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G.O.E.

Historia de la unidad

La historia de esta unidad inicia en 1947, cuando la Fuerza Aérea formo en el país la
primera escuela de paracaidismo y la unidad del aire: el Escuadrón de Apoyo
Comando (Comando de Asistencia de Escuadrón, EAC). La unidad fue originalmente
conocida como el 13 º Regimiento de Paracaidistas y operaban bajo el control del
ejército.
Con la formación de las primeras fuerzas especiales del Ejército, el 13º Regimiento
de Paracaidistas fue reducido de tamaño y re-designado como el Grupo de
Operaciones Especiales hasta que finalmente evolucionando hasta su composición
actual de la AEC.

Casco: CASCOS DEL SIGLO XX ARG 03

Mº 44 "Circa"
ARGENTINA
(E.T.A.)Paracaidista
Colección: Joseba Revuelta
República Argentina.
http://www.cascoscoleccion.com

Denominación: Casco E.T.A. Ficha 1/2


Proyecto: Argentino. Fabricado: 1.944.
Destinos: Batallón aerotransportado. Distribuido:
Guarnición: Acolchada. Desmontable. Periodo: Hasta década de los 80
Barboquejo: Cuero, con mentonera y a nuca. País de origen: Argentina.
Distintivo: Escarapela nacional. Variante: (Diferentes atalajes).
Mimetización: Material: Acero. Chapa 1,2 mm
Características: Sólido y cómodo. Peso: 0,710 kg
Otros: Recuerda a los europeos de la 2ª GM. Talla:
Balística: Color: Verde oliva oscuro.
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En 1.935, en el distrito militar de Kiev, la antigua URSS, numerosas comisiones militares habían sido
invitadas a unas maniobras. Con un impresionante lanzamiento, los 1.500 hombres pertenecientes a los dos
primeros regimientos de paracaidistas de la VDV (Vozdouchno-Desantnykh Voysk), asombraron a los
observadores. (1*)

Los comisionados militares, de vuelta a sus países, rindieron sus informes, incluidos ingleses, alemanes y
franceses. Sin embargo, su entusiasmo no fue contagiado a sus superiores (realmente solo Alemania
aprovecharía la lección para la creación de sus futuras unidades aerotransportadas). Pero otros países
occidentales presentes, también tomaban buena nota de cuanto estaban viendo. Entre ellos la Comisión Militar
Argentina.

La República Argentina ha demostrado con frecuencia sus inquietudes por modernizar y actualizar,
dentro de sus posibilidades, sus fuerzas armadas, y un interés especial por la fuerza aérea, manteniéndose
desde el siglo XIX a la cabeza en Hispanoamérica. Y en aquella ocasión, a su regreso a la Argentina, los
impresionados militares hallaron una excelente disposición receptiva por parte de los Altos Mandos de las
Fuerzas Armadas para analizar el informe elaborado, además de la colaboración entusiasta del Presidente
Agustín P. Justo. (2*)

Como consecuencia de todo ello, se recomendó estudiar la posibilidad de desarrollar un cuerpo nacional de
tropas aerotransportadas.

En aquellos años resultaba prematuro para ejércitos mucho más comprometidos, la formación de unidades
aerotransportadas. Si bien la expectación era general, también lo era el recelo despertado y las grandes dudas
sobre su operatividad durante un enfrentamiento armado.

Por todo ello conviene resaltar la acertada visión de los responsables argentinos al tomar la decisión de
iniciar la creación de la unidad paracaidista, adelantándose a la mayoría de los ejércitos de su tiempo (visión
de futuro en el arte militar ya demostrada en 1.866 cuando la Argentina fue el primer país que empleó con
fines militares un globo cautivo durante la Guerra de la Triple Alianza, contra el Paraguay).

