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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS


ESCUELA DE OBSTETRICIA

TITULO:
ASMA BRONQUIAL

DOCENTE:
ORTEGA LEON FREDDY

MATERIA:
MEDICINA INTERNA

ALUMNO:
NARANJO OLIVARES WILLIAM

SEMESTRE:
VII

GRUPO:
2

2018-2019
ASMA BRONQUIAL

Enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea, caracterizada por Inflamación, hiperactividad


bronquial que lleva a episodios recurrentes de sibilancias y broncoespasmo, se manifiesta por tos,
disnea, opresión torácica, sibilancias, asociado a limitación variable del flujo aéreo que a menudo es
reversible espontáneamente o con tratamiento.

Etiología

Multifactorial: Antecedente de atopia familiar en el 80% de casos interactúan varios factores para su
expresión clínica, existen diversos mecanismos desencadenantes tanto alérgenos intra como extra
domiciliarios y contaminantes ambientales, tabaquismo pasivo y activo, infecciones de la vía aérea
superior predominantemente virales, ejercicio, sensibilización ocupacional, cambios climáticos,
reflujo gastroesofágico, dieta, obesidad.

QUÉ ES EL ASMA

Para que podamos explicar qué es el asma y cómo surge, debemos en primer lugar revisar algunos
aspectos básicos de la anatomía del sistema respiratorio.

Cuando inspiramos, el aire entra por la nariz (o boca), pasa por la laringe y llega a la tráquea, un tubo
calibrado que da origen al tracto respiratorio inferior. La tráquea se bifurca, formando los bronquios
principales, cada uno yendo en dirección hacia uno de sus pulmones. Como avanzan hacia el interior
de los pulmones, los bronquios van se ramificando en segmentos cada vez más pequeños, llamados
bronquiolos, que a su vez terminan en los alvéolos, estructura donde se produce la oxigenación de la
sangre. Los bronquiolos terminales son canales de aire muy pequeños, que tienen un diámetro de
solamente 0,5 mm.

Por razones todavía no bien entendidos, los pacientes con asma desarrollan un proceso inflamatorio
crónico en sus vías respiratorias pequeñas. Esta inflamación hace que el asmático sea una persona
con un pulmón muy sensible. Estímulos ambientales simples, tales como exposición a polen, humo,
polvo, frío, etc., que son fácilmente tolerados por los pulmones de las personas sanas, generalmente
causan una reacción alérgica intensa en los pulmones de pacientes con asma. Esta reacción
exacerbada lleva a la formación de edemas en los bronquiolos, producción de mucosidad excesiva y
espasmos del músculo bronquial (broncoespasmo), factores que causan una gran reducción en el
calibre de las vías respiratorias, lo que dificulta el paso del aire.

La persona con crisis de asma tiene dificultad para inspirar, pero una dificultad aún mayor para
exhalar, haciendo que parte del aire inhalado quede atrapada dentro de los alvéolos, provocando
hiperinflación de los pulmones.

Afortunadamente, esta obstrucción causada por la reducción del calibre de las vías respiratorias es
un proceso reversible, característica esencial que distingue el asma de la bronquitis crónica y
enfisema pulmonar, enfermedades conocidas como EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva
crónica).

El asma es una enfermedad que puede desaparecer o presentar gran mejora en la adolescencia. En
algunos casos, desaparece y vuelve años más tarde en la vida adulta; en otros, se va y nunca más
vuelve. También hay pacientes que desarrollarán asma por primera vez en la edad adulta, algunos
solamente en la 3ª edad.

SÍNTOMAS DEL ASMA

El asma es una enfermedad que puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en niños. En el
75% de los casos, se manifiesta antes de 7 años de edad. Se estima que la enfermedad afecta a
alrededor del 10% de la población pediátrica y el 5% de los adultos.

Los signos y los síntomas del asma más comunes son disnea, tos y broncoespasmo (caracterizado
por una sibilancia durante la respiración). Muchos pacientes también se quejan de sensación de
pesadez o de compresión en el pecho. Un rasgo típico del asma es empeoramiento de los síntomas
por la noche.

El asma tiende a manifestarse en ataques, que van y vuelven y son desencadenados por algunos
factores, tales como virosis respiratorias, humo, frío, polvo, pelo de animales, etc. Cuando el
paciente no está en crisis, generalmente no presenta síntomas, sin embargo, algún grado de
broncoespasmo está generalmente presente, principalmente en pacientes con formas más graves de
asma. En general, estos individuos se adaptan a esta ligera reducción en el calibre de las vías
respiratorias y no refieren quejas durante el día a día, a menos que tengan que hacer algún esfuerzo.
El asma se clasifica, generalmente, como intermitente, persistente leve, persistente moderada o
persistente severa. Clínicamente, cada clase suele presentar las siguientes características:

1. Asma intermitente

Las crisis de asma se presentan con una frecuencia menor que 2 días a la semana, el paciente se
despierta menos de 2 noches al mes con las crisis, los inhaladores con broncodilatadores solamente
son necesarios en menos de 2 días a la semana y el asma generalmente no influye en las actividades
rutinarias.

2. Asma persistente leve

Las crisis de asma presentan con una frecuencia mayor que 2 días a la semana (pero no todos los
días), el paciente se despierta por lo menos 3 a 4 noches al mes con las crisis, los inhaladores con
broncodilatadores son necesarios en más de 2 días a la semana (pero no todos los días y no más de 1
vez al día) y el asma puede causar leves limitaciones en las actividades rutinarias.

3. Asma persistente moderada

Las crisis de asma se presentan todos los días, el paciente se despierta más de 1 vez a la semana con
las crisis, los inhaladores con broncodilatadores son necesarios todos los días y asma puede causar
limitaciones en las actividades rutinarias.

4. Asma persistente severa

Las crisis de asma se presentan diariamente, más de una vez al día, el paciente se despierta todas las
noches con las crisis, los inhaladores con broncodilatadores son necesarios varias veces al día y el
asma puede causar serias limitaciones en las actividades rutinarias.

Las pruebas respiratorias, que se explicarán más adelante, se utilizan también para ayudar en la
graduación de la severidad del asma.

Signos de severidad de una crisis de asma

Algunos pacientes, además de presentar asma persistente moderada a severa, también pueden
presentar graves crisis agudas de asma, siendo necesario atención médica inmediata. Los signos de
severidad de una crisis asmática incluyen:

– Gran esfuerzo para respirar.


– Labios violáceos o azulados.
– Crisis de ansiedad.
– Dificultad para hablar.
– Sudoración intensa.
– Nítido uso de la musculatura torácica, abdominal o del cuello durante la respiración
– Reducción de la conciencia o confusión mental.

CAUSAS Y FACTORES DESENCADENANTES DEL ASMA

No sabemos exactamente lo que hace que un individuo desarrolle el asma. Sin embargo, sabemos
que hay un fuerte factor genético, porque la enfermedad tiende a afectar a varios miembros de la
misma familia. Si uno de los padres tiene asma, el riesgo del niño de padecer la enfermedad es de un
25%. Si el padre y la madre son asmáticos, el riesgo se eleva a cerca de un 50%.
La relación con procesos alérgicos es también muy evidente, siendo muy común la asociación de
asma con otras alergias, tales como dermatitis atópica, rinitis alérgica, urticaria, etc.

Pacientes obesos, fumadores, fumadores pasivos, personas cuya madre fumó durante el embarazo,
bebés con bajo peso al nacer, personas expuestas al humo de incendio, pacientes con reflujo
gastroesofágico, trabajadores expuestos a determinados productos químicos o al contacto con
plaguicidas también aumentan el riesgo de desarrollar asma bronquial.

