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ÍNDICE

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El Feminismo: el sesgo clasista, racista y cisnormativo.

1. Introducción.

La entrada de la Humanidad a la Modernidad se puede rastrear desde las


reflexiones alemanas, movimientos revolucionarios franceses e independentistas
norteamericanos. Podemos encontrar discursos que son intrínsecamente
modernos en donde se destaca al sujeto universal y abstracto sin embargo en
dichos discursos podemos destacar términos claves que se utilizaron para
describir a dicho sujeto o el hombre; Homme, en francés; Men, inglés; y Mensch,
alemán. En todo texto jurídico, filosófico, literario y político; podemos encontrar la
clara referencia a dicho individuo que, muy a pesar del lema de la Revolución
francesa, no están genuinamente denotando igualdad puesto que dichos
derechos, conflictos y alcances son exclusivos del Hombre; los derechos del
hombre no son los derechos de la mujer. Es a partir de esta realización que surge
la necesidad de luchar por el espacio en los campos discursivos y de acción en la
Sociedad de la Mujer.
Desde ese momento surgió en Europa Occidental y Norteamérica el
movimiento Feminista que buscaba la igualdad y liberación de la mujer, teniendo
como primera carta de acción el sufragio.1
El movimiento sufragista tuvo un impactante auge en Norteamérica y es aquí
en donde comienza nuestra problematización: ¿Está el movimiento feminista
sesgado por el racismo, clasismo y cisnormatividad? A través de un breve esbozo
histórico y un análisis de los acontecimientos actuales se tratará de dar resolución
a dicha problematización.

2. El sufragismo como primera evidencia de la subordinación.

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Habría que destacar que no cabe la homologación entre el sufragismo y feminismo puesto el
segundo buscaba libertades que iban más allá del voto, como lo fueron la eliminación de
discriminación por el estado civil, el acceso a la educación y trabajo remunerado, entre otros.
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Tal como Nicolás Avellaneda dijo en el popular refrán a quienes “…olvidan su
historia están condenados a repetirla”, por tanto, un análisis histórico del problema
es necesario para poder entender lo que se enfrenta. Como se mencionaba antes,
con el auge del sufragismo en Norteamérica nos encontramos con incontables
esfuerzos de mujeres que encabezaron las luchas por alcanzar un derecho
fundamental dentro de las sociedades democráticas. Entre dichas mujeres
podemos encontrar a Susan B. Anthony, Matilda Joslyn Gage y Elizabeth Cady
Stanton, es ésta última quien destaca en nuestro análisis.
En una carta dirigida al editor del New York Standard con fecha 26 de
diciembre de 1865, expone que estaba decidida a impedir que las personas
negras experimentaran un progreso si éste no significaba que las mujeres blancas
pudieran disfrutar de los beneficios inmediatos que contenía tal progreso. Stanton
hace referencia en sus discursos a las ideas del abolicionista Henry Ward Beecher
en donde exponía que las mujeres blancas, nativas y bien educadas tenían
argumentos muchas más influyentes para lograr el sufragio que las personas
negras o los inmigrantes. Como Angela Davis explica en su libro: “Las
observaciones de Beecher revelan las profundas conexiones ideológicas entre el
racismo, el sesgo clasista y la dominación masculina en tanto que las mujeres
blancas de las que él se enorgullece se describen utilizando el lenguaje de los
estereotipos sexistas prevalecientes.”
Esta tendencia continuó latente en el desarrollo del movimiento feminista
occidental, tanto así que para el boom de dicho movimiento en los años 70’s, la
feminidad occidental, blanca, clase media, burguesa pretendía “rescatar” a las
demás mujeres, sin embargo, los privilegios de “ellas” están vinculados a la
subordinación de las “otras”. A partir del análisis de su propia subordinación que se
transforma en sujetos de su propio pensamiento y surge una corriente intimista y
reflexiva de las mujeres de color, destacando la influencia de Maya Angelou 2
literatura, arte y movimientos revolucionarios emancipadores.

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Nótese la tendencia y temática de la subordinación de la mujer de color, desde la perspectiva
íntima, en el poema: “Aun así me levanto”: Tú puedes escribirme en la historia // con tus amargas,
torcidas mentiras, // puedes aventarme al fango // y aún así, como el polvo… me levanto.
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3. El feminismo lésbico, negro y latino-chicano.

