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TRANSPORTE DE SEDIMENTOS COHESIVOS Y NO COHESIVOS EN


SISTEMAS DE SANEAMIENTO (Examination Draft Version)

Thesis · December 2018


DOI: 10.13140/RG.2.2.30113.71523

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1 author:

Alejandro Viscarret
Universidad Católica del Uruguay Dámaso Antonio Larrañaga
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Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA

FACULTAD DE INGENIERÍA

Tesis para optar al Título de

Magíster en Mecánica de los Fluidos Aplicada

TRANSPORTE DE SEDIMENTOS COHESIVOS Y NO COHESIVOS EN SISTEMAS


DE SANEAMIENTO

Autor: Ing. Alejandro Viscarret

Director de Tesis: Ing. Daniel Schenzer

Montevideo, Uruguay

2017

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 1


(Incluir únicamente el número de ISSN que corresponda a la Maestría o al Doctorado al
reverso de la Tapa de la Tesis)

ISSN 1688-2806 (Tesis de Maestría versión impresa)

ISSN 1688-2792 (Tesis de Maestría versión CD-ROM)

Ing. Alejandro Viscarret

Tesis de Maestría en Ingeniería-Mecánica de los Fluidos Aplicada

Facultad de Ingeniería

Universidad de la República

Montevideo, Uruguay, 2017

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 2


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Motivación

Cuando se estaba en la fase de identificación de posibles temas que, por su cuantía y


profundidad, pudieran ameritar realizar un trabajo como el presente varios fueron
descartados. Algunos por demasiado triviales, algunos por demasiado complejos (o que
pudieran requerir aportes de conocimiento original, y por lo tanto podrían justificar más
bien un trabajo de tesis de doctorado), otros por requerir, necesariamente, costosos o
complejos trabajos en laboratorio o campo.

Con el tiempo empezó a consolidarse la idea que ahora se plasma en esta tesis. Ella
surgió tras la observación de la práctica cotidiana de la ingeniería (en especial en el diseño,
pero también en la operación de los sistemas) en la que se identificó un cierto vacío o
incompletitud en la forma de encarar el problema del transporte de sedimentos. En especial
en los sistemas de saneamiento, área en la que trabajo desde hace más de una década.

Se observó que las condiciones de “autolimpieza” usualmente impuestas eran muy


básicas y no parecían tener en cuenta las concentraciones y otras características de los
sólidos que se pretende arrastrar (la cohesión por ejemplo, que terminó siendo tema central
dentro de la tesis). Se suelen utilizar, aún, criterios “estáticos” como velocidades o, a lo
sumo, tensiones rasantes mínimas.

Todo ello ameritó encarar este tema encontrándose que, efectivamente, habían más
factores a considerar si bien, como se desarrolla a lo largo de este trabajo, no solo es en el
Uruguay donde habrían defectos de utilización de los modelos y formulaciones más
adecuadas a la realidad, sino que ello también parecería repetirse aún en el ámbito
internacional.

Si al menos este trabajo sirviera para mostrar esas alternativas que, si bien son algo más
complejas que las utilizadas en la práctica actual, dan una mejor aproximación a los
problemas del transporte de sedimentos en las conducciones, habrá tenido el sentido
propuesto.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 3


Agradecimientos

A OSE, a la Facultad de Ingeniería de la UdelaR, a los docentes del IMFIA (en especial
al Ing. Daniel Schenzer) y todos los que han aportado algún granito de arena (u otro tipo de
partícula, cohesiva o no), a la realización de este trabajo.

Por último, lo más importante:

A mis padres, Carlos y Julia, y a Caro, mi hermana: sin ustedes nada de esto hubiera
sido posible.

A Lola y Josefina: gracias por acompañarme en este arduo camino, y gracias también por
el tiempo que no les dediqué a Ustedes ¡Que sea para bien!

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 4


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Dedicatoria

A mi Familia y Amigos.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 5


ÍNDICE GENERAL

Motivación ....................................................................................................................................... 3

Agradecimientos................................................................................................................................. 4

Dedicatoria ....................................................................................................................................... 5

ÍNDICE GENERAL ........................................................................................................................... 6

Notación ....................................................................................................................................... 9

Abreviaturas, siglas, y acrónimos...................................................................................................... 9

Letras romanas .................................................................................................................................. 9

Letras griegas .................................................................................................................................. 10

Subíndices y superíndices ................................................................................................................ 11

Números adimensionales ................................................................................................................. 11

1 Introducción........................................................................................................................ 12

1.1 Temas a tratar en este trabajo ........................................................................................... 12

1.2 Transporte de sedimentos cohesivos y no cohesivos en sistemas de saneamiento ........... 12

2 Caracterización de los líquidos residuales ......................................................................... 13

2.1 Generalidades..................................................................................................................... 13

2.2 Descripción cualitativa y cuantitativa de los líquidos residuales ..................................... 14

3 Sistemas de saneamiento ................................................................................................... 15

3.1 Fuentes de aporte de sólidos .............................................................................................. 15

3.2 Características de los sistemas de saneamiento separativo en el Uruguay ..................... 17

4 Propiedades y características generales de los sedimentos .............................................. 19

4.1 Definiciones aplicables a los sedimentos ........................................................................... 19

4.2 Granulometría de partículas sedimentarias ..................................................................... 19

4.3 Gradación de la granulometría .......................................................................................... 26

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 6


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

4.4 Densidad ............................................................................................................................. 27

4.5 Forma ................................................................................................................................. 27

4.6 Descripción de los sedimentos en los sistemas de saneamiento........................................ 29

4.7 Resumen del Capítulo 4 ..................................................................................................... 34

5 Velocidad de sedimentación ............................................................................................... 35

5.1 Velocidades de sedimentación medidas en colectores ....................................................... 35

5.2 Variación de tamaño y forma de partículas en el flujo ...................................................... 36

5.3 Fórmulas para el cálculo de velocidades de sedimentación .............................................. 36

5.4 Coeficientes de arrastre ..................................................................................................... 44

5.5 Resumen del Capítulo 5 ..................................................................................................... 54

6 Caracterización de los sedimentos cohesivos ..................................................................... 56

6.1 Clasificación de los sedimentos según su granulometría .................................................. 56

6.2 Procesos y dinámica de los sedimentos cohesivos ............................................................. 58

6.3 Fenómenos de pequeña escala y flujos secundarios .......................................................... 90

6.4 Resumen del Capítulo 6 ..................................................................................................... 70

7 Comportamiento de los sedimentos en las conducciones .................................................. 72

7.1 Origen de los sedimentos en las aguas residuales............................................................. 72

7.2 Condiciones propicias para la sedimentación en sistemas de saneamiento ..................... 73

7.3 Condiciones de autolimpieza .............................................................................................. 73

7.4 Procesos asociados a los sedimentos en las conducciones ................................................. 76

7.5 Diferencias entre el estudio de sedimentos cohesivos y no cohesivos ............................... 79

7.6 Sistemas para resuspensión y transporte de sedimentos en las conducciones ................. 84

7.7 Resumen del Capítulo 7 ..................................................................................................... 91

8 Transporte de sedimentos .................................................................................................. 92

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 7


8.1 Modelos teóricos y fórmulas de transporte de sedimentos ................................................ 92

8.2 Mecánica del transporte de sedimentos: inicio del movimiento ...................................... 100

8.3 Diagrama de Shields ........................................................................................................ 116

8.4 Mecánica del transporte de sedimentos: transporte como carga de lecho ...................... 121

8.5 Comparación de modelos y fórmulas de transporte de sedimentos ................................ 122

8.6 Fórmulas para el transporte de sedimentos en contextos urbanos ................................. 128

8.7 Transporte de sedimentos como carga suspendida ......................................................... 146

8.8 Resistencia al flujo ........................................................................................................... 148

8.9 Resumen del Capítulo 8 ................................................................................................... 154

9 Conclusiones ..................................................................................................................... 156

10 Posibles líneas de investigación identificadas ................................................................. 158

Anexo I - Deducción de una fórmula para el transporte de sedimentos ....................................... 159

Anexo II - Potencia volumétrica necesaria para suspender una concentración de


sedimentos conocida....................................................................................................................... 163

Anexo III - Eliminación de paredes laterales ............................................................................ 165

Anexo IV Modelación física ....................................................................................................... 170

Antecedentes históricos ................................................................................................................. 170

Instalaciones experimentales utilizadas ....................................................................................... 170

Conductos circulares ...................................................................................................................... 171

Propiedades de los sedimentos utilizados ..................................................................................... 171

Experiencias a escala en modelos físicos. ...................................................................................... 173

Aspectos relevantes a tener en cuenta al considerar modelos físicos ........................................... 174

Anexo V Modelación numérica ................................................................................................ 175

Modelos numéricos específicos para sistemas urbanos ................................................................. 178

11 Bibliografía ....................................................................................................................... 183

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 8


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Notación
Se indican entre paréntesis las unidades usuales en el SI (Sistema Internacional de
Unidades), que serán las utilizadas en todo este trabajo excepto cuando se indique lo
contrario. Asimismo, de tal forma se hacen evidentes las dimensiones de las magnitudes
asociadas a cada símbolo o letra.

Abreviaturas, siglas, y acrónimos


ADWP: Antecedent Dry Weather Period;

ASCE: American Society of Civil Engineers;

DBO: Demanda Bioquímica de Oxígeno;

CSO: Combined Sewer Overflow (alivio de colectores unitarios);

EPA: Environmental Protection Agency;

MVOTMA: Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Media Ambiente


(Uruguay);

OSE: Obras Sanitarias del Estados, Uruguay;

ppm: partes por millón (kg/kg = -);

ppmv: partes por millón en volumen (m3/m3 = -);

PTAR: Planta de Tratamiento de Aguas Residuales;

ROU: República Oriental del Uruguay;

SS: Sólidos Suspendidos;

SST: Sólidos Suspendidos Totales;

SSV: Sólidos Suspendidos Volátiles;

TSSS: Time (elapsed) Since Start of Storm;

Letras romanas
C, Ch: coeficiente de Chezy (m1/2/s);

Cv: concentración volumétrica de sedimentos (-);

d : diámetro representativo de las partículas de sedimento (m);

D, Dh : diámetro1, o diámetro hidráulico, de la conducción (m);

1 Según el contexto puede ser el diámetro de una partícula o una conducción.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 9


dx, Dx : tamaño (diámetro) de las partículas de una distribución granulométrica tal que el
x(%) en masa de la muestra es más pequeño, (m);

f: factor de fricción, (-);

g: aceleración de la gravedad (m/s2);

g´: aceleración de la gravedad corregida por flotación (m/s2);

i, I, J: gradiente de energía, hidráulico, de energía, o de cotas piezométricas (-);

k: coeficiente de Manning-Strickler, k=1/n (-);

kx: rugosidad equivalente del sedimento (m);

n: coeficiente de rugosidad de Manning (-) ;

q : caudal transportado por unidad de ancho de canal ((m3/s)/m = m2/s),

rP: redondez de una partícula;

R, Rh: radio, radio hidráulico, de la conducción (m);

S: gradiente de energía, (-);

s : peso específico (ρs/ρ), (-);

u*: velocidad crítica de fricción, u* = , (m/s);

V: velocidad media del flujo (m/s);

Wb: ancho de lecho de sedimentos (m);

ws : la velocidad (terminal) de caída de una partícula, m/s,

y: profundidad media del flujo (m);

Letras griegas
= , factor de corrección de la aceleración gravitatoria por flotación, (-);

: peso específico, (N/m3);

: factor de fricción2 con agua limpia y sedimentos, respectivamente (-);

viscosidad dinámica del fluido, (Pa.s);

: viscosidad cinemática, (m2/s);

ρ: densidad (kg/m3);

: esfuerzo cortante(Pa=N/m2);

2 También llamado factor de fricción de Colebrook-White.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 10


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Subíndices y superíndices
0,b: relativo al lecho (“bed”);

c, cr: valor crítico;

gr: relativo al grano;

p: relativo a una partícula;

s: relativo al sedimento;

*: cantidad adimensional3.

Números adimensionales

: diámetro de partícula;

: número de Euler;

: número de Froude;

: número de Reynolds;

: esfuerzo cortante;

: caudal sólido;

: inverso del esfuerzo cortante, ;

= tasa de transporte de

sedimentos.

3 Con un excepción notable en u*, que suele usarse mucho, pero no es adimensionada.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 11


Introducción

1 Introducción

1.1 Temas a tratar en este trabajo


Los ejes temáticos de la presente Tesis de Maestría son:

 Estudio comparativo de los flujos con arrastre de sólidos cohesivos y no cohesivos


 Estudio de diversas configuraciones de flujo en:
o conducciones a superficie libre: canales y colectores.
o conducciones a presión: tuberías de impulsión de sistemas de bombeo.
o instalaciones hidráulicas asociadas, como pozos de bombeo y cámaras o
registros de inspección.
 Análisis hidráulico del flujo y las distintas configuraciones de arrastre de los
sólidos evaluando en qué condiciones son relevantes las diferencias encontradas
en ambos casos citados.
 Análisis de desarrollos y modelos teóricos, numéricos y/o experimentales
existentes en la actualidad.

Además, se intentó relacionar los avances obtenidos a nivel internacional con las
prácticas y experiencias nacionales en ésta área temática.

1.2 Transporte de sedimentos cohesivos y no cohesivos en sistemas de


saneamiento
El objetivo de este trabajo es profundizar la comprensión de los fenómenos que se
relacionan con el arrastre de sedimentos que se produce en los sistemas de transporte de
líquidos. Asimismo, la idea es realizar una puesta a punto en la temática de acuerdo a los
más recientes desarrollos e investigaciones a nivel internacional.

El estudio se centró especialmente en el transporte de sedimentos que pueden ser


encontrados en las llamadas aguas “residuales”, fundamentalmente porque es en éstas que
se dan más problemas asociados al transporte de sedimentos. En otros casos, como ser el
transporte de agua potable (la cual, en general, ha sido previamente desprovista de la
mayor parte de los sedimentos a través de procesos de sedimentación y filtrado), el impacto
del arrastre de sólidos en las conducciones no suele ser tan notorio y cotidiano. Se pudo
identificar como sumamente relevante la influencia de la actividad biológica de las aguas
residuales en el comportamiento de los sólidos al ser transportados en las conducciones.

El foco fue puesto en el estudio del arrastre de sólidos que se produce en el transporte o
colección de las aguas efluentes domésticas urbanas. La descripción y modelado del
fenómeno tiene asociada cierta complejidad adicional debida a la coexistencia de distintas
fases (sólida, líquida y gaseosa). Las “aguas residuales” son también llamadas, en forma
más general, “líquidos residuales”. Esta denominación da una pauta del amplio espectro de
los componentes que en ellas se puede encontrar. Tales pueden ser los casos en que se
presentan sustancias “extrañas” como grasas y aceites, fibras y residuos de materiales
diversos (maderas, plásticos y otros) en cantidades importantes. Por este tipo de
“singularidades” es que suele surgir la dificultad de obtener una caracterización con validez
general de las “aguas residuales”, por lo cual las conclusiones siempre deberán referirse a
cada caso particular o bien darse ciertos rangos de validez (usualmente limitados) de las
mismas.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 12


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

En particular, se suelen tener problemas operativos asociados a la presencia de


sedimentos. Por ejemplo en casos de paradas prolongadas de los sistemas, o existencia
permanente de bajas velocidades de flujo en las conducciones.

En ocasiones se estudia la posibilidad de reducción de las velocidades del flujo por


bombeo a los efectos de mejorar la eficiencia energética de los sistemas, o bien reducir las
pendientes en sistemas con flujo por gravedad. Si bien ello se puede justificar desde los
puntos de vista hidromecánico, energético, y económico, puede comprometer la operación de
los sistemas desde el punto de vista del adecuado transporte de los sedimentos4 que
pudieran estar siendo arrastrados por el fluido, generando problemas operativos.

Por casos como los citados resulta necesario el conocimiento del comportamiento de los
sedimentos en las conducciones de las aguas residuales, tanto en sistemas por gravedad
(“colectores de saneamiento”, es decir tuberías a superficie libre) como en líneas de
impulsión a presión (sin superficie libre y en general con velocidades mayores que las que
se tienen en los casos por gravedad).

Por ello, un objetivo adicional de esta tesis es obtener algunos criterios prácticos de
diseño (o “dimensionado”) de sistemas de recolección y transporte de aguas residuales
según las características de estos y los sólidos que contienen.

2 Caracterización de los líquidos residuales

2.1 Generalidades
Los fluidos denominados “líquidos residuales” presentan importante variabilidad en su
composición. No solo son diversas las sustancias que en ellos pueden encontrarse sino
también sus porcentajes relativos (composiciones). Las distintas composiciones pueden
implicar distintos comportamientos del fluido que los contiene. Un ejemplo claro es el
contenido relativo de sedimentos cohesivos (por ejemplo arcillas) respecto al total, que
puede cambiar las propiedades reológicas del fluido en su conjunto.

En términos generales, los flujos de líquidos residuales se destacan por ser multifásicos,
principalmente bifásicos, con fuerte contenido de sólidos (lo que en especial nos ocupa en
este trabajo). Ello sin perjuicio de que pudieran ser trifásicos, dada la posible presencia de
gases, ya sea provenientes de alguna fuente externa y arrastrados por el líquido, o bien
generados en el seno del propio fluido, o lo que es aún más relevante para este trabajo: en el
seno de la fase sólida5. En el caso de las conducciones a presión, además, no se puede
ventilar con la relativa facilidad que se tiene en las conducciones a superficie libre. Los
únicos puntos de liberación de gases que se cuentan, en el último caso, son las válvulas de

4 Como efectos secundarios se suelen producir eventos de producción de olores en los sistemas,
asociados muchas veces a la acumulación de sedimentos, o biofilms adheridos a las paredes de las
conducciones. Se trata entonces de un problema operativo derivado de la inadecuada gestión de los
sólidos en los sistemas de transporte de éste tipo de líquidos.

5 Lo que puede afectar muy fuertemente las propiedades de los lechos sedimentarios a
transportar.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 13


Caracterización de los líquidos residuales

alivio instaladas en puntos altos, en general separadas algunos centenares de metros entre
sí.

En el contexto en que se desarrolla este trabajo, la denominada “hidrología urbana”, se


trata específicamente con aguas o líquidos residuales de origen doméstico, así como con
aguas pluviales (y sus sólidos asociados), ya que son casi inevitables sus interacciones.

2.2 Descripción cualitativa y cuantitativa de los líquidos residuales


Una de las características principales de los líquidos residuales es la amplia gama de
valores de los parámetros que los definen lo que suele hacer complejo su estudio, en
particular cuando se intenta generalizar los resultados obtenidos.

A modo de ejemplo se consideran algunos de los parámetros relevantes (composición


supuesta del afluente utilizada en el diseño de plantas6 de tratamiento en el Uruguay) que
se pueden vincular al transporte de sólidos. En cuanto a concentraciones medias de
afluentes a PTARs (es decir en la salida del sistema de colección y transporte) se
consideran, en valores medios, DBO5 = 250 mg/l, concentración de SS = 250 a 600 mg/l.

Especialmente respecto a DBO5 se puede diferenciar a los líquidos residuales domésticos


de, por ejemplo, los de origen industrial, cuyos valores para el mismo parámetro pueden
estar uno o dos órdenes de magnitud por encima7.

Sin perjuicio de lo anterior, cabe destacar que en la caracterización de los líquidos


residuales domésticos8 no es posible tener consenso en los parámetros que los definen, aun
para el diseño de PTARs, ya que estos dependen fuertemente de las características de las
actividades que se asocien a los líquidos residuales tratados. Por ejemplo el aporte de
efluentes industriales, o aguas de lluvia en distintas relaciones, cambia fuertemente las
características de los líquidos residuales, en especial el contenido de sólidos, que luego se
debería transportar o arrastrar.

Según se verá más adelante, un aspecto relevante en el comportamiento de los


sedimentos, en los sistemas de transporte que los presentan (i.e. tuberías, canales, etc.), es
el desarrollo de “biofilms” o películas de origen biológico. Este tipo de biofilms (Fang, et al.,
2012) puede ser formado por bacterias y algas. Además, se indica que su crecimiento y
reproducción requiere la presencia de carbono, nitrógeno, fósforo, “algo de potasio” y calcio
(C, N, P, K y Ca) en ciertos rangos de concentraciones. Según Zhou & Gao (2002), citados
por (Fang, et al., 2012), para microorganismos aeróbicos las condiciones óptimas de
crecimiento se dan con relaciones de DBO5, N y P del orden de 100:5:1 en el ambiente
acuático. La comparación de los valores de diseño usuales con los valores reportados en la
literatura (Fang, et al., 2012) indica que coinciden sustancialmente en las proporciones

6 Pertenecientes a OSE.

7 Esto antiguamente se llamaba “fuerza” del agua residual, es decir una medida cuali-cuantitativa
aproximada de su carga orgánica.

8 Cuya variabilidad es conocida por ser relativamente reducida y su dificultad de tratamiento


baja, en comparación con otro tipo de aguas residuales como las de origen industrial.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 14


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

DBO5:N:P. Se observa que se tiene exceso respecto a la proporción prevista de N (entre 16:1
y 18:1 contra el óptimo de 5:1) y también, si bien un poco menor, en P (2:19).

De lo anterior se puede concluir (dada la variabilidad de las características de las aguas


residuales expresadas por parámetros como los vistos) que los sistemas operan en
condiciones que, aun no siendo las óptimas, serían favorables para el crecimiento de algas y
bacterias generadoras de biofilms en las conducciones.

3 Sistemas de saneamiento
Se define aquí como “sistema de saneamiento” al conjunto de las infraestructuras (obras
civiles, equipamiento electromecánico, servicios, etc.) cuyo objetivo es la colección,
transporte, tratamiento y disposición “final10” de las aguas residuales, que en el contexto de
este trabajo serán únicamente las provenientes de usos domésticos11 y pluviales.

3.1 Fuentes de aporte de sólidos


El origen de los sólidos presentes en los sistemas de saneamiento, aun siendo estos de
tipo separativo, puede ser variado. Los sólidos de menor tamaño, usualmente de tipo
orgánico, suelen estar directamente relacionados con los vertidos de tipo doméstico. Los
inorgánicos y de mayor granulometría, pueden estar asociados a la ocurrencia de ingresos
de material de fuentes no previstas en las etapas de diseño, como ser restos de obras en
construcción, caminería y otros12. Es por ello que en la operación, mantenimiento y
ampliación de las redes de saneamiento interactúan13, por una parte el operador del
sistema, y por otra los demás actores de la trama urbana como los encargados de obras
viales o de otra índole, tanto públicas como privadas.

9 Cabe comentar que los valores máximos establecidos por el Decreto 253/79 de la ROU (con fecha
9 de mayo de 1979 y sus modificaciones posteriores), que regula los vertidos de aguas residuales (en
este caso a colector de saneamiento) son de 50 y 10 mg/l para N y P, respectivamente.

10 Típicamente a algún curso receptor.

11Otras aguas o líquidos residuales como los industriales o municipales (lixiviados de vertederos
de residuos sólidos, por ejemplo), en principio no serán considerados en ésta categoría, si bien existen
algunos casos, tanto en el ámbito internacional como nacional, donde se realiza su tratamiento en
conjunto con los de origen doméstico.

12 En sistemas de mayor porte se han registrado casos de aparición de sólidos “muy grandes” como
chatarra (incluso hasta cuadros de bicicletas) lo cual da una imagen de lo realmente variable de los
sólidos que es posible encontrar en sistemas de este tipo. Estos entrarían en la categoría “gross
solids” (Staufer, 2011).

13 En el Uruguay los operadores principales son la Intendencia de Montevideo en este


departamento del país, y algunas zonas aledañas, y en el resto del país, su “interior”, el operador es
OSE. Con este último interactúan, principalmente, otras Intendencias (gobiernos departamentales) y
operadores públicos de servicios, como transporte, vivienda, comunicaciones, energía eléctrica y otros
prestadores de servicios privados, como es el caso del gas por cañería (varias empresas), además de
los usuarios de los sistemas , es decir de la población conectada al saneamiento. Al igual que en el
resto del mundo, en el Uruguay esa interacción suele ser una fuente recurrente de aporte de sólidos a
las redes de colectores de saneamiento.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 15


Sistemas de saneamiento

Debido a que no se logra evitar la cobertura de las tapas de los registros de inspección de
las redes de saneamiento por parte de algunas obras de vialidad, existen muchas cegadas
por pavimentos (de balasto, carpeta de asfalto o incluso de hormigón). Por situaciones como
estas se reduce la accesibilidad a la red de colectores, a través, como está previsto ya por
diseño, de registros o cámaras de inspección, para realizar mantenimientos periódicos. En
algunos casos de emergencias, como alivios imprevistos de la red de saneamiento a las
viviendas, se debe romper el pavimento para acceder a un registro y realizar las
desobstrucciones correspondientes, dado lo traumático y peligroso para la salud que
representa tal situación para los usuarios y el entorno. Ello suele traer aparejado el ingreso
de sólidos a la red de colectores debido al proceso de reparación, lo cual puede dar lugar, en
el futuro, a nuevos problemas de desbordes debidos a posibles obstrucciones producidas por
los nuevos residuos aportados.

La parte más antigua de las redes que, al menos en el Uruguay, representa un


porcentaje importante (del orden del 70%), es de hormigón y, en general, no se evalúa
continuamente su estado. Ello puede llevar a la acumulación de restos de hormigón,
deteriorado por la acción de la erosión y/o el ataque químico de agentes como el ácido
sulfhídrico, también llamado “gas de alcantarilla”.

En el caso de las redes de hormigón, además, se ha visto que interactúan


fisicoquímicamente con grasas y aceites formando depósitos, en un proceso de
saponificación que se desarrolla a lo largo de los colectores. Por otra parte el ataque al
hormigón por liberación de gas sulfhídrico (Gasi, et al., 1984) da lugar a la producción de
sedimentos dentro de las conducciones, los que se agregan al aporte de sólidos provenientes
del exterior. Ello se describe con mayor detalle en el numeral siguiente.

Algunos problemas de operación detectados incluyen la oclusión de las redes, como el ya


citado posible desagüe hacia las viviendas. En tal caso se realiza de manera urgente la
desobstrucción de las canalizaciones utilizándose, ya en épocas más recientes, el llamado
“camión desobstructor14”. En general, eso resuelve el problema, al menos
momentáneamente. En algunos casos puntuales, cuando se han dado eventos repetidos, o
bien cuando se trata de situaciones más delicadas, se han utilizado válvulas de tipo clapeta
(antirretorno) para evitar el desborde de la red hacia las viviendas.

Además de la ya citada desintegración progresiva de algunos colectores de hormigón, por


ataque acido, con la consiguiente liberación de residuos sólidos a la red, se han registrado
colapsos estructurales masivos15 de las redes más antiguas. La frecuencia en las que éstos
ocurren se ha visto que ha empezado a crecer en las últimas décadas lo cual es coherente
con las edades de los colectores más antiguos, que se ubica en el entorno de los 80 años. Ello

14 Algún tipo de sistema que inyecta agua a presión y retira los sedimentos movilizados de tal
manera mediante vacío, en general montados sobre camiones a los efectos de su utilización en
diversos puntos de las redes. Este tipo de sistemas de limpieza forma parte del conjunto que es
factible encontrar, según indica la literatura sobre el tema(Ashley & Hvitved-Jacobsen, 2002).

15 Que en algunos casos ha dado lugar a hundimientos de pavimentos, con los peligros que ello
tiene asociados para la población, en especial para el tránsito vehicular.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 16


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

trae aparejada la creciente necesidad de realizar inspecciones periódicas para prever


posibles problemas de transporte de sedimentos y confiabilidad estructural.

Asimismo, en algunos casos se han registrado problemas de olores en las redes de


saneamiento, y en los pozos relacionados con ellas. Esto, en general, se asocia a los
reducidos caudales que se tienen en las épocas secas o de “temporada baja”, en casos de
ciudades balnearias. En otros casos, sistemas cuyos lejanos horizontes de fin de proyecto
han tenido asociados bajos caudales relativos iniciales, resultan bajas velocidades en las
conducciones y por ende altos tiempos de tránsito (se suele considerar suficiente 30 minutos
para que ocurra la condición de “septicidad”. En el Uruguay se han registrado casos de este
último tipo, fundamentalmente en lugares donde se cuenta con redes de bajas pendientes, y
largos recorridos del fluido hasta su destino final, en el que los gases generados se liberan.

En la experiencia europea16 (Ashley, et al., 2003) se han identificado tres grupos de


fuentes de aporte de sólidos a los colectores:

 Aguas grises de baños, cocinas y otras fuentes,


 Aguas negras de toilettes, y
 Aguas pluviales, de techos, patios, jardines o parques.

Las fuentes domésticas se indican como “no investigadas ni controladas” (a diferencia de


las industriales), por lo que existe “sorprendentemente poca información robusta para
predecir que está siendo ingresado desde los hogares a los drenajes y alcantarillados en
Europa” (Ashley, et al., 2003). La situación en Uruguay, actualmente, se ajusta bastante a
esa descripción.

3.2 Características de los sistemas de saneamiento en el Uruguay


En base a relevamientos llevados a cabo en varios sistemas reales en operación se
presenta una descripción general de sus características. Sin perjuicio de ser casos puntuales
los que se estudiaron, la mayoría de los elementos remarcables en estos aplica a la
generalidad de los sistemas de saneamiento de las localidades del interior del Uruguay y,
en parte17, de su capital, Montevideo.

En los numerales siguientes se describen cuáles son las exigencias con las que deben
cumplir las instalaciones en general (redes, pozos de bombeo y plantas de tratamiento),
desde el punto de vista del transporte de sedimentos, dándose cuando corresponda una
descripción somera de éstas. Se presenta además información correspondiente a aspectos de
operación y mantenimiento, asociados al manejo de sólidos en los colectores, recabada a
través de diversas fuentes, relevamientos y entrevistas realizados por el autor de la
presente tesis.

Es importante tener en cuenta la operación de los sistemas, en especial las prácticas


habituales (regímenes de operación, frecuencias de mantenimiento incluidas las tareas de
limpieza), dado que ello impacta en la gestión de los sedimentos que allí se encuentran. No

16 La más reciente y relevante en la temática tratada en esta tesis.

17 Ya que la mayoría de los sistemas en ese caso son de tipo unitario.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 17


Sistemas de saneamiento

solamente las características físicas de la infraestructura prevista para el transporte de las


aguas residuales determinan el comportamiento de los sedimentos en los sistemas sino,
también, la forma en que se opera dicha infraestructura.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 18


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

4 Propiedades y características generales de los sedimentos

4.1 Definiciones aplicables a los sedimentos


Los denominados “sólidos suspendidos totales”, SST (TSS en inglés) son considerados
como un contaminante “convencional” en las aguas residuales y son utilizados como un
parámetro global. Sin embargo (Piro, et al., 2011) los datos de SST no proveen de ninguna
información sobre la naturaleza de las partículas (origen, forma y densidad) ni su
distribución de tamaños, aspectos que son fundamentales para poder predecir su
sedimentabilidad y por ende el modo en que se dará su transporte al ser arrastradas por el
agua. Además, en lo que refiere al tratamiento de las aguas residuales, la cinética de las
reacciones biológicas es fuertemente afectada por las dimensiones de las partículas
orgánicas biodegradables (Piro, et al., 2011).

4.1.1 Sólidos sedimentables


Para partículas por debajo del tamaño correspondiente al de las bacterias como ser las
coloidales se mencionan (para una profundidad de agua de 300 mm, el orden de la de un
cono de sedimentación o “Imhoff” estándar, estimadas a través de la “ley de Stokes”)
tiempos de sedimentación mayores a 50 años(Andoh & Smisson, 1996).

Se verán en el capítulo 5 diversas metodologías de cálculo de las velocidades de


sedimentación.

4.2 Granulometría de partículas sedimentarias

4.2.1 Generalidades sobre el tamaño de las partículas


Las partículas suelen caracterizarse, en la medida que ello sea suficiente, con la menor
cantidad de variables posibles. Muchas veces solo se cuenta con un par de ellas: tamaño de
partícula (diámetro, definido de alguna forma) y (eventualmente) su densidad.

En general es la primera de estas variables la que suele tener mayor incertidumbre en


su determinación, así como incidencia en los resultados de los modelos de arrastre de
sedimentos que se consideran.

La técnica de la granulometría establece, bajo distintos métodos experimentales,


“diámetros” de los granos que se utilizan como especímenes o muestras del sedimento a
caracterizar.

Dichos granos o partículas pueden tener a su vez muy distintas formas geométricas
(alargadas, esferoidales y otras).

Se plantea (Jolie, 2009) que, para cada estudio, además de las propias características
geométricas de las partículas, debe considerarse que existen distintas definiciones de
diámetro de partícula. Únicamente en el caso de esferas homogéneas la definición del
diámetro no presenta mayores dualidades. Se tiene la posibilidad de clasificar las partículas
según su morfología en partículas:

A) homogéneas esféricas
B) heterogéneas en capas
C) heterogéneas con gradientes de temperaturas

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 19


Propiedades y características generales de los sedimentos

D) oblatas o prolatas
E) cilíndricas o en forma de disco
F) deformadas (ovoides por ejemplo)
G) suspensiones (de distinto tipo, por ejemplo conformadas por partículas homogéneas o
heterogéneas
H) casi esféricas
I) aglomeradas
J) altamente irregulares (partícula número II en Figura 4.3)

Dependiendo del método de ensayo se puede hablar de distintas definiciones de diámetro


de partícula, a saber (Figura 4.1):

 Diámetro medio
 Diámetro mínimo
 Diámetro máximo
 Diámetro de sedimentación
 Diámetro volumétrico
 Diámetro superficial
 Diámetro de tamiz

En general no se encuentran, en los sedimentos originados en la naturaleza, diámetros


uniformes de partículas, sino distribuciones de diámetros relativamente amplias en su
dispersión.

En diversas aplicaciones de la mecánica de los fluidos se buscan diámetros que


representen “bien” el problema. Estos deben ser relevantes para el proceso que se esté
estudiando (flujo, transferencia, proceso).

En la

Figura 4.1, adaptada de (Engelund & Hansen, 1967), (Rawle, 1997) y (Jolie, 2009), se
presentan distintas definiciones de diámetros de partículas según la aplicación de la
medida a realizar, y la técnica experimental.

Para cada tipo de problema, entonces, se definen distintos diámetros de partícula. En el


contexto del estudio de transporte de sedimentos el más utilizado es el “diámetro de tamiz”,
que resulta de un ensayo, usualmente ajustado a lo establecido por alguna norma, en
especial en lo que refiere a tipos de malla y secciones de pasaje de los tamices que se
utilizan.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 20


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Esfera de la misma
Esfera de la misma
longitud mínima
longitud máxima

dmax dmin dw
Esfera del
Esfera con la
mismo peso
misma tasa de
sedimentación
Partícula dv
dsed
Esfera del
mismo
volumen
dsieve ds
Esfera de la
dmed misma área
Esfera que pasa por la superficial
misma apertura de tamiz
Esfera con el mismo
diámetro medio

Figura 4.1-Distintas definiciones de diámetros de partícula.

Engelund y Hansen (197218), citados por (Fredsøe & Deigaard, 1992), priorizan sobre
otras (por ejemplo las propuestas por (Jolie, 2009) o (Allen, 1990)) algunas definiciones de
diámetros relevantes a la hora del estudio de fenómenos de sedimentación. Se remarca la
importancia de los diámetros de tamiz, volumétrico, y de caída (sieve, spherical, y fall
diameter en la literatura de lengua inglesa, por lo cual se los refiere como ds, dv, y df,
respectivamente).

Las definiciones dadas por éstos autores son:

 Diámetro de tamiz ds: se asigna como diámetro de un conjunto de partículas


retenidas en un tamiz19 al tamaño de pasaje de la malla de ese tamiz.
 Diámetro de sedimentación20, o de caída, df: es el diámetro de una partícula esférica
con la misma velocidad de caída que la medida en las partículas utilizadas en un
experimento cuando la temperatura del agua es de 24°C21.

18 Reedición de (Engelund & Hansen, 1967).

19 Que usualmente se ajusta a alguna norma.

20 Según (Fredsøe & Deigaard, 1992) esta sería la definición más satisfactoria ya que tiene en
cuenta, de alguna manera, la no esfericidad de la partícula (penalizándola) ya que el diámetro ds,

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 21


Propiedades y características generales de los sedimentos

 Diámetro volumétrico, dv: es el de la esfera que tiene el mismo volumen que la


partícula analizada.

En la literatura se dan (Engelund & Hansen, 1967) valores de ds, dv, df y ws para
fracciones típicas de arena. Allí se presentan algunas distribuciones usuales de distintos
tipos de granulometrías “artificiales” es decir, generadas a través del filtrado sucesivo
por medio de tamices y mezcla de fracciones de distinto diámetro de pasaje.

Se distinguen tres tipos de distribuciones de granulometría:

 Uniforme; no implica unicidad de diámetro sino su poca variación entre partículas,


pudiendo ser (por ejemplo) la obtenida al realizar un ensayo de granulometría y
tomar únicamente la fracción retenida en un solo tamiz.
 Bien graduada; (“well graded”) en la que existe representación casi equitativa de
todo el rango de diámetros elegido. Ello se puede obtener, por ejemplo, tomando
masas iguales de lo retenido en tamices consecutivos en las series estándar (como la
Taylor), y mezclándolas en partes iguales22.
 Pobremente graduada; con discontinuidades o “salteadas” (“gap graded”) es la que se
obtiene cuando se mezclan muestras bastante disimiles, no consecutivas en las
series estándar de tamices, o poco próximas en apertura de pasaje del tamiz.

Este tipo de saltos en las pendientes (aumento en porcentaje pasante/aumento de


diámetro de malla del tamiz) se da naturalmente en los sedimentos denominados
multimodales, es decir que presentan más de un máximo de diámetro (valores más
frecuentes relativamente, “modas”) en una muestra dada.

Entre los valores de diámetro indicados de forma más usual está el d50. Sin embargo
algunos modelos de cálculo23 usan d35, d50 o d90 debido a que usándolos los pronósticos de
algunas de las diversas fórmulas propuestas se ajustan mejor a los resultados
experimentales. Algunos autores (Meyer-Peter & Müller, 1948), además, lo justifican
físicamente24 especialmente para el caso del uso de d90.

resulta menor que df, para diámetros pequeños (menores a 0,25 mm, según lo indicado por Engelund
y Hansen, 1972). Ello es debido a que para igual velocidad de sedimentación el desprendimiento de
vórtices hace que se necesite mayor diámetro en partículas reales (irregulares) que en esféricas para
llegar a la misma velocidad terminal. Para partículas mayores de 0,25 mm el efecto se revierte.

21 Temperatura a la cual la viscosidad del agua es muy aproximadamente igual a 1x10 -6 m2/s=1
cSt.

22 Sin embargo ello no implicaría obtener una distribución perfectamente distribuida, ya que para
esto el material retenido por cada tamiz a su vez debería ser con distribución uniforme perfecta, sin
existir diámetros preferenciales.

23 Tanto para transporte, como para movimiento incipiente.

Indicando, por ejemplo, que son las partículas d 90 (las de tamaño mayor que el 90% del total en
24

masa) las que establecen las condiciones del flujo en el fondo, en el caso de los canales, lo cual remite
también a lo que se observa en los lechos de ríos (fenómeno de erosión selectiva, conocido como
“armoring” o acorazamiento en español).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 22


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

4.2.2 Valores típicos de granulometrías en sedimentos de saneamiento


En la bibliografía se presentan resultados de granulometrías (Banasiak, et al., 2005)
obtenidos de sedimentos muestreados en sistemas de alcantarillado donde se puede ver una
uniformidad bastante pronunciada.

Asimismo, se presentan (Banasiak, et al., 2005) resultados obtenidos en diversas


granulometrías para conformar un sedimento artificial (en base a arena y arcilla,
representando la fracción inorgánica de los sedimentos reales, y carozos de oliva triturados,
representando la fracción orgánica de los mismos). Se observa, únicamente considerando el
tamaño de granos obtenido en la mezcla, que los resultados obtenidos son meramente
aproximados a los reales.

Complementariamente a la clasificación en tipologías de los sedimentos que es posible


encontrar en los colectores, se han presentado rangos de granulometrías asociadas a los
mismos(Crabtree, 1989). Varios tipos de clasificación de sedimentos por su granulometría,
así como descripciones de los distintos tipos de distribución pueden encontrarse en muchas
fuentes (por ejemplo (Bear, 2013)).

Por otra parte, algunas formas y rangos de granulometrías son propios de ciertos tipos de
sedimentos naturales como ser arcillas, arenas de distinto tipo, gravillas y otras
denominaciones que se les suelen dar.

Asimismo, ejemplos de granulometrías de muestras tomadas en colectores de


saneamiento son reportadas usualmente en la literatura referente al transporte de
sedimentos ((Almedeij, et al., 2010),(Banasiak, et al., 2005)).

Las distribuciones que se observan en el caso de sedimentos de saneamiento reales


pueden ser unimodales, o bimodales (Almedeij, et al., 2010).

Los casos unimodal y bimodal presentados por(Tait, et al., 2003) son un ejemplo claro de
las diferencias que se presentan en la práctica entre ambos25. Los sedimentos colectados en
Dundee (Reino Unido) presentan dos modas propiamente dichas, con la más preponderante
centrada en diámetros de partícula del orden de 2-3 mm (correspondiente a arenas gruesas)
y la otra (de menor amplitud) centrada en lo que se suele denominar arenas finas (decimas
de milímetro). A diferencia de la distribución reportada para Dundee, los sedimentos de
Loenen (Holanda) no presentan arenas gruesas. Una posible causa de ello puede ser la
introducción en los colectores del primer caso de arenas provenientes de arrastres pluviales
(posiblemente por escorrentía a través de pavimentos).

En lo que refiere a las clasificaciones no hay consenso, en la comunidad académica y


técnica mundial, en cuando a las denominaciones de las partículas según su tamaño de
grano. Si bien se coincide en los términos arena, limo y arcilla en orden decreciente de
tamaños de grano (sand, silt y clay en inglés), no se concuerda aun totalmente en los rangos
de tamaños a los que corresponde cada clase, e incluso algunas referencias sub dividen en
grueso-fino, o aun en grueso-medio-fino, cada categoría. Respecto a esto último se puede

25 Incluso podría tratarse de muestras trimodales, según lo que parece darse en el caso de
muestras tomadas en Dundee(Tait, et al., 2003).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 23


Propiedades y características generales de los sedimentos

comentar que en la literatura muchas veces se hace referencia a “gruesos” y “finos” para
hacer mención a la ocurrencia de dos categorías claramente diferenciadas, de tamaños de
grano de sedimento. Típicamente los “gruesos” son arenas, y los “finos” arcillas o bien (si se
trata de sedimentos de tipo urbano) suelo vegetal o sedimento orgánico. En estos casos las
características mineralógicas, dadas por la naturaleza de los sedimentos, además de los
tamaños diferentes, ayudan a poder discriminar (muchas veces a simple vista) las
categorías indicadas. Los gruesos, por ejemplo pueden ser arenas de cuarzo, mineral muy
estable (en especial por su resistencia química y mecánica). Los finos pueden ser minerales
menos estables que las arenas (por ello su tendencia a presentar reducidos tamaños), como
las distintas variedades de arcillas, o compuestos orgánicos aún más fácilmente
degradables (en especial bioquímicamente). Por lo tanto se debe tener cuidado al hablarse
de “finos” y “gruesos” e incluso de arenas, limos y arcillas, si bien en este caso las
diferencias que pueden surgir entre clasificaciones es menor, por lo que solo a título
indicativo se mencionaran también de esa forma en este trabajo.

Las granulometrías reportadas (Tait, et al., 2003) de dos tipos de sedimentos con
presencia de “gruesos” y “finos”, es decir de tipo bimodal, en el caso de Dundee, muestran la
existencia de modas que corresponden a unas 200 y 2000 micras, es decir a arenas finas y
gruesas, respectivamente.

En el Gráfico 4.1, para sedimentos de origen agroindustrial, las modas corresponden a


unas 100 y 2000 micras, lo cual correspondería, según este tipo de clasificaciones, también a
arenas finas y gruesas, respectivamente. Sin embargo las muestras corresponden a restos
de suelo orgánico, cáscaras de cereales, y residuos similares, por lo cual se observa la
limitación de clasificaciones como las usadas en estudios mineralógicos o de suelos, al ser
aplicados en la hidrología urbana; solo refieren al tamaño y no al carácter orgánico o
inorgánico de los sólidos.

Por otra parte, dado que las granulometrías se construyen muchas veces en base a
proporciones de masas retenidas en tamices, pueden no dar cuenta de la presencia en
volumen de cada tipo de residuos. Esto puede llevar a concluir, por ejemplo, en especial en
muestras heterogéneas en cuanto a composición además de tamaño, que el tipo de
sedimento más presente es inorgánico (por ejemplo arenas). Estas últimas suelen
considerarse con densidad de 2500 Kg/m3, mientras que las fracciones orgánicas pueden
tener densidades muy inferiores, del orden de 1100 Kg/m3, y aún menos para el caso de los
flotantes (con densidades efectivas menores a la del agua).

Las distribuciones unimodal y bimodal obtenidas en muestras tomadas en colectores de


sistemas unitarios de saneamiento de Dundee y Loenen corresponden solamente a las
fracciones inorgánicas de los sedimentos estudiados. Los sedimentos de Dundee contenían,
en masa, una fracción orgánica del 2,5%, mientras que los de Loenen una del 1,7%.

En este caso los autores calculan el coeficiente de gradación, definido como, σg =


(D84/D16)0,5 siendo D16 y D84 el tamaño de partícula para el cual el 16% y el 84% en masa
de la muestra es más fino, respectivamente. Resulta que para los sedimentos de Dundee
σg = 4,6 mientras que en los de Loenen σg =1,8.

La siguiente Tabla 4.1 (adaptada de (Blott & Pye, 2001)) muestra distintas
denominaciones de granulometrías según el coeficiente de gradación (g) obtenido. Para el

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 24


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

caso tomado como ejemplo (Tait, et al., 2003) los sedimentos de Dundee serían muy
pobremente gradados (es decir muy poco uniformes) y los de Loenen moderadamente
uniformes.

Gradación del material granulado (g)


Muy bien gradado <1,27
Bien gradado 1,27-1,41
Moderadamente bien gradado 1,41-1,62
Moderadamente gradado 1,62-2,00
Mal gradado 2,00-4,00
Muy mal gradado 4,00-16,00
Extremadamente mal gradado >16,00
Tabla 4.1-Gradación de sedimentos según el coeficiente de gradación, σg.

De lo anterior queda claro que es bastante discutible utilizar un coeficiente de gradación


de este tipo planteado (a través del cálculo de σg) cuando se tienen distribuciones
claramente multimodales. Es posible que se trate de mezclas de sedimentos relativamente
uniformes que al ser mezcladas formen distribuciones bimodales y que al ser analizadas
desde este punto de vista se concluya que son poco uniformes.

El impacto que puede tener en la predicción del transporte de sedimentos la correcta


determinación de la granulometría y sus detalles (como la definición y medición correcta del
“diámetro medio”) se discute en el capítulo 8 de este trabajo.

Granulometrias extremas
70%
60%
Granulometri
50% a máxima
40% (gruesos)

30% Granulometri
a mínima
20% (finos)
10%
0%
0,01 0,1 1 10
-10%

Gráfico 4.1-Comparación de granulometría de polvos de origen industrial, gruesos y finos.

Se aprecia en el Gráfico 4.1 la bimodalidad de los componentes finos y la casi total


complementariedad de tamaños de grano entre dos muestras de residuos (Viscarret, et al.,
2005).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 25


Propiedades y características generales de los sedimentos

4.3 Gradación de la granulometría


Se pueden encontrar dos formas distintas de gradación en lechos con distribuciones de
granulometría extensas, es decir que abarcan varios órdenes de magnitud () de tamaños
de partículas más gruesas y más finas lo que implica también un valor grande de g. Una
es la que se da a lo largo de la conducción, que se puede denominar “longitudinal” y otra la
que se da en una progresiva determinada de la misma en función de la profundidad del
lecho, que se puede denominar “vertical”. Ambas se describen a continuación, así como sus
orígenes y consecuencias.

4.3.1 Gradación longitudinal de la granulometría


A lo largo de las conducciones, con el recorrido del fluido, el diámetro medio de los
sedimentos va disminuyendo lo cual constituye un proceso físico de gradación denominado
“sorting” en la literatura en inglés. Se trata de una selección “natural” de la granulometría
debido a que las partículas más finas son transportadas con mayor facilidad (Artières and
Stotz (1988) y Laplace et al. (1989), citados por (Bertrand-Krajewski, 2006). Este fenómeno
ha sido detectado también en campo (Hrissanthou & Hartmann, 1998), en conducciones de
saneamiento, y es bien conocido en la hidráulica fluvial y estuarina.

En cuanto a la evolución temporal se indica (Bertrand-Krajewski, 2006) que algunos


autores (Artières, 1987; Chebbo et al., 1990; Kleijwegt et al., 1989; Luu et al. 1990) han
observado el crecimiento de la granulometría, en puntos determinados de las conducciones,
debido a la consolidación, la cual es producto de la existencia de materia orgánica, y/o
precipitación química (Roberts et al., 1988). Ello da un ejemplo de la influencia del
contenido biológico en el comportamiento hidrodinámico del flujo.

Una de las posibles consecuencias de la gradación del tamaño de las partículas en los
lechos es la existencia de pulsos de carga de lecho (Roca & Bettess, 2009), es decir la
imposibilidad de tener transporte de sedimentos estacionario para granulometrías
heterogéneas, si bien ello no ha sido confirmado totalmente a la fecha.

Otra consecuencia, más operativa, sería el hecho de que aguas abajo en las conducciones
se requiere menor energía para resuspender partículas que tienden a ser más finas.

4.3.2 Gradación vertical de la granulometría


En una determinada progresiva de una conducción es usual que se presenten variaciones
de la granulometría en la dirección vertical. A su vez dicha gradación va cambiando con el
tiempo, como consecuencia de diversas condiciones hidráulicas que se pudieran tener.
Cuando el flujo se enlentece deja de transportar a las partículas más densas y grandes,
depositándose sobre el lecho. Este proceso va permitiendo que, de forma gradual, se vayan
depositando partículas cada vez más finas sobre otras más gruesas, previamente
depositadas. En el caso de canales de laboratorio es posible reducir la velocidad hasta
valores nulos, tras lo cual (pasado un tiempo suficientemente grande) solamente los sólidos
“no sedimentables” permanecerán suspendidos. Estos sólidos son de tamaños de partícula y
densidad suficientemente pequeños como para no haberse depositado en el lecho, por


26 Se define esta escala logarítmica tal que D=Do.2- , donde Do en general es 1 mm (ASCE,
2007)

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 26


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

ejemplo, tras una hora sin flujo apreciable. Una vez el caudal se restablece o va creciendo a
valores cada vez mayores se va dando el “lavado” de la fracción más fina. En el caso de
sistemas de saneamiento sanitario ello corresponde a las fracciones orgánicas, más finas y
menos densas que las inorgánicas (“arenas”).

Ese proceso tendría un límite asintótico, si el caudal se mantiene constante, dando lugar,
en promedio, a un engrosamiento de las partículas que componen la capa del lecho en
contacto directo en el flujo. Ello lleva a que la rugosidad aparente del lecho también
aumente, en un proceso denominado “acorazamiento”.

4.4 Densidad
La densidad afecta de manera fundamental a la velocidad de sedimentación de las
partículas y, a través de ésta, al comportamiento de los sedimentos desde el punto de vista
de su transporte. En general suele considerarse la densidad efectiva (considerando el
empuje de Arquímedes) de los sedimentos en el fluido que los contiene, usualmente
representada como =s/-1=s-1.

En diversos estudios (por ejemplo (Cederwall & Svensson, 1976)) se discrimina la


velocidad de sedimentación según el carácter orgánico o inorgánico de los sedimentos que se
trate, reconociéndose así esas dos categorías como centrales en la descripción de procesos de
sedimentación.

En el contexto de hidráulica urbana, y especialmente en el caso de sistemas de


saneamiento separativo, el contenido orgánico es relevante por lo cual allí son esperables
menores velocidades de sedimentación de las partículas.

Los valores usualmente aceptados de densidad son del orden de 2.400 a 2.650 Kg/m3
para sedimentos inorgánicos, mientras que para los orgánicos se ubican entre 1.100 y 1.200
Kg/m3.

