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Jesús compartió su tiempo con muchas familias, en las bodas de Caná, con Lázaro y sus
hermanas, con la familia de Pedro, etc. Es más, Jesús mismo nació en el seno de una familia,
el Papa nos invita a reflexionar en el SI de María, en el SI de José, en la adoración de los
magos y la huída a Egipto entre otros para comprender el misterio de la navidad y el secreto
de Nazaret que estaba lleno de olor a familia, así para terminar este apartado se pone a la
familia de Jesús como ejemplo para afrontar las vicisitudes (acontecimientos) de la vida y de
la historia, entre otros aspectos menciona su modelo de amor, de sencillez y su carácter
sagrado e inviolable.
San Juan Pablo II por su parte habló mucho de la familia, se menciona por ejemplo el
documento FAMIIARIS CONSORTIO, se define a la familia como una vía de la Iglesia una
manera de construirla en el día a día.
Por último termina con la mención de Benedicto XVI y sus textos DEUS CARITAS EST y
CARITAS IN VERITATE pone de relieve la importancia del amor como principio de vida en la
sociedad y afirma que el matrimonio que se basa en un amor exclusivo y definitivo se
convierte en ejemplo de la relación de Dios con su Pueblo.
Al llegar al punto 75 el Papa Francisco nos resalta el hecho de que según la tradición latina
de la Iglesia, no es el sacerdote quien casa a los novios sino que ellos mismos actúan como
ministros de ese sacramento.
El cuarto apartado reflexiona sobre las llamadas situaciones imperfectas, convivencias sin
matrimonio, matrimonios civiles, divorciados vueltos casar, etc. El Papa dice que aunque la
doctrina católica es clara hay que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad
de las diversas situaciones, debemos ofrecer acompañamiento y ternura.
El apartado dedicado a los hijos comienza por presentar al matrimonio como comunidad de
vida y de amor de la que brotará la vida en forma de hijos, la familia debe estar abierta a la
llegada de nueva vida y recuerda que no son familias de segunda aquellas que a pesar de la
apertura no pueden concebir hijos. Los hijos no son un derecho sino un don, no deben ser
considerados como algo variable que pueda encajar o no en los proyectos individuales de
los cónyuges, en nombre de toda la Iglesia el Papa agradece a las familias que acogen,
educan y rodean con su afecto a los hijos con diversidad funcional.
El punto 83 declara abiertamente que la familia debe defender la vida en todas sus etapas,
en el inicio y en el ocaso, el niño que crece en el seno de su madre es una persona diferente
y no se pueden tomar decisiones que vulneren (violen) su vida, además recuerda a los
profesionales sanitarios (que se dedican a la salud) la obligación moral de objetar en
conciencia sobre las acciones que estén encaminadas a extinguir otra vida humana.
Los padres están obligados a la educación de sus hijos y el Papa Francisco defiende el
derecho a decidir sobre esa educación, pero recuerda encarecidamente que la escuela no
debe sustituir a la educación familiar sino complementarla.
El capítulo finaliza con un apartado en el que se habla de las familias que permanecen fieles
al Evangelio, gracias a ellas se hace creíble la belleza del matrimonio, vuelve a insistir en el
concepto de Iglesia doméstica, la Iglesia es familia de familias y por eso cada familia se
convierte en un miembro de la Iglesia, el amor que se vive en cada una de ellas es una
fuerza constante para la vida de la Iglesia, en ellas se experimenta la belleza del amor, de la
paternidad y de la maternidad, se comparte proyectos, fatigas, se aprende a cuidar del otro
y a perdonarse mutuamente.