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LO COYOTLATELCO: LA CONSTRUCCIÓN

DE NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS
ACERCA DEL EPICLÁSICO

PATRICIA FOURNIER GARCÍA


ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA, INAH

Entre discursos, especulaciones avanzar en el conocimiento científico no


y revisionismos sólo de patrones de distribución de rasgos
sino de las dinámicas sociales en los valles
El balance de las jornadas de discusión en el centrales durante el Epiclásico, a excepción
marco del seminario cuyas aportaciones de las zonas arqueológicas legalmente
principales se incluyen en este volumen es, protegidas, y pronto podría llegar el mo-
en primer lugar, lo productiva que resulta la mento en que aquello con que se cuenta sea
interacción entre los distintos investiga- lo único que exista para fundamentar
dores asistentes quienes dieron a conocer interpretaciones, inferencias o explicaciones
muchos más datos e interpretaciones que a futuro.
los sospechados o ya conocidos en la La evaluación de los resultados del
literatura para distintas regiones, zonas o seminario implica, necesariamente, remitir-
sitios, según fuera el caso. Las dinámicas se a la forma en que se hace arqueología de
que se generaron, en segundo lugar, lo Coyotlatelco desde hace décadas y cuáles
demostraron que hay, en lo general, tenden- son tanto los parámetros de sustento como
cias constructivas y de gran apertura en la las directrices de los estudios acerca de esa
reevaluación de lo Coyotlatelco frente a temática, de manera que se requiere pro-
nuevas líneas de evidencia. En tercer lugar, ceder a realizar una “arqueología de la
no sólo quedó manifiesta la debilidad arqueología”, una somera historiografía de
teórica de muchos de los postulados en la producción de las narrativas derivadas de
parte especulativos que aún se encuentran las investigaciones arqueológicas que versan
en los estudios al respecto, sino que existe sobre el Epiclásico en el Altiplano central, 1
una necesidad insoslayable de contar con así como hacer alusión a las vertientes
más información y de aproximarse a su teórico metodológicas que han incidido en
análisis crítico con posiciones teóricas
sólidas. Por último, se manifestó una 1
Cabe resaltar una de las conclusiones del seminario
que reviste particular importancia para nuestra línea
auténtica preocupación por la protección argumentativa, es decir, que a partir de las discusiones
del patrimonio cultural en peligro, conside- logró comprenderse que la cerámica Coyotlatelco se
produjo en tres regiones (la cuenca de México, el valle
rando que el registro arqueológico se ha de Toluca y la región de Tula), aun cuando en cada
una de ellas los complejos cerámicos presentan distin-
minimizado ante toda clase de afectaciones tos tipos y variantes, que reflejan precisamente
procesos de regionalización durante el Epiclásico. El
y destrucciones: desafortunadamente, cada detallado estudio de Gaxiola (1999) ilustra los pro-
vez hay menos fuentes de datos para blemas de conceptualización de lo Coyotlatelco en
investigaciones previas.
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que determinados modelos se perpetúen en avances y se ha incrementado el cúmulo de


la literatura científica. datos, se cuenta con un número consi-
Falsar hipótesis previas al existir nuevas derable de fechamientos de radiocarbono
evidencias forma parte indispensable del así como con resultados analíticos derivados
avance de las ciencias tanto exactas como de la aplicación de diversas técnicas, por lo
sociales, por lo que se trata de un proce- que en consecuencia en algunos estudios se
dimiento metodológicamente indispensable ha procedido a reevaluar no sólo la demar-
en la investigación de la realidad pretérita cación temporal en fases sino, además, el
con base en la cultura material, a menos que significado de los patrones de distribución y
se opte —como ocurre desde hace más de de los cambios observables en la cultura
setenta años— por tendencias metafísicas material del Epiclásico como evidencias de
esencialistas. Este fue el caso, por ejemplo, dinámicas poblacionales para distintas
de los estudios de Vaillant en el centro de regiones (cf. Cervantes y Fournier 1994,
México, con los que estableció una historia Cowgill 1996, Jiménez Betts 1998, 2005 y en
cultural fundamentada en la invención, este volumen, Gaxiola 1999 y en este volu-
difusión, intercambio, migración y en datos men, Manzanilla et al. 1996, Parsons et al.
tomados de las fuentes etnohistóricas, 1996, Sanders 1989, Solar 2002 y en este
correlacionando determinados tipos cerámi- volumen, Sugiura 1996, 2001, 2005), muchas
cos con grupos étnicos. En aras de la justicia de las cuales se caracterizan por tradiciones
y la contextualización, en esa época era cerámicas en extremo semejantes.
teóricamente consistente que Vaillant inter- Así, se han generado nuevos planteamien-
pretara los cambios abruptos en los estilos tos aun cuando su impacto se ha relativizado
cerámicos como el resultado de emigracio- y siguen prevaleciendo interpretaciones
nes o de la difusión, fundamentalmente de índole particularista, en gran medida
(Lyman et al. 1997). Un caso análogo refiere sustentadas acrítica y conjeturalmente en las
a los planteamientos respecto al Epiclásico fuentes documentales, por lo que en cierta
de Jiménez Moreno (1959), que en su medida hay un estatismo interpretativo
momento fueran vanguardistas, si bien en propiciado por la vigencia del particula-
definitiva es difícil que hoy día puedan rismo histórico, en ocasiones aderezado con
validarse empíricamente esos postulados y elementos de la ecología cultural. Parecería,
que se sigan aplicando como tablas de la ley. asimismo, que se han sacralizado los mode-
Para entrar en materia, sin duda alguna los ya arcanos construidos por los mismos
hay que referir a investigaciones seminales, arqueólogos como narrativas y, a pesar del
pues a partir de los estudios pioneros de sustento fáctico de los nuevos discursos,
Rattray (1966) y Braniff (1972), a lo largo de cualquier cuestionamiento o revisión llega
los últimos veinte años se han realizado inclusive a descalificarse ágilmente; incluso
múltiples pesquisas arqueológicas, gracias a al recurrir precisamente a los datos y a la
las cuales se cuenta con nuevos datos y contrastación empírica de las hipótesis
propuestas para aproximarse a una mejor alternativas con todo el rigor metodológico
comprensión de lo ocurrido en el centro de necesario, quien osa atentar contra lo
México a raíz del decline de Teotihuacan, si establecido se convierte, en definitiva, en un
bien las causales de ese proceso aún no se o una agente contracultural. Sin lugar a
han esclarecido. Han sido sustanciales los dudas se requiere una posición abierta a las
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nuevas evidencias y dejar a un lado el investigador es quien define una cultura


dogmatismo ante las perspectivas, inter- arqueológica con base en una serie de atri-
pretaciones o propuestas que se vienen butos o rasgos que tienen una distribución
desarrollando (cf. Cowgill 1996). tempoespacial dada (cf. Clarke 1984:441),
En los modelos interpretativos que se por lo que resulta confuso hacer equivalen-
han perpetuado afortunadamente no se ha tes las culturas arqueológicas a “pueblos”,
llegado por completo a posiciones helio- grupos o entidades étnicas (Jones 1997:106).
centristas como las de los difusionistas del A partir de la observación de atributos
siglo XIX, pero es fácil apreciar que se han recurrentes en la cerámica arqueológica es
construido mitos genésicos con base en una factible proponer que lo Coyotlatelco es un
serie de rasgos culturales, en particular de lo estilo, es decir, que se trata de la expresión
Coyotlatelco; las hipótesis que emanan de la material de acciones intencionales —que se
lectura de Jiménez Moreno (1959), seguidas desarrollan en un espacio y tiempo dados—
por Braniff (1972, 2005) e incluso Rattray para producir artefactos con una forma
(1996), se continúan y, en particular para la genérica y con proporciones determinadas,
región de Tula, ahora giran en torno a que con ciertas clases de apéndices particulares,
en muchos casos con combinaciones cromá-
al menos parte de la población Coyotlatelco ticas específicas así como según patrones
se originó y muchos de los elementos de esta decorativos establecidos 2 (véanse por ejem-
tradición tienen su origen en la periferia plo las contribuciones de Gaxiola, Jiménez
norte de Mesoamérica en regiones como la
Betts, Avilez y Solar, así como de Fournier,
sierra entre Jalisco y Zacatecas y tal vez el
Cervantes y Blackman en este volumen).
Bajío en Guanajuato y Querétaro (Mastache
et al. 2002:60);
Incluso podría hablarse de una tradición ce-
rámica Coyotlatelco sensus Willey y Phillips
a lo anterior hay que agregar especulaciones (1958), dada la distribución de rasgos
sobre que “Estos grupos, portadores de una morfoestilísticos similares que expresan
nueva tradición cultural, probablemente se relaciones históricas en un área cultural
originaron [...]” en las zonas citadas dada con límites geográficos definidos
(Mastache et al. ibid.:302), o bien se ha (Willey 1945), o bien por caracterizarse por
propuesto que “la mayoría de las influencias la estabilidad de rasgos formales a lo largo
norteñas en la cultura Coyotlatelco tenían su de un periodo relativamente largo y en
origen en la cultura Chalchihuites o en otras zonas poco amplias (Willey y Phillips 1958).
culturas estrechamente relacionadas con Otra alternativa sería postular que lo Coyo-
estos pueblos” (Mastache 1996:49). tlatelco constituye una tradición cultural,
Analizando estos discursos, en primer caracterizada por un patrón definido en las
lugar debe reevaluarse que al referirnos a lo prácticas de subsistencia, la tecnología, las
Coyotlatelco debería ser en el sentido de una
cultura arqueológica y no de un “pueblo” 2
Aun cuando la definición de lo que es un estilo depen-
específico —los “coyotlatelcos” (Braniff de de la posición teórica, en términos generales puede
plantearse que es un aspecto de la variabilidad de los
2005) cuyas manifestaciones materiales artefactos, está determinado por aspectos socioeconó-
micos y técnicos, es una vía para el intercambio de
recibirían el calificativo de “coyotlatelcas” información por tratarse de una expresión simbólica, y
es parte de los elementos de identidad y exclusivos de
(cf. Moragas 2005)—, considerando que el grupos particulares, o bien de distintos grupos que
interactúan (cf. Renfrew y Bahn 2000).
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adaptaciones ecológicas y la cosmovisión. comprender la historia no sólo es necesario


Sin embargo, si lo Coyotlatelco pudiera saber qué son las cosas, sino cómo llegaron
concebirse como una tradición cultural, a existir (Boas 1922). No obstante, esta
debería contarse con bases fácticas para parte de la herencia boasiana parece olvi-
inferir que en cualquier lugar donde se iden- darse frente a su legado difusionista, pues
tifique cerámica de tradición Coyotlatelco en las interpretaciones del cambio cultural
hubo los mismos elementos y dinámicas que han prevalecido acerca de la cultura
sociales en una época determinada. arqueológica Coyotlatelco la migración ha
Más allá de que exista claridad teórica y sido favorecida como el factor causal.
conceptual en las mencionadas narrativas De cualquier manera, entre los procesos
míticas respecto al estilo Coyotlatelco, parece que históricamente se han asociado con la
olvidarse que para que la interpretación, constitución de unidades sociopolíticas o
inferencia o explicación sean plausibles Estados se incluyen la expansión, la coloni-
—naturalmente rebasando lo puramente zación, la diáspora de bienes de intercambio
descriptivo—, si se pretende aproximarse o de fuerza de trabajo y la emigración (cf.
al conocimiento del pasado con base en Sanjek 2003). Cabe preguntarse qué se
la cultura material es indispensable dar entiende por migración, pues salvo excep-
respuesta, en primer lugar y con la mayor ciones (Sugiura 2005) se ha dado por
precisión posible, a dos preguntas ineludi- sentado su significado en los estudios acerca
bles en la arqueología que refieren a las de lo Coyotlatelco. Una definición de amplia
dimensiones temporal y espacial: cuándo y aplicabilidad refiere a que se trata de una
dónde ocurrió un evento. Obviamente una reubicación de residencia a largo plazo más
vez que se logra ubicar en tiempo y en allá de los límites espaciales de una co-
espacio un evento determinado, un patrón munidad dada donde habitan una o más
de eventos, una clase de eventos o un unidades sociales, como resultado de un
proceso específico, el reto es determinar qué decremento en los beneficios de permanecer
variables sociales y/o naturales fueron residencialmente estables o bien por el
las causales y qué grupos o sociedades incremento en los beneficios que se espera
estuvieron involucrados en que sucediera y obtener al reubicarse en un destino progra-
por qué. mado (Clark 2001). Bajo esta perspectiva,
además, debe tomarse en cuenta que los
procesos migratorios deben analizarse tanto
Entre el particularismo y los en el nivel interregional como en el intra-
inmigrantes errantes rregional (Sugiura idem.).
Independientemente de que se recurra a
En los estudios arqueológicos citados, la las teorías recientes acerca de la migración
migración resulta ser la explicación más en las que llega a haber cierto balance entre
socorrida del cambio cultural en la que se los modelos externalistas y los internalistas,
basa, como señala Braswell (2003), el dentro del mismo particularismo histórico
investigador perezoso quien prefiere obviar se plantearon una serie de criterios que,
las teorías o modelos de mayor rigor y comúnmente, se han obviado en la arqueo-
complejidad, o bien es incapaz de recurrir a logía del Epiclásico en el Altiplano central.
éstos. El mismo Boas reconoció que para Es decir, es indispensable 1) la identificación
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de los inmigrantes como una unidad construir modelos para distinguir si deter-
intrusiva en los territorios donde penetraron; minados artefactos o elementos de cultura
2) rastrear esa unidad hasta su sede original; material se introdujeron en una región dada
3) determinar la contemporaneidad de todas como resultado de movimientos poblacio-
las manifestaciones de esa unidad; 4) esta- nales como la conquista y colonización. Por
blecer que existieron condiciones favorables otra parte, hay que considerar que los
para la inmigración; 5) demostrar que otras patrones o atributos de alta visibilidad en
hipótesis no se ajustan a los datos, por los artefactos y la arquitectura son más
ejemplo la invención independiente o la susceptibles de ser emulados y, en con-
difusión de rasgos (Rouse 1958); e inclusive secuencia, no son indicadores confiables de
(Sanger 1975) 6) establecer que todos los la migración, caso de los cánones en la
subsistemas culturales estuvieron involu- composición de los diseños en la cerámica y
crados y no solamente uno aislado, caso de los estilos de la arquitectura cívico ceremo-
la cerámica de cierto estilo. Igualmente nial, mientras que los atributos de baja
desde la historia cultural se planteó que al visibilidad reflejan marcos compartidos de
considerar que las migraciones “explican” el aprendizaje por lo que pueden evidenciar
cambio cultural se ha incurrido en graves migraciones poblacionales, por ejemplo las
errores en las reconstrucciones históricas, al técnicas de manufactura de la cerámica sin
no prestar suficiente atención a las secuen- decoración, los patrones conceptuales en
cias cronológicas o al aceptar acríticamente el diseño de la ornamentación en las piezas
como si fueran hechos las interpretaciones decoradas, o la organización del espacio
teóricas de la secuencia cultural basadas en doméstico (cf. Clark 2001, Hill et al. 2004,
datos de distribuciones de poca consistencia Lyons 2003).
(Brainerd 1951). Respecto a lo Coyotlatelco, es indispen-
Entre quienes se mantienen en el marco sable diferenciar entre homologías cerá-
particularista, no ha interesado desarrollar micas e identidades cerámicas. En el caso de
o retomar alguna teoría de la migración que las homologías se trata de tipos cerámicos
permita fundamentar si ciertos patrones semejantes, o incluso de copias, definidos
que se identifican en el registro arqueo- para asentamientos o regiones separadas, si
lógico son el resultado del intercambio, la bien la tecnología de manufactura varía. Las
difusión, el desarrollo tecnoestilístico o la identidades, a su vez, implican el flujo real
migración. Una teoría de la migración de las vasijas de uno a otro o bien otros
debería proporcionar las herramientas asentamientos, en donde se consumen estos
conceptuales y metodológicas para elucidar, bienes. En principio los análisis macroscó-
además, la organización y logística de las picos pueden servir de base para distinguir
unidades migrantes, las causas posibles de entre las homologías y las identidades,
la emigración (por ejemplo, la guerra, según atributos como el estilo decorativo, el
presión poblacional, ganancia económica, acabado de la superficie, la forma genérica,
entre otros), la escala de la migración, las subclases formales y los componentes no
rutas migratorias, así como el impacto en el plásticos de la pasta, aun cuando los análisis
área de emigración y en la de inmigración, composicionales (petrografía, difracción de
principalmente (cf. Clark 2001, Burmeister rayos X y, sobre todo por su mayor precisión,
2000). Con estas bases sería factible la activación neutrónica) constituyen la vía
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más adecuada para llegar a determinar con mente lo cual incide en que las interpreta-
un alto nivel de confiabilidad el origen de ciones sean susceptibles de cuestionarse
los materiales cerámicos. Las homologías, respecto a sus fundamentos; se requiere dar
es decir, las copias de factura local, cons- a conocer si las fechas se calibraron, el
tituyen, en principio, evidencias de la rango con una y dos desviaciones estándar
dispersión de ideas o creencias acerca del así como la fecha media, como datos
aspecto de las vasijas, de su decoración y de mínimos, lo cual a menudo queda como un
su manufactura; significarían que hubo misterio en los pocos estudios donde se
movimientos poblacionales o migraciones, reportan los resultados analíticos de
movimientos de segmentos poblacionales radiocarbono (cf. Mastache 1996).
(comerciantes, productores o consumidores), A pesar de la paulatina acumulación de
que las piezas fueron hechas sobre pedido fechamientos, ha sido común que se inter-
según las necesidades de consumo de las preten a la ligera o bien se desechen si no se
élites, o bien que ocurrieron procesos de ajustan a los modelos interpretativos que se
emulación como parte de la interacción han perpetuado, caso semejante a los
social. Las identidades, caso de la cerámica resultados derivados de estudios analíticos
importada que puede indicar el flujo de con técnicas arqueométricas como las
bienes, significarían actividades de inter- asociadas con la biología molecular, si es
cambio o comercio, interacciones socio que llega a recurrirse a éstas. Cabe señalar
ceremoniales, la realización de rituales, o que los análisis de ADN para el caso de
situaciones de transporte casual, entre otros Teotihuacan durante el Clásico y fines del
(cf. Ball 1983, Braswell 2003). Epiclásico (en contextos asociados con el
Con base en lo anterior, resulta evidente estilo cerámico Mazapa) indican que
que la migración y la colonización deberían genéticamente las poblaciones de esas
asociarse con patrones arqueológicos claros épocas eran diferentes entre sí (Manzanilla
con un alto grado de consistencia en la 2005); por otra parte, llama la atención en
variabilidad de los artefactos, además de particular que en un asentamiento del
que debería haber una sucesión cronológica Epiclásico de la región de Tula —claramente
desde la sede original de los emigrantes, a lo relacionado con el complejo Coyotlatelco de
largo de las rutas a través de las cuales se esa región (Cervantes y Fournier 1994) y
dieron los movimientos poblacionales hasta que se ubica relativamente próximo a la
el lugar donde se reubicaron. urbe tolteca del Posclásico temprano— no
exista vínculo genético alguno entre las
poblaciones otomíes de esa región y las de la
Entre la palabra sacralizada Ciudad de los Dioses, sean del Clásico o de
conjetural y las nuevas evidencias fines del Epiclásico (Fournier y Vargas
Sanders 2002), caso semejante a una serie
Sin duda, tal como señalara hace una de muestras de entierros recuperados en
década Cowgill (1996), el establecimiento de Tula, que datan de diversas fases (Paredes
los límites cronológicos de los procesos 2005). Es difícil interpretar este multi-
epiclásicos presenta, en muchos casos, variado mosaico genético entre dos de las
serias limitantes, dado que los fechamientos principales regiones productoras de lo
de radiocarbono se reportan heterogénea- Coyotlatelco, aun cuando resulta claro que
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de haber provenido los portadores de la Desafortunadamente, para el Bajío


tradición cerámica citada de alguna zona —amplia zona a la que se le ha imputado un
ubicada al norte de la Cuenca de México no rol de mediadora entre el noroeste de
podría tratarse de la región de Tula, cuyos Mesoamérica y la región de Tula— se han
habitantes eran genéticamente otomíes al desarrollado secuencias cerámicas que di-
menos desde el Epiclásico, lo cual nos fícilmente pueden fijarse en el tiempo con
conduce a insistir en que las homologías un grado mínimo de precisión, por lo
cerámicas no necesariamente se relacionan que siguen retomándose acríticamente los
con flujos poblacionales y menos aun con planteamientos sacralizados para tratar de
movimientos migratorios. comprender la proliferación de determina-
Aun cuando es obvio que las nuevas das tradiciones estilísticas epiclásicas en el
evidencias resultan en extremo incómodas Altiplano central (cf. López y Nicolás 2005,
para muchos que se adhieren a los “sacrali- Mastache et al. 2002).
zados” modelos plagados de especulaciones Lo ocurrido a raíz del ocaso de Teoti-
y conjeturas acerca de las migraciones como huacan y los procesos relacionados con la
causales de lo Coyotlatelco en los valles dispersión del estilo Coyotlatelco aún son
centrales, es necesario recurrir a la informa- tema de especulaciones, en particular en lo
ción disponible en la actualidad. Los datos referente a las distintas divisiones en
acerca de los procesos y dinámicas sociales complejos cerámicos de las secuencias
ocurridos en el noroeste de Mesoamérica propuestas para las tradiciones de la Ciudad
(cf. Jiménez Betts 2005 y en este volumen), de los Dioses. Entre los investigadores
evidencian la contemporaneidad de las especializados en la Cuenca de México no se
homologías cerámicas y la falta de sustento ha llegado a acuerdos acerca de si la fase
de hipótesis acerca de relaciones filogené- Metepec tiene aplicabilidad fuera de
ticas: los complejos cerámicos pueden Teotihuacan, si es factible mantener como
compartir, bajo la línea argumentativa que fases separadas la Oxtotipac y la Xometla
hemos desarrollado, algunos elementos a —propuestas por Sanders (1986a, 1986b)—
resultas de procesos de interacción y no y si, igualmente, pueden aplicarse para
necesariamente por el influjo de poblacio- secuencias fuera de la gran urbe e, incluso,
nes “norteñas” hacia los valles centrales, si la primera tiene validez tipológica. Dado
antes de, durante o después de la ruptura que se carece de fechamientos de radio-
del sistema integrativo teotihuacano. carbono para estas dos últimas fases,
Además, los fechamientos ahora disponi- mientras que el final de la Xolalpan tardío
bles para el valle de México (cf. Manzanilla et se ha ubicado hacia 600 d.C. (Manzanilla
al. 1996, Parsons et al. 1996) y, sobre todo, la 2005), si comparamos con los nuevos
región de Tula (véase el capítulo de Fournier, fechamientos para la región de Tula que
Cervantes y Blackman en este volumen), permiten postular que igualmente alrededor
que cubren con rigor los requerimientos de 600 d.C. surge el estilo Coyotlatelco, nos
antes citados acerca de su precisión, indican enfrentamos a la necesidad de que se realice
que estamos tratando con procesos coetá- un reajuste en la secuencia para Teoti-
neos y no secuenciales de norte a centro en huacan.