La invasión y conquista de Creta por los paracaidistas alemanes impresionó (como en el resto de los países)
a los mandos de de la Aviación Militar argentina, que renovó los esfuerzos para desarrollar una unidad
paracaidista. Se verán compensados el 8 de abril de 1.942 con la publicación en el "Boletín Militar" de los
estudios definitivos par su formación. La comunicación consiguió la solicitud entusiasta de numerosos
voluntarios entre oficiales y suboficiales que deseaban formar los cuadros de la nueva Unidad. Inmediatamente
comenzaron los cursos.

Pero aquella atrevida decisión de formar una unidad paracaidista no pudo plasmarse de forma práctica
hasta 1.943. El 11 de octubre de aquel año sería creada la Escuela de Tropas Aerotransportadas, dependiente
del Ejército, teniendo su base en Campo de Mayo. Por fin, el 14 de febrero de 1.944 nacerá el Batallón,
dependiente aún del Comando Aéreo del Ejército. Se nombrará Jefe del Batallón, al Mayor Luis Efrain Ibarra.

A partir del 1º de mayo de 1.944 se traslada, al pasar a integrarse en la Guarnición Aérea


Córdoba comoEscuela Militar de Paracaidistas. Con esta decisión, la Argentina se convertía en el 5º país del
mundo en contar con tan modernísimas unidades, tras Rusia, Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos.

Ya desde comienzos de los años 40 existía una fuerte


aspiración por parte de los aviadores militares, en conseguir una
Aviación Militar independiente del Ejército, con un Ministerio
del Aire, equiparándose al Ejército y la Armada. Se ha elegido el
modelo vigente en Alemania, donde los paracaidistas dependen
de la Luftwaffe. .

Variante en "vebo", cosido, concedido al personal que ha


realizado el curso paracaidista (sin distinción de jerarquías), y en
oro, concedido a quien, poseyendo el brevet plateado, ha estado
en unidades aerotransportadas de forma continua o alternada, y
habilitado para efectuar lanzamientos, durante 5 años, u otros
requisitos también muy exigentes. (3*) (Col J. M. Gómez)

La Revolución del 4 de junio de 1.943 facilitó el camino para la creación de un mando independiente,
consiguiéndose que el 11 de febrero de 1.944 se creara el Comando en Jefe de la Aeronáutica (incluía la Escuela
de Paracaidismo y el Batallón de Paracaidistas) que reemplazaba al Comando de Aviación del Ejército (aunque
hasta el 4 de enero de 1.945 no se crearía la Secretaría de Aeronáutica, dependiente directamente del Presidente
de la Nación).

A partir del 3 de enero, ya se había producido el traspaso de todo el material aéreo del Ejercito a la
recientemente formada Fuerza Aérea, así como sus dependencias.

Finalmente, el 1º de Julio de 1.944 se colmarían las viejas aspiraciones, y la Fuerza Aérea Argentina se
independizaría del Ejército como Aeronáutica Militar, pasando a ser definitivamente en 1.945 Comando de la
Fuerza Aérea Argentina (lo que oficialmente no se confirmaría hasta 26 años más tarde, por ley Nº 19101 del
30/6/71).

Solo unos días después, el 9 de Julio de 1.944, el Batallón Paracaidista se presentó ante la ciudad de
Buenos Aires, participando en la parada militar del Día de la Independencia.

El 21 de diciembre de ese mismo año, con motivo de los festejos del aniversario de la Fábrica de Aviación
IMPA, se ejecutó el primer lanzamiento desde aviones Junkers Ju-52, que habían despegado de la base aérea
del Palomar, en Buenos Aires, saltando un total de 20 paras.
El 10 de marzo de 1.945 fue oficializado por primera vez, el
titulo de Paracaidista Militar, facultándose el emblema
correspondiente.

Parches de paracaidistas argentino,


del Regimiento 14 y normal de para.

El prestigio de la Academia traspasará el Océano. El Ministerio


del Aire español enviará una comisión a Córdoba para estudiar las
posibilidades de adaptar en España los logros del paracaidismo
argentino. Los Capitanes comisionados llegan con ciertos recelos
ante las posibilidades reales de Argentina para constituir una tropa
paracaidista moderna y eficaz. Los informes de la Comisión
revelaron su agradable sorpresa ante los resultados hallados, muy
diferentes de los esperados (el informe incluía también aspectos del
reclutamiento, instrucción, vestuario, armamento idóneo, etc.).

