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REVISTA IBEROAMERICANA DE PSICOLOGÍA: CIENCIA Y TECNOLOGÍA 4(1): 13-22, 2011

Resiliencia: ¿Proceso ó capacidad?


Una lectura crítica del concepto de resiliencia
en 14 universidades colombianas
Sergio Trujillo García*
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

Recibido: 27 de mayo de 2011


Aprobado: 20 de junio de 2011

Resumen

En este artículo se hace una lectura crítica del concepto de “resiliencia” encontrado en documentos producidos en
14 universidades colombianas, que fueron investigados por el grupo Resilio. El proceso hermenéutico utiliza como
horizonte para realizar la lectura crítica el concepto de resiliencia como proceso y su contraste con el concepto de
resiliencia en tanto capacidad. Como conclusión se proponen algunos caminos para delimitar el concepto de una
manera compleja y dinámica, situada histórica y culturalmente.
Palabras clave: Resiliencia, Proceso, Capacidad

Resilience ¿Process or capacity?


A critic reading of the concept of resilience in 14 colombian
universities
Abstract

This article makes a critic Reading of the concept “resilience”, found in documents produced in 14 colombian universities
that were researched by the Resilio group. The hermeneutic process uses as horizon to perform the critic reading, the
concept of resilience as process and its contrast with the concept of resilience as capacity. As conclution some paths
to delimit the concept in a complex and dynamic way located historically and culturally are proposed.
Key words: Resilience, Process, Capacity

En una reciente investigación, cuyos resultados se por dicha investigación, enfocándose en algunas ca-
publicarán en un artículo que se encuentra en pren- racterísticas del concepto de “resiliencia” encontradas
sa, el grupo de investigación Resilio, de la Pontificia en los documentos que fueron revisados, buscando a
Universidad Javeriana, se acercó a las universidades partir de allí realizar algunos aportes reflexivos al pro-
colombianas en las cuales se investiga acerca de la res- ceso de perfilar y definir lo que entendemos por resi-
iliencia y pudo describir algunas de las características y liencia en Colombia.
los avances de la producción teórica, investigativa y/o Para ello se contrastarán hermenéuticamente
de intervención que se han hecho (Campo, Granados, los hallazgos de la investigación con la idea que se
Muñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010). viene elaborando al interior del grupo Resilio, en la
Tal investigación analizó “(...) 74 documentos, que resiliencia es el proceso por medio del cual una
entre artículos, boletines, capítulos de libros, libros, adversidad grande o pequeña se convierte en ocasión
monografías de grado, ponencias, recuentos de expe- para el mejoramiento personal o colectivo, y también
riencias y tesis de pregrado y posgrado, procedentes con propuestas de algunos autores que han acuñado
de 14 universidades colombianas” (Campo, Granados, el término en las ciencias humanas y sociales, puesto
Muñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010). que entre los hallazgos de la investigación se mencio-
El propósito de este artículo es hacer una lec- na que: “Las conceptualizaciones que encontramos en
tura crítica acerca de uno de los aspectos explorados los documentos estudiados entran en sintonía en un
alto porcentaje con las definiciones propuestas por los

* Docente Pontificia Universidad Javeriana. Grupo Resilio. sergio.trujillo@javeriana.edu.co

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autores e investigadores a nivel internacional” (Cam- las personas? ¿Puede enseñarse la resiliencia o ésta es
po, Granados, Muñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010). innata? ¿Quienes viven en la pobreza y la opresión, lo
Quizá lo que más llama la atención en el concepto hacen porque no son resilientes, porque no tienen la
de resiliencia que se encontró en los documentos revi- capacidad de la resiliencia? ¿Es el sistema injusto, des-
sados es que 28 de ellos asumen que la resiliencia es proporcionadamente inequitativo, agresivo y exclu-
una capacidad que posee la persona que afronta una yente, el que no da señales de ser resiliente? ¿Pueden
dificultad, bien sea una capacidad afectiva que prote- los sistemas políticos y económicos ser o no capaces
ge contra las adversidades o una “(…) capacidad cog- de resiliencia?
nitiva y socioemocional de la persona o grupo para Detrás de estas y otras preguntas a las que nos lle-
reconocer, enfrentar y transformar constructivamente va la comprensión de la resiliencia como capacidad,
situaciones de sufrimiento o daño que afectan el de- se mueven intereses económicos y políticos que no
sarrollo” (Campo, Granados, Muñoz, Trujillo, & Rodrí- podemos soslayar quienes estamos interesados en
guez, 2010). aproximarnos al conocimiento de la resiliencia y a la
Aunque en los documentos revisados por el estu- intervención en resiliencia, no vaya a ser que, ingenua-
dio se advierte que todos los seres humanos podemos mente, nos pongamos al servicio de los poderosos y
ser resilientes, que todos tenemos la capacidad de ser- continuemos legitimando las injusticias sociales.
lo, el término “capacidad” es problemático, diríamos Piénsese, por ejemplo, en las exclusiones que ha
incluso estrecho, restrictivo, cuando con él queremos producido la utilización del concepto de inteligen-
definir una idea tan compleja y dinámica como la de cia, en tanto “capacidad de inteligir”, utilizado de tal
resiliencia. Veamos algunas razones de esta problema- modo en la psicometría - cuando es puesta al servicio
tica. de intereses económicos y políticos elitistas, que ha
Para la Real Academia Española de la Lengua autorizado y legitimado la desigualdad en el acceso al
(RAE) (2001), “Capacidad” es aptitud, talento, cua- estudio o al trabajo, contribuyendo con la producción
lidad que dispone a alguien para el buen ejercicio de una estructura piramidal, tremendamente injusta y
de algo. Si bien, en un sentido aristotélico, la poten- desigual, característica de las sociedades neoliberales
cia - o capacidad - puede llegar a actualizarse, a con- (Molero, Saíz, & Esteban, 1998).
vertirse en acto, a realizarse, no es esta la forma en En la historia de la psicología y por supuesto de la
que comúnmente comprendemos “capacidad”, la humanidad, abundan los ejemplos de las dificultades
cual estaría en sintonía con la idea de proceso, pues que acarrea el suponer que las personas poseemos o
más bien, frecuentemente, nos dejamos llevar por la no una capacidad y que la poseemos en cierta medida
metáfora del recipiente que puede ser más o menos o grado, en especial cuando dicha capacidad puede
capaz de contener un líquido, imagen afín a la defini- ser definida y manipulada por agentes externos a la
ción del DRAE. Entonces aparece el problema de la vida de las personas, limitando su autonomía, deterio-
equidad, de la repartición de la capacidad resiliente rando su autoestima, empobreciendo su autoagencia-
entre la gente, porque la palabra capacidad, entendi- miento y por tanto, incidiendo negativamente en su
da como una aptitud, virtud o característica innata o calidad de vida. La eugenesia es uno de los amargos
adquirida, implícitamente supondría que las personas frutos de un pensamiento excluyente basado en crite-
la poseemos en mayor o menor grado, es decir que rios con algún respaldo científico (Vasco, 1990; Truji-
algunas personas podrían ser capaces de resiliencia, llo, 2006a, 2006b, 2007a, 2008a, 2008b, 2008c).
otras serían más capaces y otras menos capaces. Ello De modo que las perspectivas de la delimitación
puede producir decisiones desiguales en política, en del concepto de resiliencia por medio de la metáfora
economía, en educación, en la vida laboral, en la coti- de la capacidad no son halagüeñas.
dianeidad (Escobar & Ballesteros, 2011). El lector podrá imaginar que, en la escases de recur-
¿Se distribuye equitativamente la resiliencia entre sos que caracteriza nuestra administración pública en
los seres humanos? ¿Unas personas pueden ser “ca- Colombia, quizá podríamos llegar a diseñar políticas
paces” de resiliencia y otras no? ¿Por qué se daría o públicas que beneficien solamente a las personas ca-
se podría dar tal diferencia en la capacidad? ¿Cómo paces de resiliencia para no malgastar la inversión, lo
se puede llegar a ser capaz de resiliencia? ¿Todo ser cual supondría primero decidir cuales personas sí son
humano puede llegar a ser resiliente? ¿Es posible in- capaces de resiliencia, y para ello podríamos utilizar al-
crementar, aumentar la “capacidad” de resiliencia en gunas pruebas o escalas de medición de la resiliencia,
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cuyos resultados podrían usarse para aumentar, aún mal librados a quienes queremos solventar prácticas
más, las injusticias, las inequidades, las exclusiones, sociales resilientes, pues los datos de las escalas serían
las estigmatizaciones, dejando de lado a aquellos que insuficientes, incluso miopes y estorbosos, para com-
han sido más golpeados por las dificultades y que, de prender a la resiliencia en cuanto proceso dinámico y
acuerdo con los resultados de las pruebas estarían pri- para intervenir con sensatez en tan complejas circuns-
vados, incluso, hasta de la capacidad de ser resilientes. tancias.
Algunos ejemplos de escalas para medir la resilien- Para la RAE (2001) “Proceso” es la acción de ir
cia son las citadas por Palomar y Gómez (2010): The hacia delante que implica el transcurso del tiempo y
Connor-Davidson Resilience Scale (CD-RISC) que eva- supone fases sucesivas. Pero como se verá en breve,
lúa: a) Competencias personales y tenacidad, b) Auto- también es necesario considerar diferentes formas de
confianza y tolerancia a situaciones negativas, c) Re- comprensión del concepto “proceso”.
laciones seguras y aceptación del cambio, d) Control En el grupo Resilio hemos pensado que es mejor
y e) Influencia espiritual positiva. The Resilience Scale considerar a la resiliencia como un proceso complejo,
for Adults (RSA) que considera cinco dimensiones: en el cual nadie quede excluido, o mejor dicho, en
a) Competencias personales de afrontamiento de re- el cual todos estemos incluidos, pues al fin y al cabo
tos, b) Competencia social, c) Coherencia familiar, d) todos podríamos hacer parte del proceso resiliente a
Apoyo social y e) Estructura personal. Por su parte Pa- partir del momento en el cual llegamos a él, es decir
lomar y Gómez (2010) construyeron una escala para cuando sufrimos una adversidad y también cuando
evaluar la resiliencia en una población mejicana reu- podemos convertirla en ocasión para el mejoramien-
niendo las dimensiones de las dos escalas menciona- to personal o colectivo. Pensar la resiliencia de este
das en una tercera escala que las agrupa, a su vez, en modo no es una vacuna contra la inequidad pero si
cinco dimensiones diferentes: a) Fortaleza y confianza ayuda a prevenir la utilización de una estupenda idea,
en sí mismo, b) Competencia para relacionarse con distorsionándola para favorecer intereses particulares.
otros, c) Relaciones familiares y apoyo de la familia, Otra razón para preferir la idea de proceso al con-
d) Apoyo social de amigos y e) Capacidad para orga- cepto de capacidad, tiene que ver con algunas de las
nizarse, planear actividades y distribuir el tiempo. Po- propuestas de Boris Cyrulnik (2001, 2009), para quien
drían considerarse otros autores, citados por Jiménez no hay un comienzo absoluto del proceso resiliente,
y Arguedas (2004), como Suárez (1997); Kukic (2002); y para quien no es necesario definir una delimitada
quienes comentan haber identificado una serie de atri- capacidad de resiliencia.
butos personales que constituyen lo que llaman “pila- Si bien, en una primera mirada este autor parece
res de la resiliencia”, agrupados en cuatro componen- proponer una comprensión lineal del proceso de la
tes: a) Competencia social, b) Resolución de proble- resiliencia, revelándonos tres pasos o momentos suce-
mas, c) Autonomía y d) Sentido de vida, componente sivos: primero, la presencia de la adversidad en la vida
el cual a su vez se constituiría por ocho rasgos como de un ser humano, segundo, el sufrimiento que le pro-
intencionalidad o sentido de propósito, auto-motiva- duce tal adversidad, y tercero, el desarrollo que podría
ción, metas, superación de sentimientos de desespe- posibilitar dicho sufrimiento en quien lo experimenta;
ranza, optimismo, persistencia, fe y espiritualidad. formulación general con la cual Manciaux (2003) está
Como es evidente, la intención taxonómica y el de acuerdo cuando enuncia que la resiliencia está
interés psicométrico no han estado ausentes de las in- compuesta por dos facetas inseparables: la destruc-
vestigaciones sobre resiliencia. ción, el sufrimiento, el descalabro por un lado, y por
Puede inferirse entonces que, en asuntos de deci- otro lado, la reconstrucción, el proyecto de una vida
siones políticas, una medida como la mencionada más nueva o de una vida mejorada; una segunda lectura
arriba no impediría que los no beneficiarios de esta de Cyrulnik (2001) nos deja ver también otras direc-
imaginaria determinación se desarrollaran resiliente- ciones, otras trayectorias y vectores, otras relaciones,
mente a partir de su adversidad, entonces sumada a otras formas de concebir el proceso resiliente.
la hipotética ausencia del apoyo que tal política su- Orígenes complejos, direcciones opuestas, fuerzas
pondría, lo cual por una parte, deslegitimaría los resul- en conflicto, tensiones, movimientos, vectores, trayec-
tados de las pruebas y su posibilidad de predicción, torias, procedencias, emergencias... genealogía de la
en tanto que la resiliencia se manifestaría también en resiliencia (Foucault, 2004; Trujillo, 2011a, 2011b). Tal
quienes puntuaron bajo en la escala, y por otra, dejaría es la complejidad del proceso resiliente que requiere
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de nuestro parsimonioso, sistemático y riguroso es- exige asumir con reciedumbre actitudes que permitan
fuerzo de abordaje. “(…) la resiliencia es un proceso potenciar los recursos propios, las propias fortalezas,
diacrónico y sincrónico: las fuerzas biológicas de de- a fin de superar la propia fragilidad, las debilidades, los
sarrollo se articulan con el contexto social para crear sufrimientos producidos.
una representación de sí que permite la historización La historización es un proceso que cura y que es
del sujeto” (Cyrulnik, 2001, p. 40). necesario para la construcción de toda identidad
Siendo como somos, unidades biopsicosociales, individual o colectiva. Haciendo el relato de mi his-
no extraña encontrar que Cyrulnik (2001) ubique orí- toria íntima, sé quién soy, cómo reacciono, lo que
genes para la resiliencia tanto en nuestra dimensión amo y aquello de lo que soy capaz (Cyrulnik, 2001,
biológica, como en la cultural y, por supuesto en el p. 126).
sentir, el pensar y el obrar que arman, entreverándose, Para Vanistandael y Lecomte (2002) resiliencia es a
nuestra dimensión psicológica. la vez resistencia, capacidad de oposición al entorno
En ello también hay coincidencia con los 28 docu- y de ir hacia delante. Es decir que es a la vez capaci-
mentos mencionados, en los cuales se presenta la res- dad y proceso, pero puesto que para estos autores
iliencia como “capacidad” cognitiva y socioemocional la resiliencia no es meramente una actitud de resis-
de la persona o grupo. Acá la diferencia, como es evi- tencia sino que permite la construcción, o mejor, la
dente, está en el énfasis entre proceso y capacidad. reconstrucción, podríamos decir que es precisamente
Para Cyrulnik (2001, 2009) al igual que en los 28 la perspectiva procesual la que permite dimensionar el
documentos aludidos, aparece la centralidad del afec- papel de la resiliencia en tanto capacidad, lo cual no
to en el proceso resiliente: “La implicación afectiva es ocurre a la inversa, dada la mirada estática que brinda
vital (…)” (Cyrulnik, 2001, p. 96), de modo que allí se el concepto de capacidad.
encuentra que uno de los orígenes de la resiliencia es Nótese cómo, en el párrafo citado en esta investi-
el afecto, el afecto que nos constituye, el afecto que gación, se destacan junto con la dinámica y la flexibi-
somos en el devenir de lo posible. Afecto que posi- lidad, los recursos de los sujetos, es decir que, si bien
bilita que lleguemos a ser sujetos de nuestra propia se formula la naturaleza procesual de la resiliencia, no
historia (Trujillo, 2008a), entonces es posible afirmar se dejan de lado las potencialidades de las personas,
como uno de los orígenes de la resiliencia al anhelo, al pero el énfasis es diferente, permitiendo otra panorá-
deseo, a la intuición, a la ilusión vislumbrada de algo mica, esta vez situada histórica, biográfica y cultural-
bello, distinto, algo mejor, al ensueño. mente, en la cual cabrían las capacidades como uno
En contraste con el concepto de resiliencia como de los recursos disponibles para afrontar las adversida-
capacidad, llama la atención que el grupo Resilio en- des de modo dinámico: diacrónico y sincrónico, como
contró también en 21 de los documentos de las 14 lo menciona Cyrulnik (2001, 2009), ya lo había suge-
universidades indagadas que: rido previamente Erikson (1979) cuando desarrolla su
(…) se considera que la resiliencia es un proceso propuesta del método psico-histórico para estudiar la
dinámico, flexible y cambiante que permite un ade- biografía situada de un ser humano y, por supuesto,
cuado desenvolvimiento a pesar de condiciones para escribirla.
difíciles. Proceso que surge a partir de la necesi- En otras palabras, una perspectiva procesual de la
dad de abordar las situaciones que son percibidas resiliencia permite superar comprensiones esencialis-
como dilemas humanos y que permiten asumir cier- tas, atemporales, abriendo un lugar al devenir en los
tas posturas frente a dichas situaciones. Por tanto, abordajes, dando espacio a las comprensiones com-
este concepto brinda la posibilidad de reconocer plejas, históricas, dinámicas, existencialistas, incluyen-
los recursos con los que cuentan los sujetos, de tal do el desarrollo ontogenético, sin necesidad de dejar
manera que puedan potenciarlos para así afrontar de lado consideraciones estructuralistas en torno a los
las situaciones que vivencian, desde las fortalezas elementos, cualidades, o relaciones que configuran la
con las que cuentan y no desde el déficit (Campo, resiliencia, los cuales pueden quedar subsumidos y ar-
Granados, Muñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010). ticulados entre sí.
Esta concepción de la resiliencia, muy próxima a la Es decir que, aquellas conceptualizaciones encon-
que estamos elaborando en el grupo Resilio mencio- tradas por el grupo Resilio en las aproximaciones a los
nada con anterioridad, asume que la resiliencia emer- documentos producidos por 14 universidades colom-
ge cuando las personas nos vemos abocadas al afron- bianas, que definen resiliencia como facultad, habili-
tamiento de situaciones adversas, cuya resolución dad, elemento, postura personal o escudo protector,
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también tendrían cabida en una comprensión proce- con las decisiones autónomas de seres humanos con-
sual de la resiliencia, ubicados como elementos de es- cretos que viven en circunstancias específicas y en
tructuras o como funcionamientos característicos de ellas desarrollan su sentido vital (Trujillo 2009, 2010a).
un sistema resiliente en interacción con otros sistemas. Para significar el papel de la determinación volun-
(…) como facultad que tiene un individuo o una taria en el proceso resiliente, en tanto resultado y en
comunidad para recuperarse, sobreponerse a la tanto inicio de dicho proceso, al referirse a la dificul-
adversidad y finalmente transformarse. Gran habi- tad para apalabrar el sufrimiento Boris Cyrulnik sugiere
lidad para regenerarse, hacerle frente a las deman- poéticamente: “He aquí porque se necesitan de trein-
das y recuperarse de las crisis después de las cuales ta a cincuenta años de musculación del Yo para vol-
logran muchas veces un mejor nivel de funciona- verse capaz simplemente de decirlo” (Cyrulnik, 2001,
miento. Encontramos también la resiliencia como p. 170).
elemento para sobrevivir, para construir proyectos Nótese como para que la voluntad se desarrolle,
de vida y superar eventos traumáticos. Postura per- además de la determinación inicial “el fiat de la volun-
sonal en la cual los individuos reconocen a lo lar- tad” se requiere de todo un proceso de “musculación
go de la vida los recursos internos o características del Yo, solo para apalabrar la adversidad, aún no para
personales. Escudo protector ante daños o riesgos superarla, lo cual requerirá de otros esfuerzos y pro-
que atenúa sus efectos y los transforma en factor cesos.
de superación (Campo, Granados, Muñoz, Trujillo, Otra característica destacable en la comprensión
& Rodríguez, 2010). de la resiliencia como proceso en la investigación de
Es evidente que, como ya se viene mencionando y Resilio, es la mirada positiva que permite: “(…) recono-
los documentos revisados lo revelan, la resiliencia es cer los recursos con los que cuentan los sujetos, de tal
afectiva y es cognitiva, es decir que está constituida manera que puedan potenciarlos para así afrontar las
por, al menos, dos procesos psicológicos: la afectivi- situaciones que vivencian, desde las fortalezas con las
dad y la cognición, pero puesto que para algunos psi- que cuentan y no desde el déficit” (Campo, Granados,
cólogos y pedagogos (Wundt 1874, citado en Gondra, Muñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010).
1990; Piaget, 1989; Vigotsky, 1995; Böhm y Schiefe- Esta mirada se coloca más allá de los enfoques defi-
lbein, 2004; Trujillo 1990, 2002, 2004, 2005, 2006a, citarios y asistencialistas que generan dependencias y
2007a, 2008a, 2009, 2010a, 2010b), la afectividad y empobrecimientos, y puede estar emparentada con el
la cognición se unen, se amalgaman precisamente en modelo S.O.C. — Selección, Optimización, Compensa-
la voluntad, proceso psicológico superior por excelen- ción - que Baltes (1983) formuló desde la perspectiva
cia (Vigotsky, 1995; Trujillo 2002, 2008a), parece ser evolutiva del Ciclo Vital, en el cual, al vivir una tran-
necesario estudiar con detalle el papel que juega la sición que exige realizar el correspondiente balance
voluntad en los procesos resilientes, pues la voluntad, entre las pérdidas y las ganancias, éstas últimas se op-
órgano de la libertad, está en el origen de la resiliencia timizan para compensar las pérdidas, lo cual permitiría
pero también es uno de sus frutos. comprender, por ejemplo, como las personas oprimi-
De esta recursividad sistémica dan cuenta otros au- das por condiciones de vida inhumanas pueden no
tores cuando señalan que: “La autoestima, por ejem- solo sobrevivir sino surgir gracias al autoagenciamien-
plo, se considera un elemento importante de la resi- to, incluso sin recibir ayudas externas (Trujillo 2005,
liencia; y al mismo tiempo, superar un trauma ayuda 2009, 2010a; Trujillo, Tovar, & Lozano 2004, 2007) .
a desarrollarla” (Manciaux, Vanistandael, Lecomte & También desde esta perspectiva es posible buscar
Cyrulnik, 2003, p. 26). articulaciones entre las teorías sobre la resiliencia y
La espiralidad virtuosa, propia de los procesos resi- las teorías sobre el duelo y su afrontamiento, (Freud,
lientes, la recursividad sistémica en la cual se encuen- 1981; Bowlby, 1998; Kubler-Röss, 1975; Boss, 2001;
tran la finalidad del proceso con su origen, permite la Fonnegra, 2009) así como con las teorías sobre las
superación de la circularidad viciosa de los patrones transiciones que producen en nosotros los cambios
repetitivos. Estos son asuntos soslayados hasta el mo- contextuales que vivimos las personas a lo largo y
mento en las investigaciones realizadas en las univer- ancho de nuestro desarrollo (Bronfenbrenner, 1987;
sidades colombianas, que merecen nuestra cuidadosa Bridges, 1982; Adams, Hayes, & Hopson, 1976; Ni-
atención, pues en tanto podamos vincular la voluntad cholson, 1987; Baltes, 1983).
con la resiliencia, esta podrá ser formulada en relación Dado que en varios de los documentos revisados
por el grupo se considera que:
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(…) son las personas mismas quienes pueden ca- tinuidad en medio de los cambios, sean rupturas o
racterizarse como resilientes a través de una com- transiciones, y por supuesto, con su sentido vital,
binación de factores, que puede ser aprendida y puesto que solo es posible dotar de sentido a la
enseñada en múltiples ámbitos por profesores que adversidad incluyéndola dentro del sistema gene-
transmitan optimismo y esperanza y estimulen la ral de orientación temporal de la personalidad, por
curiosidad. Para estos, el desarrollo de la resiliencia medio del cual las personas otorgamos sentido a
se ve favorecido con la creación de ambientes don- nuestras vidas e impregnamos de sentido todo lo
de primen las relaciones sociales afectivas. La resi- que nos ocurre y todo lo que hacemos con lo que
liencia tiene entonces que ver con el aumento de nos ocurre (Trujillo & Solano, 2009).
las probabilidades de éxito educativo más allá de la Esta forma de comprender la resiliencia busca su-
vulnerabilidad que viene de los contextos vitales. perar el viejo dualismo entre alma y cuerpo, entre espí-
Un ser humano resiliente convierte los golpes en ritu y materia, e integrar en una unidad biopsicosocial,
alicientes de vida. Resilientes son los individuos que en una unidad trinitaria, todas las dimensiones consti-
logran salir adelante a pesar de vivir en condiciones tutivas de la humanidad de cada ser humano. También
adversas. Resiliente es el ser humano que es capaz busca superar cualquier forma de reduccionismo o de
de recuperarse de la adversidad y sacar adelante determinismo.
un proyecto de vida, construido socialmente y abo- La integridad de cada sujeto tiene que ver con la
nado con aspectos personales y comunitarios para soldadura misteriosa e inefable entre las dimensiones
convertirse en un sujeto social y un ciudadano que que nos constituyen — biológica, psicológica y social
entiende las responsabilidades para consigo mismo - durante el fluido que llamamos vida y que garantiza
y con los otros reconociendo el valor de lo colecti- la unidad biopsicosocial a través del devenir, es decir
vo. El niño puede desarrollar resiliencia a partir de en el curso de las turbulencias producidas por las ad-
enriquecer los vínculos positivos, fijar límites claros versidades.
y firmes, enseñarle habilidades para la vida (Cam- Por ello podemos afirmar que somos obra de la
po, Granados, Muñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010). naturaleza en tanto seres biológicos, obra de la cultura
Nuevamente podemos encontrar la complejidad en tanto seres sociales, obra de las interacciones entre
– del latin complexus = tejido — del proceso resi- la naturaleza y la cultura, en tanto seres inacabados y
liente y comprendemos con facilidad porqué “Al- obra de nosotros mismos, en tanto autónomos. (Pes-
gunos relacionan la resiliencia con la formación talozzi 1746-1827, citado por Böhm & Schiefelbein,
integral y con la posibilidad de proyectarse en el 2004; Trujillo 2008a).
futuro a pesar de acontecimientos desestabilizado- Sin embargo, las comprensiones complejas y pro-
res, de condiciones de vida difíciles y de traumas a cesuales aún no encuentran acogida en algunas in-
veces graves” (Campo, Granados, Muñoz, Trujillo, vestigaciones de las 14 universidades estudiadas, que
& Rodríguez, 2010). centran su atención en agentes externos al sujeto que
Si más allá de algunas propiedades o elementos, vive la resiliencia: “Otros documentos en menor nú-
somos resilientes las personas mismas consideradas mero piensan que la resiliencia es un recurso exter-
como un todo, entonces tendremos que atender a la no que permite generar estrategias de afrontamiento,
unicidad, a la integridad del ser humano cuando estu- utilizando como medio el establecimiento de vínculos
diamos o intervenimos en la resiliencia. Entonces ten- afectivos seguros y sólidos” (Campo, Granados, Mu-
dremos que desarrollar miradas holistas de los seres ñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010).
humanos y de la resiliencia, que nos permitan superar Si bien en este concepto de resiliencia se rescata
el paradigma analítico, la inteligencia ciega de Occi- el vínculo afectivo, dentro de éste se da más impor-
dente que solo nos deja ver fragmentos de aquello tancia al polo externo de tal vínculo, que al interno,
que queremos comprender y transformar (Morin, es decir, se puede estar desustancializando al sujeto
1996; Trujillo 2007a). Y, por supuesto, tendremos que resiliente, mientras se atribuye a su entorno “la causa”
apostar con fe a la educación como factor de protec- de la resiliencia, dentro de la lógica de una causalidad
ción y de desarrollo resiliente de los seres humanos. lineal, unidireccional, quizá incluso objetivista (Trujillo,
Tenemos pues una realidad compleja, dinámica y 2007a y 2008a).
dialéctica a la cual llamamos resiliencia, que hace Es maravilloso encontrar, por otra parte, que la
parte del desarrollo humano y que, por tanto, tiene causalidad compleja, multidireccional, de la resilien-
que ver con la fluidez de su integridad, con su con- cia, que la comprensión genealógica de la historia y
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de la biografía de las personas, emerge en algunos ción temporal a nuestra personalidad en medio de las
estudios de nuestras universidades cuando enuncian turbulencias. (Trujillo, 2007b, 2008a).
la pluralidad de resiliencias y la diversidad de sus ca- Y también es posible reconocer convergencias en
racterísticas: “Algunos admiten varios tipos diferentes torno al afecto comprendido como la semilla de nuestra
de resiliencia y hacen distinción entre las resiliencias identidad, lo cual está de acuerdo con Cyrulnik (2001):
“coyunturales” que tienen que ver con circunstancias “El sentimiento de sí se vuelve una especie de primicia
específicas y resiliencias “estructurales” que están la- de identidad, como una imagen de sí que la mirada del
tentes y son establecidas con anterioridad pero que se otro pone en el niño” (Cyrulnik, 2001, p. 64).
actualizan con el envejecimiento” (Campo, Granados, Asumirnos a nosotros mismos así, de este modo
Muñoz, Trujillo, & Rodríguez, 2010). complejo, admitiendo que la afectividad es el núcleo
En el concepto de resiliencia, presente en las inves- de nuestra sujetualidad (Trujillo, 2008a) significa acep-
tigaciones universitarias, tanto como en la idea que el tar que somos también la obra de nosotros mismos en
grupo de investigación viene trabajando, se encuen- medio de la obra de la naturaleza y de la obra de la
tran otras alusiones explícitas a la complejidad, a las cultura.