4.5 Forma
La forma es otra de las propiedades de las partículas que afecta de manera
relativamente importante a la velocidad de sedimentación.

Para el estudio de partículas, Corey definió un factor de forma (llamado por algunos
autores Factor de Forma de Corey o CSF por sus siglas en inglés, o bien KCSF, o SF
simplemente, según el autor). El SF se define como SF = c / (ab)1/2, donde a, b y c son las
longitudes máxima, intermedia (perpendicular a las longitudes máxima y mínima), y
mínima de la partícula, respectivamente (a>b>c). Según se muestra en la Figura 4.2 se
asume, en general, que las partículas son convexas (representado a través de las elipses
envolventes del sólido) pero, como allí puede apreciarse, las formas de sólidos reales son
bastante más complejas.

Para sedimentos naturales, usualmente hablándose de “arenas”, algunos autores


consideran que el SF es del orden de 0,7.

En la Figura 4.3 se ven tres “partículas” sólidas gruesas (que, por observación, puede
indicarse que presentan un tamaño superior a D90 del sustrato del que se extrajeron)
tomadas de un ámbito costero, en las que se puede apreciar diferencias en cuanto a forma y

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 27


Propiedades y características generales de los sedimentos

constitución. Para estas partículas de gran tamaño relativo SF varía entre 0,26 y 0,44. Por
lo tanto, la hipótesis de “sedimentos naturales” con SF=0,7 debería tomarse de forma, más
bien restringida, siendo válida aproximadamente para arenas, aunque no necesariamente
para partículas de mayor tamaño como las aquí mostradas.

c b
x

a
Figura 4.2-Longitudes sobre una partícula genérica para la definición del SF.

I II III

Figura 4.3-Tres partículas sólidas “gruesas” presentes en entornos costeros.

Un parámetro que suele considerarse en el estudio de partículas sedimentarias es el


“Índice de Redondez”, IR, el cual se define como IR = Área de partícula / Área de circulo
circunscripto a la partícula.

Si bien en la bibliografía ((Krumbein, 1941),(Allen, 1990)) se dan mayores detalles, aquí


se dan simplemente las definiciones de esfericidad y de redondez desde punto de vista
matemático.

Esfericidad: se define, conceptualmente, como el cociente entre el área de una esfera que
tiene el mismo volumen que la partícula en cuestión Vp, sobre el área de esta última, Ap.

Redondez:

En la literatura se presentan figuras que muestran la diferencia entre esfericidad y


redondez (ver por ejemplo una adaptada de Powers (1953) en(Franzi, 2003)). Puede

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 28


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

resumirse la diferencia entre ambos conceptos diciendo que la esfericidad da una idea
global mientras que la redondez indica localmente si la partícula es “suave” o presenta
muchos puntos angulosos.

4.5.1 Variación de la forma a lo largo de las conducciones


En los cauces naturales, con grandes longitudes y tiempos de transporte de partículas, de
manera similar a lo que pasa con el diámetro medio de los sedimentos, la “angulosidad” de
las partículas disminuye27 a lo largo de las conducciones. La forma se suele caracterizar,
además de a través del uso de factores de forma como el SF que se definió antes, a través de
índices como el de redondez, o el de esfericidad (también definidos antes).

4.6 Descripción de los sedimentos en los sistemas de saneamiento28


Una de las variables más relevantes en los procesos de sedimentación es el tiempo,
representado en general por la velocidad de sedimentación, usualmente notada como . En
tal sentido, en la práctica29, se define la sedimentabilidad y presencia de los sólidos en las
aguas residuales, por ejemplo, como “hasta 10 mL/L determinados en cono Imhoff en una
hora30”. Con ello se establece que partículas menores a las dadas en esa prescripción (en
tamaño o densidad relativa) son admitidas en los efluentes. Razonando a partir de
formulaciones básicas, como la de Stokes, se ve que hablar de tiempos de sedimentación
equivale a hablar de velocidades, y éstas son proporcionales (en dicha formulación básica)
tanto al tamaño (al cuadrado) como a la densidad (relativa) de las partículas.

Dadas las condiciones de ensayo antes citadas se pueden establecer diámetros máximos
de partícula31, en función de la densidad, o la densidad relativa de las partículas que sería
factible encontrar en el seno del fluido32 tras una hora en reposo. En otras palabras, el
diámetro de partícula suspendida máximo que se podría encontrar en el volumen de la
muestra es una función d(s), Utilizando la siguiente ecuación (fórmula o ley de Stokes),

Ecuación 4.1

se puede establecer que, por ejemplo, con partículas de densidad33 2500 Kg/m3, el tamaño
máximo no sedimentado correspondiente a dicha densidad, con las restricciones dadas para

27 Es decir que la redondez va aumentando.

28 El título de éste numeral es equiparable al de “sediments in sewers” utilizado en la literatura


inglesa pero la intensión es no solamente restringirse a los colectores sino a todos los componentes de
los sistemas de saneamiento desde la conexión domiciliaria al emisario que vierte al cuerpo receptor.

29 A los efectos de determinaciones de laboratorio analítico, por ejemplo.

30 Decreto N° 253/979, de “Prevención de contaminación de las aguas”.

31 Cumpliéndose Re<1, a los efectos de dar por válida la fórmula de Stokes.

32 Es decir que no han sedimentado aún.

33En este ejemplo se uso arbitrariamente esta densidad, pero la más aceptada para el caso de
arenas es de 2650 Kg/m3. Algunos autores (Andoh & Smisson, 1996) utilizan esta fórmula para dar

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 29


Propiedades y características generales de los sedimentos

la determinación de sedimentabilidad a través de ensayo por cono Imhoff, sería de 11,3


m34. Ello se puede calcular a través de la siguiente ecuación35, la cual se deduce de la
fórmula de Stokes:

Ecuación 4.2-Diámetro de caída, “fall diameter36”

La Ecuación 4.2 se ha usado extensivamente, no solamente en este contexto sino en el


estudio de la sedimentación en general, por su simpleza. Siendo válida para números de
Reynolds de partícula menores a la unidad, y para partículas aisladas, surgen de su uso
(Bertrand-Krajewski, 2006) grandes discrepancias con los resultados medidos. Ello se debe
a que, en el contexto de los sedimentos cohesivos o con capacidad de floculación, dichas
hipótesis no suelen cumplirse o no son un caso representativo.

Otro parámetro como los sólidos suspendidos totales (SST, o simplemente SS) expresan
la cantidad de sólidos presentes en el líquido residual independientemente de su
sedimentabilidad. Estos se determinan por secado en estufa a 105°C hasta pesada
constante, por lo tanto representan el total de sólidos contenido en una muestra
“representativa37”.

Utilizando una discriminación gruesa de tipologías de sedimentos, a través del


coeficiente de inhomogenidad38 dado por Mirtskhoulava en 1991 (cociente d50/d95, donde

órdenes de tiempos de sedimentación en conos Imhoff (cayendo una altura de 300 mm en condición
hidrostática) de lo que resulta, por ejemplo, que para partículas de tamaños similares al de las
bacterias ( 1m) el tiempo de sedimentación teórico se ubica entre 4 y 32 días según sean de tipo
inorgánico u orgánico (densidades de 2650 Kg/m3 o 1200 Kg/m3, respectivamente).

34Verificándose Re=0,0013<1. El resultado debería corregirse por efecto de la floculación, ya que


para partículas menores a unas 60 micras las fuerzas de cohesión son relevantes. Ver Tabla 6.1
(adaptada de (Heltzel & Teeter, 1987)) en la que parecerían darse efectos de la cohesión recién por
debajo de 50 micras. Esto refuerza lo indicado en cuanto a que el límite “cohesivo-no cohesivo” es
difuso.

35 En la medida que se cumpla, para los valores adoptados, la restricción de Re<1.

36La velocidad terminal de caída en un líquido en condiciones estándar suele ser utilizada como
una medida del diámetro de las partículas, por otra parte difícil de medir por técnicas alternativas,
como tamizado.

37 En función de lo variable de los perfiles de sólidos contenidos en una cierta corriente de líquido
residual, muchas veces es discutible la representatividad de las muestras habitualmente extraídas,
especialmente las puntuales, es decir las muestras que no son compuestas (de varias sub muestras
que luego se componen para dar valores medios representativos). Ello no solamente ocurre en
nuestro país, sino que también a nivel internacional, ya que varios casos de la bibliografía
consultada, de diversos países de origen así lo expresan. Usualmente las condiciones sanitarias,
dificultades de acceso y movilidad, así como la alta variabilidad espacio-temporal, que se presentan
en los sistemas de saneamiento son las causas más invocadas de dicha dificultad de obtener
muestras adecuadamente representativas.

38 Un concepto complementario es el de uniformidad, dado por g=D16/D84.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 30


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

menores valores indican mayor inhomogeneidad) se han hallado,(Hrissanthou &


Hartmann, 1998) diferencias notables39 entre los sedimentos encontrados en desarenadores
o “cámaras de arenas” (“grit chambers”) y en colectores de saneamiento. En ambos casos,
registrados en período seco, se obtienen las siguientes inhomogeneidades (d50/d95):

a. Ingreso a “cámara de arenas”: 0,29


b. Colector: 0,05.

Por otra parte, éstos autores separan los sedimentos en tres categorías (entrada o salida
de una “cámara de arena40” y colector), para una mayor distinción entre las mismas, dadas
sus diferencias en características físicas. En la Tabla 4.2 siguiente (Hrissanthou &
Hartmann, 1998) se resumen los valores obtenidos. Como es esperable, se observa que las
partículas con mayor tamaño y densidad quedan retenidas en la entrada del desarenador,
con una variación en un orden de magnitud en los diámetros, d50. Sin embargo se puede
apreciar que la densidad no cambia mucho producto del bajo contenido orgánico, si bien en
la entrada del desarenador las partículas retenidas presentan densidades asimilables a las
de las típicas arenas esperables en estos casos.

Materia Humedad
Muestra N° Posición d50(m) F(kg/m3)
orgánica (%) (%)
1 Desarenador (entrada) 0,00175 2670 2,5 23
2 Desarenador (medio) 0,00015 2440 15,4 278
3 Colector 0,00064 2600 5,7 41
Tabla 4.2-Propiedades de sedimentos en distintas ubicaciones en un sistema de saneamiento.

Las cantidades de sedimentos presentes en los alcantarillados, así como otras variables
relevantes (diámetro medio en particular), como puede verse en la Tabla 4.3 siguiente
(Butler, et al., 2003), dependen del tipo de alcantarillado que se trate. En el caso estudiado
en el presente trabajo interesa especialmente la categoría identificada como sólidos
sanitarios (“sanitary solids”), es decir los asociados a sistemas de saneamiento de aguas
residuales domésticas. Si bien las cargas pueden variar de país en país, así como según la
localidad en la que se ubica el saneamiento, el factor de utilización que tenga el sistema, el
grado de intrusión pluvial (así como el de infiltración) con el que se conviva y demás
características “locales”, el orden de carga de sedimento informado de 100 a 500 mg/l es
usual en el Uruguay41. Los valores medios para arenas presentados en la siguiente Tabla 4.3
coinciden con los utilizados en algunos ejemplos de cálculo de pendientes y velocidades
mínimas presentados en la literatura (May, et al., 1996).

Modo Tipos de Carga de sedimento


Clase de
normal de colector Parámetro
sedimento
transporte aplicable Baja Media Alta
Sólidos Suspensión Sanitario X(mg/L) 100 350 500

39 Desde el punto de vista de dicho coeficiente de inhomogeneidad.

40 “Grit chamber”.

41Este rango de SS (sólidos suspendidos) se corresponde a carga suspendida, y no a carga de lecho


(más esperable en el caso de colectores de aguas pluviales, o combinados).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 31


Propiedades y características generales de los sedimentos

sanitarios Combinado d50(m) 10 40 60


s 1,01 1,4 1,6
Sólidos de Suspensión Sanitario X(mg/L) 50 350 1000
pluviales Pluvial d50(m) 20 60 100
Combinado s 1, 1 2,0 2,5
Arena Carga de Pluvial X(mg/L) 10 50 200
lecho Combinado d50(m) 300 750 7500
s 2,3 2,6 2,6
Tabla 4.3-Rangos de cargas de sedimentos y sus propiedades en distintos tipos de sistemas.

A partir de otros datos (Dalrymple, et al., 1975) resumidos más recientemente en el


contexto del control de sedimentos (Fan, et al., 2003) se evidencian ciertas diferencias en los
rangos de tamaños de las partículas esperables en los sistemas. Sin duda ello es debido a
las peculiaridades de los distintos sistemas que se analizaron, si bien en los órdenes de
magnitud hay buena coincidencia con lo dado en la Tabla 4.3 anterior.

4.6.1 Clasificación de tipologías de sedimentos en colectores de


saneamiento42
Como marco de referencia, modelo conceptual y, especialmente, porque es utilizada por
varios autores43, se considera la clasificación en cinco categorías de los tipos de sedimento
presentes en las conducciones (Crabtree, 1989). Esta responde a la naturaleza y apariencia
de los sedimentos depositados en los colectores, basándose en consideraciones cualitativas
más bien gruesas.

Dicha clasificación define los siguientes tipos de sedimentos (según su autor los identificó
en los colectores44):

 Tipo A: grueso, suelto, granular, predominantemente mineral, material


encontrado en los puntos bajos (“inverts”) de los caños;
 Tipo B: como el A, pero consolidados, por la adición de grasas, bitumen, cemento,
etc., en una masa sólida;
 Tipo C: móvil, granos finos depositados en zonas de flujos de baja velocidad, ya
sea aislados o sobre los de Tipo A;
 Tipo D: depósitos (“slimes”) orgánicos sobre las paredes de los caños y biofilms
(“zoogloeas45”) en torno al nivel de flujo medio;
 Tipo E: depósitos orgánicos y minerales de grano fino encontrados en tanques de
almacenamiento de desbordes de colectores en casos de tormentas46 (“SSO
storage tanks”).

42 Será la mayoritariamente referida en éste trabajo.

43 Por ejemplo (Arthur, et al., 1999).

44 “Sewers” en la literatura en lengua inglesa.

45 O Zoogleas, se denominan así a grupos de microorganismos unidos por sus propias secreciones
viscosas.

46 Abreviados en la literatura en lengua inglesa como SSO, por “storm sewage overflow”.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 32


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

En esta clasificación Crabtree aclara que los sedimentos tipo B, consolidados, no son
de interés a la hora de su análisis como sedimentos, partiendo de la base de que son
“físicamente inmóviles”. Por lo tanto, presenta solamente datos de los tipos A, C, D y E. Por
otra parte también advierte este autor sobre las superposiciones y mezclas de tipos de
sedimentos que se encuentran en las situaciones reales. Asimismo indica que la categoría E
es pasible de ser dividida en Em, y Eo, es decir en fracciones mineral y orgánica, para un
mejor análisis de las mismas. La figura siguiente adaptada de (Crabtree, 1989) muestra las
ubicaciones usuales de cada tipo de sedimento.

Figura 4.4-Clasificación de tipos de sedimentos según su tipo y ubicación.

Además de las anteriores definiciones, (Crabtree, 1989) presenta tablas de


características físicas y químicas de los sedimentos según su tipo.

Una categoría intermedia entre los sedimentos cohesivos y los no cohesivos, los
parcialmente cohesivos (“partly-cohesive”), cuya introducción es más reciente, resulta de
interés en particular y puede considerarse una variante del tipo B de Crabtree pero sin
presentar necesariamente consolidación.

Pocos años más tarde (McGregor, et al., 1993) ahonda en lo propuesto por Crabtree en
cuanto a la “importancia primaria” que tienen los tipos A y C. Ellos representan (como caso
paradigmático), respectivamente, una capa semipermanente de tipo grueso y más pesado
(“arena” o similar), sobre la cual se mueve otra capa fina y liviana (orgánica), mucho más
fácilmente erosionable. El flujo de la fracción orgánica se denomina “fluid-mud flow”, es
decir flujo de lodo fluido. En lo que refiere en particular a las fracciones contaminantes
presentes las clasifica (en orden decreciente de tensiones rasantes a las que se encuentran)
como Carga de Sedimentos Total (“TSL”) y las fracciones Asociada al Sedimento
(“AS”=TSL-RE), Fácilmente Erosionable (“RE”, a una tensión rasante prefijada), Fina y
Disuelta (“DF”, la porción de la fracción anterior que no sedimenta tras un cierto tiempo47),
y Fácilmente Sedimentable (RS=RE-DF).

47 Los autores de ese trabajo tomaron 1, 5 y 15 minutos como tiempos de referencia.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 33


Propiedades y características generales de los sedimentos

Se observa que se cumple AS+RS=TSL-DF, o bien, TSL=AS+RS+DF, lo cual se puede


relacionar con la clasificación en tres modos de transporte de sedimentos (que se detalla en
8.1.1). La correspondencia en tal caso sería de las fracciones AS, RS, DF con las cargas de
lecho, suspendida y de lavado, respectivamente.

4.7 Resumen del Capítulo 4


Como cierre de este capítulo se puede concluir que:

o Los sedimentos presentes en las aguas residuales son categorizables en clases


como las de Crabtree (A-E) o bien en particiones más elementales como ser “finos”
y “gruesos”, u “orgánicos” e “inorgánicos” dependiendo de lo que se esté
estudiando.
o En el contexto de este trabajo aplica aún mejor la categorización: cohesivo, no
cohesivo, y quizá también “parcialmente cohesivo” categoría que ha sido
reconocida y más estudiada en la última década pasada.
o Las propiedades más significativas de los sólidos en los sistemas de saneamiento
son densidad, tamaño, forma, y contenido orgánico, detallándose en los capítulos
siguientes de qué forma impactan en el transporte.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 34


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

5 Velocidad de sedimentación
La velocidad de sedimentación no solo es relevante en sí misma en los procesos de
transporte de sedimentos, como se ve por ejemplo en algunos de los números
adimensionales usualmente utilizados en su descripción (como el de Rouse), sino que
también es “integradora48” de algunas otras propiedades importantes vistas anteriormente
(granulometría, densidad y forma).

Se ve en los numerales siguientes como esas propiedades básicas de las partículas


sólidas determinan la velocidad de sedimentación, en los modelos más elementales, con
afectación en menor grado por parte de otras propiedades como ser el tipo de superficie y
concentración, entre otras, además de la posibilidad de formar flóculos.

La mayoría de los resultados experimentales, formulaciones, análisis y otros aspectos de


investigación suelen suponer no cohesividad de las partículas que constituyen el sedimento.

5.1 Velocidades de sedimentación medidas en colectores


Una de las variables principales para realizar estudios de sedimentación es la velocidad
de sedimentación, la cual suele ser una medida que se realiza en laboratorio. Es común que
se informe, de forma similar a la granulometría, como una función de distribución
acumulativa.

En el caso de las velocidades de sedimentación se establece la llamada w50; la velocidad


de sedimentación tal que el 50% de la masa de partículas tiene una velocidad inferior.

La tabla siguiente adaptada de (Bertrand-Krajewski, 2006) recoge resultados de


velocidades de sedimentación en distintos sistemas de saneamiento de Stahre y Urbonas
(1990) y (Chebbo, 1992).

Origen de las partículas Velocidades de sedimentación (m/h)


w10 w50 w90
Colectores combinados <0,06 8,1 67
Colectores separativos (Francia) 0,37 7,2 89
Colectores separativos (USA) 0,10 4,9 213
Tabla 5.1-Velocidades de sedimentación en distintos sistemas de saneamiento.

Tomando los rangos de partículas que es posible encontrar en los colectores (Bertrand-
Krajewski, 2006) tanto en diámetro como en peso específico (Tabla 5.2), se puede ubicar las
mediciones entre las predicciones de fórmulas como la de Stokes (ver gráfico a continuación,
en la que concretamente se usa una fórmula (Cheng, 1997) que permite predecir
correctamente en todo el rango de diámetros).

48 Dicho de otra manera, que las engloba en una única variable. Por otra parte puede verse como
el factor que promueve la sedimentación, mientas otra velocidad usualmente considerada de
importancia, la velocidad de fricción u*, es el factor que favorece la suspensión.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 35


Velocidad de sedimentación

Origen de las d50 , mínimo d50 , máximo Peso específico de


partículas (m) (m) partículas
Doméstico 30 40 1,5
Lluvias 30 40 2,4
Arenas finas 200 1000 2,6
Tabla 5.2-Granulometrías y pesos específicos de partículas.

5.2 Variación de tamaño y forma de partículas en el flujo


Un resultado bastante conocido a nivel de hidráulica fluvial, el de la reducción de
tamaño de partículas a lo largo del cauce, así como de la creciente esfericidad y redondez (o
decreciente angulosidad) podría esperarse también en ámbitos de la hidrología urbana. En
los alcantarillados, sin embargo, la presencia de mayor cantidad de materia orgánica podría
actuar como “amortiguador”, efecto que no sería tan notorio en el caso de conducciones
naturales como los ríos. Este aspecto no está aun suficientemente estudiado en el marco en
que se desarrolla el presente trabajo.

Por otra parte, las longitudes en que pueden darse los escurrimientos urbanos son
suficientemente grandes como para esperar efectos similares a los observados en sistemas
fluviales. Se suelen tener sistemas del mismo, uno, o dos órdenes de magnitud menores49,
pero colectándose y transportándose el agua residual por varios kilómetros, en casos de
ciudades extensas.

5.3 Fórmulas para el cálculo de velocidades de sedimentación


Se analizan algunas de las fórmulas existentes para el cálculo de velocidades de
sedimentación, resultando la propuesta por (Cheng, 1997) la que mejor se ajusta a los
resultados experimentales considerados. Un análisis de exactitud de predicción de
velocidades de sedimentación de seis fórmulas dadas por varios autores, comparadas con
datos experimentales dados por Engelund y Hansen (1972) y Cheng (1997) (Zhiyao, et al.,
2008), permite comparar las bondades de cada una de ellas. Siendo la fórmula de Cheng la
tercera mejor posicionada (error promedio de 6,96% con errores de 6,36% y 6,87% en las dos
mejor ajustadas), y dada su simpleza, se adopta en este trabajo para realizar las siguientes
comparaciones entre predicciones y resultados experimentales de medición de velocidades
de sedimentación.

Aplicando entonces la fórmula propuesta por Cheng (1997), a los rangos de partículas de
la Tabla 5.2 se obtiene el Gráfico 5.1 que incluye valores de medidas (rangos aproximados) y
cálculos (curvas) de velocidades de sedimentación en función del diámetro medio de
partícula.

49 Dependiendo si se compara los alcantarillados con canales, ríos cortos o largos.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 36


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Velocidades de sedimentación en función del diámetro medio


1000,00
de particulas (m/h)
Domesticas

100,00
Lluvias

Arenas Finas
10,00
2 3
1 6 7
4 5
1,00

0,10
10 100 1000
Diámetro medio de partículas (m)

Gráfico 5.1-Velocidades de sedimentación en función del diámetro medio de partículas.

1: Colector Unitario, (Chebbo, 1992),

2: Colector Separativo (Francia), (Chebbo, 1992),

3: Colector Separativo (USA), Stahre y Urbonas (1990)

4: Colector Separativo (Francia), 5,5 a 9 m/h (Chebbo, 1992)

5: Colector unitario (Francia), 3,7 a 11 m/h (Chebbo, 1992)

6: Descarga de colector unitario 50 (“CSO”), w50 = 25,2 m/h en CSO (Pisano y Zukovs, 1992).

7: Colector unitario (Alemania), w50 = 21,6 m/h, Michelbach y Wöhrle (1992).

Se puede observar que la aplicación de las fórmulas que permiten estimar las
velocidades de sedimentación da resultados razonablemente comprendidos entre los valores
medidos.

Por otra parte los valores medios reportados (excepto por el caso 3 del Gráfico 5.1) parecen
asimilarse más a los de partículas provenientes de usos domésticos y arrastres de arenas
muy finas51 ocasionados por las lluvias.

Aquí se toma como base el compendio de rangos de distribuciones de partículas


usualmente encontradas en los colectores de saneamiento, así como fórmulas para predecir
sus velocidades de sedimentación expuesto por (Bertrand-Krajewski, 2006).

50 Descargas de Sistemas Unitarios de alcantarillado (DSUs) es como se ha denominado más


recientemente en la literatura en español sobre esta temática(Seco, et al., 2015).

51 Según las diversas clasificaciones 30 a 40 m se tomarían como arenas muy finas o, mas
usualmente, limos.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 37


Velocidad de sedimentación

Como primera categoría de partículas (Bertrand-Krajewski, 2006) se pueden encontrar


las depositadas en caminos y cunetas, con diámetros comprendidos entre 200 y 1000 m con
media, d50, entre 300 y 400 m y peso específico típico de 2,6. Estas se presentan
principalmente en sistemas de saneamiento de tipo unitario, o bien en colectores de aguas
de origen exclusivamente pluvial, que captan a través de “bocas de tormenta” dichos
sedimentos.

Las partículas que se encuentran en aguas residuales domésticas, según ese autor,
tienen d50 entre 30 y 40 m con peso específico típico de 1,5. Por otra parte, las partículas
llevadas a los colectores por las lluvias presentan igual diámetro medio (d50 = 30 a 40 m)
que las provenientes de usos domésticos pero con mayor peso específico (s = 2,4). A pesar de
una mayor densidad, su reducido tamaño permite que también sean transportadas en
suspensión. Finalmente las partículas que se transportan en forma de “carga del lecho”,
rodando y saltando sobre el mismo, tienen diámetro medio entre 200 y 1000 m y peso
específico típico de 2,6, asimilables a la categoría de arenas finas y medias, según la
mayoría de las clasificaciones, en lo que respecta a tamaño y densidad.

Las formulas existentes, desde la clásica fórmula de Stokes basada en la Mecánica de los
Fluidos fundamental, hasta las de origen más bien empírico52, asumen que las partículas
son esféricas y se encuentran aisladas de las demás, es decir sin interacción entre ellas
(Bertrand-Krajewski, 2006). Ello en general no se cumple, excepto en condiciones de
laboratorio, y por lo tanto se presentan importantes diferencias entre los valores estimados
por dichas fórmulas y los valores medidos en la práctica. Además(Bertrand-Krajewski,
2006), tampoco hay concordancia entre los métodos de medición de las velocidades de
sedimentación por lo que, aún hoy en día no se pueden comparar, más que en los órdenes de
magnitud, los valores que se presentan por diversos autores. Esto radica
fundamentalmente en aspectos relacionados con la homogeneidad y geometría de las
partículas, temperaturas de ensayo, métodos de medida y otros aspectos diversos como la
adecuada conservación de las muestras (especialmente en el caso de tener alto contenido
orgánico), la realización del ensayo de sedimentación en el mismo fluido en que se
encuentras las partículas, y el tiempo transcurrido desde que se toman las muestras.

Sin embargo, aún para una misma densidad, el tamaño de las partículas establece una
discriminación de éstas por sus velocidades de sedimentación.

En el caso de suspensiones, las partículas sólidas (Allen, 1990) no se deforman de igual


manera que el fluido en el cual se encuentran inmersas, lo cual resulta en una resistencia
al corte incrementada53, es decir en una viscosidad “aparente” (o equivalente) mayor que la

52 La fórmula de Stokes pierde validez cuando Re>1, aproximadamente, debido a la asimetría del
flujo en torno a la partícula, originada en el desprendimiento de vórtices desde la misma, aguas
abajo en el flujo. Estos generan diferencias de presión entre ambos lados (borde de ataque y de fuga)
de la partícula (asumida en el modelo de Stokes como esférica), con la consiguiente sustentación
aumentada, y por ende velocidad de sedimentación reducida. Asimismo, la falta de esfericidad, la
concentración y la floculación de las partículas, contribuye al apartamiento de la fórmula de los
resultados experimentales, para tamaños de partícula mayores a las 100 micras (y por ende números
de Reynolds mayores al valor Re=1).

53 Ya que presentan mayor rigidez.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 38


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

propia del fluido puro. Por lo tanto en la medida que se incrementa la concentración de
partículas en suspensión se aumenta la viscosidad efectiva del fluido conformado por la
suspensión de partículas en el líquido.

Albert Einstein (Allen, 1990) dedujo la siguiente ecuación para la viscosidad en caso de
suspensiones, válida para concentraciones menores a 1%:

Ecuación 5.1

donde 0 es la viscosidad del fluido, T es la viscosidad de la suspensión, c es la


concentración en volumen de sólidos y k una constante que es igual a 2,5 para partículas
esféricas rígidas y sin inercia. Allen (2003) indica que, en los análisis usuales de
sedimentación, las discrepancias que se dan producto del uso de la fórmula planteada son
menores.

Sin embargo el apartamiento respecto a medidas experimentales (Gráfico 5.2), para


concentraciones mayores al 1% (rango de validez indicado anteriormente), llega
aproximadamente al 30% para C=0,4. Por lo tanto este modelo sencillo no es aplicable a
concentraciones elevadas, si bien describe adecuadamente la tendencia. En base a esta
observación se puede proponer la corrección con una constante k modificada.

Según se puede ver en el Gráfico 5.2 es posible ajustar k (a un valor de 3,0 en vez de 2,5)
para adecuar la fórmula de Einstein a algunos resultados experimentales (por ejemplo los
reportados por Richardson y Zaki, 1954) obteniéndose valores muy similares hasta
concentraciones de casi 20%, ampliándose así su rango de validez. Se muestra en el mismo
gráfico el apartamiento de las velocidades de sedimentación calculadas usando la ley de
viscosidad de suspensiones de Einstein y la ley de Stokes sin corrección de viscosidad (para
partículas asumidas como pequeñas54) comparadas con datos de Richardson y Zaki,
1954((Engelund & Hansen, 1967),(Richardson & Zaki, 1954)) con k= 2,5 (gráfico izquierdo)
y k= 3,0 (gráfico derecho).

w´/w w´/w
1,00 1,00
0,90 0,90
0,80 0,80
0,70 0,70
0,60 0,60
0,50 0,50
0,40 0,40
Einstein Einstein modificada
0,30 0,30
0,20 0,20
Richardson y Zaki (Re=7.000) Richardson y Zaki (Re=7.000)
0,10 0,10
C(-) C(-)
- -
- 0,10 0,20 0,30 0,40 0,50 - 0,10 0,20 0,30 0,40 0,50

54 O al menos en el rango de validez de la ley de Stokes.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 39


Velocidad de sedimentación

Gráfico 5.2-Velocidades de sedimentación calculadas (Einstein) y medidas (Richardson y Zaki).

5.3.1 Fórmula de Stokes (1851)


Es una de las más usadas para partículas de diámetros con media hasta 100 (Hayter &
Gailani, 2014) a 150 m(Bertrand-Krajewski, 2006), debido a que, como se indicó antes, se
demuestra experimentalmente que existen diferencias entre el cálculo y la medida
experimental para valores mayores del diámetro medio55. La citada fórmula, a la cual se
llega teóricamente a través de un balance de fuerzas sobre una partícula individual(Stokes,
1851), se suele expresar como:

Ecuación 5.2

5.3.1.1 Rango de validez de la fórmula de Stokes


Se realizan a continuación comentarios sobre los rangos de validez de esta fórmula
extensamente aplicada en la estimación de velocidades de sedimentación. Sin perjuicio de
ello, como se ve más adelante, es utilizada en rangos donde su validez es discutible, o muy
reducida56.

El límite superior aproximado de diámetros de partícula (de hasta 100 a 150 m),
indicado en el numeral anterior, es debido al ya mencionado efecto de desprendimiento de
vórtices aguas abajo de las partículas de mayor tamaño cuando estas se encuentran en
caída libre por su propio peso en el seno del fluido. El Gráfico 5.3 muestra el apartamiento de
la ley de Stokes respecto a resultados experimentales para partículas con diámetro mayor a
100 micras (d*>2,6).

Para partículas muy pequeñas se presentan los efectos contrapuestos del movimiento
browniano y la sedimentación (Allen, 1990). La “corrección de Cunningham”, mencionada
por Allen, refiere a una fórmula que ese autor propone para corregir la velocidad de
sedimentación calculada por la ley de Stokes, por efectos de “discontinuidad” es decir de
carácter molecular del fluido en el cual caen las partículas. Sin embargo este tipo de ajuste
está asociado al caso de gases y no de líquidos.

Se puede agregar un límite inferior (Rawle, 1997) para la validez de la fórmula de


Stokes, el cual se relaciona con la prevalencia de velocidades determinadas por el
movimiento browniano (de origen termodinámico), respecto a las de origen gravitatorio
(sedimentación). Indica este autor que, para partículas con diámetro debajo de 2 μm, el
error que se comete es de 20 %, mientras que para partículas menores a 0,5 μm el error es
mayor al 100%.

55 Como también se ve más adelante, para tamaños de partícula por debajo de dos micras la
velocidad de caída se aparta de los valores previstos por dicha ley por efecto del movimiento
browniano.

56 Como se ve en el planteo propuesto para comparar velocidades de sedimentación de partículas


individuales pequeñas y flocs (Heltzel & Teeter, 1987), que se menciona en el artículo 6.2.3 de esta
tesis.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 40


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Por otra parte ese autor informa que partículas como los caolines, arcillas usualmente
encontrados en este rango bajo de diámetros, difieren sustancialmente de la forma esférica
(son más bien con forma de disco), lo cual introduce un factor adicional de error al usar la
ley de Stokes, deducida para esferas.

Como conclusión de los distintos trabajos consultados se puede indicar que la fórmula de
Stokes sería válida únicamente, al menos con una aproximación aceptable, en el rango de 2
a 100 micras.

Por otra parte, salvo en condiciones de cuasi reposo, esperables solamente en unidades
como los sedimentadores, es poco probable que partículas tan pequeñas como 2 micras no
sean arrastradas en forma de “carga de lavado”, cuya definición se verá en el numeral 8.1.1.
Además es probable que tamaños de partícula tan pequeños no se encuentren aislados, sino
formando flóculos, incrementándose su velocidad de sedimentación respecto a lo previsto
por la fórmula de Stokes (Heltzel & Teeter, 1987).

5.3.2 Fórmula de Rubey (1933)


Esta fórmula se suele expresar como:

Siendo el “factor de Rubey”:

El término dentro del radical en la anteúltima expresión para representaría una


velocidad de referencia, aquí denominada . El término se puede verificar que

equivale a , es decir que se puede poner , en la forma más


compacta:

El “factor de Rubey” se puede interpretar (recordando que como el factor

de la siguiente expresión:

bastante utilizada para el cálculo de la velocidad de sedimentación. Esta se deduce de las


ecuaciones de movimiento para el caso de equilibrio de fuerzas y permite calcular la
velocidad terminal de sedimentación , conocido el coeficiente de arrastre del fluido sobre
la partícula en cuestión, CD.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 41


Velocidad de sedimentación

5.3.3 Fórmula de Zanke (1977)


La fórmula propuesta por Zanke (Bertrand-Krajewski, 2006) para partículas de arena
cuyos diámetros este entre 100 y 1000 m57, es:

Ecuación 5.3

5.3.4 Fórmula de van Rijn (1984)


Esta fórmula es aplicable (Bertrand-Krajewski, 2006) para casos en que las partículas de
arena tienen diámetros mayores a 1000 m, cosa comprobable a través de la observación
del siguiente Gráfico 5.3.

Ecuación 5.4

Se puede ver en el Gráfico 5.3, comparativo de distintas fórmulas, que ésta en particular
(de carácter simple), no se ajusta adecuadamente a los experimentos para valores bajos del
diámetro adimensional d*. Para la confección del Gráfico 5.3 se tomó el caso de arenas (con
 = 2.650 Kg/m3, tal que = 1,65) y se compararon los valores de en función del
diámetro adimensionado que da cada fórmula ( ).

Se ve entonces que solo para valores de d* superiores a 60 (correspondiente a d> 2,36


mm) la fórmula de van Rijn se acerca razonablemente a los valores que dan las restantes
fórmulas.

5.3.5 Fórmula de Cheng (1997)


Cheng (1997) propuso una fórmula cuya precisión es suficientemente buena para un
amplio rango de tamaños de partículas si bien depende del diámetro adimensionado d*. La
expresión de la fórmula propuesta es:

Ecuación 5.5

Esta fórmula ha sido contrastada (Cheng, 1997) contra datos experimentales


(Subcomitee on Sedimentation, 1957), dando valores de velocidad de sedimentación muy
próximos a ellos.

57Si bien puede verse en las figuras siguientes que se ajusta a los resultados de otras similares en
rangos más amplios.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 42


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Comparativo de formulas para estimar velocidades de


10000,0
sedimentación
Re(-)
1000,0
Cheng

100,0 Stokes

Rubey
10,0
Zanke
1,0 van Rijn

0,1
1,00 10,00 100,00 1000,00
0,0 d*(-)

Gráfico 5.3-Comparativo de fórmulas para velocidades de sedimentación en distintos regímenes.

De lo expresado en el Gráfico 5.4 siguiente se puede concluir que, dado el razonable ajuste
a datos experimentales que presenta la fórmula utilizada (Cheng, 1997), se justifica su
amplio uso (por ejemplo(Camenen, 2008)).

Velocidad de sedimentación, para SF=0,7, T=20°C


d(mm)
10

Calculada a T = 20º C
Experimental a T = 20º C
1

0,1

0,01
0,001 0,010 0,100 1,000
Ws(m/s)

Gráfico 5.4-Velocidades de sedimentación calculadas contra datos experimentales.

El Gráfico 5.4 compara las velocidades de sedimentación calculadas a través de una


fórmula (Cheng, 1997) contra datos experimentales (Subcomitee on Sedimentation, 1957)
medidos en ríos norteamericanos. Cabe mencionar que no existe para sistemas urbanos
tanta información como la que se cuenta para canales naturales (ríos, arroyos, y otros).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 43


Velocidad de sedimentación

5.4 Coeficientes de arrastre


Como alternativa al cálculo de las velocidades de sedimentación a través de fórmulas
empíricas para el pronóstico de resultados de campo, se pueden estimar dichas velocidades
mediante un enfoque más basado en la Mecánica de los Fluidos, a través de los conceptos de
fuerza y coeficiente de arrastre.

El método propuesto por Engelund y Hansen (1972), a través de la evaluación del


coeficiente de arrastre CD(Re), se sugiere (Fredsøe & Deigaard, 1992) para calcular las
velocidades de sedimentación.

Este coeficiente, suele dejarse como función del número de Reynolds únicamente, dada la
geometría de la partícula y su rugosidad superficial (por ejemplo para esferas “lisas”), en la
forma CD(Re), función que se halla a través de experimentos. Si estas variables secundarias
sí se consideraran la función para CD sería, por ejemplo, de la forma CD=CD(Re, SF, /D) o
bien CD=CD(Re).FSF.F siendo FSF y F factores de corrección por efectos de forma y
rugosidad a determinar experimentalmente dependiendo del tipo de partículas que se
tratase.

Dado que ws=ws (CD), CD=CD(Re), y Re=Re(ws), se requiere calcular iterativamente ws a


partir de un valor supuesto para dicha velocidad. En resumen el procedimiento es:

ws  Re=dws/ CD=CD(Re)  ws*= ws (CD), el cual termina cuando los valores ws y ws*
difieren poco entre sí58.

Este procedimiento iterativo representa una cierta incomodidad de manejo de este


enfoque que, al menos para la realización de cálculos manualmente o bien prescindiendo de
computadoras, se trata de evitar mediante el uso de formulaciones explicitas.

5.4.1 Fórmulas para CD(Re)-Partículas esféricas


Existe gran cantidad de fórmulas para el cálculo de CD, el coeficiente de arrastre (“drag”)
en esferas, usualmente dadas como curvas en función del número de Reynolds (Re). Desde
la que se deduce de lo planteado por Stokes, CD=24/Re, para el régimen laminar (también
denominado “creeping flow” en la literatura en idioma inglés) se han ido realizando ajustes
para reflejar los resultados experimentales, y los diversos regímenes que se observan en los
mismos.

Sobre dichos regímenes solamente se mencionarán aquí sus denominaciones y rangos de


Re implicados:

 Flujo laminar: donde vale la ley de Stokes, Re<0,3.


 Zona intermedia, o inercial: 0,3<Re<500
 Zona turbulenta: 500<Re<20.000, donde vale la ley de Newton59

58 En los resultados aquí presentados se tomó como criterio de convergencia de la iteración que la
diferencia entre valores fuese menor al 0,2%.

59 También denominada ley de Rittinger, es de la forma W=kd 1/2, mientras que la de Stokes es de
la forma W=kd2.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 44


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

 Zona con separación de capa límite: 20.000-50.000<Re<1:000.000, límite de validez


de la mayoría de las fórmulas, aun las más aproximadas a los datos experimentales,
como son las más recientemente propuestas.

En cuanto a fórmulas posteriores a la de Stokes se mencionan aquí únicamente algunas


dentro de la gran cantidad existente y se comparan sus resultados en el gráfico siguiente.
Sus expresiones pueden verse en las referencias bibliográficas correspondientes.

La fórmula propuesta por Schiller & Naumann (1933) es, claramente, un refinamiento60
de la fórmula de Stokes, y es válida en un rango más amplio que aquella ( 61).

Por encima de el valor a adoptar es .

Una fórmula intermedia en cuanto a validez (y complejidad) también denominada por


algunas referencias como “fórmula standard”, es válida hasta valores de Re entre 20.000 y
50.000 justo donde se produce la separación de capa límite. Es denominada “standard”
debido a que su uso se hizo extendido debido a que cubre un amplio rango de valores de Re
con buena aproximación a los valores experimentales.

Finalmente, una de las últimas fórmulas propuestas (Morrison, 2010) válida para
Re<1:000.000, mucho más compleja, si bien permite ser usada incluso en la zona donde se
presenta separación de la capa límite, no presenta mejoras relevantes en el rango típico de
Re (asociado a la velocidad de sedimentación) encontrado en los sistemas de saneamiento.

Del análisis de los valores que resultan para partículas entre 0,089 y 1,8 mm (bastante
representativo de los sedimentos en sistemas de saneamiento), se puede ver que los
números de Reynolds para estas partículas (asumiendo que son arenas con =2.650 Kg/m3)
se encuentran entre 0,2 y 300, por lo cual se pueden utilizar, y con buena precisión, las
fórmulas más sencillas para CD.

El gráfico siguiente, adaptado de varios autores ((Morrison, 2010),(Kundu & Cohen,


2002)), muestra los distintos ajustes de las fórmulas antes mencionadas a los diversos
regímenes (observados experimentalmente) que presenta el coeficiente CD.

60Más allá de soluciones de tipo analítico similares a la hallada por Stokes, como la de Oseen,
quien linealiza el término advectivo u⋅∇u (despreciado por Stokes) usando u.(∂u/∂x), con lo cual llega
a una expresión más completa que la de Stokes (C D=24/Re (1+3/16Re)). Sin embargo dicha expresión
en vez de subestimar el coeficiente de arrastre (como lo hace la fórmula de Stokes) lo sobreestima,
para Re>1.

61 Algunas referencias indican un rango algo distinto: .

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 45


Velocidad de sedimentación

CD-Esferas (clasificación de regímenes) experimental y varias fórmulas


CD
1000,0 "Creeping " flow Flujo inercial Ley de Newton Separación de
Ley de Stokes Intermedio capa límite

Curva "Standard"
100,0 Cd(Re)
Schiller y
Naumann (1933)
10,0
Morrison, 2013

Esferas,
1,0 experimental

0,1
1,E-02 1,E+00 1,E+02 1,E+04 1,E+06 Re

Gráfico 5.5-Comparativo de algunas fórmulas para estimar CD (Re) y datos experimentales para
esferas lisas y distintos regímenes según CD (Re).

5.4.2 Fórmulas para CD(Re)-Partículas naturales


Para el caso de partículas “naturales”, se propone (Fredsøe & Deigaard, 1992) el uso de
las ecuaciones deducidas para esferas, utilizando un coeficiente de arrastre modificado de
acuerdo a resultados experimentales, CD=1,4+36/Re, expresión que contempla la zona
laminar (CD=24/Re, según la ley de Stokes) y un valor asintótico de 1,4 para la zona
turbulenta.

La utilización de dicho coeficiente para el cálculo de las velocidades de sedimentación


(según el proceso iterativo antes descripto) da algunas diferencias respecto a valores
reportados (Engelund & Hansen, 1967). Ello puede responder a que la deducción de la
ecuación para esferas no es del todo válida para partículas no esféricas, sin perjuicio de que
pueda resultar, al menos, una buena primera aproximación.

En el gráfico siguiente se comparan resultados del cálculo para arenas y esferas.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 46


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

ws(m/s) ws(d)-calculada para esferas y arenas naturales


0,3
Arena Natural, T=10°C
0,25 Arena Natural, T=20°C
Esferas, T=10°C
0,2
Esferas, T=20°C

0,15

0,1

0,05

0 d(mm)
0 0,5 1 1,5 2

Gráfico 5.6-Velocidades de sedimentación calculadas por medio de C D (Re) para esferas y arenas
naturales (CSF=0,7).

Se puede apreciar que el cálculo refleja dos fenómenos. El más notorio es la fuerte
influencia de la no esfericidad de las partículas (en este caso se toma para arenas naturales
un CSF=0,7) en la reducción de su velocidad de sedimentación.

En segundo lugar se ve la menor influencia de los efectos de la viscosidad (representada


por la temperatura) en las partículas no esféricas. Ello se explica por el más fuerte efecto de
la turbulencia generada por las partículas naturales cuyo resultado es un CD aumentado,
con la consiguiente reducción de la velocidad de arrastre o sedimentación. En tal sentido,
cabe destacar que el valor de CD en la zona “asintótica” (previa a la separación de capa
límite), según resultados experimentales(Engelund & Hansen, 1967), es de 1,4 en
partículas naturales (CD=1,4+36/Re) mientras que en esferas es de 0,44, aproximadamente.

En el contexto del estudio de la deposición en colectores Sonnen (1977, citado por (Fan, et
al., 2003)) propone, para Re<3.000, CD=24/Re+3/Re1/2+0,34.

1.000,0
CD CD-Esferas vs. Arenas naturales
100,0
Esferas, experimental
Arenas, experimental
10,0
Efecto de la forma

1,4
1,0
0,44

0,1 Re
1,E-02 1,E-01 1,E+00 1,E+01 1,E+02 1,E+03 1,E+04 1,E+05

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 47


Velocidad de sedimentación

Gráfico 5.7- CD (Re) para esferas y arenas naturales (CSF=0,7), datos experimentales.

El siguiente gráfico compara resultados experimentales ((Engelund & Hansen, 1967) y


(Subcomitee on Sedimentation, 1957)) y cálculos teóricos (según fórmulas de (Engelund &
Hansen, 1967) y de (Cheng, 1997)). Se muestra la comparación entre velocidades de
sedimentación calculadas a través de una fórmula (Cheng, 1997) y las obtenidas de datos
experimentales (Subcomitee on Sedimentation, 1957) para partículas con SF = 0,7. En ese
gráfico también se aprecian las diferencias que surgen al calcular las velocidades de
sedimentación por fórmulas empíricas como la de (Cheng, 1997) en relación a las calculadas
en base al concepto del coeficiente de arrastre CD. Este último método sobrestima la
velocidad de sedimentación en todo el rango de diámetros comprendidos entre 0,06 y 2 mm.

Velocidad de sedimentación, para SF=0,7, T=20°C


d(mm)
10
Calculada a T = 20º C, fórmula de Cheng
Experimental a T = 20º C
Calculada a T = 20º C, con Cd
Experimental a T = 20º C, Engelund
1

0,1

0,01
0,001 0,010 0,100 1,000
Ws(m/s)

Gráfico 5.8-Comparación de velocidades de sedimentación.

En 1955 Albertson mostró experimentalmente que con una variación del SF entre 0,3 y
1,0 se reduce el coeficiente de arrastre sobre las partículas casi en un orden de magnitud
(Graf, 1998).

Por otra parte también se ha demostrado la gran influencia de la esfericidad de las


partículas, , sobre el coeficiente de arrastre dado por la función CD(Re) (Allen, 1990) en
especial a Re altos (fuera del rango laminar). A partir de resultados como los mostrados en
el Gráfico 5.6 se puede concluir que los efectos de la forma se hacen evidentes solamente en
partículas de más de (aproximadamente) 500 micras lo cual, además de quedar fuera del
rango de validez mencionado de la fórmula de Stokes, se asocia únicamente a partículas no
cohesivas.

En virtud de la concordancia de los datos experimentales ((Subcomitee on


Sedimentation, 1957), (Engelund & Hansen, 1967)) se puede concluir que, salvo que se
profundice en el conocimiento de las ecuaciones de movimiento de partículas no esféricas y,

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 48


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

especialmente, de la relación CD(Re) para las mismas, es preferible utilizar fórmulas


simplificadas para el cálculo de la velocidad de sedimentación, como la propuesta por
(Cheng, 1997) en vez de usar CD.

5.4.3 Influencia de la temperatura del fluido en la velocidad de


sedimentación
La temperatura actúa indirectamente en los procesos de sedimentación a través de la
viscosidad del fluido. La viscosidad del fluido es el factor que ejerce mayor resistencia a la
caída de las partículas, por lo tanto impacta directamente en el transporte de las mismas.

Se propone ((Yang, 2006) ,(Garcia, 2008)) una ley para la viscosidad en función de la
temperatura de la forma:

Ecuación 5.6

donde las unidades son °C para T y m2/s para (Yang, 2006).

En cuanto a la influencia de la esfericidad y la temperatura del agua en la que las


partículas caen, estudios realizados hace varias décadas (Subcomitee on Sedimentation,
1957) aún hoy en día se mantienen como referencias válidas al respecto(Cheng, 1997). Se
aprecia en los resultados de los experimentos realizados por este organismo norteamericano
que en la velocidad de sedimentación hay una importante dependencia de ambas variables.
En cuanto a la dependencia de la temperatura sobre la velocidad de sedimentación se ve
que esta afecta fuertemente a los menores tamaños de partícula, es decir en aquellos casos
en que la viscosidad tiene efectos más notorios. Para mayores tamaños de partícula (por
encima de 1 mm) la influencia de la temperatura en la velocidad de sedimentación se va
atenuando.

En la Tabla 5.3 se muestra la influencia de la temperatura (en un rango entre 0° y 40° C)


y la esfericidad (dada por el factor de forma, SF entre 0,5 y 0,9) sobre la velocidad de
sedimentación, para partículas de cuarzo natural (Subcomitee on Sedimentation, 1957) con
diámetros de 100 m y 1.000 m.

Influencia de la esfericidad en la velocidad de sedimentación


Diámetro nominal de partículas ws (cm/s)

SF T=0°C T=40°C
100 micras 0,5 0,44 0,96
0,9 0,48 1,1
Variación 9% 15%

SF T=0°C T=40°C
1000 micras 0,5 9 11
0,9 12 16
Variación 33% 45%
Tabla 5.3-Influencia de la esfericidad (“SF”) en las velocidades de sedimentación.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 49


Velocidad de sedimentación

5.4.4 Influencia de la concentración de sedimentos cohesivos en la


velocidad de sedimentación
Las referencias (Shrestha & Blumberg, 2005) indican velocidades de sedimentación
independientes de la concentración para valores bajos de la misma (entre 0,1 a 0,3 Kg/m 3)
mientras que para concentraciones mayores a las indicadas el tamaño de los flóculos así
como sus mayores densidades y consistencias provocan velocidades de sedimentación
mayores.

Por otra parte, se ha indicado (Berlamont, et al., 1993) que, además de ser más complejos
de describir que las arenas (por su distribución granulométrica) los sólidos cohesivos que
forman agregados en estado natural, presentan velocidades de sedimentación del orden de
0,01 a 10 mm/s. Asimismo, se indica por parte de estos autores que el valor aumenta con la
concentración hasta valores de 2 a 10 g/l, tras las cuales la velocidad decrece rápidamente
por efecto de la mutua interferencia. Se pueden ver en la bibliografía rangos de velocidades
de sedimentación, así como su crecimiento en función del tamaño de grano y decrecimiento
dado por efectos de concentración62. Ese comportamiento se puede describir en la forma
dada por la ecuación siguiente, representada en el gráfico también mostrado a continuación
junto a datos experimentales.