Casco E.T.A. Primer tipo de casco de salto argentino


utilizado por la "Escuela de Tropa Aerotransportada", con
las características de la "chichonera" del tipo Rubber
Bungyinglés, en loneta con protección. Col: Mueso A.
Olmedo (4*)

La Memoria presentaba una situación muy positiva. Ello animó a enviar a los
futuros responsables del paracaidismo militar español para que iniciaran un curso
de paracaidista en la Academia (los cursos duraban un año, de enero a diciembre).

Junto al Douglas C-47 al inicio de los años 50. Col: G. v. Rauch.

Desde su temprana
constitución, la Unidad de
Paracaidistas utilizó cascos de
cuero (seguramente de factura
artesanal). No obstante, para
entrenamiento dispusieron de
otro modelo de casco
"chichonera" del tipo Rubber
Bungy inglés, también de
fabricación argentina (carente
Salto con "chichonera", desde de distintivos que faciliten hoy
unDougla-47 de la F.A.A., a principios su identificación).
de los años 50. Col: G. v. Rauch.
Todos estos cambios facilitaron la
posibilidad de tomar decisiones propias,
permitiendo, entre otras cuestiones de mayor
entidad, acelerar la fabricación de un nuevo
casco de acero que ya se venía estudiando para el
cuerpo de paracaidistas.

A partir del mismo 1.944 se pudo disponer


del nuevo modelo, de diseño y fabricación
nacional, acorde con las tendencias
internacionales: el casco de paracaidista
Mº CIRCA.

Paracaidista argentino con el primitivo Efectivos de la Escuela de


cascos "Rubber". Foto: vía G. Binnerbini. Tropas Aerotransportadas, 9
de julio de 1944. (Col: G. v.
Rauch).

Fabricado sobre plancha de acero de 0,9


mm., consigue una estimable dureza que se ve
reforzada por su forma semiesférica y un
rebordeo hacia el interior.

Juego de 12 remaches y marcas del proceso de


entallado en su fabricación. Col: Mº A. Olmedo

Es suficientemente resistente para el uso inicial de salto y algo menos para su posterior utilización en combate
(dato que no resultaba excepcional aún en 1.944).

Conviene resaltar el
enorme esfuerzo que
supuso el desarrollo y
posterior fabricación de
este casco dada la nula
experiencia de su joven
industria en este tipo de
material. El casco
MºCirca fue el primer
casco de acero de diseño y
fabricación nacional
argentina.

Paracaidistas, 1944.
(Col: G. v. Rauch).
Su forma está inspirada en los cascos de paracaidistas europeos (inglés e
italiano, principalmente) siendo sus medidas: Alto: 115 mm, Largo: 230mm y
Ancho: 222mm.

Su forma es prácticamente semiesférica. Se


aprecian las series de remaches. Col: P.
Massolo



Se entregó pintado de color caqui satinado, siendo el interior de
un acabado más áspero.

Paracaidista Fuerza Aérea (desde 1952,


en uniforme de gala) Col: J. M. Gómez.

Como era tradicional, llevaba pintada sobre el costado derecho, mediante


estarcido o mascarilla, la escarapela nacional (azul celeste, blanco, azul celeste).

Carece de marcajes que hagan referencia a su fabricación.

En la foto se aprecian también las cabezas


de los botones de presión de dos de los 12
que sujetan el acolchado de la guarnición

La confortable guarnición se compone de un acolchamiento frontal, en


cuero, sujeto al casco mediante 5 remaches, mas una canana de tacos de
neopreno forrados formado una corona que puede separarse del casco
mediante 12 botones de presión, cuyas abultadas cabezas sobresalen sobre
todo el contorno del casco de acero, ofreciendo una imagen
característica. (5*)

Col: Museo Coronel A. Olmedo


El complejo atalaje se forma mediante dos tiras
dobladas en "V", una a cada lado, fijadas directamente al
casco por dos remaches de cabeza plana, uno para cada
extremo de la "V" (incomprensiblemente no utiliza anillas
que faciliten su sustitución) y que soportan sendas hebillas
(como en el sotocasco del M-1-C de Para norteamericano).

