a favor del que ha prohijado o
convivido con el niño o adolescente por adoptar durante un período no menor de dos
años. Téngase presente que este cuerpo legal considera a la adopción como una
medida de protección al niño y Adolescente, por lo que, bajo la vigilancia del Estado, se
establece de manera irrevocable la relación paterno filial entre personas que no la
tienen por naturaleza. En consecuencia, el adoptado adquiere la calidad de hijo del
adoptante y deje de pertenecer a su familia consanguínea.
Tratándose de mayores de edad, es el código procesal civil el que regula estas
adopciones, y señala el proceso no contencioso según lo ordena el artículo 781 de ese
cuerpo de leyes. Si el presunto adoptado es incapaz, se requiere la intervención de su
representante legal. Y si cesa la incapacidad del adoptado, éste puede solicitar se deje
sin efecto la adopción. Y esto lo puede hacer dentro del año siguiente del cese de la
incapacidad. Si los futuros adoptados son capaces, entonces, según la ley 26662, Ley
de Competencia Notarial, modificada por la Ley 26809, la vía para solicitar la adopción
puede ser la notarial, debiendo anotarse que si el adoptado es casado, deberá prestar
asentimiento su cónyuge.
7. EFECTOS DE LA ADOPCIÓN:
Se ha señalado que por la adopción se crea una relación paterno o materno filial entre
adoptante y adoptado idéntica a la que existe en la sociedad paterno o materno filial
biológica. En consecuencia, los efectos se dan no solo en el derecho de familia, sino
también en el libro de personas y en el de sucesiones.
En el Derecho de Personas, en cuanto al nombre, el adoptado lleva los apellidos del
adoptante y se omiten sus apellidos anteriores. Recuérdese que se otorga una nueva
partida de nacimiento, y que la originaria ya no tiene efecto alguno, salvo el referido al
impedimento matrimonial. En cuanto al derecho de familia, el adoptado ingresa en
calidad y con los derechos del hijo matrimonial (repárese que su regulación se
encuentra en filiación matrimonial) , dejando de pertenecer a su familia consanguínea,
es decir se desliga de sus padres naturales. Resulta por demás discutible que un buen
sector de la doctrina considere que la adopción solo crea derechos y deberes
exclusivamente entre adoptante y adoptado, y que la adopción surte efectos jurídicos
hacia abajo, esto es, desde el adoptante hacia la línea descendente, no extendiéndose
efecto alguno entre el adoptado y los ascendientes biológicos del adoptante. Sobre el
particular nuestra posición es diferente. Pensamos que la adopción concede el título
de hijo al adoptado, y como tal con los mismos derechos y deberes de cualquier hijo
con respecto a su padre, y el parentesco creado por la adopción es entre el adoptado y
el adoptante y los parientes de éste. Así mismo, que al establecerse la adopción se
crea un parentesco no solo con el adoptante, sino también con los ascendientes del
adoptante. Señalar trato diferente es violentar las normas constitucionales de igualdad
de los hijos, y un trato discriminatorio respecto del adoptado, como algunos han creído
ver en el caso del artículo 818 del Código Civil, respecto de la representación sucesoria
que, procedería respecto del adoptante, adoptado y descendientes de éste, pero no
procedería en el caso del adoptado, adoptante y ascendiente de éste, lo que nos
parece injusto.
La patria potestad del menos adoptado es asumida por los padres adoptantes,
quedando extinguida para los padres naturales, que no la recuperan aun en el caso de
que los adoptantes mueran. En cuanto a los alimentos, son deberes que corresponden
al padre adoptante. En fin, será el padre adoptante el que ahora representará
legalmente al hijo adoptivo. Si fuere el caso, será el que autorice el matrimonio del
menor y podrá, si lo cree pertinente, designar tutor o curador testamentario para el
adoptivo.
En cuanto al derecho sucesorio, a diferencia del código civil de 1936, en el que el
adoptado heredaba al adoptante, pero éste heredaba al adoptado solo por sucesión
testamentaria, hoy ambos son herederos, tanto en la sucesión legal como en la
testamentaria.
DERECHO COMPARADO
Presentamos a continuación unos cuadros comparativos con respecto a la legislación
de filiación matrimonial en los países de Colombia, Chile, Venezuela, Argentina y Perú:
CONCLUSIONES