Nicholson y O´Connor (1986) presentaron las siguientes fórmulas para determinar las
velocidades de sedimentación en función de la concentración teniendo en cuenta,
especialmente, la concentración “limitante63”, CH:

Ecuación 5.7

donde:

= 25 g/l es la concentración donde empieza a limitarse la sedimentación,

= 6,0x10-4 m4/Kg/s,

= 1,0x10-2 m3/Kg,

= 1,0 y

= 5,0

La comparación contra datos experimentales de algunas fórmulas como la de Nicholson y


O´Connor (1986) que permiten predecir las velocidades de sedimentación en función de la

62Ver por ejemplo un gráfico dado por (Van Rijn, 1993), figura 11.4.2, en el que se comparan lodos
de diversos ríos y arcillas puras, como la caolinita.

63 Hindered Settling según se denomina en inglés a dicho fenómeno.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 50


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

concentración muestran que, si bien la tendencia prevista por las mismas acompaña los
resultados, hay discrepancias de valores entre cálculo y mediciones. Sin embargo se debe
remarcar que la fórmula propuesta no puede ser universal en la medida que distintos
sedimentos presentan distintas concentraciones correspondientes a las velocidades
máximas y también distintas concentraciones limitantes. Estas últimas, , parecen
depender fuertemente del tipo de sedimento (composición, contenido orgánico, tipo de
minerales presente) que se trate.

Una comparación de las velocidades de sedimentación obtenidas por la fórmula de


Nicholson y O´Connor (1986) y experimentos de Odd y Rogers (1986) (Yang, 2006) se
presenta en el Gráfico 5.9.

C(g/L)
1,00E+00
0,1 ws(C) 1 10 100
ws (m/s) Sedimentación
Fórmula de Nicholson y
1,00E-01 en régimen
O´Connor (1986)
limitado
Experimental Odd y roger
Odd y Roger
(1986)
1,00E-02

1,00E-03

1,00E-04

1,00E-05

Gráfico 5.9-Velocidades de sedimentación obtenidas por una fórmula y experimentos.

Más recientemente, se ha profundizado en el estudio de la sedimentación, en especial en


situaciones de sedimentos cohesivos y particularmente para el caso de flóculos (Camenen &
van Bang, 2011), sistematizándose los regímenes en que esta se presenta como se indica en
el Gráfico 5.10 (adaptado de (Camenen & van Bang, 2011)). Dado que se trata de flujo
másico (por ejemplo expresado como Kg/s.m2) se puede calcular dicho flujo como =cWs,
siendo Ws la velocidad de sedimentación, es decir el caudal sólido por unidad de área
paralela al flujo, ya que Ws=Qs/A.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 51


Velocidad de sedimentación

Gráfico 5.10-Flujo másico de sedimentos en función de la concentración.

Una comparación de las velocidades de sedimentación obtenidas por mediciones en tubos


de Owens, y análisis de imágenes de video (Berlamont, et al., 1993) se presenta en forma de
gráfico por esos investigadores. Para una concentración reportada (455 ppm = 455 g/m3 =
0,455 Kg/m3) se indica que la velocidad ws,50 puede tomar valores entre 0,45 y 1,1 mm/s,
aproximadamente. Para esa concentración (Manning, et al., 2011) muestran que la
velocidad ws,50 se ubicaría entre 0,05 y 0,8 mm/s aproximadamente, lo cual constituye una
correspondencia razonable. Aparentemente no solo la concentración es relevante sino que
también la composición de los sedimentos y el líquido en el que se encuentran (en especial
la presencia de iones en este).

Se han presentado (Engelund & Hansen, 1967) curvas (similares a las dadas en el
Gráfico 5.2) que indican la variación de velocidades de sedimentación en presencia de
sólidos suspendidos (w´) en el agua con una cierta concentración de sedimentos (C), respecto
al valor correspondiente a partículas aislada (en agua limpia), w. Estas curvas, basadas en
experimentos (Richardson & Zaki, 1954), muestran que la corrección (w´/w) prevé una
disminución de la velocidad con el aumento de la concentración (C). No se aprecia un
aumento de velocidad como el mostrado en el Gráfico 5.9. Ello puede deberse tanto a los
valores de concentración de distinto orden que se manejan (menor a 100 g/L en este último
caso, llegando a C=0,4, es decir casi 1000g/L, aproximadamente64, en el caso de (Richardson
& Zaki, 1954)), así como de tratarse en un caso de sedimentos cohesivos (Gráfico 5.9)
mientras en otro de no cohesivos (Gráfico 5.2). En resumen se puede indicar que a menores
valores de (Engelund & Hansen, 1967) el efecto de la concentración se acentúa. A
w´/w ≈ 0,35; a w´/w ≈ 0,55; w´/w ≈ 0,60.

5.4.5 Influencia de la forma en la velocidad de sedimentación


Si bien solo aplica al estudio de la caída de una partícula aislada en el seno de un fluido
libre de sedimentos (agua limpia, por ejemplo), y se considera una variable secundaria, la
forma es un factor a tener en cuenta.

64 Considerando que son inorgánicos con s = 2,5.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 52


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

A tales efectos se propone (Cheng, 1997) una expresión de la forma:

Por otra parte (Camenen, 2008) cita resultados de estudios propios anteriores (Camenen,
2006) en los que encontró que se puede tomar A ≈ 27, B ≈ 2,1, y m ≈ 1,2 como una primera
estimación, en base a lo hallado por (Dietrich, 1982), asumiendo65 CSF=0,6 y e p P=1,0.

(Garcia, 2008), citando a Camenen (2007) hace uso de la ecuación anterior en el formato
dado por (Cheng, 1997) donde A, B y m dependen de la redondez ( ) y la esfericidad ( ),
ambas magnitudes adimensionales, de la siguiente forma:

Se concluye (Camenen, 2008) que “aparentemente la ley de Stokes, que es válida para
bajos valores de números de Reynolds y para esferas rígidas, solo puede ser una estimación
aproximada de la velocidad de sedimentación de un floc de lodo”. Lo anterior es evidente
(ver 6.2.3) de la estructura geométrica que estos presentan la cual no solamente suele ser
de tipo amorfo sino que dista bastante de ser rígida, por lo que se deberían considerar los
efectos de las relaciones esfuerzo-deformación en su interacción con el medio circundante en
el que caen.

5.4.6 Influencia de otros factores en la función CD(Re)


Además de la forma, ángulo de ataque66 y rugosidad de las partículas, otros factores han
sido identificados y estudiados experimentalmente en lo que respecta a su influencia en el
coeficiente de arrastre CD (Re). Generalmente se introducen como variables secundarias en
la función del CD (Re), en la forma CD (Re, “otras variables”), o bien como factores de
corrección K, en la forma CD,corr (Re) = KCD (Re), siendo K algún factor de corrección
dependiente de dichas variables K=K (“otras variables”).

Schlichting (1979) presentó resultados experimentales sobre la influencia de la velocidad


de rotación de partículas esféricas en el coeficiente de arrastre ejercido por el fluido en el
que se mueven. Por otra parte (Graf, 1998) se presentan resultados de Albertson (1953) en
lo que refiere a la influencia del factor de forma y la cercanía de las paredes que contienen
al fluido sobre el coeficiente de arrastre de las partículas. En este último caso Brenner
(1961) (Graf, 1998) propuso corregir la fórmula de Stokes como CD = 24K/Re, siendo K

65 CSF es el ya definido antes, factor de forma de Corey (“Corey shape factor”) y ep o P son la
redondez de la partícula.

66 Para partículas no esféricas.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 53


Velocidad de sedimentación

=1+9a/8s, donde a, y s son el diámetro de las partículas supuestas esféricas y su separación


de las paredes que contienen el líquido en el que las mismas caen, respectivamente.

Respecto a la influencia de la intensidad de turbulencia en la función CD(Re), Torobin


(1960) (Graf, 1998) expone resultados experimentales para esferas en los que puede verse
que cuanto mayor es la intensidad de la turbulencia en el fluido, menores valores de Re se
requieren para producir la separación de la capa límite. Este efecto de “rugosidad” es
conocido en la modelación física a escala, en laboratorio, para lo cual se introduce una
rugosidad no escalada (“exagerada”) para adelantar la separación de capa límite a números
de Reynolds más bajos (alcanzables en las instalaciones experimentales con las que se
cuente).

Por más detalles referentes a la afectación del coeficiente de arrastre y la velocidad de


sedimentación, como los que se han mencionado aquí someramente, es de lectura
recomendada (Graf, 1998).

5.4.7 Aspectos que afectan las mediciones experimentales de velocidad de


sedimentación
Se han realizado estudios sobre la influencia de las condiciones experimentales en la
determinación de las velocidades de sedimentación en aguas residuales(Aiguier, et al.,
1996). Estos indican que las determinaciones no deberían hacerse tomando muestras y
llevándolas al laboratorio (como pudiera hacerse en casos de menor actividad biológica como
ser en ámbitos fluviales o costeros). Por lo contrario se recomienda realizar las
determinaciones inmediatamente tomadas las muestras dado que las características de los
(bio) sólidos tomados de las aguas residuales cambian muy rápidamente.

Por otra parte se indica que las partículas deberían sedimentar en el mismo líquido del
cual se tomaron dado que el agua en que lo hacen afecta fuertemente la velocidad de caída
de las mismas.

Asimismo, se ha observado que en caso de tenerse concentraciones no uniformes en la


columna de sedimentación se presentan variaciones en las velocidades de sedimentación
respecto a las que se dan cuando la concentración si es uniforme. Al respecto se ha indicado
que en relación a los CSOs de tipo urbano existe una fuerte relación entre la eficiencia de
remoción de SST (asociada a su vez a la sedimentabilidad de los sólidos presentes en el
agua residual) y la concentración inicial de SST. Altas concentraciones iniciales de SST
resultan en un aumento del tamaño y densidad de partícula lo que conlleva un incremento
de eficiencia en su remoción (Carbone, et al., 2012).

En lo que refiere a los distintos métodos disponibles para determinar las velocidades de
sedimentación, se ha observado que los valores obtenidos en las mediciones presentan
amplia dispersión y fuerte dependencia de las técnicas e instrumental utilizado en los
experimentos (Krishnappan, et al., 2012).

5.5 Resumen del Capítulo 5


Como cierre de este capítulo se puede concluir que:

o La velocidad de sedimentación es una de las variables más importantes en el


modelado del transporte de sedimentos, ya que engloba algunas de las

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 54


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

propiedades más relevantes de las partículas como son la densidad, tamaño,


forma y otras. También llamada “velocidad de caída” resume las propiedades
“estáticas” (o de “reposo”, no de flujo) más relevantes, tanto de las partículas como
del fluido.
o Las propiedades del fluido que arrastra las partículas, representadas
principalmente a través de su densidad y viscosidad (a su vez afectada por la
temperatura), influyen moderadamente en la velocidad de sedimentación.
o La concentración de sólidos presentes pueden afectar fuertemente la
sedimentación, y con ello el transporte de los sólidos, en particular en el caso de
los finos cohesivos (pudiendo aumentarla considerablemente), si bien también lo
hace en el caso de no cohesivos (más bien reduciéndola en este caso), para altos
valores de concentración, C.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 55


Caracterización de los sedimentos cohesivos

6 Caracterización de los sedimentos cohesivos


La bibliografía enfocada al transporte de sólidos cohesivos en entornos costeros o
estuarinos (ver por ejemplo (Shrestha & Blumberg, 2005)) distingue a los sedimentos
cohesivos de los no cohesivos, en principio solamente por la presencia, o no, de “finos”. En
general se toma como finos a los sedimentos de menor granulometría, con una fuerte
componente de materiales arcillosos con diámetros característicos menores a 2 m y por
otra parte (también importante) de partículas asimilables a limos con diámetros de hasta
75 m, en general mezcladas con materia orgánica, con diferentes grados de
descomposición, e incluyendo a los microorganismos aún vivos. Otras referencias (Ha, 2008)
dan una clasificación alternativa, en cuanto a diámetros de partícula, para arcillas (d< 4
m), y limos (d< 63 m). Bien puede adoptarse cualquiera de las definiciones presentadas
ya que no existen diferencias cualitativas sustanciales en el orden de magnitud de los
rangos considerados. Sin embargo se adoptarán las categorías dadas en 6.1.

Más específicamente, en lo que refiere a sistemas de saneamiento o de drenaje (Freni, et


al., 2003), en especial en casos en que el flujo de sedimentos se da sobre lechos permanentes
o semi permanentes, los estudios existentes han sido en su gran mayoría realizados para
sedimentos no cohesivos. Esos autores resaltan que la “cohesión en los sedimentos tiene un
marcado efecto en el movimiento incipiente, en la medida que los esfuerzos cortantes
críticos pueden incrementarse en varios órdenes de magnitud, dependiendo de la
concentración de aditivos cohesivos”. A ello se debe agregar también el efecto de la
consolidación debida a factores como el tiempo y la presión.

6.1 Clasificación de los sedimentos según su granulometría


Se considera la siguiente clasificación general;

Sedimentos cohesivos:

 Arcillas: diámetros característicos menores a 2 m,


 Limos: diámetros característicos entre 2 y 63 m,

Sedimentos no cohesivos:

 Arenas: diámetros característicos entre 63 m y 2.000 m, y


 Gravas: diámetros característicos mayores a 2.000 m (2mm).

Se revisarán más adelante en esta tesis (por ejemplo en el capítulo 7) otras posibles
definiciones de sólido cohesivo, de manera de que sean funcionales a los objetivos fijados
para este trabajo, no restringiéndose a lo planteado para el estudio de transporte en
contextos fluviales o marinos. A modo de ejemplo se plantea (Einstein, 1950) que las
partículas con diámetros por debajo de 0,061 mm (61 m), que presentan “fuerzas
moleculares” entre sí (cohesión), no son las usualmente encontradas en lechos de corrientes
aluviales en las que las partículas se corresponden a las arenas y tamaños mayores de
partículas.

El carácter cohesivo de los sedimentos que contienen arcilla (Manning, et al., 2011) es
debido a la presencia de carga electrostática, que surge del fluir de los minerales arcillosos,
así como de largas cadenas de polímeros que se adhieren a las superficies de las partículas

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 56


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

individuales. Ejemplo de estas últimas son los mucopolisacáridos, largas cadenas lineales
de azúcares complejos, en general unidos a proteínas.

Van Rijn (1993), indica (Shrestha & Blumberg, 2005) que una fracción de componentes
arcillosos mayor al 10% es, en general, suficiente para que el sedimento que la contenga
muestre propiedades cohesivas como las antes descriptas. Se ha observado que, tras un
mínimo en el entorno del 5%, la tensión rasante crítica se incrementa con el aumento del
contenido de arcilla(Grabowski, et al., 2010). Más precisamente al 4% se da el mínimo
(Berlamont & Torfs, 1996) en el caso de arenas mezcladas con “finos” (con diámetros
menores a 63 micras), ascendiendo monótonamente desde ese valor a concentraciones
mayores de finos (ya se recupera al resistencia a la erosión de las arenas puras al 8% de
finos).

La velocidad de sedimentación, en la que incide directamente la eficiencia del proceso de


floculación, puede incrementarse (tanto en los procesos de potabilización como en los de
tratamiento de aguas residuales) a los efectos de favorecer la decantación de los sólidos
suspendidos en el agua que por sus características resultan más difíciles de sedimentar. A
tales efectos se aplican los llamados coagulantes o floculantes iónicos, como el sulfato de
alúmina, utilizado mayormente en el proceso de potabilización de agua, o el cloruro férrico,
más utilizado en el tratamiento del agua residual67.

De esta manera encontramos este tipo de sedimentos formando estructuras de mayor


orden que el de las simples partículas como son los llamados flóculos o “flocs” (evidencia
sustancial de una primera fase de su comportamiento cohesivo, totalmente inviable en otro
tipo de sedimentos como las arenas o sólidos de tamaño mayor).

Este carácter cohesivo que interesa estudiar puede verse afectado, además de la
existencia de finos inorgánicos68, por el contenido de otras sustancias como materia
orgánica, lo cual interesa analizar en este trabajo desde la interrelación entre cohesividad y
presencia de biofilms. Este aspecto distingue la forma en que se presenta la cohesividad en
ambientes urbanos de como lo hace en otros, por ejemplo, en los fluviales.

Los sedimentos (cohesivos y no cohesivos) generados a nivel del suelo por actividades
naturales y humanas han sido de amplio estudio en hidráulica marítima y fluvial. Sin
embargo el enfoque que se pretende dar en este trabajo es al contexto de la hidráulica
urbana. En especial se hace énfasis en estudios realizados sobre algunos sistemas de
transporte de líquidos que presentan importante cantidad de sedimentos, como son los de
transporte de líquidos residuales (de actividades domésticas urbanas en particular). Se
analiza, en particular, el caso del transporte por gravedad (colectores de saneamiento), sin
perjuicio del realizado por bombeo o presión (líneas de impulsión).En dichos casos además

67 Aunque para la separación de las fases líquido-sólido son más utilizados polielectrolitos es decir
floculantes de tipo polimérico que potencian la tendencia natural a coagular de los lodos
biológicamente activos.

68 Cuya principal diferencia respecto a los orgánicos es la gran estabilidad fisicoquímica, mientras
que los orgánicos tiene capacidad de crecer y por ende incrementar su capacidad cohesivo-adhesiva
en la medida que dispongan de los nutrientes necesarios.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 57


Caracterización de los sedimentos cohesivos

de los procesos fisicoquímicos, que son preponderantes en la mecánica de estuarios, ríos y


costas, se dan procesos biológicos cuya incidencia en el comportamiento de los sedimentos
es parte del objetivo de este trabajo.

En el caso de estuarios se indica (Shrestha & Blumberg, 2005) que la salinidad


incrementa la floculación (“aggregation” en inglés) lo cual hace que los flocs aumenten sus
velocidades de sedimentación. Este mecanismo no parece ser relevante en los sistemas de
tipo urbano y de hecho la bibliografía específica sobre ellos no lo considera, lo que
constituye otra diferencia entre ambos contextos.

En la dinámica de los procesos de floculación y sedimentación suele ser relevante el


contenido orgánico de los sólidos suspendidos69.

El comportamiento, desde el punto de vista del transporte, de los sedimentos cohesivos


en dichos ambientes implica el acople de los movimientos de los sedimentos con los
movimientos del agua que los arrastra.

En el caso de los sistemas a los que se restringirá el estudio en esta tesis se presenta la
necesidad de acoplar los fenómenos (a priori), dado que aspectos como la granulometría y
cantidad relativa de sólidos inorgánicos respecto a la materia orgánica transportada, son
relevantes, al grado de afectar sustancialmente las propiedades de transporte de los
mismos.

Asimismo, la bibliografía indica la afinidad que tienen los contaminantes (metales


pesados, pesticidas y nutrientes, así como radionúclidos) con los sedimentos cohesivos, lo
cual hace aún más importante el estudio de dicha componente (cohesiva). Por ello el
impacto ambiental y sanitario que puede tener una mala gestión de los sólidos, en especial
de los cohesivos, en las conducciones puede ser importante.

6.2 Procesos y dinámica de los sedimentos cohesivos


Los procesos básicos que afectan la dinámica de los sedimentos cohesivos, descriptos por
la bibliografía (Shrestha & Blumberg, 2005) se pueden resumir en:

1-Floculación (“aggregation”)

2-Sedimentación (“settling”)

3-Deposición

4-Consolidación

5-Resuspensión

Si bien el orden natural de los procesos puede ser este, la consolidación, por ejemplo,
puede no darse si las condiciones particulares del sitio no lo permiten. En regímenes en los
que los tiempos de consolidación relevante no sean alcanzados, el sedimento se comportará
como no consolidado. Por lo tanto hay que considerar que no siempre se dan todos los
procesos; puede que alguno no se cumpla debido a la falta de verificación de alguna

69 Medidos por ejemplo a través del cociente SSV/SST.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 58


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

condición necesaria por parte del flujo o de los sedimentos. Alternativamente se podría
pensar en un equilibrio “deposición  resuspensión” (punto 3 anterior) o bien del tipo
“consolidación  erosión” (punto 4 anterior). Ello dependería de los tiempos de
permanencia en que se encuentra depositado el sólido sobre el lecho de sedimentos, grado
de las fuerzas de cohesión, energías disponibles para erosionar o resuspender, y otros
factores.

La bibliografía (por ejemplo (Shrestha & Blumberg, 2005)) indica la complejidad del
enfoque de cada uno de los procesos debido a que, además de las características
fisicoquímicas del sedimento, se deben tener en cuenta las del campo de velocidades, las
cuales pueden ser interdependientes. Por otro lado, también los procesos 1 a 5 antes
enumerados pueden ser dependientes entre si, como se analizó en el párrafo anterior.

6.2.1 El proceso de floculación o agregación


La floculación se puede definir como el aglomerado de las partículas que se encuentran
en permanente colisión debido a fuerzas de origen electrostático. Estas eventualmente
sufren una neutralización de su carga eléctrica (fundamentalmente positiva, como es común
en los procesos de fricción) tras lo cual prevalecen las fuerzas atractivas de van der Waals
generando las condiciones favorables para el incremento de la cantidad de partículas por
unidad de volumen formando flóculos o “nubes” de partículas. El incremento de la densidad
media de los flóculos favorece su eventual sedimentación (al menos en condiciones de
reposo) como se verá más adelante.

La colisión de las partículas ocurre principalmente por movimiento browniano (producto


del movimiento aleatorio resultante de gradientes térmicos en el seno del fluido, el cual
permite que se pueda producir floculación aún en fluidos estacionarios70), por gradientes de
velocidad internos, o bien por diferencias de densidad que implican diferentes velocidades
de asentamiento o de caída por lo cual los flóculos se interfieren entre sí. Los gradientes de
velocidad están asociados a su vez con la aparición de tensiones rasantes internas
generadas por el propio flujo del fluido que arrastra las partículas, o bien artificialmente
como es el caso del uso de floculadores de tipo mecánico. Las tensiones rasantes turbulentas
se vinculan con la probabilidad de tenerse mayor número de colisiones entre partículas lo
cual aumenta su grado de floculación, al menos hasta un cierto punto en el cual se
empiezan a romper los flóculos formados por este efecto. Este concepto está asociado al de
longitud de mezcla de Prandtl (Von Kármán, 1931). El planteo clásico relaciona las
tensiones rasantes internas en el fluido con la longitud de mezcla a través de la ecuación
, mientras que también pueden asociarse, a través de la ecuación que

define la viscosidad ( ), con los gradientes de velocidad. Ambas formas de ver a las
tensiones rasantes como generadoras de gradientes de velocidades, impuestos por las
fronteras fijas del recinto o generadas por medios mecánicos, aumentan la probabilidad de
colisiones o contactos entre partículas favoreciendo la aglomeración.

70 El movimiento browniano puede verse como turbulencia de baja energía superpuesta al campo
de velocidades hidrostático.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 59


Caracterización de los sedimentos cohesivos

Finalmente, de lo indicado en el párrafo anterior, es posible relacionar la viscosidad


turbulenta con la longitud de mezcla a través de , tal como el propio Prandtl (Von
Kármán, 1931) evaluó la viscosidad turbulenta (“eddy viscosity”). Esta viscosidad es a
menudo representada por la letra K (que da nombre a la “teoría K” que la utiliza en la
parametrización de la turbulencia). También se pueden relacionar las tensiones rasantes
turbulentas (o de Reynolds) con la longitud de mezcla y los gradientes del campo medio de
velocidades mediante .

La mecánica de agregación y desagregación de partículas cohesivas se da por las


colisiones entre partículas favorecida por la turbulencia presente en el flujo, mientras que
esta ultima puede también desagregar a los flóculos (Trento, 2005). La turbulencia en
definitiva es un factor de incremento de la cantidad de colisiones dada por otros
mecanismos (movimiento browniano, gravedad, inercia y otros) que a intensidades
excesivas puede generar un proceso inverso de desagregación. Cabe indicar que según
Trento se puede establecer como sinónimos los términos de agregación y floculación.

En general los flóculos generados por gradientes de velocidad71 son más estables
(resistentes a la rotura) que los generados por otros mecanismos.

La floculación es afectada, además de la turbulencia, por factores fisicoquímicos como el


pH, salinidad, tamaño y forma del sedimento, densidad, temperatura y otros (Shrestha &
Blumberg, 2005).

6.2.2 Sedimentación y deposición


La velocidad de sedimentación depende del aumento de la densidad local resultante del
proceso de agregado o floculación, la propia densidad de los sedimentos que participan de
este proceso y la concentración de iones en el medio.

Al igual que existen valores críticos para que se establezcan procesos de erosión, los hay
para la deposición de sedimentos. Esta ocurre cuando la tensión rasante en el fondo de la
conducción es menor que un valor critico necesario para mantener el movimiento de los
sedimentos. A tensiones rasantes altas, como las que se dan en las cercanías del lecho, solo
algunos sedimentos se depositarán sobre el mismo.

Si bien han sido realizados muchos experimentos para determinar los valores de la
tensión rasante crítica para la deposición completa de sedimentos no cohesivos, recién en
las últimas dos décadas se han incrementado los realizados sobre sedimentos cohesivos.

Se han realizado varios experimentos para modelar el transporte al límite de la


deposición(Ghani, 1993) en los que se pudo ver que este depende del tipo de sedimentos
presentes y su concentración. Existe deposición parcial cuando la tensión rasante en el
lecho es mayor que la tensión rasante crítica para deposición completa pero menor que la
tensión rasante para que exista deposición parcial. En ese rango de tensiones rasantes en
lecho, las partículas más fuertemente consolidadas del sedimento se depositan mientras los
flóculos relativamente débiles permanecen en suspensión.

71 A diferencia de los flóculos formados por fuerzas electrostáticas atractivas.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 60


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Se ha indicado (Hayter & Gailani, 2014) que no habrá carga suspendida, es decir se
presentará deposición, si se cumple , es decir que la velocidad de fricción, ,
se encuentre comprendida entre una velocidad crítica de suspensión, , y la velocidad de
sedimentación, . Ello se representa gráficamente en el Gráfico 8.3, entre los umbrales de
movimiento incipiente y de carga de lecho.

6.2.3 Influencia de la floculación en la velocidad de sedimentación


Existen diferencias entre los flujos que arrastran sedimentos cohesivos y los que lo hacen
con sedimentos no cohesivos. A su vez existen diferencias marcadas entre los sedimentos
cohesivos que podemos encontrar en contextos fluviales, sin dudas los más ampliamente
abordados desde los orígenes del estudio de esta temática, y los que se presentan en
contextos urbanos, como son las conducciones de aguas residuales. Recién en las últimas
tres décadas se ha hecho énfasis en el estudio de los sólidos en las aguas residuales,
reconociéndose por la comunidad académica las complejidades que se encuentran en la
descripción adecuada de los procesos (biológicos, fisicoquímicos) que ocurren y que, en
muchos casos, están interrelacionados.

(Heltzel & Teeter, 1987) presentan una tabla comparativa del efecto de la floculación en
la velocidad de sedimentación basada en resultados experimentales (Chase, 1979) para el
tamaño de floc, y otros resultados de Bellessort (1973). Estos autores definen un factor, F,
que permite calcular el cociente entre la velocidad de sedimentación de un agregado y la de
los elementos constituyentes del mismo. Dichos resultados se reflejan en la siguiente
fórmula para el factor de floculación, F (con D, diámetro de las partículas primarias en
micras):

F = 250D-1,18

Según lo visto en el numeral 5.3.1.1 de esta tesis, el rango en el que es aplicable la ley de
Stokes es aproximadamente 0,001 mm< d < 0,15 mm. Por lo tanto, estrictamente, no serían
válidas las dos columnas de la derecha en la Tabla 6.1 siguiente, dado que se usa la citada
ley para los cálculos.

Asimismo dado que (Heltzel & Teeter, 1987) indican en el artículo citado que para 1 m
de diámetro primario de las partículas la velocidad de sedimentación de los agregados
resulta 250 veces mayor (F=250) que la calculada por la ley Stokes para las partículas
primarias, y que para 10 m de diámetro primario F es cercano a 4, cabe aclarar que la
fórmula de Bellessort difiere bastante de este último valor72.

Datos de velocidad de sedimentación de agregados (flóculos) de muestras marinas y


lacustres presentan importantes diferencias con los valores correspondientes a la fórmula
de Stokes(Chase, 1979). Se ha indicado por ese autor que sería más apropiado hablar de
dimensión característica para este tipo de agregados debido a que el concepto de “diámetro”
se relativiza mucho cuando se trata con aglomerados (flocs) amorfos, y por ende con formas
muy diferentes a la de una esfera, y además con forma relativamente variable entre flocs
individuales. Se concluye, basándose en la evidencia experimental, que para el
comportamiento sedimentario de los agregados orgánicos-minerales, tanto de ambientes

72 Da un valor de 16,5, lo cual muestra que esa fórmula tiene un rango de validez no tan amplio.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 61


Caracterización de los sedimentos cohesivos

lacustres como marinos, se pueden esperar resultados no consistentes con los que resultan
de las teorías clásicas (como la ley de Stokes). Los resultados de ensayos muestran una
reducción no lineal del coeficiente de arrastre (CD), el cual es afectado, al menos, por tres
propiedades de los sistemas polifásicos de los que se trata: recubrimientos superficiales,
electrolitos en solución, y sustratos orgánicos disueltos.

Diámetro Primario ws (Stokes) ws (Flocs) Diámetro de Floc


m) mm/s mm/s (m)
100 5,99500 -- --
50 1,49875 -- --
20 0,23980 0,27 88
2 0,00240 0,17 56
0,2 0,0000240 0,109 34
0,02 0,000000240 0,069 26

Tabla 6.1-Comparativo entre velocidades de sedimentación para partículas aisladas y flóculos.

Si bien estos autores citados no indican la densidad asumida para el sedimento (s) la
aplicación de la fórmula de Stokes permite reproducir los resultados obtenidos por ellos en
la siguiente tabla, concluyéndose de la misma (dado que se obtienen resultados idénticos)
que se adoptó un valor de densidad relativa, s=2,1.
No valdría ley de Stokes

d (m)= 100 50 20 2 0,2 0,02

s (Kg/m3)= 2100 2100 2100 2100 2100 2100

(Kg/m3)= 1000 1000 1000 1000 1000 1000

 (m2/s)= 1,00E-06 1,00E-06 1,00E-06 1,00E-06 1,00E-06 1,00E-06

ws(Stokes) (mm/s) 5,99500 1,49875 0,23980 0,00240 0,000024 0,000000240

Rep= 599,5000 74,9375 4,7960 0,0048 0,000004796 0,000000005

Tabla 6.2- Velocidades de sedimentación para partículas aisladas mediante fórmula de Stokes.

A pesar de las discrepancias mostradas respecto a la ley de Stokes ((Chase, 1979),


(Heltzel & Teeter, 1987), (Camenen, 2008)) para macroflocs (con diámetros efectivos
mayores a 160 m) se indica dicha ley como una buena aproximación (Soulsby, et al., 2013).
La fórmula a aplicar es:

en la que , y y son coeficientes adimensionales. La concentración


adimensional en esta definición es , siendo la masa de sólidos por unidad
de volumen de suspensión (“suspended particulate matter”). El peso específico de los
macroflocs está dado por , siendo la densidad efectiva del floc. Lo mismo

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 62


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

vale para microflocs (Soulsby, et al., 2013), cambiando la notación (reemplazando  por M
en los subíndices de las ecuaciones anteriores), con excepción de la ecuación para el
diámetro en la que , ya que la densidad de los microflocs no depende de la
concentración de sólidos en la suspensión, y es otro coeficiente adimensioando.

La importancia de la turbulencia en los fenómenos de floculación (tanto en micro como


macroescala) se hace evidente al observar como el diámetro efectivo de los flóculos depende
de , la microescala de Kolmogorov, que se define como:

Por otra parte, para condiciones estacionarias, uniformes y en las que se pueda
despreciar la difusión de la energía cinética turbulenta (“TKE”), vale (Hinze, 1975; Nezu y
Nakagawa, 1993, citados por (Soulsby, et al., 2013)):

donde .

Según Krone (Partheniades, 2009) y otros investigadores ((Camenen, 2008), (Camenen &
van Bang, 2011)) se pueden considerar tres regímenes de influencia de los fenómenos de
floculación en la velocidad de sedimentación, según los distintos rangos de concentración
volumétrica de sedimentos presentes en el seno del fluido (Cv):

 Cv<300 ppm: los agregados de varios órdenes y tamaños sedimentan en forma casi
independiente, sin mutua interacción
 300 ppm< Cv< 10.000 ppm: la frecuencia creciente de colisiones entre agregados
conforma mayores tamaños de los mismos, a la vez que su cohesión es mayor, con lo
cual también sus enlaces con el material del lecho.
 Cv>10.000 ppm: puede asumirse que se trata de una red cuasi continua de material
en suspensión con lo cual su velocidad de sedimentación se ve limitada por la
velocidad ascendente del líquido que es desplazado por la caída de las estructuras
floculentas, es decir el que fluye entre dicha red, que podemos visualizar como
“esponjosa”. Este régimen de sedimentación se denomina “hindered settling”
(“sedimentación limitada”), y Krone denominó al material que sedimenta como “lodo
fluido”.

Como ya fue mencionado, vale destacar que los rangos antes indicados son solo
estimativos, ya que parecerían ser variables según el tipo de lodos que se trate, siendo
relevante su composición fisicoquímica y biológica.

Por otra parte se ha propuesto (Hayter & Gailani, 2014) discriminar una cuarta zona, o
régimen, de velocidad de floculación:

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 63


Caracterización de los sedimentos cohesivos

 “Sedimentación despreciable73”, la que se produce al final del régimen de


sedimentación limitada, es decir cuando la obstrucción es tal que el sedimento no
presenta movimiento apreciable ante la acción gravitatoria.

Este último régimen propuesto se puede asimilar al estado final de sedimentación que se
da en ensayos del tipo realizado en conos Imhoff. Una vez el sedimento se ha depositado, y
estabilizado, sobre el fondo del cono no se tiene movimiento posterior, habiéndose alcanzado
de esa manera una concentración máxima (al menos en un tiempo relativamente acotado,
del orden de una hora).

6.2.4 Consolidación
Una vez que el sedimento floculado alcanza el lecho, en caso que este existiera, por su
propio peso puede consolidarse junto a los sedimentos del lecho ya dado un contacto franco
entre partículas. La consolidación reduce sustancialmente la posible erosión del lecho por
parte de las tensiones rasantes, y en definitiva incide en las características de transporte de
los sedimentos.

6.2.4.1 Influencia del tiempo y ciclos de presión (arranques –paradas) en la


consolidación
La consolidación puede establecerse en términos de la reducción de la porosidad, p,
también denominada relación de vacío (“void ratio”, e).

Regímenes diferentes de flujo como los de estación seca-estación húmeda (o bien de bajos
y altos caudales transportados, más precisamente), favorecen la consolidación por bajos
caudales en las conducciones. Ello suele darse, por ejemplo, en el caso de transporte de
efluentes de localidades balnearias en las que se presentan variaciones entre “temporada
alta” y “temporada baja” que pueden implicar relaciones de caudal máximo respecto al
mínimo de 10 a 1, pudiendo ser aún mayores. En el caso de localidades sujetas a las
estaciones húmedas se tienen, durante las mismas, grandes caudales a transportar
producto de la infiltración y eventualmente de intrusión pluvial en el caso que esta sea
apreciable. A la inversa, en las estaciones secas el caudal se reduce sustancialmente,
permitiendo fuertes tasas de deposición de sedimentos debido a las bajas velocidades que se
experimentan.

Respecto a la variación de los flujos según el clima o temporada (seca vs. húmeda) se
señala (Verbanck, et al., 1994) que, a la fecha de publicación de su artículo, no se habían
investigado extensivamente los procesos de sedimentación y resuspensión en los colectores
de tipo separativo (“separate sanitary sewers74”). Por lo tanto el conocimiento del transporte
de sedimentos en este tipo de casos se había obtenido del análisis del comportamiento de los
colectores unitarios (“combined sewer”) a caudales de tiempo seco. En definitiva, se hace
notar que las grandes variaciones de caudal pueden cambiar cualitativamente el problema.

73Régimen que se asemejaría a los de “permeabilidad” y/o “esfuerzo efectivo” (Camenen & van
Bang, 2011).

74 También denominados, simplemente, “sanitary sewers”.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 64


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Además de la eventual consolidación de los lechos debido a la permanencia prolongada


bajo los efectos del propio peso de las capas sucesivamente depositadas sobre estos, podría
considerarse que, además, los ciclos de presión afectan la consolidación.

Los sistemas a superficie libre suelen estar sometidos a presiones despreciables


comparados con las líneas de impulsión (“rising mains” en inglés). En estas últimas los
ciclos de presión están asociados a los continuos arranques y paredes de los equipos de
bombeo, o la entrada y salida de operación de estos.

En este tipo de sistemas hidráulicos, asociados al transvase de cuencas o impulsiones a


PTARs, las cargas de trabajo suelen estar en el rango 20 a 40 m.c.a., con máximos de 80 a
100 m.c.a. Lo que en realidad se desea es obtener un aumento de la energía potencial de
dicho líquido elevándolo de un punto a otro, de mayor altura. Por lo tanto de los dos
componentes de la carga total H que podemos identificar en un sistema de bombeo, la carga
geométrica o geodésica Hg y las pérdidas de carga de la instalación H, se tiene que la carga
o energía específica requerida de parte del sistema motriz (es decir a él o los equipos de
bombeo) para bombear el fluido es: H= H +Hg.

De este enfoque, entonces, se puede definir un “rendimiento de transporte” T = Hg/H


= (H-H)/H = 1- H/H.

Ese rendimiento de transporte se puede aumentar solamente reduciendo H, lo cual


está asociado a una reducción de la velocidad media del flujo. Sin embargo, la restricción de
imponer velocidades mínimas para asegurar condiciones de “autolimpieza”, impide reducir
indefinidamente dicha velocidad al menos de forma permanente. Además las obvias
restricciones económicas restringen el poder aumentar el diámetro de la conducción
excesivamente.

En lo que respecta a los ciclos de presión el término de interés es H del que puede
establecerse la presión de trabajo (sin considerar efectos transitorios) entre valores mínimos
y máximos dados por pmin=Hmin y pmax=Hmax, respectivamente.

Figura 6.1-Cotas piezométricas para el análisis de consolidación en líneas de impulsión (croquis).

Para los valores usuales de H y Hg se puede indicar un rango estimado de presiones de


operación (en el que debería estar operando la mayor parte de los sistemas) entre p min= 200
KPa y pmax=800 KPa, aproximadamente.

El valor mínimo de presión esperada en las impulsiones podría producir (según lo que
surge de datos presentados en 1983 por Kamphuis y Hall (Álvarez-Hernández, 1990)) altos

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 65


Caracterización de los sedimentos cohesivos

grados de consolidación por el efecto de la presión, si bien ese efecto (“estático75”) se opone,
en el caso de las impulsiones a presión, al efecto (“dinámico”) de erosión que se da al
aumentar la velocidad cuando lo hace la presión.

Una forma de medir la cohesividad en función del tiempo es la variación de la tensión


crítica necesaria para erosionar un cierto depósito de sedimentos. En la bibliografía se
indica un rango que varía desde 2,5 Pa para sedimentos recién depuestos o levemente
consolidados hasta 6 a 7 Pa para sedimentos con mayor grado de consolidación. Dichos
valores se han medido experimentalmente en laboratorio usando sedimentos artificiales
obtenidos a través del conocimiento de las características químicas y reológicas de varias
muestras de líquidos residuales reales (Álvarez-Hernández, 1990). La variación de tensión
crítica en función de la presión de consolidación y el contenido porcentual de arcilla, según
Kamphuis y Hall (1983) se presenta por (Álvarez-Hernández, 1990).

6.2.5 Resuspensión
Se entiende por resuspender a la acción de volver a poner al sedimento (flóculos,
partículas, o granos de arena, según el caso) dentro del seno del fluido que lo arrastraba
originalmente una vez que este se ha sedimentado. Cabe diferenciar la resuspensión de la
erosión en términos temporales (la primera se produce poco después de haber sedimentado
la partícula) y en términos dinámicos (la erosión se produce sobre sedimentos ya
consolidados y no sobre los simplemente depositados sobre el lecho). Son pocos los autores
que diferencian ambos procesos, sin embargo algunos lo hacen claramente(Blom & Toet,
1993).

La resuspensión se genera en el equilibrio entre la tensión rasante dada por el flujo


sobre el lecho y la resistencia del mismo (consecuencia de los mencionados procesos de
floculación y consolidación). La resistencia a la erosión depende del tipo de sedimentos y su
mineralogía así como la consolidación (por ejemplo medida por su tiempo o “historia”, como
por efectos de la presión). También afectan procesos químicos y/o biológicos que se agregan
a los procesos físicos antes indicados (como ser liberación de gases en casos donde se da
actividad microbiológica, tales como nitrógeno, metano y otros según las condiciones) o bien
la aparición de biofilms.

La amplia variabilidad resultante de la experiencia indica que deben conocerse bastante


precisamente las características locales y temporales de los sedimentos para poder prever
su comportamiento.

La cantidad de material que se puede erosionar, es decir desprender, es función del


incremento de tensión rasante por sobre un valor del mismo denominado tensión rasante
crítica.

Se han identificado dos modos de erosión de sedimentos, en especial de los cohesivos:


másica y superficial. El primero de los modos es en el cual (para una tensión rasante
bastante mayor a la crítica) se dan desprendimientos de masas extendidas del sedimento

75 Probablemente más fácil de observar en aguas “quietas”, es decir con condiciones más
asemejables a la hidrostática como las que se observan en lechos marinos o de algunos ríos, que las
que se pueden dar en conducciones a presión.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 66


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

previamente consolidado, mientas que en el otro caso la erosión es de partículas


individuales para valores de tensión menores, más cercanos a la crítica (por debajo de la
cual no existe resuspensión o erosión apreciable del lecho).

Los estudios de laboratorio de Krone (1962), Parchure y Mehta (1985), y Tsai y Lick
(1987) demostraron (Ziegler, 1999) que la cantidad de sedimento resuspendido depende de
los esfuerzos turbulentos en la interfase agua-sedimento y del estado y consolidación del
lecho, el cual es indicado por la porosidad del mismo.

A partir de datos de laboratorio y de campo Gailani y sus colaboradores (1991)


propusieron(Ziegler, 1999):

Ecuación 6.1

, donde E es la masa total de sedimento que se puede resuspender dado un cierto nivel de
esfuerzo cortante denominada también “potencial de resuspensión” o “potencial de erosión”,
ao, m y n son constantes empíricas dependientes del tipo de lodo, b y cr son la tensión
rasante en el lecho y su valor crítico para iniciarse la resuspensión (respectivamente), y td
es el tiempo transcurrido desde la deposición, en días76.

Las constantes m y n serían iguales a 3 y 2, respectivamente, para ciertos tipos de lodos


sedimentados.

La concentración relativa de sedimentos suspendido versus tiempo para un lecho


estratificado (según Mehta y Partheniades, 1979, reproducido por (Hayter & Gailani, 2014))
crece de forma semejante a una “exponencial asintótica” es decir en la forma C(t)=(Cf-Ci)(1-
ebt)+Ci, para lodos con tensión rasante del orden de  b = 0,20 Pa77.

6.2.5.1 Erosión
Si bien se suelen utilizar como sinónimos, en este trabajo se considera que la erosión
difiere físicamente de la resuspensión. Se entiende que hay resuspensión el caso en el que
los sedimentos recientemente depositados son nuevamente puestos en el seno del fluido. En
cambio la erosión implica que la partícula forma, o pasó a formar parte, tras un tiempo de
reposo y consolidación prolongado, de un lecho permanente de sedimento. El concepto de
resuspensión implica que el sedimento afectado no está consolidado en el lecho. En caso de
estarlo, es decir no cumplirse el proceso elemental indicado en el punto 4 al inicio de 6.2, se
hablaría propiamente de resuspensión. De todas formas en el caso cohesivo es obvio que las
“partículas implemente apoyadas” virtualmente no existen, adhiriéndose casi
instantáneamente entre sí, con algún grado de resistencia a la resuspensión. Una forma de
laudar, discriminando entre ambos conceptos sería considerando la existencia o no de una
tensión de fluencia, o(t) (ver 7.5.2).

76 Lo cual denota la dependencia, inversa, de la concentración.

77 Nótese, nuevamente, el menor orden de las tensiones rasantes manejadas en problemas de tipo
fluvial o marino, respecto al que se maneja en la “hidrología urbana” (6.2.4.1).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 67


Caracterización de los sedimentos cohesivos

La erosión se produce en forma “superficial” o bien en masa (“en masse”, según algunos
autores ((Banasiak & Verhoeven, 2008) y (Crabtree, 1989)). Se da erosión en masa cuando
el esfuerzo cortante en el lecho excede el valor crítico a una profundidad por debajo de la
interfaz agua-sedimento. Por lo tanto se erosionan masas amorfas de sedimento y, en
general, se da este fenómeno a grandes tensiones rasantes producto de altas velocidades del
flujo o eventualmente en zonas donde este se acelera. Este modo de erosión ha sido
descripto en especial asociado a sedimentos cohesivos y parcialmente cohesivos. La erosión
superficial se da a valores menores de tensión rasante, es decir con flujos de baja velocidad,
de forma que las partículas virtualmente aisladas son desprendidas del lecho.

A su vez (Shrestha & Blumberg, 2005) los experimentos (Parchure y Mehta, 1985; Tsai
and Lick, 1987) y estudios de campo de (Amos et al., 1992) indican que solo una cantidad
limitada de sedimento puede erosionarse por medio de una tensión rasante constante
debido al incremento de resistencia al corte según la profundidad. Esto puede entenderse,
lógicamente, en virtud de la creciente autocompactación ejercida por el propio peso del
sedimento en el proceso de consolidación, la cual aumenta con la profundidad.

A través de varios experimentos utilizando caolinita (un mineral de la familia de las


arcillas) como sedimento sustituto de sedimentos reales, Mehta y sus colaboradores (1982),
han demostrado que los sedimentos cohesivos tienden a presentar una concentración, y
resistencia a la erosión estratificadas, es decir que aumentan con la profundidad en el
sustrato depositado. Asimismo, han obtenido expresiones (similares a la Ecuación 6.1) para
la tasa de erosión en función de la diferencia entre el esfuerzo de corte sobre el lecho y la
tensión rasante crítica, la cual, a su vez, se incrementa tanto con la profundidad como con el
tiempo de consolidación del lecho, en concordancia con lo planteado por algunos
autores(Hayter & Gailani, 2014).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 68


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

El Gráfico 6.1 (adaptado de (Mehta & Lee, 1994)) representa el clásico “Diagrama de
Hjulström” (1935), según el original y una aproximación empírica (Miedema, 2013). En este
se muestra que, por ejemplo, para partículas de 2 mm de diámetro, la velocidad necesaria
para erosionar un lecho compuesto de estas sería del orden de 30 cm/s, mientras que solo
por debajo de 10 cm/s se tiene sedimentación. Además, en esta versión del diagrama se
comparan los resultados de Hjulström con los de Shields (1936), observándose que solo para
partículas medianas a grandes (no cohesivas) se tiene una coincidencia aceptable (si bien no
completa) entre ambos autores. Se destaca además que Hjulström incluye resultados para
el rango cohesivo (d<0,063 mm). El siguiente gráfico (adaptado de (Mehta & Lee, 1994)) da
una comparación entre criterios de erosión y deposición de Hjulström (1935) y Shields
(1936).

1000 Umbral transporte-


Hjulström erosión
U(cm/s)
Umbral deposición-
100 transporte

Umbral transporte-
erosión (original)
10 Umbral deposición-
transporte (original)

Shields, f=0,02
1
Shields
Shields, f=0,03

0,1
Shields, f=0,04
0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
d(mm)

Gráfico 6.1-Criterios de erosión y deposición de Hjulström (1935) y Shields (1936).

El ajuste de las variables del diagrama de Shields para llevarlo a la forma del diagrama
de Hjulström se realizó adoptando un rango de factores de fricción, f, usualmente
encontrado en canales (entre 0,02 y 0,04). Ello es debido a que se puede relacionar, sin
conocerse las características de la conducción (radio hidráulico), con la tensión

adimensional de Shields de donde . Como se verá en el

numeral 8.6.1 esta forma es la utilizada en la conocida fórmula propuesta por Camp (Camp,
1946).

En estudios de lechos estuarinos y marinos (Minoura & Osaka, 1992) se muestra la


influencia en la movilidad de los sedimentos (velocidades asociadas a distintos grados de
erosión) de los agentes biológicos. Estos agentes están representados en ese caso por
microorganismos que a través de su alimentación modifican las características del
sedimento en el que viven. Se observa en ambos casos que a 30 cm/s la erosión se dan en
forma masiva, lo cual concuerda con algunos criterios usualmente tomados para diseño de

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 69


Caracterización de los sedimentos cohesivos

desarenadores78, así como algunos de los vistos para autolimpieza en colectores de


alcantarillado libres de arena. Se muestra en algunas figuras también la interacción entre
los mecanismos de transporte y las propiedades de los sedimentos (como granulometría y
gradación) con la micro fauna submarina (Minoura & Osaka, 1992). En cuanto a las
velocidades y modos de erosión de pellets fecales (orgánicos) y fangos (inorgánicos), para
lodos (mayoritariamente inorgánicos) se indica que no hay movimiento de partículas hasta
velocidades de unos 15 cm/s, movimiento gradual (de “lento” a “rápido”) entre 15 y 22 cm/s,
mientras que la erosión en masa se da a partir de los 22 cm/s, aproximadamente. En pellets
fecales (mayormente orgánicos) no habría movimiento de partículas solo hasta velocidades
de unos 2-3 cm/s, movimiento lento de partículas ya entre 3 y 6 cm/s, movimiento gradual
(de “moderado” a “rápido”) entre 6 y 10 cm/s, mientras que la erosión en masa se da ya a
partir de los 10 cm/s. También se observa en estos estudios la creciente “buena gradación”
de los sedimentos hacia zonas aguas abajo y con menor intensidad de flujo, lo cual además
se asocia a la existencia de menores tamaños de partícula y mayor contenido de carbono
orgánico. En otras palabras, a menores velocidades se observan partículas más fácilmente
transportables y por ende más similares entre sí, o sea más homogéneas.

En el contexto del estudio de los sedimentos que se presentan en colectores, se plantea


(Gent, et al., 1996) las consideración de las discrepancias que se han evidenciado entre las
tensiones observadas en campo respecto a las mediciones (de tipo reológico) efectuadas en
laboratorio. Estos autores dan valores de 1 Pa, o menos, para el caso de sedimentos
observados en campo, mientras indican valores aún mayores que 20 Pa en situaciones de
laboratorio. Citando a Ashley, estos autores explican esas diferencias por los efectos de
debilitamiento progresivo o fluidificación dados por la turbulencia cercana al lecho. No se
menciona (aún) la actividad biológica que también pudiera afectar a cr.

Se ha concluido (Grabowski, et al., 2011) que la capacidad de soportar la erosión por


parte de los sedimentos cohesivos en ambientes marinos es controlada por la interacción de
varias propiedades y procesos clave79 en los sedimentos, a saber:

 Físicas: distribución de tamaños de partícula, densidad, contenido de agua y


temperatura,
 Geoquímicas: mineralogía de las arcillas, salinidad total, concentración relativa de
cationes, pH, y concentración de metales
 Biológicas: perturbación biológica, alimentación y excreta de organismos, y
sustancias biogénicas, en particular los EPSs.

6.3 Resumen del Capítulo 6


Como cierre de este capítulo se puede concluir que:

 Los sedimentos cohesivos presentan propiedades y sufren procesos bastante


distintos de los que se dan en los no cohesivos, los cuales presentan poca actividad

78 Debido a que esa velocidad es suficiente para arrastrar sedimentos orgánicos, pero no así la
arena, con eficiencias de remoción mayores al 95%.