Factores desencadenantes de la crisis asmática

En general, en los pacientes con asma, las crisis de asma se desencadenan por factores conocidos
que deben ser evitados siempre que es posible. En la gran mayoría de los casos, los factores
predisponentes son sustancias aspiradas por el aire. Entre los desencadenantes más comunes de la
crisis de asma están:

– Humo.
– Cigarrillos.
– Contaminación atmosférica.
– Polen.
– Polvo.
– Pelo de animales domésticos.
– Moho
– Infecciones virales o bacterianas de las vías respiratorias.
– Fuerte olor de productos químicos (pintura, perfume, queroseno, etc.)
– Aire frio.
– Ácaros.
– Ambientes con cucarachas.
– Alergia a ciertos alimentos (huevos, leche, cacahuetes, soja, mariscos, colorantes, etc.).
– Medicamentos (aspirina, antiinflamatorios y bloqueadores beta).
Fisiopatología

El hecho fisiológico principal de la exacerbación asmática es el estrechamiento de la vía aérea y la


subsiguiente obstrucción al flujo aéreo que, de forma característica, es reversible(7-11).

Varios factores son los que contribuyen al estrechamiento de la vía aérea en el asma.

• La broncoconstricción de la musculatura lisa bronquial, que ocurre en respuesta a múltiples


mediadores y neurotransmisores, es, en gran medida, reversible mediante la acción de fármacos
broncodilatadores.

• Edema de las vías aéreas, debido al aumento de la extravasación microvascular en respuesta a los
mediadores de la inflamación. Puede ser especialmente importante durante un episodio agudo.

• El engrosamiento de las paredes de los bronquios, que ocurre por los cambios estructurales que
denominamos “remodelamiento”, puede ser importante cuando la enfermedad es más grave y no
regresa totalmente mediante el tratamiento habitual.

• Hipersecreción mucosa, que ocasiona obstrucción de la luz bronquial debido al aumento de la


secreción y a exudados inflamatorios.

TRATAMIENTO DEL ASMA

El tratamiento del asma es un tema complejo y merece un artículo exclusivo. Lo que damos a
continuación es solamente un resumen de las opciones más utilizadas en la actualidad.

1- Broncodilatadores beta2-agonistas

Broncodilatadores beta-2 agonistas son fármacos que actúan relajando los músculos de los
bronquios, aumentando su calibre y facilitando el paso de aire. Como el mecanismo de obstrucción
del asma es el broncoespasmo, los broncodilatadores son grandes opciones para revertir los
síntomas de la enfermedad. Los beta2-agonistas, aunque sean eficaces en la lucha contra los
síntomas y tengan rápido inicio de acción, no actúan directamente en la causa del asma, que es la
inflamación de las vías respiratorias.

Se administran broncodilatadores por vía inhalatoria. Hay los broncodilatadores de corta acción (4 a
6 horas), como el salbutamol y el fenoterol y los broncodilatadores de larga duración (12 a 24 horas),
como el salmeterol y el formoterol.

2- Corticoides inhalados

Los corticoides son fármacos derivados de la hormona cortisol y tienen potente efecto
antiinflamatorio. Por esta razón, los corticoides por vía inhalada se utilizan con frecuencia en el
tratamiento del asma.

Entre las opciones de utilizar los corticoides inhalados podemos incluir: fluticasona, budesonida,
beclometasona, flunisolida, ciclesonida, triamcinolona y mometasona.

A diferencia de los corticoides tomados por vía oral o intravenosa, los corticoides por vía inhalada
tienen un riesgo relativamente bajo de efectos secundarios y son generalmente seguros para el uso
diario y a largo plazo.

Los corticoides inhalados se utilizan a menudo en asociación con beta-2 agonista de larga duración.

3- Modificadores de leucotrienos
Los modificadores de leucotrienos son fármacos utilizados por vía oral en tableta o jarabe que
ayudan a abrir las vías respiratorias, disminuyendo la inflamación y reduciendo la producción de
moco. Son menos eficaces que los corticoides, así que generalmente no son sutilizados aislados para
el tratamiento del asma, sino como drogas complementarias

Entre las opciones disponibles en el mercado incluyen: montelukast, zafirlukast y zileutona.

4- Teofilina

Teofilina es un medicamento oral con efecto broncodilatador. Ampliamente utilizado en el pasado,


actualmente es una opción de tratamiento complementario

5- Omalizumab

El omalizumab es un medicamento relativamente nuevo indicado para el tratamiento del asma


alérgica que no puede ser controlada con los corticoides. La droga se administra generalmente por
vía subcutánea a cada 2 o 4 semanas.

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