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ALALC

Asociación Latinoamericana de Libre Comercio

Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Organización


supranacional del ámbito latinoamericano creada en virtud del Tratado de
Montevideo, firmado en 1960 y que entró en vigor el 2 de junio de 1961. Los
estados firmantes del mismo, y primeros integrantes de la ALALC,
fueron Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay, Perú y Uruguay.
Posteriormente, pasarían a formar parte de la
organización Colombia y Ecuador (1961), Venezuela (1966) y Bolivia (1967) se
adhirió a ese tratado; llegando a ser posteriormente once los países
participantes. Fue reemplazada posteriormente por la ALADI a través
del Tratado de Montevideo 1980.

Antecedentes
En los primeros momentos de la última post-guerra, las condiciones existente
en el orbe fueron muy favorables a la economía de la América Latina, ya que
las materias primas americanas encontraban amplios mercados en los países
devastados por el conflicto bélico. Sin embargo, bastaron algunos años para
que las naciones europeas recuperaran su poderío industrial y agrícola. Esta
circunstancia modificó adversamente las perspectivas para las exportaciones
de América Latina, ya que se produjo una relación desfavorable entre los
precios de sus importaciones y los precios de sus exportaciones, así como la
concentración de sus mercados externos, afectando seriamente la
disponibilidad de divisas.

Condicionantes
Las principales motivaciones que dieron origen a la ALALC, estuvieron dadas,
en primer lugar, por la necesidad de superar las dificultades estructurales que
enfrentaban las economías de los países de la región, como la
monoexportación de productos básicos sin transformación ni valor agregado, la
consiguiente y crónica vulnerabilidad de sus sectores externos, la
concentración del comercio con determinados países centrales, así como la
estrechez de los mercados nacionales para emprender con alguna posibilidad
procesos de industrialización.
También existían motivaciones de coyuntura, como la creación de la CEE y el
problema de sus políticas proteccionistas frente a los productos
latinoamericanos. En igual forma sirvió de condicionante para el surgimiento de
la ALALC, la imposibilidad de ampliar nuevos acuerdos preferenciales en el
seno del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y comercio),
quedando como alternativa la creación de zonas de libre comercio o uniones
aduaneras (Articulo XXIV). La acción de la CEPAL (Comisión Económica para
América Latina y el Caribe) fue, asimismo, importante por la influencia de su
pensamiento económico, por sus estudios y la promoción de la idea de una
integración regional.
Creación
Sede de la ALALC en Montevideo
Las negociaciones para conformar la ALALC se iniciaron entre los países del
Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) más Perú. El ingreso
de México al proceso de negociaciones se debió a un hecho circunstancial, la
presencia del Presidente Lopez Mateos en los actos de posesión del
Presidente argentino Arturo Frondizi, quién lo invitó a participar en el nuevo
esquema.
Después de un proceso de negociaciones relativamente breve, el 18 de
febrero de 1960 se firmó, en la ciudad de Montevideo, el Tratado de
Montevideo por el cual las partes contratantes acordaron la creación de la
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC). Suscribieron el
Tratado Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay, Perú y Uruguay, adhirieron
posteriormente Colombia (30 de septiembre de 1961), Ecuador (3 de
noviembre de 1961), Venezuela (31 de agosto de 1966) y Bolivia (8 de
febrero de 1967).

Objetivo
El objetivo de ALALC fue la constitución de una zona de libre comercio dentro
de un plazo de doce años que luego fue ampliado a veinte años. Durante este
período debían eliminarse gradualmente todos los gravámenes y restricciones
que obstaculizaran el intercambio comercial entre las Partes Contratantes. Este
proceso se llevaría a cabo mediante negociaciones periódicas a través del
mecanismo de listas: las "listas nacionales" y la "lista común".
En las listas nacionales se incluirían todas las concesiones que cada parte
contratante otorgaba al resto de la zona, es decir, contenía ventajas
concedidas, en virtud del principio de la nación más favorecida, por cada país
miembro de la ALALC a los restantes pudiendo retirar productos de esas listas
cuando el país que otorgó la concesión enfrentara dificultades económicas. La
lista común se negociaba multilateralmente cada tres años. Los productos
incluidos en la lista común no podían ser objeto de restricciones no
arancelarias ni de cupos.

Cronología protocolaria

 22 de septiembre de 1965 - Acuerdo de Pagos y Créditos Recíprocos entre


los Bancos Centrales de los países de la ALALC. Este Acuerdo crea un
sistema de compensación de saldos que registran las cuentas a través de
las cuales se cursan pagos derivados de operaciones entre residentes de
los respectivos países. Fue sustituido por el Convenio celebrado el 25 de
agosto de 1982.
 12 de diciembre de 1969 - Protocolo de Caracas: instrumento modificatorio
del Tratado de Montevideo 1960 que instituyó a la ALALC. Este Protocolo
entró en vigor el 1 de enero de 1974. De acuerdo a sus previsiones, fue
prorrogado el período de perfeccionamiento de la zona de libre comercio
establecida por el Tratado de Montevideo, de modo que debía expirar
inexorablemente el 31 de diciembre de 1980.
 27 de septiembre de 1975 - Entra en vigencia el protocolo que crea el
Consejo de Ministros de la ALALC. Este Consejo es el órgano supremo de
la Asociación y por lo tanto adopta las decisiones correspondientes a su
conducción política superior.

