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Discursos

académico-científicos

Lecto
Comprensión y
Técnicas de
Estudio

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Discursos académico-científicos
y técnicas de estudio
Algunos discursos académico-científicos
En los módulos previos destacamos las particularidades que encierra la
escritura académica en el ámbito universitario, ya que el estudiante no sólo
se enfrenta al hecho de tener que escribir conforme con ciertos códigos y
convenciones propias de su disciplina, sino también de acuerdo con ciertos
géneros académicos que aún no domina (Bailey y Vaardi, 1991).

Este módulo tiene por objetivo que conozcas las características de algunos
textos escritos que se elaboran en el ámbito académico. Puntualmente,
haremos hincapié en la síntesis, el resumen, la monografía, la tesis y el
informe.

El abordaje de estas modalidades textuales se justifica, en primera medida,


en el hecho de que ellos condensan parte de los discursos académico-
científicos a los que los alumnos deberán acceder para apropiarse de los
saberes que conforman los corpus teóricos de sus respectivos campos de
conocimiento. Por otro lado, el interés en que conozcan en profundidad sus
características más definitorias viene dado porque no sólo deberán asumir
el rol, a lo largo de la carrera, de lectores de los mismos, sino que además
deberán enfrentar el desafío que significa producirlos.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de discursos académico-


científicos?

Para comprender mejor el significado y alcance de esta expresión, la


desglosaremos, aunque sólo con fines analíticos.

Se entiende por discurso académico aquél que se produce


fundamentalmente en el ámbito universitario. Se compone tanto de textos
elaborados por los alumnos universitarios (por ejemplo, resúmenes,
ensayos, monografías) como de aquellos producidos por profesionales y/o
científicos para la difusión de los conocimientos disciplinares (por ejemplo,
libros académicos, manuales, artículos de investigación) (Fernández Fastuca
y Bressia, 2009).

Por discurso científico, en cambio, se entienden los saberes y conocimientos


acerca de un sector de la realidad construidos por las diferentes ciencias,

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según una metodología propia y en base a un campo de indagación
específico.

Integrando ahora ambos conceptos, ¿a qué nos referimos entonces cuando


hablamos de discursos académico-científicos?

A aquellos textos que se escriben con el objetivo de producir o transmitir


conocimientos, que surgen de acuerdo con cierta lógica de producción
(científica) y que se desarrollan preferentemente en el ámbito de las
universidades.

Vale la pena aclarar, en este punto, que el discurso académico-científico


comprende producciones orales y escritas; por lo tanto, los textos escritos
constituyen sólo una parte del mismo. De este modo, diremos que el
discurso se materializa, en parte, a través de textos escritos altamente
especializados.

En el caso de los estudiantes universitarios, la redacción de los diferentes


géneros obedece generalmente a propósitos de evaluación. De este modo,
por ejemplo, es frecuente que los docentes soliciten monografías con el fin
de evaluar los conocimientos aprehendidos por el alumno en su asignatura.
También, como veremos más adelante, es común que el alumno tenga que
elaborar una tesis o una tesina al final de la carrera, situación que ocurre no
sólo en los estudios de grado sino también de posgrado (maestrías,
doctorados, especialidades, por ejemplo).

Por lo tanto, se vuelve necesario que el alumno conozca las distintas


modalidades textuales, cada una de las cuales responde a una
intencionalidad comunicativa distinta y una organización específica que
condiciona la eficacia comunicacional. En palabras de Puiatti (2005):

Los formatos o esquemas organizacionales, que ayudan a la


eficacia comunicacional, son los rasgos definitorios de los
textos académico-científicos. El alto grado de
convencionalidad responde fundamentalmente a dos
hechos: primero, los hablantes relacionan las formas
textuales con determinados contenidos y, en un
procedimiento inverso, adscriben los temas a determinados
géneros; segundo, la organización en secciones evidencia los
pasos, momentos, contextos y procedimientos usados en el
proceso de la investigación (p. 26).

Por otra parte, como hemos mencionado, los conocimientos disciplinares se


materializan fundamentalmente a través de distintos géneros escritos. Las

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posibilidades de comprensión por parte del alumno dependerán no sólo de
su grado de conocimientos previos acerca del contenido del texto, las
operaciones cognitivas que ponga en marcha y la orientación que reciba de
parte del docente, sino también del conocimiento de las estructuras
textuales y la función específica, en definitiva, de la forma privativa de cada
género.

