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A estos recursos y capacidades hay que sumarle la labor de la dirección. La gestión por
si sola puede ser una fortaleza o una debilidad. Decisiones como la diversificación de
actividades, la internacionalización, la organización interna o la propensión a cooperar
son elementos que constituyen fortalezas y debilidades que provienen del estilo de
dirección de la Empresa y que deben ser tenidos en cuenta a la hora de llevar a cabo un
análisis DAFO.
Otra opción es analizar la cadena de valor y ver donde la empresa genera las fortalezas y
debilidades que le confiere su ventaja competitiva.
A la hora de llevar a cabo el análisis externo hay que tratar de cuantificar a partir de
qué nivel la amenaza se torna en amenaza real y la oportunidad se torna en oportunidad
real, esto siempre que sea posible. Una subida de 0,25% en los tipos de interés
probablemente no constituya una amenaza para la empresa, sin embargo un aumento del
2% puede que comience a hacer mella en el resultado de la empresa. Al igual que no es
lo mismo la entrada de nuevos competidores de pequeño comercio en nuestro territorio
que la entrada de una gran superficie o de franquicias. Para tomar a posteriori buenas
decisiones estratégicas debemos definir que es realmente una oportunidad o una
amenaza y no basarnos en detecciones vagas.
Como hemos visto en los ejemplos, las oportunidades y las amenazas vienen del
exterior de la empresa, de factores no controlables aunque si influenciables (para ciertas
empresas). Hay que tener en cuenta que hay ciertos elementos que pueden constituir
amenaza para una empresa y oportunidad para otra. Por ejemplo un tratado de libre
comercio entre Tailandia y la UE es una amenaza para las conserveras gallegas que
deben compartir mercado con competidores cuyos costes laborales son 13 veces
inferiores a los españoles, sin embargo para una empresa tailandesa esto constituiría una
oportunidad de abrir su mercado. Lo mismo sucede con los cambios legislativos, para
los productores pueden suponer una amenaza, sin embargo, para empresas certificadoras
puede suponer una oportunidad de negocio.
Dirección, empleados, consumidores, etc., deben participar por grupos de interés en una
lluvia de ideas de donde salgan las percepciones que tienen estos sobre la empresa o
proyecto empresarial. Una vez vertidas las opiniones es trabajo de la dirección
ordenarlas y ver cuáles son realmente objetivas y cuáles no.
4. Justificación
Este es el punto clave, cada sentencia de la matriz debe estar respaldada por datos
contrastados. Si la tecnología empleada en el proceso de fabricación es una fortaleza de
la empresa o proyecto empresarial hay que justificar porqué motivo, quizás esta
tecnología permite una mayor eficiencia en costes o permite un mayor nivel de
personalización del producto, hay que indagar y analizar qué constituye la fortaleza,
debilidad, oportunidad o amenaza. Las amenazas deberían estar siempre cuantificadas,
el único modo de que una amenaza lo sea realmente es que ponga en riesgo la viabilidad
de la empresa.
5. Diseñar estrategias
El objetivo último del análisis DAFO es servir de documento para la toma de decisiones
estratégicas. Para ello se puede hacer uso del análisis CAME que no es más que tomar
un par de puntos del análisis DAFO y generar las estrategias más adecuadas. En el
siguiente gráfico se resume las combinaciones posibles y un pequeño ejemplo de cada
una basándonos en nuestro ejemplo de matriz DAFO: