Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
RESUMEN
SECCIÓN I
SECCIÓN II
Trata esta sección de la división del bien. Tras una introducción, expone
brevemente la división del bien en verdadero y aparente (1). La segunda divi-
sión despliega el bien en bien en sí y bien para otro (2), y la tercera, y más im-
portante, lo divide en bien honesto, deleitable y útil (3), división que explica
y justifica seguidamente (4 y 5). Propone a continuación varias dificultades so..¡
bre la referida división: cómo se dice el bien honesto, cpnveniente per se (6),
cómo tiene el bien deleitable peculiar y propia razón de bien in se et per se ape-
tecible (7); en qué sentido se niega que el bien útil es bien en sí (8) y por qué
14
Disputaciones metafísicas
210
el bien útil no se divide en dos: finalmente, se objeta que la precedente división
es insuficiente por no abarcar todas las clases del bien ( 10).
A continuación rebate ampliamente la primera dificultad (11-15) y la segun-
da (16-22) y trata conjuntamente de la tercera y la cuarta (23-25), con lo que
deja también resuelta la quinta dificultad. De aquí pasa a examinar si las tres
clases de bien se hallan en todos los seres (27), y si dicha división es análoga y
con qué analogía (28-29). Finalmente se detiene en explicar cómo se reducen a
la propuesta las otras divisiones del bien que suelen darse (30-35).
DISPUTACION X
SECCIÓN III EL BIEN O LA BONDAD TRASCENDENTAL
En esta sección se propone exponer cuál de esos bienes anteriormente reco-
rridos es el que conviene al ente como pasión suya. Planteadas brevemente las
dificultades del problema (1) y expuestas algunas opiniones sobre el mismo (2), nem~ssta e~ ~r!~m~ propiedadlsimple que s~ atribuye al ente, sobre la cual supo-
d ' r ugar, que a bondad existe, ya que esto es tan cierto ·
pasa a la resolución de la cuestión, que basa en cuatro afirmaciones:
l.", el bien propiamente dicho siempre supone o incluye al ente (3);
1
Jaen~~nZt~edneo nlecesít~ comprobació~,pues no sólo dice la Escritura que vil~:~
n as cnaturas producidas por El G' o • 1 ·
2.a, el bien absolutamente hablando se convierte con el ente (4-5); tamblién Aristótele~ que el bien es lo que todo~p:r~~~~' _c~Etica' fi~o I que ldice
3.a, todo ente es, asimismo, bueno para alguien (6), afirmación que confirma 1 P or o cual, del mismo modo qu"' · ' · ' c. -.
existe en las cosas una inclinació~ e~a~~::~ooyac~:proba~o experin;entalmente que
recorriendo todas las clases de entes (7-9);
4.a, el bien trascendental parece que está constituído, sobre todo, por el bien nocida la existencia del bien o bondad 1p to hacia algo, a~I t~mbién es co-
esto ha ue ex r , en as cosas. Por constgmente, sentado
honesto. 1
atributo yd¿l entep ~~ó~~e s:s r~a~~nndaadcoy del cuántas. clases; y cuál de ellas es
A continuación recoge las dudas que expuso en el n. 1 sobre si la relación dice n e ente mismo.
perfección, y responde a la primera dificultad afirmando que la relación verdadera
y real como tal incluye bondad y perfección (15), lo que amplía al plano de las
relaciones divinas (16-17). La segunda dificultad versaba sobre los entes mate- SECCION PRIMERA
máticos, que son verdaderas cosas y no son buenos; advierte, con Santo Tomás,
que son buenos en sí, pero no son considerados como tales por la ciencia mate- NATURALEZA DEL BIEN O BONDAD
mática (19), sobre la cual solución propone algunas objeciones (20) que seguida-
l. Como el nombre de bie · . .
mente soluciona (21-23). La tercera dificultad negaba que la materia prima fuese aquí qué es aquello que se d n ~s co~motatlvo o denommatlvo, no preguntamos
un bien, y la resuelve fijando en qué sentido se le llama no buena (24). La cuarta que es el ente, el cual tienee~~Fo:fJa~I~;t po~que, hablando¡ en general~ es cierto
trataba de las esencias de las criaturas, las cuales son buenas en cuanto existen- ha sido dicho 1 ura 0 conceptua sobre el b1en, como
tes (25); en cuanto no son aún existentes, del mismo modo que son entes aún sirto que lo ya en o que prece,de, y s~ verá mejor por lo que después sigue;
en potencia, así son también buenas (26). Por último, la quinta dificultad afirma· una cosa due se. pregunta aqm es que es aquella forma o razón por la que
ba que el bien consiste en el modo, especie y orden debido a la naturaleza, del la misma ~:ri:::~a b~el?-a. y para la explicación de ésta nos encontramos con
cual muchas cosas carecen; se resuelve afirmando que no hay cosa que no posea e opmwnes que en los restantes atributos del ente.
en un grado mínimo estas tres condiciones, lo cual es ya de suyo suficiente para
que tenga bondad trascendental (27). DISPUTATIO X quidr:am boni!as sit et quotuplex, et quae-
~am tllarum stt passio entis et quomodo ad
DE BONO SEU BONITATE tpsum ens comparetur.
TRANSCENDENTAL!
SECTIO PRIMA
I;Iaec ~st . ultima proprietas simplex quae
QUID BONUM SEU BONITAS SIT
entt attr~brutur, de qua imprimis supponi-
mus bomtatem es se; id enim tam certum et l. Cum bonum nomen sit connotati-
¡;;er se notum est. ut non incligeat proba- v.um seu denominativum, hic non inqui-
twn~; nam. et Scnptura dicit vidisse Deum nmus quid illud sit quod bonum denomi-
bor:ttaten:; m creaturis a se productis, Ge- natur; nam certum est illud in éomrnuni
nests pnmo; et Aristoteles dixit bonum loquendo esse ens quod natura seu ratione
esse quod omnia appetunt, I Ethic., c. l. bonum antececlit, ut in superioribus dictum
Und~, quam est certum et experimento ~st ~t. ex sequentibus magis constabit; sed
c?gmtum esse in rebus naturalem inclina- mqummus quaenam sit illa forma seu ratio
w;mem seu appetitum ad aliquid, tam est a .qua res bona denorninatur. In qua ex•
etmm notum esse bonum seu bonitatem in plicanda ~adem est varietas op)nionum quae
rebus. Hoc ergo posito, explicandum est m caetens passionibus entis.
Disputación X.-Sección 1
212 Disputaciones metafísicas 213
2. La primera opm10n afirma que la bondad no dice una razón real, sino la misma voz ~anifiesta; y esto puede explicarse por la razón de que una mis-
sólo una relación conceptual de conveniencia de uno para con otro. Indica esta ma cosa, con~tderada . en todos sus elementos absolutos, puede ser conveniente
opinión Capréolo, In ll, dist. 34, q. 1, y se explica de este modo: La bondad, par~ uno Y dtsconvemente para otro; como, por ejemplo, el calor, que es con-
como consta por el modo común de pensar y por la misma palabra, no añade al v~mente para el fuego y disconveniente para el agua· luego la conveniencia con-
siste en la re1acto~~
·' ahora b'ten, no en una relación
' real, como mostraremos;
ente razón alguna privativa, ya que la privación dice más bien carencia de bon-
luego en una relac10n de razón.
dad o perfección; por tanto, dice una razón positiva. Por otra parte, formalmente
tampoco dice la razón misma de la entidad, pues estas dos cosas las concebimos
y explicamos con diversos conceptos y definiciones y, además, porque de lo con- La bondad no es una relación de razón
trario la bondad no sería propiedad del ente, sino que más bien las dos palabras
serían sinónimas. Ni tampoco puede la bondad incluir en su concepto a la entidad "d 3. Sin embargo, esta opinión ha quedado en dos puntos virtualmente reb·l-
tl a con
. lo q ue an t es d"1Jffi10S.
· ·
Pnmero, o
porque niega que estas pasiones del
y añadirle algo, pues la propiedad no incluye intrínsecamente en su concepto
a la naturaleza o esencia de su objeto. Por consiguiente, es menester que la bon- ente mcluyan en su concepto formal e intrínseco la entidad cosa que tanto en
general como en cada uno de los casos tratados antes, mostra~os ya qu: era falso
dad diga algo sobreañadido al ente, pero esto no puede ser algo real, ya que, como
antes se mostró extensamente al tratar de las pasiones del ente en común, al r que.Jn el presente aparece a~n más manifiestamente, ya que lo que no incluy~
a entt ad. no es .nada; Y ¿.qmén piensa que la bondad no es nada, siendo así
ente real como tal no puede añadirsele una razón real distinta no ya realmente,
q?-e atrae al apetito, y se dtce que tiene razón de causa final, y es total 0 par-
pero ni siquiera conceptualmente, que sea pasión suya. Igualmente porque ni tal
Cialmente 1~ perfección misma d~ la cosa, c?mo lueg? explicar~mos? Por ello,
razón puede ser algo absoluto, ni una relación real, como después probaremos;
s.anto Tomas, en I, ~· 48, a. S, dtce que el bten, esenctal y principalmente con-
luego la bondad sólo puede añadir al ente algo conceptual, lo cual no puede ser stst~ en una perfecc10n; y la perfección sin entidad apenas puede siquier; con-
otra cosa que la mencionada relación de conveniencia. Este razonamiento parece cebirse. Por lo cual, San Agustín, en el lib. I De Doctr. Christiana, c. 32, dice
ser de Santo Tomás en la q. 1 De Veritate, a. 1, y q. 21, a. l. Y puede recibir q~e, en cuanto so~os, somos buenos. Lo segundo es que dice que la relación de
una confirmación porque lo bueno y lo apetecible en la realidad son una misma r"z?n es una pas10n d~l ente, y ya al hablar con propiedad de la relación de
cosa, aunque con estos nombres no se signifique la misma relación, pues lo ape- razon en cuanto que d1ce algo como fingido por la mente y añadido a las cosas
tecible dice denominación formal del apetito, o relación a él; en cambio, lo bue- mostramos q~e esto era falso, y consta también evidentemente en el caso pre~
no formalmente no dice esto, sino aquello que de parte del objeto es fundamen- sente., ~n pn~er lugar, porque, como enseña Aristóteles en el libro VI de la
to de tal denominación o relación, por lo cual es verdadera esta proposición cau- Metafz~zca, hacta el fin, la bondad está en las cosas, y en esto la distingue de la
sal: porque es bueno, es apetecible. Ahora bien, todas las cosas se apetecen por verdad, por tanto, formalmente no es sólo una relación de razo'n Ad ,
1' S . emas, por-
la conveniencia que dicen con el que apetece, ya que cada uno ama lo que le ~ue~ c~moS exp tea ~nto To~ás en ~' q. S, a. S, refiriéndose al libro De Natura
conviene; por consiguiente, la razón de bien consiste en esta razón de con- ont,_, e an Agustm, el bzen conszste en el rnodo, especie y orden, cosa que
veniencia, y esta razón de conveniencia no es otra cosa que la relación, como tambte~ expond:emos desp:-rés; ahora biet;, esto no son cosas fingidas or el
ent:ndlmen~o, smo q?e eXIsten en la realidad misma; luego tampoco lop es la
razon de b1en. Tamb1én, porque ésta es precisamente la diferencia entre el bien
2. Prima opm10 ait bonitatem non di- ut sic non potest addi aliqua ratio realis,
cere aliquam rationem realero, sed solum non solum ex natura rei, verum nec ratione
relationem rationis convenientiae unius ad al- distincta, quae sit passio eius. Item, quía latio, ut ipsa vox prae se fert; et explicari
potest, qum res eadem quoad omnia absolu- n;us? Unde D. Thom., I, q. 48, a. S, di-
terum. Quae opinio indicatur a Capreolo, nec talis ratio potest esse absoluta, nec rela- ~lt bonun; per se et principaliter consistere
In II, dist. 34, q. 1, et in hunc modum ex- tio realis, ut infra probabimus; ergo solum ta huic est conveniens, illi disconveniens ut
calor est conveniens igni et disconvenlens m perf~ctw~e_; perfectio autem sine entitate,
plicatur. Nam bonitas, ut ex ipsa voce et addere potest bonum supra ens aliquid ra- neque mtelhg¡ potest. Unde August. lib 1
ex communi modo concipiendi constat, non tionis, quod non potest esse nisi praedicta a.quae; ergo consistlt convenientia in rela-
tw~e ;, et non reali, ut ostendemus, ergo
De Doct. Christiana, c. 32, ait q~!Od ·in
addit enti aliquam rationem privativam, quia relatio convenientiae. Qui discursus videtur quantum. sumus, boni sumus. Secundurn
privatio potius dicit carentiam perfectionis esse D. Thomae, q. 1 De Verit., a. 1, et ratwrus.
e~t, relatlonem rationis esse passionem en-
seu bonitatis; dicit ergo positivam rationem. q. 21, a. l. Et confirmad potest quía bo- t;s; . nam loquendo proprie de relatione ra-
Rursus, non dicit formaliter ipsam rationem num et appetibile in re ídem sunt, quam- Bonltas non est relatío rationis t1oms I?rout . dicit aliquid mente confictum
entitatis, tum quia haec duo diversis con- vis his nominibus non ídem respectus sig- et quas1 a~d¡tum rebus, ostendimus id esse
ceptibus ac definitionibus a nobis .concipiun- nificetur; nam appetibile dicit formalem de- . 3. Sed nihilominus haec opinio virtute
l~probata est in superioribus quoad duo.
falsum ~t m praesenti evidenter etiam con-
tur et explicantur; tum etiam quia alias nominationem ab appetitu, vel respectum stat. Pn~o, quia, ut Aristoteles docet, VI
bonitas non esset proprietas entis, sed po- ad illum; bonum autem non id dicit forma- ~nmum, ~uod neget has passiones entis
mcluder~ m conceptu suo formali et intrin-
Metaph., m fine, bonum est in rebus e' in
tius voces illae essent synonymae. Neque liter, sed id quod ex parte obiecti est funda- hoc d~stinguit illud. a v~ro} non es~ ;rgo
etiam bonitas potest in suo conceptu inclu- mentum talis denominationis seu habitudi- ~eco. ent!t~tem, quod tam in communi quam
m smguhs supra tractatis ostendimus esse formaliter sola relatw rat1oms. Deinde quia
dere entitatem et aliquid illi addere, quía nis, propter quod haec causalis vera est: ut ex Augustino, lib. De natura boni e 3'
proprietas non includit intrinsece in con- Quia bonum est, est appetibile. Sed omnis fa!sum et in praesenti videtur manifestius
mn!l quod entitatem non includit, nihil est ;, tract~t. D: Thomas, I, q. S, a. S, bon·ut~
ceptu suo naturam seu essentiam sui subiecti. res appetitur propter convenientiam quam co.nststt! m modo, specie et ordíne, quod
Necesse est ergo ut bonitas dicat aliquid su- habet cum appetente; amat enim unusquis- qms autem concipiat bonitatem esse nihil
cum illa trahat appetitum et rationem cau~ etmm mf~a exponemus; haec autem non
peradditum enti; sed hoc non potest esse aH- que quod conveniens est; ergo ratio boni ~u~t co?ficta pe~ intellectum, sed in rebus
quid reale, quía, ut supra late ostensum est in hac ratione convenientiae consistit; haec sa~ finali~ habere dicatur et sit ipsa perfectio
IPS_Is ex1stunt; .ergo neque ratio boni. Item,
de passionibus entis in communi, enti reali autem ratio convenientiae non est · nisi re- 1
l
re1, vel mtegra vel ex parte, ut explicabi-
qma haec est differentla ínter vei:um bonum
1
j
!
1
j
214 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 1 215
verdadero y el aparente, que el aparente es fingido y aprehendido con el solo ramente absoluto, como prueba suficientemente el argumento aducido, de que
entendimiento, mientras que el verdadero bien subsiste en la realidad misma la misma cosa sea buena respecto de uno y mala respecto de otro; por tanto, será
y se presupone ante cualquier ficción del entendimento; por lo cual, se dü;e una relación real. Esta opinión se atribuye a Durando en In ll, dist. 34, q. l.
de Dios: Vio todas las cosas que había hecho y eran muy buenas; pero no v1o Sin embargo, como Durando niega también en otras cosas las propias relaciones
en ellas una relación de razón; por tanto, no consiste la bondad en una rela- reales, su opinión ha de ser otra en el caso presente, como veremos después. Pero
ción fingida, ni -se requiere ésta para aquélla. de quienquiera que sea tal sentencia, es manifiestamente falsa. Esto puede mos-
4. Sin embargo, hay quienes dicen que aunque algunas relaciones de razón trarse con los mismos argumentos con que lo probamos al tratar de la verdad,
son tales que dependen de la ficción y el pensamiento del entendimiento, como aplicados guardando la proporción debida. En primer lugar, porque Dios es
las relaciones de género y especie, otras, en cambio, existen en las cosas mis- bueno desde toda la eternidad, con una bondad trascendental común a las tres
mas, sin pensamiento alguno del entendimento, como la relación de creador o Personas; y sin embargo, en El no hay ninguna relación real común a las tres
de señor en Dios. Sin embargo, los que dicen esto, o bien hablan de las rela-
Personas. En segundo lugar, porque el calor, en cualquier parte en que exista,
ciones en sentido equívoco, o envuelven en sus mismas palabras una contradic-
ción. En efecto, ¿cómo van a existir en las cosas mismas antes de la operación tiene toda su bondad aunque no exista el fuego ni cualquier otro sujeto al que
de la razón si se dice que son relaciones de razón? O ¿en qué difieren de las sea conveniente el calor; luego entonces tampoco tiene una relación real de con-
relaciones reales si están subjetivamente en las cosas y no sólo objetivamente en veniencia; luego la bondad no consiste en dicha relación. En tercer lugar, in-
el entendimento? Ni aquellas denominaciones de creador o de señor en cuanto cluso cuando el calor existe en el fuego o la justicia en el hombre, no es un bien
concebidas como antecedentes al pensamiento del entendimento se toman de re- para él a causa de la relación real, pues por el hecho mismo de que tal forma
laciones de razón, como trataremos en otra ocasión. Añádase a esto que cual- informe a tal sujeto mediante su entidad absoluta, es un bien y perfección suya
quiera que se finja que es dicha relación, la razón de bondad no puede consistir prescindiendo de toda relación que pueda surgir, ya sea según la duración real,
en ella, como se verá mejor por lo que diremos de la relación real. Pero el fun- si en la realidad no existe ninguna relación tal, ya sea según el entendimiento
rlamento de esta opinión prueba, a lo sumo, que la bondad, además de conno- y orden natural; en efecto, tales extremos existen con sus entidades y perfec-
tar toda la realidad intrínseca de la cosa, connota también al~o extrínseco, es de- ciones absolutas, con prioridad natural a que entre ellas surja la relación. En
cir, la denominación tomada de la reunión de muchos, principalmente cuando cuarto lugar, porque o bien aquella relación real dice perfección y entidad 'real
una cosa se dice buena para otro, como más abajo declararemos. o no. Si no dice -como muchos piensan- una perfección real, ¿cómo puede
ser bondad de una cosa, siendo así que la bondad dice perfección? Y si dice
La bondad no es una relación real perfección, por consiguiente, dice también bondad; por tanto, dice una relación
real de conveniencia y tal relación será su bondad; y así se seguirá hasta el
5. La segunda opinión supone que la razón de bondad consiste en alguna infinito, argumento que es ya vulgar en las relaciones. O bien si aquella rela-
relación real sobreañadida al ente. Esta opinión se ha de fundar y explicar ha- ción es conveniente y buena sin tal relación de conveniencia, lo mismo podria
ciendo uso del principio que ya se probó en contra de la precedente, que la concebirse facilísimamente en cualquier forma o cosa absoluta.
bondad debe consistir en alguna razón real; pues aquello no puede ser algo me-
et apparens, quod apparens solo intellectu prout intelliguntur antecedere cogitationem tum, ut. probat satis argumentum facturo, relationem realero, nam hoc ipso quod ta-
fingitur et apprehenditur, verurn autem bo- intellectus, sumuntur a relationibus rationis, quod eadem res respectu unius sit bona et lis forma per suam entitatem absolutam in-
num in re ipsa subsistir et ante omnem de qua alias. Adde, qualiscumque haec re- respectu alterius mala; erit ergo relatio formar tale subiectum est bonum et perfec-
fictionem intellectus supponitur; unde de latio fingatur, non posse in ea rationem bo- realis. Quae sententia attribuitur Durando, tio eius, praecisa omni insurgente relatione
Deo dicitur: Vidit omnia quae fecerat et nitatis consistere, quod magis constabit ex In II, dist. 34, q. l. Sed curo Durandus in vel secundum realero durationem, si revera
erant valde bona; at non vidit in eis rela- his quae de relatione reali dicemus. Funda- aliis etiam rebus neget proprias relationes nulla est talis relatio, ve! secundum intel-
tionem rationis; non ergo consistir bonitas mentum autem huius sententiae ad summum reales, alia est in praesenti mens eius ut lectum et naturae ordinem; prius enim na-
in ficta relatione neque haec ad illam re- probat bonum praeter totam intrinsecam réi infra videbimus. Cuiuscumque autem sit illa tura sunt talia extrema secundum suas en-
quiritur. entitatem connotare aliquid aliud extrin- sententia, manifeste falsa est. Quod eisdem titares et perfectiones absolutas quam inter
4. Sunt vero qui dicant, quamvis aliquae secum seu denominationem sumptam ex argumentis quibus de veritate id probavi- ea insurgat relatio. Quarto, quia vel relatio
relationes rationis tales sint quae a fictione consortio plurium, praesertim quando una mus, cum proportione applicatis hic ostendi illa realis dicit perfectionem et entitatem
et cogitatione intellectus pendeant, ut rela- res dicitur bona alteri, ut infra declara- potest. Primo, quia Deus ab aeterno bo- realero, vel non. Si non dicit (ut multi exis-
tiones generis vel speciei, alias vera esse bimus. nus est bonitate transcendentali communi timant) aliquam perfectionem realero, qua-
quae sunt in rebus ipsis absque cogitatione tribus personis et -tamen in eo nulla est modo potest esse bonitas alicuius rei curo
intellectus, ut relatio creatoris vel domini in relatio realis communis tribus personis. Se- bonitas perfectionem dicat? Si autem dicit
Bonitas non est relatio realis cundo, quia calor, ubicumque existat habet perfectionem, ergo et bonitatem; dicit ergo
Deo. Sed hi vel aequivoce loquuntur de
relationibus vel in verbis involvunt repu- 5. Secunda sententia ponit rationem bo- totam suam bonitatem, etiamsi ignis non realero relationem convenientiae et illa rela-
gnantiam. Quomodo enim in rebus ipsis sunt nitatis in aliqua relatione reali superaddita existat neque aliquod aliud subiectum cui tio erit eius bonitas ; et sic procedetur in
ante opus rationis, si relationes rationis esse enti consistere. Quae opinio fundanda ac conveniens sit calor: ergo et tune non habet infinitum, quod argumentum vulgare est in
dicuntur? Aut in qua differunt a relationi- declaranda est, sumpto principio contra relationem realero convenientiae; ergo non relationibus. Vel si illa relatio est conve-
bus realibus, si sunt subiective in rebus et praecedentem sententiam probato, bonita- consistit bonitas in hac relatione. Tertio, niens et bona absque tali relatione conve-
non tantum obiective in intellectu? Nec tero consistere debere in ratione aliqua rea- etiam quando calor existir in igne ve! iusti- nientiae, idem facillime intelligi poterit in
illae denominationes creatoris aut domini li; nam illud non potest esse roer(! absolu- tia in homine, non est bonum eius propter quacumque forma vel re absoluta.
216 Disp¡ttaciones metafísicas Disputación X.-Sección I 217;
materia, y así en las demás cosas. Puede añadirse que también aquí tiene apli-·
La bondad no dice nada absoluto realmente distinto de la entidad cación aquel mismo argumento, ya que también de aquel modo sobreañadido,
pu~de preguntarse si es conveniente para otro o no; pues si no es conveniente
6. La tercera opinión es que la bondad dice una cierta propiedad absoluta ¿co,mo la fort;'la que _ha sid?, afectada por tal modo puede ser conveniente po;
y real sobreañadida al ente y distinta de él ex natura rei o formalmente, opinión razon d~ aquel? Y s1 tamb1en aquel modo es conveniente por sí mismo (para
que se atribuye a Escoto en In I, dist. 3, q. 3, y en otros lugares que han sido no se_gmr ~ás a~ y así hasta el infinito), también la forma por virtud de su
tratados anteriormente; puede verse también en Capréolo, In 11, dist. 34, q. l. esencia o d1ferenc1a última podrá ser conveniente por sí misma.
Y puede probarse con lo ya dicho como por una enumer:ación suficiente, por- , 7. Y con esto se entiende fácilmente que en la cosa que se dice buena en
que la bondad es menester que sea algo real, y no puede ser una relación; luego s1 Y .absolutamente, también dicho modo ha sido fingido. Porque la cosa o bien
ha de ser algo absoluto. Y para que sea propiedad es menester que de algún se dtce buena es~ncialmente o accidentalmente, a la manera como se dice bueno
modo se distinga realmente. Pero contra esta opinión está todo cuanto se dijo el. ~ombre estudwso .. En este segundo sentido ciertamente la bondad es algo
en común acerca de las pasiones del ente, y en particular acerca de la unidad dtstmto de la cosa nusma que se llama buena, como la salud es distinta del sano
y la verdad. Y además, para que ahora se entienda más claramente que es falsa, Y la hermosura del hermoso; por lo cual, a veces es un modo de la cosa asi'
podemos distinguir que un ente puede ser llamado bueno de dos maneras : de afectada, como la figura; a veces, en cambio es una entidad añadida a otro ente·
una, absolutamente y en sí mismo, a saber, porque en si es bueno, al modo que para perfeccionarle, como la ciencia se añade al entendimiento. Pero no es ésta
se dice bueno Dios o el hombre bueno. En otro sentido, se dice bueno porque la honda? que ahora consi~~ra~os, porque tal bondad respecto al ente a quien
es bueno para otro, de la manera que se dice que la virtud es buena porque le sobreviene no es una paswn mtrinseca del ente, sino un cierto accidente suyo;
hace bueno al que la tiene, y así dice Santo Tomás en la q. 21 De Veritate, por lo cual no es bondad trascendental, sino que puede llamarse bondad formal
a. 1, que la bondad dice razón de perfectivo de otro. Acerca de esta distinción o. ma~erial u objetiva, u otra semejante, según las varias relaciones de conve-
trataremos más ampliamente en seguida. Por consiguiente, la cosa que se dice men~m que una cosa puede tener con respecto a otra. A no ser, quizá, que se
buena para otro no puede denominarse buena por algún modo real y absoluto constdere aquella bondad con relación a la misma cosa o forma que se dice bue-
distinto ,ex natura rei de su propia entidad, ya que tal realidad, concebida pre- na para otro, sobre lo cual se trató ya; o respecto del todo constituido por aqué-
cisivamente en su entidad, es conveniente por razón de ella para aquel para quien ~la, y de este modo es una parte intrínseca de su entidad, como la forma es parte
se dice buena, a la manera como la salud es conveniente por sí misma al animal tntrínseca del compuesto y puede decirse un cierto bien o bondad suya, y así
y no por razón de algún modo sobreañadido; y la virtud o la ciencia, precisa- pertenece ya a la bondad esencial de aquello constituído, en cuanto tal. Por con-
mente porque es virtud y ciencia, es conveniente para el hombre; por consi- siguiente, de ésta es también evidente que no puede añadir un modo intrínseco
guiente, es algo enteramente ficticio poner en tales formas unos modos sobre-
añadidos por los que sean buenas, pues si prescindimos con el entendimiento
y absoluto distinto ex natura rei de la entidad de la cosa, porque la bondad
del todo no es otra que la que surge de la bondad de las partes; pero se
de tales modos y consideramos en la ciencia su sola esencia, la encontraremos
conveniente y muy proporcionada al entendimiento humano. Y de modo seme- ha mostrado que la bondad de la forma no añade nada intrínseco además de la
jante, la forma, precisamente porque es forma, es buena y conveniente para la forma, y, consecuentemente, tampoco la bondad de la materia sobre la materia,.
Bonitas nihil absolutum dicit in re bonum quia alteri bonum est, quomodo vir- habere locum argumentum illud quod de spectu illius entis cui accidit, non est in-
distinctum ab entitate tus dicitur esse bona quia bonum facit ha- illo modo superaddito interrogad poterit an trínseca passio entis sed est quoddam ac-
bentem, et sic ait D. Thom., q. 21 De Ve· sit conveniens alteri necne; nam si conve- cidens eius; unde non est bonitas tran-
6. Tertia sententia est bonitatem dicere rit., a. l, bonum dicere rationem perfectivi niens non est, quomodo forma illo modo scendentalis, sed potest dici bonitas forma-
quamdam proprietatem absolutam ac realem alterius. De qua distinctione statim plura affecta ratione illius potest es se conveniens? lis vel materialis, vel obiectiva, vel alía si-
superadditam enti et ex natura rei seu for- dicemus. Res ergo quae dicitur bona alteri Si autem etiam ille modus conveniens est milis, iuxta varios respectus convenientiae
maliter distinctam ab illo, quae sententia non potest denominad bona ab aliquo modo per seipsum (ne ulterius · et in infinitum quos una res potest ad alteram habere. Nisi
tribuitur Scoto, In I, dist. 3, q. 3 et aliis reali et absoluto ex natura rei distincto ab progrediamur), etiam forma ex vi suae forte consideretur illa bonitas respectu
locis, qua e supra tractata sunt; et vide re entitate eius, quia huiusmodi res praecise essentiae seu differentiae ultimae per seip- ipsiusmet rei vel formae quae bona alterí
licet in Capreolo, In II, dist. 34, q. l. Et concepta in sua entitate ratione illius est sam poterit esse conveniens. dicitur, de qua iam dictum est; vel re-
potest probari ex dictis sufficienti enume- conveniens ei cui bona dicitur, ut sanitas 7. Et hinc facile intelligitur in re qua e spectu totius constituti per illam, quomodo
ratione, quia bonitas oportet ut sit aliquid per seipsam et non ratione alicuius modi bona dicitur in se et absolute, etiam esse est intrinseca pars entitatis eius sicut forma
reale; et non potest esse relatio; ergo debet superadditi est conveniens animali; et virtus confictum modum illum. Aut enim res dici- ' .
est mtrmseca pars compositi et' dici potest
esse absolutum. Et ut sit proprietas, opor- aut scientia ex eo praecise quod virtus et tur bona essentialiter aut accidentaliter, qua- quoddam bonum, vel bonitas eius, et sic iam
tet ut in re aliquo modo distinguatur. Sed scientia est, est conveniens homini; omnino modo dicitur bonus horno studiosus. Hoc pertinet ad bonitatem essentialem illius con-
contra hanc sententiam procedunt omnia ergo fictum est ponere in huiusmodi formis- posteriori modo est quidem bonitas aliquid stituti ut sic. De hac ergo etiam est evidens
quae in communi de passionibus entis et modos superadditos quibus bonae sínt; distincturri ab ipsa re quae denominatur non posse addere modum intrinsecum et
in particulari de unitate et veritate dicta praescindamus enim per intellectum talem bona, ut sanitas est distincta a sano et absolutum ex natura rei distinctum ab ·en-
sunt. Et praeterea, ut clarius in praesenti modum et consideremus in scientia solam pulchritudo a pulchro; unde interdum est tita te rei, quía bonitas totius non est nisi
falsa esse intelligatur, distinguere possumus essentiam eius, et inveniemus illam conve- modus rei sic affectae, ut figura, interdum quae consurgit ex bonita te partium; sed
dupliciter ens aliquod dici bonum: uno nientem valdeque proportionatam humano vero est entitas addita alteri enti ad per- ostensum est bonitatem formae non addere
modo absolute et in se, scilicet, quia in se intellectui. Et similiter forma ex eo prae- ficiendum illud, ut scientia additur intel- aliquid intrinsecum ultra formam et conse-
bonum est, quomodo dicitur Deus bonus cise quod forma est, est bona et conveniens lectui. Non tamen est haec bonitas quam quenter nec bonitatem materiae supra ma-
aut horno bonus. Alio modo dicitur aliquid materiae et sic de alüs. Adde, hic etiam nunc consideramus, quía talis bonitas re- teriam, nec bonitarem unionis supra unio-
218 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 1 219
ni la bondad de la unión sobre la unwn; por consiguiente, tampoco la bondad perfección. Esta opinión se atribuye a Herveo, Quodl. III, q. 2; allí, sm em-
del compuesto añadirá alguna propiedad distinta sobre toda la entidad del com- bargo) afirma que la bondad dice entidad en cuanto que es perfectiva de otro
puesto en cuanto tal. Y se declara aplicando el argumento establecido, pues om~ o en cuanto que se ordena a la perfección de otro más bien que el que en si
tida dicha propiedad, permanecen en tal compuesto toda la bondad de la maten~ tenga alguna perfección, sentido del que trataré después. Por consiguiente, esta
y de la forma unidas entre sí; luego también la bond~d del compuesto. Y si. U1 opinión puede explicarse de otra forma: que la bondad de cada cosa es aquella
en el ente compuesto añade la bondad aquel modo, m tampoco en el ente sim- perfección por la que cada cosa es perfecta en su entidad; por lo cual, si es un
ple que se ordena a la composición de aquél, se infiere, evidentemente, que tam~ ente absoluto, lo será teniendo en sí un grado tal de perfección, por razón del
poco en las sustancias simples la bondad sustancial o esencial o trascendental <:ual será también en sí un cierto bien; en cambio, si es un ente relativo, o un
añade nada intrínseco a la entidad de las mismas; pues existe la misma o ma- ente de ente, como la parte del todo o el accidente del sujeto, de la misma ma-
yor razón, ya que tales entes son más simples y más perfectos. nera será un bien de aquel de quien es ente; y por razón de la perfección enti-
8. Y de aquí que a fortiori se impugne la opinión que refiere Soncinas en tativa que tiene, se dirá un cierto bien en sí mismo; en cambio, por virtud de
IV Metaph., q. 19, que afirmaba que esta bondad trascendental es un accidente aquella razón por la que tal perfección o ha sido hecha o adaptada para perfec-
que pertenece verdadera y propiamente al predicamento de la cualidad. Esto
cionar a otro, se dirá bien para otro. Por lo cual, como el accidente es por una
es evidentemente falso, sea porque un predicado trascendental no puede quedar
limitado a un solo género, sea también porque cada cosa es buena por sí misma, misma entidad ente en si y ente de otro, así por la misma perfección es en sí
lo cual es certísimo no sólo en Dios, sino también en los demás entes, según el mismo, es decir, intrínsecamente, un cierto bien y un bien de otro. Así, por
razonamiento expuesto. Pues el alma, por ejemplo, precisamente por razón de consiguiente, rectamente se entiende y se explica que la bondad en cada cosa no
su sustancia, tiene alguna perfección, y es buena y conveniente para el hombre es nada más que la perfección propia de cada una.
y apetecible por éli y lo mismo en la cantidad y en las mismas cualidades; 10. La demostración de esta sentencia así expuesta puede tomarse, en pri-
pues en cada una de las especies hay una bondad y perfección propia; por lo mer lugar, de lo ya referido por enumeración suficiente; porque la bondad
cual, la bondad no constituye un género propio de cualidad) o una especie, pues no es una relación de razón ni real, ni algo absoluto sobreañadido al ente; por
de lo contrario una cualidad sería buena por otra, cosa que es ridícula; mayor- <:onsiguiente, no queda otra cosa que pueda ser sino la perfección de la cosa.
mente siendo así que una misma cualidad puede ser buena para uno y mala En segundo lugar, porque lo bueno y lo perfecto son lo mismo, como enseña
·para otro. Santo Tomás en I, q. S, a. 1, 3 y S, y lo explicaremos después; luego también
son lo mismo la bondad y la perfección, pues lo bueno y lo perfecto no sólo
La bondad absolutamente no consiste en una perfección real del ente materialmente son lo mismo, sino también formalmente, ya que cada cosa en
tanto es buena en cuanto es perfecta. Finalmente, de este modo puede fácil-
9. La cuarta opinión, por tanto, afirma que la bondad no dice otra cosa mente concebirse y explicarse la razón de bondad, y no hay ningún motivo que
que la perfección intrínseca del ser, la cual es absoluta en los absolutos y rela-
fuerce a añadir alguna otra cosa, ni es siquiera fácil entender o explicar qué
tiva en los relativos. De lo cual parece que se deduce consecuentemente que la
bondad no es otra cosa que el mismo ente en cuanto que tiene en si algo de pudiera ser ello; luego es señal de que la razón de bondad consiste en esto.
nem; ergo nec bonitas compositi addet ali- unaquaeque res per seipsam bona est, quod
quam proprietatem distinctam supra totam non solum in Deo est certissimum, sed nis habet. Haec oprmo tribuitur Hervaeo, ~ic erg~ recte intelligitur et explicatur bo-
entitatem compositi ut sic. Et declaratur etiam in aliis entibus, ex discursu facto. Quodl. III, q. 2; ibi tamen magis sentlt mtatem m unaquaque re nihil esse praeter
applicando argumentum factum; nam, prae- Nam anima, verbi gratia, praecise ratione bonitatem dicere entitatem quatenus est uniuscuiusque perfectionem.
cisa illa proprietate, manent in illo campo- suae substantiae aliquid perfectionis habet ·perfectiva alterius, seu quatenus ad alterius 10. Probatio autem huius sententiae sic
sito tota bonitas materiae et formae ínter et bona est ac conveniens homini et appe- perfectionem ordinatur, quam ut in se habet expositae imprimís sumi potest ex dictis a
se unitae; ergo et bonitas compositi. Quod tibilis ab ipso; et idem est in quantitate et perfectionem aliquam, de quo sensu infra sufficienti enumeratione; quía bonitas don
si neque in ente composito bonitas addit in qualitatibus ipsis; nam in singulis spe- dicam. Aliter ergo potest explicari haec est relatio rationis nec realis, neque abso-
illum modum neque etiam in ente simplici ciebus est propria bonitas ac perfectio; unde vpinio, quod bonitas uniuscuiusque rei sit lutum quid additum enti; nihil ergo aliud
quod ordinatur ad aliud componendum, bonitas non constituir proprium qualitatis illa perfectio qua unaquaeque res in sua
su~erest q~od esse possit nisi rei perfectio.
evidenter infertur etiam in substantiis sim- genus, ve! speciem, alioqui una qualitas per en tita te perfecta est; unde si sit ens sim-
Demde qma bonum et perfectum ídem sunt,
plicibus bonitatem substantialem, seu es- aliam bona esset, quod est ridiculum; ma- pliciter, erit in se habens tantam perfectio-
nem ratione cuius in se etiam erit quoddam ut docet D. Thomas, I, q. 5, a. 1, 3 et 5,
sentialem, vel transcendentalem nihil intrin- xime cum eadem qualitas possit esse bona et infra declarabimus; ergo et bonitas ct
secum addere entitati earum; est enim uni et mala alteri. bonum; si vero sit ens secundum quid
seu entis ens, ut pars totius ve! accidens perfectio sunt ídem; nam bonum et perfec-
eadem ve! maior ratio, quia haec entia sunt tum non materialiter tantum, sed formaliter
et simp!iciora et perfectiora. subiecti, sic erit bonum illius cuius est
Bonitas absolute non consistit in perfectione ens; et ratione perfectionis entitativae quam ídem sunt, quia unumquodque in tantum
8. Et hinc a fortiori impugnatur opinio reali entis bonum est in quantum est perfectum. De-
quam refert Soncin., IV Metaph., q. 19, habet, dicetur in se quoddam bonum; ea
9. Est ergo quarta sententia bonitatem vero ratione qua illa perfectio ve! instituta nique hoc modo facile concipi et declarati
quae asserebat bonitatem hanc transcenden-
nihil aliud dicere quam intrinsecam rei est ve! apta ad perficiendum aliud, dicetur potest ratio bonitatis et nulla ratio est quae
talem esse accidens quoddam vere ac pro-
prie pertinens ad praedicamentum qualita- perfectionem quae absoluta est in absolutis bonum alterius. Unde, sicut accidens eadem cogat ad aliquid a!iud addendum, neque
tis. Quod est evidenter falsum, tum quia et relativa in relativis. Unde fieri videtur entitate est in se ens et ens alterius, ita quid illud sit facile potest explicari ve! in-
praedicatum transcendens non potest ad consequens, bonum nihil aliud esse quam eadem perfectione est in se, id est, intrin- telligi; ergo signum est in hoc consistere
-unum genus limitari; tum etiam quia ipsum ens quatenus in se aliqujd Ilerfectio- sece quoddam bonum et bonum alterius. rationem bonitatis.
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 1 221
220
11. Pero, aunque esta opinión parezca por sí fácil y evidente y explique .la <Dpinión queda favorablemente resuelto, establecida la citada connotación, ya que
cosa en gran parte, con todo no la explica enteramente, y por e~l~ , es prec1so basta ésta para que entre el bien y el ente haya una cierta distinción de razón
añadir algo más por dos motivos. Primero, porque según esta exposicwn, la bon- fundada en la realidad, de tal modo que pueda así atribuirse el bien al ente como
dad no es una pasión del ente, sino su esencia; por lo cual, la bondad y el en~e propiedad y no ser sinónimo suyo, puesto que formalmente una cosa es ser o
se convertirian más como sinónimos que como sujeto y pasión. La consecuencia ·t~ner entidad y otra tener siempre, por razón de la entidad, alguna convenien-
es clara, porque nada es más esencial al ente real que tener algo. ?e perfección, Cia, que es lo que declara la razón de bien. Además, basta esto para que una
y hasta que se conciba algo como ente dotad~ de ?lguna perfecc1?n no .se con- misma cosa, reteniendo la misma perfección, sea buena para uno y mala para
cibe como ente real; por lo cual, en este sentido, s1 hay alguna d1ferencia entre otro, ya que cuando se dice buena para uno, además de la perfección de aque-
estos dos nombres será más en la etimología que en la cosa significada, porque lla cosa que se dice buena, se connota en la otra, para quien se dice buena, la
el ente está tomado del acto de ser, y el bien, de la perfección, a la que formal inclinació~ o capacidad natural de la otra cosa; y en cambio, en la otra, para la
y necesariamente incluye el acto de ser. Lo segundo es el argumento que antes
que se d1ce mala, se connota la carencia de tal capacidad o inclinación, o más
;e propuso, a saber, que una misma cosa se dice buena para uno y mala para bien la inclinación contraria; luego de este modo quedan salvadas todas las co-
sas que se encuentran en la bondad, sin añadir ninguna otra relación, como se
otro, a pesar de que incluye la misma perfección. afirmó también en el caso semejante de la verdad. Finalmente, puede esto tam-
bién explicarse haciendo la inducción en todos los bienes, ya que el bien hones-
to, según el parecer de todos, dice un bien que por sí es conveniente a la natu-
La bondad añade al ente la razón de conveniencia raleza racional como tal; igualmente, el bien deleitable no es otra cosa que el
bien que tiene conveniencia con la naturaleza sensible, como trata extensamente
12. Hay que decir, por consiguiente, que el bien sólo puede añadir al ente Cayetano en 1-II, q. 32, a. 1, explicando cómo ello no es una relación sino la
la razón de conveniencia, la cual no es propiamente una relación, sino que sólo . '
cosa misma en cuanto acomodada a tal naturaleza, lo cual no puede significar
connota en el .otro una naturaleza tal que tiene inclinación natural, capacidad o m~s que la mutua conexión de las cosas y su fundamental proporción; y lo
conexión con tal perfección; por lo cual, la bondad dice la perfección misma mismo se encuentra a su manera en el bien útil, que sólo dice un bien apto
de la cosa, connotando la referida conveniencia o denotación que surge de la y acomodado para el fin pretendido. Por consiguiente, de este modo se explica
coexistencia de varios. Esta conclusión la defiende Durando. en el lugar citado, rectamente la conveniencia que dice el bien.
y puede probarse primeramente por enumeración suficiente por todo lo dicho 13 Objeción.- Solamente queda una dificultad, y es que de este modo no
en contra de las demás opiniones, y porque ninguna otra cosa puede pensarse se explic~ total~ente, sino sólo parcialmente, la razón del bien; porque, como
una vez excluídas aquéllas. En segundo lugar, porque lo que se adujo en favor antes decm, ;I b~en suele decirse de las cosas doblemente, a saber : o porque la
de la última sentencia prueba, sin duda, que la perfección se incluye en el con- cosa es en si misma buena, o porque es buena para otro, división que está to-
cepto de la bondad; y lo mismo confirma también cuanto se dijo en contra de mada de San Agustín, en el libro VIII De Trinitate, c. 3, y de Santo Tomás
la primera opinión, ya que la bondad no puede no incluir la entidad y, por con- In 11, dist. ~7, ~ J., a. 2, ad 1, q. 1 De Virtut., a. 2, ad 1, y 1-II, q. 26, a. 4:
siguiente, la perfección. Por otra parte, cuanto se objetó en contra de la última donde tamb1en anade que lo que es bueno en sí e~ absoluta y simplemente bue-
timam septentiam optime salvantur posita est conveniens naturae rationali ut sic; bo-
11. Sed, licet haec sententia videatur per Bonitas addit enti 1'ationem convenientiae praedicta connotatione; nam illa sufficit ut num ítem delectabile nihil aliud est quam
se facilis ac perspicua et magna ex parte sit nonnulla distinctio rationis fundata in bonuro habens convenientiam curo natura
12. Dicendum ergo est bonum supra rebus inter bonum et ens, ut sic possit bo-
rem declaret, non tamen omnino et ideo ens solum posse addere rationem convenien- sensibili, ut Caiet. late tractat, I-II, q. 32,
aHquid aliud addere oportet propter duo. num attribui enti tamquam proprietas et a. 1, explicans quomodo id non sit relatio,
tiae quae non est proprie relatio, sed so- non esse synonymum curo illo, quía forma-
Primo, quía iuxta hanc expositionem, bo- Juro connotat in alío talero naturam haben- sed ipsa res ut accommodata tali naturae
num non est passio entis realis, sed essen- tem naturalem inclinationem, capacitatem,
liter aliud est esse seu habere entitatem, quod nihil a!iud dicere potest quam mu~
tia eius. Unde bonum et ens potius tam- al!ud vero ratione entitatis habere semper tuam rerum connexionem et fundamentalem
ve! coniunctionem curo tali perfectione; un- altquam convenientiam quam ratio boni de-
quam synonyma convertentur, quam subiec- de bonitas dicit ipsam pedectionem reí, con- proportionem; idemque reperitur suo modo
tum et passio. Sequela patet, quia nihil est clarat. Deinde, hoc satis est ut eadem res in bono utili quod soluro dicit bonum ap-
notando praedictam convenientiam seu de- retinens eamdem perfectionem, sit bona unl
magis essentiale enti reali quam habere aH- notationem consurgentem ex coexistentia tum et accommodaturo ad finem intenturo.
et mala alteri; nam, curo dicitur bona uni, Recte igitur convenientia quam dicit bo-
quid perfectionis, et donec concipiatur aH- plurium. Hanc conclusionem intendit Du- praeter perfectionem eius quae bona dici-
quid ut ens alicuius perfectionis non conci- rand., citato loco, et probari potest primo a nuro praedicto modo declaratur.
tur, connotatur in altera cui bona dicitur 13. Obiectio.-Una tantum superest dif-
pitur ut ens reale; unde in hoc sensu si ali- sufficienti enumeratione ex omnibus dictis inclinatio seu capacitas connaturalis alterius;
qua est differentia ínter haec duo nomina, contra alias sententias et quia nihil aliud ex- ficultas, quia hoc modo non adaequate sed
in alía vero, cuí mala dicitur, connotatur tantum ex parte ratio boni explicatur: nam,
magis erit in etymologia quam in re sig- cogitari potest, illis exclusis. Secundo, quia carentia talis capacitatis seu inclinationis,
quae adducta sunt in favorem ultimae sen- ut supra dicebam, bonum dupliciter de re-
nificata, quía ens sumptum est ab actu vel potius contraria inclinatio ; ergo hoc bus dici solet, scilicet, vel quía res in se
essendi, bonum autem a perfectione quam tentiae probant sine dubio perfectionem in-· modo salvantur omnia quae in bonitate in-
cludi in conceptu bonitatis; et idem etiam bona est, ve! quía est bona alteri, quae di-
formaliter et ex necessitate includit actus veniuntur absque a!ia relatione adiuncta, ut visio sumpta est ex Aug., VIII de Trinit.,
essendi. Secundum est argumentum supra confirmant quae dicta sunt contra primam in simili dictum etiam est de veritate. Tan-
sententiam, quía non potest bonitas non in- c. 3, et ex D. Thoma, In II, dist. 27, q. 1,
proposituro, quod eadem res dicitur bona dem hoc potest declarari inductione in om- a. 2, ad 1, q. 1 De Virtut., a. 2, ad 1, et
uní et mala alteri, curo tamen eamdem per- cludere entitatem et consequenter perfectio- nibus bonis; nam bonum honestum ex om- I-II, q. 26, a. 4, ubi etiam addit. id quod
fectionem includat. nem. Rursus, quae obiecta sunt .contra ul- nium sententia dicit bonum quod per se in se bonum est esse absolute et simpliciter
Disputacwnes metafísicas Disputación X.-Sección 1 223
222
no; y lo que es bueno para otro sólo es bueno relativamente. En este mismo· puede concebirse al ente con la entidad sin que se le conciba con la perfección
sentido suele decir Santo Tomás que el accidente n.o es un bien en cuanto que esencial, no sólo porque el mismo ser es perfección, sino también porque la
tiene bondad, sino porque redunda en la bondad del sujeto, como puede verse perfección esencial conviene al ente esencial y primariamente, y en esto difiere
en III, q. 11, a. 5, ad 3; y en I-II, q. 55, a. 4, ad 1, dice que las virtudes no de la perfección accidental, ya sea extrínseca, ya intrínseca a la manera de una
son tanto unos ciertos bienes cuanto cíertas bondades, cosa que se dice no por- pasión propia. Por lo cual, cada cosa queda colocada en un determinado grado
que en sí no tengan perfección, sino porque la tienen acomodada para perfec- del ser mediante esta perfección esencial, y por ella se distinguen y ordenan en-
cionar a otro; del mismo modo que los accidentes se dice que son entes del ente tre sí los entes; pues así -como antes decíamos- se divide primeramente el
más bien que entes, porque tanto tiene de bondad cada cosa cuanto tiene de ente en finito e infinito de acuerdo con su perfección esencial; por consiguien-
ser, como dice el mismo Santo Tomás en I-II, q. 18, a. l. La misma distinción te, semejante perfección esencial no añade nada al ente y a la esencia; por tan-
del bien en sí o respecto de otro tiene Escoto en el Quodl., 18. Pero la referida to, el bien bajo este aspecto no parece propiamente ser pasión del ente, sino el
razón de bien, tal como ha sido explicada por nosotros, sólo conviene a la cosa mismo ente. Y de este modo dijo Escoto en Quodl., 6, que la magnitud de la
en cuanto que se dice bien de otro, pues bajo esta razón se explica perfecta- perfección esencial no es algo diferente de la esencia ni siquiera en las criaturas.
mente el hecho de que «ser buena la cosa» diga la perfección de tal cosa, con.:.. Y esto lo enseñan también todos los demás. Y puede ello explicarse como por
notando en otra la capacidad, inclinación u otra conexión semejante; y esto no una semejanza con lo que decíamos antes acerca de la verdad, a saber, que en
puede convenir a aquella bondad por la que la cosa se dice buena en sí, porque cuanto dice razón absoluta de verdadera entidad, es decir, no fingida sino rati-
tal bondad se dice de, forma enteramente absoluta y sin ninguna relación a otro, ficada, en cuanto tal no dice pasión del ente sino que declara sólo la misma ra-
incluso fundamental o según la predicación; por consiguiente, de aquel modo zón del ente real, y por tanto sólo es pasión en cuanto que connota de algún
no se explica la razón adecuada y principal del bien. modo la conveniencia con el entendimiento; por consiguiente, lo mismo parece
14. Respuesta.- A esta dificultad puede responderse en primer lugar que que se ha de decir del bien guardando la debida proporción.
nosotros aquí explicamos la bondad que es pasión del ente, y que el bien sólo 15. Cómo se comparan lo bueno y lo perfecto.- Esta respuesta se hará más
es pasión del ente en cuanto dice conveniencia para otro o en cuanto que es verosímil si se entiende exactamente cómo se comportan entre sí la razón de
bien para otro, ya que de este modo se distingue de alguna forma el bien del bien y la de perfecto; pues dice Aristóteles en el libro V de la Metafísica, c. 16,
ente y conviene a todo ente, aun al más perfecto, pues Dios, que es sumo bien, que se dice perfecto aquello fuera de lo cual no puede tomarse ninguna parte,
es también bien de otros, porque Dios claramente percibido es el sumo bien ob- o sea aquello a lo que nada falta. En este sentido, no todo bien es perfecto, como
jetivo de la criatura racional, y el Verbo divino es el máximo bien de la huma- es evidente por sí mismo, ni tampoco todo ente es perfecto, aunque sea bueno;
nidad de Cristo. En cambio, el bien tomado absolutamente, a saber, en cuanto pues el niño es ente y hombre, y con todo no es aún perfecto; y el hombre
que es un bien en sí, no parece que pertenezca a las pasiones del ente, sino más que tiene perfecta cantidad, pero no las cualidades o hábitos conformes a su na-
bien a la esencia o entidad del mismo, como antes argumentaba, porque de este turaleza, aunque sea de algún modo bueno, con todo no es perfecto. En este sen-
modo el bien es lo mismo que lo perfecto, como dice con frecuencia Santo Tomás tido, por tanto, se dice perfecto no cualquier bien, sino aquel que está termi~
en I, q. 5; y lo perfecto se incluye en el concepto esencial del ente real, porque no nado en todas sus partes, el cual es absolutamente bueno. Sin embargo, en otro
bonum; quod autem est bonum alteri, tan- na, quía haec bonitas omnino absolute did-
tur et absque ullo respectu ad aliud, etiam lis, quía non potest concipi ens cum entita- fictae sed ratae, ut sic non dicit passionem
tum est bonum secundum quid. Quo sensu te quin concipiatur cum perfectione essen- entis, sed declarat solum ipsam realis entís
dicere solet ídem D. Thomas accidens non fundamentali seu secundum dici; ergo illo
modo non explicatur adaequata nec praeci- tiali, tum quía ipsum esse est perfectio, rationem, ideoque solum est passio, ut con-
esse bonum ut habens bonitatem, sed quía tum etiam quía perfectio essentialis conve- notat aliquo modo convenientíam ad íntel-
cedit in bonitatem subiecti, ut videre licet in pua ratio boni.
14. Responsio.- Ad hanc difficultatem nir enti per se primo et in hoc differt a lectum; sic ergo videtur dicendum de bono
III, q. 11, a. 5, ad 3; et I-II, q. 55, a. 4, perfectione accidentali, sive sit extrínseca si- servata proportione.
ad 1, dícit virtutes non tam esse bona quae- responded potest, primo, nos hic describe-
re bonitatem qua e est passio entis; bonum ve intrínseca ad modum propriae passionis. 15. Quomodo bonum et perfectum com-
dam quam bonitates quasdam, quod dic- Unde per hanc perfectionem essentialem parentur.- Quae responsio fiet verisimilior
tum est non quia in se non habeant perfec- autem solum esse passionem entis prout di-
cit convenientiam ad alterum seu prout est unaquaeque res constituitur in certo gradu si exacte intelligatur quomodo se habeant
tionem, sed quía eam habent accommoda- entis et per eamdem inter se distinguuntur ratio boni et ratio perfecti; dicit enim
tam ad perficiendum aliud. Sicut accidentia bonum alteri; hoc enim modo distingui-
tur bonum aliquo modo ab ente et conve- et ordinantur entia. Sic enim (ut supra di- Arist., V Metaph., c. 16, perfectum dici ex-
dicuntur esse entis entia potíus quam entía, cebamus) primo distinguitur ens in infinitum tra quod non est ullam partem accipere, seu
quía tantum habet unaquaeque res de bo- nit omni enti, etiam perfectissimo; Deus
enim, qui. summe bonus est etiam est bo- et finitum secundum perfectionem essentia- cuí nihil deest. Quo sensu non omne bonum
nitate quantum habet de esse, ut ídem D. lem; ergo huiusmodi perfectio essentialis perfectum est, ut per se constat, neque etiam
Thomas aít, I-II, q. 18, a. l. Eamdem dí- num aliorum, nam Deus clare visus est
summum bonum obiectivum creaturae ra- non addit aliquid supra ens et essentiam; omne ens est perfectum, licet sit bonum;
stínctionem boni secundum se seu respectu ergo bonum sub hac ratione non videtur puer enim ens est et horno, nondum tamen
alterius habet Scotus, Quodl., XVIII. At vero tionalis et Verbum divinum est maximum
.humanitatis Christi. Bonum autem absolu- proprie esse passio entis sed ipsum ens. Et perfectus; et horno habens perfectam quan-
praedicta ratio boni, ut a nobis explicata hoc modo dixit Scotus, Quodl., 6, magni- titatem, non vero qualitates vel habitus suae
est, solum convenit rei ut dicitur bonum te sumptum, scilicet prout est bonum in se,
non videtur pertinere ad passionem entis tudinem perfectionis essentialis non esse naturae consentaneos, licet bonus aliquo
alterius; sub hac enim ratione optime ex- aliud ab essentia etiam in creaturis. Quod modo sit, non tamen perfectus. Hoc ergo
plicatur quod rem esse bonam dicat perfec- sed potius ad essentiam seu entitatem eius,
ut supra argumentabar, quía bonum hoc caeteri omnes docent. Et potest hoc a si- sensu perfectum dicitur non quodcumque
tionem talis rei. connotando in altera capa- mili explicad ex his quae supra dicebamus bonum, sed illud quod omni ex parte con-
citatem, inclinationem, vel aliam similem modo ídem est quod perfectum, ut D. Tho-
mas saepe dicit, I, q. 5; perfectum autem de veritate, scilicet, quod quatenus dicit ab- summatum est, quod est simplicit!!r bonum.
connexíonem; hoc autem non potest con- solutam rationem verae entitatis, id est, non Alío tamen modo potest perfectum dicí
venire illi bonitatí qua res dicitur in se bo- includitur in essentiali conceptu entis rea-
224 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección I 225
sentido, puede llamarse perfecto aquello que bajo alguna razón tiene la perfección ha~a ninguna diferencia, porque también la bondad o perfección que confiere el
.absolutamente necesaria y esencial, a la manera como el niño puede llamarse acc1dent~, si s~ compara precisivamente con la bondad que confiere la sustancia,
hombre perfecto en cuanto a su esencia, y del mismo modo dicen los teólogos es relattva. As1, pues, es verdadero, en general, lo que adujimos, tomándolo de
.que la caridad remisa, aunque pueda llamarse imperfecta respecto de la intensa, Sant~, Tomás, que cada cosa tiene de bien cuanto tiene de ser; y lo que citamos
sin embargo, absolutamente y en cuanto a su esencia, es perfecta, como dice tamb1en de San Agustín, que somos buenos en cuanto somos.
San Juan, I Canon., c. 2: Quien guarda su palabra, verdaderamente en él es per- 17. Y así sucede finalmente que el bien tomado absolutamente no es otra
-fecta la caridad de Dios. Y de este modo, lo bueno y lo perfecto se convierten; cosa que el mismo ente, a la manera como se dicen las cosas naturalmente bue-
más aún, son enteramente lo mismo en cuanto que lo bueno dice aquello que nas Y perfectas si están consumadas en su misma entidad, y el hombre se dice
.en si es bueno o tiene la bondad, es decir, la perfección debida a si, y esto no n:oralmente bueno si tiene las virtudes morales o perfecciones, que no son sino
.es otra cosa que tener la esencia o entidad debida a sí; por tanto, el bien bajo ctertas formas reales y entidades; así, también, Dios se dice sumamente bueno
este aspecto esencial y formalmente no dice otra cosa que el ente; por ello, ser
Y perfecto por razón de su entidad, aun cuando no se compare con ninguna otra
caridad perfecta en dicho sentido no es otra cosa en realidad que ser caridad,
cosa, Y así en lo demás .. Por consiguiente, esta doctrina y respuesta explicada
y asi en lo demás. Más aún, ser perfecto del primer modo, o absolutamente
bueno, no es más que ser un ente que tiene toda la entidad requerida para su d.e este modo es probable y ofrece cierta facilidad y claridad, y la indicó ya En-
rtque en el lugar arriba citado.
compleción.
16. Y de este modo hay que entender a Santo Tomás cuando suele decir 18. Sin embargo, por el empleo habitual de los términos puede también dar-
(como puede verse en I, q. 5, a. 1, ad 1) que, en las criaturas, el ente absoluto y se otra respuesta. En efecto, aunque la anterior es verdadera en cuanto afirma que
el relativo se comparan entre sí diferentemente de como lo hacen el bien absoluto el bien bajo aquella .ra~ón ~o difiere en la realidad del ente, sin embargo, concep-
y el relativo; pues una cosa tiene el ser absolutamente por el ser sustancial, y tualmente pueden dtstmgmrse, lo cual basta para que la bondad pueda ser asig-
el ser relativo por el ser accidental; y en cambio tiene el ser buena relativa- nada como propiedad del ente a la manera de los otros trascendentales. Por con-
mente por el ser sustancial, y absolutamente por el ser accidental. Con todo, esto siguiente, hay que advertir, en cuanto a la imposición o significación del nombre
último se ha de entender no acerca del ser accidental por separado, sino en cuan- que el ente sólo se di.ce por el ser o por la entidad, como expusimos arriba; y qu~
to unido al ser sustancial, porque el hombre no seria bueno por virtudes acci- lo perfecto, en cambto, expresa más claramente la perfección del ente, en lo cual
dentales si no se le supusiese ya hombre, y por tanto sustancial y naturalmente incluye una cierta negación, o por lo menos no podemos nosotros sin ella ex-
bueno. Por lo cual, en esas palabras relativamente y absolutamente parece que plicar su significado, a saber: que no le falte nada en aquella razón según la cual
hay una equivocidad, pues cuando se dicen del ente parece que se dicen de la se dice perfecto. Y que, en cambio, la bondad dice una cierta conveniencia por
sustancia y el accidente comparados precisivamente; y cuando se dicen del bien se razón de la cual tiene la cosa el ser apetecible; pues lo bueno se dice por un
dicen de la sustancia creada o bien tomada sola o en cuanto afectada por las dis- cierto orden al apetito, como enseñó Santo Tomás en I, q. 5, a. 1, según Aris-
posiciones y facultades que le son connaturales. Por lo cual sucede que aunque en tóteles en el libro I de la Etica: Es bueno lo que todos apetecen, e inmediata-
la manera de hablar haya diversidad, con todo en la realidad no parece que mente quedará más explicado. Por lo cual, es necesario que también aquellas
quidquid sub a!iqua ratione entis habet per- Thomas cum di,cere solet (ut videre !icet,
.fectionem simpliciter necessariam et essen- I, q. 5, a. 1, ad 1) ali.ter ínter se comparari etiam bonitas ve! perfectio quam confert 18. Verumtamen propter usum vocum
tialem, quomodo puer potest did perfectus in creaturis ens simp!iciter et secundum accié:iens, si praeclse comparetur ad eam bo- potest adhiberi alia responsio. Nam, licet
horno quoad essentiam et similiter dicunt quid, quam bonum simpliciter et secundum nitatem quam confert substantia, est secun- prior in hoc habeat verum quod bonum sub
.theologi charitatem remissam, licet dicatur quid; nam res habet quod sit ens simpli- dum quid. Sic enim in universum verum ea ratione in re non differt ab ente, nihi-
imperfecta respectu intensae, tamen simpli- citer per esse substantiale, secundum quid est quod ex D. Thoma supra retu!imus, l?minus possunt ratione distinguí, quod sa-
_citer et quoad essentiam esse perfectam, vero per es se accidentale; habet autem unumquodque quantum habet de esse, tan- tls est ut bonum assignetur ut proprietas entis
quomodo ait loan., I Canon., c. 2: Qui ser- quod sit bona secundum quid per esse tum habere de bonitate, et quod etiam re- ad modum aliorum transcendentium. Est ita-
.vat verbum eius, vere in hoc charitas Dei substantiale, simpliciter autem per esse tulimus ex Augustino, quod in quantum que quoad impositionem ve! significationem
perfecta est. Atque hoc modo bonum et accidentale. Hoc tamen ultimum intelli- sumus, boni sumus. nominis advertendum ens solum dici ab esse
perfectum convertuntur, immo sunt omni- gendum est non praecise de esse acci- 17. Atque ita tandem fit quod bonum aut entitate, ut . supra exposuimus; perfec-
no ídem prout bonum dicit id quod in se dentali, sed ut coniuncto esse substan- ~bsolute dictum nihil aliud sit quam ens tum autem clanus exprimere entis perfec-
·bonum est seu quod habet bonitatem, id est, tiali; non esset enim bonus horno per ac- 1psum, quomodo dicuntur res naturaliter tionem, in quo negationem quamdam inclu-
perfectionem sibi debitam; hoc autem nihil cidentales virtutes, nisi supponeretur horno bonae vel perfectae, si in sua entitate sint dit, ve! saltem sine illa non potest a nobls
.aliud est quam habere essentiam ve! enti- et consequenter substantialiter et naturali- consummatae, et horno dicitur moraliter bo-
ter bonus. Unde in illis vocibus secundum eius significatum explicari, scilicet, quod
tatem sibi debitam; igitur bonum sub hac nus, si habeat morales virtutes seu perfec- nihil ei desit secundum eam rationem se-
ratione nihil aliud essentialiter ac formali- quid et simpliciter videtur esse aequivoca- tiones, quae non sunt nisi reales quaedam cundum quam perfectum dicitur. Bonum
ter dicit quam ens; esse enim charitatem · tio; nam cum dicuntur de ente videntur formae et en titates; sic etiam Deus dicitur vero dicere convenientiam aliquam · ratione
perfectam dicto modo nihil aliud revera est dici de substantia et accidente praecise com-
summe bonus et perfectus ratione suae en- cuius habet res quod appetibilis sit; nam
quam esse charitatem et sic de a!iis. Immo paratis; cum autem dicuntur de bono, di- titatis, etiamsi ad nihil aliud comparetur Pt
cuntur de substantia creata aut solitarie bonum per ordinem aliquem ad appetitum
etiam esse perfectum priori modo seu bo- sic de aliis. Haec igitur doctrina et respon-
num simp!iciter nihil aliud est quam esse sumpta, aut ut affecta dispositionibus et dictum est, ut D. Thomas docuit, I, q. 5,
facultatibus sibi connaturalibus. Quo fit ut sio hoc modo exposita probabilis est et cla- a. 1, ex illo Arist., I Ethic.: Bonum est quod
ens habens totam entitatem quae ad com- rltatem ac facilitatem quamdam prae se fert
plementum eius requiritur. licet in modo loquendi sit diversitas, in re omnia appetu'nt, et statim magis explicabi-
eamque indicavit Henr., in loe. supra citato. tur. U nde necesse est res etiam illas qua e
16. Et hoc modo intelligendus est D. tamen nulla videatur esse differentia, quía
15
Wl
1
Disputaciones metafísicas Disputación X. Sección II 229
228
. n su razón y denominación la con-
cambio, lo bueno formalmen~e no m.cluy~e ela razón de bien. Por lo cual, la ra-
formidad al apetito, aunque esta se slga ropiamente en el objeto de tal ma- SECCION SEGUNDA
"'o'n de verdad trascendental no se supone p d' . to sino que es una deno-
"' d f 1 ente por el enten 1m1en , . CLASES DE BIEN
nera que sea capta a orma m . , midad entre el mismo objeto y su
minación tomada de la proporclOn o conf~r ele llamarse condición consecuen-
potencia o su acto, y po~ ello aquella ~~r~a t su más bien que constitutivo formal l. Primera división.- Antes de tratar sobre el modo cómo el bien es una
te o concomitante al ?bJeto del enten lmlen ~ en el objeto del apetito, y es la pasión del ente, hay que explicar algunas divisiones del bien para que así se vea
del mismo; en camblO, la bon?~d s~ s~p~~bilidad dice la denomin~ción tom.a- mejor cuál es la razón de bien que se atribuye al ente. Y en primer lugar suele
razón formal de alcanzar a aquel' y a p . . or lo cual no dlce la razon dividirse el bien en bien verdadero y solamente aparente. Se llama bien verda-
da de la proporción de tal objet? .~on tal pot~ncl~; p ' dero aquel que es tal como se juzga y conoce; aparente en cambio es el que se
formal del objeto, sino la condt~ton co~comtt~n de
fin- Por lo dicho consta juzga como tal, pero con todo no existe en la realidad. Pero esta división con-
21. Qué relación tiene el b~_en con ae~':~~ bien. En efecto, dice Santo To- viene al bien del mismo modo que puede atribuirse a cualquier ente o razón
también cómo se compara la raz~~·de fin tener razón de apetecible importa una de ente, pues se da oro verdadero y aparente, y así en otras cosas. Pero en el
más en I, q. 5, a. 2, ad 1, que e .ten p~~ntido dice en I con t. Gent., c. 38,. ra- caso del bien suele explicarse esta división con una razón particular, porque sien-
relación de cau~ a fll:al. Y e~ e~ m~od 1 mismo modo, evidentemente, qu~ tl~~e do la causalidad propia del bien mover y atraer al apetito, este oficio lo llevan
zón 3, que el bt.en uene razon. e '¡ :nte se toma la relación y denommaclOn a cabo casi enteramente igual el bien supuesto y el verdadero, ya que al ser
razón de apetecible. Porque s~ forma ~ uede seguir a ella, pues el fin aplicado a mover el apetito por medio del conocimiento, en tanto mueve en cuan-
de fin no pertenece a la razon de bten, :yero p dios o a alguna acción que sea to es apreciado o juzgado, aunque en la realidad no sea tal. Por consiguiente,
como tal dice razón de causa e.n orden al ~ie~eno dice sino sólo la razón de acerca del bien sólo aparente o supuesto no tenemos nada que decir, ya que su
hecha por causa del fin; relactón qdue e 1 ente del ~ismo modo se atribuye razón consiste sólo en ser juzgado tal como suele ser el bien verdadero, aunque
. y . 1 fin e toma fun amenta m , fi 1 en la realidad no sea tal. Por lo cual, cuantos son los verdaderos bienes, tantos
convemente. sl e ,s d d tiene el fin la virtud de causar na me?te.
al bien, por la cual razon de b~?- na absoluto como es el bien per se; pues sl. se
pueden ser fingidos por la aprehensión, puesto que en toda clase de bienes pue-
de encontrarse el error y la falsa estimación.
y esto se ha de entender del. le b '1 el fin sino también los medtos,
ien en toda su amphtud no a arca so o 2. Segunda división.- En segundo lugar puede dividirse el bien en aquel
toma e1 b ., · · t que es bien en sí y el que es bien para algún otro. Acerca de esta división se han
.como se vera, por la secclOn stgUlen e.
dicho ya muchas cosas en la sección precedente, donde insinuamos que aunque
enim D Thomas, I, q. 5, a. 2, ~d. ,1, ?o- la razón de bien que es pasión del ente pueda acomodarse a cada uno de los
d inatione sua non includit confor~i . h beat rationem appetlb!hs, ¡rn-
~a~~:U ad appetitum, quamvis haec a? ratloi num cum a
ort~re habitudinem causae fina lS.
· 1' E · entes en cuanto que tiene una perfección conveniente a sí, sin embargo se halla
em boni consequatur. Unde rauo. ve.r
n nscendentis non supponitur propne m
~odem sensu ait, I cont. G~n~., c. 38, r1J;·
bonum habere rationem f¡ms, ~'.. scllC '
:r'
t m
de modo más claro en cualquier ente en cuanto que es conveniente y conforme
con algún otro. Se agrega también a esto el que dicha razón de bien de otro
tr~·ecto ut formaliter attingatur ab mtellec- d O habet rationem appeub!l!s. Ete- supone o incluye la razón de bien en sí, pues nada es bueno para otro de modo
o 1 d est denominatio sumpta ex prol<or- rno
. osi quformaliter sumatur h ab'ltU.do ac de-.
~¿n!e ve1 conformitate inter ip~um o~~c- mm. t' fin¡'s illa non est de ratwne bom,
et otentiam seu actum ems et 1 eo nomma 10 ' . finis ut SECTIO II
sed ad illam conseqm P<;>test, ~am d edia tale non sit. De bono igitur tantum appa-
~:f so1ei illa veritas conditio consequ~ns sic dicit rationem causae m ordme a ~ QUOTUPLEX SIT BONUM renti seu existimato nihil est quod dicamus,
01nitans obiectum intellectus po~ms vel ad aliquam actionem quae Pd~optebr n~
ve1 co~~rmaliter illud constituens; bomtas
quia eius ratio solum in hoc consistit, quod
l. Prima divisio.~ Antequam tractemus
fiat, quam habitudinem non !Clt onu '
. . s· autem quomodo bonum sit passio entis, declarare tale existimetur quale solet esse verum bo-
quam onitur in obiecto appetitus et est sed so1am rationem conve~uenus: 1 . ·- num, quamvis revera tale non sit. Unde
oportet nonnullas divisiones boni, ut sic
aut.emfsupp1'
ratlo orma 1s atu'ngendÍ. illud; appetibilitas sumatur finis fundamentah~er,, SIC ~ttn:~s melius constet quaenam ratio boni enti attri- quot sunt vera bona, tot esse possunt exis-
. d' 't denominationem sumptam . ex tur b ono qua ratione bomtatls ha e~ . timatione ficta, guia in omni bonorum ge-
a~~e~rtio~~ talis obiecti cum tali poter~.tla? '
vim causandi .
fina1!ter. . H o~ .autem mte 1 111-t
buatur. Et primo quidem dividi solet bo-
num in bonum verum et bonum tantum nere, error et falsa existimatio reperiri po-
p p non d'1c¡'t forma1em. rationem oblectl,
unde gendum est de bono s¡mpliclter, bqua e e.s test.
er se bonum; nam si sumatur onum m apparens. Verum bonum dicitur quod tale
ed conditionem concormtantem.
s 21 Quomodo se habeat bonum ad ra- fota sua 1atitudine, non tantum finem se~ est quale existimatur et cognoscitur; appa- 2. Secunda divisio.- Secundo dividi pot-
etiam media comp1ectitur, ut ex sequentl rens vero quod existimatur, non tamen est est bonum in illud quod in se bonum est
. · f'mts.-
twnem · Ex his etiam constat quo-Ait in re. Sed haec divisio eodem modo bono et quod est alicui alteri bonum. De qua
modo ratio finis ad bonum comparetur. sectione constabit. . convenit quo potest cuilibet enti seu ratio- divisione satis multa dicta sunt sectione
ni entis attribui; datur enim aurum ve- praecedenti, ubi insinuavimus, quamquam
rum et apparens et sic de aliis rebus. Peculia- ratio boni guae est passio entis possit accóm-
ri autem ratione solet haec partitio in bono modari unicuique enti quatenus perfectio-
declarari, quia cum propria causalitas boni nem habet sibi convenientem, clarius ta-
sit appetitum movere et allicere, aeque fere men reperiri in quolibet ente quatenus ali-
id praestat bonum existimatum ac verum, cui alteri conveniens ac consentaneum est.
quia cum ad movendum appetitum per co- Accedit etiam quod haec ratio boni alterius
gnitionem applicetur, tantum movet quantum supponit se u includit rationem boni in se;
iudicatur seu existimatur, quamvis reipsa nihil enim est alteri bonum propri!i! et in
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 231
propio y riguroso más que aquello que es bueno en sí y tiene una perfección a~ hombre de dos maneras; una, por sí misma, porque aquella perfección que
conveniente para otro. Dije de modo propio y riguroso porque a veces la caren- tlene en sí es por sí misma conforme y conveniente para el hombre. Y esto puede
cia de alguna forma se juzga buena para alguien, aunque formalmente no le con- a~? suceder d~ dos maneras : primero, que sea conveniente en orden a la delecta-
fiera ninguna perfección ni la tenga en sí; sin embargo, la privación no es bue- Clon que tal bien trae consigo, y éste es el bien deleitable. Segundo, sin relación a
na propiamente, sino que a veces se la denomina así porque priva de una forma la delectación, sino sólo porque de suyo es digno o conveniente para el hombre
disconveniente, y bajo tal aspecto es apetecible. Por consiguiente, el bien para como tal, Y éste es el bien honesto. De otro modo puede algo ser conveniente no
otro supone el bien en sí, y por ello las otras divisiones del bien parece que se por sí mismo, sin? sólo por razón de otro bien que por él o mediante él puede
refieren principalmente al bien para otro, y cuando tratemos de él las explica- o~tenerse; es decir, porque evidentemente, aunque considerado en sí no propor-
remos nosotros; con todo, declararemos al mismo tiempo las que pertenecen al cwne dele~tación, ni sea digno o conveniente para el hombre, con todo se le juz-
ente en cuanto que es bien en sí. ~a convemeJ?-te ~~ cuanto que puede contribuir a la obtención de otro bien, y
este es el bien utll. Y de este modo consta no sólo que aquellos tres miembros
Se explica la división del bien en honesto, útil y deleitable están contenidos bajo la razón de bien, sino que son de algún modo distintos
3. En tercer lugar, y principalmente, suele dividirse el bien en honesto, de- e.ntre sí, al menos por la razón formal o relación concebida, pues según la rea-
leitable y útil. Esta división la propone Santo Tomás en I, q. 5, a. 6, y en II-II, lidad o por. el sujeto no siempre es menester que se distingan, ya que consta
q~e una. misma cosa, por ejemplo, el amor o la devoción para con Dios, es al
q. 145, a. 3, y la toma de Ambrosio, libro I Offic., c. 9 y 10, donde la in-
mismo tiempo honesta, deleitable y útil.
sinúa bastante oscuramente; más claramente la profesa Aristóteles en el libro II
de la Etica, c. 3, y en el libro VIII, c. 2, donde al bien honesto le llama bien 5. Finalmente, se entiende fácilmente por la referida explicación que aque-
en absoluto, distinguiéndolo del útil y deleitable. Y advierte allí Santo Tomás llos miembros agotan el todo dividirlo, puesto que ni entre el bien por sí o en or-
que esta división ha sido hecha principalmente acerca del bien humano, pero den a otro puede hallarse un medio por oponerse inmediatamente o casi por
que, sin embargo, puede acomodarse al bien común o en sí mismo. Por tanto, contradicción; ni además del bien conveniente por causa del deleite o sin él
la declararemos primero en el bien humano, en el cual se encuentran tales ra- sino por causa de sí mismo solo, puede pensarse otro miembro, ya que tambié~
zones de bien de modo propio y sin metáfora; después veremos cómo puede estos miembros vienen a distinguirse como por contradicción o inmediata nega-
aplicarse al bien en cuanto tal. Y hay que suponer que se está hablando del ción, porque todo bien que es conveniente por sí prescindiendo de la razón de
l;wmbre en cuanto es hombre, es decir, en cuanto usa de la razón, ya porque la deleite es juzgado honesto. Y digo prescindiendo del deleite porque estos miem-
razón es la regla suprema de todo bien conveniente al hombre, razón -digo- bros se han de distinguir por abstracción precisiva más que negativa, si se com-
que es natural si al hombre se le considera sólo filosóficamente, o bien ilustrada paran con la cosa que se denomina buena, pues para que la cosa sea honesta
por la luz divina si se .le considera teológicamente; ya también porque las razo- no ~s p~eciso que sea útil o deleitable, sino sólo que tenga alguna razón de con-
nes propias y formales de estos bienes, principalmente del honesto y útil, no vemencia por causa de la cual sea amable, aun cuando no sea ni deleitable ni
pueden distinguirse más que con la razón. útil, y así en las restantes. Por lo cual, formalmente y como condicionalmente
· 4. De cuántos modos puede algo ser conveniente para otro.- Por tanto, al
ser lo bueno una misma cosa con lo conveniente, una cosa puede ser conveniente
homini conveniens : uno modo per seipsum amorem aut devotionem erga Deum esse et
rigore nisi quod in se est bonum et perfectio- tot., II Ethic., c. 3, et lib. VIII, c. 2, ubi quía nimirum illa perfectio quam in se ha~ honestam et iucundam et utilem.
nem habet alteri convenientem. Dixi pro- honestum appellat absolute bonum, a iucun- bet, ex se ipsa consentanea est et conve- S. Denique facile ex dicta declaratione
prie et in rigore, quia interdum carentia do et utili illud distinguens. Advertit autem niens homini. Quod adhuc potest duobus intelligitur membra illa exhaurire divisum
aJicuius formae censetur bona alicui, quam- D. Thomas íbi divísíonem hanc potissimum modis accidere, primo quod sit conveniens quía neque inter bonum per se aut in or~
vis formaUter nullam perfectionem ei confe- tradítam esse de bono humano, accommo- in ordine ad delectationem quam tale bo- dine ad aliud reperiri potest medium, cum
rat aut in se habeat; verumtamen privatio dari tamen posse ad bonum in communi num secum affert, et hoc est bonum delec- haec immediate et quasi per contradictio-
non est proprie bona, sed ita interdum deno- seu secundum se. Prius igítur declarabitur tabile, Secundo absque ordine ad delecta- nem opponantur; neque praeter bonum
minatur, quía privat forma disconvenienti et a nobis in bono humano, in· quo proprie et tionem, sed solum quía per se decet conveniens ob delectationem vel absque illa,
sub ea ratione appetibilis est. Igitur bo- absque metaphora illae rationes boni repe- vel conveniens est homini ut sic, et hoc sed solum propter seipsum, potest aliud
num alteri supponit bonum in se et ideo riuntur; deinde videbimus quomodo ad bo- est bonum honestum. Alío vero modo est membrum excogitari, cum haec etiam
aliae divisiones boni potissime videntur de num ut sic applicari possit. Est autem sup- aliquid conveniens non per seipsum, sed membra quasi per contradictionem seu im-
eo quod est alteri bonum, et in eo a nobis ponendum sermonem esse de homine qua- ~olum ratione alterius boni quod per mediatam negationem distinguantur, quia
explicabuntur; simul tamen declarabir.nus tenus horno est, id est quatenus ratione uti- 11lud seu mediante illo obtineri pot- omne bonum quod per se est conveniens
illas quae ad ens pertinuerint quatenus in tur, tum quia ratio est suprema regula om- est, quia nimirum licet ex se spectatum praecisa ratione delectationis, honestum re-
se bonum est. nis boni convenientis homini, ratio (inquam) delectationem non afferat neque ex se de- putatur. Dico autem praecisa delectatione,
vel naturalis, si philosophice tantum hamo ceat aut conveniens sit homini, tamen, ut quia haec membra per abstractionem prae-
Bxponitur divisio in bonum honestum, utile consideretur, vel divino lumine i!lustrata, si conferre potest ad aliud bonum obtinen- cisivam potius quam negativam distinguen-
et iucundum consideretur theologice; tum etiam quía dum, conveniens censetur, et hoc est bonum da sunt, si ad rem quae bona denominatur
3. Tertio ac praecipue dividí solet bo- propriae ac formales rationes horum bono- utile. Atque ita constat et illa tria membra comparentur, quía ut res sit honesta non
num in honestum, delectabile et utile. Quam rum, praesertim honesti et utilis, non pos- sub ratione boni contineri et esse aliquo est necesse ut sit iucunda vel utilis, sed
divisionem tradit D. Thomas, I, q. S, a. 6, sunt nisi per rationem discerní. modo ínter se distincta, saltem ratione for- solum ut habeat aliquam rationem conve-
et II-II, q. 14S, a. 3, eamque affert ex Am- 4. Quot modis qUJidpiam alteri conve- mali concepta seu habitudine; nam re seu nientiae ·propter quam sit amabilis, etiamsi
bros., lib. I Offic., c. 9 et 10, ubi obscure niens.- Cum igitur bonum ídem sit quod subiecto n~n semper necesse est distinguí; nec iucunda neque utilis sit, et sic de re-
satis eam insinuat; clarius eam docuit Aris- conveniens, dupliciter potest aliquid esse constat en¡m eamdem rem, verbi gratia, tiquis. Unde formaliter et quasi conditiona-
232 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 233
pueden distinguirse estos miembros también por abstracción negativa; pues per- y a Dios mismo. Pero tampoco de este modo se soslayan todas las dificultades
tenece a la razón de honesto en cuanto tal no requerir la delectación o utilidad apuntadas, ya que se sigue que las potencias del alma han de ser contadas entre
para su razón y suficiente conveniencia en orden a mover el apetito recto, ya los bienes honestos; más aún, incluso la salud y los demás bienes del cuerpo)
sea que tenga aquellas cosas unidas en la realidad o que no las tenga; pues aun que por sí son amables. Y además surge otra dificultad, porque esta razón, a
cuando no las tuviera, sería suficientemente bueno y conveniente en su orden; saber, que algún objeto pueda ser por sí amable sin orden a la delectación, no
y lo mismo se ha de decir proporcionalmente de los restantes. Y de este modo puede ser la primera razón de bien que se encuentra en tal objeto, porque su-
parece que queda suficientemente expuesta la referida división. pone la razón de bien por la que tal objeto es amable por sí. Como decíamos
Varias dificultades acerca de la anterior división en la sección anterior, la razón de apetecible supone la de bueno y conveniente;
pues precisamente es una cosa apetecible porque es buena y conveniente, y es
6. Primera dificultad sobre el bien honesto.- Pero para explicar esto más
exactamente hay que tratar brevemente de algunas dificultades que salen al paso. lo mismo que el bien sea por sí amable que el que sea apetecible; por tanto, no
La primera es cómo se puede decir conveniente por sí el bien honesto. Porque puede ésta ser la primera razón en que consiste el bien honesto.
o bien se dice conveniente por sí en cuanto forma casi coincidente con la natu- 7. Segunda dificultad acerca del bien deleitable.- La segunda dificultad
raleza del hombre en cuanto que es racional, del mismo modo que el calor es se refiere al bien deleitable: de qué modo tiene la propia y peculiar razón
por sí conveniente al fuego, y de esto se sigue que las mismas potencias del en- del bien en sí y por sí apetecible; pues por bien deleitable, o se ha de entender
tendimiento y voluntad son bienes honestos, cosa que está en contra de lo que el objeto sobre el que versa la delectación, o la delectación que nace de tal ob-
afirma S. Agustín en el libro II Del Libre Arbitrio, c. 19, donde al dividir todos jeto. Si se dice lo primero se sigue que este bien no es más bien en sí y por sí
los bienes del hombre en máximos, medios e ínfimos coloca a las potencias del que el bien útil. Y se prueba porque no es bueno porque tenga en sí delecta-
alma en el término medio, ya que de ellas podemos usar mal, a pesar de que ción, que es una cosa distinta de él, sino porque es apto para engendrar la de-
parece que son los bienes máximos aquellos que son honestos. Además, se sigue lectación, la cual parece que es una clase de utilidad consistente en la relación a
que Dios no es bien honesto del hombre porque no es conveniente a éste por la delectación misma, por razón de la cual tal objeto es amable. Como la comi-
sí a modo de forma. Se sigue también que la acción de dar limosna ~o es bien da, por ejemplo, si se ama porque da la salud, se dice que es amada como un
honesto, porque no es una forma por sí conveniente para el hombre. O que el bien útil para la salud; luego si es amada en cuanto proporciona deleite, será
bien honesto no se dice conveniente por sí en cuanto forma sino en cuanto ope- amada como útil para la delectación; por consiguiente, el bien deleitable tomado
ración conforme al hombre, y de este modo se sigue en primer lugar el mismo bajo este concepto no es bueno en sí y por sí, ni difiere formalmente del bien útil,
inconveniente acerca de Dios. Y además resulta que las virtudes, principalmente sino sólo materialmente o como lo particular de lo común. Pero si la misma de-
las infusas, no son bienes honestos porque no son operaciones del hombre, cosa lectación se dice que es bien deleitable, como indica el mismo Santo Tomás en
que es enteramente falsa y contraria a lo que afirma San Agustín en el mencio- el citado lugar de la 1 parte, es ciertamente verdad que la delectación es un
nado pasaje. O se dice el bien honesto conveniente por sí objetivamente, a sa- cierto acto por sí conveniente y conforme con la naturaleza o con el apetito que
ber, porque es un bien amable por sí, la cual es una razón más universal, pues-
to que puede convenir a la operación, sea externa o interna, y a cualquier forma
,----"""~-:;::;¡¡
tatis es se bona honesta, quod- est" éontra Deum ipsum convenire potest. Sed neque tabile intelligendum est obiectum circa
liter possunt haec membra distinguí, etiam hoc modo evitantur omnes difficultates tac- quod delectatio versatur, aut delectatio quae
per abstractionem negativam; nam de ra- August., lib. II De Lib. Arb., c. 19, ubi,
distinguens omnia bona hominis in maxi- tae, quia· sequitur potentias animae compu- ex tali obiecto nascitur. Si primum dica-
tione honesti ut honesti est ut ad suam ra- tandas esse ínter bona honesta; immo et tur, sequitur hoc bonum non magis esse per
tionem et convenientiam sufficientem ad ma, media et ínfima, potentias animae in
medio ordine collocat, quía eis possumus sanitatem et alia bona corporis, quae per se et in se bonum quam bonum utile. Pro-
movendum appetitum rectum delectationem se amabilia sunt. Et praeterea insur- batur quía non est bonum eo quod in se
aut utilitatem non requirat, sive in re illas male uti, cum tamen maxima bona illa esse
videantur quae honesta sunt. Deinde sequi- git alia difficultas, quia haec ratio, nem- habeat delectationem, quae est res ab illo·
habeat coniunctas sive non; nam etiamsi pe quod obiectum aliquod sit per se distincta, sed quia aptum est ad delectatio-
illas non haberet, esset sufficienter bonum tur Deum non esse bonum honestum ho-
minis, quia non est ei per se conveniens amabile sine ordine ad delectationem nem generandam, quae videtur esse utilitas-
et conveniens et in suo ordine; et idem est non potest esse prima ratio boni quae in quaedam consistens in habitudine ad delec-
proportionaliter de reliquis. Atque in hunc per modum formae. Sequitur etiam actio-
nem dandi eleemosynam non esse bonunt tali obiecto reperitur, quia supponit ratio- tationem ipsam, ratione cuius tale obiectum
modum videtur satis exposita praedicta di- nem boni propter quam tale obiectum per amabile est. Sicut cibus, verbi gratia, Ri
visio. honestum, quia non est a!jqua forma per
se conveniens homini. Vel bonum hones- se amabile est. Sicut in sectione praeceden- ametur quia sanitatem confert, dicitur ama-
V ariae difficultates circa praedictam tum dicitur per se conveniens non ut for- ti dicebamus rationem appetibilis -suppone- ri ut bonum utile ad sanitatem; ergo, si
divisionem ma, sed ut operatio decens hominem, et sic re rationem boni et convenientis ; propterea ametur quatenus delectationem affert, ama-
sequitur imprimís idem inconveniens de enim res appetibilis est, quia bona est et bitur ut utile ad delectationem; ergo bo-
6. Prima difficultas circa bonum hones- conveniens; idem autem est esse bonum num delectabile hac ratione sumptum, non
tum.- Sed ut exactius declaretur, nonnul- Deo. -Et ulterius sequitur virtutes, praeser-
tim infusas, non esse bona honesta quia non per se amabile quod esse per se appetibile; est per se et in se bonum, nec formaHter
lae difficultates insurgentes breviter trac- non potest ergo haec esse prima ratio in differt a bono utili, sed tantum materialiter,-
tandae sunt. Prima est quomodo bonum sunt operationes hominis, quod est plane
falsum et contra August., cit. loco. Vel di- qua bonum honestum consistit. seu tamquam particulare a communi. Si
honestum dicatur per se conveniens. Aut 7. Secunda difficultas circa bonum de- vero delectatio ipsa dicatur esse bonum de-
enim dicitur per se conveniens tamquam citur bonum honestum per se conveniens
obiective, quia, scilicet, est bonum per se .Zectabile.- Secunda difficultas est circa bo- lectabile, ut D. Thomas in citato loco I
forma paene consentiens cum natura homi- num delectabi!e, quomodo habeat peculia- p. indicat, verum quidem est delectatio-
nis ut rationalis est, ad eum modum quo amabile, qua e ratio universalior est; nam et
in operationem, tam internam, quam exter- rem ac propriam rationem boni in se ac per nem esse quemdam actum per se convenien-
calor -est per se conveniens igní, et sic ~e se appetibilis; aut enim per bonum delec- tem et consentaneum naturae vel appetituí-
quitur ipsas potentias intellectus et volun- nam, et in quamcumque formam et in
234 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 235
se deleita; pero con todo, no aparece ninguna razón por la que esta peculiar con- está en contra de esto el que a pesar de que la conveniencia del bien útil suponga
veniencia de tal acto se distinga de las otras y constituya su peculiar razón de la conveniencia de aquella cosa para la que es útil y tal vez se derive de ella, sin
bien más que la conveniencia que tiene cualquier otro acto con la facultad de embargo, supuesta ésta, el mismo bien útil verdaderamente en cuanto que tiene
obrar, como la intelección de la verdad con el entendimiento y la visión de relación a una cosa tal tiene en sí una propia conveniencia por razón de la cual
objeto hermoso con la vista. Y además no parece que la razón de bien deleitable es bueno y amable; luego en esto no hay diferencia formal entre el bien útil y
pueda consistir primariamente en la misma delectación, ya que ésta versa sobre otros bienes, ya que también el bien honesto o deleitable puede, a veces, tomar
nlgún bien en cuanto bien, puesto que es un descanso del apetito, el cual no su propia razón de la relación que dice a algo extrínseco. Más aún, el bien ho-
descansa sino una vez que ha alcanzado el bien; luego la delectación supone nesto a veces es tal por su conformidad con una ley extrínseca, o al menos por
en el objeto una razón de bien anterior a la delectación y que sea tal en sí y la conveniencia que resulta en él supuesta tal ley. Por lo cual también resulta
no en orden a la delectación; en efecto, el bien con que nos deleitamos no es que algún bien útil no tenga otra conveniencia o bondad sino la de honestidad,
bien porque deleita, sino más bien deleita porque es bien; supone, por tanto, la como el caso, por ejemplo, de la aflicción del cuerpo, en cuanto que es útil para
delectación una conveniencia en el objeto y una bondad distinta de la delecta- satisfacer a Dios, no tiene más bondad que la honesta; y por la misma razón,
ción misma. Por consiguiente, acerca de ella pregunto si constituye al bien de- el medio que sólo es útil para gozar de un placer no tiene ninguna conveniencia
leitable o no; pues si lo constituye, resulta, por consiguiente, que no es la de- '0 bondad más que alguna participación de dicha delectación; por consiguiente,
lectación misma el primer bien deleitable; más aún, ni siquiera parece tener el bien útil no queda acertadamente distinguido de los otros.
semejante conveniencia o razón de bien, porque cuando nos deleitamos, por 9. Cuarta dificultad acerca de lo mismo.- Y de aquí surge la cuarta difi-
ejemplo, con la visión de una cosa hermosa, la conveniencia de la visión es de cultad: por qué el bien útil no se divide en dos; pues el bien útil es tal como es
tipo muy diferente de la conveniencia de la delectación, a pesar de que la visión aquello a lo que se ordena; por consiguiente, como el bien amable por sí, uno
es el objeto de tal delectación. Y si aquella bondad o conveniencia que se en- es honesto y otro deleitable, así lo que es bueno por la utilidad para otro será
cuentra en el objeto de la delectación no constituye el bien deleitable, entonces uno honesto y otro deleitable.
·será ya un bien distinto de los tres enumerados. 10. Ultima dificultad acerca de la suficiencia de la división.- La última
dificultad es que la referida división parece insuficiente; pues además de las
8. Tercera dificultad acerca del bien útil.- La tercera dificultad puede ser
citadas razones de bien parece que existe otra que puede separarse o distin-
acerca del bien útil: cómo se niega que es un bien en sí y en esto se distingue
guirse de aquéllas; en efecto, hay ciertos bienes amables por sí, no porque de-
·de los restantes; pues el bien útil, aunque sea útil para algo distinto de si, con
leitan o son honestos, sino precisamente porque perfeccionan a la naturaleza,
todo tiene en sí su utilidad, que consiste en una virtud o eficacia para realizar como la salud, la ciencia, la integridad del cuerpo y el mismo ser y vivir; ya que,
aquella cosa para la que es útil. Se dirá, quizá, que la bondad de la cosa útil no incluso si prescindimos con la mente de todo deleite, estas cosas siguen siendo
consiste en la utilidad misma, sino en la conveniencia y apetibilidad que tiene buenas y amables, como es evidente; y de modo semejante, aunque prescinda-
tal utilidad respecto del hombre, y se dirá, consiguientemente, que el bien útil mos de todas las razones de virtud, estas cosas son amables como bienes con-
no tiene esta conveniencia de suyo, sino por el fin para el que es útil. Sin embargo, naturales, y por causa de ellas pueden otras cosas ser amadas como útiles, pres-
qui delectatur; tamen nulla apparet ratio habere similem convenientiam seu rationem tra hoc tamen est, quia licet convenientia quamdam illius delectationis; ergo bonum
.ob quam haec peculiaris convenientia talis boni, quia cum de!ectamur, verbi gratia, in boni utilis' supponat convenientiam illius rei utile non recte ab aliis distinguitur.
actus ab aliis distinguatur et constituat suam visione reí pulchrae longe alterius rationis est ad quam est utile et ab illa fortasse deri- 9. Quarta circa ídem.- Atque hinc ori-
peculiarem rationem boni magis quam con- convenientia visionis a convenientia delecta- vetur, tamen, illa supposita, revera ipsum tur quarta difficultas, cur bonum utile non
venientia quam habet quilibet alius actus cum tionis, cum tamen visio sit illius delectationis bonum utile quatenus habet habitudinem distinguatur ~n duo; nam tale est utile bo-
facultate operandi, ut intellectio veritatis obiectum. Si autem bonitas illa seu conve- ad talem rem, habet in se . propriam con- num, qua le est illud ad quod ordinatur;
cum intellectu et visio obiecti pulchri cum nientia quae est in obiecto delectationis, venientiam ratione cuius bonum est et ama- ergo, sicut bonum per se amabile aliud esl
visu. Et praeterea non videtur ratio boni non constituit bonum delectabile, erit iam hile; ergo in hoc non est differentia for- honestum et aliud delectabile, ita bonum ex
delectabilis primario posse consistere in de- aliud bonum distinctum a tribus enumera- malis in ter bonum utile et alia bona; nam utilitate ad aliud, quoddam honestum, aliud
lectatione ipsa; nam delectatio circa ali- tis. etiam bonum honestum ve! delectabile pot- vera delectabile.
quod bonum ut bonum versatur, cum sit 8. Tertia d.ifficultas circa bonum utile.- est interdum accipere rationem suam ex ha- 10. Ultima difficultas circa sufficientiam
quies appetitus, qui non quiescit nisi in bono Tertia difficultas esse potest de bono utili, bitudine ad aliquod extrinsecum. Immo bo- divisionis.- Ultima difficultas est quia prae-
adepto; ergo supponit delectatio in obiecto quemado negetur esse in se bonum et in num honestum interdum est tale ex confor- dicta divisio videtur insufficiens; nam prae-
in se talis*
rationem boni priorem delectatione et quae
et non per ordinem ad delec-
tationem; bonum enim circa quod delec-
hoc a reliquis distinguatur; nam bonum
utile, licet ad aliud a se distinctum uti!e sit,
tamen in se habet utilitatem suam quae
mitate ad legem extrinsecam, ve! saltem ex
convenientia quae in eo resultat supposira
tali lege. Unde etiam fit ut aliquod bonum
ter dictas rationes boni videtur esse alta
quae ab illis distinguí se u praescindi potest;
sunt enim quaedam bona per se amabilh,
tamur non ideo bonum est quia delectat, consistit in a!iqua virtute ve! efficacia prae- utile non habeat a!iam convenientiam ve! non quia delectant, nec quia honesta sunt
sed potius ideo delectat quia bonum est; standi rem illam ad quam est utile. Dice- bonitatem nisi honestaüs; ut, verbi gratia, sed praecise quia naturam perficiunt, ut sa-
supponit ergo delectatio in obiecto conve- tur fortasse bonitatem rei utilis non consis- corporis afflictio quatenus utilis est ad sa- nitas, scientia, corporis integritas et ipsum
nientiam et bonitatem distinctam a delec- tere in uti!itate ipsa, sed in convenientia et tisfaciendum Deo, non habet bonitatem esse ac vivere; nam etiam si mente prae-
tatione ipsa. De illa ergo inquiro an consti- appetibilitate quam habet talis utilitas re- aliam nisi honestam; et eadem ratione scindamus omnem delectationem, haec sunt
tuat bonum delectabile, necne; nam, ,¡ medium quod tantum est utile ad de!ecta- bona et amabilia, '\}t per se constat; et si-
constituit, ergo non est delectatio ipsa pn-
spectu hominis, et consequenter dicetur bo-
num utile non habere hanc convenientiam 1 tionem capiendam, non habet convenientiam militer, licet praescindamus omnes rationes
mum delectabile bonum; immo nec videtur ex se, sed ex fine ad quem est utile. Con- aliquam ve! bonitatem nisi participationem virtutis, haec sunt amabilia ut co'nnaturalia
1
236 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 237
cindiendo de la honestidad. Y es señal de esto el que a veces se persiguen por hacer, amar, etc. Con todo, si esta afirmación se entiende referida a la recta
medios honestos, a veces por medios vergonzosos, no por el deleite sino por la razón en cuanto dice el juicio o conocimiento de aquello que conviene hacer,
sola natural conveniencia; por consiguiente, se da alguna r~zón de bien distinta en este sentido no consiste la honestidad en la conformidad con el dictamen de
de aquellas tres. la razón, ni es aquélla la primera regla o la primera razón de tal honestidad.
Pues no es honesto el bien porque juzga la recta razón que es tal, sino al con-
Solución de la primera dificultad trario, porque el mismo bien en verdad y en la realidad es tal; por ello, la ver-
dadera y recta razón juzga que es tal. Y por este motivo, el recto juicio es para
11. Para satisfacer a la primera dificultad y explicar qué es propiamente el nosotros la regla del bien honesto, ya que nos lo manifiesta; con todo, en sí
bien honesto, hay que advertir que de dos maneras puede tomarse o decirse el supone ya este juicio la propia conveniencia, de la que le viene al bien honesto el
bien honesto. Una, en orden a las acciones humanas y morales en cuanto pue- ser tal; y esta conveniencia decimos que es con referencia a la naturaleza ra-
den regularse con la razón recta y prudente, y en este sentido se llama bien ho- cional en cuanto que es tal y tiene tales atributos o propiedades. Pero en cam-
nesto el que por sí y de suyo es digno del hombre o de persona dotada de razón,
tal como se lee en Santo Tomás, II-11, q. 145, a. 1 y ss. En la cual conveniencia bio, si se toma el dictamen de la recta razón no formalmente sino como radi-
no se considera ventaja alguna que por medio de este bien enriquezca a la per- calmente, en este sentido se dice con razón y a priori que el bien honesto es aque-
sona con respecto a la que se dice que es tal bien; pues esa ventaja, aunque llo que es conforme a la razón; es decir, que es conforme a la naturaleza racional,
frecuentemente intervenga, con todo formalmente y por sí, no es necesaria para la cual, por lo mismo, es apta por naturaleza para juzgar que esto ha de ser
la honestidad, sino que basta con aquella decencia y proporción que se encuentra hecho o apetecido por ella. ·
entre tal bien y la naturaleza que dirige sus operaciones con la recta razón. 13. Pero el bien honesto tomado de este modo puede aún distinguirse en
Igual que dar limosna es honesto porque es de suyo conveniente a la naturaleza acto, hábito y objeto honesto; pues hay actos formalmente buenos y honestos,
racional, aun cuando por un imposible el hombre que obrase así no gozase por como son los actos de las virtudes, principalmente de la voluntad, y a éstos co-
ello de ninguna utilidad o provecho fuera del mismo obrar bien. Del mismo rresponden los hábitos de las virtudes, que con razón se cuentan entre las má~
modo que también respecto de Dios se dice que es conveniente y honesto co- ximas cosas buenas y honestas, porque son dignas en sumo grado del hombre
municarse, beneficiar y compadecerse, no porque sea provechoso para El, sino dotado de razón; y en estos actos o hábitos se suponen los objetos honestos,
porque es algo por sí digno y proporcionado a su bondad. Por consiguiente, el pues de ellos toman los actos y hábitos su honestidad, como indica Santo To-
bien honesto explicado de esta forma dice una peculiar razón de conveniencia, más en I-II, q. 19, a. 1, ad 3, donde disputa ampliamente sobre este punto;
y por parte de la cosa que se dice honesta incluye su perfección con todas las y en la q. 20, a. 1, ad 2, y en la q. 2 De Malo, a. 3, in corp. y ad 8. Pues el
condiciones físicas o morales necesarias para la referida conveniencia con la na- acto honesto como tal no se ocupa sino del bien honesto; por lo cual es preciso
turaleza racional. que suponga tal bondad en él, pues el acto de la voluntad no confiere a su
12. Y suele este bien explicarse por la conveniencia con el dictamen de la objeto la bondad, sino más bien se funda en ella, y por esto, más arriba, Santo
recta razón; pues es honesto aquel bien que la recta razón dicta que se ha de Tomás llama a esta honestidad bondad primordial.
bona et propter illa possunt amari alia ut maliter non est ad honestatem necessaria,
utilia, praecisa honestate. Cuius signum est sed su(ficit illa decentia et proportio quae recta ratio dictat esse faciendum vel aman- terea nata est iudicare hoc sibi esse fackn-
quia interdum per honesta media, interdum reperitur inter tale bonum et natu- dum, etc. Tamen, si hoc dictum intelligatur dum ve! appetendum.
per turpia inquiruntur, non ob delectatio- ram quae operationes suas recta ra- de recta ratione prout dicit iudicium seu 13. Bonum autem honestum hoc modo
nem sed ob solam naturalem convenientiam; tione dirigit. Sicut dare eleemosynam est cognitionem eius quod expedit facere, sic sumptum distinguí potest in actum, habitum
datur ergo aliqua ratio boni ab illis tribus honestum, quia est per se consentaneum non consistir honestas in conformitate ad et obiectum honestum; sunt enim actus for-
distincta. naturae rationali, etiamsi per impossibile ho- dictamen rationis neque est illa prima re- maliter boni et honesti, ut sunt actus virtu-
rno sic operans nullam inde utilitatem ve! gula seu prima ratio talis honestatis. Non tum, praesertim voluntatis, et his correspon-
Expeditur prima difficultas commoditatem caperet praeter ipsum recte enim ideo bonum est honestum quia recta dent habitus virtutum, qui inter maxima bona
11. Ad satisfaciendum primae difficulta- operari. Quomodo etiam respectu Dei dici- ratio iudicat ,esse tale, sed e converso, quía et honesta merito computantur, quia maxime
ti et declarandum quid proprie sit hones- tur esse conveniens et honestum sese com- ipsum bonum vere et in re tale est, ideo decent hominem ratione utentem; et hlS ac-
tum bonum, advertendum est duobus mo- municare, benefacere ac misereri, non quía recta et vera ratione iudicatur esse tale. Et tibus ve! habitibus supponuntur obiecta ho-
dis dici vel sumi posse bonum honestum. illi sit commodum, sed quia est per se de- ideo quoad rtos rectum iudicium est regula nesta; nam ab his sumunt actus et habi-
Uno modo, in ordine ad actiones humanas cens ac proportionatum illius bonitati. Bo- boni honesti, quía nobis manifestat i!lud; ta- tus suam honestatem, ut significar D. Tho-
et morales prout recta et prudenti ratione num ergo honestum hac ratione explicatum men secundum se supponit illud iudicium mas, I-II, q. 19, a. 1, ad 3, ubi de hac re
regulari possunt, et hoc modo bonum ho- dicit peculiarem rationem convenientiae et propriam convenientiam ex qua habet bonum latius disputatur, et q. 20, a. 1, ad 2, et
nestum dicitur quod per se et ex se decet ex parte rei quae honesta dicitur includit honestum quod tale sit; hanc autem di- q. 2 de Malo, a. 3, in corp., et ad 8. A¡;tus
hominem vel personam ratione utentem, ut perfectionem eius, cum omnibus conditioni- cimus esse ad naturam rationalem quatenus enim honestus ut sic non versatur nisi cir-
sumitur ex D. Thoma, II-II, q. 145, a. 1, bus ve! physicis, ve! moralibus, ad praedic- talis est et tales habet proprietates seu attri- ca bonum honestum; un de necesse est ut
et sequent. In qua convenientia non consi- tam convenientiam cum natura rationali ne- buta. Si vera dictamen rationis non formali- in i!lo talem bonitatem supponat, nam ac-
deratur aliqua commoditas quae per tale bo- cessariis. ter sed quasi radica!iter sumatur, sic bene tus voluntatis non confert obiecto suo boni-
num accrescat illi personae respectu cuius 12. Solet autem hoc bonum per conve- et a priori dicitur bonum honestum esse tatem, sed potius in illa fundatur, et ideo
dicitur es se huiusmodi bonum; haec enim, nientiarh ad dictamen rectae rationis decla- i!lud quod est conforme rationi, id est, quod D. Thom. supra,' hanc honestatem bonita-
licet saepe intercedat, per se tamen ac for- rari; nam i!lud bonum est honestum quod est conforme naturae rationali, quae prop- ·tem primordialem vocat. ·
------~ ~-- --------~---
. 14. Y con lo que llevamos dicho se ha respondido a toda aquella primera usar mal, como ocurre con las potencias mismas, por lo cual San Agustín llamó
dificultad en cuanto se refiere al .bien hone~to. tomado con este rigor y propie- a aquéllas bienes máximos, y a éstas, bienes medios; sino del mismo modo que
~ad. Pues co~cedemos que este bien no se ltmlta a la operación, hábito 0 forma, los bienes que pertenecen a la integridad y complemento de la naturaleza son de
smo que conviene a toda cosa que es apetecible por el hombre de modo honesto· suyo convenientes y, en cuanto de ellos depende, capaces de ser amados con recti-
y. conforme con la recta razón. Concedemos, además, que este bien no es tal pre- tud. Y de este modo son honestos el mismo ser, vivir y saber. Ni solamente los
~tsamente porque es por sí conveniente a la voluntad o al apetito del hombre bienes inherentes, sino también las cosas extrínsecas que en ocasiones son con-
en la razón de objeto apetecible, pues como rectamente prueba el argumento allí venientes por sí, al menos como objeto de los actos vitales, pueden contarse en-
exp~est?, esta razón de apetecible por sí, formalmente tomada, supone una con- tre estos bienes honestos, y así queda también resuelta la primera dificultad en
vemen.cta con la, naturaleza racional, por razón de la cual tal bien es para ella cuanto puede afectar a este bien, sobre lo cual volveremos a insistir en la sol u-·
apetectble por st. ción de la última dificultad.
