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GRUPO 1.

- LA MORAL EN GENERAL

I. LA LEY MORAL

1.1.LA LEY MORAL CONSIDERADA EN SI MISMA

A) LA LEY ETERNA

Ley eterna es la regla establecida por la Sabiduría de Dios para dirigir los actos y movimientos de las
criaturas hacía el fin que les es propio.

1. División: Según se aplique a los seres desprovistos de razón o al hombre, la ley eterna incluye en
sí.

- Leyes físicas o de la naturaleza, que determinan las propiedades de los cuerpos; por ejemplo,
las leyes de la gravedad, de la termodinámica, de las combinaciones químicas, etc.; constituyen
el objeto de las ciencias naturales.

-ley moral; Se llama natural, si se basa únicamente en las luces de la razón; positiva, si ha sido
objeto de revelación, es la misma ley eterna aplicada al hombre; determina los medios que el
hombre ha de emplear para conseguir su último fin, la felicidad eterna.

B) LA LEY MORAL NATURAL.

Ley moral natural es aquella luz del entendimiento que Dios ha depositado en nosotros, y por la cual se
conoce lo que debemos hacer y evitar para conseguir nuestro fin.

Es la participación de la ley eterna en la criatura racional; se aplica sólo al hombre, mientras que la ley
eterna se Impone a todas las criaturas.

1. Caracteres:

-Es universal, esto es, se impone a todos los hombres, cualesquiera que sean su edad y condición;
abarca todos sus actos libres, y se extiende a todos los lugares y tiempos.

-Es inmutable, por tanto no puede cambiar, admitir dispensa, ni ser suprimida en todo o en parte.

-Es absoluta, y por eso debe observarse a toda cesta.

C) LA LEY POSITIVA

Ley divina positiva es la que Dios ha establecido libremente teniendo en cuenta el fin sobrenatural del
hombre No puede ser conocida por la luz de la razón, sino que ha de ser revelada.

Esta ley procede de la libre voluntad del Criador. Así, Dios pudo, verbigracia, prescribir a su pueblo la
santificación de tal fiesta con preferencia a otra.
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D) LA LEY HUMANA EN GENERAL

Es promulgada por la autoridad legítima, sea eclesiástica o civil con el carácter de obligación a los
súbditos. Así, el poder legislativo es de derecho natural en la sociedad civil, y de derecho natural y
positivo en la iglesia.

2. Diferencias entre la ley humana y la ley natural

La ley humana se distingue de la natural en que no es universal ni inmutable ni absoluta

- No es universal, pues difiere según la condición de las personas, la naturaleza, y la extensión del poder
legislativo.

- No es inmutable, y por eso puede abrogarla el legislativo, admite dispensa y excepsiones.

- No es absoluta, porque deja generalmente de obligar cuando de su observancia se sigue grave perjuicio.

3. División de la ley humana.

Se divide en eclesiástica y civil, según que la promulguen la iglesia o el Estado.

E) LEY ECLESIASTICA

1. Noción.

La ley eclesiástica es la promulgada por la iglesia para bien espiritual de los fieles. Obliga a conciencia.

Enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado (Mat, XXVII, 20).

2. - Poder legislativo de la iglesia.

Pueden legislar:

a) El Papa para la iglesia universal o para cualquiera iglesia particular. Usa de este por sí
mismo o mediante las congregaciones Romanas o, finalmente, en comunión con el concilio
ecuménico por él convocado y confirmado.

b) Los ordinarios, o sea, los obispos residenciales, los prelados que tienen parecida autoridad
y sus vicarios generales; los administradores, vicarios y prefectos apostólicos; sus leyes son
valederas para el territorio y los súbditos que están sujetos a su jurisdicción.

3. - Objeto de la ley eclesiástica.

Su objeto directo es la conservación de la fe y buenas costumbres, o sea, la observancia de la ley divina.


Puede además la iglesia dictar leyes relativas a la organización de la jerarquía, a las constituciones de las
órdenes religiosas, a la administración de los sacramentos, a la liturgia, etc.

F) LA LEY CIVIL

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1. Noción.

Ley civil es la que se da el Estado en cada país para el bien temporal de la sociedad. Toma formas diversas,
que pueden verse reunidas en los códigos de las distintas naciones: leyes, decretos, órdenes, circulares,
disposiciones, etc.

2. Obligación.

Las leyes propiamente dichas, dictadas y publicadas conforme a la constitución del Estado, si no
contienen nada contra la fe y las costumbres, obligan en conciencia, sea cual fuere la forma de gobierno.

3. Condiciones de esta obligación.

Para que la ley civil obligue en conciencia, se requieren tres requisitos: 1. Que el poder sea competente
en la materia, objeto de la ley; no puede, legislar en materias meramente eclesiásticas. 2. Que el poder
no dice nada que sea contrario a la ley natural o a alguna ley divina positiva, de otra suerte la ley civil
será nula de pleno derecho y no ha de ser obedecida. Es preciso obedecer a Dios antes que a los
hombres. 3. Su cumplimiento tiene que ser física y moralmente posible nadie está obligado a lo
imposible.

G) LA COSTUMBRE Y LA LEY NO ESCRITA


1. Noción.

Costumbre es una manera de obrar introducida por actos frecuentes de toda la comunidad o de la mayor
parte de ella. Mientras el contenido de
la ley procede del legislador, el de la costumbre procede de los súbditos Pero ni la ley ni la costumbre
tienen valor jurídico sin la aceptación del superior competente.
La costumbre puede ser: conforme a ley, contra la ley o fuera de la ley,
según que interprete una ley, la contradiga o cree otra nueva.

2. Condiciones. Para que la costumbre tenga fuerza de ley se requiere:

A) Por parte del objeto, que sea razonable, esto es, posible, honesta y útil a la comunidad,
por ser este el carácter de toda legitima.

B) Por parte de la comunidad, que se haya introducido por actos libres y públicos; pues,
ejerciendo la comunidad en este caso el oficio de legislador, debe como el legislador mismo,
obrar libremente y a la vista de todos.

C) Por parte del legislador, que sea confirmada por su consentimiento expreso o tacito, pues
solo el legislador puede hacer obligatoria la costumbre.

D) Por parte del tiempo, que haya adquirido legítima prescripción, pues siendo la costumbre
un derecho fundado en el uso, este debe confirmarla para la repetición de los mismos actos

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durante tiempo suficiente. El canon 28 extiende la duración a 40 años completos y no
interrumpidos

4. Abrogacion de las costumbres.

Se anula una costumbre , si la ley prohíbe toda costumbre contraria. Puede abrogarse mediante otra
ley o costumbre universal.

1.2. OBSERVANCIA DE LAS LEYES


A) Interpretación de las leyes

Interpretar una ley es aclarar su significado, según la mente del legislador. Su necesidad emana de los
términos jurídicos que no todos pueden fácilmente comprender, por lo que explicaciones ulteriores
aclaran la mente del legislador.

Existen tres clases de interpretación:

Autentica: realizada por el mismo legislador, su superior o sucesor. Ej.: interpretación del Código
del Derecho Canónico.
Usual: aquella introducida por la costumbre, con la sola existencia y licitud de dicha costumbre.
Doctrinal: efectuada por Doctos y peritos Comprende:
 i. impropia: explica con términos más claros el texto de la ley
 propia: fijada en el espíritu de la ley, sea para explicar casos, extender a otros casos
que el texto no precisa, limitar su extensión, en concordancia con la mente e intención
del legislador.
Epiqueya: Solo se recurre a la epiqueya si no puede obtenerse una interpretación segura del
legislador o intérpretes de la ley. Ej. Uso de armas para la libre defensa personal.

Entre las Reglas de interpretación principales, son las siguientes:

 A) Tomarse el texto de la ley en su significación natural, a no ser que resulte absurda o injusta;
 B) En la duda acerca del verdadero sentido de la ley, se debe tener en cuenta la intención del
legislador, el fin de la ley y las circunstancias antecedentes o consiguientes;
 C) La ley penal y odiosa se ha de interpretar estrictamente en caso de duda; y la ley
favorablemente, ampliamente.
 D) La ley debe extenderse en un caso a otro, en igualdad de razones. Ej.: el sujeto que lega sus
bienes a quien decida.
B) OBLIGACION DE LAS LEYES.

La diferencia de la ley con un simple consejo es que la primera siempre obliga a algo, cuando menos a
cumplir una pena si se viola.

La obligación es un vínculo moral, debido a que se impone a la voluntad libre de los súbditos, quienes
deben obrar según las normas establecidas por la ley para así dirigirse eficazmente a su fin propio.

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C) SUSPENSION DE LA OBLIGACION DE LAS LEYES VIGENTES.

Las causas que impiden el cumplimiento de la ley: tenemos la ignorancia invencible, se trate de ley
divina y natural. La impotencia física, nadie esta obligado a lo imposible. La impotencia moral, cuando
el cumplimiento genera graves inconvenientes, procede el pedido de dispensa.

D) CESACION DE LA LEY

La ley puede cesar por causas intrínsecas o extrínsecas:

1. Causas intrínsecas.

Cesa la ley por causas intrínsecas, es decir, dependientes de la misma ley, cuando de modo permanente
viene a resultar inútil, perjudicial o moralmente imposible de cumplir, no a un individuo sino a toda la
comunidad; en tales casos no tiene ya razón de existir, puesto que no procura el bien común. Si existe
duda sobre la obligación de la ley, hay que observarla; pues es sentencia común que en este caso la ley
está en posesión, es decir, que se ha de presumir u existencia. Igualmente persiste la ley cuando cesa su
fin o utilidad sólo para un individuo, salvo si se torna perjudicial o moralmente imposible. Por
consiguiente, nadie puede considerarse fuera de la ley porque a él le resulte inútil. Así la prohibición de
leer ciertos libros es obligatoria para todos, aunque tal o cual persona esté persuadida de que dicha
lectura no le ha de dañar; pues no ha cesado el fin de la prohibición. La lectura no será lícita en este caso
sino con especial autorización.

2. Causas extrínsecas. La ley cesa por causas extrínsecas, de dos maneras:

a) Por abrogación, cuando se revoca completamente la ley; cuando se modifica totalmente


su materia; cuando se promulga otra ley directamente opuesta a la anterior. Así el Código de
Derecho Canónico ha abrogado todas las leyes canónicas anteriores.

b) Por derogación, cuando la costumbre ha atenuado parcialmente la obligación de la ley.


Como antes se dijo, sólo es legítima la costumbre razonable que tiene cuarenta años seguirlos de
duración.

E) SANCION DE LA LEY

Por sanción se entiende el conjunto de premios y castigos vinculados a la observancia o violación de la


ley con el fin de asegurar su cumplimiento: son divinas o humanas las sanciones, según la naturaleza de

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la ley. Mérito es lo que da derecho a determinada recompensa; y demérito, lo que constituye digno dé
castigo algún acto.

1. Su necesidad, La sanción es necesaria, porque:

i. La ley sin sanción resultará ineficaz;

ii. El orden exige que la sujeción a las leyes sea recompensada y la desobediencia castigada.

1.3. EL DEBER Y EL DERECHO

Deber es la necesidad moral que constriñe nuestra voluntad a que se cumpla la ley, o abstenerse de lo
que prohíbe.

Las clases de deberes:

 por su origen: son naturales y positivos según al ley que se impone.


 por su modalidad: son naurales y positivos, según su prohibición o mandato de la ley

Por su relación con el derecho ajeno son jurídicos o no jurídicos (derecho ajeno, escrito o manifiesto).
Por su objeto, son de deberes para con Dios, con el prójimo (justicia o caridad) y consigo mismo.

A) EL DERECHO

Es el poder moral o legitima facultad de poseer o exigir alguna cosa. El derecho es correlativo del deber.

B) RELACIONES ENTRE DERECHO Y DEBER

Son las siguientes: el derecho es más extenso que el deber; a todo deber le corresponde necesariamente
un derecho, en la misma persona; el deber en determinada persona no supone siempre derecho
correlativo en otra.

Principio supremo del deber y el derecho:

 es Dios, según expreso el Papa Pío XI en la Encíclica contra el comunismo ateo.

II. LOS ACTOS HUMANOS


2.1.NATURALEZA DE LOS ACTOS HUMANOS

2.1.1. ACTO HUMANO Y ACTO DEL HOMBRE

A) Acto Humano:

Es el que produce la actividad voluntaria y libre del hombre del hombre con miras a un fin conocido y
deseado.

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B) En oposición al acto humano, predeterminado y libre:

Se llama acto del hombre al irreflexivo, indeliberado, instintivo, que el hombre ejecuta sin libertad. Los
actos que se verifican durante el sueño, en el delirio o la locura; los sentimientos inherentes a nuestra
naturaleza, como el deseo de vivir, el temor de morir, los actos de la vida vegetativa, etc.

C) La diferencia esencial:

Entre los actos del hombre y los actos humanos estriba en que los actos del hombre no tienden a fin
alguno que el hombre se haya propuesto, sino que se realizan en el más que por él, o sea, sin su
intervención voluntaria. El acto humano se caracteriza, al revés, por el fin que el hombre se propone al
ejecutarlo a sabiendas y voluntariamente.

2.1.2. DIVISIÓN DE LOS ACTOS HUMANOS:


A) Según la facultad que los produce
 Elicitos: es el acto que la voluntad realiza por sí misma, sin el concurso de otra potencia: amar,
odiar, desear, son actos elicitos.
 Imperado: es el que ejecuta otra potencia por impulso de la voluntad: meditar, escribir, andar,
son actos imperados.

B) Según el modo como se producen:


 Acto interno: es el que ejecutan las facultades del alma sin que se manifieste al exterior, como
pensar, desear, esperar.
 Acto externo: es el que se manifiesta exteriormente, como hablar, cantar, pasear.

C) Según la moralidad:
 Acto bueno: es el que está conforme con la norma moral que lo rige; por ejemplo, la oración, la
limosna.
 Acto malo: es el que no está conforme con su normal moral, como el robo y la mentira.
 Acto indiferente: es el que no tiene, de por sí, relación alguna con la moralidad, como pasearse,
descansar.

D) Según su conformidad con la ley:


 Licito: es el acto bueno o indiferente autorizado por la ley; es lícito tomar algún alimento por la
mañana los días de ayuno.
 Ilícitos: es el acto en sí mismo, o el prohibido expresamente por la ley, mentir, comer carne los
días de abstinencia.
E) Según sus efectos:
 Acto valido: es el que tiene las condiciones requeridas para producir su efecto propio, el
bautismo administrado según el rito y las condiciones prescritas.
 Acto invalido o nulo: es el que no surte su efecto propio por faltarle algunas de las condiciones
requeridas, tal seria el bautismo administrado con formula diferente a la prescrita.
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F) Según su origen:
 Acto natural: es el producido por las solas fuerzas de la naturaleza y, por tanto, sin ayuda de la
gracia, como socorrer al pobre por mero sentimiento de la humanidad.
 Acto sobrenatural: es el que se realiza con el auxilio de la gracia, como la limosna hecha por amor
a Dios.

2.2.PRINCIPIOS DE LOS ACTOS HUMANOS


a) Función de dichas facultades: el entendimiento concibe el acto y sus circunstancias, compara y
juzga los motivos de obrar y abstenerse; en una palabra delibera. La voluntad interviene una vez
terminada la deliberación; entonces ella resuelve, se determina, elige, dando o negando su
consentimiento.
b) Axioma: es axioma de moral que no se quiere lo que se conoce. El conocimiento. Aunque distinto
de la volición, es condición necesaria suya, pues es evidente que nadie pueda apetecer lo que ignora.

2.3.OBSTACULOS DE LA VOLUNTAD
 La ignorancia:
En moral, por ignorancia se entiende la falta de ciencia en materia de obligación.
 La concupiscencia:
No entendemos aquí por concupiscencia el fómite del pecado que llevamos en nosotros a consecuencia
de la culpa original, sino la pasión, es decir, el movimiento del apetito sensitivo que incita al alma a
buscar el placer y a huir del dolor.

2.4.MORALIDAD DE LOS ACTOS HUMANOS

Un acto es bueno o malo según conformidad con la ley de Dios y la recta razón. Los actos son
indiferentes cuando son de rutina (caminar, descansar, etc.).

