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LEGISLACIÓN
ROL DOCENTE Y
LIBERTAD DE
ENSEÑANZA
La educación es crucial para construir el hombre situado y comprometido con los otros y para
conquistar su libertad autónoma y participativa, estructurar las condiciones innatas de
pensamiento reflexivo y estabilidad emocional.
Para comenzar a hablar del tema del rol del docente y libertad de enseñanza, entendemos
conveniente comenzar definiendo que se entiende por tal. Por rol se comprende toda función,
papel que asume una persona, en este caso el docente, cuando se desempeña como tal.
El rol de docente actual es el de educar, formar personas para el trabajo y para estudios, pero
fundamentalmente para la vida. Se busca lograr formar ciudadanos respetuosos, con espíritu
crítico, que sepan argumenten desde el diálogo y la comprensión de las ideas de otros, El
docente tiene el compromiso, de conocer cada alumno como ser individual, y al grupo en su
conjunto, conociendo sus intereses, para saber cómo motivarlos.
A lo largo de la historia la visión acerca del papel que desempeñaba ha cambiado. En la época
antigua, los sofistas eran los encargados de transmitir la verdad absoluta a través de la retórica
y la oratoria, mientras que en la Edad Media estaba en manos de la Iglesia, quien a través del
clero decidía que se enseñaba. Posteriormente, con Rousseau, el rol del docente será
promover el desarrollo intelectual y físico del niño, respetando cada etapa de su crecimiento.
Mucho después, ya con Dewey, el rol del docente en su concepción deber de ser más activo,
quien será guía y a la vez capaz de crear herramientas necesarias para promover el desarrollo
del alumno. Ya luego, con la llegada de Paulo Freire, se adopta una concepción
constructivista y progresista acerca del rol del docente porque su tarea será compleja
consejera, basada en el diálogo y aprendizaje mutuo, comprometido a cambiar la línea
tradicionalista. La evolución del rol es constante, ya que la sociedad y la realidad cambian
permanentemente, y es tarea del docente, no solo permanecer aggiornado, si no también ser
capaz de transformarse, adaptándose a los cambios y realidades con las que se enfrenta a
diario.
Es evidente que el rol tradicional del docente apegado a un currículo con contenido
académico no es actualmente adecuado para una generación de alumnos que pueden recibir
La solución a esta problemática educativa amerita no solo un cambio en el rol docente, sino
también en el propio modelo escolar el cual debe adaptarse a una nueva realidad.
El rol del docente debe ser el de guía y adecuar el ambiente de trabajo del estudiante,
potenciando así su sensibilidad al entorno y sus capacidades, con un ambiente adecuado y
adaptado a su edad. El docente debe con esto lograr que el alumno adquiera conocimiento
permanentemente, es decir, que este siempre hábil para aprender sin importar si es un tiempo
u otro, de esta manera estará siempre curioso de aprender.
Freire aporta otro aspecto, el cual es “estimular el pensamiento crítico” para que cada
estudiante logre resolver y aprender sin importar el aspecto social o cultural que lo rodea.
Según Freire (2005, p.74): “el rol del educador consiste en proponer problemas en torno a
situaciones existenciales codificadas para ayudar a los educandos a alcanzar una visión cada
vez más crítica de su realidad. La responsabilidad del educador, tal como la percibe ésta
filosofía, es por lo tanto mayor en todos los sentidos que la de aquel colega suyo cuyo deber
consiste en transmitir información para que los educandos la memoricen.”
A todo lo antes mencionado sumar el avance rápido avasallante que ha tenido la tecnología, el
docente tiene que saber manejar y aprovechar de la multiplicidad de recursos didácticos
dedicados a la aplicación de las TIC en las aulas, además de establecer estrategias y recursos
de las herramientas de las TIC, como la introducción de nuevas formas de saber utilizar
programas informáticos, también el saber seleccionar otros sistemas de búsqueda de
información, enseñando al alumno la variedad y manera de esa selección, como puede ser la
utilización de bases de datos o enciclopedias interactivas
Saber desarrollar y promover una actitud positiva hacia la incorporación de las TIC, porque al
no contar con ellas, no podrá enfrentar este nuevo panorama y se rezagará quedando a un lado
de las necesidades que nos impone la sociedad. (Rolón, 2009, p.74)
Este cuestionamiento induce a reflexionar, para así poder mejorar el compromiso con la
sociedad. Se debe retomar ese papel que se ha venido perdiendo, se necesita el compromiso
de muchos y el incentivo de otros, para poder reivindicar el nombre y la función del docente.