15. Puede tomarse también en otro sentido el bien honesto no en orden
a. las costumbres sino en orden a la naturaleza, y es aquello que' por sí perfec- Se trata la segunda dificultad
cton~ a la naturaleza y es para ella ventajoso incluso prescindiendo de la razón 16. Acerca de la segunda dificultad hay que distinguir dos cosas que en'
de vtrtud, como es la salud, la integridad y la vida misma, la cual, en ocasiones, ella se tocan, a saber: la delectación y el objeto de la delectación, y de ambos
es deshonroso amar y defender, aun cuando de suyo parezca lo más conveniente hay que decir que son, de suyo, un bien conveniente de algún modo y por
para la naturaleza. Y a este bien parece que los antiguos filósofos llamaron ·bien - sí apetecible. Y ciertamente, tratándose de la delectación misma, la cosa es por
de la natura!eza, y 1~ di~tinguían d~l bien honesto, al que llamaban por sí digno~ sí evidente, pues es un acto que _de suyo invita y arrastra mucho al apetito, lo
como se cohg: de Ciceron, en sus hbros III y IV De Finibus. Sin embargo, pues- cual es señal de que tiene con él por sí misma una gran proporción. Y tra-
to que este bien. de la naturaleza es por sí conveniente y amable, se juzga por tándose del objeto de la delectación se prueba porque el objeto de la delectación·
esto . que e! apettto nat~al se relaciona con este bien del mismo modo que el es un bien; luego la delectación supone en aquel objeto una bondad, ya que los
apetito rac10nal se relaciona con el bien por sí digno, y de esta manera, en or- actos del alma no constituyen a sus objetos, sino que los suponen; por consi-
den a la naturaleza, queda este bien comprendido bajo el bien honesto. Se añade guiente, el objeto de la delectación no es bueno y conveniente porque es objeto
también el que esta raz?n d~ bien es suficiente para que aquel mismo pueda de delectación, sino al contrario; puede ser objeto de delectación porque es bue-
ser honestamente apetecido si por otra parte no se opone algún impedimento no y conveniente. Por tanto, es de suyo bueno y apetecible, y no por la sola deno-
porque como la recta razón es aquella por lo que el hombre debe regirse o go~ minación o relación a la delectación, aunque tal vez la etimología del nombre
bernarse, a ella. le toca proponer las cosas que son ventajosas y convenientes para o su imposición haya sido tomada de allL Con esto consta, por tanto, que ya
la naturaleza, si no se opone, por otra parte, algo o se sigue algún inconveniente se toi:ne el bien deleitable por la misma delectación, ya se tome por el objeto o·
mayor. Por consiguiente, de acuerdo con esta manera de hablar sobre el bien bien que deleita, ya -lo que es más probable- por ambas cosas en unidad, a
honesto, hay que conceder que las potencias del alma son ciertos bienes hones- saber, por el descanso que se halla en tal cosa, del mismo modo que la felicidad
a veces se toma por la objetiva, a veces por la formal, a veces por toda la feli-
tos, ciertamente no del mismo modo que las virtudes, de las cuales no podemos
sumus sicut potentiis ipsís, propter quod ab per se manifestum; nam est actus qui ex
14. Atque ex his responsum est ad to- conveniens naturae videatur. Et hoc bonum Augustino haec maxima, illa vera media bo- se valde invitat et trahit appetitum, quod est
tam illam primam difficultatem, quatenus videntur antiqui philosophi appellasse bonum na esse dicuntur, sed ea ratione qua bona signum ex sese habere cum illo magnam
spectat ad bonum honestum in hoc rigore naturae, quod distinguebant a bono honesto pertinentia ad integritatem et complementum proportionem. De obiecto autem delectatio-
et proprietate sumptum. Concedimus enirn quod per se decens appellabant, ut colligi- naturae per se convenientia sunt et quan- nis probatur, quia obiectum delectatíonis est"
hoc bonum non limitari ad operationem, vel tur ex Cicer., lib. III et IV de Finib. Ta- tum ex ipsis est, recte amabilia. Atque hoc bonum; ergo delectatio supponit in obiecto
habitum, vel formam, sed convenire omni men, quía hoc bonum naturae per se con- modo ipsum esse, vívere et sapere honesta illo bonitatem, quia actus animae non con--
rei quae honeste et secundum rectam ratio- veniens est et amabile, ideo ita censetur sunt. Neque solum inhaerentia bona, sed stituunt obiecta sua sed supponunt; obiec-
nem est appetibil(s ab homine. Concedimus comparari appetitus naturae ad hoc bonum etiam res extrinsecae quae interdum sunt tum ergo delectationis non est bonum et
deinde hoc bonum non ideo tale esse quia sicut appetitus rationalis ad .bonum per se per se convenientes, saltem ut obiecta vi- conveniens quia est delectationis obiectum,
est per se conveniens voluntati seu appeti- decens, atque hac ratione in ordine ad natu- talium actuum imer haec bona honesta com- sed e contra quia bonum est et conveniens,
tui hominis in ratione obiecti appetibilis; ram hoc bonum comprehenditur sub bono putantur, et sic etiam expedita est prima ideo delectationis obiectum esse poc- :i:. Est
nam, ut recte argumentum ibi factum pro- honesto. Accedit etiam quod haec ratio boní difficultas quantum ad hoc bonum pertine- igitur ex se bonuín et appetibile et non per
bat, haec ratio per se appetibilis formaliter sufficiens est ut ipsum honeste appetatur, re potest, de quo in solutione ultimae dif- solam denominationem vel habitudinem ad ·
sumpta supponit convenientiam cum natu- si aliunde ímpedimentum aliquod non in- ficultatis plura dicemus. delectationem, quamvis fortasse nominis ety-
ra rationali, ratione cuius tale bonum illi est tercedat, quía cum recta ratio sit qua horno mologia vel impositio inde sumpta sit. Hiric
per se appetibile. regí debet aut gubernari, ad illam pertinent Tractatur secunda difficultas ígitur constat, _sive delectabile bonum su-
15. Alío vera modo sumi potest bonum matur pro delectatione ipsa, sive pro obiec-
et quae sunt naturae commoda et conseh- to seu bono illo quod delectar, sive (quod·
honestum, non in ordine ad mores sed in tanea proponere, njsi aliunde aliquid ob. 16. Circa secundam difficultatem duo
ordine ad naturam, et est illud quod per se sunt distinguenda quae ibi attinguntur, sci- probabile est) pro utroque per modum unius,
stet vel maius aliquod incommodum subse- scilicet, pro quiete in tali re, sicut beatitudo
perficit naturam et est commodum illi etiam quatur. Hoc igitur modo loquendi de bono Jicet delectatio et delectationis obiectum, et
seclusa ratione virtutis, ut est sanitas, inte- de utroque dicendum est esse bonum ex se interdum sumitur pro obiectiva, interdum
honesto, concedendum est potentias animae pro formali, intetdum pro tata beatitudine
gritas et vita ipsa quam interdum amare esse quaedam honesta bona, non quidem eo conveniens aliquo modo et per se appetibi-
vel tuerj turpe est, etiamsi ex se maxime le. Et quidem de delectatione ipsa, id est quae per modum unius utramque. complecti--
modo quo virtutes, quibus mal e uti non pos-
j
240 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 11 241
6!Ídad que comprende a una y otra abrazadas en unidad, de cualquier manera como lo visible se toma de la V!Slon; sino que supone sólo el bien conveniente
de éstas, digo, que se tome el bien deleitable, con razón se dice bien por sí y no al apetente, con cuya consecución se deleita. Y esto se corrobora con ejemplos,
sólo por una relación extrínseca o denominación, en lo cual se distingue acerta- pues cuando el enfermo se deleita con la salud que ha recuperado, no conside-
damente del bien útil. ra ninguna otra razón de bien para deleitarse más que el provecho aquel que
17. Por su parte, fácilmente se distingue la bondad o conveniencia de la la salud proporciona a su naturaleza; luego en la salud, en cuanto que es objeto
misma delectación, de la bondad o conveniencia de la honestidad, sea moral o de delectación, no hay otra bondad más que la natural conveniencia de la salud
natural; pues la conveniencia de la delectación sólo consiste en la suavidad y con la naturaleza humana. De igual manera la visión beatífica, o Dios claramente
descanso vital -por llamarlo así- que logra el apetito en el bien alcanzado, visto y poseído, es objeto de gozo perfecto, no por otro motivo sino porq·.._- es
sea que tenga otra clase de conformidad con la razón o naturaleza racional o que el bien proporcionado y conveniente en grado máximo a la naturaleza del hombre;
no la tenga, pues estas cosas son accidentales para el concepto de la delectación luego, en general, el bien deleitable, fundamentalmente (por decirlo así), y en
en cuanto tal. Y por esta causa se distingue acertadamente, al menos por razón cuanto que intrínsecamente se supone por parte del objeto para la misma delec-
de la delectación, el bien deleitable del bien honesto, tanto moral como natural, tación no es otra cosa que el bien que conviene por sí a la naturaleza humana
ya porque tiene una conveniencia peculiar, como dije; ya también porque tiene y, por tanto, honesto, sea moral o natural.
una fuerza peculiar para mover el apetito, de la cual nace el que a veces no sólo 19. A esto puede responderse de dos maneras. Primero, concediendo todo
mueva en contra de la razón, sino también en contra del provecho de la natu- el raciocinio hecho y diciendo ·consecuentemente que el bien deleitable no se
raleza. distingue del bien que por sí conviene a la naturaleza humana más que en cuan-
18. Pero sobre la bondad del objeto deleitable, que en él se supone para to incluye la delectación que en tal bien se considera como la razón propia
que cause delectación, no es fácil juzgar cuál sea ésta ni cómo se distinga de la que mueve a su apetición. Esta parece que es la opinión de Santo Tomás, en
honestidad moral o natural. Y la razón de la dificultad está en que la delectación I, q. 5, a. 6, y en I-U, q. 32, a. 1, ad 3, donde dice que las operaciones son
versa sobre un bien conveniente y conseguido o presente, como se toma de Aris- deleitables en cuanto son connaturales y proporcionadas al que opera; y en toda
tóteles en el libro I de la Retórica, c. 10; y Santo Tomás, extensamente en 1-II, aquella cuestión insinúa lo mismo; y lo mismo señala Cayetano en lo que anota
q. 31, a. 1 y ss. Pero el bien conveniente, cuya consecución se supone para la acerca de aquel artículo primero. Por lo cual se ha de decir además, consecuen-
delectación, no es otra cosa que el bien conveniente a la naturaleza, sea a la na- temente, que el bien deleitable, en cuanto que se dice bueno y amable por sí,
turaleza' espiritual si se trata de una delectación espiritual, sea corporal, si es incluye intrínsecamente la delectación misma, ya se aprehenda sola la delecta-
sensible; y el bien conveniente a la naturaleza no es otro que el bien honesto, ción misma como tal bien de suyo conveniente por ser aquello que es, es de-
ya sea moral, si es de tal forma conveniente a la naturaleza. racional en cuanto tal cir, por aquel agrado que formalmente confiere, ya sea que se aprehenda todo
que por sí mismo convenga, ya sea natural si solamente es ventajoso por sí mis- esto, es decir, este objeto, en cuanto que lleva consigo unida la delectación,
mo para la naturaleza en cuanto referido a la perfección de ésta; por consiguien- a manera de un solo objeto que se dice bien deleitable, para el cual la delecta-
te, la delectación no supone el bien deleitable en cuanto tal; más aún, ésta parece ción misma viene a ser como la forma. Por ello, Aristóteles, en el libro X de la
mejor una denominación extrínseca tomada de la misma delectación en potencia, Etica, c. 2, dice que el placer es por sí apetecible y que hace más deseable a
ne, sed supponit tantum bonum conveniens venience naturae nisi prout delectationem in-
tur, quocumque (inquam) ex his modis bo- 18. At vero de bonitate obiecti delecta- ~ppetenti · de cuius consecutione de!ectatur. cludit, quae in tali bono consideratur ut
num delectabile sumatur, merito per se bo- bilis quae in eo supponitur ut delectationem Et confirmatur hoc exemplis; nam, cum propria ratio movens ad appetitionem eius.
num dici et non tantum extrínseca habitu- causet, non est facile ad iudicandum quae- infirmus delectatur de consecuta sanitate, nul- Quae videtur esse sententia D. Thomae, I,
dine ve! denominatione, in quo recte a bono nam sit et quomodo ab honestate ve! morali Iam aliam rationem boni considerat ut de- q. 5, a. 6, et I-II, q. 32, a. 1, ad 3, ubi
utili distinguitur. ve! naturali distinguatur. Et ratio difficul- !ectetur nisi commoditatem jllam quam natu- ait operationes esse de!ectabiles in quantum
17. Rursus facile distinguitur bonitas ve1 tatis est quia delectatio est de bono conve- rae suae affert sanitas; ergo in sanitate ut est sunt connaturales et proportionatae operanti;
convenientia ipsius delectationis a bonitate nienti et consecuto seu praesenti, ut sumi- obiectum delectationis, non est alía bonitas et in tota illa quaestione idem insinuar; et
ve! convenientia honestatis, sive moralis, sive tur ex Aristotele, I Rhetor., c. 10; et D. praeter naturalem convenientiam sanitatis idem significar Caietanus in his quae notat
naturalis; nam convenientia delectationis so- Thoma late, I-II, q. 31, a. 1 et sequentibus. cum natura hominis. Simili modo visio bea- circa illum articulum primum. Ex quo ul-
lum en~ 'listit in suavitate illa et vitali quie- Bonum autem conveniens, cuius consecutio ta seu Deus ciare visus et possessus, cst terius dicendum est consequenter bonum de-
te (4¡ sic dicam), quam appetitus habet in delectationi supponitur, non est aliud nisi obiectum perfecti gaudii non alia ratione !ectabile quatenus dicitur per se bonum et
bono adepto, sive habeat conformitatem bonum naturae conveniens ve! spirituali na- nisi quía est bonum maxime proportiona- amabile, intrinsece includere de!ectationem
aliam cum ratione seu rationali natura, sive turae, si de!ectatio spiritualis sit, ve! corpo- tum et conveniens naturae hominis; ergo in ipsam, sive sola ipsa de!ectatio apprehen-
non; haec enim ad rationem delectationis rali, si sit sensibilis; bonum autem con- universum, bonum delectabile fundamentali- datur ut tale bonum per se conveniens prop-
ut sic accidental:::¡ sunt. Atque oh hanc cau- veniens naturae non est aliud nisi bonum ter (ut sic dicam) et quatenus intrinsece ter id quod est, id est, propter suavitatem
•:m merito delectabile bonum, saltem ratio- honestum, ve! morale, si sit ita conveniens supponitur ipsi de!ectationi ex parte obiecti, illam quam formaliter confert, sive hoc to-
ne delectationis, a bono honesto tam mora!i naturae rationali ut sic ut per se deceat, ve! nullum a!iud est nisi bonum per se conve- tum, scilicet tale obiectum ut secum habet
quam naturali distinguitur, tum quia habet naturale, si solum sit per se commodum na- niens naturae atque adeo honestum, vel mo- delectationem adiunctam, apprehendatur per
peculiarem convenientiam,· ut dixi; tum turae, ut ad perfectionem eius spectans; et- rale, ve! naturale. modum unius obiecti quod bonum de!ecta-
etiam quia habet peculiarem vim movendi go delectatio non supponit bonum delecta- 19. Ad hoc duobus modis responderi bile dicitur, cuius veluti forma est de!ectatio
appetitum, ex qua fit ut interdum moveat bile ut de!ectabile est; immo haec potius potest. Primo, concedendo totum discursum ipsa. Unde Aristot., X Ethic., c. 2, ait vo-
non solum contra rationem, sed etiam con- videtur denominado extrínseca ab ipsa de- factum et consequenter dicendo bonum de- luptatem esse per ·se expetibilem, facereque
tra commodum naturae. lectatione in potentia, sicut visibile a visio- lectabile non distinguí a bono per se con- quodvis bonum magis expetibile, ·si illi Jld-
16
242 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 11
243
· bze
cua lquzer · n al que se. aiiada. En las cuales- palabras
. indica
'1 1 que
h la delectación
· ·
ciertamente supone el bten, pero que ella, anadtda a aque e .ace mas apetect· que con ambos queda constituído un solo bien deleitable, apetecible por sí e
intrínsecamente.
ble porque, evidentemente' lo constituye· como agradable
. ,
y dele1table; luego tal
d 1 ·· y 1
b. da completado y cuasi formalmente constltmdo por 1a e ectacwn. o 21. El segundo modo de responder puede ser que en el objeto de la delec-
mismo señaló Santo Tomás en I, q. 5, a. 6, cuando ensena que e 1en d e1elta
ten que - 1 b' · ble tación se encuentra siempre una cierta conveniencia especial por razón de la cual
termina al apetito por razón de la delectación, que es el descanoo en la cosa puede ser objeto de delectación, y por la que es propia e intrínsecamente deno-
deseada. . . minado bien deleitable, y que dicha conveniencia es distinta y capaz de ser se-
20. Y añade allí, en la solución ad 2, que se llaman propzamente bzenes de- parada o prescindida de la propia conveniencia de la honestidad, tanto moral
leitables los que no tienen ninguna otra razón de apetibilidad cu~ndo, p~r. ~o de~ corno natural. En efecto, corno bien explica Cayetano, I-II, q. 32, a. 1, el objeto
más son nocivos e inhonestos. Las cuales palabras favorecen dtcha opm10n en de la delectación es una cosa u operación aprehendida corno conveniente; pero
cua~to que en ellas se dice que la delectación es toda la razón de apetecer el no es necesario que esta conveniencia sea de algún modo honesta o provechosa
bien deleitable en cuanto tal; pero, en cambio, lo que se dice en e!l~s. de que para la naturaleza, sino que basta con que sea proporcionada al gusto, por
puede darse una cosa en la que no haya. ninguna otra razón d~ apet1b1l:dad ex- ejemplo, o a otro sentido o potencia. Parece, por consiguiente, que existe en
cepto la delectación, parece que contrad1ce a lo afirmado anteno~~ente, por lo tales objetos deleitables un cierto modo especial de conveniencia suficiente para
cual parece que son falsas por la razón antes dada: que la delectacwn ;esulta ~na constituir una especial razón de bien que parece quedar comprendido bajo la
vez conseguido el bien, y por ello es necesario que suponga otra razon antenor delectación, siempre que la delectación se dice que es toda la razón de apetibili-
de bien en virtud de la cual sea apetecible; por consiguiente, no puede darse dad en el bien deleitable en cuanto tal. Y se inclina a esta manera de expresión
tma cos~ que produzca delectación y que, sin embargo, ~o tenga razón algu~a
Santo Tomás en las palabras arriba citadas de I, q. 3, a. 6, ad 2.
de apetecible fuera de la delectación. Con todo, puede de~1rs~ que S~nto Tornas 22. Pero (para confesar la verdad) este último modo de hablar ni puede
no pretendió excluir de tal cosa toda razón de convemencm prev1a a la de- fundarse suficientemente ni explic:::rse, ya que no se puede entender qué es aque-
lectación en la que ésta se funde, sino que quiso indicar que a veces sucede que lla especial conveniencia si no es la que consiste en la buena constitución de la
esta conveniencia es tal que, apartada la delectación, no haga ~ 1~ cosa absoluta- naturaleza, o en el ser u obrar proporcionado a la naturaleza. Esto se toma de
Aristóteles, libro VII de la Etica, c. 12 y 13, y libro X, c. 4 y 5, y libro I de la
mente apetecible, ya que es perjudicial o inhonesta. Por constgmen~e, de acuer-
do con este modo de hablar, hay que concederle a la segunda d1ficultad que Retórica, c. 10, al fin, donde dice en este sentido que el placer es una afección
que toda al mismo tiempo y sensiblemente va hacia la naturaleza, como expone y·
aquella cosa u operación que es objeto ~e delec~ación, a~nque te.n~a otra razón
trata Santo Tomás en I-II, q. 31, a. 1, y q. 32, a. 1, y en el mismo lugar Ca-
anterior de bien, sin embargo, no es bten delettable mas que umcamente por
yetano. Asimismo, porque la delectación tiende hacia el mismo bien y objeto
aquella razón por la que lleva unida la delectació?. Ni resul~a de e~to que , se conveniente al que tiende el amor y el deseo, y sólo difiere de ellos en que tien-
confunda este bien con el bien útil, o que tenga solo una razon de bten extrm- de hacia dicho bien en cuanto presente y conseguido; pero con respecto al amor
seca al modo corno la tiene el bien útil, porque la cosa se relaciona con la ~elec o al deseo, prescindiendo de la delectación, no se entiende otra razón de convenien-
tación que de ella se sigue corno con su objeto, y por esto es por lo que se ¡uzga cia fuera de la que pertenece a la honestidad moral o natural, o al menos es cer-
datur. In quibus verbis indicat delectatio- rem rationem boni supponat, ratione cuius utraque unum bonum delectabile intrinsece do dicendi D. Thomas, in verbis supra ci-
nem quidem supponere bonum? ipsam .v~ro sit appetibilis; non ergo potest dari res qua e et per 'se appetibile constituí censetur. tatis ex I, q. 3, a. 6, ad 2.
illi additam facere illud mag1s appetlbJ!e, delectationem afferat et tamen nul!am habeat 21. Alter modus respondendi esse potest 22. Sed (ut verum fatear) hic posterior
ouia nimirum constituit illud iucundum et aliam rationem appetibilis praeter delectatio- in obiecto delectationis reperiri semper spe-
dicendi modus nec sufficienter fundari pot-
delectabile; ergo tale bonum delectatioue ip- nem. Dici vera potest D. Thomam non in- cialem quamdam convenientiam ratione cuius est nec declarari, quia intelligi non potest
sa completur et quasi formaliter constituitur. tendisse excludere ab huiusmodi re omnem esse potest delectationis obiectum et ab illa
proprie et intrinsece denominad bouum de- quaenam sit illa specia!is convenientia prae-
Et hoc ipsum significavit D. Thomas, I, rationem convenientiae delectatione prio- ter eam quae est in bona constitutione na-
q. 5, a. 6, cum docet. bonum dele~ta~ile ter- rem in qua delectatio fundetur, sed indi~are lectabile, eamque convenientiam distinctam
esse ac separad posse seu praescindi a pro- turae seu in esse ve! operari naturae pro-
minare appetitum ratione delectat1oms quae voluisse interdum contingere hanc convemen- portionato. Quod sumitur ex Aristot., VII
est quies in re desiderata. tiam talem esse ut, seclusa delectatione, non pria convenientia honestatis tam moralis,
Ethic., c. 12 et 13, et lib. X, c. 4 et 5, et I
20. Additque ibi, in soltlt. ad 2, illa ~ro faciat rem simpliciter appetibilem, quia est quam naturalis. Nam, ut bene Caiet. tractat,
I-II, q. 32, a. 1, obiectum delectationis est Rhetor., c. 10, in fine, ubi hoc sensu ait
prie dici bona delectabilia quae nullam al!am noxia vel inhonesta. Iuxta hunc ergo dicen- voluptatem esse affectionem totam simul et
habent rationem appetibilitatis, cum alioqui di modum, ad secundam difficultatem con- res ve! operatio apprehensa ut conveniens;
sensibiliter in naturam proficiscentem> ut ex-
sint et noxia et inhonesta. Quae verba fa- cedeudum est rem illam vel operationem non est autem necesse ut haec convenien- ponit et tractat D. Thomas, I-II, q. 31, a. 1,
vent dictae sententiae, quatenus in eis dici- quae est obiectum delectationis, licet aliam tia sit aliquo modo honesta ve! commoda
et q. 32, a. l, et ibi Caiet. Item, quia delec-
tur delectationem esse totam rationem ap- priorem rationem boni habeat, tamen non naturae, sed satis est ut sit proportionata tatio in idem bonum et conveniens tendit
petendi bonum delectabile ut si~; in ;o ve- esse bonum delectabile nisi ea tantum ratio- gustui, verbi gratia, vel alteri sensui aut po- in quod amor vel desiderium; solum enim
ro quod in eis dicitur posse dan rem m qua ne qua habet delectationem adiunctam. Ne- tentiae. Videtur ergo esse in his obiectis de- differt ab eis, quia tendit in illum bo-
nulla prorsus sit alia ratio appetibilis praeter oue inde fit confundí hoc bonum cum bono lectabilibus quidam specialis modus conve- num ut praesens et consecutum; sed respec-
delectationem, videntur contradicere superius litili aut habere tantum extrinsecam ratio- nientiae sufficiens ad constituendam specia- tu amoris ve! desiderii, seclusa delectatione,
dictis · unde falsa videntur ob rationem su- nem boni eo modo qua bonum utile, quia lem rationem boni, quae sub delectatione non intelligitur alia ratio convenientiae prae-
pra f~ctam, quod delectatio resultat ex bono res comparatur ad delectationem quae ex comprehendi videtur, quotiescumque delec- ter eam quae ad· honestatem moralem ve!
consecuto et ideo necesse est ut aliam prio- illa sequitur ut obiectum eius, et ideo ex tado dicitur esse tata ratio appetibi!is in naturalem pertinet> ve! saltem certissimu'!l
bono delectabili ut sic. Et ita favet huic mo- est amorem et desiderium directe ferri posse
244 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 11 245
tísimo que el amor y el deseo pueden directamente dirigirse hacia tal convenien- perfecto; ahora bien, ninguna cosa se perfecciona por la sola denominación ex-
cia o hacia el bien bajo tal razón; por consiguiente, es igualmente cierto que trínseca tomada de una perfección ajena; mas el bien útil es verdaderamente
la delectación en su objeto no requiere otra razón de conveniencia; por tanto, un bien; luego no es bien por la sola denominación tomada de la bondad del
idear o fingir ésta como algo anterior a la delectación misma ni tiene funda- fin, sin~ que tiene en sí su propia bondad. Sin embargo, esta opinión es falsa,
mento ni puede explicarse suficientemente. Porque el que algunas delectaciones como dtremos con más extensión después, al tratar acerca de la causa final. Estú,
surjan de la peculiar conveniencia del objeto con una facultad, como con el gusto además, en contra de Santo Tomás, I, q. 5, a. 6, principalmente en la solución
o el tacto, no sucede más que o bien porque aquella cualidad que se percibe que da ad 2, donde se expresa de este modo: Se llaman útiles las cosas que no
por el sentido y engendra la delectación es objeto por sí connatural y conve- tienen en sí motivos para ser deseadas, sino que son deseadas únicamente en cuan-
niente a tal facultad, o bien porque la operación a la que tal delectación sigue to son conducentes a otra cosa, como ingerir una medicina amarga.
es de modo semejante una perfección natural proporcionada a la potencia. Y así 24. Por consiguiente, al proponer la tercera dificultad se ha respondido rec-
siempre esta razón de bien que por parte del objeto se supone para la delecta- tamente que una cosa es hablar de la utilidad en cuanto significa la virtud que
ción, se reduce al bien por sí conveniente para la naturaleza. Por consiguiente, hay en el bien útil para el efecto respecto del cual se dice útil, y otra hablar,
la primera respuesta es más sólida y mediante ella se satisface a la segunda di- de la utilidad en orden al que apetece, para el que tal bien es útil. En el primer
sentido, es verdad que la utilidad puede ser una cierta virtud y perfección in-
ficultad anteriormente propuesta.
trínseca para el mismo bien útil, la cual perfección ciertamente comparada con
el mismo bien JUe se denomina útil es conveniente para él, no como bien útil
Se soluciona la tercera dificultad juntamente con la cuarta sino como un bien por si mismo proporcionado y connatural a él; como, por
ejemplo, en la medicina que es útil para la salud porque tiene la virtud de expul·
23. Sobre la tercera dificultad, que trata del bien y de lo útil, conceden sar algún humor, es claro que tal virtud es una propiedad intrínseca a la tal me-
algunos que el bien útil tiene su propia e intrínseca bondad por razón de la dicina, que con respecto a ella no es útil sino conveniente y apetecible por ella
cual es en sí apetecible, aunque no por causa de sí. Estas dos cosas, en efecto, misma; en cambio, con respecto al hombre, puede llamarse utilidad aquella vir-
son diversas, porque el medio verdaderamente es amado en sí mismo; es decir, tud que está en tal cosa en orden a tal fin. Pero toda esta utilidad referida al
termina en sí el movimiento del amor; por ello, es menester que en sí tenga la hombre y considerada sólo en sí misma no será hallada buena, conveniente o
bondad útil, distinta de la bondad del fin, por razón de la cual pueda ser tér- apetecible para él, sino que en tanto se tendrá por conveniente en cuanto lo
mino del afecto de amor o de elección; pero con todo, no es amado por causa sea la misma salud, o la expulsión o disminución de tal humor. Por lo cual,
de sí, ya que aquella bondad no es absoluta sino relativa al fin o por causa del si el hombre en este momento no necesita tal medicación para su salud, esa
fin, y porque el fin es la primera causa de amar al medio o al bien útil. Por lo virtud de la medicina no es conveniente para el hombre; en cambio, si la ne-
cual sucede que de acuerdo con esta opinión el bien útil no se distingue de los cesita, es juzgada conveniente sólo en función de la salud. Por tanto, toda la
demás porque sólo es bueno con la bondad extrínseca del fin, sino porque tiene virtud, aunque sea intrínseca a la medicina, no es de suyo conveniente para el
toda su bondad en orden al fin. Y puede confirmarse esta opinión porque es hombre, ni apetecible para él, sino solamente en cuanto en cierto modo queda
contradictorio ser bueno y serlo con bondad ajena, pues bueno es lo mismo que
ni tate bonum esse; nam bonum ídem est num quod utile denominatur est illi con-
quod perfectum; nulla autem res perficitur veniens, non tamquam bonum utile, sed tam-
in huiusmodi convenientiam seu in bonum Tertia difficultas simul .cum quarta sola extrinseca denominatione ab aliena per- quam bonum per se illi proportionatum et
sub tali ratione; ergo aeque certum est de- expeditur fectione; sed bonum utile est vere bonum: connaturale; ut in medicina, verbi gratia,
lectationem in obiecto suo non requirere 23. Ad tertiam difficultatem de bono er. ergo non est bonum per solam denomina~ quae est utilis ad sanitatem quia habet vim
aliam convenientiae rationem; ergo illam ex- utili, nonnulli concedunt habere bonum uti- tionem a bonitate finis, sed in se habet suam expellendi aliquem humorem, clarum est
cogitare vel fingere ut priorem de!ectatione le suam propriam et intrinsecam bonitatem propriam bonitatem. Sed · haec sententia illam vim esse proprietatem aliquam intrin-
ipsa, nec fundamentum habet, nec satis ex- ratione cuius est in se appetibile, licet non falsa est, ut latius dicemus inferius de causa secam tali medicinae, quae respectu illius non
plicari potest. Nam, quod aliquae delectatio- propter se. Haec enim duo diversa sunt; finali disputantes. Estque contra D. Tho- est utilis sed per se conveniens et appetihi-
nes oriantur ex peculiari convenientia obiec- nam medium revera in se amatur, id est, in mam, I, q. 5, a. 6, praesertim in solut. ad lis ipsi; respectu vero hominis illa vis dici
se terminat amoris motum; unde necesse 2, ubi sic ait: U tilia dicuntur quae habent potest utilitas quae est in tali re in ordine
ti cum aliqua facultate, ut cum gustu vel
est ut in se habeat bonitatem utilem, di- in se unde desiderentur, sed desiderantur ad talem finem. At vero tota haec utilitas
tactu, id non est nisi vel quia qualitas illa solum ut sunt ducentia in alterum, sicut comparata ad hominem et per se tantum
quae sensu percipitur et delectationem pa- stinctam a bonitate finis, ratione cuius possit
terminare dilectionis se u electionis affectum; sumptio medicinae amarae. considerata, non invenietur illi bona, conve-
rit, est obiectum connaturale et per se con- 24. Recte igitur ínter proponendam ter- niens, aut appetibilis, sed tantum censetur
non tamen diligitur propter se, quía illa bo-
veniens tali facultati, vel quía operatio ad nitas non est absoluta, sed respectiva ad fi- tiam difficultatem responsum est aliud esse conveniens in quantum sanitas ipsa, dimi-
quam talis delectatio consequitur, est simi- nem seu propter finem et quía finis est pri- loqui de utilitate prout significat vim quae nutio, aut expulsio talis humoris conveniens
liter naturalis perfectio proportionata poten- ma causa diligendi medium seu bonum uti- est in bono utili ad effectum ad quem utile est. Unde, si horno nunc non indiget ad
tiae. Atque ita semper huiusmodi ratio boni le. Quo fit ut iuxta hanc sententiam bonum dicitur, aliud vero esse loqui de illa milita- sanitatem tali purgatione, illa virtus me-
quae ex parte obiecti ad delectationem sup- utile non distinguatur a reliquis eo quod so- te in ordine ad appetentem cui tale bonum dicinae non est conveniens homini; si vero
ponitur, ad bonum per se naturae conve- lum sit bonum bonitate extrínseca finis, sed utile est. Priori modo verum est utilitatem indiget, censetur conveniens solum ob sani-
niens revocatur. Prior ergo responsio soli- quía totam bonitatem suam habet in ordíne esse posse virtutem aliquam et perfectio- tatem. Igitur tota virtus, quamvis intrínseca
dior est et per eam fit satis secundae dif- ad finem. Et potest haec sententia confirma- nem intrinsecam ipsi bono utili, quae qui- medicinae, ex se rion est convenjens homini
ficultati superius positae. ri quía repugnat esse bonum et aliena bo- dem perfectio comparata ad ipsummet bo- neque appetibilis ipsi, sed solum quatenus a
246 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 247
informada y denominada por la bondad del fin; por consiguiente, la bondad y honestidad o para cualquier otro provecho de la naturaleza, y por ello no era pre-
conveniencia que se halla en el bien útil formalmente tomado en cuanto útil, no ciso dividir el bien útil en varios miembros.
se encuentra intrínsecamente en él de un modo completo y formal; sino que
está en él, como materialmente, la utilidad misma o virtud activa de otra cosa; Se resuelve la quinta dificultad
formalmente, en cambio, la conveniencia y la razón entera de la apetibilidad ..:s
la bondad del fin. Y prueba de esto es también que el bien útil en cuanto útil 26. Con lo dicho queda también resuelta la quinta dificultad. Efectivamen-
no excita ni arrastra o mueve hacia sí al apetito; de lo contrario, el medio en te hemos distinguido el bien honesto en orden a la virtud o norma de la recta
cuanto medio tendría la causalidad del fin, lo cual es falso; pero es el fin el que '
razón, que es lo mismo que digno por sí y conveniente con la rec~a razon, ' Y e1
mueve la voluntad para apetecer el medio o bien útil; por lo cual, aunque la bien en orden a la naturaleza, que es por sí conveniente y ventaJoso para ella.
voluntad tienda hacia lo útil como hacia el objeto material, y de este modo se Por tanto, si se toma el bien honesto del primer modo, confesamos que no es
diga que el bien útil termina en sí el movimento de la voluntad, con todo, for- miembro adecuado de esta división, no sólo con respecto a las cosas inferiores que
malmente, también ·aquel movimiento se termina en su fin, porque es toda la no están dotadas de razón, sino ni siquiera con respecto al mismo hombre, el
razón de tender al medio, y por ello en el bien útil no se requiere la bondad cual (como prueba el argumento) puede amar algú~ bien en cuanto de suy~, le
intrínseca y formal para determinar tal acto. resulta conveniente, no a causa de su honestidad, m por causa ?e la delectac10n,
25. Por consiguiente, a la cuarta dificultad se responde negando que el bien sino sólo por causa de la conservación o provecho de su propta naturaleza. En
útil, en cuanto tal, tenga de suyo una conveniencia propria respecto del apetente, cambio tomado el bien honesto en el último sentido, es así miembro adecuado
por razón de la cual sea para él bueno y apetecible, sino que la tiene del fin, no de aqu~lla división, la cual declaró Santo Tomás anteriormente de esta forma,
sólo como de causa radical y remota, sino como de formal y próxima, porque no cuando dice que se llama bien honesto todo aquello que se apetece como cap~z
sólo tiene su conveniencia y bondad por la relación al fin, sino que la tiene del de terminar últimamente el movimiento del apetito, a la manera de algo hacza
mismo fin como de una forma y razón extrínseca, por causa de la cual es objeto lo que el apetito tiende por sí mismo. . . , .
de amor. Y en esto difiere propiamente el bien útil del honesto y deleitable. Por 27. El bien honesto natural está difundtdo por todos los entes.-El bzen uttl
lo cual, si a veces hay algún bien útil que tenga de suyo propia conveniencia con se encuentra en todas las cosas.-Sólo los seres dotados de conocimiento son pro-
la naturaleza o recta razón, bajo aquel aspecto no es útil sino honesto y amable piamente capaces de bien deleitable.- Y con esto se entiende en primer ~~~ar
por sí mismo. Por ello, el que entre los bienes útiles unos puedan ser honestos cómo tiene aplicación esta división al bien en común, en cuanto que prescmde
y otros, en cambio, deleitables, sucede sólo materialmente, en cuanto dichas ra- dd bien humano, de la misma manera también que sus miembros se encuentran
zones de bien pueden reunirse en la misma cosa, e incluso denominarse mutua- en otras cosas diferentes del hombre. Pues el bien honesto natural propiamente
mente, pues tanto la honestidad como la delectación pueden ser útiles para la se encuentra en las cosas inferiores, no sólo en las dotadas de sensibilidad sino
salud, sea del alma o del cuerpo, y la utilidad misma puede ser honesta. Con también en las inanimadas, pues en todas se encuentra alguna perfección que es
todo, formalmente, dichas razones son diversas y la razón de bien útil se encuen- por sí término del apetito animal o natural, como es el mismo ser o conservarse
tra en la misma proporción, sea que se trate de utilidad para delectación, o para que toda cosa apetece. De lo cual resulta que también en cualquier cosa puede
hallarse propiamente el bien útil por referencia a este bien de la naturaleza; pues
bonitate finis quodammodo informatur et habere propriam convenientiam respectu ap- utilitas sit ad delectationem sive ad honesta- membrum illius divisionis quam hoc modo
denominatur; ergo bonitas et convenientia, petentis, ratione cuius i!li sit bonum et tem sivé ad aliud naturae commodum, et declaravit D. Thomas supra, ubi honestum
quae est in bono utili formaliter sumpto, appetibile, sed eam habet ex fine non solum ideo non oportuit bonum utile in varia mem- bonum appellari dicit omne illud quod ap-
ut utile est, non est intrinsece in illo com- ut ex radicali et remota causa, sed ut forma- bra distinguere. petitur ut ultimo te1·minans motum appeti-
plete a e formaliter; sed est in illo quasi ma- li et proxima, quía non solum habet con- tus, sicut quaedam res in quam per se appe-
terialiter utilitas ipsa seu vis activa alterius venientiam suam et bonitatem per habitu- Expeditur quinta difficultas titus tendit.
reí; formaliter vera convenientia et tota dinem ad finem, sed habet illam ab ipso fine 26. Quinta difficultas ex dictis expedita 27. Bonum honestum natum1e per omnia
ratio appetibilitatis est bonitas finis. Cuius tamquam ab extrinseca forma et ratione ob est. Distinximus enim bonum honestum in entia diffusum.- Bonum utile in omnibus
etiam argumentum est quod bonum uti!e, quam est diligibile. Et in hoc differt proprie ordine ad virtutem seu regulam rectae ra- rebus invenitur.- Delectabilis boni sola
ut utile, non excitat neque trahit aut movet bonum utile ab honesto et delectabili. Quo- tionis, quod ídem est ac per se decens et cognos.centia proprie capacia.- Atque hinc
appetitum ad se; alioqui medium ut me- circa, si interdum est aliquod bonum utile consentaneum rectae rationi, et bonum in intelligitur primo quo modo haec divisio
dium haberet causalitatem finis, quod fal- quod ex se habeat propriam convenientiam ordine ad naturam, quod per se illi conve- locum habeat in bono in communi prout
sum est; sed finis est qui voluntatem mo- cum natura aut recta ratione, sub ea ratio- niens est et commodum. Si ergo priori modo abstrahit a bono humano, quo modo ítem
vet ad appetendum medium seu bonum ne non est utile sed honestum et per se sumatur bonum honestum, fatemur non esse membra eius in aliis rebus ab homine re-
utile; unde, licet voluntas tendat in rem amabile. Unde, quod inter bona utilia quae- adaequatum membrum huius divisionis, non periantur. Nam bonum honestum naturale
utílem tamquam in materiale obiectum et dam esse possint honesta, alía vero delec- solum respectu inferiorum rerum quae ra- proprie reperitur in inferioribus rebus, non
hoc modo dicatur bonum utile terminare in tabilia, solum materialiter contingit in quan- tione non utuntur, sed neque respectu ip- solum sentientibus sed etiam inanimatis;
se motum voluntatis, tamen formaliter etiam tum hae rationes boni in eadem re coniungi siusmet hominis, qui (ut argumentum con- nam in omnibus reperitur perfectio aliqua
ille motus terminatur ad finem, quía est to- possunt, immo et se invicem denominare; vincit) potest diligere aliquod bonum ut quae per se terminat appetitum animalem
ta ratio tendendi in medium, et ideo in bono nam et honestas et delectatio uti!is esse pot- per se conveniens sibi non propter honesta- ve! natura!em, ut est ipsum esse vel con-
utili non requiritur intrínseca et formalis est ad salutem ve! animae, ve! corporis, et tem nec propter delectationem, sed solum servad qÚod quaelibet res appetit. Quo fit
bonitas ad determinandum talem actum. utilitas ipsa honesta esse potest. Formaliter propter conservationem ve! commodum suae ut in qua!ibet etiam re proprie inveniri pos-
25. Ad quartam ergo difficultatem re- tamen hae rationes sunt diversae et ratio naturae. At vero sumptum honestum bo- sit bonum utile · per habitudinem ad hoc
spondetur negando bonum utile ut sic ex se boni utilis eadem proportione reperitur, sive num posteriori modo, sic est adaequatum bonum naturae; sic enim hirundo congregat
248 Disputaciones metafísicas Disputación X.--Sección 11 249
de este modo congrega la golondrina las pajas para hacer el nido, la cual acción es buena por denominación extrínseca, pues ello es verdadero del bien absoluto,
no es buena por otro motivo sino porque es útil; y el movimiento descendente pero no del bien relativo y tomado analógicamente, ya que nada impide que tal
respecto de la piedra se compara a un bien útil porque de suyo no pertenece a su bien esté constituido por una denominación tomada de la bondad extrínseca. Y
perfección, sino que se realiza sólo para que quede colocada en su propio lugar. de este modo no parece que haya propia analogía entre el bien deleitable y el
El bien deleitable, en cambio, se encuentra propiamente en los seres dotados de honesto, porque el bien deleitable, por sí y de suyo, es absolutamente bien, no. por
conocimiento y más perfectamente en los dotados de razón que en los que se va- una denominación tomada del bien honesto, sino por su extrínseca conformidad
len únicamente de la sensibilidad, pero verdadera y propiamente en los dos; en y bondad, de la cual es señal; en efecto, separada toda honestidad real o pen-
cambio, a las cosas que carecen de conocimiento sólo puede atribuírseles por sada, si permanece alguna delectación, ella será por sí buena y amable; luego
cierta metáfora y analogía, en cuanto que cada cosa halla descanso en la conse-
no se denomina buena por analogía con el bien honesto.
cución de su propio bien; pero porque aquel descanso no existe por un acto
29. Por lo cual, puede decirse en primer lugar que esta analogía no es igual
propio, sino sólo por la carencia de movimiento, por esto no puede tener la pro-
en uno y otro bien, sino que en el bien útil es propia, y en el deleitable, en cam-
pia y especial razón de bien. Por lo cual, cuando esta división se da acerca del bio, se toma con una mayor amplitud para indicar que se trata de un bien im-
bien en común, el sentido no es que todos estos tres bienes se encuentren en todas
perfecto en comparación con el bien honesto, pero no que en absoluto y sim-
las cosas, sino simplemente que se dan en las cosas o entes tales razones de bien;
plemente no sea bien, ya que por sí mismo y sin relación a otro tiene por qué
y por el contrario, todas las razones de bien halladas en cualesquiera entes pue-
ser apetecido; como, por el contrario, el dolor que se opone a la delectación es
den quedar suficientemente comprendidas bajo las tres referidas. No pertenece
absolutamente malo, aunque no sea el máximo mal, y así, en la Escritura, al mal
a este lugar tratar de si las tres razones de bien sólo pueden ser aprehendidas de pena se le llama absolutamente mal. O en otro sentido, puede decirse que
y distinguidas por medio del entendimento o si pueden también conocerse me- en uno y otro bien, en el útil y en el deleitable, existe analogía, pero no de la
diante el sentido y cómo puedan serlo, sino que más bien se explicará en la misma clase; porque en el bien útil existe analogía d~ atribución . t?mada d~
ciencia del alma. Puede leerse a Santo Tomás en I, q. 78, a. 4, q. 81, a. 2; y a una forma extrínseca como es la de sano en cuanto refendo a la med1cma; y as1
Cayetano en el mismo sitio y en I-II, q. 40, a. 3. se dice la medicina buena o útil como se dice sana. En cambio, en el bien de-
28. Sobre si es análoga la división del bien en los referidos miembros y con leitable puede salvarse la analogía no ciertamente por una denominación extrín-
qué analogía.- En segundo lugar se infiere de lo dicho de qué clase es la refe- seca, como prueba la razón arriba aducida, sino por la relación intrínseca de
rida división; pues Santo Tomás, en el lugar citado, ad 3, dice absolutamente uno a otro, como se encuentra en el accidente con respecto a la sustancia. En
que el bien no se divide en estos tres miembros como unívoco, sino como aná- efecto, de este modo el bien deleitable supone intrínsecamente otro bien por si
logo, porque se dice primeramente del bien honesto, luego del deleitable y en conveniente en el que descansa el apetito por la delectación; y la delectación,
último lugar del útil. Pero si hablamos de la analogía propia y rigurosa en la por su naturaleza, sólo ha sido puesta para esto, a saber, para que venga a ser
que uno se dice tal por la denominación tomada de otro, entonces es verdadera como un cierto adorno y condimento de un bien superior. Y por ello es un orden
la analogía entre el bien útil y los restantes, porque el bien útil no es bien_ más imperfecto apetecer la operación por causa de la delectación deteniéndose en
que por la denominación tomada de otro, el cual es por sí bueno y convemente. ella, siendo así que más bien la delectación ha de ser amada por causa de la
Y esto lo prueba el argumento que anteriormente dimos de que ninguna cosa operación, tal como ha sido instituída. Pero~ sobre todo, respecto del hombre,
paleas ad nidificandum, quae actio non alia comprehendi. An vera hae tres rationes boni bono simpliciter, non tamen de bono se- sit maximum malum, atque ita in Scriptura
ratione bona est, nisi quía est utilis; et solum possint per intellectum apprehendi et cundum quid et analogice; nihil enim vetat malum poenae simpliciter malum dicitur.
motus deorsum respectu lapidis comparatur discerní vel etiam possint per sensum co- huiusmodi bonum constituí per denomína- Vel aliter dici potest in utroque bono, utili
ut bonum utile, quía per se non pertinet gnosci et quomodo, non spectat ad hunc tionem ab extrínseca bonitate. Hoc autem et delectabili, esse analogianl, non tamen
ad perfectionem eius, sed solum ut in pro- locum, sed in scientia de anima tractandum modo non videtur esse propria analogía in- eiusdem madi; nam in bono utili est ana-
prio loco constituatur. Bonum autem delec- est. Legatur D. Thomas, I, q. 78, a. 4, q. ter bonum delectabile et honestum; nam logia attributionis, sumpta ab extrínseca
tabile proprie reperitur( in rebus cogno~ 81, a. 2; et Caietan., ibi, et I-II, q. 40, a. 3. bonum delectabile ex se et ·per se est sim- forma, qualis est in sano prout de medicina
scentibus, magis quidem perfecte in ratione 28. Divisio boni in praedicta membra an pliciter bonum, non per denominationem a dicitur; sic enim dicitur medicina bona aut
utentibus quam i,n sentientibus tantum; vere analogica et qua analogia.:_ Secundo colli- bono honesto, sed ex sua extrínseca confor- utilis sícut dicitur sana. In bono autem de-
tamen ac proprie in u trisque; re bus autem gitur ex dictis qualis sit praedicta divisio; mitate ac bonitate, cuius signum est; nam lectabili salvari potest analogja, non quidem
cognitione carentibus solum per metaphoram nam D. Thomas, citato loco, ad tertium, ablata omni honestate vera aut existimata, per extrinsecam denominationem, ut ratio
et analogiam quamdam attribui potest, in absolute dicit bonum non dividí in haec si manet alíqua delectatio, illa est per se supra facta probat, sed per intrinsecam ha-
quantum quietem habet unaquaeque res in tria ut tmivocum sed ut analogum, quod bona et amabilis; ergo non denominatur bitudinem unius ad aliud, qualis reperitur in
proprio bono consecuto; quía tamen illa quies prius dicitur de bono honesto, deinde de bona per analogiam ad honestum. accidente respectu substantiae. Sic ením de-
non est per proprium actum sed per solam delectabili, postremo de utili. Sed si loqua- 29. Quapropter dici potest primo hanc Iectabile bonum intrinsece supponit aliud
carentiam motus, ideo propriam et specia- mur de propria et rigorosa analogía qua analogiam non esse aequalem in utroque bonum per se conveniens, in qua appetitus
lem rationem boni habere non potest. Qua- unum dicitur tale per denominationem ab bono, sed in bono utili esse propriam, in quiescat per delectationem; et ex natura
propter, quando haec divisio datur de bono alio, sic vera est analogía ínter bonum utile delectabili vero latius sumí ad indicandum sua ad hoc tantum i.nstituta est delectatio,
in communi, non est sensus omnia haec et reliqua, quía bonum utile non est bonum esse bonum imperfectum comparatione boni ut sit veluti quidam decor et quasi condi-
tria bona in singulis rebus reperiri, sed sim- nisi per denominationem ab alío, quod per honesti, non vera quod absolute et simpli- mentum quoddam alterius superioris boni.
pliciter dari in rebus seu entibus huiusmo- se bonum est et conveniens. Et hoc probat citer bonum non sit, cum ex se et sine ha- Et ideo imperfectus ardo est appetere ope-
di rationes bonorum; et e converso omnes quoddam argumentum in superioribus fac- bitudine ad aliud habeat unde appetatur; rationem propter delectationem in ea sis-
rationes bonorum in quibuscumque entibus tum, quod nulla res est bona per extrinse- sicut e contrario, dolor qui delectationi oppo- tendo, ctim potius de!ectatio sit propter ope-
inventas sub tribus praedictis sufficienter cam denominationem; est enim id verum de nitur, símpliciter malum est, quamvis non rationem amanda, sicut est instituta. Praeser-
250 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll 251
el bien deleitable que no lleva unida honestidad no puede ser llamado bien ab- bien natural el que es conforme con cualquier naturaleza, de acuerdo con aquello
'Solutamente, no sólo porque priva de un bien mayor, sino porque no conduce que naturalmente es, o que naturalmente puede operar; y es bien moral el que
al bien absoluto del hombre, que es vivir de acuerdo con la razón, como dijo es conforme con la cosa en cuanto opera libremente; pues la costumbre (mas), de
Santo Tomás en un caso parecido. Y en este sentido dicen algunas veces los donde se ha tomado el término moral, consiste en una operación libre, como es
Padres que nada es bueno sino la virtud, como puede verse en San Jerónimo, evidente.
11 de lsaías; y en Ambrosio, I Officior., c. 9. 31. Por consiguiente, aunque el bien natural y moral convengan en que son
30. Qué es bien natural y qué es bien moral.- En tercer lugar se entiende ambos por sí convenientes a alguna cosa o naturaleza (pues esta razón no puede
por lo dicho la otra división del bien en bien natural y bien moral, la cual, aun- excluirse de aquel bien que es por sí y absolutamente tal), difieren, sin embargo,
que pueda entenderse también del bien en común, ya que también el bien de- e"\ que el bien natural se refiere precisivamente a la naturaleza como tal, o sea en
leitable y útil puede ser natural o moral, propiamente, sin embargo, suele darse cu, nto opera naturalmente; en cambio, el bien moral se refiere a ella en cuanto
acerca del bien honesto tomado en general, el cual puede ser término último del elevada al modo de obrar libre, el cual le conviene propiísimamente en cuanto que-
apetito como conveniente por si. Por consiguiente, bien moral es lo mismo que es racional, y por ello el bien moral se dice conforme con la naturaleza racional
bien honesto, tomado más estrictamente como aquello que es por sí digno y con- en cuanto tal, tanto en el grado como en el modo de obrar. De lo cual resulta
veniente a la naturaleza racional en cuanto tal; en cambio, el bien natural es que el bien moral consiste principalmente en la operación libre, y conviene tam-
aquel que es por sí conveniente a cualquier naturaleza. Podrá decirse que según bién, a su manera, a su objeto propio en cuanto que es honesto, y a la virtud,
esta explicación también el bien moral es bien natural, ya que la naturaleza racional que es su principio. Y en este sentido, dijo Aristóteles en el II de la Etica, c. 6,
es también una clase de naturaleza, y para ella es conveniente el bien moral por que la virtud es lo que hace bueno al que la tiene y convierte en buena su obra.
modo de forma o de operación. Se responde, en primer lugar, que la naturaleza Pero qué es en todas estas cosas la bondad moral en cuanto que es moral o qué
puede tomarse en cuanto que sólo significa la esencia de la cosa, y en este sen- añade esta denominación a la misma bondad, no pertenece a este lugar, sino a
tido es verdadero que todo bien puede decirse natural en cuanto que es conve- la filosofía moral, y de ello se ocupan los teólogos en I-II, q. 18.
niente a alguna naturaleza, o en cuanto tiene la perfección que pide su natura- 32. En cuarto lugar, pueden fácilmente explicarse con lo dicho las demás
leza, y en este sentido apunta la objeción propuesta. Pero la naturaleza se toma divisiones del bien, que más bien son materiales por parte de las cosas que se
también de otro modo, en cuanto que dice no sólo la esencia de la cosa, sino denominan buenas, que formales por parte de la misma bondad o conveniencia.
también el modo de obrar o de apetecer por el solo impulso de la naturaleza y Asi se divide el bien en trascendental y bien del género de la cualidad, de acuer-
por una cierta necesidad; y en orden a la naturaleza tomada en este sentido, do con Santo Tomás en la q. 9 De Potentia, a. 7, ad 5. Esta división, en efecto,
suele la operación natural distinguirse de la libre o moral, y en el mismo sentido no atiende a las diversas razones formales de bien, sino a la misma más o menos
se da la división del bien en moral y natural, pues la bondad y perfección de contraída. En efecto, el bien trascendental dice en general perfección conveniente
una cosa se conoce principalmente por la operación, y a veces incluso por ella a la cosa por su propia entidad, como se declarará en la sección siguiente; en
se consuma, y por este motivo, de acuerdo con los diversos modos de operar, cambio, el bien del género de la cualidad dice la perfección que la cosa tiene
se ha tomado la división del bien en natural y moral. Se llama, por consiguiente, por una cierta cualidad conveniente a su naturaleza, del mismo modo que podría
tim vera respectu hominis bonum delecta- est conveniens cuicumque naturae. Dices, naturale quod est consentaneum cuicumque esse quae bonum facit habentem, et opus
bile, quod non habet honestatem adiunctam, iuxta hanc descriptionem etiam bonum mo- naturae, .secundum id quod naturaliter est ve! eius bonum ¡•eddit. Quid autem in his omni-
non potest simpliciter bonum existimari, quia rale esse bonum naturale, quía natura ratio- naturaliter operari potest; bonum autem mo- bus sit bonitas mora!is quatenus moralis, ve!
et maiori privat bono et non conducit ad nabilis quaedam natura est, et illi consen- rale est quod est consentaneum reí ut libere quid addat haec denominatio ipsi bonitati,
bonum simpliciter hominis, quod est vivere taneum bonum morale per modum formae operatur; mos enim, unde morale dictum non ad hunc locum, sed ad philosophiam
secundum rationem, ut in simili dixit D. ve! operationis. Respondetur, primo, naturam est, in libera operatione consistit, ut constat. moralem spectat, et tractatur a theologis
Thomas. Et hoc sensu dicunt aliquando Pa- sumi posse ut solum significar essentiam rei 31. Quamvis ergo bonum naturale et mo- in I-II, q. 18.
tres nihil esse bonum nisi virtutem, ut patet et hoc sensu est verum omne bonum dici rale conveniant in hoc, quod utrumque est 32. Quarto, possunt faci!e ex dictis decla-
ex Hieronymo, Isaiae, 11; et Ambros., I posse naturale in quantum est conveniens per se conveniens alicui rei seu naturae (haec rad aliae divisiones boni, quae materiales
Officior., c. 9. alicui naturae, vel in quantum habet per- enim ratio excludi non potest ab eo bono potius sunt ex parte rerum quae bonae
30. Quid bonum naturale et quid mo- fectionem quam natura sua postular, et hoc quod per se et simpliciter tale est), differunt denominantur, quam formales ex parte ip-
¡·ale.- Tertio, intelligitur ex dictis alia di- modo procedit obiectio facta. Aliter vero su- tamen quia bonum naturale praecise respicit sius bonitatis seu convenientiae. Sic dividi-
visio boni in bonum naturale et bonum mitur natura ut dicit non solum essentiam naturam ut sic, seu ut naturaliter operan- tur bonum in bonum transcendens et bonum
morale, quae, licet de bono in communi rei, sed etiam modum operandi ve! appetendi tero; bonum autem morale respicit illam ut de genere qualitatis, a D. Thom., q. 9 De
intelligi possit, quia bonum delectabile et ex solo ímpetu naturae et necessitate qua- elevatur ad modum operandi libere, quod Potentia, a. 7, ad 5. Haec enim divisio non
utile etiam potest aut naturale esse aut mo- dam; et in ordine ad naturam hoc modo propriissime illi competit ut rationalis est, datur secundum diversas rationes formales
rale, proprie tamen dari solet de bono ho- acceptam solet naturalis operario a libera et ideo dicitur bonum morale consentaneum boni, sed secundum eamdem magis ve! rninus
nesto, generatim sumpto, quod esse potest se u morali distinguí; et in eodem sen su naturae rationali ut talis est, tam in gradu contractam. Nam bonum transcendens dicit
terminus ultimus appetitus tamquam per se datur divisio boni in morale et natura le; quam in modo operandi. Unde fit ut bonum in communi perfectionem rei convenientem,
conveniens. Bonum ergo morale idem est nam bonitas et perfectio rei ex operatione morale praecipue consistat in operatione li- praesertim illam quam unaquaeque res habet
quod bonum honestum magis stricte sump- potissimum dignoscitur ve! interdum etiam bera; convenir autem suo modo etiam pro- per entitatem suam, ut sequenti sectíone
tum pro illo quod per se decet et est con- per illam consummatur, et ideo iuxta diver- prio obiecto eius quatenus honestum est, et declarabitur. Bonum autem de genere quali-
sentaneum naturae rationali ut talis est; bo- sos modos operandi sumpta est divisio boni virtuti quae est principium eius. Quomodo tatis dicit perfectionem quam res habet per
num autem naturale est illud quod per se in naturale et morale. Dicitur ergo, bonum dixit Aristoteles, II Ethic., c. 6, virtutem qualitatem a!iquam suae naturae. conveníen-
252 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección ll
----------------------------- 253
también distinguirse un bien del género de la cantidad, pero suele atribuirse más criatura es un bien relativo. De este modo se ha de entender aquello de San Mar-
a la cualidad debido a que la perfección máxima de la criatura suele consumarse cos, c. 10: Nadie es bueno más que Dios, y a El solo también en este sentido
por las cualidades. se le llama sumo bien. Y según esta interpretación, coincide esta división con la
33. Cuáles son los bienes del cuerpo, del alma y de la fortuna.-Cuál es el que los teólogos usan tomándola de Dionisio, De Divin. Nomin., c. 1 y 4, y
bien laudable y honorable.- Además, suele dividirse el bien en bien del cuerpo S. Agustín, lib. VIII De Trinitate, c. 3, y Boecio, I De Hebdom., c. 2, que divi-
y del alma, y bien extrínseco, que suele llamarse también bien de fortun~, ~omo den el bien en bien por esencia y por participación. En efecto, el bien por esen-
es evidente por Aristóteles en el I de la Etica, c. 8, el cual en el c. 12 dtstmgue cia es bien absoluto, pues es la misma esencia de la bondad que emite hacia to-
nuevamente el bien en laudable y honorable. La cual división parece tomada dos los demás los rayos de la bondad según la capacidad de cada uno, como dice
a posteriori del efecto y cuasi premio de la bondad, y no parece agotar todos Dionisio; por lo cual, incluye esencialmente en sí cuanto puede pertenecer a la
los bienes; pues el bien deleitable de suyo no es honorable ni laudable más que razón de bien y de perfecto, lo cual es propio de Dios y por ello El solo no
en cuanto es útil o está unido a la honestidad, o la acompaña y la favorece. Por solamente es bien por esencia sino absoluto y sumo; los demás, en cambio, son
lo tanto, el bien honesto propiamente es honorable en cuanto c¡ue es apetecible bienes relativos y por participación.
por causa de sí mismo; y el laudable, en cambio, se llama b1en -como pre-
35. El otro sentido de esta división es que los miembros no se refieran a
tende más arriba Aristóteles- en cuanto que se refiere a otro. Por lo cual suele todo el ámbito del ente, sino a un determinado género o especie, y de este modo
decirse comúnmente que los bienes útiles son laudables, cosa que parece que puede aplicarse la división a todos los géneros o especies de entes, y se llamará
ha de ser entendida con cierta precisión, pues aquéllos, en cuanto tales, son bien absoluto a aquel ente que tiene toda la perfección que se le debe en su or-
sólo laudables, y los otros, en cambio, son también honorabl~s, porq~~ el bien den, y será bien relativo el que tiene algo de la perfección a sí debida, pero le
honesto es también digno de alabanza, pero no sólo de ella, smo tamb1en de ho- falta también algo. Y de este modo la sustancia creada no es buena absoluta-
nor; por tanto, uno y otro bien es laudable, y uno de ellos también honorable, mente si no está afectada por los accidentes debidos; ni el accidente es bien
v así ha de ser entendida la división. absoluto si no tiene la debida intensidad u otra perfección semejante. Y de este
. 34. Cuál es el bien absoluto y cuál el bien relativo.- Además, suele di~i~ modo dijo Dionisio arriba: Es bueno por la causa íntegra y malo por cualquier
dirse el bien en absoluto y relativo. Esta división puede entenderse de vanos defecto.
modos, pues, en primer lugar, puede aplicarse a los tres miembros puestos an- 36 Cuál es la Perfección absolutamente simple 'V cuál relatiz1arnente.- En
tes, de los cuales -como dijimos- el bien honesto es bien absoluto, y los de- tercer lugar, puede entenderse que en esa división ~e divide el bien en cuanto
más sólo relativos. En segundo lugar, puede atribuirse al bien trascendental en que es conveniente para otro, y puede también referirse o al ente en cuanto tal
cuanto absolutamente se dice del ente como bueno en si. Y ello, de dos mane- o a un determinado ente. En el primer sentido coincide casi aquella división con
ras: una, que aquellos miembros se refieran a toda la amplitud del ente y. del otra que dan los teólogos al dividir la perfección en perfección absolutamente
bien como tal, en el cual sentido se llamará bien absoluto aquel que contiene simple y perfección relativa con San Anselmo en el Monologio, c. 14. Por con-
en si toda la bondad y perfección del ente; en cambio, será bien relativo aquel siguiente, se llama bien o perfección absoluta aquella que en el ente individual
que sólo en parte es bien. Y de este modo, sólo Dios es bien absoluto, y toda
bonum simpliciter; omnis vera creatura est cíes entium potest divisio applícari, et bo-
tem, quomodo etiam posset distinguí bonum quadam; nam illa ut sic sunt laudabilia tan- bonum tantum secundum quid. Quomodo num simpliciter dicetur illud ens quod ha-
de genere quantitatis; magis autem solet tum; a!ia vera sunt etiam honorabilia; nam intelligi potest illud marci, 10: Nema bonus bet omnem perfectionem sibi debitam in suo
attribui qualitati, quía perfectio creaturae ma- honestum bonum etiam dignum est laude, nisi solus Deus, qui etiam solus hac ratione ordine; bonum autem secundum quid erit
xima solet qualitatibus consummari. non tamen sola, verum etiam honore; utrum- dicitur esse summum bonum. Atque in hoc quod aliquid perfectionis debitae habet et
33. Bona corporis, ammae et fortunae, que igitur bonum laudabile es!, alterum vero sensu coincidit haec divisio cum alía qua alíquid ei deest. Et hoc modo substantia
quae.- Bonum laudabile et honorabile, etiam honorabile, atque ita est intelligenda utuntur theologi ex Dionysio, De Divin. creata non est bona simpliciter, nisi s,it
quod.- Rursus dividi solet bonum in bo- divisio. nomin., c. 1 et 4, et August., VIII de Tri- debitis accidentibus affecta; neque accidens
num c01·poris et animae et extrinsecum, 34. Bonum quod simpliciter, quod vera nit., c. 3, et Boetio, I de Hebdom., c. 2, est bonum simpliciter nisi habeat intensionem
quod fortunae bonum appellari solet, ut pa- secundum quid.- Praeterea dividí solet bo- dividentes bonum in bonum per essentiam debitam, vel aliam similem perfectionem.
tet ex Aristot., I Ethic., c. 8, qui rursus, c. num in bonum simpliciter et bonum secun- et per participationem. Nam bonum per es- Atque hoc modo dixit Dionys. supra:
12, bonum distinguit in laudabile et hono- dum quid. Quae divisio variis modis intelligi sentiam est bonum simpliciter; est enim Bonum est ex integra causa, malum autem
rabile. Quae divisio a posteriori sumpta vi- potest; nam primo potest ad tria membra su- ipsa essentia bonitatis, quae in caetera omnia ex quocumque defectu.
detur ex effectu et quasi praemio bonitatis et perius posita applicari; ex quibus bonum ho- pro uniuscuiusque captu radios bonitatis
36. Quae perfectio simpliciter simplex,
non videtur exhaurire omnia bona; nam nestum, ut diximus, est bonum simplíciter; emittit, ut ait Dionysius; unde in se essen~ quae secundum quid.- Tertio potest intelli-
bonum delectabUe ex se neque honorabile alía vero tantum secundum quid. Secundo tialiter includit quidquid ad rationem boni
est neque laudabile, nisi in quantum vel uti- potest attribui bono transcendenti, quatenus gi in ea partitione dividí bonum prout est
et perfecti pertinere potest, quod est Dei alteri conveniens, et potest etiam referri
le est, vel cum honestate est coniunctum aut absolute divitur de ente ut in se bonum est. proprium, et ideo solus ipse et est bonum
illam comitatur et ad illam iuvat. Bonum Idque duobus modis; unus est, ut illa mem- vel ad ens ut sic vel ad determinatum éns.
per essentiam et bonum simpliciter ac sum- In priori sensu coincidit fere illa divisio cum
igitur honestum proprie honorabile est qua- bra referantur ad totam latitudinem entis et mum, alía vera sunt bona secundum quid
boni ut sic, quo sensu bonum simplíciter di- et per participationem. alía quam tradunt theologi, dividentes perfec-
tenus propter se est expetibile; laudabile tionem in perfectionem simpliciter simplícem
autem, ut Aristoteles superius vult, dicitur cetur illud quod totam entis bonitatem et 35. Alter sensus illius divisionis est ut
perfectionem in se continet; bonum vera se- et perfectionem secundum quid, cum Ansel-
bonum ut ad aliud refertur. Unde commu- membra non referantur ad totam latitudinem mo, in Monolog.¡ c. 14. Bonum ergo seu
niter dici solet utilia bona esse laudabilia, cundum quid est il!ud quod ex parte tantum entis, sed ad determinatum genus vel spe-
bonum est. Atque hoc modo solus Dt;us est perfectio simpliciter dicitur illa quae in in-
quod intelligendum videtur cum praecisione ciem, et hoc modo ad omnia genera vel spe- dividuo entis melior est ipsa quam non ipsa,
?54 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección 111 25
------------------------------- .5
.. .~----------------------------------~--------~~--
mo modo que no tiene actualidad, tampoco tiene perfección. En cuarto lugar
es mejor ella misma que otra distinta; es decir, que en el género del ente dice las esencias de las .cosas creadas son de alguna manera entes reales, ya que n~
una perfección tal que no excluye ninguna mayor o igual. Y se llama perfección s?n pura nad~,, y sm embargo no son buenas, porque, separada la existencia, no
relativa o en un cierto género aquella que aunque aporta alguna bondad, con t~enen _Perfeccwn, por lo cual tampoco son apetecibles más que en orden al ser.
todo está en pugna con otra igual o mayor, o lleva mezclada alguna imperfec- En qumto l':gar, podemos añadir que hay muchas cosas que carecen del modo
ción, como son todas las perfecciones de las criaturas tal como se encuentran en Y orden deb1do. a su n~turaleza, que por consiguiente no podrán llamarse bue-
ellas. Y en el último sentido, casi en la misma proporción puede aplicarse la nas po~que el b1en cons1ste en el modo, especie y orden, como dice San Agustín
división a cualquier género de ente, pues para cada cosa es bien absolutamente en el.hbro pe Nat. Boni, c. 3 y 4. La segunda parte de la menor se prueba, en
aquello que le proporciona alguna bondad y no excluye otra mayor o igual; así
cambiO, ~nmer~mente por .t?das las razones que han sido aducidas, porque lo
es bueno para el fuego ser caliente, y para el hombre, ser templado; mas si
que en s1 no tl~t;e p~rfecc1~n tampoco podrá ser bueno para otro, como, por
aporta alguna bondad, pero excluye otra mayor que la cosa sería capaz de poseer, e¡emplo, la relacwn s1 no d1ce perfección en sí tampoco podrá aportar nada a
no será bien absolutamente sino relativamente; así, ser negro, aunque en si sea
1~ _bondad de aq~ello en que está ..En segun~o lugar, por el contrario, podemos
un bien para el hombre que lo posee, no es, con todo, un bien absoluto, porque
oo¡et~r que el b1en :n cuant~, se d1ce convemente de este modo puede aplicarse
excluye ser blanco, que es mejor para el hombre. Y en este sentido, absoluta-
no solo a los entes smo tamb1en a los no entes, a la manera como dice S. Mateo
mente y relativamente sólo se distinguen como más y menos perfecto, y en dicho
en ~1 e, 27 acer~a ~e Judas: !Iubiera sido bueno para aquel hombre no haber
sentido también los bienes sensibles se llaman relativos respecto de los espiritua~
nac~do; por COJ?-Slgm~nte, el m1smo no ser o no nacer en cuanto puede ser con-
les y los temporales respecto de los eternos. veme?te para 1mpedrr mayores males es llamado un bien por Cristo. Y en las
cuest10nes morales no sólo cumplir el precepto sino también no hacer lo pro-
hibido se juzga como bueno y conveniente para el hombre; luego el bien bajo
SECCION I I I este aspecto no puede ser un atributo del ente, ya que tiene mayor amplitud
que el ente. Y se confirma finalmente, pues la bondad que es pasión del ente
CUÁL ES EL BIEN QUE SE CONVIERTE CON EL ENTE COMO ATRIBUTO DEL MISMO sólo es una en un ente; en cambio, la conveniencia de un ente con otro no es un;
sino múltiple y de diversos géneros; por consiguiente, esta bondad no se con~
l. Motivos de duda.- La razón de la dificultad está en que o se toma el vierte con el ente corno pasión suya.
bien como aquello que tiene en sí bondad o perfección, o como aquello que es 2. Opinión de algunos.- Se ha de suponer la distinción dada anteriormen-
conveniente para otro; ahora bien, de ninguna de estas maneras parece que el te acerca del bien en cuanto que absolutamente se dice de la cosa como buena
bien se convierta con el ente como atributo suyo; por consiguiente. Se prueba en sí. o e~ cuanto se dice. buena para otro o con respecto a otro. Algunos cier-
la menor en su primera parte sobre el bien tomado absolutamente, primero, por- tamente p1ensan que el b1en trascendental en cuanto que es pasión del ente se
que las relaciones reales son entes, y sin embargo, según la opinión de muchos, toma en el último sentido bajo la razón de conveniente para otro, lo cual opinan
no son bienes, ya que no tienen ninguna perfección. En segundo lugar, porque Herveo, Capréolo y Durando más arriba, pero no explican sin embargo cómo
los entes matemáticos son verdaderas cosas; y con todo, según el testimonio de .
se conv1erte con e1 ente el bien como tal. Y por ello otros rechazan
) esta 'opinión
Aristóteles, III de la Metafísica, no son buenos. En tercer lugar, porque la ma-
teria prima es de algún modo ente y, sin embargo, no es buena, porque del mis-
sicut actualitatem non habet, ita nec per- mala impedienda, bonum a Christo appella-
fectionem. Quarto, essentiae rerum creata- tur. Et in moralibus non solum implere prae-
id est, quae in genere entis talem perfectio- et minus perfectum, quo sensu etíam sensi- rum sunt aliquo modo entia realia cum non ceptum, sed etiam non agere prohibitum,
nem dicit ut nullam maiorem ve! aequalei:n bilia bona dicuntur secundum quid respectu sint nihil, et tamen bonae non sunt quia, se- bonum censetur et _conveniens homini; ergo
excludat. Perfectio autem secundum quid seu spiritualium et temporalia respectu aeter- · clusa existentia, perfectionem non habent, un- ~onum. sub hac ra~wne non potest esse pas-
in certo genere est quae, licet bonitatem ali- norum. de nec sunt appetibiles nisi in ordine ad esse. slo entls, cum latms pateat quam ens. Et
quam afferat, tamen cum alia maiori ve! Quinto, addere possumus i:nultas esse res confirmatur tandem, nam bonitas quae est
aequali repugnat ve! imperfectionem aliquam SECTIO III quae carent modo et ordine debito naturae passio entis solum est una in uno ente;-
habet admixtam, ut sunt perfectiones omnes QUODNAM BONUM SIT QUOD CUM ENTE suae, quae proinde bonae dici non poterunt at vero convenientia unius entis ad aliud
creaturarum prout in eis sunt. In posteriori CONVERTITUR TAMQUAM PASSIO EIUS cum bonum consistat in modo, specie et non est una sed multipfex et diversarum
autem sensu eadem fere proportione appli- ordine, ut ait August., lib. De Nat. boni, rationum; ergo non convertitur haec boni-
cari poterit divisio ad quodlibet genus en- l. Dubitandi rationes.- Ratio difficulta- c. 3 et 4. Altera vera pars minoris probatur tas cum ente tamquam passio eius.
tis; nam unicuique rei illud est bonum tis est, quia aut bonum sumitur pro eo quod primo ex omnibus adductis, quia quod in se 2. Aliquorum sententia.- Supponenda
simpliciter quod bonitatem aliquam illi affert in se bonitatem seu perfectionem habet aut perfectionem non habet, neque alteri poterit est distinctio superius tradita de bono, prout
et maiorem ve! aequalem non secludit; sic pro eo quod est conveniens alteri; neutro esse bonum, ut relatio, verbi gratia, si in absolute dicitur de re quatenus in se bona
est bonum igni esse calidum ct homini esse autem modo videtur bonum cum ente con- se non dicit perfectionem, nihil conferre est ve! quatenus dicitur bona alteri seu re--
temperatum; si vera afferat aliquam bonita- vertí ut passio eius; ergo. Minor probatur poterit ad bonitatem eius cui inest. Secun- spectu alterius. De his enim variae sunt
tero, excludat tamen maiorem cuius illa res quoad priorem partem de bono absolute do e contrario obiicere possumus quia bo- opiniones. Quidam enim existimant bonÚm
esset capax, non erit. bonum simpliciter sed sumpto, primo, quia relationes reales sunt num prout dicitur hoc modo conveniens, transcendens prout est passio entis sumi pos-
secundum quid; sic esse nigrum, quamvis in entia et tamen ex sententia multorum bonae non tantum de entibus seá etiam de non enti- teriori modo sub ratione convenientis alteri,
se aliquod bonum sit homini habenti illud, non sunt, quia nullam perfectionem habent. bus dici potest, quomodo Matth., 27, dicitur quod sentiunt Hervaeus, Capreol. et Du-
non est tamen simpliciter bonum, quía ex- Secundo, quia res mathematicae verae res de luda: Bonum erat ei, si natus non fuisset rand. supra, non tamen declarant quomo--
eludir esse album, quod est homini me!ius. sunt et tamen, teste Aristot., III Metaph., non hamo ille; ipsum ergo non esse ve! non nasci, do bonuin ut sic t:um ente convertatur. Et
Hoc autem sensu, simpliciter et secundum sunt bonae. Tertio, quia materia prima est quatenus conveniens esse potest ad maiora ideo alii hanc sententiam reiiciunt propter·
quid solum distinguuntur tamquam magis aliquo modo ens et tamen bona non est, quia
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 257
256
a causa de los argumentos anteriormente insinuados, los cuales piensan conse- sar de no ser entes, sino más bien privaciones o negaciones de ente, en realidad
cuentemente q-ue el bien en el último sentido es más que trascendental, ya que no son buenas, y del mismo modo que a veces se llaman bue•1.as en cuanto que
no trasciende sólo a los entes sino también a los n? entes. Por lo cual s~cede son apetecibles, también se dicen de algún modo entes; po. consiguiente, es
que, de acuerdo con este parecer, hay un dob~e b1en: uno que es prop1edad la misma la razón de una y otra cosa. La menor, en su primera parte, se declara
del ente en el cuarto modo, y otro, que es propiedad en el segundo modo, por- porque aquello que se dice conveniente como privación, en realidad no es un
que conviene a todo ente pero no sólo a él. bien, sino la carencia de un mal, si se refiere uno precisamente a la privación;
y la carencia de un mal como tal no es bondad si no se le añade otra cosa. Del
Resolución de la cuestión mismo modo que también en las. cuestiones morales una cosa es apartarse del
3. El bien siempre se funda en el ente.- Pienso, s~n embargo, que hay que mal y otra hacer el bien, y no obrar el mal no es una virtud ni un bien si no
decir que el bien propiamente dicho sien:;pre s~pone o 1~cluye al ente o. se fun- se incluye la positiva voluntad de no obí'ar el mal. Así es, por consiguiente, en
da en el ente, y por ello no puede el b1en, ba¡o cua~~mera ,de las refendas. r~ las cosas naturales, pues carecer de calor no es un bien para el agua, sino que
zones, tener más amplitud que el ente. Esta concl~s1?n esta tomada de Ans,to- es una carencia de mal o de desventaja y una cierta condición necesaria para
teles, I de la Etica, c. 6, que dice que el bien se dtvzde en .todas las categ?rws, .que pueda tener su bondad y perfección. Por lo cual, si se toma la convenien-
igual que el ente; y de Santo Tomás, I, q .. 5, a. 5, don~e dtce 9ue ~a ~azon de cia con esta amplitud, no es lo mismo la bondad y la conveniencia ni siquiera
ente goza de prioridad sobre la razón .4e bwn. Y ~sto m1smo qmso stgmficar en en cuanto se dice la bondad de aquello que es bueno para otro; pero la bondad
la q. 21 De Veritate, a. 2, cuando diJO que el bten trascendental se funda e~ dice la entidad o perfección como conveniente para otro, y por ello lo que es
el ser. Y la razón está en que el bien, ya signifique aquello que es bueno en st conveniente sólo por modo de privación, en realidad no es bueno, o (para que
mismo 0 lo que es bueno para otro, incluye intrípsecamente en su concepto al- probemos también la segunda parte de la menor) si semejantes privaciones con-
guna perfección, pues bueno y perfecto son lo mismo; pero ~o pued~ entender- venientes a las cosas pueden denominarse buenas, del mismo modo pueden lla-
se una perfección verdadera sin entidad, porqu~ lo 9-ue !lo tiene ~?tldad no ,es marse entes. Pues como notamos en lo que antecede, de acuerdo con la doctrina
nada. y lo que no es nada, ¿cómo puede dectr o mclmr perfeccw~? Aden:;asJ de Aristóteles y Santo Tomás, se llama a veces ente lo que en realidad tiene
acerca de aquello que es bueno en sí nadie duda a. causa de la. ;azon aducida, ser, pero a veces también aquello que puede predicarse verdaderamente por
de que debe ser ente; y de aquí rectamente se cohg<? q:Ue tamb1e~ aque~o que modo de ente, de la misma manera que se dice que el hombre es ciego o que
es verdadero bien para otro debe ser ente; por constgm:nte, el bien, ba¡o una la ceguera está en el hombre. Por consiguiente, a causa de esta sombra de ente
y otra razón, incluye la razón de ente y no puede convemrle a. nada qu~ no sea sucede que si tal ente es conveniente para alguien, se le llama bien; por consi-
ente. La menor se declara en primer lugar porque lo que no tiene en s1 perfec- guiente, siempre el bien guarda proporción con el ente y no tiene una extensión
ción no puede ser perfección de nadie .. En ~egundo lugar, po;que lo buen? en más universal que él.
cuanto conveniente dice orden a la ex1stencm, pues nada s~ ¡uzga convem:n~e 4. El bien y el ente se interfieren mutuamente.- Digo en segundo lugar
sino en cuanto existente o en orden a existir; y lo que ex1ste o puede ex1st1r que todo ente verdadero es en sí bueno o tiene alguna bondad conveniente para
es ente; por consiguiente, el bien como . conveniente i!lcluye o supon: el ente. sí; y así sucede que el bien absolutamente dicho se convierte con el ente. En
En tercer lugar, porque las cosas que se ¡uzgan convementes para algmen, a pe- relación con esta conclusión, puede citarse el error de los Maniqueos y Prisci-
argumenta superius insinuata, qui . c?nse- sive significet id quod in se bonum est sive
quenter sentiunt bonum sub postenon ac- quod est bonum alteri, includit intrinsece in potius privationes aut negationes entium, re- tem seu perfectionem ut convenientem ali-
ceptione esse plus quam transcendens, eo conceptu suo perfec!ionem, nam bonum . et vera non sunt bona et eo modo qua inter- cui et ideo, quod est conveniens solum per
.quod non solum entia, sed etiam non entia, perfectum idem sunt; sed non potest m- dum bona appellantur, quatenus appetibilia modum privationis, revera non est bonum,
transcendat. Qua fit ut iuxta hanc senten- telligi perfectio vera sine entitate, nam quod sunt, etiam dicuntur quodammodo en tia; vel (ut probemus alteram partem minoris),
tiam duplex sit bonum; aliud quod sit pro- entitatem non habet, nihil est. Quod autem ergo aequa est utriusque ratio. Declaratur si huiusmodi privationes convenientes rebus
prietas entis quarto modo; aliud. vera qua? est nihil, quomodo dicere potest vel include~e minar quoad priorem partem, quia id quod denominad possunt bonae, eodem modo vo-
·sil' proprietas secundo modo, qma convemt perfectionem? Praeterea, de eo quod est m dicitur conveniens tamquam privatio, revera cari possunt entia. Nam, ut in superioribus
omni enti, sed non soli. se bonum nullus dubitat propter rationem non est bouum sed carentia alicuius mali, ex doctrina Arist. et D. Thomae notavi-
factam, quin dcbeat esse ens; hinc autem si praecise in privatione sistatur; carentia au- mus, ens interdum dicitur quod revera ha-
Ouaestionis resolutio recte colligitur etiam illud quod est verum tem mali ut sic non est bonitas nisi aliud bet esse, interdum vera quod per modum
3. Bonu;;¡ semper in ente fundatur.-:- bonum alteri debere esse ens; ergo bonum addatur. Sicut etiam in moralibus aliud est entis vere praedicari potest, quomodo dici-
Dicendum tamen censeo bonum propne sub utraque ratione includit rationem entis, declinare a malo, aliud facere bonum, et non tur horno esse caecus vel caecitas esse in
dictum semper supponere vel includere ens et non potest alicui convenire quod non sit agere malum non est virtus aut bonum nisi homine. Propter hanc ergo umbram entis
seu ftmdari in ente, ideoque non posse bo- ens. Minar dec!aratur primo, quia quod in includat positivam voluntatem non agendi fit ut tale ens, si sit conveniens alicui, bo-
num sub quacumque praedictarum rat!onum se perfectioriem non habet, non potest esse malum. Sic ergo est in naturalibus; carere num ei appelletur; semper ergo bonum
1atius patere quam ens. H~ec conclust? su- alicuius perfectio. Secundo, quia bonum ut enim calare proprie non est bonum aquae, proportionem servat ad ens, neque univer-
mitur ex Aristotele, I Ethtc., c. 6.' dtc~nte conveniens dicit ordinem ad existentiam; sed est carentia mali seu disconvenientis, et salius quam illud extenditur.
bonum dividí per omnes categonas, stcut nihil enim censetur conveniens nisi ut exis- conditio quaedam necessaria Ut suam bonita- 4. Bonum et ens mutuo se inferunt.-
ens· et ex D. Thoma, I, q. 5, a. 5, ubi ait tens vel in ordine ad existendum; quod au- tem ac perfectionem habere possit. Quocir- Dico secundo: omne verum ens in se bonum
radonem entis esse priorem ratione boni. Et tem existit ve! existere potest, est ens; ergo ca, si convenientia in hac amplitudine su- est seu bonitatem aliquam habet sibi con-
hoc ipsum significare voluit q. 21 De Ve- bonum ut conveniens includit ve! supponit matur, non est idem bonitas et convenien- venientein; atque 'ita fit ut bonum absolute
rit., a. 2, cum dixit ?onum tr~ns~endens ens. Tertio, quia ea quae reputantur conve- tia, etiam prout bonitas dicitur de eo quod dictum cum ente convertatur. Circa hanc
f.undari in esse. Et ratto est qwa bonum, nientia alicui, cum tamen non sint entia sed est bonum alteri; sed bonitas dicit en tita- conclusionem referri potest Manichaeorum et
1'7
Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 259
258 --------------------------------------
lianistas, pues dijeron que había algunas criaturas de suyo malas y creadas por un vierte con el ente, pues hemos mostrado que todo ente es bueno y que nada hay
principio sumamente malo, tal como extensamente lo refiere Nicéforo en el li- v~rdaderamente bueno sino lo que verdaderamente es. Se sigue, además, que el
bro VI Histor., c. 31; y Eusebio, libro VII, c. 28; y más extensamente San b1en tomado bajo el mismo concepto es de algún modo ]Jasión o propiedad del
Agustín, tomo VI, libro De Haeres., herejía 46, y en innumerables opúsculos ente, I?o~que no sólo se convierte con él sino que le supone conceptualmente
en contra de los Maniqueos; y Santo Tomás, en I, q. 48 y 49, y en el III cont. y se d1stmgue de él en cierto modo, según la razón formal concebida y signifi-
Gent., c. 7 y 8; y León Papa en la Epístola 93 ad Thuribium, lo define espe- cad~. por nosotros. Y por ello dije que es de algún modo pasión, porque no es
cialmente en contra de los Priscilianistas. Lo mismo el I Concilio de Braga, c. 7 pas10~ con .aquel rigor en el que la pasión requiere alguna distinción real de
y 8; y puede fácilmente llegarse al convencimiento por la Sagrada Escritura, su su¡eto, smo sólo a la manera que se dice de cualquier atributo distinto con-
pues en el Génesis, 1, acerca de cada una de las obras divinas, dice: Y vio Dios cep!ualmente de aquello a que se atribuye, como antes se declaró al tratar de las
que era bueno; y de todas tomadas juntamente añade: Vio Dios todas las cosas paswnes.
que había hecho y eran muy buenas. Y el Ecclesiast., 3: Hizo todas las cosas 6. Todo e.nte es conveniente para otro.-Inducción en todos los grados de
buenas en su tiempo. Y en la I ad Timoth., 4: Toda criatura de Dios es buena. los t;ntes.- D~go en tercer lugar que todo ente es también bueno respecto de
La razón de la conclusión es que todo ente real tiene necesariamente alguna per- algwen, ~s decrr, es conveniente para alguien; por lo cual, también el bien to-
fección por la que queda constituído en su ser, la cual, en la realidad, no es otra ma~? ba¡o la razór: de conveniente se convierte con el ente y es un atributo o
cosa que la misma entidad por la que se perfecciona; pues la misma entidad de pa~wn suya. La prtmera part~ se prueba en primer lugar por inducción; pues
la cosa, o la forma, materia o naturaleza por las que la cosa queda constituída prtmeramente, todo ente accidental es bueno para alguna sustancia. Porque
en su ser, se llaman perfecciones de la cosa, porque por ellas queda perfeccio- aunque a veces no sea conveniente para algún sujeto, como el calor para el agua,
nada en su ser. Por consiguiente, igual que no puede entenderse un ente real con todo nut;ca pue~e el accidente. no decir rela~ión y aptitud para algún sujeto
que no conste de su entidad o quede constituído por ella, así tampoco puede al q~e modlfiqu~ b1en y convementemente ba¡o algún aspecto, sea propio o
entenderse sin la perfección real por la que se perfecciona; y la perfección y comun; pues as1 el calor, aunque no sea bueno para el agua, es con todo
la bondad por la que la cosa se dice buena en sí son lo mismo. bueno para el fuego, y aunque no sea bueno para el agua en cuanto tal, es,
5. Y esta perfección en las criaturas puede ser ya esencial o intrínseca con todo bueno para el agua en cuanto que es un ente natural o material. Y el
(bajo la cual dejo comprendido al mismo ser) ya accidental. La primera es in- ju~cio erróneo del entendimiento, aunque no sea conveniente para el entendi-
separable de cada ente si se conserva en su ser actual. La segunda, en cambio, n;lento en cuanto. ,que es errón~o, con todo, en cuanto que es un juicio o una
puede con frecuencia separarse. Por consiguiente, la denominación de bueno, que cierta representacwn de tal ob¡eto, es conveniente para el entendimiento en
conviene necesariamente a todo ente, es aquella que se toma de la perfección cuanto que está en potencia para el acto segundo y para la representación in-
intrínseca y esencial; pero en cuanto que puede tomarse de una perfección ac- telectual, y lo mismo ocurre acerca de los actos de la voluntad, por más que
cidental (incluyendo bajo este concepto a cuanto se distingue realmente de la muc~os de ellos parezcan ser intrín~ecamente malos. Por otra parte, las sus-
esencia de la cosa y de su entidad actual), en este sentido no es necesario que tanelas creadas compuestas de materta y forma se comportan de tal manera
todo ente creado sea bueno; es decir, afectado por toda la perfección que le sea qu~ no. sólo la materi~. es conveniente para la forma y la forma para la ma-
posible o debida. Y así sucede que el bien tomado en el primer sentido se con- terta, smo que la unwn de ambas es de modo semejante conveniente para
i
~- -----::!....,.-<rp¡
" Priscillianistarum error; illi enim dixerunt in suo esse constituitur, dicuntur perfec- num, nij:lilque esse vere bonum nisi quod tale est bonum alicui substantiae. Quia, li~~~t
esse quasdam creaturas ex se malas et a tiones reí, quía illis perficitur in suo esse. vere est. Sequitur deinde bonum sub eadem interdum alicui subiecto non sit conveniens,
quodam principio .summe malo procreatas, ut Sicut ergo intelligi non potest ens reale quod ratione sumptum esse aliquo modo passio- ut calor aquae, nunquam tamen potest acci-
late referunt Nicephorus, lib. VI Histor., sua entitate non constet seu constituatur, ita nem seu proprietatem entis, quia et cum illo dens non dicere habitudinem et aptitudio.em
c. 31; et Euseb., lib. VII, c. 28; et fusius intelligi non potest sine perfectione reali convertitur et secundum rationem illud sup- ad aliquod subiectum quod bene et conve-
Augustinus, tom. VI, lib. de Haeres., haere- qua perficitur; perfectio autem et bonitas ponit, et ab eo aliquo modo distinguitur se- nienter af~iciat secundum aliquam rationem,
si 46, et innumeris opusculis contra Mani- qua res in se bona dicitur, ídem sunt. cundum formalem rationem a nobis concep- ve! propnam vel communem; sic enim ca-
chaeos; et D. Thom., I, q. 48 et 49, et III 5. Potest autem haec perfectio in crea- tam et significatam. Et ideo dixi esse aliquo lor, quamvis non ~it bonus aquae, est ta-
con t. Gent., c. 7 et 8; et Leo Papa, epist. turis esse vel essentialis seu intrínseca (sub modo passionem quía non est passio in eo ri- men bonus igni et quamvis non sit bonus
93, ad Thuribium, specialiter contra Pris- qua ipsum esse comprehendo), ve! acciden- gore in quo passio requirit distinctionem ali- aquae, ut aqua est, est tamen bonus aquae ut
cillianistas definit. Idem Concil. Brachar. I, talis. Prior est inseparabilis ab unoquoque quam ex natura reí a suo subiecto, sed so- ens naturale ve! materiale est. Et iudicium
c. 7 et 8; et ex divina Scriptura facile con- ente, si in suo actuali es se conservetur. Pos- lum ut dicitur de quolibet attributo secun- erroneum intellectus, quamvis, ut erroneum
vinci potest; nam, Genes. 1, de singulis terior vero saepe potest separari. Denomi- dum rationem distincto ab eo cui attribuitur est, non sit conveniens intellectui, tamen ut
divinis operibus dicitur : Bt vidit Deus quod nado igitur boni quae omni enti necessario ut superius declaratum est tractando d~ est iudicium seu repraesentatio quaedam ta-
esset bonum; de omnibus vero simul sub- convenit, illa est quae a perfectione intrín- passionibus. lis obiecti, est conveniens intellectui ut est
iungitur: Vidit cuneta quae fecerat et erant seca et essentiali desumitur; prout vera su-
mi ·potest a perfeccione accidentali (sub hac 6. Omne ens alteri conveniens.- Induc- in potentia ad actuin secundum et ad intel-
valde bona. Ecclesiast., 3 : Cuneta fecit bona tio in omnibus gradibus entium.- Dico ter-
in tempore suo. I Timoth. 4: Omnis crea- ratione includendo quidquid ex natura rei lectualem repraesentationem, et ídem est de
tura Dei bona est. Ratio conclusionis est distingúitur ab essentia reí et entitate actua- tío: omne ens etiam est bonum respectu actibus voluntatis, quantumvis quidam eorum
quía omne ens reale necessario habet aliquam li), sic non est necesse omne ens creatum a1icuius, id est, alicui conveniens; quocirca intrinsece mali esse videantur. Rursus sub-
perfectionem, qua in suo esse constituitur, esse bonum, id est affectum omni perfec- etiam bonum sub ratione convenientis sump- stantiae creatae compositae ex materia et for-
quae in re nihil aliud est quam ipsamet en- twne sibi possibili aut debita. Atque ita fit turn cum ente convertitur et est attributum ma ita se habent ut et materia sit conveniens
titas qua perficitur; ipsa enim en titas reí bonum priori ratione sumptum convertí cum .seu p~ssio eius. _Prio: I?ars probatur primo formae et forma materiae, et unio earum si-
ve! forma, materia, aut natura quibus res ente; ostendimus enim omne ens es se bo- mducttone; nam 1mpnm1s omne ens acciden- militer sit utrique conveniens, et consequen-
260 Disputaciones metafísicas Disputación X;-Sección lll 261
una y otra y, por consiguiente, el todo mismo no es conveniente únicamente tituirlas como formalmente buenas. Ni tampoco las criaturas pueden ser o ?e~
para sí .sino también para cada una de las partes. Por lo cual, sucede que cual- cirse buenas por la sola denominación extrínseca tomada de la bond~d de D10s,
quier parte naturalmente apetece la conservación del todo más que la conserva- porque igual que tienen en sí su propio ser distinto del ser ?e D10s, aunque
ción de sí misma, como notó Santo Tomás en II-II, q. 26, a. l. Y este modo participado del mismo, igualmente tienen en sí mismas su prOJ:?l~ bondad y per-
de conveniencia puede extenderse a toda sustancia creada en cuanto que es de fección distinta de la bondad divina, pero que emana ~ part1c1pa de ;na. Por
alcrún modo compuesta, sea de naturaleza y algún modo o término sustancial, consiguiente, Dios es un bien conveniente a todas las cnaturas en el genero de
se~ de sí misma y sus accidentes, para los cuales ella es buena y conveniente. eficiente y de fin; pues de aquel bien depende y fluye toda la bo?dad de. la
7. Y en la sustancia simplicísima, que es Dios, no se encuentra propiamente criatura, y en la consecución o mayor o menor imitación de aquel b1en .consiste
dentro de ella este modo de conveniencia, que se concibe que es de una cosa la perfección de la criatura. Y de este modo dijo San Agustín en el hb: VIII
para con otra distinta realmente de algún modo, sino que por su misma identi- De Trinitate, c. 3, que Dios es el bien de todo bien. Y, por el contrano, las
dad y simplicidad suma es Dios conveniente para sí mismo y su naturaleza es criaturas no pueden decirse convenientes para con Dios del mismo modo como
conveniente a su persona y la personalidad a la misma naturaleza; pero esta El es conveniente para ellas, a saber, como un bien provechoso para ellas y que
conveniencia es más bien según aquella razón por la que en sí misma se hace !es comunica su bondad; pero, sin embargo, pueden decirse convenientes para
buena y perfecta que según aquella por la que se dice que es conveniente para Dios como obras dignas del mismo y conformes con su bondad y sabiduría;
alguien. Aunque podría dudar el teólogo de si supuesta en Dios la Trinidad de y de este modo decimos que los cielos son una obra digna ~e Dios y conve-
Personas con unidad en la esencia, podría, en verdad, una persona decirse que niente a El igual que decimos que una imagen pintada con acierto es una obra
es bien de la otra, o conveniente para otra, no tanto por razón de la esencia en digna de t~l artista. En este sentido puede explicarse aquello del Génesis: Vió
la que son simplicísimamente uno, sino también por razón de las propiedades Dios que era bueno, es decir, convenientemente dispuesto y fabricado, tal como
en que se distinguen. En efecto, no parece que haya obstáculo para conceder pedía la dignidad de tal artífice. . .
que una persona es una cosa conveniente para otra, no como perfección formal 9. Y de este modo puede fácilmente entenderse que una cosa o sustanc1a,
de la misma, sino como el principio puede decirse conveniente para lo princi- incluso distinta por el supuesto, sea un bien conveniente para otro, cosa que
piado, o el término para la relación, o la existencia de un ser relativo puede de- también puede verse en las criaturas; pues una criatura es conveniente para
cirse conveniente para otro correlativo, y la sociedad de muchas personas puede otra o bien porque de alguna forma contribuye al ser o a la perfección o her-
juzgarse conveniente para cada una de ellas; en todas las cuales cosas no se mosura de ella, o bien para comunicar su bondad que tiene participada de Dios,
advierte ninguna imperfección ni dependencia, sino sólo la necesaria coexistencia o para ejercer sus acciones. No puede, por consiguiente, pensarse un ente ver-
de las tres personas en una esencia. Pero esto dejémoslo a los teólogos. dadero y real que no sea de alguna manera conveniente para alguien. Por lo cual
8. En cambio, respecto de las criaturas, Dios es el sumo bien conveniente puede darse una razón general, que todo ser es de alguna manera bueno y per-
para ellas en grado máximo, no como su bondad formal. De este modo erraron fecto en sí; y todo lo bueno es conveniente no sólo para sí mismo sino también
algunos pensando que todas las cosas creadas son buenas con la bondad divina, para alguien, ya sea para comunicarse con él de alguna manera, ya al menos
lo cual es manifiestamente falso porque la divina bondad no puede ser una for- para ser· hecho por él y ordenarse al provecho de los demás o por lo menos
ma inherente en las criaturas, ni puede venir en composición con ellas para cons- a la hermosura y a una especie de complemento del universo. Y en este sentido no
cum eis in compositionem venire ut eas for- ginem recte depictam esse opus conveniens
ter totum ipsum non solum sibi ipsi conve- narum cum unitate in essentia possit vere maliter banas constituat. Neque etiam crea- tali artifici. Quo sensu posset exponi illud
niens sit, sed etiam singulis partibus. Unde una persona dici bonum alterius seu con- turae esse aut dici possunt bonae per solam Genes.: Vidit Deus quod esset bonum, id
fit ut quaelibet pars naturaliter appetat to- veniens alteri, non tantum ·ratione essentiae denominationem extrinsecam a bonitate Dei, est, convenienter dispositum et fabricatum
tius conservationem plus quam conservatio- in qua sunt simplicissime unum, sed etiam auia sicut in se habent proprium esse di~ prout talero opificem decebat.
nem suiipsius, ut notavit D. Thomas, II-II, ratione proprietatum in quibus distinguun- stincturi1 ab esse Dei, licet ab illo participa- 9. Atque ad hunc modum intelligi facile .
q. 26, a. 1.. Atque hic modus convenientiae tur. Non enim videtur inconveniens conce- tum, ita in se habent propriam bonitatem potest quod una res vel substantia, etiam
extendí potest ad omnem substantiam crea. dere unam personam esse rem convenientem et perfectionem distinctam a bonitate divina, supposito distincta, sit bonum alteri conve-
taro, quatenus est aliquo modo composita, alteri, non ut formalem perfectionem eius, ab illa vero manantem et participatam. Est niens, quod in creaturis etiam intueri licet;
vel ex natura et aliquo modo seu termino sed ut principium principiato vel ut termi- ergo Deus bonum convenierts omnibus crea- est enim una creatura conveniens alteri ve!
stibstantiali, vel ex ipsamet et suis acci- nus dici potest conveniens relationi vel exis- turis in genere efficientis et finis; nam ab quía aliquo modo confert ad esse vel ad
dentibus, quibus ipsa bona est et conveniens. tentia unius relativi potest dici conveniens illo bono omnis creaturae bonitas profluit perfectionem aut pulchritudinem eius, vel ad
7. In substantia autem simplicissima, alteri correlativo et societas plurium perso- ac pendet et in illius boni consecutione, vel communicandum bonitatem suam quam a
quae est Deus, non reperitur proprie intra narum potest existimari singulis conveniens, aliquali imitatione, summa perfectio creatu- Deo habet participatam, suasve actiones
ipsam hic modus convenientiae qui intelligi- in quibus omnibus nulla irnperfectio deno- rae consistit. Et hoc modo dixit Augustinus, exercendas. Non potest ergo excogitari ens
tur esse unius rei ad aliam aliquo modo in re tatur nec dependentia, sed solum necessaria VIII De Trinit., c. 3, Deum esse bonum aliquod verum et reale quod non sit aliquo
distinctam, sed per summam identitatem et coexistentia trium personarum in una essen- omnis boni. At vero e contrario, creaturae modo conveniens alicui. Unde ratio generalis
simplicitatem est Deus conveniens sibi ipsi tia. Sed hoc theologis relinquamus. non possunt dici convenientes Deo eo modo reddi potest, quía omne ens est in se alié¡uo
et natura eius est conveniens suae personae 8. Respectu vero creaturarum Deus est quo ipse est conveniens illis, scilicet tam- modo bonum et perfectum; omne autem bo-
et personalitas ipsi naturae; sed haec con- summum bonum maxime conveniens illis, quam bonum eis commodum et bonitatem num non solum sibi ipsi conveniens est, sed
venientia potius est secundum eam ratio- non ut bonitas formalis earum. Quomodo eis communicans; sed tamen dici possunt etiam est alicui conveniens vel ut sese illi
nem qua redditur in se bona et perfecta, quidam errarunt existimantes orones res convenientes Deo tamquam opera decentia communicet aliquo modo, vel saltero ut ab
quam secundum eam qua dicitur esse alicui crearas esse bonas bonitate divina, quod est ipsum et consentanea bonitati et sapientiae illo fiat et ad aliorum commodum vel saltem
conveniens. Quamquam dubitare posset theo- manifeste falsum, quía divina bonitas non eius; sic enim caelos dicimus esse opus Deo ad universi pulchritudinem et aliquale com-
logus, an supposita in Deo Trinitate perso- potest esse forma creaturis inhaerens, aut dignum eique conveniens, sicut dicimus ima- plementum ordinetur. Atque hac ratione
Disputación X.-Sección lll 263
262 Disputaciones metafísicas
que ha sido tomada de esta bondad, pues es en grado máximo intrínseca y uni-
hay ningún ente que no pueda entrar en el campo de la voluntad como conveniente versal; en cambio, la bondad útil propiamente dicha es más extrínseca y sola-
para alguien o para algún fin. Así, por consiguiente, consta que el bien incluso mente relativa; y la bondad deleitable no es tan común a todo ente, sino que pa-
cuando dice razón de conveniente, se convierte con el ente, porque most:amos ya rece ser particular si se habla de la delectación propiamente dicha y no metafó-
que todo aquello que es verdadera y positivamente conveniente es ente y por rica. Por consiguiente, de todo esto consta ya suficientemente la primera parte
e1 contrano,. que to do ente verdadero es de alguna manera conveniente. ' Y) de
de la conclusión. Y la segunda es facilísima, porque si se toma el bien en abs-
aquí finalmet?-te se concluye que el bien, incluso bajo esta razón, puede contarse tracto, cuando se dice de todo ente, no quiere decirse que toda la razón de bien,
entre las pasiones del ente en cuanto que es un cierto atributo general del ente a saber : el honesto, el útil y el deleitable se encuentre en cualquier ente. sino
que n? es enteramente sinónimo con él sino qué connota o incluye algo más que simplemente la razón de bien, lo cual será verdad si se encuentra en cada uno
la entidad de la cosa, como se declaró en la sección l. de los entes al menos una razón de bien. Por consiguiente, el bien trascenden-
10. La . bondad honesta natural constituye principalmente el bien trascen- tal tomado con esa abstracción puede asignarse como propiedad del ente, aunque
~ental.- D1go en cuarto lugar que el bien trascendental parece tomado prin- en particular haya de ser atribuída a cada ente según un modo propio y una
Clpalmente de la bondad honesta, no en el género de las costumbres sino de la determinada razón de bondad y conveniencia.
naturaleza, aunque pueda también decirse en abstracto y en general de la bon·-
dad .en cuanto que prescinde de todas estas cosas. Se explica porque si el ente
s~, d1ce bueno en. sí, tal denominación se toma de que tiene en sí una perfec- ¿Dice perfección la relación?
cwn que le conviene; y esta conveniencia pertenece a la honestidad natural en
11. Opinión de algunos.-Parecer de otros.- A la razón de duda propuesta
cu~nto que. todo bien de esta clase es apetecible por sí, al menos por aquél para
al principio se responde negando que el bien no se convierta con el ente. Pero
qmen es bien y perfección. De ello ha nacido aquel axioma: El bien es ama- a la primera parte de la prueba que trata del bien tomado absolutamente hay
ble, pero el propio para cada uno. Y es bastante verosímil que el bien trascen- que responder con pormenor. En la primera objeción se toca aquella dificul-
dental haya sido. tomado primariamente de la relación o denominación por la tad vulgar de la relación real, sobre si dice perfección, de lo cual suelen tratar
que cada ente tiene en sí alguna perfección conveniente para sí. Por consi- los teólogos con ocasión del misterio de la Trinidad, ya que si la relación como
guiente, de este modo la bondad de alguna manera honesta en el orden natural tal dice perfeéción, también la dirán las relaciones divinas; y por ello, sucederá
es una propiedad universal del ente de la que le nace al bie~ el ser llamado tras- que en una persona se encuentre una perfección que no se encuentra en otra, y
cendental. Pero si el ente se dice bueno en cuanto que es conveniente para otro, habrá más perfecciones en muchas personas que en una sola, y más en la Tri-
de este modo todo ente parece que es por sí conveniente para alguien con el nidad que en la esencia, todas las cuales cosas repugnan a la igualdad de las di-
cual tiene una proporción natural, sea como causa con el efecto, sea como efecto vinas personas. Por consiguiente, por este motivo niegan muchos que la relación,
con la causa o como la parte con el todo o el todo con la parte o de otro modo en cuanto que es relación, diga perfección o imperfección, y afirman que no dice
semejante; y así en todo ente puede encontrarse alguna conveniencia por causa ni una ni otra cosa. Así lo mantiene Cayetano, In de Ente et Essentia, c. 2, hacia
de. la cual sea por sí mismo apetecible con relación a alguien, conveniencia que la mitad, donde supone esto como comúnmente admitido en la escuela de Santo
ba¡o. aq~:l aspecto se reduce a _la honestidad de la naturaleza. Y por esto, la de-
nommacwn de bueno y convemente en cuanto que es común a todo ente parece
revocatur. Et ideo ab hac bonitate denomi- Relatio an dicat perfectionem
natio boni et convenientis, quatenus commu- 11. Quorumdam opmw.- Aliquorum
nullum est ens quod non possit sub obiectum sibi convenientem; haec autem convenientia nis est omni enti, sumpta videtur, nam est placitum.- Ad rationem dubitandi in prin-
voluntatis cadere tamquam conveniens alicui pertinet ad honestatem naturalem, quatenus maxime intrínseca et universalis; bonitas cipio posltam respondetur negando bonum
seu ad aliquem finem. Sic igitur constat omne huiusmodi bonum, est per se appetibi- autem utilis proprie sumpta est magis ex- non convertí cum ente. Ad probationem au-
bonum etiam ut dicit rationem convenientis le saltero ab eo cuius est bonum et perfectio. tem circa priorem partero de bono absolute
convertí cum ente, quía ostendimus omne Unde ortum est illud axioma: Amabile bo- trínseca et secundum quid tantum; bonitas
vero delectabilis non est ita communis omni dicto sigillatim dicendum est. In prima tan-
id quod vere ac positive conveniens est, esse num, unicuique autem proprium. Est autem gitur vulgaris difficultas de relatione reali,
ens et e contrario omne verum ens esse ali- satis verisimile bonum transcendens primario enti, sed particularis esse videtur, si proprie
et non metaphorice de delectatione sit sermo. an dicat perfectionem, quam solent dispu-
quo modo conveniens. Atque bine tandem sumptum esse ex habitudine seu denomina- tare theologi occasione mysterii Trinitatis,
concluditur bonum etiam sub hac ratione done qua unumquodque ens habet in se Ex his ergo satis constat prior pars conclu-
quoniam si relatio ut sic dicit perfectionem,
ínter passiones entis posse numerari quate- aliquam perfectionem sibi convenientem. sionis. Posterior vero facillima est, quia si etiam relationes divinae dicent illam;
nus est quoddam generale attributum entis, Sic igitur bonitas aliquo modo honesta in bonum abstracte sumatur, cum de omni ente quo fiet ut aliqua perfectio sit in una per-
quod non est omnino synonymum illi,. sed o_rdine naturae est universalis proprietas en- dicitur, non est sensus omnem rationem boni, sona quae non est in alía et piures perfec-
aliquid ultra reí entitatem connotans seu tls a qua bonum transcendens denominatum scilicet honesti, utilis et delectabilis in quo- tiones in multis personis quam in una, et
includens, ut sect. 1 declaratum est. est. Si vero ens dicatur bonum quatenus libet ente reperiri, sed simpliciter rationem in Trinitate quam in essentia, quae omnia
10. Bonitas honesta naturalis bonum est conveniens alteri, sic omne ens videtur boni; quod verum erit si aliqua saltero ra- repugnant aequalitati divinarum persona-
transcendens praecipue constituit.- Dico esse per se conveniens alicui cum quo habet tio boni in unoquoque ente inveniatur. Pot- rum. Propter hanc ergo causam multi · ne-
quarto : bonum transcendens potissime naturalem aliquam proportionem, vel ut est ergo bonum transcendens in ea abstrae- gant relationem, ut relatio est, dicere perfec-
sumptum videtur a bonitate honesta non causa cum effectu, vel ut effectus cum cau- done sumptum ut proprietas entis assignari, tionem vel imperfectionem, sed aiunt neutro
in genere morís sed naturae. Quamvis etiam sa, vel ut pars cum toto, aut totum cum quamvis in particulari unicuique enti secun- modo se habere. Ita tenet Caietan., In de
possit abstracte et generatim dici a bonitate, parte, aut alio simili modo, et ita in omni Ente et essent., c. 2, circa medium, ubi id
ente reperiri potest aliqua convenientia ob dum proprium modum et determinatam ra-
ut ab omnibus abstrahit. Declaratur, nam si supponit tamquam communiter receptum in
ens dicatur bonum in se, ea denominado quam sit per se appetibile respectu alicuius, tionem bonitatis et convenientiae tribuen-
da sit. schola D. Thomae et Scoti. Et favet qui-
ex eo sumitur quod in se habet perfectionem quae sub ea ratione ad honestatem naturae
264 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 265
Tomás y de Escoto. Y se inclina a ello Santo Tomás en I, q. 42, a. 4, ad 2, donde se divide en diez predicamentos; y éste es el sentido de todos los que mantie-
piensa que la perfección en cuanto tal dice algo absoluto. Sobre Escoto trataré des- nen que el bien trascendental es una pasión del ente, y que se convierte con
pués; lo mismo mantiene Cayetano en I, q. 28, a. 2, alrededor de ad 3; Capréolo, él; por consiguiente, aquello no es una limitación, sino la destrucción de la·
In I, dist. 1, q. 7, ad 3; Auréolo, cont. 1 conclus.; Durando, In III, dist. 1, q. 3, opinión admitida.
n. 12; y Marsilio, In 1, q. 32, a. 3. Y omitida la razón teológica, puede esta sen-
13. Además, el que el ente real diga alguna perfección no sólo le conviene
tencia fundarse en que del solo hecho de que alguien se haga blanco o negro o se
cambie de lugar parece increíble que yo adquiera o pierda alguna perfección a él porque es un ente absoluto, sino simplemente porque tiene verdadera en-
porque pierdo o adquiero una relación de semejanza, proximidad o parecidas. tidad que constituye al ente tal cual debe ser, y en esto consiste el que sea perfec-
Otros, en cambio, se valen de una distinción, porque la relación puede conside- ción suya; y por ello dijo San Agustín en el lib. LXXXIII Quaestionum, q. 24:
rarse en cuanto al ser que tiene en el sujeto, y como tal dicen que la relación Todo lo que es, en cuanto es, es bueno; y en el libro III Del Libre Arbitrio,
dice perfección, o en cuanto al ser que tiene para con el término, y en este c. 15, dijo: Cuanto es como debe ser, es bueno; y en el libro I De la Doctrina
sentido niegan que diga perfección, ya que el ser para -en cuanto que es para- Cristiana, c. 32, cuando dice que Dios es el que es sumamente, afirma: Y las
no pone nada en el sujeto; por lo cual de suyo es común con las relaciones de ra- demás cosas que son no pueden ser más que por El, y en tanto son buenas en
zón, y esto indicó Capréolo al decir que la relación en cuanto tal no dice per- cuanto recibieron el ser, y Boecio, en el libro De Hebdom., c. 2: Cuanto es
fección, porque como tal no pone nada en aquel a quien se atribuye. -dice- en aquello que es, es bueno; por consiguiente, la bondad no sigue a
12, Pero ya que se ha de tratar de la naturaleza de la relación más abajo, este o a aquel modo de entidad, sino a la entidad debida a la cosa; y se supone
en su propio lugar, ahora brevemente hay que suponer que esta cuestión se re- que la relación tiene su propia entidad, mediante la cual tiene el ser que debe
fiere a las relaciones verdaderas y reales, que sean verdaderas cosas o modos tener; luego también la bondad.
reales de los entes, no discutiendo por ahora qué relaciones sean éstas y cómo 14. Además, ¿cómo puede concebirse el ente real sin alguna perfección
lo sean, cosa que se hará en el referido lugar. Por consiguiente, supuesto esto, real?, pues cualquiera que fuese el motivo por el que alguien imaginase que ello·
no veo cómo puede responderse a la dificultad propuesta, siguiendo las opinio- puede concebirse en la entidad relativa, aunque no se encuentre en la absoluta,
nes precedentes, sino limitando la conclusión establecida anteriormente, a saber : podría alguno igualmente imaginar lo mismo en cualquier entidad accidental e
que el bien se convierte con el ente absoluto y no con el ente en cuanto es co- incluso en cualquier modo real que por supuesto no diga ninguna perfección
mún al absoluto y relativo; o ciertamente, que aunque todo ente en cuanto se aunque sea algo real; conceder lo cual, sin embargo, en general, de todos los
distingue del modo de la cosa diga perfección, con todo el modo de la cosa no accidentes o modos reales, es enteramente falso. Ni puede señalarse una razón
añade una especial bondad o perfección. Pero estas limitaciones ni pueden tener suficiente de la diferencia entre la relación y los otros modos si suponemos que
fundamento ni verdad. Y la primera, ciertamente, está en contradicción con lo la relación es una verdadera cosa o modo real; pues aunque la relación diga
que afirma Aristóteles en el libro I de la Etica, c. 6, donde dice que el bien orden al término, sin embargo, según todo lo que es, afecta al sujeto y se halla
se divide lo mismo que el ente y se difunde por todos los predicamentos; y ex- en él. Por lo cual, no ayuda nada aquella distinción de la relación según su ser
presamente dice : El bien se dice en la sustancia, y en la cualidad, y en la rela- en o según su ser para; pues si el ser para es verdadero y real, es necesario que
ción, etc., donde Santo Tomás afirma que el bien se convierte con el ente que afecte al sujeto al que refiere al término; por lo cual, como la relación, incluso
dem D. Thomas, I, q. 42, a. 4, ad 2, ubi 12. Sed quía de natura relationis infe- Thomas ait bonum converti cum ente quod nitur autem relatio habere propriam entita-
sentit perfectionem ut sic dicere aliquid rius in proprio loco disputandum est, nunc in decem praedicamenta dividitur; et hic tem, per quam tale esse habet quale habere
absolutum. De Scoto dicam inferius; idem breviter supponendum est quaestionem hanc est sensus omnium qui bonum transcendens debet; ergo et bonitatem.
tenet Caiet., I, q. 28, a. 2, circa ad 3; procedere de relationibus veris .ac rea!ibus, dicunt esse passionem entis et cum i!lo 14. Praeterea, quomodo intelligi potest
Capreolus, In I, dist. 1, q. 7, ad 3; Aureol. quae verae sint res aut modi reales entium, convertí; illa ergo non est limitado sed ens real e sine aliqua reali perfectione? nam,.
cont. 1 conclus.; Durandus, In III, dist. 1, non disputando modo quaenam relationes destructio receptae sententiae. · qua ratione aliquis finxerit posse hoc intelli-
q. 3, n. 12; et Marsil., In I, q. 32, a. 3. Et huiusmodi sint ve! quomodo sint, quod prae- 13. Praeterea, quod reale ens dicat ali- gi in entitate relativa, quamvis non invenia-
omissa theologica ratione, potest fundari haec dicto loco fiet. Hoc ergo supposito, non quam perfectionem, non tantum ei convenit . tur in absoluta, poterit aliquis idem fingere
sententia, quia incredibile videtur ex eo so- video quomodo possit iuxta superiores sen- quia absolutum ens est, sed simpliciter quia in qualibet entitate accidentali vel etiam in
lum quod alter fiat albus aut niger aut loco tentias difficultati propositae satisfieri, nisi veram entitatem habet, quae tale constituit quolibet modo reali, quod nimirum nullam
mutetur, me acquirere vel amittere perfec- limitando conclusionem superius positam, ens quale esse debet, et in hoc consistit quod dicat perfectionem, etiamsi aliquid reale sit,
tionem aliquam quia perdo vel acquiro re- quod, nimirum, bonum convertatur cum ente sit perfectio eius; et ideo dixit Aug., lib. quod tamen in universum concedere de om-
lationem similitudinis, propinquitatis et si- absoluto, non vero cum ente ut commune LXXXIII Quaestionum, q. 24: Omne quod nibus accidentibus aut modis realibus om-
miles: Alii vero distinctione utuntur, quia est absoluto et respectivo; vel certe, quod cst, in quantum est, bonum est; et lib. III De nino falsum est. Nec potest sufficiens ratio
relatio considerad potest quoad esse in sub- licet omne ens ut distinguitur a modo rei di- Lib. arb., c. 15, dixit: Quidquid est sicut esse differentiae assignari inter relationem et alias
iecto et ut sic aiunt relationem dicere per- cat perfectionem, tamen modus rei non addat debet, bonum est; et lib. I de Doct. Chris., modos, si supponamus relationem esse veram
fectionem, ve! secundum esse ad termi- specialem bonitatem seu perfectionem. At 1 c. 32, cum dixisset Deum esse qui summe rem seu realem modum; nam, !icet relatio
num, et quoad hoc negant dicere perfectio- vero hae hmitationes nec fundamentum ha- est, a\t: At caetera quae sunt, nisi ab illo, dicat ordinem ad terminum, tamen secun-
nem, quia esse ad, ut ad, nihil _ponit in sub- bere possunt nec veritatem. Et prior quidem esse non possunt et in tantum bona sunt, in dum totum id quod est, afficit subiectum et
iecto; un de ex se relationibus . rationis repugnat Aristoteli, I Ethic., c. 6, dicenti quantum acceperunt ut sint;. et Boetius, lib. inest illi. Unde nihil iuvat illa distinctio de
commune est, et hoc significavit Capreolus bonum aeque dividi ac ens, et per omnia De Hebdom., c. 2; Quid quid est (inquit) relatione secundum esse in, vel secundum
dicens relationem in quantum huiusmodi non praedicamenta vagari; et expresse dicit: in eo qund est, bonum est; ergo bonitas non esse ad; nam, si esse ad sit verum ac reale,
dicere perfectionem, quia ut sic nihil ponit Bonum el in substantia dicitur et in quali consequitur ad hunc vel illum entitatis mo- necesse est ut affiCiat subiectum quod refert
in eo cui attribuitur. et in eo quod est ad aliquid, etc., ubi D. dum sed ad entitatem rei debitam; suppo- ad terminum; unde, sicut relatio; etiam se-·
266 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección Ill 267
--~~-------------------------------------------
según su ser para, pone algo real en el sujeto, así también pone algo de bondad 16. Si las relaciones divinas dicen perfección por su propio concepto.-Se
o de perfección. Ni es verdad que la relación según su ser para prescinda del rechaza la opinión de algunos.- Y a la dificultad teológica responden algunos
ser en, igual que no prescinde del ser de ente o de accidente, porque aquel ser que aunque la relación creada diga perfección por su propio concepto y razón,
en trasciende a todos los accidentes, y el modo de ellos -como el mismo ser- sin embargo, la relación divina por su propio concepto no dice ninguna perfec-
a todos los entes y modos de entes. Ni tampoco es verdad que el ser para pres- ción. Esto lo dicen principalmente para evitar el inconveniente de que alguna
·cinda del ser real o de razón más que sólo de palabra, pues la relación de perfección esté en alguna persona sin estar en otra. Y dan la razón de la di-
razón, del mismo modo que no es verdadera relación, así tampoco tiene ser para, ferencia, porque la relación creada dice una perfección finita; y la relación in-
sino que se finge que lo tiene o se concibe como si lo tuviera. creada no puede decir perfección finita porque esto repugna a la perfección di~
15. La relación verdadera y real, en cuanto tal, incluye bondad y perfec- vina, ni tampoco por su propia razón puede decir una perfección infinita, porque
ción.- Hay que decir, por tanto, que la relación en cuanto relación, de la misma esta infinitud sólo puede convenir por razón de la esencia. Pero es extraño que
manera que dice propia entidad, así dice también propia bondad o perfección, juzguen que es una dificultad el que alguna cosa divina diga de suyo perfección
como bien enseñaron Ockam y Gabriel, In I, dist. 19, q. 1; y Gregorio, q. 1, a. :1; finita y no piensen que lo es el que la misma cosa divina no diga de suyo ninguna
y lo indica Durando, In ll, dist. 34, q. 1, ad 3; ni disiente Escoto en el referido perfección, ya que por su propio género es mejor· decir alguna perfección que
Quodl., 5, ya que en sus últimas palabras deja la cosa dudosa e indecisa, e In l, no ninguna. Añado que fácilmente puede entenderse que la relación por su pro-
dist. 1, q. 2, argum. 1, prueba, con el testimonio de Aristóteles del libro I de pio concepto es infinita en el género de la paternidad o de la filiación, etc., pero
la Etica aducido antes, que la relación tiene una bondad propia, y en la solución que no es infinita en el género de ente si no es por razón de la esencia que in-
concede que tiene bondad hablando en general, pero no la bondad perfecta que cluye.
·constituya una especial razón de objeto fruible, de lo cual trataremos en otra 17. Se rechaza la opinión de otros.- Otros dan razón de la diferencia por-
ocasión. Y ciertamente, si alguno considera los testimonios de la Escritura y de que la relación creada se distingue realmente de toda cosa y perfección absoluta,
los Santos con que hemos probado que todo ente creado es bueno, y la razón y por ello es preciso que lleve consigo su perfección. Y la relación divina no se
y modo con que declaramos que la bondad conviene adecuadamente al ente, distingue realmente de la perfección absoluta de la naturaleza divina, sino que
entenderá claramente que valen lo mismo de cualquier ente que tenga en sí al- la incluye en sí con perfecta identidad y simplicidad, y por ello no es menester
guna entidad, de tal modo que es preciso que tenga en sí otro tanto de per- que lleve consigo perfección; y esta respuesta indica Gregorio más arriba. Sin
fección y que sea en sí algún bien, prescindiendo de si es conveniente para al- embargo, tampoco me satisface aquella razón, pues aunque concluya rectamen-
gún otro además de para sí mismo o para lo que es constituído por él mismo te que la relación divina no puede decir perfección distinta realmente de la esen-
en cuanto es tal. Y se confirma y declara, pues a causa de las mismas locuciones cia, no con todo que no diga una perfección conceptualmente distinta, del mismo
generales y razones no puede exceptuarse la entidad del acto del pecado, ni al- modo evidentemente que dice entidad. Y en cuanto a esto no puede señalarse
gún modo real o diferencia suya de que, en cuanto es tal, no sólo sea hecha por ninguna razón suficiente de diferencia por la que pertenezca a la razón de la
Dios sino que sea buena; por consiguiente, lo mismo vale de cualqnier razón entidad creada decir alguna perfección según toda su razón positiva, y no con-
positiva de ente, por muy relativa que sea. venga esto mismo con mayor motivo a la entidad increada, ya que es por su
cundum esse ad, ponit in subiecto aliquid 1, q. 2, argum. 1, probat ex testimonio 16. Divinae telationes an ex proprio con- paternitatis aut filiationis, etc., non esse ta-
reale, ita etiam ponit aliquid bonitatis vel Arist., ex lib. I Ethic., supra adducto, rela- ceptu perfectionem dicant.- Quorumdam men infinitam in genere entis nisi ratione
perfectionis. Neque est verum relationem se- tionem habere propriam bonitatem, et in sententia reiicitur.- Ad difficultatem autem essentiae quam includit.
cundum esse ad praescindere ab esse in sicut solutione concedit habere bonitatem in com- theologicam respondent aliqui, quamvis re- 17. Aliorum placitum confutatur.- Alii
non praescindit ab esse entis vel accidentis, muni loquendo, non tamen bonitatem per- latio creara dicat perfectionem ex proprio reddunt rationem differentiae, quía relatio
quia illud esse in est transcendens ad omnia fectam quae constituat specialem rationem conceptu et ratione, nihilominus relationem creata distinguitur ex natura rei ab omni
accidentia et modos eorum, sicut jpsum esse obiecti fruibilis, de quo alias. Et sane, si divinam ex proprio conceptu nullam dicere re et perfectione absoluta, et ideo oportet
ad omnia entia et modos entium. Neque quis consideret testimonia Scripturae et perfectionem. Quod praecii;me dicunt ut evi- ut secum afferat suam perfectionem. Rela-
Sanctorum quibus probavimus omne ens tent illud inconveniens, quod aliqua perfectio tio autem divina non distinguitur ex na-
etiam est verum esse ad abstrahere a reali creatum esse bonum, et rationem ac modum
et rationis nisi voce tantum, nam relatio ra- sit in una persona quae non est in alia. Ra- tura rei a perfectione absoluta divi-
quo declaravimus bonitatem adaequate con- tionem vera differentiae reddunt, quia relatio nae naturae, sed cum perfecta identitate
tionis sicut vera relatio non est, ita nec ha- venire enti, plane intelliget aeque procedere
·bet esse ad, sed habere fingitur seu ita con- creata dicit perfectionem finitam; relatio a u·· et simplicitate illam in se inclu'dit, et ideo
de quolibet ente quod in se aliquam enti- tem increata non potest dicere finitam perfec- necesse non est ut secum afferat perfectio-
cipitur ac si haberet. tatem habeat, ita ut necesse sit tantumdem
15. Relatio vera et realis, ut sic, bonita- tionem, quia hoc repugnat divinae perfectioni, nem; et hanc responsionem indicat Grego-
perfectionis in se habere esseque in se ali- neque etiam ex propria ratione dicere potest rius supra. Verumtamen neque illa ratio mihi
tem includit ac perfectionem.- Dicendum quod · bonum, quidquid sit an alicui alteri infinitam per(ectionem, quía haec infinitas
ergo est relationem ut relatio est, sicut pro- satisfacit; quamvis enim recte concludat re-
sit conveniens, praeterquam sibi ipsi ve! solum potest convenire ratione essentiae. Sed lationem divinam non posse dicere perfec-
priam dicit entitatem seu entitatis modum, constituto per ipsum quatenus tale est. Con- mirum est quod inconveniens censeant rem tionem ex natura reí distinctam ab essentia,
ita etiam propriam dicere bonitatem seu per- firmatur ac declaratur, nam propter easdem aliquam divinam dicere ex se finitam per- non tamen qÚod non dicat perfectionem ra-
fectionem, ut bene docuerunt Ocham et generales locutiones et rationes excipi non fectionem et non reputent incommodum tione distinctam, eo, scilicet, modo quo
Gabriel, In I, dist. 19, q. 1; et Gregor., q. potest entitas actus peccati, neque aliquis eamdem rem divinam nullam ex se dicere dicit entitatem. Et quoad hoc nulla potest
1, a. 1; et significat Durandus, In II, dist. realis modus aut differentia eius quominus, perfectionem, cum tamen ex suo genere assignari sufficiens ratio differentiae, cur
34, q. 1, ad 3 ; n~c dissentit Scotus, dict. quatenus talis est, et a Deo fiat et bona sit; melius sit aliquam perfectionem dicere quam de ratione entitatis creatae sit ut secundum
Quodl. V, nam in ultimis eius verbis rem ergo idem est de quacumque alia ratione nullam. Addo intelligi facile posse relationem omneni suam 'rationem positivam dicat
.dubiam et indecisam relinquit, et In I, dist. positiva entis, quantumvis respectiva sit . ex proprio conceptu esse infinitam in genere aliquam perfectionem et non maiori ratione
268 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección IIl 269
género mejor, más aún, necesario por virtud del concepto común de ente real connotan la coexistencia del otro extremo con éstas o aquellas condiciones abso-
en cuanto tal. Por lo cual, la razón aducida de la convertibilidad entre el lutas, el que así -digo- opinase, dirá acertada y consecuentemente que tales
ente y el bien, urge igualmente en las relaciones divinas que en las creada~. relaciones no dicen ninguna perfección fuera de las absolutas con alguna deno-
Pues, como dijo Aristóteles, si el bien se divide igualmente que el ente, de la minación mutua. Pero nosotros no hablamos de estas relaciones o denominacio-
misma manera que existen en Dios el ente absoluto y el relativo, no realmente nes, sino de las verdaderas entidades o modos respectivos que verdadera e in-
sino conceptualmente distintos, así existirá la bondad y perfección absoluta y la trínsecamente están en algún sujeto o supuesto, diciendo relación a otro térmi-
relativa no real sino conceptualmente distintas; luego también la relación divina no; y esto por lo que toca a la primera dificultad.
por su propio concepto dirá perfección. Y se declara de este modo, pues si decir
relación al hijo por la relación creada es formalmente alguna perfección, ¿cómo
puede concebirse que en el Padre Eterno no sea ninguna perfección decir rela- Si los entes matemáticos como tales son perfectos
ción al Hijo? Y si formalmente es perfección, es necesario que sea relativa por- 19. La segunda dificultad, más breve, era acerca de los entes matemáticos,
que consiste en la relación a un término; luego aquélla, en cuanto tal, proviene que Aristóteles niega que sean buenos. Esta la soluciona Santo Tomás en I,
formalmente de la relación y no de la esencia en cuanto tal, aunque estas cosas q. ), a. 3, ad 4, y en la q. 21 De Veritate, a. 2, ad 4, donde afirma que los en-
no se distingan en la realidad. tes matemáticos tienen bondad en sí, pero que la ciencia matemática no los
18. Cómo son igualmente perfectas las divinas personas, siendo así que la considera en cuanto son buenos o convenientes, sino de modo precisivo y abs-
relación increada dice perfección.- Por consiguiente, juzgo que se ha de conce- tracto en cuanto tienen magnitud y gozan de determinadas propiedades de acuer-
der que toda relación real dice propia bondad o perfección. Ni resulta de aquí do con ella. Por consiguiente, Aristóteles, que afirma de los entes matemáticos
que las personas divinas sean desiguales en perfección, ni, hablando absoluta- que no tienen bondad, habla de ellos de modo formal y precisivo en cuanto caen
mente, que se encuentre en una de ellas una perfección que no esté en las otras1 bajo la abstracción y precisión matemática. Por lo cual, esto viene a ser como
porque en cada una de las personas existe la misma perfección infinita en el si dijera que el matemático no considera en la cantidad la razón de bueno o
género de ente que incluye formal o eminentemente toda la perfección de todos conveniente, pues la cantidad no tiene razón de bueno o conveniente más que
los entes, tanto absoluta como relativa, y tanto personal como esencial. Pero en cuanto existe o puede existir en las cosas reales o en la materia· sensible; y
de esto se trata más ampliamente en I, q. 28 y 42. Con relación a la otra razón, por ello prescinde también de la razón de bien y de la razón de fin y de apete-
que parece increíble que un hombre se haga más perfecto porque otro se haga cible, que es lo que allí quiere decir Aristóteles. Y aunque Aristóteles no diga
blanco, respondo que en tanto es esto increíble en cuanto es increíble que el que los entes matemáticos no sean buenos, sino que en las cosas inmóviles no se
hombre adquiera en sí algo de entidad o algún modo real distinto realmente de halla la naturaleza del bien, y de allí concluya que en las matemáticas no se
todos los que antes tenía, por el solo hecho de que alguien se haga blanco. Por demuestra nada por la causa final, con todo, por seres inmóviles entiende cua-
consiguiente, el que creyese esto acerca de la entidad, ¿por qué dice que es in- lesquiera cosas que queden separadas de todo movimiento y acción, como son
creíble acerca de la bondad o perfección? Y el que dijese que existen algunas los entes matemáticos.
denominaciones relativas, que fuera de todas las cosas absolutas que están en 20. Se proponen algunas objeciones.- Podrá objetarse que las magnitudes,
un único término o sujeto no le añaden nada intrínsecn y real, sino que sólo incluso en cuanto están bajo la abstracción matemática, son entes; pues no pres-
hoc ipsum conveniat entitati increatae, cum fectae.- Concedendum ergo censeo omnem connotant coexistentiam alterius extremi cum dum illam aliquas proprietates sortiuntur"
hoc ex suo genere me!ius sit, immo neces- relationem realem dicere propriam bonita- his vel Íllis conditionibus absolutis, qui sic Aristoteles ergo, qui de mathematicis ait non
sarium ex vi communis conceptus entis realis tem .seu perfectionem. Neque hinc fit per- (inquam) opina tus fuerit, recte et con se-· esse in eis bonitatem, formaliter ac praecise
ut sic. Unde ratio facta de convertibilitate sonas divinas esse inaequales in perfectione quenter dicet huiusmodi relationes nullam loquitur de illis ut sunt sub mathematica
ínter ens et bonum aeque urget in relationi- neque, absolute Joquendo, a!iquam perfec- dicere perfertionem praeter absolutas cum praecisione seu abstractione. Unde perinde
bus divinis ac in creatis. Nam, si, ut Arista- tionem esse in una quae non sit in aliis, quía mutua aliqua denominatione; Nos autem non est ac si diceret mathematicum non conside-
teJes dixit, bonum aeque dividitur ac ens, in singulis personis est eadem perfectio infi- de his relationibus seu denominationibus Jo- rare in quantitate rationem boni aut conve-
sicut in Deo sunt ens absolutum et respec- nita in genere entis formaliter vel eminenter quimur sed de veris entitatibus seu modis nientis, nam quantitas non habet rationem
tivum, quamvis non re sed ratione distincta, includens omnem perfectionem omnium, tam boni vel convenientis nisi prout existit
ita erit bonitas et perfectio absoluta et re- absolutam quam respectivam, tam personalem respectivis, qui vere et intrinsece sunt in
aliquo subiecto vel supposito respiciendo vel existere potest in rerum natura
spectíva, no'n re sed ratione distinctae; ergo quam essentialem. Sed de hoc latius, I, q. vel in materia sensibili; et ideo etiam
etiam relatio divina ex proprio conceptu 28 et 42. Ad aliam rationem, quod incredi- alium terminum; et haec de prima dif-
ficultate. praescindit a ratione boni et a ratione fi-
dicet perfectionem. Et declaratur in hunc bile videtur hominem reddi perfectiorem nis et appetibilis, quod ibi Aristoteles inten-
modum, nam, si respicere filium relatione quía alter fíat albus, respondeo in tantum dit. Et, quamvis Aristoteles non dicat ma-
creata est formaliter aliqua per~ectio, quo- hoc incredibile esse in quantum incredibile Mathematicae res ut sic an perfectae
thematicas res non esse banas, sed in immo-
modo intelligi potest in aeterno Patre nullam est hominem in se acquirere aliquid entitatis 19. Secunda et brevior difficultas erat de bilibus non reperiri boni naturam, et inde
esse perfectionem respicere Filium? Quod si vel aliquem realem modum ex natura rei rebus mathematicis, quas Aristoteles negat concludat in mathematicis nihil per causám
formaliter est perfectio, necesse est ut sit distinctum ab omnibus quae antea habebat, esse banas. Quam dissolvit D. Thomas, I, finalem demonstrari, tamen per immobilia
relativa, quia consistit in habitmfine ad ter- ex eo solum quod alter fíat albus. Qui ergo q, 5, a, 3, ad 4, et q, 21 de Veritate, a. 2, ad intelligit quaecumque abstrahuntur ab omni
minum; ergo illa ut sic provenit formaliter hoc crediderit de entitate, cur dicet esse 4, asserens res quidem mathematicas in se motu et actione, qualia sunt entia mathe-
a relatione et non ab essentia ut essentia, incredibile de bonitate vel perfectione? Qui bonitatem habere, per scientiam autem ma- matica.
quamvis haec in re non distinguantur. autem dixerit esse nonnullas denominatio- thematicam non considerad quatenus bonae 20. Obiectiones· aliquot proponuntur.-
18. Cum increata relatio perfectionem nes relativas quae praeter omnia absoluta vel convenientes sunt, sed praecise et abstrae- Sed obiicies : nam magnitudines , etiam, ut
dicat, qualiter divinae personae aeque per- quae sunt in uno termino vel subiecto, nihil te quatenus magnitudinem habent et secun- sunt sub abstractione mathematica, sunt en-
270 Disputaciones metafísicas Disputación X.-Sección lll 271
----------------------------------------
cinden del ser, ya que de lo contrario tratarían los matemáticos de entes de ra- 22. A lo segundo se responde que no existe la misma ni parecida razón
zón; luego también, en cuanto tales, es preciso que tengan bondad. Igualmente,. acerca de la abstracción de los universales : pues las matemáticas no se dice pre-
si la sola abstracción de la materia sensible fuese suficiente para que las cosas cisamente que prescindan de la bondad porque prescinden de los inferiores, ni
abstraídas de este modo no se dijesen buenas, tampoco, por consiguiente, serían porque abstraídos de este modo no puedan existir, sino porque quedan abstraídos
buenas las cosas universales que han sido abstraídas de las singulares. La con- de todo orden al movimiento o a la acción y, por consiguiente, de toda razón de
secuencia es clara, porque igual que los objetos matemáticos no subsisten abs- conveniencia o apetibilidad; y en cambio, las otras naturalezas universales, aunque
traídos de este modo, así tampoco las restantes cosas universales, y de este modo se las considere separadas de los singulares, sin embargo, se las considera con
sucedería que las cosas, en cuanto caen bajo el ámbito de la ciencia, no son el orden al movimiento o acción, que toma su primer origen del fin, como ates-
buenas. Igualmente si los entes matemáticos no son buenos, porque prescinden tigua Aristóteles. Por lo cual sucede que las cosas consideradas en las otras cien-
del movimiento, tampoco las cosas inmateriales y todas las que considera la me- cias tienen en los singulares todas las condiciones que pertenecen a la razón de
tafísica serían buenas en cuanto tales, puesto que prescinden mucho más del bien o a la razón de fin, las cuales, ciertamente, son consideradas por tales cien-
movimiento. cias, aunque no en singular sino en universal. En cambio, las matemáticas, ni
21. Se responde a las objeciones propuestas.- A lo primero responden al- en singular ni en universal consideran en las cosas que se les ofrecen esas con-
gunos que los entes matemáticos en cuanto tales, es decir, tal como son consi- diciones o relaciones que pertenecen a la razón de bien o de conveniente.
derados y abstraídos en dicha ciencia, no son verdaderos entes, porque en cuan- 23. A lo tercero se responde, en primer lugar, que aunque en otras cosas
to tales no pueden existir. Pero esto no es verdad, porque cuanto el matemático no se infiera rectamente de la abstracción del movimento físico la abstracción
considera es un ente verdadero y absoluto, y como tal es considerado. Ni es de la bondad, con todo en los entes matemáticos lo infirió así Aristóteles, porque
menester que pueda existir del mismo modo que es considerado, pues de lo con- al no ser estas cosas capaces de otro movimiento o acción, cuando quedan abs-
trario tampoco los universales serían verdaderos entes. Es suficiente, pues, que traídas de este movimiento quedan también abstraídas de toda acción y causa-
las cosas que son consideradas en abstracto puedan existir verdaderamente. Prin- lidad final y, por lo mismo, de la razón de bien. O puede decirse que las inte-
cipalmente, porque aunque naturalmente no pueda existir la cantidad más que ligencias y demás cosas que se consideran en metafísica, aun cuando prescindan
en la materia sensible, en absoluto no envuelve contradicción el que esté se- del movimiento físico y material, con todo no prescinden del movimento meta-
parada; por consiguiente, con aquella abstracción no se excluye la verdadera ra- fórico con que el fin mueve. Por lo cual más abajo, en el libro XII, c. 7, dijo
zón de ente ni de la cosa considerada en sí misma, ni en cuanto entra bajo tal Aristóteles que el primer motor mueve a las demás inteligencias como amado
consideración. En cambio, ocurre lo contrario con la razón de bien, pues aun- y deseado, cosa que pertenece a la razón de fin y de bien.
que ésta no quede excluída de las cosas mismas, con todo queda apartada de tal
ciencia o tal consideración bajo esta determinada abstracción. Por tanto, recta- Sobre si es buena la materia prima
mente responde Santo Tomás en forma negando la consecuencia, porque la
razón de ente es la primera de todas, y en cambio la razón de bien, del mismo 24. En qué sentido se dice que la materia prima no es absolutamente buena.-
modo que es distinta; es posterior, y por ello pueden las ciencias matemáticas, La tercera dificultad era acerca de la materia prima, sobre la cual los que pien-
aun cuando no abstraigan de la entidad, prescindir de la bondad. san que no tiene propio ser ni propia entidad actual, dirán, quiz?, que no tiene
tia; non enim abstrahunur ab esse, alias ma- consideratur, est verum et absolutum ens ct 22. Acl secundum respondetur non esse 23. Ad tertium respondetur primo, Iicet
tbematici agerent de entibus rationis; ergo ut tale consideratur. Neque oportet ut ea parem ve! similem rationem de abstractio- in rebus aliis ex abstractione a motu physico
etiam ut sic oportet ut habeant bonitatem. modo esse possit qua consideratur; alioqui ne universalium; mathematica enim non ideo non recte inferatur abstractio a bonitate, ta-
Item, si sola abstractio a materia sensibili neque universalia essent vera entia. Satis dicuntur abstrahere a bonitate quía abstra- men in rebus mathematicis id intulisse Aris-
satis esset ut res sic abstractae non diceren- ergo est ut res quae abstracte considerantur, huntur ab inferioribus, neque, quía sic abs- totelem, quía cum istae res non sint capaces
tur bonae, ergo e~iam res universales abs- vere esse possint. Praesertim quía, licet na- tracta esse non possunt, sed quia praescin- alterius motus vel actionis, dum ab hoc
tractae a singularibus non essent bonae. Pa- turaliter esse non possit quantitas nisi in duntur ab omni ordine ad motum ve! ac- motu abstrahuutur ab omni etiam actione
tet consequentia, quía sicut res mathematicae materia sensibili, absolute tamen non involvit tionem, et consequenter ab omni ratione et a causalitate finis atque adeo a ratione
non subsistunt sic. abstractae, ita nec caete- contradictionem quod separata sit; per illam convenientis ve! appetibilis; aliae vera uni- boni abstrahuntur. Ve! dici potest intelligen-
rae res universales, atque ita fiet ut omnes ergo abstractionem non excluditur vera ratio versales naturae, quamvis considerentur tias et res alias quae in metaphysica con-
res, quatenus sub scientiam cadunt, non sint entis neque a re considerata secundum se, abstractae a singularibus, nihilominus con- siderantur, licet abstrahantur a motu materia-
bonae. Item, si res mathematicae non sunt neque ut sub talem considerationem cadit. siderantur cum ordine ad motum ve! actio- ¡¡ et physico, non tamen a motione meta-
bonae quia abstrahuntur a motu, etiam res Secus vera est de ratioue boni, nam licet nem, quae primam originem sumit a fine, phorica, qua movet finis. Unde inferius, lib.
immateriales et omnes quae in metaphysica haec non excludatur ab ipsis rebus, praescin- teste Aristotele. Unde fit ut res consideratae XII, c. 7, dixit Aristoteles primum movens
considerantur, ut sic non essent bonae quía ditur tamen a tali scientia vel tali conside- in aliis scientiis, in singularibus habeant movere caeteras intelligentias, ut amatum et
multo magis abstrahuntur a motu. ratione sub tali abstractione. Recte igitur D. omnes conditiones quae ad rationem boni desideratum, quod pertinet ad rationem finis
21'. Obiectionibus propositis satisfit.- Thomas supra in forma respondet negando pertinent ve! ad rationem finis, quae qui- et boni.
Ad primum aliqui respondent res mathema- !iem a talibus scientiis considerantur, licet
consequentiam, quía ratio entis est prima non in singulari sed in universali. At vera Materia prima an bona
ticas ut sic, id est ut in ea scientia conside- omnium; ratio vero boni, eo modo quo est
rantur et abstrahuntur, non esse vera entia mathematicae, neque in universali, neque in 24. Materia qua sensu dicatur non bona
distincta, est posterior et ideo possunt scien- singulari cousiderant in rebus sibi obiectis simpliciter.- Tertia difficultas erat de ma-
quía ut sic esse non possunt. Sed hoc non tiae mathematicae, quamvis non abstrahant ab eas conditiones seu habitudines quae ad ra-
recte dicitur, quía, quidquid a mathematico teria prima, de qua qui sentiunt illam non
entitate, praescindere a bonitate. tionem boni seu convenientis spectant. habere proprium esse nec propriam entitatem,
------------------------------- -
les comunica ningún bien actual; pues aquel ~er en pot~ncia no es ahora en ellas
una bondad actual. y si de algún modo se dtce que D10s se complace en ellas,
esto sucede 0 bien según el ser que tiene~ en el. mismo .Dios o por el, hec?o de
que son denominadas posibles yor la o~mp_otencm de D10s,. lo c~al mas bten es
complacerse en su omnipotencia de qmen uenen el ser postbles mcluso aquellas
cosas que no existen.
Si son necesarios el modo, especie y orden en cada una de las clases de bien
27. La quinta dificultad ha sido solucionada con lo ~nterior, pues ~,emos
dicho que el bien en cuanto que se toma de la propta enudad y perfecc10n se DISPUTACION XI
convierte con el ente, y de este modo todo ente es bueno, pero con todo no en
cuanto que el bien se toma en las criaturas de una perfección accidental lObre-
añadida a la esencia. Así, por consiguiente, cuando se dice que el bien consiste EL MAL
en un modo, especie y orden, si se entiende esto acerca del modo, hermosu~a y
composición u orden accidental, entonces es verdad que no todo ente creado ttene
el debido modo, especie y orden; de lo cual sólo se sigue que no todo ente creado
es un bien absoluto, pero no que no sea bien de algún modo. Pero si aquellas
tres cosas se toman más intrínseca y esencialmente, no hay cosa que no tenga un. RESUMEN
modo connatural a sí, como, por ejemplo, ser sustancia o accidente, ni una es- En la presente disputación se pueden advertir cuatro partes, que correspon-
pecie, es decir, la forma o especie que le es debida, y o~denada al propio fin. den a sus cuatro secciones:
Y así también el bien que incluye estas tres cosas se convterte con el ente. Por
lo cual, a fin de que no se dé equivocidad en la palabra con que algo se designa l. Qué es el mal y de cuántas clases es (Sec. 1).
como bien absolutamente, es preciso advertir que aquel «absolutamente» puede to- ll. Divisiones del mal (Sec ll).
marse o como añadiendo algo al mismo bien trascendental, de tal manera que lll. Causas del mal (Sec. lll).
se llame bien absolutamente a aquél al que nada falta para la perfección total IV. Por qué no es atributo del ente (Sec. IV).
que le es debidl!, y en este sentido no es preciso que todo ente creado sea bien
absolutamente; o bien puede tomarse de otro modo aquella voz «absolutamente»
SECCIÓN I
para significar aquello que en absoluto y sin añadidura puede llamarse bien, y
en este sentido decimos que cada cosa es absolutamente buena del mismo modo Trata de investigar toda esta sección si el mal es algo real y cuántas son sus
que es absolutamente ente; y en la misma proporción tiene el modo, especie clases. Comienza primeramente con la afirmación de que es algo existente en las
y orden debido a su naturaleza, como extensamente declara Santo Tomás en la cosas; pero se busca precisamente qué es aquello por lo que las cosas se dicen
referida q. 5, a. 5. malas (1). Después de rechazar la opinión de los maniqueos (2), pasa a definir
prie amat, quía nullum bonum in actu eis simpliciter, non vero quod non sit aliquo el mal, confirmándolo con abundantes testimonios (3). A la anterior definición se
communicat; illud autem esse in potentia modo bonum. Si vero illa tria sumantur
non est nunc in eis aliqua actualis bonitas. magis intrinsece et essentialiter, nulla est res
pueden oponer algunas dificultades, como si el mal de culpa y de pena son algo
Quod si aliquo modo dicitur Deus in eis quae non habeat modum sibi connaturalem, positivo, y si el mal consiste formalmente en sola privación (4-5). La solución
complacere, id est, vel secundum esse quod ut verbi grat\a, quod sit substantia vel acci- que proponen algunos Santos de distinguir entre mal natural y mal moral, in-
habent in ipso Deo vel secundum quod ab · dens; et speciem, id est, formam vel spe- sistiendo en que este último es algo positivo, así como la distinción de Cayetano.
omnipotentia Dei denominantur possibiles, ciem sibi debitam, et ordinatam ad proprium del mal, en absoluto y moral, no le parece admisible a Suárez (6-7), v aduce otra
quod potius est complacere in sua omnipo- finem. Atque ita bonum etiam quod haec
tentia a qua habent ut sint possibilia etiam tria includit, cum ente convertitur. Quocir- división: mal en sí, que consiste en una privación, y mal para otro,· que es algo
ea quae non sunt. ca, ne sit aequivocatio in voce qua aliquid positivo que se opone al bien de modo no privativo sino contrario (8), pero éste
Modus, species et ordo an necessaria in appellatur bonum simpliciter, oportet ad- es un mal relativo y como "per accidens" (9); por tanto, después de hacer dis-
unaquaque ratione boni vertere illud simpliciter sumi posse vel tam- tingo~ a esta división afirma que ninguna sustancia completa o incompleta es
27. Quinta difficultas ex superioribus. ex- quam addens aliquid ipsi bono transcendenti propza y formalmente mala en sentido positivo (10), y que todo accidente es un
pedita est; diximus enim bonum quatenus ita ut bonum simpliciter dicatur illud cuí
nihil deest ad consummatam perfectionem bien en sí y lo es para algún sujeto (11); por tanto, no hay nada que sea malo
a propria entitate et perfectione sumitur,
convertí cum ente et hoc modo omne ens sibi debitam et hoc sensu non est necesse para ningún sujeto por algo positivo (12), aserción que confirma con ejem-
esse bonum, non tamen prout bonum su- omne ens creatum esse bonum simpliciter; plos (13). La cosa que es mala para otro lo es por alguna privación (15), tanto
mitur in creaturis a perfectione accidentali vel aliter sumí potest illa vox simpliciter ad en los seres naturales como morales (16), afirmación que explica pormenorizada~
superaddita essentiae. Sic igitur, cum bonum significandum id quod absolute et sine addito
potest vocari bonum, et hoc sensu dicimus
mente en su aplicación tanto al mal en sí como para otro. Para cerrar esta sec-
dicitur consistere in modo, specie et ordine,
si intelligatur de modo, pulchritudine et com- unumquodque ita esse simpliciter bonum ción recoge ahora las dificultades que planteó en el n. 4, y así mantiene que el
positione seu ordine accidentali, sic verum sicut est simpliciter ens ; et eadem propor- mal de culpa lo es por la privación de la rectitud debida en los actos (17), y
est non omne ens creatum habere debitum tione habere modum, speciem et ordinem e! mal de pena -el dolor- lo es por la privación de alg14na perfección necesa-
modum, speciem et ordinem; ex quo solum suae naturae debítum, ut latius declarat D. rza (18); por tanto, una misma cosa puede ser buena en cuanto positiva y mald.
sequitur non omne ens creatum esse bonum Thom., d. q. S, a. S.
en cuanto incluye una negación (19). Termina afirmando que el bien y el mal
DISPUTACION XII
RESUMEN
En esta Disputación podemos distinguir una introducción y tres secciones. La
introducción tiene por objeto justificar que sea el metafísico el que se ocupe del
tratado de las causas, a pesar de que también los físicos tratan de ellas; prueba
con tres razones que esta materia pertenece al metafísico, y divide la disputación
en tres secciones:
l. Se ocupa de varias cuestiones sobre la causación, que se centran en el
punto de la identidad entre principio y causa.
1I. Sobre si existe .una razón común de causa; cuál es y qué naturaleza
tiene.
1I1. La división de la causa.
SECCIÓN 1
Que la causa existe en la realidad es cosa manifiesta; pero se trata de conocer
su naturaleza, y para ello hay que conocer los conceptos limítrofes, el principal
de los cuales es el de principio. ¿Se identifican principio y causa? La duda se
plantea por el uso que hace de esos términos el mismo Aristóteles (1-2); y como
el mismo término "principio" es análogo, hay que recorrer sus significados (3),
clasificados de momento en principios de la cosa y principios del conocimiento (4),
los primeros de los cuales pueden todavía dividirse en principios de mero orden
o conexión extrínseca, o bien principios con conexión estricta, cuando entre la
cosa y su principio se da una relación esencial de procedencia (5); de aquí pasa
Suárez a recorrer en qué sentido se puede llamar principio a la privación (6), y
cómo a la materia y a la forma (7), deduciendo, por último, que la nota común
a todo principio es la prioridad (8). Se pueden presentar dos objeciones a la ge-
neralidad de dicha afirmación: una es el caso de la forma y otra el de las Di-
vinas Personas, en las que no se da prioridad y sí razón de principio; ambas
dificultades quedan solucionadas a continuación (9-10). Pone término a la des-
cripción del principio en común declarando qué conexión se requiere entre el
principio y lo principiado (11), para pasar a la definición que da Santo Tomás:
principio es aquello de donde algo es, o se hace o se conoce, definición que lleva
ya en sí una división de los principios, ya que todos los principios serán o bien
del hacerse, o del ser o del conocer (12). Por ello se ve también que en toda ra-
zón de principio hay un elemento común; es, pues, una razón análoga (13), con
21
I
"'-
322 Disputaciones metafísicas
analogía múltiple, puesto que a partir del significado originario la voz se aplicó
IJ muchos otros (14); y en cuanto a la cosa significada, la voz alude antes a los
principios esenciales que a los accidentales (15). Se plantea aquí el problema de
si el término principio es en Dios unívoco o análogo respecto de todas sus ope-
raciones; responden algunos que es análogo, con prioridad para las operaciones
ad extra (16), o para las ad intra según otros (17), mientras que hay un ter-
cer grupo que opina que es unívoco (18); para dar la solución distingue Suá-
rez primeramente la relación de principio, y en ella afirma que hay analogía (19);
la razón próxima de tal relación, que es análoga y se dice con prioridad de las DISPUTACION XII
operaciones ad intra (20-21); y finalmente, aquello que se denomina principio, y
que no puede ser análogo (22-23); en Dios, el principio es unívoco, considerado
LAS CAUSAS DEL ENTE EN GENERAL
como generan te y espiran te, y análogo, considerado como creador y operante (24).
Finalmente, en cuanto a la primera cuestión, resuelve que el principio tiene
más extensión que la causa (25), y seguidamente pasa a solucionar las dificultades Después que se ha tratado de la razón esencial y de las propiedades del ent~
que planteó sobre los textos de Aristóteles y los Padres (26-33). en cuanto es ente, antes de pasar a sus divisiones es preciso estudiar cuidadosa-
mente sus causas. Porque aunque el físico trate de las causas, con todo 10 hace
SECCIÓN 11 de modo excesivamente concreto e imperfecto, en cuanto la razón de causa Sé
Se pregunta en ella si existe una razón común de causa, entendida ésta for- ejerce en la materia física o con algún movimiento o mutación física; mas la
malmente (1), y para responder, después de rechazar dos definiciones por insu- razón de causa es más universal y abstracta, pues en sí misma prescinde de la
ficientes o tautológicas (2-3), pasa a exponet' la definición cot't'ecta de causa como materia, tanto sensible como inteligible, y por ello su consideración propia per~
principio que infunde esencialmente el ser en otro (4), definición que aparece tenece al metafísico. Primero, ciertamente en cuanto que la misma razón de causa
como suficiente en las causas naturales, pero no en el plano teológico, por lo cual o de causalidad -como la llaman- participa de algún grado de ente; y acerca
propone las cJificultades que surgen a propósito del misterio de la Trinidad (6), de éste es preciso explicar qué es y de qué modo. En segundo lugar, porque la
la noción propia de dependencia (7-8), su aplicabilidad al ser relativo (9) y la ne- misma causalidad es como una cierta propiedad del ente en cuanto tal, pues no
cesidad de dos seres esencialmente diversos para que se dé causa (10); e igual hay ente alguno que no participe de alguna razón de causa. En tercer lugar, por-
hace con las dificultades que origina el misterio de la Encarnación (11-12). Enun- que pertenece a la ciencia considerar las causas de su objeto. Y aunque no todo
cia finalmente la definición de causalidad como aquel influjo con que la causa ente comprendido bajo el objeto de esta ciencia tenga verdadera y propia causa,
infunde el ser en el efecto (13), al cual nombre de causa corresponde un concepto ya que Dios no tiene causa, sin embargo, todas las demás cosas fuera de Dios
objetivo único. tienen causa; y en ellas no sólo las razones de ente determinadas o particulares,
sino también la misma razón de ente es causada por sí y propiamente, de tal
SECCIÓN 111 modo que puede decirse con verdad que el ente en cuanto ente, especificativa-
Trata de la división de la causa y propone primeramente la división en los mente aunque no reduplicativamente, tiene causa. Y esto tanto más es así cuanto
cuatro géneros de causas tradicionalmente admitidos; a propósito de ella, plan- que pertenece a la misma ciencia tratar de la razón de causa y de la de efecto, y
tea seis cuestiones (1) que resuelve seguidamente: la primera, si todos los miem- no hay ente alguno que no sea· efecto o causa. Se agrega a esto el que aunque
bros quedan contenidos dentro de lo dividido: responde afirmativamente (2), re- Dios no tenga causa verdadera y real,· a pesar de todo algunas de sus razones
corriendo las causas en particular (3) y proponiendo y solucionando dos dificul-
tades históricas en contra de dicha división (4-5), la cual corrobora con los tes- DISPUTATIO XII ipsa cuasalitas est veluti proprietas quae-
timonios de Platón y los antiguos filósofos (6), pormenorizando ,la diferencia en- DE CAUSIS ENTIS IN GENERE
dam entis ut sic; nullum est enim ens quod
aliquam rationem causae non participet. Ter-
tre causa y condición (7) y la primacía de la causa final en los actos morales (8). Postquarn dictum est de essentiali ratione tio, quia ad scientiam pertinet considerare
Segunda: si estas cuatro causas se distinguen y oponen entre sí: se da la distin- et proprietatibus entis in quantum ens est, causas sui obiecti. Quamvis autem non omne
ción precisa y formal, aunque no siempre es menester que se dé la material o priusquarn ad divisiones eius descendamus, ens comprehensum sub obiecto huius scien-
real (9-11), sino en determinados efectos y condiciones que va recorriendo Suá- oporte! de causis eius exacte disputare. Nam tiae habeat veram ac propriam causa m, nam
liee! physicus de causis disputet, id tamen Deus causam non habet, tamen omnia alia
rez con pormenor (12-15). Tercera: si esta división abarca suficientemente al est nimis contracte et irnperfecte, quatenus praeter ipsum causam babent; et in eis non
todo dividido, y responde afirmativamente, fijándose sobre todo en las causas ins- ratio causae in physica materia vel cum ali- solum determinatae seu particulares rationes
trumentales, dispositivas y objetivas, así como en la causalidad del objeto res- quo motu aut physica mutatione exercetur; entis, sed etiam ipsa entis ratio per se ae
pecto de la potencia y el acto (16-18). Cuarta: si la citada división de las causas ratio autem causae universalior est et abs- proprie causatur, ita ut verum sit dicere ens
traetior; nam secundurn se abstrahit a ma- in quantum ens specificative, etsi non redu-
es inmediata, y a esto responde negativamente, ya que hay otra división que las teria tarri sensibili quam intelligibili; et ideo plicative, habere causam. Eo vel maxime
divide en internas y externas 'V es más inmediata (19). Quinta: esta división no pronr;a eius consideratio ad rnetaphysicum quod eiusdem doctrinae est rationem cau-
es ínfima o átoma, tal como se preguntaba, sino que tiene un valor intermedio pertinet. Primo quidem quatenus ipsamet ra- sae et effectus contemplari; nullum autem
tio causae seu causalitas Cut aiunt) aliquem est ens quod non sit ve! effectus ve! causa.
o doctrinal (20-21). Finalmente, la sexta responde afirmativamente a la duda de gradum entis participat; de quo oportet de- Accedit. quod, licet Deus non habeat veram
si tal división es análoga (22). clarare quid et quo modo sito Secundo quia et realem causam, quaedam tamen rationes.
Disputación XII.-Sección 1 325
324 Disputaciones metafísicas
cipio dice relación a lo principiado como la causa al efecto; y lo principiado pa-
son concebidas por parte nuestra como si fuesen causas de otras, para declarar rece que es lo mismo que el efecto.
mejor las cuales es útil también conocer de antemano las verdaderas razones de 2: Pero algunas veces parece indicar Aristóteles que la causa tiene mayor
la causación. Por tanto, por estos motivos pertenece al metafísico la considera- amplItud que el principio. Pues dice en el libro V De Generat. Animal.) c. 7,
ción de las causas. Sobre las cuales diremos primero, en general, unas cuantas que pertenece a la razón de principio ser él mismo causa de muchos, pero que
cosas acerca de la razón de causa y sus miembros; después, más extensamente, no haya una causa superior a él; sin embargo, a la razón de causa no pertenece
de cada una de ellas; por último, las compararemos de varios modos entre sí y el .qll:e .no tenga una causa superior; luego, según la opinión de Aristóteles, el
con sus efectos. prm~llil1O es algo. más restringido que la causa. Por lo cual, también en el 1 de
SECCION PRIMERA 1~ F;szca, C. 5, ~lce que pertenece a la razón de los principios el no proceder de
51 nt de otros, smo que otros procedan de ellos; sin embargo, a la razón de causa
¿SE DA ABSOLUTA IDENTIDAD ENTRE CAUSA Y PRINCIPIO?
~o I:crtenece el no proceder de principios y causas; por consiguiente, tiene mayor
1. La existencia de la causa es cosa muy conocida.- No preguntamos si se amblto la causa q1!e .el. principio. Finalmente, por otra parte, aparece manifies-
da la causa porque no hay nada más evidente por sí mismo; y para investigar tame~te .q~e el prInCIplO es algo más general que la causa, ya que toda causa
qué es, comenzamos cómodamente desde la razón de principio, ya que toda cau- es prmclplO, como referíamos tomándolo de Aristóteles; pero no todo principio
sa es principio y por él, como por su género o por lo que hace las veces de puede llamar~e causa, pues la privación, como atestigua Aristóteles, es principio
género, puede y debe definirse. Por consiguiente, la razón de dudar en la cues- de la gener~clón pero no causa, y la aurora es el principio del día y no su causa.
tión propuesta se toma de varias expresiones de Aristóteles, pues a veces indica y es doctrma sana y aceptada entre los teólogos que en las Divinas Personas
que la causa y el principio son enteramente 10 mismo y se dicen recíprocamente. una es principio de otra, pero no es su causa, como es evidente por Santo To-
Así, en el IV de la Metafíszca, c. 2, dice que la causa y el principio se comparan más, IJ q. 33, a. 1, ad 1.
entre sí del mismo modo que el ente y lo uno; ahora bien, el ente y lo uno se
convierten entre si, como arriba se dijo. Igualmente, en el V de la Metafísica, Varios modos de principios y su orden
c. 1, al enumerar varios modos de principio, al fin concluye así: Y de otros tan-
tos modos se dicen las causas, pues todas las causas son principios. Por otra parte, 3. Qué es principio complejo o de conocimiento.- Para explicar esta cues-
habiendo enumerado en el I de la Física la privación entre los principios del ente ti?n hay que comenzar p~r el nombre y razón de principio; pero porque, como
uatural, en el libro XII de la Metafísica, c. 2, le llama causa; piensa, por tanto, dice Damasceno en el Dzal. contra Manich., al comienzo, la palabra principio
que causa y principio son lo mismo; y favorece esta opinión la manera de hablar es equívoca, es decir, análoga, será mejor enumerar sus varias significaciones, las
de algunos Padres Griegos, que incluso tratándose de las Personas Divinas lla- c~Iales recoge allí Da.masceno,. y antes que él Aristóteles en el V de la Metafí-
man al Padre causa del Hijo por ser su principio; e igualmente al Padre y al st~a~c. ~. Pero para IrI.as .e~phcando con un plan determinado, primero podemos
Hijo causa del Espíritu Santo, lo cual indica que entre los griegos causa y prin- dlstmgmr un doble pnnclplO, uno de la cosa y otro del conocimiento o de la
cipio son una misma cosa. Y esto mismo hizo notar el Concilio Florentino en la ~iencia, y esto se suele' distinguir también de otro modo llamándolos principios
sesión última al exponer a dichos Padres. Y la razón puede estar en que el prin- mcomplejos y complejos, ya que el principio de la cosa es incomplejo y el del
conocimiento, complejo. Pues aunque los principios del conocimiento se tomen
eius concipiuntur a nobis ac si essent cau- dictis Aristotelis sumitur, nam intf'idum sig-
~ae aliarum, ad quas melius dec1arandas utile nificat causam et principium idem omnillO
etiam erit veras rationes causandi praeno- esse et reciproce dici. Nam in IV Metaph., Ratio vero esse potest quia principium re- tele, est principium generationis, non ta-
scere. Ob has ergo rationes ad metaphysicum c. 2, ait ita comparari ·inter se causam et prin- lationem dicit ad principiatum sieut causa men causa, et aurora est principium diei et
pertinet causarum consideratio. De quibus cipium, sicut ens et unum; ens autem et ad effectum; pdneipiatum autem idem esse non causa. Et apud theologos sana et re-
pauca prius in communi dicemus de ratione unum convertuntur inter se, ut supra dictum videtur quod effectum. cepta doctrina est in divinis personis unum
causae et membris eius; deinde fusius de esto Item V Metaph., C. 1, ubi varios mo- 2. Aliquando vero significare videtur esse principium alterius, non tamen causatn,
singulis; postremo eas inter se et cum effec- dos principii enumerat, in fine ita conc1udit: Aristoteles causam latius pátere quam prin- ut patet ex D. Thom., 1, q. 33, a. 1, ad. 1.
tibus varEs modis conferemus. Totidem autem modis et causae dicuntur, cipium; ait enim libro V de Gener. animaL,
omnes enim causae principia sunt. Rursus, C. 7, de ratione principii esse ut ipsum qui- Varii principiorum madi etillorum ordo.
SECTIO PRIMA cum 1 Phys. privationem inter principia rei dem causa sit multorum, sed ípsius nulla 3. Principium complexum seu cognitionis
naturalis numerasset, in XII Metaph., C. 2, sit superior causa; non est autem de ratione 9ui~.-:- Ad explicandam hanc quaestionem,
UTRUM CAUSA ET PRINCIPIUM IDEM
eam causam vocat; sentit ergo causam et causae ut non habeat superiorem eausam; l~c~prendum. est a nomine et ratione prin-
OMNINO SINT
principium es se idem; et huic sententiae fa- ergo, iuxta Aristotelis sententiam, principium ClpU; quon,am ve ro, ut Damasc. ait, Dial.
1. Causam esse est longe notissimum.- vet modus loquendi aliquorum Patrum Grae- quid contractius est quam causa. Unde etiam contra Manich., in initio, principii vacabu-
Non inquirimus an causa sit, quia nihil est corum, qui etiam in divinis personis Pa- 1 Phys., C. 5, de ratione principiorum ait lum aequivocum, id est, analogum est, me-
per se notius; ad investigandum autem quid trem vocant causa m Filii eo quod sit prin- es se ut non sint ex sese, nec ex aliís, sed lius el'it varias eius significationes enumera-
sit, commode a rarione principii inirium su- cipium eius; et similiter Patrem et Filium alia ex ipsis; de ratione autem causae non re qua s ibi recenset Damasc., et prius Aris-
mimus, quoniam omnis causa principium est causam Spiritus Sancti, quod est indicium est ut non sit ex principiis et causis; latius toteJes, V Metaph., C. 1. Ut ver o aliqua cer-
et per iUud tamquam per genus vel loco ge- apud Graecos idem esse causam quod prin- ergo patet causa quam principium. Denique ta methodo a nobis tradantur, primo distinT
neris definiri potest et debet. Ratio igitur cipíum l. Quod significavit illos Patres ex- aliunde apparet manifestum principium ge- guere possumus duplex principium, aliud rei
dubitandi in proposita quaestione ex variis ponen s Concilium Florentinum, sess. ult. neralius quid esse quam causam; nam am- aliud cognitionis seu scientiae; quod ali~
nis causa principium est, ut ex Aristotele modo solet distingui in principia incomple-
1 Ex modo loquendi Patrum Graecorum; Damasc., lib. I de Fide, C. 8 et 9, ac 11; retulimus; non tamen omne principium pot- xa et complexa; 1'lam principium rel incom-
Athanas., in Actis Nicenae Synodi; Nazian., Orat. 29, de dogmate et Constitutione Epis- est dici causa; privatio enim, teste Aristo- plexum est, congnitionis autem complexutn.
cop., et Orat. 35, quae est I de Filio et III de Theologia. .
326 Disputaciones metafísicas Disputación XIl.-Sección 1 327.
con frecuencia de los principios de la cosa, con todo próximamente. n~ ~on prin- -dice- es principio de aquellos a quienes manda, aunque esto pueda pertenecer
cipios de ciencia más que en cuanto que de eH.os se hacen los pnncIpIos com- a la causalidad, como indica Aristóteles. Finalmente, lo que se presupone para
plejos. Y en este sentido dice Aristóteles antenormente: Los s!'lpuestos de las otro puede decirse su principio, como el cimiento se dice principio de la casa
demostraciones se llaman principios; y en el II Elench:, c: ~lt, dIce que hay.que y la unidad principio del número. Y en toda cosa que tiene extensión o latitud,
insistir principalmente en el conocimiento de los prmClpl?S,. l:?0rque con.ocldos la primera parte o el primer extremo que se supone para los otros puede decirse
ellos es fácil conocer las cosas que siguen. Y de estos prmclplOs cOl;nplelos .no principio del todo o de las restantes partes. Por lo cual, esta acepción o deno-
tenemos nada más que decir, pues cuanto es necesario para e~ta doctrma ha sldo minación de principio es amplísima y puede multiplicarse de varios· modos, de
expuesto s:uficient~mente en la dis~,:tación 1 y nI; en camblO; la~, demás ~os~s tal forma que no puede reducirse a una razón científica y cierta porque es una
'Se refieren a los hbros de los Analztlcos Segundos. Y la .denommaclOn de pn11:~l denominación casi equívoca.
Dio que se les atribuye pertenece a un género de causahdad. o. a alguna relaClOn 5. Qué significa principio en su acepción más estricta.- En otro sentido,
de las que en seguida enumeraremos; pues porque ~l conocImlento es l~na cosa, por consiguiente, y más filosóficamente, se llama principio por razón de una re-
el principio de conocimiento se dice según una relaclón, en la que con\'lene con l:lción esencial entre él mismo y aquello de que es principio, de forma que de
:tos otros principios de las cosas. . , ' algún modo proceda de aquél esencialmente. Esto puede suceder de dos mane-
4. Por tanto, el principio de una cosa puede deCIrse o ~?lo. po~ razon del ras: primero, por el positivo influjo y comunicación de su ser; este modo, res-
Di'den o de cualquier conexión, o por razón de algun~ relaclOn mtrlI:seca. Del pecto de las cosas creadas, es siempre con dependencia y causalidad, como ex-
primer modo parece que lo ~ij~ !U'istóteles en la Poétl~a, poco ,despues del c~ plicaremos; por lo cual, tal principio, hablando filosóficamente, siempre va re-
mienzo: Decimos que es prInCIpIO aquello que no esta necesarIamente despues vestido de la razón de causa. Solamente en las Divinas Personas se encuentra
de otro, y después de él mismo hay o es posible que algo se haga. ~ero esta un principio con verdadero influjo y comunicación del propio ser sin causalidad;
apelación bajo ese aspecto es múltiple. Pues primeramente en toda aCClOn o ne- por qué sucede esto así lo intentaremos explicar en la sección siguiente. Por lo
gocio aquello de donde se comi~nza se llan:a principio, el cual algunas v~ces es cual esta clase de principio, en cuanto que incluye la razón de causa, puede di-
arbitrario o casual; otras, es debIdo a la mlsma cosa o al meno~ es lo mas con- vidirse en tantos miembros como la causa. Pues hay algunos principios que cons-
forme para que sea hecha de un modo conveniente, ya sea temendo en cuenta tituyen intrínsecamente la cosa; otros, en cambio, son extrínsecos, que infunden
la natnraleza de la cosa que se hace, ya, a veces, con~ider.ada .la co~dición. d;l el ser en la cosa y permanecen fuera de ella, como el principio final y el eficiente,
operante. Y de este modo, en el orden de exponer la CienCIa dlCe arnba :I\n~t? de que trataremos después.
teles que aquello que es más conocido para ,nosotros I?ue~e llamars~ prmClplo 6. En qué sentido se llama a la privación principio de la cosa natural.- En
de doctrina, porque de allí puede tomar comIenzo la cler:CIa convemente:ne?t~. ~egundo lugar) puede una cosa surgir de otra esencialmente, como de su prin-
En segundo lugar, en la sucesión u orden temporal, se dlce la aurora prmclplo cipio) no por un influjo positivo, sino sólo por la necesaria y esencial relación a
del día, porque de allí co~ienza. el. d.ía. En tercer l:rgar en el .~rden local, el que otro. En este sentido, enumera Aristóteles entre los principios del ser natural a
se sienta el primero se dIce pnnClpIo de los demas, y tamblen aquel lugar de la privación, que parece tener un carácter intermedio entre los dos modos de
donde nace la fuente se suele llamar su principio. En cuarto lugar, Damasceno principios declarados. Pues aquel primero es amplísimo y sólo se funda en un
añade que también suele llamarse por el orden de dignidad, como: El rey cierto orden de prioridad, ni requiere una relación esencial, sino que puede ha-
Quamquam enim principi~ C?g.:lOsc~ndi fr~ tudinis. Priori modo dixisse videtur Aristot. eorum quibus praeest; quamvis hoe possit quare huiusmodi principium, philosophice 10-
quenter desumantur ex pnnclplls, rel,' pro~l~ in Poetica, aliquantulum a principio: Prin- ad causálitatem pertinére, ut Aristoteles sig- quendo, semper induit· rationem causae. So-
me tamen non sunt principia sClentlae, mSl cipium illud esse dicimus c;Luod nO~l t;eces- nificat. Denique quid quid alteri praesuppo- lum in divinis personis invenitur principium
prout ex eis fiunt principia comple~~. Et hoc sario post aZiud est, et post tpsum altqurd e~" nitur potest dici principium eius, ut funda- cum vero influxu et communicatione proprii
modo ait Aristoteles supra: SUPpOS¡tlOnes de- se veZ fieri natum esto Haee autem appellatlc mentum dicitur principium domus et unitas es se sine causalitate; cur aUtem hoc ita Rit,
raonstrationum vocantu?' principia; et E, sub hac ratione multiplex esto Primo enim principium numeri. Et in omni re quae ex- sectione sequenti explicare tentabimus. Unde
Elench., c. ult., in principiis cognoscendis in omni actione aut negotio, illud unde in- tensionem habet vellatitudinem, prima pars hoc genus principii quatenus rationem cau-
ait praecipue insistendum esse, quía illis cog- ehoatur principium dicitur, quod aliquando aut primum extremum quod aliis supponi- sae includit in tot membra dividi potest quot
nitis faeile est eognoscere ea quae sequun- est arbitratium seu casuale, aliquando est de- tur, dici potest principium lotius vd reli- causa. Sunt enim quaedam principia intrin-
tur. De his autem principiis complexis ni- bitum ipsi rei vel saItem magis consenta- quarum partium. Unde haec acceptio ve! de- sece constituentia remó alia vero sunt extrin-
hil amplius nobis dicenduI? est, na!ll quae neum ut convenienter fiat, ve! spectata na- nominatio principii latissima est et variis mo- seca, qua e esse influunt in rem et extra illam
ad hane doctrinam neeessana sunt, dlsp. 1 et tura rei quae fit, vel interdum considerata dis potest multiplicad, ita ut non possit ad manent, ut finis et efficiens, de quibus post-
III sufficienter sunt tradita; reliqua vero conditione operantis. Atque hoc modo in or- eertam et scientificam rationem revocari, quia ea dicendum esto
ad libros Poster. spectant. Denominati? au- di.ne traditae scientiae ait supra Aristote!es, est fere aequivoca denominatio. 6. Prívatío qualiter dicatur principium rei
tem priricipii, quae his tribuitur, ad a~lquod id ouod est notius nobis appellari posse prin- 5. Strictius acceptum principium quid naturalis.- Secundo, potest aliquid ex alio
genus eausalitatis pertinet ve! ad ahquaI? ciDillm doctrinae, quia inde eonveniPTIter in- signíficet,- Alío igitur modo et magis phi- per se oriri, ut ex principio, non per positi-
habitudinem ex his quae statlm numerabl- chmtur scientia. Secundo in suecessione seu losophieo, dicitur principium ratione alicuius vum influxum, sed solum propter necessa-
mus; nam, quia cognitio res quaedaI? est, ordine temporis aurora dicitur principium habitudinis per se inter ipsum et id cuius riam et per se habitudinem ad aHud. Quo
principium cognitionis secundum a.hquam diei, quia in de inciDit dies. Tertio in ordine est principium, ita ut ex illo aliquo modo modo privatio inter pl,'incipia rei naturalis
habitudinem dicitur, in qua convemt cum lod, qui primus sedet dicitur principium cae- per se oriatur. Quod duobus modis accidere numeratur ab Aristote!e, quae mediam quam-
terorum, et Iocus etiam Ule ex quo fons ori- potest. Primo, per positivum influxum et dam rationem habere videtur inter duo s
aliis principiis rerum. modos principiorum declaratos. Nam ille
4. Principium igitur rei dici potest aut tur dici solet principium eius. Quarto addit communicationem sui es se ; qui modus re-
solum ratione ordinis et euiuscumque eonne- Damascen. etiam solere dici propter ordi- spectu rerum creatarum semper est cum de- prior latissimus est et solum fundatur in
Kionis, aut ratione alicuius intrinsecae habi- nem dignitatis, ut: Rex (ait) est principium pendentia et eausalitate, ut explieabimus; quolibet ordine prioritatis, nec requirit ha-
Disputación XIl.-Sección 1 329
328 Disputaciones metafísicas
en esta cosa natural influye la materia constituyendo a aquélla intrínsecamente
llarse en cualquier género de composlclOn o de sucesión; pero la privación se por sí misma; en cambio, en la generación no es así, sino sólo sustentando y
dice principio de la generación natural de un modo más perfecto e intrínseco. recibiendo la forma. Y todo esto queda dicho como aprovechando la ocasión acer-
En cambio, el otro modo de principio por influjo es demasiado perfecto para ca de esos principios, porque a ellos suele acomodarse como por ~ntonomasi~ el
que pueda convenir a la privación, porque la privación, al no ser una verdadera nombre de principios de la cosa natural. Finalmente, a esta última denom!na-
realidad, no puede tener un propio influjo en la cosa que se hace en su gene- ° ción de principio pueden reducirse algunos ejemplos puestos en la denomllla-
ración; y mucho menos puede componer intrínsecamente a la cosa engendrada. ción primera y general en cuanto que en ellos puede encontrase el orden nece-
Por consiguiente, se llama principio por causa de la intrínseca relación de la sario esencial e intrínsecamente; pues así el punto puede llamarse principio per se
generación a la misma, pues como la generación es esencialmente el tránsito del de la línea; y el primer grado, de toda la cualidad; y el cimiento, de la casa;
no ser al ser, por ello supone por sí la privación y se hace per se desde ella como aunque en éstos, tal modo de principio per se siempre queda reducido a algún
desde un término necesario; por tanto, por este motivo se dice que la privación
género de influjo o causalidad.
es principio de la cosa natural, no ciertamente de su constitución en su ser ya
hecho, sino de su generación.
7. La forma es, en un sentido, princtpw de la generacwn, y en otro, de la Cómo es común a todo principio tener prioridad
cosa engendrada.- De qué modo es la materia principio de la generación.- To- 8. De esta enumeración de los principios puede inferir se en primer lugar
davía más -para tratar esto solamente de paso-, también la forma, en cuanto que es común a todo principio ser de algún modo anterior al principiado; pues
que es principio de la generación, es principio en un sentido muy diferente que esto significa, ante todo, el mismo nombre de principio. Más aún, Aristóteles, en
cuando lo es de la cosa engendrada y de su constitución; pues de la cosa misma el citado libro V de la Metafísica, colige que es común a todo principio el ser
es principio por influjo y causalidad formal, como después explicaremos; y de primero, que es algo más que ser anterior, pues esto dice sólo anterioridad con
la generación no puede ser principio de este modo, porque la forma misma no pue- respecto al principiado, y aquello, en cambio, dice negación de anterior. Pero
de ser causa propia de aquella generación por la que ella se hace, de tal modo que hay que notar que se llama absolutamente principio en un género o bajo un as-
influya verdaderamente en ella, a no ser que se la reduzca a una causa final, pues pecto a aquello que de tal modo es principio que no es principiado bajo aquel
el fin de la generación es la introducción de la forma; o también a una causa for- aspecto; pues si ha sido principiado por otro en aquella serie no será principio
mal extrínseca, en cuanto que la generación toma la especie de la forma a la absolutamente en aquel orden sino sólo relativamente con respecto a alguien; por
que tiende; las cuales causalidades físicas son muy impropias respecto de tal ejemplo, el punto es propiamente principio de la línea cuando antes de él no hay
forma, como se verá claramente después. Y por ello, esta razón de principio por ningún punto, y consiguientemente tampoco precede otra parte de línea; pero. el
la que la forma se dice principio de la generación, propiamente pertenece a este punto que continúa las partes de la línea, sólo relativamente puede llamarse prin-
último modo; pues la generación por sí e intrínsecamente busca la forma, como cipio de las partes subsiguientes, ya que es término de las precedentes. Esto rue-
término formal al que tiende, lo cual basta para que sea llamada principio de de verse más claramente en el tiempo, porque absolutamente sólo es principio
la generación. En cambio, ocurre 10 contrario con la materia, porque ésta tiene del tiempo aquel instante antes del cual no ha precedido ningún tiempo, sino
también respecto de la generación algún influjo y causalidad, aunque diverso de que le sigue inmediatamente; y el instante intermedio no se llamaría absoluta-
aquella causalidad que tiene acerca de la constitución de la cosa natural; pues mente principio del tiempo, sino sólo relativamente o bajo alguna razón deter-
naturalem influit materia intrinseee eonsti- ut sit primum, quod aliquid maius est quam
bitudinem per se, sed in quolibet genere ut est principium rei genitae et constitutio- esse prius; nam hoe solum dicit antecessio-
compositionis aut successionis inveniri pot- nis eius; ipsius enim tei est principium per tuendo illam per seipsam; in generationem
vero non ita, sed solum sustentando et reci- nem ad principiatum, l11ud vero dici! nega-
est; privatio autem perfectiori modo et influxum et eausalitatem formalem, ut infra tionem prioris. Sed eonsiderandum es! prin-
magis intrinseco dicitur principium gene- deelarabimus; generationis autem non pot- piendo illam. Et haee sint per oecasionem
dicta de his principiis, quia illis solet per cipium simpliciter in aliquo genere vel sub
rationis naturalis. Alter vera modus prin- est esse principium hoe modo, quia ipsa aliqua ratione dici quod ita est principium
cipii per infiuxum perfectior est quam ut non potest esse causa propria eius genera- antonomasiam nomen principii rei naturalis
aeeommodari. Denique ad hanc ultimam ut non sit principiatum sub illa ratione;
possit privationi convenire, quia privatio, tionis per quam tit, ita ut ineam vere in- nam si sit principiatum ab alío in ea serie,
cum non sit vera res, non potest habere pro- fiuat, ni si forte reducatur ad causam tinalem, principii denominationem possunt reduci ali-
qua exempla posita in prima et generali de- non erit principium simpliciter in illo ordine,
prium influxum in rem quae fit seu in eius nam tinis generationis est forma e introduc- sed tantum secundum quid respectu alicuius;
generationem; et multo minus potest intrin- tio; vel etiam ad formalem extrinseeam in nominatione, quatenus in eis reperiri potest
ordo per se et ab intrínseco necessarius; sic verbi gratia, punctus tunc est proprie prin-
se ce eomponere rem genitam. Dicitur ergo quantum generatio speciem sumit a forma
principium propter intrinsecam habitudinem enim punctus dici potest per se principium cipium linea e quando ante illum nullus
ad quam tendit; quae causalitates physicae punctus et consequenter nec pars lineae an.
generationis ad ipsam; nam, quia generatio sunt valde impropriae respectu taTís formae, lineae; et primus gradus, totius qualitatis;
essentialiter est transitus de non esse ad es se, et fundamentl1m, domus; quamquam in his tecessit; punctus autem continuans partes
ut postea patebit. Et ideo haec ratio princi- linea e, tantum respective potest dici prin-
ideo per se supponit privationem et ex illa pii qua forma dicitur principium generatio- talis modus principii per se semper reducitur
ad aliquod genus infiuxus seu causalitatis. cipium subsequentium partium, cum sit ter-
tamQP3m ex necessario termino per se fit; nis, proprie pertinet ad hunc postremum mo-
minus praecedentium. Quod clarius in tem-
hae ergo ratione dicitur privatio es se princi- dum; nam generatio per se et intrinsece in- Esse prius, omni principio qualiter commune pore considerare !icet; absolute enim illud
pium rei naturalis, non quidem eonstitutio- tendit formam ut formalem terminum ad
;, 8. Ex hae principiorum enumeratione solum instans est principium temporis, ante
nis eius in facto esse, sed generationis. quem tendit, quod satis est ut dicatur gene- quod lostans nuJJl1m tempus praeeessit, sed
1 7. Forma aliter generationis, aliter rei rationis principium. Secus vero est de mate- colligi potest, primo, commune esse omni
1 principio ut sit aliquo modo prius princi- immediate subsequitur; instans autem in-
genitae principium.- Materia qualiter prin- ria, quia haee etiam respeetu generationis termedium non dicetur simpliciter princi-
·1; cipium generationis.- Immo (ut hoc ¿biter habet aliquem infiuxum et causalitatem !i- piato; hoc enim prae se fert ipsum principii
iI nomen. Immo Aristoteles, cit. loco V Me- pium temporis, ~ed tantum respective vel
ruca m ) ethm forma. ut est principium gene- cet diversum ab ea quam habet cirea c~ns sub aliqua determinata ratione, seilicet, prin-
i¡ rationis, longe aliter est principium qua m titutionem reí naturalis; in hane enim rem taph., eolligit commun.¿ omni principio esse
l
ii
·Ii¡l
li11
d
11
Ji
330 Disputaciones metafísicas Disputación XIl.-Sección 1 331
minada, a saber, principio del día o del año. Y a esta propiedad de las palabras forma para que ésta sea su principio, sea lo que fuere de la propia causalidad
parece que. aluden los Sa~tos cuando dicen que el Padre Eterno es principlO, acerca de ella. Podrá objetarse que, por consiguiente, el acto puede llamarse prin-
fuente y ongen de toda deIdad. Pues no hablan así porque el Padre sea el prin- cipio de la potencia, porque aun cuando sea posterior a la potencia en la gene-
cipio de toda la naturaleza divina, porque según la fe católica la naturaleza di- ración o en el tiempo, con todo es el término al que esencialmente tiende la po-
vma no tiene principio, ya que no procede de nadie, pues de 10 contrario se
tencia y del que toma su especie; por lo cual, la naturaleza es anterior en el
distinguiría de él; por 10 cual, como está condenada esta expresión: la esencia
orden de la intención. Se responde en primer lugar concediendo la consecuencia
engendra, así también ésta: la esencia es engendrada o procede. Por consiO"uiente
llaman al ~adre princi~i~ de la divinidad pOl'que en aquel grado u orde~ -po; en dicho género de principio especificativo; pues ¿qué inconveniente hay? Ade-
llamarlo aSI- de la~ d1Vmas pel'son~s. ~e tal manera es El solo principio de las más, existe una razón mucho mayor acerca de la forma respecto de la generación,
otras personas subs~ste~t~s en la ?I.vl~ldad, que no tiene ningún principio; y porque la forma es de tal modo extrínseca a la generación que inseparablemente
P?l'. e.llo se llama pr!nClplO ~~ la dlvlmdad, es decir, de toda comunicación de la e íntima y esencialmente la tiene unida, de tal manera que no puede concebirse
dlvlmdad: ~n. cambIO, e! .~lJO, por .tener principio, no puede absolutamente lla- la generación actual sin que allí intervenga la forma informando actualmente; en
marse P;I?CIPIO de la dIvmldad; mIentras que se le llama con verdad principio cambio, el acto es más extrínseco a la potencia.
d.e} Espmtu Sar;to, o de la comunicación de la divinidad por modo de espira- 10. La segunda parte de la dificultad pertenece más bien a los teólogos. En-
Clon, po;que bajo tal. ra~ó~ no tiene 'principio. Así, por consiguiente, pertenece tre ellos, la diversidad es más bien tal vez en el modo de hablar que en la rea-
a la razono de todo prmcIp~o ~e~ antenor a aquello de que es principio; y si ab- lidad. Así, pues, Santo Tomás, en I, q. 42, a. 3, in corp., aunque conceda que
soluta y SImplemente es pnnclplo en algún orden, será también primero en aquel en las divinas Personas hay orden de origen, niega con todo que absolutamente
orden. sea una anterior a la otra, porque en la Trinidad -dice- hay un orden de na-
9.. 1E.s la forma ante~ior a la generación?- Se podrá decir que la forma es turaleza sin prioridad. Y en la solución ad 2 explica que allí no hay ni prioridad
el prmcIplO de la generacIón del ser natural, y con todo de ningún modo es an- de naturaleza ni de entendimiento, porque aquellas personas no sólo son rela-
terIor a la g~~eración por ser su término formal. Igualmente objetará el teólogo tivas sino que subsisten en una misma naturaleza; por lo cual, ni de parte de
que en las dlvmas person~s no se. en~u.entra ninguna pr~oridad propia, a· pesar de la naturaleza pueden tener prioridad, ya que ésta es la misma, ni de parte de las
que en ellas se da la razon de prmcIpIo con toda propIedad. A la primera parte relaciones, puesto que los correlativos son simultáneos en la naturaleza y en el
hay que re~ponder que la forma es anterior a la generación en la razón de tér- entendimiento. Por ello, el mismo Santo Doctor, en la referida q. 33, a. 1, ad J
mmo esencial ?l qu~, se ordena la ge~eración, la cual se reduce a prioridad en responde de tal modo a la. dificultad de que ahora nos ocupamos que parece
e~ ,orden d.e la mtenClOn. Pero no faltara tampoco quien diga que la forma es tam- negar nuestra aserción. Dice, en efecto, que aunque el nombre del principio haya
bl~n anterIor a la naturaleza. ~n la ejecución y en el género de causa formal; pero sido tomado de la prioridad, con todo no significa prioridad, pues es frecuente
esto,. tratando de la gen.eraclOn, no es acertado, porque, como dije, no es la causa que en un nombre sea distinto aquello que significa y aquello de que se parte
propIa de ella; es suficIente, por tanto, la relación anterior de la generación a la para imponerle significación. Ni se contradice Santo Tomás cuando en I, q. 40,
a. 4, dice que la persona que produce es, según nuestro modo de concebir, an-
cipium diei vel anni. Et ad hane verborum rationis, quia sub ea ratione non habet prin- terior a la persona producida. Pues allí habla de nuestro modo de concebir im-
proprietatem videntur alludere Sancti 1 cirium. Sic. igit~r de ratione omnis princi-
e~m dicunt Patrem aeternum esse princi~ pll est .ut Slt pnus eo cuius est principium;
plUm, fontem et originem totius deitatis. Non quod SI absolute et simpliciter in aliquo or-
e~im !ta. loquuntur quia Pater sit princi- dine principium sit, erit etiam primum in habitudo. generationis ad formam ut haec
sit principium iIIius, quidquid sit de pro-
divinas personas esse ordinem ongmls, ne-
gat tamen simpliciter unam esse priorem
plUm lpSIUS naturae divina e, quia iuxta fi- ilIo ordine.
dem c8tholicam divina natura non habet pria causa lita te respectu iIIius. Dices: ergo alia, quia in Trinitate (inquit) est ordo na-
9. Forma an prior generatione.- Dices: turae sine priori tate. Et in solurione ad 2
principium, quia a nullo procedit, alias ab forma est principium generationis rei na- actus vocarÍ poterit principium potentiae,
eo distingueretur; unde sieur damnatur haec quia, !icet sit posterior generatione vel tem- declarat ibi nec prioritatem naturae esse nec
tura!is et tamen nullo modo est prior ge- intellectus, quia illae personae et relativae
locutio, essentia generat, ita et haec essentia pore quam potentia, tamen est terminus
neratione, cum sit formalis terminus eius. quem per se respicit potentia et a quo spe- sunt et in unamet natura subsistunt; unde
generatur, vel procedit. Vocant ergo Pa- Item obiiciet theologus in divinís personis
trem principium divinitatis, quia in illo ciem sumit; un de natura est prior ordine nec ex parte na turae habere poss Llnt prio-
nullam propriam prioritatem inveniri, cum intentionis. Respondetur primo concedendo ritatem cum iIIa eadem sit, nec ex parte
gradu seu ordine (ut ita die-am) divina- tamen in eis sit propriissima ratio principii
r~~ pers~narum solus ipse ita est prin- sequelam in eo genere principii specifican- relationum cum correlativa sint simul na-
Ad priorem partem respondetur formam ess~ tura et intellectu. Quapropter idem Doctor
CIplllm a]¡arum personarum in divinitate priorem generatione in ratione termini per tis; quod enim est inconveniens? Deinde
subsistentium ut nulium principium habeat· multo maior est ratio de forma respectu ge- sanctus, dicta q. 33, a. 1, ad 3, ita respon-
se, ad quem ordinatur generado, quae re-
et i~eo dicitur principium divinitatis, id es; vocatur ad prioritatem in ordine intentionis. nerationis, quia forma est ita extrínseca ge- det difficultati quam nunc tractamus ut ne-
omms communicationis divinitatis. Filius au~ Non deerit tamen qui dicat formam etiam nerationi, ut inseparabiliter et intime ac es- gare nostram assertionem videatur. Dicit
tem, quia principium habet, non potest ab- sentialiter habeat iIlam coniunctam, ita ut enim quamvis nomen principii sumptum sit
es se priorem natura in exsecutione et in ge- a prioritate, non tamen significare priorita-
solute vocari principium divínitatis; dicitur nere causae formalis; sed id non recte didtur non possit intelligi actualis generatio quin
aurem vere prindpíum Spiritus Sancti, seu ibi interveniat forma actu informans; actus temo Nam frequens est ut in nomine aliud
respectu generationis, quia, ut dixi non est sit quod significet, a!iud vera iIlud a quo
communicationis divinitatis per modum spi- vero est magis extrinsecus potentiae.
propria causa ilIius; satis ergo ~st prior ad significandum imponitur. Nec sibi est
10. Altera pars obiectionis ad theolo-
gos magis pertinet. Inter quos diversitas contrarius D. Thomas, cum I, q. 40, a. 4,
~ . Concil. Tolet. VI et XI, in princ.; pionys., .c. 1 de Caelest. Hierarch., et II de Divin. quaedam est fortasse potius in modo 10- inquit personam producentem esse nostro
nomu;lb.,. c. D~mnamus, de Summa TrmIt. et FIde cathol.; Nazianz., orat. 29; Athanas quendi quam in re. D. Thomas itaque, 1, q. modo intelligendi .priorem persona producta.
oral. !TI 1l1ud dlctum, Deus de Deo; Aug., IV de Trinit., e. 20. ., 42, a. 3, in corpore, !icet concedat inter Nam ibi loquitur de modo intelligendi nos·
- ----- --- --..---~
tum etiam divisio ab Aristotele tradita, divi- bris quae sub illo continentur superiusque Item ad relationes reales et rationis. Et ex que significato supra posito; nam hoc acci-
sio (inquam) dicta quae est trimembris. Post numerata sunt, quandoquidem non tantum his idem concludi po test de tertio: primo dere potest ve! propter proportionalitatem
illam vera subjungit Aristote!es aliam bi- nomen sed etiam aliqua ratio nominis est quidem, quia tanta est varietas in illis ratio- claram et notam, vel quia ex subiecta materia
membrem dicens aliud ""e principium in- illis communis. Dubitari vero solet an sit nibus seu connexionibus principiatorum cum constat in qua significatione sumatur vox
trinsecum, aliud extrinsecum, quae est sub- univoca vel analoga. Ad quod breviter di- principiis ut vix inter se conveniant nisi in vel certe propter aliquam propriam et intrin~
divisio priorum membrorum, ut ipsemet sa- cendum est non posse esse univocam. Tria nomine et proportionalitate aliqua. Secundo,
tis ciare indicat. Atque ad illam trimembrem quia quando id quod denominatur princi- secam rationem principii, iuxta ea qua e infe-
enim possunt in principio considerad: unum rius dicemus de ana logia entis.
divisionem revocat omnes acceptiones prin- est res ipsa quae denominatur principium' pium est ens rationis tantum, ratio fundandi
14. Idem respectu diversorum et attribu-
cipii, quas supra numeraverat, et omnes alias aliud propria relatio secundum esse, qua~ relationem principii non po test esse realis;
tionis et pl'oportionalitatis analogum.- Ordo
quae excogitari possunt. Non enim sollicitus I?rincipii ad principiatum concipitur; ter- in aliis vera rebus saepe est vera dimana-
fuit in enumerandís omnibus significationi- tio et processio realis. Rursus haec interdum impositionis vocis pril1cipium ad sua signifi-
tmm est id quod intelligitur tamquam pro- cc;ta.- Quaeret autem fortasse aliquis qualis
bus ipsius vocis, quod prolixum esset et mi- xima ratio ~un~andi illam relationem, quae est creata, interdum increata; est ergo in his
nime necessarium, sed eas quae vel erant eadem ratio analogiae. Tandem, quia princi- SIt haec analogia et de quibus significatis prin-
est ~on~e~utIO lIla seu dimanatio principiad cipium primario dicatur. De qua re multa
magis usitatae ve! ex quibus aliae facile a prInCIpIO. In nuIlo autem ex his con ve.. pia quae solum ob successionem temporis
poterant cognosci. Et ideo supervacaneum niunt univoce ea omnia quae principia di- aut ordinem situs, vel aliam similem acci- dicunt interpretes, dicto lib. V Metaph., C.
cens~o scrupulose inquirere aliam sufficien- dentalem connexionem sic denominantur, 1. Ego tamen' breviter censeo hanc analo-
cuntur. Primum patet, quia principium de-
tiam illius enumerationis. Ouod si quis co- longe distant a principiis per se et maxime giam non esse unam, sed multiplicem' re-
n<?minatur non tantum ens increatum, sed
piosam de illa re disputationem requirat, le~ etIam creatum, nec solum ens reale sed ab illis quae per verum influxum et causali. spectu diversorum significatorum: non enim
gat Fonsecam, lib. V Metaph., c. 1, per etiam rationis; sed haec non conveniunf uni- tatem taHa sunt. Neque huic analogiae ob- repugnat idem nomen primario significans
quaestiones septem, praesertim in quarta. voce in aliqua ratione propria et intrinseca; stat unitas descriptionis datae; nam termini rem aliquam, ad quasdam alias transferri per
ergo. Atque eadem ratio fieri potest de quibus illa constat adeo sunt transcenden- attributionem, ad alias vera per proportio-
Analogia principii declaratur secundo; nam etiam relatio principii com- tales ut analogiam in se involvant. Neque nalitatem. Ut sanum primario significans
13. Tertio ex dictis infertur principium munis est ad creatam et increatam ,quamvis etiam obstat quod fere semper absolute et animal, per attributionem signifieat medici-
non dici mere aequivoce de omnibus mem- hanc posteriorem philosophia non' agnoscat. sine addito pril1cipium dicatur de quocum- nam, per proportionalitatem vera pomum in-
22
----- -- -- - --- --~ .~""IlIII'II"------------------------------
principio, si se toma de modo -por decirlo asÍ- enteramente material, es evi- "
procesiones internas, como más ampliamente se vera despues tratar. e d a ~~n-
dente que no puede mediar analogía ni puede haber algo anterior a aquello que da voluntad y potencia de Dios. Y la razón está en que a potencIa . e. lOS
se denomina primer principio de las criaturas. Ni puede haber tampoco algo más re: ecto de las criaturas es para una emanac~ón transeúnte real~ente dlstmta y
perfecto que aquello que por parte del tal principio es la raíz y el origen de seme- no Pfluyente de modo necesario de tal potencIa; y por el~~, aquella es .con toda
jante denominación; pues es su infinita perfección. Más aún, incluso si no habla- ro iedad potencia y acto primero respecto de tal emanac~?n;. en camblO, la po-
mos de modo tan material acerca de aquel principio, sino formalmente, en cuanto p t: atriz o de espiración se da según una proceslOn mmane~te, que en
que es -por decirlo así- principio en potencia, en este sentido pienso también tenCla gener . ., to . m puede ser
que la razón de principio no puede decirse con menos propiedad o con posteriori- la realidad no puede existir sólo en poten~la smo slempre en ac , .
dad de Dios en cuanto que es principio de las criaturas; y esto lo persuaden algu- realmente distinta de aquello que concebImos nosotros por l~odo de potencIa:
nos argumentos expuestos en la primera y tercera opinión. Y principalmente porque m cuanto a su absoluta perfección, como se ve por Sant~ Tomas, 1, ~. 41, a. 5,'
esta denominación es absoluta, eterna y esencial; pues se toma del atributo de la ~ por ello, de acuerdo con la realidad y la verdad, se dIce la potencla con mas
requirit et ab eis suo modo pendet. Tum propiedad de la creadora que de la generadora, etc.
Filium non tantum similem in natura spe-
quia omnis effectio per se pendet a persona cifica, sed etiam eiusdem numero naturae,
agente; in Deo autem non potest esse per- non minuit veritatem generationis, sed per- ten tia autem Dei in ratione potenti~e acti- et perfectione reperitur in I?eo respectu cr.e~
sona sine productione ve! processione ad in- tinet ad infinitam perfectionem eius, ut op- vae ve!· productiva e non e~t .ana~oglce p<;>- turarum; respectu autem lllternarum ong¡-
tra. Tum etiam quia creaturarum productio time annotavit D. Thomas, I, q. 41, a. 5, tentia, sed primario ac pnnclpa.liter. R,atlO num, ve! divinarum personarum procede~
ex se pendet ex intelligentia et amore; non ad 1. ergo principii prout ab illa praecIse sumltur tium, magis est secundum modum conc;-
potest autem esse in Deo intelligentla sine 22. Quod vera ad tertiam attinet, id est, non potest es se analoga: . piendi nostrum quam secundum remo QUla
Verbo nec amor sine Spiritu Sancto. Et ad id quod principium denominatur, si omni- 23. Satisfit obiectiom.- ,DIces: ergo p<;>- in re non tam est actus primus quam ulti-
iuxta hanc considerationem dixit D. Tbo- no materialiter (ut ita dicam) sumatur, clarum tentia non dicitur ana!og¡c~ de. potentla mus respectu internarum processionu~, ~t
mas, I, q. 45, a. 6, processiones personarum est non posse intercedere ana!ogiam neque creandi et generandi ve! splrandl; ,:onse- !atius infra constabit tractando de SClentIa,
esse rationes productionis creaturarumj et es se ali.quid prius quam id quod primum quens autem videtur fa!sum, nam t.al!s est voluntate et potentia Dei. Ratio autem est,
in responsione ad primum addit quod pro- principium creaturarum denominatur. Neque potentia qualis est actio ve! productl?; sed quia potentia Dei respeetu crea.tuI:1ru~. est
ces5Íones divinarum personarum sunt causa etiam es se potest aliquid perfectius quam id productio est analoga; ergo et potentla. Re- ad emanationem transeuntem relpsa dl~tlllC
creationis. Atque ita solutum manet funda- quod ex parte talis principii est radix et spondeo primum concedendo non es se talem tam et non necessario fluentem a tal! po-
mentum quod referendo tertiam sententiam origo talis denominationis; est enim infinita analogiam quae posterius dicatur. de pot~n tentia' et ideo illa est propriissime poten-
attulimus contra hanc partem. Fundamentum perfectio eius. Immo etiam si non adeo ma- tia creandi; quia, ut dixi, potentla ~ffectl\:a tia et' actus primus respectu t~lis ema;,-atio:
autem Durandi nil obstat, irnmo declarat terialiter de illo principio !oquamur, sed Dei non potest esse ana!ogice pote;1t1a~ qUla nis' at vera potentia generandl vel splrandl
processsiones divinarum personarum cum formaliter, quatenus est (ut sic dicam) prin- per nullam proportio;,-em auto attrlbutlOnem est' secundum processionem immanentem,
sint sine u11a dependentia ve! imperfectione cipium in potentia, sic etiam existimo ra- ita nominatur; et qUla est pnma ac perfec- quae in re non potest esse tantum in potel?'-
esse adeo eminentis rationis ut non possint tionem principii non posse did minus pro- tissima potentia. Unde ad~o ve! quoad hoc tia sed semper in actu, nec p<;>test es.se. III
cum creatis productionibus univoce conve- prie aut per posterius de Deo ut est prin- esse univocationem, ve! SI es~ al!qua apa- re distineta ab eo quod a nobls conclpltur
nire. Quod ergo in persona producta es sen- cipium creaturarum; et hoe persuadent logia ut fortasse est, per ,!JI1US pot~ntIam per modum potentiae, quantum ad absolutam
tia non producatur sed communicetur tan- nonnulla argumenta facta in prima et tertia productivam dici de potentla creandl, etc:, perfeetionem eius, ut constat ex D. Tboma,
tum, non minuit veritatem productionis sed opinione. Et maxime quod haec denomina- quam generandi, etc. Ratio esto qUla formal!s 1, q. 41, a. 5; et .i~eo secun~um rem. et
potius pertinet ad infinitam perfectionem tio est absoluta, aeterna et essentialis; su- ratio potentiae, quae actum prlll:;um ad. pro- veritatem propriu& dlcltur potentIa de creatIva
eius. Sicut quod Pater aeternus producat mitur enim ex attributo ononipotentiae; po- ducendum significat, cum omm propnetate quam de generativa, etc.
-- --~ -~~---------~-
346
Disputaciones metafísicas
Disputación Xll.-Sección 1 347
tnd como el de principio. Puede, por tanto, decirse que Aristóteles allí afirma dos
cosas sobre el ente y ~a unidad. La primera es que son la misma cosa. La se- dió Aristóteles como regla general, que el principio se dice también de todos los
gtmda es q,ue, s~ conVIerten entre sí; por consiguiente, cuando Aristóteles dice modos en que se dice la causa, aunque no solamente en aquéllos. Y de acuerdo
como el prznctpw y la causa, no las compara. en lo segundo sino en lo primero, con este sentido encaja perfectamente la razón de Aristóteles; sin embargo, pue-
ya que pretende exponer que el ente y la umdad son una misma cosa realmente de difícilmente acomodarse a las primeras palabras. Otra exposición indica Santo
pero no en el con~ep.to.; y para esto introduce un ejemplo diciendo que se com~ Tomás, a saber, que a las acepciones de principio allí enumeradas convienen
portan. como el pnnCIP!O y la causa, no como la túnica y el vestido; por lo cual, otras tantas causas, aunque no bajo el mismo concepto; pues de la causa co-
InmedIatamente despues. de aquellas 'p~labras principio y causa añade pero no mienza el movimiento, y así en otras cosas. Según esta exposición, la prueba
como las cosas que se dtcen ca,,! un umco concepto. Y si la comparación se hace de Aristóteles ha de ser inducida de otro modo, a saber: para confirmar desde
en una y ot.ra cos~ no es preCISO entenderla del principio y la causa universal- allí que dichas acepciones tienen lugar en el principio, porque tienen también
mente SI?O mdefimdamente, .en cuanto que a veces el principio y la causa, aun- lugar en la causa, ya que toda causa es principio; pero con todo, no se sigue de
que se SIga ,tInO del otro, dIfieren conceptualmente, por ejemplo el principio y allí que la causa y el principio se digan recíprocamente, ya que aunque las acep-
la causa efiCIente. ' ciones allí enumeradas puedan acomodarse a la causa según otras razones, sin
27. Al segu~~o te~timonio tomado del V libro de la Metafísica responden embargo, el principio tiene mayor amplitud, puesto que se dice de todos aquellos
algunos que tam?Ien alh se toma el nombre de causa en sentido amplio V vulgar, modos en que se dice la causa y según la razón propia de causa, y además se
~ero esto va abl~rta.m.ente en contra de la mente de Aristóteles, que ú:ata dis- dice también de otros modos, según la razón general de principio.
tlntam;nte del prmcIpIo. y la caus~, y expone el significado de uno y otro propia 29. Al tercer testimonio, tomado del libro XII de la Metafísica, donde Aris-
V filosoficamente. Ot:a mterpretacIón es la que dice que cuando Aristóteles afir- tóteles llama causa a ·la privación, la exposición común de todos y la necesaria,
ma que la ca~s.a se ~Ice de ta?tos modos como el principio, no hay que entenderlo es que allí usó el nombre de causa en sentido vulgar, en cuanto que se dice causa
de modo pOSItIVO, sm~ negatIv~; ~s. decir, que la causa no se dice de otros mo- todo 10 que se requiere de cualquier modo para otra cosa.
dos que los que se dIce el. pnncIpIo, aunque no sea necesario que se diga de 30. Pero podrá decir alguno que consiguientemente, si hablamos con ver-
todos aquellos modos. Y cIerta~ente, aunq~e la propiedad de aquella palabra, dad y guardando la proporción debida, hay que confesar que el principio y la
en tant?s, modos,_ parece que dIficulta esta mterpretación, sin embargo la razón causa se dicen recíprocamente, pues si uno y otro se toman en toda su amplitud
fue Artstoteles a~ad: parece que obliga a admitirla, pues agrega: Ya que todas y analogía y uso vulgar, se convierten; y si la causa se toma estrictamente y con
..as causas. son prtnctpws. De la cual razón absurdísimamente se infiere que la toda propiedad, también se convierte con el principio tomado del mismo modo .
causa se dIce de todos lo~ modos ~n q~e se dice el principio, pues esto sería ar- Pero si la causa se toma propiamente y el principio ampliamente y por eso se
gumel!tar d~sde 10 ~upenor a lo mfenor afirmativamente, de la misma manera . dice que el principio es más general que la causa, se hace una comparación im-
que SI algmen deduJese:. Toda sustancia es ente; luego la sustancia se dice de propia; y con la misma razón podría decirse que la causa tiene más amplitud
tantos modos como se dtce el ente. que el principio, ya que si la causa se toma ampliamente y el principio en sen-
28. .Otra exp.osi.ci?n indica Alejandro de Hales, a saber: que en tantos mo- tido propio, tendrá más amplitud. Se responde negando una y otra parte del aser-
dos se dIce el pnncIpIo en cU,antos se dice la causa, porque toda causa es prin- to, pues comparando el principio propio y esencial con la causa propia y esen-
cipio. De tal modo que despues de enumerar las significaciones de principio· aña- cial es más general el principio, como se ve teológicamente en el caso de las pro-
,~
--~--
348
Disputaciones metafísicas Disputación Xll.-Sección II 349
cesiones divinas y fisicament l" ,
significación má~ amplia tam~i ~n ~ pnvacIOn. IY t?m~~do a uno y otro en su sino o bien del origen o de cualquier otro modo. Y en este sentido hay que
Pues aunque la causa así tomad en pIenso que e. pnnclpIO es algo más general. explicar a los griegos, que, como dice Santo Tomás, admiten que el Hijo sea
dadera y esencialmente causas ~o~o~~renda vanas cosas que no son propia, ver'" principiado por el Padre.
tenido bajo la general significa~ión de ~i:c~ ~~~prende na~a que n.o 9u.ede con- 33. Solución de las dificultades que prueban que la causa tiene más ampli-
algunas cosas que de ningún modo seP dicep ,y en c~m~)1o: el prInCIp10 abarca tud que el principio.- A las dificultades aducidas en segundo lugar, que prueban
ción vulgar, pues el primogénito se lla n. c~u~as'd mI slq~~era en la conversa- que la causa tiene mayor amplitud que el principio, hay que responder que Aris-
modo causa. ma prInCIpIO e os hIJOS, pero de ningún tóteles, en el primer testimonio, no habla en general del principio sino del primer
principio en un orden, que tenga influencia y causalidad. Y acerca de este prin-
31. Los Padres Griegos usaron el nombre d . "
En cuanto al modo de hablar de los Padre G' e ca~sa en lugar de prznczpw.- cipio había dicho en el mismo sitio que aunque sea pequeño por su magnitud eS
ron el nombre de causa con más amplitud sd flegos, ay que responder que usa- grande por su facultad. Y sobre este primer principio, niega que tenga una cau-
lín; pero que realmente no atrib J e ~ que se puede o debe usar en la- sa superior, a saber, en aquel orden. Pues únicamente el primer principio de
en sus operaciones ad' intra uyeron e nom re, de causa a las personas divinas modo absoluto y en toda la amplitud del ente no tiene causa alguna. Y en el
e indica con ello al . J e~ c~~nto ~ue p~opIamente dice relación al efecto mismo sentido, en el libro 1 de la Física, pone en la definición de los principios
uno respecto de otr;.una Imper ecclOn; S1110 solo en cuanto que dice origen de del ente natural que no sean de otros, a saber, del mismo modo que el ente na-
tural proviene de aquellos mismos, porque aquéllos son los primeros principios
32. Si algo es principiado 1 d' , en aquel orden. Sobre los cuales principios, en cuanto principios, y sobre su
principio.- A la razón d d . en a~ cosa: zvznas y qué es lo correlativo del definición propia se
ha de tratar en la Filosofía; pero en cuanto que algunos de
tivo del principio en las ~o:a n~?~n oSpteologos. q~e lo principiado sea correla- ellos son causas, se ha de tratar de ellos en 10 que sigue.
el Padre es principio d 1 H" s ~v111as. . or conSIgUIente, aun cuando digan que
por el Padre. Así Sant~ T~:::á:I;!a~, S111 embargo, que el Hijo sea pr~ncipiado
Según este modo de hablar será correlad~03Jet ~, ~d. 2, Y 0lltros comunmente.
otro. Este parecer ha sido a rob ' pr111cIplO aque o que procede de SECCION II
rencia al misterio de la Trfnida~do con raz0!1 por lo~, teólogos latinos por reve-
piado parece significar algo hecho !or!'~r:rge:~aer t?bCaSIOn de error; pu~~ I:rin~i SI EXISTE UNA RAZÓN COMÚN DE CAUSA; CUÁL ES Y QUÉ NATURALEZA TIENE
lo' . ..' , n a amos antes, o tambIen 111dlca
om~~~~ [:ere~~~e~~~; ~ ~~:~g%~~~:ente i~dica el comienzo. en el ser. Pero 1. Aristóteles no nos dejó ninguna definición de la causa en común; en cam-
si con el nombre de principiado . l
qu:~ando lo peyoratIvo del término,
principio, en este sentido se nie se slgm .ca. S? o aquello que es correlativo de
bio, los filósofos posteriores se esforzaron en formularla de la manera que mejor
se proceda para explicar las razones propias de cada una de las causas individua-
que efectuado, sino que significag~nl~:m~:~clplado sea lo mismo que causado o les a partir de la noción común, y que al mismo tiempo se declare cuál sea la
conveniencia de las causas entre sí. Pero hay que suponer que se trata de la
tiene principio no de duración (pues esta e;ui~~~~~;d 1~y p~~~e~~it~;lao~~~~i~)~ causa formalmente en acto en cuanto que es causa; pues como antes decíamos
acerca del principio, también en la causa pueden considerarse tres cosas, a saber:
pri~cipiis. di~inarum processionum et physi- la cosa que causa, la misma causación, por llamarla. así, y la relación que se sigue
ce In l?r1yatlOn:. ~~ sumendo utrumque in 32. p'rin,cifiatum an aliquid in divinis et
su~ ~a~IssIma sIgrufIcatione, etiam existimo quod p,rmczpn correlativum._ Ad rationem (haec enim aequivocatio etiam toIlenda est), sunt prima principia in illo ordine. De qui-
prInCIpIUm :sse quid cornmunius. Nam, !i- t.heolog1 negant principiatum es se correla~ sed veI originis veI cuiusvis alterius modi. bus principiis ut principia sunt et eorum
cet causa SIC sumpta plura comprehendat tlvum principii in divinis. Licet igitur dicant Atque in hoc sensu sunt explicandi Graeci, propria definitione in Philosopma disputan-
quae non sunt. I?roprie, vere ac per se cau-, P~~rem esse principium Filii, negant tamen qui, ut D. Thomas supra refert, admittunt dum est; ut vero aliqua eorum sune causae,
sae, ta~e~ ~:h¡J. comprehendit quod sub Flhum esse principiatum a Patre. Ita D. Filium principiari a Patre. de illis dicetur inferius.
genera~ s:gn:fI~atlOne principii non con ti- ~homas, I, q. 33, a. 1, ad 2, et alii commu- 33. Solvuntur quae probant causam prin-
neatur, prInCIplUm vera aliqua complectitur mt.er. Iuxta quem loquendi modum corre- ,cipio latiorem.- Ad argumenta secundo loco SECTIO II
qua e pullo modo dicuntur causae etiam IatIvum principii erit id quod est ~b alio facta, quibus probatur causam !atius patere
vulgar: s:r:none;,. primogenitus enidt Voca- Qu~e sell:te;:ltia merito approbata est a theo~ quam principium, respondetur Aristote!em UTRUM SIT ALIQUA COMMUNIS RATIa
tur pnnCIplum flhorum, non tamen causa IO~IS LatInlS ob reverentiam mysterii Trini. in primo testimonio non loqui generatim CAUSAE, ET QUAENAM ET QUALIS
ullo modo.
tatls et. a~ . tollendam occasionem erroris; de principio, sed de primo principio in ali- 1. Ex Aristotele nullam causae in com-
~1.. ~rae~i Patres causae nomine pro nam prInClpratum videtur significare aliquid quo ordine, quod habeat influentiam et cau- muni definitionem habemus; posteriores vera
prmclplo USI.~ Ad modum loquendi Patrum .fac~um, .ut supra argumentabamur, vel etlam salitatem. De quo principio ibidem dixerat philosophi in ea assignanda laborarunt, ut
Graecorur;t respon~etur usurpasse nomen mdl~at .lde~ .q,uod initiatum, et consequen_ ¡icet magnitudine parvum sit, facultate esse a cornmuni ad proprias rationes singularum
~ausae latlUS qua m In Latina proprietate pos- ter In~cat InltlUm essendi. Omisso vero illo magnum. Et de hoc primo principio negat causarum explicandas melius procedatursi-
Slt ~ut. debeat usurpari; re tamen ipsa non m~st:n? .et ablata vocis invidia, si nomine habere causam superiorem, scilicet in illo mulque declal'etur qualis sit convenientia
~ttflbUlsse nomen causa e . personis divinis ad prmclpl.atI solum significetur id quod est ordine. Nam solum primum principium ab- causarum inter se. Supponendum autem est
mtra, quaten,us pr?pri.e dicit relationem ad solute et in tota Iatitudine entis nullam ha- sermonem esse de causa in actu formaliter
~ffectum, et In eo Indlcat a!iquam imperfec- co~re~a~lvum principii, sic negatur idem es se
prmc~pIa.tum quod causatum vel effectum;
bet causam. Et eodem sensu in I Phys. ut causa est; sicut enim supra de principio
tlone~; sed soIum ut dicit originem unius ponit in definitione principiorum entis na- dicebamus, ita etiam in causa tria considerari
ad aha. sed slgnrficare tantum id quod ad alío est possunt, scilicet, res quae causat, causado
turalis quod non sint ex aliis, eo, sci:licet,
ve! quod habet principium, non durationis modo quo ens naturale est el' ipsis, quia illR ipsa (ut sic dicam), et reIatío quae ve! con-
350 Disputaciones metafísicas
Disputación XII. Sección 11 351
o que se concibe. De este tercer miembro no se ha de tratar nada en toda la
materia, pues tiene después su lugar propio en la materia de la relación. Pero mente, 10 que dijo Aristóteles en una disyunción, es, o. se ~ac~e~ ~o:o:s~~e, J~~~:
acerca de los otros dos tenemos que tratar; en primer lugar, sobre la causación abarcado bastante confusamente con ~?a pala?r;, S~cf~gu;~ ~ue de lo cont;ario la
misma por la que formalmente se constituye en acto la causa y por la que se nos no puede significarse la sola conseCUClOn por m ere 'infieren las causas' por
manifiesta la causa misma o la virtud causativa. definición convendría también a los efectos d~ que se l ' . , n ~ con-
2. Se rechaza una primera descripción de la causa.- Así, pues, la prime- n general se slgmfique cua qUler coneX1O
consiguiente, es menester que, e .. " . l' almente el argumento en
Iil definición de causa que se suele dar es ésta: Causa es aquello por lo que ., y d t isma exposlclon se toma prmc P
se satisface a la interrogación con que se pregunta por qué algo es o se hace. secuclodn. 1 ~ es ader:nición' pues dicha definición no es tanto de la causa cuan-
contra e a mIsma , ., 1 . . , ya que de ella se
Esto puede tomarse de Aristóteles, II de la Física, C. 7, donde prueba la suficien- to del principio por 10 cual conviene tamblen a a prlVaClOn, . h d
cia de las causas por aquello de que con ellas se satisface a todos los modos con . 1 mutaciÓn a no ser tal vez que se diga que ~l verbo, se. stgue a e, ~n-
que puede preguntarse por qué es una cosa; indica, por consiguiente, que la cau- s:~~er:e por infl~jo y dependencia; y en este senudo, sera CIertamente váhda
sa es aquello con que se satisface a la cuestión por qué. Por lo cual se ve que la definición, pero será muy oscura.
la locución por qué no se toma de aquel modo especial con que suele decirse
en la causa final, sino de un modo más general que comprende a todas. Pero esta Resolución de la cuestión
definición apenas declara en nada la cosa, pues es igualmente oscuro lo que sig-
nifica aquella palabra por qué; en efecto, si se toma rectamente sólo significa la Legítima y adecuada descripción de la causa. -La tercera definición 1e~
relación de la causa final, y aun a ésta no la explica suficientemente, como vere-
mos después. Y si se toma con más amplitud, comprende los varios modos que
la q~e princip~lmentetraen ,alg~mos
modernos \ Ca~~a s~s r:~~:~l:l d:o~~ed~~, r!~
a
depende esenczalmente. A mI, clert~men~e, ~C:pr~s~la así' Causa es un principio
con aquellas voces se significan, de qué, por medio de qué, por qué cosa es algo; parece bien' con todo, me parecerla mejor ' , . o ue
por lo cual sólo se impone un nombre común, pero no se explica la razón común. que infund; esencialmente el ser en otro. Pu~s en lluga~ ~~~vr:::r~ f~e~:finfdo
352
Disputaciones metafísicas Disputación Xll. Sección 1I 353
y a la eficiente en cuanto influye realmente, con todo, en absoluto y bajo una numéricamente' pues las personas divinas son correlativas, a pesar de ser de la
razón común, también la materia en su género da el ser, porque de ella depende misma esencia.' Y si se dice que son de la misma esencia absoluta, p~ro que se
el ser del efecto y ella misma da su entidad, con la que se constituye el ser del distinguen en sus razones respectivas, y ello basta par.a la depende~cIa correla-
efecto; también la causa final en el mismo grado en que mueve influye también tiva, ¿por qué no bastará también para la dependencIa del .producIdo respecto
en el ser, como se declarará después. del producente? Pues no se produce en cuanto que es lo .mIsmo que ~l produ-
5. Pero para explicar más esta parte de la definición hay que advertir que cente sino en cuanto se distingue de él; Y en cuanto tal tiene una entIdad rela-
si tratásemos filosóficamente de solas las causas y principios naturales, o sea que tíva distinta recibida del otro; luego según aquélla depende verdaderamente
pueden conocerse con la luz natural, la causa aparecería suficientemente definida de él. Hay ~ue añadir que según la propia razón relativa tiene la persona pro-
con aquellas palabras y distinguida de todos los principios que no son verdade- ducida un ser personal y respectivo distinto del de la persona producen~e,. y no
ras causas; pero como nuestra física y metafísica debe servir a la teología, es puede tenerlo más que en cuanto que le ha sido dado p~r otro; por conslgmente,
preciso dar tal definición de causa que no convenga al Padre Eterno en cuanto en aquello depende verdaderamente del otro. ¿Pues que. es depender de otro .en
que es principio del Hijo, ni al Padre y al Hijo en cuanto que son único principio algún ser más que no tenerlo por sí sino dado y c?mu11lcado por otro, de qmen
del Espíritu Santo, y esto es lo que nos plantea el problema, ya que la persona siempre tiene que ser dado para que pueda ser te11ldo? .
que produce parece que es un principio que infunde el ser esencialmente en otra 7. Oué es propiamente depender de otro.- Las divinas person~s produc¡~?s
persona, y en este sentido parece que le conviene toda la definición de causa, a por qué -no dependen del producente.- Por consiguiente, para explIcar esto. dlJ.e
pesar de no ser causa, como consta por el parecer admitido de los teólogos. que la causa es la que infunde el ser en otro; pues con estas palabras se Slg11l-
Dificultad tomada del misterio de la Trinidad fica la misma realidad que se supone en el verb? depender; ya que con ella q~e
da significado que para la causalidad es necesano que aquel ser qu~ la causa In-
6. Por tanto, para excluir tal principio que por sí comunica su ser sin cau- funde esencial y primariamente en el efecto, sea ~ausado por .la mlsm~ causa y,
salidad, se han valido los autores modernos de la palabra depender, porque una por consiguiente, que sea un ser distinto del pro~lO ser que tIene en SI la causa.
persona divina de tal modo recibe el ser de la otra que no depende de eI1a, ya Por 10 cual, depender en su ser de otro es propIamente esto, a saber: tener t;n
que aqUello que depende de otro es preciso que tenga la esencia, al menos numé- ser distinto de aquél y participado o que de algún modo fluye del ser de aquel.
ricamente diversa de aquello de quien depende. Pero, en primer lugar, es pre- y que este modo de dependencia se encuentra en todas las causas que nosotros
ciso explicar qué es propiamente depender uno de otro, o por qué para la de- experimentamos puede mostrarse brevemente en todo .género de caus.as. Pues la
pendencia se requiere la diversidad de esencias y no basta la distinción real que materia y la forma infunden el ser en el compuesto CIertamente medIante la co-
media necesariamente entre el ser producente y el ser producido; porque no municación de sí mismas y de sus entidades; sin emba:-go, el ser del compuesto
aparece la razón de por qué requiere una mayor distinción la palabra depender que surge de allí es distinto, tanto del. ser de la matena com~ ~el de la forma,
que la de producir. Igualmente, un ser relativo se dice propiamente que depende y por ello depende propiamente de aquéllas, porque para co~st1tmr1o aporta ca~a
de otro, porque puesto aquél se pone éste, y quitado desparece, y sin embargo una su propio ser, y de allí surge un ser distinto de cualqUIera de ~l~as, que sm
no es necesario para los seres relativos en cuanto tales tener la esencia distinta ellas no puede existir. Lo mismo consta en la causa efiCIente (omItIda de mo-
ti yero ut realitel' influen ti, tamen absolute
et sub communi Tatione, etiam materia in finitio causae, cum tamen causa non sit, ut
suo genere dat esse, quia ab illa dependet ex recepta sententia theologorum constato
nam personae divinae sun! correlativ~e, .cum dixi causam esse quae influir es se in aliud;
esse effectus, et ipsa dat suam entitatem Difficultas ex mysterio Trinitatis SU11lpta tamen sint eiusdem essentJae. Quod SI d.lc~n his enim verbis eadem res decIaratur quae
qua constituatur es se effectus; causa etiam tur esse eiusdem essentiae absolu~a~, d.lstm- importatur in verbo dependendij significa-
finalis, eo modo quo movet, influit etiam in 6. .Ad excIudendum ergo huiusmodi prin- gui tamen in rati0l?-ibus reSpeCtlVI~, ldque
cipium per sese dans esse sine causalitate, tur autem per ilIa ad causaIitatem necessu-
esse, ut postea decIarabitur. satis esse ad correlatlvam dependentJam, cur rium es se ut illud esse quod causa per se
5. Ad decIarandum yero amplius hanc usi sunt auctores moderni verbo dependendi, non idem sufficiet ad dependentiam produc-
quia una persona divina ita recipit esse ab primo influit in effectum sit causatum ab ip-
partem definitionis, advertendum est, si phi- tí a producente? Non enim producitur qua- sa causa et consequenter quod sit es se distin-
alia ut ab ilIa non pendeat, quia id quod
losophice ageremus de solis causis et prin-
ab aIio pendet, Oportet ut habeat essentiam
tenus est idem cum producente, sed quate- ctum a ~roprio esse quod causa in se habet.
cipiis naturalibus seu quae naturali Iumine nus ab eo distinguitur; ut sic autem habet Unde hoc est proprie pendere in SUD esse
cognosci possunt, sufficienter videri causam saItem numero diversam ab eo a quo pen- distinctam entitatem respectivam receptam
det. Sed imprimis explicare oportet quid sit ab aIio, habere, sdIicet, esse distinctum ab
definitam illis verbis et distinctam ab omni- ab aIio; ergo secundum illam vere. pendet illo et participatum seu aIiquo modo f1uens
bus principiis quae verae causae non sunt; proprie unum pendere ab alio, aut cur ad
ab aIio. Adde quod secundum propnam ra- ab es se illius. Hunc autem modum depen-
quia tamen nostra physica et metaphysica de- dependendum requiratur diversitas essentiae
et non sufficiat distinctio rerum quae neces- tionem respectivam habet persona p!oducta dentiae inveniri in omnibus causis quas nos
servire debet theologiae, talem oportet ca u- distinctum esse personale ac respectlvum a experimur, ostendi breviter J?otest in on:mi
sae definitionem tradere quae Patri aeterno, sario intercedit ínter rem producentem et
productam; quia non apparet ratio cur ma- persona producente; et illud hab~re ~on pot- causarum genere. Nam matena et forma lll-
ut est principium FiIii, ve! Patri et Filio, ut est nisi ab aIio datum; ergo m 1110 vere f1uunt esse composito, communicando q1,1i-
sunt unum principium Spiritus Sancti, non iorem distinctionem requirat verbum depen-
dendi quam producendi l. Item unum rela- pendet ab aIio. Quid est enim pend~re ab dem seipsas et suas entitates ¡ es~e. tamen
conveniat, et hoc est quod facessit nobis ne- aIio in aIiquo esse, nisi non habere IlIud a compositi, quod inde consurglt, dlstlllc~um
gotium, nam persona producens videtur prin- tivum proprie dicitur pendere ab alio, quia
ilIo po sito ponitur, et ablato auferllur; et se, sed datum et communicatum ab alio, ~ est ab es se tum materiae tum formae, et Ideo
cipium per se influens esse in aliam perso- quo semper dari debeat ut semper haben ab illis proprie pendet, quia ad illud consti-
nam, atque ita videtur illi convenire tota de- tamen non est de necessitate relativorum lit
possit? . tuendum unaquaeque confert suum esse, et
sic habere distinctam numero essentiam;
7. Quid sit proprie ab alío pendere.-DI- inde consurgit esse a qualibet earum dis-
1 Puede admitirse en absoluto la sustitución de la palabra producendi por pl'ocedendi vinae personae productae quare a pr~ducente tinctum quod sine mis es se non potest. Idem
tal como aparece en algunas ediciones (N. de los EE.). non pendeant.- Ad hoc ergo exphcandum constat 'in causa efficiente (omissa pro nUDe
23
354 Disputaciones metafísicas Disputación Xll.-Sección II
mento la final, que tiene un influjo más oscuro, del que trataremos después); ni dependiente ni causado, sino sólo comunicado por la persona producente, por
pues toda causa que infunde el ser en otro por modo de principio esencial y lo mismo dicha generación no es una efección ni una causación -por llamarla
extrínseco, exceptuando el misterio de la Trinidad, lo da por la efección del mis- así-, sino una producción de tipo muy superior. Se añade que el mismo ser
mo ser que comunica; y por ello siempre da un ser distinto del propio ser que relativo de aquellas personas es tal que esencialmente incluye todo el ser divino,
tiene él; y esto es propiamente causar y hacer. Y, por el contrario, entonces pro- el cual es esencialmente independiente y por ello tampoco el mismo ser relativo
piamente depende la cosa producida en dicho género de causa eficiente, cuando puede llamarse dependiente.
el mismo ser que tiene esencial y primariamente recibido de otro, emana del Ser 9. Un ser relativo, incluso creado, no depende propiamente de otro.- Pero
de otro y no puede existir sin tal influjo. Y en las procesiones de las divinas en las relaciones creadas se dice a veces que una relación depende de otra en
personas no sucede así, porque aquel ser que se comunica esencial y primaria- cuanto que sin ella no puede existir. Pero esta es una manera de hablar impro-
mente por aquellas producciones no es algo diferente del ser mismo de la per- pia y general, porque donde hay dependencia, tal como ahora hablamos propia-
sona producente, sino que es aquel mismo numéricamente que está en la persona mente, hay prioridad de naturaleza; y las relaciones mutuas son enteramente
producente, y esto es lo singular y admirable en aquellas procesiones divinas; semejantes, y se dirá menos impropiamente que la relación creada depende de
y por ello de tal modo procede una persona de otra, que a pesar de todo recibe su término si se supone que es algo absoluto, porque puesto el fundamento y
de ella un ser enteramente independiente, porque recibe el mismo ser numérico el término resulta la relación. Por lo cual sucede que en las cosas creadas mucho
gue existe en la persona producente. menos puede decirse que una relación influya en otra, ya que una no es causa,
8. Se sale al paso de una objeción.- Ni es obstáculo que las mismas rela- más aún, ni principio siquiera de la otra, sino que sólo tienen la necesaria simul-
ciones sean distintas y. tengan su propio ser relativo distinto, porque no es el ser taneidad o concomitancia. En cambio, en los seres divinos, aunque un ser rela-
relativo en cuanto tal, sino el ser absoluto y esencial el que se comunica esencial y tivo proceda de otro, sin embargo, no es por dependencia ni por influjo de un
primariamente mediante aquellas procesiones. Pues procede Dios de Dios, y el ser esencial diverso que se comunique esencial y primariamente por tal pro-
Padre al engendrar al Hijo le comunica primariamente su propia naturaleza' en ducción.
cambio, la relación se requiere como una propiedad necesaria para constituir la 10. Por consiguiente, para declarar esta propiedad de la causa dijimos que
persona distinta; lo cual viene a ser como el elemento material -por llamarlo es un principio que infunde el ser, porque es preciso que el mismo ser sea cau-
así-;- en toda producción. Como en la generación humana, 10 que esencial y pri- sado, y consecuentemente distinto esencialmente del ser de la misma causa. Para
manamente se pretende formalmente es la comunicación de la naturaleza hu- indicar 10 cual expresamente añadí la partícula en otro y no en alguno o en el
mana y del ser humano; y en cambio, como consecuencia, es requerida la per- otro, ya que otro absoluta y propiamente no se dice sino de lo que es esencial-
sonalidad. Por consiguiente, la razón de producción ha de ser valorada princi- mente diverso. Y en cuanto a que la causa incluya esta propiedad y requiera tal
palmente del ser formal comunicado esencial y primariamente. Por 10 cilal la modo de influjo, no puede probarse de otra manera que por la común noción
generación de Cristo en cuanto hombre fué verdaderamente humana a causa' del y uso de esta voz, principalmente entre los latinos. Igualmente por su correlativo,
verdadero ser de la naturaleza humana, aun cuando la personalidad fuese de otra que comúnmente se piensa que es el efecto, palabra que abiertamente indica im-
razón. Así, por consiguiente, porque la generación divina es tal que el ser que por perfección y dependencia tomada con el rigor que explicamos; por 10 cual, es
ella se comunica esencial y primariamente no es emanado de otro ser, y por ello, cierto que la persona divina producida no puede decirse efecto, pues de 10 con-
finali, quae obscuriorem habet influxum, de 8. Occurritur obiectioni.- Neque obstat et ideo nec pendens nec causatum, sed como cipium alterius, sed solum habent neceSS8-
quo infra videbimus); omnis enim res quae quod re1ationes ipsae distinctae sunt et ha- munícatum tantum a persona producente, riam simultatem seu concomitantiam. In di-
influit esse in aliud per modum principii per bent proprium esse relatívum distínctum ideo generatío illa non est effectio neque vinis yero licet unum relativum procedat ab
se et extrinseci, extra mysterium Trinitatis, quia non esse relativum ut sic, sed esse ab~ causatio (ut sic dicam), sed productio longe alio, non tamen per dependentiam nec per
dat illud efficiendo ipsummet esse quod com- solutum et essentiale per se primo commu- superioris rationis. Accedit quod ipsummet influxum diversi esse essentialis, quod per se
municat; et ideo semper dat esse dístinctum nicatur per ilIas processiones. Procedít enim lesse relativum illarum personarum tale est. ut primo per talem productionem communi-
ab es se proprio quod in se habet; et hoc Deus de Deo, et Pater generando Filium pri- essentialiter indudat totum esse divinum, cetur.
est proprie causare et efficere. Et e conver- mario communicat ipsi suam naturam; re1a- quod essentialiter est independens, et ideo 10. Ad declarandam ergo hanc proprieta-
so tune proprie res producta pendet in eo tio yero requiritur tamquam proprietas ne- neque ipsum esse relativum potest dici de- tem causae dLximus esse principium quod i¡¡-
genere efficientis causae, quando ipsum esse cessaria ad constituendam distinctam perso- pendens. fluit esse, quia oportet ut ipsummet esse sit
quod ab alio habet per se primo receptum, nam; quod est quasi materiale (ut sic di- 9. Unum relativum etiam creatum pro- causatum et consequenter essentialiter di-
manat ab esse alterius et sine tali influxu cam) in omni productione. Sicut in gene- pl'ie ab alío non pendet.- In relationibus stinctum ab es se ipsius causae. Ad quod etiam
esse non potest. In processíonibus autem ratione humana quod per se primo ac for- yero creatis dicitur interdum una relatio pen- indicandum, consulto addidi pardculam in
dívinarum personarum non ita contingit, maliter intenditur est communicatio huma- dere ab alia, quatenus sine illa esse non pot- aliud et non in aliquem vel in alium, nam
quia illud esse quod per se primo per illas nae naturae et humani es se ; consequenter esto Sed est impropria et lata locutio, quia aliud absolme et proprie non dicitur nisi de
productiones communicatur non est aliud yero est requisita personalitas. Ratio ergo ubi est dependentia prout nunc proprie 10- eo quod est in essentia diversum. Quod au-
ab ipso es se personae producentis, sed est productionis principaliter pensanda est ex quimur, est primitas naturae; relationes au- tem causa indudat hanc proprietatem etrc-
ipsummet numero quod est in persona pro- f~rmali esse per se primo communicato. tem mutuae sunt omnino similes, minusque quirat talem modum influxus, non aliter pro-
ducente; et hoc est singulare et admirabile Unde generado Christi ut hominis fuit verc improprie dicetur relatio creata pendere a suo bari potest quam ex communi notione et
in illis divinis processionibus; et ideo ita humana propter verum esse humanae na- termino, si supponatur esse aliquid absolu- usu huius vocis, maxime apud Latinos. Item
una persona procedit ab alia, ut tamen ab turae, etiamsi personalitas fuerit alterius ra- tum, quia, posito fundamento et termino, re- ex correlativo, quod communiter censetur esse
ilIa recipiat esse omnino independens, quia tionis. Sic igitur, quía generatio divina talis sultat relatio. Ex quo fit ut in creads multo effectus,quae vox. aperte indicat imperfec-
recipit ipsummet esse numero quod est in est ut es se quod per se primo per iIlam minus dici possit una relatio influere in aliam, tionem et dependentiam in eo rigore quem
persona producente. communicatur non sit manan s ab alio esse quoniam una non est causa, immo nec prin- declaravimus; quare certum est personam
356
Disputaciones metafísicas
Disputación XIl.-Sección II 357
trado se diría también hecha cosa que va en contra de 1 f
1 e d F' l ' a e, como consta por
{l re o. llla mente, P?rqu~ por la cosa misma tal como ha sido ex licada den. En cambio, aquello primero convence enteramente de que la definición de
~011sta que tal modo de lllfiuJo o de emanación que conviene a los efecto; crea- . causa se explica mejor mediante un principio que infunde esencialmente el ser
.~s con respecto a tod~~ sus causas, es de una clase muy distinta de la emana- en otro, que mediante la dependencia, si esta partícula no se explica por la an-
Clon de una persona. d1Vllla desde ot~a,. y que tiene aquel modo de dependencia terior. Por consiguiente, el Verbo, en cuanto término de la Humanidad, no es
que hemos declarado, luego puede slgmficarse con una palabra común que com- principio que infunda esencialmente el ser en ella, ni depende de este modo la
prenda las causas de las cosas creadas y no los principl'oS de 1as d"lV1nas personas' humanidad del Verbo como de principio que infunda el ser en ella, sino sólo en
y ta 1 es esta pa1abra causa y el concepto que a ella responde 1" la razón de término, que es Ulla cierta propiedad necesaria, sin la que la huma-
1 f 'd d fi ' " . , que exp lcamos
por a re1en a ' d e mClOn de causa. Así' por consiguiente, es ver dadero que per- nidad no puede existir.
tenece a a ra~on e causa ser esencialmente diversa de su efecto, y que el efecto
12. Cómo concurre el Verbo Divino con la humanidad para constituir a Cris-
dep~nde propIamente ~e la ca~sa; y una y otra cosa queda indicada en a uelh to.- Qué causalidad ejercen los modos terminantes respecto de los terminados.-
partícula tal como ha SIdo explIcada por nosotros y mediante ella qu d ql 'd·
de 1a razon ' de causa elprlllclplo
' ,. en las cosas divinas.
, e a exc U1 o Esta respuesta satisface plenamente en cuanto a la dependencia de la humanidad
respecto del Verbo; pero queda todavía la dificultad de la dependencia de Cristo
en cuanto que es una persona compuesta. Pues supongo, según la verdadera doc-
Dificultad procedente del misterio de la Encarnación trina de los teólogos, e incluso de los Concilios y los Padres, que del Verbo en
cuanto término de la humanidad y de la humanidad misma surge la persona una
11. Una nue~~ dificultad surge pro~e~ente de otro misterio de la fe, a saber:
per se y admirablemente compuesta de Cristo como Dios hombre. Por consiguien-
el de la EncarnaclOn;
d 'pues al Verbo DIVlllO, en cuanto que es t'ermlllO
de 1a h umam'ad,
.
persona1 te, aquel compuesto depende verdaderamente del Verbo como de un cierto prin-
conVIene toda aquella definición
. de causa'" y sl'n b
em argo, en
cuanto ta,1 de acuer do con la sana doctrllla no es causa ya . d cipio intrínseco de que consta; por lo cual, es necesario que infunda el ser en
causa f 1 . f ' , q u e m pue e ser El comunicándole su ser personal, del cual resulta con la humanidad esta persona
orma, pue,sto .que es lmper ecta, ni eficiente, pues de 10 contrario tendría
el ye.r~o una efiCIencIa ad extra no común al Padre y al Espíritu Santo. La 1'0- compuesta, que en cuanto tal se distingue de alguna manera del Verbo tomado
posIclOn .m.ayor se prueba porque, según el modo de hablar de los te '1 p 1 estrictamente. Pero a esto se ha de aplicar la misma respuesta, pues el Verbo no
Verbo D1VlllO constituye el término de la dependencia de la h 'd °dog~s, e concurre de otro modo para la constitución de aquel compuesto que terminando
el Verbo es aqu.ello de que depende aquella humanidad y si uma~~ a; uedgo la humanidad; por 10 cual, si en esto no ejerce algún género de causalidad, tam-
pende ciertamente de él como de término pero no co~o d . se Ice que. e- poco al constituir a aquella persona compuesta tiene razón alguna de causa res-
l 1 d'fi 1 d d ' e causa, en pnmer pecto de ella. Y el argumento propuesto no sólo vale en dicho misterio, sino que
ugar a 1 cu ta no que a resuelta; más aún, de allí más bien se conclu e ue
no todo aquello de que depende otro es causa, y además es muy oscuro y, q puede acomodarse a todos los extremos que integran cualquier compuesto, como
es depender de algo como de término Pero esto último no e d d ' que cosa es el punto respecto de la línea, y la subsistencia creada respecto del supuesto, etc.
. s e a mIrar, por-
que se trata de un punto muy sobrenatural que explican los teo'1ogos como pue- Acerca de todas las cuales cosas hay que decir que prueban rectamente que se
reduce ciertamente a algún género de causa intrínseca, es decir, formal o mate-
divinam productam non posse dici effectum
Difficultas ex mysterio Incarnationis
alioqui diceretur etiam facta, quod est con~
tra, fidem, ~t constat ex Symbolo. Tandem, ,11. Alia, ver o difficultas nobis oritur ex prius convincit plane definitionem causae unam ac mirabiliter compositam. IIlud ergo
qUla ex re lpsa, prout declarata est constat airo mysteno, tIdei, scilicet Incarnationis; melius explicari per principium influens compositum vere pendet a Verbo tamquam
nam V,erbo dlVlUO ut personaliter terminanti
ilIum modum infiuxus vel emanati~nis qui humamtatem convenit tota ilIa definitio cau-
per se esse in aliud quam per dependentiam, a quodam principio intrinseco ex quo con-
nisi haec particula per priorem dec1aretur. stat; unde necesse est ut in iIIud influat esse,
convenit effectibus creatis respectu omnium sae; et taI?en ut sic non est causa iuxta sa- Igitur Verbum, ut terminans humanitatem, communicando ilIi suum esse personaJe; ex
suarum causarum, esse longe diversae ratio- nam d?ctnn.a~, cum neque possit es se causa non est principium per se infiuens esse in quo cum humanitate resultat haee persona
nis ab emanatione unius persona e divinae for.malr~, qUla Imperfecta est, neque efficiens, ilIam, neque humanitas hoc modo pendet a composita, quae ut sic ¡¡liquo modo distingui-
ab alía et habere iIIum modum dependentiae qUla airas haberet Verbum efficientiam ad Verbo ut a principio infiuente esse in ilIam, tur a Verbo nude sumpto. Sed ad hoc ea-
quem nos declaravimus; ergo potest una extra n~n communem Patri et Spiritui Sanc- sed solum in ratione termini, qui est proprie- dem responsio applicanda est, nam Verbum
communi voce significari, quae comprehen- to. MalOr propositio probatur, quia iuxta tas quaedam necessaria, sine qua humanitas non aliter concurrit ad constituendum iIIud
d~t. causas rerum creatarum et non principia commune~ . modum l,oquendi theologorum, ilIa non potest existere. . compositum, quam terminando humanita-
dlvmarum personarum; huiusmodi autem Ver~u~ dlvmum termmat dependentiam hu- 12, Divinum Verbum cum humanitate tem ; unde si in hoc non exercet aliquod
est haec vox causa et conceptus qui ilIi re- mam~atls; ergo. Verbum est id a quo pen- qualiter ad Christi constitutionem concur- causalitatis genus, neque etiam constituendo
spondet, quem per dictam causae definitio- de~ lila hUI?amtas. Quod si dicas pendere rat,- Modi terminantes, quam respectu ter- ilIam personam compositam habet aliquam
nem explicamus. Sic igitur verum est de qUldeI? ab 1110 ut a termino, non ut a cau- minatorum causalitatem exerceant,- Quae rationem causa e respectu iIIius. Argumen-
ratione causae esse ut sit essentialiter diver- s.a, p:lmo non solvitur difficultas, immo po- responsio recte satisfacit quantum ad depen- tum autem factum non tantum proceditin
sa a suo effectu, et quod effectus proprie tl1;S mde concluditur non omn~ id a quo dentiam humanitatis a Verbo 1; adhuc ta- dicto rnysterio, sed accommodari potest ad
pendeat a causa; utrumque autem in iIIa alIUd pendet, esse causam, et deinde valde men manet difficultas de dependentia Chris- omnia extrema. componentia aliquod compo-
particula, prout a nobis declarata est, indi- ob.scurum est quid sit dependere ut a ter- ti, ut est persona composita. Suppono enim situm, ut est punctum respectu lineae, et
ml~o. Sed hoc posterius mirum non est, ex vera theologorum doctrina, immo et Con- subsistentia creata respectu suppositi, etc. De
~atu~ .e~ per i~lam excluditur principium
In dlVlUlS a ratIone causae.
ql;la res est v~lde supernaturalis, quam ex- ciliorum et Patrum, ex Verbo ut terminante quibus omnibus dicendum est recte probare'
phcant theologl prout POSSUnt l. IIIud vera humanitatem et humanitate ipsa consurgere reduci quidem ad aliquod genus causae ln-
1 Vide dicta in I tom., III part., disp. VIII, sect. 3. Christi ut Dei hominis personam per se trinsecae, id est, fermalis vel materialis; quo-
dal; pero cómo o en qué se apartan algunas veces de la propiedad de tales cau- Concepto objetivo único de causa
sas, y principalmente en dicho misterio, depende de lo que se diga en particular
de tales causas. 14 En segundo lugar puede inferir se de 10 dicho que el nombre ?e causa
. , , 1 te el nombre smo tam-
no es meramente equívoco, ya que no es comun so amen . . a
bién alguna razón del nombre. Sin embargo, está puesto en contro,v~rsla taS1nto
Qué es causalidad , d'ICh a d efin'1Ci'on, un concepto unlCO
este nombre le corresponde, segun .
. . al e algunos pIensan que no co-
formal como obJetIVO de causa en gener , ya qu d d los efectos
13. De cuanto dijimos de la razón de causa en común se colige en primer rresponde tal concepto único, porque los modos en que. epe.n e~nte diversos
lugar qué es aquello por 10 que la causa en acto, actual y formalmente queda de las causas en los diversos géneros de causas son tan pl'lmord~alm. P to
constituida en su ser de causa, lo cual suele llamarse causación o causalidad en ue de ellos no puede abstraerse una razón común de depen enCla. ero. es.
q . ' "1 es de toda convemenCla
general; y esto no es otra cosa que el influjo aquel o el concurso con que una
causa en su género infunde actualmente el ser en el efecto; pero este concurso
ni lo prueban ellos nI me parece a mI muy verOSlml pu 1 '1 hay una
real puede abstraerse un concepto común; Y entre . as causas. t;0 so o _
necesariamente se requiere que sea algo distinto realmente o ex natura rei de la cierta proporcionalidad metafórica, pues de lo contrarlO no se dma la caus~ ac~:
relación de la misma causa, ya que aquella cosa que se denomina causa puede ca de todos aquellos con propiedad, sino que hay verdadera y rea l co~vemenc ,
permanecer en la realidad sin este influjo actual; y esto es una señal cierta de como uede también confirmarse por la definición dada y por su rmsma expo-
distinción ex natura rei, como se vió en 10 que antecede. Pero este influjo no .. .,.p muchas de las cosas que dijimos acerca del concepto de ente pueden
puede ser la única razón predicamental de la causa al efecto; pues ésta, cual- ~~~~~6nYaplicarse aquí. No hay, por consiguiente, ;-azón para ~egar un concehto
quiera que sea, resulta del mismo influjo de la causa en cuanto terminado en el , , . de causa En cambio el punto de SI en este mIsmo concepto ay
comun umco . ' , d 1 d'" , d
efecto, del mismo modo, evidentemente, en que suele decirse que puesto el fun- . 'd d o una cierta analogía constará mejor despues de al' a IVISlon e
damento y el término surge la relación; por consiguiente, aquel influjo es algo UnIVOCl a . d d
'car cada uno de los mIembros y mo os e causaClOn, ., . y por elloJ
causa y d e expll . '
anterior a la relación, y según él, también la causa será algo anterior por natura- .. hast"" que comparemos las causas mIsmas entre 81.
leza a su efecto, a pesar de que según la relación sean simultáneos por naturaleza. 1o omItiremOS
Por consiguiente, aquel influjo es algo intermedio entre la entidad y la relación
de causa; no podemos explicar aquí más claramente, hasta que lleguemos a la ex-
plicación de cada uno de los géneros de causas, qué es dicho influjo y si es algo SECCION nI
que está en la causa misma o en el efecto o si es algo distinto de aquéllos o DIVISIÓN DE LA CAUSA
únicamente una denominación tomada de ambos. Y lo. mismo sucede acerca de
algunas propiedades o condiciones que parecen acompañar a la razón común de 1 Es célebre la división de la causa en los cuatro géner?s deVcadusa'l a ~a~erf':
causa, y que se encuentran de modo diverso en las distintas causas, como ser . fi . fi 1 que da Aristóteles en el hbro e a e a t-
anterior en naturaleza, distinguirse realmente o esencialmente del efecto, etc. ~aterial, formal, ~ t~ent~lde ~~ 'Física, C. 3 y siguientes; la explicación de esta
stca, C. 2, y en e 1 ro . r . t d cada uno de los
d' . ., depende enteramente de la mte 1gencla exac a e 11
~r~~~~os, la cual procuraremos extensamente en todo este tratado; y por e 0,
modo autem et in quo aliquando deficiant a ratio praedicamentalis causae ad effectum;
propietate talium causarum et praesertim in nam haec, qualiscumque illa sir, resultat ex
dicto mysterio, pendet ex his qua e de his ipso influxu. causae ut terminata ad effec- data et expositione eius confirmari 7tia I?
Causae unicus obiectivus conceptus potest. et ex his quae de conceptu entls dl-
causis in particulari dicenda sunt. tum, ea, sicilicet, modo quo dici salet posi- ximus' multa hic applicari possunt. Non est
to fundamento et termino consurgere rela- 14. Secundo colligi potest e.x dictis no-
tionem; est ergo ille influxus aliquid prius men causae non es se mere aeqUlvo~um, cuJ? ergo ~ur negetur unus COmI!lUnis ~onceI?tus
C ausalitas quid non tantum nomen,. sed etiam ahq.ua ratI? causae. An vero secundum lllu.m sIt. UlllVO-
relatione; et secundum illum etiam causa
13. Ex his quae de ratione causa e in est prior natura suo effectu, cum tamen se- nominis communis sito An yero hUlC noml- catio ve! aliqua analogia constablt m~l1Us P?st
communi diximus, colligitur primo quid sit cundum relationem sint simul natura. Est ni secundum ilIam defin¡tione~ correspon- traditam divisionem causa e et eXI?hcata .SID-
id quo causa in actu formaliter et proxime· igitur iUe influxus aliquid medium inter en- deat unus conceptus tam f~rn:ahs quam ~? gula membra ac modos caUSa?dl; .et IdeO
constituitur in es se causae, quod solet vo- iectivus causae in comJ?um, In controver.lla illud omittemus donec causas lpsas mter se
titatem et relationem causa e ; quid autem
cari causatlo vel causalitas in communi; hoc illud sit et an sit aliquid in ípsa causa vel in est; nam quidam existlmant non cor!espon~ conferamus.
autem ni! aliud est quam ínfluxus me seu effectu et an sit aliquis modus distinctus ab dere huiusmodi conceptum UnUl?, .qUla. mO~1
concursus quo unaquaeque causa in suo ge- illis vel tantum denominatio ex utroque quibus effectus pendent a caUSlS m dlyersl~ SECTIO III
nere actu influit esse in effectum; hic vera desumpta, non potest hic distinctius expli- generibus causarum, ita sunt primo dlve~sl QUOTUPLEX SIT CAUSA
concursus necessario oportet ut sit aliquíd cari donec ad singula causarum genera de- ut ab eis una communis ratio depende~tla.e
abstrahi non possit. Sed hoc neque ab IpSIS 1. Celebris est illa divisio causae in 9,u~
distinctum in re seu ex natura rei a relatione claranda veniamus. Et idem est de quibus- tuor causarum genera, scilicet, materralr~,
ipsius causae, cum possit res illa quae causa dam proprietatibus vel conditionibus quae probatur, neque mihi videtur ad~odu.m ve-
formaJis efficientis, et finalis, quam tradlt
denominatur in re manere sine hoc actuali communem rationem causae comitari viden- risimile, nam ex omni reali con,:,em~ntra pot-
Arist., V Metaph., C. 2, .et. }ib .. II Phy~.,
influxu; quod est certum signum dístinc- tur et in diversis causis diversimode repe- est abstrahi conceptus commums; m~er c~u- c 3 et sequent., cuius dlv~s!Oms expoSltlo
tionis ex natura rei, ut in superíoribus visum riuntur, ut esse prius natura, distinguí reali- as autem non solum est proportlona!ltas o~nino pendet ex singulorum membrorum
esto Non potest autem hic influxus esse sola ter, vel essentialiter ab effectu, etc. !liqua metaphorica, alioqui non de ommbus exacta íntelligentiá, quam .m toto ho,: tracta-
illis causa cum proprietate diceretur, se~. est tu late prosequemur; et Ideo nunc m com-
vera et realis convenientia, ut ex defimtlOne
360
Disputaciones metafísicas Disputación Xl1.-Sección~l...l1=--_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _361
_
ahora en general sólo propondremos las cosas que pueden ofrecer dudas acerca Pero es preciso que la causa eficiente de tal sujeto introdu~c~ a~guna cosa, ya
de esta división, y las resolveremos brevemente. Lo primero es si todos aquellos que de lo contrario no haría nada nuevo, en contra de la hlpoteslS asentada. A
miembros quedan contenidos verdadera y propiamente dentro de lo dividido. Se- esto por lo tanto le llamamos forma, sea la que sea, de lo cual trataremos des-
gundo, si se distinguen y oponen entre sí. Tercero, si abarcan suficientemente pué~. Finalmente: como las causas que obran ese.ncialmente. no. obran de ~odo
el todo dividi~o. Cuarto, si la causa queda dividida próxima o inmediatamente fortuito ni por casualidad, como consta por la mIsma expenencIa de la reahdad
en aquell?~ .I?Iemb~os o pU,ede concebirse otra división intermedia. Quinto, si V principalmente en las acciones humanas, para que la cosa quede f,uera d:, toda
aquella dlVlSlon es mfima o atoma, o puede aún dividirse cada uno de los miem- ~ontroversia, es perciso que además de. aquellos tres ~le~entos se de tambIer: Ull
bros en otros. Sexto, si es unívoca o análoga.
fin por causa del cual obra la causa efic1ente. Por conslgmente, estos cuatro mIem-
bros se encuentran en las cosas, ya sea que todos e~losse hallet; en cada uno de
los efectos o que no, pues esto se habrá de aveng.tlUr postenormente, ya que
Cuatro géneros propios de causas para el caso presente nos basta con que en la generahdad de las cosas se encuen-
2. Se p~ueba la aserción con una experiencia.- Respecto a la primera duda tren estos elementos. .
3. La materia es verdaderamente causa.-La forma es proptamente causa.-
hay q?e decIr que todas aquellas cosas participan verdadera y propiamente de
La eficiente es causa verdadera.- Sobre si el fin es verdad~ra causa.- En lo que
la razon ~e causa, y que por ello con razón queda dividida la causa en aquellos
se refiere a que cualquiera de éstas se~ verdadera caus~, C1ertamente pue~e pro-
cuatro mIembros. Esta aserción, además· de contar con el asentimiento común de
barse con facilidad acerca de la materIal, formal y efiCIente, p~es cualqUIera .de
todos a partir de Aristóteles, se prueba así. Efectivamente, que aquellas cuatro ellas manifiestamente infunde algún ser. En efecto, la matena queda defimda
c~~sas se encuen~ren en las cosas o efectos que experimentamos puede declararse por Aristóteles como aquello de lo cual, intrínsecam:nte incorp?r~do, se hace
factlm~nte supomendo que sucede algo nuevo en la naturaleza real' 10 cual es algo' en 10 cual por la partícula de tomada con propIedad, se dIstmgue la ma~
tan eVlden.te por las continuas variaciones de las cosas, alteraciones, ~eneraciones ted; de las otr;s causas; y por la expresión intrínsecamente incorporado que~a
y co.rrupclOnes? que parece totalmente superfluo probarlo con argumentos. Por separada de la privación y queda declarado el influjo propio c~n que la matena
conslgmente, SI algo se hace de nuevo, es necesaria alguna otra cosa por la que y, en general, el sujeto se manifiesta, de tal modo que de el surja el ser del todo.
sea hecho, ya que ~na cosa no puede hacerse a sí misma; y a ésta es a la que De modo semejante se manifiesta la forma de manera que con ella venga a. quedar
llamamos causa eficIente. La cual, o bien produce su efecto de la nada o de al- como actualmente constituido el compuesto; más todavía, con frecuencIa suele
guna otra cosa que presuponga para su acción; 10 primero no puede decirse en definirse la forma como la causa intrínseca que da el ser. a la cosa; pues la ma-
general, pues consta experimentalmente que ni el artífice hace la estatua si no teria es como un cierto comienzo o fundamento del m1smo ser y la forma lo
es de la ma~era o el bro?ce, ni el fuego calienta si no se le pone previamente consuma y completa; por causa de ello es llamada por ~ristóteles, en los .'u~a:es
algo 5lue recIb;t el calo;, nt se hace el fuego sino de la madera, estopa u otra cosa citados) razón de la quididad. Igualmente se cuentan estos entre. l~s . prmclpl~s
semejante. Mas todavIa, este modo de obrar es tan propio de las causas natu- intrínsecos del ser natural, o más bien son sólo ellos dos los prmClplOS constI-
ra~es que los filósofos que atendieron sólo a ellas sacaron de allí aquel conocido tutivos del ser natural; y son principios per se porqu~ son er: sumo grado n~
aXIoma: De la n~1a nada se hace. Por consiguiente, aquel sujeto que se presu- cesados y esenciales, y dan el ser del modo que ~a SIdo exph~~do; por conSl-
pone para la aCClon de la causa eficiente, es al que llamamos causa material. guiente, son causas propias. Acerca de la causa efiCIente es tamblen claro, porque
I
364 Disputación XII. -Sección III 365
Disputaciones metafísicas
6. Platón admitió las mismas clases de causas que Aristóteles.-Sentido de o si se habla del donde intrínseco, éste no se presupone, sino que. se sigue en
los antiguos filósofos en esto.-Por qué la causa eficiente ostenta el nombre de el efecto como un cierto accidente suyo. Y 10 mismo ocurre co~ el t1empo; pues
causa por antonomasia.- Por 10 que se refiere a Platón, es cierto que admitió é'n cuanto que es una medida común es extrínseco; en cambIO, en cuanto que
todos los géneros de causas que puso Aristóteles, y quizá algunos más, como ve- Puede ser intrínseco sólo es la duración del mismo movimiento con que .se hace
. . ~ no es causa'. SInO que
, sucesivamente; y aque1 mOVlilllenLO
la cosa cuando se hace
remos después. Y en el pasaje citado no dice que causa y eficiente sean la mis-
ma cosa, como se le atribuye, sino que dice, por el contrario: La eficiente no es más bien el mismo influjo actual de la causa eficiente de modo suceslV.o, como
es otra cosa que causa. Esta proposición, como se ve, no puede convertirse después se explicará. En cambio, la materia, aunque sea algo. prerrequendo para
simplemente. Pero de alli no infiere que el fin no sea causa, sino que infiere la acción del agente sin embargo en el mismo instante o tIempo en que ?bra
que 10 que es hecho por la causa eficiente es distinto de ella, porque la causa el agente, también i~fluye per se la materia en el efecto; más aú~, en la mls~a
no puede hacerse a si misma. En cambio, sobre los otros filósofos pienso que acción del agente, si opera a partir de ella, como veremos ~espues. En cambIO~
se apartan. de Aristóteles más con las palabras que con los hechos; efectivamente, la forma, aunque sea efecto del agente o incluso de la materIa, con todo es caus
ellos no megan la necesidad y el concurso de la materia o de la forma o el fin de todo el compuesto al completar su esencia. Y a.unque s.ea parte del c?mpuesto~
sino 9ue difieren. en los nombres, pues llaman materia a algo prerrequerido; el~ sin embargo en su género es causa total del .ill1smo, 111 ~ay po: que llamar! e
cambIO, forma p1ensan que se ha de llamar más bien al efecto que a la causa, parte de la causa, ya que ni es parte del agente 111 ?e la materIa; Y SI se llama part
porque en ella queda terminada toda la causalidad, o a lo sumo la llaman parte de la causa respecto de toda la causalidad. necesa1'1a en todo genero para el efecto~
de la causa, como dice Séneca más arriba; y al fin le llaman causa de algún modo de este modo también la materia y la efiCIente pueden llamarse parte de la causa,
o más bien concausa junto con la eficiente, o sea que es algo que sobreviene al efi- pero la expresión es impropia porque todas aquéllas n.o componen. una causa,
ciente mediante el propósito o la intención del fin, para que pueda causar. Ade- sino el número de causas que se ha agregado o requendo. Y lo mIsmo sucede
más, la causa eficiente tiene una influencia más real, y en cierto modo más inme- proporcionalmente con el fin, pues aunque .esté requeri~~ por parte del. agente
diata al efecto mismo que el fin; y más conocida y en cierto modo más propia que para que su acción no se realice al a~ar, ~InO de proposIto" con ,todo t1~n~ un
la materia y la forma, y anterior también a ellas; y por ello el nombre de causa influjo propio y esencial y diverso del mfluJo del agente; cual es este y SI SIem-
suele tomarse a veces por el de causa eficiente, sea por antonomasia, sea tam- pre es necesario lo diremos después.
bién por razón de la primera imposición. Sin embargo, considerando la cosa mis- 8. El fin en los actos morales es. la. ,causa más ir:zporta~te.- Con lo cual se
ma físicamente, no hay duda de que cada una de las referidas causas tenga ver- responde a la segunda parte de la obJecIOll, que Platon y Socrates en aquel lugar
dadera y propia razón de causa, y total y enteramente diversa en su género, como más bien hablaron en sentido moral que físico. Pues en los actos morales el fin
diremos en el segundo punto, y por ello Aristóteles enumeró mucho mejor estas es en cierto modo toda la causa de las acciones o efectos, no porque se excluyan
cosas distintamente bajo la noción común de causa. . otras causas en cuanto que son físicamente necesarias, sino porque todas las otras
7. Por qué no son causas el lugar, el tiempo y semejantes.- Ni la razón .causas tom;n del fin como la primera razón de la causación. Por 10 cual el fin
tomada de Séneca se opone en nada, pues entre las causas no se enumeran todas suele llamarse en cierto modo causa sola, porque de tal manera es causa que no
las cosas sin las que no se hace el efecto, sino sólo aquellas que influyen esen- tiene una causa o razón anterior; y todas las otras son caU\sas de tal wanera que
cialmente en el efecto. Y esto no 10 tiene el lugar porque es algo extrínseco; tienen alguna causa anterior, o al menos alguna razón de causación anterior; y
6. Quot Aristoteles, tot causarum genera secum' vel si sit sermo de Ubi intrinseco, dici potest pars causae; est tamen impro-
admisit Plato.-Veterum philosophorum in causam seu potius concausam cum efficienti illud ~on praesupponitur sed consequitur in pria locutio, quia omnes illae non compo-
hoc sensus.-Causae nomen CUY efticiens per seu esse quid superveniens efficienti medio effectu· ut quoddam accidens eius. Et idem nunt unam causa m, sed aggregatum vel re-
antonomasiam usurpet.-· Ad Platonem, cer- prop.osito, seu intentioni finis, ut causare est de tempore; nam prout est commu- quisitum numerum causarum. Atque idem
tum est illum posuisse omnia genera causa- posslt. Praeterea causa efficiens habet influen- nis mensura, extrinsecum est; prout ve:o est proportionaHter de fine, nam, lieet requi-
rum quae Aristoteles posuit et fortasse plu- tiam et magis realem et quodammodo im- esse potest intrinsecum, solum est dur~tlo
z:¡ediatiorem ipsi effectui quam finis; et no- ratur ex parte agentis ut actio eius non te-
ra, ut postea videbimus. Et in citato loco ipsius motus quo fit res, quando succeSSlve mere fiat sed ex instituto, habet tamen in-
non dicit causam et efficiens idem esse, ut tIorem et 9uodammodo magis propriam fit· ille autem motus non est causa, sed est fluxum proprium ac per se et diversum ab
ei tribuitur, sed e contrario ait: Efficiens 9t;am ma.tena et forma et priorem etiam po~ius ipse aetualis i~fluxus causae. efficien-
nihil aliud est quam causa. Quae propositio 1111s; et I?eo causa~ nomen interdum per tis suceessive, ut mfra dec1arabltur. At influxu agentjs; qualis vera ille sit et an
ant<?~oTI?asIam vel etlam ratione primae im- vera materia, quamvis sit quid praerequisi- semper sit necessarius, infra dicemus.
non po test simpliciter converti, ut per se 8. Finis in moralibus causa praestan-
constato Inde autem non infert finem non pOSltlOllIS pro causa efficienti sumi solet tum ad actionem agentis, tamen in ipso
esse causam, sed ínfert id quod fit ab effi- ~ihilominus tamen rem ipsam physice con~ instan ti vel tempore quo agens agit, etiam tior.- Unde ad alteram partem obiectionis
cienti causa es se distinctum ab ipsa, quia s~de:ando J?-0n est dubium quin singulae ex materia per se influit in effectum, im- respondetur Platonem et Socratem illo loco
dlctlS caUS1S veram et propriam rationem mo et in ipsam actionem agentis, si ex illa moraliter potius quam physice loquí. In mo-
non potest causa effieere seipsam. De aliis
vera philosophis existimo verbis potius quam causae habeant, et in suo genere totalem ac operetur, ut postea vi?ebimus .. Forma v~ro, ralibus enim finís est quodammodo tota cau-
re ab Aristotele dissentire. Nam ipsi non ne- plane dh:ersam ut in secundo puncto dice- Hcet sit effectus agent1s vel etIam matenae, sa actionum seu effectuum, non quod aliac
gant necessitatem et eoncursum materiae, aut n:u~, et ¡deo muI!o melius AristoteJes haec est tamen causa totius compositi, complens causae exc1udantur quatenus physice neces~
formae, ve! finis; sed in nominibus diffe- dlstmcte numeravlt sub communi notione
eausae.
I essentiam eius. Et quamvis sit pars compo- sa~íae sunt, sed quod omnes aliae ex fin~
runt, nam materiam vocant quid praerequi- siti est tamen in SUD genere totalis causa sumant quasi primam rationerri causandl.
eiu~ nee est cur pars causa e appelletur, quia
situm; formam vero potius appellandam cen-
sent effectum quam causam, quia ad ipsam
tota causalitas terminatur, vel ad summum
7. Locus, tempus el similia, cur non
causae.- Nec ratio ex Seneea adducta quid.
qua m obstat, non enim in causis numeran_
I
. ¡.,
neq~e est pars agentis neque materia~. Quod
si appeIletur pars causae respectu totlUS cau-
Dnde finis potest quodammodo dici sola
causa, quía ita est causa ut non habeat pdo-
rem causam vel rationem; omnes autem
vocant partem causae, ut loquitur Seneea tur omnia sine quibus effectus non fit, sed salitatis necessariae in omni genere ad effec- aliae ita sunt causae ut habeant aliquam
supra; finem vero appellant aliquo modo ea tantum quae per se influunt in eff<:ctum. tum, hoc modo etiam materia et efficiens priorem causam ve! saltem priorem ratio-
Quod non habet locus, quia est quid extrin-
II
i
I
- - - - - - - - - - _ ".......
.. f'C.~-~~-~--------- -
I
tintas, pues la materia causa en cuanto que es potencia pasiva; la eficiente, respecto de seres diversos.
en cambio, en cuanto que tiene potencia activa sobre otro, y la formal, en 11. y si algunas veces no se reúnen en una misma cosa no. es por una re-
cuanto que tiene virtud para actuar por sí misma; en cambio, el fin, en pugnancia formal de tales causalid~des en orden a ~~versas cosas, sino por su
cuanto que. es bueno y por la bondad tiene virtud para atraer el efecto todas condición peculiar. Y a veces prOVIene de la. perfecclOn; otras, de la Imperfec-
las cuales .1cosas se expondrán más ampliamente en 10 que sigue, ni se' ofrece ción; por ejemplo, Dios puede ser causa efiCiente y final, pero 110 matena! res-
aquí tampoco una dificultad especial acerca de este punto.
10. Eadem res diversarum munera cau- prodeant; quia, sicut eadem res est capax
nem causandi; quod dico propter primam effectuffi; sed in quatuor HEs membris sunt sarum potest exercere respectu ettectuum di- diversorum respectuum in ordine ad diversa,
efficientem causam quae est Deus, quod influxus diversarum rationum; ergo. Probatur versorum.- Circa distinctionem autem rea- est enim uni similis et alteri dissimilis, prin-
f',
infenus declarabimus. Si autem vis fiat in minor, quia influxus causae materialis et for_ lem seu materialem narum causarum dubi·· cipium unius et finis aIterius, ita potest in
voce propter quid, dicendum est stricte malis est intrinsecus per internam composi- tari potest an semper intercedat, vel fieri pos- ordíne ad diversos effectus participare di-
sumptam solum accommodari fini, latius tionem, influxus autem causae efficientis et sit ut eadem omnino res habeat pIures ra- versos respectus causandi. Ratio denique a
vera solere etiam ad omnes causas extendi. finalis est extrinsecus. Rursus infiuxus ma- tiones causandi ex numeratís. Potest autem priori est, quia eadem res creata potest in
Immo Aristoteles supra inde probat prae- teriae est per modum poten tia e, formae hoc quaeri, vel in ordine ad diversos effec- sua entitate incIudere actum potentiae ud·
dicta causarum genera, quia per omnia illa autem per modum actus. Influxus item tus, vel ad eumdem. Priori modo dicendum mixtum, et ideo potest ad unam rem como
satisfieri solet quaestioni propter quid; dici- efficientis est per actionem seu muta- est non esse necessariam distinctionem rea- parari per modum actus formalis, ad aliam
mus enim hominem esse mortalem propter . tionem realem; influxus autem finis est lem seu materiaIem inter dictas causas, quía vera per modum subiecti; actus autem for-
materiam, et vivere propter animam, etc. per mutationem intentionalem aut meta- non repugnat eamdem omnino rem in ordí- malis cum det esse rei, símul es se solet prin-
phoricam; sunt ergo omnes hae causa- ne ad diversos effectus habere pIures cau- cipium agendi aliud, quia operado consequi-
Quatuor causarum mutua distinctio Iitates formaliter distinctae; constituunt tur esse; ac denique quia talis actus ali-
salitates diversarum rationum. Eadem enim
9. Ex his facile est expedire punctum se- igitur causas in actu formaliter distinctas. forma est finis respectu generationis seu al- quod bonum est, etiam potest esse princi-
cundum de distinctione harum causarum. Unde etiam rationes seu virtutes causan di terationis per quam fit, et est forma respec- pium metaphoricae motionis. Sic igitur non
Potest autem esse sermo de distinctione for- harum causarum distinctae sunt, nam mate- tu materiae et compositi, et est principium repugnat omnifl haec genera causarum in
maliter ac praecise in ratione causae vel de ria causat quatenus est passiva potentia; ef- efficiens respectu actionis in aliud, et POE- eamdem rem convenire respectu diversorum.
distinctione qua si materiali seu reali in esse ficiens vera quatenus habet potentiam acti- est esse materialis causa suarum pl'oprieta- 11. Quod si interdum in aliqua re non
entis. Prior distinctio est quae ad praesens vam in aIiud; forma vera quatenus vim ha- tum, ut est anima rationalis quatenus est coniunguntur, non est ex formali repugnan-
spectat, quam certum est inter haec mem- bet actuandi per seipsam; finis tamen, qUfl- subiectum inteIlectus vel voluntatis. Hi nam- tia talium causalitatum in ordine ad diver-
bra reperiri. Primo ex Aristotelis testimonio, tenus bonus est et per bonitatem habet vim que influxus seu causalitates, quantumvis di- sa sed ex peculiari conditione. Et interdum
quia alias esset vitiosa divisio. Secundo ra- alliciendi effectum, quae omnia in sequenti- versa e rationis sint respectu diversorum ef- p;ovenit . ex perfectione, interdum vera ex
tione, quia causa, ut causa in actu, formali- bus exponentur latius, neque hic occurrit spe- fectuum non habent inter se repugnantiam, imperfectione; verDi gratia, Deus potest esse
ter constituitur per actualem influxum in cialis difficultas circa hanc partem. . neque etiam repugnat quod ab eadem re causa efficiens et finalis, non tamen mate-
-------
r - - - - - - - - - - -......_"'"""!iIIIIIIIIl¡g;;¡;;_ _ _ _""""'_ _ _ _ _ ~~-c,-~
proprie sit finis generationis, non tamen Ir Phys., C. 7: Finis et forma coincidunt 15. Efficiens an idem esse possit cum est per se et per propriam actionem, et
proprie est causa formalis eius, sed tantum in idem numero; finis autem et efficiens in matel'ia.- Solum supererat comparanda cau- de hac est maíor difficultas; coincidit ta-
principium, ut sectione praecedenti dice- ídem non numero, sed specie; loquitur enim sa efficlens cum materiali, an possit utraque men cum íIla quaestione, an omne quod
ham. de fine cuíus gratía, seu qui per actíonem ratio coniungi in eadem re respectu eiusdem movetur. ab alio moveatur, seu (quod idem
14. An coniungantur in eodem efficiens formaliter intenditur et fit; de qua íam effectus. Et quidem loquendo de causa ma- est) an agens et patiens semper distinguan-
el finis.- An materia rationem aliquam fi- dixímus dístingui ab agente tamquam effec- teriali substantiarum naturalium, certum est tur, saltem secundum proxíma principia
nis in sua entitate patiatur.- Praeterea tum eius, et ideo non pos se esse ídem nu- non posse materialem et efficientem causam agendí et recipíendi, quam postea tractabi-
eadem fere proportione loquendum est de mero cum illo. Quod vero sit idem specíe, coniungi in eadem re in ordine ad talem mus disputando de causa efficienti.
fine et efficiente; nam secundum quamdam contingit in agentibus univocis, non in om- effectum, quia materia non po test esse prin-
rationem finis convenire possunt eidem rei, nibus, ut ipsemet Aristoteles indícavit. Quo- cipium efficiens formae ex illa educendae, Causa e in quatuor genera divisio an
non yero secundum aliam. Duplex ením modo autem causa formalis et finalis in et con sequen ter nec totius compositi. At vera adaequata
finis, ut infra videbimus, distingui solet, sci- eamdem rem numero coniungí possint, íam loquendo de causa materiali accidentium, 16. Instrumenta sub efficienti, non sub
!icet, finis cuius gratia actío fit, vel cui seu declaratum esto Addo vero etíam posse ali- maius dubium est an eadem causa materialis materiali causa collocanda.- Circa tertium
in cuíus gratiam et commodum fít; ut in quam rationem finís in eamdem numero possit es se efficiens eorumdem. Po test autem punctum, an haec quatuor genera suffícien-
cumtíone, finis cuíus gratia est sanitas; cuí rem cum causa materiali coniungi; nam sub- haec efficientia intelligi duplex: una, per ter dividant causam, solent variae difficul-
yero, est ipse horno cuí sanitas procuratur. iectum accidentium et est causa materialis naturalem resuItantiam, et de hac loquendo tates proponi de causís instrumentariis, dis-
Prior ergo flnís non potest esse eadem res eorum et finis; ut ením dícebam, finís pro- non est dubium quin possint illae causali· positivis et obiectivis. Sed haec et simílía
cum causa efficientí quía est effectus eius; ximus sanitatis procurandae est horno, et ¡.n- tates coniungi, et ita dici solet passim, difficultatem non habent, nam causa ins-
posterior autem finís optime potest esse ter alios fínes forma índucítur ín materíam animam, verbi gratia, habere triplícem cau- trumentalis quaedam specie,s est causae effi-
eadem res cum causa efficientí: nam saepe propter ípsam materiam conservandam; na m, salitatem in suas naturales potentias, nempe cientis, ut postea vídebimus. Nec potest
efficiens operatur propter seipsum; et hoc quia ratio finis fundatur in bonita te, quae finalem, materialem et efficjentem; et multí cum aliquo fundamento reduci ad materia-
modo Deus est simul prí~um efficiens. et transcendentalis est et in omni entitate ex censent hoc genus activitatis nec materiae lem causam, ut falso excogitavít Philogonm,
ultimus finis suorum operum. Et iuxta haec parte reperitur, ideo coniungi potest aliqua primae repugnare ín suam propriam passio- JI Phys., texto 27, nisi fortasse loquamur de
intelligitur facUe vulgare dictum Arístote!is, ratio finís cum qualibet alia causa. . nem, quae est quantitas. Altera efficientia dispositioníbus materíae, quae solent etiam
-- - ~- - -~T-¡--
trí?secas. Por. consiguiente, en la razón de causa puede abstraerse una razón co- primera puede llamarse causa material absolutamente, y la última, relativamente,
mun de matena y de f?r~a que no sea común a otras causas, y al contrario; por tomando dichas voces no de las entidades de tales causas, sino de la relación a
tanto, r~ctame~te se dIv1de. la causa inmediatamente en intrínseca y extrínseca, los efectos; pues en cuanto a la entidad, la causa material d: los accidentes p~e
y despues aquella, en matenal y formal, y ésta, en eficiente y fill.al. También de . de ser el ente simplemente o sustancia íntegra; y en camblO, la causa matenal
otro modo podría encontrarse otra diyisi.ón más inmediata de la causa; pues la'3 de la sustancia sólo puede ser el ente relativo; con todo, en cuanto a la causa-
otras tres caus~s, except? la. final, cOlllclden en esto, en que contribuyen al ser ción o relación de la causa, ésta causa al ente simplemente; aquélla, relativa-
del efecto. mediante un 111fluJo real, y por ello requieren la existencia real para mente. Por su parte, la causa material de la sustancia se divide en materia ?e
sus .causalIdades, como veremos después; en cambio, la causa final influye in- las sustancias corruptibles o de las incorruptibles; en cambio, la causa matenal
tenclOnalmente y por ello puede causar antes de existir realmente en sí. Por de los accidentes puede dividirse o en corporal y espiritual, o ~n próxima. y re-
tanto, puede iecta~f1ente dividirse la causa inmediatamente en real e intencional mota, o en aquella que sea en sí accidente o que sea sustanCia, ya parcial, ya
tomando en el pnmer. miembro el término real en sentido estricto; pues si s~ íntegra, de todas las cuales cosas trataré en las próximas disputaciones. y de
toma en toda su amphtud y trascendencia también conviene a la causa final. Y modo proporcional puede dividirse la forma en sustancial y accidental, y ~o
por su, parte, la causa real ~e divide en intrínseca, que es la materia y la forma, y otro miembro se subdivide de varias formas, según la variedad de sustancIas
y e~trms.eca, que es. la efic~ente, y que puede llamarse de un modo peculiar y compuestas y de accidentes. Igualmente existen muchas divisiones de la ca,:sa
cuaSI por antonomaSIa, extnnseca; pues aunque la causa final comparada con la diciente y final que no pueden enumerase aquí brevemente, sino en sus propias
f?rmal y con 1~ material sea también extrínseca, con todo, comparada con la efi- disputaciones.
CIente es en Clerto modo intrínseca, ya que la relación al fin es más intrínseca 21. Por qué ni en los miembros superiores ni en los ínfimos se ha divi-
para cada cosa, y en algunas es incluso esencial. dido la causa con una división principal.- Podrá decirse: si la causa puede in-
mediatamente dividirse en menos miembros y remotamente en más, ¿por qué
Si los cuatro miembros de la causa son indivisibles propuso Aristóteles aquella división cuatrimembre con preferencia a otras? Se
20. Acerca del quinto punto pueden decirse en este lugar pocas cosas hasta responde que por lo mismo que aquella división es com? !r:~ermedia. entre a51u:-
';lue tratemos de c~~a. ?na de las ~a:lSas, y por ello hay que decir brevemente que !los extremos era la más apta para proponerse como dIVlslOn doctrlllal. Prlllcl-
esta no es un~ dlvlslOn en las ultimas razones de causa; pues bajo cualquiera palmente porque aquellos miembros tienen razones y modos de causación más
de . aquellos mIembros pueden darse varias divisiones. En efecto, la causa ma- distintos y conocidos. Agréguese a esto que Aristóteles no omitió por completo,
tenal, una es pura potencia, y otra, en cambio, potencia sólo relativamente Y esta sino que insinuó bastante tanto la conveniencia de estas causas entre sí cuanto
no es una divi.sión mer.~mente material -por llamarla asÍ- según la ·entidad la división de las mismas, como consta por los pasajes citados.
que es causa, SlllO tamblen formal en la razón de causa material. Pues pertenece
a la razón formal de la misma el ser potencia, y por ello, según la diversa razón De qué clase es la división dada
de potencia receptiva, será también diversa la razón de causa material· la cual
divers!dad puede tamb~én dedu~ir~e de los efectos, pues aquella primera' es causa 22. En el sexto punto todos los autores, suponiendo más que probando o
materIal de la sustancIa, y la ulttma, en cambio, de los accidentes. Por ello, la disputando, enseñan que aquella división de la causa es análoga, y por dicho
tione causae abstrahi po test ratio communis trinseca etiam sit, comparata tamen ad effi- efficientis et finalis quamplures sunt divisio-
materia e et formae qua e non sit communis cientem, est quodammodo intrinseca· nam terior yero aceidentium. Unde prior dici pot-
est causa. materialis simpliciter, posterior nes, quae non possunt hic breviter reeenseri,
aliis causis, et e converso; ergo recte divi- habitudo ad finem est magis intrinse~a uni- sed in propriis disputationibus.
ditur causa immediate in intrínsecam et ex- cuique rei et in quibusdam est etiam essen- vero seeundum quid, sumendo has voces
non ex entitatibus talium eausarum, sed ex 21. Cur nec in summa membra, nec in
trinsecam, et deinde illa in materialem et tialis. infima, sit causa principali divisione parti-
formaJem, haee vero in effieientem et fína- habitudine ad effectus; nam quoad entitatem
materialis causa aecidentium esse potest ens ta.- Dices: si causa potest immediate divi-
lem. Alio item modo posset alia divisio eau- Quatuor causae membra, an aloma di in paueiora membra et remote in plura,
sae immediatior exeogitari; nam. tres aliae simpliciter seu substantia integra; materialis
. ~O. De quinto puneto pauea hoe loco autem causa substantiae tantum esse potest eur Aristoteles potius quadrimembrem illam
eausae praeter finalem eonveniunt in hoe divisionem quam alias tradidit? Respondetur
quod conferunt ad esse effecrus per realem dlel possunt donee de singulis eausis traete- ens secundum quid; tamen quoad causatio-
mus, et ideo breviter dicendum est hane non nem seu habitudinem causae, haee causat hoc ipso quod illa divisio est media inter
influxum, ideoque requirunt existentiam rea- ílla extrema, fuisse aptiorem ad doctrina-
lem ad suas causalitates, ut postea videbi- esse divisionem in ultimas rationes eausae· ens simpliciter, illa secundum quid. Rursus
nam sub quoeumque illorum membroru~ materialis eausa substantiae dividitur in ma- ¡em divisionem tradendam. Maxime quia
mus; causa autem finalis influit intentiona- membra illa habent rationes et modos cau-
liter, ideo que causare potest antequam in dari possunt varia e divisiones. Causa enim teríam corruptibilium vel incorruptibilium
materialis quaedam est pura potentia, alia substantiarum; causa yero materialis acci- sandi magis distinctos et notiores. Adde
se realiter existat. Recte igitur dividi potest Aristotelem non omnino omisisse, sed insi-
causa immediate in realem et intentionalem, vero est tantum potentia seeundum quid. dentium dividi potest vel in corporalem et
nuasse satis, tam eonvenientias harum cau-
stricte sumendo in priori membro illum ter- 9 uae . non est divisio tantum materia lis (ut spiritualem, vel in proximam aut remotam,
vel in eam qua e in se sit aecidens, vel quae sarum inter se, quam divisiones earum, ut
minum realem; nam si sumatur in tota sua Ita dleam) seeundum entitatem quae est
latitudine et transcendentia, etiam causae causa, sed etiam est formalis in ratione eau- sit substantia, aut partialis aut integra, de ex citatis loeis constato
finali convenit. Et rursus causa realis divi- sae materialis. Nam de ratione formali ilJius quibus omnibus in proximis disputationibus Qualis sit data divisio
ditur in intrinsecam, quae in materiam et est ut sit potentia, et ideo secundum di ver- dicam. Atque proportionali modo dividi pot-
est forma in substantialem et aecidentalem 22. In sexto puncto auctores omnes,
formam, et extrinsecam, quae est efficiens, et sam rationem potentiae reeeptivae erit di- supponendo potius quam probando vel dis-
peeuliari ratione et quasi per antonomasiam versa ratio causae materialis· quae diversi- et utrumque membrum subdividitur in va-
putando, doeent illa¡n divisionem eausae esse
dici potest extrínseca; nam, licet finalis cau- tas attendi etiam potest ex ~ffeetibus· nam rias formas, iuxta varietatem substantiarum
analogam et propter eam causam dicunt non
sa comparata ad formalem et materialem ex- ilIa prior es! causa materialis substantia~,. pos- compositarum et aeeidentium. Causae item
376 Disputaciones metafísicas
motivo dicen que. no fue definida por Aristóteles la causa en común. Con todo,
no declaran sufiCIentemente el modo o la razón de dicha analogía, ni tampoco
la podemos declarar nosotros hasta que queden tratadas exactamente las razones
de cada una de las ca?sas. y por ello, ~upongamos ahora que aquel parecer es
verdadero por la autorIdad de la sentencIa común, y por esta razón general, que
aquello~ modos de causas son comunes a las causas de los accidentes y de las
sustancIas, las cuales no pueden ser causas unívocamente, porque no dan unívoca-
me~te el ser, por 10 cual. tampoco la razón· de efecto puede ser unívoca en el
aCCIdente y en la sustancIa; remito al referido lugar para una declaración más
exacta de esta analogía. DISPUTACION XIII
fuisse causam in communi ab Aristotele de- communes sunt causis accidentium et sub- LA CAUSA MATERIAL DE LA SUSTANCIA
finitam. Non tamen declarant satis modum stantiarum, quae non possunt es se univoce
aut rationem huius analogiae, neque a nobis causae, quia non dant univoce esse unde
declarari potest donec rationes singularum nec, ratio effectus un!voca esse po~est in
causarum exacte tractentur. Et ideo nunc aCCidente et substantla; exactiorem vero
supponamus sententiam ilIam veram esse ex huius analogiae declarationem in praedictUffi
communis sententiae auctoritate et ex hac Iocum remitto.
generali ratione, quod iUi modi causarum RESUMEN
Precede a esta Disputación una introducción en la que explica por qué al tra~
tar de la causa material toma la materia prima y no la causa material en común.
Su contenido se puede dividir en las siguientes partes:
SECCIÓN 1
La pregunta con que se inicia esta sección es la siguiente: ¿Es evidente por
razón natural que se da en los entes una causa material de las sustancias a la
que llamamos· materia prima? Después de exponer varias divisiones de la ma-
teria (1-2) y de aclarar por qué se la llama prima (3), resueh'e la cuestión y de-
duce la existencia de la materia prima (prescindiendo de qué clase de sujeto es)
partiendo de las mutaciones que se dan en las cosas (4), del continuo cambio
de las cosas (5-7), e igualmente de algunas mutaciones especiales (8-9), por la
resolución hasta un primer sujeto (10). La consecuencia de las pruebas aduci-
das es que se da un primer sujeto; pero se desconoce que éste sea materia prima
hasta que se pruebe que dichas mutaciones son sustanciales (11-12).
SECCIÓN II
DISPUTACION XV
RESUMEN
A seis puntos podemos reducir este tratado sobre la causa forma! sustancia!:
l. Existencia de Zas formas (Sec. 1).
II. Su producción (Sec. 2-4).
Ill. Naturaleza y causalidad de la forma (Sec. S-6).
IV. Efectos de la forma (Sec. 7-9).
V. Unidad de forma sustancial (Sec. 10).
VI. La forma metafísica (Sec. 11).
SECCIÓN I
Después de un preámbulo en que precisa el tema, se plantea, mediante ex-
posición de dificultades, e! problema de la existencia de la forma (1-4), probán-
dola luego con argumentos de raigambre aristotélica (S): por semeianza con el
alma racional (6-7), por los indicios que de ella se descubren en las cosas (8-15)
y por el análisis de sus causas (16-19). Termina con la solución de los arguc
mentos (20).
SECCIÓN Ii
Expuesta la dificultad de la producción de la forma a partir de la materia (1)
y refutada la posición de los primeros filósofos (2), entra en la exposición de
las sentencias. La primera es la de quienes afirman la preexistencia en la mate-
ria de una entidad de la que se produce la forma (3-8); la segunda, la de los
que afirman la creación de todas las formas (9). La solución es que algunas
wn creadas (10-12) y otras educidas de la potencia de la materia (13-17).
SECCIÓN III
Discute la cuestión de la preexistencia temporal de la materia. Planteada en
su doble dimensión de la materia celeste y elemental (1-5), concluye Suárez
que mds que de distinguir momentos, se trata de distinguir acciones: la que
crea la materia y la que educe la forma (6-8). Precisa su actitud con la solución
de algunas obieciones y aclaración de otros detalles (9-11).
- ---~-- ......
SECCIÓN V SECCIÓN XI
De la naturaleza de la forma como sustancia incompleta y acto (1-2), se de- Cierra esta larga disputación con un certero análisis de la forma metafísica,
ducirá todo lo referente a su causalidad (3). aplicando las nociones de materia y forma a cualquier composición (1-2). Ex-
.plicada la esencia de la forma metafísica (3-6), analiza su causalidad y uni-
SECCIÓN VI dad (7-11). Hace algo similar con la forma lógica (12-18), para concluir con el
problema del proceso al infinito en los predicados esenciales, cosa que niega, al
Respecto de la causalidad, ésta es la doctrina: igual que Aristóteles (19-28).
1) El principio de causación es la entidad misma de la forma (2).
2) Las condiciones para que se cause son: existencia actual (3), inmedia-
ción (4), acomodación de la materia (5).
3) En cuanto a la causación misma, ésta consiste en la unión de la forma
con la materia (6-11).
SECCIÓN VII
SECCIÓN VIII
SECCIÓN IX
SECCIÓN X
Dado que las causas material y formal guardan entre sí relación mutua, por·
eso, con el mismo método con que nos hemos ocupado de la materia, vamos-
a tratar primero de la forma sustancial y luego de la accidental, porque los
puntos que podrían hacerse necesarios sobre la forma en común, o han sido-
apuntados en la disputación sobre las causas en general, o se explicarán con
más claridad en cada uno de .los miembros, cuya conveniencia en dicha razón
común es sólo analógica. Sin embargo, tratando de la forma sustancial, com-
pletaremos los puntos que hemos dejado para este momento sobre la materia
prima, debido a la unión intrínseca que hay entre ella y la forma. Mas hay
que suponer que aquí no se habla de la forma extrinseca, a la que llaman ejem-
plar, de la que trataremos luego, porque en cuanto tal. más tiene razón de cau-
sa eficiente que de forma. Ni tampoco de la forma separada, como suele lla-
marse la naturaleza angélica o inmaterial, no por su causalidad, sino por su
actualidad o hermosura; sino que tratamos únicamente de la forma informante 0'
recibida en la materia, por ser ella la que posee propia y especial razón de
causa. Suele, además, dividirse la forma en física y metafísica; la primera es la
que ejerce la verdadera y real causalidad de la forma, teniendo, en consecuencia,.._
que hablar principalmente de ella. Pues aunque se la llame forma flsica, bien
por ser el principal constitutivo de la naturaleza de la cosa, bien por conocér-
sela preferentemente mediante el movimento físico y por ser sobre todo objeto
de consideración en la ciencia física, no cae, sin embargo, fuera de la conside-
ración metafísica, ya porque la razón de forma es común y abstracta, ya taro-
ubi formam perfectiorem naturam dicit esse fuit Aristoteles huius veritatis inventor, riarn probatur, nam anima rationalis substantia ralibus generabilíbus et corruptibilibus, nam
quam materiam. Idem habet lib. I de Par- ame eurn substantialem formam agnovit hae sunt quoad hanc partero eiusdem ordi-
tibus animalium, c. 1, et VII Metaph., c. 4, est et non accidens, ut patet, quia per se
Plato, ut constat ex Timaeo, ubi formas.
et lib. XII, c. 2, ubi vocat formam hoc appellat vere existentium simulachra, id est, ' manet separata a corpore, cum sit immor- nis cum homine, et inter eas potest esse
transmutatio e:t vicissitudo; inde tamen fa-
aliquid, quia complet substantiam, quae est idearum participationes, cum tamen ipse talis ; est ergo per se subsistens et inde-
pendens a subiecto; non est ergo accidens, cile concludetur a fortiori ídem esse dicen-
hoc aliquid; et ibídem, praesertim lib. VII non ponat ideas nisi substantiarum. Et ante duro de incorrruptibilibus corporibus, sup-
Metaph., vocat formam quod quid est; et Platanero nonnulli e philosophis creduntur sed substancia. Rursus illa anima est vera
posita sententia quam supra tractavimus de
rationem reddit quia ipsa est quae constituit substantiales formas attigisse, ut constat ex forma corporis, ut docet fides et est etiam
materia eorum. Hominis ergo compositio ex
et distinguit rerum essentías. Praeterea, lib. Aristotele, I de Partibus animal., c. 1, eL evidens lumine naturali; non enim potest
materia et forma substantíali ostendit esse
II de Anima, c. 1, distinguit substantiam aliis lods supra citatis. lam vera est hoc esse substancia assistens aut extrinsece mo- in rebus naturalibus quoddam subiectum
in materiam, formam et compositum, et dogma ita receptum in philosophia ut sine vens corpus, alias non vivificaret illud, ne- substantiale natura sua aptum ut informetur
formam vocat ~ . .n:eH:z.etav, de quo nomine magna ignorancia id negari non po::.sit; est- que ex praesentia et coniunctíone eius es- actu aliquo substantiali; ergo tale subiectum
multa erudite scribit Fonseca, lib. 1 Me- que ita consentaneum veritati fi.dei christia- sentialiter penderent opera vitae; nec deni- imperfectum et incompletum est in genere
taph., in fine; communiter tamen docent nae ut eius certitudo non parum inde au- que esset ipse horno qui intelligeret, sed substantiae; petit ergo semper esse sub ali-
scriptores vocem entelechiae generaliorem geatur; quare placet huius veritatis proba- quaedam alia substantia illi assistens. Con- quo actu substantiali. Hoc autem subiectum
esse et plura comprehendere quam substan- tionem a quodam principio fide certo et stat ergo horno corpore ut materia et anima non est proprium hominis, sed in aliis etiam
tialem formam; significat enim ·proprie per- lumine naturali evidente inchoare; rationali ut forma; est ergo haec anima rebus naturalibus reperitur, ut per se no-
fectionem seu actum perficientem rem. Per substantialis forma; nam, ut infra decla- tum est; un de et ad generationem hominis
antonomasiam vero attribui solet formae rabimus, nomine substantialis formae nihil supponitur, et ad nutritionem, et post eius
substantiali quod sit praecipuus actus et ma- Ex rationali caeterae substantiales formac
colliguntur aliud significa.tur quam substantia quaedam corruptionem manet; ergo res orones natu-
xima perfectio reí substantialis. Aliis etiam partialis quae ita potest uniri materiae ut rales quae illo subiecto seu materia constant,
nominibus solet ab Aristotele forma sub- 6. Prima igitur ratio sit, nam horno con- cum illa componat substantiam integram ac constant etiam substantiali forma actuante et
stantialis nominari, quae inferius, explicando stat forma substantiali ut intrínseca causa; per se unam, qualis est horno. perficiente subiectum illud. Praeterea, ex ea-
eius causalitatem, adnotabimus. Non tamen ergo et res omnes naturales. Anteceden& 7. Prima vero consequentia probatur, dem hominis compositione colligitur aggre-
supponendo sermonem esse de rebus natu- gationem plurium facultatum vel formarum
638 Disputaciones metafisicas· Disputación XV.-Sección_:l'_____: _ _ _.____~--------~6::3-:.~
ddentes y operaciones de los entes natur~les, los ~uales indicios den~cian que
formas accidentales en un sujeto sustancial simple no basta para la constitución bajo ellos está latente una forma sustancial. El pruner? se descubre mcluso .en
de una cosa natural; puesto que en el hombre esas facultades Y formas acci- los elementos· porque si por ejemplo, el agua se cahenta y luego se le retrra
dentales son acaso más numerosas y más perfectas que en las otras cosas na- la causa agen~e, vuelve ; su primitiva fr~idez debido a una fuerza in;rínse~a,
turales, y no bastan, sin embargo, para la constitución de un ente natural com- según consta por experiencia; luego es sena! ~e qu~ hay en el, agua algun prm-
pleto, sino que además se requiere una forma que sea como la que preside a cipio más íntimo del que emana de nuevo la n;tensid_ad del ~no; ?na yez remo-
todas aquellas facultades y accidentes, y la fuente de todas las acciones y mo- vidos los imoedimentos extrínsecos; ahora bien, dicho prmciplO solo puede
vimientos naturales de dicho ente, y en la que tenga su razón y cierta unidad ser la forma .._sustancial· luego. Se prueba la primera consecuencia, porque no
toda esa variedad de accidentes y potencias; luego en los restantes seres natu- puede haber agente ex~rinseco alguno , de tal reducción, bi7n porque s~ dicha
rales es necesaria, por la misma razón, una forma sustancial distinta de los ac- reducción procediese de un agent; ex~rmseco, no seria esencia~ y necesa.rm} sino
cidentes, y más íntima y perfecta que ellos. En tercer lugar, se desprende del accidental, según se presentase rortmtamente el agente extrmseco; bien, asi-
mismo ejemplo que la generación y corrupción sustancial del hombre no con- mismo, porque, analizando los .-principios extrín~ecos que . ~e presentan. com~n
siste en la adquisición o pérdida de algunos accidentes, sino en la unión o se- mente no hay ninguno de qmen pueda provemr esa accwn, ya que, mmedia-
paración del alma racional que informa sustancialmente el cuerpo humano, pan>: tamen'te sólo suele aparecer como tal el aire ambiente, el cual o no está natu~
la cual sirven de preparación ciertos accidentes, desaparecidos los cuales, el alma nilmente tan frío como el agua, o suele quedar accidentalmente tan cálido como
se separa y el hombre se corrompe; del mismo modo, por tanto, se ha de en- el agua misma; por eso también él, en cuan~o puede, se reduce a su prin:tivo
tender que se produce Ja corrupción y generación de los otros entes naturales. estado; y, a su vez, remotamente _sólo intervien.en las c~?sas celestes y ~ruver
Porque, en cuanto puede inferirse de la experiencia, el modo de generación y sales, qne no están de suyo determmadas a semeJante acc~~n, como es mamfiesto.
corrupción en las otras cosas es el mismo que en el hombre, exceptuando la 9. Refutación de las diversas causas de tal reduccton.- ~e prueba, a su
diferencia en perfección y subsistencia de la forma humana, que no deduciría- vez, el segundo antecedente, a saber, que no puede pensarse mnguna otra ca~-
mos del modo de ·generación y corrupción si no nos fuese conocida por otro sa intrínseca de dicha acción fuera de la forma misma del agua, porque, ¿cua 1
capítulo. Por eso se dice en el Eclesiast., 3 : U na misma es la muerte del hom- va a ser? Afirman algunos que en ciertas partes del agua permanece siempre
bre y de las bestias e igual la condición de ambos; como muere el hombre, así frío intenso, y que, debido a la influencia de esas partes, se e:p.frfan las otras
mueren también ellas; etc. Finalmente, todos los indicios y signos de compo- que se han calentado, cosa que juzga probable Cayetano, I, q. 54, a. 3; Y se
sición sustancial que pueden pensarse en el hombre se dan en los otros seres le atribuye a Averroes, 11 De Anima, com. l. Pero esto carece. de fundamento
natUrales y principalmente en los animados, según se echará de ver por el ar... y está en contra de la experiencia; pues percibimos con el sentido que toda el
gumento siguiente. agua derramada en un vaso está muy caliente, sea cual sea la parte en que se
la toque· y si algunas partes estuvieran tan frias, o se las percibiría por el sen-
Diversos indicios de la forma sustancial tido, o ~or lo menos en alguna parte del agua t;mplarfa~ la sensación d,e ca-
lor- mas no sucede ninguna de ambas cosas. Esta, ademas, contra la razon fí-
8. Reducción del sujeto pasivo alterado a su estado primitivo."- Así, pues, si~, porque toda el agua en todas sus partes está uniformemente de doble roa-
la segunda razón principal se toma de los diversos indicios derivados de los ac-
et operationibus entium naturalium, qu~e in- reducit ad pristinum statum, quantum pot-
accidentaliurn in simplici subiecto substan- rumpitur; ergo eodem modo intelligendum dicant latere sub illis formam substanttalem. est; remate vero .solum interveniunt cau-
tiali non satis esse ad constitutionem rei est fieri corruptionem et generationem alio- Primum cernitur etiam in elementis; nam si sae caelestes et uruversales, quae ex se non
naturalis; nam in homine sunt illae facul- rum entium naturalium. Nam, quantum ex- aqua verbí gracia, calefiat, et postea remo- sunt determinatae ad huiusmodi actionem,
ta tes et formae accidentales piures fortasse periencia colligi potest, idem modus est ge- veat~ agens, ab intrinseco reducitur ad ut notum est.
ac perfectiores quam in aliis naturalibus nerationis et corruptionis in aliis rebus qui pristinam frigiditatem, ut experimento con- 9. Variae talis reductionis causae refel-
rebus, et tamen ·non sufficiunt ad constitu- est in homine, excepta differentia in per- stat; ergo signum est esse in aqua aliquod luntur.-,- Secnndum vero antecedens, scili-
tionem alicuius naturalis entis completij sed feccione et subsistencia formae humanae, intimius principium a quo iterum manat cet, nullam aliam causam intrinsecam illius
praeterea requiritur forma quae veluti prae- quarn ex modo generationis et corruptionis intensio frigoris, sublatis extrinsecis impe- actionis excogitari posse praeter ipsam aquae
sit omnibus illis facultatibus et accidentibus non colligeremus nisi aliunde nobis nota dimentis; illud autem principíum non pot- formam, probatur, nam quaenam erit illa?
et sit fans omnium actionum et naturaliurn esset. Et propterea dicitur Ecdesiat., 3 : est esse nisí forma substantialis; ergo. Pri- Dicunt aliqui in quibusdam partibus aquae
motuum talis entis, et in qua tata illa va- Unus interitus est hominis et iumentorum, ma consequentia probatur, qnia nullnm pot- semper manere intensum frigus, et ab illis
rieras accidentium et potentiarum radicern et aequa utriusque conditio, sicut moritur est esse extrínsecum principíum illius re- partibus alias quae calefactae fuerunt frige-
et quamdam unitatem habeat; ergo eadem hamo, ita et illa moriuntur, etc. Denique ductionis, tum quía, si illa reductio esset fieri, quod probabile censet Caietan., 1,
racione in reliquis entibus naturalibus ne- omnia indicia et signa substantialis compo- ab extrinseco, non esset per se ac necessa~ q. 54, a. 3; et tribuitur Averroi, II de
cessaria est aliqua forma substantialis di- sitionis quae in homíne cogitari possunt ria sed ex accidente, prout extrinsecum Anima, com. l. Sed hoc frívolum est et
stincta ah accidentibus et intimior ac per- sunt in aliis entibus naturalibus, et prae- ag~ns ca su occurreret; tum etiam quía, dis- contra experientiam; sensu enim percipí-
fectior illis. Tertio, eodem exemplo constat sertím in anímantibus, ut ex sequenti ra- currendo per omnía principia extrínseca mus totam aquam infusam vasi alicui, esse
generationcm et corruptionem hominis sub- tione constabit. quae communiter occurrunt, nullum est a valde calidam, quacumque ex parte attin-
stantialem non consistere in acquisitione vel quo possit illa actio provenire, quía proxime gatur; si autem essent alíquae partes adeo
amissione aliouorum accidcntium, sed in Substantialis formae indicia varia solum occurrere solet aer circumstans, qui frigidae, vel perciperentur sensu vel saltero
unione vel disiunctione animae rationalis vel naturaliter non est tam frígidus sicut te:mperarent in aliqua parte aquae caloris
substantiaiiter informantis corpus humanum, 8. Reductio alterati passi in pristinum aqua, vel ex accidente relinqui solet aeque sensum; neutrum autem fit. Est etiam con-
ad quam praeparant accidentia quaedam, statum.- Secunda ergo ratio principalis su- calidus ac ipsa aqua; unde ipse etiam se tra rationem physicam, nam tota aqua se-
quibus sublatis, anima recedit et horno cor- mítur ex variís indiciis ortis ex accidentibus
____ , ---------------------------~~,·-•;::::--
se subordinatae ut una ab altera oriatur, ut natura sua pugnent. Neque etiam provenit Ex hac ergo conservatione temperamenti, ne cum tanto conatu; ergo est signum illas
voluntas ab intellectu; interdum vero inter a causa extrínseca neque a materia, ut fa- ex contrarus qualitatibus constante, prae- facultates esse subordinatas eidem formae,
se non habent subordinationem, ut calor et cile patet; ergo oportet ut proveniat a for- cise sumpta, non infertur forma substantia- quae per eas principaliter operatur; nam
humiditas in aere, albedo et dulcedo in lac- ma. Verumtamen haec confirmarlo vel nul- lis. lnfertur tamen optime ex eo quod in si nullam subordinationem inter se habe~
te, vel plures sensus in animali; ergo haec lam omnino habet vim, vel non est distincta. huiusmodi temperamento non solum per- rent neque cum aliquo communi principio,·
multitudo et varietas proprietatum, praeser- ratio a praecedentibus, nam quatuor quali- mittuntur (ut ita dicam) qualitates manere quaelibet earum haberet suam operationem
tim quando posteriori modo se habent, re- tates primae ad eam temperiem redactae, in in eo gradu, sed etiam in eo ita connectun- independenter ab alia, neque esset ulla ratio
quirit unam formam in qua omnes unian- qua possint simul esse in eodem subiecto, tur et ita illum requirunt ut si altera earum cur conatus unius impediret conatum alte-
tur; alioqui essent mere accidentaliter con- ut in eo perpetuo conserventur in eodem extrinsecus vel augeatur vel minuatur, re- rius magis quam si essent in diversis sub-
gregatae in eodem subiecto, et, una omnino statu, non indigent alia interna causa vel moto extrinseco agente, statim ad priorem iectis; at vero ex subordinatione ad eam~
sub lata, non propterea recederet alía; at op- principio, sed sola remotione extrinseci proportionem temperamentum redeat, quod dem formam redditur optima ratio, quía
positum constat experientia; ergo signum agentis corrumpentis, quia illae qualitates maxime cernitur in animalibus; hoc ergo est cum illa sit finitae virtutis, dum intense ap-
est taHa accidentia in tali numero, pondere in eo gradu constitutae nec sunt proprie signurn evidens esse tale temperamentum plicatur ad unam operationem, distrahitur
et mensma in tali subiecto et ente requisita, contrariae neque possunt ínter se habere alicuius formae in qua illae qualitates con- ab altera, et tanto conatu potest uní in-
non habere illam connexionem respectu so- actionem; immo, si eam habere possent, non nectuntur. Hoc autem signum coincidit cum cumbere ut ibi exhauriatur eius virtus. An-
lil.Ts nrimi subiecti seu materiae primae, sed posset forma :mbstantialis eam impedire illo de reductione rei ad naturalem statum. tecedens declaratur ab aliquibus in rebus
respectu alicuius compositi quod ratione aut conciliare. Quo fit ut in viventibus, 15. Quod res unum intense agens in seu agentibus naturalibus, quae dum inten...
forrnae illum accidentium ínter se ordinem etiam in homine, ubi forma est maxime aliorum actione remittatur, signum substan- se agunt ad vincendum contrarium sese non
requirit. Soletque haec ratio specialiter con- una, non possit impedire actionem inter tialis formae.- Ultimo confirmatur haec ra- possunt omnino tueri quin aliqua ex parte
firmad in corporibus miXtis, in quibus vi- partes heterogeneas, quía, licet in singulis tio alio indicio sumpto ex actione quarum- vincantur vel patiantur a contrario. Verum-
demus accidentia contraria ad certos gradus partibus qualitates sint ita temperatae ut dam rerum naturalium; experimur enim tamen haec experiencia de repassione agen-·
redacta in eodem mixto conservari; id au- ínter se consentiant respectu sui proprii rem aliquam habentem piures operandi fa- tium naturallum non provenit ex subordi-
tem non potest provenire ex ipsis qualita- subiecti, non vero sunt ita temperatae re-- cultates, dum intense per unam operatur, natione plurhim facultatum ad unam for-
tlbus, ut per se satis constat, cum potius spectu qualitatum alterius partis dissimilit. impedid ne per aliam operari possit, aut mam, sed ex eo quod res non est semper
646 Disputaciones metafísicas Disputación XV.---Sección 1 64i
sino de que las cosas no siempre son . tan poderosas para resistir como para
obrar. Por eso también un hierro al rojo vivo, mientras calienta el .agua, sufre Las causas de la forma sustancial la demuestran claramente
influencia de ella, por más que la forma de hierro en nada absolutamente con-
16. No es contradictoria la existencia de la forma sustancial.- Puede apor-
tribuya a dicha acción; más aún, en este caso no intervienen acciones de dis-
tarse una tercera razón principal a priori, por las causas propias de la forma
tintas facultades, sino la acción de una sola cualidad, concretamente del calor, sustancial, que son la final, eficiente y material, ya que no tiene causa formal
y una pasión que le eS contraria hasta cierto punto, y que proviene del hecho por ser ella misma forma, siendo por eso imposible tomar de ella razón posi-
de que el calor no es tan potente para resistir como para obrar. Por eso en las tiva alguna. No obstante, podemos suponer que por su parte no existe repug-
cos&s inanimadas me resulta dificil creer que pueda registrarse experiencia al nancia alguna en que tal género de ente o de sustancia incompleta se dé en la
guna por la que se pruebe dicho antecedente, porque en las acciones acciden- realidad; en efecto, ¿qué contradicción se puede fingir o imaginar en esto?
tales que no se deben a la vida no parece intervenir inmediatamente concurso Además, porque no repugna que se den en la naturaleza actos sustanciales de
alguno de la forma sustancial por razón del cual la acción de una facultad un orden supremo, que sean subsistentes y no informantes, como los ángeles,
disminuya en virtud del esfuerzo de otra. Empero en los vivientes, y princi- y un acto sustancial de orden intermedio, que sea al mismo tiempo subsistente
palmente en nosotros mismos, experimentamos manifiestamente semejante efec- y actualizante o informante, según se dijo del alma racional; no será, por tan-
to; a veces, efectivamente, el pensamiento interno atento impide que ni siquie- to, contradictorio que se den actos sustanciales de un orden ínfimo, es decir,
ra veamos las cosas presentes; es más, la reflexión prolongada suele incluso que sean actos actualizantes y no. completamente subsistentes, y a éstos llama-
impedir la acción de la parte nutritiva. Ni tiene nada que ver el que a alguno mos formas sustanciales. Por lo demás, dicho acto o repugnaría por ser acto o
se le ocurra decir que esto proviene del concurso de los espíritus vitales, los por ser sustancial, o por ser contradictorio que se junten ambas cosas en la
cuales son necesarios para las operaciones de estas facultades, y que, al con- misma realidad; mas ninguna de estas cosas puede afirmarse con probabilidad;
centrarse en una, abandonan otra; bien porque este mismo concurso de los Juego, cuanto está de su parte, tampoco hay contradicción en que exista la
espíritus vitales más en provecho de una facultad que de otra es señal de que forma sustancial. Pues si no hay contradicción por parte de ella, se probará
bay una sola forma que se sirve de los mismos espíritus y facultades para dos en seguida fácilmente por otras causas que o no hay contradicción, o incluso que
acciones, de lo contrario no habría razón ninguna de que los espíritus se con- .es necesaria. Las dos primeras partes del primer antecedente parecen de por si evi-
centrasen más en una facultad que en otra; bien, igualmente, porque la opera- dentes. La primera, por ser de suyo evidente que hay entidade~ en las cosas
que son actos y perfeciones de otras; efectivamente, de esta suerte la bJancura
ción intelectual no se hace mediante los espíritus y, sin embargo, el esfuerzo y
es acto de lo blanco, y la intelección lo es del inteligente. La segunda, a su
atención dedicado a ella impide las acciones inferiores. Ni cabe atribuir esto
vez, porque también es de suyo evidente que existen e~ las cosas entidades
a la cooperación de la fantasía, la cual exige el concurso de los espíritus, ya que sustanciales, ya que éstas son el fundamento de las ciernas. Queda, pues, por
la atención intelectual, sobre todo si es intensa y acerca de temas de orden su- probar la tercera parte, a. saber: que no. hay cot;Itradicción en que. estas dos
perior, atenúa mucho incluso la actividad misma de la fantasía; por consi- propiedades o razones se Junten en la llliSma entidad; y esto es evidente, no
r;uiente, no se debe a los espíritus, sino a la ocupación de la misma alma en sólo porque no puede señalarse nada en una de dichas razones que esté en con-
alguna operación. tradicción intrínseca con la otra, sino también porque la razón de acto de suyo
Formae substantialís causae ipsam clare vel repugnaret talis actus quia actus est, vel
aeque potens ad resistendum ac est ad agen- dire solet diuturna meditado. Neque refert ostendunt quia substantialis est, vel quia haec duo in-
dum. Unde etiam ferrum calidissimum, dum si quis dicat hoc provenire ex concursu spi- eadem re coniungi repugnat; nihil horum
calefacit aquam, ab ea repadtur, quamvis rituum vitalium, qui necessarii sunt ad ope- 16. Substantialem formam esse non re- potest cum probabilitate dici : ergo nec re-
forma ferri nihil prorsus ad illam actioncm raciones harum facultatum, et dum ad unam pu.gnat.- Tertia ratio principalis reddi pot- pugnat dari substantialem formam quantum
cOnferat; immo ibi non intercedunt opera~ confluunt, aliam destituunt; tum quía ip- est a priori ex propriis causis forrnae sub- est ex parte eius. Quod si ex parte eius non
tienes diversarum facultatum, sed acdo semet concursus spirituum vitalium ad unam stantialis, quae sunt finalis, efficiens et m~ repugnat, statim facile probabitur ex aliis
unius qualitatis, scilicet caloris, et passio facultatem podus quam ad aliam est signum terialis; nam formalem non habet, cum s1t causis vel non repugnare, vel etiam esse ne-
eidem aliqua ex parte contraria, quae ex co tmius formae utentis iosis spiridbus et fa- ipsamet forma, unde ex ipsa nulla potest cessariam. Duae primae partes primi antece-
provenit quod calor non est tam potens ad cultadbus ad duas actiones, -alias nulla es- sumi positiva ratio. Possumus tamen suppo- dentis per se notae videntur. Prima quidem,
¡·esistendum sicut ad agendum. Quocirca in set ratio cur spiritus magis ad unam facul- nere ex parte eius nullam esse repugnan- quia per se notum est dari in rebus entitates
rebm inanimatis vix credo posse inveniri tatem confluerent quarn ad aliam; tum tiam quod tale genus entis vel substandae
quae sunt actus et perfectiones aliarum; sic
experimentum aliquod quo illud antecedens edam qnia intellectualis operado non fit me- incompletae detur in rerum natura; quae enim: candor est actus albi et intellectio intel-
probetur, quia in actionibus accidentalibus diis spirüibus, et tamen conatus et attentio enirn repugnantia in hoc fingí aut excogitari
potest? 1te m, quia non repugnat dari in re- 1igentis. Secunda vera, quía etiam est per se
quae a vita non procedunt non videtur pro- ad illam imoedit inferiores actiones. Nec notum dari in rebus entitates substanciales.
xime intercedere aliquis concursus formae potest hoc iribui cooperationi phantasiae, rum natura actus substanciales supremi or-
<linis qui sint subsistentes et non informan- cum hae sint aliarum omnium fundamen-
substantialis radone cuius remittatur actio quae requirit spirituum concursum; nam tum. Probanda ergo superest tercia pars,
unius facultatis ex conatu alterius. In vi- intellectualis attentio, praesertim si sit ve- tes ut angeli, et actum substantialem me-
dii' ordinis qui simul sit subsistens et ac- quod nimirum has duas proprietates seu ra-
ventibus autem, et praesertirn in nobis, ex- hemens et circa res superioris ordinis, etiam ciones in eadem entitate coniungi non repug-
tuans seu informans, ut de anima rationali
perimur manifeste huiusmodl effectum; in- ipsam phantasiae actionem valde minuit; net; hoc autem patet, tum quia nihil in
dictum est; ergo non repugnabit dari actus
terdum enim interior cogitatio attenta im- ergo non provenit ex spiritibus, sed ex oc- substanciales infimi ordinis, jd est, qui sint altera illarum rationum assignari potest quod
pedit ne res etiam praesentes videamus; cupatione eiusdem animae circa aliquam actus actuantes et non mtegre subsistentes, cum altera intrinsece repugnet, tum etiam
immo et actionem nutritivae partís impe~ operationem. .et hos vocavimus formas substantiales. Item, quia ratio actus ex se perfectionem dicit;
1
-~-- ~------------ ---.......,~---:------·------~------~
virtus deficiat, ad causalitatem primae cau- perfectum ens, no~ pot~st in illa sola con-
ergo si illi non repugnat coniungi cum esse c:um ~teria sit substantialis potentia, con- sae spectat ut munus etiam causae proxi- sistere jntegra umuscumsque rei essentia.
accidentali, cur repugna_t cum substantiali tmet m suo genere et in potencia recepti'fa mae supleat, quod, per se loquendo, solum Deinde, quia materia, quatenus est primum ·
copulari? Tum denique quia, cum ratio omnem actum sibi proportionatum; ergo facit in anima rationali quantum ad effec- subiectum, est una et eadem in omnibus
substantialis entitatis ad perfectionem sim- est potens ad causandum illum in Suo ge- tionem eius; aliis enim formis, ex modo rebus naturalibus ; ergo non potest in sola
pliciter spectet, magis videtur repugnare nere, si aliunde non repugnat; ergo ex hae quo fiunt, non repugnat fieri ab agentibus illa consistere earum essentia, alioqui omnia
cum ratione potentialitatis quam cum ra- parte habet substantialis forma materialis creatis, cum fiant cum concursu materiae esscnt unius essentiae solumque accidenta-
cione actualitatis; sed primum non repugnat, sufficientem causam ut esse posit. Rursus- ut statim explicabimus. An vero in talibu~ liter differrent, quod repugnat amplitudini et
ut in materia prima constat; ergo nec se- conduditur ratio ex causa efficienti; nam si agentibus sit sufficiens virtus, dicemus trae- pulchritudini totius universi, quae ex spe-
cundum repugnabit. Atque hinc nova ratio sit sermo de prima causa, non potest illi tanda de causa efficienti. cierum varietate maxime consurgit. Quod'
consurgit; nam potentia et actus in omni deesse virtus qua efficere potuerit in uni- significari videtur Genes., 1, in illis verbis:
genere sibi cum proporcione respondent; verso formas substantiales actuantes mate- 18. Praecipuus index for-mae finis ipsius Facientem semen iuxta genus suum, vel, se-·
sed non repugnat dari in rebus naturalibus riam, vel dependenter vel independenter ab est.- lgitur praecipua ratio sumenda est ex cundum speciem suam. Et saepe fit illa re-
substantialem potentiam quae in genere sub- il!a, iuxta varios grados et perfectiones ta- fine formae substantialis, qui est constituere petirlo, iuxta species suas et in genere suo,
stantiae sit incompletum et imperfectum ens, lium formarum, supposita non repugnanti~ et . complere essentiam entis naturalis, qui et tandem concluditur: Vidit Deus cuneta··
ut supra est ostensum et ex hominis com- earum; ergo cum tales forma e sint neces- fims seu effectus est absolute necessarius quae fecerat, et erant valde bona, quia ni-
positione est manifestum; ergo non repug- sariae in rerum natura, effectae sunt ab in rerum natura; alioqui nihil esset in re- mirum totius universi completa bonitas ex.
nabit dari actum proportionatum huic po- huiusmodi causa. Si autem sit sermo de bus corporeis in sua substantiali natura com- illa varietate consurgit. Quam etiam variae
tentiae quo possit in qualibet re naturali causa. proxima, pos tea videndum est quae- pletum et perfectum; neque esset multitudo rerum virtutes et operationes et mutuae ge-
actuari et modo sibi connaturali existere et nam mtercedere possit respecto uniuscuius- et varietas specierurn substantialium, in qua nerationes et corrupciones satis ostendunt,
conservad. que formae. Nunc sufficiat dicere non pos- maxime consistit huius universi corporei ut declaratum est. Aliquid ergo praeter ma-
17. Ex materiali causa et efficienti de- se talem causam deesse, si talis effectus ad mirabilis dispositio et pulchritudo. Ad hunc teriam est ipsi addendum quo essentia unius-
monstratur.- Atque hinc concluditur fa- rerum naturalium constitutionem est neces- ergo finem est omnino necessaria substan- cuiusque rei compleatur; cum autem ma-·
cile ra:tlo ex materiali causa desump~a; nam, sarius; unde si causis creaús in~erdum haec: tialis forma, quia cum materia sit valde im- teria sit potencia, id quod ej. additur a&
-----~
\
650 Disputaciones metafísicas Disputacíón XV.-Sección II 651
Jo que se le añada para completar la esencia será acto, puesto que la potencia sien® la forma la que confiere a la esencia el último grado y complemento.
implica ordenación esencial al acto. Por lo cual dijo con razón Aristóteles, lib. 1 de la Física, c. 6, que la sustancia
19. Mas el acto que se une a la materia para completar la esencia de una
cosa no puede ser un acto accidental. En primer lugar, porque de un acto y una
1 no se compone de no sustanciasj y consta, por otra parte, que las cosas natu-
rales y sus esencias son sustanciales y unas per se; luego es una afirmaCión fi-
potencia de diversos órdenes no se completa una esencia que sea verdadera y losófica certísima la referente a las formas sustanciales.
esencialmente una; y la esencia de una cosa natural debe ser verdadera y esen-
cialmente una; de lo contrario, no sería una sustancia; segundo, porque, por Solución de los argumentos
·ser la materia una potencia sustancial, no se completa mediante un acto ac-
cidental; luego no puede formar juntamente con él la esencia completa de una 20. De las razones de duda expuestas al principio, las dos primeras que-
cosa natural. Tercero, porque si ese acto es accidental, pregunto a quién le ad- dan resueltas con lo dicho. En efecto, por lo que se refiere a la primera, se nie-
viene. Porque o le adviene al compuesto de dicho acto y potencia en cuanto ga que falten en las cosas naturales indicios suficientes y efectos por los que
tal, y esto es contradictorio, porque no puede advenirle por constar intrínseca- se pueda llegar suficientemente al conocimiento de las formas sustanciales, y
mente dicho compuesto de esa forma; del mismo modo que la blancura no es se niega por ello que puedan quedar a salvo todas las acciones o trasmutacio-
accidente de lo blanco en cuanto es blanco, sino de un sujeto blanco. O le so- nes sin las formas sustanciales. En cuanto a la segunda, se niega que sea con-
breviene a la materia o sujeto sustancial, y en este caso pregunto de nuevo tradictorio el que una forma sea subsistente e informante, bien en diversos es-
por qué se dice que le sobreviene. Pues o es porque la materia puede existir tados, bien en el mismo, según explicaremos más ampliamente luego al tratar
con dicho acto, o también sin él; y esto no basta, ya que en otra hipótesis el de la subsistencia. Se niega también que haya contradicción en que una forma
alma racional sería también un accidente del cuerpo; por tanto, esto puede ser sea dependiente del sujeto y sea sustancial, según se dijo poco ha; en qué se
común ·tanto al acto sustancial como al accidental. O porque dicha forma de~ diferencia, por otra parte, esta dependencia de la inhesión del accidente, lo ex-
pende de la materia en su ser, y tampoco esto basta, porque también las par- plicaremos en la disputación siguiente. En cambio, en el tercer argumento se
tes de la sustancia pueden depender de las otras partes, y la materia misma de- pone sobre el tapete una dificultad especial, que es necesario tratar en la sec-
pende, a su modo, de la forma; pues hay diversos modos de dependencia, y no ción siguiente.
está en contradicción con una sustancia incompleta el que dependa de un su-
j;:to del mismo orden. O, finalmente, se le llama accidente, porque en su ser SECC!ON II
posee una entidad tan imperfecta y diminuta, que es de orden inferior a· todo
l CóMO PUEDE LA FORMA SUSTANCIAL HACERSE EN LA MATERIA Y DE LA MATERIA?
el ámbito de la sustancia. Mas esto se afirma gratuitamente y sin fundamento;
pues ¿por dónde consta que el acto de la materia al que ella misma se ordena l. Razón de la dificultad.- El motivo de duda se tocó en la sección pre-
esencial y primariamente, y que con ella completa la esencia de una cosa natu- cedente; en efecto, la forma sustancial es una realidad distinta de la materia;
ral, sea una entidad tan diminuta e incompleta? Contradice, finalmente, al fin luego, o esa realidad es algo antes de la generación o no es nada; si es algo,
de dicha forma, porque, según dije, de un sujeto sustancial y con forma acci- entonces es forma sustancial antes de ser producida, puesto que dicha realidad
dental no puede resultar compuesta una única esencia sustancial, sobre todo es indivisible y es esencialmente forma sustancial; por consiguiente, esa reali~
dad no puede ser nada antes de la generación, sin que sea forma sustancial;
complendam essentiam erit actus, quia po- materia esse cum tali actu, et etiam sine illo.
tentia dicit essentialem ordinem ad actum. Et hoc non est satis, alias etiam anima ra- maxime cum forma sit quae dat ultimum nare esse formam dependentem a subiecto
19. Non potet autem ille actus qui ad tlonalis esset accidens corporis ; hoc ergo gradum et complementum essentiae. Prop- et esse substantialem, ut paulo ante dictum
complendam rei essentiam adiungitur ma- commune esse potest tam substantiali actui tcr quod merito dixit Aristot., 1 Phys., c. 6, est; quomodo autem differat haec depen-
ter.iae esse actus accidentalis. Primo quidem quam accidentali. Vel est quia talis forma substantiam non componi ex non substan- dentia ab inhaerentia accidentis, dicemus
· quia ex actu et potentia diversorum ordinum pendet a materia in suo esse, et hoc etiam tiis,· constat autem res naturales earumque disputatione sequenti. In tertio vera argu-
non completur essentia vere ac per se una; non est satis, quia etiam partes substantiae essentias substantiales esse ac per se unas ; mento petitur specialis difficultas, quam
essentia autem rei naturalis et substantialis possunt pendere ah aliis partibus, et ma- est ergo certissimum dogma philosophicum oportet sequenti sectione tractare.
esse debet vere ac per se una; alias non teria ipsa pendet -suo modo a forma; sunt de substantialibus formis.
esset una substantia. Secundo, quia cum ma- itaque varii madi dependentiae, et non re- SECTIO Il
pugnat incompletae alicui substantiae quod Solvuntur argumenta
teria sit substantialis potencia, non expletur QuoMODO POSSIT FORMA SUBSTANTIALIS
per actum accidentalem; ergo cum illo non pendeat a subiecto eiusdem ordinis. Vel de- 20. Ex rationibus dubitandi in principio
nique dicitur accidens quia in suo esse ha- positis, duae primae ex dictis solutae relin- FIERI IN MATERIA ET EX MATERIA
potest complere veram essentiam rei natu- quuntur. Ad primam enim negatur deesse
ralis. Tertio, quia si talis actus est acciden- bet entitatem ita imperfectam et diminutam l. Difficultatis ratio.- Ratio dubitandi
ut sit inferioris ordinis quam tata latitudo in rebus naturalibus sufficientia indicia et
talis, interrogo cuinam accidat. Aut enim tacta est in praecedenti sectione; nam for-
substantiae. Et hoc imprimís est gratis et effectus, per quae sufficienter deveniri pos-
accidit composito ex illo actu et potencia, sit in cognitionem formarum substantialium, ma substantialis est res distincta a materia;
sine fundamento dictum; un de enim con- vel ergo illa res est aliquid ante genera-
ut tale est, et hoc repugnat, quia cum com- ~tat illum actum materiae, ad quem ipsa per negaturque subinde aut actiones omnes aut
positum illud intrinsece constet ex tali for- transmutatiohes salvari nosse sine formis tionem, vel nihil; si est aliquid, ergo est
se primo ?rdinat~ quiq~e cum ipsa com-
ma, non potest ei accidere; quofnodo etiam plet essenttam ret naturahs, esse tam dimi- substantialibus. Ad secuñdam, negatur re- forma substantialis antequam :fiat; nam illa
albedo non est accidens albi, ut album est, nutam et incompletam entitatem? Deinde pugnare quod aliqua forma sit subsistens et res est indivisibilis et essentialiter est forma
sed subiecti albi. Aut accidit materiae seu repugnat fini ~alis formae, quia, ut dixi, non informaos, vel in diversis statibus vel etiam substantialis ; non ergo potest illa res esse
subiecto substantiali, et sic interrogo rursus potest ex subtecto substantiali et forma ac- in eodem, ut latius declarabimus infra trae- aliquid ante generationem quin sit substan-
·.cur dicatur ei accidere. Vel enim quia potest cidentali componi una essentia substantialis, tanda de subsistencia. Negatur etiam repug- tialis forma; hoc autem est impossibile, tum
~ ~- --- ----- - ---
quía alias nulla esset substantialis generatio; tiqui philosophi negarunt formas substancia~ vario omnia componebat; sed illud placitum quae est subiectum formarum, esse habitum
tum etiam quia alias essent simul in materia les, et omnia fieri per solam accidentium .satis est in superioribus refutatum. confusum earumdem formarum, hunc autem
formae repugnantes. Si vero eligatur altera mutationem existimarunt. Quorum sentencia habitum declarat nil esse aliud quam po-
pars, nimirum formam ante generationem irnprobata iam est ex demonstratione sub- Prima opinio proponitur et variis modis tentiam habitualem qua materia claudit in
nihil esse, sequitur formam ex nihilo fieri, stantialis formae et generationis ac corrup- explicatur se formas; significat autem illum habitum
quod repugnat philosophorum axiomati : tionis; nunc vero addimus eos non solvisse 3. .A.lbertus Magnus ab hac sententia confusum esse aliquid distinctum a natura
Ex nihilo nihil fit. Nec satisfacit qui respon- difficultatem negando substantiales formas .eruitur.- Omissis ergo antiquis philosophis, materiae, racione cuius forma dicitur praeexis-
derit formam non fieri~ sed compositum; nisi etiam accidentales negent, quae vere et inter posteriores sunt de hac re variae sen- tere in materia: Nec intendo (inquit) dicere
compositum autem fieri ex materia, et ideo tentiae. Prima est omnes formas actu esse quod formae pars sit ab intus et pars ab
realiter de novo fiant, et consequenter dicant
nihil esse quod ex nihilo fiat; hoc (inquam) in materiaj non quidem integras et perfectas, extra, sed tota est ab intus et tola est ab
nullam esse in rebus mutationem nisi for- extra. Quod declarans, significat formam esse
non satisfacit, quia magis consistit in verbis tasse localem, sed videri res transmutad quia vident hoc e medio tollere veram rerum
et modo loquendi quam in re : nam forma generationem et corruptionem et involvere ab intus, id est, praeexistere in materia se-
quia quae apparebant occultantur, et quae cundum esse essentiae, et ideo ait agens non
revera antea non erat et postea est; ergo manifestam repugnantiam, cum formae ip-
occultae erant apparent, quod quam sit ab- agere ad producendam essentiam formae,
facta est. Item, quia compositum non fit sae inter se pugnantes sint, et cum eadem
nisi quatenus ex materia et forma compo- surdum, perspicuum est. Assumptum patet, sed ad esse formae; et hoc sensu dixerat
quia de forma accidentali potest eadem dif- ·ratio sit de accidentalibus, quae interdum
nitur; non autem componitur nisi ex enti- sunt proprie contrariae. Sed dicunt esse for- formam totam esse ab extra, _id es.t fieri ab
bus factis. ltem, quia, cum totum corrum- ficultas obiici; nam etiam illa forma, cum efficienti quantum ad esse extstenttae. Quae
mas actu jn materia sccundum quasdam in-
pitur, forma vere desinit esse transitque in est, habet suam realitatem et entitatem. Aut choationes earum. Hanc opinionem Soto, omnia licet obscurissime dicta sint, possunt
nihilum; nam quae antea erat a1iquid, post- ergo illa, antequam fiat, erat aliquid, vel I Phy!., q. 7, tribuit Alberto, ibid., tract. ad rectum sensum trahi, si per esse essentiae
ea est nihil; ergo cum totum incipit esse, nihil. Si aliquid, ergo non fit; si nihil, ergo III, c. 3; Soncinas vero VII Metaph., solum intelligamus esse in potentia, quod
forma etiam flt. fit ex nihilo. Unde Anaxagoras, ut supra q. 28 negat Albertum esse huius sententiae. non fit ab agente naturali, sed supponitur
2. Reiicitur placitum antiquorum philo- vidirnus, omnes formas rerum concedebat Et r:vera Albertus solmn ait in materia, in materia. Unde ídem Albertus, V Metaph.,.
