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Exp.

Nº 2357 – 1990, Callao


La declaración de la madre casada imputando la paternidad del hijo que declara un tercero, no
modifica la filiación matrimonial del mismo, pero si constituye prueba de adulterio.

Ahora bien con respecto a la interposición de la demanda, nuestro Código Civil (art.336) nos
advierte que no podrá interponerse la demanda basada en la causal de adulterio si el cónyuge que
interpone la demanda ha provocado, ha consentido, o ha perdonado este accionar; es más nos
señala que la cohabitación posterior al conocimiento del adulterio impide iniciar o proseguir con la
demanda.
Con respecto al plazo que tiene el cónyuge engañado para interponer la demanda de divorcio por
causal de adulterio es de seis meses conocida la causa por este; y en todo caso a los cinco años de
ocurrido el hecho; sobre el particular encontramos que la Corte Suprema de Justicia ha acogido
dos criterios diferentes:
En el primer criterio la Corte Suprema toma en cuenta la fecha de nacimiento del hijo
extramatrimonial para que empiece ha correr el plazo de caducidad.
En el segundo criterio la Corte Suprema nos señala que el plazo que se debe tener en cuenta para
el cómputo de la caducidad es la fecha de concepción del hijo extramatrimonial.

CAS. Nº 611-1995
“…La acción de separación de cuerpos por causal de adulterio caduca, en todo caso, a los cinco
años de producida. En tal caso el cómputo del citado plazo debe iniciarse desde la fecha del
nacimiento del último hijo extramatrimonial del demandado.”

CAS. Nº 1643-1999
“…El nacimiento del menor y el posterior reconocimiento de paternidad son sólo consecuencias
del acto de la concepción, que es el acto que constituye el adulterio por excelencia, y por tanto
son considerados como medios de prueba que en su conjunto prueban la causal mencionada.”

Con respecto a las consecuencias que trae la sentencia de divorcio debemos mencionar que la
obligación alimenticia que existía entre los cónyuges durante el matrimonio cesa; pero si el que
demanda el divorcio estuviese imposibilitado de trabajar o no tuviese bienes propios o careciera
de gananciales el Juez le asignará una pensión alimenticia.
Así también si el cónyuge es indigente deberá ser socorrido por el ex – cónyuge, aunque haya sido
culpable del divorcio.
Ahora debemos saber que estas obligaciones cesan automáticamente si el alimentista (persona
que es beneficiada con una asignación para alimentos) contrae matrimonio; de la misma manera si
desapareciera el estado de necesidad del cónyuge el obligado tiene las facultades para demandar
la exoneración así como el reembolso de lo entregado.

Exp. Nº 2398-1987, Lima


“…A pesar de haber quedado disuelto el vínculo matrimonial, deberá fijarse una pensión
alimenticia si no se ha acreditado que la ex cónyuge trabaje o subvenga a sus necesidades.”

Debemos tener presente que el cónyuge culpable del divorcio perderá los gananciales que
proceden de los bienes del otro cónyuge, ha de comprenderse que no pierde los propios; es así
que tenemos que entender que el cónyuge infractor no tendrá ningún derecho sobre los bienes de
su cónyuge, esto es no habrá repartición de bienes. De la misma manera ambos cónyuges pierden
su derecho de heredar entre sí.

Cas. Nº 1301-1996
“…Son distinto los supuestos de pérdida de gananciales como producto de la separación de hecho
y del divorcio. En el primer caso, producida la separación de hecho, el cónyuge culpable pierde el
derecho de gananciales proporcionalmente a la duración de la separación. En el segundo caso,
regulado en el artículo 352 del Código Civil, el cónyuge divorciado por su culpa pierde los
gananciales que procedan de los bienes propios del otro.”

Debemos aclara que cuando nos referimos al “culpable del divorcio” estamos hablando del aquel
cónyuge que ha incurrido en una de las causales del artículo 333º de nuestro Código Civil.

Para terminar este artículo debo mencionar que el adulterio no es una causal de divorcio con
efecto permanente sino más bien de constitución inmediata; es por ello que no se puede
demandar por hechos que han sido consentidos ni perdonados.

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