Bienvenidos al último módulo de la materia. Como lo venimos haciendo,


antes de comenzar te recomendamos que leas y tengas presentes las
palabras y conceptos claves, que serán de gran ayuda para focalizar la
lectura.

Palabras y conceptos clave del módulo: discurso académicocientífico –


géneros académicos – resumen – síntesis – técnicas de estudio –
macrorreglas – monografía – informe – investigación – proyecto – tesis –
tesina.

Resumen y síntesis

La síntesis y el resumen pueden visualizarse como estrategias para la


elaboración de escritos que facilitan la comprensión del material de estudio.
En este sentido, a diferencia de los géneros que veremos más adelante, el
resumen y la síntesis pueden ser considerados como herramientas o
recursos que forman parte de lo que suele denominarse como técnicas de
estudio, esto es, textos escritos elaborados por los alumnos con el objetivo
de comprender y retener mejor la información.

Si bien ambos se obtienen por medio de procesos de lectura, escritura y


reescritura, y suponen una abreviación de otros textos, entre ellos existen
diferencias importantes que conviene resaltar, ya que implican la puesta en
juego de procesos y operaciones mentales distintos. Por tanto, no son
sinónimos, aun cuando coloquialmente nos referimos a ellos de manera
indistinta.

Resumen

El resumen puede ser definido como una reproducción abreviada y precisa


del contenido de un texto, siguiendo la estructura dada por el autor del texto
original pero formulado con el vocabulario del autor del resumen (Massun,
2000).

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Evidentemente, cuando leemos un texto con cierta extensión, debemos
suprimir toda la información accesoria, es decir, que no es importante, para
así retener la información sustancial, ya que de otro modo sería difícil
comprender lo que el texto nos dice. Tal como señala Carlino (2005, p. 70)
“intentar centrarse en cada uno de los detalles atenta contra la posibilidad
de entender. Para entender es preciso cribar”. Precisamente, el resumen
sirve a este propósito.

Entonces, un resumen consiste en reducir un texto a su información básica,


exponiendo sus ideas centrales. No hay cabida para el análisis o juicio
personal del autor del resumen. Al evitar los juicios personales, en el texto
prima el carácter objetivo y neutral en relación a la postura del autor. Por
lo tanto, el estilo de redacción es esencialmente descriptivo y expositivo
(Fernández Fastuca y Bressia, 2009).

Siguiendo a Pineda Ramírez (2005), para elaborar un resumen es


conveniente tener en cuenta los siguientes elementos:

 Seleccionar y jerarquizar las ideas principales del texto original. El nuevo


escrito debe recoger todos los conceptos importantes presentes en el
texto original.
 Se debe evitar repeticiones, aclaraciones que resulten innecesarias,
información obvia y la inclusión de ejemplos. En este sentido, al
elaborar un resumen es importante aplicar el “principio de entropía” (o
la parsimonia), que consiste en expresar la mayor cantidad de
información posible con el menor número de palabras.
 La yuxtaposición de ideas principales puede crear un escrito inconexo y
desorganizado, difícil de relacionar con el texto de origen. Para
reconstruir el sentido, es necesario apelar al uso de conectores o
marcadores textuales, palabras u oraciones de transición que
establezcan la vinculación entre todas ellas.
 Es una buena estrategia comparar, una vez finalizado el resumen,
ambos textos: el elaborado por el propio autor y el nuevo escrito; ello
podría dar muestras de la capacidad de resumir de quien tiene a cargo la
reestructuración del texto original.

Agreguemos, también, que un resumen correctamente elaborado es aquel


que posee un alto grado de autonomía respecto del texto de origen. En otras
palabras, debe ser posible comprender lo esencial de texto a partir del
resumen, sin necesidad de recurrir al documento original.

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Síntesis

La síntesis consiste en la presentación de las ideas principales de uno o más


textos. Sin embargo, a diferencia del resumen, esta modalidad textual
admite el agregado de opiniones y comentarios de quien escribe (Fernández
Fastuca y Bressia, 2009). Por lo tanto, se puede afirmar que la síntesis reúne
y combina ambos elementos: ideas principales y valoraciones personales.

Es Henning (1999) quien advierte que el término “síntesis” significa


combinar diferentes elementos para conformar un todo.
Además, la síntesis permite que el autor reestructure el texto sintetizado. Se
trata, por tanto, no ya de una reproducción abreviada, sino de una
reformulación sintetizada del texto original.

El logro de este texto, como anticipamos, exige la puesta en juego de


operaciones intelectuales distintas de las que subyacen a la elaboración del
resumen. Así, no se trata solamente de seleccionar y jerarquizar las ideas
principales, sino, además, de analizarlas críticamente, combinarlas e
integrarlas, donde también juega un papel no menos importante los
conocimientos del escritor, lo que dará como resultado un texto, en parte,
nuevo, reformulado.

Dadas las características que acabamos de señalar, las tramas textuales que
priman en la síntesis son la expositiva y la argumentativa.

Por último, diremos que, si bien el resumen y la síntesis no son lo mismo, la


realización de una síntesis supone haber realizado un resumen.

¿Cuáles son los mecanismos que intervienen en la elaboración de un


resumen o una síntesis?

De acuerdo con Van Dijk (citado en Pérez, 2007), existen ciertos


procedimientos llamados “macrorreglas”, que se aplican en gran parte de
modo inconsciente. Sin embargo, conviene conocerlas para aplicarlas
correctamente al resumir o sintetizar un texto. Las macrorreglas son:

 Supresión u omisión: en una secuencia de frases o proposiciones, se


suprime aquellas que no son relevante para interpretar lo que sigue en
el texto.
 Selección: se extrae la información relevante del sentido global del
texto.
 Generalización: es el procedimiento que expone en una nueva
expresión sintética las características particulares de objetos, personas,

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lugares o conceptos expuestos en el texto. La información eliminada es
irrecuperable a menos que se recurra nuevamente al texto original.
 Integración o construcción: se funden en una sola frase dos o más
conceptos. La integración en una sola frase de proposiciones implica
cierto conocimiento de la temática, ya que la nueva construcción
subsume, da por supuesta otra información contenida en esa frase. Por
lo tanto, la misma depende de los conocimientos previos sobre el tema
abordado que posea quien realiza el resumen.

¿Cuál es la utilidad del resumen y la síntesis?

Consignemos, una vez más, los beneficios que supone realizar resúmenes y
síntesis. Por un lado, favorecen la comprensión del tema y facilitan la
retención y el recuerdo de la información relevante. En ese sentido,
constituyen una excelente estrategia de estudio que implica un
procesamiento de la información y los conocimientos con miras a su
incorporación a las estructuras cognoscitivas. Por otro lado, constituyen un
buen ejercicio de redacción en pos de la obtención de niveles óptimos de
escritura de textos académico-científicos, con cada vez mayor precisión y
calidad.

En otro orden de cosas, la elaboración de un resumen o síntesis tiene que


permitirle al alumno, además de saber hasta qué punto ha encontrado
nueva información en el texto, en qué medida los nuevos conocimientos han
transformado los conocimientos previos con los que fueron abordados. Es
aquí donde se pone de manifiesto el papel activo del estudiante en su propio
proceso de construcción del conocimiento.

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Referencias
Fernández Fastuca, L., & Bressia, R. (2009). Definiciones y características de los
principales tipos de texto. Recuperado de: http://www.uca.edu.ar/
uca/common/grupo18/files/Definicion_generos_discursivos_abril_2009.pdf

Henning, T. (1999).Literature rewiew: synthesizing multiple sources. Indianapolis:


University Writing Center.

Massun, I. (2000) Para estudiar mejor Siglo XX. Buenos Aires: Editorial Métodos.

Pérez, M. (2007). Aplicación de macrorreglas en la síntesis de textos


argumentativos: una propuesta didáctica. Educare, 11.

Pineda Ramírez, M. (2005). Taller de lectura y redacción. México: Pearson


Educación.

Puiatti, H. (2005). El artículo de investigación científica. En L. Cubo de Severino,


(Coord.), Los Textos de la Ciencia. Principales Clases del Discurso académico-
científico (pp. 23-86). Córdoba: Comunicarte.

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