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ALCOHOLISMO

Clasificación y recursos externos

Especialidad Psiquiatría

CIAP-2 P15

MedlinePlus 000944

Sinónimos

Dipsomanía

Enolismo

El alcoholismo es un padecimiento que genera una fuerte necesidad de ingerir alcohol, de


forma que existe una dependencia física del mismo, manifestándose a través de varios
síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta. El alcohólico no tiene control
sobre los límites de su consumo, que va en aumento a medida que se desarrolla
tolerancia a esta droga.1 Se considera como una enfermedad crónica, incurable,
progresiva y mortal por la Asociación de Médicos de los EE. UU. (American Medical
Association) al igual que otras drogodependencias.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo determina como «toda forma
de embriaguez que excede el consumo alimenticio tradicional y corriente o que sobrepasa
los linderos de costumbres sociales...».

La dependencia al alcohol puede resultar de una predisposición genética, una


enfermedad mental, el consumo de alcohol abundante, sostenido y abusivo o una
combinación de estos factores. Esta enfermedad no solo afecta al adicto sino también la
vida de todo aquel que se encuentra a su alrededor. Investigaciones recientes sobre
genética y neurociencia han identificado ciertas características genéticas que se cree
están relacionadas con la dependencia al alcohol. Los investigadores continúan
indagando el vínculo entre la herencia genética y el alcoholismo. Actualmente no existe
una posible cura para esta enfermedad, sin embargo muchos alcohólicos se mantienen
sobrios por periodos de tiempo prolongados de acuerdo a su voluntad y compromiso para
vencer esta enfermedad. Pero es innegable que para que un adicto al alcohol pueda
recibir tratamiento y llegar a una posible recuperación, primero tiene que aceptar su
condición de dependencia al licor.

ÍNDICE

1 Causas

2 Predisposición genética

3 Tipos de alcoholismo

4 Efectos crónicos en el embarazo

5 Impacto social

6 Adolescencia: etapa vulnerable

7 Datos y cifras

7.1 País por país

8 Tratamiento

9 Ayuda para la recuperación

10 Véase también

11 Referencias

12 Enlaces externos

CAUSAS

Hasta el momento no existe una causa común, aunque varios factores pueden
desempeñar un papel importante en su desarrollo. Por lo tanto las evidencias muestran
que quien tiene un padre o una madre con alcoholismo tiene mayor probabilidad de
adquirir esta enfermedad, una puede ser el estrés o los problemas que tiene la persona
que lo ingiere.
Algunos otros factores asociados a este padecimiento son la necesidad de aliviar la
ansiedad, conflicto en relaciones interpersonales, depresión, baja autoestima y aceptación
social del consumo de alcohol.

Según la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) los pacientes alcohólicos suelen
presentar hasta en un 80 % de los casos otros trastornos psiquiátricos asociados y, por lo
tanto, ser considerados como pacientes con patología dual.

PREDISPOSICIÓN GENÉTICA

Con el desarrollo de las técnicas de estudio del ADN, se ha relacionado la existencia de


secuencias concretas o SNP (cambios de sola una base nitrogenada presente en una
parte pequeña, aunque representativa, de la población), con lo que se demostraría una
tendencia genética a desarrollar alcoholismo determinada por el propio genoma.

Esta tendencia podría tener su base molecular en el distinto estado de metilación de


algunas islas CpG, y puede ser estudiado mediante un análisis de SNPs.

TIPOS DE ALCOHOLISMO

EXISTEN DOS TIPOS:

Tipo I: es característico en personas adultas, que pueden tener una etapa de grandes
ingestas puntuales separadas por tiempos de abstemia pero que sin embargo van siendo
más pequeños hasta poder alcanzar una gran dependencia, acompañada
progresivamente por el desarrollo de enfermedades hepáticas.

Tipo II: se desarrolla en personas durante la adolescencia y está asociado a menudo a


un historial violento y arresto policial. No se caracteriza por un aumento progresivo del
consumo de alcohol. Algunos estudios han determinado una menor expresión de la
enzima monoamino oxidasa en este grupo, lo que se ha correlacionado con una menor
producción de serotonina (relajación y activación del sistema nervioso simpático) en el
sistema nervioso central.

EFECTOS CRÓNICOS EN EL EMBARAZO

El alcohol (vino, cerveza o licor) es la principal causa evitable de anomalías congénitas


físicas y mentales. Cuando una mujer bebe alcohol durante el embarazo, se arriesga a
dar a luz a un bebé que pagará las consecuencias —con deficiencias mentales y físicas—
para el resto de su vida, uno de cada 750 bebés nace con un cuadro de problemas
físicos, evolutivos y funcionales conocido como síndrome de alcoholismo fetal (SAF).
Otros 40 000 niños nacen cada año con efectos del alcoholismo fetal (EAF). Signos y
síntomas Las características de los niños con SAF son:

Bajo peso al nacer.

Menor perímetro craneal.

Retraso del crecimiento.

Retraso del desarrollo.

Disfunción orgánica.

Anomalías faciales, incluyendo ojos de tamaño inferior al normal, mejillas aplanadas y


surco nasolabial poco desarrollado.

Epilepsia.

Problemas de coordinación y de motricidad fina.

Escasas habilidades sociales, incluyendo dificultad para establecer y mantener vínculos


de amistad y para relacionarse en grupo.

Falta de imaginación o curiosidad.

Dificultades de aprendizaje, incluyendo poca memoria, incapacidad para entender


conceptos como el tiempo y el dinero, deficiente comprensión lingüística y escasa
capacidad de resolución de problemas.

Problemas de comportamiento, como hiperactividad, incapacidad para concentrarse,


retraimiento social, testarudez, impulsividad y ansiedad.

Los niños con Efectos de alcoholismo fetal presentan los mismos síntomas, pero en
menor grado y tienen menos probabilidades de presentar deficiencia mental.

Estas características son muy similares a las de los trastornos del espectro autista.

Impacto social
El alcoholismo no está fijado por la cantidad ingerida en un periodo determinado:
personas afectadas por esta enfermedad pueden seguir patrones muy diferentes de
comportamiento, existiendo tanto alcohólicos que consumen a diario, como alcohólicos
que beben semanalmente, mensualmente, o sin una periodicidad fija. Si bien el proceso
degenerativo tiende a acortar los plazos entre cada ingesta.

El consumo excesivo y prolongado de esta sustancia va obligando al organismo a


necesitar o requerir cantidades crecientes para sentir los mismos efectos, a esto se le
llama "tolerancia aumentada" y desencadena un mecanismo adaptativo del cuerpo hasta
que llega a un límite en el que se invierte la supuesta resistencia y entonces "asimila
menos", por eso tolerar más alcohol es en sí un riesgo de alcoholización.

Las defunciones por accidentes relacionados con el alcohol (choques, atropellamientos y


suicidios) ocupan los primeros lugares entre las causas de muerte en muchos países. Por
ejemplo, en España se considera que el consumo de alcohol-etanol causa más de 100
000 muertes al año, entre intoxicaciones por borrachera y accidentes de tráfico.

A su vez, la Secretaría de Salud de México reporta que el abuso del alcohol se relaciona
con el 70 % de las muertes por accidentes de tránsito y es la principal causa de
fallecimiento entre los 15 y los 30 años de edad. Se estima que 27 000 mexicanos mueren
cada año por accidentes de tránsito y la mayoría se debe a que se encontraban bajo los
efectos del alcohol. 10

En los accidentes suelen sufrir heridas más graves los conductores que han bebido.
Además, el efecto del alcohol en el corazón y la circulación de la sangre reduce las
probabilidades de supervivencia en caso de realizarse una intervención quirúrgica de
emergencia. Por consiguiente, a diferencia de lo que cree mucha gente, la mayoría de los
fallecimientos relacionados con el alcohol corresponden a los propios conductores ebrios,
señala un informe del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de
Francia. En vista de los peligros, el informe ofrece las siguientes recomendaciones: No
beber cuando se vaya a conducir, no subir a un vehículo con un conductor que haya
bebido, no permitir que los amigos o familiares conduzcan bajo los efectos del alcohol.

