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CARRERA DERECHO
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
ORURO – BOLIVIA
2018
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ORURO
CARRERA DERECHO
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
Ámbito espacial
El presente trabajo de investigación se desarrolló completamente en la ciudad
de Oruro propiamente en la Universidad Técnica de Oruro, en la Facultad de
Derecho, Ciencias Políticas y Sociales.
Ámbito humano
Para el presente trabajo se indagó sobre toda la población boliviana, ya que
nuestro tema conlleva a una directa generalización de todas las personas que
habitan en nuestro país, ya que todos pueden llegar a necesitar conocer este
tema.
Ámbito temporal
El presente trabajo está basado en el Código Procesal Civil ley Nº439 ley de 19
de noviembre de 2013 llegando a ser útil durante todo el tiempo en que esta ley
este en vigencia
INTRODUCCIÓN
Marco Histórico
En las sociedades primitivas, las personas que tenían a su cargo la misión de dictar
normas, tenían también la tarea de interpretarla y de dirimir los conflictos que surgieran.
Posteriormente, era el monarca como soberano que interpretaba las reglas de derecho
y dirimía los conflictos. Poco a poco el monarca fue delegando estas labores entre sus
más allegados colaboradores, hasta el punto que se llegó a tener un cuerpo de "jueces"
ellos regulaban los actos procesales mediante el proceso que es la materialización de
las normas sustantivas o aplicación jurisdiccional del derecho. Es importante revelar el
carácter de instrumental a efectos de tutelar los derechos ante la violación de esos
derechos e intereses estos quedarían sin protección, si no existieran normas jurídicas
que permitan la realización y puestas en funcionamiento de un proceso que dé
seguridad a las relaciones y situaciones jurídicas de la sociedad. Los órganos
jurisdiccionales no solo se ocupan de las normas instrumentales o procedimentales
(normas reguladoras del proceso) sino también de las normas orgánicas que tiene por
objeto la creación composición y actividad de los órganos jurisdiccionales del Estado
por ello los jueces deben defender los intereses de las sociedad, además que son
deberes normados de cumplimiento obligatorio, es decir que las partes no podrán dar
efectos distintos a los establecidos por ley y mucho menos regular el proceso
convencionalmente. La aplicación de los principios procesales en la tramitación de los
juicios es un deber de la administración de justicia. Data de la Carta Magna, cuando
mediante ese instrumento el monarca Juan Sin Tierra, se comprometió ante los
súbditos ingleses a proveer una pronta y oportuna administración de justicia para evitar
actos de injusticia.
Ninguna duda cabe que en los primeros tiempos de la historia su defensa era una
función privada, en la que la fuerza constituía el factor decisivo. La intervención de
familiares cuando la familia comenzó a consolidarse, facilito la solución de algunas
controversias mediante la conciliación o cuando esto no era posible se sometía a la
decisión de terceros (ex aequo et bono), naciendo así el arbitraje. Ocurría algunas
veces que no siempre el vencido se sometía a la decisión del árbitro o lo acordado en
la conciliación, lo que obligaba nuevamente al empleo de la fuerza; de ahí que se
explica que para no ejercer la justicia por si mismos (Ej: Ley del Talien), fue natural que
para mantener la tranquilidad social, se atribuyese a quien ostentaba la calidad de jefe,
dirección militar y política, la facultad de administrar justicia (Ej. Rey Salomon). Esto
explica como los reyes de la primitiva Roma eran, además de jefes, grandes
sacerdotes y también magistrados. Del jefe de la tribu, esa facultad paso al príncipe
quien termino por considerarla un atributo de su persona, y de ahí derivo a la soberanía
del Estado Moderno. Muchas veces la norma jurídica es insuficiente por sí misma para
imponer la solución a un conflicto. Una vez que el Estado ha impuesto su autoridad, la
realización de los intereses individuales pasó a ser una función pública, limitándose
paralelamente la defensa privada. El Derecho de regla empírica se transformó en
norma legal constituyéndose el Estado en un elemento indispensable para hacerlo
efectivo, y pese a que no haya conflicto de intereses no puede prescindirse de su
intervención, ya que de contrario generaría un Estado de incertidumbre en la existencia
o interpretación del derecho, y a él le corresponde entonces fijar la situación jurídica de
los sujetos mediante la llamada sentencia de mera declaración.
