Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
AÑOS 50.
LOS TEMPORALES DE NUESTROS MAYORES.
Aunque el archipiélago no se sitúa en un espacio geográfico de los que
podríamos llamar lluvioso, las precipitaciones son muy irregulares y,
en condiciones de inestabilidad, es muy común que, en determinados
puntos, se supere por espacio de tiempo que va de 24 o 48 horas, la
media anual. Es una de las características de nuestra meteorología: la
lluvia torrencial
En Canarias, las situaciones sinópticas adversas dependen
prácticamente de un solo elemento que nos condiciona la mayor parte
del año. Se trata del anticiclón subtropical Bermudas-Azores. En caso
de que este se aleje al noroeste o se debilite en su gradiente de presión,
los núcleos depresionarios asociados al frente polar rompen el nivel de
inversión de subsidencia en niveles medios. Solo falta la conjunción de
aire cálido y húmedo en superficie para que la nubosidad alcance gran
desarrollo vertical. A ello unimos el forzamiento orográfico, en un
territorio muy abrupto, que frena-acelera la distribución de la
convectividad y que termina por dar torrencialidad a las lluvias, pero
también mucha irregularidad “de un monte a otro”.
Esto, en cuanto al frente polar (vaguadas, danas, borrascas atlánticas,
etc.). Si miramos al sur, a lo largo del siglo, nos han alcanzado
situaciones tropicales. Si bien conocemos casos de danas tropicales,
podemos hablar de episodios severos de origen tropical o subtropical,
como ondas del este, perturbaciones asociadas al frente intertropical,
depresiones subsaharianas, o niger-sudanesas en la gran mayoría de los
casos, severas, como bien nos la definió el padre de la meteorología
moderna en nuestro país, el profesor Inocencio Font Tullot.
Diario Abc
Esto nos da una idea de la “furia” de las ondas del este. Así, el 23 de
octubre fallece una mujer al intentar cruzar la carretera general del
sur, en el kilómetro 34 (donde cruza el Barranco de Balos), al ser
arrastrada por una repentina avenida de agua. Su cadáver, apareció en
la desembocadura de este barranco en Arinaga. El día 24, se derrumbó
una cueva en la Ladera Alta de San Juan en la capital insular,
sepultando a un anciano.
15, 16 y 17 DE FEBRERO DE 1956
EL ALUVIÓN DE ROSIANA
16 DE ENERO DE 1957
RIADA DEL ESTE DE LA PALMA
El 16 de enero de 1957, ocurrió la mayor catástrofe natural del siglo en
Canarias. En cuanto a víctimas, dejó en un segundo plano a los
importantes daños causados por los vientos huracanados de 1956 y la
erupción de San Juan de 1949, probablemente una de las causas de las
fuertes escorrentías. Un robusto frente frío, que recorrió el archipiélago
de noroeste a sureste, descargó una fuerte tromba de agua sobre la
Cumbre Vieja durante varias horas, origen del tremendo aluvión de
agua, barro, piedras y troncos que discurrió en la madrugada de aquel
día por los barrancos desbordados de Amargavinos, Aduares y
Aguasencio, en el este de la isla de La Palma. Se contabilizan veintiocho
víctimas mortales.
Los modelos de aquellos días nos muestran un frente frío muy
activo cruzando el archipiélago, asociado a un centro de bajas
presiones en superficie, en la zona del estrecho de Gibraltar.
En capas altas teníamos un embolsamiento frío relativo. Este
trágico episodio, ha puesto de manifiesto el poder y la
influencia del relieve. Las áreas montañosas actúan como
núcleos orográficos que favorecen el efecto de disparo
vertical y los procesos termoconvectivos generadadores de
lluvias torrenciales. Ese núcleo orográfico fue Cumbre Vieja
y las zonas de medianías arrasadas, pobladas y en suelo
volcánico reciente el este de La Palma (erupción del
Nambroque año 1949)
OTROS EPISODIOS: