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Capítulo 1
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová — Si los pecadores te quieren tentar, no
consientas — Los que escuchan la voz de la sabiduría habitarán con seguridad.
Capítulo 2
Jehová da la sabiduría, el conocimiento y el entendimiento — Andad por el camino de los
buenos.
Capítulo 3
Escribe en la tabla de tu corazón la misericordia y la verdad — Confía en Jehová — Hónrale con
tus bienes; Jehová corrige a quien ama — Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría.
Capítulo 4
Guarda los mandamientos y vivirás — Con todo lo que adquieras, adquiere entendimiento —
No vayas por el camino de los malvados.
Capítulo 5
Los que se relacionan con mujeres inmorales descienden al infierno — Alégrate con la esposa de
tu juventud.
Capítulo 6
Se mencionan seis cosas que Jehová aborrece — Los que cometen adulterio corrompen sus
propias almas.
Capítulo 7
La mujer inmoral conduce al hombre a la destrucción como toro al matadero — La casa de la
mujer adúltera es el camino al infierno.
Capítulo 8
La sabiduría ha de desearse en gran manera — Jehová y los hijos de los hombres poseían
sabiduría en la vida preterrenal.
Capítulo 9
Reprende al sabio y te amará — El temor de Jehová es el principio de la sabiduría — Los
convidados de la mujer inmoral están en las profundidades del infierno.
Proverbios de Salomón.
Capítulo 10
El hijo sabio alegra al padre — La boca del justo es un manantial de vida — El que difama es
insensato — El deseo de los justos será concedido.
Capítulo 11
Se hace un contraste entre las sendas y las recompensas del justo y las del malvado — Cuando
muere el hombre malo, perece su esperanza — El que gana almas es sabio.
Capítulo 12
La mujer virtuosa es corona de su marido — El camino del necio es recto ante sus propios ojos
— Los labios mentirosos son abominación a Jehová.
Capítulo 13
El camino del transgresor es duro — El mal persigue a los pecadores — El que no disciplina a
sus hijos los aborrece.
Capítulo 14
Apártate de la presencia del hombre insensato — El testigo veraz libera las almas — La justicia
engrandece a la nación.
Capítulo 15
La blanda respuesta quita la ira — El hijo sabio alegra al padre — Los pensamientos del malo
son abominación a Jehová — La humildad precede a la honra.
Capítulo 16
Mejor es adquirir sabiduría que oro — Antes de la destrucción viene el orgullo — Las canas del
justo son corona de honra.
Capítulo 17
El que se alegra de la calamidad será castigado — El amigo ama en todo tiempo — Aun el necio,
cuando calla, es contado por sabio.
Capítulo 18
La boca del necio es su destrucción — El que halla esposa halla el bien — El hombre que tiene
amigos ha de mostrarse amistoso.
Capítulo 19
La esposa prudente proviene de Jehová — El que se apiada del pobre le presta a Jehová — Es
mejor ser pobre que mentiroso.
Capítulo 20
El vino es escarnecedor y la bebida fuerte, alborotadora — Vuélvete a Jehová y Él te salvará.
Capítulo 21
Haz justicia y juicio — Sigue la justicia y la misericordia — La salvación viene de Jehová.
Capítulo 22
El buen nombre es mejor que las riquezas — Instruye al niño en su camino.
Capítulo 23
No te afanes por hacerte rico — Así como el hombre piensa en su corazón, tal es él — No
rehúses corregir al muchacho — No estés con los bebedores de vino que se embriagan.
Capítulo 24
En la multitud de consejeros está la salvación — No te encolerices a causa de los malignos —
No es bueno mostrar parcialidad en un juicio.
Capítulo 25
No te jactes de falsos dones — Da de comer y de beber a tu enemigo.
Capítulo 26
La honra no es apropiada para el necio — No respondas al necio de acuerdo con su necedad —
Donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Capítulo 27
Deja que otro te alabe — El hombre prudente prevé el mal — El Seol y la perdición nunca se
sacian.
Capítulo 28
El malvado huye sin que nadie lo persiga — El que camina con integridad será salvo — El
hombre fiel tendrá muchas bendiciones.
Capítulo 29
Cuando el malvado gobierna, el pueblo gime — El justo conoce la causa de los pobres — El
necio da rienda suelta a todo su espíritu — Sin profecía el pueblo se desenfrena.
Capítulo 30
Toda palabra de Dios es pura — No me des pobreza ni riqueza.
Capítulo 31
Se condenan el vino y la bebida fuerte — Defended la causa del pobre y del menesteroso — La
mujer virtuosa es más valiosa que las piedras preciosas.
Texto Clave: 1:4 "Para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes
inteligencia y cordura.
El libro
1. Introducción (1.1–7)
Deseamos alentar fervorosamente a los creyentes, y particularmente a los jóvenes, a leer, estudiar
y meditar el libro de los Proverbios.
Si en algunos casos es necesaria una transposición para recordar los caracteres distintivos de la
economía judía y de la economía cristiana, se puede decir, sin embargo, que la mayor parte de
estos principios tienen una aplicación literal en todos los tiempos.
La expresión “hijo mío”, repetida con tanta frecuencia, nos indica a quién se dirige Dios en primer
lugar. Dios se dirige a aquel que posee Su vida y está en relación con Él, es decir, al creyente.
Ahora bien, éste se encuentra en un mundo lleno de peligros y de trampas, en un mundo cuyos
pensamientos son profundamente contrarios a los de Dios.
A estas dificultades exteriores se agregan todos los peligros que brotan de su propio corazón. Es
pues necesario que el creyente sea puesto en guardia contra todo lo que lo expone al peligro de
caer, y que sea enseñado acerca del andar que le conviene a aquel que ocupa la posición de hijo.
Tal es el principal objetivo del libro, objetivo esencialmente práctico; aunque ello no impide que al
mismo tiempo les dirija saludables advertencias e instrucciones a todos los hombres (véase, por
ejemplo, 8:4). Dios se ocupa de darnos a conocer su pensamiento acerca de temas que
conciernen a la vida diaria.
Estas cosas están escritas para hacernos “saber la certidumbre de las palabras de verdad” (22:21).
En el mundo actual, donde todo se cuestiona —hasta los fundamentos—, necesitamos, más que
nunca, normas seguras de origen divino.
El libro de los Proverbios es particularmente útil para proveernos de ellas y para restablecer lo que
en nosotros se deforma tan fácilmente a causa de la influencia del mundo.
Sin pretender ofrecer un comentario completo, nos detendremos en algunos de los temas que se
desarrollan en este libro.
Al lector le será provechoso leer todos los pasajes que se citen, para hallar a la vez otros que
completen los pensamientos expresados y para que él mismo reúna la enseñanza del libro acerca
de otros temas.
La sabiduría
La sabiduría no le es dada al hombre en el momento de nacer. Al contrario, “la necedad está ligada
en el corazón del muchacho (o niño)” (22:15).
De manera que la sabiduría tiene que ser adquirida “Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría” (4:7).
Dios es quien la da (2:6), pero sólo se la da a los que la buscan con energía (2:4-5 y 4:7).
La sabiduría no nos es dada de una vez por todas, sino de manera progresiva: “Oirá el sabio, y
aumentará el saber” (1:5). Y aun aquel a quien ya se lo considera como sabio, todavía necesita ser
corregido (9:8).
Da pruebas de ser sabio aquel que escucha la instrucción de su padre (13:1), aquel que se deja
aconsejar (13:10), aquel que, viendo el mal, teme caer en él y se salva (14:16 y 22:3), aquel que es
lento para airarse: “La sensatez (o sabiduría) de un hombre hace que sea tardo en airarse” (19:11;
VM), aquel que domina su espíritu y sus palabras (29:11 y 10:19). Los ejemplos podrían
multiplicarse.
El sabio no se considera a sí mismo como sabio, porque hay más esperanza para un necio que
para un “hombre sabio en su propia opinión” (26:12).
A causa de haber sido enseñados por Dios, los sabios están en condiciones de comunicar a otros
el precioso conocimiento que han recibido. Su lengua puede “adornar la sabiduría” (15:2). “Los
sabios guardan la sabiduría” (10:14), y en el momento oportuno pueden esparcirla (15:7).
“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría” (9:10). El hombre más inteligente del mundo no
posee ni el primer rudimento de la verdadera sabiduría. Para el hombre, el primer acto de sabiduría
es temer a Jehová, es decir, tomar su lugar ante de Dios. Todos los que rehúsan tomar este lugar
se cuentan entre los insensatos (1:7).
En importantes pasajes de los Proverbios vemos que la que habla allí es la sabiduría misma (1:20
y siguientes; 8:1 y siguientes). Ella se identifica con Aquel que es la Palabra de Dios, la perfecta
expresión de lo que Dios piensa y de lo que Él es.
Allí tenemos una maravillosa revelación del Hijo, delicias eternas del Padre (8:30). Él es Aquel a
quien el Nuevo Testamento llama: “Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios” y “el cual nos ha sido
hecho por Dios sabiduría” (1.ª Corintios 1:24, 30).
Las palabras
“La boca del necio es quebrantamiento para sí (o es su ruina; RVA) (18:7). “El necio da rienda
suelta a toda su ira (lit: da salida a todo su espíritu)” (29:11). Se conoce todo lo que está dentro de
él: “Lo que está en el interior de los insensatos será prontamente conocido” (14:33; VM), porque
“no toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su corazón se descubra” (18:2).
Sin moderación alguna, su boca “rebosará en necedades” (15:2; VM), y se complace en las cosas
abyectas (26:11). Si llega a pronunciar una palabra sabia, por el hecho de salir de su boca ella no
tiene fuerza y no produce ningún efecto (26:7, 9).
