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LA VIDA ECONÓMICA

COMO CENTRO GENERADOR


DE RELACIONES DE PODER
“EL HOMBRE- LA MUJER”
Los seres humanos actuamos y pensamos en relación al contexto en el que nos
desenvolvemos, el hecho de que exista un modo de producción basado en la
explotación del hombre por el hombre ya debería ponernos a pensar en lo
complejo que es la sociedad y en el tipo de relaciones sociales que se conforman
dentro de ésta. La vida económica de la cual parten las relaciones de dominio
planteadas en este trabajo, está directamente ligada con un proceso histórico en el
que el hombre (sexo masculino) ha estado al centro de la estructura, su
importancia ha sido justificada por su superioridad física y mental.

La mujer nunca ha tomado el protagonismo dentro de la historia de los modos de


producción que se ha contado a lo largo de los años, siempre se cae en
generalizaciones y se hace referencia al hombre. La limitación que se le hace a la
mujer con una postura de madre y trabajos domésticos la ubica fuera de cualquier
modo de producción, invisibiliza sus capacidades e incluso el trabajo que realiza. A
partir de la memoria histórica de los medios de producción se domina a la mujer,
los procesos históricos, económicos generalizan y se enfocan solamente en el
hombre a través de los modos de producción en los que la mujer no figura.

En primer lugar tenemos la comunidad primitiva, Morales (1990) identifica que


esta fue la primera forma en que los hombres distribuyeron las actividades que les
permitían satisfacer sus necesidades, una primera organización en la cual los
hombres eran nómadas, recolectaban frutos silvestres y dependían de lo que la
naturaleza le daba. En este momento aún no existían las clases sociales por que
el trabajo comunitario impedía tener pertenencia, aún no había explotación del
hombre por el hombre, cada persona según su sexo y edad tenía asignadas
tareas específicas.
La mujer juega un papel importante en esta sociedad ya que es la
encargada de la distribución de la producción, lo que le da una importancia
económica y también política. Y esto nos lleva al matriarcado, característica
decisiva y fundamental en los asuntos de la sociedad.” (Morales, 1990, pág.
238)
Dentro de la explicación que desarrolla el autor menciona el matriarcado como una
forma en que la mujer toma un papel “importante” dentro de la historia, intenta
rescatar algo que nadie expone , no muchos le dan atención, lejos de visualizar a
la mujer como la encargada del hogar por el hecho de serlo, expone las
actividades de importancia económica de las que se encargaba aunque el
concepto de economía en este momento no existía, la actividad se daba tomando
en cuenta la definición de la RAE:

Economía 1. f. Administración eficaz y razonable de los bienes.

El hecho de que se reconozca a la mujer como un sujeto que realizaba una


actividad determinada y sea nombrada dentro del proceso histórico podría dar
pauta a demostrar la invalidez de mi tesis pero justo la cita que explica el papel
importante de la mujer me da argumentos para sostener la idea de la superioridad
del hombre pues desde este momento se comienza a encasillar a la mujer como
un ser del hogar, una persona que históricamente ha crecido con la imposición de
la administración de los bienes del hogar, no como un individuo que produzca,
más bien ella recibe y se encarga de hacer que funcione lo que tiene.

Dentro de los modos de producción económica se desglosan pequeños periodos


de transición y tienen que mencionarse porque la historia no es un proceso lineal,
más bien es un conjunto de prácticas y pensamientos que se modifican poco a
poco en un diálogo de la sociedad con el contexto. Por ejemplo, en la transición de
la comunidad nómada a sedentarios se observa una primera división de
responsabilidades que Morales (1990) separa como:

Primera división Caza y pesca, agricultura


social del trabajo y pastoreo
En este proceso histórico se visibiliza el concepto de hombre como generalización
de los seres humanos y dentro de la primera división del trabajo se exponen las
actividades a través de las cuales se podían recolectar alimentos, en ningún
momento no se hace un reconocimiento de la mujer.

Queda fuera, solamente al principio se explica que es la administradora del hogar,


siendo el ser que se quedaba en casa para organizar, cocinar y administrar los
recursos pero no sé considera como participante de la recolección, resulta
importante reflexionar porque en todo los procesos nunca se habla de la mujer
como parte de la sociedad, incluso en la historia de la evolución planteada por
Charles Robert Darwin expone que el desarrollo del hombre comienza con la
evolución del chimpancé y gráficamente la figura que pone es la del sexo
masculino con un aparente empoderamiento de su propio cuerpo pasando de la
espalda curveada a una postura muy recta. Lejos de los modos de producción
podemos observar que la historia de la vida propia está encaminada al realce de la
figura del hombre.

Pero volviendo a la línea del presente trabajo, lo que se va formando en ese


momento desde que se confunde la protección de la mujer con fragilidad y
debilidad definitivamente debe ubicarse como una relación de poder porque la
definición explica una acción en la que el hombre es la persona de autoridad, es
un tipo de estructura que se va gestando poco a poco a través de la sumisión de la
mujer. Dahl (1976) politólogo estadounidense dice que “A tiene poder sobre B en
la medida en que logre que B haga algo que no hubiere hecho sin la intervención
de A”, la mujer ha interiorizado la idea de ser quien da vida y cuida de los niños, el
hogar y la comida, aquello que haga por fuera es un extra y lo hace porque quiere,
su única obligación y para lo que debe servir queda dentro de su círculo primario
“la familia”.
El concepto de familia se va a desarrollar poco a poco a través de las relaciones
sociales explicadas por Bachofen en Engels (2004) quien formula 4 tesis para
explicar esto en la comunidad primitiva:

1) Primitivamente los seres humanos vivieron en promiscuidad sexual (heterismo) 1


2) El heterismo imposibilitaba establecer con certeza la paternidad, por lo que la
filiación sólo podía contarse por línea femenina.
3) Las mujeres, como madres, como únicos progenitores conocidos de la joven
generación, gozaban de un gran aprecio y respeto, que llegaba, según Bachofen,
hasta el dominio femenino absoluto.
4) El paso a la monogamia, en la que la mujer pertenece a un solo hombre,
encerraba la transgresión de una antiquísima ley religiosa (es decir, el derecho
inmemorial que los demás hombres tenían sobre aquella mujer), transgresión que
debía ser castigada o cuya tolerancia se resarcía con la posesión de la mujer por
otros durante determinado período.

A partir de esto podemos comenzar a observar rastros de lo que supone ser la


propiedad privada, el hombre se encuentra en una situación de privilegio frente a
la mujer. En un principio, al igual que el hombre la mujer era un individuo libre que
sin necesidad de justificación o significación podía disfrutar libremente de su
sexualidad. Históricamente la mujer aparece como un ser débil y hogareño, pero
posteriormente el hombre se da cuenta que la mujer trae al mundo a los
progenitores, es el único ser humano que puede “crear” vida y en vez de darle
mas valor la señala y busca inmediatamente la dominación pues ello garantiza que
realmente tenga un hijo propio, que no se pierda el linaje y que la propiedad en
todo sentido quede dentro de la familia.

Más adelante en la historia, ya no se habla de una comunidad primitiva pues ésta


se fue desintegrando para dar paso a una organización social nueva con rasgos
propios que van figurando un modo de producción esclavista. Los puntos
económicos principales en esta etapa se dan entre la relación de la propiedad
privada y el productor (esclavo).
1
Concepto propuesto por Bachofen como una costumbre de tiempos primitivos en que todas las mujeres del grupo
pertenecían a todos los hombres, cuya libre unión entre ellos dependía de su libre voluntad o de sus deseos.
Morales (1990) menciona que la producción y desarrollo del excedente económico
del cual se apropia una clase social, convirtiéndose en poseedora de los medios
de producción da lugar a la apropiación del hombre por el hombre pues se
requiere un aumento de oferta, o sea que es necesario aumentar la productividad
porque aquí ya se habla de comercio de intercambios, los objetos al igual que los
alimentos se comienzan a observar como mercancías, anteriormente se producía
para satisfacer las necesidades básicas del ser humano en el sentido de un
trabajo como actividad reguladora entre hombre y naturaleza.

Un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y


controla su metabolismo con la naturaleza. El hombre se enfrenta a la materia natural
misma como un poder natural. Pone en movimiento las fuerza naturales que pertenecen a
su corporeidad, brazos y piernas, cabeza y manos, a fin de apoderarse de los materiales
de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida (Marx, 1946, pág. 215).

Partir de esa idea permite ubicar la transición de comunidad primitiva a esclavismo


por el solo hecho de arrancar la esencia de la producción en forma de vida que
permite reproducirse como ser humano, convirtiéndonos en una sociedad de
mercancía; él árbol que está en el patio es mío, por tal motivo no puedes tomar de
él sin mi autorización o sin un intercambio, yo quiero o necesito lo que tiene
alguien más y éste a su vez necesita de otra persona, poco a poco se va tejiendo
una red de necesidades que requieren un intercambio para obtener lo necesario
que permita la sobrevivencia y reproducción de la sociedad.