2.5.RELACION DE LOS ACTOS HUMANOS AL ULTIMO FIN


 Dios es el fin último: es el Supremo y único origen de la verdadera felicidad. Solo a ÉL debemos
referir todas nuestras acciones.
 Obligación de obrar por Dios, existe la obligación de ordenar todas nuestras acciones a Dios
como a nuestro fin ultimo, mandato del Apóstol San Pablo.
 La importancia del estado de gracia, las obras pueden ejecutarse en estado de gracia o en la
caridad.
 Acciones buenas con bondad natural, Pueden ejecutarse acciones moralmente buenas aun con
independencia de todo motivo de fe o caridad.
III. LAS VIRTUDES EN GENERAL
1. NATURALEZA DE LA VIRTUD
A) Noción

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La virtud regula nuestra conducta en conformidad con las exigencias de nuestra condición humana y de
nuestro destino eterno.
B) Sede de las virtudes
Las virtudes no radican en la esencia del alma, sino en las facultades inmediatamente ordenadas a la
acción; entendimiento y voluntad: y muy especialmente en esta última, que es la causa principal del acto
moral, el cual procede de ella previo al conocimiento de la inteligencia.
2. CLASIFICACIÓN DE LAS VIRTUDES.
2.1. Virtudes naturales:
Son hábitos de bien obrar que se adquieren por el esfuerzo de la voluntad ilustrada únicamente en la
razón. Las virtudes naturales tienen por objeto el bien honesto, y proporcionan de ordinario
recompensas de orden natural

2.2. Virtudes sobrenaturales


Son las potencias o aptitudes concedidas por Dios al alma, junto con la gracia santificante, con el fin de
capacitarla para producir actos del orden sobrenatural, agradables a Dios y meritorios de vida eterna.

3. VIRTUDES TEOLOGALES
Las virtudes teologales tienen como objeto inmediato a Dios. Por la fe conocemos a Dios como nuestra
bienaventuranza sobrenatural; por la esperanza tendemos a el como a nuestro bien sumo; por la caridad
le amamos sobre todas las cosas a causa de su bondad y excelencias infinitas.

4. LAS VIRTUDES MORALES INFUSAS O SOBRENATURALES:

Las virtudes morales infusas o sobrenaturales tienen el mismo objeto que las virtudes morales naturales
de igual nombre: algún bien honesto distinto de Dios; así la justicia tiene por objeto el respeto de los
derechos ajenos.

IV. LAS VIRTUDES MORALES


4.1.LA PRUDENCIA
 PRUDENCIA NATURAL: es la virtud moral que nos mueve a decidir, conforme a la justicia y según
las circunstancias, lo que conviene a hacer en cada caso particular para conseguir el fin
propuesto.
 PRUDENCIA SOBRENATURAL: es la virtud infusa que nos capacita para juzgar y obrar, en cada
caso, del modo más conveniente a nuestros intereses.

4.2.LA JUSTICIA

Se llama justo lo que es conforme a su medida, lo que da la medida exacta, la justicia consiste, en cierta
conformidad o igual entre nuestro deber y el derecho ajeno.

El objeto de esta virtud es el derecho ajeno, al cual debemos dar satisfacción, de modo que haya igualdad
entre este derecho y nuestro deber, la justicia exige que se practique el bien, considerado como deuda

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que tiene el hombre con su propio prójimo y que se evite el mal porque se perjudica. En efecto: “a la
justicia dice Santo Tomas, corresponde establecer la igualdad entre las cosas miren al prójimo.”

4.3. LA FORTALEZA

Es la virtud moral infuse que nos mueve a emprender por amor del bien cosas difíciles, y a soportar
grandes males y aun la muerte por mantenernos fieles a las propias obligaciones con Dios.

A) El martirio:

El triunfo más heroico y glorioso de la fortaleza cristiana es el martirio, que acepta la muerte para dar
testimonio de la verdad. Santo tomas, este acto pertenece esencialmente a la virtud de la fortaleza.

4.4. TEMPLANZA
1. NOCIÓN
Templanza es la virtud que modera nuestras pasiones y operaciones. Así entendida, la templanza
va implícita en todas las virtudes morales, porque estas deben regularse según la razón y la fe.

GRUPO Nº 2.- LA ÉTICA EN LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO

 LOS SOFISTAS

La filosofía moral en su sentido preciso puede decirse que empezó con los sofistas del mundo griego,
hacía el siglo V a.C., en el contexto de la filosofía de la Antigua Grecia, hasta el siglo II a.C. Una de sus
principales características es el trascendental transito que supuso desplazar el interés filosófico,
centrado en el caso de los presocráticos en la naturaleza y el origen del Cosmos, hasta los problemas
más humanos: la religión, la educación, la ética, el arte, el conocimiento, etc.

Sin duda los sofistas representaron a uno de los movimientos intelectuales más importantes de la
antigua Grecia, y por supuesto en la historia de la Filosofía y de la Ética. No fue un sistema de
pensamientos homogéneos, hubieron serías polémicas; sin embargo, se establecieron algunas
coincidencias:

1. Poner en cuestionamiento la existencia de las normas, valores y leyes que tuviesen una
validez absoluta.
2. Establecer la relatividad de las normas, valores y leyes, sean estas de carácter moral o
jurídico.
3. Colocar al hombre en el centro de reflexión teórica y el único ser del universo o la
naturaleza, capaz de determinar por sí mismo el conocimiento y la búsqueda de la verdad
para darle un sentido ético a su existencia y a la praxis social desarrollada en la polis o
comunidad.

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4. Establecer los vínculos necesarios entre el comportamiento moral y la actividad política
de los ciudadanos. Moral y Política como formas de la conducta humana, constituyen
una unidad en la vida del hombre, desde el punto de vista de los sofistas.
5. Formular con criterios racionales la vinculación entre la moral y el nivel jurídico del
Estado. Es decir, una ley jurídica reviste mayor fuerza moral cuando se tiene conciencia
de ella y los ciudadanos se someten a la ley y no a quienes la administran.
6. El llevar al extremo de la subjetividad individual, los criterios de valoración de lo bueno y
lo malo, lo justo y lo injusto, lo verdadero y lo falso, constituye el aspecto más
cuestionable de la filosofía y de la ética sofista.

 SÓCRATES

La ética como saber filosófico, nació con Sócrates, quien empleo toda su vida en enseñar la moral a sus
ciudadanos y trató de buscar las normas de la vida humana. Este personaje, no escribió ninguna obra,
tal vez porque consideraba que el dialogo, la comunicación directa e interpersonal, es el único método
válido para la filosofía. Antes, la autoridad de tales normas se basaba en la tradición. Sócrates les dio
fundamento racional.

El pensamiento ético de Sócrates tenía un denominador fuertemente práctico. Solo lo bueno era útil;
feliz era aquel que poseía el bien máximo: la virtud. Su conclusión fue la siguiente: la gente busca la
felicidad, pero la verdadera felicidad nos ofrece sólo el bien, el verdadero bien es la virtud, la cual es
única y consistente en el saber. Adquiriendo conocimientos adquirimos el bien, y con él, la felicidad. Si
la virtud es el bien supremo, cuando se tiene la felicidad. El que conoce el bien lo practica y el que lo
practica es feliz.

- La virtud es una sola: la sabiduría práctica, que tiene diferentes nombres según los objetos. El
que tiene una virtud las tiene todas.
- La virtud es la ciencia del bien. El hombre busca necesariamente su propio bien y como e bien es
la virtud, basta conocer la virtud para practicarla necesariamente. Por tanto, el hombre virtuoso
es el sabio. Para Sócrates es imposible hacer el mal si se conoce el bien.
- El mal consiste en la ignorancia. Decía Sócrates, que nadie peca voluntariamente. Por lo tanto, el
mal es ignorancia.
- Vale más sufrir una injusticia que cometerla. Esta máxima socrática es un bello principio moral
que Sócrates cumplió perfectamente al fin de su vida, porque cuando sus amigos le proponían
fugarse de la cárcel, respondió: “Si toda mi vida he predicado la virtud y el respeto a la ley, ¿cómo
voy a quebrantar la ley?”.

Sócrates se opuso a los sofistas. Sócrates quería una ciudad resultado de leyes absolutas y eternas, y no
relativas y subjetivas. Su posición filosófica, representada en los diálogos de su discípulo Platón, puede
resumirse de la siguiente manera: la virtud es conocimiento; la gente será virtuosa si sabe lo que es la
virtud, y el vicio, o el mal, es fruto de la ignorancia.

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 PLATÓN

Según Platón, el bien es un elemento esencial de la realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como
reflejo imperfecto de lo real, que es el bien. En sus Diálogos (primera mitad del siglo IV a.C.) mantiene
que la virtud humana descansa en la aptitud de una persona para llevar a cabo su propia función en el
mundo, que vendrá determinada por la parte del alma que domine en cada uno de los individuos. El
alma humana está compuesta por tres partes: (3) La concupiscente conlleva a que el placer es la ganancia
‘‘riquezas’’; (2) la irascible conduce a la dominación, a la victoria y al deseo de gloria; (1) la racional es la
que siempre tiende a conocer la verdad, sin importar la reputación y las riquezas que esto proporcione
y por esta exclusividad que tiene la razón es digna de llamarla con toda justicia amante de la ciencia y
del saber. Cada una de estas partes del alma, la concupiscible, la irascible y la racional posee una virtud
específica en la persona y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría, o el
conocimiento de los fines de la vida; la de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y la de las
emociones es la templanza, o el autocontrol.

La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando cada parte del alma
cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de
ser el soberano, la voluntad figuraría en segundo lugar y las emociones en el tercer estrato, sujetas al
intelecto y a la voluntad. La persona justa, cuya vida está guiada por este orden, es por lo tanto una
persona buena.

Platón fue también un filósofo que tenía una visión de la ética como una forma de política, ya que recibió
cierta influencia aristocrática por parte de su familia, lo cual lo indujo a generar un sistema igualitario
para los habitantes de la polis, y así suprimir la diferencia de clases, pues si todos son hombres, ¿por qué
viven unos bien y otros mal? A partir de esta visión de Platón sobre la equidad de clases en la polis,
define cómo es el origen de las sociedades. La ciudad toma su origen de la impotencia de cada uno de
nosotros para bastarse a sí mismo y de la necesidad que siente de muchas. Por consiguiente, cada cual
va uniéndose a aquel que satisface a sus necesidades, y así ocurre en casos múltiples, hasta el punto de
que, al tener todos necesidades de muchas cosas, agrupándose en una sola vivienda con miras a un
auxilio común, con lo que surge ya lo que denominamos la ciudad. Con la anterior definición de lo que
es la sociedad, Platón ve que los hombres poseen necesidades que los llevan a constituir comunidades
en las cuales se construyen modos de vida, formas de comunicación, métodos económicos y algunas
formas militares para la expansión de terreno o la conquista de otras comunidades para ampliar y
satisfacer las necesidades de poder de los gobernantes que dirigen estas comunidades. Por ello las
necesidades de los gobernantes hacia el alcance del poder, produce en ellos una falta de coherencia y
de sabiduría en sus determinaciones como líderes.

Ante la justificación de Platón sobre los malos gobiernos en la sociedad, queda cierta duda de que exista
una salida para la equidad entre los hombres. De tal manera que para que la ética se genere en una
ciudad-estado, debe estar basada en la justicia y en la recta razón de un hombre que sea sabio y justo,

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este hombre debe tener las cualidades necesarias para poder cimentar un gobierno, estas cualidades no
le son proporcionadas por sus impulsos corpóreos, o por las pasiones que lo dominan, solamente la
razón es quien da los parámetros para levantar un hombre lleno de virtudes y de sabiduría. Desde la
opción de un hombre sabio y justo se abre la oportunidad para una forma de estado equitativo entre los
hombres y la posibilidad del desarrollo ético.

Platón, como ya se ha dicho, concibe que en el alma del hombre hay tres partes, y que éstas son muy
análogas al estado. A partir de esta explicación de las tres partes del alma, se estipula que tanto la
concupiscencia y la irascibilidad no son las indicadas para el gobierno de un estado, pues estas van muy
ligadas a las formas de gobierno oligarca, tirano, demócrata y timocrático. Por ello la solución de Platón
para alcanzar las virtudes éticas en la ciudad-estado es el dirigir y gobernar un estado con el fundamento
del alma racional del hombre, porque aquí se plantea el Estado Ideal, en el cual la ética, la justicia y el
saber, son la génesis de las relaciones humanas.

 ARISTOTELES

La ética, dice Aristóteles, tiene como objetivo alcanzar el fin propio del hombre al que se dirigen todas
las actividades humanas, es decir, la felicidad. La felicidad del individuo está indisolublemente unida a la
felicidad del cuerpo social al que pertenece por lo que, Aristóteles concluye que la ética es, en realidad,
una parte de la política y que debe estar supeditada a ella: la felicidad del conjunto social es más
importante que la del individuo.

Felicidad en griego se dice "eudaimonía"; por eso a la ética aristotélica se la califica de "eudaimonista";
esta palabra significa tener un buen "daimon", sentirse bien consigo mismo, en su interior.Aristóteles
afirmaba que la vida buena, el buen daimon o felicidad dependía de la virtud.

La virtud, el camino para alcanzar la felicidad, es, de hecho, la búsqueda de un justo medio entre los
extremos. Aristóteles define a la virtud como un hábito selectivo de acuerdo a la razón por la que
hallamos el término medio relativo a nosotros tal y como lo haría un hombre prudente, por ejemplo, es
un justo medio entre el temerario (que no le teme a nada) y el cobarde (que le teme a todo) o el
generoso, por poner otro ejemplo, es un justo medio entre el avaro (que no gasta nada) y el derrochador
(que gasta todo lo que tiene)

Aristóteles distingue en el ser humano dos tipos de virtudes:

Las virtudes dianoéticas o intelectuales, que se refieren al conocimiento, a la capacidad reflexiva. Estas
virtudes o excelencias teóricas se adquieren mediante el ejercicio de la actividad racional. Y las virtudes
éticas o morales, se refieren al carácter, al modo de ser y de comportarse. Estas virtudes son las que
deben guiar nuestras acciones, y controlar nuestras pasiones y deseos. De este modo nuestra actuación
será correcta si nuestros hábitos o forma de actuar responden a un orden racional.

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 SAN AGUSTIN

Agustín de Hipona considera que el objetivo de la filosofía es conocer la verdad única. Se llega a ella
mediante la fe y la razón, utilizando la filosofía platónica. Es heredero de la Patrística e iniciador de la
Escolástica, corriente filosófica cristiana que pretende explicar racionalmente la doctrina cristiana.

El ser humano es un alma encerrada en un cuerpo. Para Agustín hay dos grados de realidad: Dios, que
es realidad inmutable, y lo creado, que es realidad mudable y cambiante. Pero el ser humano es una
realidad intermedia: con la razón se comunica con Dios y dirige su cuerpo.

Siguiendo a Platón, el conocimiento sensible no lleva a la verdad. Solo es conocimiento verdadero, el


conocimiento universal, necesario e inmutable, y ese solo está en Dios. Por tanto, aunque el ser humano
llegue a conocer “algo”, sólo llegará a lo verdadero con ayuda de Dios, esto es, iluminado por Dios (Teoría
de la Iluminación)

Ya hemos dicho que la realidad es Dios y lo creado. Para demostrar la existencia de Dios propone tres
pruebas: 1. El “orden del universo” constata que hay un Ser Ordenador, Dios. 2. Todos los seres humanos
creen en algún Dios, hay un “consenso” de todos los seres humanos sobre la existencia de Dios. 3. El ser
humano conoce verdades inmutables, eternas y necesarias, que no ha producido él, sólo pueden
provenir de Dios, que se las da (las ilumina) al ser humano.

La ética de san Agustín tiene tres partes: la felicidad, que no la encuentra el hombre en sí mismo, sino
en Dios; el libre albedrío, capacidad de poder obrar rectamente; y el mal, que es el alejamiento de Dios.

La ética de San Agustín tiene un carácter eudemonista, es decir, el que se propone un fin para la conducta
humana, a saber, la felicidad; pero esa felicidad ha de encontrarse únicamente en dios. El ser humano
es mutable e insuficiente para sí mismo, solamente puede encontrar su felicidad en la posesión de lo
que es más que el mismo, en la posesión de un objeto inmutable.

La ética de San Agustín es primordialmente una ética del amor pues es la voluntad lo que lleva al hombre
hacia Dios y goza de él. “Amaras al señor tu dios con todo tu corazón, con toda tu mente, y con tu alma”
y “amaras a tu prójimo como a ti mismo” Después de citar las palabras de Cristo, tal como las transcribe
San Mateo; San Agustín afirma que “aquí está la filosofía natural, puesto que todas las causas de todas
las cosas naturales están en Dios Creador”, y que “aquí está la ética, puesto que una vida buena y
honesta no se forma de otro modo que mediante el amar, como deben amarse, las cosas que deben
amarse, a Dios y nuestro prójimo.

 SANTO TOMAS DE AQUINO

Lo novedoso en el método de trabajo de Tomás de Aquino radica en que su punto de partida no es la


teología, es decir, la creencia, sino la filosofía, o sea, la razón natural y la experiencia; después su
construcción filosófica fue coronada por la teología. En su fundamentación filosófica de la teología, Santo
Tomás se apoyó preponderantemente en Aristóteles, sin desconocer también su relación con San

14
Agustín. Puede decirse, por tanto, que el sistema filosófico de Santo Tomás constituye una síntesis entre
Aristóteles y San Agustín.

Para Santo Tomás los actos morales son aquellos que proceden de la voluntad
del hombre en cuanto ser racional y libre. El hombre en su actuación moral persigue como fin el bien y
la felicidad; pero, ¿cuál es el fin que constituye para el hombre el bien supremo? Santo Tomás descarta
todo lo que se encuentra dentro de las fronteras de lo particular y contingente: riquezas, fama, poder y
hasta la vida contemplativa, que para Aristóteles constituye el bien supremo del hombre. El bien
supremo del hombre consiste en la visión de la esencia divina, meta final que satisface plenamente su
ansia de felicidad. La vía que defiende el aquinate para llegar a la felicidad, es el amor. Serán buenas
acciones aquellas que, basándose en el amor y en el conocimiento natural, nos acerquen a la presencia
divina, y malas las que nos alejen del camino de Dios. Este fin teleológico es el que perfecciona a los
hombres como seres racionales. Ahora bien, el hombre por sí mismo no puede lograr este objetivo
explícito en las escrituras por lo que necesita de la gracia de Dios. Según santo Tomás existe en el hombre
una tendencia natural a conocer a Dios y a obrar conforme a la ley natural. Pero únicamente la gracia
divina, que ayuda y eleva al hombre sobre su propia naturaleza, le permite conseguir la beatitud eterna.

El hombre posee instintos y pasiones que le llevan a actuar en contra de su racionalidad. La razón es la
medida de los actos humanos en tanto que virtuosos. La virtud es un término medio, un equilibrio
racional entre dos extremos. La repetición de actos buenos conforma el hábito virtuoso.

Pero el Dios de santo Tomás es un Dios personal, que mantiene relación amorosa y providente con los
hombres; no es el frío Motor Inmóvil aristotélico, por eso existen virtudes y valores naturales que tienen
en cuenta estas características. Está, por ejemplo, la virtud de la religión, por la cual el hombre reconoce
su dependencia de Dios y le tributa culto y reverencia. En definitiva, la ética de santo Tomás es una
combinación renovadora v original de elementos morales aristotélicos y cristianos.

GRUPO Nº 3.- LA PROFESIÓN JUDICIAL EN AMÉRICA LATINA

I. LA FUNCIÓN JUDICIAL
1.1. IDEOLOGÍA

Los elementos que surgen de la ideología jurídica y que se transmiten a través de los estudios
universitarios del Derecho cuando se habla de la función judicial son:

 Los jueces resuelven los conflictos sociales de todo tipo y nivel, en nombre de la Nación y por
encargo del Estado.
 Para resolver todo conflicto, los jueces aplican un cuerpo de normas, contenido principalmente
en las leyes dadas por el poder legislativo.
 Los jueces tienen que ser imparciales, es decir, limitarse a expresar lo que la ley ha previsto en
abstracto para un problema de ese tipo.

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 Los jueces remedian los excesos de poder en los que puedan incurrir "los otros poderes" -el
ejecutivo y el legislativo.

En el caso latinoamericano, la distancia entre la ideología acerca de la función judicial y lo que ocurre en
la práctica con la judicatura, es enorme. En primer lugar, la administración de justicia formal no
constituye el ámbito donde se resuelven la mayor parte de conflictos sociales, ni los más importantes.
Dadas las "ineficacias" del sistema judicial, una porción importante de los conflictos que se dan entre
pequeños o grandes actores sociales es desviada del conocimiento judicial a mecanismos alternativos
(arbitraje) donde se encuentra una solución más adecuada a las necesidades y expectativas.

1.2. RELATIVIZACIÓN DE LA VERSIÓN IDEOLÓGICA ACERCA DE LA FUNCIÓN JUDICIAL

Primera relativización: En el Perú la función judicial, se reduce a ser aquel poder del Estado (Poder
Judicial) donde todos los conflictos hallarían solución. Es un lugar destinado, por voluntad de la ley y por
la resignación de las partes, para ventilar cierto tipo de conflictos de problemática social: alimentos,
posesión de tierras y de viviendas, etc.

Segunda relativización: La "aplicación de la ley" como tarea del juez. Tanto la norma como los hechos
son susceptibles de interpretaciones que son elegidas por quien interpreta de acuerdo a un conjunto de
determinantes culturales y personales.

Los juristas se amparan en la teoría política elaborada en la Revolución Francesa, según la cual el juez es
la simple boca de la ley: no piensa ni crea, expresa lo ya previsto y dispuesto. El legalismo -al cual se
aferran nuestros jueces-termina justificando la arbitrariedad. En suma, el juez no piensa, no elige: sólo
declara el derecho.

Tercera relativización: Los jueces ejercerían sus funciones para limitar y sancionar el exceso en el uso
del poder por las autoridades. Implica la noción del derecho como limitación del poder. Esta ubicación
del poder judicial como un equilibrador de los otros poderes tiene sus orígenes en quienes adjudicaron
a la democracia representativa una organización del Estado en tres poderes que no sólo se repartían
funciones sino que debían contrapesarse y moderarse mutuamente.

Los tres elementos de relativización pueden ser útiles para proponer una visión paradigmática
alternativa. En ella, los principales rasgos serían:

 Los jueces resuelven ciertos conflictos sociales, confiados a ellos por las leyes y la práctica de los
ciudadanos.
 Para resolver los conflictos, los jueces utilizan un cuerpo normativo que manejan legalista y
estrechamente, procurando apegarse al texto de la norma.
 La práctica judicial demuestra que los abusos de poder -originados tanto en las autoridades como
en los grupos e instituciones que concentran el poder en nuestros países- no encuentran remedio
ante el poder judicial.
 El Derecho dista mucho de ser imparcial.

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1.3. LA INDEPENDENCIA JUDICIAL

OBJETIVOS

La independencia así definida en términos normativos, es ante todo un medio para un conjunto amplio
de fines. Su objetivo inmediato es permitir el imperio de la ley y su aplicación de manera imparcial a los
casos concretos. Sólo si las órdenes y decisiones producidas por un juez se realizan al margen de la
intervención indebida del gobierno, las partes o los actores sociales, se puede garantizar que solo se
aplicará la ley y que tal aplicación será en principio neutral.

La defensa de la Constitución es el segundo objetivo normativo de la independencia judicial. Los jueces


y las cortes deben contar con un nivel adecuado de independencia a fin de poder declarar
inconstitucionales aquellas leyes o decretos que producidos por el ejecutivo o el legislativo están en
contra de la norma superior.

En el plano normativo, pero en un sentido más mediato, la independencia judicial permite una mejor
garantía de los derechos humanos. Se asume que un juez al margen de presiones indebidas de los
poderes públicos o de determinados actores poderosos, aplicará la ley donde se garantiza el marco de
derechos, aun en contra de los agentes gubernamentales o de actores estratégicos en una sociedad. De
hecho, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos incluyen a la independencia judicial como una de las garantías básicas para el respeto de los
derechos.

El juez usualmente entiende que su autonomía se violenta cuando se producen interferencias en la


formación de su decisión. Tales interferencias pueden provenir de personas ajenas a la función o de
los propios miembros de la judicatura.

En un plano analítico, la independencia judicial contribuye al crecimiento económico de los países en


vías de desarrollo. El juez normalmente siente que la autonomía e independencia de la función están
garantizadas por el hecho de que sus propios criterios sean los que presidan su razonamiento en el
caso sometido a su conocimiento y que su entendimiento sea el que lo conduzca a la decisión.

En realidad, dado su carácter instrumental, la independencia judicial está sujeta a límites. En un


contexto de división de poderes, el Poder Judicial soporta controles absolutamente legítimos y
necesarios estando además sujeto a límites provenientes de los otros poderes. Los límites a la
independencia están dados por las leyes producidas por el legislativo y que no sólo sujetan a los
jueces, sino que pueden transformar la forma misma como está estructurada y distribuida la
judicatura.

LOS FACTORES DETERMINANTES

Un conjunto de arreglos institucionales formales es condición fundamental para que exista la


independencia de los jueces y de la judicatura en general. Una perspectiva alternativa sostiene que en

17
realidad el grado de independencia depende de la dinámica cómo se organiza y funciona el sistema
político y de partidos.

Desde el punto de vista formal, la independencia personal de los jueces precisa la garantía
constitucional y legal de periodos fijos de ejercicio, salarios estables y dignos, una carrera judicial que
establezca el sistema de ingreso y ascenso con límites claros sobre la posibilidad de trasladar o cerrar
juzgados. La existencia de un régimen de incompatibilidades e inhabilidades, y un marco legal claro en
materia disciplinaria y de evaluación que eviten al máximo el ejercicio discrecional y arbitrario del control
por los superiores. En este ámbito, la garantía de la seguridad personal de los jueces constituye un
requisito de partida para el goce del resto.

La independencia institucional, se asocia al reconocimiento y respeto de un presupuesto judicial


adecuado tanto por el legislativo como por el ejecutivo, el cual debe ser gestionado directamente por la
rama o por una instancia no perteneciente al ejecutivo, como sería el caso de los actuales Consejos de
la Judicatura. También tiene que ver con la posibilidad de tener competencias no intervenidas por el
ejecutivo en materia de administración judicial, tales como las referidas a la organización de la rama, la
creación, cierre y distribución de los juzgados, el establecimiento de las líneas básicas de la política
judicial y la posibilidad de reglamentar y administrar diversos aspectos de la carrera judicial.

La autonomía judicial, se emparenta con el apoliticismo. La autonomía judicial es posible en la medida


en que ningún poder ajeno le imponga a un juez una decisión distinta a la que surge de su propio
criterio. La profesión judicial y la política no deben ser mezcladas.

1.4. LOS SUJETOS SOCIALES

Los jueces en América Latina pertenecen a los sectores medios. En el Perú o Guatemala esto resulta un
factor de marcada distancia respecto a la mayoría de la población -agravada en esos ejemplos por un
componente de diferenciación étnica.

La ausencia de los sectores populares como origen social de los jueces puede ser más fácilmente
explicada, en cuanto es una de las varias expresiones de un mismo rasgo de nuestras estructuras
sociales: un alto grado de impermeabilidad al ascenso social de los sectores más bajos, lo cual demuestra
profundas desigualdades en el acceso al poder y a la riqueza disponible.

De las características sociales de los jueces probablemente valga la pena resaltar una más: la estructura
de edad que entre ellos predomina. A menudo forzados por condiciones legalmente dictadas, los
promedios de edad en cada uno de los niveles de la función son bastante altos.

En cuanto a la evaluación de las calidades profesionales de los jueces, han surgido evidencias que
sugieren fuertemente la existencia de un nivel de competencia por debajo del nivel promedio dado en
la profesión, tal decaimiento en el nivel profesional de quienes desempeñan la función judicial se debe
a motivaciones, para haber optado por esta carrera, que tienen poco que ver con un alto logro

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personal mediante la realización profesional y, más bien, se relacionan con objetivos como la
seguridad de un sueldo fijo y la jubilación en la cual culmina el paso por los años de servicios.

Por otro lado, los jueces prefieren no pronunciarse sobre el fondo de la cuestión, amparándose en
razones de procedimiento; o de naturaleza burocrática, como solicitar una licencia en la fecha en la cual
deben emitir una resolución- que les permiten no comprometerse personalmente en determinado tipo
de casos. Es decir, que lejos de buscar un aprovechamiento de los casos, percibiéndolos como
oportunidades para mejor eslabonarse con algún grupo de poder, la mayoría de los jueces los ve como
altamente generadores de riesgo personal y trata de eludir la responsabilidad que en ellos les
competiría al resolverlos. Social y profesionalmente hablando, los jueces no están relacionados con los
estratos más altos; y, salvo cuando integran la corte suprema de su país.

Los jueces latinoamericanos tampoco han aportado significativamente en el terreno académico o en


la elaboración doctrinaria. Pese a que la doble condición de juez y profesor universitario no es
infrecuente, el magistrado que dicta clases no está entre los más prominentes miembros de la
universidad; hace falta el juez que realiza trabajos en Derecho, pese a la riqueza de la experiencia que
han obtenido de su cargo. Como resultado- y a diferencia de lo que es práctica habitual en Europa y los
Estados Unidos- muy ocasionalmente se le solicita a un juez latinoamericano un discurso académico para
ser pronunciado en una universidad o en una institución científica.

1.5. DETERMINACIONES INSTITUCIONALES

NOMBRAMIENTO

El nombramiento es uno de los momentos claves para identificar el tipo de sujetos que son escogidos
para la función judicial y para tipificar las relaciones que se establecen entre quien intenta acceder al
cargo y quienes pueden tener el poder o los recursos suficientes como para ayudarlo a franquear esa
puerta.
 VIAS

En el caso de los países de América Latina existen diversas vías que se utilizan para proceder al
nombramiento de jueces. Aunque se presentan variaciones menores según los países, dos son las
principales. Una pasa por el nombramiento del magistrado a través de uno de los otros órganos del
Estado; o bien el poder ejecutivo o el parlamento. La segunda vía utiliza un órgano especial -llamado a
veces Consejo de la Magistratura, Consejo de la Judicatura o Consejo Nacional de Justicia- que tiene
como función principal, sino exclusiva, el nombramiento y la promoción de los jueces en el país.

En la segunda vía existe un consejo dedicado a la función de designar a los jueces, pero las presiones
políticas se ejercen en el momento de designar a los miembros que conforman dicho consejo ya que casi
siempre los factores políticos se superponen a los criterios técnicos. Ante ello, algunos países han
optado por la elección popular del juez, en ciertos niveles.

 IMPLICANCIAS

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El nombramiento de los jueces es un proceso que tiene mucho de negociación. En buena medida, los
nombramientos judiciales consisten en torneos de influencias, que mayormente tienen un carácter
claramente político. Luego de una cierta evaluación, a menudo superficial y poco consistente de las
capacidades profesionales de los candidatos, el nombramiento resulta siendo de naturaleza política.

Es usual que los políticos perciban -y, en ocasiones, manifiesten- que determinados magistrados "les
deben" su nombramiento. Por eso es posible sostener que el primer momento formativo de la carrera
de un juez es su nombramiento. Aprende entonces cuáles son sus límites y cuán "autónomo" puede ser
en el desempeño de la función.

 PROCESOS DE DESIGNACIÓN EN AMERICA LATINA

Las normas internacionales sobre la designación de jueces están viviendo una etapa de rápido
desarrollo. En la actualidad, estas normas buscan contar con criterios detallados para promover la
selección a partir del mérito y la diversidad judicial. La permanencia en el cargo y los procesos de
designación judicial son áreas de intenso debate en muchos países de América Latina. Las áreas en que
algunas jurisdicciones se apartan de la renovación de cargos por periodos específicos, en lugar de contar
con nombramientos permanentes, y el papel limitado de los consejos judiciales en la designación de
jueces al más alto nivel, son sometidas cada vez más a un mayor escrutinio. Esto presenta una
oportunidad para reexaminar y fortalecer las garantías que otorgan un apoyo fundamental a la
independencia judicial en la práctica.

 ESCUELAS JUDICIALES

Una de las propuestas para superar las prácticas de corrupción que se realizan en torno a los
nombramientos, es el establecimiento de escuelas judiciales donde jóvenes egresados de la universidad
reciban un adiestramiento profesional especializado para desempeñar la magistratura. Es decir, una vía
similar a aquélla que el Estado usa para formar a los diplomáticos, por ejemplo. Desafortunadamente,
las experiencias existentes no autorizan -por su reducido número y lo breve de su funcionamiento- a
proceder a una evaluación.

 PROBLEMÁTICA

La maquinaria judicial está organizada para domesticar al juez en su función, enseñándole una
interpretación legalista de las normas - que le dé seguridad a él y a la institución - y haciéndole entender
a través de periódicos escarmientos que el juez no disponible a los intereses de sus superiores -y de los
patrocinadores políticos encontrará dificultades para proseguir su carrera en la judicatura. Los órganos
de control no sólo no han eliminado los males existentes sino que han alentado decididamente uno de
ellos: el legalismo en los jueces.

Por otro lado, en el recargo de la tarea judicial- originado en el hecho de que la mayoría de los aparatos
administradores de justicia en América Latina tienen una capacidad operativa qué es sobrepasada por
el volumen de causas que reciben-, el juez va generando una cierta indolencia en la tarea, que incumple
y no tiene forma de realizar aun cuando se lo proponga seriamente.
20
 PROPUESTAS

La carrera judicial deba ser "cerrada", es decir, que sólo se pueda ingresar a ella por el último peldaño
y se tenga que subir los demás a través de un proceso guiado por los valores, regulados por las normas
y controlado por las autoridades, que rigen dentro de esa burocracia.

1.6. JUECES

 TIPOS DE JUECES

Existen dos polos que incluyen determinado tipo de jueces. Uno de los polos está representado por los
miembros del máximo tribunal, y el otro por aquellos jueces que se hallan en desacuerdo con la dirección
en la cual marcha el aparato judicial y realizan esfuerzos -organizados o individuales, constantes o
esporádicos- por alterar esa trayectoria.

La mayoría de los magistrados se halla entre el grupo de los que han decidido pragmáticamente
adherirse a los criterios predominantes, a fin de progresar individualmente en su carrera. En el otro
extremo se sitúan los jueces que han ido desarrollando actitudes críticas respecto a su propia función y
a los límites que el aparato judicial conlleva.

 COMPONENTES DIFERENCIADORES
a) EXPERIENCIA LABORAL: Es preciso hacer la distinción entre aquellos magistrados con experiencia
profesional previa a su ingreso a la función y quienes se incorporaron al aparato judicial en los últimos
años de estudios o tan pronto obtuvieron el título profesional. La segunda diferencia se da entre los
jueces dedicados a lo que podemos llamar ramas tradicionales de la administración de justicia -
asuntos civiles y cuestiones penales- y los magistrados especializados en las nuevas esferas
especializadas de la justicia: laboral y agraria, principalmente. La mayoría de los estudios hechos
sobre jueces, en todas partes del mundo, coinciden en que los efectos de la experiencia profesional,
sobre el desempeño de la función, son significativos.
b) ESPECIALIDAD: Algo similar ocurre como diferenciación entre los jueces que trabajan las materias
civiles y penales, las cuales fueron enteramente construidas en el derecho romano y en las cuales "no
hay nada nuevo bajo el sol". Por el contrario, en las ramas del derecho desarrolladas en los últimos
años, los viejos criterios jurídicos aparecen como insuficientes. Así, por ejemplo en el derecho laboral
no se presume la igualdad entre las partes como si se hace en el contrato civil.
 JUECES DE PAZ O JUECES LEGOS

La accesibilidad y adaptación a las características del medio social en el cual se desempeña son los dos
rasgos principales de la justicia de paz que marcan una distancia con la justicia profesional y le confieren
a aquélla un grado de legitimidad social del cual ésta no disfruta

El juez lego parece estar situado en mejor posición para atender las demandas de solución de conflictos,
por lo menos en sus niveles menos complejos que son los más frecuentes. Esto es válido tanto en materia

21
sustantiva como en cuestiones procesales, gracias a la aproximación que el juez lego desenvuelve frente
a los casos.
Su preferencia por la verdad real lleva a que, por ejemplo, los vicios procesales y las nulidades, que son
sembrados mañosamente por los operadores técnicos del derecho, a fin de beneficiar a aquella de las
partes que es su cliente- no encuentren espacio en la justicia no profesional.

II. DIAGNOSTICO DE LA CULTURA JUDICIAL PERUANA


 El magistrado peruano actual, de acuerdo a la población estudiada, es mayoritariamente de sexo
masculino, el que predomina en relación de 3 a 1 respecto al femenino. Actualmente son más los
magistrados provisionales que los titulares, y la mayoría cuenta con una larga experiencia en el
Poder Judicial, habiendo realizado su entrenamiento profesional previo a la función judicial en el
sector público.
 Los investigadores coinciden al afirmar que la concepción jurídica y la interpretación legal de la
judicatura peruana es esencialmente positivista y formalista. Las sentencias judiciales estudiadas
por diversos académicos así lo demuestran. Sin embargo, los magistrados encuestados declaran que
conciben el Derecho en dos sentidos. Unos afirman entenderlo como conjunto normativo orientado
a valores (concepción ética), mientras que otros lo entiende como conjunto de normas que debe
gozar de efectiva vigencia social (concepción sociológica).
 Esta concepción del Derecho y la interpretación judicial deben ser orientados hacia una perspectiva
más abierta del trabajo de interpretación legal, sobre todo en relación a la vigencia del Estado de
Derecho (balance de Poderes) y de los derechos humanos.
 Los magistrados peruanos están escasamente conectados con la problemática social global de su
comunidad y del país. Se preocupan por resolver casos concretos, pero no miden el impacto de sus
decisiones en el entorno social.
 La independencia funcional de los magistrados peruanos se ha visto constantemente amenazada
por factores de influencia política, económica y de jerarquía judicial. La influencia política puede ser
mediatizada a través del nuevo sistema de selección y nombramiento de los magistrados, según la
nueva Constitución Política de 1993.
 La competencia profesional de los magistrados ha sido criticada por los investigadores; los propios
operadores del aparato judicial reconocen que su formación profesional no es la mejor y sienten la
necesidad de superarla.
 La corrupción sigue existiendo en el Poder Judicial, a pesar de las purgas a las que ha sido sometido
en reiteradas ocasiones en las últimas décadas. Algunos investigadores consideran este problema
como el número uno del Poder Judicial peruano, mientras que los jueces, si bien lo reconocen, no
le asignan mayor importancia. La Academia puede trabajar sobre el problema de la corrupción
existente en el Poder Judicial, pero tomando en cuenta que las causas de esta problemática son
múltiples y están intrincadas de manera compleja. Al tiempo que mejoren las condiciones
remunerativas del personal judicial y la transparencia de los procesos vaya en aumento, la Academia
puede organizar seminarios de reflexión sobre problemas judiciales concretos que tengan aspectos
éticos controvertidos.

22
 Según los especialistas, la opinión pública y los propios magistrados, el Poder Judicial no es eficiente
en términos generales. Las investigaciones sobre cumplimiento de plazos procesales así lo
demuestran. Factores que influyen sobre este problema son la sobrecarga de procedimientos
sometidos al conocimiento de un insuficiente número de magistrados y la carencia de una
infraestructura idónea para el desempeño de la función jurisdiccional. Sin embargo, el problema no
es sólo institucional sino también personal: los magistrados no han cultivado una cultura de la
eficiencia, sino que simplemente se han limitado a cumplir formalidades laborales: horarios,
diligencias, despachos, sin preocuparse por desarrollar mecanismos que hagan posible la resolución
medianamente oportuna de su fuerte carga procesal
 Uno de los factores que ha influido decisivamente en la cultura judicial positivista y formalista es el
entrenamiento académico recibido en las Facultades de Derecho. Un entrenamiento dogmático,
alejado de la realidad de la judicatura en el Perú, muy teórico y sin interés por vincular el
conocimiento de las normas con su aplicación sobre casos concretos. La principal crítica de los
magistrados a su educación universitaria es la escasa preparación que ésta les brindó para el
desempeño de la función judicial, preparación que no es ofrecida de manera integral por ninguna
Facultad de Derecho del país. Sería deseable que la Academia inicie contactos con las Facultades de
Derecho del país, a efectos de proponer un «paquete de cursos» vinculados a la labor jurisdiccional,
para que, si es estimado conveniente por cada comunidad universitaria, las Facultades de Derecho
los «oferten» en sus planes de estudio como cursos electivos.
 Otro factor que ha señalado un sector de investigadores como limitante de la actuación judicial, y
como condicionante para una cultura jurídica formalista, es el marco legal vigente en el Perú. Sin
embargo, hemos constatado que este marco normativo ofrece posibilidades de un ejercicio creativo
de la judicatura, a través del empleo de diversas fuentes de Derecho (Constitución, Leyes, Derecho
consuetudinario, doctrina, entre otras), de diversos métodos de interpretación legal, de diversas
posibilidades de evaluación de la prueba en juicio, etc.
 Uno de los ejes de formación para los magistrados identificado por ellos mismos es la práctica
judicial. Por tal debemos entender el conocimiento exhaustivo de los procedimientos, de su
conducción y de las técnicas de investigación, apreciación de la prueba e inclusive interpretación
del Derecho.
 Otro eje de formación identificado por los magistrados estudiados es la formación teórica en
diferentes ramas del Derecho. Los magistrados desean superar sus limitaciones académicas y
sienten la necesidad de actualizarse en los nuevos desarrollos de las disciplinas jurídicas. Esta
capacitación puede hacerse a través de la lectura de obras jurídicas de calidad que puedan ser
discutidas en seminarios de teoría del Derecho, para luego ser puestas en práctica en seminarios-
taller, empleando metodología de casos.
 Otro eje rescatado por los magistrados es el relativo a la ética judicial. Desde que el problema de la
corrupción es reconocido por la gran mayoría de jueces y vocales, un trabajo intensivo en aspectos
del ejercicio ético de la profesión sería muy bienvenido.
 La preocupación de los magistrados por el acceso que tengan a la Academia ha sido muy notoria en
las encuestas administradas para esta investigación. Es considerada una obligación de los órganos

23
de gobierno de la Academia organizar un aparato flexible, que sea capaz de llevar la ansiada
capacitación académica a los diferentes distritos judiciales del país. Tener en cuenta que un aparato
flexible de capacitación debe considerar todas las posibilidades, abandonando esquemas rígidos de
organización y planeamiento académico y encarando con imaginación los retos de una capacitación
judicial atenta a las demandas sociales y las propias de la judicatura peruana.

III. EL PODER JUDICIAL QUE QUEREMOS


Para pensar qué Poder Judicial queremos y cuáles son sus dimensiones académicas, sería importante
tratar de evaluar cómo se enseña el Derecho vinculado al tema del Poder Judicial o, tal vez más
ampliamente, al tema de administración de justicia.

3.1. ¿QUÉ MODELO DE JUEZ ECONTRAMOS EN LOS PLANES DE ESTUDIO?


El curso de Teoría del Derecho muchas veces explica el rol creador del juez con aquella famosa idea de
que la ley es la premisa general, el caso concreto es la premisa particular y la solución del juez es el
resultado silogístico. Por otro lado, muchas veces apegamos demasiado el Derecho a lo que dice la ley.
Entonces, lo más probable es que a la larga la imagen que nuestro estudiante extraiga de cuál es la
función del juez, se parezca mucho más a aquella que Montesquieu dijo: "El juez es la boca de la ley".
Tal vez sería muy importante que en el curso de Introducción al Derecho Procesal, el primer curso, donde
en algunas facultades se lleva la Ley Orgánica del Poder Judicial, dedicar tres semanas de una historia
sensata del rol de la administración de justicia en la historia de los grandes sistemas: el romano
germánico y el anglosajón. Daríamos al estudiante, desde muy temprano, una imagen distinta de lo que
es ser juez.

3.2. OTROS CONOCIMIENTOS NECESARIOS PARA SER JUEZ:


Los estudiantes de Derecho estudian ciertas materias afines que no son materias jurídicas. Por ejemplo,
de contabilidad, un curso de economía porque no podría hacer transacciones internacionales ni nuevos
contratos y tampoco estudiar la legislación comercial que emerge en torno al INDECOPI.

La administración es muy importante tanto en el aspecto macro como en el aspecto micro. Es tan
importante definir cómo se diseña la secretaría de una facultad como el diseño de la universidad. Cómo
se diseña una Corte Superior. Cómo se diseña la administración de justicia que no sólo es el Poder
Judicial, sino serán otros órganos independientes que confluyen en la tarea estatal de administrar
justicia.

El otro tema es el de la comunicación. Cuando un abogado o magistrado aparece diciendo algo en la


televisión o en la radio, una persona con cierta preparación académica sin embargo, no lo entiende
debido a su lenguaje técnico. La sentencia va a decirle a alguien qué tiene que hacer o qué no hacer por
tal motivo, y esto debe ser comprendido.

24
3.3. EL PROBLEMA MORAL DE LA ACTUALIDAD
Nuestro problema moral es la indiferencia del hombre consigo mismo. Radica en el hecho de que hemos
perdido el sentido del significado y de la individualidad del hombre, que hemos hecho de nosotros
mismos los instrumentos de propósitos ajenos a nosotros, que nos experimentamos y nos tratamos
como mercancías y que nuestros propios poderes se han evadido de nosotros. Nos hemos transformado
en objetos y nuestros prójimos también se han transformado en objetos. El resultado de ello es que nos
sentimos impotentes y nos despreciamos a causa de nuestra impotencia.
3.4. IMPORTANCIA DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL
La independencia e imparcialidad judicial constituyen dos características fundamentales de los jueces
en el Estado de derecho, es decir, de aquella forma de estado en que las relaciones entre gobernantes
y gobernados no son determinados por la fuerza sino por el Derecho. La independencia judicial es un
elemento esencial del Estado de Derecho, la administración de justicia debe ser independiente del poder
político. Debemos tener presente dos aspectos de la independencia judicial, por una parte la
preocupación del constitucionalismo por garantizar la independencia judicial y de la otra parte desde un
punto de vista de legitimación política indispensable para el Estado derecho.
La imparcialidad podría definirse “como la independencia del juez frente a las partes y el objeto del
proceso. Como se ve, estamos apuntando en la misma dirección de antes: imparcial será el juez que
aplica el derecho y que lo hace por las razones que el Derecho le suministra.

Los deberes de independencia e imparcialidad son obligaciones del juez y además representa las bases
del estado de derecho. El juez boca de ley pertenece al pasado para el juez actual la independencia e
imparcialidad constituye el sometimiento del juez al derecho. El paradigma dominante ya no es el Estado
legal del Derecho sino más bien el Estado Constitucional de Derecho La administración pública existe
para servir al interés general; es decir, para promover y proteger el ejercicio de los deberes y derechos
de la ciudadanía.
Efectivamente, la eficacia y la justicia son los atributos con los que se espera que la administración
pública cumpla su función. Para ello se requieren medios técnicos y humanos. Cuentan entre los
primeros: un diseño institucional ordenado, bien reglamentado y gestionado por objetivos. Una correcta
implantación y regulación de la carrera administrativa, donde el mérito sea el criterio para el ascenso y
un conjunto de medidas destinadas a garantizar que el trabajo se realice de forma adecuada.

3.5. LA ETICA DEL ABOGADO


La conducta del abogado debe ser decorosa, virtuosa, y honesta. Es por eso que la ética aplicada a la
abogacía hace del letrado una persona honorable y respetable. La ética se aplica en la abogacía para
trazar las normas, principios y valores moralmente aceptados como guías de la conducta del profesional
del derecho.