79 Varios de los cuales son esperables también en las aguas residuales urbanas.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 70


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

biológica, salvo cuando se combinan con sólidos orgánicos cuya presencia puede dar
lugar a biofilms que modifican sus propiedades reológicas.
 La floculación es relevante en los sedimentos cohesivos “puros”, afectando
fuertemente la velocidad de sedimentación. La presencia de materia orgánica, que
favorece la existencia de microorganismos (que segregan exopolisacáridos), puede
generar cohesión aún en sedimentos gruesos (como arenas) y mezclas de sedimentos
finos y gruesos, o “parcialmente cohesivos”.
 Es posible diferenciar el concepto de erosión, que se puede visualizar como un
proceso de remoción de partículas ya incorporadas al lecho sedimentario, del
concepto de resuspensión, que se puede asociar a la puesta en movimiento de
partículas o flóculos estacionarios depositados pero no consolidados al lecho, o
adheridos a las paredes de las conducciones.
 La consolidación parece afectar la resistencia a la erosión, mientras que la actividad
biológica, con usual liberación de gases tanto en procesos aerobios como anaerobios,
puede contraponerse al asentamiento o autocompactación producto de la acción
gravitatoria.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 71


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

7 Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

7.1 Origen de los sedimentos en las aguas residuales


Los sedimentos contenidos en las aguas residuales provienen de diversas fuentes. A los
provenientes de las actividades humanas se agregan los naturales, arrastrados, en especial
en temporadas húmedas, o cuando se producen lluvias de entidad. El arrastre superficial de
los sólidos depositados durante las temporadas de sequía lleva, eventualmente, a su
introducción en los colectores (por ejemplo a través de tapas de registros). En general,
acaban llegando a través de ellos a pozos de bombeo, con posibilidad de pasar a sus líneas
de impulsión. Esto es conocido en la práctica cotidiana y recogido en la bibliografía (Fan, et
al., 2003), si bien no resulta fácil el control de los sedimentos que ingresan a los diversos
sistemas. Entre otros factores relacionados con esa dificultad están la gran variedad y
cantidad de sólidos que pueden encontrarse, así como lo difícil que suele ser acceder con
personal a los sitios donde los sedimentos se acumulan. Por otra parte no se debe olvidar
que en el caso del agua residual las condiciones sanitarias no son las ideales para los
trabajos de control de sedimentos in situ.

Los valores típicos adoptados por la bibliografía para considerar sedimentos a


transportar por las conducciones son: caudales medios de entre 150 y 250 L/hab/día (el
primero es un buen estimador de la realidad en Uruguay), carga orgánica medida en DBO5
entre 50 y 70 gr/hab/día (se utiliza 54 gr/hab/día como valor de proyecto en Uruguay y la
región) y finalmente 80 a 100 gr/hab/día de sólidos suspendidos.

7.1.1 Cuantificación de los sólidos transportados en las aguas residuales


domésticas
La cantidad de sólidos (que eventualmente pudieran convertirse en sedimentos)
contenida en las aguas residuales domésticas se puede estimar de las cargas diarias por
habitante indicadas en el párrafo anterior. Si se toma un valor de sólidos suspendidos de 80
a 100 gr/hab/día, con una dotación de agua potable de 150 L/día (asumiendo un coeficiente
de retorno del 100%, a los efectos de establecer solo un orden de magnitud) resulta que la
concentración másica de sólidos está en el orden de los 700 mg/L, lo cual corresponde a una
concentración volumétrica (Cv) de 600 ppm, aproximadamente.

Lo anterior, referido a sólidos esperables en sistemas separativos o “sanitarios” se


complementa con la estimación de la posible cantidad de arenas a manejar según el sistema
que se analice. En el caso de sistemas combinados (Templeton & Butler, 2011) la cantidad
de arena removida (y asumiendo eficiencias cercanas al 100%, puede considerarse como
toda la proveniente con el agua residual) está en el rango 0,05-0,1 m3 cada 1000 m3 de agua
residual. Para sistemas separativos la misma referencia sugiere considerar el rango 0,005-
0,05 m3 de arenas cada 1000 m3. Ello se corresponde con una concentración volumétrica (Cv)
de 5-50 ppm para este tipo de sólidos. Sin embargo dada su mayor resistencia al lavado es
esperable que se vayan acumulando en las conducciones alcanzando concentraciones
medias del orden de las de los sólidos orgánicos, con los cuales se mezclan conformando
lodos heterogéneos “parcialmente cohesivos”. Solo luego de eventos de muy alto caudal se
espera que sean movilizados junto con los finos.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 72


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

7.2 Condiciones propicias para la sedimentación en sistemas de saneamiento


Los pozos (o estaciones) de bombeo actúan naturalmente, en los diseños usuales80, como
cámaras de sedimentación o asentamiento por gravedad (“settling chamber” en la literatura
inglesa) debido a las bajas velocidades que allí se presentan81. Asimismo lo hacen, en casos
de paradas, las líneas de impulsión así como los colectores que no tienen el caudal suficiente
de aporte para que el flujo, establecido por gravedad en este último caso, tenga una
velocidad e intensidad de turbulencia suficientemente altas como para evitar la
sedimentación.

La reducción de la velocidad de operación de las bombas, atendiendo a mejorar sus


condiciones de funcionamiento (por ejemplo la no cavitación, o la eficiencia energética del
sistema en su conjunto), así como la necesidad de disponer de equipos de respaldo ante
fallas, genera zonas “muertas”, o de baja intensidad de flujo. Estas condiciones operativas
suelen traer aparejados problemas de sedimentación en los pozos al igual que en las
conducciones. En los pozos de bombeo estos se producen en lugares en que el módulo del
campo de velocidades del flujo es reducido, e implican gran cantidad de deposición, o
separación de los sólidos sedimentables, en particular las llamadas “arenas”. Dichas arenas,
por sus granulometrías relativas mayores y su densidad (típicamente adoptada como 2,65
en valor relativo al del agua), suelen tener trayectorias más cortas dentro de los sistemas
urbanos, al igual que sucede con los sólidos de mayor granulometría82 en los sistemas
fluviales.

En el caso de pozos de bombeo de saneamiento se tiene la particularidad de que el


sedimento no es una arena limpia, es decir libre de presencia orgánica, sino que en general
tiene asociada a su superficie la existencia de un biofilm orgánico, o bien la presencia de
finos, que puede llevar a que las fuerzas cohesivas entre los granos de la arena depositada
no sean despreciables. Al tratarse de resuspender dichas arenas, se deben vencer, además
de las fuerzas de pesos e inercia, fuerzas cohesivas que sustituyen o complementan a las de
fricción, que son las únicas que se tienen en el caso de encontrarse granos de arena
“limpios”.

7.3 Condiciones de autolimpieza


Salvo casos muy especiales, las conducciones de aguas residuales se diseñan para
presentar “autolimpieza”. Esa práctica vino a sustituir (ya a fines del siglo XIX) la de
utilizar pendientes más bajas y “cámaras de limpia” o de descarga83. Se define la

80Si bien en algunos más recientes se tiende a reducir el volumen y por ende la tendencia a
sedimentar.

81 Este tipo de problemas de “fluidificación” no es abordado en este trabajo, como si se hace con los
problemas de movimiento y transporte de sedimentos, a pesar de que ambos están íntimamente
relacionados.

82 Piedras se arrastran menos que arenas, y éstas menos que las arcillas, por ejemplo.

83Práctica que actualmente se está revisando en cuanto a su conveniencia en algunos casos, en


las cuales las pendientes necesarias pueden ser inviables o, al menos, extremadamente costosas.
Algunas fuentes ratifican su falta de vigencia desde hace varias décadas(Metcalf & Eddy, 1994).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 73


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

autolimpieza como la condición de operación de una conducción, ya sea por gravedad


(“colectores”) o por presión (“impulsiones”), que evita la acumulación de sedimentos en la
misma. Una definición completa de conducción autolimpiante(May, et al., 1996) indica que
esta es aquella que “tiene una capacidad de transporte de sedimentos suficiente para
mantener un balance entre la cantidad de deposición y la de erosión, con una profundidad
de sedimento promediada en el tiempo que minimiza los costos de construcción, operación y
mantenimiento”.

Se trata, en definitiva, de que el propio flujo se encargue de arrastrar los sólidos a lo


largo de las conducciones, mediante mecanismos como la resuspensión o erosión. En el caso
de las conducciones por gravedad, los regímenes de flujo tan cambiantes que se les
presentan, tanto en tiempo como en espacio, hacen que existan períodos en los cuales
pueden acumularse depósitos sedimentarios, mientras que en otros estos depósitos son
efectivamente lavados(May, et al., 1996).

Si bien existen criterios de verificación de las condiciones hidráulicas que podrían


permitir la autolimpieza, aplicados cotidianamente en la práctica ingenieril, no están del
todo estandarizados, comprendidos, ni particularizados según el caso que se trate.
Asimismo, no hay mucha precisión en la bibliografía en lo referente a las fórmulas a aplicar
según las características previstas de los sedimentos a transportar, sus concentraciones y
demás parámetros que son de interés para el análisis del arrastre.

Para lograr esa condición los colectores deberían diseñarse para satisfacer los siguientes
criterios ((May, et al., 1996), (Arthur, et al., 1999)):

I-“sedimentos suspendidos84”: flujos igualando o excediendo un límite apropiado para el


colector deberían tener la capacidad de transportar una concentración mínima de partículas
finas o livianas en suspensión. Este criterio sería el dominante para grandes colectores (D >
0,5 m) sanitarios.

II-“transporte como carga de lecho”: la capacidad de los flujos de transportar material


granular más grueso como carga de lecho debería ser suficiente para limitar la profundidad
de deposición a una proporción especificada del diámetro de la tubería. Criterio dominante
para colectores de aguas pluviales y combinados.

III-“resuspensión de depósitos de tipo cohesivo”: flujos con una frecuencia especificada de


ocurrencia deberían tener la habilidad de erosionar las partículas del lecho de material
granular depositado que pudiera tener cierta fuerza cohesiva. Este criterio dominaría a
pequeños colectores (D < 0,5 m) para los cuales se debería imponer cr>2 Pa (valor coherente
con lo recomendado por normas; ver Gráfico 8.14).

7.3.1 Resuspensión de arenas y otros sólidos arrastrados por el líquido


residual en las conducciones
Para lograr la resuspensión de los sólidos sedimentados se han elaborado, desde décadas
atrás, una serie de criterios técnicos o de diseño cada vez más basados en la investigación
(en especial la básica). Estos suelen consistir en proyectar para buscar la generación

84 Las denominaciones ente comillas son dadas por (Arthur, et al., 1999).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 74


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

(constante o al menos esporádica) de velocidades medias en las conducciones, o en los pozos


de bombeo, tales que se impongan tensiones rasantes lo suficientemente grandes como para
producir arrastre de los sedimentos.

La imposición de velocidades medias mínimas está vinculada a la generación de


tensiones rasantes (o tractivas) mínimas, que permiten arrastrar los sólidos que
inevitablemente sedimentarán cuando y donde las velocidades sean lo suficientemente
bajas. Se trata entonces de resuspender o volver a suspender aquellos sedimentos que se
hayan depositado, en particular tras períodos largos sin velocidades importantes, como
suele ocurrir durante las horas nocturnas en los bombeos.

La bibliografía suele recomendar velocidades mínimas de autolimpieza de 0,60 m/s, que


corresponderían aproximadamente (ver Gráfico 8.13) a tensiones tractivas de entre 1 Pa
(como las utilizadas en la Norma Brasilera NBR 9649/86, para n=0,013 y el caudal inicial
del proyecto) y 1,5 Pa, u otros criterios similares. Según dicha norma esta tensión rasante
es suficiente para arrastrar granos de arena de hasta 1,5 mm. A pesar de ello, en general,
no se suele especificar claramente cuáles serían los criterios a aplicar en el caso de existir
fracciones finas cohesivas. Aun menos estandarizado está el hecho de lidiar con sedimentos
activos biológicamente, en especial los que pudieran general biofilms. Hasta los años 1970
aproximadamente los criterios utilizados fueron los de velocidad media mínima. Otra
posibilidad es calcular el caudal mínimo requerido por la impulsión o conducción a
superficie libre para verificar su autolimpieza, empleando el criterio de “fuerza tractiva”
(Ft). Dicha fuerza por unidad de área, o tensión, se suele verificar que sea mayor que algún
valor crítico (por ejemplo Ft > 0,15 Kg/m2, u otro valor según la fuente).

Estos criterios, según se ve en la bibliografía, no son coincidentes entre sí, pero tienen
comportamientos similares. Suelen presuponer un “tamaño de corte” de partículas, por
encima del cual estas no son resuspendidas, por lo que, a la hora de predecir hasta que
tamaño de partícula será posible transportar en una conducción determinada, es
importante conocer la granulometría esperada del sedimento a manejar.

En el numeral 8.6.5 (en particular en los gráficos) se plantean y comparan,


resumidamente, ambos criterios y se enfatiza, además, que el criterio de velocidad mínima
implica la existencia de distintas tensiones tractivas al variar el diámetro de la conducción
con velocidad constante. Al imponer una velocidad constante la tensión rasante va
decreciendo a medida que se tienen diámetros mayores. Esto ha sido reportado en el
contexto del estudio de sedimentos tanto cohesivos como no cohesivos ((Álvarez-Hernández,
1990), (Nalluri & Alvarez, 1992)).

La resuspensión no se debe dar solamente en las tuberías sino también en los pozos de
bombeo, en los cuales las velocidades relativamente bajas los hacen trabajar como cámaras
de sedimentación. Por lo cual, en caso de no existir desarenadores previos, se resuspenden
periódicamente los sólidos (sedimentados en los intervalos en los cuales el bombeo se
encuentra detenido, donde se dan las menores velocidades) a los efectos de ser extraídos en
dispositivos desarenadores ubicados aguas abajo, si los hubiere. Un punto esperado de
separación de sólidos provenientes de los sistemas de saneamiento son los desarenadores
ubicados a la cabeza de las PTARs.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 75


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

En cuanto a los pozos de bombeo y su diseño, los dos tipos usualmente considerados, de
sección circular o rectangular, presentan distintas bondades constructivas, y operacionales.
En lo que tiene que ver con el manejo de sólidos, los de tipo cuadrado presentan en general
gran formación de zonas muertas salvo en diseños especialmente realizados considerando
esta problemática85.

Para analizar la resuspensión habría que considerar el efecto de la formación de


“biofilms” sobre los sedimentos depositados en el caso de permanencias prolongadas de los
sólidos en las conducciones en un entorno con alto contenido de microorganismos.

Como conclusión de lo expuesto en varios artículos ((Fang, et al., 2012),(Banasiak, et al.,


2005)) se puede decir que, para el caso que se estudie el arrastre de sólidos en líquidos
residuales con carga orgánica suficientemente alta como para generar biofilms, no es
posible considerar, más que como una guía, los resultados de experimentos sobre arrastre
de sedimentos con carga orgánica despreciable. Tal sería el caso de la gran cantidad de
datos de experimentos y campo obtenidos en sistemas que arrastran arenas “limpias” es
decir sin actividad biológica relevante, o al menos presencia de finos cohesivos.

7.4 Procesos asociados a los sedimentos en las conducciones


El movimiento de sedimentos en las tuberías está asociado a diferentes procesos como la
erosión, transporte y deposición, los cuales no necesariamente se darán en el orden
mencionado (Ibro, 2011). Dichos procesos pueden ocurrir incluso simultáneamente, dadas
las fuertes variaciones espaciales que pueden encontrarse en las condiciones hidráulicas de
las conducciones. Asimismo, puede ser muy grande la variación temporal de las condiciones
a las que están sujetos los sedimentos a lo largo de los sistemas, en especial, porque los
mismos no son pasivos sino activos (o reactivos) al flujo (principalmente hidráulica y
biológicamente), es decir, interactúan con el flujo de líquido. Algunos procesos físicos,
químicos y biológicos se esbozan en la figura siguiente (adaptada de (Rauch, et al., 2002)
quienes lo toman de (Garsdal, et al., 1995)).

85 Utilizando en su construcción tabiques y cartelas a los efectos de evitar la acumulación de


sólidos. Este tipo de acumulaciones puede dar a lugar a problemas operativos como la generación de
olores, atascamientos de equipos de bombeo e incluso de tuberías, especialmente en el caso de que
estas sean de bajos diámetros.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 76


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Figura 7.1-Modelos de algunos procesos que se presentan en los sedimentos de colectores.

7.4.1 Las conducciones como reactores bioquímicos


De lo visto en el numeral anterior queda claro que las propiedades de los sedimentos
cohesivos no solamente dependen de la existencia en ellos de agentes biológicos sino,
también, del tiempo en que ellos permanecen y actúan sobre los sedimentos inertes.

Sin embargo, las conclusiones de los estudios disponibles no son únicas en cuanto a cuál
es el verdadero efecto del paso del tiempo sobre las propiedades del sedimento. Dentro de
las tuberías se pueden identificar operaciones y procesos que pueden alterar el
comportamiento del flujo de sedimentos a lo largo de estas. A la hora de pensar en las
tuberías arrastrando sedimentos con contenido biológico activo, como es el caso de las aguas
residuales domésticas, se habla por parte de algunos autores, de la capacidad de los mismos
de actuar como reactores bioquímicos.

Se ha observado (Banasiak & Verhoeven, 2008) que la “cohesividad” de una mezcla de


sedimentos depende fuertemente de la fracción de finos presente en esta; se da un efecto
aglutinante o de adhesión por parte del sedimento cohesivo sobre el sedimento no cohesivo.

Algunos autores suelen referirse a las distintas fracciones como el sedimento o sólido
“limpio” (el no cohesivo) y el sedimento “sucio” (es decir el cohesivo, con carácter
“pegajoso”86).

Los mencionados investigadores junto a otros (Banasiak, et al., 2005), han propuesto, a
su vez, resultados en principio contradictorios con los antes mencionados (Fang et al.,
2007), en lo que tiene que ver con la influencia del tiempo en las tensiones rasantes que son
capaces de soportar los sedimentos antes de ser erosionados.

Además de los problemas ya referidos que representa la presencia de sedimentos en las


tuberías, de tipo “mecánico”, al obstruirlas, se va reduciendo su sección y por ende quitándo

86 “Sticky” en la literatura inglesa.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 77


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

capacidad de transporte. Varios autores (por ejemplo, (Crabtree, 1989), (Shrestha &
Blumberg, 2005), (Banasiak, et al., 2005)) remarcan la importancia de considerar a los
sedimentos como problemáticos “almacenes” de contaminantes (por ejemplo metales
pesados). Se mencionan porcentajes altos (del orden de 80%) de los contaminantes totales
vertidos, en caso de alivios no controlados, asociados a sedimentos egresados de los sistemas
de saneamiento producto de las altas velocidades de flujo generadas por lluvias cuantiosas

El mecanismo por el cual dichos contaminantes son depuestos en el lecho de sedimentos


es la falta de energía para poder transportarlos (la cual se puede visualizar como una
tensión rasante por debajo de los valores críticos necesarios para mantenerlos
resuspendidos, según los enfoques más recientes, o bien a bajas velocidades medias del
flujo, de acuerdo al enfoque tradicional, el cual se encuentra en revisión87).

Uno de los contaminantes más usualmente considerados es la demanda biológica de


oxigeno (DBO5), la cual es una medida de la actividad biológica existente en el líquido
residual.

Varias referencias coinciden en que los valores de dicho “parámetro” o contaminante


(según se lo quiera ver) varían a lo largo del recorrido de las aguas residuales desde su
punto de captación hasta la entrada a las PTAR (o bien vertidos directos, según el caso).

Por otra parte, se puede observan variaciones temporales y espaciales de los parámetros
que definen al agua residual, tanto en la pequeña como la gran escala.

Se tienen datos de reducciones apreciables de la DBO5 a lo largo de las tuberías, lo cual


por una parte puede explicarse por la denominada “autodepuración”, similar a la que se da
en los cursos de agua, y por otra parte a la posibilidad de irse acumulando los sedimentos
ricos en materia orgánica (fuente importante de demanda de oxigeno), a lo largo de las
conducciones.

Asimismo, existe acuerdo en que, en general, los sólidos más gruesos se van depositando
aguas arriba, dando lugar al pasaje, a lo largo de canales y tuberías, de sedimentos más
finos que se podrían depositar aguas abajo o ser mantenidos en suspensión. Ello podría
explicar la reducción de DBO5 reportada, la cual se liberaría en eventos de lluvias
pronunciadas, dando así lugar a un “lavado” de las conducciones. Falta aún profundización
en el estudio de este fenómeno, referido en las publicaciones específicas sobre esta temática,
solo en las dos últimas décadas pasadas.

A través de estudios en bloques de hormigón sobre los cuales se formaron diversos tipos
de biofilms, se midió (Tanji, et al., 2006) la capacidad de auto depuración de distintos tipos
de tuberías y se propuso afectar la rugosidad de las mismas para mejorar la calidad de los
afluentes de las PTAR es decir lograr un tratamiento en las propias redes88.

87 Ver por ejemplo Arthur et al., 1999.

88 Si bien ello se propone subiendo la rugosidad relativa de las tuberías lo cual incrementa la
resistencia al flujo. Por ello, entre otros aspectos este tipo de posibilidades implica una solución de
compromiso entre reducir contaminación y subir la resistencia hidráulica.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 78


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Por otra parte, estudios realizados en alivios de sistemas de saneamiento de tipo


colectivo (CSOs, Combined Sewer Overflows, en inglés), reconocidos como fuente primaria
de bacterias y patógenos fecales que contaminan las aguas urbanas, observan que la
acumulación de sedimentos a lo largo de las conducciones provoca un depósito bacteriano
importante. La supervivencia y generación bacteriana en presencia de sedimentos orgánicos
nitrificados fue también verificada en dichos trabajos.

7.5 Diferencias entre el estudio de sedimentos cohesivos y no cohesivos

7.5.1 Comparación de actividades biológicas entre sedimentos cohesivos de


origen fluvial y de origen urbano
Si bien estas dos subclases de sedimentos se asemejan en algunos aspectos (existe en
general una componente granular no cohesiva dentro de una matriz cohesiva que
determina la viscosidad, y otras propiedades reológicas relevantes) presentan, por otra
parte, marcadas diferencias. En lo que aquí interesa se hace notar la actividad biológica
mucho mayor en los lodos (o “sedimentos fluidos”) de origen urbano (“aguas residuales”)
respecto a la que se da en las aguas fluviales.

Se hace notar que en general la normativa existente89 da cuenta de la actividad biológica


mucho mayor en los sedimentos de origen urbano respecto a los fluviales. Si se toma la
DBO5 como medida de actividad biológica, en el caso de las aguas residuales se está casi en
dos órdenes de magnitud por encima de lo que podría presentarse en cursos de agua de tipo
fluvial como cañadas, arroyos y ríos.

Esa marcada diferencia de niveles de actividad biológica quizá pueda explicar las
diferentes tensiones críticas de erosión observadas (por ejemplo entre 0,1 y 0,5 Pa para los
sedimentos cohesivos fluviales90, contra al menos 1,0 a 1,4 Pa para el caso de las aguas
residuales, según varios resultados experimentales reportados (Álvarez-Hernández, 1990) y
(Banasiak, et al., 2005), entre otros). Se considera la posibilidad de tener mayor grado de
cohesión por la existencia de mecanismos (por ejemplo la presencia de biofilms91) más
fuertes que la floculación “electrostática” o fisicoquímica que permite mantener a los
sedimentos aglomerados. Esta hipótesis es tenida en cuenta a lo largo del presente trabajo.

Estudios realizados sobre la influencia de la cohesión en el comportamiento de los


sedimentos (Nalluri & Alvarez, 1992) han concluido que, dependiendo de la fracción
presente de sólidos cohesivos, las tensiones críticas pueden llegar a duplicarse respecto a
las correspondientes a sedimentos no cohesivos.

89 Decreto 253/79 de la ROU(MVOTMA, 1979).

Fossati (2013), establece una “tensión crítica de erosión alta igual a 0,5 N/m2”. En dicho trabajo
90

se manejan tensiones críticas en un rango entre 0,05 y 0,5 N/m2, siendo un valor representativo 0,2
N/m2.

91 La importancia de los biofilms es secundaria en el transporte fluvial de sedimentos y, de hecho,


no se mencionan en la literatura asociada con la misma frecuencia con la que se les hace mención en
las referencias bibliográficas que se dedican al transporte urbano de sólidos.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 79


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

7.5.2 Características y efecto de los “biofilms” en el arrastre de sólidos


Se denominan “biofilms” (biopelículas en español) a las delgadas capas de origen
biológico que cubren tanto superficies planas, o cuasi planas (como pueden ser paredes de
tuberías), como el espacio entre partículas sólidas. En este último caso generan enlaces
físicos entre partículas.

Se puede definir a las biopelículas como poblaciones de células que crecen unidas a una
superficie, envueltas en una matriz de exopolisacaridos. También son denominadas
“biofouling” en cuyo caso se definen como la “deposición y crecimiento de micoorganismos
sobre superficies los cuales pueden multiplicarse a expensas de nutrientes” (Flemming,
2006).

Imágenes tomadas a través de microscopio electrónico de barrido ambiental (ESEM) de


sedimentos con carga orgánica muestran que se presenta, para un mismo tiempo de cultivo,
apreciable presencia de biofilms cubriendo y enlazando partículas, mientras que ello no se
aprecia en el caso de sedimentos en agua destillada (Fang, et al., 2012).

Se han realizado varios avances en la vinculación de la formación de los biofilms con


aspectos hidráulicos en particular en referencia a aspectos energéticos y de transporte como
lo son las tensiones rasantes. Experimentos que evaluaron las tensiones rasantes en
función del gradiente de velocidades (Fang, et al., 2012), permitieron mostrar su incremento
en presencia de biofilms. Algunos autores describen el proceso como de “estabilización” del
sedimento, el cual se comporta como un cuerpo elástico, más que como una suspensión
líquida.

Resultados de experimentos realizados en el “Hydraulics Laboratory” de la Universidad


de New Orleans, USA, (Guzmán, et al., 2007) aportan evidencias de que el esfuerzo
cortante requerido para mover partículas de un tamaño determinado es independiente de la
pendiente y el diámetro del colector pero depende del efecto del desarrollo de biofilms sobre
las paredes de la tubería y el consiguiente incremento del coeficiente de rugosidad efectivo
sobre las mismas. En este caso se ha hallado que la tensión rasante mínima92 está en el
intervalo de 1,1 a 1,4 Pa dependiendo de la integridad del biofilm. Este rango coincide de
forma razonable con resultados previos93(Álvarez-Hernández, 1990).

Por otra parte estos autores llegan a la conclusión de que el coeficiente de fricción de
Manning se incrementa debido a la presencia de biofilms en las paredes de los colectores.
Por lo tanto, se podría concluir que el modelo de sedimentos o sólidos no cohesivos no
representa adecuadamente los mecanismos de resistencia al flujo en presencia de biofilms.

Estudios de laboratorio (Fang et al., 2012) realizados con agua destilada en presencia de
sólidos de granulometría conocida y con aporte de nutrientes (en dosis también

92La cual daría un movimiento incipiente, por lo cual para tenerse un transporte efectivo habría
que superarla en cierta cantidad, lo cual se asocia al concepto de “exceso de tensiones rasantes” que
proponen algunas de las fórmulas que se analizan en este trabajo.

93Utilizando sedimentos subrogantes de los reales que son “bilógicamente activos” o con presencia
biológica.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 80


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

preestablecida) determinaron que la simple existencia de los nutrientes determina la


generación de biofilms. Lo que es más interesante, y que en realidad fue el objeto del
estudio realizado, fue la evolución del sustrato artificial en cuanto a sus características
reológicas. Se pudo determinar que, con el paso de las semanas, no solo aumentaba la
viscosidad del “lodo” sustituto o artificial sino que la viscosidad, como parámetro único, no
describe adecuadamente la reología del mismo. Se determinó que al cabo de poco tiempo el
preparado se dejaba de comportar como un fluido newtoniano, pasando a tener
características de fluido de Bingham. El sedimento con biofilm presenta características
plásticas (es decir que el fluido presenta una tensión de fluencia, tras lo cual se dice que
“plastifica”) y tixotrópicas (es decir con variaciones temporales de la viscosidad, en este caso
creciente en el tiempo).

El modelo propuesto (Fang, et al., 2012) para representar dicho comportamiento resulta:

En ésta formulación o(t) representa la tensión de fluencia en función del tiempo, y (t) la
viscosidad. Para gradientes de velocidad (du/dy), mayores que un cierto valor de “quiebre”, la
tensión rasante toma un valor e(t) que representa la tixotropía del fluido (variación de la
viscosidad con el tiempo).

Righetti y Lucarelli (2007) coinciden en que la afectación de las propiedades adhesivas de


los sedimentos por parte de la presencia de materia orgánica se relaciona con la actividad
biológica en ellos. En algunos casos (ambientes lacustres, por ejemplo) la actividad biológica
de bacterias y microfitobentos produce sustancias poliméricas extracelulares (EPS) que
actúan como un pegamento entre, y dentro de, los agregados (flocs). Un fenómeno similar se
observa en los alcantarillados al menos en lo que refiere a biofilms, siendo factible la
existencia de microorganismos, asimilables a microfitobentos, en particular en los depósitos
“permanentes” en las conducciones, pero este último caso no ha sido exhaustivamente
estudiado siendo un tema aún abierto. Se indica además que los máximos coeficientes de
adhesión obtenidos (cuya distribución se observa tiende a ser de tipo “campana”) se
obtienen para contenidos de materia orgánica (MO) en el rango de 10 a 15% de LOI (‘‘Loss-
on-Ignition’’) para ensayo a 550ºC durante 5 horas, el cual es una buena aproximación del
contenido de materia orgánica94. Este comportamiento, en el que la fracción biológica
alcanza condiciones óptimas, se indica como “bien conocido”, por parte de estos autores.

Sin perjuicio de los resultados obtenidos, esos investigadores establecen que se requiere
mayor investigación para determinar la influencia del carácter óxico/anóxico del ambiente
biológico, del cual dependen los metabolismos de los seres vivos involucrados, así como la
respuesta a las variaciones en la MO.

94 Se puede interpretar el LOI como el contenido de volátiles de una muestra dada de sedimento,
lo cual en general se considera como buena medida de la materia orgánica presente en la misma.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 81


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

7.5.3 Efectos de las reacciones biológicas sobre la tensión crítica de erosión


Se discute en este numeral lo hallado (Banasiak, et al., 2005) en referencia a la
influencia del tiempo de deposición sobre las propiedades del sedimento, en particular sobre
la tensión crítica para su erosión.

Esos autores han encontrado que la densidad media del sustrato depositado de
sedimento baja a medida que el tiempo de deposición aumenta hasta unas 48 horas, tras lo
cual crece monótonamente a un valor asintótico que se encuentra aproximadamente un 20%
por debajo del valor inicial, es decir del sustrato “fresco”.

Un par de figuras presentadas (Banasiak, et al., 2005), muestran la variación de la


densidad antes mencionada y la variación de la altura de sustrato H, respecto al valor
inicial Ho, en función del tiempo transcurrido. La altura del sustrato de sedimento
registrada en laboratorio llega a ser 50% mayor al cabo de 48 horas, aproximadamente. La
densidad del sustrato depositado en función del tiempo transcurrido se reduce en más del
20% (de unos 1230 Kg/m3 a unos 990 Kg/m3), debido a ese efecto de “levantamiento” del
lecho por liberación de gases, en unas 130 horas.

El fenómeno anterior (Banasiak, et al., 2005) impacta en la tensión rasante que se


necesita aplicar al lecho para lograr su erosión. Se explica en el artículo mencionado que,
producto de la actividad biológica, el sedimento más profundo se vuelve anóxico (a
diferencia de las capas superiores, en contacto con el oxígeno disuelto disponible en el flujo
medio del fluido), con lo cual se da liberación de gases, asociados con los microorganismos
anaeróbios, como son el metano (CH4), el ácido sulfhídrico (H2S) y el amoníaco (NH3),
mientras que los sustratos que permanecen en contacto con suficiente cantidad de oxígeno
disuelto liberan dióxido de carbono (CO2). En ambos casos los gases atentan contra la
integridad de la matriz sedimentaria, lo cual, según los resultados de ese estudio, reducen
su resistencia a la acción del flujo. El primer aumento de la densidad puede explicarse por
la autocompactación, mientras que la reducción de esta se explicaría por la citada liberación
de gases en el seno del lecho sedimentario, producto de la actividad biológica.

Además se muestra (Banasiak, et al., 2005) que a pocos segundos de establecido el flujo
los sedimentos se resuspenden (aumentan sustancialmente los sólidos suspendidos totales
en el seno del líquido) solamente para el caso de los sedimentos depositados durante 3 días,
mientras que en los sedimentos “frescos” ello no se produce (no se presenta el pronunciado
pico de concentración, producto del arrastre por parte del agua). Las tensiones rasantes
aplicadas fueron b= 0,84 N/m2, para el sedimento de edad “0 días”, mientras que para “3
días” fue b= 0,65 N/m2 (el lodo de mayor edad de deposición se resuspendió a menor tensión
rasante).

La carga transportada sobre el lecho en función de la “edad” del lodo sedimentado o


duración de la “fase de deposición”, en función de la tensión rasante aplicada en el lecho,
según se observó por esos investigadores, fue casi el doble en el lodo “viejo” de lo que fue en
el lodo “nuevo”.

Se apreció también un claro descenso de la tensión rasante crítica desde valores cercanos
a 1 Pa a medida que el lodo “envejece”, llegándose a 0,5 Pa, o aún menos.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 82


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Este comportamiento parece ser contradictorio con el visto por (Fang, et al., 2012) que se
representa en el Gráfico 7.1 siguiente.

Gráfico 7.1-Variación de tensiones rasantes (adaptado de (Fang, et al., 2012)).

En relación con las tensiones rasantes el gráfico siguiente muestra la variación del
coeficiente “n” de Manning en función de los tirantes del flujo según la presencia o no de
biofilm (adaptado de (Guzmán, et al., 2007)).

Gráfico 7.2-Variación del coeficiente “n” de Manning según el tirante y la presencia de biofilm.

Varios autores han confirmado, a través de resultados de ensayos, los órdenes de


tensiones críticas de erosión manejados, concluyéndose que la tensión crítica de erosión es
función del contenido (en peso) de finos (Campisano, et al., 2008). Los valores registrados se
ubican aproximadamente entre 1,4 y 3,3 Pa para concentraciones de finos entre 0 y 50%,
respectivamente. Se observa en general que el efecto de la presencia de sedimentos finos
(tendientes a presentar cohesión) es el aumento en la tensión crítica. Resultados similares
son reportados por otros autores ((Berlamont, et al., 1993), (Berlamont & Torfs, 1996)).

El siguiente gráfico representa la forma típica de las curvas de transporte de sedimento


(qs, Qs) en función de la tensión rasante aplicada al lecho ((Álvarez-Hernández, 1990),
(Banasiak, et al., 2005)).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 83


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

Gráfico 7.3- Curvas de transporte de sedimento (qs, Qs) en función de la tensión rasante.

Por otra parte, la aplicación del modelo probabilístico de Grass para sedimentos de
origen costero se suele representar con valores medios de tensión del orden de 0,3 Pa(Grass
& Ayoub, 1982), lo cual ubica a ese tipo de sedimentos casi un orden de magnitud por
debajo de las tensiones de movimiento incipiente de sedimentos de saneamiento.

7.6 Sistemas para resuspensión y transporte de sedimentos en las


conducciones
En esta sección se describen las denominadas “cámaras de limpia” (“flushing tanks” en
inglés), y luego se mencionan simplemente algunos otros sistemas utilizados más
actualmente para limpieza de colectores, en especial los denominados “camiones
desobstructores”.

En el numeral 7.6.2 se analiza un par de ejemplos de la aplicación de descargas (como las


generadas por las “cámaras de limpia”) y su efecto sobre las conducciones, en especial en lo
que refiere a la generación de tensiones rasantes.

7.6.1 Cámaras de limpia


Desde cientos (y aún miles) de años es conocido y atacado el problema de los sedimentos
en los colectores. Ya Plinio el Viejo (Bertrand-Krajewski, 2008), relata en su “Historia
Natural95”, las previsiones que tuvieron los romanos para limpiar sus colectores.

Los sistemas de saneamiento fueron, y siguen siendo, fuertemente afectados por la


deposición de sólidos generando inconvenientes y problemas operativos en los mismos.

Una de las alternativas para atacar el problema de la sedimentación ha sido manejar los
sólidos, previendo sistemas de remoción por medio de barridos o lavados con agua. La
limpieza mecánica manual, sin dudas más compleja de realizar, se aplicó y se aplica aún,
pero se trata de evitar por lo penoso de la tarea, así como por el riesgo sanitario que se tiene
asociado a la exposición de los trabajadores al agua residual, eventual fuente de contacto
con patógenos.

95 Libro 36, capitulo 24 disponible, por ejemplo, en:


http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.02.0137%3Abook%3D36%3
Achapter%3D24.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 84


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Al menos desde fines del siglo XIX se tienen artículos técnicos describiendo posibles
soluciones para la acumulación de residuos en los colectores y se establece (Ogden, 1899)
que “hay dos formas por las cuales dichos depósitos pueden ser removidos, por “flushing”, o
lavado de la obstrucción con un fuerte flujo de agua, y por rascado o arrastre”.

7.6.2 Pulsos (u ondas) de descarga (“flushing waves”)


Volviendo sobre lo dicho por Plinio el Viejo (Bertrand-Krajewski, 2008), se ha observado
desde tiempos remotos la importancia de que los volúmenes de agua fluyan “avanzando
apresurados” por los canales en los que se pretende remover sedimentos. Dicho en lenguaje
moderno, se requiere un hidrograma con rápido ascenso96, dado que es la rama de caudal
creciente la que resulta más efectiva en la remoción de sedimentos. Ello se cumple
razonablemente en la mayoría de los casos en que se utilizan “cámaras de limpia”
adecuadamente dimensionadas.

A nivel mundial las estrategias de gestión de sólidos en los sistemas de saneamiento


incluyen no solo el dimensionado para imponer autolimpieza sino la aplicación conjunta, en
zonas que pudieran presentar dificultades, de sistemas de barrido como ser los “camiones
desobstructores” y las cámaras de limpia. En cuanto a estas últimas se remarca que su
diseño se ha vuelto a considerar como opción válida más de cien años después de sus
primeras aplicaciones ((Shahsavari, et al., 2015)(Bertrand-Krajewski, 2008),(Bouteligier, et
al., 2006),(Dettmar & Staufer, P., 2005), (Campisano, et al., 2004), (Pisano, et al., 1998),
entre otros).

Se planteaba originalmente (Ogden, 1899) que, al proyectarse dispositivos de limpieza,


debe tenerse en mente que un flujo estacionario (“quiet” es el término que utiliza), aun en el
caso de ser de gran cuantía, es de escaso efecto al remover obstrucciones. Para ser efectiva
la onda de flujo debe ser repentina, de gran volumen, e introducida a una corta distancia de
la obstrucción. Dicho autor (Ogden, 1899) presenta gráficos con mediciones de tirante en
distintos puntos (entradas de hombre) de un colector.

Gráfico 7.4-Experimentos sobre propagación de ondas de descargas (Bouteligier, et al., 2006).

96 Si bien hay varios trabajos al respecto resulta interesante, para el caso de sedimentos cohesivos
en tuberías el trabajo de (Skipworth, et al., 1996) en lo referente a las tasas de transporte y su
relación con el crecimiento o decrecimiento de caudal sólido transportado.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 85


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

El Gráfico 7.4 muestra los esfuerzos generados a lo largo de una tubería en descargas de
limpieza realizadas en condiciones experimentales. Se resaltan las envolventes de tensiones
rasantes (aquí marcadas en línea discontinua _ _ _ ) y sus valores medios ( en el entorno
de 2,5 a 3,0 Pa (línea continua ____ ). Sus autores (Bouteligier, et al., 2006) remarcan el
resultado esperable de la generación de una “onda de tensiones rasantes” que avanza a lo
largo de la tubería, aplanándose a medida que se avanza en tiempo y espacio. Es posible
comparar, al menos cualitativamente, estos resultados con los obtenidos a partir de los
datos experimentales(Ogden, 1899), indicados en el Gráfico 7.6, para una distancia desde el
punto de descarga de 60 metros, aproximadamente. Siendo este problema similar al del
estudio de roturas de presas pueden verse en la literatura resultados de modelación
numérica (tanto en esquemas de tipo implícito como explicito) para tales casos (por ejemplo
(Jin & Fread, 1997)).

Los resultados representados en el Gráfico 7.4 fueron obtenidos a partir de un tanque de 1


m de altura, y 1200 mm de diámetro con un volumen total de unos 450 litros resultando en
una descarga de caudal ubicada aproximadamente entre 28 y 18 l/s con una duración de al
menos 21 segundos, al aplicarse en una tubería de 200 mm de diámetro.

El tanque de descarga utilizado para obtener los resultados representados en el Gráfico


7.6 siguiente fue de unos 850 litros resultando en una descarga de caudal ubicada entre
aproximadamente 28,3 l/s (caudal reportado97,(Ogden, 1899)) y de 15,7 l/s (valor de caudal
medio calculado para este trabajo, a 60 m de la descarga98)

Se indica (Bouteligier, et al., 2006) que los valores de tensiones rasantes máximas
obtenidos en un intervalo corto de tiempo, correspondiente a los picos de las curvas del
Gráfico 7.6 siguiente, son relevantes a los efectos de erosionar las partículas de sedimento
depositadas. Por otra parte, afirman estos autores que los valores mínimos de tensiones
rasantes (correspondientes a los valores asintóticos de las citadas curvas, y de mayor
duración que los valores de erosión) son los que permiten determinar si es posible que se
haga efectivo el transporte de las partículas. En el Gráfico 7.6 se muestran de forma
esquemática, para uno de los puntos calculados (“Manhole No. 1”), las zonas de erosión y las
de transporte.

En referencia a los valores pico de esfuerzo cortante y sus efectos en la erosión de


sedimentos depositados se plantea en el gráfico siguiente (adaptado de (Zanke, 2003)) que
la variación del esfuerzo cortante medio hace que las tensiones turbulentas (variables en el
tiempo) puedan alcanzar o no los umbrales de movimiento para un tipo de sedimento dado.
Por ende es más probable que se alcance dicho umbral en los primeros instantes de las
descargas de limpieza, cuando las tensiones rasantes medias99 son mayores, lo que va en la
misma línea que lo establecido anteriormente(Bouteligier, et al., 2006). Estos conceptos
también se ajustan al planteo estocástico de Grass (con la salvedad de que el problema aquí

97 En la salida del tanque

98 Donde se daría el máximo caudal reportado (Ogden, 1899).

99 Y probablemente las componentes turbulentas también sean mayores en esos primeros


instantes de la descarga

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 86


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

no es estático, por lo cual se tendría una distribución probabilística de tensiones rasantes


sobre el lecho sedimentario con media variable en función del tiempo, dado el carácter no
estacionario de las descargas de este tipo sobre las conducciones).

Gráfico 7.5 -Influencia de la turbulencia en umbral de movimiento de sedimentos.

En cuanto a la efectividad del pulso de caudal, y la distancia de aplicación del mismo, en


el Gráfico 7.4 puede apreciarse el efecto de laminación que presenta sobre el pulso de caudal
el propio sistema de transporte al avanzar el pulso por las conducciones. En este ejemplo,
como ya fue indicado, se descargan 30 pies cúbicos (unos 850 l).

En la “Memoria Descriptiva General para Obras de Alcantarillado100” (OSE, s.f.) se


establece para las cámaras de limpia que “se exigirá que comience la descarga cuando se
alcance una altura de 0,56 m sobre el borde inferior de la campana y que descarga la
totalidad del agua almacenada en la cámara en un tiempo no mayor a 37 seg”. De esto se
puede establecer que el hidrograma de la descarga tiene un tiempo característico ( Tr) de 37
segundos.

Dado que el fenómeno descripto se desarrolla en tiempos del orden de 10 minutos, a


partir de la información reportada (Ogden, 1899) se puede estimar, de forma al menos
aproximada, el caudal circulante en cada instante ya que también se reportan las
pendientes y los diámetros de la conducción. A tales efectos se han utilizado las ecuaciones
básicas para canales circulares(Chow, et al., 1994).

En los dos gráficos siguientes se analiza, dada la riqueza de la misma, la información


presentada (Ogden, 1899) respecto a descargas de limpieza sobre colectores y se evalúa el
cumplimiento de los valores críticos.

Se indica (Ogden, 1899) como velocidad mínima para autolimpieza un valor de 2,5 ft/s
(aproximadamente 0,8 m/s). Según surge del análisis del gráfico siguiente y de lo reportado
por ese autor, los valores de tensión rasante hallados, así como las velocidades mínimas
correspondientes, son compatibles con los efectos reportados en dicho gráfico. Cabe recordar
que los valores de la tensión rasante (criterio más utilizado en la actualidad) son
dependientes del diámetro de la tubería, del tirante y la pendiente. Los valores calculados
para este trabajo coinciden razonablemente con los calculados utilizando la fórmula de
Kutter en el trabajo original (Ogden, 1899) en el que se presentan los valores aquí

100 En la sección referente a la construcción de “cámaras de limpia”.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 87


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

analizados. Según surge de los cálculos, aún con valores máximos de velocidad (levemente)
por debajo de los 2,5 ft/s, se reporta que la conducción fue limpiada. Ya con valores máximos
de velocidad por debajo de los 1,5 ft/s, se reporta que la conducción no fue limpiada, es decir
que no hubo efecto sobre la acumulación de sedimentos, lo cual es esperable.

Se puede concluir entonces que para el tipo de sedimentos depositado para este ejemplo
analizado, la velocidad requerida se encuentra entre 1,5 y 2,5 ft/s, con tensiones rasantes
correspondientes entre 2,5 y 3,0 Pa. Este orden de valores ha sido ratificado con bastante
aproximación en investigaciones mucho más recientes ((Álvarez-Hernández, 1990) , (Nalluri
& Alvarez, 1992), (Banasiak, et al., 2005), (Guzmán, et al., 2007)).

El gráfico siguiente muestra tirante, velocidad, y tensión rasante durante una descarga
de limpieza en un colector en un punto de una conducción de alcantarillado (adaptado de
(Ogden, 1899)). Se remarcan las zonas de erosión y transporte y la tensión rasante (típica)
para este tipo de sedimentos.
(t)
14

12 Erosión
10
Transporte
8
y(t),inch, M.H. N°1
6 V(t), ft/s, M.H. N°1

4 Tau(t), Pa, M.H. N° 1

2 2,5 Pa

0 t(min)
0 2 4 6 8 10

Gráfico 7.6-Tirante, velocidad, y tensión rasante a 60 m de una descarga de tanque.

Haciendo cálculos similares y utilizando lo reportado por Ogden se llega a verificar su


conclusión de que a cierta distancia la onda de caudal ya no resulta efectiva. Ello se verifica
con las velocidades y tensiones que se calcularon para este trabajo, ya que no llegan a los
valores tomados como “efectivos”.

Poco más de cien años después(De Sutter, et al., 2001), a través de la simulación del
transporte de sedimentos durante eventos de inundación tanto mediante experimentos a
escala de laboratorio como de campo (en pequeños cursos de agua) se muestra que la
evolución de los sólidos suspendidos es función de los hidrogramas que se apliquen a las
conducciones. En un ejemplo dado por esos autores se ve que a un mismo caudal (30 l/s) la
concentración es más de 50% mayor a caudales crecientes que decrecientes. Dicho de otra
forma, es más importante, aún para el mismo caudal, que el mismo esté creciendo. Es decir
importan las ramas ascendentes del hidrograma, lo cual se puede asociar a lo ya indicado
mucho tiempo antes (Ogden, 1899).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 88


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Según se muestra en el gráfico siguiente se puede construir un “polutograma” C(t) a


partir de un hidrograma Q(t) y relacionar la variables, de manera que se demuestra que en
general a caudales crecientes se presentan concentraciones mayores que a mismos caudales
pero decrecientes. Se observa que siendo , el volúmen de sólidos
arrastrados durante el hidrograma se puede calcular como:

lo cual se representa en el gráfico donde el área


sombreada indica la diferencia de concentración de sólidos suspendidos que se puede tener
entre caudales crecientes y decrecientes. Asimismo, se aclara que la curva de
concentraciones no necesariamente presenta máximos acompasados con la de caudal,
sino que se presenta un fenómeno de histéresis el cual puede ser tanto horario como anti
horario. Las curvas punteadas (….) representan adelantos o atrasos del pico de
concentración respecto al de caudal.

Figura 7.2-Construcción de un polutograma en base a un hidrograma.

Estrictamente, CV solo da cuenta de los SST, es decir las componentes suspendidas,


sin considerar la carga de lecho. Ello es esperable de lo indicado101 en 7.1.1 y se condice con
el hecho que, aún para sistemas unitarios, “la mayoría de la masa sólidos en transporte es
en la fase suspendida (> 70 % típicamente)”(Ashley, et al., 1999).

101Donde resulta que la carga de sólidos suspendida (que incluye a la de lavado) se


ubicaría en el orden de (5 a 50)/600 es decir que la fase suspendida al menos sería mayor al 90%,
para el caso de alcantarillado sanitario.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 89


Comportamiento de los sedimentos en las conducciones

La evolución del transporte de carga suspendida en función del caudal durante un evento
de descarga con dos hidrogramas (Tr = 40 s, y con Tr = 320 s) presenta (De Sutter, et al.,
2001) una histéresis similar a la indicada en la figura anterior (pero en sentido horario),
con concentración de sólidos suspendidos mayor en la rama ascendente del hidrograma.
Aún no se ha estudiado con adecuada profundidad este fenómeno en el caso de sedimentos
cohesivos, tanto en canales como en otros sistemas. Sin embargo, el experimento realizado
en laboratorio por esos investigadores aplica, al menos en la geometría de los canales
usados, al transporte de aguas residuales.

Recientemente (Shahsavari, 2016) presenta resultados de mediciones de turbidez


(normalmente asociada a los sólidos suspendidos) durante una operación de descarga de
limpieza de un colector de saneamiento combinado en la cual la histéresis es opuesta
(antihoraria) a la antes mencionada. Estos autores (Shahsavari, 2016) explican esa
interesante discrepancia a través de la consideración de factores como las características de
la cuenca aportante, ubicación de las fuentes de sedimentos, método de medición y otros
que provocan que se modifique la llegada al pico de caudal, el cual se da antes que el de
concentración. En este último caso se explica que el rápido incremento de caudal que se
obtuvo hace que se adelante el pico de caudal al pico de concentración. Más aún, se indica
que el tiempo de respuesta al flujo puede modificarse en función de las pendientes
longitudinales aguas arriba del sitio de medida, que van cambiando, lo cual da lugar a
distintos grados de acumulación de sedimentos a lo largo del canal. Ello además genera
múltiples picos de concentración, tras lo cual aparece el más grande de ellos, asociado al
pico de caudal, aunque pudiera estar desfasado temporalmente.

El hecho de que las ramas ascendentes de los hidrogramas permitan resuspender mayor
cantidad de sedimento que las descendentes puede estar asociado a las características de la
turbulencia contenida en el flujo en ambos casos (esperándose mayor intensidad de
turbulencia a caudales crecientes), pero esta hipótesis no ha sido aun suficientemente
investigada102. Argumentos similares, en cuanto a la intensidad de turbulencia presente en
el flujo, da Camp (Sobrinho & Tsutiya, 1999) para justificar el uso de menores velocidades
de autolimpieza a bajos tirantes relativos respecto a las que se requieren a sección llena.

7.7 Fenómenos de pequeña escala y flujos secundarios


La existencia de flujos secundarios, además de los efectos de la turbulencia y
perturbaciones que se dan en los casos reales (y en general no se estudian en los
laboratorios), según es sugerido por los resultados de varios investigadores (p.ej.:
(Kleijwegt, 1992)), da lugar a erosión localizada. Esta se debe a las concentraciones de
esfuerzos tangenciales que se producen en ciertas ubicaciones de los colectores. Ejemplo de
ello son las salidas o entradas de registros a tuberías, confluencias de tuberías, aportes de
conexiones, raíces de árboles, y otros elementos que perturban el flujo, introduciendo
turbulencia de forma en general no prevista en situaciones de laboratorio.

Asimismo, fenómenos de inestabilidades que se presentan en el flujo de los fluidos, como


ser varios tipos de vórtices (de Taylor, de Görtler, de Helmholtz) llamados usualmente
flujos secundarios (debido a que se presentan superpuestos al campo medio de velocidades o

102 Lo que recuerda la observación de Plinio el Viejo, citada en el numeral 7.6.2.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 90


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

“flujo primario”) pueden generar esa erosión localizada. Por ello es esperable una cierta
discrepancia respecto a las predicciones que surgen de fórmulas desarrolladas en base a
medidas realizadas en laboratorio. Al respecto de esas discrepancias se habla de “tender
puentes” entre ambos enfoques de estudio (laboratorio vs. campo).