Trayectoria
Los objetivos propuestos se lograron muy limitadamente. En los primeros años
hubo un aumento del intercambio entre los países miembros, pero después de
liberarse de gravámenes los productos que no originaban resistencia, las
negociaciones fueron siendo cada menos productiva en cuanto a acercarse a la
liberación de gravámenes para lo esencial del intercambio.
La supresión de restricciones cuantitativas tampoco logró avanzar y los
acuerdos de complementación industrial fueron de poca relevancia si se les
considera el punto de vista de contribuir al desarrollo de las economías.
Las sucesivas crisis en la ALALC se agravaron en la de 1967, por la falta de
acuerdo sobre las listas de excepciones a la integración económica. Así las
cosas, en el Plan de Acción 1970-1980, se propusieron el estudio del
«perfeccionamiento de la Zona de Libre Comercio y la posibilidad de establecer
un mercado común latinoamericano». Lo cual en la práctica de la actividad
negociadora no se tradujo en decisiones concretas para aumentar comercio
recíproco, por lo cual las dificultades se hicieron persistentes; como, por
ejemplo, la inoperancia de las negociaciones producto por producto, y también
por las prioridades regionalizadas del tipo de los países de Pacto Andino o del
Mercado Común Centro Americano que virtualmente se esfumaron de la
ALALC.
Por todo ello, en 1980, en la XIX Conferencia Extraordinaria de
Ministros celebrada en Acapulco, se constituye la Asociación Latinoamericana
de Integración (ALADI), para sustituir a la ALALC, con objetivos fundamentales:

 Preservar la libertad de acción de los países que desearon avanzar más


rápidamente en acuerdos de integración subregionales.
 Evitar la disgregación de lo iniciado con ALALC, para lo cual se instituyó la
preferencia arancelaria regional, se previó la concertación de acuerdos de
alcance regional, y se mantuvo un aparato institucional permanente de los
once países participantes con sede en Montevideo.

¿Qué significó la sustitución de la ALALC por la ALADI?

El Tratado de Montevideo 1980, que instituyó a la ALADI, sustituyó al Tratado


suscrito el 18 de febrero de 1960 por el cuál se había creado la ALALC
(Asociación Latinoamericana de Libre Comercio). Con esta sustitución se
estableció un nuevo ordenamiento jurídico operativo para la prosecución del
proceso de integración, que se complementó con las resoluciones adoptadas
en la misma fecha por el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la
ALALC.

Ambos Tratados coincidían en los mismos objetivos y perseguían como meta


final a largo plazo, el establecimiento de un mercado común latinoamericano.
Muestra de esta sintonía fue la continuidad que se reflejó en dos de las
decisiones adoptadas por el Consejo de Ministros. La primera de ellas, hacía
referencia a la revisión de las concesiones otorgadas en los distintos
mecanismos de desgravación arancelaria del Tratado de Montevideo 1960, con
el objeto de incorporarlas al nuevo esquema; y la segunda, a la revisión y
adecuación de las normas vigentes en la estructura jurídica de la ALALC.

No obstante dicha continuidad, el Tratado de Montevideo 1980 introdujo


profundos cambios en la orientación del proceso y en la concepción de su
operación.

En primer lugar, el programa de liberación comercial multilateral y sus


mecanismos auxiliares tendientes a perfeccionar una zona de libre comercio,
fueron sustituidos por un área de preferencias económicas integrada por un
conjunto de mecanismos que comprende una preferencia arancelaria regional,
acuerdos de alcance regional y acuerdos de alcance parcial. Dichos
instrumentos ofrecen múltiples opciones operativas a los países miembros, a
través de cuya convergencia será posible avanzar hacia etapas superiores de
integración económica.

En segundo lugar, el carácter básicamente comercial del Tratado de


Montevideo 1960 fue reemplazado, en la funcionalidad de la ALADI, por la
coexistencia de las tres funciones básicas de la nueva Asociación: la
promoción y regulación del comercio recíproco, la complementación económica
y el desarrollo de las acciones de cooperación económica que coadyuven a la
ampliación de los mercados.

En tercer lugar, si bien el Tratado de Montevideo 1960 reconocía un estatuto


especial para los países de menor desarrollo económico relativo, el nuevo
esquema incorporó, como uno de los ejes fundamentales de acción de la
ALADI, un sistema integral de apoyo en su favor y reconoció expresamente una
categoría de países de desarrollo intermedio, a fin de determinar tratamientos
diferenciales en los distintos mecanismos y normas.

Por otra parte, en relación con la ALALC, la ALADI aparece como una
institución más abierta, en la medida en que, además de posibilitar la adhesión
al Tratado que la instituye, prevé la participación de países no miembros en
acciones parciales con los países miembros, así como la participación de la
Asociación como institución en los movimientos de cooperación horizontal entre
países en vías de desarrollo.

Finalmente, el nuevo Tratado de Montevideo 1980 establece cinco principios


básicos: el pluralismo, la convergencia, la flexibilidad, los tratamientos
diferenciales y la multiplicidad, que contrastan con las características
unitarias del programa de liberación del comercio, eje del Tratado de
Montevideo de 1960 y sus principios básicos de multilateralidad y reciprocidad.

En definitiva, la nueva etapa a la que ingresó el proceso de integración con la


ALADI se caracterizó por asimilar en un esquema pragmático la
heterogeneidad de la región y canalizar institucionalmente la vocación
integracionista de sus países miembros, dentro de un marco flexible que, sin
compromisos cuantitativos preestablecidos, contiene todos los elementos para
que el esquema pueda evolucionar hacia etapas superiores de integración
económica y alcanzar, en último término, el objetivo del mercado común
latinoamericano

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