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INSTRUCCIÓN CLÍNICA
Responsable:
Untuña Evelyn
Semestre: Octavo
FECHA: 24/04/2018
TRASTORNOS NEUROLÓGICOS EN RECIÉN NACIDOS
Causas
Los bebés nacidos más de 10 semanas antes del término tienen el riesgo más alto de presentar
este tipo de sangrado. Cuanto más pequeño y más prematuro sea el bebé, mayor será el riesgo
de presentar HIV. Esto se debe a que los vasos sanguíneos en el cerebro de los bebés
prematuros aún no están completamente desarrollados. Como resultado son sumamente
frágiles. Los vasos sanguíneos se vuelven más fuertes en las últimas 10 semanas del
embarazo.
Hay cuatro tipos de HIV. Estos se denominan "grados" y se basan en la magnitud del
sangrado.
Suelen mejorar a lo largo de la primera semana de vida, persistiendo cierta hipotonía durante
varias semanas. La mayoría sobrevive y evoluciona favorablemente; casi un 20 % presentan
leves alteraciones en el tono muscular o cierto retraso en el desarrollo psicomotor (DPM). Es
raro que desarrollen PCI.
Elevada mortalidad (50-75 %). Más del 50 % de los supervivientes desarrollan secuelas
neurológicas graves.
.
DEFECTOS DEL TUBO NEURAL
Los defectos del tubo neural son un grupo de malformaciones congénitas que se manifiestan
en etapas muy tempranas del desarrollo embriológico, entre los días 25 y 35 de gestación.
Constituyen la segunda causa en el mundo de malformaciones congénitas, luego de las
cardiopatías. Son defectos de causa multifactorial, que combinan factores genéticos y agentes
teratogénicos ambientales o medicamentosos y que pueden causar la muerte o morbilidades
asociadas permanentes.
El tubo neural es la estructura precursora del sistema nervioso central que se encuentra
presente en el embrión del ser humano. Esta estructura va a convertirse en el futuro cerebro
y médula espinal del recién nacido así como en las estructuras que los recubren y protegen.
Es por tanto el precursor de lo que
denominamos el sistema nervioso
central.
Los defectos del tubo neural engloban
el grupo de enfermedades que
aparecen de forma congénita, es decir
que ya están presentes al nacimiento,
afectando el cerebro, la médula
espinal y las estructuras que los
engloban.
Clasificación de los defectos de cierre del tubo neural
Estos defectos pueden clasificarse de acuerdo a su ubicación en cefálicos y caudales, abiertos
o cerrados de acuerdo a si hay o no exposición al exterior de tejido nervioso. Actualmente se
clasifican fundamentalmente en base al sitio del tubo neural afectado, donde el cierre no se
produjo por falla de los mecanismos tisulares de adhesión.
En función de ello hay:
Espina bífida
Espina bífida oculta
Espina bífida quística: meningoceles,
mielomeningoceles, anencefalia y
craneoraquisquisis. Esta falla es la que
determina la presencia de los diferentes tipos
de defectos del tubo neural.
Defectos abiertos
Craneoraquisquisis: es la ausencia de bóveda craneana,
malformación cerebral significativa y columna vertebral
abierta con médula espinal expuesta en toda su longitud
Anencefalia: similar a la craneorraquisquisis, pero sin
defecto de médula espinal.
Mielosquisis: se presenta con médula expuesta al exterior
Mielomeningocele: es una forma limitada de mielosquisis,
sucede por fracaso de cierre en el extremo caudal del tubo
neural
Defectos cerrados
Meningocele: protrusión de tejido medular a través de las vértebras .
Encefalocele: es la protrusión de tejido cerebral o meníngeo a través del cráneo.
Ocultos: quiste dermoide y médula anclada
Los signos y síntomas del daño cerebral en recién nacidos varían mucho, dependiendo de la
causa y la severidad del daño. Algunos síntomas de daño cerebral son inmediatamente
visibles al nacimiento, mientras que otros no se presentan hasta que los niños comienzan a
desarrollar problemas. A menudo, si los signos se detectan de forma temprana, los médicos
podrán tratar al bebé para ayudar a aliviar los síntomas y colaborar con el desarrollo del niño.
Sin embargo, la mayoría de los daños cerebrales es irreversible.
Apariencia
Otro signo temprano del daño cerebral en niños es un temperamento anormal. Mientras que
los recién nacidos tienden a llorar a menudo, si el recién nacido es excesivamente e
inexplicablemente quisquilloso, no quiere comer ni dormir como lo hacen los bebés sanos,
puede haber experimentado un daño cerebral. Sin embargo, es importante recordar que todos
los bebés son diferentes, y estos síntomas no necesariamente indican daño cerebral.
Los bebés con daño cerebral tienen patrones de sueño irregulares y tienden a dormir
excesivamente o muy poco.
Retraso en el desarrollo
A medida que tu bebé comienza a desarrollarse, el retraso en alcanzar ciertos hitos pueden
indicar que un daño cerebral está presente desde el nacimiento. Si el niño no progresa
siguiendo una tasa de crecimiento normal (gateo, caminar, hablar e ir al baño a la edad
esperada) puede ser por la presencia de un daño cerebral.
Según el tipo de daño cerebral que haya sufrido tu bebé, pueden presentarse diferentes
síntomas. Algunos incluyen dificultad para respirar, convulsiones y temperatura corporal
baja o variante. Los recién nacidos con
daño cerebral también pueden tener una
piel descolorida, como con ictericia.
BIBLIOGRAFÍA
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