Ejemplos de los vórtices de Görtler se reportan en la literatura básica referente a la


Mecánica de los fluidos (Kundu & Cohen, 2002), así como en la literatura específica
asociada al estudio de arrastre de sedimentos (Hopfinger, et al., 2008), en casos como el
estudio de la erosión bajo compuertas (“sluice gates”) en canales con presencia de
sedimentos, o lechos erosionables.

7.8 Resumen del Capítulo 7


Como cierre de este capítulo se puede concluir que:

 Los sólidos interactúan con las conducciones en las que se encuentran sirviendo de
alguna manera de medio soporte a los microorganismos allí presentes los que, a su
vez, inciden en la movilidad de los sedimentos, en especial a través de la generación
de películas biológicas.
 Estas películas tienden a generar “puentes” entre las partículas incrementando la
resistencia que estas presentan a la erosión, o desprendimiento, del lecho sobre el
que se encuentran depositadas.
 Los sistemas de limpieza permiten reducir el costo asociado a establecer pendientes
altas para generar autolimpieza, si bien tienen un costo inicial y operativo no
despreciable.
 Sin perjuicio de lo anterior, en el resto del mundo se está investigando en la
actualidad en la línea de restablecer este tipo de sistemas en algunos casos
específicos, ya que los problemas operativos e impactos de diseños mal concebidos
desde el punto de vista del adecuado arrastre de sedimentos así lo amerita.
 La existencia de fenómenos de microescala o “locales” puede alterar los resultados de
modelos más “controlados” como los que usualmente se han estudiado tanto teórica
como prácticamente (en canales de laboratorio), introduciendo errores a la hora del
contraste de fórmulas o modelos con valores observados.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 91


Transporte de sedimentos

8 Transporte de sedimentos

8.1 Modelos teóricos y fórmulas de transporte de sedimentos


Este capítulo se centra en el análisis de las distintas configuraciones del flujo de
sedimentos en las conducciones (en especial con flujo por gravedad o “canales”, debido a que
la bibliografía especializada se ha dedicado más fuertemente a estas).

El estudio racional del manejo de los sedimentos, en lo que refiere a la operación y diseño
de los sistemas de saneamiento (Tait et al., 2003), es de reciente consideración si bien su
presencia en las alcantarillas sanitarias (también denominadas cloacas) es preocupación de
larga data.

8.1.1 Modos de transporte de sedimentos


Si bien no existe actualmente conocimiento exacto sobre la forma en que se mueven los
sedimentos en las conducciones, se establecen de forma tentativa dos categorías que
refieren, no tanto a la forma, sino a las condiciones en que se da ese movimiento:

 Transporte sobre fondo limpio (Ghani, 1993), o sin deposición (May, et al., 1989)
 Transporte sobre depósitos de sedimentos sueltos (Ghani, 1993), o con deposición
(May, et al., 1989);

Entre estos dos regímenes se establece el denominado “limite de deposición”, “LOD” en la


literatura en inglés.

Complementariamente, se puede agregar una tercera categoría:

 Transporte sobre depósitos de sedimentos consolidados103.


La diferencia entre esta tercera categoría y la segunda radica en la posibilidad de
diferenciar los conceptos de resuspensión y erosión. Por lo tanto podríamos hablar de
“resuspensión de depósitos de sedimentos sueltos” o bien de “erosión de depósitos de
sedimentos consolidados”.

Por otra parte, se establecen tres regímenes o modos de transporte de sedimentos:

 Transporte de carga de lecho; por la existencia de tensiones rasantes asociadas al


flujo, las partículas deslizan, ruedan y/o saltan sobre el lecho, sin abandonarlo
completamente, es decir que describen trayectorias cercanas al mismo. Se indica
que, si existe suficiente cantidad de sedimento presente en la conducción, el
transporte del lecho formará dunas u otras “formas de lecho104” (incluyendo canales
de flujo preferencial o meandros). Estas formas de lecho suelen dar lugar a una
resistencia adicional a la generada por la propia rugosidad del lecho asociada al
tamaño de las partículas que lo conforman. Por lo tanto la carga del lecho puede
darse en dos formas distintas:

103 Equiparables al tipo B (Crabtree, 1989), sedimentos sobre los cuales, a su vez, se puede
esperar que se halle una capa de sedimentos sueltos o no consolidados.

104 “Bed forms” en inglés.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 92


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

o Flujo sobre lecho plano (en dos regímenes, de alta y baja energía, separados
entre sí por el siguiente conjunto),
o Flujo sobre formas de lecho propiamente dichas.

Las velocidades medias de transporte de partículas sobre el lecho son


sustancialmente menores a la velocidad media del flujo.

 Transporte en suspensión: las partículas del material del lecho o de otras fuentes
(por ejemplo las que ingresan al colector desde las conexiones al mismo) permanecen
en suspensión en el flujo sin deposición definitiva, si bien es posible que se dé una
deposición temporal, en la medida que la energía específica del flujo baje. El proceso
de transporte suspendido (o “carga suspendida”) se hace posible debido a que
existen, como parte de la normal presencia de turbulencia en el seno del fluido,
vórtices con componentes de velocidad vertical relativamente importante. Las
velocidades medias de transporte de este tipo de carga son algo inferiores a la
velocidad media del flujo pero superiores a las de la carga del lecho. En este modo la
velocidad de sedimentación es dependiente de la profundidad, es decir ws= ws (y).
Dicho de otra manera, las partículas más grandes y pesadas tienden a transportarse
por el fondo.

 Transporte de carga de lavado (“wash load transport”): las partículas son


suficientemente finas como para permanecer transportadas en el flujo sin ningún
tipo de deposición. Mientras que la carga suspendida es parte del proceso de erosión
y deposición de depósitos de sedimentos en las tuberías, la carga de lavado no
interactúa sustancialmente con el lecho. Debido a su pequeño tamaño y densidad
relativa reducida, las partículas asociadas a este modo de transporte tienen muy
bajas velocidades de sedimentación. Ello se da, principalmente, cuando se trata con
sólidos suspendidos de origen orgánico, los cuales se pueden asociar, dentro de los
denominados sólidos suspendidos o sólidos suspendidos totales (SS, o SST),
determinados comúnmente en los líquidos residuales, a la categoría “no
sedimentables”. Las velocidades medias de transporte de este tipo de carga son
aproximadamente iguales a la velocidad media del flujo. En este otro modo la
velocidad de sedimentación es prácticamente independiente de la profundidad, es
decir ws= cte, y prácticamente despreciable.

El transporte total de sedimentos es la suma de los tres tipos de transporte antes


mencionados. Es destacable que alguno de los modos puede no existir o ser despreciable en
algún lugar o instante de tiempo, comparado con los otros modos. Por ejemplo, dadas las
características del lecho puede ocurrir que el transporte en forma de carga de lecho sea
despreciable comparado con el de tipo suspendido (como en el caso de existir
acorazamiento).En notación simbólica se tiene: , siendo cada término el
transporte o carga total de sedimentos, y las cargas de lecho (superíndice b por “bed”),
suspendida y lavada, respectivamente.

Un esquema de cómo ocurren los tres tipos de movimiento de partículas que acompañan
al fluido se da en la Figura 8.1.

Estos modos de transporte, en la práctica, involucran a sedimentos de distintos tamaños


de grano. Las fórmulas que se dan más adelante para cada modo de transporte

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 93


Transporte de sedimentos

corresponden a sedimentos de diámetro uniforme, es decir con el mismo tamaño de grano, o


al menos con un mismo tamaño de grano representativo. En lo que tiene que ver con
sedimentos unimodales no uniformes (o con baja uniformidad) y sedimentos bi (o multi)
modales, el modelado se basa en las descripciones válidas para sedimentos con
distribuciones unimodales “cuasi-uniformes” con algunos ajustes o modificaciones (Patel, et
al., 2009).

Se puede establecer que las distribuciones granulométricas que se encuentran en los


sistemas reales105 varían con el tiempo y el espacio. Con el tiempo las fuentes de sólidos
aportados a un sistema bajo estudio pueden ir cambiando, por ejemplo debido a la
existencia de obras de vialidad, o de edificios en construcción(Almedeij, et al., 2010), y otras
causas afines. En el corto plazo los hábitos poblacionales (con ciclos diarios) pueden generar
variaciones en cantidad y calidad de los sólidos que ingresan a los colectores. En el espacio
también se dan variaciones debido a que se presenta un mayor arrastre de los sedimentos
finos, y en menor grado de sólidos gruesos, lo cual da lugar a un gradiente granulométrico a
lo largo de las conducciones. Ello produce una clasificación natural, o “sorting” como se
denomina en la literatura en inglés, de los sedimentos que tienden a presentar
distribuciones más homogéneas a medida que pasa el tiempo (si no hay aporte sustancial de
nuevos sólidos heterogéneos), y más finas a medida que avanzan aguas abajo en las
conducciones. Se puede hablar, entonces, de la existencia de gradientes o distribuciones de
transporte de sedimentos a lo largo de las conducciones, así como distintos modos de
transporte en una misma conducción según el lugar y el momento en que se evalúe el
transporte sólido. En estudios fluviales esto es conocido al punto que lo más común es
reportar las capacidades de transporte de sedimentos en estaciones (de medida)
determinadas, por lo cual se puede decir que dicha capacidad es una propiedad del punto y
tiempo del rio bajo estudio.

U(y) C(y)
Carga de lavado
(partículas muy finas)

Flujo ⇨ Carga en suspensión


(partículas intermedias)

Carga de lecho
(partículas gruesas)
Posible trayectoria
de una partícula
(salto)
Figura 8.1-Esquema que muestra en forma gráfica los diferentes tipos de carga transportadas.

105 A diferencia de los montajes experimentales.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 94


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Nótese en la figura anterior que se representan los difusos límites entre un tipo y otro de
transporte.

Algunos autores (Arthur, et al., 1999) proponen una variante, también en tres modos, de
clasificación de los mecanismos de transporte de sedimentos:

 Suspensión;
 Cercano al lecho (“near the bed” análogo al “bed-load”, en inglés, de la terminología
usada en ríos);
 Depósitos semipermanentes (“semi-permanent deposits”);

Los últimos hacen referencia a depósitos que permanecen estáticos a bajos caudales de
tiempo seco, y eventualmente se desprenden al ser sometidos a caudales altos de tiempo
húmedo, o lluvioso.

La Figura 8.1 sugiere que la carga del lecho se produce en la zona cercana a donde existen
mayores gradientes de velocidad (capa límite laminar) y por ende mayores tensiones
rasantes.

8.1.2 Parámetros que definen los regímenes de transporte de sedimentos


Como se indicó en el numeral anterior existen distintos regímenes o modos en los cuales
puede darse el transporte de sedimentos.

Las velocidades de sedimentación ws, y la velocidad de fricción, u*, suelen utilizarse como
parámetros en algunos criterios propuestos para establecer el régimen en el cual se
encontrará el transporte de sedimentos. El campo de velocidades bajo el cual se mueven los
sedimentos, de alguna forma está cuantificado a través de u*, que resume las condiciones en
que se da el flujo, mientras que las propiedades inherentes a los sedimentos transportados
se extractan en ws. A mayores valores de ws habrá mayor tendencia a que el transporte sea
a un nivel más bajo, es decir sobre el lecho, mientras que a valores altos de u * es de esperar
que se puedan tener partículas de mayor tamaño y densidad en suspensión. La velocidad de
fricción, u* = (o/g)1/2, representa a las tensiones rasantes sobre el lecho, o. Ello justifica su
uso en la determinación de los distintos regímenes de transporte de sedimentos, en conjunto
con ws. En consecuencia, es esperable que a menores valores del cociente (adimensionado)
ws/u* se obtenga, en la mayor parte de los flujos, mayor cantidad relativa de partículas
transportadas en suspensión. Este principio cualitativo general se establece en forma de
criterios cuantitativos en el siguiente numeral.

8.1.3 Criterios cuantitativos para predecir los regímenes de transporte de


sedimentos
Existen algunos criterios que utilizan las velocidades características en que se puede
resumir el problema del transporte de sedimentos (ws y u*) para indicar el modo que se dará
mayoritariamente. De todas maneras, como se ha mencionado, en general existirán dos o
aún tres modos de transporte superpuestos.

El denominado “Criterio de Raudkivi” (Bertrand-Krajewski, 2006) establece distintos


regímenes esperables para varios rangos del parámetro adimensional ws / u*.

Se propone que se tendrá:

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 95


Transporte de sedimentos

 Carga de Lecho, si se cumple 6,0 > (ws/u*) > 2,0;


 Saltación, si 2,0 > (ws/u*) > 0,6, y
 Suspensión, si 0,6 > (ws/u*) > 0

Si se piensa en términos de energía, con base a lo razonado en 8.1.2, este criterio puede
ser más gráfico expresado como u*<0,15ws para que exista transporte; 0,15ws < u* < 0,5ws
para que se de carga de lecho; 0,5ws < u* < 1,67ws para que se comience a dar la saltación y,
finalmente u* > 1,67ws para que se tenga carga por suspensión.

Un criterio similar, llamado por algunos autores “Criterio de Whipple” o “fórmula de


Yang”(Lin, 1993) hace uso del número adimensionado denominado “Número de Rouse”,
definido como P=ws/(u*), también llamado106 “parámetro de sedimentación” () siendo  la
constante de von Kàrmàn. Este criterio indica que se dará:

 Carga de Lecho, si se cumple P > 2,5;


 50 % de Carga en suspensión, si 2,5 > P > 1,2;
 100 % de Carga en suspensión, si 1,2 > P > 0,8;
 Carga de lavado si P < 0,8;

Se observa que la condición para existencia de carga suspendida de Whipple, implica


ws/(u*)<2,5≈1/que se puede reducir a ws<u*, es decir la hipótesis más usualmente
establecida, y elemental, cuando se analizan los procesos de sedimentación: el fluido solo
puede mantener en suspensión partículas cuya velocidad terminal de caída (ws) sea inferior
a las componentes ascensionales de la turbulencia (aproximadas107 por u*). Para el 50% de
carga en suspensión la velocidad de caída está entre 50 y 100% de u*, mientras que para la
carga de lavado entre un 30 y 50%.

En 1996 Ashley y Verbanck (Bertrand-Krajewski, 2006), propusieron usar el parámetro


“ ” para diferenciar los regímenes de transporte de sedimentos específicamente en
colectores de saneamiento en la forma:

 ≤ 3: carga suspendida


 5 ≤  ≤ 15: carga en el lecho

A partir de estos intervalos de valores (no contiguos) se puede inferir que existe una
transición entre ambos regímenes, en la cual no es posible determinar si la carga se da
mayoritariamente por el lecho o en forma de suspensión. Es probable que en realidad se

En la terminología más recientemente utilizada en hidrología urbana(Bertrand-


106

Krajewski, 2006).

107 La velocidad de corte se puede calcular directamente (Ahyerre, et al., 2001), usando el concepto de
las tensiones de Reynolds, a través de la relación de donde . Más
recientemente se ha indicado (Dey, et al., 2011) que la definición usual de la velocidad de corte o
fricción ( ), da valores consistentemente mayores a los que resultan de la
medición de las componentes turbulentas ( ), por lo cual se ha preferido esta última forma de
calcular . Mediciones de turbulencia (Leeder, 1983) en lechos indican que .

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 96


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

oscile entre ambos regímenes. Es claro que este criterio es menos preciso, o bien no tan
pretencioso en los rangos que establece, que el de Whipple.

Adoptando valores del número de Rouse (P) comprendidos entre los rangos dados por el
“criterio de Whipple” se puede despejar u* y de esta U, suponiendo un factor de fricción de
0,02 y partículas con una densidad correspondiente a las arenas. Los valores adoptados
fueron: P=2,5 (carga de lecho), P=1,8 (50 % de carga en suspensión), P=1,0 (100 % de carga
en suspensión) y P=0,8 (carga de lavado). Se presentan los resultados en el gráfico
siguiente.

Resulta que arenas de menos de 0,2 mm pueden moverse (como carga de lecho) con
velocidades de 0,3 m/s, mientras que arenas de 1 mm requieren más de 2 m/s para moverse
en el lecho.

Gráfico 8.1-Regímenes de movimiento de sedimentos según el número de Rouse, P.

El Gráfico 8.3 presenta versiones del diagrama de Shields ((Van Rijn, 1993), (Soulsby,
1997)), prácticamente idénticas, la primera de ellas dada originalmente en forma gráfica,
mientras que la segunda se establece por su autor a través de una ecuación. Además se
representan los valores de tensión rasante resultantes de aplicar el criterio de Whipple,
para los casos de carga de lecho con un cierto desarrollo y para suspensión del 50% del
material particulado. Un gráfico similar es presentado por Bagnold, pero con el diámetro
(dimensional) expresado en mm (Bagnold, 1966).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 97


Transporte de sedimentos

Suspensión
100000 Shields (Van Rijn, 1993)
Shields (Soulsby, 1997)
10000 Criterio de Whipple (carga de lecho)
Criterio de Whipple (50% suspensión) Transición a carga de lecho
1000 Movimiento incipiente

100
Carga de lecho
10

1 Lecho inmóvil

0,1
100 1000 10000 100000 1000000
0,01

Gráfico 8.2-Regímenes de movimiento y tensiones críticas .

La utilización del número de Rouse, P, como indicador del régimen de movimiento de las
partículas de alguna manera se emparenta con el de tensiones de Shields. El cociente de
ws/u*, proporcional a P=ws/(u*), se puede asociar a  = g(s-1)d/(u*)2=1/de donde se ve que
P= .

10

cr(-)

Movimiento
1
Diagrama de Shields (Soulsby, 1997)
Carga suspendida 50%, P=1,8
Umbral de carga de lecho, P=2,5
Carga suspendida 100%, P=1,2
0,1 Umbral de carga de lavado, P=0,8 Movimiento
incipiente

Sin movimiento
0,01
1,0 10,0 100,0 D*(-) 1000,0

Gráfico 8.3-Regímenes de movimiento y tensiones críticas , sobre diagrama de Shields.

Se han presentado (Bose & Dey, 2013) otros criterios, similares a los anteriores, algunos
de los cuales también consideran el grado de suspensión como función de Bagnold (1966)
pone como límite superior del umbral de suspensión de los sedimentos u*/ws = 0,8 ; Xie
(1981) 0,2/≈Van Rijn (1984) u*/ws = 4/d*, para 1<d*<10, y u*/ws = 0,4 para d*>10.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 98


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Respecto a la constante de von Kàrmàn,, y desde hace décadas (Maggiolo, 1965), se han
realizado algunos estudios discutiendo su auténtico carácter de constante. Ya mucho más
recientemente, en la misma línea que Maggiolo, se han presentado análisis de la
determinación de , cuyo valor es usualmente tomado como 0,4 o 0,41 (Dey & Raikar, 2007).
Sin embargo, tal como ya establece Maggiolo, ello “no parece ser cierto en el caso de
suspensiones y de rugosidades discretas”… y, en caso de existir, “rizos, dunas y antidunas
en los fondos móviles”. Se indica por este autor que se han obtenido valores de dicha
constante entre 0,32 y 0,42, pudiéndose tomar como aceptable el valor medio de 0,37.
Estudios independientes han determinado, en conducciones de paredes rugosas sueltas, un
valor de 0,35.(Vanoni, 1953b) informa valores tan bajos como 0,3 para dicha contante a
concentraciones medias de sólidos suspendidos altas, de aproximadamente 14 g/l (Vanoni,
1953a). Los sedimentos utilizados en ese caso particular son de diámetro d=0,59 mm y la
pendiente S= 0,0025, resultando en una velocidad de fricción importante (u* = 0,218 m/s).
Los valores experimentales de la constante de von Kármán,  (Vanoni, 1953a) decrecen del
habitual 0,4, para agua sin sedimentos (C=0), hasta el valor antes mencionado(Vanoni,
1953b).

Se plantea (Vanoni, 1953a) que el descenso en el valor de , y por ende en m (viscosidad


turbulenta) se puede interpretar como resultado de la atenuación de la turbulencia dada
por la presencia del material suspendido. La energía por unidad de tiempo y volumen para
mantener el material en suspensión, calculada108 como “Cw(1 - l)” es provista por la
turbulencia la cual, por esta cauda, se reduce y entonces también lo hace m ya que depende
de ella. Por otra parte, se ha propuesto(Vanoni, 1953a), que siendo esa energía
relativamente baja, comparada con la necesaria para vencer la fricción del lecho del canal
(3% en algunos experimentos presentados por ese autor), su efecto es importante, con lo
cual se concluye que los detalles del proceso físico no estaban (al menos a la fecha de escrito
su artículo) lo suficientemente claros como para dar una explicación satisfactoria a este
fenómeno. La potencia volumétrica para suspender una concentración determinada de
sedimentos dada, Cw(1 - l), se deduce en el Anexo II.

La definición de m (viscosidad turbulenta) y su dependencia de la constante de von


Kármán, , están dadas, respectivamente, a través de las siguientes ecuaciones:

Ecuación 8.1

Ecuación 8.2

Algunos investigadores (Dey & Raikar, 2007) presentan resultados que indican una
tendencia similar a la mostrada por Maggiolo para los experimentos de Zagustin (1964). En
este caso la pendiente de la curva mostrada por esos investigadores es proporcional a la
constante de von Kármán, Esos autores concluyen que, de la realización de este tipo de

108Se observa la notación distinta a la usual utilizada en el original(Vanoni, 1953a) donde la


densidad de los sólidos es mientras que l representa a la del líquido. Esta expresión en notación
moderna sería Cws(1 - s) Cws(1 - s) cuyo valor negativo implica que se trata de una energía
perdida por el flujo para mantener en suspensión a las partículas.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 99


Transporte de sedimentos

experimentos, es posible corroborar que la condición perturbada de las partículas


superficiales, en el umbral de movimiento (“near-threshold”), es la causa principal de la
reducción del valor de la cual se mantiene en el valor usual de 0,4 para flujos sobre lechos
rugosos fijos.

Finalmente, a pesar de lo indicado en el párrafo anterior, cabe indicar que varios autores
coinciden en la actualidad (Garcia, 2008) en que existe “evidencia conclusiva de que la
constante de von Kármán no es afectada por la presencia de sedimentos suspendidos como
previamente era creído, y su valor para agua limpia (=0,41) puede considerarse universal”.
Dado lo reciente (y aparentemente contradictorio) de los trabajos mencionados al respecto,
se entiende que el tema no está cerrado a la fecha y que lo antes citado en este párrafo no
sería del todo concluyente. Por ende se podría requerir mayor profundización en el análisis
de este aspecto importante de la descripción de los flujos con arrastre de sedimentos.

8.2 Mecánica del transporte de sedimentos: inicio del movimiento

8.2.1 Partículas esféricas en un lecho rígido sometidas a un campo de


velocidades
A los efectos de la identificación de las fuerzas relevantes en la mecánica del transporte
de sedimentos se plantea la Figura 8.2 siguiente, para el caso más elemental de una esfera
apoyada sobre un fondo rígido.

Figura 8.2-Fuerzas sobre una partícula esférica sometida a un campo de velocidades.

Previamente a considerar el transporte de los sedimentos se analizan las condiciones de


movimiento inminente o “incipiente” como suele denominarse en la literatura. Se entiende
por incipiente a “aquello que empieza109”. Por lo tanto se puede asumir que el movimiento
“incipiente” sería aquel que está comenzando a darse, o que está “justo a punto de
producirse”. Esto último es lo más conveniente de plantear, ya que se pueden escribir
inecuaciones que reflejen, en una primera aproximación, los umbrales para que se produzca
el movimiento de una partícula. Si bien, como se analiza en otros capítulos de esta tesis, es
virtualmente imposible encontrar partículas esféricas siendo transportadas en el seno de
los fluidos naturales, este tipo de modelos, como también se puede corroborar en otros

109 Diccionario de la Real Academia Española.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 100


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

aspectos planteados en el presente trabajo110, se suele aplicar extensivamente. La ventaja


de este enfoque, en extremo simplificador de la morfología de las partículas, es que se
eliminan complejidades asociadas a la forma, mientras que se hacen evidentes los agentes
(fuerzas) que operan en su movimiento, los que en última instancia son comunes tanto a
partículas de formas elementales como las esféricas como a partículas de formas más
complejas. Lo antes planteado sugiere que el movimiento incipiente se produce a lo largo de
un rango de valores de tensiones rasantes111, sin perjuicio de que el propio movimiento
incipiente no tiene una definición claramente establecida112.

Por otra parte aún hoy se realizan experimentos con partículas “técnicamente esféricas”
(Bove, et al., 2013), y no únicamente con partículas de formas “naturales”.

Las tres formas de movimiento usualmente consideradas, para el movimiento de la carga


de lecho (el de mínima energía relativa, dentro de todos los posibles regímenes de
transporte, por lo cual se considera el primero que se produce como movimiento incipiente)
son:

 Rodadura (“rolling”),
 Deslizamiento (“sliding”),
 Sustentación y arrastre (“saltating”)
a las cuales se las puede combinar como un movimiento, o tendencia al movimiento,
compuesto:
 Rodadura con deslizamiento y/o sustentación y arrastre.

A modo de ejemplo de movimientos compuestos se da el caso de que la partícula ruede y


deslice a la vez, o bien el de una partícula que se sustenta y gira a la vez. Este fenómeno de
rotación simultáneo con el movimiento lineal genera la aparición de fuerzas como la del
denominado “efecto Magnus”. Ello hace más complejo el análisis ya que tiende a hacer que
las trayectorias sean tridimensionales, es decir no pertenecientes al plano vertical colineal
al flujo principal (supuesto rectilíneo).

110 Por ejemplo en el planteo básico del concepto de coeficientes de arrastre.

111 Como se discute en el capítulo 8.3, referente al Diagrama de Shields.

112En general todo aquello que en el ámbito técnico se define en términos de “incipiente” suele dar
lugar a subjetividades. Algunos ejemplos son el inicio de la cavitación, así como la aparición de
inestabilidades que en muchos casos no puede detectarse a través de su definición sino por sus
efectos, debido a que las técnicas de laboratorio en general suelen ser de tipo “sensorial” (visual o
auditivo) y muchas veces recae en el investigador de turno tomar la decisión de la existencia o no del
fenómeno cuya “incipiencia” (o carácter incipiente) se intenta determinar. Se suele salvar esta falta
de precisión mediante criterios cuantitativos, siempre arbitrarios, pero que recogen el consenso de
una cierta comunidad académica o técnica.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 101


Transporte de sedimentos

Figura 8.3-Modos de movimiento incipiente de una partícula.

Un fenómeno que también ha sido estudiado (Danel, et al., 1953) es el del inicio del
movimiento producto del choque de las partículas móviles, que ya han iniciado el
movimiento a causa del flujo, contra las que permanecen en reposo. Aquí solo se considera,
por cuestiones de espacio, el mecanismo primario de iniciación del movimiento de las
partículas, por acción del fluido, sin tenerse en cuenta el impacto al volver a caer las
partículas sobre el lecho. Producto de ese impacto las partículas móviles ceden parte de su
energía a otras en reposo en el lecho, eventualmente iniciándose con ello el movimiento de
estas últimas.

8.2.1.1 Fuerzas sobre una partícula esférica no cohesiva en el seno de un


fluido
Se definen a continuación las fuerzas usualmente consideradas en el estudio del
movimiento incipiente de las partículas, enfocándose en el caso elemental de partículas
esféricas:

FD: fuerza hidrodinámica de arrastre (“drag” en inglés),

FL: fuerza hidrodinámica de sustentación (“lift” en inglés),

MR: momento hidrodinámico (de rodadura),

PE: fuerza gravitacional o peso “sumergido”, ya descontado el empuje o “fuerza de


Arquímedes”,

FR: fuerza tangencial de rozamiento (de contacto),

N: fuerza “normal” (de contacto).

A su vez, las expresiones de dichas fuerzas en función de las variables del fluido y del
flujo, así como de las que representan a las particular se pueden escribir como:

FD = , FL= , MR = , PE= , FR= ,

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 102


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

siendo:

el volumen de la partícula (esférica), que es ,

el área frontal de la partícula (esférica), ,

l una longitud de referencia113, y

, , coeficientes de fuerza de arrastre, sustentación y momento adimensionales


derivados de la aplicación (por ejemplo) del teorema de Buckingham.

Estos coeficientes se modelan de forma similar a lo visto en 5.4 para CD es decir que son
dependientes de Re pero en forma conjunta han sido mucho menos estudiados, y por ende se
conocen menos.

La fuerza “normal”, N, no tiene una expresión dada sino que modela simplemente la
reacción del lecho (conjunto de partículas) sobre cada partícula aislada que se apoya sobre
éste. Por ello es usual establecer como condición de movimiento inminente en la dirección
vertical la nulidad de dicha fuerza, condición en la cual la partícula está desvinculada del
apoyo en el lecho y por ende está en condiciones de ser arrastrada por el fluido en el seno
del mismo.

Se plantea entonces una relación funcional de la forma N=N(FL, PE) que es, en definitiva,
la sumatoria de las fuerzas en la dirección vertical (N= PE-FL).

En el caso general el movimiento (solo considerado en la dirección del flujo principal),


despreciando los efectos de fuerzas laterales, dada la simetría del problema analizado en
esta versión elemental del mismo) se condiciona por las siguientes ecuaciones de la Estática
(en forma vectorial):

En versión escalar las condiciones de equilibrio o estáticas se pueden escribir (para un


movimiento “plano” de las partículas) como:

113Que puede tomarse como “la dimensión significante de la partícula en el plano x-y” (Baker,
2007), o bien como “el cociente entre el volumen y el área frontal, que en el caso de una esfera es
igual a dos tercios del diámetro” (Holmes, 2004). De estas dos definiciones distintas de l queda claro
que dicha longitud de referencia debe estar claramente definida en conjunto con los valores que se
adopten para los coeficientes de momento.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 103


Transporte de sedimentos

8.2.2 Fuerzas de cohesión sobre una partícula de sedimento no cohesivo

Figura 8.4-Fuerzas de contacto sólido-sólido y peso sumergido sobre una partícula.

Un sedimento de saneamiento, mezcla de fracciones gruesas no cohesivas con otras finas


con grado de cohesión relevante, representado en la Figura 8.4 puede modelarse como una
distribución granulométrica con función de probabilidad bimodal según la forma del gráfico
siguiente.

Gráfico 8.4- Distribución granulométrica con función de probabilidad bimodal genérica.

Figura 8.5- Fuerzas de contacto sedimento-sólido y fluido-sólido.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 104


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Es posible plantear las fuerzas de cohesión (o adherencia) como el resultado de integrar


las correspondientes distribuciones de fuerzas cohesivas normales y tangenciales (Figura
8.6) sobre las superficies de las partículas no cohesivas como:

Las componentes de fuerzas cohesivas tangencial y normal dependen de la reología del


sustrato cohesivo, es decir de las relaciones constitutivas de dicho sustrato.

Figura 8.6- Fuerzas de contacto sedimento-sólido y fluido-sólido (detalle).

8.2.3 Relación entre fuerzas tangenciales y normales


Se considera el equilibrio de una partícula apoyada sobre un plano inclinado, ya que
dicho modelo conceptual se utiliza en el estudio del movimiento incipiente de las partículas
sobre el lecho, de forma similar a la que se plantea en la Mecánica de Suelos(Terzaghi,
1952) o geotécnica114.

Dado que la fuerza de rozamiento estático se calcula a partir de la ley (de fricción) de
Coulomb como , sustituyendo esto en las ecuaciones anteriores y despejando se
obtiene .

114 En ese campo de la ingeniería se utiliza la ecuación empírica s = c + tg, conocida como
ecuación de Coulomb siendo s, c, y la resistencia al corte, la cohesión (“que es igual a la
resistencia al corte por unidad de superficie cuando ” (Terzaghi, 1952)), la tensión normal y  el
ángulo de rozamiento interno, respectivamente. Para el caso de suelos sin cohesión se tiene s = tg,
ecuación que equivale a , pero expresada por unidad de área, en la cual . Queda
claro que entonces este planteo aquí expuesto es válido para partículas no cohesivas.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 105


Transporte de sedimentos

8.2.4 Fuerzas sobre una partícula de sedimento cohesivo


Para el equilibrio de una partícula en reposo sobre un lecho rígido, o constituido por
partículas sólidas, puede plantearse:

Según se vio en 8.2.3 se puede relacionar , siendo el “ángulo de reposo” de las


partículas, supuestas de características homogéneas.

Por otra parte, la fuerza de arrastre se puede escribir como fuerza por unidad de área de
referencia de la partícula, , con lo cual se puede plantear en cuyo caso la
equivalencia es:

Además, para canales muy anchos (B>>H), la tensión rasante media sobre el fondo
se puede aproximar como:

con lo cual, para ese caso, el coeficiente de arrastre resulta proporcional al factor de fricción
( ).

8.2.4.1 Sustentación pura


Si se toma el caso en que las fuerzas en la dirección del flujo (x) estén equilibradas (por
ejemplo por la cancelación de las fuerzas de arrastre con las de contacto sólido-sólido y las
de cohesión), se puede establecer en tal caso como condición de movimiento (“saltation”) el
desbalance de las fuerzas perpendiculares al lecho:

Como se indica en el numeral 8.2.4.2 a continuación (Danel, et al., 1953), la saltación


podría ser el mecanismo más probable de movimiento incipiente, prevaleciendo al
deslizamiento o la rodadura.

8.2.4.2 Deslizamiento puro


Otro caso elemental hipotético en el que ahora son las fuerzas en la dirección
perpendicular al flujo (y) las que pudieran estar equilibradas (por ejemplo con la
cancelación de las fuerzas del peso sumergido por parte de las de contacto sólido-sólido, las
de cohesión, y las de sustentación), queda en este caso la siguiente condición de
movimiento, por desbalance de las fuerzas en la dirección del lecho:

Del equilibrio vertical se puede despejar la fuerza normal:

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 106


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Este tipo de modelo conceptual, pero basado en la “hipótesis del continuo” (distinto al de
analizar una partícula aislada y puesta en movimiento tras estar en reposo sobre el lecho)
como es el de la “capa activa” (May, 1993) prioriza un deslizamiento puro en capas (similar
a lo ya establecido al menos un siglo antes (Du Boys, 1879)) yendo por un camino
alternativo a aquel en que prima la saltación, como el planteado en el numeral anterior
(Danel, et al., 1953).

8.2.5 Movimiento incipiente de una partícula por deslizamiento


Continuando con lo asumido en el numeral 8.2.4.2, en que se plantea que el “movimiento
incipiente” será a través de un deslizamiento puro de la partícula, resulta el valor “umbral”:

Dividiendo la ecuación anterior entre el peso sumergido de la partícula,


queda:

Ecuación 8.3

Respecto al volumen de las partículas se puede plantear que en donde ,


para el caso de partículas esféricas.

En cuanto al área de las partículas se puede escribir en donde , para el


caso del área frontal de partículas esféricas.

En la medida que la partícula se encuentre obstaculizada por otras partículas o por


paredes se puede afectar el área por un factor de “ocultamiento” menor que 1,
denominado “hidding factor” o “hidding function” en la literatura referente a este tema.

Teniendo en cuenta estas consideraciones se puede plantear:

con lo cual se puede simplificar el miembro izquierdo de la Ecuación


8.3:

Finalmente, siguiendo la línea de razonamiento de los párrafos anteriores, se puede


igualar:

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 107


Transporte de sedimentos

Se hace notar que, para partículas esféricas, vale 2/3.

Al primer miembro de la ecuación anterior se le llama “parámetro de Shields”, en honor


a ese investigador quien ya lo utiliza en su fundamental trabajo (Shields, 1936a) y se lo
suele representar como o con la letra . Por lo tanto se define:

Ecuación 8.4

de acuerdo a la definición usual de este número adimensionado que representa (es


proporcional) al cociente entre las fuerzas de arrastre del fluido sobre la partícula y el peso
sumergido de esta última. Shields, en base al análisis dimensional, propuso , y lo
presentó en forma de gráfico en la forma del luego llamado, en su honor, “Diagrama de
Shields” (analizado en el numeral 8.3), en el cual:

Dado que se puede relacionar:

se plantea, sustituyendo la ecuación anterior en la Ecuación 8.4:

lo que, alternativamente, puede escribirse como:

De forma equivalente, se define en base a lo anterior, el número de Froude gravimétrico


(o del “grano”), , a través de:

o bien

En conclusión el término:

coincide con y, teniendo en cuenta que incluye al coeficiente de sustentación, es


esperable que también dependa del número de Reynolds, tal como propuso Shields. En la

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 108


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

medida que el sedimento no presente propiedades cohesivas, planteo original de Shields,


quedaría:

Por otra parte, si se tiene en cuenta la cohesión, se puede considerar que los términos
cohesivos están “desacoplados” de los no cohesivos, por lo cual se podría escribir:

siendo

Para sedimentos no cohesivos diversos autores concuerdan en general con que es


proporcional a lo cual puede deducirse de las ecuaciones anteriores si los demás
parámetros son constantes.

Egiazaroff citado por (Ribberink, 1978), considerando el equilibrio de esferas no


cohesivas, llega a:

mientras que (Garcia, 2008) menciona la relación de Ikeda-Coleman-Iwagaki:

expresiones que resultan equivalentes entre si en la medida que se cumpla .

En este caso es

y una velocidad efectiva sobre la partícula.

Egiazaroff plantea algo similar con , siendo una velocidad “cercana” a la


partícula y la velocidad media.

Estas relaciones para velocidades medias y velocidades de referencia sobre partículas en


el lecho se asocian a los perfiles de velocidad usualmente considerados en las conducciones
(en especial en canales abiertos).

Respecto al factor se han realizado varios experimentos sobre la influencia de la


“protrusión relativa”, p/D, (Fenton & Abbott, 1977), en los cuales se ha visto que es posible

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 109


Transporte de sedimentos

determinar la tensión rasante adimensional para distintos valores de p/D y que, aún para
partículas con protrusión115 o exposición negativa (por debajo del nivel medio del lecho), es
posible esperar que se presente algún movimiento.

8.2.5.1 Movimiento incipiente y umbrales de tensión rasante


Si bien las conducciones de aguas residuales que transportan sedimentos se diseñan
para ser autolimpiantes, debido a las variaciones diarias del flujo existe cierta deposición,
que se da en las horas de caudales bajos (en general por la noche), que debe ser arrastrada
por los caudales más altos. El flujo alto (que permite la autolimpieza) se espera que se
produzca, al menos, en un momento del día, por ejemplo luego del mediodía o antes de
medianoche116. Metcalf y Eddy (1928) citados por (Burian, et al., 1999) reportan que el
estándar de velocidades de resuspensión comprendido entre 2 y 3 ft/s (0,6 a 0,9 m/s) fue
establecido en Londres en la década de 1840. Asimismo, se indica que los ingenieros de
mediados del siglo XIX se habían dado cuenta de que las pendientes requeridas para el
transporte a caudales de tiempo seco (en colectores unitarios) deberían ser suficientes para
mantener las conducciones limpias o bien contar con un adecuado sistema de limpieza
externo (Burian, et al., 1999). Las velocidades mínimas indicadas procedían de ensayos
sobre deposición de arenas y otros materiales en agua corriente, e indicaban que con 0,6 m/s
sería posible suspender sólidos en colectores sanitarios, mientras que se requerirían 0,9 m/s
para prevenir la deposición de arenas, grava y otros residuos arrastrados en sistemas
combinados. Ya en 1880 Waring diseñaba los sistemas de colectores para manejar los
caudales pico con una velocidad mínima o de autolimpieza de 0,6 m/s(Bakalian, et al.,
1994), pero previendo un sistema de limpieza externa con tanques.

Una revisión de diversas tablas que aparecen en varias fuentes consultadas (por
ejemplo(Ghani, 1993), (Bong, 2014)) muestra diferentes criterios propuestos para el diseño
bajo la hipótesis de autolimpieza. Las velocidades mínimas de autolimpieza están
comprendidas en rangos desde 0,3 a 1,5 m/s para diversas situaciones de flujo, sedimentos a
mover y países que las adoptan. Tablas similares presentan criterios de tensiones rasantes
mínimas de resuspensión, en vez de velocidad media del flujo.

La Tabla 8.1 siguiente muestra valores de velocidades de fricción crítica u*crítica


reportados para lodos estuarinos(Piedra-Cueva, et al., 1990) y en colectores del tipo
utilizado en alcantarillado (Álvarez-Hernández, 1990).Las columnas correspondientes a
tensiones rasantes críticas (crítica) han sido agregadas por el autor a los efectos de su
comparación con los reportados para aguas urbanas. Se utilizó a tales efectos la ecuación
que vincula la tensión rasante con la velocidad de fricción, =(u*)2, con =1000 Kg/m3.

Se vuelve a observar que las tensiones para el caso de lodos estuarinos117 se ubican en un
orden de magnitud inferior a las usuales en colectores de aguas residuales.

115 En términos generales la “protrusión” mide cuanto sobresale una partícula determinada del
nivel medio de las partículas que conforma el lecho circundante.

116 Según sean los hábitos locales.

117 Obsérvese que se trata de diversos estuarios, y compárense los valores aquí mostrados con los
reportados para el caso del Rio de la Plata(Fossati, 2013).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 110


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

u*crítica (cm/s) crítica (Pa= N/m2)


Autor Sedimento Origen
Deposición Erosión Deposición Erosión

1 1,18 0,10 0,14 Mehta “Bay mud” Ensayo de


laboratorio

0,8 1,8 0,06 0,32 Owen Thames Ensayo de


laboratorio

0,6 - 0,04 - Nicholson Grangemouth Ensayo de


Harbour laboratorio

- 1 - 0,10 Delo Grangemouth Ensayo de


Harbour laboratorio

- 1 - 0,10 Delo Belawan Ensayo de


laboratorio

1 - 0,10 - Cole y Miles Conway Adoptado


Estuary

- 4,03 - 1,63 Álvarez- Cohesivo Ensayo de


Hernández sintético118 laboratorio

Tabla 8.1- Recopilación de velocidades de fricción críticas para deposición y erosión


(resuspensión).

8.2.5.2 Calculo de umbrales de velocidad


Novak y Nalluri (1975, citados por (Ghani, 1993)) plantearon, a partir de consideraciones
teóricas, la existencia de velocidades críticas para el movimiento de partículas en reposo
sobre fondos lisos. En base a ello propusieron una fórmula simple de la forma
. En la expresión anterior C es una función de la forma de la partícula, la
altura de aplicación de la fuerza de arrastre, el desplazamiento aguas abajo del punto de
contacto entre el lecho y la partícula en referencia al centro de gravedad y el coeficiente de
fuerza de fricción. Los resultados experimentales permitieron establecer
para canales rectangulares, y para canales de sección
circular.

Se puede reducir la ecuación planteada a la forma , siendo


o bien , para el caso de canales
rectangulares o circulares, respectivamente.

Un posterior re análisis de ambos resultados permitió unificarlos en la (muy utilizada)


expresión , válida para el rango de rugosidades relativas
0,01<d/R<1. Existen aún posteriores revisiones de Novak y Nalluri (1984, citados por

118 Mezcla de arcilla (laponita) y agua.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 111


Transporte de sedimentos

(Ghani, 1993)), como , en la que se tiene en consideración el


efecto de la rugosidad relativa del fondo, pero presenta una rango de validez más reducido
en cuanto a rugosidades relativas: 0,01<d/R<0,3; 3,5<d/k< , por lo que su uso no es tan
extendido como el de la expresión anterior.

Durand (1956), (citado por (Graf, 1998)) propuso un gráfico para obtener una función FL
(que se define a través de ) en función del tamaño de partícula
(aproximadamente entre 0,1 y 4 mm) así como su concentración (entre 2 y 15 %), la cual
presenta valores asintóticos aproximados entre 0,8 y 1,0, para CV = 2 y 15 %,
respectivamente. Cabe indicar que este rango de concentraciones (equivalente a 20.000-
150.000 ppmv) no es esperable en las conducciones de agua residual, sino que se trata de
lodos o “slurries” más densos, como los que pudieran darse tras procesos de sedimentación,
concentración o deshidratación mecánica, es decir en PTARs. En las conducciones se
podrían corresponder a depósitos de tipo permanente o semipermanente como los del tipo A
o B según la clasificación de Crabtree. Por otra parte cabe mencionar que la fórmula de
Durand fue propuesta para tuberías a sección llena.

8.2.5.3 Existencia de umbrales de tensión rasante


Como se vio antes, estudios y experimentos demuestran que se requiere de una velocidad
mínima para que las partículas depositadas sobre el lecho comiencen a moverse119. Existen
varias posibles definiciones de umbral para el comienzo del movimiento, o movimiento
incipiente. La primera de ellas se basa en lograr una tasa mínima de transporte (tal como lo
planteado por Shields, 1936). Una segunda definición consiste en la observación visual del
movimiento de las partículas en el lecho. Otros autores han propuesto establecer una
concentración determinada como umbral para definir el inicio del movimiento o movimiento
incipiente. El enfoque más ampliamente utilizado en la determinación del inicio del
movimiento de los sedimentos se basa en el esfuerzo cortante crítico τc. El esfuerzo cortante
crítico en el lecho ha sido reconocido por los investigadores en ésta área temática como uno
de los parámetros más importantes para predecir, como parte del estudio del proceso de
transporte de sedimentos, si los mismos serán afectados por la erosión o no.

Como umbral arbitrario de concentraciones, en la condición de movimiento incipiente, se


han considerado en la práctica de laboratorio valores entre =1x10-8 = 0,01 ppm (Álvarez-
Hernández, 1990) y =1x10-6 = 1 ppm (Perrusquía, 1992). Los umbrales que se establecen
dependen del interés en particular que se tenga (teórico o práctico) del tipo de sistema bajo
estudio y de las capacidades analíticas de detección de concentraciones muy bajas con las
que se disponga. Históricamente, al menos en el comienzo de las investigaciones (aunque
aún hoy en día existen problemas similares), los umbrales se establecieron de formas
subjetivas y arbitrarias. Muchas veces se detecta la aparición de movimiento a través de la
simple observación, habiéndose planteado también “grados de movimiento incipiente”. Ese
tipo de definiciones de umbral, basadas en el movimiento de las partículas del lecho, se

Con excepción de los “no sedimentables” que aún en condición global hidrostática, con el débil
119

movimiento browniano, tienen suficiente energía disponible en el flujo como para permanecer en
suspensión indefinidamente.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 112


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

ejemplifica en lo dado por Kramer (1935) (Dey & Papanicolaou, A., 2008) quien designa
cuatro tipos de condiciones para movimiento en el lecho:

1. Sin partículas en movimiento, denominado “sin transporte”,


2. Pocas de las partículas más pequeñas en movimiento en zonas aisladas,
denominado “transporte débil”,
3. Muchas de las partículas de tamaño medio, denominado “transporte medio”,
4. Partículas de todos los tamaños, en todos los puntos y en todo momento, están en
movimiento, a lo que se denomina “transporte general”.

Además se indica (Dey & Papanicolaou, A., 2008) que Kramer puntualiza la dificultad de
establecer límites precisos entre estas cuatro fases de movimiento, sin embargo define
umbrales de tensiones rasantes para obtener un transporte generalizado.

Paintal (1971) demostró experimentalmente (Mc Ewan, et al., 2001) que, aún a tensiones
rasantes en el lecho muy inferiores a las usualmente manejadas, se produce transporte, si
bien a tasas mucho menores (lo cual requirió a Paintal extensas campañas de medida). Por
ello se suele indicar que el umbral de tensión rasante es un concepto útil en la práctica pero
arbitrario(Mc Ewan, et al., 2001).

Se plantean (Parker, 2008) como ejemplos clásicos sobre la disyuntiva de la existencia o


no de tensiones rasantes críticas las ecuaciones de Meyer-Peter y Müller (1949), que tiene
un umbral definido, y la de Einstein (1950) que no lo tiene. Ese autor indica que la
respuesta a dicha interrogante es dependiente de lo que interese estudiar. Si bien no existe
un umbral propiamente definido desde el punto de vista teórico resulta, en la práctica, que
grandes cambios (relativos) en las tensiones rasantes provocan pequeños cambios en las
condiciones de transporte cuando dichas tensiones son menores a los valores umbral
usualmente establecidos.

Para sedimentos con distribuciones “graduadas”, es decir no uniformes (como se suelen


encontrar en situaciones fuera del laboratorio), es donde se acentúa más la arbitrariedad de
la definición de un umbral preciso de movimiento.

Algunos autores establecen tensiones rasantes críticas dependientes del tipo y,


principalmente, de la granulometría del sedimento que se trate. Un ejemplo típico es el
gráfico que se utiliza para la fórmula de Du Boys, el cual da un valor de tensión rasante
crítico para cada diámetro “representativo” del sedimento en la forma (d)120. Dicho
diámetro, a falta de más datos, suele tomarse como el d50.

El gráfico siguiente (adaptado de (Mc Ewan, et al., 2001) y (Grass, 1983)) da una
representación esquemática del concepto probabilístico de Grass (1970).

La hipótesis de igual movilidad de fracciones de sedimentos de similar granulometría


propuesta por varios autores (Parker et al., 1982, Egiazaroff, 1965) se ha visto relativizada

120De funciones (d) se podría obtener, a partir de la distribución granulométrica, una estimación
de la distribución de tensión rasante para el tipo o “textura” de partículas que compone el lecho, es
decir una función similar a la propuesta por Grass. La función dependiente de las
características del flujo, puede conocerse de las características de la turbulencia presente en éste.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 113


Transporte de sedimentos

en su validez para tensiones rasantes bajas y moderadas por el trabajo de Wilcock (1992),
quien demostró que los cambios en la movilidad relativa dependen, en formas complejas, de
la tensión rasante y el tamaño de partícula (de la fracción dada de sedimento que se
considere).

Gráfico 8.5- Representación esquemática del concepto probabilístico de Grass (1970).

Gráfico 8.6- Concepto estadístico de los estados de movimiento en función de las tensiones
generadas por el flujo y las críticas del lecho.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 114


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Paintal obtuvo las siguientes ecuaciones (relacionando los números adimensionados de


Einstein121 y de Shields, q* y *, respectivamente), que demuestran la poca sensibilidad del
transporte de sedimentos a los cambios en las tensiones rasantes bajas lo cual se hace
notorio a través del alto exponente al que se elevan estas (16 y 14,5):

Ecuación 8.5

o bien122,

Ecuación 8.6

8.2.6 Cálculo de la tensión tractiva


Por tensión tractiva se hace referencia a tensión rasante sobre el lecho de sedimentos, en
caso de existir o sobre el fondo de la conducción. Las pendientes mínimas, que suelen ser los
datos de proyecto requeridos, se obtienen de las ecuaciones básicas, imponiendo (Bakalian,
et al., 1994) una “fuerza mínima para mover un cierto tamaño de partícula sedimentada”,
que se suele tomar como = 0,1 kg/m2. En 1974 Yao propuso un procedimiento de cálculo
muy similar al siguiente (Bakalian, et al., 1994):

1. Hallar la pendiente mínima Imin de alguna fórmula, como la que se deduce de la


ecuación de Manning, para el caudal inicial de operación,
2. Calcular Qf/I0,5 para el caudal Qf de fin del período,
3. Seleccionar el diámetro mínimo de tubería, D, para cumplir que a dicho caudal Q f
el tirante relativo, d/D sea el más cercano e inferior a 0,75,
4. Calcular la velocidad final (también a partir del valor de V/I0,5 dado en alguna
tabla como la presentada por (Bakalian, et al., 1994)) y verificar que se cumpla Vf
<5 m/s,
5. Calcular la velocidad crítica Vc = 6(gR)0,5 para asegurar una correcta ventilación,
verificando que se cumpla Vf < Vc ; en caso contrario volver al paso 3 y seleccionar
un diámetro mayor tal que d/D se acerque a 0,5.

La pendiente mínima obtenida por este procedimiento, en base a la hipótesis de que d/D
sea como mínimo 0,2, y = 0,1 kg/m2, se puede deducir a partir de la ecuación de Manning y
las fórmulas básicas para flujo en conductos circulares. Dicha expresión resulta ser I min
=0,0055 Q(L/s)-0,462 la cual se puede utilizar para el cálculo directo.

En forma de tabla(Metcalf & Eddy, 1994) se dan las pendientes mínimas que resultan de
la fórmula de Manning con n=0,0013, y 0,0015 para obtener velocidades mínimas de 0,6
m/s, las cuales se consideran mínimas para autolimpieza. Los valores para n=0,013 se
comparan (Gráfico 8.12) con los obtenidos por criterios de más reciente desarrollo (Nalluri &
Ghani, 1996) que el de velocidad mínima.