Como Medina Martín expone citando a Moraga, “a través de los años 70


mientras que más y más blancas, en su mayoría de clase media, empezaban a
enfatizar el género como único origen de su propia opresión, fracasaban así en su
esfuerzo de incorporar los intereses de las mujeres de color de los EEUU de
manera fundamental más allá de la teoría” esto indicaba que debía proponerse un
movimiento verdaderamente revolucionario que involucrara a todas las identidades
y esto significaría que las mujeres no tendrían que escoger entre ellas.
Fue en estos años 70’ que surgió la segunda ola del feminismo, en donde el
feminismo lésbico comienza a perfilarse, esta nueva ola feminista ya no buscaba
la igualdad en el mundo androcéntrico, por el contrario, algunas tendencias
comenzaron a considerar la diferencia sexual como algo a reivindicar para la lucha
feminista; también surgieron los análisis del matrimonio como institución patriarcal
y de la heterosexualidad como sistema de opresión para las mujeres 3. El
feminismo lesbiano expuso la heterosexualidad como régimen político dentro del
mismo pensamiento feminista y también, al interior de los colectivos identitarios
nacionalistas o raciales. Por lo tanto, se puede analizar también que la opresión de
las mujeres desde la óptica de la heterosexualidad obligatoria es una institución de
sumisión que pretende apropiarse del cuerpo de las mujeres.
Respecto a la problematización de la “raza” es a partir de los movimientos
nacionalistas negros e identitarios en Estados Unidos en los años 60’ que surge el
feminismo negro y feminismo latino-chicano como una respuesta en resistencia a
la perspectiva machista, clasista y racista de la “mujer negra” y la “mujer chicana”.
De esa manera, estos grupos de la periferia comienzan a sobresalir como sujetos
políticos y conscientes de su realidad que proponen una confrontación de la
bidimensionalidad (etnia y sexualidad) del feminismo anglosajón.

4. La Sororidad.
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Ochy Curiel cita a Cheryl Clarke quien expresa“Ser lesbiana en una cultura tan supramachista
-capitalista- misógina- racista-homofóbica e imperialista, es un acto de resistencia”
5
La sororidad es una dimensión ética, política y práctica del feminismo
contemporáneo. Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de
relaciones positivas y a la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo,
subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones
específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo
mutuo para lograr el poderío genérico de todas y al empoderamiento vital de cada
mujer.
Después de tres siglos, aproximadamente, de esfuerzos por construir la
igualdad entre mujeres y hombres. Se han hecho esfuerzos además para lograr,
para todas, un sinfín de derechos humanos y libertades. Esos derechos tan
ansiados son sólo son vigentes para una porción de mujeres en el mundo y estos
son recibidos dependiendo de las clases, nacionalidades, edades, etc. La
desigualdad en el desarrollo y la prevalencia de formas terribles de opresión de las
mujeres son enormes. Reconocer dichas formas de opresión significa también
priorizar la construcción de la igualdad entre mujeres.

5. El Feminismo en los países tercermundistas.

El anterior esbozo histórico corresponde al desarrollo del Feminismo en los


países desarrollados en donde los conflictos anteriormente planteados acerca de
identidad (raza, sexualidad, etc.) están resolviéndose con la nueva corriente
filosófica de la Sororidad.
Es entonces que debemos preguntarnos qué está sucediendo en las
realidades más próximas a la nuestra con respecto a dichos conflictos.
Debemos tener claro que, en los países tercermundistas, en donde los
derechos primarios y educativos no son accesibles a toda la población, debe
tenerse en cuenta que teorías que propugnan libertades sexuales habrían sido
relegadas a segundo plano en la agenda política, entre ellas las luchas feministas.
El caso de El Salvador es evidente muestra de lo anterior, donde la mujer no
tuvo acceso al voto hasta 1950, un país en donde se necesitan programas de

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patrocinio para que las niñas tengan acceso a educación básica 4, un país en
donde, hasta el año actual, una mujer puede recibir hasta 50 años de cárcel por un
aborto espontáneo o emergencia obstétrica.
Sin embargo, se pueden citar académicas de renombre en el campo de la
literatura como el caso de Elena Salamanca y Laura Aguirre, en el campo de la
investigación social, que promueven la discusión de dichos temas.

