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UNIVERSIDAD DE BELGRADO

FACULTAD DE FILOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS IBÉRICOS

Locuciones españolas provenientes de cuentos, fábulas, leyendas.


Trabajo de investigación

Profesora responsable: dr.ª Anđelka Pejović Estudiantes:


Biljana Zarić 2013/530
Kristina Živanović 2013/473

Belgrado, mayo 2017


ÍNDICE

1 INTRODUCCIÓN ………………………………………………… 2

1.1 Definición y características ………………………………………………… 2

2 LOCUCIONES ESPAÑOLAS PROVENIENTES DE CUENTOS, FÁBULAS,


LEYENDAS ………………………………………………… 3

2.1 Fábulas ………………………………………………… 3

2.2 Leyendas ………………………………………………… 6

2.3 Cuentos ………………………………………………… 8

3 CONCLUSIÓN ………………………………………………… 11

4 BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………… 12

5 CORPUS ………………………………………………… 14

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1. INTRODUCCIÓN

Para empezar un estudio como este es importante, en primer lugar, destacar el tema
principal y tratar de definir, usando los recursos bibliográficos, los términos más importantes que
son el objeto de análisis. Teniendo en cuenta que las locuciones españolas provenientes de
cuentos, fábulas y leyendas son el objeto de este trabajo de investigación, se empezará del primer
término que se destaca en el mismo título- las locuciones.

1.1 Definición y características


Después de haber leído la bibliografía y haber consultado los numerosos diccionarios
para elegir el corpus de esta investigación, se ha llegado a una de las definiciones más citadas
hasta ahora, por lo menos según Inmaculada Penadés Martínez (2012: 20), y es la que define las
locuciones como “la combinación estable de dos o más términos, que funciona como elemento
oracional cuyo sentido unitario consabido no se justifica sin más, como una suma del significado
normal de los componentes”(Cesares 1992 [1950]: 170).
Martínez Montoro destaca la presencia de esta definición y su importancia para los
estudios fraseológicos aún hoy en día (2002: 12), mientras que Penadés Martínez explica que la
mencionada definición ha sido elaborada hace muchos años, pero reconoce que Casares ha
respetado unos criterios muy importantes que ella misma va nombrando en continuación: el
criterio formal o morfológico, el sintáctico y el semántico. El primer criterio, según su
explicación, se refiere a la parte de la definición que destaca la estabilidad de las locuciones, para
la que Penadés Martínez usa el término “fijación”, y la que representa una de las características
más importantes de estas unidades fraseológicas (2012: 20). El hecho de que las locuciones “no
permiten la modificación, la sustitución, la adición de complementos o cualquier otra alteración
de la estructura” demuestra que son sintagmas fijas, es decir unidades oracionales de dos o más
palabras (Ruiz Gurillo 1998: 19).
Otra característica, igual de importante, es la idiomaticidad, de la que habla Casares en la
segunda parte de su definición. Este rasgo de las locuciones se refiere a su significado que no se
puede deducir a partir del significado literal de las palabras que constituyen la locución. El papel
más importante tiene el significado figurado de estas unidades fraseológicas, y para llegar a
conocerlo es imprescindible averiguar el origen de las locuciones. (Ruiz Gurillo 1998: 19-22)
La tercera característica de las locuciones, es la institucionalización. Gloria Corpas Pastor
explica en su “Manual de fraseología española” que “el uso, la repetición y la frecuencia son los
factores que permiten el paso de las expresiones neológicas del discurso a la lengua” (1996: 21).
Esto significa que las locuciones son expresiones codificadas y se registran en diccionarios como
entidades completas. Corpas Pastor también destaca que gracias a su institucionalización,
fijación y su función denominativa se diferencian de las combinaciones libres de las palabras.
(1996: 22, 89)
En cuanto al tema de este trabajo, que trata las locuciones provenientes de cuentos,
fábulas y leyendas, está claro que en primer lugar hay que destacar su procedencia y entonces su

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uso desde que aparecieron hasta hoy. Mientras se desarrolla el análisis se van a comparar las
locuciones con el origen similar y las situaciones en que se suelen usar estas unidades para que
se pueda averiguar si algunas de ellas, que se han elegido como el corpus de este trabajo, tienen
algo en común en cuanto a su uso dentro de diversos contextos.

2. LOCUCIONES ESPAÑOLAS PROVENIENTES DE CUENTOS, FÁBULAS,


LEYENDAS

Cuentos, leyendas y fábulas representan una parte inseparable de la tradición humana.


