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Analice críticamente el Dictamen de la Procuración del Tesoro de la Nación “Navarro Correas” y sostenga

con firmes argumentos ambas posturas, o sea, defendiendo los intereses del Estado Nacional y asumiendo
el patrocinio como abogado del particular.

La resolución IGJ Nº 5/93, establece el procedimiento a seguir en las solicitudes de retiro de personería de
las fundaciones. La misma indica que debe verificarse el funcionamiento de la institución en la sede social
denunciada y constatarse el cumplimiento del objeto social en base al cual le fue otorgada la personería,
agregando que una vez comprobados tales extremos, así como que no tiene autoridades en ejercicio, resulta
precedente propiciar ante el órgano ministerial el retiro de la autorización para funcionar.

El señor Secretario de Asuntos Registrales solicitó la opinión de la Procuración del Tesoro de la Nación en
razón de la existencia de criterios jurídicos encontrados entre la Dirección General de Asuntos Jurídicos del
Ministerio de Justicia y la Inspección General de Justicia sobre la solicitud de retiro de la personería
jurídica de la Fundación Bodega de Edmundo Navarro Correas, y por la trascendencia que pudiera tener la
decisión que se adopte en el procedimiento, por su directa incidencia respecto de otras entidades de bien
público sin fines de lucro.

Argumentos del Estado:

La fundación no cumple con sus obligaciones reglamentarias y estatutarias.

En os casos individualizados como antecedentes del modus operandi (en los cuales se llevó a cabo el retiro
de la personería) inspectores concurrieron a los domicilios legales de las respectivas entidades,
efectuándose las constataciones que posibilitaron considerar reunidos los extremos que habilitan el retiro de
la personería.

En antecedentes presentados en el Anexo I/A, Asuntos Jurídicos aconsejó el procedimiento que ahora
impugna.

La PTN no se expide sobre los antecedentes, sino que opina sobre el procedimiento en curso.

El domicilio consignado en la cédula corresponde al de la sede social que la entidad había registrado en el
organismo, por lo que la notificación dirigida a ese domicilio es válida, especialmente porque fue la
fundación hubiere omitido informar el cambio de dicha sede.

Argumentos del particular:

No surge de las actuaciones sumariales que se haya realizado constatación alguna en la sede, limitándose el
organismo de control a la notificación.

En dicha notificación se omitió comunicar a la institución que dentro del plazo legal podía ejercer el
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derecho de defensa que le acuerda el art. 1º, inciso f), de la ley 19.549.

El envío de una cédula de notificación (aun correctamente diligenciada) no basta para tener por acreditados
los extremos que habilitan el retiro de la personería de la entidad, ya que la misma tiene por fin garantizar
el debido proceso adjetivo al administrado, pero que, además, el procedimiento administrativo se rige por el
principio de la verdad material, que obliga a ajustar la actuación de los órganos administrativos a la verdad
objetiva, con prescindencia de lo alegado y probado por el administrado.

La cédula de notificación carecía de elementos de convicción suficientes para acreditar que se verificaban
los recaudas establecidos en la resolución IGJ Nº 5/93.

La presunción de la IGJ de que, ante la falta de respuesta, la entidad no funcionaba en su domicilio ni


cumplía con su objeto social, carece de sustento legal y reglamentario.

El único elemento probatorio aportado es la cédula, que carece de fuerza convictiva necesaria para
justificar el dictado de una medida de gravedad como la que se propuso.

La cédula, como único elemento probatorio, carece de fuerza convictiva necesaria para tener por
acreditados los extremos que justifiquen la propuesta del órgano fiscalizador y autoricen al Ministerio de
Justicia a disponer el retiro de la autorización para funcionar de la fundación.

La Dirección General de Asuntos Jurídicos expresó que los funcionarios de la Inspección General de
Justicia “habrían incurrido en un error de apreciación del contenido del mencionado dictamen,
puntualizando que, de acuerdo al principio de eficacia de la administración, es conveniente evitar el dictado
de actos administrativos, que luego puedan ser impugnados por los interesados con razones justificadas”.

La PTN no se expide sobre los antecedentes, sino que opina sobre el procedimiento en curso.

El procedimiento seguido no justifica ni da fundamento jurídico suficiente al retiro de la personería


jurídica.

La notificación por cédula del emplazamiento a la entidad sumariada para que cumplimente lo dispuesto
por la Resolución IGJ N° 5/93 y presente la documentación adeudada, carece de validez.

Debe ponerse de relieve que, de la cédula, no surge que hubiere sido diligenciada conforme a lo previsto
por el artículo 141 del Código Procesal Penal de la Nación. Dicho mandato normativo ha sido citado en
forma explícita por el “Reglamento para la organización y funcionamiento de notificaciones para la justicia
nacional y federal”, aprobado por acordada 17/80 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El artículo
40 de dicho reglamento establece que “cuando en una cédula con domicilio denunciado no se responda a
los reiterados llamados o se informe que no es el domicilio del requerido o que no lo conocen, se devolverá
la misma sin diligenciamiento (…)”. El artículo 143 indica que “En las cédulas dirigidas a domicilios
constituidos el notificador se entenderá con cualquier persona que manifieste ser de la casa, indicándose
nombre y apellido o el carácter que invoque en la diligencia. Si no responde persona alguna, procederá a
fijar la cédula en la puerta de entrada”. Por su parte, el artículo 150 del mismo ordenamiento establece que:

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“En todas las actas que labren, los notificadores deberán dejar expresa constancia de la persona con quien
practican las diligencias individualizándola o, en su caso, del lugar donde fueron atendidos no siento
suficiente la mención … que dijo ser de la casa … por no ser ésta manifestación clara y concreta. Deben
expresa el motivo por el cual la persona que recibe la cédula no la firma”.

Del análisis de lo mencionado, cabe concluir que la cédula librada no fue diligenciada en los términos del
art. 141 del CPCCN.

El original de la cédula no se entregó al destinatario, ni a persona distinta, ni fue fijada en la puerta de


acceso, concluyendo que la misma habría permanecido en poder el encargado del sector notificaciones,
quien indicó que la fundación se habría mudado, criterio incompatible con las disposiciones regulatorias
transcriptas.

La validez de la cédula se encuentra condicionada a que en el diligenciamiento de la notificación se cumpla


con los procedimientos legal y reglamentariamente exigidos para cada caso.

El artículo 44 del Reglamento de Procedimientos Administrativos” (decreto 1759/72) dispone que la


notificación que se hiciere en contravención de las normas exigidas, será inválido.

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