Por el contrario, la boca del justo es un “manantial de vida” (10:11), su lengua es “plata escogida”
(10:20), sus labios “saben hablar lo que agrada” (10:32) y “apacientan a muchos” (10:21). “Panal
de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos” (16:24). “Manzana de
oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene” (25:11).
Puesto que la boca puede emitir palabras de diverso valor, conviene vigilarla (13:3). “El que guarda
su boca y su lengua, su alma guarda de angustias” (21:23). Es necesario evitar la precipitación
(29:20), reflexionar antes de responder (15:28), ahorrar las palabras (17:27) y no pronunciar una
multitud de ellas (10:19). Entonces las palabras serán un fuente de gozo, tanto para el que las
pronuncia (15:23), como para los que las oyen (18:4).
Las influencias
Los contactos que podemos tener con tal o cual persona, sobre todo si son frecuentes, ejercen en
nosotros una considerable influencia y siempre dejan sus rastros.
Esto es cierto tanto para bien como para mal. Es pues de la mayor importancia que sepamos elegir
bien a las personas a quienes frecuentamos. “El que anda con sabios, sabio será” (13:20).
¡Precioso estímulo para buscar la compañía de los que han adquirido sabiduría en la escuela de
Dios! Los contactos entre creyentes, incluso de diferentes edades, pueden ser extremadamente
preciosos y útiles.
Por otro lado, “el que se junta con necios será quebrantado” (13:20). “No te entremetas con el
iracundo... no sea que aprendas sus maneras” (22:24, 25). Trátese de los impíos y de los malos
(4:14, 15), del necio (14:7), del “hombre violento” que “incita a su amigo, y le hace andar por
camino que no es bueno” (16:29; VM), o aun del chismoso (20:19), existe siempre el gran peligro
de dejarse arrastrar por ellos.
De manera que la exhortación siempre es parecida: ¡“Apártate”, “vete de delante del hombre
necio”, “no te entremetas”! El que teme a Dios y no confía en su propio corazón (28:26), evita en la
medida de lo posible los contactos con aquellos que no tienen la vida de Dios o con los que
desprecian la enseñanza divina.
Es cierto que hay que dar testimonio y tenemos que cumplir un servicio frente a aquellos que
Satanás arrastra a la perdición (24:11, 12). Pero esto jamás debe conducirnos a andar en el mismo
camino con ellos.
En este mundo existen ingeniosas enseñanzas para hacer que las almas se desvíen de Dios. A
nosotros no se nos invita a contradecirlas o refutarlas, sino a huir de ellas. “Cesa, hijo mío, de oír
las enseñanzas que te hacen divagar de las razones de sabiduría” (19:27).
El matrimonio
Las instrucciones referentes al matrimonio se presentan desde el punto de vista del hombre. Esto
es así, no sólo porque ante Dios el hombre es el representante de la raza humana, sino también
porque es responsable en la elección de su cónyuge.
Las Escrituras reconocen “el camino del hombre hacia la doncella” (30:19; versión francesa de
J.N.D.), pero no el camino inverso.
Más de una vez se le advierte al joven acerca de las seducciones de la mujer extraña. Aquel a
quien se lo llama hijo, ¿cómo podría unirse con una mujer que no pertenece al pueblo de Dios?
Aun cuando su apariencia pudiera ser excelente, “su fin es amargo como el ajenjo, agudo como
espada de dos filos” (5:4), “pozo angosto (o de angustia)” (23:27. “No codicies su hermosura en tu
corazón” (6:25). “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de
razón” (11:22). “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será
alabada” (31:30).
Pero si una mala mujer es como carcoma en los huesos de su marido, por el contrario, una mujer
virtuosa es su corona (12:4). “Su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”
(31:10). “¿Quién la hallará?” ¡Solemne pregunta! Que el joven espere en Dios para que Él se la
haga hallar. “De Jehová viene la mujer prudente” (19:14; VM).
Dios no rehusará esta benevolencia a quien confíe en Él (18:22). Entre tanto espera y pone en
práctica el consejo: “Prepara tus labores fuera, y dispónlas en tus campos, y después edificarás tu
casa” (24:27), mientras espera el momento elegido por Dios, que el joven recuerde: ¡“Sobre toda
cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (4:23)
Esta disciplina no se limita a las reprensiones verbales. La vara tiene también su parte. “La vara y
la corrección dan sabiduría” (29:15). “El que escatima la vara odia a su hijo, mas el que lo ama lo
disciplina con diligencia” (13:24; BAS).
Este trabajo paciente y diligente, llevado a cabo en el temor y la confianza de Dios, dará frutos
(22:15; 23:13, 14; 29:17). “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará
de él” (22:6).
La reprensión
No sólo los niños necesitan la reprensión. Todo hombre también la necesita, incluso el sabio (9:8) y
el hombre inteligente (17:10 y 19:25).
La reprensión se encuentra íntimamente unida a la instrucción, de la cual es, por así decirlo, el
complemento (3:11; 5:12; 10:17; 12:1; 13:18; 15:5; 15:32). ¡Dichoso aquel que la escucha (15:31,
32) y la guarda (13:18 y 15:5)! Vendrá a ser prudente, tendrá entendimiento y será honrado. “Entre
los sabios morará” (15:31).