Es importante analizar la concepción que tienen los docentes sobre sí mismos en relación al
rol que desempeñan, al espacio que ocupan en la sociedad y los efectos que producen con su
intervención en el proceso de socialización de los educandos.
También señalan que la sociedad les exige que reflexionen e incorporen nuevos
conocimientos y estrategias, que reemplacen a los padres en hábitos de higiene, de normas de
convivencia y ética ciudadana.
Perciben así que su rol está desvalorizado, que se ha desnaturalizado su función, que no hay
respeto por su autoridad, que son el centro de todas las agresividades, en síntesis, que sufren
una crisis de legitimidad.
Visto desde las competencias ético-institucionales, los docentes señalan que los centros de
enseñanza han perdido prestigio. Tanto el Estado como la sociedad, utilizan la escuela como
un canal para atenuar carencias sociales. El Estado incluye a la escuela en la política
asistencialista y la sociedad re-demanda más de lo que la institución puede brindar. Y es el
docente el que materializa en acciones la respuesta a la demanda de la comunidad.
En estas situaciones no son vistos como profesionales, sino como funcionarios públicos del
Estado, que responden a las demandas sociales.
Hoy en día, el docente se encuentra frente a situaciones en el aula para las cuales no ha sido ni
debidamente formado, ni capacitado. Nos referimos entre ellas a nuevos roles, hábitos, y
pautas culturales; nuevas tecnologías de información y comunicación; situaciones de crisis,
conflictos y violencia.
Por otro lado, además de su intervención en el proceso de enseñanza aprendizaje, lleva a cabo
múltiples tareas que lo exceden, tales como la contención de los alumnos.
A su vez, si llega a fallar en lo más mínimo a los ojos de cualquiera nos vemos sometidos a
ser pasibles de que nos ejerzcan violencia, entonces, ¿quién se hace cargo de los docentes?,
¿quién los cuida?
Desde el punto de vista de la salud laboral, dadas las características cada vez más hostiles en
las cuales los docentes ejercemos nuestro rol, han aparecido, nuevas enfermedades. Basta
señalar al síndrome de Burnout (quemarse por dentro sería la traducción) y el Mobbing (que
es el acoso laboral), como enfermedades psicosociales que hoy desbordan a los educadores
pero que no se encuentran reconocidas en el listado de enfermedades laborales.
Este tipo de enfermedades que hoy en día afectan de manera creciente a los docentes no están
contempladas ni en la legislación, ni en el sistema educativo. Si se reconoce, que hay
situaciones de crisis y violencia en los centros de estudio, tendrá que reconocerse que los
docentes que en ellas trabajan, se ven cada vez más expuestos a contraerlas.
Todo esto también afecta la libertad de enseñanza, en forma negativa. Porque el docente es
aquel que lleva a cabo dentro del aula esta ardua tarea.
Se puede así también señalar, de acuerdo a lo que señala Risso Ferrand, que la enseñanza en
nuestro país se encuentra regida por determinados principios, de acuerdo a lo que surge de
nuestra Carta y de normas internacionales recogidas por nuestro país, a saber: a) El principio
de la gratuidad de la enseñanza oficial; b) el principio de no monopolio educativo del Estado,
en el sentido de que la enseñanza es una actividad común del Estado y los particulares
(artículo 69 de la Constitución) ;c) principio de autonomía en el sentido de separar la
enseñanza oficial del gobierno de turno; d)principio de participación en dos sentidos (por los
padres y tutores para elegir la enseñanza maestros e instituciones de sus hijos o menores a
cargo; y en el sentido que ofrece el artículo 203 de la Carta en lo relativo a la Universidad) ;
e) principio de responsabilidad de las autoridades públicas (artículo 70 de la Carta); f) el
principio de constitucionalidad: referido a que nuestro sistema educativo se estructura de
acuerdo a lo señalado por nuestra Constitución y a los derechos humanos ; g) principio de
tolerancia y ;h) El principio de obligatoriedad aparece (artículo 70 de la Constitución)
Por lo tanto la libertad de enseñanza sería la posibilidad del ciudadano de transmitir los
conocimientos que posee, y ello no está vinculado por naturaleza a la fundación de un centro
La libertad verdadera es el más complicado sistema social que existe, ya que implica que se
den todos lo demás principios éticos que informa. La sociedad de la libertad supera a la
democracia actual con creces en cuando a modelo de organización de la sociedad.
