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La tragedia nacional: elecciones, redes sociales y fútbol

Indudablemente las redes sociales son quienes marcan la batuta en la vida nacional, con el
pasar del tiempo se han convertido en la brújula de la discusión de temas importantes y en
el medio de esparcimiento de la información. A pesar de que no todos los mexicanos tienen
acceso a ellas, son imprescindibles para entender la realidad del acontecer nacional. Las
redes sociales manejan los hilos y construyen los telares de la complejidad de ser
mexicanos, pero que curiosamente existen tiempos en los que los temas centrales
coinciden en un mismo espacio.

Precisamente, son las redes sociales las que se han constituido como memoria colectiva de
los mexicanos; sin embargo, esa memoria colectiva es de corto plazo que no permite
visualizar las tragedias, los robos, los escándalos y el engaño a largo plazo. Es decir, las redes
sociales tienen una vigencia muy rápida, concreta y efímera. El lenguaje de las redes sociales
es lo visual que se queda grabado en un par de días y no trasciende hacia la concientización.
Los memes (caricaturas o imágenes) son una expresión de los significados y hartazgos de
los mexicanos hacia la clase política, pero evolucionan tan rápido que no nos permiten
digerirlos.

Es en las redes sociales donde se hace política en los tiempos actuales, un ejemplo de ello
es la elección nacional que va a definir el futuro de México de los próximos 30 o 40 años. Y
ante este suceso, se observa que a pesar del hartazgo nacional en contra de la publicidad
de los partidos políticos, las redes sociales han logrado, por momentos, despertar el interés
nacional. Un claro ejemplo son los debates, que han propiciado un mayor análisis de la
sociedad a través de las redes sociales. Resulta hasta curioso, en esta época muchísimos
usuarios de las redes se vuelven expertos en política nacional, democracia y elecciones.
Dicha práctica, deja en claro los beneficios de las redes sociales, ya que son el medio para
conducir el encono social, sin embargo, encumbran temas en minutos, como también los
sepultan en segundos.
La anterior preocupación tiene relación con la llegada del mundial de fútbol. Pareciera una
broma macabra del destino que coincidan siempre las elecciones con el auge de algún
deporte, porque evidentemente la política no puede competir contra la banalidad de algún
espectáculo público. Es decir, estimados lectores nos quedan menos de diez días efectivos
de análisis político en las redes sociales, ese florecimiento del interés de participación se
verá entorpecido por la aparición del deporte nacional y por el acaparamiento de los
reflectores y cobertura mediática de ese evento.

Existe un gran número de investigaciones sociales del impacto del fútbol en la vida de las
naciones, si la selección gana aumenta la inversión en la bolsa de valores y se logran una
gran cantidad de beneficios. De ese tamaño se vuelve el espectáculo pambolero. En mi
humilde opinión, no creo que el desempeño de la selección nacional logre favorecer a algún
candidato, lo que si estoy seguro es que le robará espacios en el pensamiento de los
mexicanos. Todo será futbol y adiós política nacional. Gracias a las redes sociales, como por
arte de magia, los mexicanos pasaremos de ser analistas políticos a directores técnicos de
la selección nacional.

Como dijo el máximo filósofo del fútbol mundial: “el fútbol es lo más importante de las
cosas menos importantes” (Jorge Valdano).

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