Por el contrario, aquel que aborrece la reprensión es ignorante” (12:1). Y “el hombre que
reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina” (29:1).
La manera en que un hombre recibe la reprensión es un test de su estado moral: “El escarnecedor
no ama al que le reprende” (15:12), mientras que el sabio lo ama (9:8). ¡Qué palabra incisiva para
nuestro corazón!
Si se nos exhorta a recibir la reprensión, también se nos recomienda expresarla (24:24, 25). “El
que reprende al hombre, hallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua” (28:23).
Ciertamente, es necesario que ésa sea una palabra dicha convenientemente y con sabiduría
(25:11, 12). Será de gran valor si manifiesta un verdadero amor. “Fieles son las heridas del que
ama” (27:6).
Es notable el hecho de que ésta sea la manera en que el amor puede cubrir las faltas (10:12 y
Santiago 5:19, 20). El amor procura hacer volver a aquel que se desvía.
La retribución
El principio de la retribución —o del gobierno de Dios— constituye la trama del libro de los
Proverbios. “Ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡cuánto más el impío y el
pecador!” (11:31).
En cuanto a la manera en que este gobierno se ejerce, puede haber alguna diferencia entre la
condición judía y la cristiana. Pero la gracia que vino por medio de Jesucristo, y que es el único
fundamento de nuestra salvación, no podría anular el principio divino de la retribución. Por eso el
Nuevo Testamento afirma: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7).
Los Proverbios nos muestran que la bendición de Dios reposa sobre los que andan según sus
enseñanzas, mientras que su juicio pende sobre los que hacen el mal, y se ejecutará cuando la
paciencia divina llegue a su fin (3:33; 11:8; 13:21; 16:7; 21:12).
El que siembra trigo, cebada o cizaña, cosechará trigo, cebada o cizaña. Así también es en el
dominio moral: la retribución tiene la misma naturaleza que el hecho que la produjo. “El que cierra
su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído” (21:13). El que tiende una trampa
a su prójimo, caerá en ella: “El que cava foso caerá en él” (26:27). Y el que rehúsa oír cuando Dios
llama, un día clamará a Él, pero no recibirá respuesta (1:24-28). “Ciertamente él escarnecerá a los
escarnecedores” (3:34).
Pero, por otro lado, “a los humildes dará gracia”. Él exalta al que se humilla (15:33 y 29:23). Él
llena con abundancia los graneros de aquel que le honra con sus bienes (3:9, 10). “A Jehová
presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar” (19:17). Y en el sentido
espiritual, tanto como en el material, “El que saciare, él también será saciado” (11:25).
La confianza
“El que confía en su propio corazón es necio” (28:26). “El que confía en sus riquezas caerá”
(11:28), aunque imagine que ellas pueden ser una protección eficaz (18:11). Pero “el que confía en
Jehová es bienaventurado” (16:20) y “prosperará” (28:25); en el día malo será levantado a un alto
refugio donde hallará amparo y estará seguro (29:25 y 18:10). “Fíate de Jehová de todo tu corazón,
y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus
veredas” (3:5-6). Monard J.A. - (Messager Évangélique, 1969)
Proverbios I; ¿Por qué estudiar el
libro de Proverbios?
por Desarrollo Cristiano
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«Si tienes mucho, da tus bienes, si tienes poco, da tu corazón». Proverbio árabe.
Introducción
Así como este proverbio árabe busca un equilibrio entre la sabiduría y la práctica, entre los
dichos y los hechos; también el libro de Proverbios pretende ese equilibrio. Porque es un libro de
expresión de vida. La misión primordial de Proverbios es detallar de modo notable, memorable y
conciso lo que significa estar enteramente a disposición de Dios.
Leer y meditar en el libro de Proverbios es muy grato. Predicarlo es otra cosa, es difícil.
Dedicarse a la enseñanza de versículo por versículo llevaría semanas. Es mejor, en nuestro caso, ir
estudiándolo por temas. Vale la pena considerar algunos aspectos importantes de lo que es la
literatura sapiencial (a la cual pertenece este libro). Lo siguiente nos ayuda un poco en el estudio
del libro.
En la Palabra de Dios, es más importante el carácter santo, que lo se dice o se hace, no es que
se descuide otro. El carácter santo se va desarrollando de acuerdo a lo qué cree y lo qué vive.
Según Pablo existe una estrecha relación entre doctrina y piedad. (Véanse las cartas
pastorales) No sólo profesa ciertas verdades, más que todo las practica. (Stg 2.14-26) No hay
otro libro en toda la Escritura que se refiera al desarrollo de esta clase de carácter que
Proverbios. Por eso se dice que este es libro primordial para el desarrollo del discipulado. Mas
hoy día, con la escasez de la formación de un verdadero carácter cristiano y sabiduría. (cf. Pr.
1:1-6; 2:l).