La democracia que nos rige ha trastocado el concepto de libertad anulando todos los demás
principios que son imprescindibles para ser libres. Ejercemos por lo general una libertad
irresponsable, lo que nos hace plantearnos todos nuestros actos como gratuitos, sin
consecuencias. Vivimos en la sociedad del libertinaje que se ha creado una idea falaz de la
libertad. Hago cuanto quiero y solo tienen castigo mis actos si soy atrapado por la “autoridad”
cometiendo una infracción contra las normas. Esta libertad falsa solo puede tener un
resultado: la esclavitud adormecida en la que ha caído nuestra masa social, la visión de la vida
como algo inmutable, como un hecho sobre el que no hay que hacerse ninguna consideración
ya que así fue siempre. Somos los perfectos esclavos, debido principalmente a que creemos
no serlo.
Las aulas son un reflejo fiel de esta realidad. Los docentes, en muchos casos, hemos caído en
el planteamiento general de nuestra sociedad: somos la autoridad, ponemos las normas y
hacemos de policía imponiendo el cumplimiento de esas leyes. El alumnado hace lo propio: lo
que yo deseo, cuando yo quiero y como se me ocurre. Eso también afecta la libertad de
enseñanza la encasilla, la limita la lacera.
La pugna ideológica y de intereses que suele acompañar a todo debate sobre la educación o la
enseñanza, se manifiesta no sólo en la preferencia por utilizar determinadas categorías
jurídicas (libertad de enseñanza-derecho a la educación), sino, sobre todo, en torno a la
determinación de los contenidos que albergan tales formulaciones, y en el modo de superar
los conflictos entre derechos, utilizando criterios de integración. El docente debe hacer un
análisis sobre su propia conciencia histórica y su formación docente, con la finalidad de
enfatizar en un tipo de moralidad sociológica a través de las actividades con compromiso
social, además de profundizar en valores con carácter de emergente, es decir, aspirar a la
formación académica de un nuevo ser humano.
Personalmente, en plano general, considero que como docentes nuestro deber es velar por el
desarrollo de los estudiantes. Sin importar la edad, el contexto social y la cultura, cada
docente tiene la obligación de crear un ambiente donde se respeten los derechos de los
alumnos ya que si no, no se desarrollarán de forma digna. Debe promover los derechos
humanos en forma diaria y no solamente hablar de ellos como algo abstracto y alejado de la
realidad.
Llevando este ejemplo a una situación real dentro del aula puede ser que un día un alumno se
vea entre la decisión de tener una mala calificación por decirle al docente su opinión personal
sobre un hecho de actualidad o no, reprimirse de decir lo que en verdad piensa. Si nuestra
forma de proceder en el aula lleva a que los alumnos sepan que pueden elegir entre esas
opciones es porque estamos lejos de brindar una educación que verdaderamente vele por la
libertad de expresión, y por otros derechos humanos tan vitales para la educación. De forma
implícita y por actos sencillos y sinceros, el docente puede ir creando poco a poco un
ambiente propicio para el debate y el intercambio de opiniones. Independientemente del área
donde nos especialicemos, siempre surgen instancias donde los alumnos necesiten expresar su
opinión. Bueno sería que los docentes desarrollemos la capacidad de hablar o tratar esos
temas sin dejar de lado la instrucción académica que nosotros estamos obligados a enseñar. Si
La enseñanza, desde su concepto hasta los métodos empleados para impartirla, así como los
encargados de la educación y sus roles han evolucionado a lo largo de la historia, intentando
adaptarse a los constantes cambios que presenta la realidad no solo en la región, si no en el
mundo. Actualmente se busca seguir la concepción de la educación centrada en el alumno
mediante una participación activa del mismo, y el rol del docente fundamentalmente es el de
guía, orientador, mediador, facilitador, del conocimiento para con el alumno. Si bien la
autoridad del docente sigue estando, la ejerce de un modo tal que el alumno no sienta
presiones, ni miedos, como alguien cercano a éste, dispuesto a ayudarlo, para que el educando
se sienta en la libertad de expresarse y así, en el interactuar con sus pares, con el docente, y el
resto del medio, pueda adquirir los conocimientos y destrezas que oficialmente están
dispuestos. Pero más allá de eso, hay que tomar en cuenta que se están formando personas,
individuos no solo para el trabajo o posteriores estudios, si no ciudadanos, y ante todo, seres
humanos, por lo cual, más allá de la formación académica es necesario tomar en cuenta los
valores, que son también y fundamentalmente imprescindibles para la vida en sociedad. Si
bien en nuestro país está consagrada la libertad de enseñanza con el alcance expresado en el
trabajo expuesto, muchas veces la misma no es respetada, aunque considero positiva su
constante defensa y reconocimiento a nivel jurídico.