“Se fundamenta en el predominio del hombre y su fin expreso es el de procrear


hijos cuya paternidad sea indiscutible. Esta paternidad indiscutible se exige porque
los hijos, en calidad de herederos directos, han de hacerse un día con los bienes
de su padre.” (Engels, 1884, p. 68)

El papel de la mujer en este momento de la historia donde ya ubicamos el


concepto de pertenencia, la transforma en mercancía. Al ser un individuo dador de
vida se convierte en algo “valioso” se puede negociar con ella como promesa de
mejorar el linaje, preservarlo, etc. Se vuelve un ser bello, débil y frágil cuando
pertenecía a una buena familia pero también puede ser un ser detestable, molesto
y estorboso cuando es de familia pobre, teniendo solamente su fuerza de trabajo 2
para sobrevivir, pero no en cualquier empleo que ella quiera porque pareciera ser
que ya esta predestinada.

Durante el feudalismo se identifican dos elementos importantes: los señores


feudales quienes eran los dueños del feudo 3 y los siervos, estos últimos
personajes solamente podían ofrecer su fuerza de trabajo utilizando instrumentos
de labranza y pagaban un tipo de renta por trabajar y vivir en el feudo.
Nuevamente Morales (1990) nos da elementos importantes para definir esta época
como “un sistema natural cerrado: se producía para satisfacer las necesidades del
feudo, no para negociar como tal”. Y es en esta etapa donde el papel de la mujer
tiene dos divisiones; la mujer de la realeza y la noble común.

Conviene referirse a la política matrimonial seguida en esta época, que


consideraba la mujer como peón en las alianzas familiares y el papel de la mujer
como perpetua dura y conservadora de linaje a través de los hijos. En contraste a
la mujer de la realeza quienes se convertían en amas de casa (Santo, 2018)

En esta etapa comienza a observarse la participación de la mujer en distintos


momentos pues ya no se trata solo de reproducirse como sociedad sobreviviente,
es necesario reproducir e incrementar la riqueza. El hombre artesano, siervo, y
humilde no podía recolectar la suficiente cantidad de recursos para mantener a su
familia, por ello en este momento la mujer comparte obligaciones de trabajo en
compañía de su familia, de él hombre pero, no comparte los mismos beneficios.
No se le reconocían de igual manera, al respecto Power (1979) dice que:

2
Marx identifica este concepto como el conjunto de elementos físicos y mentales que tiene el ser humano
para desarrollar algún tipo de trabajo.
3
Porción de tierra más o menos amplia que le pertenece hereditariamente a un señor feudal. El dueño de la
tierra ejerce un gran poder económico y político sobre sus tierras.
Cualquier mujer que tenga marido y ejerza un oficio dentro de la ciudad, en el cual
no intervenga su marido, deberás ser considerada como una mujer sola en lo
relativo a aquellas cosas que pertenezcan a su oficio. Y si sugiere alguna querella
en contra de la mujer, ella deberá responder y hacer su alegato como mujer sola.

O sea que en esta época la mujer que decidía salir adelante por sus propios
medios era abandonada incluso por las “leyes” quienes aparentemente la
reconocían pero no la defendían en caso de algún abuso por parte de la sociedad,
llámele otro comerciante o algún comprador. La vida de la mujer en la ciudad y en
el campo era diferente, existían aquellas que se habían quedado sin marido y
nadie mas las quería por lo cual se dedicaban al comercio ganando mucho menos
que el hombre por que no era bien visto que estas trabajaran en lo mismo que el
sexo contrario.

Hay que contextualizar algo que resulta muy difícil para la época pero la verdad es
que en este momento la religión, la economía y la necesidad de ampliar los
territorios de la corona eran los ejes principales por los cuales se comenzaba a
reorganizar a la sociedad, aún hay pueblos que viven de lo que producen, pero
hay señores feudales que quieren esas tierras y todo lo que incluye, mujeres,
niños, producción, hombre, fuerza de trabajo “gratis”, etc.

Si la situación era complicada, el papel de la mujer lo era mucho más porque


anteriormente estaba acostumbrada a hacer lo que supuestamente le
correspondía que era “administrar los bienes del hogar” (alimentos) y ahora le
presentan un nuevo jefe, una figura de autoridad más fuerte que lo que
representaba el hombre dentro de su familia, ahora este señora feudal al igual que
en la época de los esclavos manda por sobre todo un territorio pero juega con el
dinero que no llegaba a sus manos, más bien luchaban o trabajan para comer
pero les decían que había dinero y nunca lo veían reflejado en sus manos porque
resulta que ya lo debían. Supongo que esto obligaba a las familias a abandonar el
campo y dirigirse a la ciudad, mujer que llegaba sola era marginada, resultaba
muy difícil que se le aceptara. Anderson y Zinsser (1991) mencionan que existía
marginación de la mujer en aspectos sociales, religiosos y esto originado por la
cuestión económica en desventaja que las caracterizaba.