El barboquejo está fabricado de tres piezas de cuero


marrón claro, una ancha cazoleta mentonera (forrada de
paño o fieltro verde) y dos largas tiras perforadas para su
ajuste a las hebillas laterales, cosidas a aquella.
Atalajes con mentoneras forrada. Col: P. Massolo

Se completa con un atalaje complementario que se desliza


sobre una trabilla sujeta por unas anillas de acero soldada en
la parte posterior del casco, que abraza formando trabilla, la
parte derecha del barboquejo (mediante un diávolo metálico) y
con hebilla de ajuste al lado izquierdo.

Otros juegos suplementarios de anillas laterales parecen


permitir la adaptación de un barboquejo simple o de diferente
disposición. (6*)

Paracaidistas argentinos durante unos ejercicios, con


cascos Mº 44 "circa" cubiertos con red. Foto: vía G.
Binnerbini.

Todo ello produce un buen


afianzamiento del casco al cráneo
del paracaidista, si bien el ajuste
puede resultar algo engorroso.

Las unidades paracaidistas


argentinas han evolucionado de
acuerdo a las últimas doctrinas
tácticas y estratégicas
mundiales.(7*)

Efectivos de la Escuela de Tropas


Aerotransportadas desfilando en los
años 40, con equipo completo y
cascos Mº 44. Foto: vía P. Massolo
(1*) Tanto Inglaterra como Estados Unidos fueron incapaces de valorar suficientemente las posibilidades
de la nueva arma. Solo cuando comprobaron la eficacia de los lanzamientos alemanes, trataron de acelerar la
creación de unidades similares propias. Por su parte, Francia volvió a enviar observadores a la URSS con el
fin de recabar más información, pero finalmente solo se organizarían dos Compañías de Paracaidistas en el
Norte de África que serían disueltas definitivamente en 1.940. Los rusos, que habían iniciado la creación de
sus unidades ya en 1.929, fueron perfeccionando y fortaleciendo permanentemente estas unidades
de Paracaidistas de la Guardia (aunque durante la 2ª GM solo cosecharon fracasos, salvo al final contra los
japoneses) hasta crear las actuales fuerzas aerotransportadas que se han convertido en la espina dorsal de las
fuerzas de choque e intervención rápida rusas (como se ha podido comprobar en los últimos acontecimientos
y crisis en ese país).

(2*) Aunque sin vinculación directa con la decisión sobre el tema, recordaremos un hecho anecdótico pero
relevante al respecto. Con la llegada de 30 aviones Breguet XIX adquiridos a Francia, biplanos biplazas, para
bombardeo y reconocimiento, se impuso la obligatoriedad del paracaídas en la aviación y, precisamente el 12
de Abril de 1.927, el propio Ministro de la Guerra, General de División Agustín P. Justo (el futuro Presidente
Constitucional de la Nación en 1.932-38) como pasajero de uno de aquellos Breguet XIX, en gira de
inspección, fue arrancado de su asiento por una fuerte turbulencia, salvándose gracias a que se abrió su
paracaídas (fue el primer argentino beneficiado por ese nuevo ingenio).

(3*) La concesión del brevet de plata está condicionado al personal que haya realizado el curso de
paracaidista militar (sin distinción de jerarquías).

Para merecer el brevet de oro es necesario cumplir las


siguientes condiciones: Poseer el brevet plateado, haber
estado destinado en unidades aerotransportadas, de forma
continua o alternada, y habilitado para efectuar
lanzamientos durante 5 años. Haber efectuado 60
lanzamientos mínimo, 6 nocturnos y 10 con equipo de
combate completo (no cuentan los saltos del curso).

Estar habilitado para saltar durante 8 años, o 10


alternados. Hacer mínimo 3 de los siguientes cursos: Director
vuelo y lanzamiento; Jefe de lanzamiento; Instructor de
paracaidista; Apertura manual; Preparador de cargas de
acompañamiento y pesadas; Guía y Plegador.

Paracaidistas
argentinos

Haber participado en no menos de 4 operaciones aerotransportadas, lanzamiento con una fracción, o a


cargo de la misma. Los jefes y suboficiales tenían sus cursos específicos.

Junto con el brevet metálico, en tela y los diplomas,


el Sr. Jefe del Estado Mayor del Ejército, a propuesta de
la Comisión presidida por el Comandante de la Brigada
Aerotransportada IV, entrega un puñal de paracaidista
militar en cuya hoja aparece el lema: "Con el cuerpo
confiado en la tela. Puesta el alma en las manos de Dios"
(anteriormente su lema era: "Hasta la última gota de mi
sangre" coincidente con el de las dagas de las SA y SS
alemanas).

Puñal de paracaidista argentino, en fundado, y


desnudo mostrando su lema (en el otro lado de
la hoja lleva grabado el emblema). Col: C.
Schearer.

(4*) Este casco de tipo similar al Rubber Bungy inglés,


denominado E.T.A. (Escuela de Tropa Aerotransportada), siglas
con las que también se reconoce al modelo de acero, contemporáneo
en la Brigada, estaba destinado exclusivamente a entrenamientos en
aparatos y saltos de la Escuela. A diferencia del casco de acero que
estaba reglamentado para saltos de instrucción militar (con equipo
completo de combate, mochila y armamento).

Casco E.T.A. para saltos de entrenamiento


en la Escuela. Col: Museo Coronel A.
Olmedo.

Su característica más
relevante es la protección
conseguida con una gruesa pieza
de corcho o material elástico ligero
tipo "foam".

Interiormente contaba con un


ligero acolchado. La mentonera,
independiente, se aseguraba y
ajustaba mediante un par de
hebillas de clavillo.
Protección de la "chichonera"

(5*) El desmontaje de la guarnición es muy completo y permite la extracción y sustitución de las piezas de
goma o neopreno que lo acolchan, tanto de la parte frontal como la corona de pequeños tacos.
(6*) La desproporcionada largura de las tiras del barboquejo
apuntan la posibilidad de alterar su enganche directamente a estas
anillas suplementarias una vez en tierra, eliminando el agobio
generado por un barboquejo demasiado complejo.

También existe una versión de barboquejo más sencilla, con


mentonera formada por tira doble y carente de la pieza que enlaza la
parte de la nuca, aunque mantiene las dos piezas en "V" y su
remachado directo al casco.

En la fotografía del paracaidista


argentino, la mentonera del barboquejo
se halla formada por dos tiras de cuero.

(7*) En 1.950, de acuerdo con las experiencias de la 2ª


GM, la escuela es reintegrada al Ejercito, adoptándose las
teorías de los vencedores, Inglaterra y Estados Unidos, que
consideran al paracaidista como un combatiente que
desarrolla sus tácticas en tierra, siendo el avión solo su
ocasional transporte hasta el punto de la acción.

Esta medida que se concretará en 1.952, con el pase del


personal y equipo a la instalaciones de Regimiento de
Infantería Nº 13, en la misma ciudad de Córdoba.

Paracaidista argentino de la IV Brigada con equipo


completo de salto. Se protege con un cascos Mº M-2 (M-
I con atalajes específicos para paracaidismo). Cortesía:
Museo de Armas Coronel A. Olmedo, La Calera, Córdoba

Este casco Mº M-2


fue utilizado en la Guerra
de Las Malvinas en 1982
por tropas paracaidistas
empleadas como fuerzas
terrestres, dada su
calidad de tropas de élite.
Un disco de neopreno
suplementó su
protección.

El atalaje de los cascos argentinos M1-C llevaba un importante refuerzo en la


zona de mentón, que facilita su identificación.

