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Colección
Para que el conocimiento nos sirva a todos
Publicación del Proyecto de Modernización del Estado, Jefatura de Gabinete de Ministros y
del Programa Nacional de Voluntariado Universitario, Secretaría de Políticas Universitarias,
Ministerio de Educación de la Nación.
ISBN 978-950-00-0689-7
Arias, Gonzalo
Economía social. - 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educación, 2008.
150 p. ; 21x14 cm. - (Para que el conocimiento nos sirva a todos; 1)
ISBN 978-950-00-0689-7
U
n grupo de investigadores americanos realizó hace algunos años
una interesante experiencia sobre las prácticas solidarias. Se selec-
cionó un conjunto de grupos de estudiantes a los cuales sus res-
pectivos profesores les pidieron que hicieran un dibujo. Una vez finalizada
la tarea, los profesores eligieron un dibujo al azar y anunciaron a su grupo
que ese dibujo había sido considerado el mejor y que, por ello, tendría un
premio en dinero. Cuando los estudiantes seleccionados fueron llamados
a recibir el premio, el profesor les informó que uno de sus compañeros
padecía una grave enfermedad cuyo tratamiento era muy costoso, y que la
familia carecía de los recursos suficientes para hacer frente al tratamiento.
Los profesores ofrecieron a los estudiantes premiados la posibilidad de
ceder el premio para ayudar a la familia del compañero enfermo a finan-
ciar el tratamiento. En un porcentaje muy alto, los estudiantes premiados
aceptaron donar la suma recibida.
La misma experiencia fue repetida con otro conjunto de grupos de es-
tudiantes a quienes se les pedía que hicieran el dibujo, pero, en este caso,
los profesores anunciaban que se seleccionaría el mejor y que el mejor
sería premiado. Los estudiantes realizaron el dibujo sabiendo que compe-
tían por un premio. El resto de la experiencia siguió un proceso similar al
anterior pero, en estos grupos, el porcentaje de respuestas solidarias bajó
significativamente.
Los resultados de esta experiencia pueden ser interpretados de diversas
maneras, pero resulta claro que en el marco de los patrones culturales do-
minantes, la solidaridad está asociada a aquello que obtenemos sin haber
competido o luchado. Solidaridad y competencia serían, en cierto sentido,
contradictorios y excluyentes. Hacerse cargo de esta hipótesis implica asu-
mir que estamos ante un problema de enorme importancia y complejidad.
Promover solidaridad en un sentido profundo y convertir la solidaridad en
un pilar del funcionamiento de nuestra sociedad, supone ir más allá de la
caridad y del asistencialismo. No se trata de subestimar la importancia de
esas cualidades y estrategias. Sólo pretendo postular que la magnitud de
los fenómenos de exclusión que caracterizan a la sociedad actual, reclama
estrategias que permitan trascender esas prácticas.
En este sentido, se abren dos líneas de reflexión y de acción. La primera
es de carácter macro-social y político. Desde este punto de vista, es preciso
enfrentar la discusión acerca del nuevo pacto, del nuevo contrato social
que permita garantizar la inclusión social de todos los ciudadanos. Ya no
estamos en una sociedad que puede funcionar con la solidaridad “orgá-
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nica”, similar a la que existe entre las partes del organismo humano. Esta
solidaridad mecánica, no-voluntaria, está basada en que cada parte del
organismo es necesaria, cumple una función imprescindible para el equi-
librio y el funcionamiento del sistema. Nuestra sociedad ha roto ese equi-
librio y tiene una enorme capacidad excluyente. Puede dejar afuera a im-
portantes sectores de la población y puede apelar a fórmulas autoritarias,
de las que tenemos una larga tradición, para mantenerse políticamente. La
solidaridad que exige esta nueva sociedad no es mecánica sino consciente.
Es una solidaridad específicamente humana y, por ello, voluntaria. Para
poder vivir juntos debemos querer vivir juntos. Solidaridad y competencia
pueden articularse si asumimos que la competitividad genuina no es indi-
vidual sino social. Debemos ser competitivos como sociedad, como equipo
y como comunidad.
Es en este sentido que se abre el interrogante crucial acerca de cómo
formar para la solidaridad. La experiencia relatada más arriba nos pone
ante la necesidad de reconocer que todos tenemos una determinada repre-
sentación inicial de los valores, que condiciona nuestro comportamiento.
El primer paso de cualquier metodología para enseñar valores es conocer
cuál es esa representación inicial. Sólo con este conocimiento podemos
diseñar estrategias de cambio de esas representaciones iniciales.
Pero también sabemos que esas representaciones iniciales están profun-
damente establecidas en nuestras estructuras de personalidad. Cambiarlas
implica algo más que manejar información y conocimientos. Las experien-
cias educativas destinadas a promover valores deberían ser experiencias
que movilicen las diferentes dimensiones de la personalidad, en especial la
dimensión afectiva y emocional. Necesitamos, por ello, que se generalicen
y multipliquen experiencias como las sistematizadas en esta publicación,
motorizadas por miles de docentes y estudiantes universitarios compro-
metidos en acciones concretas al servicio de las necesidades y demandas
de la comunidad, algunas relacionadas con las viejas deudas que tenemos
como país y otras, igualmente urgentes y estratégicas, que tienen que ver
con los desafíos futuros.
La Universidad puede y debe tener un rol activo con el propósito fun-
damental de profundizar la vinculación de la educación superior con la
comunidad y, a su vez, incentivar el compromiso social de los estudiantes
universitarios, promoviendo su participación voluntaria en proyectos so-
ciales orientados a mejorar la calidad de vida de su población y estimular
el desarrollo local.
En este debate sobre la transformación de la Universidad y su función
social en el nuevo contexto global, es central y estratégico disponer de
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
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Una colección para que
el conocimiento nos sirva a todos
Alberto Dibbern*
D
esde el 2006, la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministe-
rio de Educación, a través del Programa Nacional de Voluntariado
Universitario, viene apoyando distintas experiencias impulsadas
por estudiantes y docentes de universidades nacionales, dirigidas a mejo-
rar la calidad de vida de la comunidad mediante la transferencia del cono-
cimiento producido en las propias instituciones de educación superior.
El propósito es desarrollar y fortalecer el vínculo de las Universidades
Públicas e Institutos Universitarios Nacionales con las demandas de la po-
blación y, a su vez, incentivar el compromiso social de los estudiantes,
docentes e investigadores de nivel superior universitario, promoviendo su
participación voluntaria en proyectos sociales.
A través de esta práctica solidaria, los alumnos no sólo devuelven a la
sociedad la posibilidad de estudiar que reciben de ella, sino que, a su vez,
transitan una experiencia de aprendizaje orientada a abordar profesional-
mente problemáticas sociales concretas.
Con una tercera convocatoria en marcha, la participación de la comu-
nidad universitaria se ha incrementado un 60% respecto de 2006 y 2007.
Actualmente, conforman el Programa 850 proyectos de más de 37 institu-
ciones universitarias nacionales, con la participación de cerca de 17.000
estudiantes, 4300 docentes e investigadores y más de 1600 organizaciones
de la sociedad civil y otras instituciones con fuerte presencia comunitaria.
En su gran mayoría, los proyectos de voluntariado universitario desplie-
gan sus acciones articulándose con distintas organizaciones sociales e ins-
tituciones que ya se encuentran trabajando en la comunidad. Municipios,
escuelas, hospitales, comedores, centros culturales, cooperativas, fábricas
recuperadas, sociedades de fomento, iglesias, entre otras, contribuyen con
los más diversos saberes y recursos, todos ellos vitales para la viabilidad de
las propuestas y para su continuidad en el tiempo.
Entre los ejes temáticos abordados por los proyectos seleccionados, se
destacan la educación, la atención y promoción de la salud, la participa-
ción ciudadana, el acceso público a la información y comunicación, la pro-
moción de derechos, la preservación del patrimonio histórico y cultural,
el medio ambiente y los recursos naturales, el desarrollo comunitario del
deporte y la recreación, y el acceso y mejora de la vivienda, infraestructura
y servicios sociales básicos.
Los aprendizajes y resultados alcanzados son muy importantes pero es
necesario continuar trabajando para acercar aún más a la Universidad con
las demandas de la población. Ante los desafíos que el país atraviesa en
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Economía Social
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Los desafíos éticos pendientes
en un mundo paradojal:
El Rol de la Universidad*
Bernardo Kliksberg **
* Una versión original de este trabajo fue expuesta por el autor al recibir el Doctorado
Honoris Causa de la Universidad Rey Juan Carlos.
** Pionero de la ética para el desarrollo, el capital social y la responsabilidad social
empresarial. Precursor de una nueva disciplina, la gerencia social. Asesor de más de 30
países y numerosos Presidentes. Asesor especial de ONU, UNICEF, UNESCO, OIT, OEA,
OPS, y otros. Actualmente Asesor Principal de la Dirección del Programa Regional del
PNUD para América Latina y Director del Fondo España-PNUD “Hacia un desarrollo
integrado e inclusivo en América Latina y el Caribe”. Autor de 47 obras y centenares de
trabajos, traducidos a diversos idiomas. Designado Profesor Honorario, Emérito y Doctor
Honoris Causa por numerosas Universidades, entre las últimas Doctor Honoris Causa
de la Universidad Rey Juan Carlos de España y Profesor Honorario de la Universidad
Católica del Perú. El conjunto de su obra científica ha sido declarada por unanimidad
de interés nacional por el Senado Argentino. Condecorado, premiado, y designado
visitante ilustre por Gobiernos y ciudades de todo el Continente. Premio 2004 de la
AMIA (Comunidad Judía Argentina), Premio 2005 de la Fundación Empresarial por el
Desarrollo Sostenible, y Premio Educar 2006 de la Iglesia Católica Argentina.
Entre sus últimas obras se hallan los best sellers internacionales: “Hacia una economía
con rostro humano” (14 ediciones), y “Más ética, más desarrollo” (14 ediciones). Su más
reciente obra fue preparada con el Premio Nobel de Economía Amartya Sen, “Primero la
gente. Una mirada desde la ética del desarrollo a los principales problemas del mundo
globalizado” (editada en España por Planeta/Deusto, 2008).
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
I. Un siglo contradictorio
H
acia dónde va el género humano. El escenario del siglo XXI pre-
senta direcciones contradictorias. Es un mundo signado por una
explosión inédita del conocimiento aplicado, por la globalización,
por los grandes desequilibrios, por la complejidad, y por la incertidumbre.
En las últimas décadas se ha desarrollado una ola de revoluciones cien-
tífico-tecnológicas que ha hecho crecer exponencialmente las capacidades
para producir y circular bienes y servicios. Las “rupturas epistemológicas”
simultáneas en campos como la comunicación, la informática, la robótica,
la genética, la biotecnología, la ciencia de los materiales, y muchos otros,
han corrido totalmente las fronteras de lo posible. Desde el trazado del
mapa genético de los seres humanos, hasta el almacenaje para su uso de
gran parte del conocimiento disponible en Internet, una multitud de in-
novaciones han abrió paso a la expansión acelerada de las posibilidades de
producción, y la ampliación considerable de la esperanza de vida.
Los grandes cambios en las estructuras productivas y tecnológicas se de-
sarrollan en el entorno de la “aldea global”, el mundo globalizado, donde
países y personas están estrechamente interconectados, y los niveles de
interdependencia son altísimos. Un cambio en un punto significativo del
sistema trae impactos inmediatos en vastas áreas del mismo.
En la nueva historia de la humanidad, viene avanzado paso a paso la de-
mocratización, portadora de dignificación, y derechos básicos, pero se pre-
senta en muchos lugares endeble y vulnerable ante la existencia de profun-
dos desequilibrios que crean tensiones extremas.
Poniendo el foco en las fuentes básicas de la inestabilidad, el ex Secre-
tario General de la ONU, Kofi Annan (2006), resaltaba, al dejar su cargo,
que “sin una medida de solidaridad ninguna sociedad puede ser verdade-
ramente estable. No es realista pensar que algunas personas pueden de-
rivar grandes beneficios de la globalización, mientras millones de otras
son dejadas al margen o arrojadas a la pobreza abyecta. Debemos dar a
los otros seres humanos al menos una oportunidad de compartir nuestra
prosperidad”. A las profundas tensiones socioeconómicas se han sumado
las ambientales.
Las emisiones de dióxido de carbono, contribuyente clave al calentamien-
to global, han alcanzado el nivel más alto de los últimos 650.000 años. Si
no se toman las decisiones adecuadas en los próximos 10 años, la situación
puede llegar al punto de no reversibilidad. El actual Secretario General de la
ONU, Ban Ki-Moon (2007), ha prevenido que hay riesgo de “una doble ca-
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tástrofe con tempranos reveses para el desarrollo humano de los pobres del
mundo, seguidos luego de peligros a largo plazo para toda la humanidad”.
La convivencia de direcciones de desarrollo conflictivas, progreso tecnoló-
gico y productivo continuo y grandes carencias, y desigualdades, democra-
tización y guerras, terrorismo asesino, y xenofobias, avances materiales en
la vida cotidiana, y deterioros agudos del medio ambiente, internacionaliza-
ción, y difícil equilibrio con el desarrollo local, crea un planeta de extrema
complejidad. Una de las manifestaciones centrales de los grados de comple-
jidad es la incapacidad de prever las incertidumbres severas. Predominan
en la realidad lo que el Premio Nobel, Ilya Prygogine, llama “las estructuras
disipativas de final abierto”, procesos de gran fluidez y volatilidad, frente a
los cuales las predicciones se estrellan.
Es hora de retomar con fuerza en este escenario, las preguntas que dieron
dirección a la humanidad en la historia, los grandes interrogantes éticos.
¿Hacia dónde vamos?, ¿a qué tipo de sociedad aspiramos?, ¿qué perfil de
ser humano estamos impulsando?, ¿cuáles deben ser las prioridades de esta
etapa histórica? ¿qué responsabilidades deben asumir los principales acto-
res sociales? Este orden de preguntas, marginadas con frecuencia por los
pragmatismos e inmediatismos, es el que puede dar la más sustancial de las
brújulas orientadoras, la de los valores.
Intentaremos aportar algunos elementos a la reflexión, imprescindible y
postergada sobre éstas y otras preguntas similares. Para ello, nos proponen
desenvolver a título introductorio tres momentos de análisis sucesivos. En
primer lugar, señalaremos algunos de los mayores desafíos éticos de nuestro
tiempo; luego, siempre de la mano de la ética para el desarrollo, incursio-
naremos en las responsabilidades que deben asumir los diferentes actores
sociales frente a ellos; por último, pondremos en el centro el rol que le co-
rresponde a la Universidad en este siglo, pleno en oportunidades y contra-
dicciones.
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Según los datos de la OIT, uno de cada seis niños de 5 a 17 años es ex-
plotado a través del trabajo infantil. Utilizados como mano de obra barata,
en condiciones con frecuencia inadmisibles, millones de niños trabajan
en tareas agrícolas con productos sometidos a químicos y pesticidas, en
las minas, y en las fábricas, empleando maquinarias peligrosas. Las conse-
cuencias son como refiere la OIT: “Muchos de esos niños se ven forzados
a arriesgar su salud, y sus vidas, e hipotecar su futuro como adultos pro-
ductivos”. UNICEF (2007) ha determinado que “180 millones de niños
son sometidos a las peores formas de trabajo infantil, a trabajos peligrosos,
esclavitud, trabajos forzados, reclutamiento forzado en ejércitos, prostitu-
ción y otras actividades ilegales”. Con razón, denuncia el problema como
“una cicatriz en la conciencia mundial del siglo XXI”.
Los niños que trabajan no pueden estudiar. Más de 120 millones de ni-
ños no van a la escuela. A esto, se suman formas extremas de explotación
de los niños como su integración a la fuerza a ejércitos, y la trata de niños.
Se estima que en el 2000 fueron traficados 1.200.000 niños.
4. Discriminación de Género
Con avances muy significativos producto de largas luchas en lo jurídico,
político, educativo, y en la integración laboral, subsisten, sin embargo, im-
portantes formas de discriminación de género. Una cultura con valores ma-
chistas y de inferiorización de la mujer es el trasfondo de muchas de ellas.
Dos terceras partes de los analfabetos del mundo son mujeres. El 57%
de las niñas no termina el colegio secundario.
La discriminación laboral es constante. En el mundo en desarrollo, las
mujeres tienden a ser relegadas a tareas menores, y a la economía informal.
Casi la mitad de las mujeres que trabajan en otros sectores distintos de la
agricultura lo hacen en el sector informal en 7 de 10 países de América
Latina y en 4 países asiáticos analizados. En dos de los países más poblados
del mundo como India e Indonesia, el 90% de la mano de obra femenina
no agrícola trabaja en la economía informal.
A igual responsabilidad, su remuneración es menor. En la industria, en
27 de 39 países con datos disponibles, los sueldos de las mujeres son de
un 20 a un 50% menor que los de los hombres.
La labor que realizan en el hogar, paralelamente a su integración al mer-
cado laboral, asegurando su funcionamiento y velando por la educación de
los hijos, es desvalorizada, a pesar de su rol fundamental.
Manuel Castells ironizó con precisión sobre el significado de la situa-
ción: “Si las mujeres que no hacen nada, dejaran de hacer esa nada, la
mayor parte de las ciudades modernas dejaría de funcionar”.
A pesar de los progresos, también sigue siendo limitada la presencia de
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la mujer en los altos niveles de decisión política. A inicios del siglo, sólo 9
mujeres eran Jefas de Estado, sólo el 8% de los Ministros eran mujeres, y
las mujeres sólo eran el 11% de los parlamentarios del mundo.
Una expresión extrema de discriminación continua, en plena actividad,
es la violencia. Según la Organización Mundial de la Salud, más mujeres
mueren de violencia en el mundo que de cáncer.
El feminicidio es casi impune en algunos lugares. En la misma América
Latina, junto a los centenares de homicidios impunes en Ciudad Juárez
que adquirieron notoriedad mundial, se produjeron 3300 asesinatos de
mujeres en Guatemala en los últimos 7 años, y 1000 en Honduras en si-
milar período con un mínimo porcentaje de identificación y punición de
los homicidas.
5. El Relegamiento de las Poblaciones Indígenas
Existen en el mundo 5000 pueblos indígenas, de larga historia, e impor-
tantes tradiciones culturales, que viven en 70 países. La mayor parte de
ellos tiene una relación entrañable con la naturaleza.
Sin embargo, tienden a ser los más pobres entre los pobres. Así el 80%
de los 40 millones indígenas de América Latina, se halla por debajo del
umbral de la pobreza. Tienen en muchos países las peores tasas de morta-
lidad materna, y mortalidad infantil.
Sufren discriminaciones permanentes. Sus tierras y sus bosques han sido
permanentemente objeto de disputa, y han sufrido atropellos. El deterioro
del medio ambiente los ha afectado particularmente.
Se ha intentado con frecuencia borrar su identidad cultural, subestimán-
dola, y presionándolos a dejarla.
6. El Ascenso de las Inequidades
Las altas inequidades se han disparado en el mundo actual. Las diferen-
cias de ingreso entre el 20% más rico y el 20% más pobre, que eran de 30
a 1 en 1960, pasaron en 1990 de 60 a 1, y llegaban de 74 a 1 en 1997.
El 10% más rico tenía en el 2005 el 54% del ingreso mundial, y del otro
lado, el 40% de menores ingresos sólo el 5%. A las disparidades en los
ingresos, se suman brechas de gran envergadura en otros campos. El 20%
más rico tiene el 82% de las exportaciones mundiales de bienes, el 20%
más pobre sólo el 1%. Las inversiones van hacia el 20% más rico que atrae
el 68% de ellas, el 20% más pobre sólo recibe el 1%. También, el 20% más
rico tiene el 95% del crédito. Todas las brechas interactúan y se refuerzan
las unas a las otras, generando un “círculo perverso” que las refuerza.
La Universidad de las Naciones Unidas midió en el 2006 la distribución
de la riqueza en los hogares del mundo. Estimó el valor de los activos
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Las sequías, las tormentas más intensas, las inundaciones, y otras ex-
presiones del deterioro ecológico, están eliminando los avances que países
pobres habían hecho respecto a las metas del milenio.
La salud pública de los pobres está aún más comprometida. Los cambios
pueden crear condiciones de riesgo aun mayores para enfermedades que
los afectan en primer lugar. Así, se estima que las víctimas del paludismo,
que actualmente causa la muerte de un millón de personas por año, pue-
den aumentar de 220 a 400 millones.
Pobreza que mata, familias destruidas, niños indefensos, mujeres discri-
minadas, pueblos indígenas marginados, desigualdades extremas, un apar-
theid climático como lo llamó el Arzobispo Desmond Tutu, Premio Nobel
de la Paz, a los efectos del cambio climático sobre los pobres, no son temas
adicionales de la agenda macroeconómica mundial. Son desafíos éticos
ineludibles, que están amenazando el derecho más básico, el derecho a la
vida de amplios sectores de la población del planeta.
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Economía Social
Salomon, Lester M. y otros. “Global civil society. An overwiew”, John Hopkins University,
2003.
The World Bank. “World Development Report 2006. Equity and Development”, 2005.
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Exclusión, Economía social e
Innovación Popular.
Las empresas recuperadas por sus
trabajadores
L
a dictadura militar instaurada en nuestro país en 1976 generó las
condiciones para una concentración de capital sin precedentes y la
des-industrialización relativa producto de una apertura indiscrimi-
nada de la economía. Al mismo tiempo, el desarrollo de procesos de pro-
ducción flexibles configuró a escala planetaria una ofensiva política contra
la organización del trabajo (con sus modalidades particulares de instru-
mentación en el Sur y el Norte de la economía mundial) dando lugar, junto
a otras situaciones sociales, a un deterioro de la denominada “sociedad
salarial” (Castel, 1999), expulsando grandes masas de población por fuera
de los circuitos mercantiles; es decir, de la puja salarial en el campo de las
relaciones entre capital y trabajo.
El proceso denominado “globalización” tuvo su referencia sociológica
en la noción de exclusión. Esta noción pretendió representar la realidad
de una “nueva” pobreza que siendo semejante a la descripta para el siglo
XVIII no avizoraba perspectivas de empleo por el capital como se teorizó
para el siglo XIX, ni de los beneficios de la seguridad social conquistados
en algunos períodos del siglo XX. Completaría el panorama la presencia
de una gran heterogeneidad de identidades en el sujeto social (género,
etnicidad, edad, etc.), invisibilizadas, según se sostiene, tras la noción de
clase. A partir de este análisis, la “cuestión social” fue planteada también en
el marco de una caracterización de la lucha social en términos de “nuevos
movimientos sociales”.
Por cuestiones de espacio no voy a detenerme aquí en el análisis de esta
categoría hoy muy usada en el análisis social1. Me permito señalar única-
mente que la mirada que promueve dicha noción de exclusión tiene como
primera consecuencia la siguiente caracterización: ya no sería el capital el
que debe hacerse cargo de este sector del trabajo a partir de la mediación
salarial, sino la “política” y más precisamente la política social. Una segun-
da consecuencia es que la exclusión tiende a marcar un status del sujeto,
en tanto sujetado por la situación de “estar afuera”, de “no pertenecer” de
estar “desafiliado”, en un proceso de des-socialización (Castel, 1999:38), y
no por su capacidad de producción, su productividad en tanto sujeto. Esta
mirada que concibe al sujeto expropiado por el capital como un status de-
1
Para un análisis pormenorizado de mi interpretación de esta noción puede consultarse el
artículo “Economía política de la exclusión. Para una crítica desde la experiencia
de las empresas recuperadas por sus trabajadores” (ERT). Cuadernos de Antropología
social Nº 26, op. Cit.
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Datos obtenidos de Ruggeri, Andrés, Martínez, Carlos y Trinchero, Hugo. “Las empresas
recuperadas en la Argentina. Informe del 2do. relevamiento entre empresas recuperadas
por los trabajadores”.
3
La gran mayoría de las ERT sufrieron un proceso de vaciamiento y/o quiebra fraudulenta.
En muchos casos, el vaciamiento significó un grave impedimento para la continuidad
de la producción, por la falta de maquinarias esenciales, siendo en algunos casos dicha
falta prácticamente total. En general, el proceso de vaciamiento y/o quiebra ha llevado
bastante tiempo, implicando el deterioro no sólo de la relación laboral sino también de
la infraestructura y la inserción en el mercado de los productos correspondientes. De allí
que la gestión obrera de la empresa resulte en estos casos mucho más desafiante.
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Por ejemplo, entre otros posibles, la eficacia en la creación de empleos productivos
respecto al nivel de productividad tomado tanto el nivel de producción de cada empresa
o en su conjunto, comparado con otras empresas ya sean de una determinada rama o
incluso como totalidad de la actividad empresarial privada.
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Economía Social
Desde un inicio, las demandas de las ERT tuvieron como principal ob-
jetivo la expropiación (para resolver la cuestión legal de la tenencia obrera
de la empresa). A sabiendas de que estas cuestiones implican una capaci-
dad de ejercicio de estas reivindicaciones, las ERT se organizaron políti-
camente, aunque respondiendo a distintas variantes y modalidades. Estas
demandas y luchas por la expropiación, dieron lugar a varios casos de re-
soluciones legales favorables (aunque con variaciones importantes en sus
contenidos) y recientemente a la generación de una Ley de Expropiación
en la Ciudad de Buenos Aires y la incorporación de proyectos semejantes
en otras provincias y en el ámbito nacional. Es importante destacar que
estos avances, más allá de sus distintas formas jurídicas, fueron producto
de la lucha y la organización política conjunta de la mayoría de las ERT,
independientemente de las modalidades organizativas que asumieron y de
una representación política atravesada por los cuestionamientos emergen-
tes de la lucha social.
Un tema escasamente explorado del proceso reciente de autogestión en
las ERT es el de la capacidad innovativa tecnológica, organizacional y so-
ciocultural del trabajo, para hacer funcionar en situaciones impensables
para el capital. Si uno de los problemas centrales de la capacidad de per-
sistencia de una ERT es la superación de la crisis de inserción en la cadena
de valor, un rasgo a destacar en la mayoría de los casos es la capacidad
creativa del trabajo puesta en práctica para resolver algunas cuestiones
puntuales en tal sentido. Algunos ejemplos tomados al azar dan cuenta de
lo expresado:
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Economía Social
Referencias Bibliográficas
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Responsabilidad Social
El sector comprometido
de la economía
Federico Saravia*
L
os efectos de la escalada neoliberal –propia de las últimas décadas– y
un férreo mecanismo de concentración económica generaron nue-
vas realidades, que llegaron incluso a resignificar fenómenos con
existencia previa y transformar su naturaleza, debido al cambio de las con-
diciones objetivas del entorno. La retracción de la presencia del Estado
como regulador de las relaciones sociales y el avance del mercado como
árbitro de la inclusión social, de acuerdo a las reglas que impone en las po-
blaciones humanas, replanteó el mapa de la exclusión social: emergió un
nuevo tipo de pobreza que encontró variantes distintivas en formaciones
sociales que, en muchos casos, eran portadoras de una tradición centena-
ria, dentro de un marco donde se vio actualizada su vigencia.
Este desplazamiento del Estado como artífice de la integración social y
actor central de la cohesión comunitaria, contribuyó a relativizar la inci-
dencia de la democracia como medio en el que se operan las efectividades
conducentes a estos fines, como también la ciudadanía, en cuanto concep-
to referido a los sujetos de derecho que participan en las decisiones del
conjunto que integran.
La consolidación de criterios, tales como la competitividad, la maximi-
zación de beneficios (el principio del lucro y la conquista), puede leerse
como la contrapartida de un desplazamiento operativo de las nociones
más vinculadas a una perspectiva comunitaria, como son la integración
misma, el igualitarismo, la pertenencia y la consecuente solidaridad.
El protagonismo creciente de las grandes empresas como instituciones
de poder operó fuertemente sobre las poblaciones humanas, cambiando
su consideración de ciudadanos a la posición funcional de consumidores,
en un marco donde los intereses particulares se pretenden absolutos con
el fin de excluir toda posible solidaridad o reconocimiento de necesidades
comunes.
Una de las consecuencias de este cambio radical fue la devaluación de
la cuestión social que, por su vinculación con las categorías desplazadas
–Estado, ciudadanía, comunidad–, por el avance conceptual del mercado
y por el avance ideológico de la economía como aparente conocimiento
verdadero, sufrió un vaciamiento de sustantividad, quedando relegada al
lugar de incluido subordinado, bajo el control de las instituciones del nue-
vo orden.
De esta manera, se puede observar una cierta apropiación de la cuestión
social por parte del nuevo orden de la globalización, como medio para in-
corporarla en situación de subordinación. De este modo, la cuestión social
51
Economía Social
1
El término “economía social” suele utilizarse, desde la ortodoxia económica, como un
eufemismo para referirse a un plexo de actividades que son comprendidas, desde esa
perspectiva, como una red de formaciones pre-capitalistas o, en el mejor de los casos,
como proto-capitalistas. Es decir, se parte de considerarlas en inferioridad de condicio-
nes, por debajo de los parámetros mínimos establecidos para reconocerles legitimidad
como actores económicos, atribuyéndole una informalidad y una precariedad organiza-
cional generalizadas que, en el mejor de los casos, configura una verdad a medias.
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Rubén Daza*
* Ingeniero.
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
E
conomía social o economía popular o solidaria son nombres que se
dieron o dan a una alternativa de economía a la de mercado. Hasta
hace pocos años se la identificaba con el cooperativismo y el mutua-
lismo, incluso éstas todavía mantienen las estructuras institucionales que
solo modificaron el nombre -cambiando justamente por el de “economía
social”- INAES pero no la misión.
Igualmente se utiliza para distinguir del sector público y de la economía
privada de naturaleza capitalista como tercer sector. También en muchos
casos se distingue economía formal -mercado- de la informal -economía
social lo cual genera acciones estatales extremas de persecución o políticas
tipo asistencial, es decir para profundizar la pobreza y la informalidad-.
Es por todos conocidos que las reglas que rigen la economía de mercado
promueven el individualismo y la acumulación sin que aparezcan condi-
cionantes que tengan en cuenta a aquellos que no alcanzan los niveles de
competencia necesarios, sea por incapacidades individuales o estructura-
les y/o ambientales.
Tampoco existen condicionantes en cuanto a la explotación de los recur-
sos naturales. Me refiero a la base conceptual de los sistemas de produc-
ción mas allá de los llamados a hacerlos sostenibles o inventar los bonos
de carbón u otras iniciativas que son búsquedas correctoras que generan
las fuerzas impulsoras de las leyes del libre mercado.
La globalización y la apertura económica en la Argentina, obviamente de-
jaron sólos a aquellos actores que estaban en condiciones de competir - en
todos los productos cercanos a comodities - por economía de escala o por
tecnología, y también sobrevivieron los que tenían productos o servicios
diferenciados.
Fue como una gran red arriba de la Argentina, con nudos que integraban
las grandes empresas o explotaciones competitivas mundialmente y algu-
nos retazos -zonas- que quedaron enganchados porque sus condiciones
estructurales, institucionales educativas, etc. lo permitieron. Un ejemplo
puede ser Rafaela, entre otros. La inmensa mayoría se cayó por los agujeros
de esa red que eran muy grandes, ya que no había forma de sostenerse.
Obviamente que las instituciones del Estado, que supuestamente servían
para apoyar al sector económico, se adecuaban a esa realidad y ponían lo
mejor para apoyar a los competitivos, mientras paralelamente creaban pro-
gramas asistenciales para asistir a esa economía de pobres, formalizando y
profundizando su realidad. Proceso del cual todavía no lograron salir -pese
a los esfuerzos que realizan- porque sus estructuras quedaron fuertemente
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Características Sociales
Las características sociales de los tomadores de estos créditos son:
• Situación habitacional:
• Grupo familiar:
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Economía Social
Cobertura social
La situación actual de las famiempresas, en cuanto a cobertura social,
indica que el 67 % de los administradores de las unidades económicas
estudiadas no paga obra social, es decir no tiene ninguna asistencia médi-
ca y ante una situación de emergencia por enfermedad de algún miembro
del grupo familiar recurre a hospitales públicos. Esta realidad, en algunos
casos, es determinante para la supervivencia da la famiempresa. Ejemplo:
el testimonio de jefas de hogar que tuvieron que parar sus actividades por
largos períodos ante la enfermedad de un hijo.
En la actualidad, existen programas provinciales y nacionales que brin-
dan asistencias en forma general a las familias, por ejemplo, los comedores
infantiles. Pero no son programas que abarquen aspectos tanto sociales
como económicos. O sea que brinden apoyo en cuanto a capacitación en
gestión microempresaria, asistencia jurídica- contable y social, es decir
programas integrales.
Es interesante como se revelan los contrastes en el cuadro comparativo
de la economía social y de la economía de mercado.
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Economía Social
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Conclusión
Las estructuras crean culturas que favorecen o crean resistencias al desa-
rrollo. Debemos promover estructuras económicas que les permitan a los
emprendedores de la economía social disponer de sus partes. Así, se po-
drían impulsar cambios, que conviertan al norte argentino en un produc-
73
Economía Social
74
Universidad y Cooperativismo:
Crónicas de un encuentro posible
y necesario
L
as relaciones entre la institución universitaria y el movimiento co-
operativo han recorrido un camino de encuentros, que merecen va-
lorarse para proyectar un vínculo de mutuo enriquecimiento, pero
también de desencuentros, especialmente en el período más crudo de la
aplicación del neoliberalismo educativo.
Hoy, en el contexto de un verdadero cambio de época para Nuestra Améri-
ca, se generan caminos de construcción colectiva que auguran crecimientos
reales tanto en la vida de las Universidades Públicas como de las Coopera-
tivas.
En este artículo proponemos establecer líneas de abordaje que den cuen-
ta de las posibles formas, mecanismos y dinámicas de vinculación, recu-
perando algunos elementos de la historia, valorando nuevas experiencias
del presente que se vienen ensayando, y proyectando así fecundos tránsitos
conjuntos.
Insistimos en la necesidad de reconocer la existencia de un trayecto ya
recorrido, en el que existen ámbitos y experiencias compartidas, influen-
cias mutuas, proyectos en curso que ameritan ser recuperados para una
potencial alianza estratégica entre la Universidad Pública, ámbito privile-
giado en la producción de conocimiento riguroso y científico, y las coope-
rativas. En el área del cooperativismo de crédito, la referencia del Instituto
Movilizador de Fondos Cooperativos resulta insoslayable, con su principal
entidad asociada, el Banco Credicoop.
Sólo a modo de enumeración, podemos hacer un primer repaso de ex-
periencias compartidas.
En el plano de los aportes concretos a un modelo productivo y social
que fomente la generación de PyMEs, nuestra entidad bancaria cooperativa
lanzó el programa “Emprendedor Siglo XXI”, que vincula orgánicamente
a la CAIXA, una gran institución bancaria de carácter social de Barcelona,
con un conjunto de universidades de nuestro país y con nuestra entidad.
El objetivo es fomentar entre los estudiantes un portal de acceso libre y
gratuito que da herramientas para el diseño de micro emprendimientos
productivos, en proyectos individuales o colectivos a partir de lo cual al
menos uno de los participantes sea miembro de la comunidad universi-
taria. Quienes presentan un diseño de micro emprendimiento someten
dicho proyecto a un análisis de la institución universitaria que, tras su
aprobación, gestiona ante el Banco un crédito subsidiado para los nuevos
emprendedores. Casi treinta universidades han integrado este convenio
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1
“Doctrina” es definida como “una expresión abarcativa, entendida como un conjunto de
valores, principios y prácticas cooperativas que cada movimiento social logra conformar
partiendo de la práctica concreta. Esta práctica concreta, a su vez, está formada por la
experiencia viva en el desarrollo histórico de cada movimiento y las ideas y mensajes de
sus inspiradores, iniciadores y/o ejecutores”. Esta definición aparece en Laks, Jacobo.
“Valores Básicos y Principios de la Cooperación”, en Revista de Idelcoop- Año 1994- Vo-
lumen 21 Nº 88.
2
El tema de los valores aparece fuertemente resaltado en el mencionado artículo de Jacobo
Laks, quien afirma allí que los valores son “la guía ética de la actividad, la meta de
perfección humana y social a la que aspiran los cooperadores en su accionar”. En el caso
del cooperativismo, se trata de la ayuda mutua, la solidaridad y la equidad (en Laks,
Jacobo. Ob. cit.) También, en términos de organizaciones democráticas, la igualdad es
un valor privilegiado.
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El interregno neoliberal
A partir de la liquidación física de profesores y estudiantes, la dictadura
genocida -con el imprescindible antecedente de Ivanisevich, Otalagano y
la falange ultramontana de las vertientes fascistas- pretendió erradicar todo
vestigio de Universidad científica y popular, y su proceso de imbricación
con un proyecto transformador político.
La misma ofensiva se perpetró sobre el conjunto de organizaciones po-
pulares –el movimiento cooperativo de crédito no fue ajeno a este proceso-
y la destrucción del tejido social mayoritario de nuestro pueblo, la deses-
tructuración del modelo productivo preexistente fueron causas operantes
en la reconfiguración del orden social.
83
Economía Social
Crisis y Oportunidad
El 19 y 20 de diciembre se cerró un ciclo y se abrió una nueva etapa para
el país y para nuestro pueblo.
El cambio de siglo, por su parte, fue prolífico en medidas políticas para
América Latina. La Universidad sustentada en la mentalidad de los noven-
ta ya no cuenta con el consenso social que supo conseguir por entonces.
Sin embargo, la crisis de sentido –que expresa múltiples crisis simultáneas-
la pone en el arduo desafío de repensarse a sí misma, tras la experiencia
dura del neoliberalismo argentino.
¿Cuáles serían los caminos posibles de articulación entre Universidad
y Cooperativismo? Entendemos que ambas partes tenemos para ofrecer
aprendizajes de prácticas, procesos y producciones así como asociarnos
en iniciativas que tengan impacto social, particularmente en relación a los
sectores populares que dan sentido a nuestra existencia.
La Universidad puede apropiarse de nuestra experiencia de gestión de-
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La Economía Social como un marco
de sentido para las relaciones entre la
Universidad y las Comunidades
L
a denominación que se utiliza para dar nombre a este volumen pue-
de parecer redundante. ¿Puede acaso haber una economía que no
sea social? Creemos que no. Sin embargo, existe una corriente de la
teoría económica, con pretensión de constituirse como pensamiento único,
que viene afirmando, más o menos explícitamente, que la economía es una
segunda naturaleza, que se rige por leyes objetivas que sólo pueden ser in-
vestigadas y explicadas como indicaba el positivismo que se debe investigar
el sistema planetario o las microestructuras de la materia, que están exentas
de valores y que deben ser respetadas so pena de provocar un caos social.
Ese discurso no es sólo académico, lo palpamos en los medios de comu-
nicación, en la información sobre “la economía” que se da cada día. Nos in-
vitan a creer que unos indicadores cuantitativos, cuyo significado profundo
es ajeno a la comprensión de la mayoría de la sociedad, nos informan sobre
el estado de salud y hasta el humor de “los mercados”, principalmente los
financieros, el núcleo duro de “la economía”. Y si el experto comentarista
dice que todo anda bien, mejor prevenirse, sobre todo cuando hemos visto
que las bolsas suben cuando aumenta el desempleo, o cuando bajan los
salarios, o que pueden bajar cuando aumenta el gasto público en educa-
ción… En otro lado, generalmente vinculado o cercano a las páginas rojas
de la prensa, tenemos noticias sobre otra esfera del mundo: sobre “lo so-
cial”, sobre otros indicadores construidos a imagen y semejanza de los “eco-
nómicos”, que ni siquiera se refieren a toda la sociedad sino a los pobres, a
los indigentes, a los excluidos, a los más vulnerables. Mientras el mundo de
“lo económico” aparece como legal y formal, el de “lo social” se nos presenta
como informal, subterráneo, oscuro. Para uno tenemos tasas de crecimien-
to, para el otro tasas de carencias y miserias humanas múltiples. Sería de
buen sentido preguntarse: ¿cómo es que las carencias y sus formas opuestas
(la opulencia, el consumo suntuario) no son parte de lo económico, cómo
es que la economía se analiza por separado de la sociedad?
