¿Cuál es la importancia de la sociedad civil en los procesos de construcción
de la Paz?
Después de la guerra, los procedimientos institucionales para abordar los
problemas sociales y políticos han sido destruidos o son inoperativos porque están afectados por la corrupción, o por otra clase de problemas. Esto hace que uno de los ejes prioritarios de acción en los contextos posbélicos sea la construcción del Estado. Para ello, después de la firma de los Acuerdos de Paz, la comunidad internacional promueve una secuencia que se repite en la mayoría de los contextos posbélicos: la celebración de elecciones, el establecimiento de un gobierno y la creación de instituciones políticas, jurídicas, educativas, de seguridad que garanticen el funcionamiento del país. Este es un proceso que puede ser una oportunidad para volver a definir las relaciones sociales y políticas, a través de una verdadera “refundación” del Estado y de la sociedad sobre nuevas bases, con el propósito último de “romper definitivamente el ciclo de la violencia” creando un nuevo marco de resolución pacífica de los conflictos. Sin embargo, en este proceso de construcción del Estado, con frecuencia se ignoran las capacidades políticas y sociales de las instituciones locales. Esto provoca una desconexión persistente entre las comunidades y las instituciones del Estado.
La activa participación ciudadana, como lo debiera ser en los procesos de paz, en
países que atraviesan situaciones de conflicto armado interno (como exclusión a aquella que se manifiesta esporádicamente mediante el voto) es en gran medida uno de los pilares del sistema democrático. La participación de los ciudadanos es un componente central para la construcción de una democracia más dinámica, en parte porque el funcionamiento eficaz de las instituciones democráticas depende tanto de garantizar y proteger los derechos de los ciudadanos como de una ciudadanía alerta y activa. Los ciudadanos apoyan la democracia no solo porque sea un bien deseable en sí mismo, sino porque conlleva la esperanza de una mejor calidad de vida socioeconómica y política.
Asimismo, la participación social es fundamental para la mejora continua del
desempeño de las instituciones, donde con frecuencia el ámbito local es el punto de entrada para la participación política de las personas. En este espacio es donde se suele formar la cultura democrática en la mente de los ciudadanos, y donde estos experimentan diariamente los resultados prácticos de sus decisiones políticas y la repercusión en sus vidas.
Las personas valoran y juzgan la calidad de la democracia en función de su
capacidad de involucramiento en decisiones fundamentales y de la respuesta que reciben por parte del Estado para garantizar sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que les permita vivir en condiciones dignas. En tal medida, los conceptos universales de derechos y ciudadanía corren el riesgo de tener poco sentido en la vida cotidiana de la población si se emplean para excluir a las personas en lugar de incluirlas. La participación como complemento de los acuerdos de paz, sirve de puente entre las cúspides de poder y las esferas más amplias de la sociedad. El debate y las propuestas ciudadanas ahondan en el sentido de la democracia, y son una barrera para impedir el alejamiento progresivo entre la toma de decisiones y el sentir de la sociedad real. ¿Cuál es el futuro del conflicto y en que puede ayudar la comunidad internacional?
¿Qué impacto ha tenido este conflicto a nivel Personal, local y Nacional?
A nivel personal: El conflicto causa muchos traumas, que le dificultan a uno la superación, a nivel de la comunidad también genera temores y mucho desorden, la gente se vuelve muy incrédula y rebelde, eso dificulta la organización y A nivel del país, el desplazamiento causado por el conflicto eleva los niveles de pobreza.