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Karl Marx: La Crítica de la Religión.

La crítica es ante todo un medio por el cual logramos superar una situación inconveniente. Por eso dice Marx “la
crítica no se presenta ya como un fin en sí , su Phatos esencial es la indignación, su labor esencial es la denuncia”

En su tiempo se habia dado ya un proceso de crítica a la religión que tendría su cumbre en el trabajo de Feurbach
“La esencia del cristianismo” publicado en 1841.Por tal razón Marx inicia su escrito con las palabras: “ Para
Alemania la crítica de la religión ha alcanzado su fin sustancialmente; y la crítica de la religión es la condición
preliminar de toda crítica”

Hata ese momento la crítica de la religión se había planteado desde el concepto de “hombre abstracto”, Marx lo
quiere plantear desde el punto de vista del hombre concreto, que deberá buscar su propia realidad.

El hombre hace la religión, no la religión al hombre. Por eso la religión es la autoconciencia y el autosentimiento
del hombre que aún no se ha encontrado a sí mismo. Pero al mismo tiempo el hombre es el mundo del hombre:
Estado, sociedad. Este Estado y esta sociedad producen la religión. De tal forma la religión viene a ser la teoría
general de ese mundo, su lógica en forma popular, su sanción moral, su justificación, la que dará los fundamentos
para una explicación popular de todo lo que acontece y del papel que juegan todos sus actores.

“ La Religión es la realización fantástica de la esencia humana, porque la esencia humana carece de verdadera
realidad”.

Por lo cual la lucha, la crítica de la religión, es una forma de lucha contra ese mundo que ha creado la religión
como su aroma espiritual y su justificación y consuelo.

“ La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es
el suspiro de la criatura abrumada, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación
sin espíritu. La religión es el opio del pueblo.”

La crítica de la religión desemboca en la doctrina de que el hombre es el ser supremo para el hombre, ésta es la
proposición fundamental de Feurbach, y Marx le agrega, termina, pues, en el imperativo categórico de derribar
todas las relaciones sociales en que el hombre es un ser rebajado, humillado, abandonado, despreciado.

(Por esto es válido extrapolar a Marx y situarlo en el siglo XX y verlo rechazando el socialismo soviético y muy
especialmente el estalinismo, que rebajó, humilló y asesinó a los propios gestores de la Revolución de Octubre.)

Pero Marx no se detiene ahí, él sabe que, una vez superada la religión como felicidad ilusoria, la historia tiene la
misión, una vez que la verdad del más alla se ha desvanecido, de establecer la verdad del más acá. Y la verdad
del más acá es develar la alienación bajo la forma profana, la critica del mundo real, la critica del derecho y la
crítica de la política.

Y la crítica tampoco se detiene en la indignación, ni en la denuncia, ni siquiera en la destrucción. La crítica


desemboca en el ideal, el darle un corazón al mundo, un espíritu del cual carece, consiste también en la
construcción permanente de lo bueno, en la búsqueda constante de lo excelente. No sólo de, o en, el hombre
individual. Por el contrario cobra mayor jerarquía en la construcción social y en el desarrollo de su potencialidad
intelectual y creativa de nuevas formas de convivencia social y si Marx viviera hoy agregaría también de
convivencia ecológica
Los argumentos de Feuerbach en contra de la existencia de Dios

"La religión, por lo menos la cristiana, consiste en el comportamiento del hombre para consigo
mismo o, mejor dicho: para con su esencia, pero considerando a esa esencia como si fuera de
otro. La esencia divina no es otra cosa que la esencia humana o, mejor dicho: la esencia del
hombre sin límites individuales, es decir, sin los límites del hombre real y material, siendo esta
esencia objetivada, o sea, contemplada y venerada como si fuera otra esencia real y diferente
del hombre. Todas las determinaciones de la esencia divina son por ello determinaciones de la
esencia humana [...].

Tú crees en el amor como en una propiedad divina, porque tú mismo amas; crees que Dios es
un ser sabio y bondadoso porque no conoces algo superior en ti mismo que la bondad, la
inteligencia; y crees que Dios existe, o sea que Dios es un sujeto o un ser -lo que existe es un
ser, ya sea que lo determinen y nombren como substancia o persona o de otra manera- porque
tú mismo existes y porque eres un ser. No conoces ningún bien humano superior al de amar, o
al de ser bueno y sabio y del mismo modo no conoces ninguna felicidad superior a la de existir o
de ser un ser. Pues la conciencia de todo el bien, de toda la felicidad, está ligada a la conciencia
de ser y de existir. Dios es un ser existente por la misma razón por la cual él para ti es un ser
sabio, beato y bondadoso[...]

Dios es la esencia más íntima del hombre, la más subjetiva y más exclusiva, luego no puede
actuar por sí misma, es decir, todo lo bueno viene de Dios. Cuanto más subjetivo y más humano
es Dios, tanto más el hombre se despoja de su subjetividad, de su humanidad,[...]."

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