GRUPO Nº 4.-ETICA DE LA ABOGACÍA

SISTEMATICA

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ABOGACÍA TRADICIONAL Y ABOGACÍA CONTEMPORÁNEA
El problema de la ética forense está directamente relacionado con el concepto que se tenga de la
abogacía.

ABOGACÍA TRADICIONALMENTE. Según el autor es aquella destinada a la defensa del derecho y auxiliar
de la administración de justicia que se encuentra directamente relacionada con el ejercicio forense de
la profesión y como cumple sus funciones el abogado en defensa del derecho, quedando reducido a su
conducta y en el cumplimiento de las normas éticas y legales que regulan su ejercicio encontrando
realizado su destino en la solución de conflictos del derecho, se trata pues solo de un servidor del
derecho.

En este caso estaremos ante frente a un abogado del derecho en el asunto particular, cómo nos dice el
código de Justiniano “patrono ilustrado”

ABOGACIA COMTEMPORÁNEA Es aquella que según el autor va más allá conceptuándola como
“misterio de verdad al servicio de la justicia y la paz de la colectividad”, saliendo del tradicional concepto
elaborando una nueva doctrina resumiéndola en la frase “la abogacía es ministerio de paz social”
calando en la esencia de la ciencia jurídica al servicio de la sociedad, de la búsqueda de la justicia y la
paz, como parte de la responsabilidad social ante la sociedad, la misma que se acentúa en un país
subdesarrollado o en vías de desarrollo en la que se debería utilizar la profesión y la ciencia del derecho
como palancas al servicio de la evolución de la sociedad.

En este caso estaremos frente al abogado defensor de la justicia y buscador de la paz de la sociedad, que
pasando incluso los límites de la norma jurídica, si deviene en norma injusta, llegando a los predios de
la doctrina y los principios en busca de justicia que buscan los pueblo, se trata pues de un abogado
revolucionario que no se somete a la norma del legislador.

Así del análisis de los dos campos de los tipos de abogacía concluye el autor que el problema de la ética
se encuentra en el primer campo de la abogacía tradicional, pues todavía y pese a las condiciones de la
sociedad contemporánea, está seguirá siendo un menester de defensa del derecho donde se han
relajado los lazos inhibitorios de la moral debido a las condiciones socioeconómicas haciéndolo partícipe
del abogado de bajo nivel material y cultural de los pueblos.

TRANSCENDENCIA DE LA ABOGACÍA
OPINIONES FAVORABLES
Solón, al reglamentar en Grecia su ejercicio, exigía “ser libre y de buenas costumbres “. Cicerón calificó
al abogado de “oráculo de la ciudad” por su importantísima función de consejero. Robespierre estimó a
los abogados “apoyo de la inocencia y azote del delito”, así como el título XXIV del Libro Segundo de la
Recopilación de leyes de los Reinos Unidos de las Indias con normas de tal precisión ética que deberían
ser reproducidas en los actuales Códigos de ética forense.

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Así recogiendo las reflexiones sobre excelsitud de la abogacía que contiene la prosa de Ángel Ossorio y
Gallardo, Raúl Carrancá y Trujillo, en México decía del abogado que es “el profesionista al servicio de
una función moral indispensable a la colectividad humana”.

JUICIOS DESFAVORABLES.

Pese a esta trascendencia, la abogacía de defensa se realiza fundamentalmente ante el órgano


jurisdiccional o administrativo que sirve para solucionar los conflictos de intereses, ha sido objeto de
constantes vilipendios por parte de políticos, juristas, literatos y del vulgo mismo.

Un ejemplo es que en el Perú Manuel Gonzales sus dardos admonitorios en los lomos abogadiles; Ciro
Alegría califico al Papel sellado de mal Nacional directa o indirectamente tomó siempre al abogado como
el rábula enredador del hilo de la justicia.

Los estudiosos soviéticos mencionan, asimismo, que Napoleón amenazaba con cortarle la lengua al
abogado que la utilicé contra el gobierno.

Es indudable que no han sido muy benévolo con la abogacía durante mucho tiempo, pero mientras uno
repudian la abogacía por el procesalismo que eterniza el conflicto haciéndolo trasmisible por herencia,
los tiranos amenazaban al abogado porque ellos fueron los primeros en encender la luces libertarias en
el corazón de los pueblos. Es pues innegable que existe también la inconducta profesional que ha sido
objeto de muchísima literatura y profunda preocupación por remediarla.

CRISIS DE LA ÉTICA DE LA ABOGACÍA


1. ABOGACÍA FUNCIÓN PRIVADA DE EJERCICIO PRIVADO
Mirado epidérmicamente el asunto, parece que el descenso de la abogacía no es sino resultado del
incumplimiento de las normas morales que regulan sus ejercicio y la conducta privada del abogado. Pero
el problema es indudablemente mucho más profundo y cala en la esencia misma de las relaciones
sociales, en la propia naturaleza del derecho y en la ética general de la sociedad.

Por la propia naturaleza del derecho que utiliza como vehículo para lograr esa justicia del caso particular,
su misión directa no es pues la sociedad; es más bien el interés del cliente, en cuya defensa pone el
fuego de su palabra.

2. ABOGACÍA FUNCIÓN PÚBLICA DEL EJERCICIO PRIVADO


En 1920 Piero Calamandrei desarrollaba el concepto de la abogacía como función social de ejercicio
privado, cuando decía que la justicia no podría funcionar si no existiesen los profesionales del derecho
y, exigiéndoles garantías de cultura y probidad, estimaba que el abogado debería ser a su vez “garantía
de seriedad y buena fe para el juez”, calificando du naturaleza de Función Pública pero de ejercicio
privado, esto debido a que en ella encuentran comprometido el orden social de modo tal, que la solución
del conflicto de intereses que define el abogado libre repercute necesariamente en la colectividad.

27
Pues quien desempeña en realidad la función pública conscientemente será el abogado de elevada
moral responsable de su ministerio pacificador, se convierte en el primer realizador de la justicia, es
decir, en el primer juez.

3. ABOGACÍA FUNCIÓN PÚBLICA DE EJERCICIO PÚBLICO:


Pero, junto a los nuevos principios del derecho de la sociedad clasista, después de la Segunda Guerra
Mundial, también en el panorama de la historia, se presenta un nuevo derecho: el derecho socialista.
Caracterizado fundamentalmente por la asunción de las clases trabajadoras poder del Estado, con el fin
de lograr una organización de la sociedad en la cual exista una igualdad política, social y económica de
todas las personas.

Este derecho de la sociedad socialista, que merece en este momento profunda atención de las
Facultades de Derecho norteamericanas, europeas y algunas latinoamericanas, necesariamente tiene
que inspirar una concepción nueva de la abogacía, que podría resumirse como abogacía función pública
de ejercicio público (realizada en cabeza de personas naturales en nombre del Estado cuyo fin está
encaminado al logro de los fines esenciales del mismo Estado), en la que suprimido el carácter de
ejercicio liberal, vale decir potestativo o privado del profesional, se organiza como servicio público bajo
el contralor del Colegio de Abogados o de la Barra de Abogados en los países socialistas.

ABOGACÍA EN LA SOCIEDAD SUBDESARROLLADA

Lo que el autor intenta plantear en esta parte son las causas sociales y económicas del declive de la ética
en la abogacía, enmarcándonos en una sociedad subdesarrollada.

Se plantea la interrogante (a manera de introducción): ¿Literatos, juristas y políticos en contra de la


abogacía?, el autor refiere que estos personajes denigran a la abogacía y la culpan de los males sociales
que atañen nuestra sociedad; por un lado, por el procesalismo que desnaturaliza el proceso y lo deforma,
convirtiéndolo en enfermedad social, instrumento de dilatación, chantaje o represión, y por el otro, por
las propias funciones públicas cumplidas por los abogados en los poderes del Estado, el periodismo, la
docencia, a los que contaminaron. El autor señala, respondiendo a la interrogante, que en gran medida
les asiste la razón, pues el periodismo, la literatura, el derecho y la política son manifestaciones de la
conciencia social y ésta expresa fundamentalmente los intereses de las clases, grupos o partidos
gobernantes.

Siguiendo esta línea se plantea una causa económica y señala la caracterización de la Sociedad
Latinoamericana, en la que desde la conquista Española se fracturaron las culturas autóctonas
separando desde entonces a un lado a los herederos de los conquistadores, dueños de bienes de
producción y consumo que les dan poder político, y al otro, a los herederos de los conquistados,
sometidos a servidumbre, y en muchos países de Latinoamérica todavía siguen en estadios de pobreza.
Posteriormente, tras la gesta emancipadora no se hizo más que sustituir los mandos de origen español
por los mandos mestizos, sin que las relaciones sociales vividas en ese entonces hieran en lo mínimo a
un cambio político. Por ende, el ‘subdesarrollo’, no es sino la herencia de la colonia y su proyección en
la república, en la que las oligarquías gobernantes (el poder en manos de unas pocas personas

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pertenecientes a una clase social privilegiada) coincidieron con los intereses imperialistas y sometieron
al servicio de estos intereses los de las grandes mayorías gobernadas. Desde entonces, podríamos decir
que, hasta ahora, se mantiene viva la herida histórica del pueblo latinoamericano, sin que la lucha
integracionista haya conseguido resultados.

Pero junto a la dependencia económica está también el colonialismo mental, es decir, la alienación de
la conciencia de la colectividad que niega capacidad a nuestros pueblos para construir por sí solos su
destino; sobrevalora todo lo extranjero y subestima lo nacional, causando con ello el sometimiento y la
dependencia del espíritu de nuestros pueblos al pensamiento que inspiran deliberadamente las capitales
del imperialismo.

Ahora bien, dentro de esas condiciones sociales y económicas, la producción de la ley responde también
a los intereses de los sectores gobernantes. Entonces se presenta como padecimiento principal la
contradicción fundamental entre derecho y sociedad: el derecho que resulta en estas condiciones es
injusto por anacrónico, parcial y antidemocrático.

Es anacrónico porque en muchos países latinoamericanos las leyes tienen más de medio siglo de
vigencia, por ello no corresponden a la naturaleza de las relaciones sociales que regulan, resultando
inoperantes, obsoletas e injustas.

Es injusto el derecho, por parcial, cuando solamente se legisla para satisfacer los intereses de las fuerzas
dominantes de la sociedad y no se legisla para atender las necesidades de la colectividad integral.

Finalmente, la Ley es injusta por antidemocrática cuando para mantener ese supuesto “orden jurídico”,
es decir, el estado actual de las cosas, e institutos, en que un pequeño sector de la sociedad utiliza el
poder del estado en beneficio de intereses parciales y en agravio de los intereses de las grandes
mayorías, se promulga un derecho represivo destinado a silenciar el reclamo de las masas.

El derecho que se produce en estas condiciones, que no alcanza a promover la transformación de la


sociedad y obtener que la colectividad atienda la satisfacción de sus necesidades, es un derecho injusto
y por injusto inmoral. La razón moral de la norma jurídica, que reposa en el fondo de su propósito
normativo, es indudablemente el orden de la sociedad. Pero cuando ese orden no se alcanza, por
anacronismo o parcialización, la norma pierde su sentido moral; resulta injusta.

En relación con estas características socio-jurídicas de la colectividad, se produce también la moral


general de la sociedad, que en la sociedad en vía de desarrollo se manifiesta también dividida. Se dará
entonces en la sociedad dividida en clases, una doble moral: la del grupo gobernante y la del grupo
gobernado; pero sin embargo la moral del grupo gobernante prevalece y se generaliza, extendiéndose
inclusive al grupo gobernado que la asimila, sobre todo, cuando no tiene todavía clara conciencia de su
rol social.

En todo caso ese derecho injusto e inmoral es, pues, el instrumento de acción del abogado. Esta
generalización produce así mismo otro resultado, hace la moral mucho más extensa que el derecho. El
ámbito de ella es más amplio, tanto porque abarca a toda la sociedad como porque tiene como fuerza

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fiscalizadora a la opinión pública. Por eso, no sería exacto afirmar que la moral de toda la sociedad
dividida en clases es de bajo nivel. Existen dentro de ella sectores que condenan los hechos inmorales
de uno u otro grupo de la comunidad, jugando un papel de contralor en el que no poca importancia
desempeña la prensa, que tiene la misión fundamental de orientar la opinión pública.

Dentro de esta moral general de la sociedad es, pues, donde se genera la moral del abogado. La moral
del abogado traduce, pues, la moral de la colectividad. De ahí que en el examen de las causas no se
pueda eludir el de las causas estructurales que producen la moral social.

Es que la abogacía es también forma de la conciencia social; y mucho más todavía, profesión de profunda
trascendencia social porque opera con instrumentos de orden social. Por eso, el abogado no puede dejar
de reflejar, traducir o expresar la influencia de la sociedad en que actúa. De ahí que la llamada crisis de
la ética de la abogacía no es sino el reflejo de la crisis general de la sociedad en que actúa el abogado.

MANIFESTACIONES Y CAUSAS DE LA CRISIS DE LA ETICA DE LA ABOGACIA

Las causas de la crisis de la ética de la abogacía se clasifican en tres:


 causas derivadas de la organización de la abogacía como profesional liberal.
 causas de índole académica.
 causa derivadas de las condiciones de ejercicio de la profesión.
Todas estas causas son concurrentes.
I. CAUSAS DERIVADAS DE LA ORGANIZACIÓN DE LA ABOGACIA COMO PROFESION LIBERAL.
La abogacía traduce y refleja la organización estructural de la sociedad, el derecho que esa organización
produce, y la propia ética general de la colectividad.
De esa afirmación se desprende que, dentro de la sociedad organizada sobre la base de la propiedad
privada, la libre concurrencia, la libertad de cambio y comercio, se organice la abogacía también como
profesión liberal es decir la profesión es para el abogado una forma de propiedad; es suya, le pertenece
y puede cuando quiera ejercitarla o no, quedando a su albedrio seleccionar al cliente, puede el abogado
ingresar a la abogacía de litigio (defensa) o simplemente en la abogacía de asesoría.
Estimada la abogacía como bien de propiedad particular del abogado, se dan en ella la anarquía de la
profesionalización.
1. La anarquía en la profesionalización.
Hablamos de anarquía de la profesionalización por la ausencia del requerimiento profesional de la
sociedad (planificación de la profesionalización de acuerdo a las necesidades a la que sirve) por parte de
las facultades o escuelas de derecho, quienes tienen como función primordial la de formar abogados.
Se profesionaliza, pues, sin saber si la sociedad requiere más médicos o agrónomos, economistas o
arquitectos. Y en el campo de la abogacía se profesionaliza sin saber realmente qué suerte correrá el
profesional que egresa de las aulas universitarias.
La profesionalización anárquica produce, a su vez como consecuencia:
A. La plétora profesional.

