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La muerte del novio: Dios es el Esposo de Israel en Os 2,15-18, Jesús es el Esposo (Mc

2,19-20). Juan 3,29. Jesus identifies himself here as the “bridegroom” of God’s promised
marriage with his people and, by doing so, he mysteriously places his own existence,
himself, within the mystery of God.
In him, in an unexpected way, God and man become one, become a “marriage,” though
this marriage—as Jesus subsequently points out—passes through the Cross, through the
“taking away” of the bridegroom”.
El pozo lugar de encuentro de los futuros esposos Jacob y Raquel en Gen 29,3.9-10 y la
samaritana habla del pozo de su padre Jacob (Jn 4,12). Moisés en Ex 2,15.
El don era algo que el novio daba a la novia, el agua viva en el relato de José y Asenet el
baño antes de la boda. Los 5 maridos no son sus maridos, en consecuencia está
disponible. Notemos el tema de la sed de Jesús a la samaritana en Juan 4,7 y en Juan
19,28. El don del agua viva que es el don del Espíritu Santo (Jn 7,37-39) lo concreta
cuando muere en Juan 19,34.
Jesús llevaba una túnica de una sola pieza como la que usaba el sumo sacerdote según
Flavio Josefo (Ant. 3.7.4; Ex 28,31-32 y Ap 1,13) y los novios para la boda y lo mismo la
corona.
Su muerte es Su boda:
La samaritana era mitad judía y mitad pagana, entonces es símbolo de la Iglesia:
“Esta mujer que llevaba el tipo de la Iglesia viene de extraños, porque la Iglesia viene de
los gentiles, que eran extranjeros para los judíos. En esa mujer, entonces escuchémonos
a nosotros mismo, en ella reconozcámonos a nosotros y en ella demos gracias a Dios por
nosotros (Tratados sobre el Evangelio de Juan 15:10).
“Como un novio Cristo salió de su cuarto nupcial … El fue a su cama matrimonial de la
cruz y allí ascendiendo a ella Él consumó un matrimonio… Él se dio al tormento por su
esposa en una comunicación de amor” (Sermo Suppositus, 120:3).
El agua del bautismo. En el contexto del encuentro con la samaritana Juan y solo él
menciona que Jesús bautizaba (Juan 4,1s). El nacer de nuevo de Juan 3,5, el agua viva
de la samaritana. Sn Juan Crisóstomo dice que del costado de Cristo salió el agua y la
sangre referencia al Bautismo y la Eucaristía.
Jesús es el Templo en Juan 2,21,pues es la Morada de Dios: Juan 10,30.36-38, Juan 14,10-11:
14:10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo no las
hablo por mí mismo. El Padre, que está en mí, realiza sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el
Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas”.
El agua viva saliendo del costado de nuestro Señor hacen referencia a Ez 36,25.27 (con la mención
del Espíritu) y la del agua que sale del Templo Escatológico de Ezequiel 47,1.8-9.12).
Jesús es el Cordero de Dios: Juan 19,36. Sus huesos no fueron quebrados lo mismo que el cordero
Pascual Ex 12,46. El cordero Pascual no era expiatorio, pero Jesús si lo es, pues lo dice Juan 1,29.
La muerte de Dios: Catecismo 468-469:
468
Después del concilio de Calcedonia, algunos concibieron la naturaleza humana de Cristo como
una especie de sujeto personal. Contra éstos, el quinto concilio ecuménico, en Constantinopla el
año 553 confesó a propósito de Cristo: "No hay más que una sola hipóstasis [o persona], que es
nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad" (DS 424). Por tanto, todo en la humanidad de
Jesucristo debe ser atribuído a su persona divina como a su propio sujeto (cf. ya Cc. Efeso: DS
255), no solamente los milagros sino también los sufrimientos (cf. DS 424) y la misma muerte:
"El que ha sido crucificado en la carne, nuestro Señor Jesucristo, es verdadero Dios, Señor de la
gloria y uno de la santísima Trinidad" (DS 432).
469
La Iglesia confiesa así que Jesús es inseparablemente verdadero Dios y verdadero hombre. El es
verdaderamente el Hijo de Dios que se ha hecho hombre, nuestro hermano, y eso sin dejar de
ser Dios, nuestro Señor:

"Id quod fuit remansit et quod non fuit assumpsit" ("Permaneció en lo que era y asumió lo que
no era"), canta la liturgia romana (LH, antífona de laudes del primero de enero; cf. S. León
Magno, serm. 21, 2-3). Y la liturgia de S. Juan Crisóstomo proclama y canta: "Oh Hijo Unico y
Verbo de Dios, siendo inmortal te has dignado por nuestra salvación encarnarte en la santa
Madre de Dios, y siempre Virgen María, sin mutación te has hecho hombre, y has sido
crucificado. Oh Cristo Dios, que por tu muerte has aplastado la muerte, que eres Uno de la Santa
Trinidad, glorificado con el Padre y el Santo Espíritu, sálvanos! (Tropario "O monoghenis").

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