Esta dicotomía se manifiesta incluso en la organización del Estado: por
un lado, están los ministerios de “la” economía, “las” finanzas, “la” produc-
ción, “la” infraestructura y, por otro, los ministerios o secretarías del “frente
social”: desarrollo social, salud, educación, vivienda… Incluso ministerios
como el de trabajo se ubican en el primer bloque, más ligados a los conflic-
tos entre empleadores y empleados o al empleo formal que a las múltiples
formas de trabajo que realmente existen en la sociedad o al sistema de
garantías del derecho al trabajo que establece nuestro sistema legal.
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Economía Social
90
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1
Ver: Polanyi, Karl, “La Gran Transformación. Los orígenes políticos y económicos de
nuestro tiempo”, Fondo de Cultura Económica, México, 2003; “The economy as an
instituted process”, en Trade and Market in the Early Empires. “Economies in History
Theory”, New York, 1957; “El sustento del Hombre”, Barcelona, 1994.
91
Economía Social
2
Ver: Franz J. Hinkelammert, “El sujeto y la ley”, EUNA, Heredia, 2005.
3
Es más, en el extremo, se postula que si se pudiera reemplazar un sistema complejo
de intervenciones sectoriales (salud, educación, alimentación, vivienda, subsidios al
transporte, la energía, el agua, etc.) por un pago en dinero (tanto mejor si es con tarjeta de
débito) para que cada beneficiario ejerza su libertad de consumidor en el mercado, tanto
más nos ahorraríamos de gasto público y tanto más crecería la economía. Claro que, en
una economía de mercado, tal pago apenas cubriría la canasta considerada suficiente para
superar la indigencia pues en caso contrario afectaría el piso de la negociación salarial y
por tanto las posibilidades de crecimiento por la inversión de capital. Y la misma economía
de mercado hará que buena parte de esa transferencia de ingresos realimente la misma
economía monopólica (como los supermercados) que excluyó a sus “beneficiarios”.
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4
Ver: Coraggio, José L. “De la emergencia a la estrategia. Más allá del ‘alivio a la pobreza’”,
Espacio Editorial, Buenos Aires, 2004.
93
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94
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5
Sobre las complejidades del concepto de precio justo, ver Luis Razeto, “Aporte a la reflexión
sobre ‘precio justo’”, en Otra Economía. Revista Latinoamericana de Economía Social y
Solidaria, Volumen I - Nº 1 - 2º semestre, 2007 http://www.riless.org/otraeconomia
95
Economía Social
6
“El Plan Fénix”, Discurso del Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas,
Dr. Julio H. G. Olivera, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos
Aires, el 6 de septiembre de 2001. Ver: “Hacia el Plan Fénix, Diagnóstico y Propuestas”, en
Enoikos, Revista de la Facultad de Ciencias Económicas, Año IX, no 19, p. 16 y 17, UBA,
Buenos Aires.
7
Bourdieu, Pierre. “Las estructuras sociales de la economía, Manantial”, Buenos Aires; “Le
champ economique”, Actes de la recherche en Sciences sociales. Economie et economists,
septembre, 1997.
96
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
8
Sobre esto, puede verse: Coraggio, José Luis, “Desafíos en la formación profesional. El
rol de la universidad”, en Coraggio, J. L., “Economía social, acción pública y política”,
Ediciones CICCUS, Buenos Aires, 2007.
97
Economía Social
9
Particularmente nos diferenciamos del enfoque de desarrollo local, entendido como cre-
cimiento económico en un ámbito local que opera como enclave a partir de la identi-
ficación y producción de bienes o servicios transables en base a su competitividad con
regiones más amplias o internacionalmente. El supuesto de que el crecimiento de la
98
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
99
Economía Social
lano en Buenos Aires o el más antiguo de Ciudad Mosconi; incluye las re-
des de ayuda mutua, de compra o venta conjunta, las multifacéticas ferias
periódicas (eventos mercantiles, culturales, de formación, como las Ferias
de Misiones), las comunidades étnicas o territoriales autoorganizadas para
coordinar las actividades productivas y acciones colectivas de sus miem-
bros (como puede ser la Red PUNA en el Norte o el Mercado de la Estepa
en el Sur), los comedores colectivos autogestionados articulados con las
huertas comunitarias, las asociaciones barriales y las mutuales y coopera-
tivas de producción conjunta del hábitat y la infraestructura urbana, las
empresas recuperadas y sus organizaciones de apoyo, los sindicatos que
aún luchan por los derechos de todos los trabajadores, asociados a ellos o
no, las formas de banca solidaria en pugna con el mero microcrédito como
negocio, las instancias democratizadas de gestión gubernamental (como
el presupuesto participativo iniciado ya en Rosario y varios otros puntos
del país, o la experiencia de la gestión asociada del Parque Avellaneda en
Buenos Aires), los sistemas alimentarios autogestionados a diversas esca-
las territoriales como las comunidades étnicas mapuches, o como quienes
viven con el (y no del) bosque chaqueño, con otra concepción de la vida
y de la naturaleza, los mercados solidarios con moneda social propia, que
sobreviven en varios puntos del país a ese laboratorio mundial del trueque
que fuimos durante la segunda mitad de los ´90, la participación de pro-
gramadores argentinos en la red global de producción del software libre
que abarca a 30.000 programadores de todo el globo y compite con el
gran monopolio de Microsoft, o la participación de nuestros productores
comunitarios en redes internacionales de comercio justo, y muchas otras
formas de organización de la acción conjunta que surgen en la lucha por la
sobrevivencia y por un mundo mejor.
Para que todo esto -que ya existe y llega a atravesar cada tanto la resis-
tencia de los medios de comunicación (que se ocupan de resignificarlas
como exóticos “rebusques” y no como apuestas permanentes a otra socia-
bilidad)- sea ECONOMÍA EN TRANSICIÓN falta agregar una voluntad
política, un sentido fundamental: que sus actores se articulen y propendan
por los más diversos medios –de lo micro local a lo meso (las redes, las
cadenas de intercambio multirecíproco, los sistemas locales de producción
y reproducción) y hasta lo global- a lograr la reproducción ampliada de la
vida de todos, donde la vida de cada uno está vinculada estrechamente con
la posibilidad de vida digna de los otros que conforman la trama de comu-
nidades o la sociedad. Esa ampliación de la dimensión de la solidaridad y
la justicia social más allá del grupo particular, constituye un núcleo crítico
de la lucha contra el sentido común legitimador, individualista y particu-
100
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
El término “trabajo voluntario” envuelve prácticas y relaciones muy diversas, que debe-
11
ríamos diferenciar. Así, el trabajo voluntario puede ser gratuito, desinteresado, brindado
filantrópicamente a otros en necesidad de ese abajo o sus productos. (Evidentemente no
todo trabajo gratuito es voluntario, yendo del trabajo de reproducción familiar basado en
relaciones de reciprocidad, a los trabajos obligados por relaciones de sujeción –inclusive
el trabajo esclavo que hoy resurge en el mundo). El trabajo voluntario puede estar expli-
cado por una conducta individual guiada por valores morales, de reconocimiento de la
necesidad de otros, o por una conducta instrumental (lograr determinado cambio en el
otro, con o sin su voluntad), o puede ser resultado de una conducta instrumental cuya
comprensión requiere conocer las instituciones que lo pautan. Por ejemplo, una Univer-
sidad puede incluir en la currícula de formación pasantías o prácticas pre-profesionales,
que van dirigidas a diversos sectores u organizaciones pertinentes para esas prácticas y
que tienen como sentido originario completar el aprendizaje del estudiante, que están
pautadas por contratos más o menos formales entre la Universidad y las organizaciones
sociales, instancias del Estado o empresas. Del lado de éstas puede haber el interés de
contar con un trabajo con nulo o muy bajo costo, en aras de la ganancia, o ser visto como
un acto pautado como “responsabilidad empresarial”. El trabajo voluntario puede ser
entonces una donación desinteresada o un eslabón en una cadena de relaciones interesa-
das. En esta presentación, estamos pensando fundamentalmente en un trabajo gratuito,
dado y recibido como parte de una relación de donación (en el sentido Maussiano de
donación: dar-recibir y retribuir, como modo no mercantil de construir relaciones que
integran una sociedad). Sin embargo, la gratuidad para el que lo recibe puede ir acompa-
ñada de una prestación remunerada por terceros a quien lo presta. El abuso del trabajo
voluntario, sacándolo de la matriz del don al instrumentarlo como recurso para obtener
determinados beneficios, ha hecho que los trabajadores organizados pugnen por limitar
y reglamentar estas formas de actividad. No debemos dejar de mencionar la posibilidad
del trabajo voluntario como forma placentera de autorrealización personal, pero en el
101
Economía Social
contexto de esta obra nos estamos limitando al trabajo para otros. Finalmente, el trabajo
voluntario adquiere un sentido diverso cuando es resultado de una relación contractual
(de ayuda, no en sentido mercantil) entre iguales que lo acuerdan libremente, o cuando
es sistemáticamente provisto desde quienes tienen una posición superior en un sistema
de posesiones, capacidades, o jerarquías. Esto es una tensión estructural del trabajo vo-
luntario, y ha dado lugar a prácticas claramente pautadas formal o informalmente por las
universidades, cuidando o contribuyendo a aumentar la autonomía de quienes reciben
los beneficios previstos de dicho trabajo.
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
103
Oikonomias
La búsqueda de la felicidad
Estela Cammarota*
1
Amartya Kumar Sen, economista bengalí, destacado por sus elaboraciones sobre el ham-
bre, la teoría del desarrollo humano, la economía del bienestar y los mecanismos subya-
centes de la pobreza. Recibió el Premio Nobel de Economía en 1998 por su trabajo en
el campo de la matemática económica y el Bharat Ratna. Demostró que el hambre no es
consecuencia de la pobreza sino de desigualdades derivadas de los mecanismos de distri-
bución de riqueza. Dentro de las discusiones de orden económico, incluyó las cuestiones
de valores, influyendo fuertemente en los planes de desarrollo y en la elaboración de
políticas de las Naciones Unidas.
2
Sen, A.K. “Sobre Ética y Economía”, Madrid, Alianza Editorial S.A, 1999.
107
Economía Social
3
Antoine de Montchrestein, economista francés del siglo XVII.
4
Adam Smith, (1723-1790), economista y filósofo británico, catedrático de Filosofía
Moral en la Universidad de Glasgow. Fuertemente influido por los filósofos de la época
David Hume, Voltaire confiaba en que “la mano invisible del mercado” podía
producir el bienestar para todos.
5
Karl Marx (1818-1883), filósofo alemán, creador junto con Friedrich Engels del socia-
lismo científico (comunismo moderno) y uno de los pensadores más influyentes de la
historia contemporánea. Considera que la historia de la sociedad es la historia de las
luchas entre los explotadores y los explotados, es decir, entre la clase social gobernante
y las clases sociales oprimidas. Partiendo de estas premisas, Marx concluyó en su Mani-
fiesto Comunista que la clase capitalista sería derrocada y suprimida por una revolución
mundial de la clase obrera que culminaría con el establecimiento de una sociedad sin
clases.
6
La plusvalía equivale al beneficio que el capitalista obtiene por la apropiación del
trabajo excedente no pagado a los asalariados. Para Marx y Engels, expresa el grado de
explotación de los trabajadores.
7
Lionel Robbins (1898-1984), economista británico. Uno de los primeros en definir la
Economía.
108
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
medios escasos que poseen unos usos alternativos entre los cuales hay que
“optar” y en “Un Ensayo sobre la Naturaleza y la Significación de la Ciencia
Económica”, publicado en 1935, expresa que “no parece lógico relacionar
la Economía con la Etica”, inaugurando una perspectiva entonces novedo-
sa, pero común en la actualidad.
En la década del ´30, John Maynard Keynes8 elabora una teoría que dis-
cute los principios sustentados por la corriente clásica, acerca de que las
recesiones se corrigen en forma automática. Aseguraba que debían ser los
gobiernos (factor ignorado hasta entonces), los que tendrían que convertir-
se en instrumentos económicos activos y compensar (a través de políticas
económicas adecuadas) la insuficiencia de inversión privada durante una
recesión con la reducción de impuestos y, sobre todo, con el incremento
del gasto público. Su modelo no considera el crecimiento (es estático),
pero se constituye en referente fundamental para las corrientes de pensa-
miento posteriores.
Para Paul Anthony Samuelson9, la Economía es “el estudio de la mane-
ra en que los hombres y las sociedades utilizan – haciendo uso o no del
dinero- unos recursos productivos escasos para obtener distintos bienes
y distribuirlos para su consumo presente o futuro entre las personas y
grupos que componen la sociedad”. Siguió a Keynes en sus elaboraciones,
desarrollando técnicas matemáticas para explicar las relaciones entre los
fenómenos económicos, tales como las fórmulas que vinculan el Producto
Nacional Bruto con los niveles de empleo, y para el análisis del equilibrio
entre los precios y la oferta y la demanda.
8
John Maynard Keynes (1883-1946), economista británico. Sus ideas generaron una nue-
va escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo o “nueva ciencia eco-
nómica”. Influyó de forma determinante en el diseño de las políticas económicas de
muchos países desde la finalización de la II Guerra Mundial. Su principal obra, La Teoría
General sobre el Empleo, el Interés y el Dinero (1936), es uno de los tratados teóricos más
importantes del siglo XX.
9
Paul Anthony Samuelson (1915-), economista estadounidense, catedrático del
Instituto de Tecnología de Massachusetts, Premio Nobel de Economía en 1970. Estudió
en las Universidades de Chicago y Harvard. Es autor de uno de los libros económicos
más vendidos: Economía: Un análisis introductorio, (1948).
109
Economía Social
110
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
La trampa
El engaño aparece claramente en dos ámbitos: el paradigma de la escasez
y la creación del dinero. Ambos, constituyentes estructurales de la cultura
diseñada e instalada.
Bernard Lietaer10 es el autor de un libro maravilloso: “El futuro del di-
nero. Cómo crear nueva riqueza, trabajo y un mundo más sensato”11. La
primera reflexión que realiza es que, según Benjamín Franklin, si hace
doscientos años todos hubieran trabajado en actividades productivas, la
jornada laboral podría haberse reducido a cinco horas. Hace apenas sesen-
ta, la perspectiva para Estados Unidos estaba estimada en 20 horas sema-
nales, para obtener todos los bienes y servicios necesarios para nuestra so-
ciedad occidental. Otro pronóstico de los últimos treinta años, vaticinaba
la posibilidad de que las personas se jubilaran a los 38 años. Sin embargo,
agrega, “en la actualidad asistimos a una feroz lucha en pos de puestos de
trabajo”. Y procede a comentar las condiciones impactantes por desocu-
pación y subocupación en países de Europa, Japón y Estados Unidos. A
esta descripción podríamos añadir otra, característica de las condiciones
laborales en nuestro país: la sobreocupación, de modo tal que los que tra-
bajan ocupan su tiempo completo, realizando diferentes actividades con el
fin de integrar una base aceptable de remuneración. En relación con estos
excesos, Lietaer menciona el “trabajolismo” o adicción al trabajo, que mu-
chas veces no responde a una característica psicológica sino a “un requisito
básico para mantener el puesto”.
Indudablemente, la tecnología propia de la era industrial, juega un pa-
pel preponderante en estas cuestiones, generando efectos nocivos cuando,
lejos de aliviar concretamente las tareas pesadas, difíciles o imposibles, in-
10
Bernard Lietaer (1942-), Magister en Administración de Empresas del Instituto de Tec-
nología de Massachusetts y en Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Lovaina. Trabajó
en el mercado de sistemas monetarios y contribuyó al primer proyecto de la creación de
la moneda única de la Comunidad Europea.
11
Lietaer, Bernard. “El futuro del dinero. Cómo crear nueva riqueza, trabajo y un mundo más
sensato”, Buenos Aires, Longseller/ Errepar, 2005.
111
Economía Social
El dinero
La realidad es que lo que es escaso, determinado, finito, es el dinero,
creación completamente humana. He aquí la verdadera trampa.
Por alguna razón, hemos aceptado a ciegas y comprendido que la verda-
dera riqueza estaba en la obtención, conservación y acumulación de los bi-
lletes pedazos de papel y de las monedas placas de metal que representan,
en el imaginario general, la potencialidad necesaria para seguir obteniendo
más y más de esos mismos elementos. Elementos, objetos, que por ser ta-
les, concretos y artificiales, tienen una dimensión discreta y acotada. Una
especie de sábana corta que, en las noches de frío, nos encuentra con los
pies a la intemperie por la escasez de su tamaño.
De esta manera, nuevamente hemos abandonado la noción del Plane-
ta. Nuestra propia dimensión humana es mucho más grandiosa que lo
que podamos acumular en nuestras bolsas. Pues, ¿qué no es capaz de
crear, inventar, poner en marcha el genio del Hombre?... Desde la rueda
y la palanca, hasta los viajes al espacio, desde la pintura sobre la tela del
pintor hasta la pieza musical que deleita el alma, el Hombre ha demos-
trado ser como una semilla llena de sorpresas que guarda en su interior
Éditions Galilée.
112
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
“Cuando un banco entrega la suma de cien mil dólares con una hipoteca,
en realidad lo que el banco está creando es el dinero principal e inicial o
sea los 100.000, que Ud. gasta y que entonces hace circular la economía.
Pero el banco cuenta, en realidad, con que Ud. devolverá 200.000 dóla-
res en los próximos veinte años; sólo que no crea estos segundos 100.000,
lo cual significa que, al contrario, el banco lo manda al duro mundo para
que se pelee contra todo el mundo y le traiga esos segundos 100.000
dólares. (…) En realidad eso quiere decir que cuando el banco verifica
su credibilidad, realmente lo que está chequeando es cuán capaz es Ud.
de competir y vencer a otros jugadores. En otras palabras, cuán capaz
podrá llegar a ser de extraer esos segundos 100.000 dólares que el banco
nunca creó y que, de fracasar en este juego, le hará perder su casa o
cualquier otro patrimonio colateral que Ud. tendrá que resignar.”
113
Economía Social
Egoísmo
“¿Por qué debe ser únicamente racional perseguir el propio interés ex-
cluyendo el de todos los demás?”, se pregunta Amartya Sen en la obra ya
citada. Y critica duramente la posición de los economistas que, basados en
las doctrinas Smithianas, y amparados en las mismas, proclaman al egoís-
mo como la racionalidad para la toma de las decisiones, al considerar que el
actor busca y es natural que así sea solamente su propio beneficio.
En realidad, apunta Sen, el mismo Smith lo desaconseja y aún más, lo
condena, cuando plantea, en su obra máxima, que “el hombre debe consi-
derarse a sí mismo como un ciudadano del mundo, un miembro de la vasta
comunidad de la naturaleza”, y que “para el interés de esta gran comu-
nidad, debe, en todo momento, estar dispuesto a sacrificar sus pequeños
intereses”. Una amplia comunidad de economistas ha leído con sus propios
cristales a este paradigmático pensador, y ha cubierto sus interpretaciones
con el velo de la indiferencia.
Sólo de esta manera se explica, por ejemplo en nuestro país, que existan
criaturas que mueran por desnutrición en una porción del paraíso terrenal.
O que amplias extensiones de bosques nativos sean deforestadas para de-
dicarse al cultivo de la soja transgénica, malogrando los suelos y dejando
a toda una enorme parte de la población rural en condiciones de extrema
pobreza, obligados a emigrar hacia los centros urbanos ya saturados de
habitantes, agrandando los asentamientos precarios y encontrando en la
recolección de los desperdicios su fuente de vida.
Patrick Viveret13, cuya lectura recomiendo enfáticamente, casi violenta
al lector de su conferencia pronunciada (no leída) en el Fórum Europa
en Barcelona, en el año 2001, mostrando la ruptura de la base ética (los
subrayados y negritas son míos):
“El agua, como tal, no tiene valor económico, pero desde el momento
en que está contaminada y se tiene que descontaminar y sustituir por
agua mineral, tiene valor económico y se contabiliza en los indicadores
de crecimiento. Al ser negocio pasa a formar parte del PIB. El aire sólo
se contabiliza en el PIB cuando se tiene que descontaminar, o se tienen
que atender las enfermedades respiratorias provocadas por el aire con-
taminado. Ambos ejemplos, evidencian que en la medición del PIB, con-
siderado como el alfa y omega de nuestros indicadores de desarrollo por
la mayoría de los economistas, políticos, e incluso sindicalistas y líderes
Patrick Viveret, filósofo francés, director del proyecto “Nuevos factores de Riqueza”, en-
13
114
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Algo surge con claridad, estamos haciendo mal, puesto que ni siquiera
hemos logrado ser felices.
Retorno al hogar
Es así como la Economía se detuvo y, mirando para atrás, decidió regresar
al origen. Y siendo que ya había hecho un recorrido diferente de aquél que
inicialmente se había propuesto, hubo de ponerse de nuevo nombre. Y re-
cuperó la adjetivación de Social, que nunca debió haber perdido.
Entiendo como Economía Social a la ciencia social que estudia la obten-
ción, producción, aplicación, intercambio y distribución de los recursos y
bienes y servicios resultantes, dentro de una comunidad, focalizando en el
interés general, la dignidad de la vida humana, el cuidado del ambiente,
rescatando potencialidades y fomentando capital social.
Si bien se ha situado su ámbito de estudio en el espacio que queda entre
lo estatal y lo privado, o sea en lo que se promueve desde las organizaciones
del tercer sector, fundaciones, asociaciones civiles, cooperativas, mutuales y
otras, habría que reclamarle a su incumbencia el abarcar también lo estatal,
pues de otra manera demostraría la desnaturalización del objeto fundamen-
tal de los gobiernos: el bienestar general, más amplio e importante que el
restringido al interés privado, propio de los particulares, de carácter funda-
mentalmente económico.
Esta resignificación de la Economía y su retorno a las fuentes, enfatiza
sobre otros aspectos: la cooperación, la creación de redes, la participación,
la sinergia, el protagonismo, la valoración de las capacidades individuales
115
Economía Social
Este artículo fue publicado como capítulo en la obra de Litllejohn, S. y Fried Schnit-
14
15
www.redlases.org.ar
116
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
La Deuda Académica
Los intelectuales contemplamos los fenómenos que nos rodean. Los re-
cortamos. Los comparamos con las teorías en uso. Les adjudicamos razones
y leyes. Trabajamos la realidad en los laboratorios y las aulas.
Pero la verdad nos interpela a la salida de las Universidades, en los montí-
culos de desperdicios que nos esperan en sus esquinas, como monumentos,
clasificados y dispersados por manos de excluidos que cifran en su conte-
nido la esperanza de la comida del día.
Un día de 1974, el profesor Muhammad Yunus17 descubrió, recorriendo
el campus de su Universidad en Dhaka, en la lejana Bangladesh, que toda la
ciencia que enseñaba como profesor universitario era incapaz de solucionar
la pobreza de su vecina aldea de Jofra:
117
Economía Social
118
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
119
Economía Social
120
Promoción, Desarrollo
y Fortalecimiento
de la Economía Social:
Experiencias y aportes desde el Voluntariado
Universitario
Gonzalo Arias*
Mercedes Tarzibachi**
E
n la Argentina, el fenómeno de la economía social resurge y se re-
nueva en el marco de las profundas transformaciones experimen-
tadas en el conjunto de nuestra sociedad durante la década del
noventa y los primeros años del nuevo milenio. Los diversos emprendi-
mientos económicos solidarios se multiplican a lo largo de todo el territo-
rio nacional, como una respuesta a la crisis socio-económica generalizada.
Ante un Estado desmantelado e imposibilitados de obtener respuesta en
el mercado de trabajo, los sindicatos y otras organizaciones de la sociedad
civil, los sectores sociales más duramente golpeados ponen en juego su
capacidad reactiva y creativa a través de iniciativas de economía social,
que se constituyen en una auténtica “tecnología popular de sobrevivencia”
(Saguier, 2005: 84).
Lejos de ser un hecho novedoso, este desarrollo recrea prácticas, estra-
tegias y formas de organización con vastos antecedentes históricos. No
obstante, la fuerza y vitalidad que asume en los últimos anos, ha ido afian-
zando una lógica fuertemente renovada en el ámbito económico-social de
nuestras comunidades, con importantes implicancias tanto para los secto-
res más vulnerables y participantes directos de la experiencia, como para
el conjunto de nuestra sociedad.
En ese entonces, se elaboraron distintas perspectivas sobre este fenóme-
no emergente. Existe una mirada, que podríamos denominar como liberal,
que concibe a las iniciativas de economía social en términos de “tercer
sector”. La economía social surgiría, friccional y provisoriamente, ante las
imperfecciones coyunturales de los mercados y ante la imposibilidad del
Estado de corregirlas. En esta línea, la economía social constituiría una
experiencia temporal de subsistencia, activada y desactivada según la di-
námica del mercado (Nosetto, 2005: 82).
Esta mirada explicaría por qué, pasado el estallido social de diciembre
de 2001 y frente a la reactivación económica, la relativa normalización de
los mercados y la reconstitución de la autoridad y legitimidad política,
algunos sectores plantean una reducción de expectativas respecto a los
alcances y la importancia de la economía social, como alternativa viable
frente a la economía pública y privada.
Sin embargo, existe otra perspectiva que sostiene como posible y desea-
ble la existencia de una economía plural en el marco de la cual la econo-
mía social pueda ocupar un rol significativo junto al mercado y al sector
público. Se trataría de una economía regida por la convivencia de tres
principios económicos. Mientras la economía privada funciona de acuer-
123
Economía Social
1
También denominada Economía Solidaria, Economía Asociativa, Economía Social y Soli-
daria, Economía del Trabajo, entre otros. Si bien los distintos nombres suponen algunos
matices en definiciones y conceptos, también plantean muchas características comunes.
Aquí utilizamos el término Economía Social, ya que en el último tiempo es el que ha
tenido mayor aceptación entre los autores y actores sociales vinculados al tema.
124
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
125
Economía Social
126
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
• Apoyo económico-financiero
Los emprendimientos de economía social tienen serias restricciones
para financiarse. Generalmente, resultan excluidos del acceso al cré-
dito en instituciones bancarias comerciales. Respecto a los subsidios,
muchas veces se señala que éstos vienen atados a condiciones muy
rígidas que si no son correctamente evaluadas pueden constituirse en
un traba para la sustentabilidad del emprendimiento.
127
Economía Social
128
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Las iniciativas pueden tener una duración de seis meses a un año y para
su implementación reciben apoyo económico por parte del Programa por
un valor de hasta $20.000.
La evaluación de los proyectos presentados está cargo de un Consejo
Asesor2 especialmente conformado para este propósito, y la calificación y
selección de los mismos se realiza de acuerdo a criterios tales como: rele-
vancia y pertinencia; impacto en la población destinataria; originalidad e
innovación de las propuestas; claridad en los objetivos y la formulación de
los proyectos; factibilidad; interdisciplinariedad; compromiso de partici-
pación de organismos gubernamentales o no gubernamentales en el desa-
rrollo del las acciones y la articulación del voluntariado con otros espacios
de formación (trabajo de campo, prácticas pre-profesionales, créditos, etc.)
o con proyectos de investigación afines a la problemática abordada.
Como resultado de las convocatorias 2006 y 2007, el Programa apoya
un total de 850 proyectos inscriptos en más de 37 instituciones univer-
sitarias. Esto representa más de 16.000 estudiantes, 4300 docentes e in-
vestigadores y 1600 organizaciones de la comunidad comprometidos en
iniciativas de voluntariado universitario3.
2
Integran el Consejo Asesor: Dos (2) representantes de la Secretaría de Políticas Univer-
sitarias del Ministerio de Educación de la Nación; un (1) representante del Programa de
Educación Solidaria del Ministerio de Educación de la Nación; dos (2) representantes del
Consejo Interuniversitario Nacional (CIN); dos (2) representantes de organizaciones no
gubernamentales vinculadas a temáticas universitarias; dos (2) representantes de organi-
zaciones gubernamentales vinculadas a temáticas universitarias.
3
Para conocer el listado completo de los proyectos que conforman el Programa consultar
en www.me.gov.ar/voluntariado
129
Economía Social
130
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
131
Economía Social
Gráfico Nº 1:
Estudiantes participantes en los proyectos de economía social
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
10 estudiantes 11 a 20 21 o más
Gráfico Nº 2:
Docentes e investigadores participantes en los proyectos de economía social
50%
45%
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
1 docente 2a4 5 o más
132
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Gráfico Nº 3:
Articulación de los proyectos de economía social con otras instituciones
50%
45%
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
Articula con al menos 1 Articula con 2 o 3 Articula con 4 o más
institución instituciones instituciones
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Economía Social
134
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
• Apoyo a la comercialización
- Hilanderas y tejedoras del sur de Mendoza, Universidad Nacional de
Cuyo. En las reservas naturales de Llancanelo y Payunia existe un
grupo de tejedoras e hilanderas que desarrolla un conjunto de pro-
ductos tejidos al telar. Este emprendimiento presenta problemas
de comercialización debido a que el grupo de tejedoras y los pro-
ductos que fabrican no tienen desarrollada una imagen publicitaria
que los identifique y les permita mejorar las ventas. Estudiantes
de las facultades de Artes y Diseño (Diseño Industrial con orienta-
ción en Producción y Gráfica), de Ciencias Políticas Sociales (Lic.
en Administración Pública) y las Ciencias Agrarias (Ingeniería en
Recursos Naturales Renovables) están llevando adelante un pro-
yecto de voluntariado con el propósito de resolver las dificultades
de comercialización que han puesto en peligro la continuidad del
emprendimiento. La actividad consiste en intervenir en el proce-
so productivo de los tejidos y su comunicación publicitaria, desde
una perspectiva que rescate las técnicas y estéticas heredadas por
comunidades aborígenes. A través de las herramientas de diseño de
producto y gráfico, se aporta valor agregado a la cadena productiva
de tejidos artesanales. Asimismo, se trabaja en el desarrollo de una
imagen corporativa (diseño de marca, diseño de envases y conte-
135
Economía Social
• Apoyo económico-financiero
- Programa universitario de microcrédito para el desarrollo. La Uni-
versidad Nacional de Tucumán sostiene un proyecto destinado a
fortalecer los procesos de autoempleo de jóvenes desocupados o
subocupados de la ciudad de Tucumán (sin posibilidades de acceso
al crédito formal), a través del otorgamiento de microcréditos de
garantía solidaria. Los estudiantes acompañan a los emprendimien-
tos en la formulación y desarrollo de los proyectos de inversión
y realizan la evaluación de la progresión económica de las finan-
zas del programa de microcrédito. Esta experiencia articula con la
Asociación de Socorros Mutuos Barrios del Sur, la Fundación Cal-
chaquí para el Desarrollo Regional y la Asociación de Técnicos de
Programas y Proyectos Sociales.
- Apoyo financiero y técnico para pequeños productores agropecuarios del
Gran La Plata. Desde la Universidad Nacional de La Plata se está
implementando un programa de microfinanzas destinado a peque-
ños productores agropecuarios de la región periurbana del Gran La
Plata (Berisso, Ensenada, Parque Pereyra), con especial atención en
las problemáticas de las mujeres y los jóvenes. A través del otor-
gamiento de pequeños préstamos y fondos rotatorios, se pretende
mejorar la capacidad productiva de los predios rurales y potenciar
la organización de los productores.
Esta actividad principal es acompañada por capacitación y asis-
tencia técnica en producción animal (manejo, reproducción, ali-
mentación, instalaciones, genética y comercialización); producción
agroecológica; gestión económica de las unidades productivas y las
organizaciones y formas asociativas.
El equipo técnico está conformado por estudiantes de Veterinaria,
Agronomía, Ciencias Forestales, Derecho, Comunicación Social y
Sociología, acompañados por docentes de la cátedras de Economía
Agraria de la Facultad de Ciencias Veterinarias y la cátedra de So-
cioeconomía de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales y la
Secretaría de Extensión de esa misma facultad. El proyecto trabaja
articuladamente con la Asociación Civil Carlos Lebed, la Asocia-
136
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
137
Economía Social
Por otro lado, si bien aún queda mucho camino por recorrer, la Univer-
sidad y la comunidad universitaria también han profundizado su compro-
miso y vinculación con estas iniciativas. Un indicador de esto es el nivel de
participación registrado en la tercera convocatoria del Programa. En 2008
se han recibido más de 145 proyectos de voluntariado universitario que
abordan distintos aspectos y necesidades de las experiencias de economía
social. Esto representa un incremento del 40% respecto a la cantidad de
propuestas recibidas en los años anteriores.
Desde sus inicios, el Programa ha buscado que el voluntariado universi-
tario se constituya en una práctica que permanentemente conjugue su fin
solidario con un propósito pedagógico. La idea es que a través del compro-
miso y solidaridad con las iniciativas de economía social, los estudiantes,
docentes e investigadores pongan en juego los conocimientos disciplinares
aprendidos y producidos durante su formación universitaria. Se busca que
aquello que aporten solidariamente sea precisamente el saber científico y
profesional que pueda resultar relevante para el abordaje de alguna necesi-
dad o demanda que de un emprendimiento económico solidario.
Así concebida y planificada, esta práctica solidaria se constituye tam-
bién en una práctica pedagógica para los estudiantes. Es una oportunidad
para continuar su formación, para revisar, cuestionar e integrar los cono-
cimientos a la luz de problemáticas sociales concretas, y para transitar,
con la orientación del docente, una práctica pre profesional con un fuerte
contenido social.
Por otra parte, el voluntariado universitario es un espacio pedagógico
porque permite aprender saberes que generalmente no son contemplados
ni adquiridos durante el tránsito por la Universidad. Esto se aplica, por
ejemplo, a la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, al trabajo en
equipo o al aprendizaje de habilidades vinculadas al diseño, formulación,
implementación y evaluación de proyecto sociales.
Sin embargo, el principal potencial formativo se vincula al hecho de que
a través de estos proyectos se intenta comprometer a la Universidad y a la
comunidad universitaria en una propuesta que trasciende la simple acción
de “transferir” o “aplicar” saberes absolutamente verdaderos a la comuni-
dad organizada en un emprendimiento de economía social. La intención
es precisamente la contraria. El voluntariado universitario propone que
esos conocimientos científicos y profesionales sean puestos en juego y en
cuestión en un espacio de encuentro e intercambio con la diversidad de
saberes que la comunidad posee y que ha ido desarrollando en su lucha
por una vida mejor y más digna.
A partir de este intercambio de saberes y de su integración en una prác-
tica dirigida a resolver una problemática social concreta, los estudiantes
138
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Referencias Bibliográficas
Abramovich, A.L. y Vázquez, G. “La difícil construcción de una economía social”, en
Segundo Encuentro del Foro Federal de Investigadores y Docentes, “La Universidad y la
Economía Social en el Desarrollo Local”, Ministerio de Desarrollo Social, Buenos Aires,
2005.
139
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Ferias Francas:
Experiencias de Producción
y Comercialización. Alternativas para el Desarrollo
Socioeconómico de la Localidad de Herradura,
provincia de Formosa
Miryan Ayala*
141
Economía Social
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
I. Presentación
E
l presente proyecto de voluntariado pretende contribuir a minimi-
zar a través de la capacitación, los efectos de las debilidades identi-
ficadas en la cadena agro – comercial de productos frutihortícolas,
iniciada en la Localidad de Herradura con la producción, y finalizada en la
Feria Franca de la ciudad de Formosa con la comercialización.
La propuesta busca fortalecer los aspectos básicos relacionados con la
planificación y organización productiva desde la cosecha hasta la post co-
mercialización y que resienten a toda la cadena, afectando críticamente la
situación socio – económica de los productores agropecuarios en general.
143
Economía Social
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
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Economía Social
sábados del año, dejando entrever las grandes pérdidas ocasionadas para
todos los participantes de la cadena agroalimentaria.
146
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
147
Economía Social
otros, en cambio, son débiles en las acciones cooperativas, que son las
que, finalmente, activan y combinan los recursos existentes de una ma-
nera adecuada. Esto es, que producen desarrollo para el territorio.”
148
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
149
Economía Social
150
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Referencias Bibliográficas
Barrientos, Mario. “Factores que influyen en las percepciones y representaciones de los
alumnos acerca de los conocimientos de las ciencias sociales. Un estudio de la asignatura
Extensión Rural de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de
Córdoba”, 2000.
151
Economía Social
Caracciolo Basco, Mercedes y Foti Laxalde Ma. Del Pilar. “Economía Solidaria y Capital
Social”, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2003.
Sánchez, Sonia y otros. “Aproximación a un concepto de Extensión Rural como base para la
formación del grado universitario”, Facultad de Ciencias Agrarias. UNL, 2003.
152
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
153
Experiencias y Conclusiones:
Programa de Voluntariado Universitario.
Universidad y Economía Social.
*
Universidad Nacional de Jujuy, Facultad de Ciencias Económicas.
micombina@fce.unju.edu.ar.
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Miguel de Unamuno
Introducción
E
l Proyecto “Asistencia técnica a microemprendimientos producti-
vos”, fue presentado en la primera convocatoria realizada por el
Programa de Voluntariado Universitario de la Secretaría de Polí-
ticas Universitarias en el año 2006, como iniciativa de un grupo de alum-
nos de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de
Jujuy.
En mi carácter de profesora auxiliar de la cátedra Formulación y Evalua-
ción de Proyectos, fui invitada por los alumnos a participar en la coordina-
ción del proyecto, que felizmente fue aprobado y financiado.
Los objetivos del proyecto se centraron básicamente en brindar capaci-
tación y asistencia técnica a microemprendimientos de la ciudad de Palpa-
lá (Provincia de Jujuy), en situación de vulnerabilidad social, para dotarlos
de las herramientas necesarias para el manejo de la información, lograr su
fortalecimiento organizacional y empresario, e incorporarlos a la Economía
Formal.
A nivel académico, los estudiantes avanzados de ciencias económicas
demandan acreditación de trabajos complementarios, que les permitan
una formación académica integral, ausente en muchos casos por la falta de
aplicación práctica de los conceptos teóricos adquiridos, en concordancia
con el contexto inmediato, para su efectiva aplicación a casos reales.
Los microempresarios a capacitar fueron seleccionados de la base de da-
tos del Área Formulación de Proyectos del Instituto Municipal de Desarro-
llo, dependiente de la Municipalidad de Palpalá, organismo externo a la
Facultad con el cual se articuló el desarrollo del proyecto.
Se seleccionaron los siguientes tipos de microemprendimientos:
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Economía Social
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
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Economía Social
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
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Economía Social
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
163
Economía Social
Economía – Solidaridad
En el contexto actual, pleno de individualidades y donde todo se valora
por el beneficio económico que reporta, parece difícil vincular la Econo-
mía con la solidaridad y con el ejercicio de una actividad cuya realización
y resultados se miden de otra manera. Más extraño aún puede resultar a
muchos sectores de la sociedad, que un grupo de personas, sin buscar
ningún tipo de compensación, destinen su tiempo y esfuerzo a desarrollar
un trabajo solidario.
Por esa razón, es muy importante que la Universidad haya desarrollado
el Programa de Voluntariado, implicándose como institución académica
en su entorno y vinculándose a través del programa con organizaciones
del tejido social, brindando asimismo la posibilidad a los estudiantes de
participar y comprometerse en aras de un trabajo solidario.
