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Escenario|s

ESCENARIOS

Hace no menos de veinte años la llamada ruta del


bakalao, por las pistas de baile valencianas, dio
mucho que hablar. Un libro recoge ahora su historia
dando voz a algunos de sus protagonistas
30­31 diciembre 2016

Historias
del bacalao
Cultura|s La Vanguardia

IGNASI MOYA abiertodemiras(deoídos)yenelque


Pocos fenómenos lúdico­culturales se daban cita desde las corrientes
acabaron tan denostados y con tanta más comerciales a las más vanguar­
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mala fama como la llamada ruta del distas del momento: del pop guita­
bakalao, aquella concentración de rrero al punk, siniestros, nuevos ro­
discotecas y música de baile en Va­ mánticos, electrónica... Un cóctel de
lencia y alrededores que durante modernidad musical importada por
unos quince años –entre 1980 y un puñado de fanáticos de espíritu
1995– atrajo a miles y miles de segui­ emprendedor (eso ahora tan de mo­
dores a sus fiestas. Cierto es que co­ da) que difundían su credo desde las
Luis Costa rrió por allí bastante sustancia estu­ cabinas de los disc­jockeys (prehis­
¡Bacalao! pefaciente –las míticas mescalinas, tóricas, comparadas con las de hoy
Historia oral sobretodo–yqueelperiplodedisco­ en día), tiendas de discos y progra­
de la música de
baile en Valencia, teca en discoteca podía, en sus mo­ masderadio.Así,enaquellassalasde
1980­1995 mentosálgidos,prolongarsedurante baile,deBarracaaChocolateoSpook Mapa de las discotecas que en los
CONTRA EDICIONES todo el fin de semana sin interrup­ (por citar al trío más emblemático de años 80 y 90 participaron de algún
367 PÁG., 19,90 € ción (si hacía falta, se cocinaba una sus inicios) podían convertirse en hit modo en la ruta del bakalao CONTRA
paella en el parking de la discoteca, canciones de un grupo vanguardista
para que el cuerpo aguante). Pero no como The Residents (Kaw­Liga) o
parece justo que la historia de aque­ sonar temas a priori tan poco disco­ sonasencontrórespuestaenmilesde
llos días deba resumirse únicamente tequeros como el pop melódico de jóvenesconganasdefiestaenunmo­
en sus aspectos más polémicos. Para Tinseltownintherain,delosBlueNi­ mento histórico –posfranquismo,
muchos, hubo allí algo más que dro­ le, o incluso el piano minimalista de primeros años de la democracia– en
gasydesenfreno.Yahora,conunpo­ Wim Mertens con Maximazing the el que las ansias de libertad y la per­
co de la perspectiva que otorga el audience. misividad se conjugaron para hacer­
tiempo, el periodista barcelonés –y Ese empuje de unas cuantas per­ lo posible. Como todo fenómeno, el
bacalaoeshijodesutiempo:tandefi­
En años de incipiente nitivos fueron seguramente los in­
democracia, se citaron los dj al habla putsmusicalesquellegabandelexte­
rior como la falta de normativa sobre
en unas pocas horarios de cierre de los locales noc­
Luis Costa presenta su libro como turnosolaausenciadelegislaciónso­
discotecas ansias de una crónica oral, es decir, que ha bre las drogas sintéticas. Y es hijo
libertad y permisividad dado la voz a los protagonistas a también de un lugar específico. A fa­
través de numerosas entrevistas y vor de Valencia jugó seguramente el
también disc­jockey– Luis Costa ha su labor ha consistido en transcri­ estar fuera de los focos que ilumina­
explorado esa historia y la cuenta en bir y estructurar un relato –inteli­ bantodocuantosecocíaenMadrido
las páginas de ¡Bacalao! gible– con las respuestas. La cró­ Barcelona.Yprecisamentecuandoel
Algo que intentan desmentir la nicaoralpareceserunrecursoefi­ fenómeno empezó a llamar la aten­
mayoría de los protagonistas de ciente para contar historias de los cióndelosfocos–losmedios–empe­
aquellosdíasquehannarradosuver­ movimiento musicales más o me­ zó a gestarse el final de la historia. Si
sióndeloshechosparaellibro–disc­ nos recientes; prueba de ello son Luis Costa CONTRA los años ochenta vieron el apogeo, en
jockeys, promotores de conciertos, porejemploPequeñoCirco.Histo­ los noventa, una deriva musical aho­
directores de discotecas...– es que ria oral del Indie en España (Nan­ reu,66RPM,2014),Porfavor,má­ rasímásmaquinera,lallegadadeléx­
aquella movida valenciana fuera do Cruz, Contra Editorial, 2015), tame. La historia oral del punk tasis y las ambiciones económicas de
únicamente una fiesta maquinera, es Todo el mundo adora nuestra ciu­ (McCain y McNail, Libros Cru­ algunos, derivaron en presión poli­
decir, de esa música que prioriza el dad. Una historia oral del grunge dos, 2011), o Omega, la historia del cialymediáticasobrehorariosycon­
ritmo de chunda­chunda, muchos (Mark Yarm, Es Pop, 2015), From disco homónimo de Enrique Mo­ sumo de drogas; y se inició el declive.
beats por minuto (bpms), mucho vo­ awhispertoascream.Unahistoria rente por Bruno Galindo (Lengua De algún modo, la expresión “mo­
lumen y poca sustancia musical. Por oral de la música soul (David Mo­ de Trapo, 2011). rirdeéxito”esperfectamenteaplica­
contra, reivindican un fenómeno ble. De éxito y tal vez de precocidad,
ESCENARIOS
30­31 diciembre 2016
Carlos Simó, disc­

