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El biofiltro, opción para eliminar malos

olores de aguas residuales


Publicado el 15 septiembre, 2005

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Evitar malos olores generados por plantas de tratamiento de aguas residuales o pozos de
bombeo del drenaje, es uno de los objetivos de los biofiltros, desarrollo tecnológico del
equipo de investigación encabezado por Adalberto Noyola Robles, del Instituto de
Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este proyecto, que se encuentra en la lista de los Casos de Éxito de la Ciencia Mexicana,
elaborada por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y el Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología (Conacyt), es, a decir de Noyola Robles, un instrumento de mucha utilidad,
sobre todo en las plantas de tratamiento que se encuentran dentro de las grandes ciudades o
próximas a zonas pobladas.

De acuerdo con el investigador, este proyecto parte de la necesidad de controlar los malos
olores, originados por el ácido sulfhídrico. Por esa razón, comentó, se tomó la molécula de
dicho ácido como centro del mal olor para eliminarlo con estos biofiltros, que son sistemas
compuestos por columnas rellenas de composta vegetal, mediante las cuales pasan los gases
malolientes para ser degradados.

“La ventaja de ese proceso es que la composta vegetal es muy barata y, una vez agotado su
uso dentro de los biofiltros, lo cual ocurre después de varios meses de haber sido colocada,
se puede utilizar para mejorar la calidad de los suelos.”
Noyola Robles lamenta que pese a que la adquisición y operación de esta tecnología es más
barata en comparación con otras similares desarrolladas en el extranjero, no haya habido
interés ni sistema adecuado para colocarla en el mercado.

Lamentablemente, el biofiltro no ha logrado grandes ventas, aunque ha sido apoyado


económicamente por el Conacyt y puede ser de gran utilidad para varias plantas de
tratamiento de aguas residuales que se encuentran dentro de las ciudades o próximas a
poblaciones.
uestra TECNOLOGÍA TIVA elimina algunos micronutrientes, como el fosforo y
el nitrógeno, permitiendo el control biológico en fuentes de agua como ríos, reservorios,
lagos y lagunas, de la aparición de estas especies invasoras como buchón de agua, Jacinto,
algas, etc.; controlando el proceso de la eutroficación y sus consecuencias en estos
ecosistemas.

Cada biofiltro, con un área de 1 m2, es capaz de:

 Remover 30.000 mg de Nitrógeno y 3573 mg de Fosforo, cada 8 días. (Eficiencia en


remoción del 90% para el fosforo y del 94% para el nitrógeno).
 Mantiene el pH del agua entre 7.3 a 6.0
 Regresa al agua de 1mg/L a 8 mg/L de Oxigeno Disuelto.

Igualmente con nuestra tecnología, removemos del agua una amplia gama de compuestos
contaminantes y metales pesados como: Cobre, Cadmio, Mercurio, Zinc, Plomo, Sodio y
Cianuro entre otros.

Además removemos microorganismos como Coliformes fecales y E Coli, entre otros.


(Eficiencia en remoción del 91% para E Coli y del 44% para Coliformes Fecales).

globerx24

Resumen:
El presente trabajo se enfocó en la posibilidad de poder reducir el área útil ocupada por un
biofiltro o humedal artificial de configuración convencional a fin de aprovechar mejor el área
disponible para la implementación de este tipo de sistemas en zonas en las que no se cuente con
espacios suficientes. Para lo cual se modificó la configuración convencional de un biofiltro o
humeral subsuperficial de flujo horizontal, el cual fue diseñado, construido, evaluado y comparado
con un biofiltro o humedal subsuperficial de flujo horizontal de configuración convencional, ambos
sistemas fueron diseños y evaluados bajo las mismas condiciones, con el fin de comparar la
eficiencia en el tratamiento de las aguas residuales domésticas de ambos sistemas. El diseño de
ambos sistemas se realizó en base a un caudal de 150 Udía, lo cual es equivalente a la dotación
diaria para una persona, para un afluente con DBO5 de 250 mg/L, una concentración de sólidos
suspendidos de 70 mg/L, una temperatura del agua residual de 19 °C y para una exigencia de de
DBO5 de 10mg/L en el efluente. Estos dos sistemas fueron implementados en una vivienda
unifamiliar ubicada en la localidad de Carhuaz a 40 minutos en carro de la localidad de Huaraz. Con
coordenadas UTM 18 L 209663.97mE, 8972372.98mS, a una altitud de 2660 m.s.n.m., los que
cuentan con una sistema de captación, acondicionamiento primario, sistema de alimentación y
distribución del agua residual doméstica; lo materiales empleados para construir estos sistemas
fueron, acero estructural, perfiles de fierro, láminas de latón, tuberías de PVC, textil de lona
impermeable, láminas de polietileno de baja densidad, emulsión asfáltica, etc. Los principales
componentes de estos sistemas fueron la grava de rio tamizadas de diferentes diámetros, la
macrofita empleada fue la Rorippa nasturtium-aquaticum (berro). La operación de estos sistemas
se realizó con el agua residual proveniente del sistema de desagüe de la vivienda unifamiliar, por
un periodo de 124 días. Obteniéndose resultados que demuestran que la eficiencia de remoción
de los principales contaminantes presentes en el agua residual del biofiltro modificado es similar a
la eficiencia de un biofiltro de configuración convencional, no obstante la ventaja del biofiltro
modificado es que requiere de menos área útil en comparación a los biofiltros convencionales
subsuperficiales de flujo horizontal, reduciéndose en aproximadamente un 47.6% de área útil
requerida. Por lo tanto el biofiltro modificado que de ahora en adelante será denominado
"Reactor biológico de superficie reducida (RBSR)", podrá ser una tecnología viable para el
tratamiento de aguas residuales domésticas en especial en núcleos urbanos, rurales, en
instituciones y en zonas donde no se cuente • con superficies extensas para realizar el tratamiento
mediante otras tecnologías. Finalmente, se recomienda realizar investigaciones a nivel piloto con
el sistema (RBSR), a fm de evaluarse mejor los parámetros de diseño, eficiencias, costos de
implementación, construcción, operación y mantenimiento, con la finalidad de garantizar la
viabilidad técnica y económica del sistema.

Científicos mexicanos desarrollan un


biofiltro para los malos olores
MEXICO, 13 (EFE). La Academia de las Ciencias de México informó hoy de que
científicos mexicanos desarrollaron un biofiltro para combatir los malos olores de las aguas
residuales, pero señaló que enfrentan problemas para poner esta tecnología en el mercado.

El desarrollo es del equipo de investigación encabezado por Adalberto Noyola del Instituto de
Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que busca evitar los malos
olores generados por las plantas de tratamiento de aguas residuales o los pozos de bombeo del
drenaje.

El biofiltro fabricado en México es más económico que otras tecnologías existentes en otros
países, y es de mucha utilidad para las plantas de tratamiento que se encuentran dentro de las
grandes ciudades, aseguró Noyola en un comunicado.

De acuerdo con el investigador, muchas de las instalaciones que manejan aguas residuales son
rechazadas por las poblaciones aledañas, sobre todo, por el olor a "huevo podrido" originado por
el ácido sulfhídrico.

Por esa razón, comentó, se tomó la molécula de dicho ácido como centro del mal olor para
eliminarlo a través de estos biofiltros, que son sistemas compuestos por columnas rellenas de
abono vegetal, a través de las cuales pasan los gases malolientes para ser degradados.

"La ventaja de ese proceso es que la composta (abono) vegetal es muy barata y, una vez agotado
su uso dentro de los biofiltros, lo cual ocurre después de varios meses de haber sido colocada, se
puede utilizar para mejorar la calidad de los suelos", agregó el Noyola.

Sin embargo el científico lamentó que si bien la adquisición y operación de esta tecnología
mexicana resulta muy económica en comparación con otras similares en su tipo desarrolladas en
otras partes del mundo, hasta el momento no hay interés ni un sistema adecuado para colocarlo
en el mercado.

Planteó que el "talón de Aquiles" de las universidades mexicanas es la comercialización de los


productos tecnológicos que sus plantas de investigadores desarrollan, pues afirmó que en algunos
casos no sólo es inadecuada, sino que "simplemente no existe".

En este sentido dijo que saber llevar una investigación al terreno comercial "es lo que hace falta en
México, pues existe muy poca experiencia en ese campo, y la que hay ha sido a base de la propia
capacidad de los investigadores, quienes la mayoría de las veces improvisan".

Noyola precisó que este tipo de tecnologías ha sido instalada en unos cuantos lugares, entre ellas
en la planta de tratamiento de agua residuales de la UNAM y en otra de pequeñas dimensiones
ubicada en la zona de Xochimilco (sur de la capital mexicana).

El desarrollo tecnológico tardó tres años en realizarse, y contó también con la participación de un
investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.

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