La mujer que decide trabajar se encuentra frente a la barrera de lo que bien podría
llamar machismo pues no se le reconoce su trabajo, no se le paga igual y se le
maltrata, hay otras mujeres que se quedan en el campo y no reciben nada a
cambio y hay otras mas que deciden tener dinero y se dedican a la prostitución,
tema del que no se había hablado antes pero significa que la propia mujer se da
cuenta que lo que han hecho con ella es venderla, intercambiarla, usarla como
moneda y entonces viéndolo desde un punto de vista de empoderamiento
femenino y necesidad de salir adelante, incluso de protesta.

La mujer se vende, un clérigo español del siglo XVI declara que la prostitución “es
como el establo, la letrina de una casa. Así como una ciudad se mantiene limpia
dotándola de un lugar separado donde se juntan la inmundicia y la basura, etc.,
así funciona el burdel: es donde la inmundicia y el horro de la carne se junta como
la porquería y la basura de la ciudad”. Eso era la única fuente de trabajo que le
quedaba a la mujer para sobrevivir o mantener a su familia, esta actividad
representa un acto de resistencia a todo lo inculcado pues no respeta los limites
de propiedad privada, de la mujer casta y pura impuestos por la religión y tampoco
entra en el “modo de vida” que la época ofrecía para la mujer.

Sin embargo la presión social que se ejerce sobre ella por ese acto rebelde implica
que nuevamente se le señale y juzgue, esa pequeña parte de mujeres que se
dedicaban a eso, implica que se generalice a la población femenina y se le
encasille como bruja, prostituta, mala mujer, etc.
Esto lo podemos relacionar con los pequeños periodos de transición que se
explicaban al principio, la edad media representa al feudalismo en distintos modos
de organización de la sociedad, la vida en ciudad y la vida en campo no era la
misma, esto nos da bases para ir visualizando el siguiente modo de producción.
El capitalismo, el compendio de la acumulación originaria del capital, la época
que nos rige actualmente y dota de significado a todo para poderlo convertir en la
mercancía. En esta etapa no pienso ahondar mucho pues creo que básicamente
todo lo que desarrolle a lo largo del trabajo ha dado como resultado esto, la
limitación que se le hace a la mujer con una postura de madre y trabajos
domésticos ubicándola por fuera de cualquier modo de producción, invisibilizando
sus capacidades e incluso el trabajo que realiza.

Pareciera que históricamente y por arte de magia, la mujer nació con el don de
protectora y administradora, esas dos como sus únicas virtudes dentro del hogar,
eso definiéndole tareas especificas para toda la vida. Reconocerla como igual al
hombre podría representar un pecado económico y religioso, en el capitalismo
resulta muy difícil que se le de un trabajo de alto rango pues se señala a la mujer
por rasgos de carácter social que arrastra desde el origen de la prostitución que se
da durante el esclavismo incluso, cuando a la mujer la vendían para satisfacer a
los hombres dedicados al trabajo duro, si la mujer no podía soportar latigazos,
cargar piedras o simplemente porque resultaba tener una apariencia agradable se
destinaba a ello y entonces las reglas que tenía interiorizadas sobre la pertenencia
a un solo hombre la lastimaban moralmente más que físicamente

Pero no hay que desviarse, la vida económica de la cual parten las relaciones de
dominio que se observan no son aisladas, todas y cada una de ellas están ligadas
con un proceso histórico no lineal que da pauta para estructurar la superioridad
del hombre sobre la mujer. Mujer que no sigue las reglas es señalada, por ello
hablar sobre una revolución de la mujer implica burlas, falta de credibilidad, entre
otras cosas, ha crecido señalada y utilizada siempre pero no porque ella lo decida,
en un principio así se le domino y así continuo.

Bibliografía
Andesron y Zinsser ( 1991) Historia de las mujeres: una historia propia, vol, 1,
Barcelona, Editorial Crítica.

Dahl; R. (1976) Análisis político moderno. Barcelona, Fontanell

Engels, F (1884) El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, prefacio


a la cuarta edición publicada en Stuttgart, 1892.

Morales, Méndez José Silvestre (1990) Fundamentos de economía, México, Mc


GRAWHILL

Marx, Karl. (1946) El capital, Volumen I. Fondo de Cultura Económica. México 12,
D.F.

Power, E (1979): Mujeres Medievales, Madrid, Ediciones Encuentro.

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