lo que respecta al apogeo del estilo Coyotla- La importancia de estos cambios en las
telco y otros parcialmente homólogos. secuencias no sólo radica en el aspecto de
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las temporalidades sino, sobre todo, en la convertirse en errantes, lo suficientemente


interpretación de los procesos que se poderosos para incidir en el colapso del
asocian con el Epiclásico en los valles Estado Teotihuacano al concluir su éxodo, o
centrales e, inclusive, en la falta de validez para dar la estocada final a una sociedad en
de la hipótesis migratoria: si llegara a proceso de desintegración, habiendo apro-
fundamentarse en correlatos materiales que vechado la precariedad del sistema como
lo Oxtotipac constituye un desarrollo endó- advenedizos que lograron ubicarse entre la
geno teotihuacano que ocurre en el siglo VII sociedad de la gran urbe (cf. López 2003:
de nuestra era, entonces lo Coyotlatelco no 224, Manzanilla 2005:269). Más grave aún
representaría el influjo de nuevas pobla- es que se conciba que los recién llegados,
ciones sino, más bien y como proponen esos “coyotlatelcas” intrusos, tuvieron la
Sanders (1989 y en este volumen) y Sugiura capacidad de sustituir a las poblaciones
(2005 y en este volumen) la reubicación anteriores, mismas que parecerían desapa-
poblacional. En este sentido, podría inter- recer por arte de magia.
pretarse que pudo ocurrir un proceso de A partir de los planteamientos que
migración de retorno desde la Ciudad de los hemos expuesto en este análisis historio-
Dioses a regiones como el valle de Toluca, a gráfico-arqueológico, es factible proponer
donde regresaron grupos que radicaban en que los elementos de cultura material
Teotihuacan pero que mantenían nexos homólogos que aparecen en diversas zonas
étnicos o biolingüísticos ancestrales con los del noroccidente de México, la a veces
que se encontraban asentados en zonas del denominada periferia norte de Mesoamé-
Alta Lerma (cf. Sugiura 2005), lo cual incluso rica, el Bajío y los valles centrales, podrían
podría aplicarse a la región de Tula, lo que más bien evidenciar la interacción continua
implicaría que se trataba de otomíes en el entre los grupos asentados en esos
último caso. territorios a lo largo de los siglos (cf.
