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Durante más de 50 años el Estado colombiano ha desarrollo un conflicto armado interno, el cual bajo
las convenciones de Ginebra de 1949 se encuentra definido en el artículo 3, común en los cuatro
convenios como: Conflictos no internacionales
En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional y que surja en el territorio de una de
las Altas Partes Contratantes cada una de las Partes en conflicto tendrá la obligación de aplicar,
como mínimo, las siguientes disposiciones:
1) Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las
fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por
enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias,
tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la
religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio análogo.
A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas arriba
mencionadas:
a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus
formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios;
b) la toma de rehenes;
c) los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y degradantes;
d) las condenas dictadas y las ejecuciones sin previo juicio ante un tribunal legítimamente
constituido, con garantías judiciales reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados.1
Por otro lado, en el diccionario de derecho internacional de los conflictos armados y en el artículo 1
del protocolo 2 de Ginebra de 1977, donde define un conflicto armado no internacional, dándole las
siguientes características:
En dichos convenios, ratificados por Colombia e incluidos en la legislación local, nuestro país se
compromete al cuidado de su población (posición de garante), evitando de esta forma que se violen
sus derechos fundamentales. Ya que el conflicto colombiano se considera como un conflicto no
internacional, este se encuentra enmarcado en el protocolo 2 de Ginebra de 1977, por esto y para el
1
Articulo 3 común. Convenios de Ginebra 1, 2,3 y 4. 1949.
análisis del caso en concreto, se enumeran y mencionan el contenido de dos artículos que tratan sobre
la población civil, y a continuación se enuncian:
Cuando los hechos fueron ocurridos sus familiares denunciaron acerca de los sucesos ocurridos,
narrando como las víctimas fueron sacadas de sus casas y llevadas a paraderos desconocidos, pero en
cada narración varios testigos indicaban que entre las personas que habían perpetrado los hogares,
habían también miembros de las Fuerzas Armadas, y a su vez los subversivos indicaron que estas
personas serian llevadas a la base de la piñuela (Base Militar) para tomárseles allí una declaración
con la intensión de identificar a guerrilleros dentro de la población civil.
Cuando Colombia ratifico el pacto de San José de Costa Rica (Convención Americana de los
Derechos Humanos), este se comprometió a proteger a la población frente a los derechos humanos,
pero como se podría garantizar estos derechos si son las mismas fuerzas armadas del país que olvidan
su misión de proteger a la población civil y a su vez son ellos quienes colaboran y permiten que las
violaciones se presenten y con una mayor gravedad es que utilicen bases, vehículos y medios de uso
exclusivo de las fuerzas armadas para atacar, secuestrar, desplazar y ejecutar desapariciones forzadas
que están prohibidas en el protocolo 2 de Ginebra, y no obstante con esto ejercer amenazas a los
familiares para que retiren las denuncias, dejando todos los hechos dentro de la impunidad total.
En un concepto de la CIHD, estos consideran que el nacimiento de los grupos paramilitares se debe
a la permisividad y bajo el conocimiento del Estado, quien nunca tuvo contemplada normas para que
no se pudieran fortalecer, pero a su vez indican que su operar militar tiene una estrecha relación con
las fuerzas armadas quienes en algunas ocasiones han proporcionado ayuda y colaboración para
diferentes operaciones bélicas.
Es por esto, que durante las investigaciones efectuadas por la FGN y en la recopilación de testimonios
se puedo llegar a estas conclusiones: “determinó que Colombia violó el derecho a un juicio justo y
protección judicial (en párr. 296). La Comisión llegó a esta conclusión tras explicar que una
investigación "debe orientarse a un fin específico: la determinación de la verdad y la investigación,
hallazgo, arresto, enjuiciamiento y, de corresponder, sanción de los responsables de los eventos" (en
párr. 242). Para garantizarlo, "la investigación se debe conducir con diligencia debida,
efectivamente, seria e imparcialmente, y dentro de un plazo razonable" (en párr. 243).3
2
RENDÓN M., OLGA PATRICIA, La Esperanza está viva tras 20 años de la masacre. El colombiano. 2016.
http://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/la-esperanza-esta-viva-tras-20-anos-de-
la-masacre-DE4420072
3
la Iniciativa Pro-Justicia de la Sociedad Abierta. Caso Vereda la Esperanza Vs. Colombia. Caso 12.251.
https://www.opensocietyfoundations.org/sites/default/files/vereda-la-esperanza-v-Colombia-esp-
20160727.pdf
Según declaraciones hecha por el personero de Cocorná, lo que más grave según su concepto era que
ante los enfrentamientos militares entre la guerrilla y ejército, estos últimos tomaban represalias
contra los campesinos de la región, y los justificaban con argumentos como que ellos eran
auxiliadores de la guerrilla, por lo que en diferentes momentos amenazaban a los residentes de la zona
y allanaban las viviendas sin permisos. Además de esto ejercían actos de tortura, violaciones
sexuales, retenciones ilegales, entre otras con la misma justificación. Como se ve, ¿y que hacían sus
mandos superiores ante semejantes abusos? Ante estas situaciones presentadas no existieron
investigaciones, llamados de atención, bajas deshonrosas, ni tampoco se tomaron correctivos, por lo
que estas acciones fueron repetidas en diferentes ocasiones, y no satisfechos con esto, las
investigaciones iniciadas fueron cerradas, ya que a las víctimas se les amenazaba constantemente. Y
con todos estos actos, el gobierno no tomo ninguna medida, por lo que muchos medios de
comunicación hablaban de la continua impunidad que debían vivir las víctimas.