6. El debate sobre la despenalización del Aborto en El Salvador.

Al contrario de lo que muchos pueden imaginarse el aborto no era penalizado


en su totalidad en El Salvador. Laura Aguirre en su columna del 14 de julio de
2016 del periódico digital El Faro nos comenta que antes de 1998 “una mujer
estaba legalmente habilitada para decidir la interrupción del embarazo por tres
razones: cuando ella estaba en riesgo de muerte, cuando el embarazo era
producto de una violación o incesto y cuando el feto padecía una malformación
congénita grave. Esto significaba que también el cuerpo médico estaba legalmente
habilitado para atender este tipo de casos. Estos derechos desaparecieron ese
mismo año”. Esto se vio reflejado en la reforma del artículo 133 del Código Penal
en donde se criminaliza la interrupción del embarazo. Aunado a esto se reformó,
además, el artículo 1 de la Constitución en donde se “reconoce como persona
humana a todo ser humano desde el instante de la concepción”.
Los mayores opositores a cualquier propuesta que minimice la
despenalización de cualquier forma de interrupción del embarazo toman como
estandarte este artículo de la constitución y puedan catalogarlo incluso como
equiparable al asesinato, muestra de ello es la campaña televisa de la Fundación
Sí a la Vida en donde declara que “El Aborto mata, destruye”.
Elena Salamanca en su blog Landsmoder del periódico digital El Faro dedica
una entrada a “Las columnistas de El Diario de Hoy” específicamente a Evangelina
Pilar de Sol quien, en Julio de 2014, dedicó su columna a revelar los nombres de

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UNICEF y Plan Internacional organizan en conjunto el programa Por ser niña en donde pretenden
proveer de educación a niñas de escasos recursos y así convertirlas en agentes de cambio y
potenciar un mejor desarrollo de las comunidades.
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algunas mujeres que están siendo juzgadas penalmente por sospecha de
“homicidio agravado”. Salamanca destaca que “Revelar sus nombres no solo
entorpece un proceso judicial, sino que las señala en una sociedad como la
salvadoreña, donde hay una constante búsqueda de a quién señalar o linchar
mediáticamente.”
La columna de Evangelina Pilar de Sol a la que Salamanca hace referencia
tiene como título “¡Mentirosas feministas!” un título que denota odio y
distanciamiento hacia el movimiento feminista. La posición social de clase de
Evangelina Pilar de Sol hace que ella se sienta en la potestad de deslegitimizar los
esfuerzos del movimiento feminista puesto que desde su condición no le son
necesarios, Salamanca hace referencia en esa misma entrada de su blog que
“Ser mujer, de la forma en que ustedes han sido educadas, es una condición de
privilegio.”
Evangelina Pilar de Sol y Regina de Cardenal 5, entre otros, no solamente se
expresan públicamente en contra de cualquier intento por la despenalización del
aborto, sino que también como señala Aguirre “Hasta ahora los grupos
conservadores y contrarios a hablar de derechos sexuales y reproductivos han
argumentado que impartir educación sexual sería contraproducente porque
alentaría a los jóvenes a tener relaciones sexuales precoces y, por lo tanto,
también subiría el número de embarazos no deseados y abortos. Pero los
números desmienten estos mitos. Solo es necesario ver los ejemplos de Holanda,
Alemania y Suecia.”
En octubre de 2016, la diputada Lorena Peña propuso ante la Asamblea
Legislativa la reforma del artículo 133 del Código Penal en donde se plantea la
despenalización del aborto en cuatro situaciones específicas, es decir, en ningún
momento se contempla el aborto como un derecho -al menos no aún- sino más
bien en una propuesta que no criminaliza la pobreza, la no-educación y la
juventud.

