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2013:

La economía peruana creció 5,8 por ciento en 2013, tasa inferior a la registrada en 2012 (6,0
por ciento). El menor ritmo de crecimiento reflejó en gran medida el menor impulso externo
asociado a un escenario internacional menos favorable, con un alto grado de incertidumbre y
de desaceleración de las economías emergentes más importantes. Al menor crecimiento de las
exportaciones se le sumó la desaceleración, tanto del consumo (5,4 por ciento) como de la
inversión privada (6,4 por ciento) en un contexto de deterioro de expectativas que se
manifestó durante casi los tres primeros trimestres del año. A nivel sectorial, el menor impulso
se observó particularmente en los sectores no primarios, cuya tasa de crecimiento se
desaceleró de 7,5 por ciento en 2012 a 6,1 por ciento en 2013. La moderación se observó
particularmente en sectores como la manufactura no primaria (4,4 por ciento), afectada por
las condiciones externas, y la construcción (8,9 por ciento), como resultado del menor
dinamismo del crédito hipotecario y de un crecimiento más lento de algunos proyectos de
inversión. En el caso del PBI primario, la mayor tasa de crecimiento es atribuible
principalmente a la recuperación del sector pesca, por la mayor captura de anchoveta, y del
sector manufactura de procesamiento de recursos primarios, por una mayor producción de
harina y aceite de pescado y por un incremento en la refinación de metales no ferrosos. Con
respecto a la producción per cápita, la tasa de crecimiento en 2013 fue de 4,6 por ciento.
BALANZA DE PAGOS:

 En el año 2013, los términos de intercambio del Perú registraron una disminución
promedio de 4,7 por ciento, en un contexto de caída de las cotizaciones internacionales
de nuestros principales productos de exportación. Este resultado, explica que el déficit
de la cuenta corriente de la balanza de pagos haya aumentado de 3,3 por ciento del PBI
en 2012 a 4,5 por ciento en 2013. La cuenta financiera registró un flujo de US$ 11 407
millones, equivalente a 5,6 por ciento del PBI. La cuenta financiera del sector público
presentó un flujo negativo de US$ 1 350 millones, mientras que la salida neta de
capitales de corto plazo totalizó US$ 2 125 millones, principalmente por la disminución
de pasivos externos de las empresas bancarias, cuya contraparte puede encontrarse en
la colocación de bonos de largo plazo llevada a cabo en los mercados internacionales.

 En el año 2014, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos disminuyó de


4,2 por ciento del PBI en 2013 a 4,0 por ciento en 2014. A pesar del deterioro de los
términos de intercambio (5,4 por ciento de caída) y el menor volumen de
exportaciones (-1,0 por ciento), el déficit disminuyó por la caída del volumen de
importaciones y por las mayores transferencias corrientes del exterior por concepto de
ingresos extraordinarios. La cuenta financiera registró un flujo de US$ 6 828 millones,
equivalente a 3,4 por ciento del PBI, principalmente por las operaciones de largo plazo
del sector privado (3,2 por ciento del PBI). La cuenta financiera del sector público
presentó un flujo negativo de US$ 16 millones, mientras que la entrada neta de
capitales de corto plazo totalizó US$ 354 millones, principalmente por el aumento de
pasivos externos de las empresas bancarias.
 En el año 2015, por cuarto año consecutivo se observó una caída de los precios de los
principales productos de exportación (-14,9 por ciento), como reflejo de la
desaceleración de importantes economías emergentes, como el caso de China. Este
deterioro de términos de intercambio causó un mayor déficit comercial, el cual aunado
a los menores ingresos extraordinarios recibidos en 2015 elevaron el déficit de la
cuenta corriente de 4,0 por ciento en 2014 a 4,4 por ciento en 2015. La cuenta
financiera registró un flujo de US$ 10 219 millones, equivalente a 5,3 por ciento del
PBI, casi 2 puntos porcentuales del producto mayor al del año previo, debido
principalmente a las mayores colocaciones que realizó el sector público a lo largo del
año. La cuenta financiera privada también aumentó, producto de los mayores
préstamos netos de largo plazo. La finalización de la fase de inversión de algunos
proyectos, que pasaron a la etapa operativa de producción influyó en un menor flujo
de inversión directa extranjera, en tanto que también aumentó el flujo neto de
capitales asociado a inversiones de portafolio.
 En el 2016, por segundo año consecutivo, nuestras cuentas externas se vieron
favorecidas por la expansión de las operaciones de los yacimientos mineros, que
pasaron de la fase de inversión a la de producción. Ello se tradujo tanto en un
aumento del volumen de exportaciones como en una reducción del volumen de
importaciones de bienes de capital, dados los menores requerimientos de inversión. A
esto se sumó el impacto positivo de mejores condiciones externas en la segunda mitad
del año. Por un lado, se registró una recuperación de los precios de exportación, y por
otro, un aumento de algunas categorías de exportación no tradicional. Como
resultado, el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos bajó de 4,8 por ciento
del PBI en el año 2015 a 2,7 por ciento en 2016. La cuenta financiera registró un flujo
de US$ 6 418 millones, equivalente a 3,3 por ciento del PBI, 1,6 puntos porcentuales
del PBI menor que el flujo del año previo. Esto se debió principalmente al menor
financiamiento de largo plazo al sector privado bajo la forma de inversión directa y de
préstamos privados, como consecuencia de la finalización de la fase de inversión de
proyectos mineros.
 En 2017, nuestras cuentas externas se vieron favorecidas por el entorno internacional.
La recuperación de los precios de las comoditas y de la economía global
(particularmente de nuestros socios comerciales) se tradujo en un aumento tanto de
nuestros términos de intercambio (7,3 por ciento) como del volumen exportado (7,3
por ciento), particularmente productos mineros e hidrocarburos, pesqueros y
agroindustriales. Como resultado, el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos
bajó de 2,7 por ciento del PBI en el año 2016 a 1,3 por ciento en 2017. Por su parte, la
cuenta financiera registró un flujo de US$ 3 948 millones, equivalente a 1,8 por ciento
del PBI y a 1,4 puntos porcentuales del PBI menor que el flujo del año previo. Este
resultado reflejó principalmente las mayores amortizaciones de préstamos de largo
plazo e inversiones en activos externos por parte del sector privado. La entrada de
capitales de largo plazo del sector privado se elevó significativamente respecto a lo
registrado en 2016, de 4,6 a 5,6 por ciento del PBI, debido principalmente a la
adquisición, realizada por inversionistas de cartera no residentes, de títulos de deuda
colocados en mercados externos por empresas residentes del sector de energía y por
los desembolsos recibidos por empresas de diversos sectores, bajo la forma de
préstamos de largo plazo.
NIVEL DE EMPLEO:

 En el año 2013, el empleo urbano en empresas formales con 10 y más trabajadores,


reportado por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), registró en
2013 un aumento de 2,8 por ciento. Según ámbito geográfico, se observó un menor
ritmo de crecimiento del empleo respecto a 2012 tanto en Lima Metropolitana, cuyo
crecimiento pasó de 4,2 a 3,5 por ciento, como en el resto urbano. Este último
presentó la mayor desaceleración, pasando de 2,9 a 0,8 por ciento. A nivel de sectores
productivos, los sectores de comercio y servicios lideraron el crecimiento del empleo,
contrarrestando la variación negativa de la manufactura. En el caso del comercio, el
mayor dinamismo del empleo, cuya tasa de crecimiento pasó de 3,3 a 5,1 por ciento
en 2013, estuvo asociado a una mayor contratación de personal en tiendas y
almacenes ante mayores ventas, principalmente de artefactos, muebles y artículos
para el hogar.
 En el año 2014, El empleo urbano en empresas formales con 10 o más trabajadores,
reportado por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), registró un
aumento de 1,9 por ciento en 2014. Según ámbito geográfico, en Lima Metropolitana
se observó un menor ritmo de crecimiento del empleo (de 3,5 por ciento en 2013 a 1,9
por ciento en 2014). Por el contrario, en las principales ciudades del resto del país el
crecimiento aumentó de 0,8 por ciento en 2013 a 1,8 por ciento en 2014. En 2014 el
empleo aumentó en todos los sectores productivos (excepto en la industria
manufacturera, donde se contrajo 1,5 por ciento). Destacó el aumento de 3,1 por
ciento en el sector servicios, principalmente por mayor contratación de docentes y
personal administrativo y contrataciones de empresas de servicios. A nivel regional, de
la muestra de 30 ciudades reportadas por el Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo (MTPE), 16 mostraron una evolución positiva y el resto registró una
contracción. La pobreza monetaria en el Perú en 2014 alcanzó al 22,7 por ciento de la
población del país, lo que en cifras absolutas equivale a 6,9 millones de habitantes.
 En el año 2015, el empleo urbano en empresas formales con 10 y más trabajadores,
reportado por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), registró un
aumento de 0,9 por ciento en 2015. Según ámbito geográfico, no solo en Lima
Metropolitana disminuyó el ritmo de creación del empleo, que pasó de 1,9 a 0,8 por
ciento, sino también en las principales ciudades del resto del país, cuya tasa varió de
1,8 por ciento en 2014 a 1,0 por ciento en 2015.

 En el año 2016, El empleo urbano en empresas formales con 10 y más trabajadores,


reportado por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), aumentó 0,4
por ciento en 2016. Esto se debió al menor dinamismo de sectores intensivos en mano
de obra, como manufactura, que cayó 1,9 por ciento. Según el ámbito geográfico, se
observó un menor ritmo de crecimiento del empleo respecto a 2015 tanto en Lima
Metropolitana, cuyo crecimiento pasó de 0,8 a 0,2 por ciento, como en las principales
ciudades del resto del país, donde la tasa de variación pasó de 1,0 por ciento en 2015 a
0,7 por ciento en 2016.

 En el año 2017, Según la Encuesta Permanente de Empleo del INEI, la población


ocupada en Lima Metropolitana creció 1,5 por ciento, tasa ligeramente menor a la tasa
de 2016 (1,8 por ciento). A nivel de los sectores productivos, solo crecieron los
sectores comercio (5,8 por ciento) y servicios (1,8 por ciento). En contraste, el empleo
se redujo en los sectores construcción y manufactura, (-4,3 y -1,4 por ciento,
respectivamente). Esta evolución se dio en un contexto de aumento en la producción
de los sectores comercio (1,0 por ciento) y servicios (3,4 por ciento) y una ligera caída
en manufactura (-0,3 por ciento). La tasa de subempleo por ingresos aumentó de 22,2
por ciento en 2016 a 22,9 por ciento en 2017. La tasa de desempleo, que mide la parte
de la población económicamente activa (PEA) que no encuentra empleo, aumentó de
6,7 a 6,9 por ciento.

Inflación

 En 2013, la variación del índice de precios al consumidor (IPC) de Lima Metropolitana