Historia de cada nacionalidad debe mucho a estos transmisores de vida y cultura del hombre de
cualquier época y de cualquier rincón del mundo. (Prat Ferrer 2013: 6-9)
Así como la historia, también el lenguaje, y entre otros el español, puede agradecer a
mencionados transmisores por fecundidad en expresión que ofrecen con cada cuento, fábula o
leyenda (Prat Ferrer 2013: 9, 10).
Después de haber consultado los diccionarios que tratan el tema de unidades
fraseológicas tal y como son locuciones, colocaciones, proverbios y refranes, se impone la
impresión de que la lengua española consta de numerosas locuciones cuyos orígenes se pueden
encontrar en diversos recursos.

2.1 Fábulas
Según la Real Academia Española, la palabra fábula se define como “breve relato
ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja
final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados”
(2001: 697). Puesto que se ha dicho que las fábulas suelen llevar una moraleja y sus
protagonistas son, con frecuencia, animales, los ejemplos que se han analizado durante este
trabajo, en total, coinciden con la definición anteriormente mencionada.
En la mayoría de los casos las locuciones que provienen de fábulas se basan justamente
en una moraleja que se deduce después de leerla, o en las características y acciones de los
personajes principales. Los animales, que frecuentemente tienen el papel de los protagonistas,
son típicos y la gente ya está acostumbrada a comparar los astutos con zorros, el lobo con algún
peligro, el león como poder, etc.
La primera locución que se va a analizar es sacar las castañas del fuego, la que
representa un ejemplo típico de la expresión que proviene de una fábula (Vranić 2004: 69) y
cuyo significado no se puede deducir solo a través del significado literal de las palabras que la
constituyen. De hecho, está claro que se trata de una locución cuyo significado se puede descifrar
solo después de leer la fábula. Se trata de un gato y un mono, que asaron castañas al fuego y el
mono, como más listo y astuto, engaño al gato y le pidió que las sacara del fuego para que él no
se quemara. Por eso esta locución significa “solucionar a alguien un problema haciendo lo que

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correspondería hacer a esa persona”, como el gato solucionó “el problema” del mono. (Vranić
2004: 69). La locución se puede aplicar a conversaciones cotidianas, como en el ejemplo:
Chico si algo va mal por tu culpa, tienes que asumir tu responsabilidad. No puedo sacarte las
castañas del fuego siempre. Crece de una vez y empieza a pensar como una persona adulta.
(Vranić 2004: 69)
Las gallinas son animales que aparecen en dos locuciones, que forman parte del corpus
de este estudio y cuyos orígenes provienen de famosas y antiguas fábulas. Sin embargo, después
de analizar ambas fábulas, el protagonista, si se puede llamar así, en realidad es el huevo. Una de
ellas es ser la gallina de los huevos de oro y proviene de una fábula de Esopo en la cual se habla
de un campesino cuya gallina ponía los huevos de oro. Llevado por codicia el campesino mató a
gallina esperando fuente de oro en ella, pero se engañó y perdió todo. Por eso, si algo es fuente
inagotable de riquezas se dice, por ejemplo: “Luis se casó con una mujer que es la gallina de los
huevos de oro. Es muy rica y le va a pagar sus deudas.” A veces se suele usar el verbo matar en
vez de ser: (Vranić 2004: 72)
El problema surge cuando en lugar de "ordeñar" prudentemente esos recursos, nos comemos a la
fuente que los produce. Es como matar la gallina de los huevos de oro, o vivir tirando del capital
hasta agotarlo, en lugar de hacerlo a costa de las rentas. (CREA)
Otra expresión el que nos trajo las gallinas se refiere a la fábula de Tomás de Iriarte y
lleva el título “Los huevos”. En ella se cuenta que un viajero llevó las gallinas a una isla de
Oriente donde nadie sabía para ellas y donde los habitantes de la isla se quedaron impresionados
con los huevos de gallina. Cada uno inventaba nuevas formas de cocinarlo, “vanagloriándose de
ello hasta que un anciano recordó que todo el mérito y todos los posibles parabienes pertenecían
al que nos trajo las gallinas”. (Doval 1995: 333) Por lo tanto, cuando se suele recordar el
verdadero autor de un invento o una obra, es decir pasar por autor original después de muchos
pretendidos, se usa está expresión. (1995: 333)
Puesto que anteriormente ya se ha mencionado gran fabulista griego, Esopo, es
importante destacar que, entre otros, hay una locución que proviene de su fábula “El león y el
onagro” y que se refiere a condiciones muy duras, imposibles de cumplir, por ejemplo: “La
limpia ha sido, en efecto, radical: los propietarios que se negaron a vender en condiciones
leoninas sus terrenos, han sido simplemente erradicados de este mundo.” (CREA) Condiciones
leoninas (poner/ser) son literalmente condiciones que en fábula dicta el mismo león, como el rey
de la selva, cuando él y el onagro después de la caza reparten las piezas capturadas. Había tres
piezas y todas para león según sus condiciones que se respetan o como él mismo dijo “tendrás
problemas si no estás de acuerdo”. (Buitrago 2002: 145) Gracias a esta fábula se puede decir
también llevarse la parte del león que significa conseguir u obtener la mejor parte y, en la
mayoría de los casos, de forma abusiva (2002: 145).
Al gran fabulista griego se le atribuye también la fábula “Los dos amigos y el oso” de la
que proviene la locución vender la piel del oso. Aquí se cuenta de dos amigos que iban a un
bosque para cazar un oso y después vender su piel por una gran cantidad de dinero. Sin embargo,
cuando el oso apareció, uno de ellos trepó a un árbol y el otro se hizo el muerto. El oso se asomó
al “muerto” le olisqueó y se marchó. Cuando este bajó del árbol, “el muerto” le dijo que oso le

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había dicho que “no vendaran su piel antes de cazarlo”. Por eso, cuando alguien anuncia un éxito
antes de haberlo conseguido, se dice que vende la piel del oso antes de cazarlo, como por
ejemplo:
Pero resulta inquietante esta manía de vender la piel del oso antes de haber salido al monte
electoral aunque sea cierto que González le contó a Aznar la fecha de las elecciones y le confirmara que
él se retira. (CREA)
Una vieja fábula que se puede conectar con el personaje del león como un animal
poderoso, muchas veces usado para infundir miedo, es la de un asno disfrazado de león que así
asustaba a otros animales hasta que su amo, al ver sus orejas bajo el disfraz, le descubrió. De ahí
viene la locución asomar la oreja cuyo significado alude a la moraleja de la fábula que nadie
puede ocultar su identidad por mucho que se esfuerce, como en el conocido refrán aunque la
mona se vista de seda, mona se queda (Doval 1995: 76). Locución muy similar, pero que
proviene de política nacional de España, es verle a uno el plumero y significa “asomar la oreja en
cuestiones políticas” (Gil 2006: 329). En el siguiente ejemplo se va a emplear en una oración,
para que se puede entender su uso: “Alguien sensato evitó que la aberración, en la que los
proponentes asomaron la oreja del pleito insular, no llegara a consumarse.” (Seco 2005: 711)
Como dice Gregorio Doval en su libro “Del hecho al dicho”, la locución que se suele usar
para dejar claro que cada uno debe tomar sus propias decisiones, aunque sean erróneas, y no
meterse en las decisiones de otro, es (que) con su pan se lo coma. En su libro no está claro de
dónde proviene esta expresión, pero se supone que viene de fábula “El elefante y otros
animales”, recogida por Tomás de Iriarte, la que se termina justamente con estas palabras y
“cuya moraleja es que nadie debe darse por aludido cuando se habla para un grupo”: (1995: 44)
“Debes ir ya por la segunda cajetilla…, con tu pan te lo comas que a mí no me hace daño.” (Seco 2005:
729)
Cuando se quiere expresar que uno pierde el tiempo en conseguir cosas que a primera
vista parecen fácil, pero en realidad exigen mucho esfuerzo que, además al final resulta inútil,
también se puede consultar una antigua fábula. En ella se cuenta el caso de una zorra que, por
culpa de escasez de alimentos o la falta de experiencia predadora, cazaba a los grillos para
alimentar sus cachorros. La caza resultó un trabajo muy difícil e insuficiente y de ahí un
proverbio que lleva la moraleja de la fábula que dice: Cuando la zorra anda a caza de grillos, no
hay nada para ella ni para sus hijos. Pero la locución que se deduce de este proverbio es andar a
caza de grillos, y se suele usar en mencionadas situaciones, como por ejemplo: (Buitrago 2002:
61) “Dices que te pasas todo el día estudiando, pero a mí me parece que andas todo el día por
ahí, a la caza de grillos, haciendo tonterías.” (2002: 61)
En el “Diccionario de dichos y frases hechas”, de Alberto Buitrago, se puede encontrar,
entre tantos, una locución muy conocida que alude a situaciones cuando uno se mete en grave
peligro, es decir cuando uno se mete en la boca del lobo. Esta también proviene de una famosa
fábula de la cigüeña que metió su pico en la boca del lobo para sacarle un hueso. (2002: 485) En
el ejemplo se va a enseñar su uso en el habla cotidiana: “El negro Tomas hubiera caído en la
red…; nuestro negro, más pancho que un ocho, se metería en la boca del lobo” (Seco 2005: 192)
A veces se suelen usar las locuciones caerse en la boca del lobo, sacarle de la boca del lobo y