Hay un proyecto del B.A.L. (Base de


Apoyo Logístico "Córdoba") que consiste
en instalar un atalaje similar al del casco
de Kevlar (modificación que ya se efectuó
en todos los cascos del Regimiento 14 de
Paracaidistas (R.I. 14).

En la foto se aprecia el
refuerzo en el barboquejo de
un M1-C argentino. Col: P.
Massolo

Tropas argentinas en una misión de


la ONU, con cascos PASGT
cubiertos con la funda
reglamentada.

En 1.964 se crea la IV Brigada Paracaidista, ha estado integrada por las siguientes unidades:

IV BRIGADA PARACAIDISTA
-Regimiento de Infantería Aerotransportada 2 General Balcarce
-Regimiento de Infantería Aerotransportada 14
-Regimiento de Infantería Aerotransportada 17
-Grupo de artillería Aerotransportada 4
-Escuadrón de exploración de caballería Aerotransportada 4
-Cía de Ingenieros Aerotransportada 4
-Cía de comunicaciones Aerotransportada 4
-Equipo de saltos especiales
-Cía de lanzamientos Aéreos Aerotransportados 4
-Base de apoyo logístico Córdoba

Todos sus integrantes son paras, incluso los miembros de la unidades de logística.

Junto con la Cía de Comandos nº 601/602, componen la Fuerza de Reacción Rápida,


dependiente, en casos de crisis, del Presidente de la Nación.

En la lucha del Ejército Argentino contra la subversión, los paracaidistas


recibieron su bautismo de fuego. Sin embargo, a pesar de su calidad de tropas de élite,
en 1.982 durante la Guerra de las Malvinas, de la Brigada Paracaidista solo se concedió
el honor del combate al Grupo de Artillería Aerotransportado 4, única unidad enviada
a las islas, donde tuvo una destacada actuación, luchando como tropas terrestres. Estos
paracaidistas habían sido enviados a defender las islas debido a su alta preparación y
profesionalidad. Su lema, originario de aquella actuación, "Luchamos con Honor y
Volveremos" da una idea del espíritu que les anima.

Por su parte la industria argentina es la principal abastecedora del equipamiento de


estas unidades. En lo concerniente a los paracaídas, son desarrollados y fabricados por
la Fábrica de Paracaídas del Área Material de Córdoba, que pertenece a las Fuerza
Aérea.

Diversos parches de unidades paracaidistas argentinas.

FOTOS CON HISTORIA

Desde el
Douglas T-53 a
400m de
altura, en un
salto de
patrulla sobre
la guarnición
militar de la
ciudad de
Córdoba
Preparados con sus cascos "de ejercicio", sobre sus paracaídas
de pecho (de emergencia) se distinguen los puñales.
Primera presentación de los
Paracaidistas del Ejército Argentino en la
ciudad de Córdoba el 25 de mayo de 1953
(?) cubiertos por cascos "de guerra".-

Fotos: Colección Marcial Ojeda

Desfile del 9 de Julio de 1953, día de


la Independencia Argentina, en la Av. de
Mayo de la ciudad de Buenos Aires.

El abanderado fue el Subteniente


Nicolás Calcagñi. Los escoltas fueron: El
Cabo 1º José Ángel Ponzoni y el Cabo 1º
Alejandro Aníbal Torres.

El Subteniente Nicolás Calcagñi, llegó a clasificarse campeón mundial de saltos consecutivos (por subir
y saltar, sin descanso hasta lograr batir el record mundial de ese momento).

La fotografía fue tomada el día del primer lanzamiento


de la Cia. de Soldados Paracaidistas.

Escuela de Tropa Aerotransportada (E. T. A.).

Grupo de oficiales en el que aparece el primer médico


paracaidista y, a su izquierda, con gorra, el entonces
Capitán Manuel Haroldo Pomar, quien fuera uno de los
que encabezara el movimiento revolucionario que derrocó
al Gral. Perón en 1955. Al cinto de Nicolás Calcagni, que
acaricia una perrita, puede verse el "puñal de
lanzamiento".

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