La Economía Social se abre paso en medio de un mundo en el cual
priman los intereses del capital financiero, en un intento de impregnar la
realidad de valores tales como la solidaridad y la cooperación. Uno de los
caminos es, justamente, acercar el conocimiento desde los centros de for-
mación e investigación científica hacia los microempresarios, facilitando y
promoviendo el desarrollo de sus capacidades emprendedoras.
Conclusiones
Las microempresas generan valor económico con impacto social, crean
empleos estables y ayudan a combatir la pobreza y la desigualdad. Por
estas razones, toda política o medida tendiente a fortalecer a este sector es
sumamente valiosa para la sociedad.
Todo apoyo que se les brinde, ayuda a la supervivencia de las microe-
mpresas en un mundo cada vez más competitivo, y permite que sigan
contribuyendo a combatir uno de los mayores males de la región: el des-
empleo.
Los gobiernos (nacional, provinciales y municipales) reconocen, a pesar
de los esfuerzos destinados a fortalecer a este tipo de empresas, sobre todo
con el aporte de créditos, que deben trabajar en conjunto con otros secto-
res para impulsar su desarrollo y crecimiento.
“El trinomio teoría-práctica-investigación, es el factor que debe ser im-
pulsado por las Instituciones de Educación Superior, empresarios e indus-
triales, gobierno y colegios de profesionales graduados universitarios, ya
164
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
1
Chirino Sierra, Alejandro. “Presentación”, en Regalado Hernández, Rafael; “Las MiPyMES
en Latinoamérica. Estudios e investigaciones en la Organización Latinoamericana de Ad-
ministración”, 2007.
165
El Voluntariado Universitario como
expresión de la articulación
interinstitucional.
Proyecto de Fortalecimiento integral de
Cooperativas Apicolas
*
Universidad Nacional de Santiago del Estero, Secretaría de Extensión Universitaria y
Bienestar Estudiantil.
extens@unse.edu.ar
lina_coronado@yahoo.com.ar
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Introducción
L
a producción apícola tiene un enorme potencial en Santiago del Es-
tero. La necesidad de capacitación a pequeñas cooperativas apícolas
se hace imprescindible a partir de estudios de campo realizados en
las localidades de Silípica, Arraga, Zanjón, donde se observa la carencia de
conocimientos teóricos prácticos que demandan capacitación a nivel de
formación integral, es decir el aprendizaje en gestión organizativa, recur-
sos humanos y técnicos productivos, afianzamiento de los conceptos bá-
sicos del asociativismo cooperativo, eficiencia en las áreas de producción
y comercialización.
El proyecto se desarrolló durante seis meses, con veintidós alumnos de
diferentes carreras de las Facultades de Humanidades, Ciencias Sociales
y de la Salud, Ciencias Forestales y Agronomía y Agroindustria, acom-
pañados de tres docentes de las mismas Facultades y dos organizaciones
sociales, el Instituto Provincial de Acción Cooperativa y la Asociación de
Técnicos Agropecuarios de la Provincia.
Pensar la UNSE desde la “contribución al estudio del sistema universita-
rio argentino”, enfoque coordinado por José Luis Coraggio y Adolfo Vispo,
implica considerar las afirmaciones tales como que “no hay diagnóstico
sin sentido, ni lecturas ingenuas de los diagnósticos y afirmaciones con
pretensiones de objetividad”, en cuanto pone en sobre aviso, en primer
término, a los propios docentes interesados en hacer un aporte “desinte-
resado” que permita un reposicionamiento de la UNSE ante las formas de
abordar las exigencias de un contexto en permanente cambio, a partir del
análisis de los servicios que brinda a la sociedad y al Estado, y en segundo
término, a los actores sociales involucrados en la demanda, orientada a
lograr mejorar la productividad en la consolidación de la cohesión social,
y a alcanzar beneficios de tipo cultural y político.
El sinceramiento en el diálogo de la UNSE con su medio, requiere la
manifestación clara de las ideas, que cada uno de los actores sociales las
exprese de forma alternada en busca de avenencias, de consensos.
El escenario en el que la UNSE protagoniza su rol, coloca en un lugar de
privilegio a la Extensión, a través de la cual busca la institucionalización
de prácticas que devuelvan a la sociedad el equilibrio que requieren las
relaciones con el “afuera” en el marco de su realidad compleja, en la que
se evidencian resistencias, competencias, direccionalidad de los cambios y
tensiones por falsas dicotomías detectadas.
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Economía Social
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Agüero,M
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Conclusión
A modo de conclusión, podemos afirmar que el proyecto que nos ocu-
pa logró el afianzamiento de la construcción del capital social y cultural
de los integrantes de las cooperativas involucradas en el mismo. Se logró
la elaboración de una actividad de auto desarrollo sustentable, a través
de la intervención del Programa Nacional de Voluntariado Universitario,
partiendo desde la circulación de información, conocimientos, prácticas,
comercialización en un proyecto compartido por toda la comunidad.
Esta nueva construcción de la actividad económica alude a la participa-
ción y colaboración de nuevos actores: alumnos y docentes de la UNSE en
primer término, al IPAC y a la Asociación de Técnicos Agropecuarios de la
Provincia y a la Escuela Agrotécnica de Zanjón dependiente de la Univer-
sidad Nacional de Santiago del Estero, como entes organizacionales llama-
dos a impulsar, acompañar y/o conducir a la Cooperativa para la puesta en
acción de una nueva fase de producción, con apoyo institucional, y con
una ejecución abordada de manera conjunta.
177
Economía Social
Referencias Bibliográficas
Agüero, Mafalda: UNSE. “Diálogo con la sociedad”, IX Jornadas de Investigación, Jujuy,
2008.
Kliksberg, Bernardo. “Hacia una economía con rostro humano”, Fondo de Cultura
Económica, 2002.
Kliksberg, Bernardo. “Los nuevos desafíos éticos de la Argentina y América Latina”, Foro
Ecuménico Social, Año 2. Nº 2, 2005.
178
Diseño como aporte estratégico
a la Producción Regional y Nacional
Desarrollo y Análisis de casos de
intervenciones con empresas recuperadas
*
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.
esteban.javier.rico@tlps.com.ar.
http://www.tlps.com.ar.
Economía Social
180
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Resumen
E
l presente trabajo tiene como punto de partida la conferencia “Di-
seño Gráfico como aporte estratégico a la producción regional y
nacional”, dictada por Esteban Javier Rico en septiembre de 2003
en las “1ª Jornadas sobre el Diseño para el Desarrollo Regional y Nacional”
en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional del Nordeste,
Resistencia, Chaco.
Se analizarán las intervenciones de extensión universitaria y la produc-
ción de nuevos conocimientos sobre los casos abordados en la cátedra li-
bre “Taller Libre de Proyecto Social” de la Facultad de Arquitectura, Diseño
y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (en adelante FADU-UBA),
y apoyados por el Programa de Voluntariado Universitario del Ministerio
de Educación de la Nación. Los trabajos desarrollados incluyen aspectos
de investigación, extensión y formación de voluntarios (estudiantes y gra-
duados) y fueron desarrollados en conjunto con diversas empresas recupe-
radas y organizaciones sociales entre los años 2002-2007 sobre los campos
disciplinares del diseño gráfico, diseño industrial, diseño de indumentaria
y textil y diseño de imagen y sonido.
Introducción
Buscamos generar un espacio en el que estudiantes, docentes y profesio-
nales aprendan, investiguen y aporten para dar respuesta a las demandas
sociales y populares que ha generado la situación de crisis de la Argentina
y la necesidad de organizarse para resolverlas. Entendemos esta propuesta
como parte de la construcción de un proyecto de país, en el que el cono-
cimiento académico y el trabajo de los profesionales esté al servicio de las
necesidades populares y encuentre un campo fértil para desarrollarse y
crecer en la Argentina.
Las demandas surgen a partir de que la mayoría de los emprendimien-
tos productivos autogestionados se afirmaron como una alternativa de
recuperación de fuentes de trabajo y con su desarrollo comenzaron a sur-
gir necesidades concretas de asistencia en diseño de producto, imagen y
comunicación. Asimismo, la formación de asambleas y otras formas de
organización, que toman las problemáticas ambientales o regionales, re-
quirieron de formas más definidas y funcionales de comunicación para
potenciar el alcance de su inserción social. Consideramos a estas organi-
zaciones asamblearias como otro de los grandes emergentes sociales de la
crisis.
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Economía Social
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
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“El concepto de identidad es tal vez uno de los más afectados por la
imposición aún hegemónica de las diversas teorías de la globalización.
Como ya es sabido, el rasgo común de las mismas es negar la condición
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Referencias Bibliográficas
Argumedo, Alcira. “Disertación Inaugural, en el Congreso Alternativas a la globalización cul-
tural”, Buenos Aires, 2003.
Ibid. “Campo de poder, campo intelectual y habitus de clase”, en “Campo de poder y campo
intelectual”, Montressor - Jungla Simbólica, Buenos Aires, 2002 [1971].
Ledesma, María. del Valle. “El Diseño Gráfico, una voz pública”, Argonauta, Buenos Aires,
2003.
189
Asesoramiento y Apoyo Técnico
a familias campesinas
del departamento de Lavalle,
provincia de Mendoza,
para Elaboración y Comercialización
de alimentos elaborados
artesanalmente.
*
Universidad Nacional de Cuyo, Facultad de Ciencias Agrarias.
Economía Social
192
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
E
l proyecto de voluntariado surge del compromiso social que estu-
diantes de las carreras de Ingeniería Agronómica, Bromatología y
Licenciatura en Bromatología de la Facultad de Ciencias Agrarias,
asumen al conocer regiones de la provincia con una fuerte demanda de
capacitación y ayuda para comenzar a planificar las necesarias actividades
básicas previas al desarrollo comunitario. Los estudiantes interesados pro-
piciaron la participación de docentes, lo que posibilitó fortalecer la fun-
ción social de la Universidad pública.
Ubicación geográfica
La provincia de Mendoza, ubicada en el centro oeste del país, forma par-
te de la región de Cuyo. La superficie de 148.827 km2, se divide adminis-
trativamente en 18 departamentos. La altitud oscila entre los 600 metros,
en el este, y los 6000 metros de la cordillera principal y cordillera frontal,
en el oeste, con un máximo de 6959 metros (cerro Aconcagua). Las pre-
cipitaciones son escasas y, alcanzan valores de 192 milímetros anuales en
el este y de 343 milímetros en el sur. La zona de máxima aridez se registra
en el noreste, con valores inferiores a los 100 milímetros de precipitación
anual. El régimen de lluvias es estival.
La estructura económica de Mendoza se caracteriza por la producción
e industrialización de productos agrícolas. La abundante cosecha de vid,
frutas y hortalizas dio origen a una importante industria vitivinícola y de
producción de conservas. Aproximadamente el 2% del territorio se ocupa
con sus principales cultivos. Mendoza exporta anualmente productos por
un valor aproximado de 220 millones de dólares. Esos productos son:
vino, mosto y frutas frescas, e incluso maquinaria industrial. Esta provin-
cia es la principal productora de ajo y tomate, a nivel nacional, que en gran
parte se exportan deshidratados a países latinoamericanos y europeos.
Su bajísima densidad poblacional (3,1 hab/km²) y sus rigurosas carac-
terísticas (temperaturas extremas, bajas precipitaciones), han hecho que
estas tierras sean conocidas como el desierto mendocino.
Las actividades del proyecto se desarrollan principalmente en el sector
noreste de Mendoza, dentro de los departamentos de Lavalle, Las Heras
y San Martín, y en el departamento de 25 de Mayo en la provincia de
San Juan. Esta zona posee clima templado y seco, aunque en verano las
temperaturas son altas debido a la gran irradiación solar y la presencia
de suelos arenosos y salinos, que favorecen la absorción de las escasas
precipitaciones. En época de invierno se registran temperaturas muy bajas
193
Economía Social
con fuertes heladas. Con frecuencia sopla viento cálido del norte y viento
zonda. Su terreno presenta características de una amplia llanura con pen-
diente noreste.
Las condiciones ecológicas de la zona, netamente rural, con precipita-
ción promedio de 180 mm anuales, determinan dos agroecosistemas dis-
tintos: uno el de secano y otro la zona bajo riego.
La zona de trabajo se puede dividir en los siguientes grupos de base:
• Zona de secano: El Encón, San Miguel, Jocolí Norte, Isla con Jume, San
José, San Antonio, Retamo, Retiro, y La Verde.
• Zona irrigada: Jocolí, Salvatierra, Paramillo, 3 de Mayo, Villa Tuluma-
ya, San Francisco, Costa de Araujo, Divisadero, Estación Moluche, Bajo
Las Ranas, Bestani, Andacollo, La Estación, Gustavo André, San Pedro,
Puesto Viejo, y El Central.
Antecedentes
La Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST), organización cam-
pesina con la cual se está desarrollando el proyecto, se conformó en el año
2001 en el norte de la provincia de Mendoza, con el acompañamiento de
la Asociación CAXI para el Desarrollo Integral.
Desde los primeros años de organización, los estudiantes de la Facultad
de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo, han realizado
pasantías de convivencia como forma de conocer desde adentro la realidad
de las familias de trabajadores rurales y poder identificar las problemáticas
del sector. A partir de dichas pasantías, surgieron actividades específicas
como jornadas de trabajo comunitario, apoyo en emprendimientos pro-
ductivos, etc.