!ophorum.- Propter hanc difficultatem an- actu esse in atomis, ex quarum concursu
654 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección 11 655
taph., tratado II, c. 12, afirma que toda la forma procede de dentro, según el porque un accidente no es una incoación intrínseca de la forma sustancial, sino
ser potencial, y de fuera, según el ser actual; también en el lib. VIII Phys., c. 4, que a lo sumo puede ser una disposición, ya ta~bién porque por la preexis-
a la potencia para la forma la llama incoación de la forma. Con toda razón, tencia del accidente no se evita el que toda la reahdad de la forma se produzca
pues, entendemos por hábito confuso la potencialidad misma de la. materia, a de su propia nada, ya que el accidente no es_ algo de la forma :nisma. Si, P?r
la que el mismo Alberto llama potencia habitual. Unicamente parece establecer el contrario, se afirma lo segundo, hay que mdagar de nuevo si esa sustancia
distinción entre la potencia de la materia y la materia, cuestión que se refiere es materia, forma o el compuesto; no puede ser el compuesto, como es de t:or
a un problema antes tratado, y admitiría una explicación bastante probable sí evidente·' no es la materia, porque se, da por .supuesto que
. . es una cosa dis-
.,
entendiéndola de la distinción de razón y no de la real, ya que allí mismo dis- tinta de ella· ni es la forma, ya que esta corruenza a ex1st1r por generac10n.
tingue de igual modo en el género la naturaleza del género y la potencia que Se podrá de~ir acaso que es la forma con ser imperfecto. Mas se insiste toda-
contiene las diferencias. vía contra esto dando por supuesto que se trata del ser actual, por el que una
4.. D;rrando, /~ _IJ, dist. 18, q. 2, cita otra sentencia que afirmaba en la cosa es una v:rdadera entidad actual fuera de las causas; porque tendría muy
matena ciertas po~1bi11dades de las formas, las cuales, al producirse las formas, poco sentido hablar únicamente del ser posible, p'!e~to que según ese ser . no
no se conservan, smo que se transforman en ellas; y de esta suerte deja a salvo se afirma en la materia realidad alguna verdadera dtstmta de ella, la cual ex1sta
el que las formas no se producen de la nada, sino de esas posibilidades. Mas tuera de la nada y sea un forma con ser imperfecto.
Durando no cita ningún autor de esta sentencia, y por eso no podemos delimi.:.. 6. Refiriéndonos, pues, a este tipo de realidad que posee un verdadero ser
tar con certe~a su sentido; sin embargo, apenas resulta creíble que dichos au- actual atmque -imperfecto, pregunto cómo partiendo de esa realidad se produce
tores hayan mterpretado esa posibilidad como una verdadera realidad distinta la for~a en su ser perfecto, si por intensificación o por cambio de un ser e~
de la materia y la forma, sino únicamente como la esencia posible de la forma, otro. Ningún modo distinto puede pensarse fuera de ~stos; en efe~to~ e,n el pn-
que e~ lo que otros dicen «en potencia objetiva», aunque sí esto es lo único mer modo se conserva la entidad anterior, que era Imperfecta, ehmmandose la
que pretendió esta opinión, no añadió nada especial con que explicar que la imperfección mediante algo que se añade; en cambio, en el ~egundo modo se
forma n~ ~e. crea; p~esto que también las cosas que se crean se originan desde suprime aquella entidad imperfecta y le suc~de una perfecta, bten sea por tr~ns
esta posibliidad. Propone, finalmente, Soto otra opinión de Auréolo In Il formación de una en otra, bien por cualqmer otro método; mas estos dos mo-
dist. 18, de que la forma preexiste en la materia según una parte, a ~artir d~ dos implican inmediata contradicción; por tanto, no puede excogitarse nin-
la cual es perfeccionada por la acción del agente, y por eso no es hecha de la gún otro que no se reduzca a alguno de ellos. El primer modo ~arece en abso-
nada; mas esta opinión ni Capréolo la aduce como de Auréolo, ni pude encon- luto de verosimilitud. Primero, porque, según demostraré luego, la forma sus-
trarla en otro autor. tancial no es capaz de intensión o remisión. Segundo, porque en otro caso pre-
5. Así, pues, sea cual sea eL sentido con que se afirma que en la ma- existirían actualmente en la materia todas las formas sustanciales que pueden
teria precede una realidad distinta de la materia misma, de suerte que de ella educirse de ella, en grado remiso ciertamente, pero según una verdad:ra .Y a~
se produzc~ la forma, es improbable y no aporta utilidad alguna para desen- tual entidad existiendo de esta suerte simultáneamente en la materia mfinl..
tranar la dificultad en que nos encontramos. Lo primero está claro, porque no tas entidade~ actuales, dado que las formas pueden multiplicarse hast.a el. in-
puede comprenderse cuál o qué clase de entidad sea ésa; porque o es sustancia finito. Esto, empero, es completamente absurdo, ya a causa de la mfimdad
o accidente; esto segundo ni lo afirman dichos ·autores, ni puede afirmarse, ya
citur ab illis auctoribus, nec dici potest, tum inquiro quomodo ex illa re fiat forma in
tract. II, c. 12, ait totam formam esse ab quia accidens non est intrinseca inchoatio csse perfecto, an per intensionem, an per
tamen credi potest illos auctores per eam transmutacionem urtius in aliud. Nec praeter
intra secundum esse potentiale et ab extra possibilitatem intellexisse rem aliquam veram formae substantialis, sed ad summum esse
secundum esse actuale; in VIII etiam Phys., potest dispositio, tum etiam quia propter ac- hos modos pntest alius excogitari; nam in
distinctam a materia et a forma sed solam priori modo manet prior entitas, quae erat
c. 4, potentiam ad formam vocat inchoatio- essentiam formae possibilem, qu'am alü vo- cidens praeexistens non vitatur quin tata rea-
nem formae. Recte igitur oer illum habitum litas formae fiat ex nihilo ipsius, quía acci- imperfecta, remota imperfectione per aliquid
cant in potencia obiectiva; quamquam si
confusum intelligimus ips.lm potentialitatem dens non est aliquid ipsius formae. Si vera quod ei superadditur; in posteriori autem
hoc tantum voluit haec opinio, nihil pecu- modo tollitur illa imperfecta entitas et ei
materíae, quam ipsemet Albertus vocat ha- liare attulit quo explicaret formam non crea- dicatur secundum, inquiretur rursus an illa
bitualem potestatem. Solum videtur distin- substantia sit materia, vel forma, vel com- succedit perfecta, sive per conversionem
ri; na m etiam res qua e creantur fiunt ex unius in aliam, sive quacumque alia racione;
guere potentiam materiae a materia, quod huiusmodi possibilitate. Refert tandem Soto positum; non potest esse compositum, ut
ad alirun quaestionem supra tractatam spec- aliam opinionem_ Aureoli, In II, dist. 18, per se notum est; non materia, quia suppo- includunt ergo illi duo madi immediatam
tat, et posset satis probabiliter exponi de quod forma praeest in materia secundum nitur esse res distincta ab illa; nec forma, contradictionem; unde non potest excogitari
distinctione rationis et non rei; nam ibídem partem, ex qua perficitur per actionem agen- quia hace incipit esse per generationem. a lins qui ad alterum eorum non reducatur.
eodem modo distinguit in genere naturam tis, et ideo non fit ex nihilo; eam vera opi- Dicetur fortasse esse forma in esse imper- Primus autem modus nullam habet verisi:..
generis a potestate qua differentias continet. nionem nec Caprcolus refert ex Aureolo ne- fecto. Sed contra hoc urgetur ulterius, Sup- militudinem. Primo, quia forma substantialis
4. Alia sentencia refertur a Durando In que apud alium auctorem invenire potui. ponendo esse sermonem de esse actuali, quo non est intensibilis et remissibUis, ut infra
II, dist. 18, q. 2, quae ponebat in ma;eria res est vera entitas actualis extra causas suas ; ostendam. Secundo, quía alias praeexisterent
5. Quocumque igitur sensu asseratur
quasdam possibilitates formarum, quae non praecedere in materia rem aEquam distinc- nam esset valde frivolum loqui de esse pos- actu in materia omnes formae substantiales
manent quando producuntur formae, sed in sibili tantum, quía secundum illud esse non qua~ eX illa edüci possunt, in gradu quidem
tam ab ipsa materia ut ex illa prodticatur
eas convertnntur ~ atque ita salvabat non ponitur in materia aliqua vera res distincta remisso, tamen secundum aliquam veram et
forma, est imorobabilis nihilque deservit ad actualem entitatem, et ita essent simul in
fie:i formas ex nihilo, sed ex illis possibili- enodandam difficultatem in qua versamur. ab illa quae sit extra nihil et sit forma in
tattbus. Non refert autem Durandus aliquem Primum patet, quia intelligi non potest quae esse imperfecto. materia infinitae entitates actuales, nam for-
auctorem huius scntentiae, et ideo non pos- sit vel qualis illa entitas, quía vel 6st sub- 6. Loquendo igitur de huiusmodi re ha- mae in infinitum mulciplicari possunt. Hoc
sumus sensum illius certo affirmare; vlx stancia vel accidens; hoc posterius non di- bente verum esse actuale, licet imperfectum, autem est plane absurdum, tum propter
-.
,,
-~-----~ ·~--- ~--- ~-------··-·--
i;
1
l'
'(
:~
l
su entidad de nuevo, la cual no poseían antes, sin embargo, puesto que ellas
lo primero indica capacidad de causar la forma, ya que la causa contiene mismas no son hechas, según se dijo, por eso mismo tampoco son hechas de
al efecto ei.J. su género; lo segqndo, en cambio, indica sólo capacidad de re... la nada. No obstante, debido a que si se toma la palabra ser hecho en un sen-
¡
ad animam rationalem, quod videtur incon- connaturalem et proportionatum; anima au- ria ergo est in potentia naturali ad ratio- p.ropric dicitur de re subsistenti, quia eius
veniens. Sequela patet, quia omni potentiae tem rationalis est actus naturalis et propor- nalem animam recipiendam, non tamen il~ est fieri cuius est csse; .id autem proprie
passivae naturali correspondet potentia ac- tionatus materiae, et ideo etiam materia est
potentia naturalis ad illum actum; un de ex lam in potcntia sua continet, cum non pos- cst quod subsistit et habet esse; nam quod
tiva naturalis ; sed nulla est potentia activa
naturalis quae possit formam hanc in ma- utraque fit quoddam ens naturale per se sit causare illam; ideoque anima rationalis alteri adiacet, potius est qua aliud est. Ex
teria efficere; ergo ncque in materia est unum, et materia ipsa connaturaliter conser~ non educitur ex potentia materiae, quia nihil hac ergo parte, formae substanciales mate-
potentia passiva naturalis ad illam. Aliqui vatur sub tali actu. Quod vera attinet ad educitur ni si un de continetur, et quia educ- riales non fiunt ex nihilo, quia proprie non
concedunt sequelam, tum propter rationem potcntiam activam, imprimís dari potest po~ tio indicat causalitatem materiae in forma, fiunt. Atque hanc rationem reddit D. Tho-
factam, tum etiam quia, si materia esset in tentia B.ctiva naturalis ad uniendum talem ut iam dicemus. mas, 1, q. 45, a. 8, et q. 90, a. 2, et ex
potentia ad animam rationalem, cum fit haec actum tali potentiae, et hoc modo iam re- 13. Formae substantíales omnes, ratíonali dicendis magis explicabitur. Sumendo ergo
-anima, diceretur educi de potentia materiae. spondet potentia activa naturalis potentiae excepta, ex subiecto praeiacentc fiunt.- Se- ipsum fieri in hac proprietate et rigore, sic
Sed non placet haec sententia; nam si ma- naturali passivae. Deinde, quamvis h?.ec for- cundo, de omnibus aliis formis substantia- fieri ex nihilo est fieri secundum se totum,
teria non esset in potencia naturali ad ani- ma a solo Deo fieri possit, tamen Deus in libm dicendum est non fieri proprie ex ni- id est nulla sui parte praesupposita ex qua
mam rationalem, generatio hominis non es- ea actione operatur iuxta modum et ordinem hilo, sed ex potentia praeiacentis materiae fiat. Et hac racione res naturales dum de
set naturalis, quia neque ex principio activo naturis rerum debitum, et hoc satis est ut educi; ideoque in effectione harum forma-
dicatur operari per modum causae naturalis novo fiunt, non fiunt ex nihilo, quia fiunt
neque ex passivo esset naturalis. Item, quia rum nihil fieri contra illud axioma: ex ni-
materia naturaliter disponitur ultimate ad et ut potentiae passivae sufficiens virtus acti- ex praesupposita materia ex qua componun-
:recipiendam formam rationalem, et illi sic va respondeat. Ad alteram rationem respon- hilo nihil fit, si recte intelligatur. Haec as~ nrr, et ita non fiunt secundum se totae, sed
-dispositae iuxta naturae ordinem debetur ta- detur aliud esse materiam continere formam sertio sumitur ex Aristot., 1 Phys., per to- secundum aliquid sui. Formae autem harum
1is forma; est ergo in potentia naturali ad in potentia, et aliud esse in potentia ad for- tum, et lib. VII Metaph., et ex aliis aucto- rerum, quamvis revera totam suam entita-
illam. Ad difficultatem ergo respondetur ne- mam; nam primum indicat vim causandi ribus, quos statim referam. Et declaratur tem de novo accipiant, quam antea non ha-
·gando sequelam. Ad primam vera rationem formam, nam causa continet effectum in breviter; nam fieri ex nihilo duo dicit : bebant, quia vero ipsae non fiunt, ut dic-
respondetur naturalem potentiam primo et suo genere; secundum vera indicat solum unum est fieri absolute et simpliciter; aliud tum est, ideo neque ex nihllo fiunt Atta-
,per se esse attendendam in ordine ad actum capacitatem ad recipiendam formam. Mate- est quod talis effectio sit ex nihilo. Primum roen, quia latiori modo sumendo verbum
,.
·.:r>··T···
'.l.··
. •..
~
j~
664 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección Il 665
tido más amplio, no puede negarse que la forma haya sido hecha en el mismo en la potencia de la materia y siendo como sacadas fuera de dicha potencia me-
grado en que ahora existe y antes no existía, según prueba también el motivn diante la acción del agente, no porque tengan existencia fuera de la materia y
de duda planteado al principio de la sección, por ello hay que añadir que, no actúen su potencia o no estén adherentes en ella, sino porque estando antes·.
tomado ser hecho con esta amplitud, el ser hecho de la nada no sólo niega la contenidas en ella únicamente como en su potencia y causa, después existen en
relación a una causa material que entre en la composición intrínseca de aquello acto y fuera de la causa, y de esta suerte por virtud del agente que concurre
que se hace, sino también la relación de una causa material que sea esencial- con la materia son educidas desde el ser potencial de la materia al acto. Cabe
mente causa y sustente la forma que se hace, o que se hace conjuntamente. En objetar: luego con la misma razón habrá que decir que las cosas se educen de
efecto, hemos dicho antes que la materia no sólo es causa del compuesto, sino la potencia del ·agente, porque también en ella estaban contenidas virtual y po-
también de la forma que depende de ella; luego para afirmar que una cosa tencialmente, y de este ser en potencia son educidas al acto por la acción del mis-
es hecha de la nada, hay que negar ambos modos de causalidad, y en este mismo mo agente. Se responde negando en absoluto la consecuencia, puesto que esas
sentido hay que tomar dicho axioma para que sea verdadero: de la nada nada palabras en toda su propiedad significan la relación de causa material, y no la
se hace, a saber, por la potencia de un agente natural finito nada se hace, a no- de eficiente. Por eso puede decirse que tanto la causa eficiente como la materia
ser que se presuponga previamente un sujeto que concurra esencialmente tanto contienen el efecto, pero de manera distinta; porque el agente lo contiene emi~
al compuesto como a la forma, si es que ambas cosas son hechas a su modo nente o virtualmente; en cambio, la materia sólo en potencia receptiva o pa-
por el mismo agente. De esto, pues, se concluye legítimamente que las formas siva; así, pues, cuando se dice que la forma se educe de la potencia de la ma-
sustanciales materiales no se hacen de la nada, porque se hacen de la materia, teria, se señala especialmente esta relación de causa material; del agente, a su
la cual concurre esencialmente en su género e influye en el ser y en la produc- vez, se dice con propiedad que mediante su poder educe el efecto de la po-
ción de dichas formas, porque del mismo modo que no pueden existir si no tencia al acto.
están inherentes en la materia por la que son sustentadas en su ser, igualmente 15. Segundo.- Suele explicarse de otra manera en qué consiste que la for-
no pueden ser hechas si la misma materia no sirve de soporte a la producción ma sea educida de la potencia de la materia, a saber, es ser hecha en la ma-
y penetración de las mismas. Y ésta es la diferencia propia y esencial entre la teria con dependencia de ella en el ser y en el producirse, cosa que conviene
producción de la nada y la produccióu de algo, debido a la cual, como luego a todas las formas sustanciales, excepto la racional. Esta explicación se diferen-
diremos, el primer modo de causar supera la potencia finita de los agentes na- cia de la anterior sólo en las palabras, porque -según decía antes- el que la
turales, mas no el segundo. materia contenga algo en su potencia implica causalidad o fuerza de causar por
14. Se explica de varios modos en qué consiste la educción de la potencia de parte de la materia en su género; por tanto, el que la forma sea sacada o pues t.:!
la materia.- Primero. -De lo dicho se desprende también que de estas formas fuera de la potencia de la materia en que está contenida no es más que ser he-
se afirma con propiedad que no son creadas, sino educidas de la potencia de la cha actualmente en la materia, con el concurso de la materia misma en su gé-
materia, y queda claro en qué consiste ser educida de la potencia de la materia; nero por su potencia Ordenada a la producción y al ser de dicha forma; mas
muchos se esfuerzan en explicar esto, tanto en el lib. 1 de la Física como en el VII 1 esto es lo mismo que el que la forma se haga con dependencia de la materia
de la Metafísica. Mas Santo Tomás explica brevemente ambas cosas en I, q. 90, 1 en su producción y en su ser; únicamente es distinto el modo de explicarlo por
a. 2, ad 2; porque al no ser dichas formas hechas de la nada, no se crean, puesto ¡ la relación del efecto a la causa, o, al revés, por la relación de la causa al efecto.
¡
¡
que ser creado es ser hecho de la nada. Mas estando dichas formas contenidas
1!
1
!
666 Disputación XV.-Sección Ili 667
- - - -
Todavía se presenta otra explicación, la cual, aunque no tenga un contenido anteriores, as! parece que había que afirmarlo, ya qlie dichas formas dependen
.distinto de las anteriores, sin embargo, lo explica más, y es apta para resolver de la materia en su ser y en su producción; por tanto, se educen de su poten-
>algunas dificultades que se plantean. En consecuencia, ser educida la forma de cia; porque si dependen en su producción y en su ser, consecuentemente son
la potencia de la materia es ser hecha en la misma acción que es hecho el com- causadas por la materia; luego están contenidas en su potencia; luego, al ser
puesto de una materia anterior que no es producida en dicha acción; ésta pa- actualmente producidas, se educen de su potencia. Ni basta con responder que
rece ser la explicación que pretendió Santo Tomás cuando dijo que la forma no esas formas no son hechas sino coproducidas juntamente con los compuestos,
se creaba, sino que se educh, porque no es ella la que de suyo se produce, sino porque tampoco s: hacen las formas de las cosas generables, sino que son he-
el compuesto; la forma es coproducida de la materia presupuesta. Y consta por chas juntamente con, y, sin embargo, se dice que se educen debido a dicha
inducción que esto acontece en todas las formas que se educen de la potencia de dependencia y a· que están contenidas. Empero hay que afirmar, de acuerdo con
la materia. Puede darse como razón el que la educción consiste en esto, en ser la opinión común, que esas formas no son verdaderamente educidas, porque
una acción o mutación que depende por sí y esencialmente de la materia; por donde no hay generación de todo el compuesto, tampoco puede haber educción
esta acción es hecha la forma y unida a la materia al mismo tiempo; por eso de la forma. Y la razón a priori es porque, según antes se indicó, hay una sola
mediante ella es hecho esencial y primariamente el compuesto y es coproducida acción en la que el cielo es producido totalmente en si mismo, haciéndose no
tma forma determinada, y es sacada actualmente fuera de la potencia de la ma- sólo la forma, sino también la materia, y esta acción es una creación integra y
teria; luego la educción de la forma de la potencia de la materia se explica muy perfecta del todo y una creación conjunta de materia y forma, y, por tanto, en
bien mediante dicha acción. este caso, no hay educción de la potencia de la materia. Así, pues, cuando se
dice que se educe la forma que depende de la materia en su producción y en su
ser, se entiende que se trata del caso en que la propia producción y acción, que
Corolarios de la solución anterior presupone de tal manera la mat;:::da que ésta no es producida en ella, tiende a
16. El alma racional no se educe de la potencia de la materia.- De aqul la forma misma o al ser formal que se comunica mediante ella. Del mismo modo,
se llega, en primer lugar, a una mejor inteligencia de lo que antes decíamos, cuando se dice que la forma se educe de la potencia de la materia porque estaba
que la forma racional no se educe de la potencia de la materia, porque ni está contenida en su potencia, se da por supuesta una materia que existía en potencia
contenida en su potencia para que sea educida fuera de ella, ni se produce o para la forma antes de poseerla en acto; mas la materia del cielo, por más que
existe dependientemente de la materia, ni se hace en la misma acción en que sea potencia para su forma, exige por su naturaleza no estar en potencia para
se hace el compuesto o en la que ella misma se une a la materia; pues es hecha ella, ya que este estar en potencia incluye privación. ·
en sí misma con anterioridad, al menos de naturaleza, y recibe su ser inde-
pendiente de la materia, uniéndose luego en otra acción, en la que se genera
SECCION Ili
todo el compuesto.
17. ¿Se educen las formas celestes de la potencia de la materia?- En se- SI ES NECESARIO QUE EN LA EDUCCIÓN DE LA FORMA SUSTANCIAL LA MATERIA
gundo lugar, con lo dicho queda resuelta otra dificultad que se presentaba en TENGA PREEXISTENCIA TEMPORAL
este punto respecto de las formas celestes, a saber, si puede decirse que hayan
sido educidas de la potencia de la materia; porque, según las interpretaciones l. Esta dificultad se origina de la solución precedente y su conoc1m1ento es
necesario para comprender mejor el origen o educción de la forma. La dificul-
-plicatio occurrit, quae, licet rem diversam ergo cductio formae de potentia materiae
optlme per illam actionem declaratur. affirmandum; nam illae formae pendent in pendet in fieri et esse a materia, intelligitur
a praecedentibus non contineat, tamen eam fieri et esse a sua materia; ergo educuntur quando ad ipsam formam vel ad formale
magis declarat et apta est ad nonnullas dif- de potentia illius; nam si pendent in fieri csse quod per illam communicatur tendit
fi.cultates insurgentes explicandas. Formam Corollaria ex praecedenti resolutione et in esse, ergo causantur a materia; ergo proprium fieri ct propria actio, quae ita ma-
~rgo educi de potentia materiae cst fiel'i ea- 16. Rationalis anima non educirur de po- continentur in potentia eius; ergo, cum actu teriam praesupponit ut per eam materia non
dem actione qua fit compositum ex materia tentia materiae.- Atque hinc primo intel- fiunt, educuntur ex potentia eius. Nec satis fiat. Et similiter, cum dicitur educi forma
praecedenti qua e per illam actionern non :fit; Egitur amplius quod supra dicebamus, for- est respondere illas formas non fieri, sed de potencia materiae quia in potencia eius
quam expositionem videtur intendisse divus mam rationalem non educi de potencia ma- confieri cum compositis, quia etiam formae continebatur, supponitur materia prius exi-
Thomas cum dixit formam non creari, sed teriae, quía nec continetur in potencia illius, rerum generabilium non fiunt, sed confiunt, stens in potentia ad formam quam illam
educi, quia non est ipsa quae per se pro- nt extra ipsam educatur, neque fit aut existit et nihilominus dicuntur educi propter die- ~ctu habeat; materia autem caeli, licet sit
ducitur, sed compositum, forma vero com- dependenter a materia, neque fit eadem ac- taro dependentiam et continentiam. Dicen- 1::-otentia ad suam formam, postulat ex na-
tione qua fit compositum, seu qua ipsa uni- duro vero est cum communi sentencia illas tura sua ut non sit in potentia ad illam, quia
producitur ex praeiacente materia. Et induc-
tur materiae; prius enim, saltem natura, in formas vere non educi, quia ubi non est hoc esse in potentia includit privationem.
tione constat ita fieri in omnibus formis se fit et accipit esse suum independens a totius compositi generatio, · nec potest esse
quae educuntur ex potentia materiae. Ratio materia, et postea alia actione unitur qua formae eductio. Ratio autem a priori est SECTIO III
vera reddi potest, quia eductio in hoc con- totum compositum generatur. quia, ut supra tactum est, unica est actio
sistit quod sit actio vel mutatio per se et AN IN EDUCTIONE SUBSTANTIALIS FORMAR
17. Formaene caelestes educantur de po- qua caelum secundum se totum producitur,
OPORTEAT MATERIA TEMPORE ANTECEDAT
essentialiter pendens a materia; per hanc tentia materiae.- Secundo expeditur ex dic- et non solum forma, sed etiam materia fit,
autem actionem simul forma fit et unitur tis alia difficultas quae hic occurrebat de ,quae actio est integra et perfecta creatio to- l. Haec difficultas nascitur ex praece-
materiae; ideoque per eamdem fit per se formis caelestibus, an, scilicet, dici possint tius et concreatio materiae et formae, et denti resolutione, eiusque cognitio est ne-
primo compositum et comproducitur talis eductae de potentia materiae; nam iuxta ideo ibi non est eductio de potencia mate- cessaria ad comprehendendam amplius hu-
.forma, fitque actu extra potentiam materiae, priores interpretationes videbatur ita esse riae. Cum ergo dicitur forma educi quae iusmodi formae originem seu eductionem
668 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección III 669
----------------------------~---
tad se plantea con toda claridad en las formas de los elementos bajo las que lo contrario, habría que afirmar que también ahora se compone una sola 3CC10ll
fue creada la materia de las cosas generables al ser producida por primera vez; con la conservación de la materia y la educción de la forma o generación. Por
y respecto de ellas se cuestiona si fueron educidas de la potencia de la materia. que si ba sido una sola. acción compuesta aquella por la que fue creada esta
Algunos creen que se debe juzgar lo mismo respecto de estas formas y de las -parte de la tierra y luego se corrompe esta tierra concreta y se convierte en
formas celestes, porque tampoco entonces fueron engendrados los elementos, hierba, la acción cesa por lo que respecta a la parte_ debido a la que se con-
sino creados; luego sus formas no fueron educidas, sino concreadas. Además, servaba la forma de tierra en dicha materia, y en lugar de ella sucede otra,
por no haber estado nunca la materia en potencia para dichas formas, ya qtte porque se induce la forma de hierba en la misma materia; en cambio, la ac-
siempre estuvo en acto bajo ellas; luego no han sido educidas, puesto que, se- ción que tenía por término la entidad de la materia permanece siempre idén-
gún decíamos, la educción, entendiendo la palabra con propiedad, expresa rela- tica; luego si se trata de una acción de suyo parcial y que componga una
dón a un sujeto que estaba anteriormente en potencia. Igualmente, en el prin- sola acción completa con la acción inductiva o conservativa de la primera
cipio, con la misma acción con que fue creada la tierra fueron concreadas jun- forma, compondrá por la misma razón una sola acción con aquella por la que
tamente la materia y su forma; luego en ese caso no hay educción. En tercer se induce una segunda forma que sucede a la primera. Se prueba la conse-
lugar, al ser creado un ángel o un alma, sus potencias no se educen de la capa- cuencia, porque la razón, proporción, unión y aptitud que hay entre estas ac-
cidad del sujeto, porque son concreadas; luego mucho menos habría que decir ciones es completamente idéntica a la que hay entre aquéllas; además, por-
que se educen las formas sustanciales que son concreadas con cualquier materia. que, en otro caso, la acción conservadora de la materia sería de suyo parcial
Cuarto, al ser creado el ángel, no se educe la subsistencia o personalidad de y apta para componer una sola acción total, y, sin embargo, ahora siempre per-
la potencia de la naturaleza, aunque sea concreada; luego del mismo modo, etc. manecería incompleta y sin la composición debida. El consecuente también pa~
Y de esta suerte parece que con tales razones se llega a la conclusión de que para rece absolutamente falso, porque la acción por la que se produce la materia
la educción se requiere que la materia anteceda temporalmente a la forma. es una verdadera creación, y es, perseverando la misma, aquella por la que se
2. Por otra parte, parece ser completamente distinta la razón aplicada a las conserva; mas de creación y generación no se compone una acción única; lue-
formas de los elementos y a las de los cuerpos celestes; en efecto, éstas son de go se trata de dos acciones y no de dos partes de la misma acción; luego tam-
tal naturaleza que exigen esencialmente ser producidas con la misma acción con bién en el primer estado de las cosas tomaron parte estas dos acciones distintas
que es producida la materia; en cambio, aquéllas de ninguna manera, sino que entre sf, por más que estuvieran unidas en el tiempo. Así, pues, de acuerdo con
más bien suponen una materia creada por una acción propia y distinta~ siendo este razonamiento, se concluye claramente que para una verdadera educción no
inducidas en ella mediante otra acción, incluso en el estado primero de los mis- es necesario que la materia anteceda en el tiempo; pues de aqUellas dos accio-
mos elementos; luego la acción por la que se induce la forma no puede ser nes, la que es posterior por naturaleza tiene verdadera razón de educción) pues
más que una verdadera educción. Se prueba el antecedente, porque la acción por depende esencialmente de la materia, la cual no se produce por ella, sino que
la que fue creada la materia de los elementos es de tal naturaleza que persevera se la supone creada. Y se confirma, porque si pensamos que Dios comenzó por
idéntica hasta ahora, conservando esa misma materia; en cambio, la acción que producir aquella materia informe y después de algún tiempo le infundió la for-
tuvo por término la forma o el compuesto ha cesado al corromperse dicho com- ma, nadie negaría que se trató de una verdadera educción; ahora bien, aunque
puesto; luego es señal de que ambas acciones son realmente distintas. Ni pue-
de decirse que se trata de acciones parciales que integran una única acción; de etiam nunc componi unam actionem ex con- petuo maneret incompleta et sine debita.
servatione materiae et educcione formae seu compositione. Consequens etiam videtur
Explicaturque oprime difficultas in formh tencia aut personalitas de potencia naturae, generatione. Nam si fuit una actio campo- plane falsum, quía actio qua fit materia est
elementorum, sub quibus haec materia ge- licet concreetur; ergo simíliter, etc. Atque sita qua fuit creata haec pars terrae et post- vera crearlo, et eadem perseverans est qua
nerabilium creata est cum primum fuit pro- ita his racionibus videtur concludi ad educ- ea haec terra corrumpitur et convertitur conservatur; ex creatione autem et genera-
ducta, de quibus quaeritur an fuerint educ- tionem necessarium esse ut materia tempore in herbam, cessat actio quantum ad illam tiene non componitur una actio; sunt ergo
tae de potencia materiae. Quibusdam enim antecedat formam. partem per quam conservatur forma terrae i!Jae duae acciones et non duae partes eius-
videtur idem esse iudicium de his formis 2. Aliunde autem videtur esse valde dis- in illa materia, et loco illius succedit alía, d-;om actionis; ergo etiam in prima rerum
et de formis caelestibus, quia etiam elemen- par ratio de formis elementorum ac corpo- quia 1 inducitur forma herbae in eamdem condicione imtervenerunt hae actiones distinc~
ta tune non fuere genita, sed creata; ergo rum caelescium; nam hae tales sunt ut materiam; actio vero terminata ad entitatem tae· ínter se, quamvis tempore coniunctae.
formae eorum non fuere eductae, sed con- natura sua postulent :fierj eadem accione qua materiae semper manet eadem; ergo si illa Iuxta hunc ergo discursum plane concludi-
creatae. Item, quia materia nunquam fuit fit materia, illae vero minime, sed potius de se est partialis et componit unam actio- tur ad veram eductionem necessarium non
in potencia ad illas formas, quia semper supponunt materiam creatam per propriam nem completam cum accione inductiva vel es se ut materia tempore antecedat; nam ex
fuit actu sub illis; ergo non fuerunt educ- et distinctam actionem, et per aliam in eam conservatiVa primae formae, eadem racione illis duabus actionibus, illa quae posterior
tae, quia, ut dicebamus, eductio ex proprie- inducuntur, etiam in prima ipsorum condi- componit unam actionem curo illa per quam natura est habet veram rationem eductionis;
tate verbi dicit habitudinem ad subiectum cione; ergo illa actio qua inducitur íorma inducitur secunda forma quae priori succe- nam pendet essentialiter a materia, quae per
quod prius erat in potencia. Itero, in illo non potest esse nisi vera eductio. Antece- dit. Probatur consequentia, quia est omnino illam non fit, sed creata supponitur. Et con-
inicio per eamdem actionero qua fuit creata dens probatur, na m actio illa qua creata eadem ratio, proportio, coniunctio et aptitudo firmatur, nam si fingamus Deum produxisse
terra fuerunt simul concreatae materia et fuit materia elementaris talis est ut usque inter has acciones, sicut inter illas; tum etiam illam materiam prius informem et post ali-
forma eius; ergo ibi non est educcio. Ter- nunc eadem perseveret conservando ipsaih quía alias actio illa conservativa materiae es- quod tempus in eam induxisse formam, ne-
tia, cum creatur angelus vel anima, non materiam; accio vero terminata ad formam set de se parcialis et apta ad componendam ma negaret eam fuisse veram eductionem;
educuntur potentiae eius ex capacitate sub- vel compositum cessavit quando illud com- unam totalem actionem, et tamen nunc per- sed, licet haec posterior actio in eodem in-
iecti, quia concreantur; ergo mu1to roinus positum corruptum fuit; ergo signum est
dicentur educi forroae substanciales, quae illas acciones esse ex natura reí diversas.
concreantur curo qualibet materia. Quarto, Nec dici potest illas fuisse acciones parciales 1 La sustitución de «qUÍa» por «qua» de otras ediciones creemos que hace variar poco
cum creatur angelus, non educitur subsis- componentes unam; alias dicendum esset el sentido. (N. de los EE.)
r
Disputaciones metaflsicas Disputación XV.-Sección IIl 671
670 -----------------------~
ble, o absolutan:e?~~' o al menos_ realmente. Mas cuando la materia de suyo es-
esta segunda se una a la primera en el mismo instante, es de idéntica natura- ser:arable. por diVlSl_on de. cualq_mer forma, es posible que bajo una misma ma-
leza; luego es una verdadera educción. teria vanen las acciOnes 11,1ducuvas de formas; por tanto, la acción por la que
3. Se podrá objetar que con un argumento similar se probarla que la for- se produce y conserva tal materia es distinta y se la presupone por naturaleza
ma del cielo se educe de la potencia de la materia, porque si Dios hubiese crea- antes de cua~quier acción inductiva de la forma.
do dicha materia sin forma con anterioridad temporal, y le hubiese luego infun- 4. ~espuesta a las insistencias de la dificultad.- Todavía podrá decir al~
dido la forma, en este caso ya la educiría de la potencia de la materia. Se res- guno: hlen, concedamos esto; sin embargo, respecto de la primera forma con-
ponde negando la consecuencia, y por lo que a la prueba se refiere, se niega creada. con esta mater.ia inferior no puede afirmarse que haya sido educida de la
lo que da por supuesto, porque tampoco entonces podría decirse que el cielo potencia ~e la matena, po: no haber antecedido en el tiempo esa materia en
se había hecho por generación, ni su forma -consecuentemente- por educ- cuanto existente en potencia para tal forma concreta; pues no basta con que
ción, porque la acción en cuestión no supone, en virtud de su naturaleza, una anteceda en el orden de naturaleza, ya que también la materia del cielo ante-
materia hecha; y el que la suponga en ese caso milagroso, es accidental y no cede en o:_den de naturaleza a su forma en el género de causa material. Es más-:
cambia la naturaleza de la acción. Y acaso aquella acción por la que se hada
alg~~s anade.n q~e. para la educción de la forma es necesario que antecedan
o conservaba la materia sin forma o bajo otra forma distinta, no fuese de la
t~~bten las disposiCiones en la materia, cosa que no puede afirmarse en la crea-·
misma naturaleza que aquella por la que es producida con su propia forma.
cwn de los elementos. Mas esta referencia a las disposiciones parece que no-
Por tanto, en el caso referido, al ser infundida la forma del cielo en una ma-
hace al caso, puesto que l~s di.sposiciones . remotas suelen anteceder temporal~
teria preexistente, cesaría la primera acción por la que ':!ra conservada con pri- m~nte de una ma_nera cuast accidental debido a la eficacia del agente; mas si
vación de forma, y comenzada una nueva acción, debido a la cual todo .el cielo Dws en un solo mstant; transfo~ma el agua en vino, las disposiciones no pre-
recibiría la existencia desde ese momento, acción que en la realidad sería una ceden. ,temporalmente, dandose, sm embargo, verdadera generación y verdadera
creación verdadera y total, por más que acaso no recibiese tal denominación :duccwn.. Por su parte, la disposición última nunca precede temporalmente a la
a causa de la materia preexistente. Y si alguno pretende -lo cual es probable- U:?'oducc1ón de la forma; sin embargo, del mismo modo que en una genera-
que Dios conserva aquella materia con la misma acción con la que antes la cwn ?atural ant~~ede por orden de naturaleza, igualmente precedió también en
conservaba y que le infunde la forma de cielo mediante otra acción total abso- la pnmera creacwn de los elementos. Porque en realidad la unión de la forma
lutamente distinta, en este caso -si es que es posible- confesaremos que esa con la, ~ateria. que. s;, realizó entonces se llevó a ca~:lO con la misma dependencia
acción segunda es la educción de la forma del cielo, y que -en consecuencia- de la uluma .disposic.ton que ahora posee en cualqmer elemento; por consiguien-
el cielo es generable de un modo maravilloso y extraordinario; no obstante, te, se produJO también con .la misma causalidad por parte de la disposición, y
negamos que la forma del cielo sea hecha por tal acción en fuerza de su natu- conse~uentemente con el ID.lsmo orden de naturaleza, por derivarse éste de la
raleza, igual que es heCha la forma del elemento; el cielo, en este caso, fue caus~hdad. Y por lo que se refiere a la materia prima, lo que pretendemos es
hecho de un modo proporcionado a su naturaleza, no habiendo, por ello, semew prectsamente esto, .que no parece necesario que la materia con privación ante-
janza en la consecución. A su vez, la diferencia existente entre el cielo y un ceda en orden temporal para que la forma se eduzca de su potencia, sino que
elemento la inferimos de la incorruptibilidad de uno y de la corruptibilidad basta e~~ que preceda .en orden de naturaleza; y de este modo es evidente que·
del otro; ya que cuando la materia y la forma son inseparables por su na- la creac10n de la materm de los elementos fue anterior a la inducción de la for-
turaleza, exigen ser producidas mediante una sola acción de suyo índivisi-
vel omnino vel saltero ex natura reí. Quan- lent tempore antccedere quasi oer accidens.
stanti coniungatur pnon, est eiusdem ra- ex tune totum caelum acciperet esse, quae do vero materia ex se est separabilis a qua- propter inefficadam agentis; ai si Dcus in
tionis; ergo est vera eductio. in re esset vera et totalis creatio, quamvis Iibet forma divisive, sub eadem materia pos- uno instanti transmutar aquam in vinum
3. Dices: simili argumento probaretur forte non sic denominaretur propter praeexi- sunt variari actiones inductivae formarum illae dispositiones non praecedunt tempo~
formam caeli educi de potencia materiae, stentem materiam. Quod si quis contendat et ideo actio per quam talis materia fit e~ re, et nihilominLis illa vera generatio est et
quia si Deus prius tempore creasset illam (quod est probabile) Deum conservare illam conservatur distincta est et natura sua prae- vera eductio. Dispositio autem ultima nun-
materiam sine forma, et postea in cam in- materiam per eamdem actionem qua antea suppon;tur ad quamcumque actionem induc- quam antecedit tempere imroductionem for--
duceret formam, iam tune educeret illam de eam conservabat, et inducere formam caeli tivam formae. mae ; eo autem modo quo in generatione
potentia materiae. Respondetur negando se- per aliam totalem action~m omnino distinc- 4. lmrantiae satisfit.- Sed dlcet rursus naturali antecedit ordine naturae antecessit
quelam, et ad probationcm negatnr assump- tam, in eo casu (si possibilis est) fatebimur aliquis, esto haec vera sint, nihilominus pri- etiam in prima elementorum crea~ione. Nam
tum, quia etiam tune non posset dici caelum illam postcriorem actionem esse eductionem mam formam concreatam huic inferiori ma- revera illa unio formae <'l:d materiam quae
facturo per generationem, et consequenter formae caeli, et consequenter caelum esse teriae non po~se dici eductam de potentia tune. facta es~, fuit. fact.a. cum eadem depen-
nec fonDa eius facta per eductionem, quia generabile miraculoso ac extraordinario mo- materiae, quia non antecessit tempore ma- dentta ab ulttma dispostttone quam nunc ha-
:;:t.ctio illa ex natura sua non supponit ma- do; negamus tamen formam caeli ex natura teria illa ut existens in potentia ad talem bet in quocumque elemento; ergo cum ea-
teriam factam; quod vero in illo casu mi- sua per talero actionem fieri, sicut fit forma formam; neque enim satis est quod ordine dem causalitate ex parte dispositionis; ergo
raculoso illam supponat, est per accldens et elementi; caelum autem nunc facturo est naturae antecedat; nam etiam materia caeli cum eodem ordine naturae, nam hic ex cau~
non mutat naturam actionis. Et fortasse illa modo suae naturae proportionato, et ideo ordinc naturae antecedit suam formam in salitate sumitur. De ipsa vera materia prima,
actio qua fieret vel conservaretur materia non est similis consecutio. Illam vera diffe- genere causae materialis. Immo addunt ali- hoc est quod contendimus, nimirum, ut for--
sine forma vel sub alia forma distincta non rentiam ínter caelum et elementum colligi- qui ad eductionem forrnae necessarium esse ma educatur de potentia eius non videri ne-
esset eiusdem rationis cum ea qua fit sub ut dispositiones etiam in materia antecedant, cessarium materiam antecedere ordine tem-
mus ex incorruptibilitate unius et corrupti-
propria forma. Et ideo in praedicto casu, quod in creatione elementorum dici non poris sub privatione, sed satis esse quod an-
quando induceretur forma caeli in materiam bilitate alterius; nam quando materia et for- potest. Sed hoc de dispositionibus videtur tecedat ordine naturae; quo modo constar-
praeexistentem, cessaret prior actio qua con- ma sunt inseparabiles natura sua, postulant impertinens; nam disposiciones remotae so- fuisse priorem creationem rnateriae elemen~
servabatur nuda, et inciperet nova actio qua fieri per unam actionem ex se indivisibilem,
Disputaciones metafísicas
672 Disputación XV.-Sección lll 673
ma; puesto que, como dijimos, se trató de dos acéiones .hasta tal punto .s?bor-
dinadas, que la inducción de la forma presupone necesanamente la .creacwn de de privación, sino que se precisa otra acción distinta en la que se realice la
· d ¡ qu depende como de causa absolutamente necesana. información, acción que puede tener auténtico carácter de educción; en cam-
1amatena,ea e ldl l t p lquese bio, la materia del cielo recibe la forma en la misma acción con que es creada
5 Diferencia entre la materia del cielo y a e os e emen os . or. o
refie;e al concurso para la producción de sus formas.- La sufic:encta de este e informada, y aunque, según la razón propia de causa, se le llame anterior por
modo de antecesión cabe confirmarla de muchos m?dos. ~,n pnmer lugar, a naturaleza, sin embargo, en cuanto existente en potencia e investida en cierto
· · ¡ dicho· pues basta con ella para que la mduccwn de la forma sea modo de privación, no se le llama de manera alguna anterior por naturaleza;
prwnporo , , · d" no teniendo, por lo tanto, la prioridad de naturaleza que debe darse necesa-
una acción de la misma naturaleza que aquella que sen~ postenor en uracwn,
si Dios crease primero la materia sin .forma Y. lueg~ 1~, informa.se; pues la s~la riamente para la educción de la forma. Juzgo, por esto, lo más probable que
interrupción temporal no basta para mtroductr varmcwn esencial en .l~s accio- sean completamente distintas las caracteristicas de la información primera de la
nes; luego esa misma antecesión de naturaleza basta para la .. educ~wn de la materia de las cosas generables y la de las celestes.
forma. En segundo lugar, con un ejemplo; porque si en el tmsmo mstante e_n
que es creado el aire, es iluminado por el .sol, esa luz se e~uce . de .1~ potencm Solución de la cuestión
del aire, pues doy por supuesto que cualqmer otra clase de. ilummacwn se p~o
duce por educción, punto que luego demostraré; mas el atre en este ca~o solo ó. La primera verdad para mí en este problema es que en la creación de
antecedería a la inducción de la luz en orden. de .natt.~.raleza, como es. ,evidente; una cosa corruptible, bien de un elemento, bien de otra cosa cualquiera, inter-
luego. La mayor es clara, puesto que e~a ilummación es una accw~ verd~ vienen l?s dos acciones antes explicadas. Esto lo apuntó Enrique, Quodl. I,
dera y es esencialmente distinta de la creación. En tercer lugar, por la diferencia q. 10, c1tando a San Agustín, lib. XIII de las Confesiones, c. 33, quien dice
entre Ja materia del cielo y la materia de un elemento p_?r lo que se refie~e a la que la materia fue hecha de la nada absoluta y, en cambio, la disposición 'Tisi-
antecesión respecto de la forma; en efecto, hay q~e senalar una doble di~eren ble del mundo de una materia informe, aunque en ese pasaje San Agustín ~e
cia en estrecha relación con este problema. La prrmera es que la ma!erm del refiere indiferentemente a los cielos y a los elementos. Ni tiene por qué extra-
cielo tampoco en el orden de naturaleza antecede abs~lutamen~~ a la mtroduc- ñarnos esto, puesto que en la conservación del fuego o de otra cosa semejante
ción de la forma propia, puesto que está en necesana conexwn con ell~, de intervienen esas dos acciones, según da a entender sufi.cieqtemente la razón de
suerte que sin ella no puede ser creada de un modo natural; en cambio, la que, al cesar una, persevera la otra. Mas de acuerdo con la doctrina de Santo
materia del fuego precede absolutamente en orden de naturaleza por n? tener Tomás, la conservación, hablando con rigor, es la misma acción que la produc-
conexión intrínseca con la forma del fuego, sino por poder ser cr:ada baJo otras ción; luego. Más aún, en la conservación del hombre intervienen tres acciones,
distintas. La segunda diferencia, que explica la prece~ente, constste ~n que la a saber: la conservación de la materia, la conservación del alma y la conserva-
materia del fuego de tal manera es anterior, que en vtrtud de la acción por la ción de la unión o del todo, las cuales inferimos legítimamente que son distin-
que es creada podría existir con privación de la forma de fu~go. D~ esta su~rte, tas, del hecho de que al desaparecer esta última, permanecen las otras dos de·-
no sólo de la materia, sino de la materia en cuanto es pote~ct~) se dice qu~ ti~?e duciéndose también de aquí rectamente una prueba de que esas mismas' tres
-prioridad de naturaleza, no por tener realmente con anteriOridad una pnya~wn acciones intervienen en la producción del hombre; luego lo mismo proporcio-
adjunta, sino porque, en virtud de la acción por la que es creada, no esta hbre nalmente acaecerá en las demás cosas.
7. Además, tengo igualmente por cierto que la acción por la que recíbe la
forma la materia de las cosas generables en el primer instante de su creación es
torum inductione formae; nam illae fuerunt troductionem luminis, ut constat; ergo. M~
ior patet, quia illa illuminatio. est prop~m
duae actiones ut declaravimus, ita subor- et per se actio distincta a creauon~. Tertlo,
dinatae, ut inductio formae essentialiter sup- non caret privatione, sed necessaria est alía omnino nihila, mundi autem speciem de
ponat creationem materiae, a qua pendet Ut ex differentia inter materiam caell et ma- actio qua informetur, quae potest habere ve- informi materia factam esse, quamquam ibi
teriam elementi quoad antecessionem ad for- ram rationem eductionis; matf.ria autem Augustinus indifferenter loquatur de caelis
a causa omnino necessaria. mam · est enim duplex differentia notanda
S. Discrimen inter materiam caeli e_t ele- caeli eadem actione qua creatur, informatur, et elementis. Neque est cur hoc mirum vi-
et q~ae maxime ad rem pertinet. Prior est et, licet secundum propriam rationem cau- deatur, quandoquidem jn conservarione ignis
mentarem quoad concursum ad effectzonem
suarum formarum.- Quod autem h~ec an- quod materia caeli etiam ordine naturae n~m sandi dicatur prior natura, tamen, ut exi- vel alterius rei similis duae acciones inter-
tecessío sufficíat potest roultis modts con· antecedit simpliciter introductionem proprme stens in potentia et aliquo modo sub priva- veniunt, ut satis declarar illa ratio quod una
firmari. Primo a priori ex dictis; nam illa formae, quia habet cum illa necessariam tione, nullo modo dicitur natura prior, et cessante, alia perseverat. Sed iuxta doctri-
connexíonem ita ut sine illa modo conna- ideo no habet eam prioritatem naturae quae nam D. Thomae, conservarlo, per se lo-
satis est ut ea inductio formae sit actio turali creari ~on possit; materia autem ignis
eiusdem rationis cum ea quae posterior es- ad eductionem formae necessaria existit. quendo, est eadem actio cum productione;
simpliciter antecedit ordine naturae, quia Quamobrem probabilissirnum existimo esse ergo. Immo, in conservatione hominis tres
set duratione si Deus prius materiam sine
non haber intrinsecam connexionem curo interveniunt actiones, scilicet, conservatio
forma crear~t et postea eam informa~e~. forma ignis, sed posset sub aliis creari. Pos-
longe disparem rationem de prima informa-
-Nam sola temporís interruptlo non suff1c1t tiene materiae rerum generabilium et cae- materiae, et conservarlo animae, et conser-
terior differentia, quae praecedentem decla- lestium. varlo uníonis seu totius, quas esse distinctas
variare actiones essentialiter; ergo eadem
rat, est quod materia ignis ita est prior ut inde recte colligitur quod hac cessante aliae
antecessio naturae sufficit ad eductionem ex vi actionis pl!r quam creatur posset es'ie Resolutio quaestionis
formae. Secundo a simili, quia si eodem in- duae manent, et inde etiam recte fit argu-
stand quo aer creatur, illumi?etur. a sale, sub privatione formae ignis. Et hoc modo 6. In hac re verum imprimís censeo in mentum easdem tres actiones in productione
lumen illud educitur de potentm aens; sup- non solum materia, sed materia ut in po- creatione reí corruptibilis, sive elementi sive hominis intervenire; ergo idem est propor~
pono enim alias illuminationes fierí per tentia, dicitur esse prior natura, non quia alterius cuiusvis, intervenire duas illas ac- tionaliter in alüs.
-eductionem, quod ínfra ostendam; sed aer in re orius habeat pri vationem annexam, cione!'- supra dedaratas. Quod indicavit Hen- 7. Deinde verum etiam censeo acrionem
tune solum ordine naturae antecedere~ in- sed quia ex vi actionís per quam creatur, ricus, Quodl. 1, q. 10, citans Augustin., illam per quam materia generabilíum in-
XIII Confes., c. 33, dicentem materiam de formatur in primo instanti suae creationis,
4>
·,?r"
'<:
sentido, se afirma que se concrea aquello que .es hech~, juntamente c~n la cosa produce la generación mientras se produce el término mediante ella, del mismo
que es creada, aunque no sea hecho con kt~ misma accwn? as.í, por eJemplo, se modo es educida de la potencia de la materia, que hace respecto de ella oficio
dice que la gracia fue concreada con los ange.les y se dice Igualm~nte que la de causa material, tal como se explicó antes, y depende de ella esencialmente
forma de la tierra fue concreada con la rnaterta, y lo concreado asi puede ha- en su producción y en su ser, cosas ambas que se identifican en la generación.
cerse mediante una acción que sea en realidad de la misma naturaleza que la Lo mismo hay que juzgar, finalmente, de la unión de la forma con la materia,
educción, por más que no le sea aplicado este no~bre debi~o a ~a simulta~~i unión que de suyo no se educe, sino que la que se educe es la forma en cuanto
dad de la creación del sujeto. De aquí brota tambien con evidencm la solucwn unida con la materia, y en este sentido se coeduce también -por así decirlo-
del cuarto argumento, tomado de la concreación de las potencias en la s~stan~~a la unión misma. Esto ciertamente parece legítimo afirmarlo en las formas ma-
del alma o del ángel. En este último argumento se presenta una especial difi- teriales.
cultad, que cabría tratar aqui en cuarto lugar, sobre la educción de la fo~ma 11. Si la unión del alma racional se educe de la potencia de la materia o
sustancial de la potencia del sujeto; sin embargo, puesto que vamos a dedicar d~ _la potencia del alma misma.- Empero, en el alma racional reviste esto especial
a la forma accidental la disputación siguiente, allí. expondremos más oportuna- dificultad, porque, por una parte, parece que se educe la unión, puesto que es pro-
mente esta dificultad. ducida esencialmente, mediante verdadera acción, distinta de aquella con que se
10. Si los modos sustanciales se educen de la potencia de la materia.- A su 1 produce la forma; y digo que la unión es producida esencialmente, entendiéndola
vez, el quinto argumento plantea otra dificultad a propósito de lo~ modos ~us como término formal, ya que el término adecuado es el hombre; mas esto basta
tanciales, a saber: si se puede decir que se educen de la potencia del SUJeto, para una verdadera educción, porque, según diremos en seguida, la forma nun-
·como, por ejemplo, la subsistencia de la potencia o capaci~ad de la naturaleza, ca es esencialmente término de una acción, a no ser término formal e incom-
cuyo término es; y éste mismo es el caso del modo de untón de la forma res- 1 pleto; luego la unión del alma con el cuerpo se educe propia y esencialmente.
pecto de la potencia de la forma misma o del sujeto; y a~ respecto de _la ge-
·neración sustancial cabe preguntar si se educe de la potencm de la matena. ~e
! Además, en su producción y en su ser depende esencialmente del cuerpo como
de causa material; por consiguiente, tiene lugar una verdadera educción. Mas
todos estos casos hay que decir, en resumen, que en ellos se da una espec1e
1 en contra está el que dicha unión es un modo espiritual; luego no es posible
de modo o participación de la educción, pero que, sin embargo, no les conviene l afirmar de ella más que del alma misma que se educe de la potencia de la
con la misma propiedad que a la forma sustancial; en efecto, la subsistencia no l materia. La consecuencia es evidente, porque repugna que una cosa espiritUal
se hace mediante una verdadera acción; además, propiamente no informa, y esté contenida en la potencia de la materia. El antecedente, a su vez, no ofrece
-en consecuencia- no se compara con la naturaleza como con su sujeto y cau- duda, puesto que dicho modo afecta inmediatamente al alma misma a la qt:e
sn material propia, razón por la cual, desde este punto de vista, no se dice con une a la materia, debiendo serie, por tanto, proporcionado y -en consecw!n-
-propiedad que se educe; en cambio, imita a la educción en esto, en que en su cia- espiritual como lo es ella misma. Y se confirma, puesto que si la for ...
ser y en su producdón -sean cuales sean- depende en absoluto de la natu- ma no está contenida en la potencia de la materia, tampoco puede estar con-
raleza, a la que sirve esencialmente de término y a la que actualiz~ a s~ manera, tenida la unión, ya que la unión no es más que un modo de la forma· pOJ."
-según explicaremos más' ampliamente luego al tratar de la subsistencm. Igual- consiguiente, si la forma no se educe, tampoco puede educirse la unión. esto A
mente, por lo que a la generación sustancial se r:fiere, no tant~ es hecha ella, hay que responder que este modo de unión es como un medio o vínculo entre
cuanto es el proceso mediante el cual es producida la sustancia; por eso no la forma y la materia y que, por ello, alcanza a ambos y los modifica de algún
tanto se educe cuanto que es la educción misma; no obstante, al igual que se modo, y, por tanto, depende de las dos en su producción y en su ser. De donde
citur concreari quod simul fit cum re quae tentia seu capacitate naturae quam termi- generatio fit duro per eam fit terminus, et ut quo; illa ergo unio animae ad- corpus
creatur, quamvis non eadem actione fiat, ut nat; et ide m est de modo unionis forma e etiam ipsa educitur de potentia materiae a proprie ac per se educitur. ltem, essentia-
dicitur gratia concreata cum angelis, et sic respectu potentiae ipsius formae vel sub- qua materialiter causatur, ut supra dictum liter pendet in fieri et in esse a corpore ut
etiam d\citur forma terrae concreata mate~ iecti; itnmo et de generatione ipsa substan- est, et ab ipsa essentialiter pendet in fieri a materiali causa; ergo proprie educitur~
riae, et quod sic concreatur potest fieri per tiali quaeri potest an educatur de potentia et in esse, quae duo in generatione ídem In contrarium vero est quia illa unio est
act:o,,.m quae in re sit eiusdem rationis cum materiae. De quibus omnibus breviter di- sunt. Denique ídem iudidum est de unione modus quidam spiritualis; ergo non potest
educt\one, quamvis propter concomitantiam cendum est in illis esse quemdam modum formae ad materiam, quae tamen non per educi de potencia materiae magis quam ipsa
<:reationis subiecti eo nomine non appelletur. vel participationem eductionis, non tamen se educitur, sed educitur forma ut unita anima. Patet consequentia, quía repugnat
Et hinc etiam patet solutio ad quartam ra~ ita proprie illis convenire sicut formae sub- materiae, et sic etiam (ut ita dicam) coedu- rem spiritualem contineri in potentia ma-
tionem, quae su-mebatur ex concreatione po- stantiali; subsistentia enim non fit per pro- citur ipsa unio. Quod quidem recte dici teriae. Antecedens vero patet, quia ille mo-
tentiarum in substantia animae vel angeli. priam actionem, et praeterea non proprie videtur in materialibus formis. dus proxime afficit animam ipsam, quam
r~f":b,,. vera in illa ultima ratione specialis informat, et consequenter non comparatur 11. Unía rationalis animae an educatur unit materiae; est ergo illi proportionatus
difficultas. quae hic poterat quarto loco trac- ad naturam ut ad subiectum et propriam de potentia materiae, an ipsius animae.- et consequenter spiritualis, sicut ipsa est.
tBri ¿, edPctione formae accidentalis de po- materialem causam, quare ex hac parte non ln anima vero r8.tionali habet peculiarem Et confirmatur, quía, si forma non contine...
tentia subiecti; tamen, quia de forma ac- dicitur proprie educi; in hoc autem imita- difficultatem, quía ex una parte videtur tur in potentia materiae, neque unio conti-
cidentali sequentem disputationem institu- tur eductionem, quod in suo esse et fieri, educi illa unio, quia fit per se per propriam neri potest, quia unio non est nisi modus
turi sumus, ibi commodius difficultatem qualecumque illud sit, omnino pendet a na- formae: ergo, si forma non educitur, neque
tura quam per se terminat et suo modo actionem distinctam ab ea qua fit forma; unio educi potest. Ad hoc dicendum est
hanc exnlicabimus. dico autem unionem per se fieri ut forma~
10. Substantiales madi an educantur ex actuat, ut latius declarabimus infra tractando hunc modum unionis esse veluti mediu'm
de subsistencia. Generatio itero substantia- lem terminum, nam adaequatus est horno; quoddam seu vinculum inter formarn et ma-
potrnt1a materiae.- Quinta vero ratio petit id autem satis est ad propriam eductionem,
diffict1ltatem aliam de modis substantialibus, lis non taro fit quam est via :per quam fit teriam, et ideo utramque attingere et ali-
an, scilicet, dicendi sint educi de potcntia substancia; unde non taro educitur quam quia, ut statim dicemus, forma nunquam qualiter afficere, et ideo ab utraque pendei.'e
subiecti, ut, verbi gracia, subsistencia de po- est ipsa eductio; eo tamen modo quo ipsa est per se terminus actionis nísi formalis in fieri ct in esse. Quo fit ut hic modüs
Disputación XV.-Sección IV 679
678 Disputaciones metafísica.
Otros distinguen dos acciones incluso en la .producci<)n de las formas materi~
~esulta que este modo del alma racional, por más que sea espiritual en su en- les. Una, por la que es hecha la forma, y otra, por la que se une; y de la pn·
tidad, participa, sin embargo, de las características de una cosa material, ya por- mera conceden que tiene esencial y primariamente por término a la forma, aun-
que depende en absoluto de la materia, ya por_que -a su manera- se coex- que la segunda tenga por término primario al compuesto. Esta opinión se toma
tiende con ella, aunque por parte del alma no tenga extensión. Así, pues, por de Durando, In ll, dist. 1, q. 4, hacia el fin.
este motivo, puede dicho modo educirse de la potencia de la materia, aunque
no se eduzca de sola ella, adecuada y primariamente, puesto que se educe tam-
bién de la potencia del alma misma, a la que esencial y primariamente modifica Solución de la cuestión
y une con la materia. 3. Sin embargo, ambas sentencias son falsas. De la segunda hablarem~s
ampliamente luego al explicar los diversos modos de causación de la causa .e~l
SECCION IV ciente. Por ahora baste proponer contra ella un argumento que se deduce f~cil
mente de lo que llevamos dicho hasta aqui: en efecto, las formas matenales
SI LA FORMA SE PRODUCE PROPIAMENTE AL EDUCIRSE DE LA MATERIA -ya que de ellas solas tratamos- no existen ni siquiera según la entidad que
les corresponde sin el concurso material del sujeto; ahora bien, el sujeto no
l. Esta dificultad es resultado de las anteriores y contribuye a una mayor influye en la forma, a no ser en cuanto ésta se le une, según se desprende de
explicación de las mismas. En efecto, como se dijo que la educción es una ac- lo que dijimos antes a propósito de la causa material; luego esa forma no _PUe-
ción por la que de tal modo se produce la forma en la materia con depen- de producirse mediante una acción que no sea unitiva de la forma al SUJeto;
dencia de ella, que la materia misma no se produce en esa acción, parece se- no cabe, por tanto, en este caso distinguir dos ~cciones según la reali~ad, su;o
guirse de aquí que mediante tal acción esencial y primariamente sólo es pro- sólo según la razón, o según nuestros conceptos madecuados, o, a lo mas, segun
ducida la forma, cosa que está en contradicción con Aristóteles, VII de la Meta- las diversas partes que se unen entre sí esencialmente, como explicaremos en el
física, text. 26 y 27, y lib. VIII, text. 4. La consecuencia es clara, porque me- lugar citado.
diante dicha acción es sólo la forma la que -según su totalidad- se educe del 4. Doble término de la acción.- La primera sentencia está en contradic-
no ser al ser; en cambio, el todo únicamente se hace en cuanto resulta de la ción con los lugares citados de Aristóteles, a quien sigue el Comentador en los
unión de partes ya hechas; luego la que primaria y más propiamente es hecha mismos pasajes, y en el lib. XII Metaph., com. 12 y 18, y ~~nto To':"ás en los
es la forma. Pri..-nariamente, porque para que el todo pueda componerse de sus mismos pasajes y en I, q. 45, a. 4 y 8, donde en la solucwn. al P.nmer ~rgu·
partes, hay que suponer forzosamente esas partes en posesión del ser. Y más mento añade que las formas no se producen esencmlmente, smo solo acciden-
propiamente, porque aquello que es educido del no ser al ser según su entidad talmente; lo cual se ha de entender con sentido recto, tomando la palabra acci-
es hecho con más propiedad que lo que únicamente se compone de partes ya dentalmente con amplitud, de suerte que equivalga a juntamente con otro; pues
existentes. es más propio decir que la forma se genera conjuntamente, según da a entender
2. En este problema, la primera sentencia admite, según parece probar el el mismo Santo Tomás en ese a. 4, y en q. 65, a. 4. Defiende expresamente
argumento expuesto, que es la forma la que se hace propia y esencialmente; esto mismo Escoto, VII Metaph., q. 10; Antonio Andrés, q. 9; Zimara, theo-
as! consta en San Alberto, II De anima, tratado I, c. 1 y 3, donde dice que de rem. 100; Soncinas, VII Metaph., q. 23. La razón es porque el hacerse corres-
estas tres cosas -materia, forma y compuesto-, propia y primariamente el ponde esencial y primariamente a quien corresponde la existencia, puesto que
ser es la forma, posición que defiende también ampliamente Zimara, theorem. 20.
nes etiam in effectione formarum materia- tum; non possunt ergo ibi duae actiones
animae rationslis, Iicet in sua entitate spi- actionem solam formam per se primo fieri, Jiu~. Unam, qua fit forma; aliam, qua uni- secundum rem distinguí, sed solum secun-
quod repugnat Aristot., VII Metaph., text. tur; et de priori concedunt per se primo dum rationem vel inadaequatos conceptus,
ritualis sit, conditiones tamen participet rei vel ad summum secundum partes quae es-
materialis, quia et a materia omnino pendet 26 ct 27, et lib. VIII, text. 4. Sequela patet, terminad ad formam, licet posterior termi-
et illi suo modo coextenditur, quarovi_s ex quia per illam actionern sola forma secun- netur primario ad compositum. Haec opinio scntialiter inter se coniunctae sint, ut dicto
parte animae extensionem non habeat. Prop- dum se totam educitur de non esse ad esse, sumitur ex Durando, In II, dist. 1, q. 4, loco declarabimus.
ter hanc ergo causam potest ille modus totum autem non fit nisi quatenus coalescit ad ultimum. 4. Duplex actionís terminus.- Prior
educi de potentia materiae, quamvis non ex partibus iam factis; ergo forma est quae vero sententia repugnat revera Aristoteli ci-
adaequate neque primario ex sola illa; nam fit, et prius et proprius. Prius quidem, quia, Quaestionis resolutfo tatis locis, quem sequuntur Commentator,
educitur etiam de potentia ipsiusmet ani- ut totum ex partibus componatur, oportet cisdem locis, et XII Metaph., com. 12 et
3. Uuaque tamen sententia falsa est. Et 18, ct D. Thom., ibid., ct 1, q. 45, a. 4
mae, quam per se primo afficit et unit ma- ut partes supponantur habentes esse. Pro- de hac quidem postcriori diccmus late infra,
teriae. prius vera, quia id quod secundum suam et 8, ubi solutione ad 1 addit formas non
explicando varios modos causandi efficientis fieri per se, sed per accidens tantum, quod
entitatem educitur de non esse ad esse pro- causae. Nunc sufficiat contra il.lam ratio,
SECTIO IV prius fit quam quod solum componitur ex est sano modo intelligendum, late utendo
qua e ex hactenus dictis facile colligi potest; verbo per accidens prout idem est quod
iam existentibus. nam formae materiales (de his enim tan-
AN FORMA, DUM TIX MATERIA EDUCITUR, 2. In hac re prior sententia admittit, cum alio; proprius vero dicitur forma haec
PER SE FIAT tum est sermo) non sunt etiam quoad en- congcnerari, ut idem D. Thomas significat
quod ratio facta probare videtur, formatl) titatem suam sine concursu materiali sub-
l. Haec difficultas oritur ex superiori- proprie ac per se fieri; ita sumitur ex Al- iecti; sed subiectum non influit in for- in illo a. 4, et q. 65, a. 4. Idem tenet expre<;-
bus et ad eas rnagis explicandas confert. berto, II de Anim., tract. I, c. 1 et 3, ubi mam nisi quatenus sibi unitur, ut constat se Scot., VII Metaph., q. 10; Anton. Andr.,
Nam, cum dictum sit eductionem esse ac- ait quod inter haec tria, materiam, formam ex dictis supra de materiali causa; ergo non q. 9; Zimar., Theorem. 100; Soncin., VII
tionem qua ita fit forma in materia depen- et compositum, forma proprie et primo est potest talis forma fieri per aliquam actio- Metaph., q. 23. Ratio autem est quia eius
denter ab illa ut per eam actionem non fia_t ens, quod etiam late defendit Zimara, nem quae non sit unitiva formae ad subiec- est per se primo fieri cuius est esse, cum
ipsa materia, inde sequi vjdetur per talero Theorem. 20. Alü distinguunt duas actio-
6c_c8_cO_____________________ ~D=is._p=utaciones m:~físicas, Disputación XV.-Sección IV 681
el hacerse tiene por fin la existencia; ahora bien, propiamente existe lo que sub- simple, pudiendo, por ta~to, tener por término una entidad parcial, si por
siste; luego esto es lo que propiamente se produce; mas no son las formas las su naturaleza es apta para ser producida de este mo'do; de este tipo es la crea-
que subsisten, sino los s~res que de ellas se componen; luego son los compues- ción del alma racional, y lo mismo hay que decir, a mi juicio, de la creación de
tos el término principal y propio de la acción. Se confirma, pues la acción) 1~ materia prima. En cambio, h~y otra acción meramente unitiva y no produc-
según damos por supuesto, es una sola; luego también el término adecuado es t~va ~e lo.s, componentes; por eJemplo, la generación del hombre, y ésta tiene,
único; mas éste no puede ser la forma, puesto que lo que se produce realmente sm. dtscuswn,, el compue~~o como término quod, y la unión como término quo.
es el compuesto, que no es una forma; luego. Por razón de mayor claridad E~ste, ~demas, otra .a~cwn en tal grado productiva de un compuesto, que al
suele distinguirse un doble término, el ut quod y el ut quo; es decir, aquel mtsmo ttempo es umttva y produce conjuntamente todos los componentes· tal
que se hace absolutamente y aquel con que se hace. Así, pues, el compuesto es 1~ cre.ación del cielo, de la que es evidente que tiene por término es:ncial
es el término qui o el ut quod, pues es lo que esencial y primariamente se hace; y prtmano al compuesto, y a la materia y forma por concomitancia. Finalmente,
en efecto, es lo que preferentemente se pretende con la generación, y constituye hay otra acción que es al mismo tiempo unitiva y productiva de una de las
el término último de la generación, lo cual es evidente por semejanza en los partes componentes por presuponerse la otra, y de esta clase es la acción educ-
seres artificiales; en efecto, la casa es lo que esencial y primariamente se edi- tiva de que ahora tratamos, no siendo esenciai, por tanto que su término ade-
fica, etc. En cambio, el término quo es la forma, ya que se produce en orden cuado sea producido de nuevo hasta tal punto que n; se presuponga parte
a la constitución del compuesto. Por eso, como la palabra educir propiamente alguna suya.
sólo indica relación a este término quo, sólo de la forma se dice propia y ab- 6. De aquí deducimos, de paso, que esta sentencia Úo sólo es verdadera
solutamente que se educe de la potencia de la materia, mas no del compuesto; en las forma~ sustan~iales, sino también en las a~cidentales, por más que Escoto·
en cambio, la palabra generarse o hacerse manifiesta principalmente relación con antes, Antomo Andres. y otros se hay~n pronunciado en sentido contrario por el
lo que existe o se hace, y por eso absolutamente se dice de la forma y no hecho de que del accJ~ente y del su¡~to resulta un uno per accidens, cosa que
de la materia. no I?arece posible medtante una accton y causahdad esencial. Empero, la sen-
5. Al argumento en contra se responde negando la consecuencia, porquf!t t:ncta propuesta es verdad~ra, pues Aristóteles habla universalmente y trae-
refiriéndose al orden del tiempo, la forma no se hace antes que el compuesto, eJemplos sobre todo de acctdentes. Y, por fin, defiende esto mismo expresa-
ni viceversa. En cambio, refiriéndose al orden de naturaleza, no sólo se hace mente y en concreto en el texto 32 respecto de las formas accidentales. En
antes el compuesto, sino que en rigor sólo él se hace mediante esta acción, efecto -como dice allí-, la razón es la misma, porque con mucho mayor mo-
mientras que la forma únicamente es coproducída. Y aunque concedamos que tivo no son propiamente los accidentes los que se hacen, a no ser en cuanto,
en algún género de causa la forma se educe con prioridad de naturaleza, en una unidos al sujeto y brotando de él. Ni hace al caso que sean erites per accidens
especie de orden de ejecución, sin embargo no se entiende una acción como y~ que ti.enen una co~po~ición real,_ verdadera y física, implicada de suyo e~
absolutamente terminada, ni como hecho aquello que esencial y primariamente dicha acctón; por consigmente, medtante ella se hace esencial y primariamente.
se pretende, hasta que exista todo el compuesto. Y carece de importancia el el compuesto accidental, puesto que también la acción misma es accidental.
que se dé por supuesta una parte del compuesto y no de la forma, puesto que
es preciso distinguir cuatro génerOs de acciones; pues hay una acción que es termin~i potcst ad entitatel!l partialem, si 6. Atque bine obiter coiligitur hanc sen--
meramente productiva y no unitiva, que tiene siempre por término una cosa nata s1t hoc modo produc1; et talis est tentiam non solum in substantialibus for~
creatio animae rationalis, atque idem est de mis, sed etiam in accidentalibus veram es"
creatione materiae primae, ut opinor. Alia se, etiamsi Scotus supra, Anton. Andr. et
ficri tendat ad esse; sed id proprie est quod non autem compositum; verbum autem ge~ est actio unitiva tantum et non productiva alii oppositum significent, eo quod ex ac..
subsistit, ergo id proprie fit; sed hae for- nerari aut fieri dicit habitudinem princi- componentium, ut est generatio hominis, et cidente et subiecto fiat unum per accidens,
mae non subsistunt, sed composita ex ip- palem ad id quod est vel quod fit, et ideo haec sine controversia terminatur tantum ad quod non videtur posse fieri per actionem
sis; ergo ad composita proprie et princi- simpliciter dicitur de forma et non de ma- compositum ut quod et ad unionem ut quo. e~ causalitatem per se. Sed sententia propo-
paliter terminatur actio. Confirmatur, nam teria. Rursus, est alía actio ita productiva alicuius Sita vera est, nam Aristoteles universaliter
actio est una, ut supponimus; ergo et ter- 5. Ad argumentum in contrarium respon- compositi ut simul sit unitiva et comproduc- loquitur, et maxime adhibet exempla in ac..
minus adaequatus est unus; sed hic non detur negando sequelam, quia, loquendo de- tiva omnium componentium; et huiusmodi cidentibus. Ac tandem in text. 32, expresse
potest esse forma, quía compositum revera ordine temporis, non prius fit forma quam est creatio caeli, quam constat per se primo et in particulari hoc docet de formis acci-
fit, et non est forma; ergo. Maioris autem compositum, neque e converso. Loquend<> terminari ad compositum, concomitanter dentalibus. Nam (ut ibidem ait) ratio eadem
claritatis gratia distinguí solet duplex ter- autem de ordine naturae, compositum non vero ad materiam et formam. A1ia denique est, quia multo magis accidentia non per se
minus, scilicet, ut quod et ut quo, seu qui solum prius fit, sed etiam absolute illud est actio simul unitiva et comproductiva fiunt, sed ut unita subiectis et ex illis. Nec
absolute fit vel quo aliud fit. Compositum solum fit per harre actionem; forma vero alterius partis componentis ex praesupposi~ refert quod sint entia per accidens, nam
ergo est terminus qui seu ut quod, quía solum confit. Et quamvis demus in aliquo tione alterius; et huiusmodi est actio educ~ realero et veram ac physicam compositio-
illud per se primo fit; nam illud maxime genere causae formam prius natura educi tiva de qua nunc agimus, et ideo non est nem habent, quam per se includit illa ac-
intenditur per generationem et in id ulti~ quasi ordine exsecutionis, absolute tamen de eius ratione ut ipsius adaequatus termi- tio; et ideo per illam fit per se primo com-
mate terminatur generado, et a simili patet non intelligitur terminata actio nec factum nus ita fiat de novo ut nulla eius pars prae- positum accidentale, nam et actio ipsa ac-·
in artificialibus; nam domus est quae per id quod per se primo intenditur, donec sit &upponatur esse. cidentalis est.
se primo aedificatur, etc. Terminus autem totum compositum. Nec refert quod aliqua
qua est forma, quía fit u·t per eam campo~ pars compositi supponatur, et non formae;
situm constituatur. Unde, quía verbum educi oportet enim quatuor genera actionum di-
proprie tantum indicat habitudinem ad hunc stinguere: quaedam enim est actio produc-
terminum quo, ideo proprie ac simpliciter tiva tantum et non unitiva, et haec semper-
dicitur forma educi de potentia materiae, terminatur ad rem simplicem, et ideo ex se
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección V 683
debe entenderse, y afirmemos únicamente qne la forma es el acto del cuerpo
SECCION V físico, suprimiendo la parte restante que separa el alma de las formas de lps
seres inanimados. A su vez, por cuerpo físico podemos entender o la materia
CUÁL ES LA NATURALEZA PROPIA DE LA FORMA SUSTANCIAL
misma, en cuanto es una de las partes del compuesto natural, a la cual, para ser
Y SU CAUSALIDAD PROPIA EN SU ORDEN informada por la forma, se la supone siempre en el orden de naturaleza en
su género de causa modificada por la cantidad y algunas disposiciones próxi-
1. Descripción de la forma en general.- Por lo dicho sobre la existencia de mas, pudiendo por este motivo ser llamada cuerpo físico; o podemos entender
la forma sustancial y el modo cómo se produce, se comprende fácilmente qué es también por cuerpo físico el mismo ser natural compuesto de materia y forma,
y cuál es su modo de causar; podemos abarcar ambas cosas en esta breve des- respecto del cual se llama a la forma acto constitutivo· del mismo, tal como
cripción : forma es una sustancia simple e incompleta, la cual, como acto de la Aristóteles la definió diciendo que era acto del viviente, es decir, con que vivi-
materia, constituye con ella la esencia de la sustancia compuesta. En esta des- mos. Ambas relaciones quedan, pues, explicadas en la referida parte de nue~tra
cripción la sustancia se pone en el lugar del género, de acuerdo con el modo descripción; pues la forma sustancial es sustancia incompleta de tal suerte que
como era dividida por el Filósofo en materia, forma y compuesto. Y mediante es acto de la materia; es decir, un acto o actualmente informante o destinado
esa palabra se distingue esta forma de las accidentales) las cuales no son ·sus- por su naturaleza a informar la materia; porque, según suele decirse, en las
tancias; puede también distinguírsela de los modos sustanciales, porque aun- definiciones las palabras expresan la aptitud, siendo concebida así el alma ra-
que estos modos se reduzcan al predicamento de la sustancia, no son, sin em- donal, aunque esté separada del cuerpo. De aquí le viene consecuentemente el
bargo, sustancias con la misma propiedad; por eso, tampoco Aristóteles los que, juntamente con la materia, pueda componer la esencia de un ser natural,
enumeró en aquella división, puesto que propiamente no son entidades sustan- que es la sustancia compuesta; por lo cual, en el lib. II de la Física, c. 3, dice
ciales como lo es la forma, la cual se llama sustancia por este motivo. Y se Aristóteles que la forma constituye la razón de la esencia o quididad, es decir,
añade simple e incompleta, para distinguirla de la sustancia compuesta con la que es la que plenifica la esencia del compuesto natural, distinguiéndola de las
_primera palabra, y con la segunda de las sustancias separadas, a las cuales suele otras esencial y quiditativamente.
llamarse a veces formas asistentes, por ejemplo, las que mueven les cuerpos 3. Y con esto queda explicada también la causalidad de la forma; en efec-
celestes, las cuales en realidad no ejercen función de causa formal, sino cierta to, al ser la forma esencialmente un acto, implica intrínsecamente --en conse-
eficiencia; por eso no son formas sustanciales en el sentido en que ahora ]as en- cuencia- relación esencial a aquello cuyo acto es y a la actua_ción que sobre
tendemos. él ejerce; por eso la naturaleza de la forma resulta difícilmente explicable, si
2. En qué sentido se llama a la forma acto del cuerpo físico.- La parte no es por relación a su causalidad. Y en ésta podemos distinguir aquellas cuatro
restante de la definición establece la distinción entre la forma y la materia, ya cosas que consideramos en toda causa, a saber: el principio formal de causa-
que también ésta es sustancia simple e incompleta, pero en cuanto potencia, ción, las condiciones necesarias para causar, la causación misma y el efecto pro-
mientras que la forma lo es como acto primario de dicha potencia. Por eso ducido, cosas todas que explicaremos una a una, al igual que lo hicimos en la
Aristóteles, en el lib. II De Anima, definió el alma dicendo que es el acto del materia) aunque, una vez supuesto lo que entonces se dijo, podrán despachars""
cuerpo físico, etc. Esta definición es fácilmente acomodable a la forma en ge- aquí con más brevedad.
neral, con tal que con el nombre de acto entendamos el acto sustancial, como
intelligi debet, et solum dicamus formam rationalis, etiamsi a corpore separata sit. Et
SECTIO V prietate; unde neque ab Aristotele in ea esse actum corporis physici, reliquam par- bine consequenter habet ut cum materia
QUAE SIT PROPRIA RATIO FORMAE SUBSTAN-
partitione emunerantur, quia non sunt pro- tern auferendo quae animam secernit a for- componat essentiam entis naturalis, quod est
TIALIS PROPRIAQUE CAUSALITAS EIUS IN SUO
prie entitates substantiales, ut est forma, mis inanimatorum. Possumus autem per cor- substancia composita; et ideo Arist., II
GENERE
quae hac racione substantia didtur. Additur pus physicum intelligere, vel materiam ip- Phys., c. 3, ait /ormam esse essentiae seu
vera simplex et incompleta ut per priorem sam, quatenus est altera pars compositi na- quidditatis rationem, id est, quae compositi
particulam a composita substantia separetur, turalis, quac, ut forma informetur, semper naturalis essentiam complet et ab aliis es-
l. Descriptio formae in genere.- Ex dic- pel' posteriorem v:::ro a substantiis separa~ supponitur ordine naturae in suo genere sentialiter ac quidditativc eam distinguit.
tis de existentia formae substantialis, et de tis, quae interdum vocari solent formae as- causae quantitate et aliquibus proxirnis dis- 3. Atque hinc explicata etiam est can-
modo quo fit, facile intelligi potest quid sistentes, ut illae quae movent corpora cae- positionibus affecta, et ea ratione corpus salitas formae; nam quía forma essentialiter
ipsa sit et quem modum causandi habeat; lestia, quae revera non exercent munus cau- physicum appellari potest. Vel etiam pos- est acrus, ideo includit intrinsece habitudi-
utrumque autem hac brevi descriptione com- sae formalis, sed efficientiam aliquam; sumus per corpus physicum ens ipsum na- nem transcendentalem ad id cuius est actus,
prehendere possumus : forma est substancia quare non sunt formae substantiales prout turale intelligere quod ex materia et forma et ad actuationem quam in illud exercet;
quaedam simplex et incompleta, quae ut nunc de illis loquimur. constat, cuills actus dicitur forma tamquam ideoque vix potest ratio formae, nisi per
actus materiae cum ea constituit essentiam 2. F arma quomodo dicatu1· actus cor- constituens illud; quomodo etiam Aristotc- habitudinem ad eius causalitatem, declarari.
substantiae compositae. In qua descriptione poris physici.- Reliqua pars definitionis les definivit esse actum viventis seu qua
substantia ponitur loco generis, eo modo qua distinguit formam a materia, quae etiam est In qua possumus quatuor illa considerare
vivimus. Utramque igitur habitudinem in quae in omni causa spectamus, scilicet, for-
a Philosopho distinguitur in materiam, for- substantia simplex et incompleta, tamen ut dicta parte nostrae descriptionis explicui-
mam et compositum. Et per eam particulam potentia; forma vera ut primarius actus il- male principium causandi, conditionem ne-
mus · nam forma substantialis ita est sub- cessariam ad causandum, causationem ipsam
distinguitur haec forma ab accidentalibus, lius potentiae. Et ideo Arist., 11 de Anima, stan;ia incompleta ut sit actus materiae, ac-
quae substantiae non sunt; distingui etiam definivit animam esse actum corporis phy- tus (inquam) vel actu informaos vel na.tura et effectum qui causatur, quae omnia sigil-
potest a modis substantialibus; nam, licet sici, etc. Quae definitio potest facile ad for- sua institutus ad informandam matenam, latim explicanda sunt, sicut in materia fe-
hi ad praedlcamcntum substantiae revocen- mam in communi accommodari, si nomine nam verba (ut aiunt) in definition~bus di.c:unt cimus, licet, suppositis quae ibi diximus,
·:tur, non tamen sunt substantiae in ea pro- acrus substantialem actum intelligamus, ut aptitudinem, et ita comprehenditur amma brevius hic expedid possin~.
