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QUE ES UN ARCONTE?

Del griego archai, “orígenes, comenzar cosas, anteriormente en el tiempo”.

En el mundo clásico mediterráneo, arcón era comúnmente usado para el gobernador de una
provincia, o, más sueltamente, cualquier autoridad religiosa o gubernamental. Por lo tanto, el
plural, Arcontes es a menudo traducido en los textos gnósticos como “las autoridades”. (No hay
palabra cóptica para Arconte, y así, los textos gnósticos usan el término griego en la transcripción
cóptica).

Pronunciado Ar-konte. Adjetico, Arcóntico (Ar-KON-tik).

En mi hábito usual de procurar lo imposible, propongo tres definiciones, o tres niveles de


definición:

Nivel Uno: Cosmológico


En la cosmología gnóstica, Arcontes son una especie de seres inorgánicos que emergieron en el
Sistema Solar antes de la formación de la tierra. Ellos son cyborgs habitando el sistema planetario
(exclusivo de la Tierra, Sol y Luna), el cual es descrito como el mundo virtual (stereoma), ellos
construyen por imitación las formas geométricas emanadas del Pleroma, el reino de los
Generadores, los Dioses Cósmicos.

Los Arcontes son una especie genuina con su propio hábitat, y pudiera incluso ser considerado
ser casi divino, pero carecen de intencionalidad (ennoia: capacidad auto-directiva), y tienen una
repugnante tendencia a salirse de sus límites, imponiéndose en el reino humano. Se dice que los
Arcontes sienten intensa envidia hacia la humanidad, porque nosotros poseemos la
intencionalidad de la cual ellos carecen.

El Mito de Gaia describe cómo los Arcontes fueron producidos por impacto fractal en los densos
campos de formación elemental (dema) de los brazos galácticos, cuando el Eón Sophia se arrojó
unilateralmente desde el núcleo galáctico. Ver especialmente el Episodio 10.

Este acontecimiento es también descrito en detalle en Alien Dreaming (Sueño Alienígena).

Nivel Dos: Noetico-Psycológico


En la psicología gnóstica, la ciencia noética de las Escuelas de Misterio, los Arcontes son una
fuerza alienígena que invade subliminalmente a la mente humana y desvía nuestra inteligencia
lejos de sus aplicaciones apropiadas y sanas. No son los que nos hacen actuar inhumanamente,
ya que todos nosotros tenemos el potencial de ir en contra de nuestra humanidad innata, violando
la verdad en nuestros corazones, pero nos hacen sacar comportamiento inhumano hacia extraños
y violentos extremos.
La aberración contenida es que, dejados a nuestro propio albedrío, nosotros a veces actuaríamos
inhumanamente para luego corregirlo. Obviamente, nos siempre lo hacemos. En la exageración
de nuestras tendencias insanas e inhumanas, y en una extrema y no corregida desviación de
nuestra inteligencia innata, los gnósticos vieron la firma de una especie alienígena que cosquillea
en las peores fallas humanas.

Por lo tanto, los Arcontes son parásitos psico-espirituales. Sin embargo, como retoños del Eón
Sophia (ver inserto abajo), ellos son también nuestros parientes cósmicos.

Eon

Gk: “emanación, poder divino, ciclo de tiempo cósmico” Pronunciado E-


ON, Adjetivo, Eónico. Es decir, “filones de eónicos soñando.”
(Mito de Gaia)

Este término esencial en la cosmología gnóstica pudiera ser útil alejándose


de los torpes términos Dios y dioses. Un Eón es un dios entendido, no en
términos teológicos, sino en términos de las física de la conciencia.

Eones no son entidades, sino procesos que pudieran ser mejor


conceptualizados como corrientes inmensas, pero corrientes que están
vivas, auto-conscientes, sensibles. La Diosa Sophia, quien se incorpora
como Gaia es un Eón, por lo tanto, el Eón Sophia.

Los Eones tienen género. En algunos escenarios gnósticos, la contraparte


masculina al femenino Eón Sophia es el Eón Cristo. Ver también
Generadores en los Comentarios de los Mitos de Gaia.

Como entidades inorgánicas de dos tipos, embriónica y reptil, los Arcontes pueden por
momentos penetrar la atmósfera terrestre y aterrorizar a los humanos, aunque no haya razón u
orden para estos saqueos, ya que los alienígenas no pueden permanecer durante mucho tiempo
den la biosfera y, de todas formas, no tienen un plan maestro que lograr aquí.

El estado ontológico del Arconte es dual:


 existen como una especie alienígena independiente de la humanidad.
 existen como una presencia en nuestras mentes, más bien como un
sistema de programas operando en nuestro ambiente mental.
El riesgo que suponen invadiendo nuestro software mental es mucho mayor que cualquier riesgo
físico que pudieran plantear de manera irregular por irrumpir erráticamente la biosfera.

Trabajando a través de telepatía y sugestión, los Arcontes hacen la tentativa de desviarnos de


nuestro curso apropiado de evolución. Su técnica más exitosa es usar la ideología religiosa para
insinuar su manera de pensar y, en efecto, sustituir su forma de pensar por la nuestra.

Según los gnósticos, el salvacionismo Judeo-Cristiano es la trama primaria de los Arcontes,


un implante alienígena.

Nuestra capacidad de discernir fuerzas alienígenas trabajando en nuestras mentes es crucial para
la supervivencia y la co-evolución con Gaia, quien, como Sophia, accidentalmente produjeron los
Arcontes, en primer lugar. (Este comentario pertenece al Nivel Uno, la definición cosmológica,
pero, como sucede a menudo con las enseñanzas gnósticas, elementos noéticos y cósmicos
tienden a combinarse).

Reconociendo y repeliendo a los Arcontes, nosotros demandamos nuestro poder, definimos


nuestras fronteras en el marco de trabajo cósmico, y establecemos nuestro propósito relativo a
Gaia, la inteligencia propia del planeta.

Nivel tres: Sociológico


En la visión gnóstica de la sociedad humana, los Arcontes son fuerzas alienígenas que actúan a
través de sistemas autoritarios, incluyendo sistemas de creencia, de forma que causan que los
seres humanos se vuelvan en contra de su potencial innato y violen la simbiosis de la naturaleza.

LIVE (vivir) deletreado al revés es EVIL (maldad), pero los Arcontes no son malvados en el
sentido de que ellos poseen poderes autónomos de destrucción, capaces de ser aplicados
directamente sobre la humanidad.

Ellos son agentes de error más bien que malvados – pero error humano, cuando se va sin
corregir y corre más allá de la escala de corrección, se vuelve hacia la maldad y trabaja en contra
del plan de vida universal. Los gnósticos enseñaron que los Arcontes explotan nuestra tendencia
de dejar que nuestros errores se vayan sin corregir.

Porque los arcontes necesitan la complicidad humana para ganar poder sobre la humanidad,
cualquiera que los asista puede ser considerado una clase de Arconte, un accesorio. ¿Cómo le
ayudan los humanos a los Arcontes?

Una forma (sugerida en la definición del Nivel Dos) es aceptando los programas mentales de los
Arcontes – es decir, adoptando la inteligencia alienígena como si fuese basada en humanos – e
implementando aquellos programas realmente reforzándolas en la sociedad. Otra manera es
activa o pasivamente conforme a las agendas así propuestas e impuestas.

Jacques Lacarriere sugiere que los gnósticos detectaron la fase humanizada de los Arcontes en
todas las estructuras autoritarias y sistemas que niegan autenticidad y auto-determinación para el
individuo.

El argumenta que los gnósticos reconocían,


“el carácter fundamentalmente corrupto de todas las empresas humanas e
instituciones: tiempo, historia, poderes, estados, religiones, razas, naciones…”
(Los Gnósticos, Pág. 24)

La corrupción ocurro, no porque nosotros cometemos errores, sino porque los errores que
hacemos se van sin corregir y se extrapolan más allá de la escala de corrección. Lacarriere dice
que los gnósticos alcanzaron esta conclusión “fuera de la observación racional del mundo natural
y comportamiento humano.”

En última instancia, ellos afirmaron la,


“contención de todo poder – cualquier clase que sea – es una fuente de
enajenación… Todas las instituciones, leyes, religiones, iglesias y poderes no
son nada sino una vergüenza y una trampa, la perpetuación de un engaño de
edades de antigüedad."
(Pág. 28-29)
Esto podría parecer como una visión oscura de los asuntos humanos, pero dada la evidencia de
la historia (sin mencionar los sucesos actuales), no puede decirse que es injusto o exagerado.

Para una ojeada íntima de las enseñanzas gnósticas de los Arcontes, incluyendo consejo de
cómo actuar cuando son enfrentados directamente por ellos, consideran el pasaje del Primer
Apocalipsis de Juan, citado en Un Catecismo Gnóstico

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