El rol del docente es basto y complejo, ya que su tarea no se agota necesariamente en el aula,
el mismo requiere de una actualización constante, no solo en el contenido de sus
conocimientos, si no en cuanto a estar a la vanguardia del contenido de sus roles, entre otras
cosas.
Un problema bastante importante en la actualidad, es lograr motivar a los alumnos. Si bien
desde el lado docente se puede poner empeño para lograrlo, muchas veces el ambiente que
rodea a los educandos, o su falta de esperanzas u objetivos para el futuro, dificulta, a veces en
Es muy importante que el docente tenga en cuenta que su función áulica debe ir acompañada
de la formación en valores de sus alumnos, enseñando el respeto y la solidaridad entre pares,
la responsabilidad que les cabe como estudiantes en lo académico, marcando pautas que
puedan crear el clima adecuado para el buen desarrollo de la clase sin olvidar que debemos
predicar con el ejemplo puesto que somos sus referentes adultos.
Es evidente que los roles que están llamados a cumplir los docentes actualmente son más
complejos. El docente no puede abstraerse totalmente de los contextos sociales particulares
en donde realiza su labor ni de las problemáticas que padece la sociedad sobre todo en lo que
atañe a niños y adolescentes.
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http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_articulo=
13036&id_libro=624
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13036&id_libro=624
http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202005/vol1%202005/tema04.htm
El siguiente anexo fue una nota periodística que nos gustó, y que engloba lo cambiado que
está el rol docente y lo cuestionada que está la libertad de enseñanza tanto así que, se llegó a
dirimir el tema en la Justicia, algo bastante penoso para todo el sistema, ojalá sea un caso
aislado y no el comienzo de cuestionamientos inacabables y sin fundamentos a los docentes y
que limite su libertad de enseñanza.
En un fallo inédito, la Justicia interviene para dirimir un pleito que involucra a unos padres
disconformes con la repetición de su hija y unos inspectores de Secundaria que van contra la
posición del colegio. El caso desnuda, una vez más, fallas intrínsecas de un sistema corroído.
FOTO
Foto: AFP
El lunes entregan las notas LPM!!!!! Veamos el lado bueno… ME QUEDA UN FINDE MAS
DE VIDA!!!!! Wiiiiiii", escribió Ana, de 16 años, alumna de tercero de liceo, un viernes de
mayo de 2013 en su muro de Facebook. Tres días después su pesadilla se hizo realidad. La
evaluación fue mala. Seis materias bajas: Matemática 5, Historia 5, Química 5, Educación
El CES demoró 10 meses en pronunciarse. Para ese entonces ya no podía dar vuelta atrás el
veredicto de los docentes, que la habían condenado a la repetición. Se limitó, en una
resolución firmada por el exconsejero Daniel Guasco, a darle "por aprobada" Literatura a la
alumna.
Ana estaba en ese entonces cursando de vuelta tercero en otra institución y sus calificaciones
seguían siendo malas. En Literatura, que a partir de ese momento podía exonerar, tenía 4, un
punto menos del que había logrado a fines del año anterior.
