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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MODERNA- BARUCH SPINOZA

EMERSON CAMILO CHÁVEZ MUÑOZ


SEMINARIO MAYOR SAN JOSÉ
Zipaquirá, abril del 2018

BARUCH SPINOZA
En la continuación del renacimiento filosófico y científico, nace un filósofo llamado “Benito
(Baruch) Spinoza nació en Amsterdam, en 1632 (…), de una familia acomodada de judíos
españoles (…), que se habían refugiado en Holanda desde Portugal, para huir de las persecuciones
de la Inquisición” (351), y gracias al entorno social y familiar “Spinoza aprendió el hebreo en la
escuela de la comunidad judía de Amsterdam y estudió a profundidad la Biblia y el Talmud” (351),
de la misma manera aprendió latín que le abrió las puestas al conocimiento del conocimiento de
pensadores anteriores al él, como Cicerón, Descartes, Bacon, entre otros de igual importancia;
aunque con el desarrollo de su pensamiento más se alejaba de la religión en que creía, por algunos
aportes y escritos en que expresa su pensamiento que van en cierto sentido en contra de la doctrina
de la iglesia, Spinoza fue excomulgado en 1656, esto trae no solo consecuencias sociales sino
también jurídicas, lo aparto del pueblo judío. Y trabajando de manera de diferentes maneras logra
conseguir el sustento para su vida, negando ayudas que le llegaban, Spinoza “Murió de
tuberculosis en 1677: sólo tenía 44 años” (353), dentro de su recorrido literal escribió obras sobre
temas como: Dios, teología, el hombre, la política, la ética, la filosofía, metafísica, entre otros; y
esto gracias a que pudo acceder a grandes fuentes de diferentes pensadores anteriores a él. Su paz,
serenidad y tranquilidad fueron valores que lo caracterizaron y que lo llevo a ser un filósofo
coherente y de un pensamiento profundo.

La búsqueda de la verdad que otorga el un sentido a la vida

Spinoza se preguntó por: por “sino que investiga cuál es la verdad capaz de otorgar un sentido a la
existencia humana, y por lo tanto quiere descubrir cuál es el bien que cuando se posee garantiza al
hombre la felicidad” (354), diferente a la verdad matemática y física a la que los pensadores de
tinte científico se habían dedicado, sino una verdad que planifique la existencia del hombre, que
lo conduzca a un Bien superior, y como se va a desarrollar más adelante en la doctrina de Spinoza,
es la que ha de conducir al hombre a Dios.
Dentro de la búsqueda de que es lo que realmente hace feliz al hombre, se encuentra en primer
momento con tres aspectos que el hombre en su vida busca satisfacer o adquirir, primero el placer,
que es una sensación que se siente cuando satisfacemos una necesidad física, pero que “después
del gozo viene la tristeza”, es decir, que se experimenta una cierta felicidad, pero momentánea y
que no es duradera, de momento; por otra parte, en ciertos instantes de la vida el hombre se deja
llevar por impulsos descontrolados, y vive un tiempo de placer, pero al terminar se siente triste e
incómodo consigo mismo y con lo que hizo.

Segundo las riquezas, la búsqueda del desarrollo económico por medio del trabajo “adsorben al
hombre de manera continuada, obligándolo a dirigir todas sus acciones a dicha búsqueda (…) En
cambio, cuando fracasa en la búsqueda de riquezas, el hombre cae en una profunda tristeza y se
abate por completo” (355), en otras palabras, con un gran esfuerzo el ser humano logra obtener
cierto estatus económico, y con ello poder lograr satisfacer necesidades, apetitos, gustos, y demás
cosas que se pueden obtener por medio del dinero; pero en primer momento esto esclaviza al
hombre en el trabajo, le dedica la mayoría de su tiempo a este aspecto y se olvida de otras tareas y
responsabilidades, que no lo hacen en si feliz, y segundo, en el trabajo, en los negocios existe la
variable de ganar o perder, cuando se gana se está bien y se pude disfrutar, pero en las épocas de
pérdidas se sufre y se es triste.

Los honores, los aplausos, los premios, los reconocimientos, que son atribuidos por otros, que
hacen que el hombre se destaque en medio de una sociedad, o grupo determinado, hace que se
esfuerce por conseguirlos, pero se cae en buscar solo tales reconocimientos, pero no en disfrutarlo
que se hace, complazco a los demás, pero no a mí mismo, es decir, no trato de llegar a mi felicidad,
y esta misma depende de si me aplauden o no. Estos tres males a lo que conduce es a poner la
confianza en las cosas que perecen, que no siempre se pueden obtener y mantener, pero no
realmente en lo que mantiene la felicidad verdadera.

Es por ello que lo que se ha de hacer es:

“En particular: 1) de la naturaleza habrá que conocer sólo lo que sea indispensable para realizar
el fin indicado; 2) se debe construir una sociedad que permita que el mayor número posible de
hombres obtengan ese fin; 3) hay que elaborar una moral y una pedagogía que este en función de
dicho objetivo (…); 6) será necesario enmendar y purificar el intelecto, para volverlo idóneo y
comprender lo mejor posible la verdad” (356)
Es decir, que los tres males como los nombra Spinoza no son esencialmente negativos, lo malo es
cuando los buscamos de manera desmesurada, sin control; lo que se ha de hacer es buscar dar el
fin propio a las cosas de la naturaleza, todo a su justa medida; todas las acciones deben buscar el
bien común, la armonía en la sociedad, sin afectar a los que están en nuestro entorno. Y sin olvidar
el mismo bien, la salud, la alegría.

En una segunda etapa del desarrollo de su filosofía, es relación con la ética y la búsqueda de la
verdad, aborda el tema de las pasiones, en lo que se dice, que primer paso a seguir es conocerlas,
y después reprimirlas, para luego si actuar coherentemente en búsqueda de la verdad, amor y
conocimiento de Dios, llegar al bien supremo y la felicidad.

Bibliografía
Antíseri, G. R.-D. (1995). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico. España: Herder.(Páginas, 351-
380)

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