La elaboración del Derecho Procesal Civil como una ciencia propiamente dicha, no es
tan antigua como el Derecho en General (Derecho Romano u otros). Talvez, uno de los
primeros pilares encontramos en el Código de Procedimiento Civil francés, al adoptar
algunos postulados de la revolución, como el tratadista Celso que refería que “la acción
es el derecho de perseguir en justicia lo que nos es debido, consideraba a esta como
un elemento del derecho y consecuentemente, al procedimiento, como una rama del
derecho civil, De allí la llamada doctrina civilista del proceso, compartida por los
comentadores del código procesal. Ello ocurrió en 1856, cuando Wildscheid público su
trabajo “La acción del derecho romano desde el punto de vista moderno aplicando por
primera vez el concepto de “pretensión jurídica”, estableció por primera vez el distingo
entre acción y derecho. En 1868, apareció otro tratadista como es Oscar Bulow “la
Teoria de las excepciones y los presupuestos procesales” en el que afirma la existencia
de una “relación jurídica en el proceso”.- Es precisamente con estas publicaciones que
se va defendiendo la autonomía del derecho procesal civil, donde destacan el tratadista
italiano Chiovenda, quien en 1903 expuso su teoría sobre la acción, concebida como
un derecho potestativo autónomo en su prolusión “la acción en el sistema de los
derechos” y luego en su obra “Principios de derecho Procesal Civil”, sobre la base de
esta concepción y afirmando la existencia de una relación jurídica procesal, construye
una teoría sistemática del proceso. Como es de conocimiento general, la doctrina de
Chiovenda se difundió rápidamente, aunque tuvo resistencia en James Goldschmidth
“El proceso como situación Jurídica” (1926), donde después de negar la existencia de
una relación jurídica en el proceso sostiene que este no es sino la expectativa de una
sentencia favorable estimulada por los actos de procedimiento. Por ultimo tenemos a
Francesco Carnelutti en sus “Lecciones de derecho procesal civil” 17 que luego se
transformó en el “Sistema de derecho Procesal Civil” (1936 – 1939) expone una
concepción integral del derecho como premisa de su doctrina sobre el proceso al cual
coloca en el ámbito de derecho público. Actualmente la doctrina cuenta con un grupo
de eminentes expositores como Calamandrei, Michelle, H. Alsina, Rocco, Redenti
Satta, actuales y de renombre actual Enrique Vescovi, Juan Montero Aroca, Josae
Deber Morales, Carlos Morales Guillen , Gonzalo Castellanos Trigo, etc. lo que llama
separación de poderes, justicia gratuita, inamovilidad de los jueces, igualdad ante la
ley, obligación de fundamentar las sentencias, produjo en el régimen procesal una
transformación que no tardo en extenderse a los demás países, aunque no se modificó
la doctrina existente.
Posteriormente, con el desarrollo del Derecho Canónico, el Papa Honorio III prescribe
la necesidad de arribar a una conciliación preliminar a todo juicio ya que la jurisdicción
de la iglesia consistía no tanto en hacer litigar ante ella, cuanto en impedir que se
litigara, por lo que los tribunales de obispos persuadían a las partes en conflicto a
transigir amigablemente sus diferencias. El deber cristiano de evitar litigios es una
enseñanza y un precepto para nada novedosos; se trata ante todo de conciliar a los
litigantes y ya desde el siglo VII la actividad del procedimiento eclesiástico propendía
no tanto a una sentencia judicial cuanto a una reconciliación entre las partes. En la
actualidad, en el ámbito eclesial el juicio debe evitarse siempre con tal que sea posible,
bien en su propio inicio, o bien interrumpiendo su curso por la conciliación de las partes
en conflicto, cuya obtención es un deber no secundario del juez
Este ejemplo de atajar la posibilidad de iniciar un juicio mediante exhortaciones
judiciales prosperó en Europa a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Así, en Prusia se
erige la figura del juez mediador que es escogido de entre los mismos miembros del
tribunal que ha de ver el juicio, lo que hace alusión a la conciliación intra proceso; de
igual manera el Reino de los Países Bajos estableció en su Código de Procedimientos
que el tribunal podrá en todos los casos y cualquiera fuere el estado del proceso,
mandar a las partes a que comparezcan en persona ante él para el efecto de
conciliarse; de manera similar, una disposición legal de Ginebra preveía que los jueces
exhorten a las partes en el primer día del pleito a terminar sus diferencias por medios
amigables y por la intervención de sus parientes.
En España, mediante las Ordenanzas de Bilbao, aprobadas por el Rey Felipe V en
1737, se ordena que las partes no podrán ser admitidas ni sus demandas ni peticiones
si no intentaban arreglar el pleito de manera previa. De igual forma, la Instrucción de
Corregidores del 15 de enero de 1788, expedida por el Rey Carlos III disponía que los
jueces evitaran la realización de juicios y que las partes solucionen sus conflictos de
manera amistosa mediante la avenencia.