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En El Salvador, Regina de Cardenal, presidenta de la Fundación Sí a la Vida, principal opositora
de la despenalización al aborto declaró a la Prensa Gráfica en 2014 con respecto al apoyó que
instituciones internacionales brinda a las mujeres condenadas por sospecha de aborto “Dicen que
han sido mujeres víctimas, que han sido condenadas injustamente, lo cual es totalmente falso. La
evidencia de las condenas de estas mujeres demuestra que fue infanticidio”.
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La propuesta consiste en despenalizar el aborto cuando el propósito es salvar
la vida de la mujer gestante; cuando el embarazo es producto de una violación
sexual o trata de personas; cuando exista una malformación del feto que haga
inviable la vida extrauterina; cuando el embarazo es resultado de violación o
estupro en el caso de una menor.
Esta propuesta es una muestra de los esfuerzos que la corriente feminista
está logrando en el país, claro está que no son equiparables a los logros de países
desarrollados pero si son un claro ejemplo de la disposición al debate de las
esferas políticas del país y la inclusión de grupos minoritarios del país a dicho
debate.

7. Conclusiones.

El feminismo es un movimiento que surge de la necesidad de liberación y


reivindicación de la mujer como sujeto dentro la sociedad. El movimiento buscó
desde sus inicios la igualdad entre Hombres y Mujeres. Si bien en sus inicios
presento ideales racistas, clasistas y cisnormativos, como todo en la vida, no
permaneció estático; fue enriqueciéndose de aportes de los grupos periféricos
como lo fueron lesbianas, mujeres negras y latino-chicanas, que a través de la
realización que la lucha es común y una sola, estos grupos se unieron y
conformaron uno solo bajo la corriente de la Sororidad.
A pesar de que se están alcanzando grandes logros en materia de
empoderamiento y acceso a derechos y condiciones igualitarias de las mujeres,
países tercermundistas como El Salvador todavía se encuentra el sesgo racista,
clasista y cisnormativo en sus políticas respaldadas por mujeres que desde su
condición privilegiada no vislumbran la realidad de la gran mayoría de las
ciudadanas y por eso mismo se encuentra en una posición anti-sororidad. Por lo
tanto, el movimiento feminista salvadoreño aún se encuentra en el esfuerzo por
empezar a incluir en sus debates y en la agenda político-social derechos
primordiales como la educación sexual, el pleno y libre ejercicio de la sexualidad y
la despenalización del aborto.

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Como sujetos en sociedad no podemos desligarnos de problemas que
creemos no nos competen, si bien desde nuestra condición no sufrimos dichos
problemas eso no los invisibiliza de la realidad, debemos abrirnos al debate,
debemos educarnos y luchar por la educación de todos hasta que alcancemos una
sociedad justa con igualdad de oportunidades. Como mujer, me adscribo a la
sororidad porque mientras otras no cuenten con los derechos que yo cuento no
puedo hacerme ciega ante sus realidades y de la misma manera las demás no
deben hacerse ciegas ante la mía. El feminismo es algo que nos pertenece a
todos, es igualdad de todos y para todos.

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REFERENCIAS

Aguirre, Laura (2016) Educación sexual versus pensamiento retrograda.


Disponible en: http://elfaro.net

Aguirre, Laura (2016) La despenalización del aborto merece un debate serio.


Disponible en: http://elfaro.net

Aguirre, Laura (2016) Velázquez Parker y su vergonzosa propuesta. Disponible en:


http://elfaro.net

Aguirre, Laura (2017) El Aborto es una posibilidad moral. Disponible en:


http://elfaro.net

Curiel, Ochy (2006) El lesbianismo feminista en América Latina y el Caribe: Una


propuesta política transformadora. Revista América Latina en movimiento No.
420. Disponible en: http://www.alainet.org.

Davis, Angela (1981) Mujeres, raza y clase. Ediciones Akal.

Medina Martín, Rocío. (2013) Feminismos periféricos, Feminismos-otros: una


genealogía feminista decolonial por reivindicar. Revista Internacional de
Pensamiento Político Vol. 8, pp 53-79.

Postigo Asenjo, Marta. (2005) Feminismo y modernidad. Revista Thémata núm.


35, pp 727-732.

Salamanca, Elena (2015) Queridas columnistas de El Diario de Hoy. Disponible


en: http://losblogs.elfaro.net

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