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Tres pruebas que pueden ayudar con la sintaxis

A partir del pedido de los propios alumnos, le preparé una guía para que conozcan y vean cómo
funcionan las pruebas de Movilidad, Concordancia y Reemplazo.

¿Cómo reconocer los distintos componentes de la oración?

Esta es una pregunta que a menudo se hacen los alumnos. Si bien durante años de escuela han ido
aprendiendo a reconocer algunos componentes de la oración (el sujeto, el núcleo verbal, los
complementos, etc.), nunca está de más repasar un poco o aprender nuevas técnicas que nos
faciliten la tarea.

Se llama pruebas sintácticas a aquellos métodos que nos permiten reconocer los diferentes
componentes de las oraciones y saber cuál es su función en esa oración.

La prueba de interrogación

Antes de empezar, les quiero contar que estas pruebas son similares (en su finalidad y forma de
usarse) a una prueba que ustedes ya conocen y hacen con toda naturalidad. Esta prueba es la de la
Interrogación. Ustedes saben que si quiero saber cuál es el sujeto de una oración tengo que hacer
una pregunta: ¿Quién? Si la oración que tengo para analizar es

1. Juan compró dos paquetes de figuritas

yo pregunto ¿Quién compró dos paquetes de figuritas?, y la respuesta (Juan) es el sujeto. Esto lo
podemos hacer con otros componentes de la oración. En este cuadro se ponen algunas de esas
preguntas, como ejemplo:

Pregunta La respuesta me muestra el:


¿Qué (+ VERBO)? Objeto Directo
¿A quién (+ VERBO)? Objeto Indirecto
¿Cuándo (+ VERBO)? Circunstancial de tiempo
¿Donde (+ VERBO)? Circunstancial de lugar
¿Cómo (+ VERBO)? Circunstancial de modo

Entonces, ¿para qué aprender otras pruebas, si ya existe esta? La respuesta es que la prueba de
interrogación no siempre resulta tan clara. Pongamos algunos ejemplos para demostrar esto:

2. Me aprieta el zapato.
3. Vimos a Juan.
Según la prueba de interrogación, si quiero saber el sujeto de la oración 2, tengo que preguntar:
¿Quién me aprieta? Pero no es posible contestarla, por lo que puedo suponer, erróneamente, que
tiene sujeto tácito. ¿Por qué esto es un error? Porque si hubiera un sujeto tácito la oración
cambiaría de sentido: (Él) me aprieta el zapato no significa lo mismo que Me aprieta el zapato.

Como veremos más adelante, el sujeto de la oración 2 es “el zapato”. De modo que la pregunta
correcta para hacerse es ¿Qué me aprieta? y no ¿Quién me aprieta? (ya que el zapato no es
alguien, sino algo). Pero acá hay un nuevo problema, porque dijimos que la pregunta ¿Qué (+
VERBO)? servía para identificar el Objeto Directo, y no el sujeto…. ¡Qué lío! Por ahora dejémoslo
acá y veamos el ejemplo 3.

En la oración 3, si queremos saber qué función cumple la construcción “a Juan”, deberíamos


preguntar ¿a quién vimos? Como vimos a Juan, debemos concluir que a Juan es el Objeto Indirecto
de la oración. Nuevo error: “a Juan” es el Objeto Directo de la oración. Lo que sucede es que, por
ser un ser animado, Juan aparece en la oración con la preposición “a”. 1 De todos modos, la
pregunta que nos hicimos sigue siendo correcta (¿a quién vimos?).

¿Entonces? Entonces, todo esto quiere decir que si bien las preguntas ayudan a identificar
elementos de la oración, a veces pueden ser confusas. Para disolver esas dudas que se pueden
generar, existen otras pruebas sintácticas que nos ayudarán a reconocer todos los componentes
sin errores.

1. LA PUEBA DE MOVILIDAD

¿Para qué sirve?


Para identificar los distintos componentes de la oración y saber con certeza dónde empieza y
dónde termina cada uno.