En el año 2004, se firmó un convenio marco entre la Universidad Nacio-
nal de Cuyo y la Asociación CAXI con el objetivo de implementar acciones
tendientes a desarrollar, en forma conjunta, proyectos de carácter acadé-
mico, científico y cultural (colaboración técnica, transferencia tecnológica,
pasantías, etc.). En el marco de ese convenio, se firmó un convenio espe-
cífico con la Facultad de Ciencias Agrarias.
De manera recíproca, la Asociación CAXI y la UST han colaborado en la
formación de los estudiantes compartiendo su experiencia en diversas jor-
nadas y congresos, como han sido las Jornadas de Extensión y Desarrollo
Rural, Jornadas de Agroecología, Congresos de la Federación Argentina de
Estudiantes de Agronomía, etc.
Todas estas actividades realizadas por los estudiantes, fueron voluntarias
sin ningún tipo de financiamiento para cubrir los gastos de pasajes y/o
viáticos.
194
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
El proyecto
En el año 2006, un grupo de estudiantes de agronomía y de bromatolo-
gía desarrollaron junto con las organizaciones mencionadas, un proyecto
de voluntariado estudiantil destinado a promover y desarrollar la produc-
ción agroalimentaria tanto como la comercialización de sus productos en
el marco de la Red de Comercio Justo.
El proyecto fue aprobado y financiado por el Programa Nacional de Vo-
luntariado Universitario dependiente de la Secretaría de Políticas Univer-
sitarias del Ministerio de Educación de la Nación.
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Participantes:
Destinatarios directos:
Dentro de la zona y las organizaciones sociales descritas, se nuclea una
comunidad de 1500 personas distribuidas en 300 familias que vienen tra-
bajando en forma autónoma y comunitaria para lograr educación, uso ra-
cional de los recursos naturales, y alimentación sana y suficiente.
Destinatarios indirectos:
Por otra parte, el proyecto también considera generar beneficios indirec-
tos a otros actores sociales como lo son otras familias de la zona que no se
encuentran integradas a las organizaciones campesinas mencionadas, que
pueden mejorar sus medios de vida al existir la posibilidad de ser provee-
dores de materia prima para los miembros de la comunidad organizada.
Así como también las actividades y resultados influyen en las comunidades
rurales de zonas cercanas, que pueden replicar el modelo de autogestión.
La gestión del gobierno municipal se ve beneficiada al disminuir el núme-
ro de habitantes desocupados, promover el desarrollo de la zona y reducir la
migración hacia los centros urbanos, evitando la formación de asentamien-
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• Pessina, Alcides
• Pérez, Mariela
• Sales, Lorena
• Sanhueza, Gabriel
• Troncoso, Mariana
• Szymansky, Carolina
• Sánz, Nicolás
• Bustos Escalona, Gracia
Actividades
Las actividades comenzaron antes de la concreción del proyecto median-
te el contacto con las organizaciones sociales de la zona. Una vez detectada
la necesidad de capacitación, se trabajó en la formulación del proyecto
para lo cual se buscó información bibliográfica y documentación cientí-
fica. Se realizaron distintas actividades para lograr la concreción de los
objetivos, entre las que se destacan:
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Aristóteles
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Comercialización
Los productos elaborados a partir de la cadena del tomate, y otros ela-
borados en la fábrica y en otras comunidades, son comercializados por un
equipo. Desde el año 2006, y a partir de iniciativas de la organización, se
formó en la cuidad de Mendoza una Red de comercio justo. La misma está
integrada fundamentalmente por estudiantes de distintas disciplinas que
distribuyen los productos. También hay experiencias de venta en comer-
cios de la zona de Lavalle y a otras organizaciones sociales. Para la comer-
cialización se hace necesario el etiquetado y embalado en palets, en el que
participan alrededor de 20 personas.
La obtención de las habilitaciones municipal y provincial abriría la posi-
bilidad para comercializar mucho más que los volúmenes actuales.
Se estima que participan de todos los eslabones de manera directa 62
personas, que reciben a través del sistema de fondos rotatorios de trabajo
una retribución monetaria simultánea al trabajo.
El número de beneficiarios total se estima en unas 250 personas, entre
quienes se favorecen por proveer insumos como la leña, aprovechar las
capacitaciones, ser vendedores de los productos, etc.
El desafío para las temporadas siguientes es mejorar la logística de co-
municación entre eslabones, bajar los costos de producción y ampliar las
posibilidades de trabajo a más participantes de la UST.
Manini, N.
Logros y resultados
Los voluntarios, estudiantes y docentes del proyecto, colaboraron en los
sistemas productivos en marcha, aportando trabajo en los procesos de pro-
ducción, realizando el análisis de los productos, y logrando una mejora en
la eficiencia de trabajo.
A través del proyecto, se pudo adquirir materiales de laboratorio, poten-
ciómetros, refractómetros, insumos varios, maquinarias, etc., con los que
se pudieron analizar los alimentos producidos de manera de asegurar su
adecuación a la normativa alimentaria vigente. Se capacitó a los elaborado-
res en el uso y cuidado del instrumental adquirido.
Se han realizado los trámites necesarios para obtener el Registro Na-
cional de Establecimiento (RNE), y comenzado a preparar las memorias
descriptivas de elaboración para obtener los Registros de Producto Ali-
menticio (RNPA) para cada producto elaborado.
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206
Financiamiento para la agricultura
familiar. Una propuesta
desde la Universidad.
*
Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Facultad
de Ciencias Veterinarias.
cieza@agro.unlp.edu.ar; bancosocial_lp@yahoo.com.ar.
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Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
Introducción
L
a crisis desatada hacia fines de 2001 devino, entre otras consecuen-
cias, en un inevitable y necesario replanteo de las instituciones pú-
blicas en general. La Universidad, como actor público, ocupa un
lugar trascendente en el debate que vincula al conjunto de las instituciones
en su relación con el resto de la sociedad, ya que la generación de cono-
cimiento no puede quedar al margen, y debe nutrirse de la problemática
socioeconómica de la cual es parte.
Desde la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales se ha planteado aten-
der con mayor compromiso la demanda de la sociedad en general y la de
los pequeños productores del área de influencia en particular, a través de
la capacitación, la asistencia técnica y la generación de proyectos conjun-
tos que contengan sus necesidades e intereses. Por la especificidad de los
conocimientos involucrados, la producción, distribución y consumo de
alimentos desde una perspectiva regional es el eje que atraviesa el replan-
teo de esta unidad académica. En este marco y como complemento de las
actividades de extensión, en el año 2005 se crea el Banco Social de la Fa-
cultad de Ciencias Agrarias y Forestales a la que posteriormente se le suma
la Facultad de Ciencias Veterinarias; primera experiencia en el país de una
entidad de microcrédito implementada desde una Universidad, cuyos des-
tinatarios son pequeños productores agropecuarios y/o agroindustriales
excluidos del sistema formal de crédito. En esta propuesta, los estudiantes
voluntarios acompañan el proceso grupal, interviniendo en la operatoria,
conociendo otra realidad y articulando los aprendizajes en beneficio de la
agricultura familiar.
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1
Ver. Anexo Nº 8. Documento Base del Programa Nacional de Investigación y Desarrollo
tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar, INTA, 2005.
2
“La Pequeña Agricultura Familiar Problemas, oportunidades y líneas de acción”,
Documento del CIPAF-INTA, Año 2006.
3
Incluye las diversas formas de intercambio de bienes, formales e informales. Ver:
Documento Base del Programa Nacional de Investigación y Desarrollo tecnológico para
la Pequeña Agricultura Familiar, INTA, 2005.
4
Si bien dicha definición es dada para la Agricultura Familiar (no para la Pequeña AF),
la mirada amplia de corte socio-cultural que la constituye, también abarca el complejo
universo de la P.A.F. Para mayor detalle respecto de la caracterización y la categorización
esbozada en el Foro acerca de la AF, ver Documento Foro Nacional de la Agricultura
Familiar, Segundo Plenario, Agosto, 2006.
5
Datos proporcionados por el censo Hortifloricola 2005. DPE. Pcia de As. As.
210
Colección Para que el conocimiento nos sirva a todos
6
Cieza, R. “Adopción de tecnologías de bajo impacto ambiental en le Cinturón Hortícola
Platense”, en “Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales”, Nov
2005, FCE-Bs.As, 2005.
7
El fondo de trabajo de una unidad doméstica es definido como el conjunto de
capacidades de trabajo que pueden ejercer en condiciones normales los miembros
hábiles de la misma. Su realización abarca, sucintamente, las siguientes formas: trabajo
mercantil por cuenta propia (productores), trabajo asalariado, trabajo de producción de
bienes y servicios para el autoconsumo, así como el trabajo específicamente dedicado a
la formación y capacitación.
8
El concepto de reproducción ampliada hace referencia a que durante un plazo
determinado (por ejemplo, intergeneracional), a partir de una situación dada, la unidad
doméstica sostiene dinámicamente (según evolucionen las necesidades de sus miembros
con su propio desarrollo y el del medio social) los niveles de calidad de vida alcanzados
históricamente por el conjunto de sus miembros. El concepto de reproducción propuesto
se centra en los condicionantes económicos de la calidad de vida (no contempla, por
211
Economía Social
El camino recorrido
El proyecto Banco Social surge en el mes de mayo de 2005 como una
organización de microcrédito que brinda esquemas de financiamiento y
asistencia técnica a pequeños productores agropecuarios de la zona de in-
fluencia, que por su condición socio-económica están imposibilitados de
acceder a sistemas de crédito formal. Originalmente se presentó como un
complemento a las estrategias de extensión universitaria de la citada uni-
dad académica, sin embargo, con el tiempo, esta opción fue variando hacia
un proyecto de extensión propio. A mediados del año 2005, se recibió el
primer financiamiento del Ministerio de Desarrollo Humano y Trabajo de
la Provincia de Buenos Aires, de $ 45.000 para la realización de los présta-
mos. La metodología utilizada por el equipo promotor fue la articulación
con todos los actores que trabajaban en aspectos socio productivos en la
región, entre ellos, Cambio Rural Bonaerense, Asociación de Producto-
res sin Agrotóxicos del Parque Pereyra, Cooperativa de La Costa de Beris-
so, Cooperativa de Trabajadores Rurales, Cooperativa de Productores del
Parque Pereyra, Grupo de Tomate Platense, Grupo Unión Agrícola. Los
solicitantes del crédito son, en su gran mayoría, pequeños productores
familiares hortícolas, y en menor medida, granjeros, florícolas, apícolas,
y/o agroindustriales (Gráfico 1). Los productores asistidos se localizan en
los partidos de La Plata, Berisso, San Vicente y Berazategui, en un radio de
hasta 80 kilómetros de la Facultad10. El 85 % de los tomadores de crédito
es de sexo masculino y en su gran mayoría entre los 25 y 45 años. Se en-
cuentran excluidos del sistema formal de créditos (bancos y financieras),
quedando como alternativa la posibilidad de establecer relaciones finan-
cieras con los usureros locales o las casas proveedoras de insumos. Por
ejemplo, los efectos de la represión política, la violencia familiar u otras fuentes sociales
de sufrimiento no derivadas de modificaciones en los recursos y relaciones económicas).
En todo caso, la operatividad de éstos u otros conceptos dinámicos de calidad de vida
constituye un problema de difícil resolución. Coraggio 2002.
9
Simón Fernández. “Economía Ecológica”, 2002.
10
A pesar del importante radio de influencia que abarca el proyecto, los grupos asistidos se
concentran en aquellos sectores del territorio donde predomina la agricultura familiar.
212
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Conclusiones
La adaptación de una entidad de microcrédito a la realidad socio pro-
ductiva de los productores familiares de la zona de influencia ha permitido
ampliar la vinculación de la Universidad con el medio productivo, en tanto
la necesidad permanente de financiamiento universaliza la demanda de los
productores. A partir de la misma, se inician y/o readecuan otras acciones
de extensión universitaria que promueven la mejora de la calidad de vida
de la agricultura familiar, con un sector que ha estado invisible a los ojos
de la mayoría de las instituciones públicas y privadas.
La forma de intervención flexible, en cuanto a las necesidades y posibili-
dades de los productores y el grupo como unidad básica para la interven-
ción, ha sido una opción que aporta a la mejora de la producción familiar
de la región. La puesta en funcionamiento de la estrategia de financiamien-
to conlleva la necesidad de generar y sostener una estructura operativa,
involucrada y comprometida diariamente en la continuidad del proyecto.
La conformación y permanencia de un equipo interdisciplinario, hetero-
géneo, conformado por estudiantes voluntarios, profesionales y docentes,
que esté evaluando y retroalimentando el proceso, es un aspecto central
que enriquece aún más la propuesta. En este marco, se produce un proceso
de formación continua de los estudiantes voluntarios, los cuales desde la
práctica articulan conocimientos, conformándose como futuros agentes de
desarrollo rural para la agricultura familiar.
El camino iniciado permite evidenciar la importancia de estrechar, ligar
y potenciar esta herramienta con otros actores, instituciones, y organiza-
ciones del sector. Nuestro anhelo es que en un futuro estas acciones, junto
a otras, puedan incidir en el diseño de políticas públicas y normativas para
los pequeños productores familiares. En tanto, se cree que la misma prác-
tica pone a prueba, modifica y readecua los instrumentos programáticos
diseñados e implementados.
217