interacciones entre dimensiones, a la historicidad del Nuestra voluntad florece, nuestra autodetermina-
proceso resiliente: ción se define, se perfila, precisamente en medio de
En 6 documentos se considera que la resiliencia es las tensiones entre las determinaciones naturales y so-
un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos, ciales. Lo cual es casi como afirmar que requerimos de
entendidos como factores de promoción de la per- las adversidades para crecer como seres humanos ín-
sona, que la protegen frente a períodos de riesgo. tegros, para desarrollar nuestra autonomía y la tenaci-
La resiliencia es un proceso diacrónico o sincróni- dad necesarias para luchar por los objetivos buscados
co, psico-biológico intensivo, en el que fuerzas bio- y deseados en medio de la incertidumbre. Así, los con-
lógicas, históricas, afectivas y sociales se articulan flictos, cuando gracias a ellos emerge la resiliencia, son
para metamorfosear un golpe recibido en algo so- el motor del desarrollo y no nos desarrollamos pese a
portable, para hacer de una situación amarga algo ellos, sino gracias a la resiliencia que ellos potencian
llevadero. Sus máximas expresiones son el oxímo- (Trujillo, 2004, 2007b, 2008a, 2009, 2010b).
ron y la poesía. El proceso resiliente se da como ¿Cuándo comienza el proceso resiliente? ¿Acaso
resultado de la interacción continua de factores desde el mismo instante en que comienzan a produ-
como la capacidad reflexiva, la responsabilidad, el cirse la herida y el dolor? ¿A partir del momento en
nivel de actividad, la capacidad de aprender y co- el cual inicia la reparación del daño producido por la
nocer, de construir colectivamente, de valorar los adversidad? ¿Quizás cuando ya cicatrizó la herida? ¿Es-
riesgos, de aportar con disposición a dar y recibir tará el origen de la resiliencia en la primera letra de
ayuda, de la calidad de las relaciones afectivas y la primera palabra del relato acerca del acontecimien-
la preocupación por el bienestar de los otros. Es to adverso y solo aparecerá, por tanto, cuando éste
un proceso relacional en el cual se construye una acontecimiento sea por fin narrado? ¿Probablemente
narrativa alternativa (Campo, Granados, Muñoz, comienza desde siempre, en la infinitud del oxímoron?
Trujillo, & Rodríguez, 2010). Es a posteriori que podemos reflexionar acerca del
Manciaux et al. (2003) también mencionaron ha- proceso resiliente, pues en el momento mismo de la
ber encontrado que la resiliencia es fruto de la interac- adversidad solo alcanzamos a sufrirla, y la “capacidad”
ción entre la persona y su contexto político, económi- de resiliencia es móvil, varía a lo largo, a lo ancho y lo
co y social, y además entre las vivencias anteriores y profundo del proceso biográfico e histórico resiliente
el momento actual, entre factores de riesgo y factores pues, desde una perspectiva compleja e integral, diná-
protectores. mica y procesual, la vida continúa manifestándose en
Del párrafo del grupo Resilio citado más arriba los seres que han sido golpeados, pero que aún siguen
puede inferirse que nuestra identidad, definida como vivos. La vida, misteriosa, se manifiesta como sabe ha-
“Mismidad Histórica” por Erikson (1981), la cual per- cerlo, casi sin ser notada.
manece a lo largo de la vida, a través del fluir de las Por ello la esperanza, definida por Erikson (1979)
transiciones, que se conserva en medio de los cam- como la firme convicción de que nuestras necesidades
bios, es también obra de nosotros mismos cuando dis- serán satisfechas a pesar de los fracasos, no siempre
cernimos, cuando realizamos opciones y cuando nos es consciente como propósito sino como intuición de
comprometemos con su realización dándole orienta- algo mejor, como deseo. Y por ello la resiliencia no
20 Sergio Trujillo García

es solamente un acto de la consciencia, sino un tejido Pero, para iniciar el tejido se necesita contar ya pre-
que se va haciendo a lo largo de la existencia, que re- viamente con los hilos, incluso quizá con la trama y
quiere diversos grados de propositividad (McDougall, con la urdimbre… así, al origen de la resiliencia en el
1923, citado por Gondra, 1990) y diferentes universos inmediato presente o en el cercano pasado, podemos
simbólicos. encontrarle lejanos orígenes en remotos tiempos y
“Una malla al derecho por nuestro pasado y nues- cercanos orígenes en el afecto próximo, que se teje en
tra vida íntima, una malla al revés por nuestra cultura y el relato de sí con otros hilos.
nuestros allegados, así es como tejemos nuestra exis- La emoción representada por sus figuras de enlace
tencia.” (Cyrulnik, 2001, p. 108). Cyrulnik (2001) nos sirve entonces de punto de referencia en sus imáge-
induce, sin explicitarlo, es decir con la magia literaria nes. Es lo que fija los sucesos bajo forma de recuer-
de lo implícito, hasta la sabiduría oriental del Ying y el dos y les da coherencia con la condición de que el
Yang, gracias a la cual podemos vislumbrar, asombra- niño encuentre a alguien para quien hacer con esto
dos, las interacciones entre el caos y el cosmos, entre un relato. (…) Pero lo que fijará las imágenes y les
lo inmundo y el mundo, entre el diábolo y el símbolo. dará un sentido es el relato (Cyrulnik, 2001, pp. 30
Del caos emerge el cosmos, del desorden el orden, y 31). (…) el sentimiento es una emoción provocada
de la oscuridad la luz, de lo feo lo hermoso, y solo por una representación que depende de lo que en
podemos reconocer las virtudes de lo bello sobre el nuestra memoria haya quedado historiado (Cyrul-
trasfondo de lo que nos resulta feo; aquello que nos nik, 2001, p. 118).
parece agraciado por encima de lo que nos resulta Una fuerza vital nos llega desde siempre, algo
desgraciado. Lo roto, fracturado y escindido puede irrumpe y nos desorganiza, alguien llega nos acompa-
evidenciarse gracias al contraste con lo integrado, lo ña e ilumina, una ilusión coloca el origen de la resi-
vinculado, lo unido. liencia paradójicamente en el futuro. ¿Puede la causa
Por ello este autor formula que el precio de la re- de las causas ser un propósito anhelado? ¿Qué fuerza
siliencia es el oxímoron, pues mientras que la ambi- puede romper la circularidad de la repetición y conver-
valencia obliga a decidir, el oxímoron no, dado que tir nuestra vida en una espiralidad virtuosa? Al fin y al
en él ambos términos antinómicos son necesarios. Así, cabo “La muerte no es sino el fin de la vida, no es el fin
la vulnerabilidad se transforma en fortaleza y “Cada de la historia” (Cyrulnik, 2001, p. 112).
término hace resaltar al otro y el contraste los aclara: A modo de conclusiones y propuestas ofrezco al
personalidad herida pero resistente, sufriente pero fe- lector estas consideraciones: Parece prudente y nece-
liz” (Cyrulnik, 2001, p. 21). La serpiente se muerde su sario orientar nuestros esfuerzos teóricos e investigati-
propia cola. vos desde una comprensión de la resiliencia cercana al
Cyrulnik (2001) afirma que el oxímoron es la expre- paradigma de la complejidad, de modo que podamos
sión de un sufrimiento que se transforma en obra de arte comprenderla como un todo dinámico en relación
e invita a considerar que “La resiliencia define el resor- con sus dimensiones constitutivas. Ello nos permitirá
te de los que, habiendo recibido un golpe, han podido aproximar nuestras intervenciones de manera perti-
sobrepasarlo. El oxímoron describe el mundo íntimo de nente a una realidad situada que no podremos com-
esos vencedores heridos” (Cyrulnik, 2001, p. 23). prender desde conceptos cristalizados.
Presenciamos, gracias a Cyrulnik (2001), que el La perspectiva de la resiliencia, en tanto proceso
proceso de tejido, la convergencia sinérgica de fuer- complejo, permite articular en su interior otras mira-
zas que confluyen y que puede llegar a ser proceso das, lo cual exigirá de un cuidadoso esfuerzo de estu-
de escritura de un texto con sentido, para dar cuenta dio y reflexión acerca de los trabajos de investigación
de modo complejo – complexus – las tres palabras en que ya se han hecho, al estilo de la caracterización
negrilla son parónimas, es decir, comparten etimología que realizó el grupo Resilio, para integrar de una ma-
- del motor de la vida que podría devenir en motor de nera coherente la diversidad de enfoques y conceptos
la existencia. Así, el proceso de tejido recompone los en una idea viva de resiliencia, cuya complejidad co-
hilos de la red que han sido rotos y podría decirse que rresponda con la complejidad del fenómeno.
uno de los orígenes de la resiliencia es, precisamente, Tal propuesta integradora también requerirá revisar
el comienzo del ejercicio del arte de tejer, quizá de te- con detalle los vínculos y parentescos, así como las
jerse a sí mismo, como corresponde a un ser humano divergencias, entre las teorías acerca de la resiliencia y
que se constituye en sujeto de su propia historia. otras teorías que tienen hondas experiencias y sugesti-
Resiliencia: ¿Proceso ó capacidad? 21

vas proposiciones, cada una desde su propio aparato Erikson, E. (1979). Historia personal y circunstancia histórica.
crítico. Quizá valga la pena iniciar una revisión de los Madrid: Alianza Editorial.
modelos epistemológicos y de las posturas ontológi- Erikson, E. (1981). Identidad, juventud y crisis. Madrid:
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la voluntad es una característica fundante de lo humano Foucault, M. (2004). Nietzsche, la Genealogía, la Historia.
sobre la cual se edifican la autonomía decisoria, el con- Valencia: Pre-Textos.
trol sobre la propia vida y la capacidad de previsión, es Freud, S., (1981) Obras Completas. “Duelo y melancolía”.
decir, que tiene que ver con la tensión constituyente de Madrid: Ed. Biblioteca Nueva.
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