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escapar de la boca del lobo que también aluden a algún peligro y normalmente son metáforas
pastoriles que aluden a la oveja. (Buitrago 2002: 485)
Muchas veces en las fábulas los animales después de una dificultad se quedan amigos,
como en el caso de cigüeña y el lobo, pero en otras la moraleja se puede expresar solamente si el
problema no termina con éxito. Una de ellas cuenta sobre dos liebres, perseguidas por unos
perros, que mientras discutían sí estos eran galgos o podencos, los perros las atraparon. La
moraleja de esta fábula fue una inspiración a locución discutir sobre galgos o podencos y
significa discutir sobre cuestiones insignificantes, sin tratar las que realmente son importantes y
causan problemas. Esta locución se aplica muchas veces en las conversaciones cotidianas, como
por ejemplo: “Llevamos dos horas discutiendo sobre galgos o podencos. ¿Por qué no pasamos a
hablar de una vez de lo que realmente interesa?” (Buitrago 2002: 232)

2.2 Leyendas
La palabra leyenda puede portar varios significados, pero generalmente se usa para
definir “relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o
verdaderos” (RAE 2001: 929). En otras palabras, estos relatos tratan de acontecimientos y
personajes reales e históricos, pero deformados por imaginación añadiendo algunos elementos
fantásticos (Estébanez Calderón 2002: 614).
Según los ejemplos que se han elegido para este estudio, existen leyendas de todo tipo, es
decir, el foco puede estar en la gente, en una sola persona, en un acontecimiento o en un animal.
Puesto que cada leyenda es diferente, las locuciones que se han elegido, provenientes de ellas,
también lo son. Sin embargo, algunas pueden ser similares o tener equivalente en locuciones de
origen diferente.
Saber más que Merlín, la expresión con la que se va a empezar esta parte de análisis, es
una locución basada en un personaje con el que nos podemos cruzar en las leyendas del rey
Arturo. Esta locución no se aparta mucho del significado literal de la expresión. De todos modos,
para poder entenderlo es necesario conocer la leyenda de la que proviene y saber que Merlín,
supuestamente, fue un hechicero, adivinador y un hombre muy sabio. (Doval 1995: 241) De ahí
se puede deducir que esta expresión significa ser muy sabio, inteligente, saber mucho. Existe una
locución con el mismo significado que esta: saber más que Lepe, pero se basa en un personaje
histórico de España (Doval 1995: 240). Ambas locuciones se usan de misma manera en el habla
cotidiana, como en el ejemplo: “Dicen que sabe más que Lepe, pero yo no me lo creo.” (Penadés
Martínez 2002: 147)
Cuando se quiere aludir a cantidad exagerada y desproporcionada de dinero se usa la
expresión prometer el oro y el moro. Esta frase hecha se origina en una leyenda que narra la
historia de un alcalde árabe y su sobrino, que fueron capturados por unos caballeros jerezanos.
Al alcalde lo liberaron pero no a su sobrino, para quien exigían un precio más alto. Este
acontecimiento llegó hasta la corte castellana, donde “ambas partes se acusaban mutuamente de
querer quedarse con el oro y el moro”. (Buitrago 2002: 598) En el ejemplo que sigue se muestra