La demora en la toma de resoluciones por parte de los inspectores se debe, señalaron fuentes
de este departamento, a que el área está diezmada en cuanto a la cantidad de personal. El caso
protagonizado por Ana, no obstante, tiene dos particularidades: es el primero en llegar a la
Justicia y marca un precedente, porque la jueza resuelve contra la opinión de ANEP.
Docentes solos.
Tanto la cantidad como la calidad de las inspecciones que se realizan en Secundaria están
cuestionadas. Desde el sindicato se suele denunciar la presión por parte de quienes ejercen
esta tarea para que los docentes hagan promover cada vez a más estudiantes. En tanto, el
Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) ha advertido que el departamento carece
de personal, y que la evaluación de los docentes no es suficiente. Jaureguy reconoce que un
profesor "no es evaluado más de cuatro veces" por inspectores durante toda su carrera. Y
advierte que hay materias como Música y Contabilidad para las que hoy en día no hay ni un
solo inspector.
Las cifras del Ineed indican que 40% de los docentes de educación Secundaria pública y 24%
de la privada reciben "raramente o nunca" una retroalimentación sobre su trabajo de parte de
un superior inmediato. En educación Técnica este porcentaje trepa a 43%. Mientras, en
Primaria pública y privada las cifras son de 12% y 18%, respectivamente.
Jaureguy explica que esto se debe a la escasez de inspectores. "Están los inspectores que
evalúan el funcionamiento de los liceos, que analizan lo que pasa con el director, el
subdirector y la operativa general. Estos no son más de 20. Después están los inspectores de
las materias, que en las áreas grandes, como Matemáticas e Historia no hay más de dos en
todo el país", según expresó la consejera.
Los profesores no son evaluados, y muchas veces los inspectores se ven obligados a hacer
otras tareas más allá de ir a las aulas. Una de ellas es atender a las denuncias que llegan
directamente al CES de parte de padres que no están conformes con las notas de sus hijos.
A juicio
La resolución de los inspectores de Secundaria fue lo que decidió a los padres de Ana a poner
a los responsables del colegio al que ella asistía, en el banquillo. Presentaron una demanda en
la que reclamaron $ 100.000 por la cuota pagada a lo largo de 2013, $ 91.812 por la matrícula
y el pago de la anualidad del nuevo liceo privado al que iba Ana, $ 8.000 por el gasto de
uniformes, $ 8.280 por dos boletos diarios en los días de clase, $ 200.000 por daño moral a la
menor y $ 200.000 por daño moral a los padres ($ 100.000 por cada uno). En total exigieron $
608.092.
El escrito de la abogada de los padres, además de adjuntar lo resuelto por Secundaria, advertía
que "si bien en la segunda evaluación del año la menor tenía cinco materias con nota
insuficiente, nada hacía suponer que su rendimiento iba en declive". Cinco es el límite de
notas bajas que se pueden tener para promover, sin embargo la representante de la familia
insistía en que "en ningún momento se tuvo conciencia del peligro del pasaje de grado de
Ana, pues, de lo contrario, las medidas a tomar se hubieran incrementado aún más".
Los padres sostenían que, preocupados por la situación de su hija, ya la habían mandado a
clases particulares de Matemáticas y Física, materias en las que terminó el año con una
calificación de 4, y que también la llevaron a repetir. La abogada concluyó que hubo una
"ilicitud de la reprobación del año lectivo".
La defensa del colegio develó por su parte algunos detalles que no aparecían en el escrito de
la representante de la familia, y que al parecer tampoco fueron tomados en cuenta por los
inspectores del CES a la hora de escribir su dictamen. En la ficha de la alumna al momento
del ingreso a la institución, que había sucedido cuando tenía 11 años, la propia madre de Ana
advertía que esta "no da el brazo a torcer" cuando quiere lograr algo, y que solía ponerse a
llorar en estas circunstancias. Respecto a qué tipo de penitencias se le solían poner, señalaba
que "hablarle es gastar saliva" y que trataba "de no pegarle", aunque reconocía: "A veces se
me va la mano". Sobre cómo había sido el desempeño académico de su hija hasta el momento
decía que este era "mediocre", y a ella la definía como "vaga" y "temperamental".
Ana tuvo varias observaciones y una suspensión en tercer año. Las razones para estas
penalizaciones fueron diversas: tres veces por usar el celular en las clases de Literatura y
Matemáticas; por hablar en las clases pese a la advertencia de los profesores; por usar
"vocabulario inapropiado" en la clase de Historia. Por acumulación de observaciones es que
se decidió suspenderla. Las fechas de estas sanciones coinciden con algunos posteos en
Facebook de la joven ofensivos para la institución.
Sobre su desempeño en especial en Literatura, materia para la que el CES entendió que debía
tener un punto más que el que se le dio, el expediente advierte que la joven no hizo el escrito
final y tampoco presentó su último trabajo. Que si bien había tenido en algún momento del
año dos escritos relativamente buenos, con notas de 7 y 8, tenía varios orales en los que se
había sacado apenas un 1. Pero más allá de todo esto, el propio CES reconoce que los
profesores no deben hacer el promedio de forma matemática y que se debe tener en cuenta
también la conducta de los alumnos.
"En los liceos no están discriminadas las notas de rendimiento y comportamiento, entonces a
veces se pueden tomar las notas de cada trimestre y al hacer la cuenta da una cosa que en
realidad no coincide con la evaluación de lo que pasa día a día. Por eso no se debe hacer el
promedio de forma matemática. Si no, puede haber un alumno disruptivo que como sabe
inglés se saca 12 en los escritos y después hace cualquier cosa. La evaluación debe hacerse de
manera global. Eso es lo que pauta el reglamento", explica la consejera Jaureguy.
Sin embargo, el dictamen del CES llevó a la directora y a los profesores de Ana al banquillo
para que dieran explicaciones de por qué la joven no había pasado. La docente de Literatura
fue una de las que debió declarar:
—Estuvo siempre al límite, no cumplía con las tareas domiciliarias, cuando las entregaba lo
hacía fuera de fecha, no llevaba el material de trabajo, ella no llevaba el texto, su
comportamiento en clase no era el esperado para una alumna de tercer grado. Yo la observé
por el uso indebido del celular, ella lo usaba de manera constante y cuando se le pedía que lo
guardara no lo hacía. Recuerdo una vez que ella entró a clase haciendo escándalo. Le llamé la
atención y seguía con actitud desafiante.
—Sí, ellos tuvieron que realizar una tarea especial y ella no lo entregó en tiempo y forma, lo
entregó fuera de fecha y no respetó el formato de la consigna, lo llevó en el celular. No hubo
testigo que no advirtiera sobre los problemas de conducta de Ana, ni siquiera aquellos para los
que se solicitó su declaración por parte de los demandantes. Su pediatra habló de una "actitud
transgresora" y dijo que le "ocasionaba dolores de cabeza a sus padres", que "ya no saben
cómo encaminarla". Hasta una amiga de la familia fue a declarar y reconoció que la
posibilidad de que Ana repitiera era al- go que la madre ya manejaba tiempo antes de que esto
se concretara. La única cosa de la que la Justicia se podría agarrar a favor de los padres era lo
dictaminado por el CES.
El veredicto.
La historia que comenzó con el mal año de Ana en 2013 terminó apenas unas semanas atrás
cuando a la familia se le vencieron los plazos para apelar lo decidido por la Justicia, que llamó
a respetar la libertad de cátedra de los docentes sin tomar en cuenta lo que resolvió el cuerpo
de inspectores del CES.
La jueza consideró que "el resultado académico obtenido por la joven era absolutamente
previsible". Y de alguna manera desconoce lo dictaminado por Secundaria.
"En cuanto a la situación con la asignatura Literatura, la que de haber obtenido el suficiente,
tal vez hubiera evitado la repetición del curso, entiendo que la docente posee libertad de
cátedra y es quien mejor puede valorar los conocimientos y desempeño de la alumna.
Considero harto discutible desde el punto de vista pedagógico la conclusión arribada por
Secundaria, pues la evaluación final de la docente debe englobar todas las actitudes del
estudiante y sobre todo si logró los conocimientos que debe poseer", señaló la jueza.