Toda persona cristiana debe emprender el estudio y el desarrollo del su carácter cristiano. Las
razones son claras: 1. Nuestra meta es convertirnos conforme a la estatura de la medida de
Cristo. (Ro 8.29; Ef. 4.13) Este aspecto es esencial en la vida cristiana. Proverbios enseña cómo
vivir una santidad personal y practica. 2. También, nos ayuda a poder discernir el carácter de
otras personas. Area importantísima en la consejería bíblica. (Véase Pr 26.5)
Conocer el carácter de las personas que van a ser aconsejadas es clave, pues es muy diferente
aconsejar a una persona sabia que una necia. Así como los padres van conociendo el carácter
de sus hijos y aprenden a disciplinarlos conforme al carácter de cada uno. El discernimiento
del carácter de otros es esencial para prestarles atención. Ya sea evitando un carácter malvado
y violento. (Pr. 1.8-19) No se deben asociar con las personas deshonestas. (Pr. 29.24) La
persona disimuladora no es una buena amistad. (17.9) Los verdaderos amigos son fieles.
(17.17) No fallarán cuando sea necesario reprender. (Pr. 27.5-6)
El carácter santo es imprescindible cuando se está en la busca del cónyuge. (Pr 31.10-31;
21.9,19, 22.24-25)
Proverbios enfatiza la vida práctica. La persona sabia aplica sus conocimientos en una vida
fructífera. Como cristianos debemos practicar lo que conocemos, ya sea en el hogar, en el
trabajo; o cualquier situación donde uno se mueva. (véase Am 5.24) En algunos casos,
específica, al comerciante le demanda honestidad. (Pr. 20.10)
A Proverbios le interesa más que las personas sean sabias a que sean «vivas» (en el sentido de
aprovecharse de otros).
La sabiduría tiene su propia dimensión intelectual. Sabiduría es tener una mente aguda y
astuta, es permitir la asimilación y valoración de información para formular un plan de acción.
«Estos proverbios son un manual de entrenamiento, que prepara para entender otros
proverbios, que los expertos o profesionales añadirán; ofrecen una enseñanza dinámica…
ofrecen con frecuencia explicaciones… para comprender los no explicados» Dándose por
medio de aclaraciones, ilustraciones y motivaciones. (L. Alonso Schökel y J. Vilchez Lindez,
Proverbios, Ediciones Cristiandad, 1984. Pág. 154-155)
Actitudes (hacia las demás personas y frente a la vida): sensatez, juicio, cordura, razón,
equilibrio.
Una persona puede ser brillante intelectualmente pero puede ser falta de sabiduría (según la
Biblia). En Proverbios 1, la sabiduría se describe como la capacidad de saber o discernir (Prov.
1.2; cf. v. 4, «discreción», procede de la misma raíz), de aprender (2-4) y de entender (6). La
sabiduría va de lo ético a lo intelectual. Puede discernir la verdad y el error, lo bueno y lo malo,
y de lo bueno lo mejor. La sabiduría debe estar acompañada de la rectitud, la justicia y la
equidad (Pr 1.3). La sabiduría se inicia con el temor al Señor (1.7); saber qué es lo bueno y
practicarlo es resultado de conocer a Dios. (Pr. 22.17-21).
Muchas personas creen que Proverbios es un «talismán divino» para influenciar a la gente y
obtener amigos. Otras piensan es que el medio para ser feliz y próspero, aunque en parte lo
es, pero no es la prioridad. Proverbios nos anima a ser santos y correctos en nuestra manera
de conducirnos. Por eso quien persigue la felicidad como meta, ya tiene problemas, porque no
la encontrará en este libro; la hallarán quienes buscan santidad. Quien trabaja honradamente
le irá bien y dormirá tranquilo. (Véase 2 Ti 3.12)
Según Proverbios ser ignorante no es bendición, y la ingenuidad, es más un vicio que una
virtud. Ser simple (sencillo) no es pecado, pero quedarse en la simplicidad puede llevarnos al
él. Ya el Señor Jesús lo dijo: «sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.» (Mt.
10.16)
Dios no quiere veamos en el mundo en color rosado. No, él quiere que lo veamos tal cómo es,
lleno de personas pecadoras, con necesidades. Quiere que veamos al pecado. Proverbios nos
muestra la realidad de la vida. Por ejemplo: Pervirtiendo la justicia cuando se acepta un
soborno (17.23; 29.4); u obtener algo a cambio del soborno. (17.8) Enseña que las riquezas no
proveen la verdadera seguridad (11.4, 28), algunos piensan así. (18.11) Con el dinero se
pueden obtener amigos (19.4, 6), que permanecen hasta que se acaba. (19.7) Viviremos sabia
y correctamente mientras consideremos esta realidad.
El Señor Jesús y sus apóstoles enseñaron por medio de parábolas (Mt. 13 y Mr. 4). Proverbios
lo hace también. Así como el Señor pretendía que sus discípulos razonaran e investigarán (Mr.