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B. La violación consciente de la deontología forense por el tinterillaje.
A.- La plétora profesional.
No es cierto que en Latinoamérica sobren abogados; lo que si es cierto es que en muchas urbes
latinoamericanas exceden a la demanda profesional.
La plétora profesional se presenta fundamentalmente en las urbes porque el campo en muchos países
latinoamericanos, por la miseria en la que viven los campesinos (indígenas o no) no está capacitado para
absorber trabajo profesional alguno. Entonces en la aldea, el curandero funge de médico y el rábula de
abogado.
Este hecho determina que los abogados se concentren en las ciudades, donde la capacidad de la
industria o el comercio permiten consumir servicios profesionales.
Esta concurrencia en las urbes determina, a su vez, la mayor oferta de abogacía con el consiguiente
descenso de la ética profesional cuando el abogado, en la competencia que es implacable, recurre a
cualquier medio para subsistir, si es que no termina por abandonar la profesión y acogerse a la burocracia
estatal.
B.- La violación consciente de la deontología forense por el tinterillaje.
La competencia profesional debería resolverse normalmente por el estudio, la capacidad, la dedicación
con que el abogado sepa destacar entre muchos a base de esfuerzo. Pero, en la mayoría de los casos no
se resuelve de ese modo; se escogen más bien los caminos fáciles del procesalismo y la deslealtad y se
entra, entonces, conscientemente en la violación de las normas de la deontología forense; creando aquel
modo de ejercicio profesional que acertadamente se ha venido a denominar tinterillaje.
El concepto de tinterillaje como burla del derecho y la justicia nos presenta, pues, varias manifestaciones
de conducta inmoral.
 El ejercicio ilegal de la abogacía por persona lega.
 El favorecimiento al ejercicio ilegal de la abogacía por parte del abogado; y
 El ejercicio desleal de la abogacía por persona titulada, el procesalismo y las deformaciones del
proceso.
B.1.- El ejercicio ilegal de la abogacía por persona lega.
Se refiere al ejercicio de la profesión por la rábula que carece de título para abogar, resulta
comportamiento inmoral únicamente en cuanto contradice la norma legal que prohíbe ejercer la
profesión ahí donde existen abogados. Entonces la naturaleza moral o inmoral del ejercicio estará
en relación con la presencia o ausencia de profesionales en el medio en el que se trate.
B.2.- El favorecimiento al ejercicio ilegal de la abogacía por parte del abogado.
La deslealtad se expresa en este caso por la actitud consciente del abogado que se presta a suscribir,
como suyos, petitorios ajenos y aparentar ser el defensor siendo así que quien lo es realmente carece
de título para abogar.
B.3.- El ejercicio desleal de la abogacía por persona titulada, el procesalismo y las deformaciones
del proceso.
Es la forma más peligrosa e inmoral del tinterillaje.
Se llama ejercicio desleal de la abogacía a la actividad que realiza el abogado que habiendo prestado
juramento para defender la verdad y la justicia la escamotea y la niega, extraviándola en el laberinto

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del procesalismo. Es desleal el abogado que ejercita maliciosamente los recursos permitidos por la
ley sin que ellos desempeñen un papel necesario en la evolución del proceso sino, más bien, con
propósito de dilatación, chantaje, ofensa o represión.
II.- CAUSAS DE ÍNDOLE ACADÉMICA:
Son las que se originan en las facultades de derecho.

Se va a sistematizar estas causas en la siguiente forma

A. Formación ética del estudiante y del profesional: La ética del profesional empieza con la formación
que reciben la universidad pese a esto muchas universidades no le dan la importancia requerida a la
deontología forense. Acevedo Sodré nos dice que las universidades de derecho deben contar con un
código de ética para que los estudiantes asuman su responsabilidad con probidad. Existe además el
cogobierno universitario en el que participan los estudiantes, sin embargo muchos de estos
estudiantes han utilizado esta posición en ventaja para aprobar los exámenes y los trabajos no
asumiendo éticamente sus responsabilidades Por lo cual Alberto Caturelli nos dice que hay una
diferencia entre estudiante y alumno la cual es que el primero se preocupa por su universidad sin
embargo el alumno sólo aprueba el curso sin integrarse a la universidad, esto no quiere decir que
esté en contra del insurgimiento estudiantil sino que se busca que El Revolucionario estudiante
asuma con conocimiento y fundamento ético sus responsabilidades.
Importancia también radica en que la ética del abogado debe en parte su déficit en que las facultades
sólo se dedican a la profesionalización del abogado, se debe considerar que lo reciente es la
organización de la asignatura en la que se enseña la ética de la abogacía Sin embargo a pesar de ello
en las universidades de América Latina la enseñanza de esta materia no alcanzado la importancia
que debiera tener.
B. Ética de la docencia jurídica: parte de la responsabilidad por el descenso ético de la abogacía la tiene
los docentes Quienes no puede exigir una conducta moral a sus alumnos cuando no cumplen ellos
mismos con sus obligaciones, y una obligación de parte del docente es impartir sus conocimientos
asegurándose que éstos no estén rezagados y no hayan sido superados por la ciencia moderna.
Asimismo, no pueden tapar su mediocridad a través de pedagogía estudiantil, debiendo intentar
ante todo cultivar la conciencia jurídica del discípulo. Domingo Bounocore nos dice que el abogado
que hace de la profesión de abogacía una industria para satisfacer sus necesidades es prototipo del
anti profesor universitario.
C. Desvinculación entre la facultad de derecho y el abogado: son muchas las facultades que luego de
que sus alumnos concluyen sus estudios los dejan sueltos en una realidad desconocida para estos en
la cual tienen que elegir sólo sus caminos, esto anudado a la congestionada oferta y el hecho de
tener que satisfacer sus necesidades vitales obligan a los recién egresados a tomar caminos pocos
éticos. Un aporte de la facultad de derecho del Cusco fue intentar crear fondos para ayudar a sus
recién graduados intentando controlar y tener una relación directa entre la facultad y el abogado.
D. Falta de planificación y diversificación de la abogacía: la universidad latinoamericana no realiza una
investigación científica de la realidad social y del requerimiento profesional, promueven
profesionales sin saber si la ciudad los necesita en realidad, más aún en una sociedad como la nuestra

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en la cual las profesiones qué necesita nuestra sociedad para salir del subdesarrollo no es
precisamente la abogacía, menos bajo las direcciones en las que se proyecta y estas son tres:
-la defensa -la magistratura -la docencia jurídica.
La sociedad busca que las facultades de derecho promuevan la asesoría especializada en los campos
de planificación, desarrollo, preocupación científica
III.- CAUSAS QUE PROVIENEN DE LAS CONDICIONES DEL EJERCICIO en estas causas no sólo se deriva el
ejercicio desleal del abogado sino también los engaños que en un proceso pueden armar el letrado a fin
de que se emita una sentencia favorable, sin embargo la causa más grave es la referente a obtener una
sentencia sabiendo que está es injusta olvidándose del valor que impulsa la profesión del abogado.

GRUPO Nº 5.- DEONTOLOGIA JURIDICA

DEONTOLOGÍA: La Deontología es el estudio de los deberes, referidos principalmente a la actividad


profesional, por lo que existe la Deontología del Médico, del ingeniero, del abogado.

DEONTOLOGIA JURIDICA: La deontología jurídica es la rama de la filosofía que trata sobre la moral del
abogado y la forma de actuar con su cliente. El profesional del derecho tiene que defender los intereses
de su patrocinado actuando siempre con la verdad y teniendo en cuenta su ética profesional.

Es la ciencia de los valores éticos que gobiernan la vida del derecho y de los abogados; debido a la
multiplicidad de deberes que tiene estos consigo mismo, con la sociedad, con la profesión, con los
clientes, con los colegas, con los jueces, con el Colegio.

FUNDAMENTOS

- Norma (ética y jurídica); La preocupación por alcanzar el ideal de justicia (bien común); La ética (bien
individual); La libertad para elegir y vivir dignamente.

LA ETICA: Proviene del griego ethos, que significa costumbre, habito. La ética es una ciencia que tiene
por objeto de estudio a la moral y la conducta humanas.
La ética es un área de la filosofía que muestra cómo se rigen las bases de la moral vinculando siempre la
realización del bien con la felicidad y la realización del mal con la infelicidad y el sufrimiento.

La ética es una disciplina teórica que versa sobre lo práctico: la acción, es decir, los hechos. Esta
orientación teórica es un marco de reflexión ideal para que todo ser humano tome decisiones de
acuerdo al criterio de aquello que es correcto o aquello que es justo.
El filósofo David Ross comparte la idea kantiana de que una acción es correcta cuando esta motivada
por el deber y tenemos obligaciones que debemos respetar, pero trata de resolver el problema del
conflicto de obligaciones.

Según Hegel; La eticidad es la idea de la libertad como bien viviente que tiene en la autoconciencia su
saber, su querer y, por medio de su actuar, su realidad, actuar que tiene a su vez en el ser ético su
fundamento en y por sí y su fin motor.

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LAS TEORÍAS ÉTICAS TELEOLÓGICAS

EUDEMONISMO (Aristóteles); Proviene del griego eudaimonia que significa “felicidad”, la cual consiste
en el ejercicio, la actividad y la perfección de las capacidades y disposiciones propias del ser humano.

HEDONISMO (Epicuro); Hedoné significa gozo. La felicidad consiste en el placer. “Debes buscar el placer
y rechazar el dolor”. Se refiere a placeres conectados con la amistad, el uso del intelecto, los
sentimientos y la autorrealización del individuo.

UTILITARISMO (Jeremy Benthom y Jhon S.Mill); Este sostiene que la moralidad de las acciones debe ser
juzgada por las consecuencias (se supone que tanto las buenas como las malas consecuencias se pueden
estimar de manera cuantitativa o matemática). Las consecuencias de cada acción se evalúan en su
función de la felicidad que causan a todas las personas afectadas.

Utilitarismo de acto y de regla

Todos los utilitaristas aceptan el principio de utilidad mayor felicidad para mayor número como guía de
comportamiento. Dos son los tipos de Utilitarismo que existen:

El utilitarista de acto: afirma que el principio de utilidad debe aplicarse a actos particulares en
circunstancias particulares.

Cada vez que actuemos debemos preguntarnos cuáles de las opciones que tenemos producirá mayor
felicidad o proporcionará un resultado más positivo, y debemos actuar de acuerdo a esa estimación. En
la práctica, el utilitarista de acto puede seguir ciertas reglas. Pero situaciones diferentes requieren
acciones diferentes; el acto correcto es aquel que produce mayor utilidad. Para el utilitarista de acto no
hay acción que sea absolutamente inmoral o absolutamente moral, depende de la utilidad de dicha
acción, ejemplo de ello es que es totalmente válido romper una promesa.

El utilitarista de regla: postula que el principio de utilidad debe aplicarse a reglas que se deben luego
usar para decidir el status moral de actos particulares.

La moralidad de nuestras acciones depende de la medida en que reflejan la obediencia a reglas, cuya
práctica ha causado buenas consecuencias a lo largo de los años. Para los utilitaristas de regla son las
reglas las que juegan un papel central en la evaluación de la moralidad de las acciones; pero seguirlo
ciegamente muchas veces implica no tomar en consideración las obligaciones que uno contrae con otras
personas.

En definitiva, utilitarismo de la regla es la teoría para la cual lo correcto o incorrecto de una acción debe
ser sopesado por la bondad o maldad de las consecuencias de una ley. Siendo a una ley o norma, por
consiguiente, a la que cada uno debe adecuar sus acciones en tales circunstancias.

Teoría de la ley natural

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La idea básica es que lo que uno debe hacer está determinado por lo que es natural y no por la sociedad
en que uno vive o las preferencias personales. Las leyes naturales determinan cómo debemos actuar.

Esta teoría afirma que ciertas leyes morales trascienden el tiempo, la cultura, y el gobierno. Existen
estándares universales que se aplican a toda la humanidad a través de todos los tiempos. Estos
estándares morales universales son inherentes y reconocibles por todos nosotros, y forman la base de
una sociedad justa.

Ética de la virtud

Las teorías éticas se concentran en el estado moral de las acciones humanas. Para la teoría de la virtud,
la pregunta fundamental es: ¿Qué tipo de persona debo ser?, se supone que la persona virtuosa hará lo
correcto, es decir, en tanto uno posea un carácter virtuoso la moralidad de las acciones propias se puede
prácticamente presumir.

¿Qué es una virtud? Es un rasgo de carácter valioso, porque contribuye al bien de la persona y de los
demás.

Las virtudes se manifiestan en las acciones, emociones, deseos, actitudes y modos de razonamiento de
una persona y en gran medida están definidas por las prácticas de las que surgen. Asimismo, sostiene
que a la hora de decidir cómo vivir, deberíamos tener en cuenta qué tipo de agentes morales queremos
ser.

Una alternativa feminista a los enfoques éticos tradicionales

Los filósofos feministas destacan que su objetivo es repensar la ética para corregir los prejuicios que la
caracterizan y ofrecer una concepción de la moralidad que no deje de lado la contribución femenina.

La orientación feminista pone énfasis también en la ética del cuidado, que afirma que la moralidad debe
basarse no en reglas, obligaciones o el interés personal sino en compasión, cooperación y atención al
contexto.

Este tipo de perspectiva feminista presenta una hipótesis de que existe un enfoque moral que parece
característicamente femenino. Según la autora Gilligan señala que la filosofía moral tradicional ha
reflejado en general la voz de los hombres y no representa de manera adecuada la voz de las mujeres.
La orientación feminista parte de la idea de que tanto los hombres como las mujeres tienen la capacidad
de ser morales.

Los principios éticos en bioética

Los principios más importantes en la Bioética son:

 Principio de respeto por la autonomía

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Está íntimamente ligado al reconocimiento de la autonomía del individuo, es decir, al reconocimiento
de que es dueño de sus propias acciones y decisiones y que por ello no lo debemos “usar”. Dado que los
seres humanos tienen la capacidad de elegir racionalmente y actuar de acuerdo a sus deliberaciones,
poseen valor en sí mismos. Este valor debe ser respetado y ese respeto se manifiesta cuando uno toma
en cuenta las opiniones y decisiones de las personas autónomas, y se abstiene de interferir en sus
elecciones, siempre que no perjudiquen a otros seres humanos. La autonomía tiene que cumplir tres
requisitos para que pueda considerarse como tal.

- La acción autónoma no debe ser forzada


- La noción de autonomía supone más que ser libre para decidir, implica también la posesión de
opciones reales.
- Es necesario que posea toda la información relevante.

 Restricción de la libertad de las personas: paternalismo

Existen algunas razones especiales hacen que a veces la libertad individual se restrinja. Un principio
importante que se puede usar para justificar esta restricción es el de paternalismo.

LOS VALORES

¿A qué podrían reducirse los valores? Los valores no son, ni cosas, ni vivencias, ni esencias; son
valores. Los valores éticos son guías de comportamientos que regulan la conducta de un individuo y
del colectivo

A) EL VALOR COMO CUALIDADES ESTRUCTURALES


¿Qué son los valores?
Los valores no son cosas ni elementos de cosas, sino propiedades, cualidades sui géneris, que
poseen ciertos objetos llamados bienes.
Por ser cualidades, los valores son entes parasitarios que no pueden vivir sin apoyarse en objetos
reales. El valor es real pues tiene existencia en el mundo real y no es una mera fantasía del sujeto.

B) POLARIDAD Y JERARQUIA

b.1. Polaridad

Una característica fundamental de los valores es la polaridad. Mientras que las cosas son lo que son los
valores se presentan desdoblados en un valor positivo y el correspondiente valor negativo. Así. A la
belleza se le opone la fealdad; lo malo a lo bueno; o injusto, a lo justo, etc. Se dice que la polaridad
implica la ruptura de la indiferencia pues tan pronto como se incorpora a un objeto del mundo físico, un
valor, la indiferencia no es posible; nuestra reacción y el valor correspondiente serán positivos o

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negativos de aproximación o rechazo. No hay obra de arte que sea neutra, ni persona que se mantenga
indiferente al escuchar una sinfonía, leer un poema o leer un cuadro.

b.2. Jerarquía

Los valores están, ordenados jerárquicamente, esto es, hay valores inferiores y superiores. No debe
confundirse la ordenación jerárquica de los valores con su clasificación. Una clasificación no implica,
necesariamente, un orden jerárquico. La preferencia revela ese orden jerárquico; al enfrentarse a dos
valores, el hombre prefiere comúnmente e superior, aunque a veces elige el inferior por razones
circunstanciales. No es fácil señalar concretamente cual es este orden o indicar criterios validos que nos
permitan establecerlo. No han faltado, por cierto, axiólogos que han pretendido fijarlo de una vez por
todas. Un ejemplo concreto lo constituye la tabla axiológica de Max Scheler, que ha sido tomada como
paradigma en diccionarios y tratados en lengua castellana, y que está lejos de ofrecer seguridad y
consistencia

VALOR

Según CABANELLAS: VALOR. Aptitud para satisfacer las necesidades o procurar placeres. Cualidad de
una cosa que lleva a dar por ella, o a pedir para cederla, una suma de dinero o algo económicamente
apreciable.

Para ADAM SMITH, la palabra valor tiene dos significados diferentes: unas veces expresa la utilidad de
algún de algún objeto particular, y otras el poder de comprar ciertas mercancías que la posesión de dicho
objeto confiere. Uno puede ser llamado valor en uso y el otro valor en cambio. Algunas cosas pueden
tener un gran valor de uso y poco valor de cambio, por ejemplo, el agua, pues apenas se puede recibir
algo a cambio de ella (esto depende del lugar y el tiempo donde nos situemos para hacer el análisis). Por
el contrario, los diamantes tienen muy poco valor de uso, pero un gran valor de cambio, ya que si se
entrega uno de ellos se puede obtener una gran cantidad de otros productos.

JERARQUIA DE LOS VALORES

La jerarquía de los valores implica que existe un orden jerárquico, que hay valores de rango superior y
valores de rango inferior. El orden de estos valores es muy debatido y difícil de determinar, ya que para
llegar a una conclusión el proceso es subjetivo porque va a depender de las perspectivas personales,
grupales, educativas, culturales y sociales. No puede haber un bien supremo común para toda la
comunidad. Para cada individuo o comunidad será distinto, porque distinta es la vocación y capacidad
de los hombres y la situación en que se hallan. Sin embargo, si no hubiera una jerarquía no nos
esforzaríamos por mejorar.

Ante la complejidad de este problema, los filósofos han intentado proponer una tabla de valores con
validez objetiva. Entre ellos está Max Scheler, para quien, los valores mantienen una relación
jerárquica a priori, y por lo tanto no puede ser alterada por la experiencia, es decir es inmutable y
absoluta. Al respecto, PERRY sostiene que no es posible que la mera preferencia confiera más valor a un

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objeto, porque ella puede ser el resultado de la incapacidad para resistir la tentación malsana. Este
criterio puede satisfacer tan solo a los niños y a los golosos que al preferir no reparan ni en las cualidades
del objeto ni en las consecuencias, sino en el mero goce pasajero.

La determinación de la altura de un valor debe atender a tres cuestiones: sujeto (reacciones del sujeto,
sus necesidades, intereses, aspiraciones, preferencias), objeto (no basta que alguien prefiera algo para
que se convierta en mejor, es menester que sea “preferible” para el en una situación concreta. Dicha
cualidad, depende en buena parte, de las propiedades del objeto), y situación (Hay circunstancias que
influyen muy poco, y otras la modifican fundamentalmente).

RELACION ENTRE LA ETICA, LA POLITICA Y EL DERECHO

En el pensamiento griego la ética era la esencia de la política, para Aristóteles en su obra “La política”, y
Platón en su obra “La República”, manifiestan que la política es la justicia; es el valor ético principal sobre
el cual debe montarse el quehacer político. El fin de la Política es obtener la justicia; el contenido de la
Ética es la justicia, y la justicia, según Ulpiano es: dar a cada uno lo suyo, no hacer daño a los demás y
vivir honestamente. Pero como señala MIRO QUESADA: “en el mundo moderno es cada vez más difícil
utilizar la ética para justificar el poder, como sucedió en el mundo clásico”.

La naturaleza de un sujeto político dentro de la sociedad es la búsqueda del bien común. Los sujetos
políticos se desnaturalizan, es decir, pierden su esencia, cuando se corrompe; así el sujeto político
corrupto ya no tiende al bien común sino que se desvirtúa transformándose en el provecho de unos
pocos. Max Weber distinguió entre los políticos que viven para la política y aquellos que viven de la
política, en este último caso la ambición política deja de valer por sí misma y se rebaja al nivel de un
valor instrumental al servicio del enriquecimiento.

GRUPO Nº 6.- ÉTICA EN EL EJERCICIO PROFESIONAL DE LA ABOGACÍA

LA MISIÓN DE A UNIVERSIDAD EN LA ENSEÑANZA DE LA ÉTICA DE LA ABOGACÍA

El contenido ético de la misión de la Universidad

La Universidad es centro de búsqueda de la verdad científica al servicio de la felicidad humana. Este solo
enunciado sirve para definir la esencia ética que reposa en el propio destino de la Universidad.

Si el objetivo final de la ciencia es el hombre, toda la actividad universidad debería concurrir a afianzar un
señorío sobre la naturaleza, la seguridad de sus relaciones en la sociedad, el equilibrio de los bienes y
necesidades sociales sobre sobre el cual se construye la paz. La ciencia debe hacer que cada conquista sobre
la naturaleza, cada avance en las relaciones sociales, sirva directamente para ir jalonando de pequeños hitos
de felicidad a permanencia vital del hombre, y enaltecer su dignidad. Ningún sentido tendría la ciencia por la

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ciencia misma la especulación químicamente pura que queda en la probeta del laboratorio o en la ficha
bibliográfica. La ciencia es el más valioso instrumento creado por el hombre en su lucha sobre la naturaleza y
en la lucha social por conquistar la libertad y la felicidad de vivir sin temor. Por eso, pobre sería la ciencia que
no esté destinada a consolidar la grandeza del hombre. La ciencia no acaba en la ley inventada, el principio
conquistado, la hipótesis confirmada, sino que se extiende y busca como meta al bienestar humano.

Cuando la universidad investiga, profesionaliza, conserva y difunde la cultura encierra ese contenido moral en
la entraña de su esencia. Porque es moral el diálogo científico en la búsqueda de la verdad para acrecentar la
fuerza del hombre sobre la naturaleza o para cambiar las relaciones sociales tradicionales; porque es moral
la promoción de técnicos que ayuden a la sociedad a resolver con las herramientas científicas sus graves y
profundos problemas; porque es moral cuidar del legado cultural de la humanidad, incrementarlo, difundirlo
y proyectarlo hasta la profundidad de la historia.

Pero, además, el destino de la Universidad es directamente moral cando, vigilante de la conducta de os


profesionales que egresen de sus alas, señala su destino al servicio de la colectividad y procura que el edificio
del espíritu se levante uniendo armoniosamente la solidez del conocimiento científico y la hondura ética de
su responsabilidad social.

Contenido ético de la misión de la Facultad de Derecho

Pero donde ese contenido moral del destino de la Universidad se hace patente, por la naturaleza de los valores
que se manejan y la trascendencia que tienen en la vida de la sociedad es en el campo de la ciencia jurídica.
El derecho y la justicia, la libertad y la paz, que son las categorías que cotidianamente s manejan en la Facultad
de Ciencias Jurídicas son, en última instancias, categorías morales.

Por eso, cuando la Facultad de Ciencias Jurídicas respondiendo a su primera función de creadora por la
investigación hunde las manos en la arcilla dolorosa del pueblo y de ella extrae una realidad estremecida de
injusticia que, comparada a la luz de los principios y la doctrina más avanzada, la obliga a crear nueva ciencia
jurídica: la que inspire a pueblos y gobiernos marchar aprisa al compás de la historia, procurando alcanzar la
ecuación entre derecho y justicia; entonces la misión de a Facultad de Derecho es profundamente moral.

O cuando modela el espíritu del discípulo, para que más tarde sea el defensor del derecho como vehículo hacia
la justicia, y forma al abogado que restañará las heridas, no solo de los espíritus atribulados por la injusticia
sino d la propia sociedad, está cumpliendo pues una misión profundamente moral.

Cuando, como asesora del Estado la sociedad, esclarece a la luz de su severidad crítica los grandes problemas
nacionales y orienta la opinión de gobiernos, con criterio científico, para que el aventurerismo o empirismo

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político no sean las guías del destino social, y sea más bien la serenidad científica la que lo conduzca, entonces,
también la Facultad de Ciencias jurídicas, cumple un elevado rol moral.

¿Porqué es que los abogados presentan tan bajos niveles éticos y toman la profesión como simple menester
para ganarse la vida, en el derecho (la alta categoría filosófica y moral) degenera al nivel de instrumento de
enriquecimiento ilícito, y el procedimiento ordenador de a verdad discutida sirve sólo para crear zozobra en
la sociedad?

Entre las causas se encontraría la falta de formación ética del estudiante y del abogado en las aulas
universitarias.

La necesidad de la enseñanza de la ética de la abogacía

Existe indudablemente consenso en cuanto a la necesidad de enseñar ética a quiénes han de ser abogados.
Esa necesidad la han explicado muchos teóricos como resultante de la inmoralidad con que se presenta
todavía el ejercicio profesional en muchos casos. Se ha dicho, entonces, que es preciso enseñar al alumno,
cómo debe comportarse como abogado, cuáles deben ser sus deberes ate el cliente, la autoridad o al
adversario.

La Declaración de Fines y funciones de la Primera conferencia de facultades de derecho Latinoamericanas


(México, 1959) justifica la enseñanza de la ética de la abogacía, por el propósito de “formar e informar
hombres de derecho provistos de conocimientos adecuados satisfactoria capacidad técnica y sólida formación
ética.

El profesor Ángel Francisco Brice, considera que la ética de la abogacía: establece las reglas de conducta que
debe observar el abogado en el ejercicio de su profesión, como consultor, como representante de las partes
en el proceso, o en el arreglo extrajudicial de los asuntos que se le encomienden; como juez o en cualquier
forma que se auxiliar de justicia, e igualmente en su condición de miembro de la sociedad, porque la ética
tiene que ver también con la vida privada del abogado.

En una ponencia presentada al V Congreso Nacional Abogados el Perú (Lima, 1955) justificamos del siguiente
modo la creación de la cátedra de deontología Forense o Ética de la Abogacía:

La responsabilidad social del abogado, emanante de la finalidad de su ministerio, promotor de orden jurídico,
por media del equilibrio de las relaciones que concede la paz social, exige que junto a su versación técnica y
amplia cultura humanística, posea también los atributos éticos que le conceden probidad en el ejercicio de la
profesión.

Por esta razón, tan indispensable como la formación técnica del abogado, es también su formación ética, por
la asimilación sistematizada de los conocimientos de la ética judicial y forense en general, simultáneamente a
los de la ciencia del derecho.

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LA RELACIÓN PROFESIONAL DEL ABOGADO.

Básicamente es en la relación con el cliente, con la autoridad y el adversario en donde desarrollamos la


conciencia de lo justo que se ha formado durante la universidad.

Asimismo, la naturales de dicha relación profesional se bifurca en una doble naturaleza: JURIDICA (a través del
contrato de locación de servicios) y moral (a través de las normas de ética que regulan la conducta
contractual).

La relación profesional establece tres clases de deberes del abogado:

A. Relaciones del abogado con la autoridad, para la abogacía de defensa existen deberes frente a la autoridad,
con la que se establece relación con motivo del asunto patrocinado:
 Respeto a la autoridad.
 Verdad para la justicia (lealtad con justicia).
 Fe en la justicia.
 Independencia que garantice el ejercicio del derecho a la defensa.
B. Las relaciones del abogado con el cliente obligan a los deberes de lealtad e independencia. Después de
ejercitado el albedrío para aceptar o no la defensa, y una vez aceptada, el abogado debe ser leal a la causa
que patrocina y además mantener la suficiente independencia del propio cliente para poder en cualquier
momento promover la conciliación, la transacción o la autocomposición que devuelva prontamente la paz
social alterada por el conflicto de intereses.
La lealtad obliga al secreto profesional y al interés por la causa.
C. La relación con el adversario a su cliente y el abogado o abogados que lo defiendan. Esas relaciones lo obligan
asimismo a deberes de lealtad en la contienda, independencia y solidaridad profesional. La lealtad en la
contienda significa la defensa honesta de la causa por la fuerza convincente de las ideas y no por la fuerza
agraviante del lenguaje.

El abogado debe utilizar un lenguaje forense, ha de ser vehículo expresivo del pensamiento, con la fuerza de
convicción de los fundamentos dentro de una forma severa y elegante: que sin ser retórica, sea capaz de
transmitir la verdad científica y convencer de ella a la autoridad, haciéndola participe del pensamiento
expuesto.
El deber de solidaridad obliga al abogado a mantener con el abogado o abogados adversarios relaciones
cordiales sin que estas signifiquen abdicación de la independencia con que el abogado debe obrar siempre
frente a la autoridad, al cliente o al adversario.

LA CONDUCTA EXTRAPROFESIONAL. LUCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS.

Es indudable que las normas de ética han de guiar también la conducta del abogado fuera de la actividad
profesional, conducta que puede ser privada o pública.

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La ética impone en este caso que el abogado inscriba en su conducta ser luchador por la vigencia irrestricta
del Código Universal de la dignidad: la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

EL ESTUDIO DE LA LEGISLACIÓN FORENSE

En muchos países se ha procurado unificar la legislación forense en cuerpos orgánicos y coherentes, que
regulen desde la definición de la abogacía y sus requisitos legales y morales hasta las obligaciones del abogado;
las manifestaciones de la abogacía ilegal o de organización y funciones de los Colegios de Abogados y
Federaciones Nacionales de colegios de abogados.

AUTONOMÍA DE LA ESPECIALIDAD, SU INCLUSIÓN COMO MATERIA DE ENSEÑANZA

NATURALEZA ESPECIAL DE LA MATERIA:

La ética de la abogacía debe enseñarse durante todo el ciclo profesional y concluir con un curso especial, de
duración semestral, que se dicte en el último año de estudios.

La ética es conducta vital y no puede dejar de ser sustancia de ninguno de los actos del hombre; porque la
ética de la abogacía se contiene en la propia naturaleza y destino de la ciencia jurídica y está implícita,
entonces, en el propio destino de la Facultad de ciencias jurídicas, es importante que se desarrolle durante
todo el ciclo facultativo y remate con la cátedra específica de la materia, que acabe de formar la conciencia de
lo justo del futuro profesional.

La ética se enseña en cada acto de la vida y la ética de la abogacía, o más bien del jurista en términos generales,
ha de ir tomándose en cada cátedra, teórica o práctica, durante todos los estudios de la carrera para ser
resumida y sistematizada en una asignatura especial que se dicte, por eso, en el último año.

ENSEÑANZA EN TODO EL CURRICULO DE LA FACULTAD:

La ética de la abogacía debería enseñarse simultáneamente y coordinadamente:

 Dentro de todas las materias del currículo de la facultad de ciencias jurídicas compatibles con su enseñanza.
 En la cátedra de los cursos prácticos.
 En una asignatura especial, que se dicten en el último año de estudios.
Se trata pues de la especial naturaleza de la materia que está en la propia sustancia de la ciencia jurídica, en
la práctica forense y en la doctrina filosófica.

METODOS DE LA ENSEÑANZA

LOS METODOS CORRESPONDEN A LA NATURALEZA Y CONTENIDO DE LA MATERIA:

La naturaleza especial de los conocimientos que se han de impartir y la forma como se propone hacerlo dice
relación sobre los métodos de enseñanza.

El método, la didáctica que ha de emplearse en la transmisión y evaluación del conocimiento, está en relación
directa con el contenido y la naturaleza de la materia.
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Luego, pues, si estamos frente a una materia cuyo contenido está profundamente entroncado en el propio
contenido de las ciencias jurídicas y ha de avanzar entonces de acuerdo al avance de ellas, y si por esa
naturaleza es preciso que la materia sea enseñada a través de todo el currículo de la carrera de abogado.

Cuando se enseña la ética de la abogacía, en la cátedra teórica de derecho sustantivo o de derecho procesal,
la metodología será la que corresponda a la asignatura principal, dentro de la cual se hacen reflexiones,
disquisiciones y comentarios atinentes a la ética, en relación con los institutos jurídicos enseñados.

Cuando la materia se enseña en la cátedra de un curso práctico también la metodología será del propio curso
y abarcará, entonces, desde la teoría de la práctica de los casos simulados, la exegesis de la jurisprudencia,
hasta la verdadera práctica que se hace en el proceso real, donde ha de perseguirse la formación de la
personalidad profesional del alumno.

Entonces el método corresponderá también a la naturaleza de la materia principal sea ésta sustantiva o
procesal.

PEDAGOGÍA FORMATIVA E INFORMATIVA EN LA ENSEÑANZA DE LA ÉTICA DE LA ABOGACÍA:

Junto a la clase magistral informativa habrá también de utilizarse la clase activa, el seminario como instituto
pedagógico de debate de lecturas, mesas redondas, etc., donde el alumno participe activamente, formando
por si el conocimiento.

Seguramente que en ninguna otra materia como en ésta, el método activo, formativo del estudiante es más
importante porque tratándose de una materia que enseñará normas de conducta, revelador ha de ser el
comportamiento del alumno en el propio proceso de asimilación y aplicación de esas normas. La clase activa,
con participación directa del alumno que ya no sufrirá el monólogo doctoral de la clase magistral únicamente
es, pues, en ese sentido un método positivo para la enseñanza de esta materia.