121 Que da la tasa de carga de lecho adimensionada.

122 En la que W* ≡ q*/(*)3/2 y por ser un cociente de adimensionados también lo es.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 115


Transporte de sedimentos

8.3 Diagrama de Shields


El estudio del arrastre de sedimentos en general tuvo un precedente fundamental (Pfeiff
& Fuentes, 1990 ) en 1936 con el trabajo de Shields. En este se estudia el esfuerzo cortante
requerido para iniciar el movimiento (o “movimiento incipiente”) de las partículas del fondo
de un lecho, al cual se denominó “fuerza tractiva critica” (“esfuerzo cortante crítico”, ya que
en realidad se utiliza la tensión rasante, ). Este enfoque sigue siendo, aún hoy, el “canon”
de comparación para la mayoría de los estudios de transporte de sedimentos.

El parámetro representado en el diagrama de Shields (=1/) es la llamada “entrainment


function” (o “función de suspensión”) definida como:

Ecuación 8.7

que es una función de la forma =Re*) como se indicó en el numeral 8.2.5.

Soulsby (1997) propuso una aproximación para el estado de movimiento crítico o


“incipiente” a través de la siguiente ecuación:

Ecuación 8.8

donde,

Ecuación 8.9

en la que, a su vez, di es el diámetro de cada clase o fracción (por tamaño de grano) de


sedimento presente en una muestra del mismo, y se utiliza la aceleración gravitatoria
efectiva123 del sedimento:

Ecuación 8.10

Algunos aspectos remarcables adicionales del diagrama de Shields, usualmente notados


por la bibliografía, son resumidos a continuación.

En primer lugar cabe indicar que el esfuerzo cortante aparece en ambos ejes (es decir
como variable y como función dependiente de la misma). Ello es obvio de la definición de
velocidad de fricción vista anteriormente ( ).

Por otra parte el rango de números Re*, que se ubica entre 2 y 600, suele extrapolarse en
base a lo sugerido por Shields teniendo en cuenta que para valores menores a los de dicho
rango la curva dada por Shields presenta una tendencia asintótica y que para valores
mayores la pendiente de la curva es nula.

En tercer lugar se suele remarcar que la citada curva en realidad es un promedio de


valores cuya dispersión, si bien es baja, es bastante notoria.

123 Descontados los efectos de la flotación.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 116


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Se ha propuesto, por diversos autores, un par de soluciones al primer punto antes


indicado a los efectos de hacer más práctico el diagrama como herramienta para pronosticar
el estado de movimiento. Como es conocido por cualquiera que haya usado el gráfico
original, su manejo resulta poco expeditivo por el hecho de que la tensión rasante en el
lecho aparece (implícitamente) en ambos ejes del diagrama, lo cual hace engorroso su uso.
Ello llevó a investigadores como Vanoni y Yalin, entre otros, a extender el uso de un cambio
de variable o “tercer eje” que simplifica el uso de esta importante herramienta (al menos a
nivel operativo).

Una posibilidad es introducir un parámetro que constituye un “tercer eje” que no


contenga implícita o explícitamente a . Es por ello que muchas veces se toma como
“diagrama de Shields modificado” al propuesto por Vanoni, en el cual se introduce el “tercer
eje” (Vanoni, 1964) mediante el uso del parámetro dado por :

Ecuación 8.11

Una segunda modificación muy frecuentemente utilizada, propuesta por Yalin, es


recombinar Re* y θ para generar un tercer número adimensionado y así graficar θ en
función del mismo, eliminando a  (que se deduce de ).

Se tiene que:

Ecuación 8.12

Ecuación 8.13

en la que Esta nueva variable independiente, , fue utilizada en la versión del


diagrama de Shields modificado por Yalin en 1972. Algunos autores (por ejemplo (Moore,
2009)) remarcan que, en definitiva, el tercer eje planteado por Vanoni y el parámetro de
Yalin son equivalentes, con distintos grados de modificación de lo propuesto por Shields124.
En efecto se observa de las dos ecuaciones anteriores que el parámetro de Yalin coincide con
el propuesto por Vanoni, a menos de un factor de 1/100, por lo cual su uso es equivalente.

Además de identificar las variables adimensionales que podrían definir el movimiento de


las partículas Shields observó que, apenas éstas son puestas en movimiento, se generan

124 Moore indica que resulta de mayor utilidad lo propuesto por Vanoni, sobre lo cual opina que
está más refinado del punto de vista del análisis dimensional, que el parámetro de Yalin. Se puede
ver que claramente son casi idénticos, habiendo dejado Vanoni la posibilidad de usar el eje
“tradicional”, propuesto por Shields, con Re*.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 117


Transporte de sedimentos

formas de lecho que afectan la resistencia al flujo, y clasificó dichas formas con respecto a
cuales regímenes de flujo son los que se les corresponden(Shields, 1936a).

8.3.1 Interpretación de las variables en el diagrama de Shields


El movimiento de las partículas de sedimento en el fluido, en este enfoque125 del
problema, fue propuesto (Einstein, 1950) como dependiente de una “función del flujo del
tipo”:

Ecuación 8.14

Puede demostrarse que esta “función del flujo”, representa al cociente entre el peso
(sumergido) de las partículas, PE (o WS, en inglés) supuestas esféricas, y la fuerza tractiva o
de arrastre FD, que promueve su movimiento.

La siguiente cadena de igualdades permite mostrar lo antes expresado:

Ecuación 8.15

FD

PE

En la ecuación anterior se supuso que la tensión rasante media en el lecho actúa en el


área proyectada de la esfera sobre el mismo ( y que se puede tomar D35 ≈ (2/3)D= (2/3)
D50, en lo que constituye un análisis de tipo cualitativo. Podría obtenerse mayor precisión a
través de la consideración de los efectos de la forma (no esférica) de las partículas de
sedimento. Se remarca el hecho de que Eintein efectivamente utilizó D35 en vez de los mas
habituales D50 o D90.

Por otra parte como se ve en la siguiente cadena de igualdades,

Ecuación 8.16

se puede establecer la relación~1/ que es una igualdad en el caso que se tome como
diámetro representativo de la distribución de tamaños de partículas, , el diámetro D35, lo
cual puede ser una aproximación razonable.

El flujo de sedimentos suele ser cuantificado, en general, por una función adimensionada
de la tensión rasante (también adimensionada) de la forma . Dicha función
se define como:

125 Basado en las tensiones rasantes.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 118


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Ecuación 8.17

8.3.2 Aplicación del diagrama de Shields al movimiento de sedimentos


cohesivos
Se ha indicado en la bibliografía (Verbanck, et al., 1994) que el diagrama tradicional de
Shields puede usarse para obtener el esfuerzo crítico para el inicio del movimiento de
partículas de arena en alcantarillado. Posteriormente se ha realizado (Righetti & Lucarelli,
2007) un análisis racional de las condiciones para el movimiento incipiente en el caso de
sedimentos cohesivos y adhesivos (según la denominación dada por esos investigadores).
Las interacciones cohesivo-adhesivas en el sedimento son parametrizadas en función de D*
y modifican en concordancia al parámetro crítico de Shields. Dichas acciones según esos
autores permiten explicar de forma racional la evidencia experimental que muestra que las
condiciones críticas para sedimentos cohesivo-adhesivos, presentan umbrales con valores
mayores que las obtenidas para sedimentos no cohesivos. Esto es coherente con lo planteado
en el numeral 8.2.5 de este trabajo.

En el Gráfico 8.7 se compara lo obtenido (Righetti & Lucarelli, 2007) con versiones más
“tradicionales” del gráfico de Shields, incluyendo la versión original de 1936, las cuales
están pensadas para sedimentos no cohesivos.

Comparación de versiones de gráficos de Shields Righetti & Lucarelli


1
(2007), min
 (-) Rango para cohesivos Righetti & Lucarelli
(2007), max
Asíntota (gruesos)
Flujo turbulento sobre el lecho
Soulsby (1997)
0,1
Van Rijn (1984)

Brownlie (1981)

Flujo laminar sobre el lecho Shields (1936)

0,01
1 10 100 1000
D*(-)

Gráfico 8.7-Diagramas de Shields “tradicionales” y modificado para sedimentos cohesivos.

Asimismo, se ratifica(Righetti & Lucarelli, 2007) la consabida dependencia de las


tensiones rasantes críticas de la densidad media del sedimento, en las condiciones para el
movimiento incipiente. Por otra parte esos autores diferencian parametrizaciones para los
casos de partículas aisladas y para flocs orgánicos o “agregados”. Los resultados de estos
investigadores sugieren que las correcciones son sustanciales para bajos diámetros de
partículas o sea para bajos valores del número de Reynolds del grano, Re*, y tienden a ser
despreciables para altos valores de dicho adimensional. Ello se explica por lo despreciable
de las fuerzas de adhesión/cohesión respecto al peso en el caso de partículas de tamaños
suficientemente grandes. El modelo teórico propuesto por estos autores se valida con los
datos experimentales de (Lick, et al., 2004).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 119


Transporte de sedimentos

Cabe remarcar que según los resultados experimentales solo por encima de D*=500 se
pueden despreciar las influencias de las fuerzas de cohesión entre las partículas del
sedimento, por lo cual convergen los umbrales para sedimentos cohesivos y no cohesivos.

8.3.3 Diagrama de Hjulström


Un diagrama contemporáneo al de Shields, si bien no tan citado, es el de Hjulström. Una
de las particularidades de este diagrama es que contempla rangos de partículas de hasta
una micra por lo que es válido aún para el rango cohesivo. Estudios recientes (Miedema,
2013) han rescatado los resultados de este investigador, si bien ha sido reconocido desde su
origen como una alternativa válida, y de mucho más directa aplicación, al enfoque de
Shields. Se han dado ecuaciones aproximadas para las curvas representadas en el diagrama
de Hjulström, así como las ya vistas para el de Shields (Soulsby, 1997) si bien difieren un
poco de las curvas originales (ver gráfico siguiente, adaptado del original (1935) y de
(Miedema, 2013)).

Cabe destacar que el más reciente “redescubrimiento” de este diagrama (Miedema, 2013)
se da en un contexto de revisión de las limitaciones de los modelos, en especial el dado por
el diagrama de Shields, que representan a los sedimentos cohesivos.

1000

U(cm/s)

100

10 Umbral transporte-erosión

Umbral deposición-transporte
1 Umbral transporte-erosión
(original)
Umbral deposición-transporte
0,1 (original)
0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000 ds(mm)

Figura 8.7- Diagrama de Hjulström.

8.3.4 Aplicación del diagrama de Shields al movimiento de sedimentos


parcialmente cohesivos126
En las últimas dos décadas el desarrollo del estudio de la sedimentología urbana ha
tendido a profundizarse en lo que refiere a las mezclas de tipo bimodal usualmente
encontradas, es decir con una componente de finos y otra de gruesos marcadamente
diferenciada (por ejemplo en cuanto a su diámetro medio y frecuentemente por su distinta
composición orgánica-inorgánica).

126 “Partly cohesive” tal como se denominan en la literatura en idioma inglés.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 120


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Aún no hay consenso en cuanto a la validez del diagrama de Shields para estos casos
pero hay evidencia (Arthur, et al., 1999) de que así podría ser.

8.4 Mecánica del transporte de sedimentos: transporte como carga de lecho


La mecánica del transporte de sedimentos, desde sus orígenes, se ha centrado en el
estudio del movimiento del material que compone el lecho móvil, o erosionable
(“affouillable” según (Du Boys, 1879)). Sin embargo, las componentes en suspensión o carga
de lavado pueden ser relevantes por lo cual se consideran a través de la concentración de
sólidos suspendidos en algún punto e instante en el fluido.

El numeral a continuación se dedica a la primera posibilidad de movimiento de los


sólidos, es decir aquellos cercanos al lecho, como se los ha denominado más recientemente
(Arthur, et al., 1999), en lugar de carga de lecho.

Una vez establecido el movimiento generalizado, al cual se llega tras un incremento en el


valor de la velocidad media del flujo, luego de haberse superado el estado de “movimiento
incipiente”, puede plantearse un esquema similar al utilizado en el numeral 8.2 como
modelo de los procesos físicos que ocurren en los sedimentos presentes en las conducciones
de líquidos.

En el caso del flujo en colectores de saneamiento el propio concepto de “carga de lecho”


ha sido bastante discutido, dado que físicamente presenta algunas diferencias con el dado
por las definiciones “clásicas”. Se han propuesto denominaciones alternativas como “capa
fluida pesada”, “capa de lodo fluido” (Verbanck, et al., 1994), o “sólidos cercanos al lecho127”
y se ha descripto su movimiento como el de una “babosa” (Ashley, et al., 1994) a lo largo del
lecho, antes que se produzca la resuspensión. Esa descripción distancia al flujo de
sedimentos, en este contexto, de la definición clásica (rodadura, deslizamiento, saltación) y
lo acerca al caso de las inestabilidades de tipo Kelvin-Helmholtz que se pueden dar en los
flujos bifásicos con densidades diferentes. Observaciones experimentales (Turian & Yuan,
1977) realizadas en el flujo de lodos en tuberías llenas coinciden en este tipo de forma de
fluir para concentraciones suficientemente grandes como para tener un lecho permanente y
continuo, a la vez que diferencian el flujo por saltación del que se da por lecho. Este último
caso, para tuberías (donde la disponibilidad de sedimento es limitada), se da a mayores
concentraciones y, en principio, para granulometrías “finas” en comparación con el tamaño
de la conducción. Ese tipo de “cuasi carga de lecho” (Ashley, et al., 1994) se ha propuesto
que se denomine “sedimento fluido”.

Sin perjuicio de lo anterior se han seguido utilizando hasta la fecha las distinciones ente
carga de lecho y carga de suspensión y/o de lavado. Entonces es evidente que una deducción
como la dada en el Anexo I, utilizando el concepto de “capa activa”, dista bastante de la
realidad en lo que refiere a lo físico-fenomenológico. Sin embargo, puede utilizarse para
obtener resultados ingenierilmente adecuados, y permite ahondar en la mecánica de los
procesos que se producen a nivel del lecho sedimentario.

127 NBS, por “Near Bed Solids” en inglés.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 121


Transporte de sedimentos

8.4.1 Deducción de una fórmula para el transporte de sedimentos en


canales
En el Anexo I se presenta el detalle de una posible deducción de una fórmula para la
predicción del transporte de sedimentos en el modo de carga de lecho utilizando el concepto
de “capa activa”. Dicha fórmula es atribuida a May dado que fue dicho investigador quien la
presentó(May, 1993). Cabe, sin embargo, destacar un par de aspectos asociados a este tipo
de fórmulas.

En primer lugar el transporte de sedimentos como carga de lecho es solo una parte del
total transportado; en particular en el contexto de las aguas residuales urbanas, no
necesariamente es el mayoritario; ello dependerá de que el sistema sea unitario o
separativo, de la época del año que se considere y otros aspectos relevantes según el caso.

En segundo lugar, la deducción de cualquier fórmula exacta es simplemente un intento


de comprender las variables que afectan el proceso, quedando (como en el caso de la fórmula
de May) algunas hipótesis simplificadoras compensadas por la posterior introducción de
coeficientes de ajuste a datos de campo.

Finalmente, se destaca que la fórmula de May es una de las que más se basa en la
mecánica global del problema, siendo además relativamente simple. Dicho desarrollo sigue
la línea de algunas fórmulas pioneras que, sin embargo, pudieran haberse probado no
necesariamente correctas conceptualmente como la de Du Boys, si bien en algunos casos
cumplen el cometido de dar previsiones razonablemente ajustadas a los datos de la
realidad.

8.5 Comparación de modelos y fórmulas de transporte de sedimentos


A lo largo de los dos últimos siglos pasados se han ido introduciendo en la práctica
ingenieril diversas fórmulas para calcular o estimar la cantidad de sedimentos arrastrada
por una corriente de fluido, fundamentalmente agua, en particular en contextos fluviales u
otras aplicaciones diversas como el diseño de canales de riego. En paralelo, se han dado
avances en el estudio del transporte de sólidos en conducciones a sección llena,
especialmente a concentraciones elevadas, en referencia al transporte industrial de
“slurries”. En esa área temática es pionero, y muy referido, el trabajo de los investigadores
Durand y Condolios(Danel, et al., 1953). Como caso destacable se tiene el transporte de
hierro, carbón u otros minerales en los denominados “mineroductos”, si bien estos no son de
interés dentro del alcance del presente trabajo.

Manuales como los de ASCE (54 (Vanoni, 1975) y su versión ampliada y actualizada, el
manual 110(Garcia, 2008)) citan como fórmulas de interés más de diez128, seleccionadas de

128 Además de la fórmula de Ashida y Michihue (1972), indican cómo relaciones de interés las
fórmulas de Meyer-Peter y Müller (1948), Einstein (1950), Yalin (1963), Wilson (1966), Paintal
(1971), Engelund y Fredsøe (1976), Fernández-Luque y van Beek (1976), Parker (1979), van Rijn
(1984), Madsen (1991), Nielsen (1992), Niño y García (1998) y Cheng (2002).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 122


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

decenas que se han ido presentando, por gran cantidad de investigadores a lo largo de los
años, incluyéndose revisiones129 de las mismas.

Se ha indicado (Mora, et al., 1990) que “existe una variedad abrumadora de fórmulas
para la estimación de gasto sólido, tanto así que hasta una clasificación racional se hace
difícil”. Algunas fórmulas, según estos autores, “dan resultados muy pobres” para el
problema concreto que estudiaron130.

En este trabajo se hace mención a algunas de las fórmulas más utilizadas y


representativas, así como las más probadas por diversos autores. Sin perjuicio de ello, y por
motivos históricos se presentará la de Du Boys ya que, aún cien años más tarde de haber
sido propuesta, se sigue utilizando, incluso en modelos numéricos de transporte de
sedimentos en ríos.

Desde que los diversos autores han propuesto sus fórmulas, muchas de ellas empíricas,
han establecido los rangos de diámetros de partículas y densidades utilizadas, así como
condiciones del flujo, como los valores de las pendientes utilizadas en los experimentos. Por
ello se han utilizado diversas fórmulas teniéndose en cuenta evitar la extrapolación de los
rangos de aplicación de origen. En otras palabras, dado que se originan en experimentos, no
es esperable su aplicación fuera de las condiciones de los mismos, sin perjuicio de que las
formulaciones obtenidas pudieran tener carácter adimensional.

Por otra parte algunos autores han tomado como punto de partida algunas de esas
fórmulas más utilizadas, y las han modificado mejorado su ajuste a diversos casos concretos
estudiados, o bien a datos existentes de otros investigadores ((Mora, et al., 1990),
(Hassanzadeh, 2012)).

Algunas de las fórmulas más comparadas, entre si y contra datos experimentales, son las
de Meyer-Peter y Müller (1948), Einstein (1950), Ackers y White (1973), y van Rijn (1984).

8.5.1 Definición de errores para comparación de fórmulas de transporte


La gran complejidad de la predicción del transporte de sedimentos, lleva naturalmente a
la continua evaluación, contraste con mediciones de campo o laboratorio, y comparación
entre sí, de los diversos modelos y fórmulas que se proponen por parte de los investigadores.

Gómez y Church (1989) evaluaron muchas fórmulas concluyendo que, al menos en sus
aplicaciones, ninguna es totalmente consistente con los resultados experimentales. En
particular, se observa que la mayoría de las relaciones son aplicables, estrictamente, solo a
las condiciones de flujo y sedimento de las cuales fueron derivadas. Como es obvio, cuanto
más empíricas son las ecuaciones utilizadas (menos basadas en la teoría física) menor es su
capacidad de adaptarse a distintas situaciones de campo o experimentales.

129 Debido a que se ha generado una especie de competencia de fórmulas para determinar cuáles
son las más precisas, y los investigadores no han tenido inconvenientes en comparar sus nuevas
fórmulas con las de sus predecesores en sus diversos trabajos.

130 Con rugosidades relativas (Y/D50) muy altas, es decir flujos “macro rugosos”. Cabe acotar que
este tipo de flujos a muy altos números de Reynolds, salvo excepciones, no son de interés en el
contexto de este trabajo.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 123


Transporte de sedimentos

Para la comparación de fórmulas entre sí o contra mediciones se definen algunos


criterios para cuantificar el error asociado a su utilización en un problema determinado.
Algunos de ellos son: MASE, RMSE, MARE, y AIC(Ebtehaj, 2014), este último de más
reciente introducción.

El “error medio estándar absoluto” (MASE, por Mean Absolute Standard Error) de una
serie de n valores calculados respecto a sus correspondientes n valores observados
se puede calcular(Almedeij, 2012) como MASE = si > , o como

MASE = si < .

Se observa que el valor ideal (coincidencia perfecta entre predicción y observación) es


MASE=1.

El “error absoluto relativo medio” (MARE, por Mean Absolute Relative Error) de una
serie de valores se define(Ebtehaj, 2014) como MARE = .El valor ideal sería
MARE=0.

El “error cuadrático medio” (RMSE, por Root Mean Square Error) se define(Ebtehaj,

2014) como RMSE = . El valor ideal sería RMSE=0.

El AIC (Akaike Information Criterion) es AIC= , siendo


el número de parámetros estimados incluidos en el modelo. Este criterio da una medida
no solamente del resultado del modelo sino de la complejidad del mismo, es decir una
medida, a los efectos de comparación entre varios modelos, de sus relaciones “costo-
beneficio”.

Algunas fórmulas de interés como las de Meyer-Peter y Müller (1948), Wilson (1966),
Ashida y Michihue (1972), Engelund y Fredsøe (1976), Parker (1979), Nielsen (1992) y
Cheng (2002) han sido evaluadas (Almedeij, 2012) para colectores de aguas pluviales en los
que se realizaron medidas del transporte de sedimentos. Las fórmulas que dieron mejor
resultado para éste caso son las de Parker (MASE=1,40), y de Engelund y Fredsøe
(MASE=1,43).

8.5.2 Influencia del diámetro empleado en las fórmulas de cálculo de


transporte de sedimentos
Estudios sobre la influencia del diámetro empleado en las fórmulas de cálculo de
transporte de sedimentos en ríos han sido realizados ((Paiva, 2007),(Paiva & Coiado, 2008))
y aplicados al caso concreto del rio Atibaia, en Campinas, Brasil. Las diversas fórmulas
evaluadas por estos dos últimos autores revelan que se ajustan mayoritariamente, para el
caso de dicho rio, tomando como diámetro representativo al D90, mientras que en ningún
caso al D50.

En tal sentido se indica (Mora, et al., 1990) que “es posible conjeturar que, en flujo
macrorrugoso, el arrastre se produzca a causa de las fuerzas hidrodinámicas sobre las
partículas individuales, más que debido a una tensión superficial media que estaría
pobremente definida en ese caso”. Por otra parte, en el mismo artículo (Mora, et al., 1990),

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 124


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

se indica que el trabajo realizado por White, Milli y Crabbe (1978) muestra que aún con las
mejores fórmulas solo el 50% de las mismas logra estar dentro del rango (½, 2) de cocientes
entre gasto sólido calculado sobre gasto sólido medido. Varios autores coinciden en este
punto(Van Rijn, 1984a).

Volviendo a lo planteado respecto al flujo macrorrugoso, otros resultados (Garcia, 2008)


podrían ir en la misma línea, en cuanto a que el diámetro representativo pudiera ser D 90 y
no D50. Ya en su clásico artículo de 1948, Meyer-Peter y Müller plantean que, en el caso de
mezcla de tamaños de partícula, el diámetro a utilizar en fórmulas como la de Strickler no
está determinado. Ello lleva a que se deba estudiar cual es el diámetro más adecuado,
dependiendo del tipo de cauce que se está considerando, teniéndose en cuenta el fenómenos
de la “gradación” granulométrica a lo largo del mismo la cual se afina progresivamente en
la dirección del flujo. Si bien existen indicios de la reducción del tamaño de partícula
también en el transporte de aguas residuales, su cuantía aún no está suficientemente
estudiada.

La evaluación de los ensayos realizados por estos autores, basándose en el diagrama de


Nikuradse (producto de las mediciones de dicho investigador), observan que la rugosidad
relativa más adecuada a utilizar, y por lo tanto la que realmente condiciona el transporte de
sedimentos en el agua, es la dada por D90/RS (Meyer-Peter & Müller, 1948). Ello, además, se
argumenta como físicamente correcto debido a que concuerda con la observación (conocida
ya en esa época) de que el diámetro del material que cubre la superficie del lecho (y por lo
tanto el más influyente en el transporte de sedimentos) en un rio natural coincide
aproximadamente con el diámetro D90.

En el contexto de hidráulica fluvial se describe ese fenómeno (Parker, 2008), como


“armoring” (denominado acorazamiento en español), a la vez que plantea la interrogante de
si a altos caudales se puede asumir que aún el lecho estará cubierto por esta capa gruesa de
sedimentos. Puede verse en mayor detalle la descripción del acorazamiento en otros
trabajos ((Parker, et al., 2007) , (Parker, 2008)) teniendo en cuenta que este fenómeno ya es
considerado por algunos trabajos pioneros en el estudio del transporte de sedimentos
((Meyer-Peter & Müller, 1948)). Este fenómeno se asemeja al denominado “first foul flush” o
“primer lavado” (Seco & Gómez Valentín, 2011) de la “suciedad” (en general finos orgánicos)
en el contexto de las aguas residuales. Tras ese primer lavado quedan los materiales más
gruesos es decir la fracción más gruesa libre de los finos (en forma de “arenas limpias”).

A caudales extremos se asume que dicha capa también sería “lavada” por la corriente,
pero a caudales intermedios se plantea (Parker, 2008) que es imposible verificar esa
hipótesis. Por otra parte experimentos citados por (Parker, 2008) coinciden en que es
factible la persistencia de la capa de sedimentos gruesos, aún a caudales elevados.

Estudios realizados en canales con lecho de grava (Gomez & Church, 1989) aplicando 12
fórmulas diferentes concluyeron que la mayoría de las fórmulas de transporte de
sedimentos sobre o subpredicen el flujo de sedimentos en relaciones de hasta 2 a 10 veces el
valor real. Ello es debido, principalmente, a la falla de los modelos en incluir el
engrosamiento de la superficie del lecho, y a variaciones en la tasa a la cual el material es
aportado y disponible para ser transportado en el cauce estudiado.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 125


Transporte de sedimentos

Esos autores resumen sus resultados indicando que ninguna fórmula se desempeña
consistentemente bien, lo cual puede ser causado por limitaciones en los datos de ensayos
disponibles y en la comprensión de la física de los fenómenos de transporte. Ante falta de
datos, recomiendan usar fórmulas más directas, como las asociadas a la potencia del flujo
(por ejemplo la de Bagnold). En caso de disponerse de datos hidráulicos locales, como estado
del lecho y distribución de tamaño de granos se recomienda el uso de fórmulas más
“sensibles” a los mismos como las de Einstein, Parker, y Ackers-White-Day (actualización
de 1983 de las fórmulas originales de Ackers & White). En cuanto a la fórmula de Einstein
se indica que solo es válida para grandes ríos, no así para cauces pequeños o canales. Con
eso coinciden (Yang & Wan, 1991) citados también por (ASCE, 2007).

La sobrepredicción mencionada se muestra (Gomez & Church, 1989) para diversas


fórmulas de distintos autores siendo el mejor desempeño el dado por la fórmula de Bagnold
(con la mayor parte de los pronósticos comprendidos entre 50 y 200% de los valores
observados), mientras que las demás llegan a errores de hasta 1000%.

Varios autores más ((Onishi, 1994), (Van Rijn, 1984a), (Almedeij & Diplas, 2003))
presentan comparaciones similares de resultados de la aplicación de fórmulas a situaciones
reales, con diversos grados de ajuste según el caso.

Se han comparado las fórmulas planteadas por Van Rijn (Van Rijn, 1984a) con las
propuestas por otros investigadores concluyendo también que es difícil poder estimar la
tasa de transporte de sedimentos, por esta vía, con una precisión mayor que la dada por un
factor de 2 (es decir entre ½ y 2 veces el valor real, observado o medido). En ese rango
indicado el porcentaje de acierto de las fórmulas comparadas por este autor, se ubica entre
58 y 77%.

El análisis de las curvas de resistencia de Einstein-Barbarossa y Engelund-Hansen,


relativiza este tipo de comparaciones en la medida que, en algunos casos, se utiliza las
fórmulas fuera de su rango de validez, o en situaciones diferentes a las que las originaron.
Se ha hecho hincapié en que la utilización de las curvas de Einstein-Barbarossa en la
predicción de resultados de experimentos en laboratorio no es lo más adecuado, ya que
están basadas en datos de 13 ríos reales, por lo que para dicha aplicación deberían
corregirse según el método de Einstein-Shen(Ordoñez & Cubillos, 1990). Este método
adecúa al caso de canales lo propuesto por Einstein para ríos.

En la misma línea (ASCE, 2007) se cita a Gómez y Church (1989) quienes recomiendan
la fórmula de Einstein (1950) para calculo local de transporte de sedimentos. Sin embargo
reportan lo encontrado (Yang & Wan, 1991) en relación a que dicha fórmula podría predecir
el transporte de sedimentos en grandes ríos, pero no en ríos pequeños ni en canales, lo cual
es esperable de lo indicado en el párrafo anterior(Ordoñez & Cubillos, 1990).

En cuanto a la incidencia del diámetro, Dx, esos autores recalcan la escasa variación
según el diámetro adoptado y que, si bien la selección en todos los casos es arbitraria,
Einstein seleccionó D65 por ser el que produce mejor ajuste en la correlación y lo justifica
físicamente indicando que el lecho está compuesto por las partículas más gruesas y que el
diámetro que se utilice debería ser siempre mayor que D50. Ello va en la misma línea que lo
planteado al respecto por Meyer-Peter y Müller.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 126


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Finalmente, en referencia a la comparación que hace van Rijn de su método con los de
White y Engelund, se indica (Ordoñez & Cubillos, 1990) que como “los datos utilizados para
la comparación son diferentes a los empleados en la deducción de las relaciones propias, lo
cual no significa que los dos grupos de datos dejen de ser homogéneos, ni que al
seleccionarlos, los autores puedan evitar la introducción de su sesgo personal en el
procedimiento, resultando difícil hallar objetividad en el tratamiento de los procedimientos
de otros, cuando se haya demostrado la bondad del propio método”.

8.5.3 Aplicabilidad a la hidráulica urbana de los modelos y las fórmulas


para contextos fluviales
Respecto a la aplicabilidad de los modelos y las fórmulas provenientes del estudio del
transporte de sedimentos en contextos fluviales (como los son todas las formulaciones vistas
en los numerales anteriores), a los sistemas de transporte urbanos, varios autores (Tait, et
al., 2003) coinciden en que son de relativa utilidad, o al menos requieren de ajustes
importantes. En especial se remarcan las diferencias que se tienen entre los depósitos
reales que se dan en los sistemas de saneamiento y los de tipo granular homogéneo, como se
han representado en ocasiones, en el contexto fluvial, sin perjuicio de que la cantidad de
sedimento disponible en sistemas urbanos es limitada por el aporte. No se trata de lechos
casi permanentemente “erosionables” (como se da el en el caso fluvial) sino que las
conducciones reciben sedimentos de varias fuentes y luego los transportan, con eventual
generación de un lecho.
Concretamente, en cuanto a la utilización de las fórmulas de transporte de carga de
lecho originadas en el contexto fluvial para la evaluación de Qs en sistemas de colectores, se
ha indicado que la misma “aún es una pregunta discutida” (Campisano, et al., 2004). Por
otra parte se ha indicado (De Sutter, et al., 2003) que la función de ajuste de umbral para
depósitos en colectores puede resultar significativamente diferente de las que se manejan
en el caso de gravas fluviales. Por lo tanto se suele considerar que la transferencia directa
de las relaciones utilizadas para contextos fluviales puede ser inapropiada, al menos si ello
pretende hacerse sin realizar investigación complementaria que lo valide(De Sutter, et al.,
2003). Entre las relaciones originadas en contextos fluviales, que pudieran no ser del todo
aplicables al caso urbano, se cita a las fórmulas de Ackers (Campisano, et al., 2004), si bien
muchos otros autores las han dado como válidas. Otras fórmulas bien establecidas, como las
de Meyer-Peter y Müller (1948) o Kalinske (1947), sí han sido indicadas como apropiadas
por varias fuentes citadas por (Campisano, et al., 2004).
Por otra parte, desde los orígenes de estos estudios, continuamente se han estado
proponiendo, incluso hasta la actualidad, fórmulas que mejoran los errores que se obtienen
respecto a datos observados(Ebtehaj & Bonakdari, H., 2014).

Algunas investigaciones realizadas a efectos comparativos entre las distintas versiones


de las fórmulas de Ackers-White (las de 1973 y 1990 en particular ((Waikhom & Yadav,
2015)), remarcan las diferencias que se dan por utilizar D50 o D35 como diámetro
representativo de las partículas. Cabe recordar que, ya en su artículo de 1973, Ackers y
White indican que para sedimentos graduados (no uniformes) el diámetro más adecuado
sería en principio el D35.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 127


Transporte de sedimentos

8.6 Fórmulas para el transporte de sedimentos en contextos urbanos


Las fórmulas que se propusieron inicialmente para predecir el transporte de sedimentos
en entornos urbanos fueron “heredadas” de las que se venían desarrollando para ríos. Sin
embargo se identificaron diferencias, principalmente físicas, en especial de escala (tamaño)
y aporte (limitado) de sedimentos que hicieron a los investigadores, recién en la década de
1960, comenzar a introducir fórmulas específicas para conducciones artificiales. Cabe
destacar que no fue hasta los años 1930 en que Einstein, Meyer-Peter y Müller, Shields y
otros investigadores comenzaron a desarrollar ecuaciones cada vez más basadas en la física
(la Mecánica de los Fluidos más precisamente) y menos en el empirismo para el caso de
ríos. De todas maneras, la mayor parte de las fórmulas tienen algún ajuste para adecuarse
a mediciones de laboratorio o campo (en los menos de los casos). Finalmente se ha
destacado (Moore, 2009) que, como todo campo de la ciencia, el estudio racional del
transporte de sedimentos ha pasado por las típicas fases empírica, teórica y computacional,
sin embargo “la hidráulica de paredes sueltas cae en la zona en medio de las ciencias
exactas y el empirismo puro” (Raudkivi, 1998). En cuanto al más reciente enfoque
computacional se han planteado (Ashley, 1996) algunos reparos en la medida que la
incomprensión de la teoría básica, así como de los factores perturbadores que se presentan
en campo, puede invalidar cualquier supuesta mejora en la precisión de los modelos.

8.6.1 Fórmula de Camp (1946)


Camp propuso (Camp, 1946) la siguiente fórmula, basada en los desarrollos teóricos de
Shields (Shields, et al., 1936b):

Ecuación 8.18

Cabe observar que la Ecuación 8.18 puede escribirse como:

Ecuación 8.19

Se observa que escrita la ecuación de esta forma el primer miembro es un número de


Froude, cuya aparición es natural en la medida que la gravedad juega un papel
fundamental en el transporte para el caso de las conducciones de saneamiento a superficie
libre. Se considera que a los efectos de facilitar una posible modelación de este tipo de
procesos (Schenzer, 2016) bien hacen algunas de las fórmulas más recientes (por ejemplo
(Ebtehaj, 2014), (Vongvisessomjai, et al., 2010)) en expresarse en función de esa forma del
número de Froude (ver numerales siguientes en los que se utiliza esa definición de Fr).

El parámetro (Camp, 1946)es dependiente del grado de movimiento requerido de las


partículas del lecho, variando entre 0,04 para comenzar a erosionar el lecho y llegando a 0,8
o más para obtenerse una limpieza adecuada. Recientemente (Almedeij & Almohsen, 2009)
se ha revisado lo propuesto por éste autor, recomendándose estrechar el rango del
parámetro  entre 0,1 y 0,8, o bien incluso subir el mínimo a 0,4 para intentar evitar el
crecimiento progresivo de los sedimentos más finos.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 128


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Operando de la siguiente manera se puede demostrar que en definitiva el parámetro


definido por Camp no es más que el parámetro definido por Shields131:

Ecuación 8.20-Relación entre fórmula de Camp y diagrama de Shields.

⇨ ⇨

Teniéndose en cuenta lo más recientemente propuesto (Almedeij & Almohsen, 2009) en


cuanto a la utilización de una fórmula tan simple (Camp, 1946), se muestra en el siguiente
Gráfico 8.8 un orden de velocidades de suspensión de partículas. Se adoptaron valores “de
referencia” de las variables hidráulicas, (0,1), (entre 0,01 y 0,03 en el rango de d/R
indicado), así como de las partículas, tanto inorgánicas (s=2,65, ds=1mm) como orgánicas
(s=1,40, ds=0,06 mm) en base a datos típicos de este tipo de partículas en colectores de
saneamiento (Butler, et al., 2003). Se observa que, a pesar de la posible variabilidad de los
parámetros antes mencionados, es posible prever la existencia del, por un tiempo polémico
en cuanto a su existencia, “first foul flush” (es decir el primer lavado de las partículas finas,
generalmente orgánicas, a velocidades muy inferiores a las requeridas para movilizar a las
inorgánicas). Como consecuencia de ello es previsible el “acorazamiento” del lecho en caso
de existir partículas tan disimiles (típico de las distribuciones bimodales). Como último
comentario a estos resultados gruesos se indica que, con ellos, se pueden justificar criterios
de velocidades mínimas de operación de 0,3 m/s para colectores de saneamiento en ausencia
de arenas, y mayores a 0,7 m/s en el caso de presencia de las mismas132, así como las
velocidades máximas de 0,3 m/s en el diseño de desarenadores. Se consideraron como
tirantes relativos (d/R) extremos los valores usuales de 10 % (1/10) y 80%. En cuanto a la
utilización de valores de mayores que 0,4 se indica que las velocidades halladas
resultaron excesivamente grandes. En 1953 Craven, en 1970 ASCE y en 2001 Mays (citados
por (Almedeij & Almohsen, 2009)), recomendaron valores relacionados con

Craven recomendó utilizar, para arenas en tubos parcialmente llenos,


, lo cual se corresponde a 0,02 < < 0,05, aproximadamente, o sea valores
relativamente bajos respecto a los indicados en otras reinterpretaciones de lo propuesto por
Camp (Almedeij & Almohsen, 2009).

131 Por lo cual para comenzar el movimiento, al menos en la zona de partículas no cohesivas, se
puede tomar  0,04, mientras que para tener un movimiento generalizado del sedimento se debería
llegar, según lo reportado por Camp, a  0,8 o más.

132 Es más usual 0,6 m/s, ver por ejemplo (Jaume, 2013).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 129


Transporte de sedimentos

V(m/s)
0,90
Camp (1946), arenas
0,80 Camp (1946), orgánicos
0,70
0,60
0,50
0,40 Límite para
0,30 arrastre de
0,20 orgánicos

0,10
0,00
0 0,2 0,4 0,6 0,8 (d/R) 1

Gráfico 8.8-Ordenes de velocidad de suspensión dados por la fórmula de Camp (1946).

8.6.2 Fórmulas de Novak y Nalluri (1975)


La forma de la ecuación propuesta por Camp para el cálculo de la velocidad mínima de
autolimpieza en canales presenta ya alguna similitud con la propuesta en 1975 por Novak y
Nalluri (Ghani, 1993):

Ecuación 8.21 ⇨

válida para un rango de 0,01<(d/R)<1.

Novak y Nalluri (Ghani, 1993) realizaron un análisis teórico igualando las fuerzas que
actúan sobre una partícula en reposo sobre un lecho liso obteniendo una única ecuación,
valida tanto para canales rectangulares como circulares, solamente introduciendo una
rugosidad relativa (d/R), donde R es el radio hidráulico. Los sedimentos que se encuentran
en los sistemas de saneamiento, suelen ser mucho más complejos de describir que lo
requerido por la fórmula anterior, por lo cual también es más difícil predecir velocidades
críticas aceptables para todo el espectro de granulometrías, grados de consolidación o
cohesividad que se dan en la realidad.

Posteriormente (Nalluri & Ghani, 1996) Nalluri recopila valores mínimos de velocidades
y tensiones rasantes (así como fórmulas) establecidos por diversos autores para el caso de
flujos en colectores de sistemas de saneamiento, unitarios o combinados y de recolección de
aguas pluviales, tanto para velocidades como de tensiones rasantes.

Asimismo, esos autores proponen diversos gráficos para seleccionar pendientes mínimas
de tuberías de gran porte (D>1m) a los efectos de tener opciones de diseño para procurar
condiciones de autolimpieza en colectores de aguas pluviales (“storm sewers”).

8.6.3 Fórmulas de Nalluri y Álvarez-Hernández (1992)


En el estudio realizado por estos autores, referente a la influencia de la cohesión en el
movimiento y transporte de sedimentos (Nalluri & Alvarez, 1992), se analizan fórmulas

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 130


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

para estimar la tensión rasante mínima necesaria para que se verifique la condición al
“limite de deposición”.

Las dos fórmulas presentadas se pueden resumir como:

Ecuación 8.22

donde:

Ecuación 8.23

Los coeficientes para las fórmulas anteriores, al límite de deposición, se presentan en la


tabla siguiente (adaptada de (Nalluri & Alvarez, 1992)):

Tipo de sedimento a b c d
Cohesivo 0,96 0,46 -0,77 -0,41
No cohesivo 1,60 0,64 -1,27 0,62
Tabla 8.2-Coeficientes de fórmulas al límite de deposición.

La aplicación de las ecuaciones planteadas por estos autores permite ver que para
igual condición de concentración volumétrica de sólidos, diámetro medio de partícula, radio
hidráulico y factor de fricción ( , respectivamente), la tensión rasante
adimensionada, y por ende también la dimensionada, es en general mayor en el límite de
deposición para los sedimentos cohesivos que para los no cohesivos133 (Nalluri & Alvarez,
1992).

Las dos fórmulas anteriores se pueden utilizar sin la corrección de tensión rasante por
efecto de las paredes laterales en el lecho, , usando la tensión rasante media, , con los
siguientes coeficientes (Nalluri & Alvarez, 1992):

Tipo de sedimento a b c d
Cohesivo 0,17 0,37 -0,34 -0,34
No cohesivo 3,42 0,66 -1,32 0,78
Tabla 8.3-Coeficientes para las fórmulas de límite de deposición, sin corrección.

En el Gráfico 8.9 siguiente, a pesar de lo indicado por su propio autor en cuanto a que una
vez puestos en movimiento se transportan de forma similar, se aprecian importantes
diferencias entre el transporte de sedimentos cohesivos y el de sedimentos no cohesivos. Se
nota que, en todo el rango de resultados experimentales, para un mismo gasto sólido
adimensional () se requiere una menor tensión rasante adimensional (1/). Ello indicaría
que aún en presencia de transporte de sedimentos ya establecido las tensiones rasantes son
inferiores a las requeridas para sedimentos no cohesivos, a la inversa de lo que ocurre con
las velocidades o tensiones críticas para movimiento incipiente. Se comparan en el Gráfico
8.9 los resultados con otros estudios de sedimentos no cohesivos(Graf & Acaroglu, 1968)

133Lo cual, en principio, relativiza la conclusión a la que llegan estos autores en cuanto a que una
vez iniciado el movimiento los sedimentos cohesivos se transportan de forma similar a la que lo
hacen los no cohesivos. Aparentemente sería con mayor resistencia, la que quizá esté asociada a las
fuerzas cohesivas de las partículas del lecho que se mueven encima del mismo.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 131


Transporte de sedimentos

referidos por (Álvarez-Hernández, 1990), observándose que presentan aún menor


transporte para una misma tensión rasante adimensionada. En escala logarítmica las
funciones () se corresponden a rectas.

Respecto a la influencia del arrastre de sedimentos cohesivos, en el diseño de


conducciones, se indica (Nalluri & Ghani, 1996) que las fórmulas desarrolladas para los no
cohesivos pueden utilizarse aplicando “factores de reducción” (no indicados por estos
autores) en vista de que las tablas de diseño dan velocidades menores para alcantarillados
de saneamiento que para pluviales.

El gráfico siguiente (adaptado de (Álvarez-Hernández, 1990) y(Graf & Acaroglu, 1968))


presenta una comparación entre resultados para sedimentos cohesivos y no cohesivos.

No Cohesivos-Álvarez-
(-) Hernández (1990)
Cohesivos-Álvarez-Hernández
60,000
(1990)
No Cohesivos-Graf y Acaroglu
(1968)

6,000
1,00E-02 (-) 1,00E-01

Gráfico 8.9-Comparación entre resultados para sedimentos cohesivos y no cohesivos.

8.6.4 Fórmulas de Vongvisessomjai et al. (2010) y Ebtehaj et al. (2014)


Las fórmulas propuestas por estos autores para tuberías en régimen al límite de la
deposición se presentan juntas ya que, no solo difieren poco en su origen (basados en la
teoría básica y análisis estadísticos multivariados y regresión múltiple no lineal), sino que,
a pesar de haber sido subsecuentemente mejoradas, no presentan diferencias numéricas
sustanciales entre sí.

La fórmula de (Vongvisessomjai, et al., 2010) es y la de

(Ebtehaj & Bonakdari, H., 2014) .

Las diferencias numéricas, a pesar de lo casi idéntico de las expresiones anteriores y sus
coeficientes de ajuste a los datos de mediciones, son algo más notorias. Cabe mencionar que
ambas expresiones son válidas para sedimentos no cohesivos (habiéndose utilizado para el
ejemplo del gráfico siguiente arenas con d=1 mm, s= 2,65). El Gráfico 8.10 siguiente da una
comparación entre resultados para sedimentos no cohesivos en condición al límite de
deposición ((Vongvisessomjai, et al., 2010), (Ebtehaj & Bonakdari, H., 2014)).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 132


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

V(m/s)
0,50 Vongvisessomjai et al. (2010), Cv=10 ppm
Ebtehaj et al. (2014), Cv=10 ppm
0,45 Vongvisessomjai et al. (2010), Cv=100 ppm
Ebtehaj et al. (2014), Cv=100 ppm
0,40
Vongvisessomjai et al. (2010), Cv=1000 ppm
0,35 Ebtehaj et al. (2014), Cv=1000 ppm

0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
0 0,2 0,4 0,6 0,8 (d/R) 1

Gráfico 8.10-Resultados para sedimentos no cohesivos en condición de límite de deposición.

8.6.5 Fórmulas de Nalluri & Ghani (1996)


Se ha propuesto por estos autores un conjunto de ecuaciones (en las que V es la velocidad
crítica de autolimpieza) válido para conducciones limpias y con lechos depositados poco
consistentes o “sueltos” (Nalluri & Ghani, 1996).

Tuberías limpias:

Ecuación 8.24

donde

Lechos depositados sueltos:

Ecuación 8.25

En la cual

El factor de fricción, (sin sedimentos) también notado con f, se relaciona con los
distintos parámetros hidráulicos a través de:

Ecuación 8.26

mientras que para se pueden utilizar, por ejemplo, algunas de las fórmulas que se ven
en el Anexo III.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 133


Transporte de sedimentos

En el siguiente Gráfico 8.11 se presentan resultados de la aplicación de las ecuaciones


anteriores (Ecuación 8.24, Ecuación 8.25 y Ecuación 8.26) al caso no cohesivo.

V(m/s) Nalluri y Ghani (1996)-lecho permanente, Cv=10 ppm


1,4
Nalluri y Ghani (1996)-lecho permanente, Cv=100 ppm
1,2 Nalluri y Ghani (1996)-lecho permanente, Cv=1000 ppm
1,0

0,8

0,6

0,4

0,2

0,0
0 0,5 1 1,5 d(mm) 2

Gráfico 8.11-Velocidades mínimas para concentraciones dadas sobre lechos permanentes, caso no
cohesivo, Ecuación 8.25 (Nalluri & Ghani, 1996).

Las ecuaciones presentadas (Nalluri & Ghani, 1996), válidas para sedimentos no
cohesivos, dan muestra de que los criterios tradicionales en cuanto a establecimiento de
condiciones de diseño de autolimpieza en las tuberías (velocidad mínima, o tensión rasante
mínima) serían inadecuados para ciertas concentraciones de sedimentos suspendidos por el
flujo.

Estos autores indican que los colectores de diámetro mayor a 1m serían mejor diseñados
(tendrían la capacidad de transporte óptima) admitiendo un lecho de sedimentos
depositados. Demostraron además que existe una profundidad óptima de deposición de
sedimentos, dados el flujo y las condiciones de transporte en la conducción.

Surge de la comparación entre los “nuevos criterios”, como los derivados por Nalluri y
Ghani, y los tradicionales, que estos últimos consideran únicamente valores mínimos de
velocidad y tensión rasante mínima, sin tener en cuenta concentraciones, tirantes relativos,
tamaños de grano ni otras variables aparentemente relevantes. Esto, si bien reporta
facilidades a la hora del cálculo, claramente se distancia de la física detallada del problema.

En el caso particular de las tensiones rasantes, varios autores (por ejemplo (Álvarez-
Hernández, 1990) ) concuerdan en que en el lecho (de mayor rugosidad que las paredes
“laterales” de las tuberías) son bastante mayores que las tensiones rasantes medias. Ello es
representado en la figura presentada en el Anexo III (tomada de Perrusquía (1995)). Por
otra parte (Álvarez-Hernández, 1990) se muestra que, para tubería llena, los resultados
experimentales arrojan un valor de la rugosidad equivalente de Nikuradse (ks) de 0,009
mm, con lo cual (al menos hasta números de Reynolds por debajo de 200.000) se puede
asumir que la tubería es virtualmente lisa.

Tales resultados, en lo que tiene que ver con las tensiones rasantes, obligan a considerar
correcciones de los valores medios de las mismas por efecto de las paredes laterales.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 134


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Se reproduce lo obtenido (Nalluri & Ghani, 1996) a los efectos de verificar el


procedimiento de cálculo seguido por estos autores, dado que ello no está totalmente
explicitado en los artículos a los que se ha accedido. Además, se encuentran en la
bibliografía distintas formulaciones para realizar los cálculos necesarios. La forma del
Gráfico 8.12 (adaptado pero obtenido de forma independiente al de (Nalluri & Ghani, 1996))
es muy similar al original. Las diferencias que existen en los valores de las distintas curvas,
pueden explicarse por haberse aplicado distintas fórmulas de cálculo que las de (Nalluri &
Ghani, 1996). Se presenta un diagrama Q-So-D para tubería limpia, flujo a conducción
medio llena, d50 = 1 mm, y rugosidad de la tubería ko = 0,6 mm, es decir iguales condiciones
que en el original.

D=0,15 m Tau = 1 N/m2 V=0,75 m/s


D=0,30 m D=0,90 m Cv (ppm) =20
Cv (ppm) =100 Cv (ppm) =1000 V=1,0 m/s
1,00E-02
Valores de pendiente
mínima So (m/m)
resultantes del criterio
de tracción crítica
1,00E-03 mínima, n=0,013

1,00E-04
1,00E+00 1,00E+01 1,00E+02 1,00E+03 1,00E+04

Gráfico 8.12-Diagrama Q-So-D para tubería limpia.

Para calcular la pendiente So necesaria para obtener el transporte de una cierta


concentración de sedimentos Cv, se utiliza la fórmula propuesta por K. Strickler (Einstein y
Barbarossa, 1952):

Ecuación 8.27

en la que Ks está en pies.

Cabe aclarar que la ecuación anterior equivale a

Ecuación 8.28

en la que Ks debe usarse en metros. De acuerdo a lo que se comenta más adelante se ve


que no hay un consenso en cuál es el valor exacto del denominador a utilizar en este tipo de
aproximación del factor n de Manning, lo cual es una posible fuente, antes comentada, de
discrepancias en los resultados, o al menos un acentuador de estas.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 135


Transporte de sedimentos

La concentración de sedimentos Cv, puede utilizarse (Álvarez-Hernández, 1990), también


como variable descriptiva del “umbral de transporte”. El valor propuesto por este autor es
Cv = 1x10-8, es decir 0,01 ppmv.

En el cálculo del factor de Manning se adoptó ko = Ks para el caso de tubería sin


sedimentos depositados.

En el caso de tuberías con sedimentos sueltos puede adoptarse (Álvarez-Hernández,


1990) la ecuación de (Manning y) Strickler:

Ecuación 8.29

en la que d es el diámetro de las partículas.