fue 2,86 por ciento, tasa ligeramente superior a la registrada en 2012 (2,65 por ciento).
En este mismo periodo, la inflación, excluyendo alimentos y energía se elevó de 1,91 a
2,97 por ciento. Las principales alzas se registraron en comidas fuera del hogar,
educación, pasaje urbano y electricidad. Estos cuatro rubros explicaron más del 55 por
ciento de la inflación del año. La aceleración de la inflación también estuvo asociada al
alza del tipo de cambio. En respuesta a la posibilidad de que la Reserva Federal de EUA
empezara a retirar el estímulo monetario, se generó una elevada volatilidad en los
mercados financieros que ocasionó episodios de depreciaciones de las monedas en los
países emergentes. En el Perú, el tipo de cambio se elevó 9,1 por ciento entre enero y
agosto, lo cual tuvo impacto en el precio de compra de vehículos, alquileres de
viviendas y pasajes de avión, entre otros. Se estima que la depreciación tuvo un
impacto de 0,25 puntos porcentuales en la tasa de inflación del año. Otro factor que
contribuyó a la aceleración de la inflación en el periodo enero-agosto fue la presencia
de anomalías climáticas que afectaron la evolución de precios de algunos productos
como papa y pescado. Solo entre enero y agosto, los precios de los productos
afectados crecieron en promedio alrededor de 11 por ciento.
 En el año 2014, la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Lima
Metropolitana fue 3,22 por ciento, tasa superior a la registrada en 2013 (2,86 por
ciento). La inflación reflejó principalmente alzas en los precios de alimentos y tarifas
eléctricas. Así, la inflación sin alimentos y energía (rubros que causan una alta
volatilidad en los precios) se redujo de 2,97 por ciento en 2013 a 2,51 por ciento en
2014. A nivel de rubros, la inflación de 2014 es explicada por alzas en los precios de
servicios (comidas fuera del hogar, educación, pasaje urbano y electricidad) y en el
precio del pollo. Asimismo, el repunte del tipo de cambio influyó en los precios de
compra de vehículos y artículos de cuidado personal.
 En el año 2015, La variación del Índice de Precios al Consumidor se aceleró de 3,2 por
ciento en 2014 a 4,4 por ciento en 2015 reflejando principalmente las alzas en los
precios de alimentos, tarifas eléctricas y de los rubros vinculados al tipo de cambio.
Mientras que la inflación del grupo de alimentos y energía subió de 4,1 a 5,5 por
ciento, los precios del IPC sin alimentos y energía (SAE) aumentaron de 2,5 a 3,5 por
ciento entre 2014 y 2015. Analizando la inflación del año, se observa que diez rubros
explicaron el 70 por ciento del incremento del IPC durante 2015. Entre estos se
encuentran las comidas fuera del hogar, electricidad, papa, educación y pasaje urbano.
 En el año 2016, la variación del índice de precios al consumidor (IPC) de Lima
Metropolitana fue 3,2 por ciento, tasa inferior a la registrada en el año previo (4,4 por
ciento). A nivel nacional, la variación del IPC fue algo similar: 3,3 por ciento en 2016,
menor al 4,1 por ciento de 2015. La inflación subyacente8 de Lima Metropolitana
también mostró una moderación, se ubicó dentro del rango meta de inflación y pasó
de 3,5 por ciento en 2015 a 2,9 por ciento. A nivel de rubros, casi la mitad de la tasa de
inflación de 2016 se explica por alzas en los precios de servicios tales como comidas
fuera del hogar y educación, así como también por incrementos en las tarifas de
electricidad, en artículos de cuidado personal y en pasaje urbano. En conjunto, estos
cinco rubros explican 1,7 puntos de los 3,2 puntos porcentuales de inflación.
 En el año 2017, continuó disminuyendo desde 3,23 por ciento en 2016 a 1,36 por
ciento en 2017, ubicándose de esta manera en el tramo inferior del rango meta. A
nivel nacional, la variación del IPC fue 1,50 por ciento, también menor al 3,3 por ciento
registrado en el año previo. Estas han sido las tasas de inflación más bajas desde el año
2009. Este resultado se explica principalmente por la menor variación de precios del
grupo de alimentos (de 3,5 por ciento en 2016 a 0,3 por ciento en 2017) debido a la
reversión de choques de oferta que afectaron a los precios de productos agrícolas a
finales de 2016 e inicios de 2017, así como a las condiciones climáticas favorables
registradas a lo largo de 2017, luego del Fenómeno El Niño Costero. Las menores tasas
de inflación han sido acompañadas también por una desaceleración de indicadores
tendenciales de inflación, tales como la inflación subyacente (medida que excluye el
grupo de alimentos y energía), que se ubicó cerca del centro del rango meta de
inflación, al pasar de 2,87 por ciento en 2016 a 2,15 por ciento en 2017. La evolución
de esta medida de inflación tendencial estuvo asociada tanto a la apreciación del sol
respecto al dólar (4,4 por ciento entre diciembre de 2016 y 2017), cuanto a una brecha
de producto negativa, la cual indica la ausencia de presiones inflacionarias de
demanda. A nivel de rubros, la tasa de inflación de 2017 se explica principalmente por
alzas en los precios de servicios tales como comidas fuera del hogar y educación, así
como por incrementos en consumo de agua y en pasaje urbano. Por el contrario,
disminuyeron los precios de algunos alimentos como pollo, debido al incremento de la
oferta por encima del requerimiento de la demanda y a los menores costos de
producción; y papa, debido al aumento de las siembras en las principales regiones
abastecedoras de Lima y a la mejora en los rendimientos en zonas productoras de la
sierra.

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