LA RELACIÓN PROFESIONAL

1. LA CONSULTA

El vínculo profesional se establece en el momento de la consulta. La consulta es el acto por el cual el cliente
acude al consejo profesional para decidir un asunto que puede ser conflictivo o no conflictivo. La consulta
puede pretender servicios de asesoría, o servicios de abogacía, de defensa en proceso que puede ser
contencioso o no contencioso.

2. NATURALEZA JURÍDICA DE LA RELACIÓN PROFESIONAL. DEBERES DE LAS PARTES

Este nexo tiene una doble naturaleza, moral y jurídica a la vez. Es moral en cuanto impone tanto al cliente
como al abogado ciertas normas de conducta irrenunciables, para el desarrollo normal de la relación. Es
jurídico tanto porque lo tutela de ley, como porque del contrato de servicios profesionales nacen derechos y
obligaciones.

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Para que el abogado pueda absolver la consulta y satisfacer la duda del cliente, es importante el deber de
sinceridad del cliente, quien debe presentar el caso con la mayor exactitud y con la mayor amplitud. En la
sinceridad del cliente está implícita la revelación de secretos que incumben solamente al fuero íntimo de las
personas o de sus familiares, que serán confiados al amparo del secreto profesional, porque no podrán ser
revelados y quedaran solamente en el conocimiento del abogado.

La relación profesional es fundamentalmente relación de confianza. Si no existe esa confianza, el cliente no


podrá ser sincero con el abogado, ni podrá proporcionar la información requerida para la mejor solución del
asunto. En cualquier caso habrá de tenerse en cuenta, necesariamente la honestidad profesional. Es decir,
aquella conducta que sea garantía de versación y de probidad. El cliente acude donde el abogado confiando
en su integridad moral, con la seguridad de que su versación jurídica y su honestidad profesional, han de guiar
el asunto.

Los deberes de sinceridad y confianza, generan a su vez otro deber del cliente: la lealtad que debe tener para
con el abogado, que significa el deber de informarlo si hubiese declinado su confianza, o si tuviese necesidad
de cambiar de defensor, o de extinguir la relación profesional satisfaciendo el honorario concertado.

La lealtad es aquel sentimiento por el cual la persona mantiene fidelidad a los principios y consecuencia con
las acciones. Es necesariamente una elaboración intelectual. No existe lealtad espontanea, la lealtad es
siempre consecuencia de un proceso de evaluación del principio o de la acción al cual se presta fidelidad. En
el caso del abogado, su lealtad será con las ideas con que defiende o asesora el asunto encomendado.
Mantener lealtad profesional, es ser consecuente con la causa patrocinada, con la idea expuesta, con la
opinión evacuada. Por eso antes de asumir el caso, el abogado deberá reflexionar profundamente y solamente
cuando tenga la seguridad de su opinión deberá exponerla, porque habrá de ser fiel a ella. De la lealtad derivan
los deberes fundamentales de extinguir cuanto antes la controversia y de guardar el secreto profesional. Es
leal el abogado que sabiendo que el proceso judicial ocasionara más perjuicio que beneficio, y que por ser
padecimiento social extendido estraga patrimonio, tiempo y sosiego, no es garantía de justicia, guía a su
cliente por los causes de la conciliación y compone prontamente el conflicto de intereses, devolviendo paz a
los espíritus y bienes a la producción social. Es leal el abogado que más allá de la vida del cliente, conserva el
secreto que le confió y que por guardarlo muchas veces expone la propia seguridad y existencia.

3. DERECHOS DERIVADOS DE LA RELACIÓN PROFESIONAL.

De la relación profesional, y aun antes de establecida, derivan para el abogado diversos derechos de los cuales,
los más importantes son el derecho a aceptar o rechazar el asunto, y la independencia frente al cliente.

4. LIBERTAD DE PATROCINIO

El abogado tiene libertad para aceptar o rechazar el asunto. Este es un derecho inherente a la naturaleza libre
de la profesión. “Es la esencia del ejercicio libre la opción que tiene el abogado para aceptar o rechazar el
patrocinio”, reza el Informe de la Comisión Preparatoria del Consejo Provisional de Concepción, presentado a
la Primera Comisión del Sexto Congreso Nacional de los Abogados de Chile. Sin embargo no existe ley alguna
que declare obligatorio acudir a un abogado para la defensa. Existen juzgados ante los cuales pueden

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defenderse las mismas partes (juzgados de Paz no letrados) y existe procedimiento en los que no es necesaria
la presencia del abogado. El derecho que tiene el abogado de aceptar o rechazar el patrocinio, lo establece el
artículo 5° del Código de Ética, limitándolo únicamente en el caso de nombramiento de oficio en que la
renuncia deberá ser justificada. Establece la norma que no deben influir en la decisión del abogado, ni el
interés personal, el monto de la cuestión discutida, el poder o la fortuna de los interesados.

¿Cómo debe entenderse la libertad de patrocinio? ¿Será un derecho irrestricto del abogado?

En primer lugar debemos decir que el derecho a la libertad de patrocinio es un derecho que emana del
abogado. Será el, quien evalué la justicia o injusticia del caso y solo patrocinara el caso justo.

La función del abogado no es hacer prevalecer el derecho, sino hacer prevalecer la justicia. Couture decía: “tu
deber es luchar por el derecho, pero el día en que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por
la justicia”. Blanca Casagne Serres postulaba que “Profesionalmente no ha de apasionarse por el triunfo de
persona alguna, en cuanto tal, sino por el triunfo de la justicia y del bien común”. Hemos sostenido que la
abogacía es un ministerio de paz social, porque la paz es el presupuesto de la justicia.

El abogado ejercitara su derecho de aceptar o rechazar el patrocinio, solamente después de haber analizado
profundamente la justicia o injusticia del asunto. Pero una vez aceptado el patrocinio, el deber de lealtad, lo
obliga a no abandonar la causa, sino, solamente cuando hayan sobrevenido causales de incompatibilidad o
cuando el cliente no sea ya digno de su patrocinio. El artículo 37 del código de ética, establece este deber.

5. LA INDEPENDENCIA

La independencia es la libertad profesional. La ausencia de todo factor que pueda influir en la conducta
profesional. Trátese de factor social, económico, político, de parentesco, de amistad, o de otra índole. El
abogado debe actuar sin tener que responder a ninguna circunstancia que pueda alejarlo de su papel de
conductor del asunto. Hay que concebir al abogado como el guía que conduce el asunto y cuya labor, no puede
estar enturbiada ni por los sentimientos del cliente, ni por factores sociales o económicos que priven de la
claridad con que el abogado debe mirar la perspectiva del caso.

6. LOS DERECHOS DEL CLIENTE, DERIVADOS DE LA RELACIÓN PROFESIONAL

El cliente tiene fundamentalmente derecho al consejo, orientación y asesoría profesional, a ser informado con
verdad sobre el estado de la causa y a que guarde escrupulosamente el secreto profesional. El objeto de la
relación profesional es obtener el servicio profesional, por el cual el cliente debe pagar un honorario. El servicio
profesional tiene el carácter y naturaleza de la consulta. Sera un servicio esporádico, si es que solamente se
demanda la opinión profesional sobre determinado asunto. Sera un servicio que consiste en la atención de
una causa, si el servicio es solicitado para defenderla. Consiguientemente en el primer caso el servicio habrá
concluido con la opinión profesional, y en el segundo, se extenderá mientras dure el proceso, y más allá de la
propia vida del cliente, se extiende el deber de guardar el secreto profesional. No por haber acabado el
proceso, o por haber muerto el cliente, podrá ser revelado el secreto que en función de la profesión se confió
al abogado.

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El cliente tiene derecho asimismo a ser informado sobre la marcha del asunto, con la mayor verdad. Si el
abogado es solamente un guía del asunto, no tendrá inconveniente en revelar a su cliente la verdad del
proceso, por mucho de que haya incurrido en errores que puedan hacer cambiar la perspectiva de la causa.
Su lealtad profesional le obliga a revelar el estado de la causa, tal cual se presenta. En este sentido, tendrá
asimismo la obligación de reconocer honestamente los propios errores, sin tener que atribuírselos a tercero.

RELACIONES DEL ABOGADO CON LA AUTORIDAD

1. PLANTEAMIENTO

De la relación profesional pueden derivarse deberes del abogado para con la autoridad. Si su relación
profesional es de asesoría, las relaciones del abogado quedaran establecidas solamente con el cliente y quizás
con algunos colegas u otros profesionales. Pero no serán relaciones con la autoridad. En cambio, si la relación
profesional es de defensa y patrocinio de un asunto jurisdiccional o administrativo, el abogado tendrá
relaciones y deberes para con la autoridad. Hablamos en términos generales de autoridad, sea esta
jurisdiccional o administrativa. Debemos entender por autoridad, las potestades o facultades de que
legítimamente se ha investido a una persona. “La persona revestida de algún poder, mando o magistratura”,
dice Cabanellas. La autoridad es fundamentalmente la potestad, poder, o facultad que tiene una persona para
gobernar las relaciones sociales. Si el poder o la facultad no están destinados al gobierno social, entonces no
podremos hablar de autoridad.

2. NATURALEZA JURÍDICA DE LOS DEBERES Y OBLIGACIONES DEL ABOGADO PARA CON LA AUTORIDAD.

El nexo del profesional con la autoridad es de doble naturaleza: moral y jurídica. La conducta del abogado
deriva de ese nexo con la autoridad, tiene naturaleza predominantemente moral, pero también es de orden
jurídico.

No son solo deberes las prestaciones derivadas de la relación jurídica. Los deberes señalados por la ley son
obligaciones, desde el momento en que su incumplimiento tiene una sanción legal. Si el incumplimiento del
deber solamente tuviese el contralor de la conciencia, entonces estaríamos legítimamente frente a un deber.

Entre los “deberes” del abogado, está defender con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad,
honradez y buena fe; con sujeción a la ley, la verdad de los hechos y las normas del código de ética profesional.

Pero no todos los “deberes” del abogado enumerados en la ley orgánica del poder judicial, constituyen
obligaciones jurídicas. Es decir que el incumplimiento de los deberes de actuar como servidor de la justicia y
como colaborados de los magistrados, cumplir las obligaciones asumidas con el cliente, abstenerse de
promover la difusión pública de aspectos reservados por procesos no resuelto. O denuncia a las personas que
incurran en ejercicio ilegal de la abogacía, no tienen sanción legal. Esto es que si el abogado no actuó como
servidor de la justicia, no existirá norma alguna que lo obligue. Tampoco existirá norma que lo obligue si el
abogado deja de cumplir las obligaciones contraídas con el cliente, o si no denuncia a las personas que
ejercitan ilegalmente la abogacía.

LOS DEBERES DEL ABOGADO PARA CON LA AUTORIDAD.

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Los abogados al patrocinar a sus clientes en litigio entran necesariamente en relación con la autoridad y deben
actuar como guardianes celosos y responsables de las normas procesales.

Siendo dichos deberes los siguientes:

1.- Respeto a la magistratura y demás autoridades

2.- Verdad para la justicia

3.- Fe en la justicia

4.- Independencia

1.- Respeto a la autoridad: Este deber está referido a la conducta que el abogado debe mantener frente a la
autoridad.

En primer lugar, se debe decir que el deber, más que la obligación se refiere a la conducta del abogado frente
a la autoridad en general. Pudiendo ser esta jurisdiccional o administrativa. Este respeto debe ser estimado
como la consideración que guarde el abogado por la persona que ejercita la autoridad. En este sentido es
importante aclarar que tal consideración no tiene que ver tanto con la persona que ostenta el cargo, sino más
bien con la investidura misma.

En otro punto referido al respeto que merece la autoridad, es importante referirnos al lenguaje forense,
puesto que, fundamentalmente, es a través de éste que se realiza la comunicación de la parte con la autoridad.

2.- Verdad para la justicia El deber del abogado debe ser la justicia por los cauces de la verdad. En este
momento la verdad para la justicia, ha salido del nivel de norma ética y pasado a la condición de norma jurídica.

Si el abogado no patrocina con sujeción al principio de veracidad, o no defiende con sujeción a la verdad de
los hechos, tal como dispone el artículo 288 de la ley orgánica del poder judicial; si no adecúa su conducta
profesional al deber de veracidad, tal como lo establece el artículo IV del Título preliminar del código procesal
civil podrá ser sancionado, de acuerdo con el inciso 5 del artículo 50 del propio código procesal civil.

3.-Fe en la justicia: Para ejercer su labor el abogado sin duda debe tener plena confianza en que la justicia será
realizada.

Al tener fe en la justicia, es tener el convencimiento de que será reparado el quebranto del derecho,
armonizada la libertad universal que otorga la paz, restablecido el orden social. Solo esa fe, alentará su
ministerio. Si la pierde, dejará de ser un defensor. Podrá seguir siendo un abogado, pero no será el que
defienda el derecho conculcado.

4.- Independencia. El deber de independencia del abogado frente a la autoridad, debe ser entendido como
libertad de todo vínculo que relacione el ejercicio de la abogacía con el ejercicio de la autoridad. Ni los vínculos

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de amistad, ni los de parentesco, ni los vínculos societarios, ni vínculos de otra índole, pueden limitar el
ejercicio del derecho a la defensa, ni esta puede ampararse en esos vínculos para ser provechosa.

Como vemos, la forma de definir el principio de independencia es en forma negativa, como la ausencia de
injerencias y presiones en el ejercicio de la profesión; pero también desde un aspecto positivo, como lo son,
la autonomía y la libertad en la citada actividad profesional.

DEBERES DEL ABOGADO PARA CON EL ABOGADO ADVERSARIO Y LAS PARTES DEL PROCESO

Los deberes que se derivan de la relación profesional para con el abogado del adversario son principalmente
los de respeto y solidaridad, lealtad e independencia.

1.-Los deberes de respeto, solidaridad y lealtad: La abogacía es el ejercicio de una actividad social, no es un
ejercicio individual, por mucho de que se la desempeñe individualmente.

Esta naturaleza colectiva del ejercicio de la abogacía determina los deberes de respeto y solidaridad. La
actividad de los otros abogados debe ser respetada, no solo porque es una actividad intelectual, que por ser
tal es respetable, sino porque la ejerce quien como nosotros esta también dedicado a la búsqueda de justicia.
Este respeto encierra también la lealtad del abogado al colega, pues será leal quien sepa respetar las ideas
ajenas, quien sepa comprender el esfuerzo ajeno y sobre todo la honestidad con que se comporte en el
proceso.

2.-La abogacía desleal

La abogacía desleal es la que se realiza en el desarrollo del proceso, al utilizarse maliciosamente los recursos
franqueados por la ley y convertir el proceso, en juego de habilidades y sorpresas, de esguinces y zancadillas
procesales, para ir obteniendo ventaja.

Esto es lo que no podemos reclamar al abogado, el deber de respeto para el abogado desleal, sino mas bien
la obligación de denunciar su ejercicio. Es que la abogacía desleal es totalmente negativa a lo fines de la justicia
y conspira contra el propio desarrollo social al hacer del proceso un verdadero padecimiento social en el que
se estraga el tiempo, el patrimonio, el sosiego y el propio servicio de administración de justicia.

3.-El deber de independencia:

La independencia del abogado adversario, es resultado de la propia lealtad al cliente. No se podría mantener
esta, si el abogado dependiese en cualquier forma del abogado adversario. Esa dependencia puede ser de
múltiple naturaleza. Puede suceder que vínculos de parentesco unan a los abogados enfrentados en el
proceso. En este caso es preferible que el abogado decline la defensa. Será sumamente difícil mantener los
principios que conducen al proceso, cuando el parentesco puede perturbarla profundamente. Puede asimismo
por razones de orden social, por vinculaciones amicales, incluidos de índole política, afectan a la limpieza y
soltura que debe tener el patrocinio, es preciso que el abogado sepa ubicarse en el sitial que su deber de
profesional, comprometido ante su cliente, le señala.

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