4.10-11), Proverbios ambiciona lo mismo con quienes los estudian y aplican.
Proverbios enseña acerca de la vida porque la base fundamental de ellos son las experiencias
diarias. Esto significa una cantidad de experiencias que han sido asimiladas y elaboradas, y que
se han fusionado para compartirlas. Se puede decir, que estas experiencias son un proceso de
maduración donde el lector está recibiendo el fruto cosechado.
La sabiduría hebrea es el arte del éxito, y Proverbios es una guía para vivir exitosamente. Los
proverbios no son una invención hebrea. El uso de proverbios era común en las civilizaciones
antiguas. Los arqueólogos han descubiertos archivos de documentos de antiguos proverbios en el
Cercano Oriente, en acádico, babilonio (muy similares a los bíblicos). También se han encontrado
en Egipto.
«Proverbio» es la traducción del término hebreo mashal que significa dichos populares, dichos y
sentencias breves, aforismos, enigmas. En el libro de Proverbios lo dominante son las sentencias y
los consejos. (Véase el libro de L. Alonso Schökel, págs. 96-97)
Para el predicador Proverbios enseña algo muy práctico: no es necesario decir muchas palabras
para mostrar sabiduría. Ya lo dice el proverbio una imagen habla más que mil palabras. La
brevedad es una de las características de sabiduría. (Pr. 12.23; 15.28; 18.2) Las personas sabias se
caracterizan por economizar palabras, el necio por la abundancia o sacar todo lo que tiene en su
cabeza. Una persona sabia escoge sus palabras. Además de que economiza palabras, las pule. La
función del proverbio es iluminar, que se comprenda. Algunos proverbios tienen sentido de
humor. (26.13) Otros son difíciles de olvidar (11.22) Si se tiene que comunicar algo, debe hacer
con poder y claridad. (16.21 y 23) La respuesta y palabras de la persona sabia debe ser corto y
dulce. (Pr. 26.4-5)
Introducción al Libro de Proverbios
1) CONOCE AL SEÑOR
2) SIRVE AL SEÑOR
3) BUSCA AL SEÑOR (y no lo olvides)
Después de la muerte de David, Salomón llegó a ser rey sobre todo Israel. Más tarde
en su vida, Salomón cayó en grave pecado (ver 1 Reyes capítulo 11), pero cuando
comenzó a reinar como el rey de Israel, su corazón era recto para con Dios: “Mas
______________ ________ ___ Jehová” (1 Reyes 3:3). En 1 Reyes 3:5 Dios hizo a
Salomón una asombrosa propuesta. Dios dijo, “P________ lo que quieras que yo te
D___” (1 Reyes 3:5). En otras palabras, Dios dijo algo como esto: SALOMÓN, PÍDEME
ALGO, Y YO TE LO DARÉ. ¿QUÉ QUIERES QUE YO TE DÉ? PÍDEME LO QUE QUIERAS.”
Si Dios te dijera esto a ti, ¿qué quisieras que Dios te diera? ¿Qué le pedirías?
¿Riquezas? ¿Una larga vida? ¿Felicidad? ¿Popularidad? ¿Posesiones? ¿Qué pidió
Salomón (1 Reyes 3:9-12)? ________________ ¿Le concedió Dios su petición (1
Reyes 3:12)? _____ ¿Qué más le dio Dios como bonificación (1 Reyes 3:13)?
______________________________________ (Los que ponen en primer lugar las
cosas primeras, nunca pierden. Ver Mateo 6:33, “…y todas estas cosas os serán
AÑADIDAS.”)
Salomón fue un hombre que recibió sabiduría de Dios. Tal como Dios dio al Apóstol
Pablo sabiduría para escribir al menos 13 de los libros del Nuevo Testamento (ver 2
Pedro 3:15-16), así también Dios dio a Salomón mucha sabiduría para escribir tres
libros del Antiguo Testamento, incluyendo PROVERBIOS. Los otros dos son Eclesiastés
y el Cantar de los Cantares.
El rey Salomón escribió la mayor parte del libro de Proverbios, pero no todo. Por
ejemplo, los últimos dos capítulos de Proverbios no fueron escritos por Salomón (ver
Proverbios 30:1 y 31:1).
¿Qué Es Un Proverbio?
Un Proverbio es un dicho corto y sabio que es usado durante mucho tiempo por mucha
gente. En español tenemos muchos proverbios comunes. Por ejemplo:
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¿Hay alguna diferencia entre conocimiento y sabiduría? ¿Puede una persona saber
muchas cosas y no ser sabia? ______ ¿Puede una persona tener conocimiento pero
fracasar en usar ese conocimiento y fracasar en poner por obra ese conocimiento?
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Los Griegos y los Romanos veían la SABIDURÍA como algo muy filosófico. Ellos tenían
sus filosofías y sus ideas y sus pensamientos elevados, pero estos tenían poca relación
con su vida diaria. Para los judíos, la SABIDURÍA era una cosa muy práctica y tenía
que ver con la vida diaria. Santiago habla acerca de la SABIDURÍA en Santiago 3:17-
18. ¿Consideraba Santiago que la SABIDURÍA era algo muy práctico? ______ El libro
de Proverbios trata con la SABIDURÍA PRÁCTICA—sabiduría “con los pies en la tierra” y
que nos ayuda en nuestra vida diaria.
Hay sabiduría que no es práctica. Algunas cosas que se enseñan en las universidades
de nuestro país no son muy prácticas. Alguien ha dicho que el Doctor en Filosofía es
alguien que aprende más y más acerca de menos y menos hasta que sabe todo sobre
nada. Esta no es la clase de sabiduría que tenemos en el libro de Proverbios. El libro de
Proverbios nos toca donde vivimos. [No es la intención del comentario anterior
burlarse de los muchos hombres y mujeres que con mucho esfuerzo y trabajo diligente
se han ganado responsablemente sus diplomas. El punto es que el mero conocimiento
intelectual no se traduce siempre en un vivir sabio].
Un Versículo Clave
Un versículo clave del libro de Proverbios se encuentra en el primer capítulo, versículo
7:
Estos versículos hablan de dos clases de personas—los que temen a Dios y los que no
le temen:
Una persona no puede entrar en la casa de la sabiduría a menos que pase por la
puerta. ¿Has entrado tú a la casa de la sabiduría? Los que entran en la casa de la
SABIDURÍA encontrarán que el libro de Proverbios está lleno de mucha ayuda y
sabiduría práctica para el diario vivir. Los que rechazan entrar en la casa de la
sabiduría tendrán poco uso para el libro de Proverbios. Para ellos no será más que una
colección de dichos cortos que tienen poco significado. PARA CONOCER LA
SABIDURÍA UNO TIENE QUE CONOCER AL DIOS DE TODA SABIDURÍA.
¿Está Dios realmente EN LAS CALLES? ¿Has encontrado a Dios en las calles? ¿Puede
una persona realmente encontrar a Dios allí?
La calle es el lugar donde vivo durante la semana. Es el lugar donde mi pie pisa el
pavimento. La calle está en el mundo real donde hago mis negocios, donde voy de
compras, donde voy al colegio, donde voy a mi trabajo, etc. ¿Puedo encontrar
realmente a Dios en esos lugares?
¿Quién más clama en las calles e invita a los hombres a VENIR (ver Proverbios 1:11)?
_________________________ ¿Debemos escuchar esas voces? ______
Compara Proverbios 9:4 con Proverbios 9:16. ¿Son idénticos estos versículos? ______
¿Quién está invitando en el v.4? ________________________ ¿en el v.16?
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La SABIDURÍA llama a los simples a abandonar el pecado; la mujer insensata llama
a los simples a ser indulgentes con el pecado. Ambas están llamando; ambas están
invitando. ¿A QUIÉN ESCUCHARÁS? Dios está allí mismo en la calle llamándote. ¿Has
estado oyendo?
Introducción general al libro de Proverbios
Introducción general a Proverbios
Vive y sirve con sabiduría
Agenda de Trabajo
1. Introducción general al libro de Proverbios.
2. Propósitos de Proverbios
3. Un sistema para el estudio y uso práctico de Proverios.
4. Relación Yo – Yo.
5. Sabiduría para líderes
6. Relación Yo – Dios.
7. Relación Yo — Comunidad y sociedad.
8. Relación Yo – Ciencia, cultura y tecnología.
9. Relación Yo – Trabajo, actividades
10. Toma de decisiones.
11. Relación Yo – Creación, el medio ambiente
12. Sabiduría para el uso del dinero.
13. Relación Yo — Historia y geografía.
14. Fractales y Proverbios.
Versión de la Biblia
En este estudio de Proverbios usamos la versión Reina Valera Actualizada. Casa Bautista de
Publicaciones, Editorial Mundo Hispano.
Sugerimos tener a mano y leer otras versiones. Cuando uno lee simultáneamente varias
versiones de la Biblia descubre palabras y expresiones que le ayudan a comprender mejor el
significado del texto bíblico.
Un proverbio puede definirse como una idea profunda dicha en pocas palabras.
Proverbios populares que ilustran cómo en pocas palabras se resume lo que demuestra la
experiencia.
“Si no trabajas, vas a vivir con una mano adelante y la otra atrás”.
El título: “Proverbios”
“Proverbios,” es una traducción de una palabra hebrea cuya raíz significa “ser como,
semejante a, paralelo a”. Lo que sugiere que la enseñanza de un proverbio a menudo se basa
sobre una comparación o señala un contraste.
Verdades en cápsula que se usan para dar guía en la conducta moral y espiritual.
La copla es una composición de dos versos que contienen ideas directamente relacionadas
entre sí. Una sirve como complemento de la otra. También se les llama: “Paralelismo”.
Proverbios 13:10
Ciertamente la soberbia producirá contienda, pero con los que admiten consejo, está la
sabiduría.