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su uso en el habla: “La Gran Guerra ha enriquecido a algunos, y la Dictadura promete el oro y el
moro.” (Seco 2004: 714)
Ahora se va a pasar a la expresión estar en época de vacas gordas que, según dice
Gordana Vranić en su libro “Hablar por los codos”, se usa para referirse “a la época de
abundancia y riqueza”, o cuando la frase se emplea con vacas flacas es para aludir “a una época
de escasez y pobreza”. Esta locución proviene de una leyenda que cuenta que un faraón soñó con
siete vacas gordas y con siete vacas flacas que se comieron a las gordas. Curioso por saber el
significado de esos sueños, llamó a muchos para que se lo interpretaran hasta que uno lo
consiguió. La interpretación era la siguiente: “las siete vacas gordas significaban siete años de
abundancia y las siete flacas otros tantos de pobreza y hambre.” (2004: 40) El uso de esta frase
hecha se puede ver en el ejemplo de abajo:
Mis padres me dicen que tenemos suerte de estar en época de vacas gordas porque ellos se
acuerdan muy bien de los tiempos de vacas flacas cuando casi no tenían ni para comer. (Vranić
2004: 40)
Otra leyenda más, cuya protagonista es Catalina de Médicis, reina de Francia, cuenta que
ella ordenó que se hicieran agujeros en las paredes del palacio real por creer que la gente del
palacio conspiraba contra ella y su hijo. De ahí que esta leyenda dio origen a la expresión las
paredes oyen, con la que se quiere advertir que tenemos que tener cuidado con quién estamos
hablando, de qué y dónde. “Vámonos a la calle, que tengo que decirte algo importante y
las paredes oyen.” (Buitrago 2012: 410) En este ejemplo se puede ver el uso de esta locución en
el habla cotidiana.
En la siguiente leyenda el protagonista, otra vez, es un monarca quien inspiró la locución
ser más sonado que la campana de Huesca. Se trata del rey aragonés, Ramiro II. Como dice la
leyenda, muchos nobles eran en su contra y el rey decidió hacer algo sobre ese asunto. Llamó a
los líderes de los nobles para enseñarles “una campana que se oiría en todo Aragón”, pero eso era
un pretexto para que los hiciera venir al castillo para poder matarlos, cortándoles las cabezas, las
que luego colgó del techo de tal manera que formaban el círculo de la campana, y en el centro
colgó, como el badajo, la cabeza del organizador de la rebelión. Por eso se dice que algo es más
sonado que la campana de Huesca cuando se quiere aludir a un acontecimiento de gran
repercusión, como en el ejemplo: “¿Que no te has enterado de que ha dimitido el ministro? Pero
hombre, si ha sido más sonado que la campana de Huesca.” (Buitrago 2002: 469, 470)
La gente del pueblo también encontró su papel en leyendas. En la oración: “Me he
comprado estas tijeras especiales para cortar papel y son la carabina de Ambrosio; más que
cortarlo lo arrancan.”, se puede observar la locución ser la carabina de Ambrosio, la que no
podemos entender sin antes conocer la leyenda detrás de ella. Según cuenta la historia,
Ambrosio, un labrador sevillano, era una persona muy buena, a la que todos conocían, que un día
decidió convertirse en bandolero y con una carabina estropeada se fue al monte. Todos a los que
asaltaba no le tomaban en serio por la reputación que tenía, pero él creía que eso era por su
carabina rota y así nació este dicho que hoy se refiere a cualquier objeto que no funciona o no
sirve para nada. (Buitrago 2012: 387)

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2.3 Cuentos
En el “Diccionario de los términos literarios”, coordinado por Demetrio Estébanez
Calderón, dice que la palabra “cuento” es “un relato breve, oral o escrito, en el que se narra una
historia de ficción (fantástica o verosímil), con un reducido número de personajes y una intriga
poco desarrollada, que se encamina rápidamente hacia su clímax y desenlace final” (2002: 243).
A continuación se van a presentar y explicar las locuciones provenientes de cuentos,
elegidas para este trabajo de investigación. Como existen varios tipos de cuentos, se verá que
estas locuciones tienen su origen en cuentos infantiles, cuentos de hadas o cuentos folclóricos.
El cuento popular que se ha transmitido oralmente y que permanece aún hoy en día es el
que habla de un soldado gallego y un mozo andaluz que llegaron a una posada y cuando pidieron
la cena les dijeron que tenían solo una perdiz y un mochuelo, que no era comestible. Al momento
de decidir quién iba a tomar que, el soldado gallego dijo: “No sé por qué me parece que a mí me
va a tocar cargar el mochuelo”. De ahí la locución cargar el mochuelo, gracias a la cual,
probablemente, este cuento permanece aún hoy en día. Normalmente se usa en forma “cargarle
alguien el mochuelo a otra persona”. (Vranić 2004: 24) Existen también unas locuciones con el
mismo significado, como por ejemplo bailar con la más fea, con la que se expresa que uno tiene
que hacer el peor parte. Cómo se emplea en conversación se puede ver en siguiente ejemplo: “Tú
eres muy listo, eliges siempre los trabajos fáciles en la casa y yo siempre cargo con el
mochuelo: fregar, barrer, hacer la comida…” (Buitrago 2012: 97)
Una que también tiene que ver con la comida es ponerse como el Quicio, pero su
significado se refiere a la acción de comer en abundancia. La identidad de Quicio no es conocida,
pero seguramente representa el protagonista de un cuento folclórico español. Se supone que esta
expresión surgió en la época cuando los esquiladores eran fundamentales para la economía rural.
Estos esquiladores siempre iban con sus “alumnos” mayormente chicos jóvenes que al momento
de comer, como consecuencia de su edad y esfuerzo, devoraban todo lo que les pusieran los
pastores. (Buitrago 2002: 587)
Las locuciones que también han permanecido hasta hoy, principalmente gracias a la
tradición oral, y que representan el corpus de este estudio, son ser el cuento de la lechera, pelar
la pava y estar entre Pinto y Valdemoro. Estas expresiones no tienen nada en común en cuanto a
su significado, pero las tres proceden de cuentos populares.
La primera mencionada, ser el cuento/la fábula de la lechera, es la locución que nació de
un relato de una lechera que estaba en el camino al mercado para vender su leche. Mientras
caminaba así pensaba en cómo invertir el dinero que ganaría hasta que se le cayó el cántaro al
suelo y la leche se derramó. De esta historia se puede concluir que este dicho expresa “una
ilusión vana, fantasiosa y sin fundamento” como se verá en el siguiente ejemplo: (Buitrago 2002:
257)
Dice que en sólo dos años va a pagar el piso y que después lo va a vender y va a comprar otro
más grande. Me parece que eso es el cuento de la lechera. (Buitrago 2002: 257)
Un cuento de procedencia Andaluza relata la historia de una mujer que ordenó a su criada
que pelara la pava para un banquete y esta se fue a pelarla al lado de la reja de la ventana donde
la esperaba su enamorado. Puesto que la criada se detuvo la ama la llamo y esta le contestó: “Ya

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voy, señora, es que aún estoy pelando la pava”. (Buitrago 2002: 562) Vemos que la expresión
que usó la criada es locución pelar la pava, pero hoy en día se usa con la intención de cortejar a
una persona, ligar, como en el siguiente ejemplo: “Estos dos no se enteran de nada de lo que pasa
a su alrededor. Llevan toda la tarde pelando la pava.” (Buitrago 2012: 535)
La tercera locución se utiliza para aludir a una característica personal. Si alguien es
indeciso cuando tiene que elegir entre dos o más opciones, se usa esta locución: estar entre Pinto
y Valdemoro. Pinto y Valdemoro son dos pueblos cerca de Madrid, separados con un arroyo muy
estrecho. Se cuenta que en Pinto había un borrachín que con sus amigos iba al arroyo y se ponía
a saltarlo cada vez diciendo “Ahora estoy en Pinto”, “Ahora estoy en Valdemoro”, hasta que un
día se cayó en el agua y dijo “Ahora estoy entre Pinto y Valdemoro”. (Vranić 2004: 42) Cómo
emplear esta locución en el habla cotidiana se puede ver en el siguiente ejemplo: “No sé si voy a
aprobar. Me ha dicho el profesor que estoy entre Pinto y Valdemoro.” (Buitrago 2012: 309)
En las locuciones que siguen, se podrá observar que los animales, como en el caso de
locuciones provenientes de fábulas, a menudo ocupan el lugar del protagonista en ellas.
Una de tales es caerse/apearse del burro que proviene de un relato breve que habla sobre
un hombre que decía que “jamás se caería de su burro hasta que un día se cayó” (Vranić 2004:
21). Esto significa que las personas que se caen/apean del burro, reconocen su error y en la
mayoría de los casos esta expresión se utiliza en forma negativa, pero en el siguiente ejemplo se
va a demonstrar su uso en forma positiva: “Mi madre siempre desconfiaba de las medicinas
contra al reuma, pero cuando tomó este producto, tuvo que apearse del burro” (Varela, Kubarth
1994: 32). Se suele usar también la locución bajarse del burro que tiene el mismo significado y
que se puede encontrar en unas obras literarias más importantes de la literatura española, tal y
como son “El Quijote” y “La Celestina” (Buitrago 2012: 84).
Verle las orejas al lobo es una más y significa “darse cuenta de un peligro y cambiar, en
consecuencia, de actitud” y proviene de la historia de un cazador cobarde que solo vio las orejas
del lobo, de lejos, pero no dejaba de enorgullecerse por haberlo visto. (Vranić 2004: 81) En el
siguiente ejemplo se puede ver su uso en la oración:
A mí me gustaba mucho correr con el coche, pero cuando tuve el accidente le vi las orejas al lobo
y ahora voy mucho más despacio. (Buitrago 2012: 768)
Un par de las locuciones, que fueron escogidas para este trabajo de investigación, tienen
el perro como su protagonista y las dos se originan en cuentos populares. Una de ellas es hinchar
el perro y a través de este ejemplo: “Bueno, es solo un suspenso. Tampoco hay que hinchar el
perro y decir que no va a terminar la carrera.”, se puede ver que significa exagerar, es decir
exagerar en describir un suceso o en contar una noticia. Esta frase hecha se debe a un cuento en
el que uno huye de un perro pequeño y luego, cuando cuenta la historia, hincha el perro, lo
engrandece, para que no se rían de él. (Buitrago 2002: 384)
Tornarse el sueño del perro es la segunda y su raíz la tiene en un cuento que narra la
historia de un pobre perro que por hacer ruido mientras soñaba con comer un pedazo de carne
fue despertado a golpes de ese sueño agradable por su patrón. Esta expresión se utiliza para
referirse a los planes que se deshacen justo cuando parecen estables y seguros, igual que se
deshace el frágil sueño del perro. (Doval 1995: 188)

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“De los mures con el gato” parece ser el cuento que dio origen a la expresión ponerle el
cascabel al gato. Sin embargo, quien la divulgó fue Félix María de Samaniego en su fábula “El
congreso de los ratones”. Se trata de unos ratones que se pusieron de acuerdo en ponerle un
cascabel a un gato que les cazaba, para poder oír cuando el peligro, es decir el gato, se acercaba.
A la hora de hacerlo ninguno de los ratones se atrevía porque era una acción peligrosa. (Doval
1995: 290) Es ahí donde radica el significado del dicho, cuyo uso se muestra en este ejemplo:
“Muy bien. Estamos todos de acuerdo: hay que ir a hablar con el jefe para un aumento de
sueldo… ¿Y quién le va a poner el cascabel al gato?” (Buitrago 2002: 586) Como se puede
notar, esta vez el gato es el animal que ocupa un lugar en la historia de esta locución igual que en
ella misma.
Ahora el foco va a estar en cuentos infantiles, de hecho en un par de locuciones que
provienen de ellas. El cuento de “Pinocho”, de escritor italiano Claudio Collodi, es uno de los
cuentos más famosos entre los niños. En este cuento se encuentra una moraleja (que no se debe
mentir) que esconde una expresión que se utiliza bastante hoy en día para darle a saber a alguien,
especialmente a un niño, que sabemos que miente. “No me digas que has hecho los deberes,
porque te está creciendo la nariz… ¿A que no los has hecho?” Esa expresión crecerle a alguien
la nariz se debe a Pinocho, un muñeco de madera al que le crecía la nariz cada vez que mentía.
(Buitrago 2002: 156)
La segunda locución, que se puede encontrar en muchos cuentos para niños, tiene dos
variantes: ser un príncipe azul o encontrar a un príncipe azul. El príncipe azul es un hombre de
buen aspecto físico y de muchas virtudes, que pertenece a la nobleza y siempre monta su caballo
blanco. Representa a un hombre ideal para cada mujer. La expresión surgió en los cuentos “de
hadas” en los que este príncipe al final siempre se casa con la protagonista. (Buitrago 2002: 271)
A continuación se van a mencionar algunas locuciones, que forman parte del corpus de
este estudio, que no provienen de ningún cuento en especial, sino de cuentos en general, de sus
características o personas directamente relacionadas con ellas. Una de tales es tener más cuento
que Calleja. Una persona primero tiene que saber quién era Calleja para saber lo que se quiere
decir con esta frase. Saturnio Calleja era el fundador y director de una antigua compañía editorial
que editaba cuentos para niños, lo que la hizo famosa. Él, entre otros textos literarios, escribía
también cuentos infantiles. De ahí, la expresión se refiere a alguien “que se duele en exceso o sin
motivo y al que se intenta librar de todo con cualquier excusa.” (Cantera 2007: 123) El siguiente
ejemplo servirá para entenderla mejor: “Mucho quejarte y resulta que no tienes nada. Me parece
a mí que tienes más cuento que Calleja.” (Buitrago 2012: 721)
Otra de estas expresiones es ser el cuento de nunca acabar y se usa para describir una
situación pesada e incómoda a la que no se puede ver el final o la solución, pues como son los
cuentos infantiles que nunca acaban. “En esta casa lo de las averías del ascensor es el cuento de
nunca acabar. Jamás ha funcionado más de tres días seguidos.” (Buitrago 2002: 258) En este
ejemplo se muestra cómo se emplea este dicho, que tiene un sinónimo en la expresión ser o
contar el cuento de la buena pipa. Esta alude a “las narraciones extensas y confusas, que parecen

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no tener fin” y que se utilizaban para gastarles la broma a los más pequeños, en otras palabras
para enojarlos. (Buitrago 2002: 257)

3. CONCLUSIÓN

Como ya se ha mencionado en el principio de este trabajo, donde se definen las


locuciones y describen sus características, la idiomaticidad es una de las tres características que
diferencia estas unidades fraseológicas de combinaciones libres de palabras. Después de hacer
este trabajo de investigación y emplear los ejemplos de locuciones que provienen de cuentos,
fábulas y leyendas, se puede deducir que, aunque la fijación e institucionalización son
imprescindibles para que una expresión se llame locución, aquí la idiomaticidad es la
característica más destacada que caracteriza estas locuciones. ¿Por qué? Porque la mayoría de los
ejemplos no se podría entender, sin que se haya explicado la historia que hay detrás de ellos.
Cada cuento, fábula y leyenda tiene algo nuevo, lleva algo especial y, lo más importante,
significa algo diferente.
El objeto de este estudio era, justamente, explicar el significado de cada una de las
unidades del corpus elegido y así demonstrar cómo las unidades fraseológicas, con pocas
palabras y en una forma codificada, pueden mantenerse en una lengua viva. A pesar de que unas
de ellas fueron creadas ya hace siglos, todavía se pueden emplear en las conversaciones
contemporáneas. No es fácil imaginar su verdadero significado y, a menudo, la primera imagen
que se crea en el cerebro al leerlas no sirve para nada. Sin embargo, lo que realmente importa es
el hecho de que por lo menos algunas de ellas van a despertar la curiosidad y uno se va a poner a
investigar su origen.
De esa manera, etas unidades además de enriquecer el lenguaje con su idiomaticidad,
también transmiten la historia y mentalidad del pueblo, especialmente las provenientes de
cuentos folclóricos transmitidos oralmente. Hoy en día, antiguas fábulas y leyendas se olvidan
fácilmente y reemplazan por nuevos cuentos modernos, pero gracias a las locuciones como estas,
presentadas en este trabajo, siempre van a quedar una gran parte de la tradición humana.

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4. BIBLIOGRAFÍA

Fuentes

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Barcelona: Editorial Clie, 2006.Google libros. [15.05.2017]
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DDFH: Alberto Buitrago, Diccionario de dichos y frases hechas, Madrid: Espasa, 2012. Edición
eléctrica. [17.05.2017]
<https://www.scribd.com/doc/315481667/Diccionario-de-Dichos-y-Frases-hechas-JPR504-pdf>
DFDEA: Manuel Seco, Olimpia Andrés, Gabino Ramos, Diccionario fraseológicos
documentado del español actual. Locuciones y modismos españoles, Madrid: Aguilar, 2005.
DFEM: Fernando Varela, Hugo Kubarth, Diccionario fraseológico del español moderno,
Madrid: Gredos, 1994.
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enseñanza del español, Madrid: Arco/Libros, 2002.
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Espasa Calpe, 2001.
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2002.
HPLC: Gordana Vranić, Hablar por los codos: frases para un español cotidiano, Madrid:
Edelsa, 2004.

Referencias bibliográficas

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CASARES, Julio, Introducción a la lexicografía moderna, Madrid: Editorial CSIC, 1992.Google
libros. [13.05.2017]
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PENADÉS MARTÍNEZ, Inmaculada, Gramática y semántica de las locuciones, Alcalá de
Henares: Universidad de Alcalá de Henares, 2012. Libros electrónicos. [13.05.2017]
<http://libroselectronicos.cervantes.es/opac/autenticar?id=00007430#recordCard>
RUIZ GURILLO, Leonor, Las locuciones en español actual, Madrid: Arco/Libros: 1998.
MARTÍNEZ MONTORO, Jorge, “La fraseología en J. Casares”, en Pastor Cesteros, S., Salazar
García, V. (eds.): Estudios de lingüística, 16, Universidad de Alicante: 2002, 139-189. Edición
eléctrica. [13.05.2017]
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2013. Edición eléctrica. [17.05.2017]
<http://www.funjdiaz.net/folklore/pdf/prat_ferrer_historia_cuento_tradicional.pdf>

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5. CORPUS

Andar a caza de grillos Meterse en la boca del lobo


Apearse del burro Pelar la pava
Asomar la oreja Poner el cascabel al gato
Bailar con la más fea Ponerse como el Quicio
Bajarse del burro Prometer el oro y el moro
Caerse del burro Que con su pan se lo coma
Caerse en la boca del lobo Saber más que Lepe
Cargarle el mochuelo Saber más que Merlín
Condiciones leoninas Sacar las castañas del fuego
Contar el cuento de la buena pipa Sacarle de la boca del lobo
Crecerle a alguien la nariz Ser el cuento de la lechera
Discutir sobre galgos o podencos Ser el cuento de nunca acabar
El que nos trajo las gallinas Ser la carabina de Ambrosio
Encontrar a un príncipe azul Ser la gallina de los huevos de oro
Escapar de la boca del lobo Ser más sonado que la campana de Huesca
Estar en época de vacas flacas Ser un príncipe azul
Estar en época de vacas gordas Tener más cuento que Calleja
Estar entre Pinto y Valdemoro Tornarse el sueño del perro
Hinchar el perro Vender la piel del oso
Las paredes oyen Verle a uno el plumero
Llevarse la parte del león Verle las orejas al lobo

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