ADOLESCENCIA: ETAPA VULNERABLE

11 El principal motivador del abuso de alcohol durante la secundaria es la convivencia


frecuente con consumidores habituales. En esa etapa se inicia el proceso para convertirse
en futuros adictos, porque es cuando el niño enfrenta cambios cruciales en su vida. La
presión social sobre los jóvenes es muy fuerte y enfrentan situaciones que pueden afectar
seriamente su autoestima. Esto provoca en ellos tensión, angustia y en muchas ocasiones
frustración, que detonada por el alcohol puede manifestarse de modos muy destructivos.
Cualquier posición que los padres adopten sobre el tema del alcohol con sus hijos debe
mantenerse firme. Los límites son indispensables porque acotan los parámetros dentro de
los que se pueden desarrollar y divertir los jóvenes.

Conviene hablar con los hijos sobre las consecuencias del consumo del alcohol a edades
tempranas, así como del abuso del mismo a cualquier edad, a fin de que puedan evitarlas:

Perder el autocontrol.

Volverse violentos.

Olvidar lo que sucede, perder la consciencia.

Causar accidentes de tránsito.

Poner en riesgo su salud e integridad física y moral.

Faltar a clases o bajar su rendimiento académico.

Tener problemas con la ley.

Embarazos no deseados y enfermedades venéreas.

Volverse adictos.

En suma, hacer cosas de las que se arrepentirán más tarde.

La mejor forma de apoyar y ayudar a los jóvenes es estar cerca de ellos. Los jóvenes que
perciben a su familia presente y pendiente de ellos tienen una propensión menor a
desarrollar el hábito de consumir alcohol.

Estudios científicos han demostrado que el alcohol es adictivo para todas las personas sin
excepción, pero cuando el consumo se inicia en la adolescencia, esa adicción aumenta
por lo menos cinco veces. Los adolescentes que consumen alcohol están expuestos a
iniciar actividad sexual temprana, situación que los expone a mayores riesgos de
infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados.[cita requerida]
DATOS Y CIFRAS

Cada año mueren en el mundo 3,3 millones de personas a consecuencia del consumo
nocivo de alcohol, lo que representa un 5,9% de todas las defunciones.

El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos.

En general, el 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al


consumo de alcohol, calculado en términos de la esperanza de vida ajustada en función
de la discapacidad (EVAD).

El consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad relativamente


temprana. En el grupo etario de 20 a 39 años, un 25% de las defunciones son atribuibles
al consumo de alcohol.

Existe una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y una serie de trastornos
mentales y comporta mentales, además de las enfermedades no transmisibles y los
traumatismos.

Recientemente se han determinado relaciones causales entre el consumo nocivo y la


incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH/Sida.

Más allá de las consecuencias sanitarias, el consumo nocivo de alcohol provoca


pérdidas sociales y económicas importantes, tanto para las personas como para la
sociedad en su conjunto.

PAÍS POR PAÍS

En Argentina, la Asociación Civil Luchemos por la Vida calcula que el consumo de alcohol
es el factor determinante en el 50 % de las muertes en accidentes de tránsito.

En Chile, el estudio Perfil de conductores de la Región Metropolitana reveló que el 40 %


de las muertes por accidentes de tránsito ocurren bajo la influencia del alcohol. Se
considera que 32 gramos de alcohol en mujeres y 40 gramos de alcohol en hombres
(debido a que los hombres tienen mayor peso promedio) son un consumo diario
«excesivo». Un detalle que se puede mencionar también en la ingesta desmedida de
alcohol son los patrones de personalidad de las personas adictas a tales sustancias.
Muchos alcohólicos llegan al alcoholismo por beber para salir de un estado de dificultad
para socializar, o por problemas de baja autoestima . En algunos casos también el mayor
o menor efecto que produce en relación al tiempo de ingestión hasta el momento en que
la tolerancia y procesamiento dejan de ser efectivos. Una persona con un complejo de
inferioridad, entre otros ejemplos, es más propensa a la poca resistencia al alcohol, pero
no es una regla general. Se han observado en pacientes alcohólicos tolerancia negativa y
tolerancia positiva sin una relación causal aparente .

Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, el país del mundo
donde más alcohol se bebe es Moldavia, una antigua república soviética localizada en el
sureste europeo donde el consumo per cápita es de 18,22 litros por persona al año, sobre
todo en forma de vino y de bebidas alcohólicas como el vodka y los licores. La cifra triplica
a la media mundial, que es de 6,1 litros.

En el ranking de los más "bebedores" destacan también los checos (16,45 litros anuales),
los húngaros (16,27 litros), los rusos (15,76 litros), los ucranianos (15,6 litros), los estonios
(15,57 litros), los habitantes de Andorra (15,48 litros), los rumanos (15,3 litros), los
eslovenos (15,19 litros) y los bielorrusos (15,13 litros). En España el consumo medio es
de 11,62 litros por persona al año, por debajo de otros países europeos como Francia
(13,66), Reino Unido (13,37), Mexico (9.8) y Alemania (12,81).17

TRATAMIENTO

El médico Antonio Cruz Soto considera que el tratamiento del alcoholismo es muy
complejo e implica varios aspectos como:

El reconocimiento del problema

La desintoxicación

Programa de rehabilitación

Terapias de aversión / repugnancia.

El tratamiento de las personas con una adicción al alcohol empieza por el reconocimiento
del problema. El alcoholismo está asociado con la negación, lo que permite al paciente
creer que no necesita tratamiento; piensa y lo externa a las personas que lo circundan,
que lo puede abandonar cuando lo desee. La mayoría de las personas con una
dependencia del alcohol acceden al tratamiento bajo presión de otros. Es muy rara la
aceptación voluntaria de la necesidad de tratamiento.
Es difícil conocer los mecanismos de defensa que ha permitido seguir bebiendo a la
persona con dependencia del alcohol y se requiere un enfrentamiento con la familia y
persona allegadas. Se debe convencer a la persona cuando esta sobria y no cuando esta
bebida o con resaca. Una vez que ha reconocido el problema, la abstinencia del alcohol
es el único tratamiento. Es a partir de este momento en que se pueden dar programas de
soporte, rehabilitación, seguimiento, etc.

La desintoxicación es la segunda fase del tratamiento. El alcohol es mantenido bajo


control. Se establece una supervisión. Se recetan tranquilizantes y sedantes para aliviar y
controlar los efectos de la abstinencia. Puede durar de 5 a 7 días. Es necesario el examen
médico de otros problemas. Son frecuentes los problemas del hígado y de la sangre. Es
muy importante seguir con una dieta con suplementos vitamínicos. Pueden aparecer
complicaciones asociadas a los síntomas físicos agudos, como depresión.

Los programas de rehabilitación están para ayudar a las personas afectadas, después de
la desintoxicación, a mantenerse en la abstinencia del alcohol. Incluyen diversos
consejos, soporte psicológico (los tratamientos psicológicos que han demostrado eficacia
para el tratamiento del alcoholismo, son la terapia cognitivo conductual, que ayuda al
enfermo a cambiar la forma como piensa y como actúa y la terapia familiar sistemática; la
meta de la terapia es ayudarlos a construir otras vías posibles más favorables al
crecimiento y a la vida. Cuidados de enfermería y cuidados médicos. La educación sobre
enfermedades del alcoholismo y sus efectos es parte de la terapia. También es necesario
el tratamiento de la familia porque el alcoholismo crea víctimas entre la gente allegada.

También hay terapias de aversión / repugnancia en las que se utilizan drogas que
interfieren con el metabolismo del alcohol y producen efectos muy desagradables, aun
cuando se ingiera una pequeña cantidad de alcohol en las 2 semanas después del
tratamiento. Esta terapia no se utiliza en mujeres embarazadas ni en personas con otras
enfermedades. Debe ser utilizada con consejos de soporte y su efectividad varía en cada
caso.

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