Cultura|s La Vanguardia
jockey de Barraca
entre 1980­86. A la
derecha, Distrito10,
en Valencia ciudad,
una de las discote­
cas más grandes de
la época CONTRA

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adelantándose a fenómenos poste­
movida o ruta riores como la fiebre acid house ibi­
cenca o el Madchester sound. Cierta­
Bayo, novelista
En 1984, Enrique Tierno Gal­ mente, la movida valenciana, con ba­ Chimo Bayo fue uno de los
ván, alcalde de Madrid, pro­ kalao o sin él, fue algo mucho más nombres más populares –y
nunció aquella famosa frase: underground que otros fenómenos polémicos– del llamado so­
“¡Rockeros:elquenoestécolo­ similares y/o coetáneos. Y en su pro­ nido Valencia, ya en los años
cado, que se coloque!”. En Va­ pia esencia estuvo también su fecha noventa. El maxi de la can­
lencia, no tuvieron ningún al­ de caducidad. ción Así me gusta a mí (1991,
calde tan enrollado, más bien Luis Costa ofrece en su libro una compuesta por Germán Bou
todo lo contrario: los poderes crónica bastante pormenorizada de e interpretada por Bayo)
públicos, sobre todo cuando todo ello y, cediendo la voz a los pro­ vendió más de un millón de
aquellamovidalevantinasehi­ tagonistas, evita juicios y valoracio­ ejemplares. A pesar de ello, el
zo más popular, se dedicaron a nes. Del conjunto emerge una histo­ disc­jockey valenciano no ha
perseguir cualquier tipo de co­ ria necesaria (apenas hay bibliogra­ querido participar con su
locón. Sea como fuere, la movi­ fía sobre el tema) y los retratos de testimonio en el libro de Cos­
damadrileñatriunfóylalevan­ unos personajes entre los que hubo ta. Sí ha dado, en cambio, su
tina se extinguió con más pena también episodios de celos en una versión de la ruta del bakalao
que gloria, estigmatizada en época en la que los disc­jockeys no en forma de novela con el tí­
los medios de comunicación eran todavía las estrellas en las que tulo No iba a salir y me lié, co­ Arriba, a la izquierda, el dj Alfredo Fiorito
comomecadefiesterosadictos hoy se han convertido. A su favor, en escrito con la periodista Em­ en 1988. A la derecha, de arriba abajo:
a estupefacientes varios y sin cualquier caso, no mostrarse exce­ ma Zafón y publicado recien­ Barraca en sus inicios; exterior de ACTV; y
ninguna pátina cultural. sivamente nostálgicos de aquellos temente por Roca Editorial. el dj Fran Leaners (derecha) en la tienda
de discos Zic Zac de Valencia CONTRA
años de bakalao. O bacalao. |

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