Cuatro tipos de coplas o paralelismos en el libro de Proverbios y en otros libros de
sabiduría (Eclesiastés y Cantares):
Contrastante,
Complementario,
Correspondiente o sinónimo, y
Comparativo.
Contrastante
Por lo general lo identificamos con la palabra clave: “pero”. Una oración contrasta con la otra
para enseñar las dos caras de una moneda. Ejemplos:
La segunda declaración amplifica a la primera (se usa con mucha frecuencia en los Salmos).
Veamos un ejemplo clásico:
Proverbios 9:10
El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santísimo es la
inteligencia.
Correspondencia mutua: “El temor del Señor” y “Conocimiento del Santísimo”.
Sinónimos: “El temor del Señor” es igual que “conocimiento del Santísimo”.
Correspondencia mutua: “El principio de la sabiduría” y “es la inteligencia”.
Observe con cuidado las palabras: conocimiento, sabiduría e inteligencia.
Observemos el paralelismo correspondiente entre estas palabras “clave” en el libro de
Proverbios:
Conocimiento: Es la observación que llega a ser la ciencia y la cultura o el contenido.
Entendimiento: Es la comprensión e interpretación del contenido.
Sabiduría: Es la habilidad para aplicar el conocimiento y el entendimiento de manera
experimental; es aplicación práctica a las realidades de la vida diaria.
Un comentario sobre la gran diferencia entre nuestra filosofía de vida y la cosmovisión de los
pensadores hebreos.
Para nosotros, una persona puede conocer mucho de la ciencia y la cultura y comportarse de
manera opuesta. Separamos el conocimiento intelectual de la vida diaria. Por ejemplo, un
médico que “sabe” que no se debe fumar y sin embargo lo hace.
Para el sabio hebreo, conocer, entender y ser sabio implica la obligación de vivir de acuerdo
con el Dios de la Biblia en todas las dimensiones de su vida diaria.
Paralelismo comparativo
Dos frases que establecen una comparación. Se las reconoce por el uso de frases como:
“mejor que”, “tanto como” o “igual que”. Ejemplos:
15:16 — Es mejor lo poco con el temor del SEÑOR que un gran tesoro donde hay turbación.
25:24 — Mejor es vivir en un rincón de la azotea que compartir una casa con una mujer
rencillosa.
La primera línea afirma algo que se conoce por los lectores u oyentes o el autor ha
experimentado; la segunda línea describe el nuevo principio.
No solamente buenos consejos para la vida diaria; también para la vida eterna.
El concepto “el temor del Señor” debe ser entendido como una relación de respeto, de honor y
reconocimiento por quién Dios es, infinitamente grande y poderoso. No implica,
necesariamente, que “el temor del Señor” sea un miedo que amenaza y paraliza.
Los proverbios incluyen 700 años de experiencia de vida. Veamos un cuadro tomado de la
BEMH. Salomón es el autor de la mayoría pero fueron compilados e integraron lo que hoy
conocemos como el libro de Proverbios en un período de más o menos 700 años.
El hecho que estos proverbios aparecen en nuestra Biblia nos conduce a afirmar que Dios, por
medio de su Santo Espíritu guio a los escritores, a los compiladores y luego cuidó la
transmisión hasta nosotros. Por lo tanto, los proverbios son la sabiduría de Dios para nosotros.
Los autores:
Salomón, otros sabios, Agur y Lemuel
1 Reyes 4: 32, dice de Salomón: “Y compuso 3.000 proverbios, y sus cantares fueron 1.005”.
Nosotros ahora tenemos solamente uno: El Cantar de los Cantares.
1 Reyes 4:33, 34 nos dice: “También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano
hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves,
sobre los reptiles y sobre los peces. Para oír la sabiduría de salomón venían de todos los
pueblos, y de parte de todos los reyes de los países adonde había llegado la fama de su
sabiduría”.
El libro mismo aclara que en su composición participaron varias personas:
Lemuel, 31:1; se ha dicho que el nombre Lemuel fue un seudónimo de Salomón o el nombre
que le dio su madre.
25:1 a 29:27 – Proverbios recolectados por los hombres del rey Ezequías
Algunos estudiantes de la Biblia observan estas categorías que nos parecen interesantes.
Paralelismo es la presentación de dos o tres líneas de tal manera que la segunda línea
expande, completa, define, da énfasis o llega a la conclusión lógica.
Frecuentemente el paralelo real está solo implícito. Por ejemplo, el 12:13 contiene un paralelo
no afirmado, pero claramente implicado, en que el justo atraviesa por problemas debido a sus
palabras virtuosas.
Cinco ideas para interpretar los proverbios:
1. Determinar el paralelismo para comprender lo que significa lo que dice.
2. Identificar el lenguaje figurado y expresar con otras palabras lo que dice.
3. Resumir la lección o principio del proverbio en sus propias palabras.
4. Descubrir la conducta que se enseña hacer o dejar de practicar.
5. Encontrar ejemplos en las Escrituras que ilustran lo enseñado.
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