También en las Ordenanzas de Matrículas, sancionadas por el Rey Carlos IV en 1802,
se prevenían a los Comandantes de Marina que trataran de avenir a las partes en
presencia de su asesor y escribano, debiendo hacerlo constar en autos, y no debiendo
dar sin esta circunstancia curso a segundo pedimento sobre negocios transigibles, bajo
su responsabilidad. En todos los casos mencionados, se designaba conciliador al
mismo juez que debía juzgar la controversia, pero esta no era la única opción en ese
entonces, ya que existía la posibilidad de nombrar un juez conciliador
independientemente del que debía decidir en un juicio posterior, motivado esto en el
cuestionamiento que se hacía al anterior sistema principalmente en el sentido de que al
recaer en la misma persona las funciones de conciliador y de no prosperar esta, la de
juez, se vería afectada de alguna manera la imparcialidad del juez, razón por la que
este sistema cayó en descrédito y la tendencia posterior fue nombrar jueces especiales
para este objeto; así, por Ley del 24 de agosto de 1790 la Asamblea Constituyente
francesa prescribió que sin hacer constar que se había intentado el medio de la
conciliación no se entablaría pleito alguno, designando a los alcaldes como autoridades
especiales para ejercer el cargo de conciliadores.
A su vez, esta disposición fue adoptada por el Código de Procedimientos Civiles de
Napoleón en 1806, que conservó esta institución como obligatoria. Este precepto fue
recogido en la Constitución de Cádiz de 1812, regulándose por primera vez de manera
constitucional a la conciliación. Finalmente, el Código de Comercio español de 1829
creó la figura del juez avenidor para conciliar a las partes en sus controversias sobre
actos mercantiles.
MARCO CONCEPTUAL
¿Serán suficientes, tomando en cuenta nuestra realidad judicial y procesal, las actuales
disposiciones procedimentales relativas a los Procesos Preliminares en el Nuevo
Código Procesal Boliviano?
JUSTIFICACIÓN
Objetivo General
Objetivos Específicos
TÍTULO I
CAPÍTULO I
CONCILIACIÓN PREVIA
1.1. DEFINICION
La temática de la conciliación, que siempre ha sido una actividad espontanea en la
convivencia humana. Desde que los hombres han tenido conflictos, fueron apareciendo
figuras que intentaron canalizarlos mediante el uso de la razón y no de la violencia.
Caivano, Gobbi y Padilla definen a la conciliación como:
"Un método de gestión de conflictos en el que uno o más terceros imparciales asisten a
las partes para que estas lleguen a un acuerdo recíprocamente aceptable. Al carecer
de autoridad para dirimir la controversia, el conciliador debe aplicar una serie de
técnicas destinadas a superar las barreras de comunicación". Por su parte, un artículo
elaborado a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
establece la siguiente definición:
“La conciliación es un proceso voluntario, una alternativa al litigio donde un tercero
neutral asiste a las partes en conflicto para que lleguen a una solución. Dicho tercero
es el conciliador. Más de una persona puede actuar como conciliador según la
complejidad del caso. Durante un proceso conciliatorio, se le da a cada parte la
oportunidad de presentar su punto de vista sobre el conflicto. El conciliador actúa como
guía y asiste a las partes a dialogar para identificar los puntos de conflicto y así, llegar a
un acuerdo. A diferencia de los árbitros y los jueces, los conciliadores no emiten una
decisión. Los conciliadores asisten a las partes ya sea juntos, o por separado, para
auxiliarlos a identificar su propia resolución al conflicto”.
En conclusión, puede decirse que la conciliación consiste en un intento de llegar
voluntariamente a un acuerdo mutuo, con ayuda de un tercero quien interviene entre
las partes. En otras palabras, constituye un mecanismo informal de resolver conflictos,
en el que una persona imparcial ayuda a las partes a identificar soluciones al conflicto,
plasmándolas en un acuerdo voluntario. De no encontrar una solución mediante la
conciliación, las partes pueden recurrir a los mecanismos heterocompositivos de
resolución de conflictos dentro del sistema de justicia estatal o arbitral. Como señala el
Prof. Jose Junco, desde una visión judicial,“ la conciliación es el acto jurídico e
instrumento por el que las partes en conflicto, antes de un proceso o en el transcurso
de este, se someten a un trámite conciliatorio para llegar a una solución acordada en
todo aquello que lo permita la ley” teniendo como intermediario objetivo e imparcial, la
autoridad del juez, otro funcionario o particular debidamente autorizado para ello, quien
previo conocimiento del caso debe procurar por las fórmulas de arreglo expuestas por
las partes o en su defecto proponerlas y desarrollarlas, a fin de que se llegue a un
acuerdo, el que contiene derechos constituidos y reconocidos con carácter de cosa
juzgada.
En definitiva por conciliación se entiende aquella acción mediante la cual dos posturas
encontradas se ponen de acuerdo, y llegan a un arreglo beneficioso para todos.
APLICACIÓN DE MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN