El problema planteado por la autora (Beatriz Sarlo) en su capítulo titulado “Abundancia y pobreza”, tomo varias escenas propias de la vida posmoderna: la ciudad, los centros, los shopping, que ahora estos son los que ocupan la visión y el vivir cotidiano de la ciudadanía actual a diferencia de épocas pasadas. En este texto la autora habla también acerca de la estética nueva del mercado, haciendo referencia a un estilo moderno considerado como una “capsula espacial”. Se refiere a este último término a las nuevas estructuras modernas que son los shoppings. Estos fueron construidos, según la visión propia de la autora, para reemplazar la ciudad, a su vez adoptaron esta tendencia en todas partes del mundo estableciéndolo como un nuevo modelo del mercado actual. Estos establecimientos posmodernos, son definidos en el texto como la representación de las nuevas costumbres, pero la autora a su vez resalta la diferencia entre los antiguos centros con respecto a los nuevos, en donde las estructuras actuales presentan una ausencia de la historia y por ende no se plantea el conflicto apasionante entre la resistencia del pasado y el impulso del presente. Se utiliza a su vez en el texto un término de “nomadismo contemporáneo”, se lo refiere al uso indiferente del shopping en cualquier parte del mundo, aunque ni siquiera se conozca la lengua o cultura del país cualquier persona podría acceder perfectamente a este mismo. Otro de los términos utilizados es el de una “cultura extraterritorial” de la que nadie puede sentirse excluido; dentro de las diferencias sociales se utiliza por la autora la frase de “realización hiperbólica y condesada de cualidades opuestas” donde los pobres son los más privilegiados al utilizar estas estructuras como nuevo acceso al mercado moderno. La hipótesis establecida por Sarlo es acerca de estos nuevos espacios posmodernos como lugares sin antecedentes urbanos que están repletos de referencias neoculturales, donde los que no saben pueden aprender. A su vez educa saberes que son, por un lado, funcionales a su dinámica, y por el otro adecuados a un deseo joven de libertad anticonstitucional. Habla su vez de rasgos básicos que presentan estos escenarios posmodernas que ya están aquí para quedarse: en ciudades que se fracturan y se desintegran, este refugio antiatómico es perfectamente adecuado al tono de las épocas. Para finalizar la hipótesis de la autora acerca del mercado moderno, se refiere en última instancia a el shopping como el espejo de una crisis del espacio público, donde es difícil construir sentidos; y el espejo devuelve una imagen invertida en la que fluye día y noche un ordenado torrente de significantes. En mi opinión personal la idea planteada por esta autora acerca de la visión posmoderna del mercado que nos rodea, es muy acertada, ya que la demanda propia de la actualidad a través de estas infraestructuras posmodernas demuestran las culturas y las vivencias de la época. En donde actualmente este tipo de infraestructuras de la vida posmoderna se han globalizado a tal punto hacia un ideal de vivencia actual muy diferente a otras épocas. La historia y otros valores éticos han quedado en el olvido, resaltando la importancia de la exteriorización estética, la igualdad acerca de un ideal social donde la imagen desempeña un rol en primer plano sobre la sociedad. El mercado actual mediante sus estructuras, marcas y etiquetas conforman el estructuralismo de una sociedad que solo se basa en ello, en lo frívolo y la velocidad mercantil.