¿Por qué las victimas decidieron escalar este caso a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH)?
Los sistemas internacionales o regionales de los Derechos Humanos, son sistemas subsidiarios a los
sistemas nacionales, esto significa que son el último recurso que se debe utilizar para buscar la
protección de los derechos de las personas (Victimas). Por lo que se puede entender que para que el
SIDH pueda intervenir, las victimas debieron haber agotado todos los recursos en Colombia pero
existen excepciones claras ante esta regla, como son:
Las víctimas no puedan acceder a la administración de justicia
No se halla logrado ningún avance en un tiempo razonable
La CIDH determinaron que en el proceso de Justicia y Paz (proceso desarrollado entre paramilitares
y el gobierno colombiano) el Estado no realizó las tareas pertinentes, por lo que muchas de las
investigaciones realizadas por medio de la jurisdicción ordinaria y por en la jurisdicción especial, no
se lograron avances significativos en las etapa de investigación, prolongándose más de 12 años, sin
que se haya logrado tener una sentencia, esto es una clara vulneración a las garantías judiciales que
hacen referencia al plazo razonable, enmarcado en el artículo 8.1 de la Convención, donde la falta de
diligencia de estos y sin resolver en un tiempo razonable indica una clara violación a las garantizas,
pero que estas a su vez deben ser surtidas bajo estas premisas:
Complejidad del asunto
La actividad procesal del interesado
La conducta de las autoridades judiciales
La afectación generada en la situación jurídica de la persona involucrada en el proceso.
Es por esto, que las recomendaciones fueron presentadas a Colombia en Diciembre de 2013, donde
se indicó:4
Frente a estas recomendaciones el caso fue presentado a la Corte, la cual tuvo en cuenta las siguientes
consideraciones para fallar en contra de Colombia y buscar la reparación integral de las víctimas,
quienes merecían saber la verdad y que la justicia colombiana trabajará en pro de ese objetivo, no
permitiendo que los autores de estos hechos, simplemente estuvieran cambiando a cada instante sus
declaraciones, y negándoles el derecho de saber la suerte que corrieron sus familiares, por lo que
también se tazaron los daños morales sufridos por las familias ante el dolor de las perdidas.
4
CASO VEREDA LA ESPERANZA VS COLOMBIA. PAG. 5. 2017
1. El Estado Colombiano reconoció su responsabilidad internacional frente a las omisiones
cometidas en el caso de la Vereda la Esperanza, como la personalidad jurídica, vida,
integridad personal, y libertad personal de once víctimas dentro de las cuales se encontraban
tres personas menores de edad
2. Se verifico y constato la desaparición forzada, la cual constituye una grave violación a los
derechos humanos, y que estos hechos cometidos con la intervención directa de integrantes
de las Fuerzas Armadas.
3. Falta de debida diligencia en las primeras etapas de las investigaciones, a presuntas omisiones
en las líneas de investigación, a la presunta ausencia de medidas de protección de víctimas y
testigos, a una excesiva duración del proceso, y finalmente a una presunta ausencia de
diligencias tendientes a identificar y vincular a los agentes militares que habrían participado
o tolerado los hechos denunciados.
4. La reparación que se debe efectuar tanto para las víctimas como para sus familiares, esta
reparación se debe hacer si por alguna razón o actuación se ha producido un daño, en
Colombia se puede reparar de dos formas:
a. La posibilidad de ser reparadas en sede judicial, y
b. La posibilidad de acudir a los mecanismos de reparación integral que ofrece la Ley
1448 de 2011, “Ley de Víctimas”.
Por estos hechos, la CorteIDH le ordenó al Estado implementar las siguientes medidas de reparación:
Publicar la Sentencia.
Continuar con las investigaciones y procesos judiciales en curso.
Realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional.
Brindar tratamiento médico y psicológico o psiquiátrico a las víctimas.
Levantar un monumento en la memoria de las personas desaparecidas y la otra ejecutada.
Otorgar becas para realizar estudios en una universidad pública a los hijos de las víctimas
que así lo soliciten.
Pagar las cantidades fijadas en la Sentencia por concepto de daño material e inmaterial.
Rendir al Tribunal un informe sobre las medidas adoptadas para cumplir la sentencia, en el
plazo de un año a partir de la notificación de la misma.
Estas decisiones de la corte van de la mano de la necesidad de las familias de conocer la verdad y
obtener la reparación integral, que no solo está conformada por la parte económica sino que de saber
por la suerte de las víctimas de las desapariciones, además es de recordar que la desaparición forzosa
en un crimen que duele, por esa incertidumbre que tienen los familiares al desconocer el paradero
generada y no saber realmente lo que sucedió con ellos.