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Así fue la cacería del “Mono Jojoy”

Sábado 25 Septiembre 2010

Se observa cómo quedó una de las estructuras del campamento tras el ataque de las
Fuerzas Militares y de Policía.

PORTADASEMANA revela detalles inéditos de esta magistral


operación. Policías infiltrados, guerrilleros traidores y medio
centenar de aviones y helicópteros de las Fuerzas Militares hicieron
parte del golpe más duro en la historia de las FARC.

La operación que terminó con la muerte del Mono Jojoy comenzó


hace casi un año. Desde finales de 2009, un grupo especial de
hombres adscritos a la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol)
había logrado infiltrar los anillos que conformaban la seguridad del
jefe guerrillero en la zona de La Julia, Meta. Utilizando diferentes
fachadas y camuflajes, los hombres de Inteligencia de la Policía
consiguieron infiltrarse durante meses en una zona infestada por
guerrilleros y fueron recopilando lentamente valiosa información
sobre el Bloque Oriental, su comandante y sus hombres. Con el
paso del tiempo, los 'infiltrados' de Inteligencia lograron identificar y
ganarse la confianza de hombres claves que tenían acceso directo a
Jojoy. Con paciencia y habilidad lograron convencerlos de traicionar
al más temido jefe de las Farc. Los datos aportados por ellos cada
vez eran más precisos y de mejor calidad.

Hace pocos meses la información sobre la ubicación exacta de


Jojoy, cuántos hombres lo acompañaban, cómo estaba distribuido
su campamento y sus rutinas, estaba completa. Eran tan exactos los
datos recolectados que en la sede de Dipol en Bogotá se sabía qué
tipo de crema de dientes usaba y que había tomado por costumbre
levantarse a la una de la mañana y trabajar hasta las cuatro para
volver a acostarse unas horas más. Con la información de los
infiltrados y de los propios hombres de Jojoy, hace algunas semanas
la Policía cruzó esos datos con hombres de Inteligencia de la
Armada Nacional, quienes por su cuenta venían adelantando labores
similares desde hacía meses. De ese intercambio de información y
de verificaciones posteriores salió lo que los expertos llaman "el
paquete de inteligencia".

El viernes 17 de septiembre, durante una reunión en la base militar


de LARANDIA, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, y los altos
mandos de las Fuerzas Militares le presentaron al presidente Juan
Manuel Santos toda la información disponible sobre Jojoy y le
expusieron la idea de realizar una operación de asalto, que fue
bautizada como Sodoma. Santos pidió datos adicionales y dio
instrucciones para perfeccionar el plan. Tres días más tarde, el lunes
20, Santos, el Ministro y los altos mandos se volvieron a reunir unas
horas antes de que el Presidente viajara a Estados Unidos. Tras
presentar el ambicioso plan de ataque al corazón de la Farc, Santos
dio su autorización para efectuar la que sería una de las mayores
movilizaciones de hombres, equipos y aeronaves en la historia
reciente.
Unas 24 horas más tarde, y tras una impecable coordinación, la
muerte le cayó del cielo al Mono Jojoy. Desde cinco lugares
diferentes despegaron aviones y helicópteros de las Fuerzas
Militares y la Policía. A la una de la mañana del miércoles 22 de
septiembre, día que quedará en la historia de Colombia, 30 aviones
Super Tucano de la Fuerza Aérea comenzaron el ataque con lo que
se conoce como "ablandamiento de la zona". Arrojaron medio
centenar de bombas que gracias a la información de inteligencia
cayeron con precisión milimétrica sobre el campamento y el búnker
en el que estaban escondidos el jefe guerrillero y sus hombres,
cerca al corregimiento de La Julia, en la Macarena, Meta.

Una hora después, cerca de las dos de la mañana, 15 helicópteros


del Ejército y la FAC, junto a 14 Black Hawk de la Policía,
aparecieron de la nada sobre el recién bombardeado campamento.
Como si se tratara de una lluvia de guerreros, por medio de cuerdas
empezaron a descender sobre la zona 150 hombres de las fuerzas
especiales del Ejército, la Infantería de Marina y Comandos Jungla,
Comandos de Operaciones Especiales (Copes) y Grupo Táctico
Antiterrorista (Grate) de la Policía.

El campamento principal donde permanecía Jojoy estaba rodeado


por otros 13 campamentos, en donde estaban sus escoltas y anillos
de seguridad, cerca de 400 guerrilleros, aproximadamente.

Mientras los hombres de la fuerza pública bajaban por cuerdas, los


subversivos les disparaban a ellos y a los helicópteros intentando
repeler el ataque. Los aviones Super Tucano de la FAC que volaban
sobre los helicópteros disparaban contra los subversivos para
permitir que las tropas llegaran a salvo a tierra.

Los primeros 150 hombres de Ejército, Infantería de Marina y Policía


que desembarcaron comenzaron a librar fuertes enfrentamientos en
tierra con los hombres de Jojoy, que buscaban impedir que llegaran
hasta el lugar en donde estaba el subversivo.

Desde la madrugada del miércoles hasta la madrugada del jueves se


registraron nueve combates. A sangre y fuego los guerrilleros se
resistían a retirarse de la zona. Pero no contaban con que, en una
impecable e impresionante operación, durante esas 24 horas de
combate los helicópteros del Ejército, la FAC y la Policía lograron
hacer seis desembarcos más con tropas y llevaron hasta el corazón
mismo del combate a cerca de 400 hombres adicionales. Nada se
dejó al azar. Para evitar que guerrilleros de otros frentes llegaran
hasta el sitio, cerca de 7.000 soldados de la Fuerza de Tarea Omega
habían formado un gigantesco anillo para impedir y repeler
cualquier intento de apoyo.

En la madrugada del jueves, después de un día completo de feroces


combates, los hombres de la fuerza pública finalmente pudieron
llegar hasta el búnker del campamento principal en donde estaba
Jojoy. En el lugar encontraron siete cuerpos tendidos entre el lodo,
con heridas que podían ser producto de esquirlas del bombardeo o
de balas en el intercambio de disparos. Al salir la primera luz del día,
los uniformados despejaron la duda que en la oscuridad de la noche
no habían podido aclarar: uno de esos siete cuerpos era el de alias
'Mono Jojoy'.
Al cierre de esta edición no estaba confirmado si los otros cuerpos
eran los de los temibles alias 'Romaña', creador de las tristemente
célebres pescas milagrosas, y 'Carlos Alberto Lozada', jefe de las
redes urbanas que con terrorismo, secuestros y extorsiones
asediaron durante años a Bogotá y Cundinamarca. La misión estaba
cumplida: Jojoy había muerto.

En el lugar había un premio extra para la fuerza pública. En el


campamento encontraron 14 computadores y 62 memorias USB,
entre otras cosa, los cuales con seguridad contendrán valiosa
información con los secretos del hombre que generó terror a los
colombianos en las últimas tres décadas.

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