¿Cómo se hace?
Consiste en mover las diferentes partes de la oración para comprobar si conforman un bloque o
no (si lo conforman, entonces quiere decir que esa parte que movimos es un componente al que le
buscaremos la función sintáctica).

¿Ejemplos?
Veamos la siguiente oración:

1
Recuerden que cuando el OD es humano, aparece con la preposición “a”, pero no se considera a esta como un nexo
subordinante, y cuando se analiza por dentro el OD no se la tiene en cuenta. Se dice que es “semánticamente vacía”, o
sea, que no tiene significado alguno y está solo para indicarnos que ese OD es humano. [Es curioso que a veces pasa esto
mismo con un objeto directo no humano: Paseo a mi perro. Yo podría decir Paseo el perro, pero le agrego la “a” porque
considero a este animal como parte de mi familia, lo veo como alguien y no como algo.]
2
5. El bibliotecario puso el libro viejo en el estante.

Si hacemos un análisis de los elementos que encontramos en la oración, podemos arribar a lo


siguiente:
MD: Modificador Directo
El bibliotecario puso el libro viejo en el estante. N: Núcleo
MD N V MD N MD n/s MD N V: Verbo
n/s: nexo subordinante

Sin embargo, esto no tiene en cuenta algunas cosas importantes: por ejemplo, que no es la misma
relación la que tiene viejo con libro que la que tiene con estante. Esto sucede porque dentro de la
oración hay conjuntos menores, que se llaman constituyentes, y que son “bloques” de palabras
que tienen más relación entre sí que con el resto de las palabras de la oración. Estos
constituyentes se ven claramente cuando hacemos la prueba de movilidad.
¿Cómo la hacemos? Moviendo las partes de la oración, para ver cuáles se pueden y cuáles no se
pueden mover. Tomando la misma oración, podríamos formar:

a. En el estante puso el bibliotecario el libro viejo.


b. En el estante puso el libro viejo el bibliotecario.
c. El libro viejo puso en el estante el bibliotecario.
d. Viejo puso en el estante el bibliotecario el libro. X

Como vemos, la última oración no es posible, porque viejo no se puede mover solo. Esto sucede
porque es parte de un constituyente: “el libro viejo”. En la oración c, vemos cómo se puede mover
a viejo, siempre y cuando también movamos a el y libro, sus compañeros inseparables.

Si seguimos moviendo y moviendo, vamos a llegar a la conclusión de que esta oración tiene 4
constituyentes:

El bibliotecario puso el libro viejo en el estante.

Reconocer los constituyentes es el primer paso para analizar una oración. Una vez que sabemos cuántos y
cuáles son, vamos a pensar qué función tienen. En este caso, “El bibliotecario” es el Sujeto, “puso” es núcleo
verbal, “el libro viejo” el Objeto Directo y “en el estante” un Circunstancial de Lugar.

2. LA PRUEBA DE CONCORDANCIA:

¿Para qué sirve?


Para reconocer con certeza el sujeto de una oración.

3
¿Cómo se hace?
Consiste en cambiarle el número al núcleo verbal y ver qué otro componente de la oración cambia
su número. Ese componente es el sujeto.

Esto sucede porque el núcleo del predicado (el verbo conjugado) concuerda en número con el núcleo del
sujeto. Es decir, si el sujeto tiene un núcleo en singular, el verbo va a estar en singular, y si el sujeto tiene un
núcleo en plural, el verbo estará en plural. Esta característica de las oraciones nos permite “jugar” un poco
con los componentes y alterar uno para ver qué pasa con los otros. Como esta concordancia se cumple
siempre, el sujeto va a aparecer como por arte de magia entre los componentes de la oración.

¿Ejemplos?
Podemos retomar la oración número 2: Me aprieta el zapato.

PASO 1: Lo que tengo que hacer, antes que nada, es identificar el verbo: Me aprieta el zapato.

PASO 2: Reconocer el número del verbo (esto es, si está en singular o plural). En este caso, el
verbo está en singular.

PASO 3: Reemplazo el verbo por el mismo verbo pero en el número opuesto (es decir, si estaba en
singular, lo paso a plural): Me aprietan el zapato X (esta x significa que la oración es incorrecta).

PASO 4: Me fijo qué tiene que cambiar para que la oración quede bien. En este caso es el zapato,
que ya no puede ser singular y tiene que cambiar a plural para que la oración siga teniendo
sentido: Me aprietan los zapatos.

PASO 5: Ya puedo decir con seguridad cuál es el sujeto de la oración: Me aprieta el zapato. El
sujeto se mostró a sí mismo cuando cambié el número del verbo.

Otro ejemplo, nos muestra la utilidad de esta prueba:

4. A Juan y José les gusta la ópera.

Si seguimos hasta el paso 3 antes detallado, tendremos esta oración: A Juan y José les gustan la
ópera X
¿Qué hay que cambiar para que esta oración esté bien? ¿“A Juan y José” o “la ópera”? La
respuesta es la menos esperada si nos guiamos simplemente por el instinto. La oración correcta
sería A Juan y José les gustan las óperas, con lo que se reveló el sujeto de a oración 4, que es “la
ópera”.
¿Magia? No, sintaxis.

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3. LA PRUEBA DE REEMPLAZO

¿Para qué sirve?


Para identificar los complementos del verbo relacionados por la transitividad (OD y OI).

Algunos verbos de nuestro idioma pueden aparecer sin complementos y su significado es


completo: si yo digo “las aves vuelan”, la oración está completa. Pero hay otros verbos que
necesitan de algún complemento para completar su significado. Por ejemplo, si digo “yo envié”, la
oración está incompleta; necesito decir qué envié y a quién. Algo parecido pasa con verbos como
comprar, leer, mirar. Esto sucede porque estos verbos son transitivos. Es decir, necesitan un
Objeto Directo y/o un Objeto Indirecto para completar su sentido.

¿Cómo se hace?
Consiste en reemplazar el complemento por el pronombre correspondiente. En el cuadro se
indican los pronombres más comunes para cada complemento:

OD Lo, los, la, las


OI Le, les

¿Ejemplos?
Una vez que identificamos los constituyentes de la oración, reconocimos al sujeto y marcamos el
verbo, nos resta ver qué complementos acompañan a este último.

El 5. El bibliotecario guardó el libro .


SUJETO NV Compl. 1

Sabemos que tenemos un complemento, pero tenemos que definir cuál es. Entonces
reemplazamos ese complemento por uno de los pronombres antes mencionados. En este caso
corresponde lo, porque libro es masculino y singular: “El bibliotecario lo guardó”.

Otra oración:

6. Envié una carta a mi novia.


NV Compl. 1 Compl. 2

Si utilizamos la prueba de reemplazo, veremos que el complemento 1 se puede reemplazar por la:
“La envié a mi novia”. Esto nos dice que es el Objeto Directo.
Del mismo modo, podemos reemplazar al complemento 2 por el pronombre le: “Le envié una
carta”. Esto indica que es el Objeto Indirecto.

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Veamos, en este último ejemplo, cuál es la mayor utilidad de esta prueba. Al comienzo de este
texto, habíamos visto una oración que resultaba difícil de analizar: Vimos a Juan. Dijimos que con
las preguntas típicas de la prueba de interrogación, no podíamos definir si “a Juan” es el OD o el
OI de la oración.
Ahora, ¿qué pasa si reemplazamos a “a Juan” por un pronombre? Se nos plantean dos opciones:

a) Lo vimos
b) Le vimos. X

De las dos opciones, solo la primera es la correcta. Por lo tanto, descubrimos que “a Juan” es el
Objeto Directo de la oración (porque lo reemplazamos por lo, y no por le).

Otros pronombres para OD y OI: en algunas oraciones, el pronombre que reemplaza a estos
complementos puede ser me, te o nos. Estos tienen que ver la primera y la segunda persona
gramatical. Por ejemplo:
Mi abuela me tejió un sweater. (a mí)
Te llamo después. (a vos)
Nos gusta jugar al fútbol. (a nosotros)

Autor: Prof. Martín Alzueta


para Ciclo Básico - ORT

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