El tema, no menor, de cuál es el valor del diámetro de las partículas d a utilizar en esta
ecuación ha sido analizado, por lo menos, desde épocas tan lejanas como la del artículo
pionero de Meyer-Peter y Müller (1948). Estos autores concluyen que en el caso de mezclas
vale utilizar:

Ecuación 8.30

de acuerdo a sus propios resultados experimentales (validando entonces lo propuesto por


Strickler).

En el caso de tuberías limpias, fijada una concentración de sedimentos (Cv) se puede


despejar de la Ecuación III.10.9 (Anexo III) la velocidad mínima requerida (para un
diámetro interno de tubería dado) a los efectos de transportar, sin deposición (es decir en
condición de “autolimpieza permanente”), tal concentración.

De la Ecuación 8.26 (de Manning) se puede despejar la pendiente requerida para obtener
una velocidad determinada en la tubería (trabajando como canal, es decir parcialmente
llena), simplemente conociendo el coeficiente de Manning (de alguna de las expresiones
anteriores) y fijando el tirante. Se calcula entonces, So como:

Ecuación 8.31

Se comparan (Nalluri & Ghani, 1996) gráficos Q-So-D para los dos casos considerados
por estos autores en el contexto de sedimentos no cohesivos. Se enfatiza por esos autores
que, especialmente para tuberías de diámetro mayor a un metro, lo más adecuado es
mantener un lecho de depósito sedimentario con profundidad limitada, dado que ello reduce
los requerimientos de pendiente para todo el rango de diámetros. La profundidad relativa
optima de sedimentos hallada por Nalluri y Ghani es, aproximadamente, ys/D =15%. Estos
autores presentan diagramas Q-So-D tanto para tuberías limpias como para lechos de
sedimentos sueltos (para el citado valor ys/D=15%).

El Gráfico 8.13 muestra, para n=0,013, la discrepancia entre los criterios de velocidad
mínima y los de tensión rasante mínima, a la vez que indica que los criterios de tensión
rasante mínima constante (en valores medios) implican velocidades cada vez mayores al

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 136


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

aumentar el diámetro. Se muestran dos velocidades usualmente adoptadas en los proyectos


de conducciones: una de no sedimentación (0,6 m/s, línea ) y una mayor de resuspensión
(1,0 m/s, línea ---). Por ejemplo, una velocidad mínima de 0,6 m/s solo coincide con una
tensión rasante de 1 N/m para un diámetro de 1 m, aproximadamente. Ello se hace
evidente también en los gráficos presentados en la literatura consultada (Nalluri & Ghani,
1996), como el anterior Gráfico 8.12.

Dado que se suele estimar la tensión rasante sobre la tubería como , asumiendo
valores constantes de resulta que , es decir que para mantener un criterio de
tensión rasante fijo la pendiente que se requiere al aumentar el diámetro de las
conducciones es menor. Ello se condice con las conclusiones a las que han llegado algunos
investigadores respecto a que tales criterios “rígidos” hacen que se sobredimensionen las
conducciones pequeñas mientras que se subdimensionen las de gran porte. Utilizando dicha
restricción para la tensión rasante y la fórmula de Manning, se puede despejar la velocidad
necesaria para cada diámetro de una conducción: ecuación válida para

conducción llena hasta la mitad ( ) , según la notación del original, donde .

El siguiente gráfico (adaptado de (Álvarez-Hernández, 1990)) presenta el criterio de


velocidad de autolimpieza asumiendo una tubería de concreto (n=0,013) y tubería llena
hasta la mitad (Y/D = ½).
V(m/s)


1

0,5 Pa
1 Pa
2 Pa
3 Pa
4 Pa
0,1 6 Pa
0,1 1 D(m)

Gráfico 8.13-Criterio de velocidad de autolimpieza.

La guía alemana ATV A110 (Hager, 2010) recomienda una velocidad de autolimpieza
dependiente del diámetro de la conducción, (m/s) que, comparada con los
criterios de tensión rasante constante, se asemeja a . El siguiente Gráfico 8.14 da
una comparación de esos dos criterios distintos, velocidad de autolimpieza (ATV A110,
Alemania) y fuerza tractiva (2 Pa), con resultados similares.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 137


Transporte de sedimentos

V(m/s)
2 Pa

Alemania

0,1
0,1 1 D(m)

Gráfico 8.14-Criterios de autolimpieza por velocidad (ATV A110) y fuerza tractiva (2 Pa).

8.6.6 Fórmulas de May (1993)


Este investigador propuso un conjunto de ecuaciones, en distintos grupos según el tipo de
fondo sobre el que se mueven las partículas, incluyendo los casos de conducciones limpias,
con lechos depositados sueltos continuos y discontinuos (en dunas). Se compara aquí el caso
de lechos continuos permanentes con las ecuaciones de (Nalluri & Ghani, 1996). Las
ecuaciones propuestas por ese investigador para fondo limpio se han considerado como unas
de las mejores en cuanto a adecuación a los datos observados, pero presentan el
inconveniente de requerir múltiples iteraciones. Ello ocurre igualmente con el caso de los
lechos permanentes, pero estas son unas de las pocas ecuaciones para tales casos. Por lo
tanto en este trabajo se realizan algunos cálculos, para ciertos casos particulares, a los
efectos de su comparación con otras fórmulas ya comentadas (Nalluri & Ghani, 1996). Para
el citado caso de lechos depositados sueltos, en base al análisis teórico presentado en el
Anexo I, sin tener consideración de la cohesión (en la forma en la que la expresa su autor),
se obtiene:

Ecuación 8.32

Esta ecuación, con los correspondientes ajustes, resulta en la aquí aplicada (ver Gráfico
8.15) a efectos comparativos:

Ecuación 8.33

versión más compacta en la cual se calculan previamente los factores de corrección y ,


y en la que es un factor de fricción del grano, asociado a otros factores de fricción (global,
; del lecho ; compuesto, ) que a su vez definen sendos números de Froude. Demás
detalles se justifica que sean vistos en el artículo original (May, 1993)

El caso que se utilizó para la comparación entre fórmulas (siendo la vista en el numeral
anterior (Nalluri & Ghani, 1996), mucho más sencilla de calcular) fue una tubería de 200
mm de diámetro, con una concentración de arenas igual a 1000 ppm, con diámetro entre
0,2 y 1,6 m, rango que debería englobar buena parte de los casos reales (Butler, et al.,
2003). Los resultados son similares y, aparentemente, la complejidad del cálculo propuesto
(May, 1993) permite tener mayor sensibilidad en las velocidades resultantes del cálculo

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 138


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

(curva más sinuosa). Una comparación de fórmulas de (May, 1993) y (Nalluri & Ghani,
1996) para arenas en distintos diámetros medios (tubería de 200 mm) se presenta
gráficamente a continuación, mostrando una tendencia y valores razonablemente similares.

V(m/s) Nalluri y Ghani (1996)-lecho permanente, arenas,


Cv=1000 ppm
May et al. (1993)-lecho permanente, arenas, Cv=1000
1,0 ppm
0,9
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0,0
0 0,5 1 1,5 d(mm) 2

Gráfico 8.15-Comparación de fórmulas de (May, 1993) y (Nalluri & Ghani, 1996).

8.6.7 Estudio comparativo de algunas fórmulas y modelos de transporte de


sedimentos
Antes de poder comparar las ecuaciones vistas, deben poder llevarse a una forma similar
a los efectos de visualizar eventuales diferencias y establecer rangos de aplicación,
variables en común y otros detalles.

Las ecuaciones de transporte de sedimentos que no presentan umbrales de movimiento


(es decir las del tipo de Einstein) se pueden escribir ((Álvarez-Hernández, 1990),
(Bonakdari & Ebtehaj, 2014) en la forma en la que y son constantes. Teniendo
esto en cuenta, las definiciones de , y el número de Froude densimétrico , utilizando

que , se puede escribir , o de forma más compacta

(Bonakdari & Ebtehaj, 2014), .

La ampliamente citada fórmula de Macke propuesta en 1982, , puede

llevarse a la forma antes indicada, resultando , de donde se


llega a que , con lo cual se pueden calcular y. El factor , se
puede considerar como un número de Froude densimétrico asociado a la velocidad de caída,
.

En términos generales se tienen algunas formas de escribir las relaciones que se detallan
a continuación a los efectos de la comparación de algunas fórmulas.

A las formas y vistas se agregan ,

, (esta última utilizada por (Vongvisessomjai, et al., 2010)).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 139


Transporte de sedimentos

Entre las distintas variantes existentes las que presentan el factor de fricción entre las
variables independientes resultan un poco menos convenientes del punto de vista del
cálculo de las velocidades dado que se deben resolver las ecuaciones de forma iterativa ya
que, al menos para el régimen liso, .

A partir de las definiciones vistas del número de movilidad y el “número de Froude


gravimétrico del grano” y , respectivamente, se los puede relacionar con el

número de Froude gravimétrico “global” resultando .

La fórmula de Camp se puede escribir como lo que, como se vio antes,

coincide con , es decir .

Por otra parte se puede relacionar el “parámetro de flujo” también con el número de

Froude en la forma con lo cual .

La siguiente expresión (Engelund & Hansen, 1967) para la fórmula de estimación del
caudal sólido (qT, al cual se denomina también, según el autor, qS, o gSB):

Ecuación 8.34

con según por la fórmula (Engelund & Hansen, 1967)

Ecuación 8.35

y  dada por:

Ecuación 8.36

en la que

Ecuación 8.37

permite relacionar el gasto sólido con la velocidad según se indica a continuación.

De la Ecuación 8.37 anterior se deduce que ()1/2 = u*= V(f/8)1/2 de donde u*/V=(f/8)1/2.

Una expresión alternativa para la fórmula de estimación del caudal sólido de Engelund –
Hansen (Depeweg, et al., 2014) es:

Ecuación 8.38

en la cual C es el coeficiente de Chezy. Esta forma no fue la utilizada originalmente


(Engelund & Hansen, 1967), sin embargo la equivalencia de ambas expresiones surge de las
siguientes consideraciones y definiciones.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 140


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Engelung y Hansen utilizan, como es usual, qT=  [(s-1)gd3]1/2 , mientras que dan la
relación  = 0,15/2/f.

Sin perjuicio de lo anterior, y a pesar que se utiliza (Ibro, 2011) para f la siguiente
expresión:

Ecuación 8.39

Engelund y Hansen no proponen un cálculo directo de f a través de la rugosidad, ks para


el caso del cálculo de , sino a través de la expresión f = 2gDI/V2 = 2I/Fr2, donde I es el
gradiente hidráulico (a veces simbolizado por S, i, o J), D es la profundidad del flujo y Fr es
el número de Froude.

Cuando estos autores citados hacen cálculo directo de f proponen el uso de fórmulas del
tipo dado por Nikuradse, es decir, a través de:

Ecuación 8.40

Donde c es una constante que depende de la distribución de velocidades que se tenga


experimentalmente. Para el caso de canales Engelund y Hansen adoptan un valor de c igual
a 6.

Por lo tanto se puede plantear la siguiente cadena de igualdades:

Ecuación 8.41 qT=  [(s-1)gd3]1/2 = 0,15/2 [(s-1)gd3]1/2/f =0,15/2 [(s-1)gd3]1/2V2/2gDI

Por otra parte  = /(s-1)d = DI/(s-1)d, en la que se asume que el radio hidráulico RhyD

(es decir que la aproximación es válida para canales rectangulares muy anchos). Teniendo

en cuenta que Engelund y Hansen adoptan dicha hipótesis resulta, = RhIyDI, y

utilizando la fórmula de Chezy, V=C(RhS)1/2 que equivale, con la notación usada por estos
autores, a V=C(DI)1/2, se obtiene DI=(V/C)2. Con lo anterior, sustituyendo en la Ecuación
8.41, se obtiene la Ecuación 8.38.

La fórmula de Macke (1982), puede relacionarse con la de Engelund y

Hansen, utilizando alguna de las expresiones vistas antes (en particular una que describa
el régimen para partículas “finas” y otra las “gruesas” como son la fórmula de Stokes y Van
Rijn, Ecuación 4.1 y Ecuación 5.4, respectivamente) para estimar la velocidad de
sedimentación . En tal caso, operando y teniendo en cuenta la relación entre el factor de
fricción de Colebrook-White y el coeficiente de Chezy (Ecuación 8.26) se puede verificar que
ambas formulaciones consideran las mismas variables independientes, (
).

Es posible llevar las expresiones a la forma común , siendo el


coeficiente de Chezy y a,b,c y d exponentes que se indican en la tabla siguiente, así como la

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 141


Transporte de sedimentos

constante que aplica a cada fórmula. Se indican sus valores para la fórmula de Engelund –
Hansen y las que resultan de combinar la expresión para el caudal sólido de Macke con las
fórmulas de Stokes o Van Rijn, según corresponda. Se consideró tanto a la aceleración
gravitatoria como la viscosidad cinemática del agua como constantes (9,8 m/s 2 y 1,0x10-6,
respectivamente) por lo cual forman parte del factor “cte”.

Fórmula cte a b c D
Macke + Stokes 0,0000395 6 -5/2 -6 -3
Macke + Van Rijn 4300 6 -7/4 -6 -3/4
Engelund y Hansen 0,05 5 -2 -3 -1
Tabla 8.4-Coeficientes para fórmulas al límite de deposición.

8.6.8 Variabilidad de los regímenes de flujo y las tensiones rasantes


La autolimpieza, uno de los objetivos de la mayoría de los diseños hidráulicos de
conducciones de aguas residuales, puede estar comprometida en periodos de bajos caudales
o bien debido a horizontes de proyecto lejanos en el tiempo. Es usual ver que obras
proyectadas para operar al menos durante 30 o más años, tienen capacidades ociosas al
inicio de su operación. Se pueden tener caudales iniciales tan bajos como un 10 o 20% de los
de fin de proyecto debido a una demasiado holgada previsión de capacidad para crecimiento
a futuro.

Ello implica que solo se cumplen las citadas condiciones de autolimpieza (o sea que se
establezcan velocidades medias o tensiones rasantes mínimas, según algún criterio, en las
paredes de las conducciones) en una pequeña parte del tiempo total operativo de los
sistemas. Es usual encontrar que ello ocurre no más de una o dos horas por día. En algunos
casos134, las condiciones de autolimpieza se dan en no más de “una vez” o un ciclo de bombeo
del agua acumulada en los pozos (en líneas de impulsión) al día. Si bien ello es impuesto
como criterio de diseño no está completamente estudiada la suficiencia de este tipo de
criterios, teniendo en cuenta las características de los sedimentos manejados, la
consolidación de los mismos debida a diferentes fenómenos, y otras variables relevantes.

Se trata de alcanzar el objetivo de que la totalidad de los sedimentos que se depositan en


las horas de bajos caudales se resuspendan y transporten a un lugar adecuado para su
remoción del sistema. El lugar previsto para ello, en el caso de las conducciones de
saneamiento (colectores), es en general algún tipo de desarenador (para la componente
inorgánica de mayor diámetro dentro de una matriz orgánica que podríamos llamar “arenas
sucias”). En este tipo de sistemas raramente se ven “arenas limpias”; por otra parte los
sedimentos que suelen tratarse en las PTAR son más bien orgánicos con menores
velocidades de sedimentación.

Los colectores están diseñados en general para trabajar a superficie libre, con tirantes
que tienen valores extremos admisibles previstos en la etapa de diseño135 (si bien, como se
comentó antes, en situaciones de alta intrusión pluvial, o cuando la capacidad de los

134 Especialmente al comienzo de la operación de los sistemas.

135 Usualmente 75 u 80% del diámetro de la conducción como máximo y 10% como mínimo.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 142


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

mismos se encuentra superada aún en tiempo seco, se observan casos en que se trabaja a
presión es decir a tubería llena).

En un gráfico se muestra (Camp, 1946) la variación de los “elementos hidráulicos” (o


variables fundamentales) de las tuberías trabajando a sección parcialmente llena. Lo más
relevante es la consideración de la variación de parámetros relacionado con la resistencia al
flujo como son el factor de fricción (f/ffull) y el coeficiente de Manning (n/nfull). También es
relevante la indicación de una “velocidad de igual limpieza” de las tuberías en función del
tirante relativo (d/D).

En lo que configura uno de los primeros antecedentes en establecer una fórmula para la
determinación de una velocidad mínima de autolimpieza, Camp indica que, a la fecha de
escrito su artículo, la práctica común de diseño era imponer una velocidad a sección llena
mínima de 2 ft/s (0,6 m/s aproximadamente). Asimismo, reporta que tales velocidades
suelen ser suficientes para un agua residual municipal “promedio”, y que cuando no lo son
ello se debe a que se tienen bajos caudales a sección parcialmente llena. En tal sentido se
indica que es suficiente tener la sección al menos llena hasta la mitad del diámetro.
Siguiendo lo indicado en el propio diagrama de Camp (en su gráfico de “Elementos
hidráulicos” como V/Vllena , Q/Qllena , A/Allena , R/Rllena y f/fllena , n/nllena para conducciones
circulares a caudal parcial(Camp, 1946)) en tal caso, la velocidad sería V=0,8Vllena, lo que
implica que sería suficiente tener al menos unos 0,5 m/s como velocidad mínima. Citada
también por Camp, la “Boston Society of Civil Engineers Committee” recomendaba por esas
épocas que los colectores fueran diseñados con pendientes mínimas suficientes para al
menos desarrollar una velocidad de limpieza aún para el caudal mínimo diario.

Un artículo mucho más reciente (Bowker, et al., 1992) remarca, en una versión que allí
se presenta del gráfico antes mencionado, la posibilidad de adoptar un “n” (“de Camp”, a
quien atribuye dicho planteo) variable con el tirante relativo. Por otra parte Einstein y
Barbarossa, al respecto indican que, por falta de datos concernientes a la variación de n con
Q (caudal), en la época de escritos sus trabajos, los ingenieros solían adoptar un valor
constante, e incluso no era poco común que pensaran lisa y llanamente que el valor es, en
efecto, constante(Einstein & Barbarossa, 1952). A propósito, varios trabajos de
investigación han remarcado que el propio Robert Manning no solo era consciente de la no
constancia de n, sino que lo enfatizaba en los artículos que publicó en vida. Hoy en día se ha
reabierto el debate sobre este punto.

Algunos investigadores (Mayerle et al 1991; May 1982; Ackers 1978) han concluido(Ibro,
2011) que algunos criterios (conservadores) permiten asegurar el correcto funcionamiento
de pequeños colectores, si bien no han dado pruebas suficientes a la fecha de ser adecuados
para impedir la deposición en grandes136 colectores (Ghani, 1993).

Además de las fuentes de caudal en eventos de lluvia, las propias variaciones día-noche
de caudal en los sistemas de saneamiento urbano (asociadas a los hábitos de la población)
imponen grandes cambios relativos de caudal que afectan el transporte de sólidos.

136 Con diámetros mayores a 1 m.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 143


Transporte de sedimentos

8.6.8.1 Medidas de caudales reales afluentes a las PTARs


A los efectos de la comparación de datos reales disponibles con datos bibliográficos, como
los reportados en el Gráfico 8.17, se consideraron datos(Izquierdo & Viscarret, 2010) de
caudales afluentes a una PTAR típica del Uruguay, medidos mediante un caudalímetro
electromagnético y extraídos a planillas de cálculo desde un sistema de tipo SCADA. Dichos
caudales se pudieron obtener a intervalos de un minuto. Cabe destacar que el caudal que
ingresa a las PTARs es el saliente del sistema de saneamiento compuesto por una red de
colectores y pozos de bombeo, como componentes más importantes.

Estudiando el comportamiento de los caudales a lo largo del día, se comprobó que los
valores obtenidos adoptan la forma que se puede esperar a partir de datos aportados por la
bibliografía (por ejemplo el gráfico clásico de “Variación diaria del caudal” (Camp, 1946)).
De los datos reales obtenidos, para un cierto día, se observa que el caudal mínimo se da en
las horas de la madrugada (cuando las personas se encuentran menos activas) y los
máximos a las primeras horas de la tarde y al término de la jornada laboral. Cabe destacar
que estas curvas son muy sensibles a los hábitos poblacionales locales. Por otra parte, sin
perjuicio del notorio ajuste a las curvas medias típicas como las indicadas en el gráfico
anterior, se nota la importante variabilidad generada por los ciclos de bombeo en caudales,
por lo tanto en velocidades instantáneas (o al menos tomadas minuto a minuto).

Las zonas marcadas en el gráfico del Gráfico 8.18, representan paradas y arranques
manuales de las bombas del pozo de entrada, y son típicas de la real operación y
mantenimiento de una PTAR. El gráfico siguiente presenta una curva de medidas de caudal
afluente a una PTAR en un día típico de verano(Izquierdo & Viscarret, 2010).

Valor medio
de caudal

Gráfico 8.16-Curva de caudal afluente real a una PTAR en tiempo seco.

En la literatura se han presentado gráficos similares que no solo concuerdan con las
tendencias de los gráficos anteriores en cuanto al caudal líquido, sino que también
muestran la muy alta correlación que existe entre este y el caudal sólido137. Un ejemplo se

137 Expresado como gasto másico, por ejemplo en g/s.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 144


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

da para un interceptor del alcantarillado de Dundee, Escocia, para un día de semana en


verano(Ashley, et al., 1990). Grosso modo lo allí mostrado permite relacionar el caudal
sólido con el líquido en la forma “Qs(t)= K[Q(t-T)]m”, es decir que existe un comportamiento
proporcional (dado por la constante, K) a una cierta potencia del caudal (con exponente m) y
un desfasaje temporal, dado por el tiempo característico T. Esto, si bien no está del todo
laudado, ni seguramente sea tan sencillo como aquí se plantea, parece ser lo que resulta de
algunas de las investigaciones más recientes al respecto(Shahsavari, et al., 2015).

Caudal de líquido

Caudal másico de
sedimentos

Gráfico 8.17-Caudal líquido y sólido en un interceptor.

El Gráfico 8.17 (adaptado de (Ashley, et al., 1990)) muestra, además de la variación


temporal de caudales de agua residual (ya que se trata de promedios de caudal de tiempo
seco DWF, “dry weather flow” en el original, del alcantarillado en Dundee, Escocia, para un
día de semana en verano), la correlación entre el caudal y el flujo másico de sedimento.

En 1991, Ackers(Ibro, 2011) mostró que, en el rango de interés, la no linealidad de la


concentración de sólidos respecto al caudal puede llevar a subestimar la capacidad de
transporte durante las horas diurnas. En base a mediciones y cálculos Ackers demostró que
la concentración es proporcional a la quinta potencia del caudal (es decir que corrige con
términos de la forma (V0/V)5). La fórmula propuesta por Macke (1982) explícitamente indica
que , con lo cual en una posible fórmula del tipo Qs(t)= K[Q(t-T)]m, sería m=5. Se
puede concluir que, tomando posibles variaciones de caudal entre 50% y 170% según
valores adoptados de la bibliografía, que representa en principio gran cantidad de casos(así
como valores de campo disponibles), la capacidad de transportar sedimentos, expresada a
través de puede cambiar (en un mismo día) entre 3% y 1400%. Ello da la pauta de la
importancia que tienen las variaciones de caudal en el tema que aquí se trata. Una curva
típica de caudal (diario) en una PTAR en Uruguay(Izquierdo & Viscarret, 2010) se presenta
a continuación, remarcándose el crecimiento del caudal bombeado en casos de lluvias.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 145


Transporte de sedimentos

Gráfico 8.18-Curva típica de caudal (diario) en una PTAR en Uruguay.

8.6.9 Fórmulas para el transporte de sedimentos cohesivos


Como se ha visto, en la práctica no hay formulaciones específicamente desarrolladas
para el transporte de sedimentos cohesivos en forma de carga de lecho, sino adaptaciones de
las fórmulas para sedimentos no cohesivos. Un caso destacable es el de Álvarez-Hernández
(Álvarez-Hernández, 1990). De especial interés al respecto sería el transporte de mezclas de
sólidos cohesivos-no cohesivos (sedimentos bimodales), o parcialmente cohesivos,
eventualmente presentando características de “cementación”. En la actualidad esa “zona
gris” parece aún o estar suficientemente comprendida en términos de su modelado físico.

En lo que se refiere a los sedimentos puramente cohesivos, el numeral siguiente trata


sobre la carga suspendida, la cual, como se mencionó anteriormente en este trabajo, es
esperable que sea la forma como se dé su transporte. Ello es debido al carácter
normalmente “fino” de este tipo de partículas que presentan cohesión, con importante
composición orgánica, especialmente en sistemas de saneamiento de aguas residuales
domésticas o “alcantarillado sanitario”.

8.7 Transporte de sedimentos como carga suspendida


La carga suspendida puede ser en algunos casos, en particular el de las aguas residuales,
la más importante componente de la carga total.

El modelado de la carga suspendida requiere conocer, en cada punto de la conducción, la


concentración de los sedimentos que están siendo transportados.

A pesar de su simpleza, la siguiente expresión del balance puntual de masa de


sedimentos suspendidos en un punto (Rouse, 1939) ha demostrado ser de utilidad en el
planteo de problemas de transporte de carga suspendida (Christensen, 1987):

Ecuación 8.42

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 146


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

A partir de la misma, por integración directa entre una pequeña altura, a, sobre el lecho
(Gráfico 8.19) donde es conocida la concentración (Ca) y una altura genérica, y, se puede
hallar la variación vertical de concentración de sedimentos (Rouse, 1939) y a partir de la
concentración (Christensen, 1987) para dicha altura, = (y):

Ecuación 8.43

Una fórmula muy utilizada para estimar la concentración de sólidos en función de la


profundidad (Rouse, 1939) es:

Ecuación 8.44

Esta ecuación permite discriminar los distintos regímenes de flujo de sedimentos.


Obsérvese que para Z>1 rápidamente la concentración sobre el lecho se incrementa, por lo
cual se dice que predomina la carga de lecho. La expresión del lado derecho de la cadena de
igualdades es la forma en que se planteó la ecuación por parte de dicho autor(Rouse, 1939).
Ese autor muestra en forma gráfica (Rouse, 1939), para distintos valores de Z, las
concentraciones en función de la profundidad C(y) en forma similar a lo mostrado en el
Gráfico 8.19. En lo presentado por dicho investigador, además de la influencia de la
profundidad, se nota que el número de Rouse138, Z, es un parámetro de fuerte incidencia en
la forma del perfil de concentraciones en función de la profundidad, C(y). El Gráfico 8.19
muestra la variación vertical de concentración de sedimentos, basada en un gráfico similar
propuesto por (Rouse, 1939) en el caso de sedimentos uniformes, para los cuales se puede
asumir w y s constantes.

Gráfico 8.19-Perfiles genéricos de velocidad, concentración y transporte de sedimentos en


función de la profundidad adimensionada (y/D).

138Cabe acotar que los geólogos usualmente utilizan la letra P para el número de Rouse, mientras
que en ingeniería suele usarse z (como en la Ecuación 8.44) o en algunos casos α.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 147


Transporte de sedimentos

8.7.1 Fórmulas para predicción de la carga suspendida en colectores


Para la estimación de la carga suspendida así como la depositada se han propuesto
fórmulas empíricas con varios grados de complejidad y precisión.

En cuanto al primer grupo (carga suspendida), dada la marcada correlación entre


caudales (en especial los de tiempo húmedo) y las concentraciones de sólidos suspendidos en
los cauces, tanto naturales como artificiales (representadas por los SST, TSS en inglés), se
han propuesto fórmulas como:

C(t)=Qa, con C en mg/l y Q en l/s y a una constante (Brownbill, et al., 1992)

C(t)=Qa, con  y a constantes ((Bertrand-Krajewski, 1992), (Coghlan, et al., 1996))


para modelar el caso de tiempo seco.

C(t)=Co + V - TSSS - ADWP con  y Co constantes (Coghlan, et al., 1996) para
modelar el caso de tiempo de lluvia.

Esta última ecuación es de uso específico en un lugar determinado. Para modelar el caso
de lugares no específicos, ese autor propone utilizar (dando los valores de las constantes
correspondientes) fórmulas de la forma:

C(t)=QaDASd, con , a y d constantes y DAS un factor139 propuesto por Goodison y


Ashley (1990) (citados por (Coghlan, et al., 1996)) para modelar el caso de tiempo seco, y

C(t)=Co + V , con  y Co constantes para modelar el caso de tiempo de lluvia.

8.8 Resistencia al flujo


Existe una interacción entre los procesos de transporte de sedimentos y la resistencia
hidráulica del flujo. Los depósitos sedimentarios en el fondo de las conducciones, además de
incrementar la resistencia al flujo por generar mayor área de contacto lecho-fluido, al ir
aumentando reducen el área de pasaje del fluido haciendo crecer la velocidad media,
especialmente en conducciones a sección llena (líneas de impulsión, emisarios, o colectores
trabajando como excepción a presión).

U(y)

Figura 8.8-Modificación de los perfiles de velocidad en las conducciones por las formas de lecho.

139 DAS=D(m).A(ha)/S(-), es decir el producto entre diámetro de la conducción, área de la cuenca


colectada y el inverso de la pendiente de la conducción. Este factor permite clasificar a las
conducciones como colectores (DAS<6), troncales (6<DAS<8.000), o interceptores (DAS>8.000).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 148


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

La resistencia al flujo en conducciones por gravedad (tales como colectores de


saneamiento) con sedimentos en el fondo se puede separar en dos términos. Una parte de la
resistencia hidráulica resulta del contacto con la pared de la tubería y la otra se origina por
el contacto del fluido con los sedimentos en el fondo. Esta última, a su vez, está compuesta
(ver numeral 8.8) por dos subcomponentes principales. Uno debido a la rugosidad o tamaño
de grano y el otro a la resistencia adicional dada por la generación de alguna “forma de
lecho” en el fondo de la tubería. Otros factores que incrementan la resistencia hidráulica
global del flujo, en el caso particular de colectores de saneamiento y en especial en los de
mayor porte, pueden ser la existencia de conexiones domiciliarias al colector con salientes
excesivas, la introducción de raíces en los colectores (especialmente en los de hormigón, o
fibrocemento), conexiones deficientes entre tramos de caños y a registros, y el propio
envejecimiento o incrustación (por ejemplo debida a la corrosión). Estos últimos, de menor
interés en este contexto, también implican el incremento progresivo de los “indicadores de
resistencia hidráulica” de las conducciones como puede ser el coeficiente global140 de
Manning. Este último, cuyos valores usuales de proyecto rondan 0,009 a 0,013 según el
material, puede incluso duplicarse en los casos antes descriptos. Un caso que resulta de
mayor interés para este trabajo es el efecto del aumento de la rugosidad efectiva, dado por
la formación de biofilms o “crecimientos biológicos” sobre las paredes de las tuberías
((Guzmán, et al., 2007),(Fang, et al., 2012)).

La resistencia del flujo que interesa especialmente es la relacionada con el lecho


sedimentario, la cual puede ser calculada por varios parámetros adimensionales, como la
tensión rasante adimensionada del lecho (métodos de Einstein-Barbarossa o Engelund-
Hansen).

Varios autores (Ackers & White, 1973) coinciden en que la resistencia asociada a la
rugosidad (denominada usualmente “skin friction”) es la única que aporta al transporte de
sedimentos, mientras que la resistencia asociada a las formas de lecho no sería relevante a
tales efectos. Sí lo sería para el movimiento de dichas formas en la dirección del flujo. Sin
embargo algunos autores identifican a la resistencia que ejercen las formas como posible
motor de los sedimentos depositados(Ackers & White, 1973). De alguna forma el
movimiento de las dunas es en definitiva un transporte similar al flujo “reptante” o de tipo
“babosa”, antes mencionado(Ashley, et al., 1994).

En cuanto a la relación entre la rugosidad aparente del lecho y el tamaño medio de


partícula, los datos experimentales sugieren un indicador de la rugosidad del lecho, kb =
2d50 (Camenen & Larson, 2005). Van Rijn (1982) analizó 120 conjuntos de datos en
condiciones de lecho plano(Ibro, 2011), y con una relación ancho/profundidad de agua mayor
a 5, en la cual no es necesaria la eliminación del efecto de las paredes laterales (por ser el
lecho “suficientemente ancho”). Se relaciona en este último caso el coeficiente kb, con el
tamaño de partícula d90, proponiéndose la relación (para partículas de tamaño “fino a
medio”) kb = 3d90 ((Gonzalez & Perrusquía, 1991), citados por (Ibro, 2011)). Si bien ya se
mencionó que desde hace unas cuantas décadas (Meyer-Peter & Müller, 1948) se justifica
relacionar, en el caso de sólidos “gruesos”, la resistencia con el d90, para el caso de “finos”

140 Global en el sentido de que integra la resistencia del lecho, paredes y otras singularidades
existentes en la conducción.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 149


Transporte de sedimentos

dicha asociación (con una rugosidad hasta 3 veces mayor que el tamaño de partícula) podría
vincularse con la capacidad de las partículas finas de generar estructuras de mayor tamaño
(“flóculos”) que el de las partículas individuales, pero esto es simplemente una conjetura.

8.8.1 Formas de lecho


Las experiencias realizadas muestran que la deposición de sedimentos afecta
significativamente la resistencia al flujo debido, principalmente, a la influencia de las
formas de los lechos.

Las características fundamentales de los fondos con “formas” son las siguientes:

 Nivel de la superficie desfasado del nivel del fondo.


 Flujo acelerado desde el valle a la cresta de la forma.
 Incremento de transporte desde el valle a la cresta de la forma.
 Formas evolucionan (se mueven) aguas abajo.
 Lecho se hace asimétrico (posibilidad de formación de canales preferenciales o
meandros).
 Incremento de fricción sobre el fondo por acción de la turbulencia (mayormente
generada por los gradientes de velocidad).

La erosión, o resuspensión (según corresponda), del material sedimentado se presenta


del lado aguas arriba de las dunas o rizos, mientras que, al bajar la velocidad producto del
incremento de la sección de pasaje, tras la cresta de la duna se produce la deposición de las
partículas previamente resuspendidas (ver figura siguiente).

Las formas de lecho comúnmente reportadas son (Onishi, 1994), en orden ascendente de
potencia del flujo: lecho plano (en régimen de baja energía), rizos, barras, dunas, formas de
transición, lecho plano (nuevamente pero en régimen de alta energía) y antidunas (cuyo
movimiento relativo se da en sentido opuesto al flujo que las promueve).

Algunos autores asocian la generación de dunas al flujo de fluidos de densidades


diferentes, uno sobre el otro, o bien (Simons & Richardson, 1966)a las dunas y rizos como
fenómenos físicamente similares, considerándose a los rizos como soluciones de “segundo
orden” (en términos matemáticos141) y a las dunas oscilaciones de “primer orden” pero que
aparecen solo cuando crece la energía del flujo respecto a la que genera rizos. Los rizos se
superponen a las dunas según se ha visto experimentalmente.

141Se conforman ondulaciones del lecho generadas por el flujo para distintos niveles de energía,
sin que sean excluyentes entre sí.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 150


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Figura 8.9-Interacciones entre transporte de sedimentos y formas de fondo.

Se describen a continuación (Onishi, 1994) las formas de lecho en contextos fluviales:

 Los rizos (“ripples”) son las formas más pequeñas, con longitudes de onda de unos 30
cm142, y alturas de aproximadamente una décima parte de la longitud.
 Las barras tienen longitudes y alturas del orden del ancho y profundidad del flujo en
el canal.
 Las dunas están ubicadas entre los rizos y las barras, en lo que refiere a su tamaño.
Al desaparecer las dunas con el caudal creciente se reduce la rugosidad hidráulica
aparente de forma significativa. En la transición de dunas a lecho plano este es
superpuesto con rizos de baja amplitud y dunas pequeñas. Las antidunas tienen
forma casi sinusoidal con longitud de onda 2V2/g y van acompañadas por olas
pequeñas en la superficie del canal, las cuales se encuentran aproximadamente en
fase con las antidunas.

La tensión rasante necesaria para obtener condiciones de autolimpieza estaría asociada


a la formación de dunas, según se justificaría a través del gráfico siguiente, para el caso de
partículas no cohesivas. Para el caso de los rizos (Simons & Richardson, 1966) se indica que
pueden presentarse sobre las dunas, del lado aguas arriba.

142 Al menos en el caso de lechos fluviales.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 151


Transporte de sedimentos

oV(W/m2) oV(ft.lb/s.ft2)

2,7
Antidunas y lecho plano
Transición
10

1,7 W/m2 (D=1,0 m)


0,7
Dunas 1,2 W/m2 (D=0,1 m)
=2 Pa
1
D

Rizos
R
Lecho
0,1 plano
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 0,07
Diámetro medio de caída (mm)

Gráfico 8.20-Formas de lecho como función de la potencia de la corriente y el diámetro.

La zona sombreada en el gráfico anterior (adaptado y simplificado de versiones de


(Onishi, 1994) y del original (Simons & Richardson, 1966)) corresponde al rango de
potencias del flujo para conducciones con diámetro entre 0,1 y 1,0 m, trabajando a una
tensión rasante de 2 Pa. En el caso de presentarse arenas (rango de diámetros que se
muestra en el Gráfico 8.20) las mismas se moverían en forma de dunas. El “diámetro medio
0,007
de caída” del sedimento en el lecho (“median fall diameter”) se define como el de una esfera
de la misma densidad que presenta igual velocidad de sedimentación que la de la partícula
en cuestión.

Datos experimentales específicos(Banasiak & Verhoeven, 2008) para conducciones


circulares trabajando a superficie libre (indicados como “R” y “D” en el Gráfico 8.20)
muestran cierta coincidencia con lo observado en ríos, si bien se darían dunas a tensiones
rasantes menores que en aquel caso, probablemente por efectos de escala.

En cuanto a la morfología de las dunas se ha observado en sistemas reales que suelen no


ser continuas como podrían ser en situaciones de disponibilidad “infinita” de sedimentos
(como el fondo de un cauce natural) o en experimentos de laboratorio.

Si bien el transporte no dependería ((Banasiak & Verhoeven, 2008), (Ackers & White,
1973))de la tensión rasante total, sino solamente de la componente de fricción de los granos,
la importancia de la resistencia de forma radica en aspectos energéticos como son las
pérdidas de carga. En el numeral siguiente se presenta una fórmula para pérdidas de carga
en tuberías transportando suspensiones.

Una completa denominación de diversas formas de fondo se puede encontrar en la


bibliografía (Simons & Richardson, 1966) para casos genéricos así como algunas
descripciones específicas de lo registrado (al menos nivel de experimentos de laboratorio)

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 152


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

para conducciones asociadas al alcantarillado ((Banasiak & Verhoeven, 2008),(Perrusquía,


1992),(Perrusquía, 1993),(De Sutter, et al., 2003)).

(Moore, 2009) indica que la longitud de onda de los rizos (“ripples”) es fundamentalmente
dependiente del tamaño de grano y débilmente dependiente de la velocidad del flujo. En la
medida que la longitud de saltos de las partículas se incrementa se forman dunas, que son
arrastradas si se incrementa la velocidad tras lo cual, para números de Froude mayores a la
unidad, se forman antidunas.

Un razonamiento aportado también por Moore es bastante elocuente al dar explicación


sobre el mecanismo que genera este tipo de formas. El mismo se basa en el conocimiento de
las denominadas inestabilidades de Kelvin-Helmholtz, en las cuales el flujo de dos fluidos
de distintas densidades provoca inestabilidades ondulatorias en la interfase entre ambos
fluidos.

El gráfico siguiente adaptado de (Moore, 2009) muestra la influencia de los dos


mecanismos de resistencia al flujo: el debido a la rugosidad y el debido a la forma del lecho.
Se representan el régimen de bajas velocidades (“régimen bajo”) y el de altas velocidades
(“régimen alto”) con sus correspondientes formas de lecho en orden creciente de energía del
flujo: lecho plano en régimen bajo (LP-RB), rizos (R), dunas (D), lecho plano en régimen alto
(LP-RA), y antidunas (AD). Se presentan en el diagrama la tensión rasante (o) y el factor
de fricción (f) en función de la velocidad media del flujo U, en términos cualitativos.

Un grupo de artículos publicado por Van Rijn en 1984, sobre el transporte por carga del
lecho(Van Rijn, 1984a), carga suspendida(Van Rijn, 1984b) y formas de lecho y rugosidad de
canales(Van Rijn, 1984c) es ampliamente considerado en la bibliografía sobre esta temática.

Además de revisar, en la primera parte de esta serie de tres artículos, el diagrama de


Shields (Van Rijn, 1984a) en la tercera parte (Van Rijn, 1984c) se da un diagrama predictor
de formas de lecho. En este los parámetros son el diámetro adimensionado D* y la “etapa de
transporte”, T (“transport stage parameter”) definida como:

Ecuación 8.45

donde es el parámetro adimensional de Shields.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 153


Transporte de sedimentos

Gráfico 8.21-Tensión rasante (o) y factor de fricción (f) en función de la velocidad media, U.

8.8.2 Fórmula para pérdidas en tuberías transportando suspensiones


Una fórmula muy difundida para determinar el incremento en las pérdidas de carga al
existir partículas suspendidas en una concentración , a través de la evaluación del
gradiente hidráulico143 i, es la propuesta por Durand y Condolios en 1952 (Newitt, et al.,
1955):

Ecuación 8.46

Nuevamente se observa la aparición de dos números de Froude, el primero inverso y al


cuadrado asociado a la velocidad media y al diámetro de la tubería (V, D)
mientras el segundo se vincula con la velocidad de sedimentación y el
diámetro de partícula (W, d), o “número de Froude gravimétrico”.

Se comenta esta fórmula por ser, como se dijo, una de las más conocidas (Miedema &
Ramsdell, R. C. , 2013) sin perjuicio de muchas otras que existen, resaltándose igualmente
la adecuada vinculación con la Mecánica de los Fluidos, de acuerdo a lo mencionado en el
párrafo anterior, que presenta esta fórmula en particular.

8.9 Resumen del Capítulo 8


Como cierre de este capítulo se puede concluir que:

 El transporte de sedimentos, preocupación milenaria de casi todas las civilizaciones,


ha sido un desafío desde hace más de un siglo para los ingenieros que trabajan en el
diseño y operación de sistemas de saneamiento, iniciándose su estudio científico en
el contexto fluvial. Tras el desarrollo de las urbes a nivel mundial, se ha ido
enfatizando en el estudio específico del transporte de sedimentos y los problemas de
sedimentación en las conducciones construidas por el hombre en sus ciudades.

143 El subíndice “w” representa al gradiente en agua limpia. Sin subíndice indica al caso de
sedimentos en suspensión.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 154


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

 A raíz de ello se han ido adaptando modelos provenientes de la hidráulica fluvial, o


bien creando nuevos modelos, para uso en conducciones a superficie libre como las de
la hidráulica urbana en las que los efectos de las paredes y otros las diferencian de
los problemas de tipo fluvial.
 Además de la velocidad de sedimentación, una segunda variable relevante, que
representa principalmente a las características del flujo (y) del fluido, es la velocidad
de fricción u*. Las propiedades dinámicas del flujo se pueden representar a través de
u*, que da una medida de la capacidad del mismo de transportar sólidos.
 La relación entre la velocidad que representa la dinámica del flujo (u*) y la que
representa las propiedades “estáticas” de los sedimentos (ws), usualmente dada por
su cociente (u*/ws), o números proporcionales a este (como el de Rouse, o el
parámetro de sedimentación ) permiten predecir el modo en que se dará el
transporte (carga de lecho, suspendida o de lavado).
 La mecánica básica permite identificar variables relevantes, orientando hacia
posibles resultados, sin embargo no se ha logrado, a través de ese enfoque
determinístico, obtener resultados relevantes. Un ejemplo de una combinación de
análisis físicos teóricos (mecánicos) y experimentales (basados en el estudio de
transporte en canales de laboratorio) es el dado por el diagrama de Shields, que aún
es el canon a la hora de plantear cualquier estudio del comienzo del movimiento, y
en algunos enfoques ((Camp, 1946),(Almedeij & Almohsen, 2009)) sobre el grado de
transporte de sólidos en las conducciones de fluidos a superficie libre.
 Se han propuesto distintas fórmulas para estimación del transporte de sedimentos,
basadas en enfoques empíricos, mecánicos, e incluso estadísticos, o combinación de
ellos, llegándose a resultados generalmente bastante poco precisos respecto a los
datos experimentales (se considera buena aproximación predecir entre 50 y 200% de
los valores observados). Además, se ha indicado que las medidas de parámetros en
laboratorio resultan usualmente poco repetibles(Fuentes Aguilar, 1990).
 La gran cantidad de formulaciones para la carga de lecho solo daría cuenta de una
fracción relativamente baja de la carga total ya que la mayor parte de los sólidos, en
especial en los sistemas de saneamiento, se transporta como carga suspendida y/o de
lavado, para la cual existen pocas formulaciones, que en general se aceptan como
válidas.
 La resistencia al flujo que genera la presencia de sólidos se evidencia a través de
indicadores de fricción (como el gradiente de energía, el factor de fricción de Darcy-
Weisbach o el coeficiente de Manning) y tiene una cierta componente dada por las
formas de lecho (para regímenes de energía intermedios entre los casos de lecho
plano de baja y alta energía)

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 155


Conclusiones

9 Conclusiones
Se han registrado importantes avances en las últimas décadas (en especial desde la de
1990) en la comprensión de los procesos que se desarrollan en los sistemas de transporte de
aguas urbanas. Ellos se han basado en más de un siglo de investigaciones previas en
diferentes contextos como son los fluviales, costeros, y marítimos, quedando aún mucho por
investigarse en aspectos específicos de las conducciones de saneamiento.

En cuanto a la práctica ingenieril cotidiana, queda claro, tanto de la experiencia


internacional como de la nacional, que aún hay mucho camino por avanzar en la aplicación
de las metodologías últimamente desarrolladas. Uno de los problemas es la aparente
complejidad de los modelos propuestos, mientras que la validez no universal de los mismos
limita su aplicación extensiva. Los modelos y fórmulas de transporte de sedimentos en
sistemas de saneamiento que continuamente son presentados a la comunidad académica
pugnan por mejorar a los anteriores, pero no consiguen establecerse como práctica común
debido a su constante aparición, sin llegar a consolidarse su uso generalizado, al menos
hasta la fecha.

A modo de comentario final, se hace eco de lo expresado tiempo atrás (Van Rijn, 1984a)
en cuanto a la imprecisión (aún en la actualidad) de los modelos de cálculo de transporte de
sedimentos (si bien parece irse reduciendo, desde hace algunas décadas, en base a
investigaciones “caso a caso”). También se ha evidenciado la aparente imposibilidad de
obtener modelos de validez general (Ashley, 1996) o teorías suficientemente firmes como
para aspirar a obtener fórmulas determinísticas para los problemas de transporte de sólidos
en ámbitos urbanos. Por ahora solo se cuenta con herramientas útiles que deberán seguirse
desarrollando.

En resumen, de lo estudiado para este trabajo, se concluye que:

1. El estado actual del conocimiento en la temática del arrastre o transporte de


sedimentos en las conducciones no es completo aún a los efectos de permitir la
resolución de los problemas básicos o generales. En el Uruguay (y también a nivel
internacional) la ingeniería de proyecto y operación todavía no ha asimilado los
desarrollos, tanto en investigación básica como en aplicaciones, en especial los
que se han dado en las últimas tres décadas. Criterios “estáticos” o simples como
los de establecer valores mínimos de velocidad o tensión rasante (siendo este el
preferido más recientemente) parecen ser insuficientes para describir
completamente los mecanismos que operan en la “autolimpieza” (incluyendo el
adecuado transporte de los sólidos presentes). Estos no tienen en cuenta cómo se
establecen las tensiones rasantes ni los niveles de turbulencia, concentraciones,
tirantes relativos, factores de fricción y otros elementos, como el contenido
orgánico, la edad de los sedimentos, etc., que han ido siendo identificados en las
últimas décadas, mediante la investigación básica y las tareas de campo, como
aspectos relevantes para la predicción del transporte de sólidos.
2. Menos comprendido aún está el comportamiento de los sedimentos cohesivos en
las conducciones, si bien en campos como la sedimentología marina se han
realizado mayores avances, tras los cuales muchas veces va el que se registra en
la hidráulica urbana. Los modelos para los sedimentos claramente no cohesivos
(“gruesos”) suelen ser distintos de los que se plantean para los cohesivos (“finos”).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 156


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Ha quedado recientemente planteada la dificultad del manejo de la combinación


(“disjunta”) de ambos, es decir de los casos “parcialmente cohesivos” (o con
distribución granulométrica multimodal) que bastante frecuentemente aparecen
en los sistemas de transporte urbanos. En estos casos se dan complejos procesos
de consolidación, cementación, degradación, y otros de tipo mecánico, además de
procesos bioquímicos (los más complejos de predecir o modelar) en los cuales el
factor temporal afecta la reología. Ello altera las propiedades mecánicas de los
depósitos sedimentarios que a su vez lo hacen con las variables hidráulicas y de
transporte.
3. Existen, sin embargo, herramientas de modelado (que no debe aspirarse a que
sean generales, determinísticas, ni completas, sino que deben ajustarse a las
condiciones reales que puedan esperarse en los sistemas bajo estudio
incluyéndose tipo y propiedades de sedimentos) que permiten tomar decisiones
operativas. Es en la operación, en última instancia, donde más repercuten las
hipótesis adoptadas en las fases de proyecto. Estas herramientas incluyen el
modelado (en general numérico) de sistemas especialmente sensibles a la
sedimentación, buscando obtener el menor costo de ciclo de vida de las
instalaciones, tratando de minimizar fundamentalmente los costos operativos que
surgen producto de problemas con el manejo de los sólidos en las conducciones. La
tendencia reciente en cuanto a manejo de sólidos ha sido revisar los diseños, que
desde hace muchas décadas han considerado como paradigma la “autolimpieza”,
contemplando la posibilidad de restablecer la utilización de “cámaras de limpia”
en lugares que pudieran presentar problemas ya previsibles en las etapas de
diseño. En casos en que no pudieran preverse problemas han sido implementadas
otras posibilidades como son los sistemas desobstructores mediante agua a
presión. Las citadas herramientas de gestión tienden a ser en “tiempo real”, en
especial en casos que así se justifica (ya que su costo puede no ser despreciable).
El modelado debe interpretarse como un proceso iterativo de selección de modelos
y fórmulas (preferentemente sustentadas en datos del sistema objeto del
modelado), calibración, validación, ajustes temporales, y otras tareas. La
aspiración de obtener modelos determinísticos sencillos (o al menos manejables a
nivel de la ingeniería de diseño y operación) parece irse desvaneciendo en los
últimos años con la aparición de modelos estadísticos que permiten tener “buenas
aproximaciones”, reconociéndose así que los resultados exactos144 son una
quimera, una utopía.

144 Teniéndose en cuenta lo indicado en el Anexo V.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 157


Posibles líneas de investigación identificadas

10 Posibles líneas de investigación identificadas


En el desarrollo de esta tesis se han visto oportunidades de profundización en el
conocimiento de aspectos asociados al transporte de los sedimentos como ser (entre otras
varias):

 estudio más detallado de la interacción de las partículas con la turbulencia y


fenómenos de microescala (diferentes tipos de vórtices, por ejemplo);

 análisis del comportamiento de los sedimentos en presencia de biofilms generados


(dada la importante componente biológica que se presenta entre los sólidos
inertes);

 desarrollo de modelos numéricos más coherentes y validados por datos de campo


y/o laboratorio;

 desarrollo de procedimientos para la calibración de los modelos generados,


basados en datos de campo;

 generar base de datos nacional de datos operativos útiles para diseño, dejando de
lado valores usados en bibliografía proveniente de otras realidades (e incluso
épocas), atendiendo a la “localidad” de la gestión y uso de los sistemas de
saneamiento.

 estudio de las características de adherencia dadas por las mezclas de fracciones


finas-gruesas, especialmente en presencia de sedimentos con actividad biológica
relevante, pasibles de formar películas biológicas (“biofilms”).

 estudio teórico, numérico y/o experimental de efectos de flujos secundarios en


transporte y movimiento incipiente de sedimentos.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 158


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Anexo I - Deducción de una fórmula para el transporte de sedimentos

Este desarrollo tiene en cuenta lo ya planteado en el numeral 8.2. y aportes producto de


resultados e hipótesis utilizadas por otros autores ((May, et al., 1989),(Álvarez-Hernández,
1990), (May, 1993)).

Figura I.10.1-Flujo en tubería con lecho permanente de sedimentos.

Se considera el movimiento de una capa “activa” de sedimento dado por los efectos de la
fricción fluido-sedimento, encima de la capa, a la que se opone el rozamiento sedimento –
sedimento, debajo de la misma. Si se denomina ya al espesor de dicha capa (usualmente
considerado del orden del diámetro medio de las partículas del lecho), y Wb al ancho del
lecho en la sección de la tubería considerada, se realizará a continuación un balance de
fuerzas en la dirección del flujo x de un volumen diferencial, de la capa activaVa = Wbyax.

La capa activa tiene cierto grado de compactación dado por el valor de una propiedad que
se denomina “porosidad” y se define como el cociente entre el volumen de los “poros” de
líquido que ocupan el espacio entre las partículas de sedimento y el volumen del propio
sedimento. La porosidad depende de la distribución granulométrica, la forma y el ángulo de
fricción de las partículas (e), así como de la compactación, o consolidación del lecho. Es
esperable que la porosidad sea una función decreciente de la profundidad (menor cantidad
de poros en las capas más profundas).

El volumen de sedimentos contenido en la capa activa, debido a su porosidad (p), es


menor que el volumen total ya que Va=Vs+Vl=Vs(1+Vl/Vs)≡Vs(1+p). Por lo tanto
Vs=Va/(1+p).

El peso del diferencial Vs (considerando la porosidad, p) esPa = Wbyax.(1+p), con lo


que la fuerza de fricción “coulombiana” (sólido-sólido) es, como se vio antes, e.N. Dado que
en este caso se trata de la fuerza sobre una lámina o capa y no sobre una partícula aislada
se despreciará, como primera aproximación, la sustentación que pudiera producir el flujo
sobre el lecho. En ese caso la fuerza normal, del lecho sobre la capa activa, es igual al peso
sumergidoPa y la fuerza de rozamiento = = Wbyax.(1+p). Ésta última sumada a la
de cohesión , es equilibrada, en estado estacionario, por la de arrastre hidrodinámico
. Resulta entonces:

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 159


Usando que ,y , se tiene que de donde

La carga de lecho se puede estimar como , siendo (menor a la


velocidad media del fluido V) la velocidad en la interface sedimento-líquido, la cual se puede
relacionar con la velocidad media del sedimento (menor a ) a través de (May, 1993).
Por lo tanto el caudal sólido divido el caudal total (que se puede aproximar, para bajas
concentraciones de sólidos, por el caudal líquido) es, por definición, la concentración
volumétrica de sólidos arrastrados por el fluido, es decir . El caudal total se puede
estimar como , siendo , en este caso, la profundidad media del flujo en el
canal.

La fuerza de arrastre hidrodinámico sobre la capa activa a velocidad , dada por el flujo
velocidad media V, se puede escribir como , con .

Figura I-10.2-Definición de geometría de la capa activa.

En el caso de un movimiento relativo del fluido sobre la capa activa se puede plantear
. Siendo el movimiento de la capa activa estacionario se pueden reformular
las ecuaciones vistas en el caso de movimiento incipiente para el caso de movimiento ya
establecido:

Para el caso de un lecho considerado plano el coeficiente resulta bajo ( o


incluso tomarse como despreciable.

En este caso se puede plantear:

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 160


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

donde es el volumen de un diferencial de capa activa.

Respecto a las fuerzas de cohesión, en base a resultados obtenidos en canales de


laboratorio con sedimentos cohesivos artificiales (Álvarez-Hernández, 1990), algunos
investigadores (May, 1993) consideran las conclusiones de dichos experimentos en cuanto a
que la cohesión solo afectaría el umbral de movimiento y no así el transporte. En otras
palabras luego de iniciado el movimiento el sedimento cohesivo se comportaría como no
cohesivo. Esta hipótesis, si bien será atendida en este análisis, no se toma como laudada a
la fecha.

En el caso de asumirse despreciables las fuerzas cohesivas durante el movimiento se


tiene:

, de donde

De lo anterior se puede despejar el espesor de la capa activa, a los efectos de estimar el


caudal sólido, , como:

Sustituyendo resulta:

El último término de la igualdad, mediante la consideración del diámetro D de la


tubería, se puede escribir, multiplicando y dividiendo entre , prácticamente en forma
idéntica a la obtenida en otros trabajos (May, 1993):

Las únicas diferencias son que May define el ángulo de fricción como en vez de , y que
llama al coeficiente de fricción en presencia de sedimentos, en vez de llamarlo . Este
último punto no es menor, dado que estrictamente debe corregirse por la presencia de
sólidos en el fluido, como plantea May, indicándolo a través del subíndice “s”, con lo cual
aquí se podría escribir también en la ecuación anterior.

Sin perjuicio de que más detalles pueden verse en la referencia bibliográfica en la que se
basa este desarrollo (May, 1993) se remarcan algunos aspectos importantes allí reseñados.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 161


En primer lugar se observa que el umbral de movimiento está dado, obviamente, por
, mientras que el máximo de la “eficiencia de transporte” se obtendría en .
Dicha eficiencia de transporte es definida por el término (“factor de eficiencia”)

.En cuanto al término ente corchetes se puede plantear un vínculo (proporcionalidad)


con el parámetro de Shields, como una medida útil de la movilidad del sedimento:

Si son consideradas las fuerzas cohesivas el aporte de las mismas a la concentración


sería:

Con lo cual la concentración corregida por efectos cohesivos resultaría ser:

Si bien un estudio más profundo escaparía al alcance del presente trabajo se puede
indicar, simplemente, que la cohesión debería estudiarse con mayor detalle, en especial en
condiciones lo más cercanas que fuera posible a las de campo, a los efectos de analizar su
influencia, y eventualmente validar los resultados experimentales(Álvarez-Hernández,
1990).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 162


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Anexo II - Potencia volumétrica necesaria para suspender una concentración de


sedimentos conocida

La potencia volumétrica necesaria para mantener suspendida una cierta concentración


de sedimentos conocida es importante cualitativamente, en especial en el régimen de
transporte como “carga suspendida”.

La fuerza del peso de las partículas sumergidas se puede escribir como msg = gVs(s-1),
siendo ms y Vs la masa y el volumen, respectivamente, de una partícula considerada. Por lo
tanto la potencia volumétrica o “energía por unidad de tiempo y volumen” (Maggiolo, 1965)
para mantener suspendida a dicha partícula de velocidad de caída w, resulta P=F.w de
donde la potencia específica es P/V= msgw/V= gVs(s-1)w/V =gCV(s-1)w/V , en la que se
utilizó la definición de concentración al escribir el volumen ocupado por las partículas
sólidas como Vs=CV por lo cual se cancela el volumen total (de fluido y sólido), V, quedando
P/V= gC(s-1)w.

Si en vez de por unidad de volumen se considera la potencia por unidad de peso resulta
P/gV= gC(s-1)w/g = wC(s-1).

El valor de energía por “unidad de tiempo y volumen” (en realidad se trata de potencia
por unidad de peso) expresado como Cw(1 - l) ((Vanoni, 1953a), (Maggiolo, 1965) )
comparado con la energía necesaria para vencer la fricción del lecho del canal se puede
estimar conociendo esta última.

La potencia de fricción específica para un largo de conducción L, con perímetro mojado Pm


es Ffv/gV= PmLv/gV =RhS)PmLv/gV =p/Pm)SPmLv/pL = Sv. En la cadena de
igualdades enterior se utilizó la definición Rh =p/Pm y que el volumen de fluido en dicho
largo de conducción es V = pL. En resumen la potencia específica buscada es el producto del
gradiente de energía (S) por la velocidad media en una sección dada.

A modo de establecer un orden de los valores típicos que pueden encontrarse de la


energía necesaria para mantener en suspensión a las partículas respecto a la requerida
para vencer la fricción se asumen los valores (bastante representativos de los que suelen
darse en los sistemas de transporte de aguas residuales) siguientes:

S = 1/1000,

v=0,5 m/s

C=1/1000=1.000 ppm

w=1 cm/s = 0,01 m/s

s=2,65 (arenas)

De lo anterior resulta una “potencia específica de suspensión”, Ps/P= C(s-


1)w=(0,001).1,65.0,01=0,0165/1000 W/N (m.s).

Análogamente se tiene, para dichos valores, una “potencia específica de fricción”, Pf/P= Sv
= (0,001).0,5=0,5/1000 W/N (m.s).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 163


Por ende, el cociente de ambas magnitudes es, para este caso y valores adoptados,
0,0165/0,5, es decir 3,3%, valor que se ubica razonablemente en el orden establecido por
Vanoni para dicha magnitud relativa (3%, ver numeral 8.1.3).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 164


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Anexo III - Eliminación de paredes laterales

Dada la importancia que tiene determinar la tensión rasante ejercida por el flujo
directamente sobre el lecho de sedimento (por ejemplo para comparar resultados
experimentales) se han propuesto varios métodos de corrección de las tensiones rasantes
medias, calculadas como , para obtener las tensiones medias actuantes sobre
el lecho. Cabe destacar que puntualmente, aún en el lecho, las tensiones rasantes pueden
diferir mucho de estas tensiones medias, producto de flujos secundarios. A raíz de ello se
han presentado ((Mark, 1995), (Perrusquía, et al., 1995)) distintas tipologías de
distribuciones de tensiones rasantes sobre los fondos de tuberías, con y sin sedimentos.
Dado que varios autores han corregido las tensiones del lecho con distintos procedimientos,
la aplicación de estos a las fórmulas de transporte de sedimentos (Cheng & Chua, 2005)
arrojaría distintas expresiones, en especial en lo que refiere a las tensiones críticas y
distintos coeficientes de ajuste a datos experimentales o lo predicho por la teoría.

La tensión rasante media (o) se calcula en general145 mediante las fórmulas usuales
para el caso de canales a superficie libre (Chow, 1994):

Ecuación III.10.1 .

Existen varias técnicas de separación de las paredes laterales como la de Einstein-


Vanoni (Álvarez-Hernández, 1990)) o la fórmula de Kleijwegt (1992). De Sutter et al.
(1999), indica que esta última fórmula (Banasiak, et al., 2005), produce una mejor
estimación para tubos circulares que los métodos tradicionales de Einstein y Vanoni-
Brooks, originalmente desarrollados para ríos, en los cuales se suele asumir que el fondo
(plano) es de ancho mucho mayor que la profundidad del flujo (condición que no se cumple
para el caso de conducciones tubulares).

Sin perjuicio de ello se ha observado (Álvarez-Hernández, 1990) que los valores predichos
por la técnica de separación de Einstein y Vanoni-Brooks, se ajustan con alta correlación
(r=0,96) a los valores medidos por este mismo autor en un rango de profundidades relativas
de sedimento (E/D) comprendidas entre 0,08 y 0,39. Cabe señalar que entre dichos valores
se ubica el óptimo de profundidad de lecho suelto, según lo concluido por Nalluri y Ghani
(E/D = 0,15).

La fórmula de corrección propuesta (Álvarez-Hernández, 1990) para transformar la


tensión rasante media (o) en la tensión rasante media del lecho (b) es:

Ecuación III.10.2

Dos de los procedimientos de “eliminación de las paredes laterales” más utilizados se


basan (Perrusquía, 1992) en los trabajos de Einstein (1942) y de Vanoni y Brooks (1957).
Ambos procedimientos son similares: el de Einstein utiliza el coeficiente de rugosidad (k) de
Manning-Strickler, mientras que Vanoni y Brooks utilizan el factor de fricción (f) de Darcy -
Weisbach. Sin embargo, como es fácil deducir, ambos coeficientes se relacionan, al igual que
con el coeficiente de Chezy, por la relación (Bertrand-Krajewski, 2006):

145 Y en particular en el desarrollo aquí reseñado.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 165


Ecuación III.10.3

El factor de fricción se puede estimar en este caso utilizando la fórmula de Darcy-


Weisbach con el factor de fricción dado por la fórmula de Colebrook-White de la siguiente
manera (Perrusquia, 1992) :

Ecuación III.10.4

donde el último término es la forma original de la ecuación propuesta por Colebrook y


White, en la que para lechos usualmente se asume .

De lo anterior, utilizando la ecuación general de pérdidas de Darcy en la forma ,


se puede escribir para la velocidad:

Las hipótesis en las que se basa el método (Vanoni & Brooks, 1957) son:

1-La sección recta puede dividirse en dos secciones, una que ejerce tensiones rasantes
sobre el lecho y otra sobre las paredes. Las fronteras entre ambas regiones se consideran
sin tensiones rasantes mutuas y no se incluyen en los correspondientes perímetros mojados,
pb, y pw.

2-Las velocidades en ambas secciones son iguales a la velocidad media, es decir Ub = Uw


= U.

3-Las fórmulas para canales se pueden aplicar a las secciones como si fueran canales en
sí mismos.

4-Las rugosidades en cada sección se consideran homogéneas, si bien diferentes entre


secciones (lo que amerita la corrección).

Las variables que se asumen conocidas son V, S, g, , pw, pb y A. Las cantidades R, u*, f
se determinan de las anteriores y de las relaciones básicas ( ),
mientras que las incógnitas principales son , Rb y fb. De estas se obtiene la tensión
rasante en el lecho, por lo que el término puede considerarse
un término de corrección. Se remarca la posibilidad de aplicar el método para más de dos
secciones de distinta rugosidad. Para el caso más usual, solamente con dos secciones de
distinta rugosidad, se plantea:

Ecuación III.10.5-Fórmula de Manning para las paredes laterales

Ecuación III.10.6- Fórmula de Manning para el lecho

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 166


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Figura III-1-Esquema genérico de secciones para el método de separación de efectos de


paredes laterales.

Para el caso, usualmente considerado, de paredes laterales lisas ( =0), resulta:

La ecuación anterior permite calcular iterativamente , dado que y , de

la siguiente forma: fw  Rew = (Re/f)fw  fw* = .

Figura III-2-Aplicación al caso de tuberías del método de separación de efectos de


paredes laterales.

Alternativamente a este procedimiento iterativo se propone (Vanoni & Brooks, 1957)


utilizar un gráfico construido a tales efectos por Rouse, basado en la ecuación de resistencia
de Karman-Prandtl para flujo turbulento en tuberías lisas. En vez de ello se puede utilizar
una aproximación a dicha curva, con un error no mayor al 4% prácticamente en todo el
rango de interés (ver gráfico siguiente), a través de la ecuación fw = fw(Rew/fw) =
0,2978(Rew/fw)0,2978. Se presenta a continuación la curva de la ecuación de resistencia de
Karman-Prandtl (Rouse, 1960) para flujo turbulento en tuberías lisas (adaptado de (Vanoni
& Brooks, 1957)).

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 167


Grafico de Rouse para la ecuación de resistencia de
0,035
Karman-Prandtl para flujo turbulento en tuberias lisas
0,03

0,025
y = 0,2978x-0,18
0,02 R² = 0,9966
0,015
f(Re/f)
0,01
Potencial (f(Re/f))
0,005

0
2,00E+05 2,00E+06 2,00E+07

Gráfico III.1- Curva de resistencia de Karman-Prandtl para flujo turbulento en tuberías.

Una vez hallado fw el procedimiento continúa con la obtención de fb = pf/pb -pwfw/pb,


ecuación (fbpb +pwfw=pf) que surge de las hipótesis, siendo p el perímetro mojado.
Finalmente .

Figura III.5-Tubería a superficie libre con lecho de sedimentos.

En la Figura III-5 (adaptada de (Mark, 1995) quien lo modifica de (Perrusquía, et al.,


1995)) se muestra la distribución de tensiones rasantes, a lo largo del perímetro mojado p,
modificada en función del procedimiento de separación del efecto de las paredes. En base a
lo anterior se han propuesto (Ibro, 2011) modificaciones a lo planteado por Perrusquía, para
el caso de tubería llena donde la distribución de esfuerzos, según este investigador, es
bastante diferente. Lo importante, es decir la diferencia, radica en que no existen, en las
tuberías llenas, puntos de tensiones rasantes despreciables, tal como las que se sugieren en
la figura anterior.

Por su parte Einstein, quien además de trabajar con Meyer-Peter et. al, refiere a un
trabajo previo de estos (1935) en su clásico artículo de 1950, tomó la tensión rasante como
constante, evaluando la diferencia a través de los radios hidráulicos de cada sección como
(Álvarez-Hernández, 1990):

Ecuación III.10.7

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 168


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

En este caso, Einstein plantea, algo similar a lo realizado por Meyer-Peter & Müller,
pero pensando en vez de en el gradiente hidráulico, en la modificación del radio hidráulico,
es decir una medida de la región afectada por el flujo.

En este modelo propuesto por Einstein se disocia el radio hidráulico en dos componentes:
una debida al tirante propio del flujo sobre el lecho (término R´b) y por otra parte la forma
que adopta el mismo en el transporte (término R”b). Se ve que este modelo también puede
considerarse de tipo “activo”.

Cabe relacionar ambos enfoques dado que la resistencia al flujo del fluido que se ejerce
por parte de las paredes, según la formulación clásica, por ejemplo a través de la ecuación
de Chezy, se relaciona con el radio hidráulico:

Ecuación III.10.8- Fórmula de Chezy para cálculo de velocidad media en canales.

o bien la

Ecuación III.10.9-Fórmula de Manning para cálculo de velocidad media en canales.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 169


Anexo IV Modelación física

En este anexo se comentan algunos resultados experimentales, independientes entre sí,


referentes al transporte de sólidos cohesivos y no cohesivos realizados en modelos físicos, es
decir en canales de laboratorio. Respecto a la temática de interés para este trabajo, se
indica (Fuentes Aguilar, 1990) que a la hora de realizar modelos con arrastre de sedimentos
“su dificultad se hace exasperante” y que, dentro de ese panorama, el estudio de los
sedimentos cohesivos puede resultar “demasiado complejo”, debido a sus propiedades
específicas (curvas reológicas). Por ello se notará que la mayor parte de este numeral se
dedica a lo relacionado con sedimentos no cohesivos (denominados a veces (Fuentes Aguilar,
1990) “incoherentes”).

Antecedentes históricos
El estudio del transporte de sedimentos en conducciones desde un punto de vista
“científico” se origina en “casos reales”. Ya en la época del imperio romano, los flujos de
sedimentos en ríos y otros canales naturales y artificiales. Se destaca, para estos últimos,
las observaciones de Plinio sobre el caso de la “cloaca máxima” ubicada en la antigua ciudad
de Roma(Bertrand-Krajewski, 2008).

Más recientemente el estudio ampliamente citado sobre “el Rin y los cauces con lechos
móviles” (Du Boys, 1879), pionero en el estudio racional del transporte de sedimentos en
canales naturales, tiene un antecedente, también asociado al estudio del cauce del rio Rin,
en un trabajo previo del ingeniero Scipion Gras de 1857 (“Estudio sobre los torrentes de los
Alpes”).

Uno de los primeros146 canales construidos específicamente para el estudio de arrastre de


residuos (“debris”) en conducciones a superficie libre, como es el caso de ríos, es el del
campus de la Universidad de California construido por Gilbert (Gilbert y Murphy, 1914).
Una comparación global del canal que propuso Gilbert con los canales que actualmente se
utilizan demuestra (De Sutter, et al., 2001) que en lo sustancial no han cambiado su diseño
en el trascurso de cien años. Tanto en las fotografías del canal construido en la Universidad
de California, como en croquis de ese canal (Gilbert & Murphy, 1914) se distinguen
elementos aún hoy tenidos en cuenta como ser un tanque de aquietamiento, un tanque
intermedio con posibilidad de variar la pendiente del canal, y un tanque de sedimentación
“de cola”.

Instalaciones experimentales utilizadas


Los canales usualmente utilizados son rectangulares o circulares, estos últimos
especialmente en el caso de estudios asociados a la hidrología urbana en la cual la hipótesis
de cauce “muy ancho” no se cumple, siendo relevante la variación del tirante con respecto al
fondo de sedimentos así como efectos de borde, como ser los vórtices de pared. Estos
canales, en general, tienden a ser utilizados para casos en que se desea estudiar la
influencia de la forma de las paredes en las propiedades de transporte del canal,

146 Sin perjuicio de que se tiene conocimiento que ya por el año 1500 Leonardo da Vinci habría
realizado algunos experimentos de observación de transporte de arenas visualizando deposición y
presencia de lechos en casos de velocidades bajas ((Simons & Şentürk, F., 1992) ,(Graf, 1998)).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 170


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

especialmente las tensiones rasantes. Se han construido canales con secciones circulares, o
que permiten incorporarlas a los canales rectangulares (De Sutter, et al., 2001), (Ibro,
2011)). En particular los canales con fondos planos o rectangulares permiten trabajar por
unidad de ancho utilizando correcciones por efectos de pared como las propuestas por
Einstein. Este no es el caso de las canalizaciones con sección circular, de allí el interés en su
estudio específico.

En algunos casos se suele reducir la intensidad de la turbulencia mediante


“enderezadores” de flujo de tipo “panal de abejas o similar” ((Bove, et al., 2013), (Viscarret,
et al., 2007)). Ello no da cuenta de los efectos de protuberancias como raíces, uniones mal
realizadas en campo y otros que en realidad incrementan el nivel de turbulencia.

Los sedimentos utilizados, especialmente los no cohesivos, se suelen describir


granulométricamente dándose su distribución o bien, al menos, el rango de diámetros
utilizado y su valor medio, d50.

Conductos circulares
Las tuberías circulares utilizadas en experimentos dedicados al arrastre de sedimentos
suelen ser construidas (al menos en la sección de medida) en acrílico, vidrio, o algún otro
material transparente a los efectos de la visualización del movimiento de los sedimentos y/o
la aplicación de técnicas de velocimetría a través de detección de imágenes como la PIV. Las
tuberías en las zonas donde no se requiere visualización se han realizado en diversos
materiales, incluyéndose el hormigón ((Álvarez-Hernández, 1990), (Perrusquia, 1992)).

Los experimentos desarrollados suelen realizarse tanto a sección parcialmente llena,


como a sección completa simulando el caso de flujos a presión.

Propiedades de los sedimentos utilizados


Los sedimentos utilizados pueden ser cohesivos “de diseño”, sustitutos artificiales de los
sedimentos cohesivos reales (encontrados en situaciones de campo, o naturales147),
“parcialmente cohesivos” (Banasiak & Verhoeven, 2008) o simplemente no cohesivos. En
caso de ser no cohesivos, como arenas, pueden ser de tipo natural (sin granulometría
“controlada”) o bien con granulometría controlada o seleccionada (“uniformes”). Por ejemplo,
se han usado esferas de vidrio de diámetros preestablecidos(Bove, et al., 2013). Por otra
parte, no es usual que se utilicen sedimentos reales, y/o los líquidos residuales que los
contienen, dados los posibles problemas sanitarios que pueden generar su manejo en el
laboratorio y en las demás instalaciones usualmente utilizadas. Este tipo de problemas se
presenta también en campo, lo cual hace que las campañas de medida “in situ” sean caras
por lo complejo y riesgoso del acceso y manejo del personal que realiza la tarea(Riochet,
2008).

En el caso de utilizarse arena ésta puede estar granulométricamente graduada, o no.


Típicamente se trata de arena de cuarzo con densidad relativa, s=2,65.

Una distribución granulométrica de arena como la denominada “Silkeborg Sand No.


0000” ((Lund & Jakobsen, 1998), citados por (Ibro, 2011)), presentada en el ¡Error! No se

147 En muchos casos, de carácter antropogénico.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 171


ncuentra el origen de la referencia. es lo que usualmente se toma como “uniforme”. Cabe
mencionar que aún en el caso usual en que se utilizan esferas realizadas en vidrio, la
uniformidad “ideal”, obviamente, no es totalmente alcanzable debido a las tolerancias de
fabricación. Sin embargo con los criterios usualmente aplicados son, en general,
perfectamente clasificables como “uniformes” a diferencia de lo que puede encontrarse en
distribuciones “reales” de sólidos que presentan baja uniformidad e incluso multimodalidad.

Estrictamente, teniendo en cuenta lo indicado en la Tabla 4.1, el sedimento reportado por


(Lund & Jakobsen, 1998), presenta un g = 1,30 lo cual implica que es uniforme (“well
graded”). El otro sedimento “de laboratorio” presentado en el ¡Error! No se encuentra el
rigen de la referencia., con distribución granulométrica en un rango de diámetros de 0,075
mm a 0,25 mm y d50 = 0,17 mm(Ibro, 2011), dado que presenta g = 1,66 solo sería
“moderadamente uniforme”.

En el siguiente se representan las dos distribuciones granulométricas de arenas


comerciales utilizadas en experimentos de laboratorio comentadas en el párrafo anterior
((Lund & Jakobsen, 1998), citados por (Ibro, 2011)) y dos obtenidas en campo ((Banasiak, et
al., 2005), (Almedeij, et al., 2010)). Se destaca la mucha menor uniformidad de estas
últimas e incluso la pobre gradación o multimodalidad de algunas como las presentadas por
(Almedeij, et al., 2010).

Granulometrías comparadas
100%
Fracción Almedeij, 2010-min
90%
80% pasante
Almedeij, 2010-max
70%
60% Banasiak, 2005
50%
40% Ibro, 2011
30%
Jakobsen,1998
20%
10%
0%
0,01 0,1 1 10 100
d(mm)

Gráfico IV.1- Distribución granulométrica usada en algunos experimentos.

Algunos experimentos de erosión en canales no han sido realizados utilizando


sedimentos naturales148 sino utilizando esferas de vidrio149, de diámetros comprendidos
entre 0,42 y 0,84 mm, con una media de 630 m (Bove, et al., 2013).

Mientras algunas fuentes solamente establecen las granulometrías por los rangos de
tamaños de partículas utilizadas ((Bove, et al., 2013), (Hill & Younkin, 2006), (Hopfinger, et
al., 2008) y Kurniawan et al. (2004)) otras (comentadas previamente en este trabajo

148 Que si bien pueden ser de procedencia comercial su origen se encuentra en la naturaleza.

149 Utilizadas comercialmente como material reflectivo en pinturas de uso vial.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 172


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

((Almedeij, et al., 2010), (Banasiak & Verhoeven, 2008), (Ibro, 2011)) dan las distribuciones
granulométricas completas, en forma de las curvas usuales.

Experiencias a escala en modelos físicos.


En la literatura (Pugh, 2008) se informa sobre modelos físicos con escalado de tasas de
transporte de sedimentos, basados en la función de Shields con las modificaciones
introducidas por Taylor. Este último desarrolló un parámetro de descarga de sedimentos, el
cual permite obtener curvas “paralelas” a la de movimiento incipiente de Shields,
paramétricas en el valor de la descarga (caudal) de sedimentos adimensional. Se utiliza este
método (Pugh, 2008) para determinar el escalamiento de densidades o bien de tamaños de
grano para poder representar las tasas de transporte a escala reducida.

Modelado y similitud
Desde el punto de vista de la similitud se plantea (Pugh, 2008) que los modelos
hidráulicos deben ser geométrica, cinemática y dinámicamente similares. Ello implica que
para cada caso deben existir escalas únicas de longitudes, velocidades, aceleraciones,
fuerzas, y presiones (que además se relacionan entre sí). En general debe existir también
similitud geométrica, es decir conservación de proporciones geométricas entre modelo y
prototipo.

Los números más utilizados en el modelado físico del arrastre de sedimentos son el de
Reynolds, el de Froude y el de Euler (Pugh, 2008).

Las escalas basadas en el número de Froude que se suelen utilizar, en canales abiertos,
son las de longitud (Lr), área (Lr 2), volumen (Lr 3), tiempo (Lr 1/2), fuerza (Lr 3), tensión
rasante (Lr), velocidad (Lr 1/2), y caudal (Lr 5/2). En lo anterior la nomenclatura Lr representa
la escala de longitudes del modelo (“length ratio”).

Se indica, por otra parte (Pugh, 2008), que el escalado usando el número de Froude
presenta deficiencias para la modelación, debido a que las fuerzas preponderantes en el
movimiento de las partículas (arrastre, sustentación) dependen más del número de
Reynolds que del de Froude. Este último, según ese autor “no necesariamente simula
adecuadamente las fuerzas tractivas y la erosión”. Ello se puede ajustar en algunos casos
modificando el tamaño de sedimentos, para compensar el no cumplimiento o conservación
del número de Reynolds.

Se define entonces un “defecto” en el número de Reynolds de un modelo en el que se


conserva el número de Froude. El mismo se puede calcular como:

Ello se deduce fácilmente de la aplicación de la conservación del número de Froude en el


modelo, con lo cual: Fr=Fr´, de donde se igualan V/(gD)1/2 = V´/(g´D´)1/2.

Asumiendo, lógicamente, que en los experimentos se conservará la aceleración


gravitatoria (g´=g ), se llega a que la escala de velocidades (que con una nomenclatura
coherente para este numeral se puede llamar Vr, por “velocity ratio”), sería Vr= Lr1/2.

Se concluye por lo tanto que la escala de números de Reynolds Re´/Re no es uno, es decir
que no hay similitud desde este punto de vista, sino que Re´/Re= (V´D´/´(VD/) de donde,

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 173


asumiendo que en los experimentos ´ =1, se obtiene Re´/Re= Vr Lr= Lr.Lr1/2 = Lr3/2, es
decir lo antes definido como “defecto” en Re.

Aspectos relevantes a tener en cuenta al considerar modelos físicos


Si bien los modelos físicos han permitido llegar a importantes avances en el conocimiento
de los procesos que afectan la movilidad de los sedimentos así como su transporte, las
situaciones de laboratorio son “controladas” lo cual no ha permitido entender aún como la
variabilidad de las condiciones que se dan en campo afecta a los procesos reales.

Por ello, aún no se ha podido reducir la incertidumbre de predicción que se presenta en


los modelos y fórmulas surgidas en trabajos de laboratorio. Algunas de las pioneras en la
predicción del transporte de sedimentos (Meyer-Peter & Müller, 1948) se cuentan entre
ellas. Sin embargo algunas fórmulas con ese origen han dado los mejores resultados en
diversas situaciones de predicción (incluyendo descargas de tipo no estacionario) en
colectores(Creaco & Bertrand-Krajewski, J. L., 2009).

Las características de la modelación física no han cambiado sustancialmente en casi un


siglo, si bien el avance en las técnicas de medición (por ejemplo de velocidades a través de
PIV), han dado posibilidades de realizar medidas de magnitudes casi a nivel puntual,
permitiendo detectar particularidades en los campos de velocidades, tensiones rasante,
concentraciones de sólidos, e incluso composiciones de los mismos y su evolución temporal
en el lecho como en el seno del fluido.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 174


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Anexo V Modelación numérica

El modelado numérico del transporte de sedimentos se basa en la solución de las


ecuaciones básicas de conservación en canales. Por ejemplo Onishi (en (Chaudhry & Mays,
1994)), presenta las ecuaciones150 de los fenómenos básicos: continuidad, cantidad de
movimiento (ecuación de Saint-Venant), continuidad en el sedimento, para condiciones de
carga de lecho predominante (ecuación de Exner), asi como “predictores” de caudal de
sedimento y factor de fricción asociado al flujo sobre el lecho de sedimentos.
Para el modelado de la erosión/deposición de sedimentos, tanto cohesivos como no
cohesivos, se presentan en la referencia antes citada diversas ecuaciones, entre ellas las
dadas por Partheniades para erosión y por Krone, para deposición, ambas de 1962.

Esquemas numéricos para resolución de las ecuaciones de conservación


Varios esquemas numéricos se han planteado para simular flujos no estacionarios en
alcantarillados, a través de la resolución del sistema de ecuaciones de conservación
(“ecuaciones dinámicas”). La mayoría de los modelos han sido desarrollados usando(Jin, et
al., 2002) técnicas como el método de las características, esquemas de diferencias finitas
explícitos, o esquemas de diferencias finitas implícitos de 6 o 4 puntos.

Entre ellos, los métodos implícitos (Jin, et al., 2002) tienen la ventaja de mantener buena
estabilidad para pasos temporales de cálculo largos (t) y muestran gran robustez ante
situaciones de modelación complejas como ser interfases de transición del flujo por
gravedad a flujo a presión.

Las buenas propiedades citadas de esquemas como el de cuatro puntos ponderado usado
por el National Weather Service en su código “FLDWAV” en estudios dinámicos de flujo en
ríos y simulaciones de roturas de presas, se han propagado a otros modelos dinámicos,
específicos para conducciones de aguas pluviales o residuales. Un ejemplo (Jin, et al., 2002)
es el software HMI, del desarrollador Haestad Methods (hoy en día perteneciente a la firma
Bentley).

El esquema de cálculo resultante es, en ese caso, el siguiente:

150De las que existen numerosas versiones, se toma este conjunto como un posible ejemplo de la
forma de las ecuaciones usualmente manejadas en los modelos numéricos.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 175


en el cual  es el factor de ponderación o “peso” y el esquema implícito de cuatro puntos (
, ) es incondicionalmente estable si >0,5. El valor optimo (Jin, et al., 2002)
resulta estar en el rango 0,6 a 0,8, para el cual se logra obtener un compromiso aceptable
entre estabilidad y precisión aún para pasos de cálculo computacional grandes.

El método de iteración de Newton-Raphson se utiliza para resolver las ecuaciones en


diferencias finitas que se obtienen de las leyes de conservación, discretizadas en tiempo y
espacio. Otras técnicas numéricas especiales para optimizar la performance de cálculo se
detallan en la bibliografía especializada.

Condiciones iniciales y de contorno para modelos de transporte de sedimentos


Como es usual, también en el modelado del transporte de sedimentos, se suele despreciar
la influencia de la frontera superior (superficie libre). Solo se considera la inferior, ya que es
la que está en contacto con el lecho y, a través de la cual se puede transferir material del
mismo al seno del fluido. Sin embargo ello no significa que la superficie libre no presente
tensiones rasantes, ya que los máximos de velocidad suelen no darse en la misma sino algo
por debajo de ella(Larrarte, 2015).

Se toma como parámetro descriptivo de la condición de frontera del fondo (Ibro, 2011) el
coeficiente de rugosidad ks asumido preliminarmente como 2d50. Otros autores (por ejemplo
(Engelund & Hansen, 1967)) sugieren un valor de ks igual a 2,5d siendo d el “diámetro de
caída” (“fall diameter151”).

El ajuste de la capacidad de transporte según la velocidad media que se tenga en la


conducción es calculada (Ibro, 2011) a través del denominado “factor de corrección de
Engelund – Hansen”, (V0/V)5, con lo cual se plantea, por unidad de ancho gs= gs0(V0/V)5 =
gs0(A0-As/A0)5 siendo las variables involucradas:

gs0: capacidad inicial de transporte de sedimentos

gs: capacidad ajustada de transporte de sedimentos

A0: sección recta de la tubería limpia

As: sección recta de sedimentos

B: ancho de sedimentos

h: altura de sedimentos

de manera que, qs= gsB(A0-As/A0)5

151 Ver su definición (Engelund & Hansen, 1967) en el capítulo 3 del presente trabajo.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 176


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

En la cadena de igualdades anterior qs es el caudal de sólidos total, gs el caudal por


unidad de ancho y se asumió que se puede pasar de V0 a A0 suponiendo un caudal
constante.

Una justificación de la dependencia del gasto sólido de la quinta potencia de la velocidad


(“factor de corrección de Engelund – Hansen”) se vio en 8.6.7.

Selección de fórmulas de transporte a aplicar en los modelos


En el numeral 8 se consideraron diversas expresiones para estimar el caudal de sólidos
arrastrados por un flujo determinado en diferentes circunstancias y, por ejemplo, en el
artículo 8.6.7 se analizaron y compararon algunas fórmulas de transporte de sedimentos en
particular como la de Engelund – Hansen, cuyo uso es bastante extendido. Uno de los
mayores problemas que encuentra el ingeniero (Onishi, 1994) no es cómo calcular la
descarga de sedimentos dados los parámetros hidráulicos y características de los
sedimentos, sino determinar cuál formula, de la gran cantidad existente, es la más
conveniente para cada caso concreto. La mayoría de las fórmulas son aplicables solamente
al caso de sedimentos no cohesivos en condiciones estacionarias y sin carga de lavado. En
todo caso el conjunto de las fórmulas más “populares” sería un buen lugar para iniciar la
búsqueda para aplicación a un caso concreto con el que el especialista se tenga que
enfrentar.

En primer lugar es de notar que las expresiones que se han ido planteando ya desde los
inicios del estudio del transporte de sedimentos, como las de Meyer-Peter, Meyer-Peter y
Müller, Shields, Du Boys y Schoklitsch, presentan mayor discrepancia contra datos medidos
que las más recientes. Otras, las más citadas (y muy posteriores, como la de Engelund-
Hansen de 1967) suelen dar muy buena aproximación, aun para casos variados, con lo cual
tienen bien ganada su reputación. Ello no es sorprendente ya que en algunos casos cuentan
con casi un siglo de investigación acumulada respecto a las investigaciones “fundacionales”
(como la de Du Boys) para poder obtener las mejoras de predicción observadas.

Por otra parte la gran dispersión en los resultados que se obtienen es notable, lo cual
refuerza el criterio de que es usualmente aceptable predecir entre el 50% y 200% de valor
real, lo cual debe ser tenido en cuenta a la hora de proyectar sistemas que presentan
transporte de sólidos o tomar decisiones de tipo operativo en las mismas.

Prueba de modelos.
Muchos de los códigos presentados (Onishi, 1994) han sido aplicados a un amplio rango
de casos, demostrando la “utilidad de los modelos matemáticos como una herramienta para
la toma de decisiones”. En el fondo esta afirmación puede interpretarse como una forma de
mostrar, aun relativizando la precisión de los mismos, su utilidad como herramientas
cualitativas de análisis. Por otra parte ese autor establece que son pocas las ocasiones en
las que varios códigos han sido comparados entre si y contra datos de campo. El National
Research Council (Onishi, 1994), realizó pruebas en 1983 relacionadas con las posibilidades
de predicción de niveles de inundación y capacidades de transporte de sedimentos por parte
de algunos de los códigos disponibles. Seis códigos de computadora fueron probados con
datos de ríos de los EEUU con lo que se mostró amplia variación en las predicciones de
carga de sedimentos, mostrando las dificultades que presentan los modelos para obtener
incertidumbres aceptables para ser modelos “determinísticos”.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 177


Como conclusión de tal tipo de pruebas se establece (Onishi, 1994) que la
interdependencia entre caudal, transporte de sedimentos, forma de lechos, y factores de
fricción aún no ha sido reflejada por los modelos, cuya amplia dispersión de resultados
refleja la actual falta de comprensión de dicha interdependencia. Por lo tanto, no es posible
seleccionar un único predictor de descarga de sedimentos como el mejor modelo existente.
Finalmente ese autor remarca que los usuarios de este tipo de códigos deben analizar
muchos métodos y modelos para definir su aplicabilidad a los problemas específicos a los
que se enfrenten.

Modelos numéricos específicos para sistemas urbanos


En lo que hace a las especificidades de los flujos en canales abiertos en ámbitos urbanos,
es decir “alcantarillados”, las siguientes fórmulas (Bertrand-Krajewski, 2006) y modelos son
los más utilizados.

Entre las fórmulas para sedimentos no cohesivos destacan, para la carga de lecho, las
fórmulas de Meyer-Peter y Müller, Einstein, van Rijn, y Novak y Nalluri. Para carga
suspendida, las fórmulas de Rouse, y de van Rijn. Para la carga total, las fórmulas de
Macke, Velikanov, y de Ackers-White.

En cuanto a softwares para el transporte de sedimentos, se cita a SWMM, THALIA,


Combes, FLUPOL y KOSIM. En lo que refiere al arrastre o lavado (“wash off) de
sedimentos (en especial producto de escorrentías) se citan (Bertrand-Krajewski, 2006) los
modelos SWMM, NPS, MOSQITO, y Servat.

Bertrand-Krajewski (2006) y otros autores (por ejemplo (Seco & Gómez Valentín, 2011))
indican al modelo SWMM con carácter casi universal.

Por otra parte (Bertrand-Krajewski, 2006) se plantean las dificultades que implica la
comparación de distintos modelos a pesar de lo tentador que resulta hacerlo. Estas radican
en que:

 Cada modelo ha sido calibrado con su propio conjunto de datos, por lo que una
comparación directa es imposible. Sin perjuicio de lo indicado por ese
investigador, se han realizado algunas comparaciones usando datos de varias
calibraciones y contrastado resultados. Estos han sido diversos, muchas veces
requiriendo ajustes en los parámetros de calibración para ampliar el rango de
validez de los modelos preexistentes, o bien para mejorar la precisión de las
predicciones realizadas.
 Los datos con los que se suelen calibrar los modelos, al menos inicialmente, son
limitados en cuanto a cantidad, debido a la falta de mediciones en campo. Se
plantea entonces cierta incertidumbre sobre la validez de los modelos fuera del
rango de condiciones a partir de las cuales han sido desarrollados, así como la
sensibilidad que poseen a variaciones en las mismas.
Finalmente se plantea Bertrand-Krajewski la “imposibilidad” de hacer comparaciones
serias, teniendo en cuenta lo antes dicho y que en muchos casos los modelos no están
suficientemente ajustados. Al respecto se tiene el ejemplo de la serie de ecuaciones que
autores como Novak y Nalluri o Ackers y White han ido desarrollando, a la vez que otras
posteriores y subsiguientes versiones de fórmulas ya establecidas “compiten” para
determinar cuál es la que tiene mayor precisión y por ende tiende a ser la más utilizada.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 178


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Según ese autor una comparación valedera y eficiente debería basarse en los mismos
conjuntos de datos de campo, lo cual parece lógico, pero también ello plantea dificultades,
según su opinión, debido a que no todos los modelos son comerciales o públicos, y no todos
los modelos requieren de los mismos datos o al menos no en el mismo formato.
Hémain et al. (1990), Osborne y Hutchings (1990) y Saget (1994) (Bertrand-Krajewski,
2006) plantean que la primera acción sería establecer una base de datos para establecer
comparaciones. A la fecha no se tiene constancia de que ese tipo de acciones haya sido
encaminado de forma sistemática.
Por último se plantea que el desarrollo de modelos debería ser en conjunto con la toma de
datos de campo, los cuales no necesariamente están bien determinados, son escasos
estadísticamente, están mal muestreados, etc. Uno de los problemas en los que ello radica
es el alto costo que tiene obtener este tipo de datos (probablemente mayor que obtener datos
de entornos fluviales, por ejemplo). Además la obtención de los mismos, especialmente en el
caso de saneamiento unitario (“sanitario” doméstico en particular), implica un cierta
cantidad de riesgos sanitarios y de posibles accidentes en las condiciones de trabajo en que
se obtienen. Estos riesgos son los inherentes a los sistemas de alcantarillado, en especial en
aquellos separativos de aguas residuales domésticas, comerciales y/o industriales.
Son especialmente delicados los muestreos de carga de fondo y depósitos, por lo cual,
(Bertrand-Krajewski, 2006) se requieren mejoras en aspectos metrológicos asociados al
transporte de sedimentos.
A modo de conclusión Bertrand-Krajewski indica que los modelos de transporte de
sedimentos (aún en 2006), si bien han crecido en número no han sido establecidos y
calibrados adecuadamente. Debe tenerse en cuenta que su adecuación al uso en entornos
urbanos no es directo (proviniendo la mayoría de ellos de aplicaciones fluviales) dada la
mucho más marcada variación de condiciones que se dan en estos casos (contenidos de
sólidos, carácter fuertemente no estacionario, estacionalidades, presencia de sedimentos
dispares, sólidos grandes, etc.).
Asimismo, la complejidad de uso que aún presenta la mayoría de los modelos disponibles
los mantiene fuera del ámbito cotidiano de las oficinas de gestión o diseño de sistemas a los
cuales están destinados.

Calibración y verificación de modelos


Aún en el caso en que los códigos o sistemas de modelación hayan sido suficientemente, o
al menos extensamente, probados contra datos de campo, existen dos procedimientos
similares que deben llevarse a cabo, necesariamente, con los datos disponibles del lugar
concreto en el que se plantean utilizar.

Dichos procesos son denominados calibración y verificación y son definidos (Gravens,


1992) a continuación.

Calibración
Se entiende por calibración al procedimiento de ajustar algunos parámetros del modelo
hasta lograr reproducir datos obtenidos previamente en campo. En el caso presentado
(Gravens, 1992), la modelación de líneas costeras, dicho procedimiento involucra lograr
reproducir valores medidos durante un cierto intervalo de tiempo, y consiste en determinar
valores específicos de coeficientes de entrada ajustables.

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 179


Verificación
El procedimiento de verificación se define de distinta forma en este contexto y no debe
confundirse con la calibración. Una vez realizada dicha calibración, la verificación consiste
en aplicar el modelo, con los coeficientes de ajuste determinados en la calibración, para
reproducir valores medidos durante un intervalo de tiempo distinto del usado para
calibración. Se considera satisfactoria la verificación si la salida del modelo es aceptable,
independientemente del intervalo de simulación que se elija.

Para el caso al que se hace mención (Gravens, 1992) se indica que los intervalos de
calibración y medición deben ser del orden de los tiempos característicos de los procesos que
se desarrollan y en el caso que los mismos presentan comportamientos estacionales
realizarse al menos por un período de un año, empezando y terminando la simulación en la
misma estación. Asimismo, se indica que las verificaciones deberían realizarse
preferentemente en duraciones similares o iguales a las de los pronósticos que se desean
obtener del modelo.

Se indica (Mourad, et al., 2005) que un buen ajuste en la etapa de calibración no


garantiza que futuras predicciones serán tan buenas. Para aumentar la confianza que se
tenga en ellas se realiza la validación, para lo cual no hay, según ese autor (a la fecha de
publicado su artículo) un consenso completo en que tareas concretas implica este proceso.

Sin embargo, algunos métodos como la validación sobre la partición en mitades de los
datos disponibles es un procedimiento extensamente aceptado. Consta, simplemente, en
dividir los datos disponibles en dos partes, una de las cuales se utiliza para calibrar,
mientras que la otra se usa para verificar. Las muestras son divididas aleatoriamente en
mitades, salvo cuando la cantidad de las mismos es limitada, en cuyo caso Jewell et al.
(1978, citado por (Mourad, et al., 2005)) sugiere usar la mayor parte para calibrar y la
menor para validar. Otras fuentes (por ejemplo(Schenzer, 2016)) opinan que “los datos que
se usan para calibrar no pueden ser cualesquiera, sino que tienen que ser suficientes
(condición sine-qua-non) e independientes (por economía de medición y de tiempo
computacional)”, cuestionándose así la división aleatoria de los datos disponibles.

Análisis de sensibilidad
Otro procedimiento para estimar de antemano el rango de potenciales pronósticos de
salida de los modelos se realiza a los efectos de determinar su sensibilidad ante cambios
intencionales (calidad de los datos, por ejemplo) en las entradas (variables) que se les
cargan para permitir el modelado.

Si se dan grandes variaciones en las predicciones del modelo ante pequeños cambios en
las variables de entrada se podrá atender especialmente a asegurarse la calidad de los
datos o bien, si llegara a ser excesivas, eventualmente modificar el modelo para hacerlo
menos sensible ante tales variaciones (eventualmente inevitables152) de alguna variable en
particular.

152 En concordancia con lo indicado por Bertrand-Krajewski en cuanto a la necesidad de


profundizar aspectos metrológicos específicos en esta área.

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 180


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

Lo anterior representa un tipo de análisis que no es usual a la hora de presentarse, por


la mayoría de los autores, datos de verificación de modelos obtenidos para ciertos sistemas
en particular. Al menos no suele hacerse referencia a ello o explicitarse inequívocamente,
dando la sensación en algunos casos de que los resultados presentados no son
generalizables ni suficientemente repetibles. En otras palabras, muchas veces se presentan
resultados que parecen ser auspiciosos pero raras veces se presenta, en la literatura,
análisis de sensibilidad de los modelo utilizado. Ello sería de utilidad para advertir a
potenciales usuarios o implementadores de tales modelos, sobre las posibles variaciones
esperables en los mismos ante posibles bajas calidades de los datos de entrada obtenidos.

Por el contrario, es factible que la gran cantidad y calidad de los datos que se pudieran
obtener para calibrar un determinado modelo no pueda ser obtenida en situaciones donde
este se aplica (“en campo”), por lo cual resulta vital este tipo de análisis de sensibilidad.

Interpretación de los resultados de modelos


Los pronósticos de los modelos (Gravens, 1992) deben ser validados en cuanto a su
razonabilidad general. El autor citado indica que el modelador debe estar siempre atento a
las limitaciones del modelo que aplica, así como utilizar su experiencia previa para evaluar
cuan correcto es el resultado producido y comprender las posibles tendencias que el mismo
pronostica.

Aspectos relevantes a tener en cuenta al considerar modelos numéricos


Se debe tener en cuenta (Seco & Gómez Valentín, 2011) que “el conocimiento de las
características físicas, químicas, y propiedades de los sedimentos del alcantarillado…es
fundamental para describir apropiadamente el movimiento de sólidos y predecir con una
mejor estimación los cambios de concentración, en general significativos, que se producen
en el escurrimiento de agua en el periodo inicial de un evento de precipitación”.

En términos más generales se ha indicado (Rauch, et al., 2002) que, en el contexto


“culturalmente heredado”, en la profesión de la ingeniería, el enfoque determinístico es el
más esperado, asumiéndose que el comportamiento dinámico de los sistemas es de la forma
“causa-efecto”. Por ello se asume que, dados hipótesis y parámetros correctos, una entrada
al modelo dará una solución única. El problema es que la predicción de escenarios
eventualmente fuera de la experiencia con la que se cuenta requiere de muchas funciones
interrelacionadas y parámetros que ajustar. Por lo cual se afirma (Rauch, et al., 2002) que
una calibración precisa es virtualmente imposible, por lo cual una solución de compromiso
puede ser usar gran cantidad de parámetros “por defecto” (los que menos incidencia tienen
en el comportamiento del modelo) calibrando el modelo respecto a unos pocos parámetros
seleccionados luego de haber sido identificados como relevantes.

En respuesta a las falencias del determinismo se han planteado (Schellart, et al., 2009)
modelos alternativos, de tipo estadístico o estocásticos (de alguna forma más “realistas”) y
otros (Obropta & Kardos, J. S., 2007) incluso híbridos (determinístico-estadísticos). Se han
descripto estos últimos como una “coraza probabilística en torno a un modelo
determinístico”.

La complejidad de la temática requiere de una mayor profundización(Ashley, et al.,


2005), en especial en lo que refiere a la definición de modelos, en aspectos como:

Alejandro Viscarret Martínez, 2017 181


 Control de la deposición: cuánto, cuándo y dónde es aceptable, y si el equilibrio
deposición-erosión al que se puede llegar existe y es adecuado;
 Lavados de control y efectos de alivios: detalle de procesos en el lecho y su
relación con la erosión y liberación de sólidos y contaminantes asociados,
fenómenos de transporte, y procesos dentro de los sólidos,
 Control de potenciales impactos en plantas de tratamiento aguas abajo de los
sistemas de transporte: cuándo y cuántos sólidos grandes se moverán aguas
abajo, descarga de contaminantes como compuestos nitrogenados removidos del
lecho, procesos aeróbicos/anaerobios en el lecho y sedimentos removidos de este,
 Diseño de alcantarillados nuevos: necesidad de datos sobre la naturaleza de los
sedimentos que ingresan a la red, predicción de transporte de sedimentos
asociado a rangos y regímenes de flujos.

En resumen se puede concluir que el modelado numérico es una útil herramienta de


predicción de las tasas de transporte de sedimentos, pero se ha notado que requiere
aplicación de firmes conocimientos de modelado físico a los efectos de permitir reproducir
resultados experimentales o de campo.

Recientemente se ha introducido una fuerte componente estadística en el modelado, lo


cual parece ser más realista que el modelo determinístico que aún imperaba hasta hace un
par de décadas. Se ha reconocido que es probablemente más útil modelar con simpleza y
obtener soluciones sin mucha pérdida de información, de forma más confiable y a su vez
mas fácil de implementar, mejorar y alimentar con datos relevantes (cuyo alto costo de
adquisición en campo puede requerir que sean la menor cantidad posible).

Tesis de Maestría en Mecánica de los Fluidos Aplicada 182


Transporte de sedimentos en sistemas de saneamiento

11 Bibliografía
Cuando en el texto de este trabajo se da una referencia bibliográfica, por ejemplo, en la
forma “(Maggiolo, 1965)” significa que dicha referencia se incluye en la lista que se presenta
a continuación, dado que se ha accedido a la misma por parte de este autor. En caso de
indicarse, por ejemplo, “Maggiolo (1965)”, ello significa que es una referencia citada por otra
fuente y que no se encuentra en esta lista.

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