Cabrero 1989) que migraciones. Así, con un
modelo aislacionista de esta naturaleza,
Hacia la deconstrucción de las podría aludirse a la interacción como el
narrativas sacralizadas intercambio de información, caso por
ejemplo de los estilos, y el intercambio de
Aquel “triunfo de los tepalcates” del que artefactos, de donde podría postularse que
hablaba Bernal (1979) para hace bastantes el movimiento de ideas y bienes se realizó
décadas sigue en gran medida victorioso, mediante intercambio indirecto e inde-
aun cuando se matice ese “lenguaje de los pendiente (cf. Nelson 2000). Al aplicar este
tiestos” —sensus Meggers y Evans (1969)— modelo y contrastarlo empíricamente, no
con narrativas casi traspoladas de las necesariamente se descartaría la posibilidad
fuentes etnohistóricas para épocas como el de que ocurrieran movimientos poblaciona-
Epiclásico, en las que su aplicabilidad es les al desintegrarse el Estado teotihuacano,
nula. A pesar de que ya no se concibe que si bien ante la ausencia de evidencias de que
los tiestos son entidades cuasi dinámicas hubo procesos migratorios de grupos
con capacidad de movimiento, las transfor- septentrionales o del noroeste hacia el
maciones sociales se adjudican a migra- Altiplano central (cf. Jiménez Betts 2005
ciones de grupos a los que les da por y en este volumen) sería insostenible la
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interpretación hasta ahora favorecida desde no como se ha especulado con “chichimecas


el particularismo histórico por carecerse de norteños” (Braniff 2005:49); el grupo bio-
bases fácticas para la contrastación. lingüístico otomí muy probablemente fue
Sin duda es una ardua empresa tratar de oriundo de los valles centrales según los
comprender la complejidad social con base estudios glotocronológicos (cf. Fournier
en fragmentos de la cultura material de 1996), por lo que carece de sustento la
unos cuantos asentamientos que parcial- conjetura de que se trató de inmigrantes del
mente han sobrevivido al devenir histórico, septentión que arribaron a regiones como la
aunada a las múltiples limitantes de la de Tula en el Epiclásico.
investigación arqueológica que abarcan Resta, obviamente, que los especialistas
desde la recuperación en campo de datos en la arqueología de Teotihuacan contri-
hasta la presentación misma de los resul- buyan a la comprensión del proceso de
tados analíticos. Dado que todo proceso decline de ese complejo sistema estatal que
social es multicausal, no se descarta la impactó en amplias áreas de Mesoamérica,
posibilidad de que como parte de la temática a la que si bien se hizo alusión
interacción entre distintos grupos durante el en las discusiones del seminario de lo
Epiclásico los movimientos de algunos Coyotlatelco quedó en puntos suspensivos.
incidieran en los desarrollos ocurridos Siguen siendo más las interrogantes que las
aunque, insistimos, el movimiento de respuestas sustentadas en el registro ar-
información y de artefactos pudo tener una queológico acerca de los desarrollos Epi-
incidencia más fuerte que los flujos pobla- clásicos en los valles centrales. No obstante,
cionales. Difícilmente puede plantearse que los aportes del seminario que se plasman en
el estilo Coyotlatelco se generara indepen- este volumen en definitiva han ampliado las
dientemente en la Cuenca de México, el perspectivas y abierto nuevas tendencias
valle de Toluca y la región de Tula, zonas para aproximarse, al menos, al esclare-
colindantes, aunque desconocemos cuáles cimiento de las variables vinculadas con
fueron los mecanismos que propiciaron su los desarrollos sociales y los correlatos
proliferación, adopción y modificación bajo materiales asociados con ese peculiar estilo
cánones propios en cada una de esas cerámico. ▣
regiones en donde se produjo cerámica
apegada a las pautas generales del estilo
pero con diversificaciones. Cabe preguntarse Referencias bibliográficas
cuál fue el significado ideológico cosmovi-
sional de las representaciones materiales BALL, Joseph W.
homólogas, incluyendo los elementos de 1983 “Teotihuacan, the Maya, and Ceramic
Interchange: A contextual Perspective”, en A.G.
diseño en las vasijas y las figurillas, Miller (ed.) Highland-Lowland interaction in
fundamentalmente, si los usuarios (se trate Mesoamerica: Interdisciplinary approaches,
pp. 125-145. Dumbarton Oaks Research Li-
de productores o consumidores) de vasijas brary and Collection, Washington D.C.
apegadas estilísticamente a lo Coyotlatelco BERNAL, Ignacio
pudieron o no tener afinidades biolingüís- 1979 Historia de la arqueología en México. Editorial
Porrúa, S.A., México.
ticas, aun cuando al menos en la región de
BOAS, Franz
Tula ese estilo se relaciona con poblaciones 1920 “The Methods of Ethnology”, American An-
otomíes (Fournier y Vargas Sanders 2002) y thropologist 22, pp. 311-22.
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