:¡
1
j
686 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección VI 687
~--,-----------------~----
misma de causar- mas de acuerdo con esta opinión, la existencia ·no puede dis-- explicarse y corroborarse con lo que se dijo antes en el caso similar de la ma--
tinguirse así, pu~sto q~e la forma causa por su entidad actual, ya. que es inin.. teria, puesto que en lo que a esto se refiere tiene las mismas características que
teligible que cause actualment.e ~ no ser en cuanto posee. su ~nudad act~a~, y· la forma.
fuera de las causas; por cons1gmente, en cuanto posee extstencm. Esta opm10n 5. Las disposiciones connaturales a la forma.- La tercera condición que se
exige una mayor demostración; porque del mismo modo que la actualidad ¿,, puede señalar es una disposición proporcionada por parte de la materia, exigida
la forma no es una condición distinta de la razón de causar o de actuar, tam- necesariamente por la forma para poder conferir su efecto formal. Algunos juz-
poco lo es la existencia, que está íntimamente entrañada en la actualidad mis- gan que esta disposición es hasta tal punto necesaria que incluso por potencia_
ma. Y por lo que se refiere a la necesidad de existencia de la forma como algo absoluta de Dios la forma no puede informar una materia que carezca de toda
previo a su causalidad, hay que decir que no es necesario que le anteceda en disposición, sobre todo de la cantidad. Este es el caso de Enrique en el Quodl.
el orden de la duración, ya que este género de anterioridad nada tiene que ver VII, q. 17. Pero dejando a un lado si por parte de la materia o de la cantidad'
con esto; es más, ni es posible naturalmente, puesto que a la forma no se le hay contradicción en que aquélla se separe de ésta -tema que no podemos
debe la existencia hasta que un sujeto inmediatamente apto la exija, puesto el tratar hasta la disputación sobre la cantidad-, con todo, una vez supuesto que
cual, una vez que la forma existe, lo informa naturalmente. Además, tampoco la materia puede ser conservada por Dios sin cantidad, que es la opinión que
es necesario que la existencia de la forma de tal manera sea algo previo en el juzgamos más verdadera, no habrá contradicción en que una determinada ma-
orden de la naturaleza, que tenga que pensarse en algún signo o momento en teria sea también conservada por Dios en este estado concreto informada por
el que exista y no informe, porque ni se precisa esto para la prioridad de na- la forma sustancial, por no existir conexión alguna tan necesaria entre la forma
turaleZa, ni es inteligible en las formas que dependen de la materia, según se en cuanto ejerce su efecto formal intrínseco y estos accidentes, que no pueda
desprende de lo dicho en la sección precedente. La anterioridad de naturaleza ser conservada sin ellos por Dios. Así, pues, no tiene lugar esa necesidad tan
en algún género de causalidad puede tener lugar y hasta ser necesaria, puestn absoluta; pero que se trata de una condición necesaria de un modo natural
que la causalidad de la forma depende de su entidad y existencia; por eso es y físico, nos lo enseña la misma experiencia. Aquí radica el origen de la co-
necesario que entre la existencia y la causalidad de la forma se dé un orden de rrupción natural de una cosa, debido a la cual la forma se separa de la materia,
naturaleza del que se derive una prioridad -según dicen- a quo, no in qua. siendo el comienzo la pérdida o corrupción de las disposiciones; luego es señal
Sobre estas prioridades se tratarán muchos puntos en las páginas siguientes. de que estas disposiciones son, por lo menos, condiciones necesarias por natu-
4. Intima contigüidad de la forma con la materia.- Como segunda condi- raleza para que la forma informe a la materia. Si se trata de condiciones que
ción necesaria puede señalarse la presencia o contigüidad íntima de la entidad anteceden o siguen a la forma en el orden de la naturaleza, es cosa que se ha
de la forma con la entidad de la materia; esta condición se asigna con toda de decidir por lo dicho en la disputación anterior.
verdad y es necesaria hasta tal punto, que sin ella ni por potencia absoluta de
Dios puede la forma producir su efecto formal. ¿Pues quién es capaz de en- Explicación de la causalidad de la forma
tender que una forma sustancial locativamente distante del cuerpo va a com-
poner una sustancia con unidad per se? Así, pues, esta composición se realiza 6. En cuanto al tercer punto sobre la causalidad actual de la forma misma
mediante una unión íntima, la cual, aunque no consiste en la presencia local, -en qué consiste- no es fácil explicarlo; sin embargo, valiéndonos de lo di-
sino en algo distinto de ella, sin embargo, la exige necesariamente. Y esto puede cho acerca de la materia, podemos ir adelantando gradualmente en su explica-
ción. En primer lugar, parece cierto que esta causalidad es en la naturaleza
sandi; existentia autem non potest sic di- materia pendent intelligi potest, ut ex dic-
stingui iuxta illam opinionem, quia forma tis sectione praecedenti constat. Antecessio in simili de materia, declarad amplius ac centem suum intrinsecum effectum forma-
causat per suam entitatem actualem, quia autem naturae secundum aliquod genus cau- persuaderi potest; nam quoad hoc eadem lem, et haec accidentia, ut non pm:sit a Deo·
non potest intelligi actu causare nisi ut ha- salitatis· intervenire potest et necessaria est; est ratio de forma. sine illis conservad. Non inrercedit igitur
bens entitatem suam actualcm et extra cau- nam causalitas formae ab eius entitate et S. Dispositiones connaturales formae.- tam absoluta necessitas; quod vero haec
sas ; ergo ut habens existentiam. Atque haec existentia pendet; unde necesse est ut inter Tertia conditio assignari potest dispositio conditio modo naturali et physico necessaria
opinio magis probanda est; quia sicut ac- existentiam et causalitatem formae sit ordo accommodata ex parte materiae, quam ne- sit, experientia ipsa docet. Hinc enim pro-
tualitas formae non est conditio distincta a naturae ex quo sumitur prioritas (ut aiunt) cessario forma requirit ut suum effectum venit naturalis reí corruptio, per quam for-
ratione causandi seu actuandi, ita neque a quo, non in quo. De quibus prioritatibus formalem conferre possit. Quam dispositio- ma a :rrateria separatur, quae incipit per
existentirr, quae intime includitur in ipsa plura in sequentibus. nem aliqui existimant adeo csse necessa- abieccionem seu corruptionem dispositio-
actualitate. An vero necesse sit existentiaro 4. Intima propinquitas formae ad mate- riam ut ctiam per potentiam absolutam non num; ergo signum est esse huiusmodi dis-
formae esse praeviam ad causalitatem eius, riam.- Altera conditio necessaria assignari possit forma illformare materiam omni ca- positiones saltem conditiones necessarias ex
dicendum est non esse necessarium ut sit potest praesentia seu intima propinquitas rentero dispositione, praesertim quantitate. natura rei ut forma informet materiam. An
praevia ordine durationis, quía talis ante- entitatis formae cum entitate materiae; quae Ita Henric., Quodl. VII, q. 17. Verumtamen, vero sint conditiones praeviae vel conse-
cessio est impertinens ; immo naturaliter non conditio est verissime assignata adeoque ne- quidquid sit an ex parte materiae vel quan- quentes formam ordine naturae, petendum
est possibilis, quía formae non debetur esse cessaria ut sine illa, etiam de potencia Dei titatis repugnet illam ab hac separad, quod est ex dictis disputatione praecedenti.
donec illam postulet subiectum proxime ap- absoluta, non possit forma suum effectum tractare non possumus usque ad disputadoR
tum, quo posito, forma, simul ac est, natu- formalem praestare. Quis enim intelligat nem de quantitate, nihilominus, si semel Causalitas formae explicatur
raliter illud informat. Rursus, neque necesse formam substantialem loco distantem a cor- supponatur materiam posse conservad a 6. Quoad tertium de causalitate actuali
est existentiam formae ita esse praeviam or- pore componere substantiam per se unam?" Deo sine quantitate, quod verius existima- ipsius formae, quidnam :.it, non est facile
dine naturae ut intelligatur aliquod signum Haec ergo compositio per intimam unionem mus, non repugnabit conservari etiam d ad explicandum; tamen, ex his quae dic-
vel momentum in quo existat et non infor- fit, quae non est quidem localis praesentia, Deo talem materiam in eo statu informa- ta sunt de materia, procedere proportionate-
met, quia neque hoc est necessarium ad sed aliquid distinctum ab illa, necessario taro substantiali forma, quía nulla est tam possumus ad id declarandum. Et imprimís
prioritatem naturae neque in formis quae a tamen illam requirit. Quod ex dictis supr~ essentialis connexio inter formam, u~ exer- certum videtur huiusmodi causalitatem ali-
Disputación XV.-Sección VI 689
--------------------------~
'688 Disputaciones metafísicas
----------------------------~------~~ eso conviene advertir en esto una diferencia entre la umon, en la que hemos
algo realmente distinto de la entidad de la forma. Se prueba, porqne igual qne dicho que consiste la causalidad de la forma, y la acción, de la que diremos
el obrar es algo en la realidad, lo mismo pasa con el informar, puesto que ver- luego que es la causalidad del agente; porque la acción de tal manera es la
dadera, real y físicamente se trata de una causación. Además, eso, sea lo que causalidad del agente, que el agente, en cuanto es agente, permanece en abso-
sea, es en realidad separable de la forma, ya que de hecho se separa en el alma luto fuera de. su efecto; porque aunque se le comunique mediante la acción,
racional, y en cualquier forma sustancial podría separarse por potencia abso- no lo. }lace, sm emba~go, entregándose a sí mismo por sí mismo al efecto, sino
luta de Dios; en efecto, puede conservarse fuera de la materia, al igual que confinendole una entidad semejante; en cambio, la unión de tal manera es la
se conservó la cantidad, pues la razón es la misma o mayor; luego se distingue causalidad de la forma, que mediante ella se entrega a sí misma a la materia
¡·ealmente de ella. o _al compuesto; se tr~ta, en efecto, de una causa intrínseca que causa por sí
7. En la unión de la forma con la materia consiste la causalidad de la for- m1sma. Y en este senudo puede afirmarse también que la causalidad de la for-
.·ma.- Diferencia que ha de tenerse en cuenta entre la causalidad del agente y ma comprende en sí la entidad de la forma, es decir, que esta causalidad es la
la de la forma.- Hay que afirmar, además, que esta causalidad no puede con- forma misma, no considerada absolutamente, sino en cuanto unida. Mas con
sistir en nada distinto de la unión actual de la forma con la materia. Rn pri- este modo de hablar se confunde la causa con la causalidad, y la razón de cau-
mer lugar se prueba con una enumeración suficiente, puesto que ni es la ma.. s~~ cuasi en acto primero con la causación, que es como el acto segundo, di-
teria, ni la forma, ni el compuesto; luego es la unión que se explicó; ya que cJendose, por ello, más formalmente y con mayor precisión que esta causali-
fuera de estas cosas no puede pensarse ninguna otra; y el antecedente es evi- dad consiste en la unión misma.
dente de por sí respecto de cada una de sus partes. En efecto, por lo que se 8. Una pequeña duda.- Surge, ~mpero, una dificultad, puesto que esta
refiere a la forma, ya se demostró; respecto de la materia, lo prueba a fortiori tmton se realiza de dos modos en las diversas formas sustanciales. En efecto, en
el mismo argumento; por su parte, el compuesto es el efecto último de esta algunas es pura unión, es decir, sin inhesión o dependencia por parte de la
·causalidad, como se dirá en seguida. Y, por tanto, no es la causación misma. forma, por ejemplo, en las almas racionales; en cambio, en otras se da una
Igualmente el compuesto incluye la entidad de la materia y de la forma; en unión que es al mismo tiempo dependencia y una especie de inhesión de la
cambio, la causalidad de la forma, precisivamente considerada, no puede in- forma en la materia. Así, pues, la primera unión no puede ser la causalidad for-
cluir todas estas cosas. Además, puesta la unión y prescindiendo de cualquier mal del alma racional, por originarse de ella por via de eficiencia, y la causa-
,otro elemento fuera de los que ya se dijeron, la forma ejerce necesariamente lidad eficiente es muy distinta de la formal. El antecedente es manifiesto, por-
su causalidad; en cambio, puestas todas las otras cosas y suprimida la únión, que por el hecho de ser creada el alma por Dios en un cuerpo dispuesto, in-
rs imposible que la forma ejerza su causalidad; por consiguiente, esto denota mediatamente ella misma, como por impulso natural, se une a la materia pro-
que tal causalidad consiste en la unión. La mayor es evidente, porque si la for. . duciendo la unión; en efecto, estando dotada el alma de inclinación natural a
ma se une con la materia, necesariamente se le comunica a sí misma por sí esta unión, y teniendo en contigüidad al propio sujeto perfectible por ella
misma; es decir, no produciendo otra semejante, sino comunicándole su propia misma} no hay razó? para que, como por natural gravitación, no pueda unirse
perfección y entidad, y actuándola de este modo. De aquí brota también nece- al cuerpo, según opmó Eurique, Quodl. XI, q. 14; y Auréolo, citado por Ca-
sariamente la naturaleza sustancial compuesta esencialmente una; ahora bien, préolo, In IV, dist. 43, q. 2; lo juzga probable allí Ricardo, a. 3, q. 2. Tam-
en esto consiste la causalidad íntegra de la forma y su efecto total, el cual, su- poco la segunda clase de unión puede ser la causalidad formal por lo que res-
primida la unión, no puede conservarse, como es de por sí evidente; luego. Por
hoc est notanda differentia ínter unionem, diversis formis substantialibus. In quibus-
,quid esse in rerum natura distinctum ex na- quam diximus esse causalitatem formae, et dam enim est pura unio, id est, sine inhae-
fortiori probat de materia; compositum a u~ actionem, quam postea dicemus esse causa-
tura reí ab entitate formae. Probatur, quía tem est ultimus effectus huius causalitatis, sione vel dependentia formae, ut in anima-
sicut agere aliquid est in rerum natura, ita litatem efficientis, quod actio ita est causa- bus rationalibus; in aliis vero est unio quae
ut statim dicetur; non est ergo causarlo litas agentis ut agens, quatenus agens est,
et informare, quia vere est realiter ac phy- ipsa. Itero, compositum includit entitatem simul est dependentia et quasi inhaesio for-
·sice causare. Rursus illud, quidquid est, est omnino maneat extra effectum; quía, licet mae in materia. Prior ergo unio non potest
materiae et formae; causalitas autem formae per actionem communicet se, non tamen
in re ipsa separabile a forma; nam in ani- praecise sumpta non potest hace omnia in- esse causalitas formalis rationalis animae,
ma rationali de facto separatur et in quali- seipsum per seipsum dando effectui, sed quia est ab ea effective; cansalitas autem
cludere. Praeterea, posita unione et praeciso similem aliquam entitarem ei conferencio;
bet forma substantiali separad posset per quocumque alío, praeter ea quae dicta sunt, effectiva longe diversa est a formali. Ante-
potentiam Dei absolutam; na m potest extra unio vero ita est causalitas formae ut ea cedens patet, quía hoc ipso quod anima
forma necessario exercet suam causalitatem; mediante seipsam praebeat vel materiae vel
materiam conservad, sicut conservata est positis autem omnibus alüs et ablata unio- creatur a Deo in corpore disposito, statim
quantítas; est enim eadem vel maior ratio; composito; est enim causa intrinseca per ipsa quasi naturali impetu sese unit mate-
ne, impossibile est formam exercere suam seipsam causans. Quo sensu dici etiam pos-
ergo distinguitur ex natura rei ab illa. causalitatem; ergo signum est in unione riae efficiendo unionem; nam, cum anima
7. Unio formae ad materiam est formae set causalitatem formae complecti in se en- naturaliter sit propensa ad illam unionem
consistere talero causalitatem. Maior patet, titatcm formae, seu hanc ciusalitatem esse
causalitas.- Notandum inter causalitatem quia si forma unitur materiae, necessario et habeat applicatum proprium subiectum
efficientis et formae discrimen.- Deinde di- ipsam formam, non absohae sumptam, sed
communicat illi seipsam per seipsam, id est, unitam. Sed in hoc loquendi modo confun ~ perfectibile ab ipsa, non est cur non possit
cendum est hanc causalitatem nihil alíud ipsa quasi naturali pondere sese corpori co-
non efficiendo aliam similem sed suammet ditur causa cum causalitate et ratio causandi
esse posse praeter actualero unionem formae pulare, ut sensit Henric., Quodl. XI, q. 14;
ad materiam. Probatur primo a sufficienti perfectionem et entitatem illi communican- quasi in actu primo cum causatione, quae
do et hoc modo illam actuando. Et inde est quasi actus secundus, et ideo formalius et Aureol., apud Capreol., In IV, dist. 43,
enumeratione, quía neque est materia, ne- q. 2; et probabile existimat ibi Richard.,
que forma, neque compositrim; ergo est etiam necessario consurgit substantialis na- et_ magis praecise dicitur haec causalitas in
tura composita per se una; sed in hoc con- ipsa unione consistere. a. 3, q. 2. Posterior item unio non potest
dicta unio; nam praeter haec nihil aliud
sistit tora causalitas formae totusque effec- 3. Dubiolttm.- Sed occurrit difficultas, esse causalitas formalis respectu aliarum for-
excogitari potest; et antecedens quoad oro-
nes partes est per se evidens. Nam de for- tus eius, qui, ablata unione, permanere non nam haec unio duplici modo contingit in marum, quia illae formae per ipsam unio~
ma iam probatum est; ~;:t eadem ratio a potest, ut per s~;: notum est; ergo. Unde in 44
690 Disputaciones metafísicas Disputación XV.--Sección VI 691
------------------~
pecta a las otras formas, puesto que esas formas son causadas por la materia ni existe razón ~lguna suficiente para que se derive ·de ella, sobre todo presen-
mediante la unión misma y dependen de ella en su ser; por consiguiente, no tán~ose como mas probable en todas las otras formas que la unión no proviene
pueden las mismas formas ser causas de esa unión; luego la unión no puede eficientemente de !a forma. Segundo, aun admitida esa sentencia, hay que ne-
&er la causalidad de semejante forma; en efecto, la causalidad se origina de la g~ la consecuencia, P?rque aunque la unión con un cuerpo suficientemente
causa a quien pertenece la causalidad, al igual que la acción se origina del agen- ~spuesto provenga eficientemente del alma racional, con todo puede existir un
t~) y, por eso, presupone la existencia de dicha causa. Ni es comprensible que vmcul~ for~al por el q~e el alma se una con la materia como el acto con la
una misma realidad o modo sea la razón o como el proceso para que sea causada potencm: NI hay contradicción en que una misma unión proceda del alma en un
la forma y para que la forma ejerza su causalidad mediante él. Y se confirma, por- doble genero de ~ausa, a saber, de la eficiente y de la formal; es decir, que
que decíamos antes, en la disp. XII, sec. 1, que la forma no puede ser la causa sea en cuanto eficiente un efecto del alma, y que sea la razón de ·causar formal-
forma! de la generación, puesto que es producida y educida del no ser al ser mdien~~ el compuesto total, pues estas diversas relaciones no envuelven contra-
mediante la generación; luego, por el mismo motivo, no puede ser causa de la ccion alguna.
unión y -consecuentemente- tampoco la unión puede ser su causalidad. La 10. La ~nión que es. causalidad .1e la forma es causada por ésta y por la
consecuencia es evidente, tanto por la paridad de razón, como también porque materz~.- Dzv~;sas acepctones de umon.- A la segunda parte se responde que
la generación misma parece ser lo mismo que la unión, puesto que se dijo que urrda misma unwn ~s causada por la forma, por la materia y por el agente por
estas formas son hechas y se unen en una misma acción. ca a uno en su genero . de can . , sa, pues t o que d e to d os e11os depende; por' eso
9. Si, dispuesto el cuerpo, el alma racional se le une íntimamente.- A la no repugna q~e la n;xsma unwn, en cuanto proviene de la forma, sea como el
primera parte se responde que la sentencia de Enrique, de que allí se hace men- proceso o razon. mediante el cual la forma causa el compuesto total; y que sea
ción, es bastante dudosa, como puede verse en Escoto, In IV, dist. 43, q. 3~ en cuanto proviene ~e la materia, la razón mediante la cual la forma material
a. 3; y en Capréolo alli mismo, q. 2, a. 3. Porque acaso la unión del alma depende de _la materia en su ser. La unión es, efectivamente, un nexo de am-
racional y del cuerpo se realice, o bien por obra del mismo generante debido bas; es dectr, de la m~teria y la forma, y por eso, cuando la unión es de tal
a la fuerza del semen y de las disposiciones, o bien, si a él se le debe sólo dis- naru.raleza que se c.onvterte también en inhesión, puede ser al mismo tiempo
positivamente, eficientemente será producida sólo por Dios, por el cual es crea- cammo de la. matena a la forma y de la forma a la materia. y no import1 e1
da el alma. Empero el que la unión sea producida por el alma misma no se que la causahd~d de la forma deba derivarse de la forma y deba, por tanto, su-
demuestra con argumento alguno suficiente; en efecto, aunque la forma sea ponérsela anten.or. en ~rden de. naturaleza, porque, según dijimos antes, no se
por su naturaleza apta para unirse, y esté -en consecuencia- naturalmente tr~ta d~, una pnondad zn quo smo a quo; y no hay repugnanciá en que la mis-
inclinada a la unión, no se sigue de esto que tenga poder para unirse, ya que ma umon proceda, por una parte, de la forma en cuanto informa la materia
se trata de aptitudes o poderes diversos, de los que el uno no se infiere necesa- P?r otr~, sea un vínculo de tal naturaleza de la forma con la materia que :n!~
riamente del otro; es lo mismo que pasa también con la materia, que es apta di~~te el, la forma sea sustentada por la materia. Y de esta suerte la ~isma
para unirse y en su género está inclinada a la unión, y, sin embargo, no es umon en cuan~o procede de la forma es el medio o razón mediante la cual
capaz de unirse. Del mismo modo, pues, que la potencia receptiva y la ten- la forma act?ahza la materia y se integra en el compuesto, llamándosele de este
dencia radicada en ella son de naturaleza distinta de la potencia activa y de su modo ca.usahdad de la forma; mas, en cuanto por la unión la forma inhiere en
inclinación, igualmente la potencia (!lamérnosla así) o aptitud formal y la in- la matena Y es sustentada por ella, es la dependencia de la forma misma respecto
clinación que en ella se funda son de naturaleza distinta de la potencia activa;
est ulla sufficiens ratio cur ex illa inferatur quasi vía seu ratio qua mediante forma cau-
nem causantur a materia et ab ea pendent commenmoratur, satis incertam esse, ut vi- m~i~e c.um in on;tnibus aliis formis pro~ sat t~tum. compositum; et quatenus est a
in suo esse; ergo non uossunt eaedem for- dere licet in Scoto, In IV, dist. 43, q. 3, babllms v1deatur umonem non esse effective matena, Slt rauo qua mediante forma ma-
mae esse causae eiusde:rñ unionis; ergo non a. 3; et Capreol., ibi, q. 2, a. 3. Nam for- a ~arma. Secundo, etiamsi tila sententia ad-
te~iali~ in s~IO esse a materia pendet. Est
potest unio esse causalitas huiusroodi for- tasse unio animae rationalis et corporis fit, m:tta~, !1-eganda est consecutio; nam em?l tila umo nexus utriusque, scilicet, ma-
mae; causalitas enim est ah ea causa cuius vel virtute seminis et dispositionum ab ipso e:rmmst umo. ad corpus sufficienter dispo- tenae et formae, et ideo quando talis est
est causalltas, sicut actio est ab agente, et generante, vel si ab hoc tantum sit dispo- si.tu.m ~ffecttve manet ab anima rationali,
nihilommus esse potest formale vinculum unio ut .etiam .sit i~haerentia, simul es se pot-
ideo supponit csse talis causae. Nec potest sitive, fi.et effective a solo Deo, a qua anima est et vm (ut 1ta dtcam) materiae ad' formam
intelligi quod eadem res seu modus sit ra- creatur. Ouod vera ab ipsamet anima fi.at, qua, anim~ c:oniungitur materiae ut actus po- et ~ormae ad materiam. Nec refert quod cau:-
tio seu quasi via, ut causetur forma et per mUla sufiicienti ratione ostenditur; nam, t~ntlae. Nthtlque repugnat quod eadem unio
quam causet forma. Et confirmatur, nam licet forma natura sua sit apta uniri, ideo- Slt ab anima in duplici genere causae ef- sahtas formae debet esse a forma, et ideo
supra, disp. XII, sect. 1, dicebamus formam que sit naturaliter propensa ad unionem, fectivae s.cilicet et formalis, vel quod sÚ: ef- supponere debet eam esse priorem ordine
non posse esse causam formalem generatio- non inde sequitur esse potentem ad sese fectus a~umae, ut efficiens~ et quod sit ratio n~turae; nam~ ut supra attigimus, haec prio-
nis, quia per generationem fit et educitur uniendum; sunt enim hae diversae aptitu- causandt formaliter totum compositum · nul- ntas non est m qua, sed a qua; non repug-
de non esse ad esse; ergo eadem ratione dines seu potestates, quarum una non neces- Ia enim repugnantia in his diversis h~bitu nat autem quod eadem unio et sit a forma
non potest esse causa unionis, et consequen- sario infertur ex altera; sicut etiam materia diníbus involvítur. ut informante materiam, et sit talis nt:xus
ter neque unio ootest esse causalitas eius. est apta uniri et est in suo genere propensa 10. Unio qlfae est causalitas formae ab formae cum materia, ut illo mediante forma
Patet consequentiá., tum a paritate rationis, ad unionem, et tamen non est potens se hac et a materta causatur.- Unionis variae sustentetur a materia. Atque ita eademmet
ttnn etiam quia ipsa generatio videtur esse unire. Quemadmodum enim potentia re- acceptiones.- Ad posteriorem partero re- unio quatenus est a forma est medium seu
ídem quod unio, cum dictum sit has formas ceptiva et appetitus in illa fundatus est di- spondetur eamdem unionem causari et a ratio qua mediante forma actuar materiam
eadem accione fieri et uniri. versae rationis a potentia activa et propen- forma et. a materia et ab efficiente~ ab uno- et componit compositum, et hoc modo di-
9. Rationalis anima corpori disposito in- sione eius, ita potentia (ut sic dicam) seu quoque m suo genere causae, quía ab om- citu~ esse causalitas formae; quatenus vero
time num sese uniat.- Ad priorem partero aptitudo formalis et propensio in illa fun- nibus illis pendet; ideoque non repugnare per lllam forma materiae adhaeret et susten-
respondetur sententiam Henrici, quae ibi dara est distinctae rationis ab activa; nec 1 ut eadem unio, quatenus es:t a forma. sit tatur ab illa, est dependentia eiusdem for-
¡'
1
!
!
j
Disputación XV.-::-S_e_c_c_io_'n_V_Il_ _~----------------693
de la materia . Es' en efecto' tan íntima la conexión entre esta clase. de forma Y la
puede propiamente llamársele efecto, si no es por ventura del mismo modo que
unión, que por diversas razones se hallan en m~~ua dependen~1.a. A 1a con fir.-
la acción se llama efecto del agente, en cuanto de él proviene, aunque deba l!a-
mación se responde que a veces se t~Il_l~ la umon por la acc10?-, que -pata
mársele con más propiedad vía para el efecto.
evitar equívocos- suele llamarse «llil:Icmm>; a ~~ces, en cambm, co~ ma~?r
propiedad, se la toma por el modo m1smo ~e ~mon o de permanente mheswn
entre la materia y la forma en el ser constltmdo, y algunas veces se la toma Explicación del primer efecto de la forma
·incluso también por la relación consiguiente, tal como consta más ampliamente 2. El efecto primario de la forma es el compuesto.- Por lo que se refiere
en III, q. 2, a. 8. Así, pues, cuando decimos que la unión es la causalidad d~ al compuesto, está bastante claro por lo dicho que es el efecto propio y primario
la forma, no se trata, como es de por sí evidente, de la relación, puesto que st de la forma, puesto que intrínseca y esencialmente consta de ella y de ella re..
·ésta se toma como algo distinto de los demás elementos, o no es nada, o es algo cibe su especificación y -por así decirlo- su hermosura, por ser ella quien
posterior a ella. Ni se trata tampoco de la acción, a la que se refiere la con- completa la naturaleza esencial y su razón, según se _desprende de la definición
firmación referida; en efecto, admitimos que la forma, sobre todo la que se de Aristóteles antes expuesta. Además, la materia es causa del compuesto, según
educe de la potencia de la materia, no es propiamente causa formal de la acción se demo~tró antes; luego con mucho mayor razón la forma, porque contribuye
por la que se educe, según demostramos en el lugar citad~, puesto que es su más al ser del compuesto; por el contrario, también el mismo compuesto es
término; de donde esa acción se compara de algún modo actlvarnente con la for- efecto de la forma, ya que de ella depende en su ser en máximo grado.
ma misma, y no puede -en consecuencia- ser verdadera y propiamente cau- 3. La forma causa a la materia y al compuesto con una sola unión.-- Mas
-sada por ella. Tratamos, pues, del modo de uni?n, cuyas características s~n com- algunos presentan objeciones, porque si el compuesto es el efecto propio y pri-
pletamente distintas, porque no se compara actlvamente con la form~, smo que mario de la forma, la causalidad propia de la forma será -consecuentemente-
es como el nexo formal entre ella y la materia, y puede, por lo mtsmo, tener constituir el compuesto; ahora bien, esto no puede ser verdad, porque la forma.
dependencia de ambas, según se explicó. actúa la materia con prioridad de naturaleza sobre el compuesto; pues, al ser
11. Mas aquí surge inmediatamente una dificultad: por qué este modo de esencialmente acto de la materia, a la materia se ordena principalmente y, median-
unión se atribuye a la forma más bien que a la materia. Mas a es!o ya se dio te ella, al compuesto; luego el compuesto no es el efecto primario de la forma,
satisfacción en la disp. XIII, sec. 6. Y aqui no se ofrece nada que anadrr. sino la materh en cuanto actuada o en cuanto informada; y de este efecto se
sigue el compuesto como efecto posterior. Respondo que con estas palabras no
se trata de explicar dos causalidades como dos efectos formales de la forma,
SECCION VII sino solamente como uno bajo diversos respectos. Pues hay una sola unión de
la forma con la materia, y, una vez puesta, prescindiendo de toda otra realidad
CUÁL ES EL EFECTO DE LA CAUSA FORMAL y modo real, la materia queda informada por la forma y surge de ambas e\
l. Dos son únicamente los efectos que pueden atribuirse a la form~, a sa~ compuesto, por más que sea posible considerar en la misma forma diversas
ber: el compuesto y la materia; pues por lo que. respecta a la generación Y a relaciones respecto de la materia y del compuesto. Además, el que la materia
la «unición» ya se dijo que no podían ser prop1amente efecto de ella. Y en esté actuada por la forma no es un efecto realmente distinto del compuesto.,
cuanto a la ~ión misma, una vez constituida, es evidente por lo dicho que no puesto que por la materia en cuanto informada no entendemos la materia sola
tum, nisi fortasse eo modo quo actio dicitur rius effectus formae, ergo propria causalitas
mae a materia. Est enim tam intrínseca con- ratur ad ipsam formam, et ideo non potest effectus agentis, quatenus ab illo est, quam- formae erit constituere compositum; hoc
nexio ínter huiusmodi formam et unionem, vere ac proprle causari ab ipsa forma. Lo- vis proprius dicatur via ad effectum. autem verum esse non potest, quia forma
ut diversis rationibus mutuo inter se pen- quimur ergo de modo unionis, de quo est prius natura actuat materiam quam compo-
deant. Ad confirmationem respondetur unio- Ionge diversa ratio, quia non c?mpara~r Explicatur prior ef/ectus formae situm; nam curo essentialiter sit actus ma-
nem interdum accipi pro actione, quae ad 3 ctive ad formam, sed est quas1 formahs teriae, prius respícit materiam, et per illam
2. Primarius effectus formae compositum compositum; ergo compositum non est prl-
tollendam aequivocationem solet dici unitio; nexus ínter ipsam et materiam, et ideo pot· est.- Quoad compositum ergo satis clarum
interdum vera ac magis proprie sumi pro est habere dependentiam ab utraque, ut de- marius effectus formae, sed materia' ut ac-
est ex dictis illud esse proprium ac prima- tuata seu ut informata; ex quo effectu con-
ipso modo unionis vel inhaerentiae perma- claratum est. rium effectum formae; nam ex illa intrin-
nentis in facto esse inter materiam et for- 11. Hic vera occurrebat statím difficul- sequitur compositum ut posterior effectus.
sece et essentialiter constat, et ab illa habet Rcspondeo his vocibus non explicari dm1s
mam, et aliquando sumi etiam pro relatione tas, cur hic modus unionis magis attribuatur speciem et (ut ita dicam) pulchritudinem
consequenti, ut latius annotatur in III, q. 2, formae quam materiae. Sed huic s~tisfa~tu~ suam; nam ipsa complet essentialem natu-
causalitates ut duos effectus formae, sed
a. 8. Cum ergo dicimus unionem esse cau- est disp. XIII, sect. 6. Neque h1c ahqwd unum dumtaxat sub diversis habitudinibus.
ram et rationem eius, ut ex Aristotelis de- Unica est enim unio formae ad materiam,
salitatem formae, non est sermo de relatio- addendum occurrit. finitione supra tradita constat. Item materia
ne, ut per se notum est; nam haec si su- et illa posita et praecisa omni alia re vel
est causa compositi, ut supra ostensum est; modo reali, materia manet informata per
matur ut aliqutd dlstinctum ab aliis, vel SECTIO VII ergo multo magis forma, quia magís con-
nihil est vel quid posterius est. Neque etiam forrnam, et compositum ex utraque resultat,
QUIS SIT EFFECTUS CAUSAE FORMALIS fert ad esse compositi; ergo e converso ip- quamvis in ipsa forma possint diversae rela-
est sermo de actione, de qua procedit dicta ~mm compositum est effectus formae, nam in
confirma tia; fatemur enim formam, prae- l. Duo tantum effectus sunt qui formae tiones considerari respectu materiae vel com-
attribui possunt, scilicet, compositum et ma- suo esse ab illa maxime pendet. positi. Rursus materiam esse actuatam for-
sertim illam quae cduc\tur de potentia ma-
teria; nam d~ generatione vel unitione iam 3. Unica unione et materiam et compo- ma non est effectus ex natura rei distinctus
teriae, non esse proprie causam formalem
illius actionis oer quam educiwr, ut citato d~ctum est non posse esse proprie effectum sitttm causat forma.- Sed obiíciunt aliqui J, a composito, quia per materiam ut infor-
loco ostendimiís, quia est term\nus eius, eius. De unione vera ipsa in facto esse, con- nam si compositum cst proprius et prima- matam non intelligimus solam materiam cum
unde ill:a actlo aliquo modo active campa- stat ex dictis non posse dici proprie effec-
I Vide Fonsecam, V Metaph., c. 2, q. 1, sect. 3, et q. 2, sect. S.
Disputación XV.-Sección VII 695
694 Disputaciones metafísicat
unión y en nna mayor proporcmn de los elementos unibles y no en la adición
con una especie de denominación extrínseca; ya que este concepto o no existe, de nna tercera entidad inteligible, la cual, si es simple y se afirma que es una
o no es el concepto de efecto alguno real, sino de una denorrünación que puede per se considerada ella sola precisivamente, no será una por composición, y de
el entendimiento sacar de la concomitancia o de la relación a la forma en cuanto esta suerte ya no se tratará del compuesto constituido por la forma. Mas si esa
presente; mas por materia informada entendemos la materia en cuanto intrín- tercera entidad es una con inclusión intrínseca de materia, forma y unión de
secamente modificada por la forma. Así, pues, la materia en cuanto informada, éstas, nada se precisa añadir a estos elementos para que el compuesto sea per se
incluye la materia misma, la forma y la unión. Es así que el compuesto incluye uno; más aún, de ahi redundaría detrimento a esta unidad, ya que se agrega-
también estas tres cosas y nada más; luego no son realmente distintos· luego rían multitud de elementos en el compuesto sin necesidad alguna. Por tanto,
no son dos efectos, sino uno solo, que concebimos y explicamos de diversos conserva toda su fuerza el argumento expuesto, de que si son realmente lo mis-
modos. mo respecto de la forma accidental el" que el sujeto sea actuado y se constituya
4. Y se confirma y explica con nn ejemplo similar; porque en la forma nn con;puesto accidental, por ejemplo, blanco, también respecto de la forma
accidental no son cosas distintas el informar al sujeto y el intearar con él un sustancml el ser actuada la materia y constituirse el compuesto son lo mismo.
c~mpuesto acci?-ental; por ejemplo, respecto de la blancura, hacer blanca la Ni la unidad per se es obstáculo en esto, sino que lo exige con mayor razón.
meve y conve~tlr esto en blanco en cuanto tal son lo mismo; igual sucederá, por 5. Al argumento en contra hay que conceder la consecuencia, o sea, qm.:.
tanto, proporciOnalmente en la forma sustancial. Responden que no hay paridad la esencia sustancial compuesta es el efecto primario de la forma en su género
de razón, porque del sujeto y de la blancura resulta tm nno per accidens, que y que ---:-Consecuentemente- la principal causalidad de la forma es constituir ese
no es algo distinto de los extremos en cuanto se los considera simultáneamente mismo compuesto, no de cualquier manera, ya que esto dicho en absoluto es
y como unidos; en cambio, de la materia y de la forma resulta un uno per se, común a la materia, sino en el papel de perfectiva y completiva de la esencia;
el cual es preciso que consista en algo más que en los tres elementos, incluso pues la materia la inicia y la forma la completa. Mas cuando añaden que la
conjuntamente considerados, a fin de que pueda tener una mayor nnidad. Mas forma actúa la materia con prioridad de naturaleza antes que constituir el com-
esta respuesta supone una falsa teoría, puesto que es imposible que la sustancia puesto, se niega lo que se da por supuesto, ya que no se trata de dos cosas,
coml?uesta incluya en la realidad algo fuera de los tres elementos conjuntamente sino de una sola en realidad, no habiendo, por ta?to, causalidad entre ellas, y,
cons1derados, cosa que demostraré luego al tratar de la esencia de la sustancia consecuentemente, tampoco orden de naturaleza, smo que a lo sumo podrá ha-
material: Ni p~ede consistir en esto la diferencia entre el ente per se y el ente ber un orden de .razón según nuestros conceptos inadecuados. Ni hay obstáculo
per acczdens, smo en el hecho de que la propia unión y todos los elemení.u:) en que la forma sea esencialmente acto de la materia, porque también es esen-
que integran la unión son del mismo orden en el ente per se uno, mas no lo cialtmente parte del compuesto; es más, si hubiese de hacerse una comparación,
son en el ente per accidens. De donde resulta que en el ente uno per se la unión es más esencialmente parte del compuesto que acto de la materia) puesto que
es más e-strecha y nace de una mayor proporción de los elementos unibles en- la forma no es por causa de la materia, sino por causa del compuesto; no obs-
tre sí, y el que la diferencia consista únicamente en esto y no en otra cosa dis- tante, en realidad, no se trata de dos cosas en la misma forma, sino de una sola
tinta puede demostrarse, porque tanto el ente uno per se -en el sentido en que sirve de fundamento a dos relaciones. En consecuencia, lo que más bien
que ahora tratamos de él- como el ente uno per accidens, no son uno con uni- cabe es retorcerles el argumento; porque, al igual que la forma con una sola
dad de simplicidad, sino con unidad de composición o unión; por consiguiente e idéntica aptitud es parte del compuesto y acto de la materia, igualmente con
la unión mayor del ente esencialmente compuesto consiste en una más excelent~
positi consistit in nobiliori unione et maiori praecipuam causalitatem formae esse consti-
proporcione unibilium et non in additione tuere ídem compositum, non utcumque, nam
aliqua denominatione quasi extrinseca; nam aliquid distinctum ab extremis simul sump~ tertiae entitatis intelligibilis, quae, si sit sim- hoc absolute dictum commune est mareriae,
hic conceptus vel nullus est vel non est tis et uniti~ ; ex materia autem er forma plex et ipsa sola praecise sumpta dicatur sed ut perficientis et complentis e~sentiam;
conceptus alicuius effectus realis, sed deno- fit unum per se, quod oportet esse aliquid esse per se una, non erlt una compositione, materia enim inchoat illam, forma vero com-
minationis quam intellectus confingere pot- praeter illa tria, etiam simul sumpta, ut et ita non erit compositum illud quod per plet. Cum vero additur formam prius natura
est ex concomitantia vel habitudine ad for- possit esse magis unum. Sed hace res_ponsio formam constituitur. Si vero illud tertium nctuare materiam quam constituere composi~
mam ut praesenrem; sed per mareriam in- falsam doctrinam supponit; impossibile est sit unum intrinsece includens materiam et tum, negatur assumptum, quia illa non sunt
formaram intelligimus mareriam ur intrin- enim substantiam compositam in re aliquid formam et unionem earum, nihil his adiun- duo, sed unum in re, unde non est inter
sece affectam forma; includit ergo materia includere praeter illa tria simul sumpta. gere oportet ut illud sit per se un u m; immo ea causalitas et-- consequenter nec ordo na-
ur informara, er mareriam ipsam, et formam, Quod infra ostendam, disputando de essen~ inde potius minueretur hace unitas, nam turae, sed ad summum ootest esse ordo ra-
et unionem. Sed compositum haec tria in- tia substantiae materialis. Neque in eo con- plura aggregarentur in eo composito sine tionis secundum conc~ptus inadaequatos.
eludir et nihil aliud; ergo haec non sunr in sistere potest differentia inter ens per se ulla necessitate. Retinet ergo ratio facta viro Neque obstat quod forma essentialitcr sit
re distincta; ergo non sunt duo effectus, et per accidens, sed in hoc quod ipsamet suam, quod si in accidentali forma actuari actus materiae, nam aeque essentialiter est
sed unus diversimode a nobis conceptus et unio et extrema unionis omnia sunt eiusdem "Subiectum et constituí accidentale composi- pars compositi; immo, si ínter haee facienda
dectttratus. ordinis in ente per se uno, non vero in ente tum, verbi gratia, album, idem sunt in re,
per accidens. Unde etiam fit ut in ente pe!" esset comparatio, essentialius est pars com-
4. Et confirmatur ac explicatur a simili; etiam in substantiali forma actuari mate- positi quam actus materiae, quia forma non
nam in forma accidentali non est aliud in- se uno, unio sit intimior ec orta ex maiori riam et compositum constituí idem sunt.
proporcione unibilium inter se. Quod vcro est propter materiam, sed propter compo-
formare subicctum et componere curo illo Neque unitas per se hoc impcdit, sed maiori situm; re tamen vera haec non sunt duo
compositum accidenrale; ut in albedine deal- in hoc solum et non in alio sita sit difieren~ ratione id postulat.
tia demonstrari potest, quia tam ens per se in ipsa forma, sed unum fundans duas rela-
bare nivem et consti.tuere hoc album ur sic, S. Ad rationem ergo in contrarium, con~
ide m S'Unt; ergo ídem est proportionalirer unum, prout nunc de illo agimus, quam ens tiones. Ex quo potius rerorquetur argumen-
ccdenda esr sequela, nimirum, essentiam sub-
in forma subsrantiali. Responden! esse dis- unum per accidens non est unum unitate stantialem compositam esse primarium effec- tum; nam, sicut forma una et eadem apti-
parem rationem, quia ex subiecto et albe~ simplicitatis, sed unitate compositionis seu tum formae in suo genere, et consequenrer
tudine est pars compositi et actus materiae,,
dine fit unum per accidens, quod non cst unionis; ergo maior unitas entis per se com~
696 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección VII 69 7
-·~----··---------------------
la misma entrega se da toda a la materia y al compuesto, a éste como al todo mayor excelencia que la materia o la forma, citándose también a Alejandro en
y a aquélla como a parte; luego también en el efecto es lo mismo y completa- apoyo de la misma sentencia. La defiende asimismo Simplicio en el lib. I Phys.,
mente simultánea la información de la materia por la forma y la constitución text. 70, y en el lib. II Phys., text. 4.
del compuesto; por consiguiente, el compuesto es el efecto propio y primario 7. Y la razón consiste en que el compuesto incluye todo lo que hay de
de la forma sustancial y acaso sea el único en el género de la causa formal; perfección eu la forma y añade algo; luego es más perfecto. Algunos prueban
mas de este último punto nos ocuparemos en la sección siguiente. el antecedente porque el compuesto implica la existencia, cosa que no implica
la forma. Pero esta razón no tiene fuerza ninguna, porque o la existencia se
Si la forma es más perfecta que el compuesto distingue realmente de la esencia actual, o no; si no se distingue, igual que la
esencia compuesta incluye su existencia adecuada, también la forma incluye su
6. Mas antes hay que resolver una objeción que se presenta; porque la propia existencia; empero, si se distingue, esa razón primeramente no tiene
causa debe ser más excelente que el efecto, según el testimonio del Comenta- lugar en el hombre, pnesto que la existencia conviene al alma antes que al hom-
dor, lib. II Phys., com. 4; mas la forma no es más excelente que el compuesto; bre. Además, para que la co'mparación sea legítima, debe hacerse entre la esencia
luego el compuesto no puede ser el efecto propio de la forma. A esta objeción de la forma y la esencia del compuesto tomada precisivarnente, y en este caso
responden algunos negando la menor; en efecto, Aristóteles, en el lib. VII de la carece de valor dicho argumento; o si se compara la forma con el compuesto,
Metafísica, textos 7 y 8, da la preferencia a la forma sobre el compuesto, diciendo en cuanto éste incluye la existencia, también la forma debe considerarse en
que tiene una entidad mayor y anterior a él. Así opina allí el Comentador, cuanto incluye a su manera la existencia; puesto que es a ella a quien se debe
y lo defiende en absoluto Zimara, theorem. 10, quien cita también al Linco- esencial y primariamente corno a raíz primera de la ey.Jstencia misma, por lo
niense. Y lo prueba, porque cuanto hay de perfección en el compuesto está en que también ella existe, por más que la denominación «existir» se aplique sim-
la forma sola, sin que la materia añada perfección alguna; y, por otra parte,, plemente al compuesto debido al modo de subsistir. As!, pues, se prueba el an-
toda esa perfección está en la forma como en su causa, siendo ella la que trae- tecedente, porque el compuesto incluye la perfección de la forma e incluye
consigo el ser, el cual no conviene al compuesto, si no es por razón de ella; además la perfección de la materia. Zirnara responde que de la materia no se
luego es ella más perfecta en absoluto. Empero esta respuesta estriba en un deriva perfección alguna, sino más bien toda imperfección. Mas se equivoca, por-
falso fundamento, ya que el compuesto es, sin duda, más perfecto que la forma. que, según se demostró antes, la materia tiene verdadera realidad y una esencia
Y esta es la opinión clara de Aristóteles; porque en el lib. II De Anima, al parcial; por tanto, es necesario que posea alguna perfección en el ámb1to del
principio, y dondequiera que divide la sustancia en materia, forma y compuesto, ser y una perfección mayor que los accidentes. Además, la subsistencia es nna
da la preferencia al compuesto sobre la forma, y a la forma sobre la materia; perfección, y la sustancia material la posee sobre todo por razón de la materia.
más aún, luego, al tratar de la sustancia, demostraremos que se predica de ellos Igualmente la materia lleva consigo su existencia parcial, puntos todos que que-
analógicamente; así lo explicó el Comentador en el lib. 11 De Anima) com. 3, darán patentes luego al tratar más ampliamente de la subsistencia y de la exis-
y por eso dijo Aristóteles en el predicamento de la sustancia que la sustancia en- tencia. Si el primer argumento se aplica en este sentido es eficaz, ya que er
grado máximo es la sustancia primera, donde, aunque comparaba la primera compuesto tiene una existencia completa, mientras que la exist-~ncia de la forma
con la segunda, daba también, sin embargo, la preferencia a la sustancia pri-
mera y completa sobre las partes y sustancias incompletas. Por eso dice tam- positum esse maioris nobilitatis quam sit includens suo modo esse; nam illi per se:
bién el Comentador en el lib. XII Metaph., com. 15, que el compuesto posee materia vel forma, et refertur Alexander in primo debetur ut primae radici ipsius esse;
eamdcm sententiam. Quam etiam tenet Sim- quae per illud etiam existit, quamvis de-
ita eadcm cxhibitione se totam dat materiae quid perfectionis est in composito est in plicius, in I Phys., text. 70, et II Phys .. nominatio existendi simpliciter tribuatur
et composito, huic ut toti, illi ut comparti; sola forma, et materia nullam addit perfec- text. 4. composito propter modum subsistcndi. Pro~
ergo etiam in effectu idem cst et omnino tionem; et aliunde tata illa perfectio est in 7. Ratio vero est quia compositum in- batur ergo antecedens, quia ccimpositum·
simul quod materia sit informata forma et forma tamquam in causa, et illa est quae cludit quidquid est perfectionis in forma, includit perfectionem formae et praete-
compositum constitutum; est ergo compo- secum affert esse, quod non convenit coro- et addit aliquid; ergo cst perfectius. Ante- rea includit perfectionem materiae. Respon~
situm proprius et primarius effectus formae pasito nisi ratione illius; ergo illa est sim- cedens pTobatur ab aliquibus 1, quia com- det Zimara a materia nullam sumi per-
substantialis, et fortasse unicus in genere pliciter perfcctior. Sed haec responsio falso positum includit esse, quod non includit fectionem, sed omnem potius imperfectio--
causae formalis; sed de hoc postremo pune- fundamento nititur; nam sine dubio com- forma. Sed hace ratio nullius momenti est; nem. Fallitur tamen, quia, ut supra os--
te dicendum est in sectione sequenti. positum est perfectius sua forma. Quae est nam vel existentia distínguitur in re ab es- tensum est, máteria habet veram rcalitatem
aperta sententia Aristotelís; nam in II de sentía actuali vel non; si non distinguitur, et essentiam oartialem; unde necesse est tlt
An forma sic perfectior composito Anima, in principio, et ubicumque distinguit sicut essentia composita includit suum adae- habeat aliquá"m perfectionem in latítudinc
6. Prius vera solvencia est occurrens ob- substantiam in materiam, formam ct com- quatum csse, ita forma suum proprium es- entis, et maiorcm qnam accidentia. I te m·
iectio; nam causa esse debet nobilior effec- positum, praefert compositum formae et for- se; si vera distlnguitur, primum ratio illa subsistencia perfectio est; hanc autem ha-
tu, teste Commentatore, 1I Phys., coro. 4; mam materiae; immo infra, agentes de sub~ non habet locum in homine quía esse prius bet substantia materialis m-axime racione·
sed forma non est nobilior composito; ergo stantia, ostendemus analogice de iilis dici; convenit animae quam homini. Deinde, ut materiae. Itero materia secum affert suum·
non potest compositum esse propr.ius effec- et ita explicuit Commentator, 11 de Anima, recte fiat comoaratio, debct fieri ínter es- part:Jale essc, quae omnia constabunt infra,
tus formae. Ad hanc obiectionem respondent com. 3; et ideo dixit Aristoteles in praedi- sentiam formae- et essentiam compositi prae-· latius tractando de subsistentia et existencia.
aliqui negando minorem; nam Aristot., VII camento substantiae primam substantiam es- cise, et sic non procedit illa ratio; vel si Et hoc sensu applicata prior ratio est effi~·
Metaph., text. 7 et 8, praefert formam com- se maxime substantiam, ubi, licet comparet fiat comparado formae ad compositum ut cax; nam compositum habet esse comple--
posito, dicens esse magis ens et prius illo. primam ad secundam, tamen etiam praefert includit esse, etiam forma sumi debet ut tum, es se autem forma e est incompletum..
Atque ita sentit ibi Comment., et absolute primam et completam substantiam partibus
defendit Zimara, Theorem. 10, qui etiam et incompletis substantiis. Unde etiam Com-
refert Lynconiensem. Et probat quia quid- mentator, XII Metaph., com. 15, dicit com- Soncin., VII Mctaph., q. 28.
' --f* p
\
702 Disputaciones metafísica~ Disputación XV.-Sección VIII 703
materia esencial y primariamente según la entidad de la esencia, componiendo es a una naturaleza completa y formal; luego se debe sólo a la forma o por
con ella una esencia íntegra, y que éste es el efecto formal primario de la forma. razón de la forma.
De aquí se sigue, además, que la forma comunica el ser de la _existencia qu_e 4. Mas añade Durando que, aunque se diga que la existencia no se distin-
trae consigo esencial y primariamente al compuesto y a la materia por part1C1- gue realmente de la esencia, sin embargo hay que afirmar que la forma es la
r
pación, bien sea que ese ser dimane ~e _la forma activament~ como consec~en causa formal de la existencia actual de la materia; porque aunque la esencia sea
su propia existencia, hay que entender esto con proporción; en efecto, la esen-
cia, bien sólo formalmente, lo cual umcamente puede cons1st1r en que a d1cha
forma o a la realidad informada por ella se debe tal ser por necesidad natural, cia en potencia será la existencia en potencia, y la esencia actual será la exis-
por más que le sea donado por la sola causa extrinseca por la que es producida tencia actual; por consiguiente, sólo la forma será la existencia actual en cuanto
la forma. Esta es la explicación que indicó Cayetano en el pasaje citado, y no esté formalmente en la materia. De esta opinión explicada de ambos modos se
parece que admita una exposición más acorde con los principios de dicha senten- sigue que la materia depende naturalmente de la forma en toda su entidad, de
cia; porque si la existencia es una entidad distinta de la forma, no puede ser suerte que no puede permanecer sin ella, puesto que no puede permanecer sin
el efecto primero de la forma el ser mismo de la existencia, sino el ser de la existencia; mas no posee la existencia si no es recibida de la forma y por la
esencia, el cual es distinto, ya que el primer efecto de la forma es esencial a forma, de la que depende la existencia misma; luego. De donde resulta que,
la cosa, porque la forma en cuanto forma pertenece a la esencia de la cosa; mas cambiada la forma, la materia cambia de existencia, aunque la esencia de la
la existencia está fuera de la esencia, según esta opinión; luego no pertenece al materia se conserve idéntica bajo la'3 diversas formas y existencias. Si esta de-
primer efecto formal. pendencia es tan grande que, sin la forma, ni por Dios puede ser suplida, Jo.
3. De donde, según los principios de esta ,sentencia, el alma racional en explicaremos en la sección siguiente.
Jesucristo hombre tiene su efecto formal propio y primario, pues si está infor- 5. La segunda opinión, absolutamente contraria, es que la forma no con-
mando actualmente no puede ser privada de él; y, sin embargo, según esta fiere la existencia a la materia, ni es causa propia de ella. Así lo defiende En-
opinión, no tiene su propia existencia creada; luego la forma sólo puede con- rique, Quodl. I, q. 14; en apoyo de esta sentencia se cita a Avicena, lib. VI
ferir formalmente la existencia de modo secundario, a saber, porque ella misma de la Metafísica; lo mismo mantiene Escoto, In ll, dist. 12, q. 2, hacia el fin;
y Gregario en ese pasaje q. 1, a. 2, al primer argumento de Auréolo, y en q. 2,
es la que constituye el receptáculo propio de la existencia sustancial, o -lo que
a. 3. El fundamento consiste en que la materia tiene su propia existencia, que
viene a ser lo mismo- porque es a la esencia completa por la forma a quien se no recibe formalmente de causa alguna, puesto que es una existencia simple y·
debe intrínsecamente la existencia sustancial, y no a otra cosa. Esta sentencia parcial, distinta de la existencia que da la forma, y la tiene recibida eficiente-
así explicada, en primer lugar se prueba porque la materia es pura potencia; mente de Dios solo, siendo, por eso, en el orden de naturaleza, la materia ab-
lllego no tiene el acto por sí misma, sino por la forma; luego, siendo la existen- soluta y simplemente un supuesto previo para la forma; luego esa existencia
cia un acto) no puede convenirle a la materia si no es por la forma. Segundo, no es causada de manera alguna por la forma, sino que la forma la completa
porque la existencia, si se la compara con la esencia, es un acto posterior; por y activa.
tanto, supone el acto esencial, y este acto es la forma. Tercero, porque el ser 6. Quiénes afirman que la materia puede existir sin la forma y modalidad
sustancial es el ser completo y perfecto; luego no se debe esencialmente si no de su aserto.- Y si, atacando esta sentencia, se llega a la conclusión de que la
- ~i :¡ materia puede existir sin la forma, puesto que la forma no es causa de ella,
ipsa vero forma secundum suam entitatem 3. Unde iuxta principia huius sententiae, '!! "i fl~.n:~
essentiae per se primo unitur materiae et anima rationalis in Christo homine habet ergo tantllm debetur formae vel racione for- 5. Secunda opinio omnino contraria est
ctm illa componit unam essentíam integram;
atque hic est primarius effectus formalis
formae. Ex qua ulterius sequitur quod forR
proprium et primarium effectum formalem;
illo enim privari non potest si actu informat,
et tamen iuxta hanc opinionem non haber
1 mae.
4. Addit vero Durandus etiamsi dicatur
existencia non distingui in re ab essentia,
formam non dare esse materiae neque esse
propriam causam eius. Ita tenet Henricus)
Quodl. I, q. 14; et in eam sentemiam ci-
ma communicet esse existentiae quod secum propriam existentiam creatam; ergo solum nihilominns asserendum esse formam esse tatur Avicen., lib. VI Metaph.; et eamdem
affert per se primo composito et per par- potest forma dare formaliter existentiam se- 1 causam formalem exist.,.ntiae actualis mate- tenet Scotus, In II, dist. 12, q. 2, in fine;
ticipationem materiae, sive illud esse manet cundario, quia, videlicet, ipsa est vel con- riae; nam, licet essentia sit sua existentia,
active a forma seu per resultantiam, sive id tamen intelligi debet cum proportione; et Gregorius ibi, q. 1, a. 2, ad 1 Aureoli,
stituir proprium susceptivum existentiae sub-
solum formaliter, quod in hoc solo consis- nam essentia in potenti.a erit existenúa in et q. 2, a. 3. Fundamentum est quia mate-
stantialis, vel (quod in idem fere redit) quia ria habet suum proprium esse, quod for-
tere potest quod tali formae vel rei infor- e::;sentiae completae per formam intrinsece potentia, et essentia actualis erit existentia
matae per illarn naturali necessitate debea- actualis ; ergo sola forma erit actualis exis- maliter a nulla causa recipit, cum sit esse
debetur esse substantiale, et non alteri. Sic simplex et partiale ac condistinctum ab es-
tur tale esse, etiam'3i a sola cau'3a extrinseca tentia, qua formaliter sit in materia. Atque
conferatur a qua fit forma. Et hanc expli- autem declarata haec sententia probatur pri- ex hac opinione utrovis modo explicata se- se quod dat forma, sed habet illud effecti ve
cationem indicavit Caietanus, dicto loco, nec mo quia materia est pura potentia; ergo quitur rnateriam naturaliter pendere a fmm:l a solo Deo et secundum illud esse suppo-
videtur posse convenicntius exponi in prin- ex se non habet actum, sed a forma; ergo in tota ,sua entitate, ita ut non possit sine nitur materia formae absolute et simpliciter
cipiis illius sententiae; nam si existent;ia est cum existentia sit actus quidam, non potest illa manere, quia non potest manere sine ordine naturae; ergo nullo modo illud esse
entitas distincta a forma, non potest 1psum materiae convenire nisi per formam. Secun- existen tia; sed non habet existentiam nisi a causatur a forma, sed completur vel actua-
esse existentiae esse primus efft!:'tuS formae, do, quia existentia est posterior actus, :IÍ forma et oer formam a qua ipsa existentia tur per formam.
sed es se essentiae, quod distinctum es t; comparetur ad essentiam; ergo supponit es- pendet: e""rgo. Quo etiam fit ut, mutata for- 6. Qui asserant, et quomodo, materiam
nam primus effectus formae est essentialis sentialem actum; hic autem actus est for- ma, mutet materia existentiam, quamvis sub
sine forma esse posse naturaliter.- Quod si
rei, quía forma ut forma est de essentia reí; diversis formis et existentiis eadem essentia
at vero existentia est extra essentiam iux:ta ma. Tertio, quía esse substantiale est esse materiae conservetur. An vero tanta sit haec contra hanc sententiam inferas materiam na-
hanc o_pinionem; non ergo pertinet ad pri- completum ac perfectum; ergo per se non dependentia ut a Deo suppleri non possit turaliter posse esse sine forma, quandoqui-
mum effectum formalem. debetur nisi naturae completae et formali; sine forma, dicemus sectione sequenti. dem forma non est causa eius, quidam re-
1
Disputación XV.-Sección VIII 705
704 Disputaciones me tajísicas
ü repugna que exista el vacío en un espacio local, con mucha más razón suce-
-algunos responden concediendo la consecuencia, que es lo que parece que opinó derá en la capacidad y potencia de la materia. Finalmetite, otros afirman que,
Marsilio, In 11, q. 9, a. 2, al afirmar que Dios en el principio creó la materia de incluso segúp. el carácter particular de su naturaleza, la materia no puede exis-
las cosas generables sin forma sustancial alguna, infundiéndole las formas des- tir sin forma, aunque la forma no sea causa propia de ella, a no ser que se
pués de algún tiempo. Este es también el parecer de Gabriel, In Il, dist. 12, llame causa a toda condición necesaria para existir. Y este modo de expresarse
q. 1 y 2; y parece que fue algún ~iempo el de San Ag:'stin, lib. I De Ger;es. parece estar más cerca de la verdad.
contra Manichaeos, c. 5 y 7, y en hb. XII de las Confeswnes, c. 8. Ahora b1en,
si Dios hizo esto en la creación del mundo, hay que pensar que no está fuera
Solución de la cuestión
de la naturaleza de las cosas, porque, como apunta San Agustín al principio de
la exposición del Génesis, Dios no se portó entonces como un fabricante de 7. Afirmoj pues, en primer lugar: la forma no es para la materia la causa
milagros, sino como autor de la naturaleza. Ni parece que Enrique, más arriba, propia que le confiera formalmente la existencia propia por la que existe la ma-
disienta de esta opinión, al decir que la materia, según el curso normal de la teria. Se prueba, porque la forma no da a la materia la entidad parcial esencial
naturaleza, no puede ser despojada de toda forma, porque no acaece la corrup- que posee en sí, según se demostró antes, y que conserva bajo cada una de·
dón de una cosa sin que se siga la generación de otra. Así, pues, si pudiera las formas; mas esa entidad incluye su existencia particular distinta de cual-
naturalmente tener lugar la corrupción sin generación de otra cosa, entonces, en quier existencia que proceda formalmente de la forma; luego. La mayor es
cuanto de la materia depende, podría permanecer naturalmente sin forma. Y esto evidente, no sólo porque esa entidad, en cuanto a la existencia propia parcial
es lo que de hecho, en In III, q. 3, a. 1, y q. 13, a. 1, defiende Marsilio qne de la esencia, es simple y distinta de la forma, sino también porque se la pre-
aconteció en la muerte de Cristo; y Enrique, en el Quodl. I, q. 4, lo juzga supone para la forma, y, respecto de esa existencia, permanece invariable bajo
probable, e incluso verdadero en cuanto al hecho de que allí se realizó la sepa- -cualquier forma; por esta razón incluso los autores de la primera sentencia
ración de una forma sin que fuese infundida otra, opinando, sin embargo, dicen que la forma constituye con la materia una esencia completa, pero que no
Quodl.. II, q. 2, ad 4, que esto tuvo lugar en Cristo de un modo particular le confiere a la materia su propio ser esencial, sino que más bien lo supone;
y preternatural. En cambio, Escoto piensa que esto es natural en cualquier luego la forma no puede ser la causa formal propia e intrínseca de la existencia
muerte de un hombre, sobre todo en la violenta, e incluso en la de los otros de la materia. Digo propia e intrínseca, porque extrínsecamente puede admitirse que
animales, según se puede ver en In IV, dist. 11, q. 3. Mas todos éstos no opi- a modo de término, esta existencia de la materia se toma de la forma, ya que
nan que en tal caso la materia permanece en absoluto sin forma, sino sin la la esencia de la materia consiste en la aptitud para la forma, por más que no se
forma específica y con una forma de corporeidad que ponen ellos. Otros, a su trata de una relación a la forma en cuanto actualmente informante; sino en cuan-
vez, se valen de distinciones : en efecto, una cosa puede ser natural o según la to tiene aptitud para informar. Por eso la materia conservaría la misma especi-
naturaleza particular o según la naturaleza universal; al agua, por ejemplo, se- ficación, aunque existiese sin forma. Se prueba la menor, porque el ser real de
gún su naturaleza concreta, no le es natural subir; sin embargo, sí le es natu- la esencia, si es actual, es decir, si está fuera de su causa eficiente, es intrínsecamen~
ral para llenar el vacío, de acuerdo con la inclinación de la naturaleza universal. te el ser de la existencia, según se probará ampliamente luego al tratar de la exis-·
Del mismo modo -dicen- a· la materia, según su naturaleza particular, no. le tencia y de la esencia; ahora bien, la materia en cuanto presupuesta para la forma,
.repugna conservarse sin forma, si es despojada de ella; sin embargo, teniendo dari vacuum in locali spatio, multo roagis tiae partiale, est simolex et condistincta a
en cuenta el debido orden de la naturaleza universal, esto es imposible, porque in capacitate et potencia materiae. Alii tan- forma; tum etiam qÚia supponitur ad for-
clero dicunt etiam secundum particularem mam, et invariata manet quoad illud esse,
spondent concedendo sequelam, quod vide- q. 3, a. 1, et q. 13, a. 1) et probabile existi- conditionem suae naturae non posse mate- sub quacumque forma; unde etiam auctores
tur sensisse Marsil.) In II, q. 9) a. 2, dum mat Henricus, Quodl. I, q. 4, immo et ve- riam esse sine forma, Iicet forma non ·sit primae sententiae aiunt formam constituere
asseverat in principio creasse Deuro mate- rum quantum ad hoc quod ibi facta est propria causa eius, nisi omnis conditio ne- cum materia unam essentiam completam,
riam rerum generabilium sine tUJa forma separatio unius form:::te sine introductione ccssaria ?.d existendum causa dicatur. Et hic non vera dare illi suum proprium esse es-
substantiali, et post aliquod tempus illam alterius; quod tamen fuisse in Christo sin- modus dicendi propinquius videtur ad ve- sentiale materiae, quod potius supponit;
formasse. Quod etiam placet Gabrieli, In II, guiare et praeternaturale sentit in Quodl. II, ritatem accedere. ergo non potest forma esse formalis causa
dist. 12, q. 1 et 2; et videtur aliquando q. 2, ad 4. At vero Scotus naturale esse propria et intrinseca illius esse materiae.
placuisse Augustino, lib. I de Genes. contra putat in qualibet morte hominis, praesertun Quaestionis resolutio Dico autem propria et intrínseca, quia ex-
Manichaeos, c. 5 et 7, et lib. XII Confess., violenta, immo ct aliorum animantium, ut trinsece per modum termini dici potest hoc
c. 8. Si autem id Deus fecit in creatione patet In IV, dist. 11, q. 3. Hi tamen non 7. Dico ergo primo : forma non est pro- esse materiae sumi a forma, quia essemia
mundi, existimandum est non esse praeter dicunt in eo casu manere materiam sine pria causa materiae, dans illi formaliter pro-
prium esse quo materia existit. Probatur materiae consistit in aptittidine ad formam,
naturas rerum, quia, ut Augustinus annotat forma absolute) sed sine forma specifica et sed hic respectus non est ad formam ut actu
in principio expositionis Genesis, Deus ttmc cum forma corporeitatis quam ipsi ponunt. qlJia forma non dat materiae illam partia- informantem, sed aptitudine. Unde eadem
non est operatus ut miraculorum opifex, sed Alii vero distinctione utuntur : dicitur enim lem entitatem essentialem quam in se habet,
specificatio maneret in materia, etiamsi es-
ut auctor naturae. Neque ab hac opinione naturale, vel secundum particularem vel se- ut supra ostensum est, quamque retinet sub set sine forma. Minar autem probatur, quia
videtur dissentire Henricus supra, dum alt cundum universalem naturam; aquae enim omnibus forrois; sed illa entitas includit esse reale essentiae, si actuale sit,. id est,
m:~teriam secundmn communem cursum na- secundum privataro conditionem non est na- suam particularem I existentiam distinctam extra causam suam cfficientem, intrinsece
tmae non oosse exooliari omni forma, quia turale ascendere; tamen ad replendum va- ab omni existentia proveniente formaliter a est esse existentiae) ut late infra probabitur
non fit unlus rei Corruptio quin sequatur cl,lum est hoc illi naturale secundum pro- forma; ergo. Maior patet, tum quia illa en- tractando de esse et essentia; sed materia,
generado alterius. Si ergo fieri posset corrup- p¡;-nsionem universalis naturae. Sic (inquiunt) titas materiae, quoad proprium esse essen- ut supponitur formae secundum proprium
tio naturaliter sine generatione alterius, quan- materiae secundum privatam naturam non
tum est ex parte materiae, naturaliter ma- repugnat conservad sine forma, si illa pri- l La edic. de B. Colosino en vez de «particularem» pone «partialem»; con Jo
neret sine forma. Quod de facto ita accidisse vetur; at vero ex de bita ordine naturae uni- que el concepto se precisa algo más. (N. de los E.)
in morte Christi tenet Marsilius, In III, versalis id fieri non potest, quia si repugn~
- -------------,
1
1,,
r--------~-·--...,..--~-· ---
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección VIII 711
710
existir. Se p~ueba la consecuencia, puesto que no háy contradicción en pensar
creada con tales características que exige por su naturaleza la unión de la forma que la materia es tal q~e posee esta indigencia, cosa que se prueba muy bien
para poder existir. El antecedente ~~ claro ¡;or. inducdón, ya que la mater!• con.cretame~te en atencwn a que es pura potencia, es decir, imperfecta en su
fue desde el principio de su creacwl! consutm?a baJO f~rmas. La se~te~c~a ,e~udadJ e ~ncompleta y potencial; ,efec:ivament~, con estas imperfecciones no
-opuesta no C"S verosímil, pues la Escritura no dtce que Dms en un p~mc1p1o solo no esta. en J?':gna, smo que mas bten enca¡a perfectamente esa indigencia
creó la materia, sino el cielo y la tierra, palabra~ de las que se demostro antes y dependencm. N1 unporta que sea parcialmente subsistente pues la subsistencia
que no pueden hacerse equivalentes a la matena. Y aunque parezca que San excluye la dependencia de sujeto, pero no de acto o for~a. Y en esto no se
Agustín, a veces, tuvo sus dudas sobre este p_unto, sin. e.r;tbargo, en el lib. XII puede comparar la materia con el alma subsistenteJ por ser ésta mucho más
de las Confesiones, c. 17 y 29, refuta la primera opmwn y concluye que la perfecta Y a.ctual, y absolutan:ente inn:aterial. As!, pues, este modo de depen-
materia antecedió a su información no temporalmente, sino sólo por natura- denci~. no solo . no rep~gna, smo qu~ mcluso está en máxima consonancia con
leza; por eso en el lib. XIII de las Confesiones, c. ?3, concluye .as!: S!endo una la enlidad de la materta y con su Imperfección y función; por tanto, es más
cosa la materia del cielo y de la tierra y otra dzsttnta su confz.guracwn vzsz.ble, aceptable que sea tal ,1~ naturaleza ~e la materia. Finalmente, es verosímil que
hiciste la materia de la nada absoluta, mientras que esta configuración visible la lo que en las cosas !Isicas sucede s1empre del mismo modo sin variación, sea
hiciste de la materia informej sin embargo, hiciste ambas cosas a la vez, de ~aturalmen~e necesano; mas el que la materia exista con alguna forma sucede
t uerte que la forma siguiese a la materia sin ninguna interrupción de tiempo. L?
siempre a~I naturalmente; luego sucede así por necesidad de naturaleza y no
rnismo tiene en el lib. I De Genes. ad titter., c. 19, y en el lib. IV, c. 22 Y SI- por. necesidad de 1~ forma, .puesto 11ue, al perecer una forma por falta de dis-
guientes, y en el lib. I De Civitate Dei, c. 7. Y después de esa primera crea- postctones, no ha~Ia necesidad alguna por parte de otra de introducir uua
ción jamás la materia careció de toda forma; y de tal suerte han stdo dlspues- nueva forma. De Igual modo tampoco puede atribuirse la necesidad solamente
tas por el autor de la naturaleza las causas naturales, que jamás puede . una al agente e~trinseco próximo, porqu~ muchas veces incluso no existe agente
forma abandonar la mat!:da sin que sea infundida otra. En efecto, el axtoma alguno. p~rttcu.lar. de! que proceda dicha forma; luego esa necesidad se ftmda
de Aristóteles en el lib. I De General., text. 18 -la generación de una cosa es en la mdigencm mtnnseca de la materia misma. Ni basta con decir que se trata
corrupción de otra-, es verdad en general, sin que pueda ser verdad afr:mar de la de un efecto nat_ural debi~o al orden del 1miverso, o a la naturaleza univers~l,
generación que la sigue siempre la.., co~rupción, si no es ':~rdad tambié~ que a o que. esa necesida_d prov1en~ de causas agentes universales) las cuales, si es
la corrupción de una cosa acampana s1empre una generacwn, porque s1 se co- que fallan las particulares, siempre están preparadas para infundir una nueva
rrompiese algo sin que se pro.dujese ninguna ~;neración, . podría luego de la f~rma,. puest~ que esta tendencia universal de la naturaleza se funda. en la in-
misma materia generarse algo sm nueva corrupcwn. Pues siendo verdad que no diget;cta propm de 1~ mf!.te~ia, ya que como el bien universal exigía que ninguna
existe en la materia forma alguna de corporeidad o genérica, según se demos- porción de, la materia pudtese faltar nunca o se redujese a la nada, por lo mis-
tró antes y volveremos a demostrar luego, es necesario que a una forma suceda mo proveyo la naturaleza que nunca pudiese verse privada de toda forma sino
siempre otra forma en la materia a no ser que queramos afirmar que de hecho que al s7parars~ una le sucediese siempre otra, por ser esto necesario par~ quv
la materia permanece muchas v;ces sin forma alguna sustancial con solas las la materm pudtese conservarse perpetuamente de modo natural. En otro caso
formas accidentales. Mas esto es absurdo y paradójico en filosofía. ¿por qué iba a ser tan próvida la naturaleza en esta sucesión de formas, sobr~
15. Fue hecha, pues, esta materia para estar siempre con la forma; luego
es verosímil que haya sido hecha con tal disposición que necesite la forma para
existendum. Probatur consequentia quia non ex defectu dispositionum, nulla erat neces-
repugnat intelligere materiam pri~am talero sitas ex parte ·alterius introducendi novam
atque ita sunt ab auctore naturae di.sposi-
talero etiam esse factam ut ex natura sua tae causae naturales ut nunquam poss1t una esse ut hanc habeat indigentiam, quod recte formam. Neque ítem tribui potest necessitas
postulet consortium formae ut esse possit. forma materiam deserere quin introducatur probat illa ratio, quia, sdlicet, est pura so!i extrínseco agenti proximo, quía saepe
Antecedens patet inductione, quia materia pot~ntia, id est, imperfecta in entitate sua, etlam nullum est privatum agens a quo sit
alia. Illud enim axioma Aristot., I de Ge~
a principio in sua creatione sub fo~mis c~n;. ner., text. 17: generatio unius est corruptio et mcompleta ac potentialis; cum his enim talis forma; ergo illa necessitas fundatur in
dita fuit. Neque sententia contraria vens1~ imperfcctionibus non pugnat, immo oprime indigentia intrínseca ipsius materiae. Nec
alterius, in unlversum verum est, nec potest quadrat illa indigcntia et dependentia. Nec
milis est; nam Scriptura non dicit Deum de generatione vcrum esse quod semper ad satis est dicere hunc effectum esse natura-
in principio creasse materiam, sed caelu~n eam scquatur corruptio, nisi etiam ad cor-
refert quod partialiter sit subsistens; nam lem ex ordine universi seu ex universali
et terram; quas voces non posse- de n;tatena ruptionem unius semper sequatur genera- subsistentia excludit dependentiam a subiec- natura, aut necessitatem illam oriri ex caÚ-
exponi supra ostensmn est. _Et quarnv1~ Au~ tia; nam si aliquid corrumperetur et nulla
to, non vera ab actu seu forma, Neque est sis agentibus universalibus, quae semper
gustinus interdum videatur m hoc dubltasse, fieret generatio, postea ex eadem materia pos- in hoc comparanda materia cum anima sub- sunt paratae ad introducendam aliquam for-
tamen XII Confess., c. 17 et 29, priorem sct aliquid gcnerari sine nova corruptione. sistente, quia hace longe est perfectior et mam, quando particulares deficiunt; nam
opinionem reprobat et concludit materiam Cumque verum sit in materia nullam esse actualior et simpliciter immaterialis. Igitur haec universalis institutio natun.' in proprla
non tempore, sed natura tantum anteces- formam corporeitatis vel genericam, ut in hic modus dependentiae non solum non indigentia materiae fundata est; nam quia
sisse formationem suam; unde XIII Con- superioribus ostensum est et inferius etiam repugnat, verum etiam est maxime cansen~ ad universale bonum pertinebat ut nulLa
ress., c. 33, ita concludit: Cum a.liud sit ostendemus, necessarlum est ut semper for- taneus entitati materiae et imperfectioni ac
muneri eius; ergo verisimilius est talero materiae portio unquam deficeret aut in
caeli et terrae materies, aliud specws, ma- mae forma succedat in materia, nisi dicere nihilum redigeretur, ideo natura providit ut
teriem quidem de. omnif!O "nihil'?, m~ndi au- velimus de facto saepe manere materiam esse naturam materiae. Denique in rebus
tem speciem de mfonm materta, s1mul ta- physicis, quod semper eodem modo evenit nunquam posset privad. oroni forma, sed
sine forma ulla substantiali cum solis acd- recedente una, semper succederet alia, quia
men utrumque fecisti ut materiam forma dentalibus. Quod absurdum et paradoxum et non aliter, verisimile est esse naturaliter
nulla morae intercapeditze sequeretur. ldem necessarium; sed materiam esse sub aliqua hoc necessarium erat ut materia posset per-
habet lib. I de Genes. ad litter., c. 19,. t;,t esset in philosophia. forma, naturaliter semper ita evenit; ergo petuo naturaliter conservari. Alioqui cur na-
15. Est ergo facta hace materia ut per- tura fuisset tam provida in huiusmodi for-
lib. IV, c. 22 et sequentibus, et I de Clyl- petuo sit sub forma; ergo verisimile est est ex necessitate naturae et non ex neces~
tate c. 7. Post illam vera primam creatlO- sitate formae, quia quando una forma perit marum successione, praesertim quando for-
talero esse factam ut forma indigeat ad
ne~ nunquam materia carui~ omni forma;
~7=12~----------------------------------------~L>~putaciones rnetafisicas
L>isputación XV.--Sección Vlll 713
18. En cambio, según el otro modo, resulta dificil comprender esta mutua que se crea el todo; luego la forma no puede conCurrir a su creación como
,-dependencia; pues debiendo la materia suponerse en absoluto para la forma, a verdadera causa.
fin de que pneda ésta ser educida de la potencia de aquélla, apenas se compren- 19. Por lo dicho se confirma y declara esto de la siguiente manera: la
de cómo puede la materia depender a priori de la ~orma. Y se .explica más Y creación de esta materia de las cosas generables y, la inducción de la forma son
aumenta la dificultad por el hecho de que la materia es producida por verda- acciones distintas, tanto ahora en la conservación -de la materia y en la genera-
,dera creación y conservada mediante esa misma acción permanente; luego en ción de las cosas, como en la primera producción de las realidades· sublunares·
su producción no depende de la fo~ma como de causa verd~~era, puesto que roas la acción inductiva de la forma no puede ser causa verdadera de la acció~
ninguna causa creada puede concurrir naturalmente a la creac10n. Algunos res- creadora de la materia; luego mucho menos podrá ser causa verdadera de la
ponden que esto es verdad respecto de la causa eficiente, pero no de los otros creación de la materia la forma inducida mediante dicha acción. La menor
géneros de causas, porque la criatura no puede ser causa eficiente de la crea- es evidente, en primer lugar, porque la inducción de la forma supone en abso-
ción, pero puede ser causa final, como es de por sí evidente; y por la misma luto la creación de la materia, es decir, una materia creada, no resultando com-
razón puede ser causa formal e incluso material; pues cuando se crea el todo, prensi~le el que la inducción o unión de una forma sea un presupuesto en
las partes concurren a su ser y producción en el género de la causa material. cualqmer género de causa para la creación de la materia, ya que la inducción
Mas, dejando a un lado la causa final, cuya causalidad tiene características pe- de la forma en cuanto tal expresa una relación trascendental a la materia ya
culiares debido a que no se ejercita mediante una moción real y propia distinta creada; por eso, al igual que la relación no puede suponerse anterior a su
de la acción de la causa eficiente, y no exige, por tanto, en la realidad previa- término en ningún género de causa, de igual manera tampoco la inducción de
mente un ser real que ejecute tal causalidad, por lo que se refiere a la causa la forma puede suponerse anterior a la creación de la materia. En segundo
material, su concurso parece estar en contradicción directa con la creación, en lugar, porque, en otro caso, la creación o conservación de la materia dependería
cuanto creación propia y verdadera; lo cual se evidencia fácilmente por lo di- esencialmente de la educción de la forma; luego dependería también del agente
cho antes sobre la educción de la forma de la potencia de la materia y se de- que educe la forma; y de esta suerte los agentes naturales conservarían la ma~
mostrará luego con más amplitud en la disputación propia sobre la creación. teria como verdaderas causas eficientes. De donde resultaría también que cuan-
Me refiero a la creación entendiéndola propiamente como creación; porque si tas veces se cambia la forma en una materia, otras tantas tendría que cambiar
se la entiende como concreación, puede tener dependencia de una causa mate- h acción con la que la materia es conservada por Dios, puesto que, cambiada
rial, tal como se declaró antes al tratar de la materia del cielo, ya que la con- la dependencia de una r:<:ción, se cambia la acción por consistir esencialmente
creación en cuanto tal presupone la creación en orden de naturaleza y puede en dependencia, según luego explicaremos. Ahora bien, el conseéuente es falso,
por lo mismo tener alguna dependencia. Por el mismo motivo, pues, la crea- porque la materia, en cuanto es sujeto primero de generación, es algo ingene·
rabie e incorruptible, ya que se presupone para la generación y corrupción;
ción en cuanto tal no puede tener dependencia de una causa formal, puesto
luego por el mismo motivo es algo inmutable respecto de la acción por la que
que la causa formal supone la material, aunque la concreación sí puede tener
se hace y conserva) por suponérsela hecha y conservada; de lo contrario, en
dependencia de una forma, según se explicó antes en el lugar citado. Ahora ~ualquier generación de un agente natural sería concreada la materia, o sería
bien, la materia de las cosas generables se crea verdadera y propiamente y no igual que si se concrease, puesto que comenzaría a ser conservada mediante una
se concrea propiamente, es decir, no se produce en la única e idéntica acción en nueva acción que tendria por término el todo, cosa que está en manifiesta con-
tradicción con la acción de un agente natural; en otro caso, se podría decir con
18. At vero iuxta alium modum difficile priam motionem distinctam ab actione cau~
intelligitur hace mutua dependcntia; nam sae efficientis, et ideo non pracrequirit reale totum; ergo ad creationem eius non potest penderet per se crearlO vel conservarlo ma-
cum materia simpliciter supponatur formae esse in re quae talero causalitatem exercet, forma concurrere ut vera causa. teriae ab eductione formae; ergo et ab agen-
ut haec ex illius potencia educi possit, vix de causa materiali videtur concursus eius 19. Quod in hunc modum declaratur et te educente formam; atque ita agentia na-
directe repugnare cum creatione, ut est pro- conJirmatur ex dictis ; nam creatio huius turalia ut verae causae effectivae conserva-
intell\gitur quomodo a priori possit materia rcnt materiam. Unde etiam fieret ut quoties
a forma dependere. Et explicatur amplius pria et vera creatio; quod facile patet ex materiae rerum generabilium et inductio for-
dictis supra de eductione formae de poten- mae sunt actiones distinctae, tam nunc in forma mutatur in materia, mutaretur actio
augeturque difficultas ex co quod materia materiae conservatione et rerum generatione, qua materia conservatur a Deo, quia mutata
fit per veram creationem et per eamdem ac- tla materiae, et latius ostendetur infra in-
propria disputatione de creatione Loquor quam in prima rerum sublunarium produc- dependentia actionis, mutatur actio, eo quod
tlonem permanentem conservatur; ergo non autem de creatione, ut proprie creatio est; tione; sed actio inductiva formae non potes~ ipsa sit essentialiter dependentia, ut infra
pendet in suo fieri a forma ut a vera causa, nam sub racione concreationis potest habere esse vera causa actionis creativae materiae; declarabimus. Consequens autem est falsum,
quía ad creationem nulla causa cr~ata con- dependentiam a causa materlali, ut supra ergo multo minus forma quae per illam ac- quía materia, ut est primum subicctum ge-
currere potest naturaliter. Respondent ali- declaratum est :tractando de materia caeli, tionem inducitur potest esse vera causa crea- nerationis, est quid ingenerabile ct incor-
qui hoc esse verum de causa efficienti, non quia concreatio ut sic ordine naturae sup- tionis materiae. Minar patet, tum quia in- ruptibile, quia supponitur generationi et cor-
vero de alii~ generibus causarum; na;m crea- ponit creationem, et ideo potest habere ali- dnctio formae supponit omnlno creationem ruptioni; ergo eadem ratione est quid im-
tora non potest esse causa efficiens creatio- quam dependentiam. Eadem ergo racione materiae seu materiam creatam, nec intelligi mutabile quoad actionem per quam fit et
nis; potest tamen esse causa finalis, ut per creatio ut sic non potest habere dep:!nden- potest quod formae inductio aut unio sup- conservatur, quía supponitur facta et con-
se constat; et eadem ratione potest esse tiam a causa formali, auia cauSa formalis ponatur in aliquo genere causae ad creatio- servata; alioqui per quamcumque genúa-
causa formalis, immo et materialis; nam supponit materialem, licet concreatio possit nem materiae, quía inductio formae ut sic tionem entis naturalis concrearetur materia,
cum creatur totum, partes concurrunt ad habere dependentiam a forma, ut supra loco dicit habitudinem transcendentalem ad ma- vel ita se haberet ac si concrearetur, quía
esse et fieri illius in genere causae ma- citato declaratum est. At vera materia rerum teriam iam creatam; un de, sicut relatio non per novam actionem terminatam ad totum
terialis. Sed, omissa causa finali, cuius gencrabilium vere a e proprie creatur) et non potest praesupponi ad terminum in aliquo ipsa inciperet conservad, quod plane re-
causalitas habet peculiarem rationem, prop- concreatur proprie, id est, non producitur genere causae, ita neque inductio formae ad pugnat actioni agentis naturalis; alias ea-
. terca quod non est per realem ac pro- per unam et eamdem actionem qua creatur c.reationem materiae. Tum etiam quía alias dem ratione dici posset per talem actionem
Disputación XV.-Sección IX 717
~7_1.:_6_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___.D::_isputaciones metafísicas --------------------~--~
esencial; luego también la materia de estos seres inferiores dependerá del mis-
el mismo motivo que mediante dicha acc10n se coproduce siempre una nueva mo modo de la forma generable, aunque sea indeterminada. La consecuencia es
materia. En consecuencia, la creación o conservación de la materia no depende clara, porque la materia del cielo es más perfecta; luego si ella depende, mu-
de la educción de la forma como de causa propia o de una acción que le sea cho más lo hará la otra.
esencial; luego mucho menos podrá depender de la forma como de causa ver- 21. Enjuiciamiento del problema y de las razones aducidas por ambas par-
dadera, por ser la forma en cualquier género de causa posterior a la acción me- tes.- Estos argumentos son, sin duda, probables, pudiendo de esta suerte de-
diante la cual se educe de la potencia de la materia; luego -en resumen:- fenderse por lo dicho ambas posiciones con probabilidad; sin embargo, a ml
tampoco la materia misma puede depender de la forma como de causa esencial, -a decir verdad- la primera me resulta más comprensible y fácil> y si se pe-
sino sólo como de causa o condición concomitante y que dispone debidamente san con atención los argumentos propuestos, los de la segunda se refutan con
y actualiza la materia misma. harta facilidad. Es tarea qne encargo al lector, por ser cuestión fácil, puesto
20. Argumentos que inducen a creer que la materia depende de la forma que después, al explicar cómo las causas pueden ser causas recíprocamente, se
como de causa propia.- No faltan, empero, argumentos por los que parece explicará exhaustivamente qué clase de prioridad mutua puede darse entre. dos
llegarse a la persuasión de que la materia puede depender de la forma como de cosas y cuál no puede darse, dependiendo de la comprensión de e6tO en gran
causa propia que -mediarite su información- la incorpora a su ser. Sobre parte la solución que ahora se adopte.
todo porque la forma sustancial material depende de la materia como de causa
propia y esencial en su género; luego la materia, a su vez, depende de la for-
ma como de verdadera causa, puesto que, aunque no la sustente como sujeto,
puede abrazarla como acto. Porque igual que el acto propio de la causa eficiente SECCION IX
contiene el efecto en su ser debido a su causalidad, del mismo modo el acto
informativo puede abrazar a su sujeto en el ser de un modo proporcionado; SI LA MATERIA DEPENDE DE LA FORMA EN TAL GRADO QUE SIN ELLA NO PUEDA
luego ésta es la relación en que se encuentra la forma sustancial con la materia~ CONSERVARSE NI SIQUIERA POR LA POTENCIA DIVINA, Y VICEVERSA
Se prueba la consecuencia, en primer lugar, porque la forma material es~ más
perfecta y actual que la materia; por consiguiente, depende más esencialmente l. La forma racional puede, naturalmente, conservarse separadaj las demás,
la materia de la forma que la forma de la materia. Segundo, porque no hay sobrenaturalmente.- En cuanto a la dependencia de la forma respecto de la
contradicción en esta clase de vínculo mutuo entre la materia y la forma, como materia, sólo cabe dudar por lo que se refiere a la forma mat~rial; porque la
entre causas que son redprocamente entre sí causas esenciales. Esto es evj- inmaterial es evidente que puede permanecer sin materia no sólo por virtud
dente, tanto por la razón general de que en los diversos géneros de causas no divina, sino también naturalmente. De las otras formas, acaso Aristóteles y los
repugna la prioridad mutua, como también porque parece que en el cielo existe filósofos hayan negado que pudiesen en modo alguno subsistir separadas de la
esta mutua conexión entre la materia y la forma; ya que, según se dijo antes, materia, por juzgar que les era esencial la dependencia e inhesión actual en
están en dependencia mutua y esencial tanto en su producción como en su ser, la materia. Empero, los católicos, que creemos que Dios conserva los accidentes
de suerte que la concreación de la una depende esencialmente de la concreación sin sujeto, no podemos dudar -por más que algunos modernos lo duden- que
de la otra, y viceversa. Y de este ejemplo se puede tomar un tercer argumento; Dios puede conservar también la forma sustancial material sin la materia, ya
en efecto, la materia del cielo depende de su forma determinada como de causa que es mayor la dependencia del accidente respecto del sujeto, en cuanto el ac-
comproduci semper novs.m materiam. lgitur effectivus tenet effectum in esse per ¡;uam 1 materia horum inferiorum pendebit eodem SECTIO IX
crearlo vel conservarlo materiae non pendet causalitatem, ita actus informativus potest modo a forma generabili, licet indefinita. UTRUM TANTA SIT DEPENDENTIA MATERIAE A
ab eductione formae tamquam a propria modo sibi proportionato continere suum Patet consequentia, quia perfectior est ma-
[
FORMA UT SINE ILLA NEC PER DIVINAM PO-
causa vel actione per !>e; ergo multo minus subiectum in esse ;· ergo ita comparatur for-
potest pendere a forma tamquam a vera ma substantialis ad materiam. Probatur con- teria caeli; ergo si illa pendet, multo magis TENTIAM CONSERVAR! POSSIT, ET E CONVERSO
causa, cum forma sit in omni genere cau- sequentia primo, quia forma materialis est alia. l. Rationalis forma naturaliter, caeterae
sae posterior actione per quam educitur de perfectior et actualior quam materia; ergo 21. Iudicium de quaestione et de ratio- supernaturaliter separatae possunt conserva-
potencia materiae; ergo de primo ad ulti- magis per se pendet materia a forma quam nibus utrinque propositis.- Sunt quidem ri.- Quoad dependentiam formae a mate~
mum, nec materia ipsa potest pendere a forma a materia. Secundo, quia non re- hae rationes probabiles, et ita potest utraque ria, solum potest dubitari de materiali for-
forma ut a causa per se, sed solum ut a pugnat huiusmodi mutuus nexus inter ma- ma; nam de immateriali constat non solum
pars ex dictis probabiliter sustineri; mihi virtute divina, sed etiam naturaliter posse
causa vel conditione concomitante et bene teriam et formam tamquam inter causas tamen (ut verum fatear) prior videtur in- manere sine materia. De reliquis autem for-
disponente ac actuante ipsam materiam. quae mutuo et vicissim sunt sibi per se
20. Rationes suadentes materiam a for- telligibilior et facilior, et si attente ponde- mis Aristoteles et philosophi fortasse ne-
causac. Quod patet tum illa generali ratione
ma pendere ut a propria causa.- Non de- renrur rationes factae, facilius possunt pos- garent posse ullo modo subsistere separatas
quod in diversis generibus causarum non
sunt tamen argumenta quibus suaderi vi- repugnat mutua prioritas, tum etiam quia teriores dlssolvi. Quod munus lectori re- a materia, quia existimarent dependentiam
deatur rnateriam posse dependere a forma linquo, quia res fa<ds videtur, quia infra, et inhaerentiam actualem in materia esse
in caelo videtur esse haec mutua connexio illis essentialem. Catholici autern, qui cre-
ut a propria causa quae per inforrnationem in ter materiam et formam; nam et in fieri explicando quomodu causae sint sibi invi-
suam continet illam in esse. Et praesertim cem causae, radicitus declarandum est quae- dimus Demn conservare accidens sine sub-
quía forma substantialis materialis pendet et in esse mutuo et per se pendent, ut su- iecto, dubitare non possumus (licet moderni
pra dictum est, ita ut concreatio unius per nam prioritas mutua possit ínter aliqua duo
a materia ut a propria et p~r se causa in quidam dubitent) quin possit etiam Deus
se pendeat a concreatione alterius, et e con- intercedere, et quae non possit, ex cuius substantialem formam materialem sine ma-
suo genere; ergo et e contrario materia
pendet a forma tamquam a vera causa, quia, verso. Ex quo exemplo potest sumi tertia intelligentia maxime pendet praes"ens reso- teria conservare, quia maior est dependencia
licet non sustente! illam ut subiectum, potest ratio, quia materia caeli pendet a sua de- lutio. accidentis a subiecto, quatenus accidens mi-
ut actus continere illam. Nam, sicut actus terminata forma, ut a causa per se; ergo et
----~---·-·-
~- 1
nus habet entitatis et actualitatis quam for- Theorem. 15. Fundamentum praecipuum
ma substantialis. Unde omnes Doctores sta- huius sententiae est quod materia formalitel' sine actu, quía alias simt 1 esset in actu et Posterior sententia tractatur et priori
tirn citandi in hoc conveniunt de forma sub- ex se nullam habet existentiam, sed eam sine actu; actus autem m.lteriae est" forma; praefertm·
stantiali, quamvis de materia dissentiant. recipít formaliter a forma. Deus autem non ergo repugnat esse sine forma. Tertio, etiam- 3. Contraria sententia est satis commu-
potest dare effectum formalem sine causa sí materia habeat aliqualem existentiam par- nis. Eam tenet Henricus, Quodl. I, q. 10;
Tractatur prior opínio de materia formali, neque etiam potest conservare ma- tialem, habet illam pendentem a forma in Scotus, In- I, dist. 12, q. 2; et ibi Liche~
2. De materia igitur est prima sententia teriam sine existencia; ergo non potest con- genere causae formalis; sed non potest Deus tus, Maironis, Bassolis, et alii scotistae;
negans posse Deum conservare materiam servare 'materiam sine forma. Nec refert per se supplere effectum causae formalis; Richardus, q. 4; Gregorius, q. 1; Gabriel,
sine forma substantiali. Tenet D. Thomas, quod esse existentiae, iuxta hanc sententiam; ergo. Quarto, fieri solet haec ratio, quia si q. 1; Marsilius, In 11, q. 8; et in eam
locis citatis sectione praecedenti, cum aliis non sit primarius effectus formalis formae~ materia servaretur sine forma, esset in re- inclinat Soto, I Phys., q. 6; et mihi videtur
sectatoribus eius ibi citatis, et praeterea tum quía, licet ob hanc causam possit per rum natura aliquod individuum sub genere haec sententia omnino vera, quia non solum
Quodl. III, a. 1, indiC'!tque eam Magister, divinam potentiam manere effectus prima- substantiae et non sub aliqua specie; nam non invenio claram implícationem contra~
in 11, dist. 12, c. 5, ubi solum dicit mate- rius sine hoc secundario, tamen e converso materia esset in genere corporis, verbí gra.. dictionis, verum etiam nec rationem satis
riam in principio creationis non fuisse prius non potest secundarius dari sine primario, tia; et non pertineret ad aliquam eius spe- verisimilem quae eam persuadeat. Et im-
carentem omni forma, quia tale aliquid cor- nam ab eo essentialiter pendet; tum etiam ciem. Quinto, omne esse accidentale est a primís, quamvis tenerernus e:xistentiam esse-
poreum existere non uotest quod nullam quia ad primarium effectum formae pertínet forma accidental~ et ideo nihil habere pot- rem distinctam ab essentia, nulla reddi pos-
habeat formam; non tamen declarat an lo- esse vel constituere proximum susceptivum est tale esse sine illa; ergo omne esse sub- set sufficiens ratio cur non posset Deus
quatur de potentia absoluta, vel iuxta na- existentiae, qui effectus nunquam separatur stantiale est a forma substantiali, et non illum actum ponere in sola materia; quía,
turas rerum. Et eodem modo videtur loqui ab ipsa; nam etiam .in Christi humanitate potest es se sine illa; materia autem habet licet secundum connaturalem ordinem ille
Hugo Victori:p.us, I de Sacrament., part.. I, illum habet; non potest autem Deus con"" aliquod substantiale esse; ergo illud non actus recipiendus esset in tata natura vel·
c. 4. Apertius loquitur Bonavent., d1cta stituere actum extra proprium susceptivum. potest esse sine substantiali forma. Aliae integro supposito, tamen per divinam po-
dist. 12, a. 1, q. 1; Hervaeus, Quodl. VI, Secundo ex Commentatore, quía materia est rationes solent multiplicad, sed non inge- tentiam posset constituí in una pa:úe, sicut
q. 1; Aegid., in principio sui Hexa~eron, pura potentia; quidquid auten: existit, es~ runt novam difficultatem, et ideo inutile exisrentia accidentalis naturaliter recipi non
c. 1 et 2; Iandun., I Phys., q. 26; Z1mar ., in actu; ergo repugna.t matenam existere censeo in eis immorari. potest nisi in composito accidentali seu in
no _______________ Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección IX 721
bargo, Dios puede hacer que permanezca en d accidente solo o separado,, Y con de existencia distinto? Porque para que uoa cosa se dé en la realidad y fuera
mayor razón podria conservar el ser sustanc1~l en la sola f~rma sustancml ma- de las causas, basta, según ellos mismos, el ser de la esencia· y la materia de
. ' . . . '
terial; luego también podría en la sola esenc~a de la .materm poner el acto de suyo tlene por SI rmsma cierto ser esencml, aunque parcial y disminuído.
-la existencia, porque, a pesar _de ser . la maten~ potencia para la forma, no obs- 5. Demostración eficaz y «a priori)} de la conclusión.- Mas estas demos..
tante en realidad es una esencm parc1al sustancml; luego en cuanto es una esen- traciones que proponen como ad hominem arrancan de principios ajenos al
.cia ~odrá ser actuada por la existencia, puesto que la existencia es un acto de tema; emper~, la. razón a pr~ori de esta sentencia por sus principios propios es
la esencia. Ni existe argumento alguno que pruebe que e~e orden en~re la. forma que 1~ mater1a tiet?-e su. entidad parcial de existencia igual que la tiene de
sustancial y el acto de la existencia, o que ~a dependencia de la eXI~tencm res- esencta, pues la 7:x1ste?-cta de la. s':~tancia es tan compuesta como su esencia, y
pecto de la forma es hasta tal punto esencml, que no p~eda ~ambmrse o su- por eso pu~de Dms, st.n contradtccwn algtma o repugnancia, igual que conserva
plirse por Dios; la forma, en efecto, no es causa de la eXIstencia, de tal suerte la for.t;na sm la .materia, conservar la materia sin la forma. Porque, aunque el
que forme composición intrínseca con e~a, ya que se da por supuesto q:Ue son re~eptaculn propto -por llamarlo de alguna manera- de ]a existencia completa
entidades simples distintas; y esa causahdad de la forma que ~o _se reahza por e mtegra sea la naturaleza completa o el supuesto sustancial, sin embargo una
composición intrínseca, sino por dimanación o por otro ~rocednmento semeJan- parte de la naturaleza, es decir, una naturaleza parcial, es capaz de la existen-
te, puede ser suplida por Dios, como demostraré en segmda. . . cia pa~cial que, le sea pr?porcionada, _en la cual puede, por divina potencia,
4. Ni cabe decir que la materia que existe por el acto realmente dJstmto ~e subststrr por si sola parcialmente, al Igual que por potencia divina existe la
existencia ya posee la forma, puesto que todo acto es forma. En efecto, segun cantidad separada en su existencia proporcionada. En efecto, por parte de la
esta sentencia, este principio es falso, aun respecto del acto a~tuante; los par- existencia parcial de la materia no puede aducirse repugnancia alguna mayor
tidarios de dicha sentencia ponen en solo el supuesto sustancia! la forma sus- que por parte de la existencia parcial de la forma o de la existencia accideÚtal
tancial y el acto de la existencia realmente distinto, y no adm:ten dos form~s de la cantidad. Efectivamente, esta existencia parcial de la materia no dimana
sustanciales; luego la existencia sustancial . no es forma sustancml. P?r eso dt- intrínsecamente de la forma, sino sólo depende naturalmente de ella, o como
cen también que la existencia de la humamdad ~read~ puede ser suphda pm; la de condición, esto es, de disposición actual naturalmente exigida o, a lo más,
existencia increada del Verbo, por no ser la eXIstencia una forma? _luego SI la como de causa informante y que mediante su información concurre esencial-
materia fuese conservada con un acto de existencia realmente distmto de su mente y ayuda al ser de la materia; /, este modo de dependencia puede fácil-
.esencia sin otra forma, se conservaría verdaderamente sin form~, y. de esta s~er mente ser suplido por Dios sin contr 1dicción. Por lo que respecta al primero
te existiría en acto sin acto informativo, mas no sin acto terrmnatlvo. Se ana~e -al que tengo por más probable-, la cuestión es clara, porque ese modo de
.a esto que algunos de los autores ql!e ponen la existencia como .real~ente ~s dependencia es muy extrínseco y a posteriori, consistiendo sólo en que a una
tinta de la esencia conceden que Dios puede conservar la esencia sm la eXIs- realidad constituída en tal estado, o que carece de tal disposición o acto, no
tencia en la naturaleza y fuera de las causas. Y a_un9':e defiendan con esto una se le debe naturalmente la existencia. Mas Dios puede conferírsela, incluso al
contradicción, sin embargo, supuesto su fals~ _Prmcipl?, parecen habla~ conse- margen de las naturales exigencias o del orden natural, del mismo modo que
cuentemente. ¿Por qué, pues, no van a admitir tamb1én que la es~nc1a de la puede conservar la forma en la materia sin la natural disposición, y el alma
.materia puede conservarse en la naturaleza y fuera de las causas sm un acto en el cuerpo sin su natural organización.
supposito substantiali media accidentali for~ stinctum iam habere formam, quía omnis natura er extra causas sine actu existentiae existit. Nulla enim maior repugnancia affer-
ma et tamen Deus facere potest ut maneat actns est forma. Hoc enim axioma falsum distincto? Nam ut res sit in rerum natura ri potest in existencia partiali materiae, quam
in ~olo accidente separata, et maiori ratione est mxta illam sententiam, etiam de actu et extra causas, sufficit secundum ipsos es- in partiali existentia formae vel accidentali
posset conservare esse substantiale. in sola actuante · auctores ením illius sententiae se essentiae; materia autem ex se et per existentia quantitatis. Namque haec existen-
forma materiali substantiali; ergo euam pos~ ponunt 'in uno supposito substantiali for~ se ipsam formaliter aliquod esse essentiae tia partialis materiae non manat intrinsece
set in sola essentia materiae ponere actum mam substantialem et actum existentiae rea- habet, quamvis partiale ac diminutum. a forma, sed solum naturaliter pendet ab
existcntiae, quia, licet materia sit potencia liter distinctum, et non admittunt duas for- S. Germana a priorique conclusionis pro- illa, vel tamquam a conditione seu actuali
ad formam, tamen revera est quaedam par~ mas substanciales; ergo existentia substan~ bario.- Sed haec velnti ad hominem ex dispositione naturaliter debita, vel ad sum-
tialis essentia substantialis; quatenus ergo tialis non est forma substantialis. Et ideo alienis principiis procedunt; ex propriis au~ mum ut a causa informante et per infor-
aliqua essentia est, poterit per existenti.am etiam dicunt existentiam creatae humanita- tem ratio a priori huius sententiae est quia mationem suam oer se concurrente et iu-
actuari · nam existencia est actus essentme. tis posse suppleri per increatam existentiarn materia, sicut habet suam partialem entita- vante ad esse materiae; hic autem modus
Neque 'est ulla ratio quae p~obet illum or- Verbi, quía existencia non est forma;. ergo tem essentiae, ita et existentiae; existentia dependentiae facile potest a Deo suppleri
·dinem inter formam substanualem et actum si materia conservaretur curo actu existen~ enim substantiae ita composita est sicut es- sine repugnantia. Et de priori quidem, quí
existentiae, aut depemientiam illius existen~ tiae Iealiter distincto a sua essentia absque sentia substantiae, et ideo sine ulla impli~ nobis probabilior visus est, res est clara,
tiae a forma esse adeo essentialem ut a Deo alia forma, vere conservaretur sine forma, catione vel repugnantia potest Deus sicut quia ille modus dependentiae est valde ex-
--immutari a u~ suppleri non possit; nam for- et ita esset in actu sine actu informante, formam sine materia, ita et materiam sine trinsecus et a posteriori, et solum consistit
ma non est ita causa existentiae ut intrin- non vera sine actu terminante. Adde non- forma conservare. Quia, licet. proprium sus-
nullos ex auctoribus qui ponunt existentiam in hoc, quod rei in tali statu constitutae
sec:e componat illam, curo supponantur ~sse ceptivum (ut ita loquamur) completae et
realiter distinctam ab essentia concedere pos- vel carenti tali dispositione vel actu non
entitates simplices condistinctae; c~us~htas integrae existentiae sit completa natura vel
debetur naturaliter esse. Potest autem Deus
autem formae quae non est per mtnnse~ se Deum conservare essentiam in rerum na- substantiale suppositum, tamen pars natu~
.caro composiü'onem, sed vel per dimanado~ tura et extra causas sine existentia. In quo, rae seu natura partialis capax est partialis conferre esse, etiam praeter naturale debi-
nem aut aliam similem rationem, potest a licet apertam dicant contradictionem, tamen~ existentiae sibi proportionatae, in qua potest tum seu praeter ordinem naturalem, et ita
Deo suppleri, ut statim ostendam. . . suppos1to falso principio, consequenter loqm per divinam potentiam partialiter sola sub- potest conservare formam in materia sine
4. Nec vero dici potest matenam eXl~ videntur. Cur ergo non admittent etiam es- sistere, sicut quantitas in sua proportionata naturali dispositione et animam in corpore
-st:entem per actum existentiae realiter di~ sentiam mate.riae conservari posse in rerum .existentia per divinam potentiam separata sine naturali organizatione.
46
722
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección IX Tl3
6. Por lo que se refiere al •egundo modo de dependencia, se prueba lo mis- mente en acto entitativo o de existencia y en potencia para el acto formal en lo
mo, porque aunque según dicho modo la forma concurra de alguna manera cual no hay repugnancia o dificultad alguna, puesto que la potencia re~eptiva
como causa al ser de la materia, sin embargo no concurre como causa qu.e for- implica necesariamente alguna entidad y actualidad entitativa, según se explicó
me parte intrínseca en la composición de dicho s~r, o como sujeto prop1o ~el antes~
mismo sino sólo como causa informante o actuahzadora y como causa extnn- 7. Qué es lo que debe aportar Dios de nuevo para conservar la materia
seca e~ el sentido de que es completamente distinta del efecto mismo; y a esta sin la forma.- De aquí se infiere incidentalmente con qué acción puede Dios
causa puede suplirla Dios por vía de eficiencia, por más que ella cause P?r vía conservar la materia sin la forma, o qué es lo que El tiene que poner de nuevo
de información. Esto, en sentido contrario, se prueba de la causa :natenal,. la por su parte para conservarla; pues los modos de expresión han de variar igual
cual es intrínseca lo mismo que la formal, y por eso no puede D10s suphri_a que varían los modos de dependencia de la materia respecto de la forma arriba
respecto del efecto, en cuya composición entra intrínsecamente. En camb1o indicados. En efecto, si la materia sólo depende de la forma como de acto o
puede suplir su causalidad respecto del otro· componente, o sea de la forma, disposición consiguiente, no es necesaria acción alguna nueva por parte de Dios
aunque la materia influya esencialmente en su género y como ver~adera ca~sa para conservar la materia sin la forma; pero si desde el principio hubiese crea-
en el ser de la forma misma. De este modo suple Dios la dependencia del su¡eto do la materia sola sin forma, la acción serí~ "..ompletamente idéntica a aqueUa
respecto del accidente, aunque se trate del género de la caus~ materi~l, y dd por la que Dios creó en acto la materia bajo las formas, y el milagro u obra
mismo modo puede suplir la dependencia de la forma sustancial corporea res-
preternatural hubiese consistido sólo en esto, en que Dios producida aquella
pecto de la materia; porque, aunque sea verdadera~ente una causah?ad esen-
cial y material, sin embargo no es absolutamente mtrínseca, es dec1r, de .tal acción sin concomitancia de la otra por la que induciría la forma en tal ma..
naturaleza que la materia misma sea una parte intrínseca de ~i7ho efecto, smo teria. Igual que si Dios crease la sustancia del alma sin potencia intelectiva, la
que es una causalidad ejercida en una cosa completamente d1stmta por vía .de crearfa mediante la misma acción, y el milagro sería únicamente impedir el que
sustentación. Mas esta causalidad que la materia ofrece con su sustent~c16n la facultad dimanase naturalmente de la esencia; más aún, de hecho el alma de
puede Dios suplirla con la eficiencia; luego con i~al razón podrá suplir. la Cristo fue creada sin propia subsistencia, con acción idéntica a como son crea..
causalidad de la forma, no para con el compuesto, smo para con la m~tena; das las otras, siendo solamente impedida en ella la acción o dimanación de la
ni tampoco por información, sino por eficiencia. La cons~cuencia es 7v1dente~ propia subsistencia. De modo proporcional hay que expresarse en el caso de
ya que desaparece por igual cualquier razón de repugnancm, que cons1~te pre- que Dios quiera conservar la materia sin forma, una vez que ya la sometió 11
cisamente en que Dios no puede unirse a modo de forma con la matena, cosa ella; en efecto, al expulsar una forma y no concurrir a la introducción de ott~
que sería necesaria para conservar o componer el compuesto, pero no para con- sólo sería necesario que Dios continuase esa misma acción por la que ahora
servar una parte del compuesto sin otra. Y en esto militan iguales razones por conserva la materia, pues ella seria suficiente para conservar la entidad de la
la materia que por la forma, puesto que no pertenece al concepto d~ una par~e materia en la naturaleza y fuera de las causas; y el milagro se reducirla a que
esencial actualmente existente el ser forma o tener forma, porque m la esenc1a Dios proseguiría la acción conservativa de la materia en un estado en que a ésta
de dicha parte exige esto por consistir sólo en la aptitud para la forma y no no se le debería la existencia y sin las condiciones que son necesarias para el
en la unión actual· ni la existencia tampoco, al depender de la forma solo ex- modo natural de existir.
trínsecamente del 'modo ya explicado. En este caso la materia estaría cierta-
6. De posteriori autem modo dependen- est omnino intrinseca, id est, talis ut ipsa tivo seu existentiae et in potentia ad actum si Deus crearet substantiam animae sine
materia sit intrínseca pars talis effectus, sed formalem~ in qp.o nulla est repugnancia aut potentia intellectiva, per eamdem actionem
tiae idem probatur, quia, licet secundum
illum modum forma concurrat aliquo mo- est circa rem omnino condistinctam, susten- difficultas, cum potentia receptiva necessa- illam crearet, et miraculum solum esset im-
do ut causa ad esse materíae, non tamen ut tando illam. Hanc aurem causalitatem quam rio includat aliquam entitatem et actualita~ pedire naturalem dimanationem facultatis ab
causa intrinsece componens illud esse aut materia praebet sustentando potest Deus tem entitativam, ut supra declaraturn est. essentia; immo de facto anima Christi e-a-
proprium subiectum eius, sed ut causa tan- supplere efficiendo; ergo eadem ratione pot- 7. Deus sine forma materiam conservaR dem actione creata est sine propria subsl-
tum informaos vel actuans et ut t<i(trinseca, erit supplere causalitatem formae, non in turus quid novi debeat praestare.- Atque stentia ac aliae creantur, solumque in ifta
in hoc sensu quod est condistincta omnino compositum, sed in mareriam, neque infor- hinc obiter intelligitur per quam actionem impedlta fuit actio vel dimanatio propdae
ipsi effectui; huiusmodi autem causam Deus mando, sed efficiendo. Patet consequentia, possit Deus rnateriam sine forma conservare, subsistentiae. Et proportionali modo loque·n-
supplere potest efficiendo, etiamsi ipsa cau- quía aeque cessat tata ratio repugnantiae, aut quid novi oporteat ipsum exhibere ut dum est, si Deus velit conservare sine for-
set informando. Quod a contrario pobatur quae in hoc consistir quod Deus non potest illam conservet. Diversimode enirn loquen- ma materiam quae iam est sub illa; na·m
de causa materiali, quae est mtrinseca sicut unid per modum formae ad materlam, quod dum est iuxta diversos modos dependentiae expellendo unam formam et non concurren-
formalis, et ideo non potest Deus illam sup- necessarium esset ad conservandum vel com.- materiae a forma supra tactos. Si enim ma- do ad introductionem alterius solum esS:é,t
plere respectu illius effectus quem intrinsece ponendum compositum, non vera ad con- teria solum pendet a forma ut ab actu seu necessarium Deum continuare illammet ae--
componit. Potest tamen supplere cau~alita servandam unam partero compositi sine alia. dispositione conseque.D.ti, nulla nova actio tionem qua nunc conservar materiam, qula.
tem eius respectu alterius componenus seu In qua par es¡ ratio de materia ac de for- necessaria est ex parte Dei ad conservan~ per illam sufficienter conservare! entitate:m
formae etiamsi materia in suo genere in- ma, quia non est de ratione partís essentialis da m materiam sine forma; sed si a princi-
actu existentis quod sir forma vel habeat materiae in rerum natura et extra causas;
fl.uat p~r se et ut vera causa in es:-.e ipsius pio crearet materiam solam sine forma, ac-
miraculurnque solum m eo esset posittnn
formae. Et hoc modo supplet Deu-. depen- formam, quia neque essentia talis partís hoc tio eadem omnino esset cum illa qua Deus
postular, cum solum consistat in aptitudlne actu creavit materiam sub formis, solumque quod Deus continuare! actionem conservati-
dentiam accidentis a subiecto, etiamsi sit in vam materiae in eo statu in quo illi nnn
genere causae materialis; et eodem modo ad formam, non vera in actuali unione, ne- constitisset miraculum vel praeternaturale
que etiam existentia, cum solum extrmsece ·opus in hoc quod Deus faceret illam accio- deberetur esse et sine illis conditionibUs
potest supplere dependentiam sub,;tantialis
forma e corporeae a materia; quia, licet vere pendeat a forma modo iam explicato. Et ne m sine concomitantia alterius per quam quae ad naturalem modum existendi nece!-
si.t causalitas per se et materialis, tamen non tune materia esset quidem in actu entita- induceret formam in talem materiam. Sicut sariae sunt.
Disputaciones metafísicas
724 Disputaci6n XV.-Secci6n IX 725
8. Mas si la materia depende de la forma ~omo de ~ausa propia que inl~duyde .tiese ese orden natural entre la forma y la existencia, no resultaría de ahí que
.esencialmente en su ser, entonces será necesarm qu~, Dws sup1a e~a caus~ 1 a fuese inmutable por la omnipotencia de Dios. Al segundo responden Escoto y
de la forma con otro género de eficiencia y de accto?; porque ~~ ademas del otros que se incurre en equivocación con los términos de potencia y acto; en
común influjo con que Dios conserva ahora la matena es esenctal.O:::eD:te nece- efecto, se llama a la materia pura potencia subjetiva, y si es puramente tal, ca-
saria esa causalidad de la forma, la materia no podrá ser conservada umcamente rece de acto informante; mas cuando se dice que toda realidad existente está
con este influjo común de Dios sin la causalidad d~ la forma, a ?o ser que se en acto se entiende del acto entitativo, que no está en oposición con la potencia
supla 'la necesidad de ésta con. otro ~énero de causalidad. ~s lo mtsi?~ que pasa subjetiva, sino únicamente con la objetiva. Iavello y otros piensan que esta res-
'cuando Dios conserva la canudad sm el concurso matenal del suJeto,. ya q~e puesta queda expresamente rebatida impugnando la potencia objetiva; mas no
es necesario que supla con una eficiencia especial ese concurso ?el SUJeto, ~m hay por qué encerrarse en el término «potencia objetiva», acerca de la cual la
ei que la cantidad no puede existir naturalmente; y por eso ~e~tmos que Dms controversia acaso sea meramente de palabra, como el mismo Iavello cOnfiesa
·conserva la cantidad sin sujeto de un modo completamente distmto a como la y hemos de tratar más abajo; sino que debemos fijarnos en la realidad signi-
conservaba en el sujeto, según traté ampliament~ en el tom.~ III de la III parte. ficada, que es una cosa en su ser posible, bien se le llame posible por parte
Esto mismo pues sería necesario, con la debtda proporcmn, en el caso pre- de la potencia objetiva, bien por parte de la potencia activa del agente, pues
sente. De q~é cla~e sería esa nueva acción que e~plearia Dios para cm:servar esto, por el momento, no interesa. Ahora bien, a la realidad posible así consi-
la materia sin la forma, no es fácil de explicar; dectmos, 7mpero) 9ue sena una derada se opone la realidad en acto, y en este sentido es verdad que una cosa
~cción a modo de creación absoluta y por completo mdepen.dtente, Y 9-ue existente debe estar en acto; mas este estar en acto no se opone a la pura po.o
·se distinguiría de la acción por la que ahora conserva la materia en que esta tencia subjetiva. Y si a la materia ya creada se le llama pura potencia en este
es a modo de una concreación; se podría comprender perfectamente esto en ~a sentido, estamos en un falso supuesto. Respecto del tercero ya se explicó su-
materia·. celeste, si hubiese de ser conservada sin forma; mas el0 esta matena ficientemente cómo puede Dios suplir la dependencia natural que respecto de
concreta de las cosas generables es más difícil, puesto que la a~cl?n por la 9':e la forma tiene la materia en su existencia parcial.
es producida es realmente una creación absoluta, según se exphco e? las p~g~ 10. La materia reclama una especie sustancial propia y estable.- Al cuarto
tias anteriores, y por eso respecto de esta materia siempre parece mas veros1mil se responde que el argumento no tiene más valor para la materia sin forma que
el primer modo de expresarse. para la materia informada. En efecto, la materia no tiene una especie sustancial
y esencial distinta por el hecho de estar bajo una forma, bajo ésta o bajo la otra.
Respuesta a los argumentos de la primera sentencia Y digo sustancial y esencial porque tratamos de la materia prima y no de la
9. Casi todos los argumentos de la sentenc.i~ opuesta quedan resueltos co;t materia próxima, la cual incluye las formas o disposiciones accidentales, por
lo dicho En efecto al primero ya se respondto que, por una parte, contema razón de las cuales se dice a veces que difiere específicamente; pero en este
un fá.lso · supuesto, ~ saber: que toda existencia provenía de la forma como ~e caso no se trata de diversidad en la diferencia sustancial de la materia, sino en
:su causa intrínseca y cuasi esencial -pues e~to es. verd~d resl'!ecto de la eXIs- los accidentes. Así, pues, la forma no confiere la diferencia específica a· la ma-
tencia sustancial completa, pero no de cualqmer ex1stencm parctal- y que, P.or teria, sino al compuesto. Por eso, al igual que la materia permanece numérica-
otra parte, la ilación no es necesaria, porque, aun dando por supuesto que e:xts- mente idéntica bajo diversas formas, también permanece idéntica específicamen~
de una forma ulterior. Segundo, con una subordinación que no sea esencial, mún a los cuerpos celestes y a los inferiores, y el ser una realidad generable o
sino a modo de disposición para la forma que es el fin primordial. Tercero, de algo semejante. Finalmente, estos predicados que pueden abstraerse son mucbi-
modo meramente accidental, sin subordinación alguna entre ellas. A estos tres simos, según las diversas conveniencias de las cosas; luego es imposible que se
capítulos se reducen todas las opiniones que existen o pueden existir en esta r multipliquen realmente las formas según su número. Dejo a un lado los otros
materia; y en cada una de ellas hay variedad de sentencias. argumentos que hemos propuesto antes en la disp. XIII, sec. 3.
3. Al primer capítulo pertenece, efectivamente, la opinión antes tratada en 5. Que a las partes de la definición deben corresponder las partes de la
la disp. Xlll sobre la forma de corporeidad, como esencialmente necesaria para realidad.- Qué orden de inferencia guardan los predicados esenciales y las for-
Ja introducción de 1as últimas formas, opinión que no será necesario exponer mas sustanciales.- Se podrá objetar que Aristóteles, en el lib. VII de la Me-
y rebatir aquí de nuevo. tafísica, e: 10, afirma que a las partes de la defiuíción corresponden las partes
de la realidad; mas las partes de la definición son el género y la diferencia;
Refutación de la opinión de que las formas se multiplican según los predicados luego a estas partes corresponden partes realmente distintas en lo definido, las,
esenciales cuales no son la materia sola y la forma, puesto que, por ejemplo, animal no,
significa la materia sola, sino el compuesto de materia y alma sensitiva. Asi...
4. Allí mismo también se trató e impugnó reiteradamente la opm10n que mismo, el propio Aristóteles, en el lib. II de la Metafísica, c. 2, prueba que no
afirma que las formas sustanciales se multiplican realmente en el compuesto se da el proceso al infinito en las causas formales, porque no se da en los pre-
según la muítiplicidad de predicados esenciales, la cual se cita como de Avice- dicados quiditativos. Además, porque las propiedades que convienen según es-
brón en su libro Fans vitae; la defendió Juan de Gante, lib. II Metaph., tos predicados son distintas en la realidad misma, como, por ejemplo, el sentir,
q. 10, y lib. I De Anima, q. 8; igualmente Paulo Véneto, lib. VII Metaph. entender, moverse, etc.; luego también lo son las formas de que se toman tales
Empero esta sentencia está ya antic'lada y ha sido abandonada como absoluta- predicados. Al primer testimonio de Aristóteles se responde que, o no habla de
mente improbable; pues además de los argumentos generales que propondre- cualquier definición en general, sino de la que se propone de un modo físico
mos luego a favor de la unidad de la forma, contamos con éste que nos con- mediante las partes físicas, como cuando se dice que el hombre es un ser com-
vence de la falsedad de dicha opinión: que multiplica las formas sin fundamen- puesto de alma y cuerpo, o, si habla universalmente, no es necesario que se
to ni necesidad, ya que en las páginas anteriores se demostró que los univer- entienda de partes distintas en la realidad, sino de partes distintas real o racio--
sales no se distinguen realmente de los seres particulares, ni los géneros de las nalmente, según se toma de Santo Tomás en ese pasaje, y más claramente de
especies; por consiguiente, si estos predicados se multiplican sólo por abstrac- Alejandro de Hales, quien a las partes las llama reales o de razón. Al otro te;-
ción y precisión de nuestro entendimiento, es infundado creer que les corres- timonio se responde, a su vez, que de la negación de muchos o infinitos predi-
ponden en la realidad formas realmente distintas. En otro caso, también en las cados esenciales se infiere rectamente la negación de muchas o infinitas for-
sustancias separadas y en las formas accidentales habrían de multiplicarse las mas, puesto que de cada forma puede derivarse al menos un predicado qui--
formas realmente distintas y subordinadas entre sí de acuerdo con la multitud ditativo; si, pues, los predicados quiditativos no son infinitos) tampoco podrán
de predicados esenciales que distingue nuestro entendimiento incluso en estas ser infinitas las formas. Por el contrario, de una multitud de predicados quidita-
cosas. Más aún, también sería necesario que se distinguieran y multiplicaran tivos no puede inferirse una multitud de formas, porque de una misma forma
realmente las materias en las sustancias materiales, ya que cabe derivar de ellas
diversos predicados esenciales, como el ser una realidad material, lo cual es C{}<o materialem, quod commune est caelestibus cundum haec praedicata conveniunt sunt
et inferioribus corporibus, et esse rem ge- distinctae in re ipsa, ut, verbi gratia, sen-
per modum potentiae. Secundo, cum sub- q. 8; et Paulus Venet., VII Metaph. Ve- nerabilent aut aliquid simile. Denique haec tire, intelligere, moveri, etc. ; ergo et for-
ordinatione non quidem essentiali, sed per rumtamen haec sententia antiquata iam cst praedicata quamplurima abstrahi possunt, mae a quibus ea praedicata sumuntur. Ad
modum dispositionis ad formam principali- et ut omnino improbabilis reiecta; nam iuxta varias rerum convenientias; ergo im- primum testimonium Aristotelis respondctur,
ter intentam. Tertio, mere per accidens et praeter raciones generales quas inferius ef- possíbile est iuxta numerum eorum mul- vel non loqui generaliter de omni definitio-
sine ullo ordine ínter se. Et ad haec tria ficiemus pro unitate formae, haec ratlo con- tiplicari realiter formas. Oroitto alias ratio- ne, sed de illa quae datur modo _physico el
capita revocantur omnes opiniones quae in vincit falsitatis illam opinionem, quod mul- nes, quas supra, disp. XIII, sect. 3, feci- per partes physicas, ut cum dicitur horno
hac materia sunt vel esse possun~; et in tiplicet formas sine fundamento et necessi · tnus. esse ens compositum ex anima et corpore;
singulis est sententiarum varietas. tate, nam in superioribus ostensum est uni- 5. Parti'ous definitionis ut respondeant vel, si universaliter loquatur, non oportcre
3, Nam ad primum caput spectat opinio versalia non distingui realiter a particulari- partes rei.·- Praedicata essentialia et formae intelligi de partibus in re distinctis, sed re
supra tractata, disp. XIII, de forma corpo- bus, nec genera ab speciebus; ergo, curo substantiales quem ordinem illationis ser- vel ratione, ut sumitur ex D. Thoma ibi et
reitatis per se necessaria ad introductionem haec praedicata multipiicentur solum per vent.- Sed obiicies Aristotelem, VII Me- clarius ex Alexand. Alensi, qui vocat partes
ultimarum formarum, quam hic iterum re- abstractionem et praecisionem nostri intel- taph., c. 10, dicentem partibus definitionis reales aut rationis. Ad aliud vero testimo-
ferre et impugnare non oportebit. lectus, vanum est existimare illis correspon- correspondere partes rei; partes autem de- nium respondetur ex negatione plurium vd
dere in re formas realiter distinctas. Alioqui finitionis sunt genus et differentia; ergo his infinitorum praedicatorum essentialium recte
Reiicitur opinio de multiplicatione formarum etiam in substantiis separacis et in formis partibus correspondent in definito partes
iuxta praedicata essentialia realiter diversae, quae non sunt sola mate- colligi negationem plurium vel infinitarum
accidentalibus multiplicandae essent formae
ria et forma, nam animal, verbi gracia, non formarum, quia a qualibet forma ut mini..
4. Ibidem est etiam tractata et cursim im- realiter distinctae et ínter se subordinatae
iuxta mulcitudinem praedicatorum essentia- significat solam materiam, sed compositum mum· sumí potest unum praedicatum quid-
pugnata opinio quae affirmat formas sub-
stanciales realiter multiplicari in composito lium quae in bis etiam rebus nostra ratio ex materia et anima sensitiva. Itero ídem ditativum; si ergo non sunt infinita praediM
iuxta multitudinem praedicatorum essentia- distinguit. Immo etiam materias oporteret Aristoteles, I1 Metaph., c. 2, probat non cata quidditativa, nec infinitae formae esse
lium, quae refertur ex Avicebron, in lib. realiter distinguí et multiplicari in substan- dari processum in infinitum in causis for- poterunt. E contrario vero ex multitucline ·
Fontis vitae_; eamque tenuit Ioannes d~ tÜs materialibus, quía ab illis sumí possunt malibus, quia non datur in praedicatis quid- praedicatorum quidditativorum non potes~
Gandavo, 11 Metaph., q. 10, et 1 de Anima, praedicata diversa essentialia, u~ esse rem ditativis. Itero, quia proprietates quae se~ colligi multi_tudo formarum, quia ab eaderri ¡
730 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Sección X 731
------------------------~
pueden tomarse diversos predicados, de acuerdo con las diversas semejanzas y otra forma, por virtud de la cual se supone a la materia capaz de la organiza-
diferencias que tiene con otras formas. Por eso no es un caso similar el que se ción y disposición necesaria en orden al alma; empero en las cosas inanimadas
aduce de Aristóteles. desaparece esta necesidad. Puede confirmarse por el modo común de hablar;
6. De aquí se infiere con toda claridad que, al igual que de la unidad de en efecto, decimos que el viviente consta de cuerpo y alma, y no decimos, sin
forma no se deduce que no sean muchos los predicados quiditativos, sino -uno embargo, que el agua y el aire constan de cuerpo y de una determinada forma,
solo, tampoco se deduce que no sean infinitos, o que no pueda darse en ellos sino de materia y de esa forma determinada; luego es señal de que el cuerpo,
un proceso al infinito, porque, permaneciendo la unidad de la forma, pueden del que se dice que es una parte del compuesto en los vivientes, incluye, ade-
multiplicarse dichos predicados; la cuestión de si hay un límite por otro con- más de la materia, una forma sustancial intermedia entre la materia y el alma.
cepto en estos predicados y cómo lo probó Aristóteles, la explicaremos en la Respecto de este cuerpo resulta perfectamente inteligible aquella definición del
sección siguiente. Al último se responde negando la consecuencia, porque, igual alma : es el acto de un cuerpo físico, orgánico, que posee la vida en potencia.
que de una misma causa pueden proceder muchos efectos, también de una mis- En efecto, siendo el cuerpo que se distingue del alma una parte física, no in-
ma forma diversas facultades, como es evidente por experiencia, ya que a veces cluye al alma misma, ni siquiera en cuanto confiere un grado superior, porque}-
una pluralidad de facultades conviene a la misma cosa no sólo según la misma de lo contrario, no resultaría de ellos una composición física, sino metafísica;
forma física, sino también según la misma diferencia especifica, como el enten- ni expresa tampoco la materia sola, o desnuda de todo, ya que de este modo
dimiento, voluntad y risibilidad en el caso del hombre; a veces, en cambio, estas es común a todas las cosas naturales; o la materia con accidentes, puesto que
facultades provienen de la misma forma según sus diversos grados, los cuales éstos no pertenecen a la esencia de la sustancia; luego incluye una forma sus-
distinguimos nosotros con frecuencia por el orden a las facultades mismas o ac- tancial especial distinta del alma. En segundo lugar, se dejó mover, sobre todo,
ciones, por más que en la realidad los grados mismos no sean distintos en las Escoto por un argumento a posteriori, porque en la muerte del animal se se-
formas sustanciales, tema del que se dijo bastante al tratar de los universales. para el alma y no se introduce en seguida una nueva forma; mas no se debe
afirmar que la materia permanece sin forma; luego hay que afirmar que per-
manece con la forma de corporeidad que preexistía en el animal. Se prueba la
Refutación de la opinión de Escoto sobre la forma de corporeidad
mayor, porque si se introdujese una forma sería diversa según la diversidad de
7. En tercer lugar, a este capitulo atañe la opinión de Escoto y de Enrique, disposiciones; pero vemos que no es así, sino que en la muerte del hombre
aludida antes en la disp. XIII, los cuales ponen también una forma de corporei- permanece el mismo cadáver, bien se muera por exceso de calor, bien de frfo.
dad o del mixto como esencialmente necesaria entre la materia y algunas formas Se suma también el que con frecuencia no existe agente alguno ·por el que sea
sustanciales, aunque no del mismo modo; en efecto, Escoto piensa que se inter- cducida tal forma. Tercero, se vale Escoto de un argumento teológico, que es
pone entre la materia y toda alma, mas no entre la materia y las formas de los el que principalmente le hizo fuerza a Enrique; en efecto, no puede decirse
seres inanimados; Enrique, en cambio, sólo exige dicha forma en el hombre. El que el cuerpo de un hombre muerto sea siempre distinto específica o numéri-
fundamento de Escoto, si se lo explica a priori, parece haber sido el que el alma camente del cuerpo del vivo; luego es necesario admitir que permanece la mis-
es una forma que trasciende el grado común de corporeidad y exige en la ma- ma forma del cuerpo numéricamente sin nueva forma, ya que, al cambiar la
teria cierta disposición y variedad de los órganos que no exigen las otras formas; forma, cambia el individuo e incluso la especie. El antecedente es claro, porque,
luego el alma en cuanto tal no da el ser del cuerpo, sino que lo supone mediante
forma possunt plura praedicata sumi iuxta dus eius, qui a nobis saepe distinguuntur illud per aliam formam, ratione cuius sup- sentiam substantiae; ergo includit specialem
varias convenientias ac differentias quas ha- per ordinem ad ipsas facultates vel actiones, ponitur materia capax organizationis et dis- formam substantialem distinctam ab anima,
bet cum aliis formis. Quare non es:t simile quamvis in re gradus ipsi non sint distincti positionis necessariae ad animam; in rebus Secundo ac principaliter motus est Scotus
quod ex Aristotele adducitur. in substantialibus formis, de qua re satis autem inanimatis cessat haec necessitas. Et argumento a posteriori, quia in morte ani-
6. Hinc autem optime infertur quod, síc- dictum est tractando de universalibus. confirmari hoc potest ex communi modo lo- malis recedit anima et non statim introdu~
ut ex unitate formae non colligitur praedi- quendi; dicimus enim vivens constare cor- citur nova forma; non est autem dicenduro
cata quidditativa non esse plura, sed unum Opinio Scoti de forma corporeitatis reiicitur pore et anima, non tan1en dicimus aquam manere materiam sine forma; ergo dicen-
tantum, ita etiam non colligitur illa non esse vel aerem constare ex corpore et tali forma, duro est manere sub forma corporeitatis,
infinita aut non posse esse in eis processum 7. Tertio, ad hoc caput spectat opinio sed ex materia et tali forma; ergo signum quae praeerat in animali. Maior probatur,
in infinitum, quia stante unitate formae pos- Scoti et Henrici supra tacta, disp. XIII, qui est corpus, quod in viventibus dicitur esse quia, si introduceretur forma, illa esset di-
sunt haec praedicata multiplicad ; an vera ponunt etiam formam corporeitatis aut mix- altera pars compositi, praeter materiam in- versa pro diversitate dispositionum; vide-
.aiiunde sit terminus in his praedicatis, et ti ut per se necessariam ínter materiam et cludere quamdam substantialem formam mus autem non ita esse, sed in morte ho-
quomodo id probaverit Aristoteles,, dicemus formas quasdam substantiales, quamvis non intermediam inter materiam et animam. De minis idem cadaver manere sive ex re-
sectione sequenti. Ad ultimum respondetur eodem modo; Scotus enim putat intercedere quo corpore optime intelligitur definido illa dundantia caioris sive frigoris moriatur. Ac-
negando consequentiam, nam sicut ab ea- inter materiam et omnem animam, non vera animae : est actus corporis physici, organici, cedit etiam saepe nulluro esse agens a quo
dem causa piures effectus, ita ab eadem for- inter materiam et formas inanimatorum; potencia vitam habentis. Nam cum illud cor- talis forma educatur. Tertio, utitur Scotus
ma diversae facultates oriri possunt, ut _ex- Henricus vera solum in homine illam for- pus quod condistinguitur ab anima sit pars argumento theologico, quod maxime movit
perientia notum est, nam interdum conve- mam requirit. Fundamcntum Scoti, si a physica, non includit animam ipsam, etiam Henricum; nam dici non potest corpus ho-
niunt piures facultates eidem reí, non solum priori explicetur, fuisse videtur quia anima ut dantem superiorem gradum, quia alias minis mortui semper esse specie aut numero
sccundum eamdem formam physicam, sed est forma transcendens communem gradum non esset ex eis compositio physica, sed distinctum a corpore viventis; ergo necesse
-etiam secundum eamdem differentiam spe- corporis et requirit in materia dispositionero metaphysica; nec e ti aro dicit solam mate- est fateri manere eamdem numero formam
-d:ficam, ut homini intellectus, voluntas, ri- et varietatem quamdam organorum, quam riam aut nudam, quia hoc modo communis corporis sine nova forma, quia variata for-
sibilitas; aliquando vero oriuntur hae facul- aliae formae non requirunt; ergo anima ut est omnibus rebus naturalibus, aut cum ma, variatur individuum, immo et specie~.
'tates ab eadem forma secundum varios gra- sic non dat esse corporis sed pracsupponit accidentibus, quia haec non pertinent ad es- Antecedens patet, quía alias non fuisset in
Disputación XV.-Sec~io_'n_X_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _:_7:_:_33
732 Disputaciolle< metafísicas
bio, el cuerpo que consta de materia y de la sola forma de corporeidad es um-
en otro caso en el sepulcro no hubiese estado el mismo cuerpo que existió en camente urta sustancia incompleta y parcial por ser una parte de un compuesto
Cristo mien~as vivía. y si se hubiese consagrado una hostia antes de la ~uerte sustancial. Por eso, al igual que la materia puede estar reductivamente en el
de Cristo y se hubiese guardado aquellos tres días, no hubiese permanecidO en género de «cuerpo» sin estar bajo especie alguna, por tratarse de una parte, lo
ella el mismo cuerpo numéricamente, cosas todas que parecen estar en contra mismo acontece con ese cuerpo que es una parte del compuesto.
de las afirmaciones de los santos. . 10. Mas esta respuesta no es suficiente, en primer lugar, porque para que
8. Corroboración de dos principios de Aristóteles que se desmoronan admt- algún individuo quede contenido directamente bajo algUna especie, basta con
tida la forma de corporeidad.- Mas esta _opinión multiplica tan:bién las formas que contenga en acto toda la esencia actual de dicha especie, sin ser necesario
sin suficiente fundamento, pudiendo ser unpugnada con los mtsmos argumen- que contenga en acto todo lo que la especie contiene en potencia, como es evi-
tos de que nos valimos contra Avicena en la citada disp. XIII. Ad~~ás, Escot.o, dente; ahora bien, el cuerpo del predicamento de la sustancia es una especie
en su sentencia, da por supuestas dos cosas que están en contradtccwn con Art~ subalterna contenida bajo el género de sustancia, a cuya esencia actual sólo per-
tóteles. La una es que a veces se verifica la corrupción sustancial sin la consi- ltenece el ser sustancia compuesta de materia y forma sustancial, o el ser sus-
guiente generación, lo que está en contra de Aristóteles en el lib. I De qene- tancia existente por sí y capaz de cantidad; mas toda esta esencia actual per-
nat., c. 3. La segunda es que se realiza la corrupción sustancial permaneciendo tenece a dicho individuo; luego. Segundo, porque, aunque una parte de la
completa la sustancia sensible compuesta de materia y forma, en contra . del sustancia pueda estar reductivamente en un género y no en una especie, sin
mismo Filósofo, en el lib. I De General., c. 4. A esto responden los escotistas embargo, si se le asignan directa y proporcionalmente los géneros y especies,
que las expresiones de Aristóteles se refieren a .los casos en los. que tiene lu?ar es imposible que esté bajo un género sin estar bajo alguna de sus especies,
la corrupción íntegra; mas cuando muere el ammal, no se realtza la corrupc:ón igual que decíamos antes que la materia, incluso conservada sin la forma por
íntegra hasta que el cambio de .la materia no lleg_ue. a .t;l grado que sea .t;mbién la potencia absoluta de Dios, no puede dejar de estar en alguna especie última
expulsada la forma de corporetdad. Mas esta ~tstmcton ~n:re corru~cwn sus- d.e materia. De este modo, pues, la forma que constituye ese cuerpo o cadáver
tancial íntegra o a medias es ajena a la doctrma de Artstoteles, qmen define no puede estar bajo el género común de forma sustancial, sin estar en alguna
siempre la generación y corrupción sustancial diciendo que es simplemente el especie última de forma sustancial; luego el compuesto de dicha forma y de
comienzo o cesación de toda la sustancia. Se seguida, además, en tercer lugar, materia estará también en alguna especie última de sustancia compuesta; luego
que existiría de hecho en la naturaleza un individuo genérico del predicamento no estará sólo reductivamente en el género de cuerpo. Este argumento, según
de sustancia sin constituirse en ninguna especie de cuerpo, cosa que no es me- decía antes, demuestra también que ese compuesto nO es capaz ·de una mayor
nos imposible que pensar un animal que no perteneciese en la naturaleza a nin- actuación mediante alguna diferencia sustancial ulterior, ni mediante una forma
guna especie de animales. . de la que se toma tal diferencia, y que, por tanto, no es parte ni potencia esen-
9. Puede responderse de parte de Escoto que ese compuesto de materia Y cialmente ordenada a un acto sustancial ulterior, sino que es una sustancia com-
de la forma de corporeidad no es un individuo contenido bajo el género «cuer- pleta constituída en acto último; en efecto, ninguna sustancia está completa en
po» del predicamento de la sustancia, según pensó Avicena, puesto que ese acto de este modo, a no ser porque tiene una forma sustancial constituída
individuo debe ser una sustancia completa que incluya realmente alguna form!l en alguna especie última de dicha forma.
específica a la que expresa confusamente. «cuerpm> del pred~cam7nto de la sus-
tancia, pudiendo predicarse, por ello, dtrectamente de los mfenores; en cam- inferioribus; illud autem corpus constans ex tur genera et species, impossibile est esse
materia et sola forma corporeitatis est tan- sub genere quin sit in aliqua specie eim,
tum incompleta substancia et panialis; nam sicut supra dicebamus materiam, etiam con-
sepulchro idem numero. corp_us, g.uod fuit integra corruptio donec tanta fiat tran~m~~ est pars cuiusdam compositi substantialis. servatam de potentia Dei absoluta sine for-
in Christo vivente. Et s~ hosua fmsset ante ratio in materia ut etiam forma corporettatls Unde, sicut materia, quia est pars, potest ma, non posse non :!SSe in aliqua ultima
Christi mortero consecrata et servata in tri- abiíciatur. Sed haec eadem distinctio intc- esse reductive sub genere corporis et non specie materiae. Ita ergo forma illa quae
duo, non mansisset in ea idem c~xpus nu- grae vel dimidiatae corruptionis substantir.- sub aliqua specie, ita corpus illud quod cst constituit illud corpus seu cadaver non pot-
mero, quae videntur esse contra dicta Sanc- lis est aliena a doctrina Aristotelis, qui ge- pars compositi. est esse sub communi genere formae sub-
torum. , nerationem et corruptionem substantialem 10. Sed haec responsio non satisfacit, stantialis quin sit in ·lliqua ultima specie
8 Roborantur duo Aristotelis principta semper definir esse inceptionem et desitio- ¡primo, quia ut aliquod individuum conti- substantialis formae; ergo compositum ex
qua"e destruuntur po~it.a for_ma corp~re~ta nem simpliciter totius substantiae. Et prae- neatur directe sub aliqua specie, satis est tali forma et materia erit etiam in aliqua
tis.- Haec vero opuuo euam mulupl~cat terea sequitur tertio manere de facto in r~ quod contineat actu totam essentiam actuaM ultima specie substantiae compositae; ergo
formas sine sufficienti fundamento, et ll_l1- rum natura individuum generis de praedi · lem illius speciei, nec opus est quod conti- non tantum reductive in genere corporis. Et
pugnari potest eisdem rationibus quibus dJc- camento substantiae sub nulla specie cor- oeat actu quidquid species continet in po- haec ratio, ut supra dicebam, convincit etiam
ta disp. XIII contra Avicen. usi sumus. ~t poris constitutum, quod non est mi~us in;.. tencia, ut per se notum est; corpus autem illud compositum non esse amplius actuabile
praeterea supponit Scotus in sua sentenua possíbile quam intelligere aliquod ammal m de praedicamento substantiae est species sub- per ulteriorem differentiam substantialem,
duo quae Aristoteli repugnant. Un~ est rerum natura nullius speciei animalium. alterna CC'ntenta sub genere substantiae, de neque per formam a qua talis differentia
interdum fieri corruptionem substantt~em 9. Responderi potest ex Scoto illud com- cuius actuali racione solum est ut sit sub- sumatur, et ideo non esse partero nec poM
sine subsequenti generatione, contra Arlst., positum ex materia et illa forma corporei- stantia composita ex materia et forma sub- tentiam oer se ordinatam ad ulteriorem ac-
I de Gener., c. 3. Secundum est fieri corrup- tatis non esse indíviduum contentum sub stantiali vel ut sit substantia per se existens tum subStantialem, sed esse completam sub-
tionem substantialem manente completa sub- genere corporis de praedicamento substa~ et capax quantitatis; sed tata haec ratio statiam in actu ultimo constitutam; nulla
stancia sensibili composíta ex materia et for- tia e, ut outavit A vicenna; nam illud indl- :actualis convenit illi individuo; ergo. Se- enim substantia est ita completa in actu nisi
ma, contra eumdem Philosophum, I de ,Ge- viduum esse debet substancia completa reip- cundo, quía, licet pars substantiae reductive quía habet aliquam formam substantialem
ner., c. 4. Ad quae respondent scotlstac sa includens aliquam specificam formam possit esse sub genere et non sub specie, ta- constitutam in aliqua specie ultima talis for-
Aristotelem loqui quando fit integra corrup- quam confuse dicit corpus de praedicamento men, si directe et proporcionare illi assignen. mae.
tio; quando autem moritur animal, non fit substantiae, et ideo in recto praedicatur de-
.-----------------~--
multiplicari formas substantiales per se sub- duum subordinatio et distinctio. Tenent au-
tem eam opinionem de trium animarum r~quiritur in homine aliqua forma materirt- contra Mar;ichaeos, et X Gen. ad litter !>
ordinaras, quot sunt gradus rerum natura~
lium et iuxta numerum graduum qui ab distinctione Philop,. 1 de Anima, text. 91 ; lts praeter animam sive illa sit una sive c. 13, et hb. de Vera religione, c. 9; et
quem sequitur Iandun., c. de Anima, q. 12; rnultiplex. ' piures pactares catholicos secutos esse hanc
una et eadem substantia participantur. Sunt
autem quatuor gradus substantiarum mate- et Paulus Venetus, in Sum. de Anima, c. 5. 18. Duas animas ponebant Manichaei.- se~t~ntt~m de duab~s animabus in homine,
Quorum fundamenta hoc loco non referam, AI~era causa es.t quia in homine sunt ope- spmtuah et sensuah, testatur Hicr epist
rialium, scilicet, inanimatorum corporum,
vegetabilium, sensibilium et rationalium. quia fere coincidunt curo bis quae in refe- rauones C?J?-tranae, na!ll caro concupiscit ad- ~5,0 ad Hedib., q. 12, tractans loe~ qu~
Rursus entia naturalia quaedam participant rendis aliorum opinionibus tacta sunt. versus sp1ruum, et spzritus adversus carnem · ~~ move?~ntur, 1 ad Thessal., 5: Deus pa-
unum solum gradum, et in eis tantum est 17. Solum in homine videtur inveniri non possunt . a~t~m contrariae operatione~ ClS sa!lctljtcet vos, ut mteger spiritus vester
una forma, et haee sunt corpora inanimata; peculiaris necessitas pluríum animarum, sal~ a~ eodem prmctpto prodire, sed a contra- et amma et corpus sine querela in adven·
vegetantia vero duos participant gradus, tem duarum, ob duas praecipuas causas ho~ rus. Q~o argumento utitur Ocham, qui hanc tun; Dornini. nostri. Iesu Christi servetur.
unde duabus formis constituuntur; animalia mini proprias. Una est, quía rationalis ani- sen~entta.m doc::et,. Quodl. II, q. 10, et in 11 ~~~ tesun:~mo c<?~tungebant illud Danie;I.)
tribus, homines quatuor. Quam sententiam ma est perfecte spiritualis et indivisibilis addtt e_na~ distt!lgui has animas a forma - . B.enedwue, spzrttus et animae iustorum.
hoc modo integre declaratam non invenio; maximeque distans ab imperfectione mate- corpore1tatts, et m brutis etiam distinctam Dommo. Idem tenuit Philo in libro Quód
tamen auctores qui docuerunt esse in ha- riae; et ideo extrema tam distantia non vi- fac1t ta1em ~ormam ab anima sensitiva eo- deterius potiori insidietur. '
mine tres animas realiter distinctas, si con- dentur posse imrnediate coniungi; est ergo rum. De amma vero sensitiva ct vegetativa ~9. bn.Pro_batur adducta senteruia cum
sequenter loquantur, necesse est ut totum necessaria aliqua forma qua mediante unianm negat esse distinctas. In quo certe non con~ suzs exphcattonibus.- Haec vero sententh
discursum facturo amplectantur; nam qua tur. Atque haec ratio peculiariter favet opi- ~equente: Io9~tur; neque etiam declarat an non..solum in philosophica ratione impro-
ratione in homine dlstinguunt tres, oportet nioni Henrici supra tractatae, nam anima m P.lan~1s dtsttnguatur anima a forma cor- babths est, sed etiam in nostra fide parum
in brutis duas etiam distinguere; et qua rationalis, cum sit incorporea, non potest poreltatls. Manichaei etiam duas in homine tuta,, quantum ad. eam partem qua ponit fn;
racione ipsas animas ínter se separant, opor- dare esse corporeum ; ergo nec potest esfe asserebant e~se . animas, unam spiritualem a hom.me piure~ ammas. Et quidem quantum
tet quod gradum etiam animae a communi forma corporeitatis. Et eadem racione non b_ono De? mditam, aliam vero animalem ad illam rat1onem generalero distinguendi
gradu forma e corporalis distinguant; nam potest esse forma vegetativa aut sensitiva et .<:ontrar~am, et a contrario principio, malo piures formas .su~stantiales ex gradibus re-
his omnibus eadem est proportio. Neque formaliter; nam huiusmodi formae sunt ma- scdtcet peo, quem illi fingebant, profectam, rum, a P?ster10:1 ~~ eo recte improbarur
alia ratio distinctionis dari potest nisi gra- teriales et corruptibiles; ergo propter haec. Ut retulit August., lib. de Duab. Animab. quod ex illo prmctpto sequitur necessariaa
Disputaciones metafísicas _D_ispu_ta_ción_X_V_.--S.ec_ci_ón__X______________.______________________~7~4~I
740
gue que son necesarias en el hombre almas realmente distintas, lo cual está en , luego es menester. afirm3.r lo segundo , a saber, que
especies últimas. distintas;
contra de la sana doctrina. Además, todas las razones con que hemos probado e1 a1ma vegeta uva,, segun . su razón genérica, se contrae en el alma del caballo
que el alma no se distingue de la forma de cuerpo en los vivientes, demues- por el grado espec1~co m1smo. De aquí se llega claramente a la conclusión de
tran a fortiori que la adición de un nuevo grado no basta para establecer la qne el alma . vegetativa en el caballo
. . no es realmente dist¡'nta de ¡a sensttlva,
··
pu~sto que. mnguna cosa. puede dtstmguirse realmente de la diferencia por la que
distinción real de formas. esta esencialmente constlttúda.
20. Más aún, las razones propuestas contra la primera sentencia, por las
que se demostró que las formas no se distinguen realmente a causa de los di- . 21. E~te argumento tiene la misma eficacia en el alma racional y se puede
versos predicados quiditativos subordinados entre sí, prueban lo mismo, aunque ~ph~r de Igual mam;r~; en efecto, si, por ejemplo, el alma sensitiva fuese en el
un predicado añada al otro algún grado nuevo, pues cuando esos dos grados o~ re re~l~ente dtstmta de la racional, tendría una contracción específica al
se unen en una sola e idéntica realidad, el uno se compara con el otro como la gra o ~enst~Ivo; por tanto, sería un alma irracional y propia de una bestia la
cn.a1, st se e separa el alma raci~nal, ya sea por la consideración del ente~di
diferencia especifica con la genérica, y así resulta constituída de ambos una sola
especie sustancial, igual que de un universal y un particular; luego, en rea- mtento, JJ al menos, por potencia de Dios en la realidad misma constituiríá
~fn ~e~ a Eun br~to tan cabal y perfecto en la especie de anima{ como lo es
lidad, no se distinguen esos grados o diferencias en cuanto unidos en dicha es-
pecie; luego tampoco se distinguen realmente en tal sustancia las formas que el ~i~ a L~X;;.; mismo es el sentido en que, con razón, afirmó San Agustín en
son los principios de dichos grados o diferencias. Se explica esto, finalmente, al · . . 1~ Qfaest., q. 8, qne al decir Apolinar que el Verbo asumió el
aplicando proporcionalmente la razón antes expuesta, _porque si, por ejemplo, (!.a sens1:-a sm a racmnal, había dicho que en realidad asumió una bestia
en el caballo hay un alma vegetativa, es necesario que esté contraída por alguna frn~~adoo p~'; ~~·~~m~n r~~~~~t;to constituído por tal alma, ser ulteriorment~
diferencia específica, ya que el alma vegetativa en cuanto tal sólo expresa una
22. Existe, además nn argument fi •·
j~s l!o~u~~~~in~~i:,a~fi~~~.~~~n~i¿·~ral:~!!~f~~ ;;,u•;¡ ~~7~;e,"sy c~s~ú~o~a~~
razón genérica, la cual se distingue mediante diversas especies, como es de
sobra evidente en los árboles y en las plantas; ahora bien, no puede haber
hamo in animam viventem; ille enim spiri- pus sua societate vivificet et semetipsam sua late declaravimus in I toro. III partís, q. 6, pinquitas in perfectíone entitatis, sed in pro-
tus quem Deus spiravit anima rationalis ratione disponat. Similia habet Augustinus, in Com. a. 2, et disp. XVII, sect. 4. Saepe portione et conveniencia in mutuo respectu
fuit, et per eamdem factus est horno vivens de Spirit. et anim., c. 3; Damascen., lib. II vera ipsa anima, prout absolute vívificat actus et potentiae, quae proportio sufficiens
et consequenter etiam sentiens. Aliud est ex de Fide, c. 12. Accedit quod alias mortuo corpus, nomine spiritus appellatur, ut Ec- reperitur inter materiam et animam; immo
VIII Synodo generali, quae est Constanti- homine aliqua anima desineret esse, et clesiast., 12: Et spiritus redit ad Dominum_. fortasse maior et perfectior quam inter ma-
nop. IV, can. 11, qui sic habet: Apparet Christus moriens aliquam substantiam Ver- etc.; qui spiritus immortalis alibí anima teriam et quamcumque alíam formam. Alio-
quosdam in tantum impietatis venisse, ut bo unitam simpliciter dimisisset. Unde vocatur, nempe Matthaei, 10: Nolite timerc qui etiamsi fingatur materia iam infor-
homines duas animas habere dogmatizent; Ocham, ut hoc incommodum evitet, dicit eos qui occidunt corpus, animam autem non mata quacumque forma vel anima extensa
tales igitur impietatis inventores et similes animam sensitivam Christi conservatam es- possunt occidere. Et de Christo Domino et materiali, adhuc erit anima improportio-
sapientes, cum vetus et novum Testamen- se in Christo, vel cum rationali vel cum didtur Matth., 27, quod emisit spiritum, id nata ut uniatur illi; quía quod ad exten-
tum ·omnesque Ecclesiae Patres unam ani- corpore. Sed si intelligat mansisse unitam est, animam. Unde in Clement., unic. de sionem attinet, tam extensa est illa forma
mam rationalem hominem habere asseve- corpori, est haeresis, alias corpus illud non · Sum. Trinit., didtur Christus assumpsisse sicut materia; ergo si inde oriebatur im-
rent, sancta et universalis Synodus anathe~ mansisset mortuum, sed sentirct. Si vera partes naturae nostrae unitas, corpus sci- proportio, non tollitur, immo augetur aliun-
matizat. Unde in lib. de Eccles. dogmat., intelligat mansisse separatam, dicit miracu- licet et animam rationalem. de. Primo, quia cum illa anima sensitiva
c. 15, hoc etiam traditur ut dogma certum; lum inauditum quod forma materialis con- 25. Rationalis anima, licet inextensa, ma- sit actus substantialis et specificus, ut pro-
quia vero Ocham dicit ibi esse sermonem de servata sit sine materia. Item inauditum est teriae forma est.- Nec rationes in contra- batum est, magis distat ab anima rationali
duabus animabus rationalibus, ut constet id in Ecclesia duas animas Christi esse sepa- ríum factae difficilem habent solutionem. quoad proportionem requisitam ad unionem
es se falsum, referam verba : N eque duas Ad primam enim negatur minar, nam, Iicet quam anima et materia, et ita potius im-
ratas in triduo. Quare temerarium esset, ne anima sit indivisibilis et spiritualis, potest
animas esse dicimus in uno homine, sicut pedit quam iuvat ad unionem. Secundo,
Iacobus et alii Syrorum scribunt~ unam ani- dicam erroneum, id asserere. immediate uniri materiae, quía essentialiter qtúa si intercederet anima sensitiva, intetlec-
malem, qua animetur corpus et immixta sit 24. Quocirca, cum spiritus et anima ho- est actus eius. Non enim refert quod in tiva esset purum princtpium intelligendi;
sanguini, et alteram spiritualem, quae ra- minis distincte nominantur in Scriptura, perfectione entis multum inter se distent purum autem intelligendi princípium non
tionem ministret; sed dicimus unam esse non distinguuntur substantia, sed munere materia et anima rationalis, nam ad unio- est aptum ad informandun corpus, ut la-
eamdemque animam in homine, quae et cor- et officio, ut Hieronymus supra indicat, et nem non est attendenda distantia vel pro- tius ostendemus infra, tractando de intelli-
744 Disputaciones metafísicas Disputación Xl'.~Sección X 745
~------------------------------- --------------------------~
las inteligencias separadas. Así, pues, para que el alma racional sea verdadera grados extremos sin contener estos intermedios. Sin embargo, es frecuente de--
forma del cuerpo, es menester que ella misma no sea solar_nente el princi~io de cir que el alma racional contiene estos grados virtual y eminentemente. Esto, ,
las intelecciones, sino que lo sea también de las operaciOnes que se eJercen empero, no les parece suficiente a otros para la causalidad formal, aunque sea
mediante el cuerpo; por consiguiente, lo ha de ser preferentemente de las ope- bastante para la eficiente. Y así, sin duda, lo que hay que afirmar es que, igual
raciones sensitivas, que son las que están más cerca de las acciones propias del que el con~epto de forma de corporeidad no exige formalmente que sea corpó·
entender. Hasta tal punto es esto necesario, que hao llegado algunos a dudar rea, del mismo m_odo al concepto ?e
alma vegetativa y sensitiva no pertenece
si el alma racional en cuanto intelectiva era forma del cuerpo. Empero no exis- el que seal! matenales y ext:nsas, smo el que sean principio formal del vegetar
te razón de su duda, ya que el alma racional es por esencia forma del cuerpo.'/ y del ~entir y el 9ue constituyan formalmente un viviente según estos grados
según su totalidad y según todos sus grados, los cuales, aunque sean objeto de determmados de vida, cosa que verdadera y formalmente posee el alma racio. . -
nuestra precisión mental, sin embargo se identifican en el alma. Por eso, aun- nal; mas se dice que los contiene eminentemente por comparación con las for-
que no dimanen de la esencia de esta alma potencias intelectivas que puedan ser mas de <!Jchos grados que no trascienden la perfección propia de ellos, ya que
recibidas en el cuerpo, con todo las mismas potencias sensitivas, e incluso la& ella contiene sus perfecciones de un modo más elevado. En consecuencia. ha..
vegetativas, se originan con una perfección peculiar exclusiva del alma racional blando en general, hay que negar que pertenezca al concepto de forma ve'geta-
y proporcionada para estar al servicio de las acciones de la mente. Esto cons- tiva o sensitiva el ser corr~ptible o educida de la potencia de la materia, sino
tituye también un argumento de que el alma sensitiva es la misma que la ra- que lo que habría que añadir sería que esto pertenece al concepto de alma ex--
cional en el hombre. clusivamente vegetativa o exclusivamente sensitiva; y en el hombre no existe-
26. En qué sentido el alma racional es forma de corporeidad.- Con esto forma alguna que sea únicamente vegetativa o sensitiva; por tanto, en el hom-
se llega a comprender también en qué sentido el alma racional, a pesar de ser bre no hay forma ninguna educida de la potencia de la materia. Ni esto cons-
incorpórea, puede ser forma de corporeidad; en efecto, el que sea acto o for- tituye obstáculo, como objetan algunos, para la generación natural del hombre,
ma de corporeidad no es lo mismo que el que sea corpórea o extensa, sino que ya que para ella no es menester que la forma se produzca por educción; de-
es una forma que juntamente con la materia constituye una sola sustancia com- lo c?ntrario, aunq~e en el ~ombre hubiese un alma sensitiva educida de la po-
puesta capaz de cantidad. Por eso, tal como dije en la disp. XIII, el ser forma tencia de la matena, no sena un hombre el que se engendraba, sino que sería'
de corporeidad es absolutamente lo mismo que ser forma sustancial de la ma- el animal irracional constituído por tal alma. Así, pues, para la generación na-
teria, pues precisamente porque es acto sustancial de la materia resulta cons- tural basta con que la unión del alma con el cuerpo se realice de un modo na-
tituída de ambas una sustancia íntegra material y corpórea. Por tanto, puestl> tural mediante la disposición y acción natural. ·
que el alma racional, a pesar de ser indivisible, es verdadera forma sustancial 27. Las operaciones contrarias en el hombre.- Al último argumento de
del cuerpo, posee cuanto es necesario para ser forma de corporeidad. Esto nos. Ockam se responde, en primer lugar, que la diversidad u oposición de opera-
lleva asimismo a la conclusión de que puede contener suficientemente también los ciones denuncia diversidad de facultades próximas, pero no de formas. tal como-
grados intermedios, concretamente el vegetativo y el sensitivo, de suerte que antes se dijo. Se afirma, además, que la existencia de operaciones contrarias en
pueda comunicarlos formalmente al compuesto, ya que no puede contener los. el hombre puede entenderse de dos maneras, a saber: o en simultaneidad o en
diversos tiempos. Esto segundo no sólo puede acaecer en la misma alma sino.
gentiis separatis. Ut ergo utionalis anima 26. Anima rationalis qualiter forma cor- también en la misma potencia, como es de por sí evidente; en cambio, 1~ pri-
sit vera forma- corporis, oportet ut ipsamet poreitatis.- Ex qua etiam ;nteJligitur qua-
sit principium non tantum intellectionum, modo anima rationalis, licet sit incorporea, mos gradus sine his mediis. Dici autem forma quae sit aut vegetativa aut sensitiva
sed etiam operationum quae exercentur per possit esse forma corporeitatis ; nam esse solet frequenter rationalem animam virtute tantum. Quare nulla est in homine forma,
corpus; ergo maxime operationum sensiti- actum aut formam corporeitatis, non est et eminenter continere hos gradus. Quod ta- educta de potentia materiae. Neque hoc.
varum, quae sunt actionibus intelligendi esse ipsam corpoream seu extensam, sed es- men aliis videtur non sufficere ad forma- obstat, ut alii obiiciunt, naturali generationi
propinquiores. Quod adeo necessarium est, se formam constituentem curo materia unam lem causam, licet ad efficientem satis sit. hominis, quia ad hanc non est necesse ut-
ut dubitaverint nonnulli an ipsamet anima substantiam compositam capacem quantita- Atque ita sine dubio dicendum est, sicut forma fiat per eductionem; alias etiamsi in
quatenus intellectiva informet corpus. Non tis. Unde, ut supra, disp. XIII, dicebam, de ratione formae corporeitatis non est ut homine esset anima sensitiva educta de po-
vera est quod dubitaverint, nam rationalis ídem omnino est esse formam corporeitatis sit corporea formaliter, ita de ratione ani- tentia materiae, non generaretur horno, sed
anima essentialiter est forma corporis secun- quod esse formam substantialem materiae, mae vegetativae et sensitivae non esse quod illud animal irrationale constitutum per ta-
dum se totam et secundum orones gradus, quia ex hoc praecise quod sit actus sub- sint materiales et extensae, sed quod sint lero animam. Ad generationem ergo natu~·
qui, licet a nobis ratione praescindantur, stantialis materiae, constituitur ex utraque principium formale vegetandi et sentiendi, ralem satis est quod tmio animae ad cor~
in re tamen ídem in anima sunt. U nde, Iicet substantia integra, materialis et corporea. et quod constituant formaliter vivens secun- pus naturali modo fiat per naturalem dispo-
ex essentia huius animae non dimanent po- Cum ergo rationalis anima, etiamsi sit indi- dum hos gradus vitae, quod vere ac forma- sítionem et actionem.
tentiae intellectivae quae in corpore reci- visibilis, vera forma sit substantialis corpo- liter habet anima rationalis; dicitur tamen 27. In homine contrariae operationes.-
piantur, tamen eaedemmet potentiae sensi- ris 1, habet quidquid necessarium est ut sit eminenter continere, comparatione facta ad Ad ultimam rationem Ochami respondetur
tivae, immO et vegetativae, manant cum sin- formas iliorum graduum quae perfectionem imprimís diversitatem vel oppositionem ope~
forma corporeitatis. Ex qua etiam concludi eorum non transcendunt, quia altiori modo rationum indicare diversitatem facultatum
gulari quadam perfectione propria rationa-
lis animae et proportionata ad ministrandum potest continere etiam sufficienter gradus continet perfectiones earum. Unde, genera- proximarum, non vero formarum, ut supra-
actionibus mentis. Et hoc etiam est argu- intermedios, vegetativum, scilicet, et sensi- tiro loquendo, negandum est esse de ratíone dictum est. Deinde dicitur dupliciter intel-
mentum eamdem esse animam sensitivam tivum, ita ut eos formaliter conferre possit formae vegetativae aut sensitivae quod sit ligi pos1e esse in homine operationes con~
cum rationali in homine. composito, quia non potest continere extre- corruptibilis, aut educta de potentia mate- trarias, scilicet, vel simul vcl diversis tem-
riae, sed addendum esset illud esse de ra- poribus. Hoc posterius non solum in eadem.
1 Cene. Viennen., in Clement., unica, de Trinit. et fid. cath.; Conc. Lat., sub Leo-
tione animae vegetativae tantum aut sensi- anima, sed etiam in eadem potentia accidere
ne X, sess. 8, decreto quod incipit: Aposto lici regiminis sollicitudo. tivae tantum; in homine autem nulla est potest, ut per se constat; illud autem prius..
'~
;¡
r··.··.·. .·. ·. .
lli i·!·
'
Iitate formarum esse potest, contingere duas
formas substanciales manere in eadem mate-
ria vel in eadem parte illius, quando una
·est imperfecta et comparatur ad aham ut
ad integram formam, quae est una realiter
distincta ab omnibus illis partialibus. Ita
tl·net Antonius Amir., VII Metaph., q. 17;
et Paulus Venetus, in Sum. de Anim., c. 5;
runt in forma totius; ergo differunt in for-
mis partialibus.
30. Haec vero sententia merito renc1tur
ab omnibus qui negant pluralitatem forma-
in singulis partibus, quantum ad accidentia
et operationes, salvatur sufficienter cum so-
lis illis formis partialibus ínter se unitis, seu
·dispositio praeparans marenam et non ut Niphus, I de Generat., text. 78; et soler rum, quos infra referam, et specialiter agit (quod idero est) cum sola forma integra
forma generica et specifica; in quo est mag- tribui Commentatori, eo quod VI Phys., contra illam Iavellus, VII Metaph., q. 16, composita ex illis partibus. Praeterea in-
'Da differentia ínter hunc modum et prae- com. 59, dicit cor, caput, et huiusroodi par- Et praeter rationes generales quae probant quiro an illa forma totalis jndivisibij.is sit vel
tl
r---~~-------""""'n''------~---- -
1
' ,,
'
,,
748 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Sección X 749
i' ~~-------------------------------------------
tensa. Lo primero no es afirmable respecto de estas formas materiales; y, si ver con el problema de que tratamos, ya que para ello basta con que el alma
se afirma de algunas, esto corresponde ya al segundo miembro propuesto antes. misma conste de partes heterogéneas y que resulte, en cuanto es un todo, de la
Luego esa forma será extensa y estará compuesta de partes; de nuevo pregunto unión inseparable de ellas mismas, de suerte que sea superfluo el inventar otras
sobre ella si las partes que corresponden a las diversas partes heterogéneas del formas parciales distintas en cada una de las partes, según lo prueba el argu-
cuerpo son absolutamente semejantes y de idéntica naturaleza entre sí o si son mento expuesto más arriba; ya que su valor es jgual, bien se trate de una forma
de algún modo diferentes o desemejantes. No cabe afirmar lo primero, sobre todo divisible, bien de una indivisible en el sentido dicho, como es de por si evi-
expresándose consecuentemente con dicha opinión, ya que en contra de ello están dente. En otro sentido, pues, se dice con propiedad y rigor de una forma que
los argumentos mismos en que ella se apoya, concretamente cómo la forma que es indivisible porque no consta de partes ningunas, y esta forma es menester
es en sí misma de idéntica naturaleza requiere en las diversas partes disposiu que esté toda en el todo y toda en cada una de sus partes, y en este sentido
clones diversas y contrarias, sobre todo por no estar toda en cada una de las par- opinamos que sólo es indivisible el alma racional, aunque los argumentos que se
tes, sino por estar según sus diversas partes, las cuales son completamente dife.- propondrán a propósito de ella son aplicables a cualquier otra forma, si es que
rentes entre sí. Igualmente, al explicar cómo dicha forma posee diversas acciones algnno juzga que es indivisible.
en las diversas partes; puesto que si esto se atribuye a disposiciones diversas, 32. En las partes heterogéneas del cuerpo humano existe una sola forma.-
bastarán en consecuencia disposiciones accidentales diversas para esa diversidad y el que dicha forma no exija en las partes heterogéneas de su cuerpo orgánico
de acciones, ya que las mismas acciones son también accidentales; por consi- diversas formas parciales, se prueba, en primer lugar, por la eminencia y per-
guiente, es superfluo imaginar en cada una de las partes una doble forma sus- fección de tal forma, la cual, siendo en sí un fiCto indivisible, mira esencial y
tancial, a saber, la parcial y la total, de las que una es disposición pata la otra. primariamente como a su receptáculo adecuado al todo que consta de dichas par-
Además, contra este modo de multiplicación de formas tienen valor a fortiori tes parcialmente dispuestas de diverso modo, a fin de que de ellas resulte una
todos los argumentos que propondremos en el miembro siguiente. disposición integra acorde con la perfección de dicha forma; por consiguiente
31. Las formas de todos los brutos son divisibles.- Parece, pues, que pue• también en dicho compuesto son superfluas esas formas parciales. 1 a consecuen-
de existir algún motivo mayor de duda en estos vivientes que tienen formas in- cia es evidente, ya porque esa misma forma indivisible es suficiente para actua-
divisibles, aunque a mí en verdad me parece que sólo tiene lugar en la composi- lizar con plenitud y perfección cualquier parte de la materia, por diversa que
ción del hombre; pues aunque haya sus discusiones a propósito de las almas de sea su disposición; ya también porque las formas parciales no evitan el que esa
los animales más perfectos, con todo yo doy por supuesto que es más probable misma forma indivisible mire todas esas partes diversamente dispuestas como
que ninguna forma material sea verdadera y propiamente indivisible. En efecto, componentes de su receptáculo adecuado; ni evitan que esa misma forma sea el
dos son los modos en que se puede decir de una forma que es indivisible: el principio radical y principal de todas las acciones ejercidas mediante los diversos
uno, en el sentido de que, aunque conste de partes, sin embargo o no pueden miembros, puesto que en este género ella es también principio suficiente de las
jj! mismas; luego son superfluas las formas parciales.
'i
separarse naturalmente, tal como pasa en las formas celestes, o no pueden se-
1 pararse de tal manera que se conserven separadas, sino que se corrompen tan 33. En segundo lugar, porque es contradictorio que una forma sustancial
pronto como están divididas. De este modo acaso sean indivisibles Ias almas sea disposición próxima y permanente para otra forma sustancial. Ciertamente
de los animales más perfectos; sin embargo, esti indivisibilidad nada tiene que que una forma puede ser disposición remota y transeúnte, por así decirlo; efec-
tivamente, la forma de la sangre en este sentido es disposición y como camino
extensa. Primum dici non potest de his for- fingere in singulis partibus duplicem for- qua agimus, quia satis est quod ipsamet ceptivum, totum illud constans ex omnibus
mis materialibus; et, si de aliquibus dica- mam substantialem, partialem, scilicet, et ani:rna conste.t ex partibus heterogeneis et illi~ partibus diversimode dispositis partia-
tur, id pertinet ad secundum membrum su- totalem, quarum una sit dispositio ad aliam. ex earum inseparabili unione tota consurgat, liter ut ex eis consurgat integra dispositio
pra propositum. Erit ergo forma illa extensa Et praeterea contra hunc modum multiplim ut supervacaneum sit alias parciales formas consentanea perfectioni talis formae; ergo
et composita ex partibus; de qua rursus candi formas procedent a fortiori quae in in singulis partibus confingere, ut ratio su- etiam in tali composito sunt superfluae tales
interrogo an partes eius, quae correspon- sequenti membro dicemus. perius facta probat; nam aeque procedit, formae pardales. Patet consequentia, turn
dent diversis partibus heterogeneis corporis 31. Brutorum omnium formae divisibi- sive illa Íorrna divisibilis sit sive indivisi~ quía ipsa indivisibilis forma est sufficiens
sint omnino similes et eiusdem rationis in~ les.- In his ergo viventibus quae habent bilis in dicto sensu, ut per se notum est. ad actuandam plene et perfecte quamlibet
ter se vel aliquo modo diversae et dissimi- indivisibiles formas, videri potest nonnulla Alio ergo· modo dicitur forma indivisibilis partero illius materiae, etiamsi varie dispo-
lares. Primum dici non potest, praesertim maior dubitandi ratio, quae revera solum proprie et in rigore, quía nullís partibus sita sit; tum etiam quía illae forma e par~
loquendo consequenter in illa sententia, nam habet _locun;t in compositione horninis; constat, quam necesse est et totam esse in tiales non tollunt quin ipsa indivisibi.lis
contra illud procedunt argumenta quibus qt;am~IS en~m de animabus perfectorum tato et totam in qualibet parte, et hoc modo forma respiciat omnes illas partes varie dis-
ipsa nititur, quomodo, scilicet, forma, quae ammahum slt nonnulla controversia, sup- solam animam rationalem existimamus esse positas ut componentes suum adaequatum
in se est eiusdem rationis, requirat in di- pono tamen esse probabilius nullam formam indivísibilem; quamquam rationes quae de susceptivum; neque tollunt quin illa eade m
versis partibus diversas et contrarias dispo- materialem esse vere ac proprie indivisibia illa fient possint applicari ad quamcumque forma sit principium radicale et principale
sitiones, maxime cum non sit tota in sin- lem. Duobus enim modis potest dici forma aliam, si quis ex.istimaverit esse indivisi- omnium actionum quae per illa varia mem~
gulis partibus, sed secundum diversas par- indivisibilis: uno modo, quia, licet constet bilem. bra exercentur; in qua genere illa etiam est
tes, quae ínter se sunt omnino símiles. Item, ex partibus, tamen vel separari naturaliter 32. In partibus humani corporis hetero- sufficiens prindpium earum; ergo superfiuae
quomodo habeat illa forma in diversis par- non possunt, ut in formis caelestibus vel geneis unica forma.- Quod ergo talis for- sunt illae formae parciales.
tibus diversas actiones; nam si hoc tribua- non possunt ita separari ut separatae 'conw ma non requirat iri partibus sui corporis 33. Secundo, quía repugnat unam for-
tur diversis dispositionibus, ergo sufficient serventur, sed statim ac dividuntur, corrum- ·organici diversas parciales formas, probatur mam substantialem esse dispositionem pro~
diversae dispositiones accidentales ad eam puntur. Et hoc fortasse modo sunt indivl- primo ex eminentia et perfectione talis for- ximam et permanentem ad aliam substan-
diversitatem actionum, cum actiones ipsae sibiles animae perfectorum animalium; haec mae, quae, cum in se sit indivisibilis actus, tialem formam. Potest quidem una forma
accidentales etiam sint; ergo superfluum ese tamen indivisibilitas nihiJ refert ad rem lii.e 'per se primo respicit, ut adaequatum sus- esse dispositio remota et transiens (ut sic:
750 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X 751'
-----------------------------------
para la forma de carne, pero es una disposición remota y transeúnte, puesto eficacia todos los argumentos aducidos antes en contra· de los que afirman d~s
que no permanecen simultáneamente, sino que de la sangre, como de la materia 0
tres almas en el hombre. Y poco tiene que ver que al_g~r~o se esfuerce en decrr
transeúnte, se hace la carne. De igual modo la forma de embrión es una dispo· que de estas formas parciales no se llega a la compos1c10n de una sola, puesto
sición para la forma de hombre, y este mismo es el sentido en que hay que que entonces el argumento valdrá igual aplicado a cada una de las formas par-
tomar la cita que antes poníamos de Aristóteles, a saber, que el hombre vive ciales considerada en sí misma, por ejemplo la de carne o la ~e hueso; puesto
primero con vida de planta, después con vida de animal, etc.; pues con esto que en realidad en esta consideración cada una de esas formas solo es par~ml. por
quiso significar el proceso de la generación que va de lo imperfecto a lo per- el nombre, ya que no es parte verdadera de for~a alguna total; por constgmente
fecto a través de las diversas disposiciones, hasta que se llega a la introducción será en sí una especie de forma íntegra, pudiendo plantearse respecto de ella
de la última forma; sin embargo, la forma más imperfecta desaparece siempre Ja pregunta de si es un alma o no, teniendo aplicación entonces el argumento
al llegar la forma más perfecta. En cambio no puede suceder en modo alguno i'
propuesto. . .
que una forma sustancial sea disposición última. para otra y permanezca junta-:-- 35. Puede cuestionarse de igual manera si estas formas parcmles, o la forc11a
mente con ella; puesto que cada forma sustancial confiere absolutamente el ser íntegra coinpuesta de ellas permanecen en. el cuerpo o pe~ecen al separarse el alma
y constituye una esencia completa en el género de la sustancia; por consiguiente racional. Si se afirma lo primero, cormenza por segmrse col? bastante lógica
una forma no puede ser tal clase de disposición en orden a otra. Ni tiene im- que dicho cuerpo permanece vivo cuando se separa el alma r?c1?nal, puesto que,
portancia lo que dicen algunos, que esto es verdad respecto de las formas toto- como dije, esas formas, o la que de ellas resulta, deben constltmr ~n alm~" pues
Ies, pero que no lo es respecto de las parciales, puesto que si en todas las partes en otro caso' de nada servirían para las operaciones vitales. Se sigue asimtsmo
del cuerpo humano existiesen, además del alma, semejantes formas, de todas esas que la materia amputada y la unida con el cuerpo hu.mano .so? unívocamer;.te
formas parciales resultaría una forma íntegra distinta del alma racional; porque, carne, o hueso, etc., lo cual está en contra de lo que d1ce Aristoteles en e~ hb.
al igual que todas las partes de la materia están unidas entre sí y componen un VII de la Metafísica, text. 56, y con más clarid~d en el lib. I De l[enerat. ammal.,
solo cuerpo íntegro, de igual modo todas esas formas parciales estarán unidas c. 19, y en el lib. I De Anima, c. l. Pero s1 t_ales formas parciales se separan
entre sí como lo están las partes de la materia a las que informan; por consi- en su totalidad cuando se separa el alma racwnal, en pnmer ~ugar no hay
guiente, compondrán una sola forma íntegra constituída dentro de su propio· indicio o necesidad alguna de andar imaginándola&, y además se siguen de aquf
género y especie; por consiguiente, no puede ser disposición para otra forma todos los inconvenientes teológicos que citábamos antes, a saber) que en la
total de la misma materia. muerte de Cristo el Verbo pierde alguna forma ~ustancial, o que é_sta permanece
34. Con esto llego al tercer argumento, porque o dicha forma compuesta separada juntamente con el alma racional.
de las formas parciales es un alma vegetativa, o sensitiva, o es una forma <te 36. En qué sentido afirmó Platón la pluralidad de formas en. el hombre; su
inanimado. Esto último no puede afirmarse consecuentemente, porque. en otro refutación.- Se puede añadir que Aristóteles en el lib. I De Anzm~, text. 91 Y
caso, estas formas parciales no servirían para las funciones vitales propias de cada :dguientes, ataca ex professo la opinión de Platón, q~ien ponía vanas almas. en
uno de los miembros, siendo así que este es el motivo principalísimo de que sean las diversas parte del cuerpo. El caso viene a ser el ;nt~n~o que el d: la multitud
establecidas. Además, contra este tipo de forma valen todos los argumentos que de formas parciales. Es verdad que Platón afirmo umcamente drversas almas
se expusieron antes a propósito de la forma de mezcla o de corporeidad. Igual- como parciales en las diversas parte.s, sin afirmar luego. una integra en el todo;
mente, si de dicha forma se afirma que es un alma, contra esta actitud tienen mas este modo de establecer plurahdad de almas no tlene que ver con 1~ pre-
sente disputación, ya que en realidad, según él, no se trata de afirmar drversas
dicam); sic enim forma sanguinis est dis- praeter animam sunt huiusmodi formae, ex
positio et quasi via ad formam carnis, re- omnibus illis formis partialibus consurget eam positionem procedunt omnia supra ad- est contra Arist., VII Metaph., text. 56, et
mota tamen et transiens, quia non manent una integra forma distincta ab anima ra • ducta in eos qui ponunt in homine duas clarius 1 de Generat. animal., c. 19, et 1 de
simul, sed ex sanguine fit caro ut ex tran- tionali; nam, sicut omnes partes materiae vel tres animas. Neque refert si quis con~ Anim., c. l. Si vera tales formae partiales
seunte materia. Similiter forma embrionis sunt inter se unitae et componunt unurn tendat ex illis partialibus non componi unam, omnes recedunt, recedente anima, primum
est dispositio ad formam hominis, et eodem integrum corpus, ita omnes i1lae formae par~ nam tune de unaquaque forma partiali per absque ullo indicio vel necessitate fingun-
sensu accipiendum est quod ex Aristotele tiales erunt inter se unitae, sicut partes ma- se surnpta, ut carnis aut ossis, eadem ratio tur. Et deinde sequuntur inconvenientia
supra referebamus, nempe hominem prius teriae quas informant; component ergo procedet; quia revera in hac conside!ation_e theologica quae supra inferebamus, scilicet
vivere vita plantae, post vita animalis, etc.; unam integram formam in suo proprio ge~ unaquaeque forma illarum solo nomme dt- in Christi morte aliquam substantialem for-
in hoc enim significavit processum genera- nere et specie constitutam; ergo non potest citur partialis, cum non sit vera pars alicuius mam dimissam esse a Verbo vel manere
tionis ab imperfecto ad perfectum per varia:; esse dispositio ad aliam formam totalem eim- totalis formae; in se ergo erit quaedam for- separatam simul cum anima rationali.
dispositiones, donec ad introductionem ul~ dem materiae. ma integra, de qua interrogari poterit an sit 36. Plato quomodo piures formas in ha-
timae formae perveniatur; semper tamen 34. Ex quo argumentar tertio, nam vel anima necne, et procedet ratio facta. mine posuerit, refutaturque.- Adde Aristo-
imperfectior forma recedit adveniente per- illa forma composita ex partialibus est ani- 35. Et sirrúliter poterit inquirí an hae telem, 1 de Anima, text. 91 et sequentib~s,
fectiori. Quod vera una forma substantialis ma vegetativa, aut sensitiva, vel est forma formae parciales seu integra ex illis campo- ex professo impugnare opinionern Platonts,
sit dispositio ultima ad aliam, simul perma- inanimati. Hoc posterius dici non potest sita maneat in corpore, recedente anima ra- ponentis piures animas in dive:sis partib~s
nens cum illa, fieri nullo modo potest; quia consequenter, alias non deservirent hae for-·
unaquaeque forma substancialis dat esse mae parciales ad propria munera vitalia sin-
tionali, vel pereat. Si primum dicatur, se- corporis. Est autem eadem ratto de mul~s
quitur primo satis consequente~ ma~ere. cor- formis partialibus. Verum est solum posms-
simpliciter et constituit essentiam comple- gulorum membrorum, cum tamen propter pus illud vivum, recedente rattonalt an~a_;
tam in genere substantiae; ergo non potest hanc potissimum causam poni dicantur. Et sc Platonem diversas animas quasi pardales
nam (ut dixi) formae illae, aut quae ex llhs in diversis partibus, non vera deinde unan~
una forma esse talis dispositio ad aliam. Nec praeterea contra huiusmodi formam proce- consurgit, anima esse debet, alias nihil de-
refert si quis dicat hoc esse verum de for- dunt omnia quae supra dicta sunt de forma integram in toto; sed hic modus ponendt
serviret ad operaciones vitae. ltem. seauitur
mis totalibus, non autem de partialibus, nam mixtionis aut corporeitatis. Et simili modo, partem abscissam et coniunctam corpori hu- plures non pertinet ad praesentem disputa·
si in omnibus partibus corporis humani si .talis forma dicatur esse anima, contra mano esse univoce carnem aut os, etc., quod tionem, quia revera iuxta illum non ponun-
752 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 753
formas en una misma parte de la materia. Sin embargo se ve con evidencia 38 .. Si una parte cortada se vuelve a unir rle nueVo, ¿tiene lugar una unión
que es absolutamente falso, ya que de él se sigue que el alma racional no infor- sustanczal?- .Al segundo se responde negando el antecedente, ya que en una
ma el cuerpo humano, sino alguna parte de él, y se sigue, consecuentemente, que parte heterogenea cortada no permanece la misma forma que antes había, y, por
no es el principio de todos los actos vitales del hombre, cosa que está en con- eso, una .mano cortada es equívocamente una mano, corno dijo Aristóteles. Mas
tradicción con la sana doctrina que define que el alma racional es verdadera s";lele lll'!prse contra esto, porqu.e si esta parte cortada dentro de un breve espa-
forma del cuerpo. También se demostró antes que por la conexión de estas ope- Cio de tiempo vuelve a ser unida de nuevo al todo acoplándola debidamente a
raciones se llega a inferir la radicación de las mismas en un solo principio. Fi- la parte de donde f':e ~ortada, se une verdadera y sustancialmente y vive igual
nalmente, está el argumento de Aristóteles, que es el que va más derechamente que antes; por constgmente conservó la misma forma· ya que de Jo contrario
al asunto, pues llega a esta conclusión: o esas almas que informan las diversas no. po~,ría esta~ ~formada de nuevo por ella, puesto que no hay regreso de 1~
partes se unen en una sola alma, o no. Si no se unen, no componen consecuen- pnvac1~n al habito. Empero esta réplica tiene la misma dificultad en cualquier
temente un uno per se. Mas si se unen en una sola alma o mediante una sola se11:tencrn, !?~esto que no puede nega~se que esa parte perdió por la división
que venga a ser común a todas están contenidas en un solo compuesto, no& basta J~ mformacwn de _la forma total, por eJemplo del alma racional; por consiguiente
con esta única alma, siendo falso y careciendo de fundamento el que se multi- st se vuelve a u~ur !?ego de, t;uevo y. a est~r informada por ella~ tie-ne lugar el
pliquen otras muchas. Este argumento vale por igual para cualesquiera formas regreso de la pnvacwn al habito. Y SI se mega que vuelva a ser informada de
parciales. nuevo por el alma racional, nosotros negaremos con la misma razón que se una
37. Con lo dicho queda clara la solución de los argumentos de la sentencia v_erdaderame~te de nuevo; por _eso Soncinas en el lib. VIII Metaph., q. 10, ad 7,
,contraria. Al primero se responde que esas diversas disposiciones de las partes tl~ne por mas probable el que Jamás vuelva a darse una unión física perfecta de
orgánicas completan una sola disposición íntegra propia de una sola forma total, d1c~ parte. Y a la experi_encia que se dice. que ~xiste de que esa parte recobra
'Y" sea divisible, ya indivisible, tal como se explicó. Y por lo que atañe a las Ja vt?a y el u.so del sentl~o, se respo~dera, segun esta sentencia, negando que
operaciones de estas partes, si se trata de operaciones meramente naturales y tran- s~ de la capact~ad de senttr en esa misma parte, sino que se da en !as inme-
-seúntes, por ejemplo, dar calor, enfriar, etc., éstas provienen inmediatamente de diatas; e.s, lo mtsmo que pasa en. l~s huesos o dientes, donde parece que se da
las cualidades primeras, de las que estas partes reciben diversas disposiciones la sensac1~~ ,de dolor por la pro~dad de otras partes. Y por lo que se refiere
y modificaciones. Mas si se trata de operaciones vitales, como son atraer, recha- a. la nutrtcwn y a la c?~servacton de la armonía temperamental, se dirá que
zar, tocar, ver, etc., éstas provienen inmediatamente de las diversas facultades tlene lugar por yuxtaposiCIÓn. Mas como todo esto es difícil de creer acaso lo
vitales, que existen a veces en una misma parte del cuerpo y a veces en partes má~ probable es q~e esa p~rte vuelve a estar informada de nuevo p~r el alma
diversas; mas el principio radical de todas es una única e idéntica forma, por ser raci~nal, Y no. hay mco~vemente en que se vuelva al hábito desde esa privación
el principio universal que contiene virtualmente todas estas cosas. Por eso no parcial y cuasi momentanea, puesto que la forma permaneció íntegra en sí mis-
·es necesario que se mÚltipliquen las formas parciales a causa de estas disposi- ma y las disposiciones que había en dicha parte en orden a aquella forma nu-
ciones u operaciones, sobre todo porque, aun admitidas ellas, es necesario con- méric~ se conservaron id~nticas, ;ufriendo apenas disminución en tan pequeño
ceder que una forma superior y total informa dichas partes, y exige en elJas esas espacio; por eso no hay mconvemente en que la misma forma vuelva en seguida
diversas disposiciones, y tiene capacidad de ejercer mediante ellas esas diversas a aquella parte de la materia.
·Operaciones. 39. Si las partes heterogéneas se diferencian en su especie sustancial.- Al
tercero se puede responder negando lo que se da por supuesto, a saber, que las
tur piures formae in eadem parte materiae. nicarum complere unam integram disposi-
Constat vera esse omnino falsmn, quia ex illo tionem unius formae totalis, vel divisibilis 38. Abscissa pars si iterum uniatur, an rum. fieri perfectam unionem physicam talis
sequitur animam rationalem non informare vel indivisibilis, ut explicatum est. Quod substantialiter id fiat.- Ad secundum re- P.artts. Ad experientiam vera, quae esse di-
-corpus humanum, sed aliquam partero eius, vero ad operationes harum partium attinet, spondetur negando antecedens, nam in parte Citur quod talis pars iterum vivit et sentit
ct consequenter sequitur non esse principium si sit sermo de actionibus mere naturalibus heterogenea abscissa non manet eadero for~ respondebitur iuxta hanc scntentiam negan~
omnium actuum vitalium homínis, quod ~e et transeuntibus, ut calefacere, frigefacere, m:t quae antea erat, et ideo manus abscissa do e.sse .sensu.m i~ ipsamet parte, sed in
pugnat sanae doctrinae, quae definit ani- etc., hae proxime proveniunt a primis qua- est aequivoce roanus, ut Aristot. dixit. Sed propmqms; s1cut m ossibus aut dentibus
mam rationalem esse veram formam corpo~ litatibus, quibus hae nartes diversimode dis- solet contra hoc instari, quia huiusmodi pars vi~etur esse .doloris sensus ex propinquitate
ris. Et supra etiam est ostensum ex con- ponuntur et afficiunillr. Si vera sit sermo abscissa, si intra breve tempus iterum con- aharum parttum. Quod ·vera attinet ad nu-
nexione harum operationum colligi radica- de operationibus vitalibus, ut sunt -attrahere, iungatur toti secundum eamdem partero un- trimentum et conservationem temperamenti
tionem illarum in uno principio. Denique expellere, tangere, videre, etc., hae prove- de abscissa est, vere ac substantialiter unitur dicetur fieri per iuxtapositionem. Sed qui~
ratio Aristotelis est quae ad rem maxime niunt proxime a diversis facultatibus vitali- et vivit sicut antea; ergo retinuit eamdem haec sunt creditu difficilia, probabilius for-
spectat; sic enim colligit: aut illae animae bus, quae interdum in eadem, interdum in formam, alioqui non posset iteruro ab ea tasse est illam partero iterum informad ani-
informantes diversas partes uniuntur in una diversis partibus corporis existunt; omnium informad, quia a privatione ad habitum non ~a, ~ationa~i, nec est inconveniens ex par-
anima, vel non. Si non uniuntur, ergo non est regressus. Sed haec replica eamdem dif- tzah illa pnvatione et quasi momentanea re-
vero radicale principium est una et eadem
componunt per se unum. Si autem uniuntur ficultatem habet in omni sententia, quia ne- dire ad habitum, quia forma in se integra
forma, quía est universale principium haec gari non potest quin pars illa per divisio~
in una anima, vel per unam quasi commu- omnia virtut~ continens. Et ideo propter has mansit, et dispositiones quae in tali parte
nem omnibus continentur in uno composito, nem amiserit informationem formae totalis, erant ad illam numero formam eaedem per-
dispositiones vel operationes non est necesse verbi gratia, animae rationalis; si ergo post··
illa una sufficit, et aliae piures falso ct m.anser"':ln~, et in ea parva mora parum
multiplicari partiales formas, praesertim ea iterum unitur et informatur ab illa, fit etmm dmunutae fuerunt, et ideo non est in~
superflue multiplicantur; haec vera ratio
aeque procedit de quibuscumque partialibus curo, illis positis, necesse sit fateri superio- regressus a privatione ad habitum Si au- conveniens quod eadem forma ad illam par-
formis. rem et totalem formam partes illas infor- tem negetur iterum informari rationali ani~ tero materiae statim revertatur.
· 37. Ad rationes contrariae sententiae pa- mare et requirere in illis illas varias dispo- ma, eadem ratione negabimus nos iterum 39. An partes heterogeneae differant sub-
tet solutio ex dictis. Ad primam responde- sitiones, et posse per illas exercere illas va~ vere unlri. Unde Soncin., VIII Metaph., stantiali specie.- Ad tertium responded
l.!Ur illas varias dispositiones partium orga~ rias operaciones. q. 10, ad 7, probabilius putat nunquam ite- potest pegando assumptum, scilicet hetera~
48
--- ...,~.~. --·--,
L
756 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X~---------------------=7-=5-=7.
parte una disposición para la forma del mixto, puesto que en una parte seme~ hacerse contra la pluralidad de formas, por establecer en una misma parte de la
jante puede existir juntamente con la forma contraria del mixto sustancial; luego materia diversas formas especificas suficientes de por si para constituir un su-
también podrá existir con la misma- o con mayor facilidad, por más que en puesto que posea su propio ser absolutamente, y que requieren disposiciones
dicha parte de la materia no exista forma alguna de elemento, siempre que exista muy contrarias; en efecto, la forma de tierra exige la máxima densidad; en cam-
allí una mezcla armónica proporcionada de cualidades primarias, cosa que no bio la forma de fuego la máxima rarefacción; ésta reclama un calor intenso,
puede depender tampoco de la forma de tal elemento concreto, ya que de ella mientras que la forma de agua, un intenso frío. ¿De qué modo, pues, se podrá
se afirma que existe juntamente con otra forma contraria en una parte distinta conseguir que tales formas en su integridad y perfección informen simultánea-
y semejante. De aquí se llega también a la conclusión de que tal forma es inútil mente la¡ misma parte de la materia?
para cualquier acción ·Y conservación de la parte del mixto en la que se dice que 43. Las formas de los elementos son sustaru. -iales en grado perfectísimo.-
existe; por consiguiente no se puede llegar a deducir por ningún efecto o señal Puede, en tercer lugar, entenderse esta sentencia tal como la explicó el Comen-
natural que las formas de los elementos permanezcan de este modo en el mixto. tador, a saber, que todas las formas de los elementos están en toda la materia
42. Hay otro modo de entender esta sentencia, a saber, que- todas las formas del mixto y en todas sus partes, pero quebrantadas -como él dice- y en un
de los elementos informan simultáneamente cualquier parte de la materia del grado remiso, y que luego la materia total, modificada y dispuesta así con estas
mixto, y que luego sobreviene la forma del mixto, la cual informa también toda formas, recibe la información de la forma del mixto. Lo primero que suele ata-
la materia. Mas este modo contiene tal cantidad de absurdos que parece que carse en esta sentencia es lo que el Comentador da por supuesto, a saber, que
por eso mismo nadie lo afirmó; porque, en primer lugar) se sigue que las las formas de los elementoS' no son perfectamente sustanciales, sino que son algo
formas opuestas formalmente están al mismo tiempo con su ser íntegro y per- intermedio entre las accidentales y las sustanciales. Contra esto argumenta Santo
fecto en la misma parte de la materia, ya que las formas de los elementos se Tomás en el lib. I De general., text. 84, debido a que es imposible que se dé
oponen formalmente entre sí; puesto que, si las disposiciones de los mismos son un medio entre la sustancia y el accidente, ya porque no se da medio entre con-
.formalmente contrarias, ¿cómo no lo van a ser las formas mismas? De lo con- tradictorias, y la sustancia y el accidente se distinguen por contradicción inme-
trario, ¿de qué modo se podrá engendrar un elemento de otro? o ¿por qué la diata; ya también porque el medio tiene que estar entre extremos de un mistno
generación de uno va a ser la corrupción de otro, si sus formas no son opuestas género, y la sustancia y el accidente pertenecen a géneros diversos. Podemos
e:n la materia? En segundo lugar, si estas formas no tienen disposiciones propias añadir, además, que la forma sustancial del fuego y la de cualquier elemento
en un grado que les sea propio y, consecuentemente, tampoco poseen acciones es de por sí suficiente para actualizar la materia, de suerte que la constituya (}
propias, en nada pueden contribuir a la forma del mixto; por consiguiente no son conserve en el ser, y también para constituir con ella un solo supuesto, el cual sea
disposiciones para ella: Más aún, es imposible que una misma forma exija en sustancia en sentido propio y unívoco; por consiguiente, esa forma es sustan-
una misma parte de la materia disposiciones absolutamente repugnantes y en cial con tanta propiedad y univocidad como lo pueda ser cualquier otra. Esto
su ser perfecto, por ejemplo el calor en sumo grado y el frío en sumo grado; mismo es lo que quedó confirmado antes cuando demostramos que existían las
y las formas sustanciales de agua y de fuego no tienen entre sí un grado menor formas sustanciales.
de oposición, sobre todo cuando están en su ser perfecto. En tercer lugar, se 44. La intensificación en las formas sustancíales resulta contradictoria.- Y
enfrentan especialmente con esta sentencia los argumentos generale~ que suelen si por ventura el Comentador no niega esto, sino que las llama intermedias sólo
por el hecho de que poseen la mínima perfección entre las formas sustanciales,
formam in tall parte non esse dispositionem nam primo sequitur formas formaliter re- marum, quia ponit in eadem parte materiae argumentatur D. Thomas, 1 de Gener., text~
ad formam mixti, quandoquidem in simili pugnantes simul esse in eadem parte mate~ piures formas specificas per se sufficientes 84, quía impossibile est dari medium inter
parte esse potest cum contraria forma sub- riae in suo esse integro et perfecto; formae ad constituendum suppositum habens suum substantiam et accidens, tum quia inter con-
stantialis mixtí; ergo aeque bene aut me~ enim elementorum formaliter ínter se pug- proprium esse simpliciter et requirentes dis- tradictoria non datur medium, substantia
Uus esse poterit, etiamsi in tali parte ma- nant; nam, si dispositiones eorum sunt posiciones valde repugnantes; forma enim autem ct accidens distinguuntur per imme-
teriae mUla forma elementi existat, duro- formaliter repugnantes, quomodo ipsae for- terrae postulat maximam demitatem; at for~ diatam contradictionem, tum etiam quia me~·
modo ibi sít temperamentum proportiona- mae non erunt? Alioqui, qualiter unum ele- ma ignis raritatem maximam; hae e inten- dium est ínter extrema eiusdem generis,
tum primarum qualitatum, quod etiam pen- mentum generabitur ex alio? Aut cur ge- sum calorem, forma vero aquae, inteH- substantia autem et accidens sunt diverso-
dere non potest a forma talis elementi, cum neratio unius erit corruptio alterius, si for- sum frigus; qui ergo fieri potest ut tales mm generum. Deinde addere possumus for-
in alia parte simili dicatur esse curo forma mae eorum non sunt repugnantes in ma- formae integrae et perfectae eamdem par- mam substancialem ignis et cuiuscumque
contraria. Ex quo etiam concluditur talem teria? Secundo, si huiusmodi formae non tero materiae simul informent? elementi esse pcr se sufficientem ad actuan-
fOrmam esse impertinentem ad omnem ac- habent proprías disposiciones in gradu sibi 43. Elementorum formae perfectissime dam materiam, ita ut illam in esse consti-
tíonem et conservacionem illius partis mix~ proprio, et consequenter nec proprias actio~ substantiales.- Tercio modo intelligi pot~ tuat seu conservet, et ad constituendum cum
t4 in qua esse dicitur; atque adeo ex nullo nes, nihil conferre possunt ad formam mix~ est haec sententia prout Commentator earu illa unum suppositum quod sit proprie et
effectu aut signo naturali colligi posse for· ti; ergo non sunt disposiciones ad illam. exposuit, nempe, quod orones formae ele- univoce substantia; ergo talis forma tam
mas elementorum manere hoc modo in Immo, impossibile est quod eadem forma mentorum sint in tota materia mixti et in proprie et univoce substantialis est sicut
mixto. postulet in eadem parte materiae dispositio- omnibus partibus eius, refractae tamen (ut quaecumque alia. Et hoc ipsum confirma-
42. Alio modo potest intelligi illa sen- nes omnino repugnantes et in esse perfecto inquit) et in gradu remisso, et deinde tota tum est supra, cum ostenderemus dari for-
tentia, quod scilicet omnes formae elemen~ earum, ut summum calorem et summum materia sic affecta et disposita illis formts mas substantiales.
torum simul informent quamlibet partero frigus; at vero non minus repugnant inter informetur forma mixti. In qua sententia 44. Formis substantialibus repugnat in~
materiae mixti, et deinde superveniat forma se substanciales formae aquae et ignis, praeM primo impugnari solet quod Commentator tensio.- Quod si fortasse Commentator hoc
mixti informaos etiam totam illam mate~ sercim in suo esse perfecto. Tertio, facíunt supponit, formas scilicet elementorum non non neget, sed eas appellet medias solum
riam. Et hic modus tot concinet absurda maxime contra hanc sententiam argumenta esse perfecte substantiales, <>ed medias inter quia ínter substantiales formas habent mí-
ut ea de causa a nemine assertus videatur; generalia fieri solita contra pluralitatem for- accidentales et substanciales. Contra quod nimam perfectionem, unde fit ut in aliqui~
758 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X 759
de lo que se deriva el que posean semejanza con las formas accidentales en al- disposición, del mismo modo depende la intensidad de la forma de la intensidad
gunas propiedades, contra esto, dejando a un lado la discusión sobre el modo de la disposición; luego sería imposible que el agua se redujese luego a su
de expresarse, demuestro, en segundo lugar, que es falso atribuirles semejanza primitivo estado por su virtud intrínseca, puesto que una forma remisa no
con las formas accidentales en esta característica de la intensidad y de la remi- puede intensificarse a sí misma, ni tiene tampoco algún otro principio anterior
sión, por ser tal característica propia de los accidentes y cualidades en tanto del que dimane dicha intensificación. Por consiguiente, a fin de que el agua,
grado, que repugna directamente a la forma sustancial en cuanto es tal; por por más que haya sido calentada, pueda volver a su estado connatural en vir-
consiguiente, si las fornias de los elementos son verdadera y propiamente sus- tud de un principio intrinseco, una vez removidos los agentes extrínsecos, es
tanciales, tal como se demostró, no pueden asemejarse a los accidentes en esta menester que permanezca íntegra y perfecta en su naturaleza de agua y que,
condición. El antecedente se prueba, en primer lugar, por el Filósofo, en los consecuentemente, permanezca intacto -por así decirlo- el principio formal
Predicamentos, capítulo sobre la sustancia, quien dice que la sustancia no puede constituivo del agua mientras no se corrompa del todo. Este es el sentido en
tener grados; pues si la forma sustancial del agua se intensificase y remitiese, que afirmamos que pertenece al concepto de forma sustancial el ser invariable
al igual que el agua es realmente más o menos fría, sería también más o me- e inmutable en su entidad mientras permanece esencialmente idéntica y en la
nos ~gua. misma materia, puesto que es el principio radical de todas las propiedades y
45. En segundo lugar, argumenta Santo Tomás, I, q. 76, a. 4, ad 4, por constituye la esencia primera de la realidad.
el hecho de que el ser sustancial de cualquier realidad consiste en lo indivisible, 46. Y se confirma, porque este es el motivo, según testimonio del Filósofo
y toda adición o sustracción hace variar de especie, igual que pasa en los nú- en el lib. V de la Física y en el lib. I De general., de que la corrupción sustan-
meros, según se dice en el lib. VIII Metaph., text. 10. Mas este argumento pue- cial o la generación de los elementos no se realice de una manera sucesiva jun-
de ser susceptible de malas interpretaciones, porque se podría probar con un tamente con la alteración misma, sino en un instante al fin de la alteración,
argumento semejante que la cualidad no puede recibir intensión ni remisión., una vez que llega a su compleción la disposición suficiente, concretamente por-
puesto que también en las formas accidentales e~ verdad que sus esencias con- que la forma sustancial ni. se disminuye, ni se elimina por partes, sino toda de
sisten en lo indivisible y que sus especies son igual que los números, y que, una vez; mientras que, si fuera capaz de intensificación y remisión, no habría
.en consecuencia, cualquier sustracción o adición varía la especie; mas hay que duda de que se introduciría ~ucesivamente y sería expulsada de igual modo;
•entenderlo de la adición esencial y formal, no de la intensiva; por consiguiente más aún, siempre que el agua es calentada por el fuego, se introducirían en el
,esto mismo podrá responderse a propósito de las formas sustanciales. Sin embar- agua tantos grados de la forma de fuego cuantos son los grados de calor, lo
go, la respuesta es que la naturaleza de la forma sustancial y de la accidental son cual es increíble. Queda aún por añadir que, si las formas de los elementos
-distintas; en efecto, aquélla es la que primariamente y en absoluto constituye la pueden intensificarse y remitirse de este modo, ¿por qué no van a intensificarse
esencia de una cosa, siendo, por tanto, preciso que sea absolutamente indivisi- y remitirse también las formas de los mixtos de acuerdo con la intensificación
ble e invariable mientras permanece en la misma materia. A posteriori se explica y remisión de las formas simples, sobre todo afirmándose de éstas que se re-
esto partiendo del efecto de que nos valimos antes para concluir que existen las quieren como disposiciones necesarias en orden a aquéllas? Por ejemplo, si la
formas sustanciales, a saber, de la reducción del agua a su frigidez primitiva; forma de oro exige en su materia seis grados de la forma de fuego y dos de la
-porque si la forma sustancial del agua fuese remisible., sin duda sufrida remi- de agua a fin de existir en su estado connatural, si en virtud de una acción con-
~ión una vez disminuida la frigidez, ya que igual que la forma depende de la traria disminuyesen más en el oro esos grados de la forma de fuego y 9e inten-
sificase la forma del agua, ¿por qué no iba a ceder también la forma de oro
bus proprietatibus similitudinem habere pos- text. 10. Hace vero ratio calumniam pati
sint cum formis accidentalibus, contra hoc, potest, quía simili ratione probaretur qua- intensio formae ex intensione dispositionis; tio elementorum non fit successive cum ipsa
omissa controversia de modo loquendi, os- litatem non posse intendi et remitti, quo- ergo impossibile esset aquam postea ex in- alteratione, sed in momento in fine altera-
tendo secundo falso eis attribuere similitu-: niam etiam in accidentalibus formis verum trinseca virtute se reducere ad pristinum tionis> cum completur dispositjo sufficiens,
dinero cum formis accidentalibus in hac est quod essentiae earum consistunt in in- statum, quia forma remissa non potest seip- quia, scilicet, forma substantialis. non re-
-condicione intensionis et remissionis, quía divisibili et quod species earum sint sicut sam intendere; neque etiam habet aliud mittitur nec tollitur per partes, sed tota si-
haec conditio ita est propria accidentium numeri, ct consequenter quod quaelibet principium prius a quo illa intensio dima- mul; at si esset intensibilis et remissibilis,
seu qualitatum ut directe repugnet formae subtractio et additio varlat speciem; imelli- net. Ut ergo aqua, quantumvis calefacta, certe introduceretur successive, et simíliter
substantiali quatenus talis est; si ergo for- gE-n...-'!um vero est de additione essentiali et possit, remotis extrinsecis agentibus, ab in- expellerctur; inuno, quoties aqua calefit ab
·mae elementorum sunt vere ac proprie sub- formali, non de intensiva; ídem ergo re- trinseco se restituere in connaturalem sta- igne, tot gradus formae ignis introduceren-
stantiales, ut ostensum est, non possunt es- sponderi poterit de substantialibus formis. tum, necesse est ut in ratione aquae inte- tur in aquam, quot caloris, quod est incre-
se similes accidentibus in hac condicione. Respondetur tamen esse diversam rationem gra et perfecta maneat, et consequenter ut dibile. Adde quod si formae elementorum
Antecedens orobatur primo ex Philosopho, de forma substantiali et accidentali; nam ipsum formale principium constitutivum ita possunt intendi et remitti~ cur etiam for-
in Praedicarñent., c. de Substant., d1cente illa est quae primo constituit essentiam rei aquae intactum maneat (ut sic dicam) quam- mae mixtorum non intendentur et remitten-
substantiam non recipere magis et minus; simpliciter, et ideo oportet ut sit omnino diu non omnino corrumpitur. Et hoc sensu tur ad intensionem et remissionem forma-
-si autem forma substantialis aquae intende- indivisibilis et invariabilis, quamdiu manet dicimus de ratione formae substantialis es- rum simplicium? maxime cum hae dicantur
,¡-etur et remitteretur, revera, sicut aqua est se ut sit invariabilis et immutabilis in sua ad illas requiri u_t disposiciones necessariae.
in eadem materia. Quod declaratur a poste- entitate, quando essentialiter manet eadem
magis vel minus frígida, lta essct magis Verbi gratia, si forma auri requirit in sua
riori ex illo effectu ex quo supra· colligimus et in eadem materia, quía est radicale prin- materia sex gradus formae ignis et duos
vel minus aqua.
45. Secundo argumentatur D. Thomas, dari formas substantiales, nimirum ex reduc- cipium omnium proprietatum, et primam aquae, ut sit in connaturali statu, si per
I, q. 76, a. 4, ad 4, quia esse substantiale tione aquae ad pristinam frigiditatem; nam rei essentiam constituit. contrariam actionem illi gradus formae ignis
-cuiuscumque rei in indivisibili consistit, et si forma substantialis aquae rcmissibilis es- 46. Et confirmatur quia ob hanc cau- remittantur amplius in auro et intendatur
..omnis additio vel subtractio variat speciem, set, certe remitteretur, remissa frigiditate, sam, teste Philosopho, V Phys., et 1 de forma aquaej cur non recedet etiam forma
.sicut in numeris, ut dicitur VIII Metaph., quia sicut forma pendet ex dispositione, ita Gener., substantialis corruptio aut genera- auri a sua naturali perfectione et in suamet
-------------- ~-
entitate minuetur? Certe nulla ratio suffi- bimus latius. Accedit praeterea contra Aver-
ciens reddi potest; nam quod sit perfectiorj roem quod, si formae elemcntorum irr gra- nis quam sint qualitates et actiones elemen- substantiales formas elementorum formali-
non satis est; solum enim inde sequitur dibus remissis implentibus latitudinem ma- torum. lpsae ergo proprietates et facultares ter ibi existentes, sed sufficit forma mixti,_
quod gradus latitudinis eius erunt perfec- nent simul in eadem materia, ergo et po- mix.torum evidenter indicant proprias sub- cui connaturale est tale temperamentum et
tiores. Dicendum ergo est de ratione for- tentia materiae est per illas sufficienter ac- stantiales formas nobilioris rationis quam vim habet et efficaciam conservandi aut re-·
mae substantialis esse ut habeat vel consti- tuata et mixtio etiam ex illis solis est suf- sint formae elementorum. cuperandi illud, si ext:rinseca impedimenta
tuat essentiam indivisibilem intensive, et ideo ficienter peracta; ergo et superfluum est 49. Et hinc retorquendo argumentum tollantur.
boc aeque convenit formis elementorum ac et impossibile quod nova forma mixta ad- concluditur formas illas elementorum simul 50. Et quoad hoc recte dicuntur ele-
caeteris. datur illis omnibus formis. coniunctas in eadem materia et quasi sup- menta manere, quoad formas substantiales,
47. Elementorum omnium formae nullo 48. Mixti forma ab elementorum clistinc- positas formae mixti, superfluas esse, etiam virtualiter in forma substantiali mixti, quoad
modo esse queunt in eadem materia.- Ter- ta.·- Unde Aureolus (ut Gregor. supra re- si per impossibile alioqui non repugnarent, accidentales vera formaliter, licet non ma-
tío, principaliter impugnanda est haec sen- fert) dixit formam mixti non esse aliquam quía et ad esse materiae et ad esse sub~ neant integrae, sed remissae. Quod bene
tentia ex re quam nunc tractamus, quia im- formam simplicem, sed solarn illarn com- stantiale compositi, et ad omnem actionem declaravit Scot. In JI, dist. 15~ quem se-
possibile est tot formas substantiales simul mixtionem seu aggregationem ex formis ele- physicam quae de tali composito experi- quuntur Gabr. ac Gregor., ibi; Aegid., II
esse in eadem materia. Nam, lice.t dlcantur mentorum in esse remisso. Quam vera sit mento cognosci potest, sufficit fOl'ma mixti de Generat., et alii, ct immerito impugna-
esse remissae, nihilominus unaquaeque, si absurda haec sententia, per se notum est: cum facultatibus quae ab ea manant et tur a Caiet., I, q, 76, a. 4, in fine; non
substantialis est, dat esse simpliciter et con- nam ex ea seqtritur substantias mixtas non temperamento primarum qualitatum quo enim repugnat doctrinae D. Thomae; nul-
stituir veram substantiam ac substantiale esse veras substantias per se unas. Deinde materia disponitur. Quod quidem tempera- libi enim id negavit, quin potius id indicat_
suppositum; non potest autem intelligi sequitur animalia, etiam hominem ipsum, mentum, licet non sit aliqua qualitas sim- in sensu a nobis exposito, Opuse. 33. Neque
quod unum suppositum simul sit in qua- non habere unam formam simplicem. De- plex virtute continens primas, ut putavit in eo est ulla difficultas, quía non dicitur
tuor aut quinque speciebus distinctis, et nique sequitur mixta omnia non differre A vicenna, sed formaliter componatur ex forma mixti continere formas elementorum
quod sint multa individua diversarum spe- substantialiter et essentialiter, sed tantum primis in esse remisso, ut habet vera et in genere causae formalis aut secundum to--
cierum substantialium ex eadem materia secundum magis et minus, neque habere communis sententia, C':Uae late tractatur in tam perfectionem eminenter contentam, ut
constantium. Quam rationem infra declara- proprietates vel actiones perfectioris ratio~ I de Generat., nihilominus non requirit videtur Caietanus existimasse, sed solum,
762 Disputaciones metafísicas Disputación XV .-Sección X 763
Cayetano, sino sólo, según se explicó, de acuerdo con cierta participación y en ellos, lo cual es falso y está en contra de la experiencia; pues cuando se
semejanza. quema un madero nos damos cuenta por experiencia que salen de él humo, va-
51. Por consiguiente de esto se concluye con razón que de la mezcla de los por de agua, cenizas y fuego. Ni basta con decir que todas estas cosas están
elementos no se deduce la existencia en el mixto de muchas formas sustanciales, contenidas en el madero virtualmente o en potencia, ya que de lo contrario
ya que las formas de los elementos no permanecen formalmente en el mixto, también se podría decir que el agua es mixta, compuesta al menos de aire y
sino sólo virtualmente, sie~do ésta la opinión de Aristóteles, como demostraré de agua, ya porque posee en sí cierta cualidad propia del aire, ya también por-
luego, y la comúnmente aceptada,_ según puede verse por Alejandro, Filopón, que) al calentarse el agua, se exhala de ella vapor aéreo. Se confirma, porque
Santo Tomás, lib. I De general.; y por el mismo Santo Tomás, I, q. 76, a. 4, de la continencia virtual sólo se deduce que los elementos se pueden generar
ad. 4, y q. 5 De potentia, a. 7, y otros escolásticos, In ll, dist. 12, principal- del mixto; mas esto no basta, pues también el mixto puede generarse de cual-
mente Capréolo y Gregario en los lugares citados, y Escoto, q. 1; Herveo, en quier elemento, e igualmente un elemento de otro. Por eso dice Aristóteles en
el tratado De pluralit. formar., q. 15; Egidio, Quodl. IV, q. 11; Soncioas, lib. X el lib. V De caelo, c. 3, que en la madera y en la carne están contenidos los
Metaph., q. 27, y lib. XII, q. 68. Mas se trata de las formas sustanciales de elementos, ya que son separados de ellas manifiestamente; mientras que, por
-los elementos, puesto que las accidentales permanecen formalmente) aunque esto el contrario, la carne y la madera no están contenidas en el fuego, puesto que
nada tenga que ver con el presente problema. Por eso, los filósofos que nega- no pueden ser separadas de él. Así, pues, una co~a es ser separado y otra ser
.ron las formas sustanciales en los elementos eran consecuentes al afirmar que engendrado; por tanto, la separación exige la continencia formal. En tercer
los elementos permanecían formalmente en el mixto, siendo éste el camino que lugar, Aristóteles en el lib. I De caelo, c. 7, afirma que el mixto se mueve con
siguió Galeno, ya que, según vimos en la sección primera de esta disputación, el movimiento del elemento predominante; luego permanece en él. En cuarto
no admite en los elementos formas sustanciales sino sólo cualidades primarias. lugar, en el lib. III De caelo, text. 67, y en el lib. II De partib. anim., c. 1,
Por tanto, en lo que se refiere a la cuestión presente, no está en contradicción y en el IV Meteor.) c. 12, afirma que los elementos son la materia del mixto.
con nosotros, sino que más bien nos apoya; consúltese el lib. 1 Method., c. 2, 53. Según la opinión de Aristóteles, los elementos sólo permanecen vir-
y en el folleto De substant. natural. facult., un poco después del principio, y en tualmente en el mixto.- Se explica la definición de mezcla.- Se responde que
el lib. VIII De placit. Hippocr. Aristóteles en el lib. III De caelo, c. 3, afirma bajo disyunción que el elemento
52. Objeción.- Mas nos presentan como objeción a Aristóteles, que en permanece en el mixto en potencia o en acto; pues dice que todavía está en
·el lib. I De generat., c. 10, define la mezcla diciendo que es la unión de elemen- litigio de cuál de los dos modos tiene lugar; mas el problema que deja sin
tos miscibles alterados; por consiguiente, al mezclarse los elementos, no se co- resolver en ese pasaje lo resuelve en el lib. 1 De generat., c. 10, al afirmar ex-
rrompen, sino que únicamente se alteran; y de este modo en todo ese capítulo presamente que los elementos que son recibidos en una mezcla existen en cierto
-repite constantemente Aristóteles que los elementos miscibles no se corrompen, modo, y en cierto modo no existen; porque -dice- no existen actualmente,
ya que si alguno de ellos perece no puede mezclarse; puesto que los que no mas permanecen virtualmente o en potencia, haciendo consistir precisamente en
·Existen -dice- no pueden entrar en una mezcla. En segundo lugar, el q¡is- esto la diferencia entre la mezcla y otras mutaciones; y en el lib. 11 De parti...
mo Aristóteles en el lib. V de la Metafísica, c. 3, define el elemento diciendo bus animalium, c. 1, dice que la primera composición de los cuerpos es aque-
que es aquello de lo que se hace algo, de suerte que permanezca y sea <~quello lla que brota como 1'esultado de las sustancias originales, a las que algunos lla-
.en lo que últimamente se resuelve; por consiguiente, si los elementos no per- man elementos; me refiero a. la tierra, al agua, al aire y al fuego) aunque acaso
manecen en el mixto, ni son elementos ni podrá tampoco el mixto resolverse
secundum quamdam participationem et con~ modo processit Galen., nam, ut vidimus tum potent m illa resolví, quod est falsum tum motu elementi praedominantis; ergo
venientiam1 ut declaratum est. sect. 1 huius disputationis, ille non agnoscit et contra experientiam; nam, quando lig- manet in illo. Quarto, lib III de Caelo,
51. Ex bis erg-o satis concluditur non in elementis formas substanciales, sed tan- num comburitur, experimur et fumum, t.t text. 67, et II de Partib. anim., c. 1, et
sequí ex mixtione elementorum quod sint tum primas qualitates. Unde, quod ad rem aqueum humorem, et cineres, et ignem e.x IV Meteor., c. 12, ait elementa esse mate-
in mixto piures formae substanciales, qum praesentem attinet, nobis non contradicit, illo prodire. Nec satis est dicere illa omnia ríam mixti.
formae elementorum non manent in mixto sed potius favet. Vide illum lib. 1 Methodi, contineri in ligno virtute aut potentia, alio- 53. Aristotelis sententia, tantum virtute
formaliter, sed virtute tantum, quae est sen- c. 2, et libello de Substant. natural. facult., qui etiam aqua diceretur mixta, saltero ex manent elementa in mixto.- Elucidatur de-
-ten tia Adstotelis, ut infra ostendam, et aliquantulum a principio, et ljb. VIII de aere et aqua, tum quía in se habet quall- frnitio mixtionís.- Respondetur Aristot., III
communiter recepta, ut patet ex Alexandro, Placit. Hippocr. tatem quamdJ.m aeris, tum etiam quía quan- de Caelo, c. 3, sub disiunctione asserere ele-
-Philopono, Div. Thoma, in I de Gener.; 52. Obiectio.- Sed obiiciunt nobis Aris- do aqua caleflt, exhalatur ex illa aereus va- mentum inesse potencia aut actu in mixto;
et eodem D. Thoma, I, q. 76, a. 4, ad 4, totel.,- qui, I de Generat., c. 10, definit por. Et confirmatur; nam ex continentia hoc enim, inquit, utro modo se habeat, ad-
et q. 5 de Potent., a. 7, et aliis scholasti- mixtionem quod sit miscibilium alteratorum virtuali solum sequitur posse ex mixto ele- huc ambigitur; quaestionem autem quam
ds, In II, dist. 121 praese!tim Capreolo et unio; cum ergo elementa miscentur, non menta generari; at hoc non satis est, nam illo loco indecisam reliquit resolvit I de Ge-
Gregor., loe. cit.; et Scot., q. 1; Hervaeo, corrumpuntur, sed alterantur tantum; atque etiam potest mixmm ex quolibet elemento nerat., c. 10, dum expresse ait ea quae in
tract. de Pluralit. form., q. 15; Aegid., ita in tato illo capite saepe repetit Aristot. generad, et unum elementum ex alio. U nde mixtionem recipiuntur quodammodo esse et
Quodl. IV, q. 11; Soncin., X Metaph., miscibilia non corrumpi; quod si alterum Aristotel., III de Caelo, c. 3, ait in ligno quodammodo non esse; nam actu (inquít)
q. 27, et lib. XII, q. 68. Est autem sermo intederit, non posse misced; nam quae non et carne elementa contineri, quía ab íllis non sunt, virtute autem seu potestate re-
de formis substantialibus elementorum; sunt (inquit) in admixtionem non recipiun- manifeste segregantur; e contra vera car- manent, et in eo constituit differentiam in-
nam accidentales formaliter manent, sed id tur. Secundo ídem Ar,istot., V Mel;aph., nero et lignum non contineri in igne, quia ter mixtionem et alias mutationes ; et 11
nihil refert ad praesentem quaestionem. Un- e 3, definit elementum esse id ex quo ali- ab eo segregad non possunt. Aliud est ergo de Partibus animalium, c. 1, primam com-
de philosophi qui negarunt in elementis for- quid fit, ita ut insit et in quod ultimo fit segregari, aliud generad; ergo segregatio positionem corporum dicit eam esse quae
·mas substanciales, consequenter Wxerunt resolutio; ergo si elementa non manent in requirit formalem continentiam. Tercio, ait ex prtmordiis conficitur iis, quae nonnulli
·.dementa manere formaliter in mixto, et hoc mixto, non sunt elementa, neque etiam mix- Aristotel., I de Cae}o, c. 7, moveri mix- elementa appellant; terram dico, aquam, ae-
-~ -------...
sería mejor decir que resultan de las virtualidades de estos elementos; ya que la que perman.ezca, no convenga con propiedad a estos cuerpos, puesto que no son
humedad, la sequedad, el calor y la frialdad son la materia de los cuerpos com- propiamente elementos. En segundo lugar, para que no parezca que nos que-
puestos. Por tanto queda bastante claro lo que se refiere a la sentencia de Aris- damos apegados únicamente a las palabras, admitimos que el nombre y la de-
tóteles. Así, pues, cuando dice Aristóteles que la mezcla es la unión de ele- finición de elemento conviene con propiedad a estos cuerpos; es más, Santo
mentos miscibles alterados, les llama alterados más bien que corrompidos para Tomás, en el lib. V Metaph., lec. 4, quiere que éstos sean elementos con más
dar a entender que no perecen en absoluto, sino que se conservan virtualmente propiedad qne la materia y la forma, pues quiere que al concepto de elemento
y en cuanto a las cualidades. Y Aristóteles no negó en aquel capítulo que los pertenezca el estar directa y propiamente en una especie determinada. Empero
elementos que se mezclan en una verdadera mezcla lleguen a la corrupción; yo no veo la razón de que este pertenezca a la propiedad de dicha palabra
ni pudo negarlo tampoco, puesto que, al introducirse en virtud de la mezcla y de que no baste que el elemento sea algo parcial o incompleto dentro de su
una nueva forma sustancial propia del mixto, es menester que se realice la co- especie. Por tanto, elemento, según el valor de la palabra latina, parece que es
rrupción sustancial de los elementos miscibles, ya que la generación de una cosa lo mismo que principio de alguna cosa, el cual es en su orden lo primero en
es siempre la corrupción de otra. Afirmó, sin embargo, que no perecen en la composición y lo último en la resolución, perteneciendo también por eso al
absoluto, debido a que se conservan virtualmente. concepto de elemento el ser indivisible, no en ~bsoluto y de todos Jos modos,
54. Explicación de la descripción del elemento.- A lo segundo se puede sino dentro de su orden y de su ámbito. Del mismo modo no pertenece al
responder, en primer lugar, que aquella definición de elemento no conviene a concepto de elemento el conservarse siempre formalmente, ni siquiera siempre
los cuerpos simples a los que comúnmente se da el nombre de elementos, sino sólo virtualmente, sino del modo que se acomode a su composición. En este
a los primeros principios de que se compone una cosa natural. En faVor de esta sentido, pues, son cuatro los elementos que participan verdaderamente de la na-
opinión está Averroes en el lib. V Metaph., com. 4, cuando afirma que la ma- turaleza del elemento, puesto que en el género de composición mediante el cual
teria prima es elemento con propiedad, mientras que los cuerpos simples no puede un cuerpo resultar compuesto de muchos cuerpos) ellos son los primeros,
lo son más que según la opinión de los hombres; pues los antiguos filósofos por no constar de otros cuerpos y por constar de ellos los demás. Son igual-
por no haber conocido ninguna otra materia más que estos cuerpos simples, mente simples e indivisibles, por no ser resolubles en varios cuerpos. Final-
por eso les llamaron elementos. Y en este sentido Aristóteles, en el lib. II De mente, se conservan también según el modo que es necesario para el género
partibus animaliwn , c. 1, no les llama absolutamente elementos sino a los que de composición que se realiza mediante una mezcla. Y así Aristóteles en el
algunos llaman elementos; y del mismo modo se expresa en el lib II De gene- lib. III De caelo, c. 3, pone expresamente bajo disyunción en la descrip~ión del
rat., c. 1, y en otros pasajes. Esto puede confirmarse por aquella expresión de elemento el que permanece en potencia o en acto.
la definición de elemento, a saber, que son aquello de lo que primariamente se 55. El nombre de elemento conviene con ptopiedad a la materia prima.._
compone algo. Mas estos cuerpos no son aquellos de los que primariamente A 'lJeces se atribuye también a la forma.- Por tanto, no hay obstáculo en que
resulta algo compuesto, puesto que ellos mismos están compuestos de otros an- Ia n:,tateria prima sea anterior a estos cuerpos y en que se halle o permanezca
teriores. También dice Aristóteles en el mismo pasaje que el elemento debe ser f~~malmente en . su compuesto; efectivamente, de aquí sólo se sigue que tam-
algo indivisible, y estos cuerpos no son indivisibles, como es evidente. En con- bten a la materta se le pueda llamar verdadera y propiamente elemento, aun-
sonancia con esta sentencia, se responde fácilmente al argumento que no hay que sea por una razón distinta y acaso anterior, en cuanto la materia es an-
inconveniente en que aqnella expresión de la definición de elemento, a saber, t;.rior en la composición y es más simple, como lo hizo notar Santo Tomás,
hb. III De caelo, lec. 8, donde parece que se retracta de la opinión que había
rt-m et ignem, sed melius fortasse dici pot- quibus res naturalis componitur. Cui sen-· proprie convenire bis corporibus, quia non menti, quía in eo genere compositionís quo
est ex virtutis conficí elementorum; hu- tentiae favet Averroes, V Metaph., com. 4, sunt proprie elementa. Secundo, ne in voce unum corpus potest ex multis corporibus
miditas enim, et siccitas, caliditas, et frigi- dicens materiam primam esse proprie ele- tantum baerere videarnur, adrnittimus bis conflari, illa sunt prima, quia non constant
ditas, materia sunt corporum compositorum. mentum, corpora vera simplicia nonnisi hon corporibus proprie convenire nomen et de- ex aliis corporibus, et ex illis constant re-
Igitur de sententia Arist. satis constat. Cum minum opinione : nam quía antiqui philo- finitionem clernenti; imrno D. Thom., V liqua. Et similiter sunt simplicia et indivi-
ergo Arist. ait mixtionem esse miscibilium sophi non cognoverunt aliam mareriam, nisi Metaph., lect. 4, vult illa proprius esse ele- sibilia, quía non sunt in plura corpora re-
alteratorum unionem, alteratorum dixit po- haec simplicia corpora, ideo illa appellarunt menta quam materiam vel formam. Nam solubilia. Denique etiam insunt eo modo
tius quam corruptorum ut denotare! non cm- elementa. Atque ita Aristoteles, II lib. de vult de ratione elementi esse ut sit directe qui necessarius est ad illud genus cornpo-
pino perire, sed virtute et secundum quali- Partib. animal., c. 1, non vocat absolute et propde in aliqua specie. Quod tamen sitionis quae fit per rnixtionem. Et ita Aris-
tates manere. Neque Aristoteles in eo capite elementa, sed quae nonnulli elementa ap- non video cur ad proprietatem illius vocis toteles, III de Caelo, c. 3, expresse ponit
D.egavit in vera mixtione miscibilia corrum- pellant; et eodem modo loquinrr II de Ge- pertincat et non sufficiat elementum esse in sub disiunctione in descriptione elementi
pi; nec id negare potuit, nam cum per nerat., c. 1, et aliis locis. Et potest hoc sua specie partiale vel incompletum quid. quod insit potentia aut actu. '
mixtionem introducatur nova forma sub- confirmari ex illa partícula definitionis ele~ Itaque elementum latine idem videtur esse 55. Elementi nomen proprie convenir
stantialis mixti, necesse est fieri corruptio- menti, scilicet, esse id ex quo primo aliquid quod principium alicuius rei, quod in suo materiae primae.- Nonnunquam formae tri-
nem substantialem miscibilium, quia gene- componitur. At haec corpora non sunt ex ordine est primum in compositione et ulti- butum.- Unde non obstat quod materia
ratio. unius semper est corruptio alterius. quibus primo aliquid componitur, cum ipsa rnum in resolutione, et ideo etiam de ra- prima ::.it prior his corporibus et formaliter
Dixit tamen non omnino perire, quia vir- sint ex aliis prioribus composita. Item Aris- tione elementi est quod sit indivísibile, non insit seu maneat in suo composito; nam
tute manent. toteles, ibídem, ait elementum debere esse simpliciter et omni modo, sed in suo ordine inde solum fit materiam etiam vere ac pro-
54. Elementi descriptio explicatur.- Ad quid indivisibile; haec autem corpora non et latitudine. Et similiter de ratione elemen- prie dici posse elementum, alía tamen ra-
secundum responderi potest, primo, defini~ sunt indivisibilia, ut constat. Et iuxta hanc ti est ut insit non semper formaliter, nec tione et fortasse priori, quatenus materia est
tionem illam elementi non convenire his sententiam facile respondenrr ad argumen- semper virtute tantum, sed modo accom- prior in compositione et simplicior, ut no-
simplicibus corporibus quae communiter ele~ tum non esse ínconveniens íllam particulam modato suae compositioni. Sic igitur qua- tavit D. Thomas, III de Caelo, Iect. 8, ubi
menta dicuntur, sed primis principüs ex definitionis elementi, scilicet quod insit, non tuor elementa vere participant rationem ele- retractare videtur sententiam quam in V
--~- --"l!!f•a•z---
c+
'f
J
Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección X 767
defendido en el lib. V Metaph., como señaló Soncinas, V Metaph., después de mez~l~~~ acci_dentalm_er:~e diversas sustancias a travéS de los poros o debido a
la q. 9, a propósito del texto 4 de Aristóteles, añadiendo también, en el lib. XII, la dlVISion e mterpostcwn de partes, sustancias que no tanto se engendran luego
q. 27, ad. 1, que a la forma se le puede llamar elemento, y que así la llama de nuevo. por la ac~ión de algún agente, cuanto se separan, como suct'de en la
Aristóteles en el lib. XII de la Metafísica, c. 4; y Santo Tomás en el pasaje fermentacwn del ~~o y en la corrupción de la sangre fuera de las venas, y
citado. Pues, aunque el nombre de elemento parezca aplicarse preferentemente acaso suceda tamb1~~ así en esa acción del fuego en la madera., por más que
al principio material, según se ve por el uso común y por la propiedad de p_ueda acaecer tambien que no se separen las mismas sustancias que allí había,
aquella expresión de la definición -de lo que se hace algo- con todo, hablan- s~n? otras, las cuales se generan con toda facilidad según sus diversas dispo-
do con sentido más amplio, se hace extensivo a cualquier parteJ igual que se SICIOnes. Mas esta mezcla de sustancias nada tiene que ver con el problema de
dice también que el todo está compuesto de sus. partes, tanto de la formal q~e nos ocup~mos., porque ~unque en este caso existan varias formas, están en
como de la material. Más aún, este es el motivo de que de cualesquiera par- diversas materia~ y causan dtversos compuestos, aunque estén localmente unidos.
tes, si se las considera en absoluto bajo la razón común de partes, se diga que 5_8. De que modo es movido el mixto por el elemento predominante.- Nf
tienen razón de materia respecto del todo. Por este motivo, pues, cualquier parte, se stgue, finalmente, de aquí la conclusión a qu:! se llegaba en dicho argumen-·
si es primera e indivisible en su orden, puede ser llamada elemento. to: que un elemento se re~uelve en otro o que consta de otro; porque, aunque
56. Se sigue de esto, para responder a la otra parte del argumento, que e~ agua con~enga. con el arre en la humedad, no la tiene, sin embargo_) parti-
no pertenece al concepto de elemento el que el compuesto o mixto pueda resol- Cipada del aire, smo que la tiene por sí misma y en virtud de su simple na~
verse en él de tal manera que el elemento pueda conservarse realmente sepa- tnraleza. Y, cuand~, a causa del cale':tamiento se exhala del agna vapor húme-
rado de aquello que ha estado integrado por los elementos, pnes de este modo do, no hay ~esol':l_ciolll del agua en mre, puesto que ese vapor no es aire, sino
no todo compuesto natnral puede resolverse en la materia y en la forma. Y por que es un mixto Imperfecto; y cuando acaece que el agua se transforma en aire
igual motivo no es necesario que el mixto sea resoluble en los mismos elemen- no se trata de un~ resolución en elementos miscibles, sino de una generació~
tos numéricos de los que acaso resultó compuesto el mixto, sino que basta con Y de una corrrupción. Por consiguiente, es muy distinto el modo de estar un
que se resuelva en otros semejantes, cosa que tendrá lugar a veces si existen elemento en el mixto que el de estar un elemento en otro; porque esto sólo
causas eficientes acomodadas e inmediatas en orden a realizar dicha resolución; puede ~ener lugar en una pote?-cia pasi-y:, mientras que aquello no sólo pue-
a veces, en cambio, no sucede así, sino que todo el mixto se convierte en un de _reahzarse de es!e m?do, srno tamb1en VIrtualmente y por cierta partici-
elemento determinado, sobre todo en tierra. Por tanto, aunque fuese verdad pación de la potencta acnva; en efecto, este es el modo como se ha de enten-
la experiencia que se aduce en el argumento, no implicada conclusión alguna, der a Ari.stóteles cuando dice que los elementos están en el niixto en acto 0
puesto que no es menester que los elementos que parecen producirse de la ma- en p~tencta. De esto resulta también evidente la solución al tercer testimonio.
dera cuando se quema hayan preexistido formalmente en ella, sino que basta Efectlva.mente, para que el mixto se mueva con el movimiento del elemento
con que hayan estado virtualmente y según alguna disposición no muy remota, :t:n;doJ:?mante, basta ~on que lo contenga virtualmente y tenga una mayor par-
en virtnd de la cual todos ellos son generados de nuevo; con todo, en realidad, ticipación de sus cualidades que de las de otro. De los elementos se dice final-
no se trata de elementos, sino de mh•.1:os imperfectos, porque ni el humo es ~ente, que son la mate~ia del J?lÍ~to, for:nalmente transeúnte y virtu;lmente
aire, ni la ceniza es tierra. Inmanente. Por eso el mtsmo Artstoteles, hb. 11 De general .., c. 5, niega que
57. En los cuerpos mixtos se hallan encerrados a veces otros corpúsculos- los elementos sean la materia de las cosas naturales: Porque -dice- si se
menores.- Queda todavía el que muchas veces en estos cuerpos mixtos se han
corporíbus mixtis saepe esse piures sub- sua simplici natura. Cum vera per calefac~
Metaph. tenuerat, ut notavit Soncin., V Me- sit conservabile separatum ab elementato; stantias accidentaliter permixtas per poros tionem vapor humidus exhalatur ab aqua
taph., post q. 9, circa text. 4 Aristot., qui hoc enim modo non potest omne composi- ~el per divisionem .et interpositionem par- non resolvitur aqua in aerem; nam ille va~
etiam lib. XII, q, 27, ad 1, addit formam tum naturale resolví in materiam et formam. tmm, quae substanuae postea per actionem por non est aer, sed quoddam mixtum im-
posse dici elementum, et ita eam nominat Et pari racione, non est necesse quod mix- alicuius agentis non tam generantur de novo perfectum '· _quando vera contingit aquam
Aristot., lib. XII Metaph., c. 4; et D. tum sit resolubile in eadem numero elemen- quam secernuntur, ut fit in concoctione vini transmutan m aerem, non est resolutio in
Thom., cit. loco. Nam, licet nomen elementi ta ex quibus fortasse mixtum fuit, sed satis et in co;ruptione sanguinis extra venas, et n_tiscibilia, sed quaed~m generatio et corrup-
praecipue videatur tribui principio mate- est quod in similia resolvatur; quod inter- !ort~sse tta etiam accidit in illa actíone ignis tm. Unde longe ahter sunt elementa in
riali, ut patet ex communi usu et ex pro- dum accidet, si causae efficientcs sint acd m lignum, quamvis accidere etiam possit mixto quam unum elementum in alio; nam
prietate illius particulae definitionis ex qua commodatae et propinquae ad eam reso- ut non eaedem substantiae quae ibi erant, !toe est verum solum in potentia passiva;
fit aliquU, tamen, latius loquendo, ad quam- lutionem faciendam; saepe ve ro non ita fit, secernantur, sed aliae quae ex illis facile 1~ud vera non ~a?tu~ hoc modo, sed etiam
cumque partem extenditur, sicut etiam di- sed mixtum totum convertitur in aliquod generantur iuxta diversas earum dispositio- vrrtute et partlclpattone quadam potentiae
citur totum componi ex suis partibus, tam elementum, praesertim in terram. Quocirca, nes. Haec autem substantiarum pcrmixtio activae; hoc enim modo intelligendus est
formali quam mater.iali. Immo hac ratione licet vera esset experiencia quae in argumen~ ~on ~e!er~ ad rem de qua agimus, quia, Aristoteles cum ait elementa esse in mixto
partes quaelibet, si absolute sub communi to affertur, nihil concluderet, quia non est hcet 1b1 smt piures formae, sunt tamen in actu vel potencia. Et hinc etiam patet solu~
racione partium considerentur, dicuntur ha- necesse ea quae videntur ex ligno ·fieri, cum diversis materiis et diversa composita con- tío ad tertium testimonium. Nam, ut mix-
bere rationem materiae respectu totius. Hac comburitur, in eo formaliter praecessissc, ficiunt, quamvis localiter coniuncta. tum moveatur motu elementi praedominan-
ergo ratione, quaelibet pars, si in suo ordi- sed virtute secundum aliquam minus remo- 58. Qualiter mixtum moveatur ab ele- tis, satis cst quod in virtute illud contineat
ne sit prima et indivisibilis, elementum did taro dispositionem, ratione cuius illa omnia- mento praedominante.- Nec denique hinc plusque de qualitatibus eius participet quam
potest. de novo generantur; re tamen vera illa non sequitur quod in ea argumento inferebatur, alterius. Denique elementa dicuntur materia
56.· Ex qua sequitur, ut ad aliam partem sunt elementa, sed mixta imperfecta, quia unum elementum resolvi in aliud aut con- mixti transiens formaliter, virtut:e autem ma-
argumenti respondeamus, non esse de ratio- nec fumus est aer nec cinis terra stare ex alío; nam, licet aqua conveniat nens. Unde idem Aristoteles, II de Gene-
De elementi ut compositum seu mixturo in 57. In mixtis corporibus imbibita inter-- cum aere in humiditate, non tamen habet rat., c. 5, negat elementa esse materiam
illud ita resolví possit ut reipsa elementum dum minora corpuscula.- Adde etiam in his·, illalll participatam ab aere, sed ex se et ex rerum naturalium: Nam si aer (inquit) re-
768 Disputaciones metafisicas Disputación XV.-Sección X 769
conservase el aire, no tendría lugar una generación, sino, una alter~ción .. .Es por la forma de madera y de oro, sin embargo, la madera no seria oro, puesto
evidente, pues, que, debido al hecho de que una forma actua como dispoSI~Ión que la madera no es materia, ni el oro es materia. Y de esta suerte, aun admi-
para otra, no sucede nunca el que se den unidas muchas formas sustanciales tido este caso, no habría dos causas formales del mismo efecto, que es lo que
en la misma materia. nosotros ahora tratamos de investigar, sino que cada una constituiría su efecto,
.el cual tendría solamente una ímica causa formal.
Si dos formas no subordinadas pueden informar al mismo tiempo 60. Por qué no puede la misma materia estar actuada naturalmente al mis-
la misma materia mo tiempo por muchas formas sustanciales.- No obstante, con esto llegamos
59. Es posible que por intervención divina Una materi~ est~ informada por a comprender la natural repugnancia por la que tales formas no pueden infor-
,dos formas.- Nos faltaba por hablar del tercer modo de 1magmar dos formas mar simultáneamente dicha materia; puesto que el que una misma e idéntica
sustanciales en la misma materia sin relación alguna entre ~i o .respe~to de una materia componga sucesivamente esencias distintas incluso específicamente con
·tercera fol'ma para la cual disponen, sino sólo en concomttancm accidental, tal muchas formas no ofrece inconveniente, y hasta puede acaecer naturalmente,
como se encuentran la blancura y la dulzuia en el mismo sujeto. Pero no es puesto que es indiferente para cualquier forma y por cualquiera puede ser ac-
menester detenerse en refutar este modo; en primer lugar, porque no me en- tualizada. Mas el que una misma porción de materia componga simultánea-
cuentro con opinión alguna en este problema, puesto qu~ ningún .filósof? -que mente diversas esencias con diversas formas está en contradicción con la natu-
yo sepa- defendió hasta ahor~ que dos .formas sustanciales P?d1esen mformar raleza de las cosas por muchas causas. Primero, porque la potencia de la ma-
simultánea y naturalmente la m1sma materia de este modo. Y dtgo naturalr:ze~!e_, teria está suficientemente actualizada por una sola forma y su dependencia tie-
porque creo que por potencia absoluta de Dios no h~y en ello contradiccmn, ne un término suficiente. Segundo, porque formas diversas exigen disposiciones
ya se ponga dicha materia en diversos lugares con d1versas formas, cosa. que naturalmente incompatibles, lo cual es un indicio de que también los efectos
demostré en otra parte que era realizable; ya. tenga ambas. formas en. e~ ,mtsmo naturales de ellas son naturalmente incompatibles. Tercero, porque la materia
Jugar, pues la unidad de lugar no añade .mnguna .espe~,tal contradiccwn. ~n está al servicio de la forma en orden a sus movimientos y acciones naturales;
segundo término, porque de esas formas eXIstentes srmultaneam~nte ~n la ffilS- mas no puede una misma materia prestar sus servicios a formas distintas, que
-ma materia no resultaría realmente compuesta una sola esencia, m una sola tienen inclinaciones naturales diversas. Cuarto, porque, de lo contrario, si la ma-
sustancia, puesto que ni una forma pertenecería a la . e~enci~ del compuesto de teria pudiese de este modo estar bajo distintas formas, podría con el mismo
materia y de la otra forma, ni viceversa. Por eso, st Imagmamos que un~ es motivo estar bajo cualquier multitud de ellas hasta el infinito, puesto que las
·1a forma de oro, y la otra forma de. madera, ?i. la madera seria. oro, ru el cosas que son accidentales pueden multiplicarse hasta el infinito_. y no es po-
oro madera, puesto que formas esencialz;¡ente dtstmtas ?o se pr~dtcan mutua- sible señalar una mayor repugnancia en dos que en tres, y así en cualquier otro
mente entre sí ni incluso en concreto, st no es por razon del m1smo supuesto
número. Mas esto no sólo es muy absurdo de por sí, sino que también está
·en el que con~ienen; mas esas formas no convendrí~n en el mismo sul?uesto,
·sino solamente en la misma materia, con la que, al Igual que forman diversas en contradicción con el fin y ordenación de la materia, pues de esta suerte re-
naturalezas, formarían también diversos compuestos, presc~diendo ~e . otros ca- sultaría inepta para la generación y corrupción de las cosas. Por tanto, el mismo
~ sos milagrosos. Por eso, aunque pueda decirse de la matena que esta mformada hecho de que la generación de una cosa es la corrupción de otra declara sufi-
cientemente que la materia es incapaz de muchas formas por su naturaleza.
·maneret, non generatio, sed alteratio foret. autem naturaliter, quia de potencia absoluta
.Constat igitur, proptt!r dispositionem unius non exístimo implicare contradicttonem, sh:e
·forrnae ad aliarn, non contingere unquam illa materia in diversis locis cum dívers1s tamen lignum non esset aurum, quia lig- ter est terminata. Secundo, quia formae di-
formis ponatur, quod fieri posse alibí osten- num non est materia, neque aurum eJt versae requirunt disposiciones naturaliter in-
piures substantiales formas in eadem materia di 1 • sive in eodem loco utramque formam materia. Atque ita, etiam admisso illo casu, compatibiles, quod est signum etiam effec-
coniungi. hab~at · unitas enim loci non addit spe- non darentur duae causae formales unius ef- tus naturales earum esse naturaliter incom-
cialem 'repugnantiam. Secundo, quía ex illis fectus, quod nos nunc inquirimus, sed una- patibiles. Tertio, quia materia deservit for-
.An duae formae non subordinatae possint formis simul existentibus in eadem mate-
simul eamdem materiam mformare quaeque constitueret suum effectum, qui mae ad suos naturales motus et acciones;
ria, revera non componeretur una essentia tantum haberet unam causam formalem. non potest autem eadem materia simul mi-
59. Potest divinitus materia informari neque una substantia, quía n:que una fo~ 60. Cur naturaliter non possit eadem nistrare formis distinctis, quae naturales ha-
duabus formis.- Supererat dicendum de ma esset de essentia composltl ex materm materia pluribus substantialibus formis ac- bent inclinationes diversas. Quarto, quía
tertio modo fingendi duas formas substan- et alía forma, neque e converso. Unde, si tuari simul.- Hinc tamen intelligitur natu- alias, si materia hoc modo posset esse sub
tiales in eadem materia sine ulla habitudine fingamus unam esse formam aur.i et aliam ralis repugnancia ob quam tales formae non distinctis formis, eadem ratione posset esse
ínter se aut respectu alicuius tertiae forrnae ligni, neque lignum esset aurum ~e9.ue a~ possunt simul informare talero materiam; sub quacumque multitudíne earum in infi-
ad quam disponant, sed per solam conco- rum lignum, quía formae essenttahter dt- quod enim una et eadem materia successive nitum, quia quae sunt per accidens in in-
mitantiam accidentalem, ut se habent albedo vcrsae non praedicantur de se invicem, etiam componat essentias ;,;tiam specie distinctas finitum multiplicari possunt; nec potest ma-
et dulcedo in eodem subiecto. Sed in hoc in concreto, nisi ratione eiusdem suppositi cum multis formis, non est inconvcniens, ior repugnantia in tribus quam in duobus
modo impugnando immorari non est ne- in quo conveniant; illae autem formae non immo naturaliter accidit, quía ipsa est in- assignari, et sic de quocumque numero. Hoc
cesse; primo, quia nullam. inveni? in hac convenirent in eodem supposito, sed tantum differens ad quamcumque formam et per autem et per se est valde absurdum, et
re opinionem; nullus emm phtlosophus in eadem materia, cum qua sicut diversas quamcumque actuari potest. Quod vero ea- repugnat fini et institutioni materiae, sic
.(quod ego sciam) hactenus dixit pos se l~oc naturas ita et diversa composita confi.cerent; dem portio materiae simul componat diver- enim esset inepta ad rerum generaciones et
modo et naturaliter duas formas substantm- secludo' alía miracula. Unde, licet materia sas essentias cum diversis formis, multis de corruptíones. Unde hoc ipsum, quod gene-
les simul informare eamdem materiam. Dico posset dici informata forma ligni et auri, causis repugnat naturis rerum. Primo, quia ratio unius naturaliter est corruptio alterius,
potencia materiae sufficienter est actuata per satis declarat materiam esse paturaJ#er m..
1 III tom., III p., dísp. XLVIII, sect. 3. unam formam e~ dependencia eius sufficien- capacem plurium formarum.
49
----------
V era sententia et totius quaestionis conclusio stantialem esse proprium, per se ac imme~ que illam admittere potest. Antecedens con- tialis forma constituit substantialem naturam
diatum actum materiae, ideoque ex illis ma~ stat ex dictis; nam probatum est omnem completam, ita determinat sibi materiam
61. Relinquitur ergo verissimam esse xime fieri per se unum, ut sumitur ex II de formam substantialem necessario debere es- quam informat et quasi trahit illam ad stmm
sententiam asserentem umus substantiae Anim., text. 7, et VII Metaph., text. 49. se constitutam in aliqua soecie ulti1na sub- esse ut non admittat in illa formam aliam
compositae tantum esse unicam causam for- 62. Rationes autem facile sumi possunt stantialis formae, et consequenter esse de substantialem, seu eiusdem ordinis. Materia.
malem et in uno composito naturali unicam ex dictis in impugnatione aliarum opinio- ratione eius quod det esse simpliciter et item habet limitatam capacitatem et quasi
tantum esse formam substantialem. Quam num. Prima sumitur ex sufficienti partium completum usque ad racionero ultimam in vim causandi, ut simul non possit unam
tenet D. Thomas, I, q. 76, a. 4; et ibi enumeratione, quia in materia non possunt genere substantiae. Consequentia vero pro~ substantiaiem formam sustinere, nec concur~
Caietan. et omnes thomistae; latissime Ca- esse piures formae essentialiter subordinatae batur, quia vel secunda forma adveniret rere nis~ ad unam essentiam componendam,
préol., In II, dist. 15; et Ferrar., II cont. ut actus et potentia, neque ordinatae ut composito ut constituto priori forma et im~ quod et1am in materia caelesti videre Iicet ?'
Gent., c. 58; Soncin., VIII Metaph., q, 7. dispositio et forma, neque etiam omnino per mediate illud actuando, aut adveniret simul estque id non minus necessarium in hac in-
Item habet Gregor., In II, dist. 17, q. 2; concomitantiam sine ullo ordine inter se; et quasi concomitanter ipsi materiae. Pri- feriori materia, quae principium est cor-
Aegid., II de Anim., q. 6, et tract. de Plu~ sed praeter hos modos non potest excogitari mum repugnat rationi formae substantialis, ruptionis, quatenus ita subiacet uni formae
ralitate formarum; Herv. etiam late tractat alius; ergo nullo modo possunt piures cau- quae per se respicit potendam substantia- ut eam necessario deserat, si aliam recipiat.
de Pluralit. formar.; Marsil., I de Gener., sae formales substantiales ad eumdem effec- lem; substantia autem completa non est 64. Tertia ratio pr1ncipalis confici potest
q. 6. Ex Aristotele autem nihil de hac re tum concurrere. iam in potentia substantiali, sed accidentali ex his quae supra diximus ad probandum
expresse habemos; at vero ex principiis 63. Secunda ratio sumitur ex sufficien- tantum; nam de illa maxime verum est dari in rebus naturalibus substanciales for-
eius ciare colligitur hace sentencia; nun- tia cuiusvis formae substantialis; nam quae- quod Aristoteles supra dixit, scilicet id quod mas; potissimae enim raciones quibus os-
quam enim tribuit naturali composito nisi libet forma substantialis necessario talis est advenit enti in actu non advenire per se, sed tenditur substantialis forma in hoc nituntur
unam formam, et hoc sensu assignat tria ut per se sola sufficiat ad constituendum per accidens. Secundum autem repugnat quod ad perfectam constitutionem naturali3
principia rei naturalis, materiam scilicet, unum substantiale suppositum completum tam ipsís formis substantialibus quam ca- entis necessarium est facultares omnes et
privationem et formam; hac enim ratione in aliqua ultima specie substantiae; ergo pacitati materiae; illae enim secundum suas operationes eiusdem entis in uno essential'i
ait quoties generatur unurn corrompí aliud non solum non requirit aliam formam con- differentias specificas inter se repugnant; principio radicari, quam connexionem et
et e contrario; ait praeterea formam sub- causantem illum effectum, verum etiam ne- nam, hoc ipso quo~ unaquaeque substap.- ntdicationem ostendunt etiam ipsi naturales
---~---------- ·-~- -~~~~~~-~~~~~
"1'
Processus in infinitum a materiali causa immediate ac per se recipiens formam, aut informatio neque res esset constituta in certa facta de formis substantialibus, quod in eis
excluditur · intelligitur proxima accidentaliter, id est, ut aliqua et deterrninata specie; ergo ínter illa necesse est dare primam et u1timam, alias
affecta dispositionibus accommodatis ad for- duo extrema non posset intercedere infinita neque inchoaretur neque consummaretur
66. Ex quo tandem intelligitur multo mi- mam. Priori modo revera solum materia pri- multitudo formarum, quia unicuique neces- dispositio; ínter illa autem extrema non pot-
nus esse posse processum in infinitum in ma per suam simplicem entitatem est etiam sario debet esse aliqua immediata quae com- est esse multitudo infinita. Neque est si-
materia, quia si esset~ solum ex infinitate materia proxima ad quamcumque formam, paretur ut proxima potencia et actus. Omitto mile quod afferri potest de in:finitis punctis
formarum oriri posset; nam, ut supra de- et ita nullus est processus; solumque fingi alias rationes quas Aristoteles facit citato contentis ínter duo extrema, quía puncta
monstratum est, necessario danda est una posset, si ínter primam materiam et ulti- loco, quia res est clarior quam ut probatione solum sunt infinita in potentia, id est, con-
prima materia qtiae non sit in alio subiecto; mam substantialem formam intervenirent ali- indigeat. stituentia cum partibus unam finitam quan-
haec autem prima materia in unoquoque quae formae substantiales, quarum una com- 68. Quod si loquamur de materia pro- titatem continuam, formarum autem multi-
composito non potest esse nisi una, quia pararetur ad aliam ut potencia proxima ad xima ratione dispositionum accidentalium, tudo esset actu infinita. Itero, quía unum
non potest una materia recipi ~n illa,, curo suum actum; hae autem formae non dantur, eaedem raciones probant in illis dispositio- punctum non est immediatum alteri, et ita
hoc sit contra rationem matenae pr411ae; ut ostensum est, et quamvis darentur, non nibus non posse procedi in infinitum, quia non possunt numerari omnia puncta media
neque etiam possunt p~ures ~ateriae .con- esset intelligibilis in eis infinitus progressus, si inter se non sint subordinatae, sed con- inter duo extrema 1; una autem forma, sive
iungl in eodem compos1to et mfo~mar.1 ea- tum quia infinita multitudo formarum non comltanter se habentes, u_t quatuor primae substantialis sive accidentalis, si comparatur
dem forma, nisi una earum alten. untatur, minus repugnat quam infinita multitudo in qualitates, in eis non potest dar~ talis pro-
cessus, solum quia non possunt simul esse ad aliam ut potentia ad actum, necessario
ita ut ex utraque fiat una potentla, quod actu quorumvis entium; tum etiam quia debet eam proxime respicere; nullo ergo
intelligi nullo modo potest; ergo in sub- necesse est dari aliquam formam primam, qualitates actu infinitae in muititudine, et
id est, primo informantem materiam; nam, mu1to minus potest finita forma illas postu~ modo esse potest processus in infinitum
stantialibus materiis non solum non potest ínter materiam et formam.
esse processus in infinitum, sed nec omnino cum materia ex se sit immediata potentia, !are; si vero dispositiones sunt inter se
neccsse est ut immediate informetur per aJí- subordinatae ut actus et potentia proxima, 69. Procedunt autem rationes factae de
ullus processus aut pluralitas ulla esse pot- materia permanente, ex qua fit res, ita ut
quam determinatam formam, alias nunquam eicut quantitas et qualitas, procedit ratio
est. .
67. Quod si non sit serm o de mate na inciperet informarlo. Rursus ex parte alte-
prima, sed de proxima, aut intelligitur pr?- rius extremi necessarium est etiam dari ul- lavell., 1 Metaph., q. 6.
xima substantialiter et tamquam potenua timam formam; alias nunquam finiretur
-·-··--- -----
dum speciem, quía virtutes causarum natu- expediri, quía haec solum per analogiam et
in infinitum, sed fit <;irculus. Verumtamen, experientia valde dubito an sit nobis evi- ralium finitae sunt et madi seu aspectus ·et quasi metaphoram quamdam forma nomi-
sive hic processus detur sive non, nihil dens; nam multa virtute caelorum et con· concursos quibus applicantur determinati natur. Est igitur advertendum ex dictis in.
refert ad causalitatem, quia ille processus est cursu elementorum generantur fortasse de sunt et finiti; et ideo, licet in absoluta po- superioribus, praeter compositionem physi~
mere per accidens, et ideo causalitati nihil novo, quae nos latcnt. Adde D. Thomam, tentia creaturae contineantur infinita, si in cam ex materia et forma, esse aliam quae
obstaret quod in infinitum tenderet. Quod si III, q. 10, a. 3, dicere in potentia creaturae rebus et causis creatis fiant omnes condi-
tiones et mixtiones quae absolute fieri poa- iUam imitatur; ex se tamen abstrahit a vera
non tendit, solum est quía non dantur infi- contineri infinita. Et loquitur de rebus sub-
nitae species rerum generabilium neque pro- sunt, tamen de facto secundum ordinem materia, et ideo metaphysica nominatur. Est ·
stantialibus; nam de his dixerat non videre autem haec duplex, quantum ad praesens .
cessus in infinitum in generationibus talium animam Christi infinita in actu. Unde ex- universi tantum fieri possunt finitis modis,
specierum, sed semper fit circulus et reditus et ideo etiam verisimilius est in hoc pro- spectat, altera ex natura et supposito, altera·
plicando ibi illum locum, diximus posse in~ ex genere et differentia; omitto eam quae ·
ad eamdem speciem. Quod aliqui putant telligi tam de infinitis speciebus quam de cessu dari statum ac terminum.
necessario consequí ex eo quod quaelibet ex est ex esse et essentia, quia obscurior est
his speciebus dicit limitatam perfectionem. infinitis individuis. Si ergo in potencia crea- SECTIO XI et, quantum ad praesens attinet, non ínter~
Sed hoc nullum argumentum est, quía sal- turae continentur infinitae species mixtorum, QUID SIT FORMA METAPHYSICA, ET QUAE MA- venit in ea specialis aljqua ratio formae, ut
tem divina virtute non repugnat species non repugnabit in infinitum procedí in ge- TERIA ll.LI RESPONDEAT, QUAMQUE CAUSALI- ex dicendis constabit. Deinde est conside-
mixtorum in infinitum multiplicari, etiamsi nerationibus earum. Et fortasse Aristoteles TATEM HABEAT randum in omni compositione, ut ex multis
quaelibet species finita sit: et de facto sem- dicto loco non repugnat; solum enim pro- l. In quavis compositione aliquid ut 1J1a- unum consurgere intelligatur, ahquid sem-
per detur summa et ínfima species sub illo bat hunc processum non esse necessarium teria, et aliquid ut forma.- Quoniam distinc- per considerari ut materiam et aliquid ut.
778 _____________Disputaciones
:_:_::_ ____,. metafísicas - -- Disputación XV.-Sección X_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _--.:._77'-"9
y algo como forma ya porque la composición de materia y forma es la primera que se distinguen sólo por razón, según se hizo ver anteriormente. Existe to-
composición real y' la más propia y esencial, siendo cualquier otra composición davía otra diferencia; que .en la primera composición uno de los extremos es
declarada como tal por analogía con ella; ya también porque la materia es algo la esencia total de la realidad, mientras que el otro no dice relación intrínseca
informe e imperfecto y una especie de incoación y como fundamento de la a la esencia, sino que es el término o modo de la esencia; en cambio en la
naturaleza mientras que la forma viene a ser como la hermosura, perfección otra composición ambos extremos son esenciales y ninguno de ellos expresa
y consum~ción de la naturaleza; ahora bien, en. toda .:omposición ~y algo que explícita o actualmente la esencia total de la realidad, por más que pueda in-
es como potencial, lo cnal es el fundamento e mcoacwn de tal reahdad, y algo cluirla toda confusamente. Resulta de aquí que a la primera suele llamársele
que es el término o consumación de la realidad, razón por la cual a un elemento también forma total, real y metafísica con toda propiedad, mientras que la
se le considera siempre como materia y a otro como forma. Hasta tal punto es segunda es más bien una forma según la consideración de la mente, y por eso
esto verdad, que incluso en la composición que resulta de las partes integrantes, no sólo pnede llamársele metafísica, sino también lógica.
que parece ser la más material, siempre hay una parte a la que se consider.a.
como materia y otra como forma, cosa que aparecerá más clara en las reah- Se explica la esencia de la forma metafísica
dades heterogéneas, como, por ejemplo, en el hombre, la cabeza es como la
forma de las demás partes; y en las realidades artificiales, verbigracia, el techo 3. La forma metafísica es la esencia total de una cosa.- Así, pues, hay
viene a ser como la forma del edificio; y de acuerdo con esta analogía distin- que afirmar, en primer lugar, que la forma propiamente metafísica, que es la
guen también los teólogos las materias y formas de los sacramentos. En las rea- forma del todo, no es otra cosa más que la esencia total de una realidad sus-
Jidades homogéneas, en las que no puede darse entre las partes esa distinción tancial, a la que llamamos también naturaleza íntegra de una cosa, y de la cual
de diversidad de relaciones a causa de su semejanza y uniformidad, se dice no afirmamos que sea forma por el hecho de qne ejerza de una manera especial
que todas las partes son la materia del todo, mientras que el compuesto se com- una causalidad propia de la forma, sino porque constituye por sí misma esen-
para como forma en relación con cada una de las partes. Y en todos estos ejem- cialmente la realidad. Explico y pruebo cada una de las afirmaciones : en efecto,
plos no tiene lugar ninguna causalidad especial, sino la unión sola con analogía se dice, por ejemplo en el hombre, que esta forma del todo es la humanidad.
y proporción a la materia y forma. la cual, por constar de la materia y forma de hombre, expresa la esencia total
2. Por lo dicho, pues, se comprende que se llama forma metafísica en ge- del hombre, pues lo que hombre añade a humanidad no pertenece a la esencia
neral a la que constituye esencialmente a la realidad misma en una composición del hombre, según diremos luego al tratar de la subsistencia y se .hace patente
-metafísica, o bien completa o actualiza la esencia de esa realidad; ni hay otra sin necesidad de explicaciones en el misterio de la Encarnación; en efecto, en
manera de describir esta forma entendida de este modo general. Mas hay una Cristo está la esencia de hombre completa, aunque no esté la subsistencia hu-
diferencia entre las dos composiciones metafísicas _arriba mencionadas, a sa- mana creada. Además esta forma del todo no sólo se encuentra en las cosas
ber, que la primera de naturaleza y supuesto es una composición real (nos refe- materiales, sino también en las espirituales; y lo que es más, no sólo en las
rimos a las criaturas), esto es, de elementos que se distinguen de algún modo cosas creadas, sino que también es considerada por nosotros en Dios mismo,
en la realidad misma, como son la naturaleza y la subsistencia, de que nos ya que concebimos la deidad como forma esencialmente constitutiva de Dios
ocuparemos luego extensamente; en cambio la segtmda es una composición de y de cualquier supuesto divino, en cuanto es este Dios concreto, por más que
razón, ya que sus extremos no se distinguen actualmente en la realidad, sino sea característico de ella no distinguirse en la realidad misma de aquello cuya
esencia constituye, punto en que se diferencia de la razón de forma que tiene
formam, tum quia compositio ex materia et neis, ubi inter partes non potes.~ distinguí
forma est prima compositio realis et maxi- illa diversa habitudo propter earum simili- ut in superioribus visum est. Est etiam alia causalitatem formae, sed quia rem essen~
me propria ac per se) et ideo per quamdam tudinem et uniformitatem, omnes partes di- dlfferentia, quod in priori compositione tif!liter constituit per seipsam. Declaro et
analogiam ad illam omnis alia compositio cuntur esse materia totius, compositum au- unum extremum est tata essentia reí, aliud probo singula; nam in homine, verbi gra-
. declaratur; .tum etiam quj_a materia est quid tem comparad ut forma ad singulas partes. vero non spectat intrinsece ad essentiam, sed tia, hace forma totius dicitur esse huma~
informe ct imperfectum et inchoatio quae- In quibus omnibus non intercedit specialis est terminus aut modus essentiae; in alia nitas, quae cum ex materia et forma hoH
dam et quasi fundamentum naturae; forma causalitas, sed sola unio cum analogía et vero compositione utrumque extremum est minh constet, totam essentiam hominis di-
vera est quasi pulchritudo et perfectio ac proportione ad materiam et formam. essentiale et neutrurn dicit totam essentiam cit; id enim quod horno addit humani-
consummatio naturae; in omni autem com- 2. Ex his ergo intelligitur formam me- rei expliciter seu actualiter, licet confuse to-
tati non est de essentia hominis, ut infra
positione est aliquid quasi potentiale, quod taphysicam in genere vocari quae in com- tam illam includere possit. Unde fit ut prior dicemus tractando de subsistentia et in mys-
est fundamentum et inchoatio rei, et aliquid positione metaphysica constituit essentia- dici etiam soleat forma totalis, realis ac pro-
tcrio lncarnationis breviter patet; nam in
quod est terminus vel consummatio rei, et liter rem ipam, vel complet aut actuar ptüssime metaphysica; posterior vero roa- Christo est tota essentia hominis, quam-
_ideo semper aliquid consideratur ut materia essentiam rei; nec potest aliter describi gis est forma secundum rationem, et ideo
non tantum metaphysica, sed etiam logica vis non sit humana subsistentia creata.
et alíquid ut forma. Quod adeo verum est haec forma ita in comrnuni sumpta. Est au- Praeterea, haec forma totius non .tantum in
ut etiam in compositione ex partibus inte- appellari potest.
tem discrimen inter duas compositiones me- rebus materialibus, sed etiam in spirituali-
grantibus, quae maxime materialis e"íse vi- taphysicas supra dictas, quod prior, scilicet,
detur, semper una pars consideretur ut ma- Formae metaphysicae essentia ostenditur bus reperitur; immo non solum in rebus
ex natura et supposito est compositio reí (in 3. Forma metaphysica est tota rei essen- · creatis, sed etiam in Deo ipso a nobis con-
teria et altera ut forma, quod darius ap-
parebit in rebus heterogeneis, ut in homine creaturis loquimur), id est, ex lis quae jn tia.- Dicendum est ergo primo formam sideratur; concipimus enim Deitatem ut
, caput est veluti forma aliarum parP.um; et re ipsa aliquo modo actu distinguuntur, Ut proprie metaphysicam, quae est forma to- formam essentialiter constituentem Deum et
in artificialibus tectum, verbi gratia, est sunt natura et subsistencia, de quibus dif- tius, nihil aliud esse quam totam rei sub- quodlibet suppositum divinum, quatenus hic
quasi forma aedificii; iuxta quam analogiam fuse infra tractabimus; posterior vero est stantialis essentiam, quam etiam integram Deus est; quamquam illi sit proprium in
··distinguunt etiam theologi materias et for- compositio rationis, quia eius extrema jn re naturam rei appellamus, quae non dicitur re ipsa non distinguí ab eo de cuius essen-
mas sacramentorum. Et in rebus homoge- non distinguuntur actu, sed ratione tantum, forma eo quod specialiter exerceat propriam tia est; in quo deficit ab e:~ ra_tione formae
···~
est materia et forma. Et quia per formam contra aut praeter naturam. Quapropter in litatem formalem. Et, si ex theologla argu- tius Verbum se habere ut formam quatenus
completur essentia rei, tandem derivata est accidentibus, ut infra videbitur non habet mentad licet, humanitas Christi est forma aliquo modo perficit et actuat humanltatem,
ílla vox ad significandam reí essentiam. Et proprie locum haec ratio form~e totalis de metaphysíca huius hominis Christi et tamen quamvis nulla propria ac vera causalitas ibi
quia antiqui philosophi qui disputabant de qua nunc agimus (loquor secundum rem non est vera forma Verbi divini, habem interceda t.
natura non cognoscebant alias substancias quidquid sit de possibili modo concipiendi veram causalitatem in illum, ratione cuius 8. Atque bine ulterius fit, etiam respectu
nisi materiales, ideo illis solis trlbuebant nostro); et ratio est quia accidens est for- dicatur formaliter constituere hunc hominem. totius compositi seu suppositi, naturam in-
naturam et inde peculiariter obtinuerunt ma quasi partialis et physica, unde in se Et extendí potest argumentum ad quamlibet tegram non vocari formam totalem, propter
nomen entium naturalium. est natura incompleta et adeo imperfecta ut natura m respectu proprü suppositi; na m vel veram ac propriam causalitatem formae;
6. At vera, si rem significatam specte- non faciat unum per se, sed per accidens co;rnparatur natura ad subsistentiam ipsam quia nunquam est haec causalitas respectu
mus et de hac voce metaphysice potius cum suo subiecto; et inde fit ut ex utroque vel ad compositum ex natura et subsistentia. compositi, nisi primo et immediate exer-
quam physice loquamur, haec vo:11. absolute non resultet una integra natura et forma to~ Respectu subsistentiae natura non habet cau- ceatur circa aliquod subiectum, ex quo et
et principaliter significat essentiam simpli- tius, sicut ex materia et forma substantiali. salitatem formalem, sed potius quasi rnate- forma compositum resultat. Si ergo natura
citer et integram uniuscuiusque reí, prout 7. An forma metaphysica aliquam cau- rialem (omitto activam) de qua postea), quia totalis non exercet causalitatem formalem
per modum forma e totalis significatur. Et salitatem exerceat.- Ultima denique pars subsistentia propria non comparatur ad na- circa aliud extremum huius compositionis,
in rebus immaterialibus simplex est; in ma- turam ut subiectum eius~ sed ut terminus nec circa totum compositum potest illam
terialibus autem es_t composita ex materia conclusionis facile potest ex omrubus dictis exercere. Restat igitur ut natura integra di-
probari, nam imprimís, cum haec forma to"' ipsius. Unde potius subsistentia est aliquo
et forma, quia nec materia nec forma est modo actus naturae quam e converso. Item, catur forma solum quía est teta quidditas,
integra rei natura, sed partialis; integra v-ero tius in rebus materialibus includat ipsam quia subsistentia est modus naturae, unde ratio seu essentia intrinsece constituens sup~
rei natura est composita ex utraque; et ideo materiam primam, non potest propriam cau- afficit et aliqualiter actuat illam; secundum positum in tali genere vel specie. Quae con-
merito forma totalis metaphysice dicitur. Ac- salitatem formalem exercere, quae consistit hanc ergo comparationem non exercet na- stitutio non est per causalitatem ab ipsamet
cidentia vero, sicut non habent essentiam in actuando aliquo subiecto. ltem in rebus tura causalitatem formae. Unde in dicto natura aliquo modo distinctam, sed est per
simplicitcr, ita nec naturam nisi cum ad- immaterialibus, cum tata essentia sit sim- exemplo de mysterio lncarnationis dicunt intrinsecam actualitatem et entitatem ipsius
dito, scilicet naturam accidentalem, et pro- plex et abstrahens ab omni receptivo, non theologi humanitatem non solum non com- naturae totalis. Et propter hoc etiam dicitur
pdus dicuntur esse secundum naturam, vel po~est dicj forma propter propriam causa- parad ad Verbum ut formam eius, sed po- hace forma metaphysica et nop physica.
Disputación XV.-Sección XI 785
784 Disputaciones metafísicas
sino esta humanidad; luego es falso que esta forma sólo incluya la esencia total
9. Incidentalmente nos lleva también esto a comprender que a esta forma de la cosa. Se sigue, además, que en esta forma no queda incluida la existencia,
-no le corresponde ninguna mate~ia propia, puesto que, según se dijo~ no se le puesto que tampoco ella pertenece a la esencia. Mas el consiguiente aparece
llama forma porque informe suJeto alguno; mas, hablando en térmmos ge?e- como falso; porque, si no incluye la existencia, ¿cómo la constituye realmente?
·rales, el supuesto es lo único. que corresponde a esta naturale~a como esenctal- A esto hay que responder que esta forma ha de tomarse con proporción res..
,mente constituído por ella mtsma. Empero en las cosas matenales la naturaleza pecto de aquello que resulta constituido por ella, y que en este sentido expresa
íntegra, en cuanto forma total, puede compararse con las naturalez~s parciales siempre su naturaleza íntegra y sola y su esencia. Porque, si se la compara con
de que está compuesta; porque, aunque una de ellas sea la forma, sm embargo, ]a especie común considerada precisivamente, incluirá únicamente los principios
desde el momento que tanto la materia como la forma son parte incompleta específicos esenciales, y entonces la humanidad expresa la forma total de hom-
y de por sí imperfecta, pueden compararse como materia respecto de la natu- bre. Mas si se la compara con un individuo determinado, en este caso incluye
raleza total compuesta, comparándose ésta, en cuanto es algo total y completo, los principios esenciales individuales y particulares, los cuales, aunque hablando
.como forma respecto de las partes; pues, según testimonio de Aristóteles, lib. II en absoluto no pertenezcan a la esencia de la cosa, por estar implicada en esta
de la Física, text. 31, el todo se comporta como forma respecto de las partes, palabra cierta precisión de la mente, no obstante pertenecen a la esencia del
por más que allí se refiera preferentemente al todo integral respecto de sus individuo. en cuanto es individuo, según se explicó antes al tratar del principio
-partes. de individuación. Algo parecido hay que decir de la existencia; en efecto, aun-
10. En cada uno de los compuestos se da una sola forma metafísica.- que ésta no pertenezca en absoluto a la esencia de una cosa creada o creable,
:Se comprende, finalmente, por lo dicho que esta forma sólo puede ser una pertenece, sin embargo, a su esencia en cuanto es existente, o en cuanto está
·para una misma cosa; es evidente, ya que expresa la naturaleza total de una constituida en la condición de entidad actual; y por eso, aunque esta forma
cosa, y ésta en cada cosa no puede ser más que una. Ni tiene importancia el no incluya más que la esencia de la cosa, no obstante, para constituirla actual-
que según esta razón puedan distinguirse en la misma realidad la forma espe- mente incluye la existencia, no sólo en cuanto es una condición necesaria ex-
cífica del todo y la forma genérica, por ejemplo la humanidad, la animali- trínseca o concomitante, sino también en cuanto es intrínsecamente constitutiva
.dad, etc.; pues, tomadas estas cosas respecto de la misma realidad, no son real- de la entidad actual de la naturaleza misma, mediante la cual constituye formal-
mente muchas formas sino una sola e idéntica concebida de diversas maneras;
y en cuanto se la concibe como muchas según nuestra razón, tampoco se la J
l
mente una sustancia determinada o un individuo sustancial.
toma según la razón respecto de una sola realidad sino de muchas; en efecto, 1
la animalidad no es la forma total del hombre, sino del animal en cuanto tal;
de esta suerte, con la debida proporción, la forma del todo sólo puede ser una
¡ Concepto de forma lógica
12. Afirmo en segundo lugar: suele llamatse principalmente forma meta-
respecto de la misma realidad. física según la razón -y se le da también el nombre de lógica- a la dife-
11. Se sale al paso de una duda.- Sólo puede plantearse alguna duda rencia esencial; aunque, según cierta relación, se le atribuye también al género,
respecto de la conclusión propuesta; en efecto, si la forma total es la forma e incluso a la definición; por tanto, esta forma no tiene una causaHdad real
del supuesto, no sólo incluye los principios esenciales, sino también los princi- propia, sino sólo de razón, correspondiéndole una materia proporcional. Esta
pios individuantes, los cuales no pertenecen a !a esencia de la cosa, puesto que afirmación es clarísima en su totalidad y resulta evidente por el uso común de
la forma total y la naturaleza íntegra de Pedro no es únicamente la humanidad,
tum humanitas~ sed haec humanitas; ergo non sit absolute de essentia rei creatae seu
falsum est hanc formam solum includere creabilis, est tamen de essentia eius ut exis-
9.. Unde etiam obiter intelltgitur huic ex dictis hanc formam tantum esse posse totam rei essentiam. Deinde sequitur non tentis seu ut constitutae in ratione entita-
formae nullam propriam materiam respon- una m respecta eiusdem; patet, quía didt includi existentiam in hac forma, quia haec tis actualis; et ideo, licet haec forma non
dere, quia, ut Oictum est, non appellatur totam rei naturam; haec autem in una re etiam non est de essentia. Consequens au- includat nisi rei essentiam, tamen, ut eam
forma eo quod informet aliquod subiectum; non potest esse nisi una. Nec refert quod tem falsum apparet; nam, si non includit actualiter constituat, includit e:x:istentiam,
sed, si generatim loquamur, solum suppo- secundum rationem distinguí possint in eo- existentiam, quomodo realiter constituit? Ad non tantum ut necessariam conditionem ex·
situm correspondet huic naturae tamquam dem forma .totius specifica et generica, ut haec vero dicendum est hanc formam su- trinsecam aut concomitantem, sed etiam ut
essentialiter constitutum per ipsam. In re- humanitas, animalitas, etc.; narn si haec mendam esse cum proportione respectu il- intrinsece constituentem actualem entitatem
bus vera materialibus potest natura integra sumantur respectu eiusdem, non sunt in re Iius quod per illam constituitur, et sic sem- ipsius naturae, per quam formaliter consti-
-comparari, ut forma totalis, ad partiales na- piures formae, sed una et eadem diversimo- per dicit integram et solam naturam et es- tuit talem substantiam vel substantiale in-
turas ex quibus componitur; nam, licet al- de concepta; et quatenus illa concipitur ut sentiam eius. Nam si comparetur ad spe- dividuum.
tera earum sit forma, tamen, quatenus tam piures secundum rationem, non sumitur re.. ciem communem praecise sumptam, inclu-
materia quam forma est quaedam pars in- spectu unius, sed plurium, etiam secundum dit tantum principia essentialia specifica, et Quid sit forma logic;l
completa et ex se imperfecta, potest com- rationem; animalitas enim non est forma humanitas dicit formam totalem hominis. Si 12. Dico secundo : forma metaphysica
parari ut materia ad totam naturam com- totalis hominis, sed animalis ut sic; atque vero ad determinatum individuum compa- secundum rationem (quae logica etiam ap-
positam, et haec tamquam quid totum et ita, servata proporcione, forma totius una retur, sic includit principia essentialia indi- pellatur) praecipue dici solet de differentia
-eompletum comparatur ad partes tamquam tantum est respectu eiusdem. vidualia et particularia, quae, licet non sint cssentiali; tamen secundum aliquem respec~
forma; totum enim se habet ut forma re- 11. Ocurritur dubitationi.- Solum pot- de essentia reí, absolute loquendo, quia in twn attribuitur etiam generi, atque etiam
-spectu partium, teste Aristotele, 11 Phys., est dubitare aliquis circa conclusionem po- hac voce includitur quaedam praecisio men- definitioni; un de haec forma non habet
text. 31, quamvis ibi de tato integrali re- sitam; nam forma totalis, si est forma sup- tís, sunt tamen de essentia individui ut in- propriam causalitatem realem, sed rationis
spectu suarum partium potissimum loqua- po'iiti, non tantum includit essentialia prin- dividuum est, ut supra declaratum est trae- tantum, et proportionalis materia illi cor-
tur. cipia, sed etiam principia individuantia, tanda de principio individuatiorus. Similiter respondet. Tota haec assertio est clarissima
10. Metaphysicae formae in síngulis quae non sunt de essentia reí, quía forma dicendum est de existentia; nam, licet haec et constat ex communi usu loquendi, sup~
compositis singulae.- Tandem íntelligitur totaljs et natura in.tegra Petd non est tan-
50
786 Disputaciones metaflsica" Disputación XV.-Sección X~ 787.
hablar, si damos por supuesto lo que sobr~ este tema se ha dicho antes al ,tra- tampoco el género exige esencial y necesariamente una diferencia de modo de-
tar de los universales, donde hemos exphcado cómo se comparan entre s1 el terminado, por más que de modo confuso reclame necesariamente alguna, de
género y la diferencia y de dónde está?. tomados. Entre otras cosas, afirmamos ignal manera que la materia reclama la forma. Mas en esto hay que tener en
allí con Aristóteles lib. VII de la Metafmca, text. 42 y 43, que del genero y de cuenta una diferencia entre la materia y la forma por una parte, y el género y
la diferencia resul~aba un uno per se por compararse inmediatamente entre si la diferencia por otra, porque, aunque la materia no puede existir naturalmente
como potencia y acto del mismo género en mutua subordinación esenc~al; Y sin alguna fOrma, con todo no implica en absoluto contradicción el que se con-
decía en ese pasaje Santo Tomás, lec. 12, partic. 5, que el género y la diferen- serve de este modo, al ignal que la forma puede también a veces no depender
cia no se comparaban como potencia y acto realmente distintos, sino porque naturalmente de la materia, y la que así depende puede, sin embargo, conser-
expresaban la misma esencia como determinable o por modo de determinación varse sobrenaturalmente sin la materia; en cambio el género y la diferencia
de la misma. Se comprende por esto que la diferencia imita a la forma en su de tal manera se tmen esencialmente, que repugna en absoluto o que el género
condición de actuar, de ser término y de distinguir, siendo por lo mismo a ella subsista sin ninguna diferencia, o la diferencia fuera del género al que actua-
a quien primariamente conviene este concepto de form~ metafísica, mientras q:Ue liza. Y la razón es clara, porque el género y la diferencia no se distinguen en
el género tiene en relación con ella la razón de matena, por ser algo potenctal la realidad, sino que expresan la misma esencia en cuanto determinable y de-
actualizable e indiferente para muchas cosas, mientras no se lo piense como terminante y, por ello, nada tiene de sorprendente que no puedan separarse en
contraído y determinado por la diferencia; de donde resulta también que la la realidad del modo dicho. Además, porque en la realidad no puede existir
diferencia es de suyo más perfecta que el género, porque dentro de un mismo nada que no tenga una esencia determinada, constituída consecuentemente en
género es más perfecto aquello que se comporta como acto que lo que se com- alguna especie propia y última, en la que es forzoso que se incluyan tanto los
porta como potencia. Por eso dijimos también en el pasaje citado que la dife- predicados comunes o genéricos como los propios; por consiguiente no pueden
rencia se toma de un principio más noble; por tanto, también en esto existe subsistir de este modo precisivo y abstracto con que se los concibe.
proporción entre la forma y la diferencia, consistente en que igual que la for-
ma es más perfecta que la materia, también la diferencia lo es más que el género. ¡ 14. Cómo entendemos que se unen el género y la diferencia.- De aquí
llegamos a comprender también otra nueva diferenciación, a saber, que entre el
A su vez, igual que la materia y la forma se distinguen en la realidad, de género y la diferencia no tiene lugar una unión intermedia distinta de ellos
suerte que la una no sea la otra ni la incluya esencialmente, del mismo modo mismos, incluso según la verdadera razón con que los concebimos, del mismo
también el género y .la diferencia se dive1·sifican en sus conceptos, según los modo que decíamos antes que entre la materia y la forma mediaba nn modo
cuales se distinguen de tal manera, que ni la· diferencia se incluye ach1almente
de unión realmente distinto de ellas, ya que la unión actual entre éstas no pel!~
en el concepto del género, ni el género en el concepto de la diferencia, ya que,
de lo -contrario, ni tendría lugar una co"mposición metafísica propia, ni estarían tenece a su razón intrínseca; más aún, es separable de ellas, siendo1 por tanto,
preciso que les sirva de medio y se distinga de las mismas. Mas el género y
propiamente en relación de acto y potencia, ya que al concepto de éstos per-
tenece la no inclusión mutua; esto es lo que enseñó Aristóteles en el lib. VII la diferencia se unen esencialmente -o mejor, forman una sola cosa en ra
de la Metafísica, en el pasaje antes citado, y en el lib. III, texto. lO, y en el realidad) aunque se distingan por razón- de tal suerte que son absolutamente·
lib. VI de los Tópicos, c. 3. inseparables según la realidad y hasta en cierto modo según la razón; porque,
13. Acaece también por esto que, al igual que a la materia no le conviene aunque pueda la diferencia comprenderse sin el género en su concepto preci-
esencialmente y por necesidad el estar bajo ésta o aquella forma determinada,
hac vel illa determinata forma, ita genus sentiam et consequenter in aliqua propria
positis quac de re ipsa dicta sunt supra, quam genus, quia id quod intra idem ge- per se ac necessario non requirat determi- et ultima specie constitutam, in qua necesse
tractando de universalibus, ubi declaravimus nus se habet ut actus perfectius est quam nare aliquam ex differentiis, quamvis ali- est et communia seu generica praedicata et
qnomodo. genus et differentia inter se com- quod se habet ut potentia. Unde etiam loco quam in confuso necessario requirat, sicut propria includi; non possunt ergo haec ita
parentur et unde sumantur. Ubi ínter alia supra cítate diximus differentiam ex nobi- materia requirit formam. In hoc autem .::st praecise et abstracte subsistere, sicut conci~
dixirnus cum Aristotele; VII Metaph., tcxt. liori principio sumi; in hoc ergo etiam est advertencia differentia inter materiam et for- piuntur.
42 et 43, ex genere et differentia consur~ proportio ínter forrnam et differentiam, mam ex una parte, et genus et differentiam 14. Qualiter genus et dif/erentia uniri
gere unum per se, guia proxime inter se quod sicut forma est perfectior materia, ita ex alia, quod, licet materia naturaliter esse intelligantur.- Ex quo ulterius intelligitur
comparantur ut potentia et actus ciusdem differentia genere. Rursus, sicut materia et non possit sine aliqua forma, abso1utc tamen aliud discrimen, nimirurn ínter genus et dif~
generis et per se ordinata ínter scse, ubi forma reipsa distinguuntur, ita ut neque non irnplicat contradictionem ita conservad, ferentiam non intcrvenire unionem mediam
D. Thomas, lect. 12, partic. S, declarat non una sit alia neque intrinsece aliam includat, et similiter forma interdum pote..,;t non pcn- distinctam ab ipsis, etiam secundum veram
ccmparari genus et differentiam ut poten- sic etiam genus et differentia separantur dere a materia etiam naturaliter, et quae ita rationem concipiendi, sicut ínter materiam
tiam et actum re distincta, sed quía dicunt conceptibus, secundum quos ita distinguun- pendet, potest nihilominus supernaturaliter et formam supra dicebamus intercedere
eamdem esscntiam ut determinabilem vel tur ut neque in conceptu generis includatur sine materia conservad; at vero genus et modum unionis in re distinctunt ab eis, quia
per modum determinationis eius. Ex quo actu differentia, ncque in conceptu diffe~ differentia ita per se coniunguntur ut om~ actualis unio inter eas non est de intrinseca
intelli(J"itur differentía imitad formam in ra- rentiae, genus ; alioqui non esset propria nino repugnet aut genus sine omnibus dif- ratione earum, immo est separabilis ab ip-
tione "'actuandi, terminan di ac distinguendi, compositio metaphysica, neque compararen- ferentiis, aut differentiam extra genus quod sis, et ideo necesse est ut inter eas mediet
et ideo illam esse cui orimo convenit haec tur ut propdus ilctus et potentia, quia de actuat, subsistere. Et ratio est clara, quia et ab eis distinguatur. At vera genus et dif-
ratio formae metaphySicae; genus autem horum ratione est ut non se includant; at genus et differentia in re non distinguuntur, ferentia ita per se uniuntll!' (vel potius sunt
comoaratione eius habere rationem materiae, que hoc docuit Aristoteles, VII Metaph., sed dicunt eamdem essentiam ut determi- unum in re, licet distinguantur ration~) ut
qui3- est ootentiale quid actuabile et indif- ubi supm, lib. III, text. 10, et VI Topicor., nabílem et determinantem, et ideo mirum prorsus sint inseparabilia secundum ren'l: et
ferens ad-multa, donec per differentiam in- c. 3. . non est quod non possint in re dicto modo quodammodo secundum rationem; nam>
telligatur contrahi ac determinad; unde 13. Qua etiam :fit ut, sicut materiae per se-parad. Item, quía in re non potest esse licet conceptu praecisivo possit differentia
etiam :fit ut differentia ex se perfectior sit se ac necessario non convenit ut sit <sub aliquid quod non habeat determinatam es- intelligi sine genere, tamen non potest con--
:'788 Disputaciones metaflsica•
~--------------------------~-- DÚputaci6n XV.-Sección XI '789
sivo, con todo no puede ser concebida negativamente como existente sin el
·género, o sea sin actualizar al género. Y por eso, igual que de los modos rea- sino tiene materia o es material; por tanto, serán falsas expresiones como és.:;
les, que se distinguen sólo modalmente de las cosas a que modifican, afirmamos tas: el hombre es animalJ y otras semejantes. Esta objeción se plantea única..
que no se unen a esas mismas cosas mediante una unión distinta, sino por mente para declarar la segunda parte de la conclusión, en la que decíamos que
sí mismos, de igual manera, con mucho mayor razón se ha de concebir a la se suele llamar forma metafísica tanto al género respecto de las especies
diferencia como un modo esencial de la especie, que contrae y actualiza al gé- como a la definición respecto de lo definido. Así, pues, la distinción que suele
'llero por sí misma_ sin valerse de ninguna unión intermedia. usarse es que el género (y lo mismo acontece proporcionalmente cori la dife:..
15. La diferencia no ejerce causalidad real.- Por último, se desprende de renda) puede considerarse de un doble modo: o precisivamente en cuanto ex.:..
esto que la diferencia en cuanto es calificada como forma no tiene una causa- presa un grado determinado y está como limitado por sí mismo a él. V en este
lidad real propia, puesto que no se da causalidad real a no ser entre aquellos sentido es una parte y, en cuanto tal, tampoco se predica del todo, porque ten-
elementos que se distinguen en la realidad misma, o al menos es menester que dría este sentido: qne el hombre, por ejemplo, es animal considerado de una
intervenga algún influjo real y una causalidad realmente distinta de la causa o manera precisiva sin adiciones y abstractamente, o sea que no es más que ani..
-del efecto; y aquf no tiene lugar ninguna de estas cosas, ya que ni la diferen- mal, sentido que es completamente falso. Bajo esta consideración el género
da se distingue de la especie en la realidad, ni del género en cuanto está con- se compara con la diferencia como materia, y, al contrario, la diferencia se com...
·traldo por ella. Ni tiene lugar tampoco en este caso ninguna causalidad distinta para con el género como forma. Este es el sentido en que nos hemos expreSado
de la diferencia. Por tanto, se trata únicamente de una constitución debida a hasta ahora; de acuerdo con ese mismo sentido se concede a la objeción todO
nuestra razón y modo de concebir, a la que se llama forma o causalidad for- lo que en ella se propone, a saber, que el género- y la diferencia son partes
y que, como tales, no son predicables; y Aristóteles no sólo los llama partes;
mal sólo por analogía y proporción con la causa real. Lo mismo ha de pen-
sarse respecto del género eri cuanto se le atribuye la condición o causalidad sino también elementos, sobre todo a las diferencias y géneros supremos eri
de la materia. Ni tiene que ver que la realidad por ellos constitllida sea mu~ atención a la simplicidad de los mismos y a que en ellos termina la última
chas veces una esencia verdadera y real, por ejemplo, un hombre o un caballo; resolución en metafísica, como se ve por el lib. II de los Analíticos Segundos,
c. 14. Mas de otro modo se considera al género como un todo, al que se ca-
porque, aunque dicha esencia sea real en sí, sin embargo, en cuanto compuesta
lifica de potencial o confuso por expresar confusamente la quididad total de lo
de este modo determinado, no es un ente real, sino de razón, por se-r única-
mente de razón la composición misma. <specie, y de este modo se predica con toda razón de la especie o de lo de-
finido, puesto que ya no se predica como una parte, sino como el todo, y éste
16. Modalidad de predicación del género tespecto de la especie total.-
suele ser el sentido ordinario de tal locución; en efecto, cuando se dice: el
Mas se pueden plantear objeciones, porque si la diferencia se compara con
hombre es animal, no queda excluído nada de lo que pertenece al hombre, sino
_el género como forma, y el género como materia con la diferencia, resulta, en
que se afirma que el mismo supuesto que constituye al hombre es también
consecuencia, que ambas se comparan con la especie o con lo definido como
animal; o que el hombre es animal por la misma forma y esencia por la
la parte se compara con el todo; por consiguiente ninguna de ellas podrá pre-
que es hombre, cosas ambas que son verdad. Así, pues, del género en cuanto
dicarse absoluta y directamente de la especie, ya que, aunque la parte pneda pnede predicarse de la especi como algo suprior a la misma y que la con-
predicarse oblicua o denominativamente del todo, no obstante, no puede pre- tiene en cierto modo se afirma que posee de alguna manera la razón de forma
dicarse absoluta y directamente; en efecto, no decimos: el hombre es materia,
materialis; erunt ergo falsae hae locutiones: genus et differentiam esse partes, et ut sic
cipi negative ut existens sine genere, seu cundum rationem ac modum concipiend.i hamo est animal, et símiles. Haec obiectio non praedicari; nec solum partes, sed etiam
non actuando genus. Et ideo, sicut in mo- nostrum, quae solum per analogiam et pro- solum proposita est ad declarandam alteram elementa ab Aristotele appellantur 1, prae-·
dis realibus, qui solum modaliter distin- portionem ad realero causam fonna vel for- partero conclusionis, qua dicebamus et ge- sertim differentiae et genera summa, prop-
guuntur a rebus quas rnodificant, dicimus malis causalitas appellatur. Idemque de ge- nus respectu specierum et definitionem re- ter simplicitatem eorum, et quia in ea fit
non uniri ipsis rebus per unionem distinc- nere intelligendum est, quatenus ei ratio vel spectu definiti solere formam metaphysicam ultima resolutio in metaphysica, ut patet ex
tam, sed seipsis, ita multo maiori ratione causalitas materiae attribuitur. Nec refert appellari. Communis itaque distinctio est II Poster., c. 14. Alio vero modo conside-
differentia concipienda est tamquam modus quod res ex his constituta saepe sit vera genus (et idem est proportionaliter de dif- ratur genus ut totum, quod potentiale ap-
essentialis speciei et per seipsam contrahens ac realis essentia, m horno aut equus; nam, ferentia) duplidter posse considerari: aut pellant seu confusum, quia confuse dicit
et actuans genus absque alia unione media. licet tali3 essentia in se realis sit, tamen praecise, ut dicit talero gradum et in eo totam quidditatem speciei, et hoc modo op-
15. Differemia non causat realiter.- Ul- ut sic composita, non est ens rei, sed ra- quasi sistit ex se; atque hoc sensu esse time praedicatur de specie seu definito, quh
timo ex his intelligituÍ' differentiam, quate- tionis, cum compositio ipsa rationis tantum partero, et ut sic ctiam non praedicari de iam non praedlcatur ut pars, sed ut totum;
nus forma dicitur, non habere propriarn sir. toto, quia redderet hunc sensum, hominem, et hic est communis sensus huius locutio..
causalitatem realero, quia causalítas realis 16. Qualiter genus de tora specie prae- verbi gratia, esse animal praecise, ct soli- nis; cum enim dicitur hamo est animal,
non est nisi inter ea quae in re ipsa distin- dicetur.- Sed obiiciet aliquis: nam si dif- tarie, et abstracte sumptum, seu non plus nihil ab homine excluditur, sed affirmatur
guuntur, vel saltero necesse est ut interce- ferentia comparatur ad genus ut forma, et eSse quam animal, qui sensus es; plane fal- idem suppositum quod est horno esse etiam
dat aliquis realis influxus et causalitas di- genus ad differentiam ut materia, ergo otra- sus. Et genus sub hac consideratione com- animal; se u hominem, eadem forma et es-·
stincta ex natura rei ab ipsa causa vel ef- que comparatur ad spedem seu definitum paratur ut materia ad differentiam, et e sentía qua est horno, es se etiam animal;
fectu ; hic autem nihil horum intervenit, ut pars ad totum; ergo neutra poterit ab- converso differentia ut forma ad genus. Et utrumque autem horum verum est. Genus.
quia nec differentia est in re distincta a solute et in recto praedicari de specie, quia sic procedunt quae hactenus dicta sunt. At- ergo quatenus praedicari potest de specie,
specie, nec a genere, prout per illam con- pars, licet possit in obliquo aut denomi- que in eodem sensu ad obiectionem conce- ut quid superius ad ipsam et quasi confi...
ti'ahitur. Neoue etiam intervenit ibi aliqua native praedicari de toto, non tamen ab- ditur totum quod in ea infertur, nimirum nens ipsam, dicitur aliquo modo habere ra-
·causalitas ab ipsa differentia distincta. Est solute et in recto; non enim dicimus : homo
igitur haec solum constitutio quaedam se- est materia, sed habet materiam, vel est
1 III Metaph., c. 3, et lib. V, c. S.
1790 Disputaciones metafísicas Disputación XV.-Sección XI 791
-respecto de ella; y, por el contrario, los inferiores, en cuanto están supeditados por eso la multit':d de di!erencias ~sencia!es no es obstáculo para la unidad y
a los superiores y son en cierto modo soporte de ellos, tienen cierta razón de composición esencial de genero y diferencia.
materia. Y con igual o mayor motivo se compara la especie como forma res-
pecto de los individuos, mientras que a éstos se les compara como materia. ¿Se da proceso al infinito en los predicados esenciales?
17. Y éste es el sentido en que interpreto a Aristóteles, lib. V de la Me-
tafíSica, c. 2, cuando reduce ambas partes de la definición a la causa formal; 19. De esta diferencia surge inmediatamente una dificultad; efectivamente,
pues, por lo que se refiere al género, pienso que ha de interpretársele no for- de ella se sigue que se puede dar un proceso al infinito en estas causas meta-
malmente en cuanto es una parte, sino en cuanto es un todo, según expliqué. físicas formales y materiales, esto es, en los predicados quiditativos. Mas el con-
Y por lo que se refiere a toda la definición, dado que expresa la esencia total siguiente se opone a Aristóteles en el lib. II de la Metafísica, c. 1, donde juzgó
y es la razón propia de aquello mismo que se define, de lo cual se predica con ,que el que no se diese un proceso al infinito era más claro en las. partes de la
toda propiedad, puede, por lo mismo, llamarse también forma metafísica, aun- definición, que son el género y la diferencia, que en las ~~rmas ~1sm~s; y, p~t
que no sea compuesta. De este modo es fácil explicar todas las expresiones eso, prueba la negación de infinitas formas po~ la negacwn de mfi~tos predi-
parecidas que se fundan sólo en cierta analogía y sentido tropológico. cados. Se prueba la consecuencia, porque no ex1ste mayor repugnancia para que
18. Diferencia entre la forma metafísica y la física.- Sólo queda por ex- se den dos diferencias en una sola realidad que para que se den tres o cuatro,
plicar una pequeña duda que se origina de la diferencia que ha de hacerse no- pudiendo decirse lo mismo de cualquier otro número~ por consiguiente puede
tar entre la forma metafísica y la física por el hecho de que la forma física darse proceso al infinito en tal número, s~bre todo temendo .e~ cuenta que .. este
sustancial no se multiplica en el mismo compuesto, según dijimos antes: mien- número de predicados no resulta de reahdades o modos d1stmtos que ex~stan
tras que la metafísica puede multiplicarse, puesto que los géneros de una misma realmente en una sola e· idéntica sustancia, sino de nuestros conceptos con c1erto
cosa pueden ser múltiples, y de modo similar las diferencias; y lo que es más, fundamento en la realidad; mas nosotros podemos prescindir y abstraer de in-
,también la definición, por más que parezca contener y explicar la esencia total -finitos modos, dándose en la realidad fundamento para que lo hagamos a causa
de la cosa, sin embargo puede ser múltiple, según consta por el lib. I de los de las diversas conveniencias o semejanzas que puede una cosa tener con otras,
/fnalíticos Segundos, c. 7, y por el lib. II, c. 8 y 12, y por el lib. II De anima, por fundarse dichas abstracciones en estas conveniencias. La dificultad aprernfa,
IC. 7. La razón de la diferencia es fácil, ya que las formas físicas distintas real· sobre todo si a una especie no se la compara solamente con las otras espec1es
,mente están en tal relación, que cada una de ellas constituye una es!1ecie per- producidas, sino con todas las posibles, las cuales pueden multiplicarse hasta
fecta y consumada de sustancia debiendo ser real y física la composición a que d infinito y de infinitos modos. .
pertenezca, y siendo contradictorio, por tanto, el que se multipliquen en una mis-:' 20. Se refutan por ineficaces algunas razones que suelen aduczrse en pro
ma sustancia dotada de unidad propia y per se. Mas esta forma metafísica, a -de. la conclusión.- Sin embargo, hay que afirmar absolutamente con Aristóteles
saber, la diferencia, ni constituye composición real, ni se distingue de otra di- que tampoco se da proceso al infinito en e~tas ~ausas formales. Así lo defi~nden
ferencia, si no es por precisión y abstracción de nuestra mente; y nuestra mente todos los intérpretes, los cuales aducen d1vers1dad de argumentos El pnmero
puede prescindir y abstraer nna misma realidad de diversos modos, pudiendo, consiste en que, en otro caso, la realidad constituída sería infinitamente per-
por lo mismo, concebir en ella muchos predicados de género y de diferencia; fecta, puesto que todo predicado le añade alguna perfec~!ón. !\_'las acaso se ne-
gará la consecuencia por el hecho de que una perfeccwn finita puede ser el
tionem formae respectu eius; et e converso taphysicam et physicam, quod forma phy- pere; quare multitudo diff~rentiarum e~~en: parte rei in una e:t eadem substancia, sed
inferiora, quatenus superioribus subiiciuntur sica substantialis non multiplicatur in eo- tialium non obstat unitatl et composltlom ex conceptibus nostris cum aliquo funda-
il et ea quodammodo in se sustinent, habent dem composito, ut supra diximus; haec per se ex genere et differentia. mento in re; sed nos possumus infinitis
-A quamdam rationem materiae. Et simili vel autem forma multiplicad potest; nam et modis praescindere et abstrahert;, et in re·
maiori ratione comparatur species ut forma genera eiusdem rei possunt esse plura, et Deturne processus in infinitum in praedi- bus est fundamentum ut id a nobis fiat
ad individua, haec vero ut materia. differentiae similiter; immo et definitio, catis essentialibus propter varias convenientias et dissimilitu-
17. Atque hoc sensu intelligo Aristote- quamvis totam rei essentiam continere et 19. Ex hoc vero discrimine oritur sta- dines quas una res habet curo aliis, in qui-
.Jem, V Metaph., c. 2, cum utramque par- explicare videatur, nihilominus multiplex es~ tiro difficultas; nam sequitur dari pos se pro- bus convenientiis hae abstractiones fundan~
tem definitionis revocat ad causam forma- se potest, ut constat ex 1 Poster., c. 7, et ·cessum in in:finitum in his causis formalibus tur. Et maxime urget difficultas, si una spe-
lem; nam, quantum ad genus spectat, id lib. 11, e: 8 et 12, et 11 de Anim., c. 7. ac materialibus metaphysicis, hoc est, in cies non tantum comparetur ad alias spe-
Úitelligendum puto non formaliter ut pars Ratio autem differentiae facilis est, quia praedicatis quidditativis. Consequens aute~ cies factm., sed ad omnes possibiles, quae
est, sed ut totum quoddam est, ut explicui. formae physicae realiter distinctae ita com- est contra Aristot., 11 Metaph., c. 1, ub1 in infinitum et infinitis modis multiplicari
At vero tota definitio, quia totam essentiam parantur ut quaelibet constituat perfectam notius existimavit non posse dari proces- ¡:ossunt.
dcclarat et propria ratio est ipsius definiti et consummatam speciem substantiac, et ea- sum in infinitum in partibus_ definitionis, 20. Aliquot rationes quae pro conclusio-
et de illo propriissime pra~dicatur, ideo for- rum compositio esse df'beret realis et phy- quae sunt genus et differen~a, q~am ~ for- ne afferri solent, inefficacia redarguuntur.-
ma etiam metaphysica dici potest, quamvis sica, et ideo repugnant in eadem substantia mis ipsis; et ideo ex neg~t1one ~nfin~torum Nihilominus absolute dicendum est cum
non sit composita. Atque ita facile est om- proprie ac per se una. At vero haec forma praedicatorum probat negatlonem mfimtaru?1 Aristotele, etiam in his causis formalibus
nes simlles locutiones explicare, quae solum metaphysica, nempe differentia, nec facit formarum. Sequela autem probatur, qma non dari processum in infinitum. Ita docenl:
in analogía quadam et translatione consi:>· realem compositionem nec distinguitur ab non magis repugnat dari duas differ.entias omnes interpretes, qui varias afferunt ra-
tunt. alia differentia nisi per mentís praecisionem in una re quam tres vel quatuor, et Ita de tiones. Prima est, quia alias res constituta
18. Dzscrimen ínter metaphysicam for· et abstractionem; potest autem mens nos- quolibet numero; ergo potest in hoc nu~ esset infinite perfecta, quia quodlibet prae-
mam et physicam.- Solum superest breve dicatum addit aliquam perfectionem. Sed
1 dubium expediendum, quod oritur ex no-
tra eamdem rem variis modis praescindere
et abstrahere, et ideo potest in eadem plu-
mero in infinitum procedi. Praesertim quia
l1ic numerus praedicatorum non consurgit forte negabitur consequentia, quia una fini-
¡8 f,anda differentia ínter hanc formam me- ra praedicata generis et differentiae conci- -ex rebus aut modis distinctis qui sip.t a ta perfectio potest esse fundamentum infi-
!
1
J
792 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Sección X' 793
----------------------------------~-- --------~-----------------------------
fundamento de infinitos conceptos, los cuales, aunque expresen perfecciones esencia determinada ni distinta de las otras especies concretas; y la última es-
racionalmente di~tintas, no aumentan en la realidad su perfección. El segundo pecie debe estar constituída por alguna diferencia última. Ni trato ahora de
argumento es porque si estas diferencias son infinitas, también serán infinitas discutir si esta diferencia última es simple, o si resulta de la reunión de mu-
las propiedades que se siguen de ellas. Mas se puede responder que de la di- chas, cada una. de las cuales es común, según parece haberlo dado a entender
ferencia genérica y especifica no se sigu~n siempre propiedades realmente dis~ Porfirio en el capítulo sobre la diferencia, y parece apoyarlo en gran manera
tintas, como se puede ver en estos predicados, sustancia, espiritual, de Gabriel, Aristóteles en el lib. 1 de los Tópicos, c. 3, y en el lib. VI de los Tópicos, c. 3
etc.; sino que es suficiente con que las mismas propiedades correspondan tam- y 4, y en el lib. 11 de los Analíticos Segundos, c. 14; en efecto, esto nada tiene
bién de modo proporcionado según razones universales o particulares, tal como que ver con el problema presente, ya que habría que detenerse necesariamente
se dejó indicado en las páginas anteriores. en diferencias que no estuvieran actualizadas por otras, aunque tuvieran acaso
21. Verdadera razón de la conclusión.- El tercer argumento y el más pro- que juntarse dos o tres de ellas para constituir la última especie, puesto que
bable es porque es menester que se dé un género supremo que sea como la ahora nuestro argumento se refiere únicamente a las diferencias subordinadas.
materia primera de tal composición, y una diferencia específica ínfima que sea Por su parte, la primera consecuencia parece de por sí evidente, ya que entre
como la última forma; por consiguiente, también tienen que darse por necesi- los extremos primero y último no pueden darse infinitos medios, según hemos
dad en número finito y determinado las formas intermedias. Prueba la mayor dicho antes a propósito de las formas, puesto que la razón allí expuesta vale
Aristóteles, porque en estos predicados quiditativos hay siempre uno que es igualmente aquí.
anterior a otro, es decir, que es más universal y se extiende a más cosas; ahora- 22. Objeciones contra el argumento antes propuesto.- Empero este argu-
bien, no es anterior más que por estar más cerca de aquel que es el primero; mento puede ser atacado de dos modos; primero, diciendo que, aunque los pre...
luego es necesario que exista también un género supremo. Esto, además, es dicados esencialmente subordinados en una línea a modo de acto y potencia
evidente por experiencia llevando nuestra reflexión a todos los predicamentos sean finitos, pueden, con todo, los no subordinados o los que están en diversas
¡
y sobre todo a la sustancia, la cual, en cuanto significa inmediatamente la líneas multiplicarse hasta el infinito, igual que podría alguien decir que se dan
sustancia completa, es un género supremo, ya que no puede concebirse nin- muchos géneros supremos, o que para la constitución de la última especie se
guno más universal respecto de las sustancias; y doy por supuesto que et reúnen muchas diferencias no subordinadas entre sí, y que éstas pueden mul-
ente no es un género, por más que, aunque fuese género, no constituirla tipliCarse hasta el infinito; o que un solo e idéntico género, ya sea próximo, ya re-
obstáculo alguno, ya que sería el género supremo, teniendo de este modo lo moto, puede estar contraído al mismo tiempo por muchas diferencias que ni
que pretendemos. Y así tampoco se origina impedimento si alguno se empe- sean completamente opuestas entre sí, ni estén mutuamente subordinadas; así,
ña en que esta resolución debe llevarse hasta los predicados trascendentales, por ejemplo, animal, según los filósofos antiguos, está contraído por racionar-
porque, aunque esto fuese verdad, llegaríamos a alguno que fuese último. Y I<t y por mortal, diferencias que convienen en el hombre y están separadas en
razón ·es porque en todas las cosas o sustancias se da alguna conveniencia esen- otras cosas; y la sustancia podría estar inmediatamente dividida por viviente
cial primera o mínima, según la cual puede abstraerse bien algún predicado y por corpóreo, que convienen en algunas sustancias y están separadas en otras.
trascendente, bien algún género supremo. Se prueba la menor por la constitu- De aquí parece inferirse también que se da entre las diferencias mismas algún
ción misma de la especie última, puesto que no puede existir cosa alguna que círculo vicioso, y que se comparan alternativa y mutuamente como potencia y·
no esté constituida en alguna especie última; de lo contrario no tendría una- acto; porque, si la sustancia se divide inmediatamente en viviente y no vivien-
nitorum conceptuum, qui, licet dicant per- prius nisi quía magis accedit ad id quod determinatam essentiam, nec cliversam ab dicata per se subordinara in una linea per
fecciones ratione distinctas, non augent in est primum; ergo necesse est dari etiam- su- aliis determinatis speciebus; ultima autem modum actus et potentiae, finita sint, nihi-
re perfectionem. Secunda ratio est, quia si premum aliquod genus. Deinde id patet species per aliquam differentiam ultimam lominus non subordinata seu in diversis li-
hae differentiae sunt infinitae, etiam pro- experientia, discurrendo per omnia praedi- constituí debet. Nec disputo nunc an haec neis possunt in infinitum multiplicari, ut
prietates quae ad illas consequuntur erunt camenta, et praecipue in substantia, quae, differentia ultima sit simplex an coalescens si quis diceret dari plura genera suprema;
infinitae. Sed respondebitur ex differentia :ut immediate signi:ficat substantiam comple- ex multis, quarum singulae communes sint, vel ad constitutionem ultimae speciei con-
generica et specifica non <;emper consequi tam, est supremum genus; nullum enim ut significasse videtur Porphyríus, in c. de venire piures differentias ínter se non sub-
proprietates re distinctas, ut patet in his potest universalius respectu substantiarum Differentia; et non parum favet Aristote- ordinata<;, et has posse in infinitum multi-
praedicatis: substantia, spiritualis, Gabrie- · cogitari; suppono autem ens non esse ge- les, I Topic., c. 3, et lib. VI Topic., c. 3 plicad; vel unum et idem genus, sive pro~
lis, etc.; sed satis esse ut ipsae etiam pro- nus, quamquam Iicet esset genus, nihil ob- et 4, et lib. II Poster., c. 14; hoc enim ad ximum sive remotum, posse simul contrahi
prietates secundum universales vel specia- staret, nam illud esset supremum; et ita praesens nihil refert, quia sistendum neces- pluribus differentiis, quae non omnino in-
les rationes proportionate correspondeant, ut habemus quod intendimus. Atque ita etiam sario est in differentiis quae per alias non ter se repugnent nec sint inter se subordi-
in superioribus etiam tactum esr. nil impediet, si quis contendat hanc reso- actuantur, licet fortasse duae vel tres ex natae; ut, verbi gratia, animal iuxta anti-
21. Vera ratio conclusionis.- Tertia ra- lutionem debere fieri usque ad praedicata his ad constituendam ultimam speciem con- quos philosophos contrahitur per rationale
tio et maxime probabilis est quia necesse transcendentia, quía, quamvis id esset ve- veniant; nunc enim solum de differentiis
est dari supremum genus quod sit quasi et per mortale, quae in homine conveniunt,
rum, sisteretur in aliquo ultimo. Et ratio· subordinatis procedit ratio facta. Prima au-
prima materia huius compositionis et diffe- est quia in omnibus rebus vel substantiis in aliís separantur; et substantia posset im-
tem com;equentia videtur per se nota, quia
rentia specifica et infima quae sit quasi datur aliqua prima seu mínima convenien- mediate dividí per vivens et per corporeum,
inter extrema primum et ultimum non pos-
ultima forma; ergo etiam formae interme- tia essentialis, secundum quam abstrahi pot- sunt dari infinita media, sicut supra de for- quae in aliquibus substantiis conveniunt, in·
diae necessario sunt in numero finito ct est vel praedicatum transcendens vel supre- mis diximus; ratio enim ibi facta aeque aliis separantur. Ex quo etiam consequi vi-
determinato. Maior probatur ab Aristotele mum genus. Minor autem probatur ex ipsa· hic procedit. detur ut ínter ipsas differentias sit quidam
quía in his praedicatis quidditativis sem- constitutione speciei ultimae, quia non pot- 22. Obiectiones contra praedictam ratio- circulus, et vicissim et mutuo comparentur
per unum est prius alio, id est, universa- esr esse ulla res quae non sit in aliqua nem.- Sed haec ratio duobus modis ener- ut potencia et actus; nam si sul:-stantia im-
lius et ad plura se extendens; sed non est ultima specie constituta; alias non habereV vari potest; primo dicendo quod, licet prae- mediate dividatur in viventem et non vi-·
J
794 Disputaciones metafísicas Disputaci6n XV.-Secci6n XI 795
-te, podrá, a su vez, la sustancia viviente dividirse en corpórea e incorpórea; y se toma de la forma, y toda forma específicamente diversa de otra posee un
si, por el contrario, la sustancia se divide en corpórea e incorpórea, la corpórea determinado grado esencial que le es propio y no común a las dem~s; de él
se dividirá en viviente y no viviente. Y si no hay inconveniente en esto por puede, por consiguiente, tomarse una diferencia completamente propia ~ 9ue
tratarse de reflexiones del entendimiento, tampoco será absurda por e1 mismo no sea común a ninguna otra. En segundo lugar, porque no puede constltmrse
motivo aquella multiplicación de los predicados hasta el infinito. Cabe posibi- una especie última por la mera unión de dos diferencias comunes,. ya que cada
lidad de una segunda evasiva, porque, aunque se dé un género supremo y una una de esas diferencias constituye una especie subalterna y genénca; y la es-
ínfima diferencia, no hay contradicción en que mediante el entendimiento pue- pecie última no es un agregado de dos especies subalternas, ya que, de lo con-
dan prescindirse o distinguirse entre ellos multirnd de predicados intermedios trario, no seria tampoco una sola esencia propia y especial, .ni seria; un sol?
hasta el infinito, igual que se dan infinitas partes o puntos entre los puntos compuesto metafísico constituído de acto propio y de potencia propia. Verb~
extremos de una línea; en efecto, igual que éstos son infinitos en potencia, pue- gracia, en aquel ejemplo del hombre, si racional y mortal se tomasen como di-
de también de aquellos predicados, tal como existen en la realidad, decirse que ferencias subalternas y comunes, nunca quedaría constituído el hombre por la
son muchos únicamente en potencia, ya que en la realidad no son muchos en &gregación de ellas; sino que hay que tomar a racional tal como es propio del
acto, si no se los distingue por el entendimiento; y por eso, aunque el enten- hombre, esto es, en cuanto incluye el raciocinio o la aptitud pa~a él; y de este
dimiento pueda distinguir más y más hasta el infinito, no se sigue que sean modo, racional será una diferencia simple propia del hombre, m1entras que mor-
infinitos en la realidad, sino en potencia. Resulta también de aqul que los pre- tal es de suyo una diferencia subalterna y común, no ciertamente a los otros
dicados que nosotros distinguimos actualmente son siempre finitos, ya porque seres que tienen uso de razón, ya que ninguno es racional o intelectual mortal
nosotros no podemos formar de las cosas más que conceptos finitos; ya tam- fuera del hombre, sino a los otros seres sensitivos o vivientes. Otro tanto su-
bién porque las semejanzas y diferencias de cualquier especie con las otras cede, pues, en todas las especies de cosas. Y esto es lo que dijo Aristóteles, lib.
que han sido producidas existen en un número limitado y determinado, por VII d~ la Metafísica, texto 43, que habla que proceder en la división de las
más que acaso puedan multiplicarse hasta el infinito respecto de las cosas po- diferencias cQmunes hasta que se llegase a realidades indiferenciadas, esto es,
sibles. Y ésta seria la manera como podría interpretarse a Aristóteles en la cues- a diferencias últimas y absolutamente propias, según explican Santo Tomás y
tión de las diferencias o predicados esenciales que se abstraen de hecho o pue- todos los expositores; y entonces -dice AristóteleE- habrá tantas especies, cuan-
den ser abstraídos mediante el discurso o el conocimiento humano. tas sean las diferencias. Pues cualquier diferencia individual -añade Santo To-
23. Soluci6n.- Se explica la afirmaci6n de Arist6teles.- Sin embargo pien- más-, constituirá una especie especialísima.
so que el argumento propuesto es eficaz y que no puede suceder bajo ningún 24. Las diferencias intermedias se limitan a un número finito.- Sentado,
concepto que se multipliquen los predicados hasta el infinito. Y en primer lu- pues, el principio de que las diferencias intermedias sólo pueden existir en nú-
gar, comienzo por sentar que respecto de cada cosa se da un único género o mero finito, se explica de esta manera. Primeroj si los grados diferenciales
predicado supremo y una sola diferencia última. La primera parte ha quedado fuesen distintos en la realidad misma, es evidente que no podrían ser más que
suficientemente probada bien por la razón, bien por el uso o experiencia; por finitos por ser actualmente muchos; por consiguiente, sean finitos o infinitos,
lo que se refiere a la posterior, se han planteado dudas por parte de algnnos, mas en una realidad finita no puede haber infinitos grados de perfecciones dis-
aunque a mí me parece igualmente cierta. En primer lugar, porque la diferencia tintas; luego serán finitos. Sobre todo porque a esos grados no se les conceptóa
forma; omnis autem forma specie diversa nullum est enim rationale aut intellectuale
ventem, rursus substancia vivens dividi pot- per sint finita, tum quia nos non possumus ab alia habet aliquem gradum essentialem mortale praeter hominem, sed aliis sentien-
erit in incorpoream et corpoream; si au- nisi finitos conceptus de rebus formare, sibi proprium et non communem aliis; ergo tibus aut viventibus. Sic ergo in omnibus
tem e contrario substantia dividatur in cor- tmn etiam quia omnes convenientiae et dif- ab illo sumí potest differentia omnino pro- speciebus rerum contingit. Et hoc est quod
poream et incorpoream, corporea dividetur ferentiae cuiuslibet speciei ad alias quae pria et nulli alteri communis. Secundo, quia Aristoteles dixit, VII Metaph., text. 43, pro-
in viventem et non viventem. Quod si hoc factae sunt, in certo ac determínate sunt non potest species ultima constitui sola con- cedendum esse in divisione differentiarum
non est inconveniens, quia sunt reflexiones numero, etiamsi respectu rerum possibilium iunctione duarum differentiarum commu- communium, donec ad indifferentia deve-
intellectm, propter eamdem causam non erit possint fortasse jn infinitum multiplicari. nium, quia quaelibet earum differentiarum niatur, id est, ad ultimas et omnino pro-
-absurda multiplicatio illa praedicatorum in Atque ita posset quis interpretad Aristote- ccnstituit speciem subalternam et generi- prias differentias, ut D. Thomas et omnes
infinitum. Altera evasio esse potest, quia, lem de differentüs seu praedicatis essentia- cam; species autem ultima non est aggre- exponunt; et tune (inquit Aristoteles) tot
1icet detur supremum genus et infima dif- libus, quae de facto abstrahuntur seu ab- gatum duarum specierum subalternarum, erunt species quot differemiae. Quaelibet
strahi possunt per discursum vel cognitio- alioqui neque esset una propria et specialis enim individualis differentia (addit D. Tho-
ferentia, non repugna:t inter ea posse per nem humanam.
intellectum praescindi aut distinguí plura essentia, neque esset unum cornpositum me- mas) constituet unam speciem specialissi-
23. Solvuntur.- Aristotelis dtctum ex- taphysicum ex proprio actu et propria po- mam.
praedicata intermedia in infinitum, sicut in- plicatur.- Sed nihilominus existimo ratio-
tet· extrema puncta lineae dantur infinitae tentia constitutum. Ut, verbi gratia, in illo 24. lntermediae differentiae finito nume-
nem factam esse efficacem et simpliciter fie- exemplo de homine, si rationale et mortale ro clauduntur.- Hoc autem principio po-
partes vel puncta; nam, sicut haec sunt ri non posse ut praedicata in infinitum mul- sumerentur ut differentiae subalternae et sito, quod differentiae intermediae tantum
infinita in potentia, ita illa praedicata, pro~t tiplicentur. Et imprimis sumo respectu cu- communes, nunquam ex aggregatione illa-
ii~ re sunt, dici possunt esse plura tantum m
esse possint in numero finito, declaratur in
iuslibet rei dari tantum unum genus vel rum constitueretur horno; sed sumendum hunc modum. Et primo, si c!ifferentiales
potentia, quia in ~e ~on sunt actu ~mlta, ~si praedicatum supremum et unam differen- est mtionale ut est proprium hominis, id gradus essent in re ipsa distincti, evidens
per intellectum. dtstmguantur; e.t l?eo, .hcet tiam ultimam. Et prior quidem pars satis est, ut includit discursum seu aptitudinem est non posse esse nisi finitos, quia essent
intellectus posslt plura et plura m mfimtum probata est et racione et usu seu experien- ad illum; hoc autem modo rationale erit actu piures; ergo finiti vel infiniti, in re
distinguere, non sequitur in r.e esse infinita tia; de posteriori vero ab aliquibus dubita- simplex differentia propria hominis, mortale autem finita non possunt esse infiniti gradus
-nisi in potentia. Ex quo ettam fit ut ea tum est, mihi tamen aeque certa videtur. vero est de se differentia subalterna et com- perfectionum distinctarum; erunt ergo finiti.
-praedicat.a quae pos ac:tu dis.tinguimus sem- Primo quidem, quia differentia sumitur a munis, non quidem alüs racione utentibus, Eo vel maxime quod illi gradus non 'intel.:.
796 Disputaciones metafísicart D~~~p~u~ta~c~io~'n~X~V~.~~S~ec~c~w~'n~X~I~__________________________________7,97
como si estuvieran comunicados entre sí igual que partes proporcionales, sino nitos grados que no se comuniquen entre sí y aumenten la perfección o canti-
como absolutamente distintos e indivisibles; ni se comparan tampoco con la Oad de esa realidad. Por eso, si se conciben y distinguen de una sola vez racio-
realidad como se comparan los puntos con la línea, los cuales de tal manera nalmente todas las diferencias que pueden fundarse en la esencia de una cosa,
son indivisibles que no aumentan la cantidad de la línea; sino que cada dife- su número no podrá aumentarse ni respecto de las cosas existentes, ni respecto
rencia aíiade un cierto grado y una como determinada parte de perfección, re... de las posibles, ya que por ellas se asemeja o se diferencia de todas, tanto de las
sultando de la unión de estas partes una perfección íntegra específica, la cual, que existen, como de las que pueden existir.
al ser. finita, no puede constar más que de sus cuasi partes finitas. Por eso, al 26. Con esto queda también fácilmente esquivada la primera objeción, pues-
1
igual que en la gradación intensiva de una cualidad finita no pueden distinguirse to que, sea cual sea el concepto bajo el cual se multipliquen las diferencias, y
más que grados finitos que no se comunican entre sí, de cuya unión resulta la
'
ya estén subordinadas entre sí, ya no, no pueden darse más que en número
inteosidad finita total de la cualidad, del mismo modo hay que razonar propor- finito por la causa dicha; concretamente, porque ni siquiera con la mente l?uede
cionalmente en los grados diferenciales. Pues aunque estos grados, según la sen- dividirse una perfección finita en muchas cuasi partes que no se comumquen
tencia más verdadera, no se distingan actualmente en la realidad, con todo el entre sí, a no ser únicamente en número finito. Empero es más pro~able que
Iaciocinio expuesto tiene la misma eficacia en orden a la distinción y concep- todas las diferencias que pertenecen a la constitución de una esencia estén subor-
ción de nuestra mente, ya que también, en cuanto racionalmente distintos, se dinadas entre sí de algún modo como potencia y acto; de lo contrario no po-
les concibe como si no tuvieran comunicación entre sí, con tal que se les con- drían constituir un uno per se. Ni es tampoco verosímil que se incurra con
.sidere precisiva y formalmente, como deben considerarse .dichos grados. En esto en círculo vicioso, dado el grado de oposición que mantienen entre sí las
efecto, una diferencia subalterna no incluye a otra, porque ni la inferior per.. :relaciones de acto y potencia.
tenece al concepto de la superior ni viceversa; por consiguiente los grados di-
ferenciales intermedios son absolutamente distintos y no se comunican entre si;· 27. Por eso, aunque un mismo género sea dividido por nosotros de diver-
luego, desde este punto de vista, su distinción, aunque sea según la razón, no sos modos, con todo no sieinpre se divide por diferencias propias e inme-
puede prolongarse hasta el infinito, ni puede compararse con la división de las diatas por las que quede inmediatamente contraído y actualizado; y por eso
partes del continuo. Por otra parte, . cualquiera de dichos grados es indivisible puede suceder alguna vez que dos diferencias se comparen entre sí como po-
según el concepto; puesto que cualquier diferencia, bien sea genérica, bien es- tencia y acto. Verbigracia, en el ejemplo propuesto, aunque la sustancia pueda
pecifica, es indivisible, y de tal suerte es indivisible que aumenta esencialmente dividirse en corpórea e incorpórea, viviente y no vivente, la ·primera división
la perfección de la realidad en orden al concepto de la mente; luego tampoco es siempre la inmediata y próxima, de lo cual tenemos un indicio en que aquélla
en orden al concepto de nuestra mente puede una esencia finita dividirse o cons- está tomada como de los principios intrínsecos y de la entidad absoluta de la
tituirse por semejantes diferencias a no ser en número finito, puesto que, al ser realidad, mientras que a ésta se la considera en orden a la operación; por eso
indivisibles, no es posible llevar su división hasta el infinito. la diferencia «viviente», tal como está en las cosas corpóreas, s·e compara siem-
25. Y de este modo conserva su eficacia la consecuencia propuesta en el pre como acto y no como potencia con el grado «corpóreo». Y aunque tal di-
tercer argumento, y desaparece la objeción que se insinuaba en la segunda eva- ferencia se encuentre también en las cosas incorpóreas, se encuentra, sin em-
sión, por no poder contenerse en una realidad finita, incluso potencialmente, infi.. bargo, de un modo completamente distinto, ya que la sustancia incorpórea es
-por asi decirlo- totalmente viviente, esto es, vive por razón de su sustancia
liguntur esse inter se communicantes, sicut Nam una differentía subalterna non includit
partes proporcionales, sed omnino condi- aliam, quia neque inferior est de conceptu
stincti et indivisibiles; neque etiam ita com- superioris neque e converso; sunt ergo dif- infinita inter se non communicantia et au- lum, cum habitudines actus et potentiae
parantur ad rem sicut puncta ad lineam, ferentiales gradus intermedii omnino condi- gentia perfectionem seu quantitatem reí. adeo sint ínter se oppositae.
quae ita sunt indivisibilia ut noil augeant stincti et non communicantes inter se; ergo Quare, si semel concipiantur et ratione di- 27. Quocirca, quamvis id em genus varüs
quantitatem lineae; sed unaquaeque diffe- ex hac parte distínctio illorum, etiamsi sit stinguantur orones differentiae quae in es- modis a nobis dividatur, non tamen semper
rentia addit certum gradum ac quasi deter- secundum rationem, non potest procedere sentia rei fundari possunt, earum numerus dividitur per proprias et immediatas diffe-
minatam partem perfectionis, ex quarum in infinitum nec comparad potest .cum di- augeri non poterit, sive respectu rerum exis- rentias quibus proxime contrahitur et ac-
partium coniunctione consurgit integra per- visione partium continui. Aliunde vero qni- tentium sive possibilium; per illas enim tuatur; et ideo fieri aliquando potest ut
fectio spcciei, quae, cum finita sit, non pot- libet illorum graduum indivisibilis est se~ convenit aut differt ab omnibus, .tam quae duae differentiae inter se comparentur ut
est nisi ex finitis quasi partibus consurgere. sunt quam quae esse possunt. actus et potencia. Ut in exemplo pasito, licet
cundum conceptum; na m quaelibet diffe-
Unde, sicut in latitudine intensiva qualita- 26. Et inde etiam facile cxcluditur prior substantia dividí possit per corpoream et
tis finitae non possunt distingtú nisi finiti rentia, sive generica sive specifica, indivisl...
bilis est, estque taliter indivisibilis ut au~ obiectio, nam quacumque ratione multipli- incorpoream, viventem et non viventem,
gradus ínter se non communicantes, ex quo- centur differentiae, et sive subordinatae sint semper prior divisio est immediata et pro-
rum coniunctione consurgat tota qualitatís geat essentialiter rei perfectionem in ordine
ad conceptum mentís; ergo ctiam in ordine inter se sive non, non possunt esse nisi in xima; cuius signum est quod illa sumitur
intens·io finita, ad eumdem modum est in numero finito propter dictam causam; quia, quasi ex intrinsecis principi.is et absoluta
gradibus differentialibus proportionate phi- ad mentís conceptum non potest essentia
finita dividí vel constituí per huiusmodi dif- scilicet, finita perfectio non potest etiam entitate rei, haec vero sumitur in ordine ad
Iosophandum. Quamvis autem hi gradus mente dividí in piures quasi partes ínter ')e operationem; et ideo differentia viventis,
iuxta veriorem sententiam in re non distin- ferentias nisi numero finitas, quae cum in- non communicantes, nisi solum in numero prout est in rebus corporeis, semper com-
guantur actu, tamen discursus factus eam- divisibiles sint, non poterit ín earum divi- finito. Probabilius autem est differentias om- paratur ut actus et non ut potencia ad gra-
dem vim habet in ordine ad distínctionem sione procedí in infinitum. nes quac ad unius essentiae constitutionem dum corporeum. Et quamvis illa differentia
et conceptionem mentís nostrae, quia etiam 25. Et ita manet efficax consequentia ·conveniunt esse aliquo modo inter se sub- reperiatur etiam in rebus incorporeis, tamen
ut ratione distinctí, concipiuntur ut inter se facta in tertia racione; et cessat obiectio in- ·ordinatas ut potentiam et actum; alias non reperitur Ionge diverso modo, quia substan-
non cornmunicantes, si gradus ipsi praecise sinuata in secunda evasione, quía in re finita possent unum per se constituere. Neque cia incorporea est (ut ita dicam) totaliter
ac formaliter sumantur, ut sumí debent. non possunt contíneri, etiam in potentia~ oetiam est verisimile in hoc committi circu- vivens, id est, vivit ratione totius substan-
798 Disputaciones metafísicas
total, mientras que la corpórea por razón de una parte; y éste parece que es
el modo especial en que se la toma cuando se establece como diferencia. de
cuerpo. Y aunque concedamos que puede haber una diferencia común de vi-
viente que abstraiga de los dos modos dichos, de aquí puede suceder a lo más
que algunos géneros que no están en subalternación tengan una diferencia co-
mún, cosa que acaso no constituye un inconveniente, pues así lo juzgó Aristóte-
les en el lib. VI de los Tópicos, de lo cual nos ocuparemos en otra parte.
28. Otro argumento de Aristóteles en favor de la conclusión.- Queda, pues,
de esta forma suficientemente explicado y confirmado el tercer argumento, re-
cibiendo también del raciocinio anterior corroboración el primero. A su vez, el
se.gundo, si no se lo aplica a las propiedades en rigor en cuanto expresan las INDICE DE LAS DISPUTACIONES CONTENIDAS
facultades operativas o alguna otra realidad distinta de la sustancia, sino que se
aplica a cualquier modo de ser o de operar, puede defenderse, puesto que nos- EN ESTE TOMO II
otros distinguimos estos géneros y diferencias preferentemente en orden a al-
guna propiedad de este tipo. Añade, por fin, Aristóteles otro argumento, a sa-
ber, porque si se diese proceso al infinito en estas diferencias, jamás podríamos
llegar a conocer o definir con bastante distinción una cosa, puesto que el co- Págs.
nocimiento o definición absolutamente distinta comienza por el género supremo
y llega mediante la adición de todas las diferencias hasta la última, lo cual no 7
DISPUTACIÓN VIL-Diversos géneros de distinción ...
podría realizarse si fuesen éstas infinitas. Esto acaece sobre todo en el conoci-
miento humano, que avanza paso a paso de una cosa a otra, del mismo modo VIII.-La verdad o lo verdadero, pasión del ente 69
' 167
que es imposible llegar hasta el infinito a través de una enumeración sucesiva) " IX.-La falsedad o lo falso . .. ... ... .. . . ..
según consta por el lib. III de la Física, c. 7, y es harto evidente de por sí. X.-El bien o la bondad trascendental 209
"
XI.-El mal 275
tiae ·suae, corporea vero ratione partis; quo do essendi vel operandi intelligatur, defendi " 321
spcciali modo surni v.idetur cum ponitur potest, quia haec genera et differentiae ma- » XII.-Las causas del ente en general
differentia corporis. Et quamvis demus possc xime distinguuntur a nobis per ord.inem ad » XIII.-La causa material de la sustancia 377
dari communem differentiam viventis abs- aliquam proprietatem huiusmodi. Ultimo
trahentem ab illis duobus modis, inde ad addit Aristoteles aliam rationem, nempe, » XIV .-La causa material de los accidentes 539
summum fit aliqua genera non subalterna- quia si in bis differentiis esset processus in XV.-La causa formal sustancial 629
tiro posita habere differentiam communem, infinitum, nunquam posset res a nobis satis
quod fortasse non est inconveniens; ita distincte cognosci aut definid, quia cognitio
enim censuit Aristoteles, VI lib. Tapie., de seu definitio omnino distincta incipit a su-
quo alias. premo genere, et per adiectionem omnium
28. Alía pro conclusione ratio Aristote- differentiarum pervenit usque ad ultimam;
lis.- Sic igitur satis declarara et confirmata quod fieri non posset si illae essent infinitae.
manet tertia ratio; et prima etiam ex prae- Quod maxime habet locum in cognitione
dicto discursu robur accipit. Secunda vero, humana, quae paulatirn procedit ab una :.td
si non de proprietatibus in rigore, ut dicunt aliam, quomodo impossibile est in infinitum
facultates operandi aut aliquam aliam rem a pertransiri successive numerando, ut constat
substancia distinctam, sed de quolibet mo- ex III Phys., c. 7, e.t satis est per se notum.
\f