"Si hay un grupo en un nivel y tenemos tres repetidores se puede generar un problema, para
todo hay un equilibrio y una garantía de un espectro plural", sostuvo. En cuanto a si se dan
muchos casos en que los colegios sean denunciados en la Justicia por parte de padres, sostuvo
que "no es algo que pase comúnmente", aunque dijo que sí presentan quejas ante las
autoridades de las instituciones.
posible. Desde Secundaria, en tanto, la representante de los docentes sostuvo que ha recibido
denuncias de directores por este tema.
“Cuando yo era directora del IAVA nunca me presionaron para pasar a alguien, pero en mis
recorridas como consejera, que he estado por todo Uruguay, hubo directores que me
plantearon esta situación. Esto ocurre, pero no creo que sea algo generalizado, aunque
también pienso que es algo difícil de denunciar”, señaló la consejera.
Lo que sucede es que el mismo inspector al que el director debería denunciar, es el que tiene
entre sus potestades calificar su trabajo. Jaureguy señaló que las directoras efectivas son las
que se animan a presentar denuncias, mientras que las que no lo son, por temor a una posible
mala evaluación, es más factible que se mantengan en silencio.
“La preocupación por los resultados puede llevar a hacer cosas que no corresponden. Todos
estamos preocupados por los resultados, pero esto debe ser una consecuencia de los
aprendizajes”, insistió la consejera.
Acusaciones.
La Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES-Montevideo) es la que más
denuncia “presiones” por parte de las autoridades de Secundaria para que se promueva a
alumnos que deberían repetir el grado.
A finales del año pasado el presidente del sindicato, Emiliano Mandacen, señaló a El País que
“durante todo el año el cuerpo inspectivo presiona a los docentes para que pasen a todos los
alumnos de grado”, y advirtió que una resolución tomada por el Consejo de Educación
Secundaria (CES) a fines de 2016 era “un paso más” en este sentido.
Una resolución del CES del año pasado estableció que “en caso de insuficiencia” por parte de
los alumnos “en el período comprendido entre el 3 y el 10 de diciembre (los profesores)
acompañarán la culminación de esta trayectoria para alcanzar los resultados satisfactorios”,
intentando eliminar así la repetición. Los datos de repetición de 2016 aún no han sido
difundidos por Secundaria, pero fuentes del consejo adelantaron a El País que los resultados
son mejores que los de 2015. La repetición viene bajando desde 2011. Pasó de 33% en ese
año, a 32,1% en 2012, 30,7% en 2013, 27,7% en 2014, y 26,4% en 2015. El resultado al que
pretende llegar el gobierno, según anunció el presidente Tabaré Vázquez cuando asumió el
primero de marzo de 2015, es de un 75% de promoción, al tiempo que se quiere que el 100%
de los jóvenes hasta los 18 años estén dentro del sistema educativo.
10. Ana escribió insultos en Facebook enojada porque próximamente entregarían los carnés.
“ME QUEDA UN FINDE MÁS DE VIDA”, presagió.
13. Las notas de Ana después de la primera reunión fueron malas. Tuvo seis materias con
cinco o menos de cinco. Si seguía así, repetía el año.
Diciembre 2013
5. El colegio entregó a la familia la evaluación final de Ana, en la que tenía seis materias
bajas. El límite son cinco, así que repitió el año.
21. Los padres de Ana entregaron a la ANEP una denuncia en la que advirtieron que jamás se
les avisó que su hija podía llegar a repetir el año.
Septiembre 2014
17. Secundaria, luego de realizar una investigación, advirtió que Ana fue mal evaluada en
Literatura, y alertó que si esto no hubiera pasado, ella no habría repetido. También resolvió
que se le exonerara esa materia, que venía cursando en otra institución, y en la que en ese
entonces tenía por nota un 4.
Febrero 2015
12. Una audiencia de conciliación entre la familia de Ana y el colegio no llegó a buen puerto.
La familia reclamaba una indemnización por más de $ 600.000, por daños y perjuicios
derivados de la repetición de la joven, y por el dinero de las cuotas de los colegios, uniformes
y boletos de ómnibus.
Febrero 2017
8. La Justicia falló a favor del colegio. Advirtió que la repetición de Ana era algo que se podía
prever desde que empezó a cursar, y desconoció lo resuelto por los inspectores de Secundaria,
alertando que se debe respetar la “libertad de cátedra” de la docente de Literatura que decidió
que la joven no podía aprobar.